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Asumiendo La Transexualidad
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Los niños con disforia sexual pueden insistir en afirmar que...
Sabias que 1
Los niños se centran en actividades que tradicionalmente se asocian al otro sexo y tienen
sentimientos negativos en relación a sus genitales.
Los médicos basan el diagnóstico en síntomas que indican una marcada preferencia por ser del
otro sexo.
Las personas que tienen intensos deseos de pertenecer al otro sexo pueden ser tratados
mediante asesoramiento psicológico, terapia hormonal y, en ocasiones, cirugía genital
irreversible.
Las personas con disforia de género creen que son víctimas de un error de la naturaleza y que están
cruelmente encarceladas en un cuerpo incompatible con su sentimiento interno de masculinidad,
feminidad u otro (identidad sexual). Es decir, personas que son etiquetadas como masculinas al nacer
se sienten como mujeres atrapadas en el cuerpo de un hombre, y viceversa. Algunas personas sienten
que no son ni masculinas ni femeninas y que se encuentran en algún punto intermedio, que son una
combinación de los dos o que su identidad cambia. El término sexualidad periférica (en inglés
genderqueer) se refiere a algunas de estas variaciones de la identidad sexual.
En el travestismo las personas (casi siempre hombres) se excitan sexualmente al vestirse con ropa del
sexo opuesto, pero no tienen un sentido interno de pertenecer en realidad al otro sexo.
Transexualidad
Para los transexuales, el sentimiento de incompatibilidad entre el sexo anatómico y la identidad sexual
es total, grave, angustioso y permanente. La transexualidad parece que se presenta en
aproximadamente uno de cada 11 900 varones biológicos y en una de cada 30 000 mujeres biológicas.
La mayoría de los transexuales son varones desde el punto de vista biológico que se identifican como
mujeres, a veces en los primeros años de la infancia, y que ven con repugnancia sus genitales y rasgos
masculinos. Sin embargo, la mayoría de los niños con problemas de identidad sexual no serán
transexuales en la edad adulta.
Aunque es muy poco frecuente, los transexuales pueden ser personas que nacieron con genitales que
no eran claramente masculinos o femeninos (genitales ambiguos) o que tienen algún tipo de anomalía
genética, como el síndrome de Turner o síndrome de Klinefelter. Sin embargo, si estos niños crecen
en un entorno en que se les considera de manera clara y consistente varones o mujeres, la mayoría
acabará desarrollando una clara percepción de su identidad sexual, incluso aunque hayan nacido con
genitales ambiguos.
Síntomas
La disforia de género suele desarrollarse en torno a los 2 años de edad.
Sin embargo, la mayoría de niños que prefieren actividades que se consideran más apropiadas para el
otro sexo (denominado comportamiento no conforme con el género) no tienen disforia de género.
Estas personas, por lo general hombres, pueden ser primero travestís y no llegar a reconocer su
identificación con el otro sexo hasta una edad más avanzada. Algunos de estos hombres se casan o se
alistan en el ejército como una forma de escapar o de rechazar el deseo de querer pertenecer al otro
sexo. Una vez aceptan estos sentimientos, muchos adoptan de manera pública un satisfactorio y
convincente rol de sexo femenino. Otros experimentan problemas, como ansiedad, depresión y
conducta suicida. El estrés por no ser aceptados por la sociedad y/o la familia puede provocar estos
problemas o contribuir a su aparición.
Diagnóstico
Evaluación médica
La mayoría de los niños con disforia de género no son valorados hasta la edad de 6 a 9 años.
Los médicos diagnostican disforia de género cuando la persona en cuestión (sea un niño o un adulto)
presenta las características siguientes:
Siente que su sexo anatómico no coincide con su identidad sexual y se ha sentido así durante 6
meses o más
Los otros síntomas necesarios para que se establezca un diagnóstico de disforia de género son
ligeramente diferentes en niños y en adolescentes y adultos.
