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Robert Burton

ANATOMÍA
DE LA MELANCOLÍA
Selección de textos e Incroducción: Pablo Maurette
Traducción: Agustín Pico Estrada

e EDICIONES WINOGRAD
Burton, Roben Earl Índice
Anatomia de la melancolia -la ed.-: Ediciones Winograd, 2008.
312 p., il.; 13,5 x 19,5 em.

ISBN 978-987-24090-2-9
Introducción ............................................................................... 11
1. Filosofia. 2. Ensayo. I. Titulo
CDD 823 Nota de! editor ................................................. ........................... 45

Dedicatoria de! autor ............................................. ..................... 47


Director de colección: Antonio D. Tursi
Frontispício .............. ............................. .................... ···· ·· ···· ·· ··· .. · 48
Introducción: Pablo Maurerte
El argumento de! frontispício .......... ...... ...................................... 49
Traducción: Agustfn Pico Estrada
Demócrito Junior allector ..... .................................................. ... 55
Corrección: Lucila Schonfeld
La primcra partición, sección 1 ................................................... 95
Disetio gráfico: Carolina Marcucci
Miembro I ...... .......................... ......... ....................... ....... 97
© De la introducción y de la sdección de textos: Pablo Maurecte
© De la rraducción: Agusrfn Pico Esrrada Subsección I: Excelencia de! hombre, su caída,
© De esta edición: Ediciones Winograd, 2008 miserias, enfcrmedadcs; las causas de ellas .................. 97
Pringles 210, Buenos Aires (CII83AED)
www.edicioneswinograd.com.ar Subsección 11: La definición, número,
división de las dolencias ... ................................... ....... 108
I• edición: mayo de 2008
Subsección III: División de las dolcncias
ISBN: 978-987-24090-2-9
de la cabcza ................. .. ............................................. 111
Hecho d déposiro que dispone la lcy I 1.723
Impreso en la Argentina Subsección IV: Dcsvarío, locura, frencsf,
hidrofobia, licantropfa, Chorus Sancti Viti,
Todos los dercchos reservados. Ninguna parte de esta publicación, incluído el
disciío de cubierta, pucde ser rcproducida, ni registrada o rransmitida en ningu-
éxtasis ........................................... ............................ · · 113
na forma ni por ningún mc:dio, sca mccánico, fotoquímico, clectrónico, magné-
tico, electro-óptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el pcrmiso prcvio por Subsección V: Melancolía de disposición,
escrito de la editorial. impropiamente llamada asf. Equívocos ...................... 119

1m preso en Artes Gráficas del Sur, Buenos Aires, República Argentina.


ANATOM(A DE LA MELANCOLIA (NDICE

Miembro 11 .......................... ............................................ 125 La primera parrición, sccción 2 ... ................................................ 179

Subsección I: Digresión de anaromía ......................... 12 5 Miembro I ....................................................................... 181

Subsección li: División dei cuerpo, Subsección I: Causas de melancolía.


humores, espíritu ..................................... ... ............... 126 Di os como causa ....................................................... · 181

Subsección III: Partes similares ............ .. ............ ......... 129 Subsección li: Una digresión sobre
la naturaleza de los cspíritus, ángeles maios
Subsección IV: Partes disímiles ....................... ........... 131
0 demonios, y cómo causao melancolía ......... ....... ...... 185

Subsección V: Del alma y sus facultades ........ ........ ..... 138


Subsección Ill: De las brujas y magos,
Subsección VI: Del alma sensible ............ ................... 143 cómo causao la melancolía .................... ..................... 221

Subsccción VII: De los sentidos dirigidos Subsccción IV: Las esrrellas como causa.
hacia adentro ............................. ................. ......... ...... 147 Signos de la fisiognom{a, metoposcopia,
.
qutromancta. .............................................................. . 228
SubsecciónVIII: De la facultad motriz ........................ 149
Miembro III .................................................................... 235
Subsección IX: Del alma racional ............................... 152
Subsccción XV: Amor al saber, o estudio excesivo.
Subsección X: Del entcndimiento ............................... 157 Con una digresión acerca de las miserias
de los estudiosos, y de por quê las Musas
Subsección XI: De la voluntad ................... ................ 160
son melancólicas .................... ................ ............ ........ 235
Micmbro III ....................................................... ............. 165

Subsección I: Definición de melancolía,


nombre, diferencia .. ............................ ....................... 165

Subsección II: De la parte afectada. Afección.


Partes afectadas .......................................................... 167

Subsección III: De la materia de la mclancolía ........... 171

Subsección IV: De las especies o clases


de mclancolía .. .. ........................ ................................. 17 4
Introducción · ';.;·· ·L •1 u ;-11l-1
. I • · :~ l i'I1JI/ •
Un hombre puede ser ((un pesimista alegre o un optimista
melancólico» aseguraba Bertrand Russell.I

Robert Burton es un digno exponente dd segundo tipo de hom-


bre y su obra, Anatomia de la melancolia, un monumento a este
peculiar pathos. A la hora de elegir un seudónimo, movido por
una extrafia conjunción de pudor escolástico y ardiente admira-
ción por los antiguos, el autor se debate entre dos pensadores
melancólicos de la más remota antigüedad. Heráclito, el paria de
Éfeso, el misántropo irreverente, el de los apotegmas crípticos
que aún hoy nos obnubilan, atravesó los siglas como el <<ftlósofo

--
llorón>>.2 AI melancólico llorón se le opone el melancólico ri-
suefio, Demócrito, el paria de Abdera, d atomista, el anatomis-
ta, el descubridor de la melancolía, que se reía tanto dei mundo
y de sus sinsabores que sus compatriotas lo tomaron por loco. El
barroco temprano, aquel auténtico festival de melancolía, gustó
mucho de este dúo de genios atrabiliarios que representaban para
muchos la única dicotomía posible a la hora de afrontar la peno-
sa vida en el mundo. Los óleos de Hendrick ter Brugghen, el
caravaggista flamenco, muesrran a Heráclito (1628) en la clásica
actitud dei melancólico, apoyada la cabeza en la palma de la
mano y derramando lágrimas amargas y a Demócrito (1629) en
un éxtasis de risa que le deforma el rastro y lo hace parecer un
orare delirante. Ambos están apoyados sobre globos terráqueos.
Ante la desazón y el horror del mundo, cuya enormidad y varie-
dad Europa estaba recién comenzando a comprender, ante la

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!NTRODUCCIÓN
ANATOMIA DE LA MELANCOLIA

locura destructiva de los hombres, (es preferible reír o llorar? también considerá que la vida de Burton esraba en su obra.
Monraigne, en su ensayo sobre Heráclito y Demócrito, se había Nacido en Lindley Hall, Leicestershire, el 8 de febrero de 1577,
inclinado por la risa3 y Burron sigue su ejemplo. a los 16 afias recorrió los escasos kilómetros que lo separaban de
Oxford y allí se estableció. En 1593 enrró a Brasenose College y
Burton fue un hombre sedenrario. Desde las universales biblio- en 1599 fue admitido a Christ Church College.4 En 1614 fue
tecas de Oxford se informá acerca dei mundo y acerca de los nombrado vicario de Se. Thomas en Oxford y en 1630 su amigo
hombres y produjo su monumental diagnóstico de la humanidad. y mecenas, George Berkeley, a quien dedicó su obra magna, con-
En el prólogo allector confiesa: «Escriba sobre la melancolía para siguió que lo designaran recror de Seagrave en Leicescer. El 25 de
mantenerme acareado 1 evitar la melancoÍía>> . Así nuesrro enero de 1640, a los 62 afias de edad, murió y fue enterrado en
\ Demócrito Junior, ebrio de curiosidad ~;Tos infinitos volú- · la Catedral de la Universidad en Oxford.
· menes que le revelaban la aventura exuberante que había sido y
que era la vida de los hombres en el mundo, compuso esta obra, El mismo Burton confiesa haber llevado una vida <<siler:~iosa_,_:oli­
1 vasta y apasionante como el mundo mismo, interminable, inago- taria, sedenraria y privada». Hoy se lo hubiera diagnosticado como
i table para con ella exorcizar a un tiempo ai demonio meridiano un depresivo; Burton se lonsideraba un mel~có~ic~. Q~ienes. lo
conocieron hablaban, sin fmbargo, de s~ espíntu JOVIa~ y JUVeml y
I

, 1 que lo asolaba en las húmedas tardes de Oxford y al ángel de la


!>o r ~ '!.O.r. ') J
• 1 melancolía que acecha a rodos los hombres a lo largo y a lo ancho cuenran que, quizás emulfldo a su admirado Demócnto, gusraba
de la e~fera terrestre. Derr~ de la pasión que lo arrastra adivina- de pasear junto al canal de Oxford y en sus márgenes se sentaba a
( escuchar a los barqueros, cuyo lenguaje procaz lo hacía desrernillar-
mos, stn embargo, la sonnsa, y más atrás, el optimismo.
se de risa. La mayor pasión de su vida fue sin duda el estudio, Y su
El hombre y la obra gran amor los libras. En 1602 se inaugurá en Oxford la Biblioteca
Bodleiana, que es hoy la segunda más grande de Inglaterra y, sin
<<Si alguna vez un autor fue corporizado en un libra, si alguna vez duda, una de las más importantes del mundo. Burron p~só déca-
un libra fue el reflejo de un autor, ese autor fue Robert Burton y das entre los miles de volúmenes que allí se preservao devorando
ese libra Anatomía d~ la m~lancolla.>> De este modo resume insaciableme~nrraba con una fruición inrelec-
George Holbrook Jackson en su inrroducción a la edición de tual realmente formidable. Su domínio dei larín y del griego fue
1932 el problema de la relación entre la vida y la obra de nuestro absoluto, de hecho su única obra aparte de la Anatomía. . . fue una
D_emócriro inglés. La apreciación de Holbrook Jackson es atina- comedia satírica en verso latino titulada Philosophasur y represen-
da y la escasez de datas biográficos nos confirma que la tradición tada por los estudiantes de Christ Church en 1617.5

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ANATOM (A DE LA MELANCOLfA
!NTRODUCC!ÓN

En 1621, a los 44 anos, Robert Burton publicá la primera edi- introduce la obra y sus objetivos. Burton, como tantos hom-
ción de I~ ?~r.a_ ~ la cual dedicá su vida entera, Anatomia de la bres de la modernidad temprana, no veía en el mundo más que
melancolía. La obra fue creciendo en volumen y en densidad a precariedad y peligro. A diferencia dei hombre renacentista,
través de las sucesivas ediciones de 1624, 1628, 1632 y 1638 entusiasta e hiperquinético, el hombre dei barroco d~sconfía dei
hasta convertirse en un pantagruélico banquete de erudición progreso, ese monstruo cuyos engranajes se estaban aceitando
que raya con la hubris. Una primera aproximación a la obra por todos lados; ve en sus monarcas seres frágiles y torturados,
puede resultar algo chocante dado que la cantidad y extensión ve en sus iglesias conflictivas polvorines infames, ve el mundo
de las citas, sobre todo de autores clásicos, es exorbitante. Sin como un escenario cada vez más vasto y variado, apasionante y
embargo el estilo de Burton es ameno e irônico, las citas son más colorido pera dejado de la mano de Dios. Los hombres están
que atinentes y en muchos casos el autor privilegia lo pintores- enfermos, el mundo está enfermo, dice Burton, hay una epide-
co, refiriendo anécdotas asaz entretenidas. Sería un desacierto mia, una <<enfermedad universal>> que no es ni más ni menos que
confundir con pedanterla la marejada de erudición que hace la melancolía. He aquí que se precisa de un manual que la deli-
fluir Burron en su obra, cuyas más de mil páginas se atraviesan mite distinguiéndola de otras afecciones, que enum~re sus múl-
con facilidad y gusto. La decisión de escribirla en inglés y no en tiples causas, que la describa en sus efectos, que ensefie a diag-
latln, que seguia siendo la lengua docta en el siglo XVII, parece nosticaria, que sefiale de qué manera preveniria y, por supuesto,
haberse debido al hecho de que, dada la extensión de la obra, le que proponga un remedio, que prescriba cómo curaria.
hubiera resultado muy difícil encontrar quien se la publicase en
latln. Ahora bien, en el prólogo Burton hace una defensa de la La primera partición de la obra se abre con una extensa digre-
lengua vernácula, de modo que también podemos suponer que sión sobre anatomía y tiene como tema central las causas dei
escribir en inglés fue una decisión meditada. humor melancólico, que van desde Dias hasta los demonios,
pasando por la dieta, el clima, los infortunios, los vícios, el
Anatomia de la melancolia, según el texto de la edición de temor, la soledad, la tendencia a los excesos y otros factores
1638, el último publicado en vida dei autor, consta de tres par- variados e insólitos. Pera hay dos clases de melancolía, advierte
ticiones cada una compuesta de diversas secciones, miembros Burton. Está la disposición melancólica, el estado de ánimo
y subsecciones, que le confieren la estructura de una auténtica pasajero de dulce tristeza que todos alguna vez experimentamos
suma de psicopatología.6 Un extenso prólogo, casi una captatio y que, según Burton, es característico de nuestra condición de
benevolentiae dirigida por Demócrito Junior a sus atribulados seres mortales. De esta manera se concibe la melancolía hoy;
lectores -:-que habrían de ser ávidos y habrían de ser muchos- uno escucha el Nocturno No 20 de Chopin en una tarde lluvio-

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ANATOMfA DE LA MEI..ANCOI..fA INTRODUCC!ÓN

sa de domingo y se siente melancólico, está melancólico, pero limosna de algún mecenas poco avispado. Las últimas páginas
esta no significa que sea melancólico. A Burton la melancolía I de esta digresión son un encendido ataque contra los filosofas-
que le interesa no es esta, a· la que, con buen tino, considera \I tros y teologastros, escrito en ladn para que resultase compren-
inofensiva eincluso bella. El objeto de su obra es la indagación sible sólo a los lectores más doctos. Burton les endilga el defen-
dei hábito melancólico, la condición crónica que aqueja a la per- der la idolatría y el tergiversar el mensaje cristiano; los considera
sona de manera permanente. En tanto que Freud, aunque con profetas del odio, melancólicos que siembran melancolía entre
alghnos reparos, aún udlizaba el término melancolía
...._ ...
para refe- los hombres .
rirse a la depresión7 y la consideraba un estado de duelo indefi-
nido en e! cual no se logra determinar qué es lo que se ha perdi- La segunda partición de la obra concierne a las diferentes rece-
do, hoy un psiquiatra hablaría de depresión o bipolaridad. tas para curar,
..__
o más bien para calmar, la melancolía. Induye
también esta parte la famosísima digresión sobre el aire y otros
En esta primera parte de la obra se hace un recorrido exhausti- momentos coloridos. Tal el caso de aquel pobre hombre en
vo por 1~ muy variadas formas de la melancolía. Existen tres Siena que sufría de delírio melancólico y no podía orinar, pues
tipos de melancolía: la melancolía m ental, que se origina en estaba seguro de que inundaría la ciudad con su monstruoso
faltas dei cerebro, la melancoüa dei cuerpo, que tiene que ver caudal. Para curaria los médicos le hicieron creer que se había
con la temperatura, y la melancolía hipocondríaca que se corres- desatado un terrible incendio y que necesiraban de su ayuda; el
ponde con las vísceras y que puede ser hepática, esplenérica o hombre finalmente orinó y se curá. Se mencionao como curas
meseraica. D e los hipocondríacos flatulentos a los licántropos cambias en la dieta, cambios de aire, el uso rerapéurico d e hier-
pasando por una colorida gama de versiones, los melancólicos bas, metales, talismanes, purgantes y remedios contra todo tipo
abundao y su condición no responde a un esquema fijo; la de aflicciones, desde la angustia que produce la muerte de un ser
melanco lía se dice de muchas maneras. Se destaca también en querido hasta la envidia y la difamación. El lector moderno
la primera partición la célebre digresión sobre las miserias de los acaso encuentre esta parte algo arbitraria y bastante obsqleta.
estudiosos. La idea de que los que dedicao su vida al estudio son
grandes melancólicos tiene una larga tradición en Occidente. La digresión sobre e! aire merece un párrafo aparte. Consiste en
Burton se hace eco de esta y con gran piedad pinta un retrato una recomendación de Burton que parece una perogrullada,
de las penurias dei scholar, de su autismo social, de su inevita- pera no lo es si tenemos en cuenta que es un inglés quien la ofre-
ble sedentarismo, criticando a su vez a los falsos estudiosos, o a ce. El argumento se podría resumir de la siguiente manera:
los artistas improvisados y hueros de talento que buscan la quien sufre de melancolfa puede obcener gran beneficio de un

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ANATOM(A DE LA MELANCOUA INTRODUCCION

ca~bio de aire, de viajar, conocer sítios y gentes nuevas, des- cies de aves extrafias en América (una duda similar asaltaría dos
cubrir nuevas costumbres, ver el mar y las praderas verdes. La siglos más tarde a otro inglés curioso y aventurero que viajaba
obsesión de los ingleses con la meteorologia -en este caso por la Patagonia). Luego de agotar la tierra huiría hacia los cie-
podríamos incluso hablar de meteoropatla- es de larga data. Sin los, contemplaria los movimientos astrales y sopesada las teorías
embargo, la digresión sobre el aire no se ha hecho famosa por de Paracelso y de Telesio, de Kepler y de Bruno, de Galileo y de
esto sino por su vuelo imaginativo, por su espfritu anhelante, Tycho Brahe, de Fracastorio y de Copérnico, de Roger Bacon y
por su triste candor. Decía Benjamin: 11El Renacimiento investi- de John Dee, de Campanella y de Nicolás de C usa. Es interesan-
ga el mundo, el barroco, las b_ibliotecas));B Burton, en efecto, se te notar que nuestro halcón se pronuncia abiertamente a favor
lanza a una vertiginosa odisea terrena y celestial sin salir de la de la teoría heliocéntrica al mismo tiempo que Galileo era juz-
biblioteca. gado en Roma. Claro que media sigla antes, la obra pionera de
Thomas Digges, A Prognostication Everlasting con su importan-
En un apasionado monólogo interior, el autor imagina que es tísimo apéndice anti-ptolemaico sobre las orbes celestes, había
un halcón de caza. Movido por un impulso más fuerte que él, inaugurado en Inglaterra el paradigma copernicano.
abandona el ancebrazo de su amo, se eleva por los cielos velan-
do en círculos y comienza a viajar. Su propósito es confirmar La tercera partición es quizá la más controvertida de toda la
todo aquello que ha leído. Si el . mar Ártico es navegable, si obra, al tiempo que la más extensa. Trata sobre la melancolla
California es una isla, si Marco Polo y los jesuítas realmente amorosa y la melancolía religiosa. Las penas de amor son uno de
comprendieron el propósito de la Gran Muralla china, si existe los terrenos más fértiles para la propagación del humor melan-
aquella Terra Australís Incognita de la que hablaban los espafw- cólico y en las tres primeras secciones Burton analiza las vicisi-
les, si sobrevuelan Madagascar aquellos pájaros gigantes que tudes de la melancolla amorosa, sus causas, sus síncomas y su
cazan elefantes, si las fuentes de! río Nilo están donde deda cura, a través de una vastísima selección de referencias a histo-
Plínio el Viejo o donde deda Pedro Páez (unos dos siglos más rias de amor clásicas. Se destacan anécdotas como la dei hom-
tarde otro Burton mucho más temerario que nuestro Demócrito bre que va a jugar ai tenis y deja su anillo de bodas en el dedo
Junior, creería encontrar en el lago Victoria las fuentes dei río de una estatua de Venus que habfa en el jardín. La estatua se
africano). El halcón proseguida su travesía febril y visitada la considera desposada por el pobre diablo y se le aparece por las
Amazonia y la Tierra dei Fuego, descubriría la auténtica loca- noches en el tálamo para impedir que éste se acueste con su
ción dei paraíso terrestre, investigada por qué hay tantos búhos legítima mujer. El pasaje acerca de la ceguera de los amantes es
en Atenas, tan pocas bestias ponzofiosas en Irlanda y tantas espe- desopilante. El amor, o mejor dicho el eros desatado, dice

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ANATOM(A DE LA MELA.NCOL(A INTRODUCCIÓN

Burron haciéndose eco de la tradición platônica que nace en el masoquismo de los santos y el fervor de los jesuítas, contra quie-
Banquete, puede distorsionar convenientemente la percepción nes el auror dispara con especial safi.a. Es interesante que Burron
de la realidad. Sucede as{ que hay hombres que considerao her- considere inevirable la enfermedad religiosa: c<Allí donde Dias
mosas a mujeres sin clientes, piojosas, cccuyos robillos desbordan tenga un templo, el diablo tendrá una capilla»,9 pero más inte-
sobre los zapatos», etc. El catálogo de horrores físicos que el resante aun es el ataque contra Roma, como principal responsa-
amor llega a obviar, cegado por la· concupiscencia, es sencilla- ble de diseminar la idolatría. En su ensafi.ada diatriba contra el
mente genial, ai igual que la famosa cita de Juan Crisósromo, Papa (Pablo V, Gregorio XV y Urbano VIII fueron papas entre
quien exhorra a curar las penas de amor recordando a los aman- 1605 y 1644), a quien llarna cela yegua que parió esa monstruo-
tes sufrientes que sus objeros amados no son sino carcasas de piei sa estirpe de supersticiosos, ese Papa que muge como toro,
lustrosa que esconden en su interior un desagradable mejunje de Cerbero de tres cabezas» 10 y contra los ccsoldados pretorianos,
huesos, nervios, tendones, humores putrefactos, flema pestilen- janisarios jesuitasll, li Burton muestra su cara más comprometi-
te y excrementos. da con los asuntos candentes de la polftica de su tiempo. La vio-
lencia religiosa que devastaba Europa era, según Burton, conse-
La extensa sección 4 de la tercera partición es uno de los textos cuencia directa de la melancolía religiosa.
más interesantes de la obra y se ocupa de lo que Burton deno-
mina ccmelancolía religiosa». Aquí el autor se concibe navegan- Jacobo I Estuardo habfa !legado de Escocia en 1603 para inau-
do aguas inexploradas, a la manera de alguno de sus admirados gurar una dinastía; arribá ai trono luego de más de cuatro déca-
corsarios isabelinos. Nadie duda de que exista la melancolfa das de reinado de la gran Isabel I Tudor. Rey erudito e impopu-
amorosa, pera acerca de este nuevo tipo de melancolía los clási- lar, nunca lográ estar en buenos términos con el Parlamento y
cos no se han manifestado claramente, sostiene Burton. Los dos lo disolviá en cuarro ocasiones, vendiá títulos nobiliarios y
grandes males que amenazan la sana religiosidad son el ateísmo monopolios con la misma impunidad con la que la Roma
y la idolatría. AI describir en qué consisten estas degeneraciones, demonizada por los protestantes había vendido indulgencias,
el rono de nuestro Demócrito inglés cobra un ardor y una pasión hizo ejecutar a un hijo pródigo de Inglaterra, Sir Walter Raleigh,
inusitados. Los ateos son los naturalistas, los epicúreos, los hom- para complacer a Espana y acabá sus días senil y retirado. Tras
bres carnales, mientras que los idólatras son los paganos, los su muerce en 1625, su hijo y heredero Carlos I no lográ resol-
judíos, los musulmanes y, por supuesro, los papistas. E! ascetis- ver el conflicto con el Parlamento, sino que lo agravá. Los últi-
mo, la casridad y el ayuno de los manjes son, a los ojos de mos once afias de la vida de Robert Burton pasaron a ser cono-
Burton, evidencia de su disposición melancólica, al igual que el cidos como los cconce afias de tiranía», ya que durante ellos el

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ANATOM{A DE LA MEI.ANCOIJA
INTRODUCCIÓN

segundo monarca Estuardo gobernó por cuenta propta. ctones con Espana generaron senos enfrentamientos en
Finalmente, dos anos después de la muerte de nuestro Demócrito, Inglaterra, que ya estaba consolidada como país protestante. Los
la corte se mudó a Oxford y ai poco tiempo estalló la guerra conflictos más serias se dieron entre los puritanos, que pugna-
civil, cuya facción vencedora seda la del Parlamento, con Oliver ban por reformas religiosas de corte demasiado intolerante· para
Cromwell como su figura más conspícua. Carlos I fue decapita- la sociedad inglesa, y los anglicanos. De todas maneras, las dis-
do en Londres en 1649. putas religiosas en Inglaterra, a pesar de que se cobraron la vida
de un rey y de un Arzobispo de Canterbury, William Laud,
El panorama religioso durante los afios de actividad intelectual de nunca llegaron a ser tan sangrientas como en el continente.
Robert Burton fue aciago y tenso. Durante la cruenta guerra
de los treinta anos (1618-1648) Jacobo I debió intervenir del Entre 1630 y 1633 Wliliam Laud estuvo a cargo de la Universidad
lado de su yerno Federico V, elector palatino del Rin, por lo que de Oxford. Laud era un ferviente defensor de Carlos I, acusado
sus veladas intenciones paralelas de aliarse con la Espana católi- de papista por sus enemigos puritanos y decapitado en 1645.
ca fueron consideradas como una afrenta por los protestantes de Burron no lo menciona, aunque podemos suponer que se cono-
toda Europa. En Inglaterra los anglicanos se enfrentaban con cieron. en Oxford, o ai meno~ que nuestro autor tenía una posi-
católicos y, sobre todo con puritanoJ reformistas y calvinistas, ción tomada respecto dei futuro líder de la iglesia anglicana. (Lo
muchos de los cuales acabaron cruzan~o· el Océano Acláncico en considerada un lobo en piei de cordero, un papista disfrazado de
busca de la Nueva Jerusalén, con la ve~ia de los aliviados monar- anglicano que pugnaba por el triunfo de la contrarreforma en
cas Estuardos que, bajo la condición de que colonizaran los nue- Inglaterra? Es posible, aunque probablemente, de haber estado
vos territorios en nombre del rey, les dieron permiso para que vivo, no hubiese festejado el horroroso final que tuvo el
practicasen allí la forma de cristianismo que mejor les pareciese. Arzobispo. Burron abominaba de todo tipo de violencia religiosa
En el mismo afio de publicación de Anatomia d~ la melancolia, y, por más que considerase toda forma de culto que no fuese )a
luego de un sufrido periplo y tras un largo invierno pasado a Iglesia de Inglaterra un travestismo de la palabra de Cristo, sugie-
bordo frente a las costas borrascosas de Massachussetts, los pere- re en su obra que acaso la mejor manera de evitar conflictos san-
grinos de! Mayflower, un punado de calvinistas ingleses, desem- grientos sea la tolerancia. En este punto m.iestro autor no estaba
barcaron en Plymouth dando comienzo a los Estados Unidos. solo. El respeto por la privacidad de las creencias y una mentali-
La liberrad de culto recién se haría ley en Inglaterra hacia fines dad decididamente pragmática que privilegiaba la paz social ante
de! sigla XVII, y a pesar de que los Estuardos fueron bastante todo, llevarían poco tiempo después, en 1689 a la firma de! Acra
laxos y permisivos, sus constantes intentos de esrrechar las rela- de Tolerancia, una importante garantía para la libertad de culto.

21 23
ANATOMfA DE LA MEL\NCOLfA INTRODUCC!ON

Ello no impide que el repudio de! catolicismo !legue en Burron como el auténtico melancólico que era, no puede evitar que este
a niveles de una gran violencia dialéctica. Si bien los ataques más helio rastro de la tristeza se le escurra entre los dedos como finí-
duros en la ((Melancolía Religiosa» están dirigidos contra los sima arena mientras intenta apresar el secreto plomizo de la bílis
papistas, el autor considera las diferentes formas de puritanismo negra.
radical, incluído el calvinismo con su prédica del terror a la con-
dena eterna, como claras manifestaciones de una tendencia Desde el mismísimo comienzo de la obra, en la primera estrofa
supersticiosa e idólatra que constiruye a su entender una enfer- del abstract en verso sobre la melancolía, canta Burton:
medad. La cura que propone el autor para estas casos de melan-
colía religiosa, tan perniciosos para quienes los sufrían y que Whcn I go musing ali alone,

tanta violencia social generaban, es la distracción, las buenas Thinking of diverse rhingf fore-known

compafiías y la lectura de la verdadera palabra de Cristo, purifi- When I build casdes in r~~ air,
cada de toda interpretación maliciosa. El ocio y la soledad son Void o f sorrow and void o f fcar,

los terrenos más férriles para que brote la melancolía, de modo Pieasing myself wirh phantasms swcct,

que Burton nos insta a mantenernos ocupados y a no aislarnos Methinks the time runs vcry fleet.

de los hombres. Él, que dedicó su vida a escribir sobre la melan- Ali my joys to this are folly,

colia para huir de la melancolía, rodeado de las mentes más pri- Naught so sweet as melanchoiy.t2

vilegiadas del país, en un edén de conocimiento y placer intelec-


tual, repudia tanto al asceta como al mercen~~i~_del espíritu que Hacia el final de la primera partición se vuelve a revelar este pla-
vende su palabra al mejor pastor y convoca a la violencia en cer que provoca el humor de Saturno. Aquí Burron se refiere ai
nombre de Dios. mentis gratissimus eJ7'0I', «gratísimo errar de la mente,,, un humor
delicioso para deambular en soledad, para pasarse días enteros
El prolongado viaje intelectual que realiza Burton para descubrir en la cama meditando en un letargo pesado y anestésico entre el
los vericuetos de la melancolía no sólo lo lleva a denunciar la suefio y la vigília, un sublime canto al liberrinaje de I~ fantasía.
cara más cruel de la aflicción; la melancolía tiene también un E! placer dei melancólico es infinito, y el pasatiempo de viajar
rastro dulce. Es claro por qué nuestro afanado Oemócriro inglés con la fanrasía encerrado entre cuatro paredes crea adicción,
no fomenta su contemplación, por qué no lo pane en relieve como un opiáceo poderosísimo. i'f vaya gue Burron viaja! De las
con más asiduidad: su obra tiene como objetivo principal des- minas de Potosí al istmo de Corinto, de la China a la
cribir una endemia social y ofrecer curas para ella. Sin embargo, Cochinchina, navega el furioso Duero, explora La Habana para-

24 25
ANATOMfA DE LA MliLANCOLfA
INTRODUCCIÓN

disíaca, civiliza a las tribus vagabundas de Arabia, cabalga con los


cernos ridículamente obsoletos, pera, como senala Sampson, no
tártaros errantes por las estepas, da caza a fantasmas fineses, invo-
hay que olvidar que hace cuatrocientos anos eran literatura de
ca espectros en los montes cantábricos, visita el templo de Diana
rigor.I4 Una buena cantidad de los autores citados fueron médi-
en ffeso y el de Júpiter Amón en África, el Serapeo de Alejandría,
cos o autores de obras de medicina, en cuyo caso se entiende que
el Panteón en Roma y el Panteón en Cuzco, el gran templo dei
sus escritos estén hoy sepultados en las fosas dei olvido. Paul
sol en Tenochridán, el gran templo de Jerusalén y la catedral de
Jordan-Smith en 1931 publicá su Bibliographia Burtoniana en
Sainr Paul en Londres, atravesando el riempo y el espacio con la
donde se aboca a la enorme tarea de analizar las fuentes de
agilidad de un ave, sin jamás salir de las bibliotecas de Ox~d.
Anatomía... con una minucia admirable.I S

Al viajar por el mundo, que nunca había sido tan largo y tan
Burton debe sus conocimientos sobre la melancolía a una larga
ancho como en el siglo XVII, al viajar por los siglas recorrien-
tradición precedente, iniciada acaso por Hipócrates y Demócrito.
do con parsimonia los anaqueles de la Bodleiana, Burton reve-
No obstante, por mucho que lo hubieran iluminado y guiado
la el rastro más diáfano dei mal saturnino y revela también su
sus lecturas sobre un tema para él tan crucial, consideraba que
propio rastro. Esquivo, anónimo, perdido en la inmensidad de
nadie había logrado una obra concluyente acerca dei mal de la
su obra, Burton tiene la costumbre de <<amortajar y portar sus
bílis negra. Por ello es que se auto-bautiza Demócrito Junior y,
sentim.ientos bajo una nube de doeras palabras,, 13 pera cuando
decidido a concluir la empresa que su antiquísimo tocayo
se corre el grueso velo mortuorio de las palabras y el halcón
comenzase, acomete una tarea que le llevaría la vida entera: edi-
levanta vuelo, lo encontramos perdido en el universo (que otros
ficar el compendio más completo posible sobre la melancolía.
llaman biblioteca), optimista en su melancolía, movedizo en su
En muchos sentidos, resulta innegable que lo ha logrado, y con
reposo de bibliotecario de Babel.
creces.

