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Introducción
Queridas hermanas y hermanos!
Es un privilegio tener comunión de estudio con Ustedes en ésta tarde. Estoy muy
agradecido que la Conferencia Mundial Menonita tiene ésta comisión de
diaconía y les felicito por formar parte de éste equipo de trabajo. Se me pidió
reflexionar con Ustedes sobre las bases bíblicas de la diaconía. Y en la
preparación de ésta presentación siempre fue mi oración, que estas palabras
sencillas puedan servir de inspiración para ustedes, que lideran a nuestra gran
familia de fe en el proceso de servirnos mutuamente en el nombre de Jesucristo,
nuestro Señor.
Como familia mundial anabautista-menonita tenemos convicciones compartidas
que fueron adoptados por el Concilio General en el año 2006. Estas
convicciones de fe son el punto de partida para reflexionar teológicamente sobre
la diaconía.
En el Artículo 1 de nuestras convicciones compartidas se ubica la diaconía
dentro de la historia de la salvación. Esto es muy importante porque así se
aclara, que nosotros entendemos diaconía como expresión concreta de nuestra fe
en Dios. Y si esto es el caso, entonces diaconía es mucho más que un mero
servicio social humanitario.
Leo, para comenzar, el Artículo 1 de nuestras convicciones compartidas:
“Conocemos a Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo, el Creador que tiene el
propósito de restaurar a la humanidad caída convocando a un pueblo y
llamándolo a ser fiel en fraternidad, adoración, servicio y testimonio.”
De acuerdo a éste artículo 1 de las convicciones compartidas, la diaconía
constituye uno de los cuatro pilares de la vida de la iglesia. Y la iglesia, como
pueblo de Dios, refleja el carácter de nuestro Trino Dios. Este Dios es, como la
interpreta Alfred Neufeld, un Dios en comunidad y constituye el modelo
cristiano de relacionamiento. Padre, Hijo y Espíritu Santo obran conjuntamente
en la creación, redención y transformación del mundo. Así se manifiesta el reino
y dentro de éste reinado de Dios la iglesia cumple su misión integral.
Bases bíblicas de Diaconía (HDG, Julio 2015) Pá gina 1
Es importante aclarar a modo de introducción ésta base de fe en el Trino Dios,
que tiene nuestro concepto de diaconía. Como vamos a ver más detalladamente,
éste concepto de diaconía es mucho más que solidaridad humana o ayuda
humanitaria.
El siguiente gráfico trata de ilustrar la ubicación de la diaconía dentro de la
historia de salvación, como lo expresa el artículo 1 de nuestras convicciones
compartidas.
Padre, Hijo,
Espíritu
Reino de Dios
Pueblo de Dios
Conclusiones
Diaconía es una expresión práctica y concreta del evangelio, o, como lo expresa
el Artículo 7 de nuestras convicciones compartidas, un testimonio de la gracia
de Dios. Diaconía es la fe en Dios, que actúa mediante el amor (Gál. 5:6).
Diaconía consiste básicamente en servir integralmente con palabras y acciones,
enfocándose a toda la persona humana y su entorno, es decir su cuerpo, alma y
espíritu, su entorno social y la creación entera. La motivación fundamental de
ésta diaconía es el amor misericordioso y justo, que viene de Dios y se extiende
al prójimo y a su entorno. Así se visualiza y se concretiza el mensaje
esperanzador del evangelio.
La iglesia es la agencia responsable de diaconía en éste mundo. Los discípulos
de Cristo son los representantes visibles del reino de Dios, que viven de acuerdo
al modelo de su Maestro para servir integralmente al mundo necesitado.
Diaconía tiene, así como el reino de Dios, un carácter escatológico. Se basa en la
encarnación de Cristo, el Hijo de Dios. Se dedica a personas y situaciones que
sufren la miseria de una humanidad caída en pecado. Transmite esperanza en un
mundo nuevo, que comienza a expresarse dentro de un mundo caído. Diaconía