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Los resultados que aquí expondré son parciales y se anclan a una investigación
más amplia que terminé recientemente; y que se realizó gracias a la colaboración
de 8 académicos que han dictado cátedras de Técnicas Proyectivas en
Universidades públicas y privadas de Chile, destacando todos ellos por su
trayectoria y aportes al desarrollo del test de Rorschach en nuestro país. A través
de entrevistas realizadas a estos profesores, pudimos conocer factores
relacionados con el uso del test en su práctica profesional cotidiana.
Simultáneamente obtuvimos como insumo para nuestro estudio, los programas
académicos de los cursos de Técnicas Proyectivas, de 8 Universidades
tradiciones y privadas, que fueron dictados entre los años 1969-2014.
1 Psicólogo y Magíster en Psicología Clínica de la Universidad de Chile. Especialista en
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En primer lugar, observamos consenso entre los rorschistas para definir a la
entrevista clínica como “fundamental” para la formulación de un diagnóstico
psicológico. Asimismo, todos ellos destacan la utilidad y el aporte del test de
Rorschach en el diagnóstico de una diversidad de cuadros clínicos. Sin embargo,
a juicio de los entrevistados, existirían algunos casos clínicos de especial
complejidad en los que el test de Rorschach sería particularmente útil, pues
contribuiría a despejar lo que a veces resulta “invisible” a los ojos del psicólogo.
De acuerdo a esta investigación, dichos casos serían los siguientes: 1) Pacientes
con funcionamiento psicopático o perverso; 2) pacientes con defensas muy
rígidas o que se encuentran en un estado hiperalerta, como podría presentarse
en algunos casos de paranoia; y 3) pacientes con ideación suicida.
Pues bien, ¿qué tendrían en común los casos clínicos antes expuestos y estos
campos de la Psicología donde ocupamos el test de Rorschach? Pensamos que
una lectura posible corresponde al problema de la simulación, que concierne en
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último término a la eventual deshonestidad de las personas evaluadas. Serían
casos donde aumenta la probabilidad de que el examinado distorsione u oculte
datos durante la entrevista, debido a posibles ganancias secundarias derivadas de
los resultados de la evaluación. En general, muestran situaciones en las que no
existe una demanda espontánea por parte del evaluado, sino que más bien ésta
proviene de terceros (una empresa, médicos, familiares, Tribunales, etc.).
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técnicas proyectivas, en dicho protocolo de evaluación, se establece al test de
Rorschach como una prueba obligatoria.
Del mismo modo, muchas de las evaluaciones psicológicas solicitadas por los
Tribunales de Familia en Chile se realizan actualmente con el test de Rorschach,
entre ellas la evaluación de las habilidades parentales, que permite a los jueces
dictar resoluciones en causas de cuidado personal, relación directa y regular, y
medidas de protección, entre otras (Astudillo, Gálvez, Retamales, Rojas y Sarria,
2010).
Gracias a los aportes de Michel Foucault (1979) sabemos que cada sociedad y
todos los períodos de la historia poseen su propio régimen de verdad, es decir,
los tipos de discurso que acoge y hace funcionar como verdaderos; las técnicas y
los procedimientos que son valorizados para la obtención de la verdad, y el
estatuto de aquellos encargados de decir qué es lo que funciona como verdadero.
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La Psicología forma parte de los discursos que son aceptados como válidos en
nuestra actual sociedad. Sin embargo, este resultado no se obtuvo de forma
inmediata, sino que responde a una construcción. Para lograr su estabilización y
validez al interior del discurso científico, la Psicología ha tenido que valerse
históricamente de una gran variedad de técnicas y prácticas que han sido
determinantes para la definición de la topografía de la verdad psicológica. Entre
ellas, la estadística y la experimentación habrían sido, según Rose (1996), las
“técnicas de verdad” más significativas que ha ocupado la Psicología desde
mediados del siglo XIX. Particularmente, los tests estadísticos representaron un
medio esencialmente neutro para demostrar una verdad, que al provenir de un
universo numérico, no se encontraba “contaminada” de los asuntos humanos y
sociales. Luego, las técnicas proyectivas, a pesar de haber atravesado por
distintos niveles de popularidad en el mundo, hoy siguen gozando de prestigio y
reconocimiento en nuestro país, particularmente el test de Rorschach, que parece
ser un importante recurso de validación con que cuenta la Psicología.