El problema de la melancolía en la tradición La idea de que existen cuatro humores corpóreos {sangre, cólera,
bilis amarilla y bílis negra) que configurao la existencia y deter-
El saber derramado en las páginas de Anatomía de la melancolía
minao el carácter es de larguísima data y podría remitir a d~ctri­
es, como ellector podrá apreciar, dei tipo enciclopédico. Burton
nas pitagóricas. En cada persona coexisten los cuatro, pero uno
era un lector voraz y escribía sobre lo que leía, citando puntillo-
siempre prepondera por sobre los demás. Así sanguíneos, coléri-
samente ·con un prurito dpico de hombre de la academia.
cos, flemáticos y melancólicos están condenados a sufrir y a
Muchos 4e los autores y obras que aparecen citados pueden pare-
gozar de las particularidades de sus respectivos humores. Cada

26
27
ANATOM(A DE LA MELANCOLfA INTRODUCCIÓN

humor se relaciona con diferentes elementos cósmicos, con cada existencia de la bilis negra en cuanro tal y la considerao tan sólo
ttna de las cuatro estaciones dei afio y con cada una de las cua- un resíduo sanguíneo o biliar. Esro complica la cuestión y
tro edades de la vida. También es antigua la convicción de que afiade más variantes o tipos de melancollas, determinados por
la melancolía, la llamada «bílis negra,, que se creía tenía su sede la cantidad de <<bílis negran en e! cuerpo y por las variaciones en
en el bazo, es el humor más pernicioso; la melancolía es fría y la temperatura de los cuatro humores. Pero al tiempo que la
seca, es el humor de! otofio y de la vejez. Dado que, como bien cuestión se vuelve más compleja, se fija también el ((modelo,,
sabemos hoy, la bílis negra no existe, es posible que se creyera dei hombre melancólico, así como el dei colérico, sanguíneo y
que las ~édulas de las glândulas suprarrenales, que se vuelven flemático. Este modelo, con variantes más o menos considera-
negras muy rápidamente luego de la muerre, fuesen la famosa bles, recorre los siglas. E! melancólico era ya considerado, a par-
me/nina chole, o atra bilis.l6 tir de la época helenística, a través de la anrigüedad tardía y
hasta el medioevo temprano, una criatura desvergonzada, pér-
La primera gran vuelta de tuerca ai tema de la melancolía como fida, avara, sofiolienra, triste, ~~sa, oscura d~-~~~ll?. y .de
humor negativo la dia un texto pseudo-aristotélico, el celebérri- piei, enfermiza, desconfiada y pusilânime: una criatura comple-
mo Probüma XXX. En él se establece que los grandes políticos, tamente miserable cuya lista de atriburos coincidfa casi ai dedi-
filósofos, poetas y artistas sueleri ser también grandes melancó- llo con la de los siete pecados capitales. Con el paso de los siglas
licos. Esta idea surca toda la tradición posterior, llega a ser un _en Europa el estereotipo se afirma y los textos peripatéticos y
topos obligado a partir dei Renacimienro, sobre rodo en la lite- galénicos se olvidan. /
ratura, arraviesa el sigla XIX. Desde el romanricismo, pasando
por el simbolismo y el decadentismo llega, sin duda, hasta nues- En el sigla XI nació en Cartago el hombre que habría de devol-
tros tiempos. El escrito peripatético rambién argumenta que la verle a Occidente ~a doctrina dei <<genio melancólico~>.
disposición melancólica afecta de modo diferente a las personas, Constantino el Africa~o conoda e! árabe, el griego y el ladn, y
tema que Burron considerará de vira! importancia y defenderá se dedicá a traducir textos médicos en la Schola Medica
frente a los estereotipas de! hombre melancólico fijados en el Salernitana, la más anrigua escuela de medicina en Europa.
medioevo y hasta cierto punro rambién en el Renacimiemo. Tradujo a Galena, a Hipócrates y una variedad de tratados ára-
bes. La escuela de Salerno jugaría un papel fundamemal en el
En la época helenística los escritos de Rufo de Éfeso y de desarrollo de los estudios sobre fisiologia humoral y, gracias ai
Galena retoman la idea peripatética de la melancolía como legado de Constantino, habría de ser enriquecida por el tempra-
enfermedad de los grandes hombres, aunque ponen en duda la no acceso a las obras de Avicena y Averroes, cuya claridad y Iuci-

28 29
ANATOM{A DE LA MELANCOLfA INTRODUCCIÓN

dez enriquecieron lo, e.studio'o' Lemitano,. E1 famo,;,imo ... Tristi fummo


Regimen sanitatis salernitanum, un pbema didáctico dei sigla XIII nc !'acre dolcc chc dai sol s'allegra,
cuya autoría se acribuye a Juan de Milán, y que se continuá repi- portando dentro accid'ioso fummo .. ,19
tiendo de memoria hasta la modernidad, describía al melancóli-
co en los siguientes términos: Tristeza, apatía, pesadez de ánimo y un desprecio por la belleza,
t;Jôs síntomas de la acedia, lo eran también de la melancoÜa.
Invídus et trístis, cupidos, dextraeque tenacis Claro que la pri~era era un pecado, ~ientras que la segunda se
non expers fraudes, timídus, luteique coloris.l7 trataba de una condición, un fotu.m cósmico, por lo que muchos
autores medievales consideraron que la melancolía era causa de
La primera traducción dei Problema XXX allatín es de mediados la acedia. lO Con el correr de los siglas la acedia, uno de los peca-
dei sigla XIII y Alberto Magno le presta especial atención. dos capitales más abyectos, se transformá en la pereza.
Movido por el afán de reconciliar el corpus aristotélico y los
grandes comentarias de los árabes con la doctrina cristiana e A diferencia del medioevo tardío el Renacimiento no tendría
incapaz de aceptar que los grandes hombres fuesen melancólicos reparos a la hora de aceptar la tesis peripatética. En su obra revo-
por naturaleza, el maestro de Tomás de Aquino hace malabares lucionaria sobre el tema de la melancolía, Marsilio Ficino, el
dialécticos para concluir que los grandes melancólicos del médico y teólogo platônico de la Academia florentina, no sólo
Problema XXX no lo son por temperamento o hábito, sino que retomá la idea del genio melancólico, sino que la enriqueció con
son un caso excepcional de melancolía no natural, producto de sus conocimientos filosóficos, astrológicos y médicos. El De vita
complejas combinaciones en la temperatura de los humores. No ~i publicado en 1489 conjuga la melancolía geniajd';l
hay que olvidar que durante la Edad Media la figura dei melan- Problema XXX con la lo cura divina que evoca Sócrates en el Pedro.
cólico se confunde en muchos casos con la dei acidioso.IB La Ficino, él mismo un atrabiliario sufrido, estaba convencido de
acedia, acaso el más terrible de los siete pecados capitales, era el que la influencia de Saturno era decididamente perjudicial,
mal de los hombres de fe, la enfermedad de los manjes de clau- empujaba al hombre hacia lo profundo de la tierra y alejaba su
sura que caían en una somnolencia espiritual, se les nublaba el m irada de las esferas celestes. No obstante, consideraba también
alma y comenzaban a sentir repugnancia por lo divino. Dante a Saturno el astro más elevado, el planeta más propicio a los
los hizo confesarse hacia el final del séptimo canto de su sabias y a los scholm;, de quienes tanto se compadece Burton.
Inflemo: Para contrarrestar el efecto indeseable que irradia el astro de!
viejo Cronos y lograr la inspiración elevadora, el melancólico

30 31
ANATOM{A DE LA MELANCOL{A INTRODUCCIÓN

debía recurrir a la influencia benévola de Júpiter. El saturnino ta que el grabado San }erónimo en stt estudio, terminado el mismo
influenciado por Júpiter es el verdadero genio melancólico. A fin afio que Melmcolia I, es, en cambio, la manifestación pictórica
de moderar los efectos negativos de Saturno y potenciar el balan- del tercer estadia de la inspiración melancólica.23 Sea de ello lo
ce con Júpiter, Marsilio Fiçino recomienda ai melancólico, como que fuere, los grabados de Durero, indudablemente grávidas de
lo harfa Burton en la segunda partición de Anatomia... , dietas las ensefianzas de Agrippa y Ficino, revolucionaron profunda-
especiales, la ingesrión de determinadas hierbas medicinales, el mente la manera de ilustrar el rastro de la melancolía, como
uso de talismanes y cambias radicales en sus ocupaciones. puede verse en la obra de Lucas Cranach, Matthias Gerung,
Jacob I de Gheyn; y en épocas más tardías, en algunos trabajos
Un gran lector de la obra de Marsilio Ficino y responsable de su de Goya y de Munch.
difusión en la Europa del norte fue Enrique Cornelio Agrippa
de Nettesheim. En la primera versión de su obra De õ;;;;Lta Así como la obra de Ficino había viajado bacia el norte, el graba-
Philosophia ( 151 O), «un auténtico libro de necromancia al estilo do de Durero viajá bacia el oeste, cruzá el mar y llegó a la
del hechicero medievaln,21 Agrippa considera que el exceso de Inglaterra Tudor hacia el último cuarro del sigla XVJ.24 La
bílis negra confiere poderes proféticos y distingue ues niveles de Inglaterra de Isabel I fue un destino a pedir de boca para el críp-
inspiración saturnina. La más terrena! es la inspiración arrfstica, tico Melmcolia I del maestro alemán. Allí el tema de la melanco-
cuyo vehículo es la imaginación, a esta le sigue la inspiración lía era un auténtico lugar común, tanto en la ciencia como en las
racional que concierne a los asuntos de filosofia natural, políti- artes e incluso en el imaginaria popular, como bien lo demues-
ca y medicina. El tercer y más elevado grado de la inspiración tra el estudio de Babb, que habla de ((l~.:!lfermedad isabelinan.25
melancólica es ellas revelaciones divinas, el de los espíritus que El tratado dei médico 1imothy Bright, Treatise of Melancholy era
se vuelven profetas de las grandes verdades religiosas. la obra más importante sobre el tema antes de la aparición de
Anatomia... y entre 1586 y 1612 fue editada en rres ocasiones,
Si la obra de Ficino fue un punto de inflexión en la tradición lo cual da indícios acerca de su popularidad. Entre los poet~s isa-
médico-filosófica, la obra de Alberto D~o -atento lector de la belinos, el paladín de la melancolía fue sin duda George
obra de Agrippa- fue decisiva a la hora de tipificar la iconografía Chapman con su enigmátifo The Shadow of Níght (1593), un
de estas nuevas ideas renacencistas. Según los autores de Saturno canto al humor lloroso y os9uro de la noche que inspira ai poeta.
y canciones, John
y la Maancolía, el emblemático grabado Melencolia I ( 1514) es
una rigorosa ilustración del primer nível de inspiración melancó-
En sus exquisiros sonetos
' -
Donne revela en
tono íntimo y confesional sus cuitas de amor y recorre con ardor
lica que describe Agrippa.22 Por su parte, F rances Yates argumen- los vericuetos de aquello que Burton llamará love-melancholy.

32 33
INTRODUCCIÓN
ANATOM(A DE LA MELANCOLfA

Por supuesto que en el teatro de Shakespeare también abundao res están indudablemente transidos por el vértigo de la melancolía
las almas melancólicas que cantan sus penas sobre el escenario. y habían de seguro esrudiado a Burton. Sin embargo con las luces
Jaques, el melancólico de As yott like it goza profundamente dei dei sigla XVIII la obra entrá en una zona oscura. Luego de la últi-
telúrico humor de Saturno -«1 ca~ suck melancholy out of a ma reedición de 1676, por demás descuidada y con una calidad de
song as a weasel sucks eggs))_26 y su eufórica tristeza contrasta impresión muy inferior a la de las anteriores, no se volvió'a reedi-
con la sosegada depresi~n de quien acaso sea el más famoso tar hasta 1799. Durante este árido paréntesis de más de 120 afios,
melancólico de la histeria de la literatura occidental, el príncipe emperq, no se la dejó de leer y de citar, aunque en muchos casos
~t, por supuesto. En cuanto a la música que nutría de tris- fuese sólo para ridiculizar su erudición proverbial.
teza a Jaques, hay que mencionar las muy populares canciones
para laúd de John Dowland, lacrimosas melodías y letras deses- En su Enciclopedia, bajo la entrada de ccmelancolía)), Diderot
peradas que amenizaban las tertulias. resume la tradicional teoría humoral y critica a ciertos «médico~,
pésimos filósofos)) que atribuyen algunos tipos de melancolía a
Estas son las raíces a partir de las cuales nació ese magnífico la influencia malvada dei demonio y su cohorre de espíritus
árbol de conocimiento que es Anatomia tk la melancolia. Con la infernales;27 el enciclopedista francés podría estar considerando,
llegada del sigla XVII la «enfermedad isabelina)) dio paso a otro entre arras, a Burton y la sección acerca de los demonios en la
mal, Burton podría haberlo llamado la «enfermedad estuarda)). primera partición de la obra. El anticuario Thomas Hearne
Se trataba, en efecto, de la misma melancolía. escribió en 1734 que Anatomia... era el libra más vendido de
todos los tiempos, una obra llena de conocimiento y erudición
El destino de la obra pera que había caído en el olvido y la desgracia.2B No obstante,
en la celebrada novela The Lifi and Opinions ofTristram Shandy.
Las cinco ediciones de Anatomia de la melancolia publicadas en Gentlematz (1759- 1769) de Laurence Sterne, la influencia de la
vida de Robert Burton (1621, 1614, 1628, 1632, 1638) y las tres obra burtoniana es innegable y se ha incluso hablado de plagio.
ediciones posteriores a su muerte b651, 1660, 1676), siete reedi- Sabemos también que Samuel Johnson, uno de los mayores crí-
ciones en poco más de cincuenta .Jnos, hablan por sí solas. La obra ticos !iterarias ingleses de todos los tiempos, admiraba profun-
fue muy bien recibida entre sus contemporâneos y se convirtió en damente Anatomia tk la melancolia.
un referente obligado, al menos durante el sigla XVII. Cuesta no
ver rastros de Burton en Religio Medici y en el genial Urn-Burial Entre los poetas românticos ingleses la obra de Bunon fue
de Thomas Browne o en Il Penseroso de John Milton. Ambos auto- leíd~ casi con veneración. Charles ~ fue el principal encar-

34 35
ANATOMÚ\ DE LA MELANCOLIA INTRODUCCJON

gado de revelaria a sus am igos poetas, entre ellos Coleridge. El La rristeza gozosa que revelan estos versos aparece raramente en
ángel de la melancolía fue cierramente una musa para muchos la prosa de Burton, pero sf es celebrada en e~ argume.nto del
de los jóvenes poetas ingleses que, embelesados por la belleza frontispício de la obra. Luego de la segunda mttad dei stglo XIX
trágica del mundo y cultores de un platonismo exacerbado, can- surge un nuevo movimientb artístico que enarbola la bandera
I
taron la gloria de la caducidad como pocos. En unos versos de de la melancolía. Si el romamicismo había hecho del ccgenio
juvenrud, Coleridge describe el suefio de Melancolía, que con melàncólico» un mártir de la belleza dei mundo, el simbolismo
las mejillas ruborizadas y moviendo los labias, maquina profun- y el decademismo finisecular hacen de él ~rir de la ca~u­
das cuestiones mientras duerme sobre los muros ruinosos de una cidad. El poeta romántico gozaba de la belleza de la flor ai riem-
abadfa.29 Shelley y Byron también conocían · bien la obra y es ~e veía con horror pender sobre ella, como la espada de
fácil ver en muchos de sus cantos la influencia de la lecrura bur- Damocles, la inminencia de su marchirarse, y en esta epifanía

-
toniana. Es en la obra de John Keats, sin embargo, donde
encontramos la marca inconfundible de Anatomía de la melan-
colía. En 1819 su amigo Charles Brown le regala una copia de
agridulce se revelaba su melancolía. El simbolista y el decaden-
tista, en cambio, le cantan a la corrupción, contemplan la flor
ya marchita y, a la manera de necrófilos, celebran más la corrup-
la edición de 1813 que Keats lee cuidadosamente con lápiz en ción que el efímero pasado de belleza sugerido en los rasgos
mano, subrayando y anotando los márgenes. Ese mismo afio putrescentes. Los Spleen de Baudelaire en Les Jlmrs du mal y las
escribe dos poemas que publicará al afio siguiente y que están novelas de Huysmans y Zola son magníficos ejemplos de esta
cierramente inspirados en su reciente lectura. El rema de Lamía actitud estética.
está tomado de un relato en la Vida de Apolonio que recoge
Burton en la tercera parrición de su obra, cuando discurre acer- Esta ambivalencia que produce la melancolfa, como un torbe-
ca de la melancolía amorosa. Cuenta allí Burton, parafraseando llino de sentimienros contradicrorios eventualmente y por cier-
a Filosrrato, la hisroria de un joven filósofo que se enamora de to a causa en gran medida de los avances de la medicina moder-
una·serpiente que ha adaptado la forma de una bella damisela.30 na, se !leva todo rastro de la antigua discusión mé.dica hu111oral
La Ode on Melancholy, por su parte, celebra el dulce placer de la y se convierte en el /eit-motiv dei artista melancólico. De este
melancolía, esa ccnube llorosa que cae dei cielon inflamando el modo el siglo XIX da los últimos retoques al concepto de melan-
corazón y la fantasía del poeta solitario. colía en vigencia hasta nuestros días, una intoxicante tristeza que
produce regodeo y que puede, o no, encender la mecha de la
Ay, in the very remple of delight creatividad artística. Esto no es sino aquello a lo que Burton lla-
veilcd Melancholy has her sovran shrinc.31 maba ccdisposición melancólica»: el estar melancólico, que se

36 37
ANATOM(A DE LA MELANCOLfA
INTRODUCCIÓN

opone al ser melancólico. En consecuencia la obra de Burton Incluímos aquí el comienw y el final de la presentación de la
deja de ser leída como lo que pretendió su autor que fuera, un obra que hace Demócrito Junior. De la primera partición presen-
manual de medicina, un diagnóstico universal de la pandemia tamos las dos primeras secciones dei miembro primero, hasta la
que asola a los hombres. subseccíón cuarta inclusive. Estas textos contienen la digresión
sobre anatomía, la definición de melancolía, los tipos de melan-
En -el sigla XX Anatomía de la melancolía vive un nuevo renaci- colía y las principales causas de la enfermedad. Por último ofre-
miento. Beckett la evoca, Borges la cita, Burgess la glorifica, cemos la famosa subsección quince, sección segunda, miembro
Sebald la supone, Cioran la banaliza. En. 1932la edita Everyman's tercero siempre de la primera partición, que es la digresión sobre
Library con una magnífica introducción dei célebre ensayista Y las miserias de los estudiosos y sobre las musas melancólicas.
bibliófilo George Holbrook Jackson. Entre 1989 y 1994 Thomas
C. Faulkner, Nicolas K Kiessling y Rhonda L. Blair finalmente La importancia que confiere Burton al mal de la bílis negra
publicao en Oxford Clarendon Press la edición crítica en tres puede sorprender allector moderno. Puede uno pensar que al
volúmenes. Aparecen además traducciones al francés, italiano, acusar a la mel~ncolía de ser causa de todos los males humanos
alemán y espafiol, y se publican los muy doctos y agudos estu- y al acusar a todos los males naturales y sobrenaturales de ser
dios de Jean Starobinski32 y Stanley Jackson33 sobre el problema causa de la melancolía, el autor peca de sl_mplismo. Puede uno
de la melancolía que vuelven de algu~a manera a andar el cami- acaso considerar que la manfa de la cita sistemática no pane en
no marcado por Robert Burton. evidencia más que la falta de originali9ad dei autor. Puede uno
incluso concluir que se encuenrra frente a un monumento al
Acerca de esta edición narcisismo y a la petulancia intelectual. Sin embargo, antes de
precipitamos a sacar semejantes conclusíones, convíene tener en
En el prólogo ai Libro de Los seres imaginarias, Jorge Luis Borges cuenra algunas cuestiones.
sefiala que las misceláneas como la que él mismo está prologan-
do, o como Anatomía de la melancolía, no exigen una lectura El mayor aporte de Burton ai tema de la melancolía es el haber-
continua, sino que funcionan mejor como obras de consulta. la pensado a la luz de un vastísimo número de testimonios y
En el mismo espíritu se inscribe la presente edición. Dada la ejemplos recogidos a lo largo y ancho dei tiempo y del espacio,
extensión de la obra hemos decidido hacer una antología de las como un mal global, como el principal obstáculo que se alza
partes más importantes dei prólogo al lector y de la primera entre e! hombre y la felicidad. El melancólico ya no es quien
partición. nació con un exceso de bílis negra en el cuerpo, ya no es el genio,

38 39
ANATOMIA DE LA MELANCOL!A INTRODUCCIÓN

o el avaro, o e! libidinoso, o el misántropo; la melancolía es una da, pasto de horrores, de angustia y de miseria sea recorrida por
pandemia y nos afecra en mayor o menor medida a rodos, es la su obra. Que el futuro la encuentre en rincones insólitos,
c~di~ión del ser en este mundo y las receras para paliar sus efec- hablando en lenguas extrafias, deleitando a gentes diversas, ilu-
tos son tan variadas como variados so.n sus ripas y sus causas. minando a algunos, asisciendo a rodos. Este parece haber sido el
deseo de Robert Burton y por qué no concedérselo.
Anatomia de la melancolía es una obra que posee una superabun-
dancia de eiras de textos ajenos, pero el hábito de la cita cons- Pablo Maurette
tante responde a una necesidad metodológica. Burron precisa de
estas citas para determinar sus referencias ai universo de la cien-
cia, la literatura, la historia y la filosofía. Las eiras constituyen el
alma dei rexro, organizado por Burton en virrud de esta estrare-
gia citacionista, un ripa de interrexrualidad que constituye el eje
de configuración de su obra. A partir de esta interrexrualidad
Burton se permite evocar una multitud de voces, ordenarias y
ponerlas ai servicio de su enorme proyecro. Así nuestro
Demócrito Junior, el más audaz entre los exploradores de biblio-
tecas, logra un trabajo original, pionero, altruista e inspirador.
El rictus amargo de la pedantería está ran ausente de la obra
como cualquier otra clase de intención mezquina.

En la página que sigue a la dedicatoria, antes de presentar la


cubierta de la obra, antes de versificar el abstmct y bastante antes
de dirigirse a sus lecrores, Demócrito Junior escribe unos versos
en latín a modo de saludo a su propia obra: Demoo:itus Junior
ad librum suum. «Ve, libra -dice el autor- ve feliz por donde
quieras, ve por roda la tierra». Que aquella rierra anchísima que
él apenas se asomó a ver a través de las ventanas infinitas de la
biblioteca oxoniense, que aquella cierra can variada y tan colori-

40 41
NOTAS

NOTAS
I B. Según Agamben la acedia en la Edad Media, ai igual que la mclaricolla dcl Problrma
I . Bmrand Russdl, History oj\'fl'aum PhiloJOphy (Londres, 1946, p. 291 ). XXX, no tenla •una valoración puramente negativa• (Giorgio Agamben, Estancias: La
palabra y ti fomasma m la cullllra occidmta~ en esp:tfiol, Valencia, 200 I, p. 4 1).
2. Hipólito, R~Jutaâotus (9,6), Plur:uco, & so/L Anim. (964 e).
19. Dante, Commcdia: bzftmo VII (121-123): • ... Tristes fuimos/en cl aire dulcc que se
3 . Michel de Momaignc, •De Demócrito y Heráclito•, en Emayos (Cap. L).
al~gra dei sol,/llcvando dentro acidioso humo•.
4. Se ha argumentado que cn c:l verano de 1597 cl joven Burton cstuvo cn Londres visi-
20. Sicgfri~d \Vcnzcl, • Thc Scvcn Dcadly Sins: Some Problems of Research• , Spmtlttm
tando a su hcrmano. Durante su estadia en la capital habrla consultado en repetidas oca-
(XLIII, 1968, 1), pp. 1-22.
siones :í un médico, un tal Simon Forman, quien le diagnosticá melancolia severa (cf.
Barbara H . Trnistcr, •Ncw Evidencc about Burto1's Melancholy?•, Rmaissanc~ Quartafy 21. Sawmo y la Mcúzncolía, p. 336.
(Vol. 29, No I, 1976, pp. 66-70). 22. Op. cit., p. 343.
5. Phil01ophamr fue editada por primera vez c I 862 y traducida ai inglc!s por Paul 23. Frances A. Yatcs, La filosofia oculta m la lpoca isab~lina (cd. cn cspafiol, México,
Jordan-Smirh rcci<én en 1931 (Stanford University Prcss, c~Jifornia) . 2000), p. 99.

6 . Burucúa la llama •una de las primeras cnciclopedias de patologia de la historia• U.E. 24. Bunon lo menciona en su obra y se muestra csp~cialmcncc interesado en la mirada
Burucúa, Sabios y Mamzitoncs, Buenos Aires, Lugar Editorial, 1993, p. 130). perdida del ángd r~mcnino y cn su aspecto desalmado, notas que él mismo consid~raba
7. Sigmund Freud, DucÚJ y Mcúzncolút (/917), en Obras Compl~ti1J (vol. XlV) . sintomas inronfundibles de la mdancolía (cf. Pt. I, Scc. 3, Mcm. I , Subs. 2).

B. Waltcr Benjamin, Die Ursprzmg d~s &utrclmz Traumpi~/s (1925, rced. 1982, p. 121 ). 25. Lawrence Babb, Tbr E/izab~tlmn Maladj1 a SNtdy oJM~Úincholia ;, English Liuratnrc
Jrom 1580 to 1642 (Michigan State Univcrsiry, 195 1).
9. Pt. 3, Sec. 4, Mem. I, Subs. I.
26. •Pucdo succionar melancolia de una canción romo una comadreja succiona huevos•
10. Pt. 3, Scc. 4, Mem. I, Subs. 2.
(Ar you like it, Ar:.t li, Sccnc V).
11./bidmt.
27. Denis Didcrot, Enqclopldir ou Dictionair~ raisomrl d~s teimas n des arts (I 751-
12. Cuando me voy a meditar cn soledad/ pensando diversas cosas ya conocidas,/ cuan- 1772), vol. X MAMMY, pp. 280-282.
do construyo castillos cn el airc/ vado de pena y vaclo de miedo,/ disfrurando entre dul-
28. Thomas H carne, Rcliquiac H~amia11a~ (Londres, I 857).
ces fimtasmas,/ me p:uccc que el ticmpo corre tan rápido ... / Todas mis alegrias frente a
esta son tontcdas,/ nada es tan dulcc como la melancolia. 29. Samud Taylor Coleridgc, Mamzcbofy: a Fragmmt (Morni11g Chro11icl~. 1794).

13. Charlcs Lamb, carta a Thomas Manning (abril de !BOI). 30. En su Libra d~ los s~res lmaginarios Borges incluyc a las L'lmias y cita a Burron.

14. George Sampson, Thc Condu Cambridg~ History ofEnglish Liumtur~ (Cambridgc, 31. John Kcats, Od~ o11 Maanc/,oly (1820): .Ay, cn d mismlsimo templo dcl deleite/
1957), p. 205. ti~ne la velada Melancolia su soberano aharo (III 5-6).

I 5. Paul Jordan-Smith, Bibliogmphia Burtoniana: A Swdy of Robm Burton's thc 32. Jc:m St:uobinki, Trois Frtr~urr (P:uís, 1974).
Anatomy of Maancholj; witb a Bibliography of Burton's \\i"ritings (Stanford Univcrsity 33. Stanlcy W. Jackson, Mcúzncholia and Drprrssio11: From Hippocratic Iima to Modmz
Prcss, 1931). Iim~s (Yalc Universiry Press, 1986).
16. L1 obra m:ls completa acc!Cl de la historia de la cnfcrmcdad sarumina y su iconogra-
fia a lo largo de los siglos hasta d Rcnacimicnro sigue siendo b de Klibanslcy-Panofsk-y-S:ul,
Sawrn and MtlanciJofy (londres-Nueva York, 1964).
17. Klibansky-Panofsky-Saxl, Sawmo y la M~Úincolía (Madrid, 1991 ), p. 128: Envidioso
y triste, rodicioso y agarrado/ No cxento de falscdad, apoc:tdo, amarillcnto.