Los niños deben presentar también la mayoría de los síntomas siguientes:
Deseo intenso y persistente de ser del otro sexo o insistencia en afirmar que son del otro género
(o de algún otro)
Una fuerte preferencia por vestirse con ropas del sexo opuesto y, en las niñas, la resistencia al
uso de ropa típicamente femenina
Una fuerte preferencia por pretender ser del sexo opuesto cuando se juega
Una fuerte preferencia por juguetes, juegos y actividades típicas del otro sexo
Una fuerte preferencia por los compañeros de juego del otro sexo
Un fuerte rechazo de juguetes, juegos y actividades típicas del sexo que coincide con su sexo
anatómico (por ejemplo, los niños se niegan a jugar con camiones o balones)
Un fuerte deseo de las características sexuales que coinciden con su identidad sexual
Los adolescentes y adultos también deben presentar varios de los síntomas siguientes:
Un fuerte deseo de librarse de sus características sexuales y, en el caso de adolescentes jóvenes,
de impedir el desarrollo de las características sexuales secundarias (las que aparecen durante la
pubertad)
Un fuerte deseo de las características sexuales que coinciden con su identidad sexual
Tratamiento
Psicoterapia
Los adultos que sienten que su sexo anatómico no coincide con su identidad de género pueden no
requerir tratamiento si no presentan malestar psicológico o problemas en su funcionamiento social.
Las personas transexuales pueden buscar ayuda psicológica para conseguir:
Apoyo psicológico para poder sobrellevar las dificultades de vivir en un cuerpo con el que no
se sienten cómodos
El tratamiento no está orientado a convencer a los transexuales para que acepten su sexo anatómico y
cambien su identidad sexual.
Para algunos transexuales resulta suficiente la modificación del rol sexual que se efectúa vistiendo,
trabajando y viviendo en sociedad como un miembro del sexo opuesto. Este enfoque puede incluir la
obtención de un documento de identidad (como un permiso de conducir) que les ayude a vivir y
trabajar en sociedad como miembros del otro sexo. Puede que nunca deseen alterar su anatomía.
Muchas de estas personas, que en ocasiones reciben la denominación de «transexuales», no tienen
síntomas que cumplan los criterios de un trastorno de la salud mental.
¿Sabías que...?
Los niños con disforia sexual pueden insistir en afirmar que son del sexo opuesto.
Terapia hormonal
Otros transexuales, además de adoptar la conducta, la forma de vestir y la gestualidad del sexo
opuesto, se someten a tratamiento hormonal para modificar sus características sexuales secundarias:
En las personas con sexo biológico masculino, esta cirugía implica la extirpación de parte del pene y
de los testículos y la creación de una vagina artificial. La parte del pene que se deja actúa como un
clítoris, ya que suele ser sexualmente sensible y posibilita el orgasmo.
En las personas con sexo biológico femenino, supone la extracción quirúrgica de las mamas
(mastectomía) y en ocasiones de los órganos reproductores internos (útero y ovarios), el cierre de la
vagina y la creación de un pene artificial. Los resultados de la cirugía de mujer a hombre son menos
satisfactorios que los de la cirugía de hombre a mujer en cuanto a la apariencia y funcionalidad, lo que
posiblemente explica por qué un menor número de transexuales femeninos solicitan la cirugía de
reasignación de sexo.
Aunque los transexuales que se han sometido a una cirugía de reasignación de sexo no pueden
procrear, sí pueden mantener relaciones sexuales satisfactorias. Tras la cirugía, suele conservarse la
capacidad de alcanzar el orgasmo y algunas personas por primera vez en su vida refieren sentirse bien
desde el punto de vista sexual. Sin embargo, son pocas las personas transexuales que afrontan este
proceso de reasignación de sexo con el único propósito de adquirir la función sexual del sexo opuesto.
La motivación habitual es lograr la confirmación externa de la percepción que tienen de su identidad
sexual.