Los aportes de Foucault (1979) permiten visualizar que la “verdad” del discurso
científico está lejos de ser “aséptica”; pues se encuentra sometida precisamente a
una constante incitación económica y política; es objeto de una inmensa difusión y
consumo; y es producida en gran medida por grandes aparatos políticos o
económicos, entre los cuales se encuentran los medios de comunicación, la
escritura, y por supuesto la Universidad. En tal sentido, la verdad no se
encontraría fuera del poder, sino que precisamente dentro de él; y constituye el
núcleo de todo un debate político y de todo un enfrentamiento social. A esto me
refiero cuando indico que el test de Rorschach, en cuanto instrumento para la
obtención de verdades, contiene una dimensión política que debemos incluir en
nuestros análisis.
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Pues bien, así como visualizamos una relación estrecha entre la verdad del
conocimiento científico y el poder; pensamos que la norma opera como el
concepto medular del test de Rorschach a través del cual se ejerce un cierto poder
sobre la vida de las personas. Para Foucault (2000) la norma es definida por el
papel de exigencia y coerción que es capaz de ejercer con respecto a los ámbitos
en que se aplica.
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lo que más resiste el control y el determinismo: la vida misma (Bacarlett &
Lechuga, 2009).
Pensamos que cada vez que ocupamos el test de Rorschach como un recurso
para pesquisar eventuales mentiras en nuestros pacientes, existen mayores
probabilidades de que las variables de poder, dominio y control intervengan
activamente en la evaluación.
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poder cuando ocupamos el test de Rorschach. Si asumiéramos como cierta tal
creencia, posiblemente nos expondríamos a dos destinos, que dejaré planteado
sólo a modo de sugerencia: ocupar el lugar del sádico, que abusa del poder, o del
masoquista, que termina padeciéndolo en su ejercicio profesional.
Con este trabajo hemos querido dar cuenta que la práctica psicodiagnóstica tiene
un importante componente político, necesario de abordar. Y que en ese sentido,
las nociones de “verdad” y “norma” son conceptos claves que nos permitieron
aproximarnos a esta dimensión política del test de Rorschach.
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posibilidad de cambio psíquico de algunos individuos, atenuando, de este modo,
eventuales conclusiones deterministas. Cito brevemente estas observaciones
porque considero que refuerzan la idea fuerza de que el test de Rorschach no es
un instrumento que existe en el vacío, sino que existe en función de los contextos
históricos y sociales de recepción.
Referencias bibliográficas
Astudillo, O., Gálvez, I., Retamales, C., Rojas, M. & Sarria, W. (2010).
Evaluación de habilidades parentales desde profesionales del ámbito del derecho
de familia. Revista salud y sociedad, 1 (3), 186-204.
Bacarlett, M. & Lechuga, A. (2009). Canguilhem y Foucault: de la
normatividad a la normalización. Revista Ludus Vitalis, 17 (31), 65-85.
Foucault, M. (1979). Microfísica del poder. Madrid: La Piqueta.
Foucault, M. (2000). Los anormales. Buenos Aires, Argentina: Fondo de
Cultura Económica.
Rose, N. (1996). Una historia crítica de la Psicología. En Inventing
ourselves. Cambridge: Cambridge University Press.
SENAME (2006). Orientaciones técnicas. Evaluación de idoneidad para la
adopción. Departamento de adopción. República de Chile. Ministerio de Justicia.