42
43
Nota del editor
La rraducción se basa en la edición de 1932 de George
Holbrook Jackson, que publicá Everyman's Library. A partir de
mediados dei siglo XIX, las inconrables frases en latín que formao
parte del rexro comenzaron a ser rraducidas al inglés por sucesi-
vos editores. Aunque no muy fieies a la letra del original, estas
versiones conservao ei espíriru que animaba la pluma de Burron
y son amistosas hacia ei lecror. Hemos decidido conservarias y
volcarlas al casrellano. Apareceo entre corchetes en ei cuerpo del
rexro. La ausencia de corchetes indica que la versión pertenece a
Roberr Burron mismo.

También son dei autor todas las noras al final. Hemos resperado
las abreviaturas con que se refiere a los autores clásicos que cita.
Las pocas veces que Burron rraduce al inglés los títulos de las obras
citadas, los hemos rraducido\al castellano. En los demás casos que-
dao abreviadas y en su idioma original, ral como Burron las escri-
bió. Las citas bíblicas corrd ponden a la versión Reina-Valera de
1569. En cuanro a las abreviaturas con que Burron designa los
libras bíblicos, en ei cuerpo del texto las hemos unificado siguien-
do ei criterio establecido por los editores de la Bíblia de Jer.usalén
(Desclée de Brouwer, Bilbao, varias ediciones).

45
HONORATISS!MO DOMINO
NON M!NVS VIRTUTE SUA, QUAM GENERIS SPLENDORE,
ILLVSTRISSIMO,
GEORGIO BEKKLEIO,
MIL!Tl DE BALNEO, BARONI DE BERKLEY, MOUBREY, SEGRAVE.
O. DE BRUSE,
DOMINO SUO MULTIS NOMINIBUS OBSER;VANDO,
HANCSUAM
MELANCHOLIAE ANATOMEN,
JAM SEXTO REVISAM, D.D.
DEMOCRITUS JUNIOR.

AL MUY HONRADO SENO R,


ILUSTR!S IMO NO MENOS POR SU VIRTUD QUE POR EL BRILLO DE SU
ESTIRPE,
GEORGE BERKELEY,
CABALLERO DE LA ORDEN DEL BANO, BARÚN DE BERKELEY, MOUBRY,
SEGRAVE,
SENO R DE BRUSE,
EN DEFERENC!A A SUS MUCHOS TfTULOS.
ESTASU .
ANATOMfA DE LA MELANCOLiA,
REVISADA YA POR SEXTA VEZ. DEDICA
DEMÓCRITO JUNIOR.
El argumento del frontispicio
Diez distintos cuadros se ven separados,
Unidos en uno por el arte del grabado.

I
El viejo Demócrito bajo un árbol,
Sentado en una piedra, un libro sobre la rodilla.
En torno a él cuelgan muchas figuras
De gatos, perros y parecidas criaturas
_·\._N.i·\ : r O l\1Y O .1~' Que él anatomiza
:\.f.f:L_I\N C II O T.1'
117ltU: ir. ir. lPir.A. tlll. riu~ l..'iiJd.>'. tttu.,·r:.···
Para encontrar la sede de la cólera negra.
,I'JIIIIJI /IJTI/.I,f"'r~~~~~~~J,f//I.'IS .(• .J'(UII-rtl f I 'IJI)·•,,· t~F' ir.. Sobre su cabeza, el cielo
In tlrrrf' l'><l"lill<.nll' . witll. tht<il" H<"l"l"l"ltl
.St•c tiu tl!i,llllllll.H·L· u ."<.: •ntlu;c.• t·• H U l!'i • Y Saturno, sefior de la melancolía .
.l'lil/o.•"l'}lhi.>J/~1/. . lkdinilll 1/1,1.
I.Tr.~'f,,,.;, .,.,JJ!I t~ ~.nnl.\: tllf· ~~p.

JJY li
.Dt::tll<'t:rilu.•· ,lutú tn;
A la izquierda un paisaje de Celos
fl'i'll1 ,, Jfr~'/IUrll J h.oFnn·· c:uudtnill,'/
hl lhe li•llt.m•it~9 .IJM'IYJI/r.rt~ . Se presenta a tus ojos.
.'l"h,, S"J. rtA ..it.tiri,,,.. ce•...rntrtl.. lltl d .
u u:;mr.n tai ~y drr. .dnrlurr, Un martín pescador, un cisne, una garza,
Dos gallos de rifia puedes discernir.
Dos toros furiosos dispuestos
A atacarse por cuestiones de hembras.
Símbolos son; no digo más,
Deduce el resto por lo que se ve.

49
ANATOMfA DE LA MELANCOLfA EL ARGUMENTO DEL FRONTISPICIO

III v
El siguiente, la Soledad, Hypocondriacus se recuesta sobre el brazo.
Bien expresa en su retrato. El viento en el costado le hace mucho dafio
Perro y gato, gamo y gama, Y mucho lo turba; Dios sabe
Liebres, conejos duermen en un desierto; Cuánto dolor sufre y cuántas penas.
Por sobre el umbrío follaje murciélagos, búhos En torno a él, jarros y frascos
Revolotean en la melancólica oscuridad. Recién traídos de la botica.
Fíjate bien: si no es como debiera, Esto lo producen los aspectos de Saturno
Culpa al mal grabador, no a mí. Que ves representados en el cielo.

IV VI
En la columna inferior está Debajo de ellos, hincado de rodillas,
Jnamorato, cruzado de manos; Ves a un hombre supersticioso:
Gacha la cabeza, pulcro y atildado, Ayuna, reza, con la vista fija en su ídolo.
Seguramente medita algún verso. Lo atormencan la esperanza y el miedo;
Su laúd y sus libros en torno a él, Más se esfuerza, quizá, para irse al infierno,
Como síntomas de su vanidad. Que tú por ganarte el cielo.
Si esto no revela bastante, jAy! Pobre alma, pena me das,
Para verlo a él, tómate de la nariz. ~Qué estrellas te impulsan a ser así?

VII
Mira como rabia el Loco abajo a la derecha
Con miradas furiosas; atroz visi6n.
Desnudo y encadenado está
Y no hace más que rugir, sin saber por qué.
Obsérvalo, porque como en un espejo
A ti mismo cuando airado verás.

50 51
ANATOM!A DE LA MELANCOL!.A
EL ARGUMENTO DEL FRONTJSPICIO

No dejes de tener su retrato presente; Míralo, pues, contémplalo y ve:


Entre él y tú no hay diferencia. Así como te agrade, le agradarás tú a él.
Y en lugar de él, me presentaré yo,
VIII, IX Para ponerme a tus órdenes, lecror, adiós.
Borraja y heléboro ocupan dos escenas,
Plantas soberanas para purgar las venas
De la melancolía y alegrar el corazón
De esos negros vapores que le duelen;
Para despejar el cerebro de neblinosas brumas,
Que emboran nuesrros sentidos y obstruyen el alma.
La mejor medicina que Dias haya hecho para
Este mal, si se las usa bien.

X
Ahora, último en ocupar un lugar,
Se presenta el rostro de! Autor;
Y la guisa bajo la que figura
Es como su imagen aparece ante d mundo.
Su mente no hay arre que la exprese,
Por sus escritos debes adivinarla.
No fue el orgullo ni la vanagloria
(Aunque muchos lo hagan comúnmente)
Los que lo llevaron a hacerlo: si quieres saberlo,
Es porque d imprentero dijo que era necesario.
Entonces, no lo mires con el ce.fto fruncido ni te mofes
Ni te rfas ni lo menosprecies ni una pizca,
Pues sin duda lo que tú hagas con él
Él lo hará contigo.

52 53
Demócrito Junior allector
Amable lector, presumo que tendrás mucho deseo de inquirir
quién es este moharracho o actor caracterizado que se entrome-
te con tanta insolencia, presentándose a la vista del mundo en
este teatro común y arrogándose el nombre de otro; de dónde
viene, por qué lo hace y qué tiene para decir. Pero, como dijo
uno:I Primum si nolttero non respondebo, quis coacturns est? Soy
hombre libre por nacimiento, y puedo decidir si decido o no;
~quién puede obligarme? Si me urgen, responderé con tanta
prontitud como ese egípcio en Plutarco,2 cuando un sujeto
curioso quiso saber qué llevaba en su cesta: Quum vides vclatam,
quid inqttiris in rem absconditam? Que estaba cubierra para que
aquél no supiera qué había en ella. No quieras descubrir lo
oculto; si los contenidos te placen «y te son útiles, supón que
su autor es el Hombre de la Luna o quien quieras>•;3 elijo no
ser conocido. Pero para darte alguna suerte de satisfacción,
cosa que yo no necesito, te daré una razón tanto de ese nom-
bre usurpado como dei título y del tema. Primero, lo del
nombre de Demócrito; no vaya a ser que, en razón de él, algu-
no resultase engafiado, esperando un pasquín, una sátira, algún
ridículo tratado (yo mismo lo habría hecho), algún prodigioso
postulado o paradoja acerca del movimienro de la tierra, de
mundos infinitos, in infiuito vacuo, ex fo1'tuita atomorum
collisionc -en un erial infinito, causados por la colisión acciden-
tal de moras en el sol-, todo lo cual Demócrito sostuvo,
Epícuro y su maestro Leucipo mantuvieron en la antigüedad y
últimamente reviven Copérnico, .Bruno, y algunos otros.

55
ANATOMiA DE LA MELANCOLfA DEMúCRJTO JUNIOR AL LECTOR

Además, siempre fue costumbre habitual, como observa Gellio,4 que no puedo expresarme bien sin antes haber expuesto una
<<que escritores e impostores recientes aborden muchas ficciones breve semblanza de este nuesrro Demócrito, quién fue, y un epí-
insolentes y absurdas bajo el nombre de filósofo can noble co- coine de su vida.
mo Demócrito, para darse crédito y ser así más respetadosn,
como habitualmente hacen los ardfices que Novo qui marmori Demócrito, según lo describen HipócratesB y Laercio,? fue un
ascribtmt Praxitelen suo [que firmao una nueva estatua hecha por viejecillo avellanado, muy melancólico por naturaleza, averso a
ellos ·c on el nombre de Praxíteles]. No es ése mi caso. la compafiía en sus últimos días y muy dado a la soledad, 1°
famoso filósofo en su época, coevtts de Sócrates, 11 hasta el fin
Non hic Cmtauros, non Gorgonas, Harpyasqtt( completamente adicto a sus escudios y a una vida retirada; escri-
Invmi(s, homin(m pagina nostra sapit.5 bió muchas obras excelbntes, fue gran teólogo -según la teolo-
gía de esos tiempos-, mlédico experto, político, excelente mate-
«Ni centauros ni gorgonas quieras encontrar aquí mático, como Diacosmk12 y sus demás obras atesciguan. Lo
Mis sujetos son el hombre y la humanidad.n deleicaban mucho los escudios de granjería, dice Columella,13 y
veo que Conscantinol4 y otros lo cican a menudo a ese respecco.
T ú mismo eres el tema de mi discurso: Conoda las nacuralezas y diferencias de rodas las bescias, plan-
tas, peces y aves; y, según dicen algunos, encendía sus cantos y
Quicquid agrmt homints, votttm, timor, ira, volttptas, voces.I5 En una palabra, era omniforiam docttts: un erudito gene-
Gaudia, disct1rms, nostri forrago lib(lli.G ral, un gran escudiante; y, con la intención de contemplar mejor,
encuentro que algunos cuentan16 que se arrancá sus propios
«Todo lo que los hombres hacen, se proponen, temen, en la ira ojos y que en su vejez quedá voluntariamente ciego; pera veía
y como Juego, más que todos los habitantes de Grecia juncos y escribió sobre
Gozos y divagares son la suma de mi informe.,, rodos los temas: 17 Nihi/ in toto opificio natttrae, ck. quo non
scripsit. [No había nada de todo lo que compone la nacuraleza
No tengo otra intención al emplear su nombre que la que tuvie- sobre lo que no escribiera.] Era hombre de excelente ingenio y
ron Mercurio Gallobelgico, Mercurio Britânico al usar el nom- profundo juicio; y con el fin de mejor alcanzar el conocimiento,
bre de Mercurio; Demócrito Cristiano7 [el suyo], etc.; aunque viajá en su juvencud a Egipto y Acenas1B para departir con hom-
hay algunas Q[ras circunstancias que hicieron que me enmasca- bres instruidos; «admirado por unos, despreciado por otrosn.l9
rara haja esta visera y algunos pormenores particulares sobre los Tras una vida errabunda, se estableció en Abdera, una ciudad de

56 57
ANATOM !A DE LA MELANCOÚA DEMÓCRITO JUNIOR AL LECTOR

T racia, a donde, según pretendeo algunos, fue convocado como (pudiendo disponer de bibliotecas tan buenas como las que él
legislador, copista o escribiente de la ciudad; otros dicen que nunca haya tenido)25 y por lo tanto me repugnaría ser un miem-
nació y se crió allí. Como sea, allí vivió al fin, en un jardín de bro inútil o indigno de tan instruída y noble sociedad por vivir
los suburbios, completamente entregado a sus estudios y a una como un zángano o escribir cualquier cosa que fuese deshonro-
vida retirada, «a excepción de que, a veces, caminaba hasta el sa en modo alguno para tan soberana y amplia fundación. Algo
puerrou,20 donde «reía de buena gana ante la variedad de obje- he hecho, aunque por oficio soy teólogo, pera, como dijo uno,ZG
tos ridículos que veíau.21 Tal fue Demócrito. turbine raptus ingenii -por lo fluido de mi ingenio- y la incóns-
rancia e intranquilidad de mi mente, he renido gran deseo, por
Pera, a todo esta: ~de qué modo me concierne ello a mí, y bajo ser incapaz de alcanzar una habilidad superficial en nada, de
qué referencia usurpo su hábito? Confieso, sí, que compararme saber un poco de todo, ser aliquis in omnibus, nullus in sing;ulis
con él por algo de lo que !levo dicho sería impudencia y [un alguien en el conocimiento de todo, un nadie en todos los
arrogancia. No pretendo trazar ningún paralelo, antistat mihi demás remas] -lo que Plarón recomienda27 y, de é!, Lipsio
millibus trecentis [me lleva una ventaja incomensurable]: parvus aprueba y desarrolla-;28 de ser <<capaz de aprender rodos los
sum, rmllus sum, altum nec spiro, nec spero22 [soy insignificante, saberes curiosos, no esclavo de una ciencia, ni demorarme úni-
nadie, tengo poca ambición y escasas perspectivas]. Pera sí camente en un solo tema, como hacen casi todos, sino vagar,
puedo decir de mí, y espero que. sin hacerme sospechoso de centum puer artíum [uno que puede hacer cualquier cosa], tener
orgullo o infatuación, que he llevado una vida silenciosa, seden- un remo en cada bote, probar de cada plato, sorber de cada
taria, solitaria y retirada -mihi et musis [dedicada a mf mismo y copa>>,Z9 lo cual, dice Monraigne,~o fue bien hecho por
a mis estudios]- en la universidad, durante casi tanto tiempo Aristóteles y su instruido compatriota Adrian Turnebus.
como el que pasó Xenócrates en Atenas, ad senectam fire [prác- Siempre tuve este humor errabundo (aunque no con tanto éxito
ticamente hasta mi vejez], para adquirir conocimiento como lo como ellos) y, como un perro de aguas que, al salir de caza, le
hizo él, encerrado casi siempre en mi estudio. Pues me crié como ladra a cada ave que ve, abandonando el rastro, he seguido todo,
estudiante en e! colegio más floreciente de Europa, augustissimo menos lo que debía, y puedo aducir con justicia y verdad que
collegio23 y puedo jaccarme, como Jovio,24 casi, que in ea luce qui ubique est, nusquam est [quien está en roda~ partes no está- en
domicilií Vaticani, totíus orbis celeberrimí, per 37 annos multa ninguna] (lo que Gesner, por modesria, dice haber hecho);31
opportunaque didici [durante 37 afias aproveché bien mis opor- que leí muchos libras pero con p~co resultado, por falta de buen
tunidades de estudiar enla mundialmente renombrada bibliote- método: me he tropezado confusamente con diversos autores en
ca dei .Vaticano]; desde hace creinta a fios soy un estudioso nuesrras bibliotecas, aprovechando poco por falta de arte, orden,

58 59
ANATOM(A DE LA MELANCOL(A DEMÓCRITO JUNIORAL LECfOR

memoria, juicio. No viajé sino en mapas y carras, sobre los cua- desempefian sus partes, que me parecen representar en forma
les mis pensamientos desencadenados se explayaron libremente, tan diversa como las que se ven en un teatro común o escenario.
pues me deleitá especialmente el estudio de la cosmografía. Me encero de nuevas noticias cada día y de los habiruales rumo-
Saturno fue el sefior de mi genitura, culminante, etc., y Marte res de guerras, plagas, incendios, inundaciones, rabos, asesina-
el principal significador de mis inclinaciones, en conjunción tos, masacres, meteoros, cometas, espectros, prodígios, aparicio-
partil con mi ascendente; ambos aforrunados en sus casas, etc.32 nes, de plazas tomadas, de ciudades asediadas en Francia,
No soy pobre, no soy rico; nihil ~st, nihil dust -tengo poco, Alemania, Turquía, Persia, Polonia, convocatorias y preparacio-
nada me falta-: todo mi tesoro está en la torre de Minerva. nes diarias como las que presenran estas tiempos tempestuosos,
Nunca pude obtener un cargo mayor, de modo que a nadie se batallas combatidas, tantos hombres muertos, monomaquias,
lo debo, recibo un mantenimiento (úms D~o} de mis nobles y naufragios, piraterías y combates navales, paz, ligas, estratage-
munificenres patrones, pera aún vivo como estudiante colegia- mas y nuevas alarmas. Una vasta confusión de votos, deseos,
do, al igual que Demócrito en su jardín, y !levo una vida monás- acciones, edictos, petirorios, pleitos, súplicas, leyes, proclamas,
tica, ips~ mihi theatrum [suficiente diversión para mQ, alejado de quejas, agravios !lega a diario a nuestros oídos. Nuevos libras
los tumultos y problemas de! mundo, ~t tanquam in sp~cula posi- cada día, panfletos, bolerines, relatos, catálogos enteros de volú-
tus (dice uno),33 en algún lugar elevado por encima de todos menes de toda suerte, nuevas paradojas, opiniones, cismas, here-
vosotros, como el Stoietts sapi~ns, omnia saem/a, pra~taita prae- jías, controversias en fUosoffa, religión, etc. Ahora llegan nuevas
sentiaqtt~ videns, uno velut irztuitu [el filósofo estoico que de un de bodas, mascaradas, carnavaladas, diversiones, jubileos, emba-
vistazo recorre todas las eras hasta el presente]. jadas, justas y rorneos, trofeos, triunfos, festejos, deportes, jue-
gos; después, como si se cambiara de decorado, traiciones, enga-
Oigo y veo lo que se hace fuera, como otros corren, cabalgan, se nos y estafas, rabos, enormes villanías de toda clase, funerales,
afanan y maceran en la corte y el campo;34 lejos de esos pleitos encierros, muertes de príncipes, nuevos descubrimienros, expe-
querellosos, aulae vanitatem, fori ambitionem, rid~r~ m~ettm soleo diciones; ora asunros cómicos, ora trágicos. Hoy oímos que han
[me río solo ai ver las vanidades de la corte, las intrigas de la vida sido designados nuevos lares y cargos, mafiana de la deposición
pública]. me río de todo; ((mi seguridad no depende de si pier- de algunos grandes hombres, luego, que se han conferido nue-
do mis pleitos o mis naves naufragan», de si el grana o la hacien- vos honores; sueltan a uno, aprisionan a otro; uno compra, otro
da se malogran, el comercio decae, «no tengo mujer ni hijos, quiebra; uno medra, su vecino va a la bancarrota; abundancia
buenos ni malas, a quienes proveer».35 Soy un mero espectador ahora, escasez y hambruna luego; uno corre, otro cabalga,
de las fortunas y aventuras de los otros hombres, de cómo disputa, ríe, Hora, etc. A diario oigo estas y otras parecidas noti-

60 61
ANATOM[A DE LA MELANCOLlA DEMÓCIUTO JUNIOR AL LECfOR

cias privadas y públicas; entre lo galano y lo miserable de! la libertad de palabra o, si quieres saberlo, por la razón y único
mundo, jovialidad, orgullo, perplejidades y preocupaciones, motivo que Hipócrates expone en detalle en su Epístola a
simplicidad y villanía; sutileza, truhanería, candor e integridad, Damageto, donde expresa que, al ido a visitar un día, se encon-
mutuamente mezdados y ofreciéndose, sigo adelante privtts trá a Demócrito en su jardín de Abdera, en los suburbios, bajo
privatus [en completa privacidad]; como siempre viví, continúo una umbría glorieta,39 con un libra sobre las rodillas, acareado
haciéndolo, statu quo pritts, relegado a una vida solitaria y a mis en sus estudios,40 escribiendo a veces, caminando otras. El tema
propios descontentes domésticos; a no ser porque a veces, ne de su libro era la melancolía y la locura; en torno a él yadan las
quid mmtiar [para no ocultar nada], tal como Diógenes iba a 1~ carcasas de diversas bestias, recién disecadas y anatomizadas por
ciudad y Demócrito al puerto para ver las modas, yo, para m1 él; no porque despreciara a las criaturas de Dias, como le dijo a
recreación, una que otra vez salgo y veo el mundo, y no pude Hipócrates, sino para encontrar la sede de su atra bílis o melan-
sino hacer unas pecas observaciones, non tam sagax observator, ac colía -de dónde procede, cómo se engendra en los cuerpos de
simplex recitator [no tanto para notar con agudeza como para los hombres- con la intención de mejor curada en sí mismo y
simplemente presentar los hechos], ni para mofarme y reírme de enseflarles a los otros cómo prevenida y evitarla11 co n sus escri-
todo como ellos lo hicieron, sino con pasión mezclada. tos y observaciones. Hipócrates elogiá altamente ese buen inten-
to [de Demócrito]; por lo tanto Demócrito Junior se toma el
Bilem saepe, jocttm vestri movere tumulttts.36 atrevimiento de imitado y, como [Demócrito] dejó su tratado
imperfecto y ahora se ha perdido, quasi succenturiator Democriti
[«Tus cuitas más preciadas han sido icuán a menudo! objeto de [como sustituto de Demócrito], [se atreve] a volver a revivir,
mi risa y mi fastidio.»] proseguir y finalizar su tratado.

A veces me rei y mofé con Luciano y censuré satíricamente con Ya te di razón de mi nombre. Si el título y su explicación ofen-
Menipo, me lamenté con Heráclito; otras veces petulanti splene dieran tu gravedad, y si acusar a otros fuese justificación sufi-
cachinno37 (fui incitado a fuertes risas de talante burló n] y tam- ciente, podría mostrarte muchos serias tratados, sermones,
bién urere bilus jecur3B [mi hígado se inflamá de bílis] y me sentí incluso, que llevan nombres aun más fantásticos en su primera
muy conmovido ai ver abusos que no puedo enmendar. Por más página. Como sea, hoy día endilgarle un título fantástico a un
que pueda parecerme a él o a ellos en lo que hace a tal pasión, libra que se quiere vender es una suerte de política; pues dei
no es por eso que me velo con su nombre; sino que presentarse mismo modo en que las alondras caen en las redes, muchos
bajo un~ guisa desconocida permite un peco más de holgura en vanos lectores se demoran y se quedan, como los tontos espec-

62 63
DEMÚCRITO JUNIOR AL LECTOR
ANATOMfA DE LA MELANCOL(A

Simul et jucu.nda et idonea dicere vitae


radares que, en el raller de un pintor, miran algún cuadro cómi-
Lectorem detectando simui atque monendo. 47
co pera no uno juicioso. Y, de hecho, como observa
Escalígero 42 <<nada atrae tanto allecror como un argumento que
[<<Para a la vez beneficiar y deleitar a la humanidad,
nunca buscá ni pensá; ni vende mejor que un insolente panfle-
y unir lo instructivo a lo agradable.))]
to», tum mttxime cu.m novitas excitat palatum [en particular
cuando lo que le da sabor es la novedad]. <<Muchos hombresl>,
Con este fin escriba {como aquellos que, dice Luciano, <<recitan
dice Gelio43 <<son muy ingeniosos para escribin>, «y son capaces>>
a los árboles y declaman a los pilares por falta de audiencia))),
(como cuenta Plínio de Séneca)44 <<de hacer que se demore uno
según confiesa francamente Pablo de Egina: <<No porque nada de
que salió de prisa a buscar una comadrona para su hija, que está
ello sea desconocido ni omitido, sino por ejercitarme,,4B -cuyo
a puma de dar a luz». Por mi parte, rengo honorables preceden-
curso, si algunos lo tomaran, pienso sería bueno para sus cuerpos
tes para esta que he hecho:45 citaré uno en representación de
y mucho mejor aún para sus almas-; o por ventura, como hacen
todos: Anthony Zara, obispo de la iglesia de Roma, su Anatomia
otros, por fama, para mostrarme: Sciire ttmm nihi/ est, nisi te scire
dei ingenio en cuatro secciones, miembros, subsecciones, etc.,
hoc sciat a/ter [tu propio conocimiento es nada a no ser que otro
que puede leerse en nuestras bibliotecas.
sepa que sabes]. Podría ser de la opinión de Tucídides: <<Quien
sabe una cosa y no la expresa, es como si no la supiera>>.49
Si a alguno lo ofende la forma o manera en que trato este mi
Cuando puse manos a la obra por primera vez et quod ait ille,50
tema, y me exige razón de ello, tengo más de una para alegar.
impe//ente genio negotium smcepi [y, como él dijo, emprendí tra-
Escriba sobre la melancolía para mantenerme atareado y evitar
bajo por un impulso interior], le apunté a esta: ve/ ut lenirem ani-
la melancolía. No hay mayor causa de la melancolía que el ocio,
mum scribendo5l -aliviar mi mente escribiendo-; pues tenía gra-
«ni mejor cura que el trabajo», como sosciene Al-Razi,4G y por
vidum cor, foedum caputi, como un posrema en la cabeza, dei que
más que stultus labor est ineptiamm -atareárse con fruslerías sirve
estaba muy ansioso de descargarme, y no pude imaginar evacua-
de poco-, oye al divino Séneca, que dice que es mejor aliud agere
ción más adecuada que ésta. Además, mal podía haberme conte-
quam nihil -afanarse sin fin que no hacer nada-. Yo escribí,
nido, pues ubi dolm; ibi digittts: uno obligadamente necesita ras-
pues, y me ocupé en esta juguetona labor otiasque di/igmtia ut
carse donde le pica. Fui más que un poco ofendido por este mal
vitarem torporem ftriandi [para escapar del hastío dei ocio
((la llamaré mi duefia Meiancolía, mi Egeria, o mi malus genius?)
mediante un empleo agradable] y así, como Vectio en Macrobio, II . . .
atque otium inutile verterem negotium [hacer que el ocio sirva de Ypor esa causa, como aqle a qUien ptca un escorptón, quise
expeier clavum clavo [un clro con un clava], confortar una pena
algo].

65
64
ANATOMIA DE LA MELANCOLIA
DEMÓCRITO JUNIOR AL LECfOR

con otra, el ocio con e! ocio,52 ut ex vipera tluriacttm [como una


triaca dei veneno de la víbora] hacer un antídoto de aquello que Caronte en Luciano,58 según lo figura ingeniosamente, fue con-
fue la causa primera de mi dolencia. O como hizo aquel de quien ducido por Mercurio a un lugar tal que podía ver todo el
habla Félix Plater,S3 que pensaba que tenía algunas de las ranas mundo de una vez; tras haber visto y mirado suficientemente,
de Aristófanes en la barriga, que no dejaban de gritar Brececex, Mercurio quiso que le dijera qué había observado. Le dijo que
coax,. coax, oop, oop, y por esa causa estudió medicina durante veía una multitud vasta y promíscua, sus habitaciones como
siete anos y viajá por la mayor parte de Europa para aliviarse: taperas, los hombres como hormigas: «podía discernir ciuda-
para hacerme bien, me volví a aquellas medicinas que nuestras des, como otras tantas colmenas, en las que cada abeja tenía un
bibliotecas tenían para ofrecer, o mis amigos privados para aguiján Y no hadan nada más que aguijonearse una a la otra;
impartir,54 y me he tomado este trabajo. <_Y por qué no? Cardano algunos dominaban como abejorros más grandes que los otros, •
asevera que escribiá su libra De consolatione eras la muerre de su otros eran como avispas saqueadoras, otros como zánganos)).
hijo, para confortarse; también Tulio escribió dei mismo tema So~re sus cabezas revoloteaba una confusa compafiía de pertur-
con parecida intencián tras la partida de su hija - ai menos si [e! bacJOnes -esperanza, miedo, ira, avaricia, ignorancia, etc.- y
libra] es suyo, y no de un impostor que lo publica bajo su nom- pendía una multitud de dolencias, a las que no dejaban de
brc, lo que Lipsio sospecha sea probable-. En lo que me conçÍer- atraer sobre sus coronillas. Algunos pendenciaban, otros pelea-
ne, puedo, por ventura, afirmar con Mario, en Salustio, «aquello ban: cabalgaban, corrían, sollicite ambientes, callide litigantes
de lo que otros oyen o leen yo mismo lo practiqué; ellos obtie- [pleiteando con vehemencia o litigando con astucia] por jugue-
nen su conocimiemo de los libras, yo, melancolizandou.SS t~s Y fruslerías y rales cosas momentáneas; sus pueblos y provín-
Experto crecle Roberto. Algo puedo decir por experiencia, aerum- cias, meras .facciones: ricos contra pobres, pobres contra ricos,
nabilis experientiae me docuit [la dolorosa experiencia me ensefió] nobles contra artífices, éstos contra los nobles, y los demás,
y, como aquella de la que habla el J,oeta -Haud ignara mali mise- también. En conclusión, los condená a todos por locas, tontos,
ris mccurrere disco_sG quiero ayudaJ. a otros por sentir como ellos; idiotas, asnos: O stulti, quaenam haec est amentia? jÜh, tontos, oh,
como esa virtuosa dama de la antigüedad, que <<siendo leprosa, locas! exclama, insana studia, insani labores, etc., locas empresas,
legá todos sus bienes para construir un hospital para leprososu,57 locas acciones, locas, locas, locas. O seclum insipiens et infoce-
gastaré mi tiempo y mi conocimiento, que son mis mayores for- tum:59 una edad marcada. Heráclito, e! filósofo, tras una seria
tunas, por el bien común de todos. meditación sobre las vidas de los hombres, se echó a llorar y con
continuas lágrimas lamentá su miseria, locura y folía. Demócrito,
[ ... ] por otro lado, estalló en risas, todas sus vidas le parecfan tan ridí-
culas Ytanto lo arrastró esta pasión irónica, que los ciudadanos de

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ANATOM{A DE LA MELANCOL!A DEMóCRITO JUNIOR AL LECTOR

Abdera lo tuvieron por loco y por ello enviaron embajadores a que los miraban, lloraban y lamenraban su locura). Hipócrates
Hipócrates el médico, para que ejerciera su habilidad sobre él. le preguntó por qué razón reía. Le dijo: <cPor las vanidades y
Pero la historia está asenrada en su totalidad por Hipócrates, en babadas de estos tiempos, por ver a hombres vacíos de toda
su Epístola a Damagtto, que, porque no es impertinente a este dis- acción virtuosa ir tan lejos en busca de oro sin que su ambición
curso, insertaré a1 pie de la letra cal como fue transmitida por renga fin; esforzarse tan inf,nitamente por un poco de gloria y
Hipócrates mismo, con todas las circunstancias que le pertenecen. por ser favorecidos por los ombres; hacer minas tan hondas en
la cierra para (encontrar] o o, muchas veces sin hallar nada, con
Una vez que Hipócrates llegó a Abdera, la gente d.e la ciudad se pérdida de sus vidas y fortunas. Que algunos amen a los perros,
congregá en torno a él, algunos llorando, otros encareciéndole otros a los caballos; algunos deseen ser obedecidos en muchas
hiciera cuanro pudiese. Tras un pequeno refrigerio, fue a ver a províncias y sin embargo sin que ellos mismos conozcan obe-
Demócrito, seguido por la gente, y lo encontrá (como antes) en diencia alguna;62 que algunos amen enrrafiablemente a sus espo-
su jardín de los suburbios, solo, «Sentado sobre una piedra bajo sas ai principio, y luego las abandonen y odien;63 que engendren
un plátano, sin calzas ni zapatos, con un libro sobre la rodilla, nifios, con muchos cuidados y gastos para su educación, pera
abriendo diversas besrias y acareado en su esrudim).60 La mulri- cuando llegan ai estado de hombre los desprecien, descuiden y
rud se quedó en torno a ellos mirando para ver el encuenrro. dejen desnudos y a merced del mundo:64 ;_no expresan esros
Hipócrares, tras una pequena pausa, lo saludó por su nombre y comportamientos su intolerable folía?65 Cuando los hombres
élle devolvió el saludo, casi avergonzado de no poder rambién viven en paz, anhelan la guerra, derestan la rranquilidad, depo-
llamarlo él por el suyo, o porque se le había olvidado. Hipócrates nen reyes y ponen a otros en su lugar,66 asesinan a algunos hom-
demandá saber qué esraba haciendo; él le dijo que esraba <cata- bres para engendrar hijos de sus esposas. iCuántos humores
ceado abriendo bestias, para encontrar la causa de la locura y de extrafios hay en los hombres! Cuando son pobres y necesirados
la melancolían.61 Hipócrates elogió su rrabajo, admirando su buscan riquezas, y cuando las tienen no las gozan, sino que las
felicidad y su ocio. «;_Y por quén, dijo Demócrito, <cno tienes tú ocultan bajo tierra o si no las gastan, derrochándolas. Oh, sabio
este ocio?)) «Porquen, replicó Hipócrates, ((lo impiden los asun- Hipócrates, me río de que se hagan cosas rales, pero más. cuan-
tos ·domésticos, que es necesario hacer para nosotros mismos, do ningún bien sale de ellas y cuando son hechas con tan mala
nuesrro prójimo, amigos; expensas, dolencias, fragilidades y intención. No hay verdad ni jusricia que encontrar entre ellos,
mortalidades que ocurren; esposa, nifios, sirvienres y asunros pues pleitean a diario unos contra otros: el hijo contra el padre
como ésos nos privan de nuestro tiempo.)) Ante este discurso, y la madre, hermano contra hermano, parientes y amigos de I~
Demócrito rió profusamente (en tanto, sus amigos y las gentes misma calidad;67 y todo esro por riquezas de las que después de

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ANATOMIA DE LA MELANCOLIA DEMÓCRITO JUNIOR AL LECTOR

la muerte no pueden ser poseedores. Y aún así, a pesar de ello, pereza y la negligencia. <<Adem ás, los hombres no pueden prever
se difamao y matan unos a otros, cometeo todas las acciones ilí- eventos futuros en esta incertidumbre de asuntos humanos; no
citas, despreciando a Dias y a los hombres, a amigos y patria. Le se casarían como lo hacen si pudiesen predecir las causas de su
dan gran valor a muchas cosas insensibles, estimándolas como desagrado y separación; ni los padres, si supieran la hora de la
gran parte de su tesoro: estatuas, pinturas, y otros [bienes] mue-. muerte de sus hijos, proveerlos con tanta ternura; ni el granjero
bles ·como esos, comprados caros y labrados con tanto arte que sembrar, si pensara que no multiplicará; ni el mercader se aven-
sólo les falta el habla;GB y sin embargo odian que las personas turará al mar, si previera los naufragios; ni serían magistrados, si
vivientes les hablen.G9 Otros son aficionados a las cosas difíciles: supiera que van a ser depuestos en su momento. Ay, digno
si moran en tierra firme, se mudarán a una isla y de allí otra vez Demócrito, todo homb re espera lo mejor y con ese fin hace, y
a tierra, por no ser constantes en modo alguno en sus deseos. por lo tanto no hay tal causa, ni ridícula ocasión, de risa.»
Comendan el coraje y la fuerza en las guerras y se dejan conquis-
tar por la lujuria y la avaricia; son, en breve, tan desordenados Demócrito, al oír esta pobre excusa volvió a reír en voz alta, al
en sus mentes como lo fue Tersites en su cuerpo. Y ahora yo percibi r que el otro lo había interpretado dei todo mal y que no
pienso, oh, digno Hipócrates, que no deberías reprender que me había entendido bien lo que él había dicho respecto a las pertur-
ría al percibir tantas tonterías en los hombres; pues ningún baciones y tranquilidad de la mente. En breve, que si los h om-
hombre se burla de su propia folía sino sólo de la que ve en otro, bres gobernaran sus acciones según la discreción y la providen-
y así se burlan con razón unos de otros.7° El borracho !lama glo- cia, no se mostrarían tontos como lo hacen aho ra y él no tendría
tón a quien sabe es sobrio. Muchos hombres aman el mar, otros, causa de risa; «pera)) (dijo) «se hinchan en esta vida como si fue-
la granjería; en breve, no pueden ponerse de acuerdo en sus pro- sen inmortales y semidioses, por falta de entendimiento. Sería
pios oficios y profesiones, mucho menos en sus vidas y accio- suficiente para volverias prudentes que sólo consideraran la
nes)). mutabilidad de este mundo y cómo rueda de un lado a otro, ya
que nada es firme y seguro. El que está arriba hoy, mafiana está
C uando Hipócrates oyó estas palabras pronunciadas con tal pron- abajo; el que se sienta de este lad o hoy, mafiana es arr~jado al
titud, sin premeditación, para declarar la vanidad del mundo, orro; y por no considerar estas asuntos, caen en muchos incon-
lleno de ridícula contrariedad dia su respuesta: que la necesidad venientes y problemas, codiciando cosas futiles y anhelándolas,
compelía a los hombres a muchas de cales acciones, y que las precipitándose de cabez.a en muchas calamidades. De m odo q ue
diversas voluntades proceden dei permiso divino, para que no si los hombres no intentaran más que lo que pueden soportar,
estemos ociosos, pues nada es tan odioso para ellos como la llevarían vidas contentas y, aprendiendo a conocerse a sí mis-

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ANATOMIA DE LA MELANCOÚA DEMÓCRITO JUNIOR AL LECTOR

mos, limitarfan su ambición;71 percibirfan que la naturaleza ellos pues están contentas con la naturaleza. (Cuando verás a un
riene suficiente sin buscar rales superfluidades y cosas sin prove- león esconder oro en la rierra o a un toro exigir una mejor pas-
cha,· que no traen sino aflicción y molestias. Así como un cuer- rura?76 Cuando un verraco riene sed, bebe lo que necesira y nada
po gordo está más sujero a dolencias, también lo están los ricos más; y cuando riene la panza llena, deja de comer; pero los hom-
a absurdos y tonterías, a muchos perjuicios y obstáculos incon- bres son inmoderados en ambas, como en la lujuria: los anima-
venientes. Hay muchos que no hacen caso de lo que les pasó a les codician la copulación carnal en momentos determinados,
otros por mal comportamienro y por lo tanto se derrocan a sí los hombres siempre, arruinando así la salud de sus cuerpos. (Y
mismos de la misma manera por su propia culpa, sin prever los no merece risa ver a un tonto enamorado atormentarse por una
peligros manifiesros. Ésras son cosas (((oh, más que loco», dijo) moza; Uorar, aullar por una sara contrahecha, una desvergonza-
<<que me dan materia para la risa, por sufrir las penas de vuestras da a veces, cuando podría elegir entre las más bellas? (Hay reme-
impiedades, como vuesrra avaricia, envidia, malicia, enormes dia para esta en la medicina? Anaromizo y abro a estas pobres
villanías, motines, insaciables deseos, conspiraciones y arras bestiasn para ver estas desremplanzas, vanidades y folías; pera
vicias incurables; además de vuestra disimulo e hipocresía,72 el mejor fuera hacer tal prueba sobre el cuerpo de un hombre -si
odiarse mortalmente uno al otro, pera velándolo con un rastro mi natural bondadoso pudiese soporrarlo-, que desde la hora de
amable, lanzándose a rodas las mugrienras lujurias y a las rrans- su nacimienro es de lo más miserable, débil y enfermizo:78 cuan-
gresiones de todas las leyes, tanto de la naturaleza como de la do mama, lo guían arras; cuando llega a grande y es robusto,
civilidad. Muchas cosas que dejan, después de un rato vuelven a practica la infelicidad; y cuando viejo, es nifio otra vez y se arre-
ellas, como granjería, navegación; y las vuelven adejar, veleido- pienre de su vida pasada»79
sos e inconstantes que son. Cuando son jóvenes, quisieran ser
viejos; cuando viejos, jóvenes. Los príncipes comendan una vida Y al ser aquí interrumpido por uno que traía libros, volvió otra
privada,73 los hombres privados sienten la comezón de rener vez a decir que eran todos !ocos, descuidados, estúpidos. ((Para
honores; un magistrado comenda una vida rranquila, un hom- comprobar lo que acabo de decir, mira las corres o las ~asas pri-
bre tranquilo quisiera ocupar su cargo y que lo obedezcan como vadas. Los jueces pronuncian juicio de acuerdo a su prapia ven-
a él: (Y cuál es la causa de todo ello, sino que no se conocen a sí taja, haciéndoles un mal manifiesto a pobres inocentes para
mismos? Alguno se deleita en destruir, otro en construir, otro en complacer a otros.so Los notarias alteran sentencias y pierden sus
espoliar un país para enriquecer a otro y a sí misma.74 En rodas títulos por dinero. Algunos hacen moneda falsa, otros contraha-
estas cosas son como nifios75 en quienes no hay juicio ni conse- cen pesos falsos. Algunos se abusan de sus padres, sí, corrampen
jo y se asemejan a bestias, salvo que las besrias son mejores que a sus propias hermanas; otros hacen largos libelos y pasquines,

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ANATOMIA DE LA MElANCOLIA DEMÚCRJTO j UNIOR AL LECTOR

difamando a hombres de buen vivir, exaltando a quienes son las- 0/im jure quidem, mmc plw, Democrite, ride:
civos y viciosos. Algunos le roban a uno, algunos a otro; los Quin ricks? vita haec mmc mage ridicula est.BG
magistrados hacen leyes contra los ladrones y ellos mismos son
los más verdaderos de los ladrones.Bl Algunos se matan, otros «Bien hizo Demócrito en reír antafio,
desesperao, al no obtener lo que desean. Algunos danzan, can- Buena causa. tenía, tanto más hoy;
tao, ríen, festejao y banquetean, mierltras otros suspiran, langui- Esta nuestra vida es más ridícula
decen, se enlutan y lamentao por no tener alimento, bebida, ni Que la suya o la de mucho antes.,,
vestido. Algunos acicalan sus cuerpos y tienen sus mentes llenas
de vícios execrables.B2 Algunos andan de un lado a otro para dar Nunca hubo tanta causa para reír como ahora, nunca tantos
falso testimonio y dicen cualquier cosa por dinero;B3 y aunque tontos y locas. No alcanza un Demócrito para reírse en estos
los jueces saben de ello, a cambio de un soborno hacen un guino días, ahora necesitamos un «Demócrito que se da de
y sufren que contratos falsos prevalezcan contra la equidad. Las Demócritm•;B7 un bufón para que escarnezca a otro, un tonto
mujeres se pasan todo el día vistiéndose para complacer a hom- que baga befa de otro; un gran Demócrito estentóreo, grande
bres de fuera y andan como socas en sus casas, sin que les impor- como aquel Coloso rodense. Pues ahora, como dijo el
te complacer a su marido como deben. AI ver que los hombres Salisburiense en su tiempo,BB Tatus mundus histrionem agit, todo
son tan veleidosos, tan zotes, tan intemperantes, ,ipor qué no me el mundo hace el tonto; tenemos un nuevo teatro, una nueva
habría de reír de aquellos a quienes la folía les parece sabiduría, escena, una nueva Comedia de Errores, una nueva compafiía de
no quieren curarse y no lo perciben?,,B4 actores caracterizados; Volupiae sacra [los ritos de la diosa del
placer] (como lo figura de buena gana Calcagnino en sus
Se hizo tarde, Hipócrates lo dejó; y no bien se hubo apartado, Apólogos) se celebrao en todo el mundo, donde todos los actores
todos los ciudadanos se congregaron a preguntarle qué le había son locas y tontos y a cada hora cambiao de guisa o adoptan la
parecido [Demócrito]. Les respondió, en breve, que a pesar de que viene a continuación.B9 Quien fue marinero hoy es botica-
sus pequenos descuidos en el atuendo, el cuerpo, la dieta, el rio mafiana; herrero por un rato, filósofo otro in his Volupiae
mundo no tenía hombre más sabio, instruido, honesto, y que se ludis [en estas celebraciones del placer]; ora un rey con su coro-
enganaban mucho al decir que estaba loco.B5 na, manto, cetro, séquito llegaba a conducir por delante de él un
asno cargado, como si fuese un carrero, etc. Si Demócrito estu-
Así estimaba al mundo en su tiempo, y ésa era la causa de su risa; viese vivo al10ra vería extrafias alteraciones, una nueva caterva de
y buena causa tenía. falsos visires, matachines, asnos cumanos, enmascarados, farsan-

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ANATOM!A DE LA MEW\NCOLCA DEMÚCRIT O JUNIOR AL LECTOR

tes, peleles pintados, fachadas, sombras fantásticas, paJarracos, Si foret in terris rideret Democritus, [si viviese Demócrito, jCÓmo
mamones, monstruos, cabezudos, mariposas. Y tantos de ellos lo reiría!] seu,93 etc.
son deveras (si todo lo que leí es cierto).!>O Pues cuando la boda
de Júpiter y Juno se solemnizó en la ancigüedad, los dioses fue- Un satírico romano pensá que en su tiempo todo vicio, foHa y
ron rodos invitados a la fiesta y rambién muchos hombres nobles. locura esraban en su punto más alto, Omne in praecipiti vitittm
Entre los demás, vino Crisalo, un príncipe persa, acompafiado de stetitJ4 [todo vicio estaba en una desenfrenada carrera].
un bravo séquito, rico en dorados atuendos, en coloridos man-
tos, de majestuosa presencia, pero, fuera de eso, un asno. Los dio- Josefo el historiador censura a sus compatriotas judíos por jactar-
ses, al verlo venir con tal pompa y aparato se levantaron para se de sus vicias, publicar sus folías, y porque comperían entre ellos
hacerle lugar, ex habitu hominem metientes [midiendo al hombre para ver quién era el más nororio en sus villanías;95 pera volamos
por su aravíos]; pera Júpiter, percibiendo quién era -un sujeto más alto que ellos en la locura, los sobrepasamos en mucho:
leve, fantástico, ocioso-los torná a él y a sus seguidores en mari-
posas;!>l y aún continuao as{ (no me he enterado de lo contrario), Mox daturi progeniem vitiosorem96
errando con sus abigarradas chaquetas, y la clase de hombres más
prudentes los llama «crisálidasu: es decir, fachadas doradas, zán- [<<Y con crímenes por nosotros desconocidos,
ganos, moscas y cosas sin valfa. Mulcitud de rales, etc. nuestros hijos celebrarán su propia mayoría de edadu)

Ubique invmies y el fio posrrero (ya sabes { e quién es el oráculo) es posible sea el
Stultos avaros, sycophantas prodigos. peor. No se puede negar el mundo se altera cada día; Rwmt
urbes, regna transfonmtur las ciudades caen, los reinos se trans-
[<<En todas partes encontrarás fieren], como observa Petrarca:97 cambiamos de lenguaje, h ábi-
estúpidos avaros y sicofantes dispendiosos.>>] tos, leyes, costumbres, maneras, pera no de vícios ni de dolencias
ni de síntomas de folía y locura; aún son los mismos. y as{ como
Muchas adiciones, gran incremento de la locura, folía, vanidad, un río, vemos, conserva un mismo nombre y lugar, pera no su
podría observar Demócrito si fuese a viajar ahora u obtener agua, y sin embargo sigue corriendo siempre, Labitur et labetur
licencia de Plutón para venir a ver los usos -como hizo Caronte in omne volttbilis aevum:98 nuestros tiempos y personas se alterao,
en Luciano-, visitar nuestras ciudades de Moronia Pia y los vicias son los mismos y siempre lo serán. Mira como antigua-
Moronia Felix:92 pienso que con seguridad se herniada de risa. mente los ruiseiiores trinaban, los gallos canraban, el ganado

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ANATOM(A DE LA MELANCOL(A
DEMóCRITO JUNIOR AL LECTOR

mugía, las ovejas balaban, las golondrinas gorjeaban, los perros


petitur stultitia [la estulticia pretende entrar ai cielo mismo]. Si
ladraban, así lo hacen todavía; aún conservamos nuestra locura,
aún hacemos el tonto, nec dum finitus Orestes [y la obra aún no hubiera conocido a alguno de nuestros peregrinos que van descal-
zos a Jerusalén, a nuesrra Sefiora de Loretto [sic], Roma, Santiago,
ha terminado]; tenemos los mismos humores e inclinaciones que
el santuario de santo Tomás, para arrastrarse ante esas relíquias
tuvieron nuestros predecesores; encontrarás que todos nos pare-
contrahechas y comidas por los gusanos; si hubiera estado presen-
cemos, en mucho somos idénticos, nosotros y nuestros hijos, Et
te en una Misa y hubiese visto tal besar de portapaces, crucifijos,
nati natorum, et qui nascuntur ab illis, y así continuará nuestra
encogimientos, agachadas, sus diversos atavíos y ceremonias, figu-
posteridad hasta el fin. Pera hablemos del presente.
ras de santos, indulgencias, perdones, vigílias, ayuno, fiestas, san-
tiguarse, golpear, hincarse en el Ave María, campanas, y muchos
Si Demócrito estuviese vivo ahora y fuera a ver la superstición de
talesi04 jucunda rudi spectacula plebi [bonitos espectáculos para
nuestra edad, nuestra locura religiosa99 -como la llama Meteran,
complacer a la plebe], rezar en jerigonza, y murmurar al pasar
religiosam imaniam-:100 tantos que profesan ser cristianos y sin
cuentas. Si hubiera oído a una vieja decir sus plegarias en latín, sus
embargo tan pocos imitadores de Cristo; tanto hablar de religión,
aspersiones de agua bendita, e ir en procesión:
tanta ciencia, tan poca conciencia; tanto conocimiento, tantos
predicadores, tan poca práctica; tal variedad de sectas que se tie-
lnudtmt monachorum agmina mi!lt:,-
· · s·zgna 101 [estan-
· szgnzs
nen y sostienen desde todos los 1ad os, obvza
Quid mt:mort:m vo:iUa, cruct:S, idolaque culta, t:tc. 105
dartes dispuestos contra estandartes], etc.; tan absurdas y ridículas
tradiciones y ceremonias. Si conociera a un capuchino, 102 un fran-
[((Miles de manjes avanzando
ciscano, un farisaico jesuíta, un hombre serpiente, un manje de
con banderas, cruces, imágenes, y cosas como ésas;))]
coronilla afeitada con su hábito, un fraile mendicante, o viera a su
tres veces coronado Soberano Sefior el Papa, pobre sucesor de
sus breviarios, bulas, frijoles benditos, exorcismos, figuras, curiosas
Pedro, servus servorum Dei [siervo de los siervos de Dias], deponer
cruces, fábulas y cuenros; si hubiera leído la Leyenda Dorada, el
reyes con su pie, pisarles el cuello a emperadores, hacerlos quedar-
Alcorán de los turcos o el Talmud de los judíos, los comentarias de
se descalzos o con las piernas desnudas ante sus puertas, tener su
los rabinos: ~qué habría pensado? (Cómo crees que habrfa sido afec-
brida y estribo, etc. (jÜh, si Pedro y Pablo vivieran para ver eso!);
tado? Si enrre las arras hubiera examinado más particularmente la
si viera a un príncipe arrasrrarse tan devotamente para besarle el
vida de un jesuíta, habrfa visto a un hipócrita que profesa pobreza
dedo gordo,I03 y a esos cardenales de capela rojo, pobres párrocos
y sin embargo posee más bienes y tierras que muchos príncipes,
antes, ,J,ora, compaóeros de prfnci1es' (qué diria! C.-lum ipmm
tiene infinitos tesoros e ingresos:106 les ensefian a otros a ayunar, y

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ANATOM(A DE L\ MEL\NCOLfA DEMÓCRITO JUNIOR AL LECfOR

ellos mismos son glotones; como los barqueros, que bogan hacia un por ceio, algunos por miedo, quo s~ cunqtt~ rapit t~mp~stas [a
lado y miran hacia otro. Hace voto de virginidad, habla de samidad, dondequiera que sean llevados], darle crédito a rodo, examinar
y es de hecho un notaria cachondo y famoso fomicador, lascivum nada y, sin embargo, dispuestos a morir antes de abjurar de cual-
p~cus [una criatura lasciva], todo un chivo.I07 Manjes de profe- quiera de esas ceremonias a las que han sido acostumbrados;
sión,108 como los que renuncian ai mundo y sus vanidades, y sin otros, por hipocresía, frecuentan sermones, se golpean el pecha,
embargo, una turba maquiavélica imeresada en todos los asunros de vuelven los ojos hacia lo alto, fingen cela, desean la reforma, y
estado;109 hombres santos, pacificadores, y sin embargo, compues- sin embargo son usureros profesados, apresares, monstruos de
tos de envidia, lujuria, ambición, adio y malícia; agitadores, adulta hombres, harpias, diablos en sus vidas, para decirlo todo.
patria~ p~stis [consumados flagelos de su patria], traidores, asesinos,
hac itur ad astra [de este modo se ganan el cielo], y esta a modo de (Qué hubiera dicho al ver, oír y leer acerca de tantas barallas san-
supererogación, para merecer el cielo para ellos y otros. Si hubiera grienras, tantos miles muertos de una ve:z, corrienres de sangre
visto, por otro lado, a algunos de nuestros melindrosos y curiosos rales como para hacer girar molinos, tmiw ob noxam furiasque,
cismáticos en el otro extremo, aborrecer todas las ceremonias y pre- [por la loca culpa de una persona], o para que se diviertan los
ferir perder sus vidas y remas a admitir cualquier cosa que los papis- príncipes, sin causa justa, ((por títulos vanos" (dice Agustín),
tas hayan usado anreriorme~re, aun cuando se rrate de cosas que no ((precedencia, alguna moza, o por deseo de domínio, vanagloria,
hacen diferencia (sólo ellos son la verdadera lglesia, sal tara~. cum malícia, venganza, folía, lo cura», 111 {buenas causas todas ellas, oh
sini omnium insulsissimi [la sal de la tierra, aunque son, de toda la quas univ~rsm orbis bellis ~t ca~dibus misc~ahtr [para sumir ai
gente, los más insípidos]); formalistas por miedo y por haja adula- mundo entero en una orgía de guerra y maranza])? Mienrras que
ción, giran como veletas, una turba de conremporizadores, dispues- en tanto los estadistas mismos esrán a salvo en sus casas, consen-
tos a abrazar y mantener rodo lo que sea o vaya a ser propuesto con tidos en todos los deleites y placeres, en la comodidad y siguien-
la esperanza de ascender; otra caterva epicúrea, ai acecho como do sus lujurias, sin considerar cuánta inrolerable miseria sopor-
orros tantos buitres, aguaitando para hacer presa de los bienes de la tan los pobres soldados: sus frecuentes heridas, hambre, sed,
Iglesia, y dispuestos a elevarse con el derrocamienro de quien sea, etc., las lamenrables cuitas, tormentos, calamidades y opresiones
como dijo Luciano en parecido caso: tqué piensas que habría hecho que acompafian rales procedimienros no lo sienren, no lo noran.
Demócrito de haber sido espectador de estas cosas?110 ((Así comienzan las guerras, por la persuasión çle unos pocos
depravados, insensatos, pobres, disolutos, capitanes hambrien-
O si hubiese observado a la gente dei común seguir a uno de los tos, parásiros obsecuentes, bravucones inquietos, infarigables
suyos, arrastrado por los cuernos por sobre una brecha, algunos innovadores, novatos, para satisfacer su hastío; la lujuria, ambi-

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ANATOMIA DE LA MELANCOLfA DEMóCRITO JUNIOR J\l LECTOR

ción, avaricia, etc., de un particular)), talles rapiunt scelerata in sos, ridículos, bestiales, quejosos, obstinados, impudentes, exrrava-
praelia cause [cales causas traen la guerra con todos sus críme- gantes, secos, desvariances, embotados, desesperados, insensatos,
nes]. Flos hominum [la flor de la humanidad], hombres decen- etc., !ocos, frenéticos, tontos, heteróclitos, que no hay hospital
1 13
tes, bien proporcionados, cuidadosamente criados, aptos tanto ~uevo ~a~az de contener, ni medicina de ayudar-, mi propó-
de cuerpo como de mente, llevados como otras tantas besrias al Sito Y obJetivo es anatomizar este humor que es la melancolfa
matadero en la flor de la edad, orgullo y plenitud de sus fuerzas, recorriendo todas sus partes y especies, como es lo habitual en e1
sin ningún remordimiento ni piedad, sacrificados a Plutón, caso de las dolencias ordinarias y, filosófica y medicinalmente,
muertos como otras tantas ovejas, para comida de los diablos, mostrar sus causas, síntomas y varias curas, para mejor evitado.
40.000 de una vez.IIZ Me impulsan a ello lo generalmente difundido que está y e1
hacer el bien, pues se trata de una dolencia <<tan frecuente))
[... ] observa Mercurialis, <<en nuestros días~>; 114 ((que se da tan ~
menudo>•, dice Laurencio, ((en nuestros miserables tiempos11 1I5
Para concluir, y dando por sabido que todo e! mundo y cada q~e son pocos los que no sienten su azote. Lo mismo opinan
uno de sus habitantes está melancólico o loco o desvaría, termi- Ehano Montalto, Melanchton l16 y otros; Julio César Claudini la
né mi tarea e ilustré suficientemente aquello que me propuse llama <da fuente de todas las demás enfermedades, tan común en
demostrar desde e! principio. No tengo más que decir por e! esta época desquiciada que apenas si uno entre mil está libre de
117
momento. His sanam mentem Democritus [Demócrito les desea ellat> Y en especial de ese viemo esplenético e hipocondríaco
cordura]: no puedo sino desear que yo mismo, y también ellos, que procede del bazo y las costillas cortas. Tratándose pues de
consigamos un buen médico y que todos quedemos mejor de la una dolencia tan grave y tan común, no veo cómo puedo pres-
cabeza. Y aunque, por las razones recién nombradas, tuve una ta~ ~n servicio más general ni pasar mejor mi tiempo que pres-
causa justa para ocuparme de este asunto -que es sefialar estas cnbiendo los medios para prevenir y curar mal tan universal,
especies particulares de desvarfo para que los hombres reconpz- una dolencia epidémica que, con tanta frecuencia e intensidad
can sus imperfecciones y busquen reformar lo que está mal-, crucifica cuerpo y mente. '
tengo una intención más seria al hacerlo, y para omitir toda
digresión impertinente, por no hablar de aquellos que son Si me he pasado de la raya en lo que llevo dicho hasta ahora -o si
impropiamente considerados melancólicos -!ocos metafórica- e~to resulta, como estoy .seguro de que algunos objetarán, dema-
mente, ligeramente !ocos o por disposición estúpidos, iracundos, Siado ~antástico, <<demasiado ligero y cômico para un teólogo,
borrachos, tontos, zotes, malhumorados, orgullosos, vanaglorio- demastado satírico para uno de mi profesión 1,_ me aventuraré a

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ANATOMfA DE LA MELANCOÚA
DEMÓCRITO JUNIOR AL LECTOR

responder, como hizo ErasmollB en un caso parecido, que no ccenfádese, más bien, consigo mismo quien se traicionó y descubrió
soy yo sino Demócrito. Democritm dixit: debes tener en cuenta sus faltas al aplicárselo; si es culpable y lo merece, que se enmiende,
lo que es hablar por uno mismo o por otro, bajo un hábito y quienquiera que sea, y no se enfade».l21 ccQuien aborrece la repren-
nombre supuesto; la diferencia entre quien hace o actúa de prín- sión es ignorante>> (Prov. XII, 1). Si no es culpable, no le concierne
cipe, filósofo, magistrado, tonto y quien lo es de verdad; y qué a él; lo que lo hace respingar no es la libertad con la que hablo, sino
libertad tenían esos anriguos satíricos; es una recopilación de lo una conciencia culpable, las mataduras de su propio !orno.
que dijeron otros; no soy yo, sino ellos quienes lo dicen.
Srupicione si quis errabit ma,
Dixero si quid forte jocosiuJ, hoc mihi jurÍJ Et rapiet ad u, quod mt commrme omnium,
Cum vmia dabiJ.119 Stu!te nueútbit animi conscimtiam.

[ccPero puedo pretender, con razón, alguna indulgencia, si me [ccSi alguno, creyendo que a él se refieren,
muestro demasiado confianzudo con la fama de otro.»] se ofende por lo que tiene un propósito general,
es un tomo, pues el mundo encero ve su conciencia culpable.»]
.C uida de no malinterpretarme. Si a veces me dejo llevar un
poco, espero que me perdones. Y, a decir verdad: ~por qué nadie No niego que esto que dije sabe un poco a Demócrito; quamvis
había de sentirse ofendido o agraviado por ello? ridmtem dicere verom qttid vetat?l22 -se puede hablar en brama,
pero decir la verdad-. Concedo que puede ser un poco agria;
Licttit, umpaqr1e liabit, acriora orexim excitant embammata, como dijo uno, celas salsas
Parcere personis, diure de vitiis. picantes excitan el apetito>>, nec cibus ipse juvat mostu fraudatw
acetz123 [la comida no se disfruta sin un chorro de vinagre].
ccFue lícito antafio y lo seguirá siendo, Objeta, pues, y encuentra tantas faltas como quieras; at'l-jo todo
hablar dei vicio pero sin dar nombres.)) con la rodela de Demócrito, su medicina le servirá de salva;I24
golpea donde y cuando qui.eras: DemocritllJ dixit, Demócrito res-
Detesto sus vícios, no sus personas. Si a alguno le desagrada o se ponderá. En un momento de ocio un sujeto ocioso escribió acer-
siente aludido, que no discuta con quien lo dice oi cavile sobre él ca de las fiestas sarurnales o dionisíacas, cuando, dijo, mdlum
{así se excusó Erasmo ante Dorpio:I20 Si parva licet componere mag- libertati perict~lum est [sin peligro para la libertad] los sirvientes
nis [por comparar las cosas pequenas a las grandes] y así lo hago yo), de la antigua Roma tenían libertad para decir y hacer lo que qui-

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ANATOMfA DE LA MELANCOLfA DEMÓCIUTO JUNIOR AL LECTOR

sieran. Nuestros compatriotas le sacrificaban a la diosa Vacunal25 mayor parte de los hombres, agraviado a algunos, ofendido a
y bebían sentados entorno a sus hogueras vacunales. Escribí esto otros, danado a mí mismo; y ahora, recuperado, percibiendo mi
y publico esto. Oútis élegm [nadie lo dijo], es neminis nihil [nada error, exclamo con Orlando:I27 Solvite me, perdonadme, O boni,
de nadie]. El tiempo lugar, personas, y todas las circunstancias lo pasado y me enmendaré ante vosorros en lo por venir; prome-
me disculpan, y enronces, pues, ~por qué no puedo yo también to un discurso más sobrio en mi próximo tratado.
mostrarme ocioso como ellos y decir con libertad lo que pienso?
Si me niegas esta libertad, yo, con estos argumentos, me la tomo. Si dije algo errado por debilidad, locura, pasión, descontento,m
Me la tomo; lo digo otra vez: me la tomo. ignorancia, que sea olvidado y perdonado. Reconozco que lo
que dijo Tácito es cierto: 129 Asperae focetiae, ubi nimis ex vero
Si quis est qui dictum in se inclemmtius traxere, acrem sui memoriam relinqwmt, una brama amarga deja
Existimavit esse, sic existimet.l26 su aguijón; y, como observa un hombre honorable, ((ellos temen

t~
el ingenio del satírico; él, sus memorias.nl 30 Puedo sospechar lo
[•Si alguno se siente insultado, que lo piense.•] peor con justicia; y, aunque creo no haberle hecho mal a nadie,
suplicaré perdón con palabras de Medea.
Si alguno se ofende, que vuelva la hebilla de su cinto, no me
importa. Nada te debo (lector), no busco ~ingún favor de tus Illud jam voce extrema peto,
manos, soy independiente, no temo. Ne si qua noster dubius ejfudit dtJ!tJr.
No, me desdigo, no lo haré, me preocupo, temo, confieso mi Maneant in animo verba, sed melior tibi
falta, reconozco que ofendí grandemente. Memoria nostri mbeat, haec irae data
Obliterentur.
Motos praestat componere Jlttctus.
11Y en mis últimas palabras esto deseo,
[((Calmemos primero las olas encrespadas.n) Que lo que haya dicho en la pasión o la ira
Pueda ser olvidado, y que mejor recuerdo
Me pasé de la raya, hablé de una manera estúpida, temeraria, Se tenga de nosotros a partir de ahora. ,,
absurda; anatomicé mi propia locura. Y ahora me parece que me
desperté de pronto, como si hubiera estado sofiando; he tenido Le requiero con énfasis a cada individuo, como hizo Escalígero
un arral).que de delírio, enrré y sal{, subí y bajé, he insultado a la con Cardano, que no se sienta ofendido. Concluiré con sus líneas:

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NOTAS
ANATOM(A DE U\ MEU\NCOUA

NOTAS
Si me cognitttm haberes, non so/um donares nobis has focetias no-
stras, sed etiam indigntlm duceres, tam humanum animrmz, Iene I. Seneca in ludo in morrem Claudii C:lesaris.

ingenium, vel minimam mspicionem deprecari oportere. Si cono- 2. Lib. de Curiositate.


3. cModo haec tibi usui sim, quemvis auctorem fingito•, Wccker.
cieras mi modestia y mi simplicidadl31 indultarias y perdonarías
4. Lib. 10, c. 12. •Multa a m:Ue feriacis in Democrid nomine commenta dat:~, nobili-
con facilidad lo que aquí esté errado o tú te hayas tomado a mal.
t:I.Ós, :~uctorit:~.tisquc ejus perfugio utenribus.•
Si de aquí en más, al anatomizar este indeseable humor, se me 5. M:~rti:~lis. Lib. I O, epigr. 14.
resbala la mano y, como un aprendiz inhábil, sajo a demasiada 6. Juv., Sat. 1.
profundidad, atravieso la piel y, sin darme cuenta, bago doler o 7. Auch. Pet. Besseo, edit. Coloniae, 1616.
corto torcido, perdona la rudeza de mi mano, la inhabilidad de 8. Hip., Episr. Dameger.
mi cuchillo:132 es de lo más difícil mantener un tono parejo, un 9. L:.crt. Lib 9.
tenor perpetuo, y no tirar azotes cada tanto; difficik est satiram 1O. •Horrulo sibi cc:llulam seligens, ibique seipsum includens, vixir solit:~rius •

non scribere [es difícil no escribir una sátira]: hay tantos objetos I 1. cFloruir Olympi:~dc 80; 700 anflis pose Troiam.•
que distraen, percurbaciones interiores que molestan y a veces 12. cDiacos. quod cunctis opc:ribus cile c:xcellit.• L:.err.

hasta los mejores de todos pueden errar -aliquarzdo bomts dor- 13. Col., Lib. 1. c. 1.
14. Consr. Lib. de: agric. passim.
mitat Homents [a veces, ese excelente Homero se duerme una
15. cVolucrum voces et linguas intc:lligere se dicit.• Abderit:~ns Ep. Hip.
siesta]-; es imposible no pasarse de la raya en tanto; opere in
16. S:~bdlicus cxempl., Lib. 10. •Üculis se pri1r.lvit, ut mdius contemplationi operam
longo [as est obrepere sommtm [en obra tan larga, dormir un poco daret, sublimi vir ingenio, profundae cogit:~donis•, &c.
es permisible]. Pero ~qué necesidad hay de todo esta? Espero no 17. •Naruralia, moralia, m:~them:uia,liberales disciplinas, ardumque omnium periti:lffi
dar causa de ofensa; si la hubiera, Nemo aliquid recognoscat, nos cllebar.•

mentimur omnial33 [que nadie atribuya estas cosas a sí, son todas 1.8. •Veni Athenas, et nemo me novit.•

ficción] . Lo negaré todo (mi último refugio), abjuraré de todo, 19. cldem comemprui et :~dmirationi habirus.•
20. cSolebat ad port:lm ambulare, et indeo, &c. Hip. Ep. Dameg.
renunciaré a todo lo dicho si cualquiera se considera agraviado,
21. cPerpetuorisu pulmonem agi rue solcbat Democritus.• Juv., S:u. 7.
y me excusaré con la misma facilidad con que fui acusado; pera
22. cNon sum dignus praestare m:~tella.• Marr.
doy por sentadas tu buena disposici6n e indulgente aceptación
23. Chrisc Church de Oxford.
(amable lector). En la segura esperanza y confianza en ello,
24. Pr:~cf.tt. H ist.
comenzaré.
25. Guardi:in de la bibliotc:Cl de nuestro colegio, reciemc:mente revivida por Oth Ni-
colson, Esquire.
26. Scaligcr.

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N01i\S NOTAS

27. In Theat. 48 .• Non quod de novo quid addcre, aut a vctcribus praetcrmissum, scd propriac
28. Phil. Sroic.Li., diff. 8. •Dogma cupidis ct curiosis ingcniis imprimcndum, ut sit exc:rcitationis causa.•
talis qui nulli rei scrviat, aut cxactc unum aliquid elabore!, alia ncgligcns, ut :mificcs,
49. • Qui novir, neque id quod scntit c:xprimit, pcrinde cst ac si ncsciret.•
etc.•
50. Jovius, Pracf. Hist.
29 . • Oclibarc grarum de quocunque cibo, ct pitti.sarc de quocunquc dolio jucundum.•
51. Erasm us.
30. Ensayos, Lib. 3.
52. Otium otio dolorcm dolorc sum solatus.
31. Pra~fat. bibliothcc.
53. Observa!. I. (.
32. ·Ambo fortes cr forrunati, Mars idem magistcrii dominus juxta primam Leovitii
regulam.• 54. M. Joh. Rous, our Protobib. Oxon. M. Hoppcr, M. Guthridgc, &c.

33. Hcnsius Primcrio. 55. Quac illi audirc ct lcgere solem, corum partim vidi egomct, alia gessi, quac illi literis,
ego militando didici, nunc vos cxisrimatc f:tcta an dieta pluris sim.
34. .Calidc ambientes, solicite litigantes, aut miScrc cxcidcmcs, voces, strcpitum
conrcntioncs•, &c. 56. Dido Virg. •Como me lo ensefia esc Poder que se apiada de mí, me apiado de dlos.•
35. Cyp. ad Donat.: •Unice securus, ne c:xcidarn in foro, aut in mari Indico bonis duarn, 57. Carndcn, lpsa elcphamia.si correpra clephantiasis hospicium construxit.
de dote filiac, p:mimonio filii non sum sollicims•. 58. D ial. contcmplamcs, Tom: 2.
36. Hor. Ep., Lib. I, XIX, 20. 59. Catullus.
37. Per.: •Risa con hast:fo petulante•.
60. Sub ramosa plat:Ulo scdemem, solum, discalccatum, super lapidem, valdc p:Ulidum
38. Hor. Lib. I, Sat. 9. ac macilcntum, promissa barba, librum super gcnibus habcntcm.
39. •Sccundum mocnia locus erat frondosis populis opacus, viribusquc s pontc naris, 61. De furore, mania mclancholia scribo, ut sc.iam quo pacto in hominibus gignatur,
tenuis propc aqua dcflucbar, placide murmuram, ubi scdilc ct domus Democriti fiar, crcsc:u, cumulcrur, minu:uur; haec inquit animalia quac vides proptcrca seco, non
conspicicbatur.• Dci opera pcrosus, sed fdli.s bilisquc naturam disquirc:ns.
40. •lpsc compositc considebar, super gcnua volumcn habcns, ct utrinquc alia patentia
62. Aust. I. l. in Gen. Jumenti & servi tui obsequium rigide postulas, ct tu nullum
p:1r.1ta, disscctaquc animalia cumulatim strata, quorum víscera rimabatur.•
pracstas aliis, ncc ipsi Oco.
41. •Cum mundus c:.'Ctr:a se sit, ct mente caprus sit, ct nesciat se langucre, ut medeiam
63. Uxorcs ducunt, mox foras ejiciunt.
adhibcar.•
64. Pucros amant, mox fastidiunt.
42. Escalígcro, Ep. ad P:uisoncm: •Nihil magis lccmrcm invirar quam in opinarum
argilincntum, nequc vcndibilior mcrx est quam pctulans libero. 65. Quid hoc ab insania dccst?

43. Lib. XX, c. 11. Miras scquunrur inscriptionum festivitates. 66. Reges digum, dcponunt.
44. Pr:acfar. Nat. Hist.: . Patri obstctriccm parturicnci filiac acccrscnti moram injicerc 67. Contra parcmcs, fratrcs, civcs, perpetuo rixamur, ct inimicitias agum.
possum•. 68. Credo equidcm vivos duccm c marmorc vulrus.
45. Anatomy of Popcry, Anatomy ofimmortaliry, Angdus Salas, Anatomy of Antimony, 69. ldola inanimata amam, animara odio habcm, sic ponrificii.
&c.
70. Suam stultiriam pcrspicit ncmo, scd altcr altcrum deridct.
46. Cont. I. 4, c. 9. •Non cst cura mdior quam labor.•
7 1. Dcniquc sit finis qucrc:ndi, cumque habc:u plus, paupcriem metuas minis. et finirc
47. Hor.. Dc Arrc Poet.
laborem incipias, partis quod avcbas, utcrc: Hor.

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NOTAS NOTAS

72. Asrutam v:~pido servat sub pecrore vulpcm. Er cum vulpo posirus pari ter vulpinarier. 91. Sed hominis lcvit:~rem Jupircr pcrspicicns, ar tu (iniquir) esro bombilio, &c.
Cretiun dum cum Crete. prorinusquc vcscis illa m:tnicar:t in alas versa esc, et morrales indc Chrysalidcs vocanr
73. Qui fie Maecenas ut nemo quam sibi sortem. Seu r:1tio dederit, seu sors objecerit, hujusmodi homincs.
illa contemus viv:~t, &c. Hor. 92. [Provinces of Moronia, or Foolsland, in Joseph Hall's Mundus Alcer er Idem.]
74. Diruir, :~edific:~r, murar quadr:~t:~ rotundis. Trajanus ponrem muxit super 93. H or.
D:mubium, quem succcssor ejus Adrianus srarim demolirus. 94. Juven.
75. Qua quid in re ab in&nribus differunr, quibus mens cr scnsus sinc r:~tionc incsr, 95. De beBo Jud. I. 8. c. 11. Iniquir:~rcs vcsrrae ncmincm la~enr, inque dics singulos ccr-
quicquid sese his offert volupc csr. ramen haberis quis pejor sir.
76. Idem Pluc. 96. Hor.
77. Ur insaniae causam disquir:1m brut:l macro et seco, cum hoc potius in hominibus 97. Lib. 5. Episr. 8.
invcsrigandum csset.
98. Hor.
78. Torus a nativit:~tc morbus esc.
99. Supersririo esr ins:tnus error.
79. In vigore furibundus, quum dccrescit insanabilis.
100. Lib. 8. hisr. Bdg.
80. Cyprian. ad Donarum. Qui seder crimina judicarurus, &c.
101. Lucan.
8 I. Tu pcssimus omnium brro es, as a rhief rold Alexander in Currius. Darnnar fo=
I 02. Father Angelo, rhe Dukc of Joyeux, going barcfoot over rhe Alps ro Rome, &c.
judcx, quod inrus oper:1tur, Cyprian.
103. Si cui inrueri vacet quac p:~riunrur supersririosi, invenics ram indecora honesris,
82. Vulrus magna cur:1, magna animi incuria. Am. Mareei.
t:lm indign:t liberis, t:~m dissimilia sanis, ur ncmo fueric dubiraturus furere eos, si cum
83. Horrenda rcs esc, vix duo verba sine mendado proferuntur: er qu:tmvis solennirer p:~ucioribus fuerenr. Sencc.
homincs ad vcricaccm diccndum invicenrur, pejer:trc t:lmen non dubir:tnr, ur ex decem
104. Quid die:~m de eorum indulgenriis, oblacionibus, voeis, solurionibus, jcjuniis,
resúbus vix unus vcrum dicat. C:tlv. in 8 John, Serm 1.
coenobiis, somniis, horis, organis, canrilcnis, campanis, simulachris, missis, purgatoriis,
84. Sapiemiam insaniam esse dicum. mirris, breviariis, bullis, lustralibus, aquis, r:lSuris, uncrionibus, canddis, calicibus,
85. Siquidem sapiemiac sll:le admir:~tione me complevir, offcndi sapiencissimum virum, crucibus, mappis, cereis, churibulis, incanr:ttionibus, exorcismis, sputis, lcgcndis, &c.
qui salvos potcst omnes homincs redderc. Baleus de actis Rom. Ponr.

86. E. Gr:1ec. epig. 105. Th. Neagcor.

87. Plures Democriti nunc non sufficiunr, opus Dcmocriro qui Democricum ridear. I 06. Dum simul:tnt spcrnere, :~cquisivcrunr sibi 30 annorum spario bis cençen:~ milli:~
E= Moria. librarum annua. Arnold.

88. Polycm. lib. 3. cap. 8. e Petron. 107. Er quum inrerdiu de vircute loqumi sunr, sere in bribulis duncs agüanr labore
nocrumo, Agryppa.
89. Ubi omncs ddir:~banr, omnes insani, &c. hodic nauta, Cr:IS philosophus; hodic
faber, cr:1s pharmacopob; hic modo regem :tgcbar mulro sarrellitio, ri:tra, ct sccprro 108. I Tim., 111 13. But rhc:y shall prevail no longer, their madness shall be known to
orn:ttus, nunc vi li amicrus ccnticulo, asinum clicdlarium impellic. ali men.

90. Calcagninus Apol. Crysalus e caercris auro dives, m:tnic:uo pepio cr ri:tr:l conspicuus, I 09. Bcnignit:~tis si nus soleb:tt esse, nunc liri um officina curia Roman:~ Budaeus.
levis alioquin er nullius consilü, &c. magno f:J.sru ingredienri assurgunr dii, crc. 11 O. Quid ribi vidcrur f:tcturus Democricus, si horum s pect:~tor contigisset?

92 93
NOTAS l
111. Ob inanc:s ditionum titulas, ob prcrcptum loc m, ob interceptam mulietculam, vcl
La primera partición,
quod c stultitia natum, vd c malícia, quod cupido dominandi, libido noccndi, &c.
112. Bdlum rem plane bdlui nam voc:l! Morus. Utop. Lib. 2. sección 1
113. Eso cnticndo de Andr. Vale. Apolog. Manip. l. I ct 26. Apol.
11 4. l-lace affcctio nostris tcmporibus frequcntissima.
11 5. Cap. 15. De Mel.
116. D e' anima: •Nostro hoc sacculo morbus frcqucmissimus•.
117. Consult., 98: "adeo nostris tcmporibus frcqucnter ingruit ur nullus fere ab ejus labc
immunis repcriatur cr omnium fere morborum occ.1.1io c.xistat>.

118. Mor. : •Encom si quis calumnictur lcvius esse quam dccct Thcologum, aur
mordacius quam dcccar Chriscianum•.
119. 1-lor. Sar. 4. l. I.

120. Epi. ad Dorpium de Maria: •si quispiam offcndarur cr sibi vindiccr, non habcr
quod c:xpostulct cum co scripsit, ipsc si voler, sccum ag:a injuriam, utpotc sui proditor,
qui dcclaravit hoc ad se propric pcrtincrc•.
121. Si quis se lac:sum cl:unabit, aut conscicnciam prodit suam, aur ccrtc mcrum,
Phacdr. Lib. 3. Ac:sop. r-ab.
122. Hor.
123. Mm. l. 7. 22.
124. Ut lubcr fcriat, abstcrgant hos ictus Dcmocriti pharmacos.
125. Rusticorum dca precssc vacamibus ct otiosis putabatur, cui post labores agrícola
sacrificaba t. Plin. l. 3. c. 12. Ovid. l. 6. Fast. Jam quoquc cum fiunr anciquac sacra
Vacunac, ante Vacunalcs stantquc scdcntquc focos. Rosinus.
126. Ter., •Prol.•, Eunuch.
127. Ariost. l, 39, Staf. 58.
128. Ut cnim ex studiis gaudium sic studia ex hilaritatc provcniunt. Plínio, •Maximo
suo•, Ep. lib. 8. .

129. Annõtl.l 5.
130. Si r Francis Bacon, ahora Vizcondc de St. Albans, cn sus Ensayos.
131 . Quod Probus, Pcrsii biográp!Joi, virginali verccundia Persium fuissc dicit, ego, etc.
132. Quas aut incuria fudit, aut humana parum cavit namra. Hor.
133. Prol: quer. Plaur.

94
Miembro I

Subsección I:
Excelencia dei hombre, su caída, miserias,
enfermedades; las causas de ellas

El hombre, la más excelente y noble criatura dei mundo, <<la prin-


cipal y más poderosa obra de Dias, maravilla de' la Naturaleza»,
como lo llama Zoroastro; audacis natrmu miraculum [milagre
de la audaz naturaleza],I según Platón; «el compendio y epíto-
me dei mundo»2 según Plínio; Microcosnms, un pequefio
mundo, un modelo del mundo, soberano sefior de la tierra,
virrey del mundo, sólo comandante y gobernador de las criatu-
ras de éste,3 a cuyo imperio están sujetas en particular y a quien
le triburan obediencia, sobrepasando por mucho al resto, no
sólo en cuerpo, sino en alma; lmaginis imago,4 creadoS según la
imagen misma de Dios,6 de esa inmortal e incorpórea sustancia,
con todas las facultades y poderes a ella pertenecientes; era ai
comienzo puro, divino, perfecto feliz, «creado según Dias en
verdaderas santidad y justicia));7 Deo congruens [consonante con
Dias], libre de enfermedades de toda laya y puesto en el Paraíso
para conocer a Dias, para alabarlo y glorificado, para hacer Su
voluntad, Ut dis consimiles parturiat deos [para que, al ser como
los dioses, pudiera engendb.r dioses] (según dice un antiguo
poeta), para propagar la Igler ia.

97
ANATOM(A DE LA MELANCOLÚ\
PIUMERA PARTICIÓN. SECCIÓN 1

Pero ésta, la más noble de las criaturas, Heu tristis et lachrymosa La causa impulsora de estas desdichas en el hombre, esta priva-
commutatio! (como exclama uno):B jOh penoso cambio! Ha ción o destrucción de la imagen de Dios, la causa de la muette y
caldo de donde estaba y malbaratado su hacienda, se ha vuelto las dolencias, de todos los castigos temporales y eternos, fue el
miserabilis homrmcio, está desterrado, cautivo, es una de las cria- pecado de nuestro primer padre Adán al comer de la fruta prohi-
turas más miserables dei mundo si se lo considera en su propia bida, por instigación y seducción dei diablo.13 Su desobedien-
naturaleza, la de hombre no regenerado y tan oscurecido por su cia, orgullo, ambición, intemperancia, incredulidad, curiosi-
caída que (a excepción de algunas relíquias) es inferior a una dad, de donde proceden el pecado original y esa corrupción
bestia. «EI hombre que está en honra y no entiende, semejante general de la humanidad, fueron como una fuente de donde
es a las bestias que perecem•,<J así lo estima David: un monstruo manaron todas las malas inclinaciones y verdaderas transgresio-
por estupendas metamorfosis, un zorra, un perro, un puerco, nes, que causan las diversas calamidades que se nos infligen por
,:qué no?10 Quantum mutatus ab illo! jCuán alterado con respec- nuestros pecados. Y eso, de! mismo modo, es lo que nuestros
to a lo que fue! Antes bendito y feliz, ahora desdichado y mal- poetas fabulosos ref!ejan en el cuento de la caja de Pandora, que,
dito; «con dolo r comerá», 11 sujeto a la muerte y a toda clase de al ser abierra por su curiosidad, colmó ai mundo con dolencias
enfermedades, toda suerte de calamidades. «Grandes trabajos de toda clase. 14 No es la curiosidad sola, sino esos otros flagran-
han sido creados para todo hombre, un yugo pesado hay sobre tes pecados nuestros los que atraen diversas plagas y desdichas
los hijos de Adán desde el día que salieron dei vientre de su sobre nuestras cabezas. Pues ubi peccatzmz, ibi procella (donde
madre hasta el día en que retornan a la madre de todo. A saber: hay pecado, hay tempestad] como bien observa Crisóstomo.15
sus pensamientos, el miedo de su corazón y el imaginar las cosas <<fueron afligi~os los insensatos, a causa de su camino de rebelión
que lo esperao, y el día de su mu~rte. Desde el que está sentado Ya causa de sus maldades.n1G <<Cu ando viniere como una destruc-
en el trono glorioso, hasta el que ~n tierra y ceniza está humilla- ción lo que teméis, y vuestra calamidad llegare como un torbe-
do, desde quien está vestido de sdda azul y lleva carona hasta el llino; cuando sobre vosotros viniere tribulación y angustian17
que se cubre de tela grosera. Furor, envidia, turbación, inquie- porque no temieron a Dias. <<,:Te azotan las guerras?n, bien insta
tud, miedo a la muerte, resentimiento y discordia son para toda Cipriano a Demetrio: «,:Te acosan la escasez y la hambruna? .:Tu
carne, dei hombre hasta la bestia, mas para los pecadores siete saJud está aplastada por rabiosas enfermedades? .:Se ve la huma-
veces más.n12 Todo esta le toca en esta vida y tal vez también nidad en general atormentada por males epidémicos? Es todo por
miseria eterna en la vida venidera. vuestros pecadosn18 (Ag 1 9, 10; Am 1; Jm 2). Dias está enfada-
do, castiga y amenaza por la obstinación y la terquedad de quie-
nes no se vuelven a Él. <<Si la tierra, pues, queda yerma por falta

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ANATOMfA DE LA MEL\NCOLfA PRJMERA PARTJCIÚN, SECCIÚN I

de lluvia; si, seca y escuálida, no da fruto; si rus fuentes se seca- asombro dei corazón)),26 Esta Pablo lo secunda (Rm 2 9):
ron, tu vino, grana y aceite se apestaron; si el aire está corrompi- «Tribulación y angustia sobre el alma de todo hombre que hace
do y los hombres turbados por dolencias, es en razón de sus peca- lo malon. O si no estas castigos nos son infligidos para nuestra
doSll,l9 que como la sangre de Abel claman ai cielo con fuerza humillación, para ejercirar y probar nuestra paciencia aquí en
pidiendo venganza. Lm 5 15: ((Pues hemos pecado, y por eso esta vida, para hacernos regresar ai hogar, para hacemos conocer
pesan nuestros corazoneSll. ls 59 11, 12: «Grufiimos como osos a Dios por nosotros misJos, para infundimos y ensefiamos
rodos nosotros, y gemimos como palomas; nos falta salud, etc., sabiduría. «Por tanto, mi p1eblo fue llevado cautivo, porque no
1
por nuestros pecados y transgresiones)), Pera nq soportamos oír ruvo conocimienro; por ta nto se encendió el furor dei Sefior
ni tomar nota de ello Om 2 30): <<En vano nos azotan y no contra su pueblo, y extendió contra él su mano.n 27 Está deseoso
hemos recibido correccióml y c<los azaraste, pera no les dolió; se de nuesrra salvación, nostra~ salutis avidus, dice Lemnio,2B y por
rehusaron a recibir corrección; no han regresado)). ccPestilencia esa causa nos tira de las arejas muchas veces, para recordamos
envió, pera no se volvieron a él)) (Am 4). Herodes no podía tole- nuestros deberes: <<Para que los extraviados aprendan inteligen-
rar a Juan Bautista,20 ni Domiciano soportar que Apolonio le cia)) (como dice Is 29 24) «y así se reformen)) .29 ccEstoy afligido
dijera que las causas de la plaga en Éfeso eran su injusticia, inces- y al borde de la muerte)), así confiesa David de sí mismo (Sal 88
to, adulterio y cosas parecidas.21 15, 9), <<mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción)); y eso lo
hizo volverse a Dias. El Gran Alejandro, en media de su pros-
Para penamos por lo tanto por esta ceguera y obsrinación nuesrra peridad, deificado por una turba de parásiros y hecho ahora un
como causa concomitante y principal agente, es justo el juicio de dias, cuando vio sangrar una de sus heridas, recordá que no era
Dias de acarreamos estas calamidades, para castigamos, digo, por sino un hombre y se enmendó de su orgullo. In morbo r~colligit
nuestros pecados y satisfacer la ira de Dias. Pues la ley requiere se animus, como Plínio bien percibió:30 ccEn la enfermedad, la
obediencia o castigo, como puedes leer en muchos lugares (Dt mente reflexiona sobre sí misma, se releva con juicio, y aborre-
28 15): <<Si no obedecen ai Sefior y cumplen sus mandamientos ce sus anteriores conductaSll, tanto que concluye diciéndo~e a su
y ordenanzas, entonces todas estas maldiciones caerán sobre amigo Mario que <<sería la suma de toda filosofía que cuando
ellos. Malditos serán en la ciudad y en el campo, erc.22 Maldito sanas pudiésemos continuar o llevar a cabo al menos una parte
el· fru~o de su vientre etc.23 El Sefior te enviará turbación y ver- de lo que prometimos cuando enfermosn)l ccQuien sea, pues,
güenza, por tu maldad)).24 Y un poco después: «El Sefior te heri- sabia, considerará estas cosas)), como lo hizo David (Sal 107
rá con la úlcera de Egipto, con tumores, con sarna, y con come- último versículo); y sea cual fuere la fortuna que le roque, que la
zón de que no puedas ser curado.25 Con locura, ceguera y aproveche. Si está en pena, necesidad, enfermedad o cualquier

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ANATOMfA DE LA MEL\NCOLfA PRIMERA PAKnCION, SECC!ON I

otra adversidad, que seriamente consulte consigo m1smo por han sido cambiados: la tierra maldecida, la influencia de las
qué este mal, desdicha, ésta u otra dolencia incurable le es infli- estrellas alterada; los cuatro elementos, bestias, aves, plantas
gido; puede ser por su bien, sic expedit,31 como dijo Pedro de la ahora están dispuestos para ofendemos. ((De primera necesidad
fiebre de su hija. La enfermedad corporal es por la salud de su para la vida dei hombre son e! agua, e! fuego, el hierro y la sal,
alma, periisset nisi periisset, de no haber sido afectado, habría la harina, el trigo, la leche y la miei, el vino, el aceite y el vesti-
perec:::ido del todo; porque «el Sefior ai que ama castiga, como el do, bienes para los piadosos, mas para los pecadores se truecan
padre ai hijo a quien quiere~>.33 Si, por otra parte, está sano y en males>> (Si 39 26). ((Fuego y granizo, hambre y muerte, para
libre de toda clase de achaque; et ctti el castigo ha sido creado todo ello~> (Si 39 29).

Gmtia, forma, valetudo contingat abunde El firmamento nos amenaza con sus cometas, estrellas, planetas,
Et rmmdttS victus, 11on deficiente crumena;34 con sus grandes conjunciones, eclipses, oposiciones, cuartiles y
rales aspectos desfavorables; el aire con sus meteoros, rruenos y
((y puede tener gracia, favor, salud, relámpagos, inmoderados calor y frío, poderosos viemos, tem-
Una dieta sana y abundantes bienes;» pestades, clima impropio de la estación; de donde provienen
escasez, hambruna, plaga y roda suerte de dolencias epidémicas
que aun en media de su prosperidad recuerde esa advertencia de que consumen miríadas de hombres. En El Cairo, en Egipro,
Moisés: ((que cuide de no olvidar ai Sefior su Dios,,,35 que no se cada tres afias (según relatan Botero37 y otros) 300.000 mueren
hinche, sino que reconozca que son sus bondadosas dádivas y por la plaga; y 200.000 en Constantinopla cada cinco o siete,
beneficios, y «cuanto más tiene, más agradecido sea,36 (como como mucho. jCómo nos aterroriza y oprime la tierra con terri-
aconseja Agapetiano) y los use con derechura. bles terremotos, que son de lo más frecuentes en China, Japón y
esos climas orientales3B y que a veces se tragan seis ciudades 'de
Ahora bien, las causas instrumentales de estas nuestras enferme- una vez! jCómo ruge el agua con sus inundaciones, irrupciones,
dades son tan diversas como las enfermedades mismas: estrellas, derribar de pueblos, ciudades, aldeas, puentes, etc., además de los
cielos, elementos, etc. y todas esas criaturas que Dias ha hecho naufragios! lslas enteras a veces se ven avasalladas con rodos sus
están armados contra los pecadores. D e hecho, una vez fueron habitantes en Zelanda,39 Holanda y muchas partes dei continen-
buenos en sí mismos y que muchos de ellos sean ahora pernicio- te quedan sumergidas, como e! lago Erne en Irlanda. 40 Nihilque
sos para nosouos no es su naturaleza, sino nuestra corrupción lo praeter arcittm cadavera patenti cernimu.s freto41 [no vemos más
que lo causó . Pues por la caída de nuestro primer padre Adán que las ruínas de ciudades sobre las aguas que se extienden]. En

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ANATOMIA DE UI MELANCOLIA PRIMEM PARTICIÓN, SECCJóN I

los bajos de Frisia, 1230, a causa de las tempestades, el mar ahogó dispuesto a actuar mal: es su propio verdugo, un lobo, un dia-
multa hominem mil/ia, et jumenta sine memen/12 [muchos miles blo, para sí mismo y los de más. 44 Somos rodos hermanos en
de seres humanos e incontable hacienda], casi el país entero y sus Cristo, o al menos deberíamos seria, miembros de un mismo
hombres y ganados. jCómo ruge e! fuego, ese inmisericorde ele- cuerpo, servidores de un Senor, y sin embargo no hay monsrruo
mento, consumiendo en un instante ciudades enteras! c:Qué ciu- tan capaz de atormentar, insultar, tiranizar, vejar como hace un
dad de alguna antigüedad o nota no ha sido alguna vez, y otra, y hombre con otro. Que no caiga yo, pues (dice David, puesto a
otra, desfigurada, arruinada y dejada desolada por la furia de ese elegir entre guerras, plaga y hambruna), en manos de hombres,
inmisericorde elemento? En una palabra, de hombres inmisericordes y perversos:

lg11is p(pucit, 11nda mergit, aeris Vix sunt homines hoc nomine digni
Vis p(stilmtis a(quori er(ptllm n(cat, Qu.amqtte lupi saroae plus firitatis habmt. 45
B(//o mperstes, tabidus morbo perit.IJ3
[1<A.unque su forma es de hombres, apenas si mereceo tal nombre;
11Quien se libra dei fuego, se ahoga en el mar; Su salvajismo avergüenza a los lobos.>>]
Quien dei mar, el aire pesrilenre vuelve arcilla;
AI que escapa de la guerra, la enfermedad se lo lleva.)) Podemos prever en su mayor parte estas dolencias epidémicas, y
probablemente evitadas. Escaceses, tempestades, plagas, nuesrros
Para descender a más particulares, jcuántas criaturas tienen mor- astrólogos las predicen; terremotos, inundaciones, casas arruina-
tal querella con los hombres! Leones, lobos, osos, etc., algunos das, fuegos devoradores vienen de a poco o hacen algún ruido
con pezunas, cuernos, colmillos, clientes, unas. jCuántas ser- antes de llegar; pera no hay arte que haga evitar las rruhanerías,
pientes nocivas y criaturas venenosas, listas para ofendemos o imposturas, injurias y villanías de los hombres. Evitamos que
hasta matamos con picaduras, hálito, mirada! jCuántos peces, nuestros enemigos declarados entren a nuestras ciudades mçdian-
planras, gomas, frutas, semillas, etc. perniciosos podría enume- te puertas, murallas y torres, nos defendemos de rateros y ladro-
rar ya mismo, que con su olor mismo, muchos de ellos, su nes con vigilancia y armas; pera esta malícia de los hombres y sus
roque, sabor, causan algún grave· mal, cuando no la muerte perniciosas empresas no hay precaución que las desvíe, no hay
misma! Algunos mencionao mil venenos diversos; pera eso es vigilancia que las prevea, de tantas conjuras y recursos secretos
una fruslería con respecro a aquello. E! mayor enemigo dei hom- como tenemos para enganamos unos a orros.
bre es el hombre, que por la instigación dei diablo siempre está

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PRIMERA PARTICIÓN, SECCIÓN l
ANATOMfA DE U\ MEU\NCOLfA

A veces con ayuda del diablo, como los magos, brujas; otras tra propia desrrucción: Perditio tua ex te5! [tu destrucción proce-
veces mediante imposturas, mesturas,46 ponzofias, estratagemas, de de ti mism~]. Como Judas Macabeo mató a Apolonio con sus
combates singulares, guerras, damos\ tajos y mandobles, como si propias armas,52 nos armamos para derrocarnos a nosotros mis-
fuésemos ad intemecionem nati, cotbo los soldados de Cadmo, mos; y usamos la razón, el arte, el juicio, todo lo que debería ayu-
nacidos para consumirse unos a otr~s. Es cosa ordinaria leer de damos, como instrumentos para perdemos. Héctor le di o a Áyax
una haralla en la que fueron muertos cien o doscientos mil hom- una espada que, mientras peleara contra enemigos, servía para su
bres; además de torturas de toda índole, toros de bronce, potros, ayuda y defensa; pero después de comenzar a destruir criaturas
ruedas, mancuerdas, armas de fuego, ingenios, etc. Ad unum indefensas con ella, la volvió contra sus propias entrafias insensi-
corpus /mmanum supplicia plura quam membra: hemos inventa- bles. Esos excelentes medias que Dias nos ha concedido, bien
do más instrumentos de tortura que miembros tiene el cuerpo empleados, no pueden sino beneficiamos mucho; pera si se per-
humano, como bien observa Cipriano.47 Para acercamos aún vierten de alguna manera, nos arruinan y confunden: y así, en
más, nuestros propios padres son por sus ofensas, indiscreción e razón de nuestra indiscreción y debilidad comúnmente lo hacen,
intemperancia nuestros enemigos mortales. ceLas padres comie- de lo que tenemos demasiados ejemplos. Esto, san Agustín lo
48 reconoce de sí mismo en sus humildes Confisiones, que: «Ligereza
ron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera. >•
Causan nuestro dolor muchas veces, y nos cargan con dolencias de ingenio, memoria, elocuencia, eran los buenos dones de Dios
hereditarias, inevitables enfermedades; nos atormentan y queda- pera él nos los usá para Su gloria>>. Si quieres saber en particular
mos en disposición de perjudicar a nuestra propia descendencia: cómo, y por qué medias, consulta a los médicos y te dirán que es
en ofender alguna de esas seis cosas no naturales sobre las cuales
mox datttri progeniem vitiosiorem49 ya me explayaré;53 son causa de nuestras enfermedades nuestros
hartazgos y borracheras, nuestra inmoderada, insaciable, lujuria
[«pronto entregaremos una progenie llena de faltas»] y prodigioso liberrinaje. Plures crapula quam gladius es un dicho
veraz, la mesa termina con más que la espada. Es nuestra intem-
y el postrero fin del mundo, como previó Pablo,50 es probable perancia la que atrae tan diversas enfermedades incurables sobre
que sea el peor. Somos pues malas por naturaleza, malas por nuestras cabezas, que apresura nuestra vejez,54 pervierte nuestra
índole, pero mucho peores por el arte, cada hombre es el mayor temperatura y nos trae la muerte súbita. Y por último, lo que nos
de sus enemigos. Esmdiamos muchas veces cómo perdemos, crucifica más que nada es nuestra propia folía, locura (quos
abusando de esos buenos dones que Dios nos concedió, salud, ]upiter perdit, dementat: sustrayendo Su gracia asistente es que
riqueza, fuerza, entendimiento, saber, arte, memoria, para nues- Dias lo permite) debilidad, deficiencia de gobiemo, nuestra faci-

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ANATOMfA DE L\ MELANCOLfA PRIMERA PARTICIÓN. SECCIÓN I

lidad y disposición a ceder a diversas lujurias, en darle paso a toda cuerpo, opuesto a la naturaleza y que obstaculiza su uso";60 arras
pasión y perturbación de la mente: por cuyo media nos meta- dicen otras cosas, todos con este sentido.
morfoseamos y degeneramos en besrias. Todo lo cual observá ese
príncipe de los poecas55 en Agamenón, que cuando estaba de Cuántas enfermedades hay es cuestión aún no determinada;
buen talante y podía moderar su pasión era os oculosqtte jovi par. Plinio cuenra hasta 300 desde la coronilla hasta la planta dei pie;6 1
como Júpiter en el semblante, Marte en el valor, Palas en la sabi- en otra parte dice, morbornm infinita multitudo: su número es
duría, orro dias; pera cuando se enfadaba, era un león, un tigre, infinito. Cómo haya sido en esos ciempos, no importa; esroy segu-
un perro, etc., no aparecía indicio ni semejanza de Júpiter en él. ro de que en nuesrros días su número ha aumentado mucho:
También nosorros, en tanto nos gobierna la razón, corregimos
nuestro desordenado apetito, y nos conformamos a la palabra de Macies et nova fobrittm
Dias, somos todos santos; pera si les soltamos las riendas a la Tt:rris incubuit cohors. G2
lujuria, ira, ambición, orgullo y hacemos lo que queremos, dege-
neramos en bestias, nos transformamos, derrocamos nuesrras [~cnuevas enfermedades debilitantes azoran a la humanidad.••]
conscituciones, provocamos la ira de Dios56 y nos acarreamos
ésta, la meiancolía, entre toda clases de dolencias incurables y Pues además de muchas dolencias epidémicas inauditas, y de! rodo
como justo y merecido castigo de nuestros pecados. desconocidas para Galena e Hipócrates, como el scorbutum [escor-
buto], viruelas, plica [gota], sudores, morbtts Gallicus [sífilis], etc.,
Subsección II: tenemos muchas que son propias y peculiares de cada parte. No
hay entre nosotros hombre tan sano, ni de constitución tan buena,
La definición, número,
que no tenga algún impedimento de cuerpo o de mente. Quisqtte
división de las dolencias mos patimur mmus: todos tenemos nuestras enfermedades, antes
Qué es una dolencia, casi todos los médicos lo definen. Fernelio o después, más o menos. PJr azar tal vez haya uno en una.edad,
la llama «una afección dei cuerpo contraria a la naturaleza»;57 o uno entre mil, que sea cabo Zenófilo, el músico en Plinio,63
I
Fucsio y Crato, «Un obstáculo, herida o alreración en cualquier y pueda vivir felizmente 105 afias sin impedimento de ninguna
acción del cuerpo o parte dei mismo••;58 Tolosano, «una disolu- clase; un Palio Rómulo, que pueda conservarse «con vino y acei-
ción de esa liga que existe entre ei cuerpo y el alma y una per- ten;64 un hombre tan afortunado como Q. Merelo, de quien
rurbación de ella, así como la salud es su perfección y los medias Valeria ramo se jacta; un hombre tan saludable como Otto
para preservarlm•;59 Labeo -en A. Gelio-, «Un mal hábito dei Hewardo, senador de Augsburgo, en Alemania, a quien Leovitio

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ANATOMÚ\ DE lJ\ MELJ\NCOL(A I'RIMERA PARTIC!ON, SECC!ON 1

el astrólogo pone como ejemplo y parangón de la certeza de su Galena, Areteo, AI-Razi, Avicena, Alejandro, Pablo, Aecio,
arte:GS quien, como los significadores de su fortuna eran afortu- Gordonerio; y a esos exactos neotéricos: Savanarola, Capivaccio,
nados y estaba libre de los aspectos hostiles de Saturno y Marte, Danara de A! tomare, Hércules de Sajonia, Mercurialis, Victorio
cuando ya era muy viejo «no podfa recordar haber estado enfer- Faventino, Wecker, Piso, etc., que han metódica y elaborada-
mo nuncan.66 Paracelso67 puede jactarse de que es capaz de hacer mente escrito de todas ellas. Me ocuparé brevemente, y por
que lin hombre viva 400 afi.os o más, si pudiera criado desde su separado, de las de la mente y la cabeza.
infancia y hacerlo seguir su dieta; y algunos médicos soscienen
que no hay un período cierto para la vida del hombre, sino que Subsección III:
la templanza y la física pueden prolongaria. A todo esta, la expe- División de las dolencias
riencia común nos muestra que ninguno puede escapar, sino
de la cabeza
que lo que dijo Hesfodo es cierto:GB
Estas dolencias de la mente, en tanto tienen su principal sede y
Pleíe men gàr gâia kakón, plele de thd/assa, órganos en la cabeza, por lo común se clasifican entre Ias dolen-
Not2soi d'anthrópoisin eph'emérei ed'ep'i nukt'i cias de la cabeza, que son diversas y varfan mucho según su sitio.
Autómatoi phoistôsi. Pues la cabeza así como tiene varias partes tiene también diver-
sos achaques, que según la división de Heurnio,70 (que él toma
«Llena está la tierra, también el mar, de Arculano) son internos o externos (por omitir todos los que
de males que nos acosan noche y día.>> pertenecen a ojos y oídos, narices, encías, dientes, bocas, pala-
dar, lengua, garguero, quijadas, rastro, etc.): los que pertenecen
Si requieres una división más exacta de estas dolencias ordinarias propiamente al cerebro [y los que no], como calvicie, caída del
que son propias de los hombres, te refiero a los médicos;69 ellos cabello, caspa, piojos, etc. Los internos pertenecen a las pieles
te contarán de agudas y crônicas, primeras y secundarias, letha- cercanas al cerebro, llamadas dura y pia mater -como todas las
les, salutates, errantes, fijas, simplesf compuestas, conexas, o cún- jaquecas, etc.-;7 1 o a los ventrículos, membranas, películas,
secuentes, perrenecientes a partes al todo, de hábito, o de dis- tunículas, vertientes y partes de él; y a sus pasiones, como caro,n
posición, etc. Mi división por aho{a (como más adecuada a mi vérrigo, incubo, apoplejía, alferecía. Las dolencias de los nervios:
propósito) será en las dei cuerpo y las de la mente. Para las del calambres, estupor, convulsión, temblor, perlesfa; o que pertene-
cuerpo, de las que Fusquio ha hecho un breve catálogo (lnstitut. cen a los excrementos dei cerebro: catarros, estornudos, reumas,
/ib. 3, sect. I, cap. li), te refiero a los voluminosos tomos de lagafias, destilaciones; o si no aquellas que pertenecen a la sus-

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ANATOMfA DE U\ MEU\NCOLfA PRIMEM PARTICIÓN, SECCIÓN I

tancia dei cerebro en sí, en las que se incluyen el frenesí, la letar- s J bsección IV:
gia, la melancolía, la locura, la debilidad de memoria, el sopor o Desvarío, lochra, frenesí, hidrofobia,
coma, vigilia [insomnio] y vigil coma.73 De ésras escogeré las que I
licantropía, Chorus Sancti Viti, éxtasis
propiamente pertenecen a la fantasía o imaginación, o a la razón
en s{ (que Laurencio74 llama «dolencias de la mente»; y Desvarío, faruidad o folia, es el nombre común de todas las espe-
Hildesheim, «morbos imaginationis, attt rationis laesae» [enfer- cies que vienen a continuación, al decir de algunos. Laurencio76
medades de la imaginación o de una razón herida]), cuyo núme- y Altomaren colocaron a la locura, melancolla y lo demás bajo
ro es de tres o cuacro: frenesí, locura, melancolía, desvar{o y sus este nombre y la llaman summum gemts de todas ellis. Si hay que
dases, como hidrofobia, licantrop{a, choms Sancti Viti [mal de distinguida de ellas, es natural o ingénita y viene de algún defec-
san Viro], morbi daemoniaci [posesión diabólica], que breve- to en los órganos y sobre todo dei cerebro, como vemos en los
mente tocaré y sefialaré, insisriendo especialmente en la de la tontos comunes; y es las más de las veces latente o intermitente
melancolía por ser más eminente que las demás y eso en todas en algunos en particular, con lo cual se ponen más cuerdos que
sus clases, causas, síntomas, pronósticos, curas: como Lonicero otros: o si no es adquirida, un apéndice o síntoma de alguna otra
lo hizo de apopüxia y muchos otros de rales enfermedades en dolencia, que viene o va; o, si continúa, sefial de la melancolía
particular. No es que encuentre falta en los que escribieron antes m1sma.
sobre este tema -como Jason Pratensis, Laurencio, Montalto, T.
Bright, etc.-; han hecho muy bien sus diversas clases y métodos; Phrmitis, que los griegos derivan de la palabra «phrén», es una
pera lo que uno omite, otro puede felizmente ver; lo que uno dolencia de la mente con continua locura o desvar{o, que trae
contrae, ocro puede agrandar. Para concluir con Escribanio:75 aneja una aguda fiebre; o si no una inflamación dei cerebro, o
((aquello que dejaron de lado o trataron perfunctoriamente de sus membranas o películas, con una aguda fiebre que causa
podemos examinaria más concienzudamente; lo que algunos de locura o desvario. Difiere de la melancolía y de la locura porque
ellos presencan oscuramente, puede ser más perspicazmente el desvario de ellas es sin calentura; es continua, con v:igilia, o
dilatado y amplificado por nosotros» y, as{, hecho más familiar deterioro de la memoria, etc. La melancolía es casi siempre
y fácil para la capacidad de todo hombre y para el bien común, silenciosa, ésta, clamorosa; y los médicos le asignan muchas dife-
que es el fin principal de mi discurso. rencias de ésas.

Celso y muchos escritores confunden locura, frenesí y melanco-


lía; otros dejan fuera el frenesí y hacen de la locura y la melanco-

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ANATOMIA DE LA MELANCOLfA rRIMERA rARTICIÓN. SECCIÓN I

Ha una sola dolencia -de lo que trata especialmente Jason les va, etc., que les haces cuando esrán en éxtasis. Las arras espe-
Pratensis-78 y que sólo difieren secundrmz majtts o minus, en su cies de esta furia son los entusiasmos, revelaciones, y visiones, tan
cancidad: una es un grado de la otra y ambas proceden de una a menudo mencionadas por Gregorio y Beda en sus obras; obse-
·
causa. Difieren mtenso · gradtt, d .tce G ord onms,
et remmo . 79 segun
' sión o posesión por diablos, profetas sibilinos y furias poéticas,
el humor sea latente o intermitente. De esa misma opinión son como las que vienen de comer hierbas nocivas, por las picaduras
Arereo,~O Alejandro Traliano, Guianerio, Savonarola, Heurnio; y de tarántula, etc. Las.. más conocidas son éstas: licantropía, hidro-
Galena mismo escribe promiscuamente de ambas en razón de su fobia, choru.s Sancti Viti [mal de San Viro].
afinidad; pera la mayor parte de nuesrros neotéricos se ocupan
de ellas por separado y los seguiré en este tratado. La locura se La licantropía, que Avicena llama <<crtcrtbuth}), arras «lttpinam
define pues como un desvarío vehemente, un delírio sin fiebre, insaniam,, o «locura lupinan, cuando los hombres correo aullan-
mucho más violenta que la melancolía, llena de ira y clamor, do entre tumbas y campos por la noche y no se convenceo de
horribles expresiones, acciones, gestos que turban a los pacientes que no son lobos o alguna otra bestia parecida. Aecio83 y PabloB4
con mucho mayor vehemencia en cuerpo y mente, sin ningún la llaman una clase de melancolía; pera yo más bien me referiría
temor ni dolor, con ran impetuosa fuerza y arrevimiento que a a ella como locura, como casi todos lo hacen. Algunos dudan de
veces tres 0 cuatro hombres no pueden sujetarlos. Difiere dei fre- que tal enfermedad exista. Do nato de AI tomare dice que via dos
nesí sólo en que es sin fiebre y sus memorias son las más veces de ésos en su vida. as Wiero relata una historia de uno de cales en
mejores. Tiene las mismas causas que la otra, como cólera adus- Padua en 1541 ,aG que no creía sino que era un lobo. Trae otro
ta y sangre recalentada, cerebro inflamado, etc. Fracastoro le ejemplo de un espano! que crefa ser un asa. Foresto lo confirma
afiade a esta división que hay que tener suficiente tiempo y edad con muchos.ejemplos;B7 uno entre otros, dei que fue testigo pre-
cumplida para diferenciaria de los nifios y quiere que se trate ~e sencial en Alcmaar, en Holanda: un pobre granjero que no dejaba
una incapacidad confirmada para separada de las que van y v1e- de merodear entre las tumbas y vivía en camposantos y tenía un
· etc. 81 D e esta
nen, como cuando se toma beleno, so lano, vmo, aspecto pálido, feo y temeroso. Como éste, o poco mejores, eran
furia hay diversas clases: éxtasis -que es familiar en algunas per.- las hijas de! rey Proteo, que se creían vacas.BB Y a Nabucodonosor
sonas,82 como dice Cardano de sí mismo, que podía entrar en él en Daniel, según sostienen algunos intérpretes, sólo lo turbaba
cuando lo deseaba-, en el cuallos sacerdotes índios pronunciao esta clase de locura. Esta dolencia quizá dia ocasión a esta osada
sus oráculos y las brujas de Laponia, como escribe Olao Magno afirmación de Plínio, que «en su tiempo, algunos hombres se
(Lib. 3, cap. 18), uecstasi onmia praediceren: responden todas las volvían lobos, y de lobos se volvían hombres});B9 y a la fábula de
preguncas referidas a qué hacen cus amigos, donde están, cómo Pausanias, de un hombre que fue lobo durante diez afias y des-

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ANATOM(A DE LA MELANCOLfA PRIMERA PARTICIÓN. SECCIÓN I

pués tornó a su forma ancertor; al cuenco de Ovidio sobre dad del cuerpo. Hildesheim97 relata de algunos que murieron así
Licaón;90 etc. Quien desee oír de esta enfermedad, o ver más rabiosos y al disecarlos no renían ninguna agua, sangre escasa y
ejemplos de ella, que lea a Agustín en su 18vo libra de De no quedaba en ellos humedad alguna. En quienes son así afec-
Civitate Dei (cap. 5), Mizaldo ( Cent. 5, 77), Sckenkio (Lib. 1), tados, el temor al agua comienza catorce días después de que son
Hildesheim (SpiciL 2, De mania), Forresto, {Lib. 10, De morbis mordidos y en algunos no antes de cuarenta o sesenta días des-
cerebrz); Olao Magno; Vicente Bellovacensis (Spec. nat. Lib. 31, pués; lo común, dice Heurnio, es que comiencen a delirar,
cap. 122); Pierio, Bodino, Zuiger, Zeilger, Peucer, Wiero, huyan del agua y los espejos, su rastro se vea rojo e hinchado,
Sprenger, etc. Este mal, dice Avicena, turba a los hombres sobre veinte días después (si no se ha tomado ningún remedio en ese
todo en febrero y en nuestros días es frecuence en Bohemia y tiempo) comienzan a quedarse despiertos, pensativos, tristes;
Hungría, según Heurnio;9I Scheretzio la pretende común en ven extrafias visiones, ladrao y aúllan, caen desvanecidos y a
Livonia. Pasan escondidos la mayor parte del día y salen por la menudo tienen ataques de alferecía. Algunos dicen que cosas
noche, aullando en tumbas y desiertos; «lo usual es que tengan pequenas, como gusarapos, se ven en sus orinas.98 Si aparece
ojos huecos, piernas y muslos escabiosos, muy secos y páli- cualquiera de esas sefiales, ya no pueden recuperarse. Muchas
dos»,92 dice Altomare;93 da ahí razón de todos los síncomas y veces esos síntomas no apareceo hasta pasados seis o siete meses,
expone una breve cura de ellos. dice Condronco;99 y a veces no antes de siete u ocho anos, según
Guarnerio; doce según Alberto; al cabo de seis o siete meses, sos-
La hidrofobia es una clase de locura, bien conocida en toda tiene Galena. El gran abogado Baldo murió de ella; un fraile
aldea, que viene de la mordedura de un perro rabioso o de su agustino y una mujer de Delft, que eran pacientes de Foresto,IOO
arafiazo, dice Aureliano94 -a veces sólo de tocarlo u olerlo, como fueron miserablemente consumidas por ella. La cura común en
lo prueba Sckenkio-95 y es pro pia de muchas otras criaturas ade- el campo (al menos para quienes morao cerca de la orilla del
más de los hombres: así se llama porque los afectados no pueden mar) es zambullirlos de cabeza en agua de mar; algunos usan
soporrar la vista del agua oi de ningún licor, pues suponen ver ensalmos; toda comadrona tiene medicinas que prescripir. Pero
un perro rabioso en ellos. Y lo que es más asombroso, aunque la mejor cura de la que se dispone en rales casos viene de los
tengan mucha sequedad (como ocurre en este mal) prefieren médicos más aprobados; quienes quieran leer lo que dicen
morir a beber. Celio Aureliano,96 un anciguo escritor, duda de si puede consultar a Dioscórides (Lib. 6, cap. 37) Heurnio,
esta hidrofobia es una pasión del cuerpo o de la mente. La parte Hildesheim, Capivaccio, Foresto, Sckenkio y antes que todos los
afectada es el cerebro; la causa, ponzofia que viene dei perro otros, Codronco, un italiano, quien recientemente escribió dos
rabioso, que es tan caliente y seca que consume toda la hume- exquisitos libras sobre el tema.

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ANATOMIA DE UI MElANCOLIA I'RIMERA PARTICIÓN. SECCIÓN l

Choms Sancti Viti, o baile de san Vito; la danza lasciva, la llama se cuenran de ellos, que, como algunos no las aceptan {pues
Paracelso,IOI porque quienes son tomados por ella no pueden Deacon y Darrel escribieron grandes volúmenes sobre los pros y
hacer más que danzar hasta que mueren o se curan. Así se llama contras dei tema), omito volunrariamenre.
porque quienes se veían turbados por él debían acudir a san Vi to
en busca de ayuda y después de danzar un rato se veían libres Fucsio (fnstitut. Lib. 3, sec. I, cap. 11), Felix Plater,l04 Laurenciol05
con cert~za.I02 Es exrraflo oír cuánto tiempo pueden danzar y de le anaden a éstas una furia que procede dei amor y otra dei estu-
qué manera, sobre taburetes, bancos, mesas; a veces las mujeres dio, otra furia divina o religiosa; pero ésas pertenecen más propia-
encintas {sin, aún así, herir nunca a sus ninas) danzan durante mente a la "melancolia; de todas hablaré apartel06 y tengo inten-
tanto tiempo que no pueden mover banas ni pies y pareceo ción de escribir un libra enrero sobre ellas.
bien muertas. No toleran ver a uno don rapas rojas. Aman la
música por sobre todas las cosas y por! eso algunos magistrados Subsección V:
en Alemania conrratan músicos para que toquen para ellos y
Melancolía de disposición,
algunos compafleros animosos y robustos para que dancen con
ellos. Esta dolencia fue muy común en Alemania, como es apa- impropiamente llamada así. Equívocos
rente por esos relatos de Sckenkiol03 y Paracelso en su libra De La melancolía, tema de nuestro presente discurso, es por disposi-
la locura, donde se jacta de haber curado a muchas personas de ción o por hábito. En disposición, es esa melancolía transitaria
ella. Felix Plater {De mmtis alienat., cap. 3) informa de una que va y viene con cada pequena ocasión de pesar, necesidad,
mujer en Basilea, a la que via danzar durante todo un mes. Los dolencia, turbación, temor, pena, pasión o perturbación de la
10
árabes lo consideran una clase de perlesía. Bodino, en su 5 libra mente; cualquier espede de cuidados, descontento o pensamien-
(De Repub., cap. 1), habla de esta enfermedad; Monavio lo hace to que cause angustia, embotamiento, pesadez y vejación dei espí-
en su última epístola a Scolrzio, y en otra a Dudithus, donde ritu; cualquier cosa opuesta ai placer, la alegria, el gozo, el delei-
puedes leer más sobre ello. te, que nos produzca rechazo o desagrado. En cuyo sentido
equívoco e impropio, llamamos «melancólicon ai que está embo-
La última clase de locura o melancolía es la demoníaca {si puedo tado, triste, agrio, indiferente, aburrido, mal dispuesto, solitario,
llamarla así}, obsesión o posesión por diablos, que Plater y otros conmovido o desagradado de cualquier manera. Y de esas dispo-
pretendeo sea sobrenatural; se dicen cosas estupendas de ellos, siciones melancólicas no hay hombre viviente que se vea libre,
sus acciones, gestos, contorsiones, ayunos, profecías, hablar en nadie es tan estoico, ninguno es tan sabia, tan feliz, tan paciente,
lenguas que nunca les enseflaron, etc. Muchas historias extraflas tan generoso, tan deiforme, tan divino que pueda decirse exen-

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ANATOMlA DE LA MELANCOLIA l'RIMERA PARTICIÓN. SECCIÓN I

to;I07 por bien compuesro que esté, más o menos, en un momen- Medio de fonte leporum,
to u en otro, siente su azore. La melancolía en ese senrido es e! Srtrgit amari aliquid quod in ipsú jloribus angat.ll4
carácter de la mortalidad. ceEI hombre nacido de mujer, corto de
días, y hastiado de sinsabores.lliOB Zenón, Catón, Sócrates mismo [C<De la fuente misma dei deleite,
-a quien Eliano tanto elogia por lo moderado de su temperamen- Surge algo de hiel para arruinar nuestra alegda.»]
to, a quien ccnada podia perturbar sino que, cuando salía y cuan-
do regresaba, Sócrates manrenía siempre la misma serenidad en el c<Aún en la risa tendrá dolor el corazÓnll (como sosnene
semblanre, sea cual fuere la desdicha que !e aconteciese,>-109 (si Salomón;II5 aún en medio de nuestros festejos y jolgorios, como
hemos de creer a Platón, su discípulo) era muy atormentado por infiere Agustín en su comentaria del salmo cuadragésimo pri-
ella. Q. Merelo, a quien Valerio da como parangón de toda feli- meroiiG hay pena y descontento. Inter delicias semper aliquid
cidad, ((el hombre más afortunado que viviera por enronces, naci- saevi nos strangulat [en medio de nuestros gozos, algo áspero nos
do en la muy floreciente ciudad de Roma, de noble origen, hom- estrangula]; por cada pinta de miello probable es que encuen-
bre decente en su persona, bien calificado, saludable, rico, tres un galón de hiel, por un dracma de placer, una libra de
honorable, senador, cónsul, feliz con su esposa, feliz con sus dolor, por una pulgada de alegría, un ana de gemidos; como la
hijos1>, etc.,IIO aun este hombre no careda de melancolía, tenía su hiedra ai roble, estas desdichas envuelven nuestra vida y es de lo
porción de pesares. Polícrates Samio,Ill quien arrojá su anillo ai más absurdo y ridículo ~ue cualquier mortal espere un perpetuo
mar porque queda participar de los descontemos de los demás y tenor de felicidad en su r ida. Nada hay tan próspero y placente-
le fue milagrosamente restituído ai poco tiempo por ~n pez cap- ro como para no tener en sí alguna amargura, alguna queja,
turado cuando pescaba, no esraba libre de disposiciones melancó- algún refunfuno;Il7 es todo glukúpikron [agridulce], una pasión
licas. Ningún hombre puede curarse a sí mismo; los dioses mis- mezclada y, como un tablero de damas, piezas blancas y negras;
mos tuvieron punzadas de amargura y frecuentes pasiones, según famílias, ciudades, tienen sus caídas y mermas, a veces trinos,
les atribuyen sus propios poetas.JI2 En general, ccnuestra vida es sextiles, otras cuarriles y oposiciones. No estamos aquí.como los
como el cielo, a veces claro, otras nublado, tempestuoso y sereno; ángeles, potencias y cuerpos celestes, sol y !una para finalizar
como en la rosa, hay flores y espinas; en el ano mismo, a veces un nuestro curso sin ofensa alguna, con tal constancia como para
verano templado, otraS un invierno duro, una sequía y luego pla- continuar durante tantas edades; sino que estamos sujetos a
cenreras lluvias otra vez; as{ nuestra vida tiene enrremezclados enfermedades, miserias, se nos interrompe, arroja y revuelca de
gozos, esperanzas, temores, pesares, calumnias,,.II3 Invicem cedunt arriba a abajo, llevados por la más leve ráfaga, a menudo moles-
.dolor et voluptas, hay una sucesión de placer y dolor. tados e inquietados a cada pequena ocasión, inciertos, quebradi-

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ANATOMfA DE LA MELANCOLfA PIUMERA PART!CIÓN, SECCIÓN I

zos, y también lo es todo aquello en que confiamos. IIH «Y quien tarlo en modo alguno, sino que a cada pequena ocasión de lo
no sepa esto no está en condiciones de soportarlo, no está en que supone erradamente es un insulto, injuria, pena, desgracia,
condiciones de vivir en este mundo» (como se duele uno en pérdida, revés, rumor, etc. (si es solitario u ocioso), cede tanto a
nuestro tiempo) «no sabe cuál es su condición, en que placer y la pasión, que su complexión se altera, su digestión se obstacu-
dolor están siempre unidos con un !azo recíproco y se suceden liza, su sueno se marcha, su espíritu se oscurece y su corazón le
uno a ocro formando un corro,,.II9 Exi e mundo, márchate de pesa, sus hipocondrios se ven afectados; ventosidades, indiges-
aquí si no puedes tolerado: no hay forma de evitado sino tión lo asaltan de repente, y él mismo se ve abrumado por la
armándote de paciencia, con magnanimidad, 120 para oponérte- melancolía. Como ocurre con el hombre encarcelado por deu-
le, para sufrir la aflicción como buen soldado de Cristo, como das -una vez que está en la cárcel, todos sus acreedores presen-
aconseja Pablo, 121 para soportarlo con constancia. Pera dado tarán pleito contra él y probablemente lo hagan quedarse allí-,
que son tan pocos los que puede seguir ese consejo que da, o si cualquier descontento se apodera de un paciente, en un ins-
usado correctamente -sino que más bien, como si fueran bescias tante todas las demás perturbaciones (pues qua data porta rtttmt
brutas, ceden a su pasión, voluntariamente se someten y se pre- [donde es dada una puerta, se precipitan]) se echarán sobre él y
cipitan a un laberinto de cuitas, penas, aflicciones, desdichas y entonces, como un perro cojo o un ganso con el ala rota, se
sufren que sus almas sean vencidas por ellas, no pueden armar- amustia y languidece, y es llevado ai fin a ese mal hábito o mal
se de paciencia como deberían-, ocurre a menudo que estas dis- de la melancolea misma. De modo que así como los filósofos
posiciones se vuelven hábitos y «muchas afecciones desatendi- reconocen acho grados de calor y frío,l23 nosotros reconocemos
das, (como nota Séneca)122 «hacen una dolencia». Del mismo ochenta y ocho en la melancolea, según las partes afectadas sean
modo en que «una destilación, aún no convertida en costumbre, diversamente tomadas por ella, se hayan zambullido más ~
produce una tos, pero si es continua e inveterada causa consun- menos en esta sima infernal o se hayan sumido más hondamen-
ción de los pulmones», también lo hacen ésas nuestras provoca- teen ella. Pero todos estos arranques de melancolía -por agra-
ciones melancólicas; y según el humor mismo sea latente o dables que sean al principio o desagradables, violentos y tiranos
intermitente en los hombres, según la temperatura de sus cuer- de aquel de quien se apoderan por el momento-, aun esos arran-
pos o su alma racional sea más capaz de hacer resistencia, así son ques, digo, u hombres afectados por ellos, son impropiamente
más o menos afectados. Pues lo que no es más que una picadu- llamados así, pues no continúan sino que van y vienen ya que
ra de pulga para uno le causa un tormento insufrible a otro; y son impulsados por algunos objetos.I 24 Esta melancolía de la
aquello que uno, por su moderación singular y porte bien com- que trataremos es un hábito, morbus sonticus o chronicrts, una
puesto puede sortear felizmente, un segundo no puede aguan- dolencia crônica o continua, según la llaman Aurelianol25 y

122 123
ANATOM(A DE LA MELANCOLfA

orros, J76 .
- no errante, stno fi.1;a; y como 11eva un largo nempo
.
Miembro II
aumentando y ahora (agradable o dolorosa) se ha transformado
en hábito, será difícil quitaria.
Subsección I:
Digresión de anatomía

Antes de proceder a definir la dolencia de la melancolía, qué es,


o a discurrir más sobre ella, no considero impertinente hacer una
breve digresión sobre la anatomía del cuerpo y las facultades del
alma, para mejor entendimiento de aquello que vendrá a conri-
nuación, pues aparecerán a menudo palabras difíciles -como
myrach,* hipocondrios, hemorroides,** etc., imaginación, razón,
humores, espírirus, vital, natural, animal, nervios, venas, arte-
rias, quilo, pituita- que el vulgo no percibirá con mucha facili-
dad qué son, cómo se los eira y a qué fin sirven. Y además puede
quizá dar ocasión para que algunos hombres examinen con más
precisión, indaguen más a fondo en éste, el más excelente de los
temas y por lo tanto, como ese real profeta, alaben a Dias («por-
que formidables y maravillosas son cus obras)l),I27 ya que tienen
suficiente tiempo y ocio y están lo suficientemente informados
de otros asuntos mundanales como para hacer un buen negocio,
comprar y vender, criar y seleccionar un buen halcón, ~abueso,
caballo, etc. Pera para aquellos asuntos que conciernen al cono-
cimiento de sí mismos son del todo ignorantes y descuidados;
no saben qué son estas cuerpo y alma, cómo se combinan, de

• •Epigasrrio• ~n la anrigua anaromía árabe (N. de! T.) .


•• En esre conrexro, no •almorranas•, sino ~n el s~nrido crimológico de vasos sanguí-
neos (N. dd T.).

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ANATOM(A DE LA MELANCOÚ A PRIMERA PART!CIÓN. SECCIÓN 1

qué partes y facultades consisten, o en qué difiere un hombre de Un humores una parte dei cuerpo líquida o fluida, comprendida
un perro. Y (qué puede ser más ignominioso y mugriento (como en él para su preservación; y es o innata -o nacida con nosotros-
bien alega Melanchton)1 28 que el ((que un hombre no conozca la o adventícia y adquirida. El radical o innato se mantiene a diario
estructura y composición de su propio cuerpo, especialmente por la nutrición, que algunos llaman cambium, y hace que esos
dado que el conocimiento de éste tiende tanto a la preservación humores secundarias dei ros y el gluten lo mantengan; o el adqui-
de su salud y la información de sus hábitos?,,. Para instados pues rido, para mantener esos cuatro humores primarias, que vienen y
a este estudio -para que recurran a las elaboradas obras de proceden de la primera cocción del hígado, por cuyo media el
Galeno, l29 Bauhino, Plater, Vesalio, Falopio, Laurencio, Remelino, quilo es excluído. Algunos los dividen en aprovechables y excre-
etc., que han escrito copiosamente en latfn, o a aquellos que algu- menticios. Pera Crato,1 37 siguiendo a Hipócrates, dice que los
nos de nuesrros industriosos compatriotas han hecho en nuestra cuatro son jugo y no excrementos y que sin ellos ninguna cria-
lengua materna hace no mucho, como esa traducción de Co- tura viviente puede sostenerse; cuyos cuatro, aunque están com-
lumbo l30 y los Microcosmographial31 en trece libras- he hecho prendidos en la masa de la sangre, tienen sus propias diversas
esta breve digresión. También porque Wecker,l32 Melanch- afecciones por las que se distinguen unos de otros y de los
ton,133 Fernelio,I34 Fucsio135 y esos tediosos tratados De Anima humores adventícios, pecantes o enfermos, como los llama
(que han manejado y escrito más compendiosamente de este Melanchton.I3B
asunto} no siempre pueden conseguirse fácilmente, para dar una
pequena muestra o noticia de los demás, que baste con este epí- La sangre es un humor calience, dulce, templado, rajo, prepara-
tome. do en las venas meseraicas y hecho de las partes más templadas
dei quilo en el hígado, cuya función es nutrir al cuerpo encero,
Subsección li: darle fuerza y calor, siendo dispersado por las venas por todas
sus partes. Y de ella se engendra el espíritu, primero en el cora-
División del cuerpo, humores, espíritu
zón y después es comunicado por las arterias a las a rras partes.
De las parres dei cuerpo puede haber muchas divisiones: la más
aprobada es la de Laurencio, I36 sacada de Hipócrates, que es La pituita o flema es un humor frfo y húmeda, engendrado de las
según las partes contenidas o continentes. Las contenidas son o partes más frías dei quilo (o jugo blanco que sale de la comida
humores o espíritu. digerida en e! estómago) en el hígado; su función es nutrir y
humedecer los miembros dei cuerpo que, como la lengua, se
mueven, para que no se resequen.

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ANATOMIA DE LA MELANCOÚA PIUMERA PARTICIÓN. SECCIÓN I

La cólera es caliente y seca, amarga, engendrada de las partes como en un síncope o desvanecimiento. El espíritu animal, for-
más calientes dei quilo y reunida en la hiel; ayuda al calor natu- mado del vital, elevado al cerebro y difundido por los nervios a
ral y a los sentidos y sirve para expeler los excrementos. los miembros subordinados les da sensación y movimiento a
todos ellos.
La melancolía, fría y seca, espesa, negra y agria, engendrada de
la parte más feculenta de la nutrición, y purgada del bazo, es un Subsección III:
freno para los otros dos humores calientes, ·la sangre y la cólera,
Partes similares
preservándolos en la sangre y nucriendo los huesos. Estos cuatro
humores tienen alguna analogia con los cuatro elementos y las Las partes continentes, en razón de su suscancia más sólida, son
cuatro edades del hombre. homogéneas o hecerogéneas, similares o disímiles; así los divide
Aristóteles (Lib. I, cap. I, De hist. animal.); Laurencio (cap. 20,
A estos humores puedes anadirle el suero, que es la materia de Lib. L). Las similares u homogéneas son aquellas que, si se divi-
la orina y esos humores excrementicios de la tercera cocción, el den, se siguen separando en partes de la misma naturaleza,
sudor y las lágrimas. como el agua en agua. De éstas, algunas son espermáticas, otras
carnales o musculares. Espermáticas son aquellas que son
El espíritu es un vapor de lo más sutil, que se extrae de la san- engendradas inmediacamente de la simiente, que son los hue-
gre y es el instrumento del alma, con el que desempena todas sos, cartílagos, ligamentos, membranas, nervios, arrerias, venas,
sus acciones; un lazo o media común entre cuerpo y alma, pieles, fibras o cuerdas, grasa.l40
según pretendeo algunos; o, según Paracelso, es una cuarta
alma en sí mismo.l39 Melanchton sostiene que la fuente de este Lo.s huesos son secos y duros, engendrados de lo más espeso de
espíritu es el corazón y que allí se engendra; y que después de la simiente, para fortalecer y sostener las otras partes; algunos
ser acarreado al cerebro, toma otra naturaleza. De este espíritu dicen que hay 304, otros que 307 o 313 en el cuerpo .de un
hay tres clases, según las tres principales partes -cerebro, cora- hombre. No tienen nervios y son, por lo tanto, insensibles.
zón e hígado-: natural, vital, animal. El natural es engendrado
en el hígado y desde allí se dispersa por las venas para desempe- El c:mílago es una sustancia más blanda que el hueso, y más
nar esas sus acciones naturales. El espíritu vital se hace en el dura que lo demás, flexible, y sirve para mantener las partes del
corazón a partir del natural y es transportado por las arrerias a movtmtenro1
todas las arras partes; si el espíritu cesa, entonces cesa la vida,

128 129
ANATOMfA DE LA MELANCOLfA PIUMERA PARTICIÓN, SECCIÓN I

Los ligamentos son aquellos que ligao a los huesos unos con corrivan las demás. Esa vena porta es una vena que viene de la
otros y arras partes a los huesos, con sus tendones subsidiarias. concavidad del hígado y recibe esas venas meseraicas, por media
La función de las membranas es cubrir a lo demás. de las que toma el quilo del estómago y las tripas y lo transpor-
ta al hígado. La otra deriva sangre de! hígado para nutrir a los
Los nervios, o tendones, son membranas por fuera, y están llenos otros miembros dispersos. Las ramas de esa vena porta son la
de tu~tano por dentro; proceden del cerebro y acarrean el espíritu meseraica y la hemorroides. Las ramas de la cava van hacia den-
animal para la sensación y el movimiento. De éstos, algunos son tro o hacia fuera. Las internas son seminales o emulgentes. Las
más duros, otros más blandos; los más blandos sirven a los senti- externas van a la cabez.a, brazos, pies, etc., y tienen diversos
dos, y hay siete pares de ellos. El primero son los nervios ópticos, nombres.
con los que vemos; el segundo mueve los ojos; el tercero le sirve a
la lengua para gustar; el cuarco par es para el sabor en el paladar; Las fibras son cuerdas, blancas y sólidas, dispersas por todo el
el quinto pertenece a los oídos; el sexto par es el más amplio y miembro, rectas, oblicuas o transversales, y todas tienen diver-
corre casi sobre todas las enrrafi.as; el séptimo par mueve la lengua. sos usos. La g':'isa es una parte similar, húmeda, sin sangre, com-
Los tendones más duros sirven par~ el movimiento de las partes puesta de la sustancia más espesa y untuosa de la sangre. La piei
internas, procediendo de! ruétano de la espalda, y de ellos hay cubre lo demás y tiene cuticulam o una piei delgada debajo de
treinra combinaciones, siete del cuel~o, doce del pecho, etcétera. ella.l42 La carne es blanda y rubicunda, compuesta por la coagu-
lación de la sangre, etcétera.
Las arterias son largas y huecas, con una doble piel para transpor-
tar el espíritu vital; dicen que, para discernidas mejor, Vesalio e! Subsección IV:
anatomista abría a hombres vivos. Surgen del lado izquierdo de!
Partes disímiles
corazón y son principalmente dos, aorta y venosa,I41 de donde
derivao las demás; aorta es la raíz de todas las otras, que sirven Las partes disímiles son aquellas que llamamos orgânicas o ins-
a todo e! cuerpo; la otra va a los pulmones a buscar aire para trumenrales y son internas o externas. Las principales partes
refrigerar e! corazón. externas están situadas delante o detrás: delante, la coronilla y
parte superior delantera de la cabeza, cráneo, rastro, frente, sie-
Las venas son huecas y redondas, como cafi.os, surgen de! híga- nes, mentón, ojos, arejas, nariz, etc.; cuello, pecha, partes supe-
do, llevan sangre y espíritu natural; alimentao todas las partes. rior e inferior del vientre, hipocondrios, ombligo, ingle, flanco,
De estas hay dos principales, vena porta y vena cava, de donde etc; traseras, la parte posterior de la cabeza, espalda, hombros,

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ANATOM{A DE LA MELANCOL!A PRIMERA PARTICIÚN. SECCIÚN 1

costados, ijadas, caderas, os sacrum, nalgas etc. O coyunturas, la denominación «melancolía hipocondríaca••· El segundo es el
brazos, manos, pies, piernas, muslos, rodillas, etc. O comunes a del ombligo y flancos, y el peritoneo o borde lo separa dei pri-
ambos, que, como son obvias y bien conocidas, he repetido des- mero. El último es el desaguadero, que su vez se divide en tres
cuidadamente, ~aqu~ praecipua et grandiora tantum; quod r~li­ otras partes. Los árabes considerao que hay dos partes en esta
qrmm ex libris de anima qui volet, accipiat [y sôlo las más gran- región, epigastrio e hipogastrio, superior o inferior. A1 epigastrio
des e importantes, el resto puede enconrrarse en los libras de lo llaman myrach, de donde proviene myrachialis m~lancholia, a
anatomfa]. veces mencionada por ellos. De estas tres regiones trataré por
separado en breve; y primero, de la tercera región, donde están
Las partes orgánicas internas, que no pueden ser vistas, son de contenidos los órganos naturales.
número diverso y rienen varias nombres, funciones y divisiones;
pera la de Laurencio, en partes nobles o innobles,I43 es la más Pero vo,otro,, que ,oi. lec~ore<, entre tamo, •im~ginadque fué-
rais traídos a algún templo sagrado o palac10 maJestuoso•' (como
notable. De las nobles, hay tres partes principales, a la que todas
las demás pertenecen y a quienes sirven: cerebro, corazôn, híga- dice Melanchton) upara contemplar no sólo su materia sino el
do; de acuerdo a cuyo emplazamienro se hacen dei cuerpo ence- singular arte, habilidad y juicio de ese nuestro gran Creador. Y es
ro tres regiones o una divisiôn tripartira. Como primera se toma una especulación placentera y provechosa si se la considera correc-
la cabeza, en la cual están contenidos los ôrganos animales y el tamente)).I45 Las partes de esta región que se presentan a vuesrra
cerebro mismo, que por sus nervios le da sensaciôn y movimien- consideración y vista son rales que sirven a la nurrición o a la gene-
to a lo demás y es a modo de consejero privado y canciller dei raciôn. Los de la nutriciôn sirven para la primera o la segunda
corazôn. La segunda regiôn es el pecha, o vientre medio, en el cocción; como el esófago o gaznate, que !leva la comida y el ali-
cual el corazôn, como rey, tiene su corte y mediante sus arterias mento ai estômago. El ventrículo o estômago, que está emplaza-
le comunica vida a todo el cuerpo. La tercera regiôn es el vien- do en media de esa parte del vienrre ubicada bajo el diafragma, la
tre inferior, en la cual el hfgado reside como un legado a laure cocina, por así decirlo, de la primera cocción, que con~ierte la
ante los demás ôrganos naturales, sirviendo para la cocciôn, comida en quilo. Tiene dos bocas, una arriba, otra abajo. La supe-
nutrición y expulsión de los excrementos. Esta regiôn inferior rior a veces es tomada por el estômago mismo; la puerta inferior
está separada de la superior por el diafragma y a su vez está sub- y haja (como la llama Wecker) se llama upfloro)). Ese estômago
dividida para algunosi44 en rres concavidades o regiones: supe- está sustentado por una gran membrana o película llamada
rior, media e inferior. . El hipocondria superior, en cuyo lado uomento••, el cual algunos considerao que es lo mismo que el
derecho está el hígado y el bazo en el izquierdo, de donde viene peritoneo o borde del vienrre. Desde el estômago hasta el funda-

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ANATOMfA DE LA MELANCOUA PRIMERA PARTIC!ÓN. SECCIÓN I

menta mismo surgen las tripas o intestinos, que sirven para alte- nadas acarrean, son coléricos o acuosos. La hiel, ubicada en la
rar y distribuir un poco el quilo y transportar los excrementos concavidad del hígado, extrae e! cólera para sí; e! bazo, la melan-
hacia fuera. Están divididos en pequenos y grandes, en razón de colía. Está situado de! lado izquierdo, por encima de! hígado y
su emplazamiento y sustancia, grosor o estrechez: el delgado es el contra él, es una materia esponjosa, que atrae hacia s{ este cólera
duodeno o tripa entera, que está aliado de! estômago y tiene unas negro por una virrud secreta y se alimenta de él, acarreando lo
doce pulgadas de largo, dice Fucsio.l46 E! jejuno o tripa vada con- que resta hasta el fondo del estômago para estimular el apetito, o
tinúa a! anterior y tiene anejas muchas venas meseraicas, que lle- si no a las tripas, como excremento. La materia acuosa la expur-
van de él al hígado parte de! quilo. llión, la tercera, que consiste gan los dos rifiones mediante sus venas emulgentes y uretras. La
de muchas revueltas, que sirve junto a lo demás para recibir, emulgente extrae esa humedad superflua de la sangre; las dos ure-
almacenar y distribuir el quilo desde el estômago. Las tripas grue- tras la acarrean a la vejiga, que, en razón de su emplazamiento en
sas son tres: la tripa ciega, e! colon y la tripa recta. La ciega es una el bajo vientre, es apta para recibirla, teniendo dos partes,. cuello
tripa gruesa y corta que tiene una boca, donde se encuentran el y fondo: el fondo retiene el agua, el cuello está constreiiido por
ilión y el colá~. Recibe los excrementos y los acarrea ai colon. un músculo, que, como un portero, evita que las aguas corran
Este colon tiene muchas vueltas para que los excrementos no contra nuestra voluntad.
pasen demasiado rápido; la tripa recta es derecha y acarrea los
excrementos al fundamento, cuya parte más baja está asegurada Los miembros de la generación son comunes a ambos sexos o
por ciertos músculos llamados esfínteres para que los excremen- peculiares a uno de ellos; los cuales, por ser impertinentes a mi
tos sean mejor contenidos, hasta el momento en que el hombre propósito, omito voluntariamente.
quiera ir a aliviarse. En media · de estas tripas está situado el
mesenterio, compuesro de muchas venas, arterias y mucha grasa, La siguiente en la lista es la región media o pecha, que com pren-
y sirve principalmente para sostener las tripas. Todas esas partes de las facultades y partes vitales; el cual (como dije) está separa-
sirven a la primera cocción. La segunda, que está atareada o en do de! bajo vientre por e! diafragma, que es una piei consisten-
refinar a la buena nutrición o en expeler a la mala, pertenece .prin- te en muchos nervios, membranas; y entre otros usos que tiene,
cipalmente al hígado, parecido en su colar a la sangre coagulada; es es el instrumento de la risa. También hay una cierta membrana
la fábrica de la sangre, situado en el hipocondria derecho, en figu- delgada, llena de tendones, que cubre todo el pecha por dentro
ra de media luna, generosum membrum, lo denomina Melanchton, y se llama «pleuran, sede de la dolencia llamada «pleuresían, ·
una parte generosa; sirve para rornar e! quilo en sangre para nutri- cuando se inflama; algunos aiiaden una tercera piel, que se
ción d~l cuerpo. Sus excremenros, que las demás partes subordi- denomina «mediastinon, que divide e! cuerpo en dos parres,

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ANATOMfA DE LA MELANCOLfA PRJMERA l'ARTlCIÓN, SECCIÓN I

derecha e izquierda. De esta región la parte principal es el cora- buey (dice Fernelio): 148 el pregonero o voceador {según la deno-
zón, que es la sede y fuente de la vida, dei calor, dei espíriru, de! mina uno), el instrumento de la voz, como lo es un orador dei
pulso y la respiración; el sol de nuestro cuerpo, su rey y único rey,l49 anejo al corazón para expresar con la voz sus pensamien-
comandante, la sede y órgano de rodas nuestras pasiones y afec- tos. Que son el instrumento de la voz se manifiesta en que no
ros. Primum vivens, ultimum moriens, es el primero en vivir y el hay criatura que pueda hablar ni emitir voz alguna si carece de
último en morir entre todas las criaturas. De forma piramidal y esas luces. Son, además, el instrumento de la respiración o el
no muy distinto de una piiia; una parte digna de admiración, aliemo; y su función es enfriar el corazón, enviándole aire por la
que . puede brindar tal canridad de afecros, que por su movi- arteria venosa, cuya vena llega a los pulmones por esa aspaa
miemo se dilata o se contrae para conmover y comandar los arteria, que consiste en muchos cartílagos, membranas, nervios,
humores en el cuerpo,147 como en el pesar, melancolfa; en la ira, tomando aire en la nariz y la boca y también por ahí exhalando
cólera; en el gozo envía la sangre bacia fuera, en el pesar la llama los vapores dei corazón.
bacia dentro, moviendo los humores como hacen los caballos
con un carro. Este el corazón, aunque es sólo un miembro, En la región superior que sirve a las faculrades animales, ei órga-
puede ser dividido en dos vertienres, derecha e izquierda. La no principal es el cerebro, que es una sustancia blanda, tuetano-
derecha es como la luna crecienre, más grande que la otra parte, sa y blanca, engendrada en la parte más pura de la simiente y el
y recibe sangre de la vena cava, distribuyendo algo de ella en los espíritu, encerrada en muchas pieles y situada en ei cráneo o
pulmones para nutridos; el resto va al lado izquierdo, para calavera; y es el más noble de los órganos que hay bajo el cielo,
engendrar espíritu. La verrieme izquierda tiene forma de cono y . la morada y sede del alma, la habitación de la sabiduría, la
es la sede de la vida, que, como una antorcha al aceite, atrae a la memoria, el juicio, la razón y aquello en que el hombre más se
sangre hacia sí, engendrando de ella espíritu y fuego; y como es el parece a Dios; y por lo tanto la naturaleza lo cubrió con un crá-
fuego en la antorcha, es el espíritu en la sangre; y por esa gran neo de hueso duro y dos pieles o membranas, de las cuales una
arceria llamada <<aortan envía el espíritu vital por el cuerpo y toma es llamada dura mater, o meninge, la otra pia mater. La dura
aire de los pulmones por esa arteria que se "llama venosa»; de mater está conrigua al cráneo, por encima de la otra, que encie-
modo que ambas vertiemes tienen sus vasos, el derecho dos venas, rra y protege el cerebro. Cuando ésta se quita, se ve la pia mater,
el izquierdo dos arterias, además de esas dos arejas anfractuosas una delgada membrana, la siguienre e inmediata cobertura del
que tienen en común y que sirven a ambos: una para contener cerebro y no sólo lo cubre sino que entra a él. El cerebro mismo
sangre; la orra, aire, para diversos usos. Los pulmones son una está dividido en dos partes, la delantera y la trasera; la parte
parte delgada y esponjosa, como [el interior de] la pezufia de un delantera es mucho más grande que la otra, que se !lama «peque-

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ANATOMfA DE LA MELANCOLfA PRIMEM PARTIC!ÓN. SECCIÓN I

fio webw> con respecro a ella. Elra parte delantera riem su objeto, sede, distinción y faculrades subordinadas. La esencia
muc h as concav1'da d es d'1stmgm
. I c1ertos
'das por . ventncu Ios, que
I y su conocimiento particular es entre rodas las cosas la más difícil
son los receptáculos del espíritu allí llevado por las arterias del (sem del hombre o de las besrias) de discernir, como Aristóteles
corazón, y ahí se refina hasta una naturaleza más celestial para mismo,I52 Tulio,153 Pico de la Mirandola,154 ToletlSS y otros fUó-
desempenar las acciones del alma. De esos ventrículos hay tres: sofos neotéricos confiesan. «Podemos entender todas las cosas por
derecho, izquierdo y media. El derecho y el izquierdo res- ella, pera qué es ella no podemos aprehenderlo.,,ISG Algunos por
ponden a su situación y engendrao espíritu animal; si se los lo tanto considerao que hay un alma dividida en tres facultades
hiere de cualquier manera, la sensación y el movimiento cesan. principales; otros, tres almas distintas; cuya cuestión ha sido últi-
Estos ventrículos, además, se sostiene sean la sede del sentido mamente muy controvertida por Piccolomini y Zabarel. Paracelso
común. El ventrículo media es un concurso y cavidad común considera que hay cuatro almas, afiadiendo a las tres grandes
de los otros dos y tiene dos pasajes: uno para recibir pituita, el facultades un alma espiritual: 157 esta opinión suya Campanella, en
otro se extiende hasta la cuarta vertiente; aquí ubican la imagi- su libra De smsu rerum,l 5B se esfuerza mucho por demostrarla y
nación y la cogitación, y así es como se usan los tres ventrícu- probarla, con aquello de que los cadáveres sangran a la vista de su
los de la parte delantera del cerebro. La cuarta vertiente detrás asesino y muchos otros argumentos de esos; mientras que otros
de la cabeza es común al cerebelo o cerebro pequeno y al tuéta- dicen que hay un único alma en rodas las criaturas, que sólo difie-
no del espinazo, y es el último y más sólido de todos, recibe el ren en los órganos;l59 y que las bestias tienen tanta razón como los
espíritu animal de los otros ventrículos y lo acarrea ai tuétano hombres aunque, por algún defecto de sus órganos, no en la misma
de la espalda, y es el lugar donde dicen que tiene su sede la medida. Otros dudan de si no estará todo en todo y todo en cada
memona. parte; lo que es ampliamente discutido en Zabarel, entre otros. La
división común del alma es en tres facultades principales:
Subsección V: vegetal, sensitiva y racional, 160 que distingue entre rres clases
distintas de criaturas vivienres: plantas vegetales, bestias sensi-
Del al~a y sus facultades
bles, hombres racionales. Cómo se distinguen y conectao estas
De acuerdo a Aristóteles, ISO el alma es definida como mthelékhia, rres facultades principales, humano ingenio inaccessum videtur
Jwftctio et actus primus corporis organici, vitam habentis in poten- -está más aliá de la capacidad humana-, como Taurelo,IG I
tia, la perfección o acto primero de un cuerpo orgánico, conte- Philip, Flavio y otros suponen. La inferior puede estar sola,
niendo el poder de la vida, según lo aprueban la mayor parte de pera la superior no puede existir sin la otra, de modo que lo
los filósofos.I SI Pero surgen muchas dudas acerca de su esencia, sensible incluye tanto lo vegetal como lo racional, que escin

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ANATOMIA DE LA MELANCOLIA I'RIMERA PARTICIÓN. SECCIÓN 1

contenidos en él (dice Aristóteles) ut trigonus m utragono, falta de calor natural. En esta digestión hay tres diferencias:
como el triângulo en un cuadrângulo. maduración, elixación, asación.

Vegetal, la primera de las tres facultades distintas, es definida La maduración se observa especialmente en los frutos de los
como <<un acto sustancial de un cuerpo orgânico, por el cual es árboles; que se dicen que están maduros cuando las semillas
nutrido, aumentado, y engendra otro como éln. En cuya defini- están listas para ser sembradas otra vez. La indigestión es lo con-
ción, tres diversas operaciones son especificadas: altrix, auctrix, trario y a ella están sujetas sobre todos los glotones, epicúreos y
procr~atrix; la primera es la nutriz, cuyo objeto es la nutrición, la personas ociosas, pues no usan el ejercicio para remover el calor
carne, la bebida y cosas como ellas;I62 su órgano es el hígado en natural; o si no lo sofocan, como cuando se pane demasiada
las criaturas sensibles; en las plantas, la raíz o savia. Su función madera en un fuego.
es tornar la nutrición en la sustancia del cuerpo que nutre, lo
que lleva a cabo por el calor natural. Esta operación nutritiva Elixación es cocer el alimento en el estómago por media de
riene cuatro otras funciones o poderes subordinados que le per- dicho calor natural, como el alimento es hervido en una olla; la
tenecen: atracción, retención, digestión, expulsión. corrupción o putrefacción son su opuesto.

La atracción es una facultad ministrante que, como la piedra Asación es una cocción de la humedad interna por el calor; su
imân atrae el hierro o como la lámpara al aceite, atrae el alimen- opuesto es la semiusrulación.
to al estómago;l63 y este poder atractivo es muy necesario en las
plantas, que succionan humedad por la raíz como si fuese una Además de estas tres diversas operaciones de digestión hay un orden
boca; a la savia, como si fuese un estómago. cuaternario de cocción: masticación, o mascar en la boca; quilifica-
ción dei así mascado alimento en el estómago; lo tercero ocurre en
La retención la conserva, haciendo que sea atraída al estómago el hfgado, para tornar este quilo en sangre y se llama «sanguifica-
hasta el momento en que deba ser cocida; pues si lo pasara direc- ciónn; lo último es la asimilación, que es en todas las partes.
tamente, el cuerpo no podría ser nutrido.
I
La expulsión es un poder ~e la nutrición por el cual expele todos
La digestión se cumple por el calor natural; pues la llama de los excrementos superfluosl y relíquias de alimenro y bebida por
una antorcha ai consumir aceite, cera, sebo, también altera y las tripas, vejiga, poros; como ai purgarse, vomitar, escupir, sudar,
digiere la materia nutritiva. La indigestión es su opuesto, por la orina, cabellos, unas, etcétera.

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ANATOMIA DE LA MELANCOL!A !'RIM ERA l'ARTICIÓN, SECCIÓN l

Como esta facultad nutritiva sirve para nutrir ai cuerpo, tam- clima, país, temperatura y el buen o mal empleo de las seis cosas
bién lo hace la facultad aumenrante (la segunda operación o no naturales cuenran mucho. Pues cuando este calor y humedad
poder de la facultad vegetal) para aumentado en cantidad, en naturales decaen, también lo hace la vida misma; y si no lo. evita
todas las dimensiones, largo, ancho , espesor, y para hacerlo cre- antes algún accidente violemo o se interrumpe por nuestra pro-
cer hasta que alcance su debida proporción y perfecta forma; pia falta, al fin son secados por la vejez y extinguidos por la
que tiene su período de aumento como lo tiene de consunción; muerte por falta de materia, como una lámpara a la que !e falta-
y de eso hay mucha certeza, como observa el poeta: ra aceite para mantenerse.

Stat mil cuique dies, breve et irreparabile tempm Subsección VI:


Omnibus est vitae.
Del alma sensible
ccUn término de vida se fija para cada hombre Siguiente en orden viene la facultad sensible, que está tanto más
Que corto es y nadie puede sobrepasar.n allá de la otra en dignidad como lo está en preferencia la bestia
de una planta, pues tiene incluídos en sí los poderes vegetales de
La última de estas facultades vegetales es la generación, que aquella. Se la define como ccacto de un cuerpo orgánico por el
engendra a otro similar a sí mismo, por media de simienre para cual vive, tiene sensación, apecito, juicio, respiración y movi-
la perpetua preservación de la especie. 'A esta faculrad le adscri- mienton. Su objeto en general es una cualidad sensible o pasible,
ben tres operaciones subordinadas: la primera, la de tornar la pues el sentido es afectado por él. El órgano general es el cere-
nutrición en simiente, etcérera. bro, dei cual se d erivan principalmente las operaciones sensibles.
Esta alma sensible está dividida en dos partes, aprehensiva y
Las concomirancias o afecciones nec~arias de esta facultad vege- motriz. Por el poder aprehensivo percibimos las especies de
tal son la vida y su privación, la mu,rte. Para la preservación de cosas sensibles, presentes o ausentes, y las retenemos como lo
la vida lo más necesario es el calor natural, aunque la sequedad y hace la cera con la impresión de un sello. Por el motriz, el cuer-
la humedad y esas primeras facultades no se excluyan. Este calor po es externamente llevado de un lugar a otro o movido inter-
también está en las plantas, como se aparenta en su incremento, namente por el espíritu y el pulso. La facultad aprehensiva se
fructificación, etc., aunque no se perciba tan fácilmente. En subdivide en dos partes, interior y exterior. Exterior, como los
rodos los cuerpos debe tener humedad radical para preservaria y cinco sentidos dei tacto, el oído, la vista, el oído, el gusto, a los
que no resulte consumida;l64 . para cuya preservación nuestro que puedes afiadir si quieres el sexto sentido de la titilación, de

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ANATOMfA DE U\ MEU\NCOLfA PRJMERA PARTICION. SECCIÚN I

Escalígero; o el dei habla que es el sexto sentido externo de do, vel extra mittendo, etc. -por recibir las especies visibles o por
acuerdo a Lulio. Los internos son tres: senrido común, fantasía, emitirias-, de lo que disputan Platón,I66 Plurarco,l67 Macrobio,l 68
memoria. Estas cinco sentidos dirigidos hacia fuera tienen su Lactanciol69 y otros. Y además es el sujeto de las perspectivas, de
objeto sólo en cosas de fuera, y en las que están presenres; así, el las que Alhazen el árabe,\Vitelio, Roger Bacon, Baptista Porta,
ojo nove un colar ni el oído [oye] sonido si no lo tienen frente Guido Ubaldo, Aquilonl etc., han escrito volúmenes enceras.
a sí. Tres de estos sentidos son de comodidad -el oído, la vista y
el olfaro-, dos de necesidad -el tacro y el gusto-·y sin ellos no El oído, un muy excelente sentido dirigido hacia fuera, <'por el cual
podemos vivir. Además, el poder sensitivo es acrivo o pasivo: aprendemos y obtenemos conocimienton. Su objeto es el sonido o
activo en la vista, el ojo ve el calor; pasivo cuando es herido por aquello que se oye; el media, el aire; el órgano, el oído. Para el
su objeto, como el ojo por los rayos de sol; como dice el axio- sonido, que es una colisión dei aire, se requieren tres cosas: un
ma: Visibile forte destruit sensum [e! exceso de brillo en un obje- cuerpo que impacte -como lo es la mano dei músico-, el cuer-
to destruye la vista]; también si el objeto no es placentero, como po impactado -que debe ser sólido y capaz de resistir, como una
un mal sonido ai oído, un olor hediondo a la nariz, etcétera. campana, una cuerda de laúd; no lana, ni esponja-, el medio, el
aire, que va hacia dentro o hacia fuera; el que va hacia fuera, al
De estas cinco sentidos, la vista se tiene por el más precioso, y el ser impactado o colisionado por un cuerpo sólido sigue impac-
mejor, y eso en razón de su objeto; ve rodo el cuerpo de una vez; tando el aire contíguo hasta que llega a ese aire natural que va
por eUa aprendemos y discernimos todas las cosas, es el más exce- hacia dentro -que como un exquisito órgano está contenido en
lente sentido para el uso. Para la vista se requieren tres cosas, el una pequena piei formada como un parche de tambor y gol-
objeto, el órgano y el medio. El objeto en general es lo visible o peada por ciertos pequenos instrumentos como palillos de tam-
aquello que puede verse, como los colores, y todo cuerpo brillan- bor-, transmite el sonido por un par de nervios, apropiados a
te. El medio es la iluminación dei aire que proviene de la luz,I6S ese uso, hasta el sentido común, como si fuese un juez de soni-
comúnmente llamado diaphanum; pues en la oscuridad no dos. Hay una gran variedad y mucho deleite en ellos,, para el
podemos verlo. El órgano es el ojo y sobre todo su nina, que por conocimiento de los cuales consulta a Boecio y otros músicos.
los nervios ópticos, que concurren los dos en uno, le transmite
la vista al sentido común. Entre órgano y objeto se requiere una El olfato es un <'sentido que va hacia fuera y aprehende por las
verdadera distancia, que no esté demasiado cerca ni demasiado narinas cuando aspiran el airen y, entre todos, es el más débil de
lejos. Muchas excelentes cuestiones, discutidas por los filósofos, los sentidos del hombre. El órgano es la nariz, o dos pequenas
pertenecen a este sentido: si esta la vista es causada intra mitten- piezas huecas de carne un poco por arriba de ella; el media, el

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ANATOMfA DE LA MELANCOLfA PRIMERA PARTICJON, SECCJON 1

aire para los hornbres, corno el agua para los peces; el objeto, el Subsección VII:
olor, que surge de un cuerpo rnixro al resolverse -si es una cua-
De los sentidos dirigidos hacia adentro
lidad, hurno, vapor, o exhalación, no lo dispuraré ahora ni rarn-
poco de sus diferencias ni de córno se causan-. Este sentido es Los sentidos interiores son tres en número y se llarnan así por
un órgano de salud, corno la vista y el oído, dice A. Gelio,L70 lo estar dentro de la calota, y son el sentido cornún, la fantasía, la
son de disciplina; y eso por evitar los maios olores y escoger los rnernoria. Sus objetos son no sólo las cosas presentes, sino que
buenos, que rnuchas veces hacen tanto por alterar y afectar el perciben las especies sensibles de las cosas por venir, pasadas,
cuerpo corno la dieta rnisrna. ausentes, tal corno eran ante el sentido. Ese sentido cornún es el
juez o moderador de lo derná.s, porei cual discernirnos todas las
El gusto, un sentido necesario, «que percibe todos los sabores diferencias entre objetos; pues por rni ojo no sé qué veo, ni por
por la lengua y el paladar por rnedio de una rala saliva o jugo rni ofdo qué oigo, sino por rni sentido cornún, que juzga de los
acuoson. Su órgano es la lengua con sus nervios gustativos; el sentidos y colores; no son más que los órganos que traen las
rnedio, un jugo acuoso; el objeto, el gusro o sabor, que es una especies a ser intervenidas; de modo en que rodos sus objetos
cualidad dei jugo, surgida de la rnezcla de cosas gustadas. son suyos y todas sus funciones, suyas. La parte delantera dei
Algunos distinguen ocho especies de sabor -amargo, dulce, cerebro es su órgano o sede.
agrio, salada, etc.-, que los enfermos (corno en ei caso de las fie-
bres) no pueden discernir todos en razón de la afección de sus La fantasía o irnaginación, que algunos llarnan «estirnativan o
órganos. «cogitativa,, (confirmada, dice Ferneliol71 por frecuente rnedita-
ción) es un sentido interior que examina más completamente las
El tacto, el último de los sentidos y el más innoble, aun asf de especies de las cosas presentes o ausentes percibidas por el senti-
tanta necesidad corno los otros y de igual placer. Este sentido es do cornún, las conserva durante más tiernpo, recordándolas a la
exquisiro en los hombres, y por sus nervios dispersos por rodo mente otra vez o haciendo nuevas y propias. Mientras se duer-
su cuerpo percibe cualquier cualidad táctil. Su órgano, los ner- rne, esa facultad queda libre y rnuchas veces concibe extrafias,
vios; su objeto, esas las prirneras cualidades -caliente, seco, estupendas, absurdas formas, corno lo observamos cornúnrnen-
húrnedo, frío- y aquellas que las siguen -duro , blando, grueso, te en hornbres enfermos. Su órgano es la celda media dei cere-
delgado, etc.-. Los filósofos plantean rnuchas deleitosas cuestio- bro; sus objetos, rodas las especies que le comunica el sentido
nes acerca de estos cinco sentidos, sus órganos, objetos, medias, cornún, por cornparación con las cuales se finge infinitas fo rmas
que omi.to por ser breve. a sf rnisrno. En hornbres melancólicos esta facultad es de lo más

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ANATOM(A DE LA MELANCOLfA PRJMERA PARTIC!ÓN. SECC!ÓN I

poderosa y fuerre y a menudo está herida, produciendo muchas que encuentra obstruido ei camino porei que debería llegar; esta
cosas monstruosas y prodigiosas, especialmente si es conmovida derención está causada por vapores que se elevan dei esrómago
por algún objeto terrible que !e presencen ei sentido común o la y colrnan los nervios por los cuales ei espíritu debería ser trans-
memoria. En poetas y pintores la imaginación rrabaja con fuer- mitido. Cuando esros vapores se exringuen, ei paso se abre y ei
za, como es aparente por sus diversas ficciones, caprichos, imá- espíriru desempena sus rareas acostumbradas, de modo que
genes; como la casa dei Suefio en Ovidio, ei palacio de Psique en ccdespertar es la acción y moción de los sentidos, causada por el
Apuleyo, etc. En los hombres está sujera y gobernada por la espíritu al dispersarse por rodas las partes,.
razón o ai menos deberfa estado; pero en los brutos no tiene
superior y es la ratio bmtorttm, roda la razón que rienen. Subsección VIII:
De la facultad motriz
La memoria dispone todas las especies que rrajeron los semi-
dos y los asienra como en un buen registro, para que estén uri- Esta facultad motriz es el otro poder del alma sensitiva, que
lizables cuando las convocao la fanrasía y la razón. Su objeto causa rodas las mociones animales que van hacia fuera y hacia
es ei mismo que ei de la fantasía, su sede y órgano la parte tra- dentro dei cuerpo. Está dividida en dos faculrades: el poder dei
sera de la cabeza. apetito y el moverse de un lado a otro. La dei apetito es tripar-
tita, al decir de algunos: natural, en tanto significa toda inclina-
Los afectos de escos sentidos son el suefio y la vigília, comunes a ción de esta índole -como la de una piedra a caer hacia abajo-
rodas las criaturas sensibles. ceEI suefio es un descanso o inmoviliza- y acciones rales como la rerención, expulsión, que no dependeo
ción de los sentidos que van bacia fuera y dei sentido común, para de la sensación, sino que son vegetales -como ei aperit:o de ali-
la preservación de cuerpo y alma)) (según lo define Escalígero);172 mento y bebida, el hambre y la sed-. La sensitiva es común a
pues cuando ei sentido común descansa, los sentidos que van hombres y brutos. La rercera es la voluntaria o intelectiva, que
hacia fuera también lo hacen. Sólo quedao libres la fantasía y su comanda las arras dos en los hombres y les pane fren9, o al
comandante, la razón, como es aparente por esos suefios imagi- menos debería hacerlo, pera las más de las veces es cautivada y
narias -que son de diversas clases: nacurales, divinos, demonía- avasallada por ellas; y los hombres son conducidos por la sensa-
cos, etc.; que varían de acuerdo a los humores, dieta, acciones, ción, que les suelra las riendas a su concupiscencia y diversas
objetos, etc.- de los cuales Arremidoro, Cardano y Sambuco, lujurias. Pues por este apetito el alma es conducida o inclinada
con sus varias intérpretes, han escrito grandes volúmenes. Esta a seguir aquel bien que los sentidos han aprobado o a evitar
lirigación de los sencidos procede de una inhibición dei espíritu, aquello que rienen por maio; su objeto es bueno o maio, uno lo

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ANATOM(A DE LA MELANCOLfA PRIMERA PARTICIÚN, SECCJÚN I

abraza, el otro lo rechaza; como dice el aforismo, omnia appetzmt Moverse de un lado a otro es una facultad que necesariamente
bonum, rodas las cosas buscan su propio bien, o al menos lo que sigue a la otra. Pues de no ser así sería en vano desear y aborre-
les parece bien. Este poder es inseparable de la sensación, pues cer, si no tuviésemos también el poder de perseguir ni esquivar
donde hay sensación también hay placer y dolor. Su órgano es moviendo el cuerpo de un lugar a otro; por lo tanto, esa facul-
el mismo que el del sentido común y; se divide en dos poderes o tad nos permite mover el cuerpo o cualesquiera de sus partes sin
inclinaciones, concupiscible o iras4ble -o (como lo traduce trasladaria, y también ir de un lugar a otro. Para mejor cumpli-
uno) ,173 e<codicioso, invadido por la i ta o impugnante))-. El con- miento de lo cual se requieren tres cosas: lo que se mueve, lo
cupiscible siempre codicia cosas plaJenteras y deleitosas y abo- que da movimiento, aquello que es movido: como el perro para
rrece aquello que es desagradable, áspero y desapacible. El iras- atrapar una liebre, etc. En el hombre la causa eficiente es la razón
cible quasi aversam per iram et odium,l74 como si lo evitara con o su subordinada la fantasía, que aprehende los objetos buenos o
ira e indignación. Todas las afecciones y perturbaciones surgen malas; en los brutos, es la imaginación sola la que mueve el ape-
de estas dos fuentes que, aunque los estoicos les dan poco valor, tito y el apetiro esta facultad, que, por una adrnirable conjura de
consideramos naturales y que no pueden ser resistidas. Los bue- la naturaleza y por mediación del espíritu, comanda al órgano
nos afectos son causados por algún objeto de su misma natura- por el cual se mueve: y ése consiste en nervios, músculos, cuer-
leza; si está presente, procuran gozo, que dilata el corazón y pre- das, dispersos por todo el cuerpo, contraídos y relajados según la
serva el cuerpo; si ausentes, causan esperanza, amor, deseo y voluntad de los espíritus, los cuales mueven los músculos y los
concupiscencia. Los maios son simples o mixros: simples cuan- nervios en media de éstos, 175 y atraen la cuerda, y así per conse-
do son por un mal objeto presente, como el pesar, que contrae quens la coyuntura, allugar que quieren. Aquello que es movi-
el corazón, macera el alma, subvierte el buen estado del cuerpo, do es el cuerpo o algún mi~mbro apto para moverse. La moción
obstaculizando todas sus operaciones, causando melancolía y del cuerpo es diversa, como al andar, correr, saltar, danzar, sen-
muchas veces la muerte misma; o futuro, como el temor. De tarse y cosas como éstas, referidas al predicamento de sittts
estas dos surgen esos afectos mixtos y pasiones de ira, que es el deseo [posición). Los gusanos se arrastran, las aves vuelan, los peces
de venganza; el adio, que es ira inveterada; el cela, que se ofende en nadan; así también es con las partes, la jefa de las cuales es la
aquel que hiere a lo que ama; y epikhairekakía, una afección com- respiración o aliento, y así se lleva a cabo. El aire externo es
puesta de gozo y adio, cuando nos regocijamos por el infortunio de atraído hacia dentro por la arteria vocal y se envía por media-
otro y nos ofende su prosperidad; orgullo, amor a sí mismo, emula- ción del diafragma a los pulmones, que, dilatándose como unos
ción, envidia, vergüenza, etc., de los que trataremos en otra parte. fuelles, redprocamente lo traen hacia dentro y lo mandan al
corazón para enfriarlo; y al calentarlo así.otra vez, lo vuelven a

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ANATOM(A DE LA MELANCOLfA PRIMERA PARTICION. SECCION 1

enviar, sin dejar de comar nuevo. Una moción tal como ésa es ma;l 78 Trismegisto, Museo, Orfeo, Homero, Píndaro, Ferécides
la dei pulso, de la cual, como muchos han escrito libras ence- de Siro, Epfcteto, con los caldeos y egípcios, afirman que e! alma
ras, no diré nada. es inmorcal, como lo hicieron los druidas británicos de la anti-
güedad.t79 Los pitagóricos defienden la metempsicosis y la
palingenesia, que es que las almas van de un cuerpo a otrotso
Subsección IX:
epota prius Lethes tmda [después de un trago de agua de! Lereo]:
Del alma racional por ejemplo las de hombres a lobos, osos, perros, puercos, según
En las subsecciones precedentes he anaromizado las faculcades su inclinación en vida o su participación en sus condiciones:
inferiores dei alma; la racional sigue siendo ccun tema placente-
ro pera dudosm> (según lo denomina uno) 176 y que debe ser dis- Inqtu fainas
cutido con parecida brevedad. Hay muchas opiniones erróneas PosstlmttS ire domttS, peettdttmqtte in corpora condi. 18 I
acerca de su esencia y origen; si es el fuego, como soscuvo
Zenón; la armonía, como lo hizo Ariscoxeno; el número, como [ccEn bestias y ganado encontramos morada
en Jenócrates; si es orgánico o inorgánico; si tiene sede en el y en sus formas nos incorporamos.>•]
cerebro, corazón, o en la sangre; si es mortal o inmorcal; cómo
llega a entrar al cuerpo. Algunos sosrienen que es ex traduce, El gallo de Luciano1 8 2 antes fue Euforbio, un capitán:
como Phil. (I De Anima), Tertuliano, Lactancio (De opific. Dei,
cap. 19); Hugo (Lib. de Spirittt et Anima); Vincente Bellovac. 1/ü ego (nam memii) Trojani \empore bel/i,
(Spec. naturaL, Lib. 23, cap. 2 et 11); Hipócrates, Avicena y Panthoitks EuphontS eram1B3
muchos escritores recientes: tn que un hombre engendra a otro,
cuerpo y alma, o -como una vela de ocra vela- se produce de la [ccEn Troya, recuerdo bien, en una vida anterior,
simiente. De no ser así, dicen ellos, el hombre sólo engendra Euforbio, hijo de Panteo, fui»]
medio hombre y es peor que una bestia, que engendra tanto
materia como forma; y además, las tres facultades dei alma un caballo, un hombre, una esponja. Juliano el Apóstata pensa-
deben ser infundidas juntas, que es de lo más absurdo, según ba que el alma de Alejandro había descendido a su cuerpo; 184
soscienen, pues en las bestias son engendradas, las dos inferio- Platón en Timeo y en su Fedón (por cuanto llego a percibir) no
res, quiero decir, y no pueden ser bien separadas en el hombre. difiere mucho de esta opinión, según es aparente por su placen-
Galena supone que el alma crasin esse; es la temperatura mis- tera ficción de sortitione animamm [sobre la adjudicación de las

152 153
PRIMERA PARTIC1ÓN, SECCIÓN I
ANATOM{A DE W\ MEW\NCOL(A

almas] (Lib. 10 De rep.): que primero vino de Dios y supo todo, Colerus (Lib. de inmort. animae, cap. 1). Los papas mismos han
pero al estar encerrada en el cuerpo olvida y aprende de nuevo dudado de ella; León Décimo, ese papa epicúreo, según relatan
(lo que élllama reminiscentia o recuerdo); y que fue puesta en el algunos de éli 89 hizo que los pro y los contra de esta cuestión
cuerpo como castigo; y que de ahí va al de una bestia o al de un fuesen discutidos ante él y concluyó al fin, como un moderador
hombre, y al cabo de diez mil afias debe regresar a su cuerpo profano y ateísta, con ese verso de Cornelio Galo: Et redit in
anteriqr otra vez.18 5 nihilum, quod fiút ante nihil ~omenzó de la nada y en la nada
termina-. Zenón y sus estoicos, según lo cita Agustín,190 supo-
Post varios armos, pt!r mil!~! figuras, nfan que e! alma continúa hasta que el cuerpo se pudre por com-
Rrmus ad lmmanae firtur primordia vitae.l8 6 pleto y resuelve en materia prima; pera, después de eso, in fimzos
evanescere, se extingue y desvanece; y en tanto, mientras e! cuer-
(11Después de muchos aó.os, por media de muchas formas, es po se consume, erra por todas partes et e longínquo mttlta anmm-
conducida otra vez a los orígenes de la vida humana.>>] ciare [y anuncia muchas cosas desde lejos] y (según aseveró ese
Hermotimo Clazomenio) ve bonitas visiones y sufre no sé qué.
Otros niegan su inmortalidad, lo que Pomponazzi de Padua
decidió a partir de Aristóteles hace no mucho, Plínio Errant l!xsangues siru corpore et ossibus umbrae.191
Avúncul 0 187 (cap. 7, Lib. 2, Lib. 2, et Lib. 7, cap. 55); Séneca,
(Lib. 7, Epist ad Lucilittm, epist. 55); Dicerco (In Tu!/. Tuse.); [11Como sombras exangües, desprovistas de carne y hueso, erran
Epicuro, Aratos, Hipócrates, Galena; Lucrecio, Lib. I: por ahí.»]

Praetaa gigni pariur cum corpore, et rma Otros aceptan su inmorralidad pera crean muchas ficciones fabu-
Crescae sentimus, pariurque smucerl! mmtem; losas sobre lo que hace en el tiempo de ésta, eras la partida de!
cuerpo: como los Campos Elíseos de Placón y ese paraíso turco.
[«La mente, vemos, nace con el cuerpo Deificaban las almas de los hombres buenos; los malas (dice
Con él crece, y con sus afias se gasta;»] Agustín) se volvfan diablos, 192 suponían, además de muchos otros
absurdos postulados que confuta. Jerónimo, Agustín y otros
Averroes, y no sé cuáncos neotéricos. «Esta cuestión de la inmor- Padres de la Iglesia sostienen que el alma es inmortal, creada de
talidad del alma ha sido diversa y maravillosamente impugnada, la nada y así infundida en el nió.o o embrión en la matriz de su
especialmente por los italianos de estos tiempos» 188 dice Jab. madre, seis meses después de la concepción;193 no como las de

154 !55
ANATOM{A DE LA MELANCOLIA PRIMERA P:\RTICIÓN. SECCIÓN I

los brutos, que son ex traduce y que al morir con ellos se desva- Subsección X:
neceo en la nada. A cuyos tratados teológicos y a las Escrituras Del entendimiento
mismos remito a todos esos espíritus ateístas, como Tulio hizo
con Ático, que dudaba de este punto, con el Fedón de Platón. O ceEI entendimiento es un poder del alma, por el que percibimos,
si desean pruebas y demostraciones filosóficas, los refiero a Nifo, conocemos, recordamos y juzgamos tanto lo singular como lo
los opúsculos de Nic. Faventino sobre el tema, a Fran. y Juan universal; que tiene ciertas nociones o rudimentos innatos de las
Pico (In dig;ress. stp. 3 de Abima), Tolosano, Eugubino, a Soro, artes y una acción reflectante por la cual juzga sus propias accio-
Cano, Tomás, Pererio, Dandino, Colero, a ese elaborado trata- nes y las examina.))I94 Según esta definición (además de la fun-
do en Zanquio, a las sesenta razones de Tolet y a los veintidós ción principal, que es aprehender, juzgar todo lo que lleva a
argumentos de Lessio para probar la inmortalidad dei alma. cabo, sin ayuda de ningún instrumento ni órgano) aparecen tres
Campanella (Lib. de senm rerum} se explaya en ese mismo dis- diferencias entre el hombre y la bestia. Primero: el sentido sólo
curso; Albertina el Escolástico, Jacob. Nactantus. (Tom. 2, op.,) comprende singularidades; el entendimiento, universalidades.
lo maneja en cuarro cuesriones, Antony Bruno, Aonio Palerio, Segundo , el sentido no riene nociones innatas. Tercero, los bru-
Marino Marceno y muchos otros. Esta alma razonable, que tos no pueden reflexionar sobre sí mismos. (Por cierto que las
Agusrín llarna «una sustancia espiritual que se mueve a sí abejas, y muchas otras criaturas también, hacen obras prolijas y
misma)), es definida por los filósofos como ceei primer acto sus- curiosas; pera cuando las terminan, no pueden juzgarlas.) Su
ta~cial de un cuerpo natural, humano, orgánico, por el cual el objeto es Dias, Ens, toda la naruraleza, y rodo aquello que puede
hombre vive, percibe y entiende, haciendo todas las cosas libre- ser entendido, lo cual procede a aprehender. El objeto que mueve
mente y por elección)). A partir de cuya definición podemos primero el entendimiento es alguna cosa sensible; después, discu-
deducir que esta alma racional incluye los poderes y cumple las rriendo, la mente encuentra la sustancia corpórea y de ahí la espi-
tareas de las otras dos que están contenidas en ella, y que las tres ritual. Sus acciones (dicen algunos) son: aprehensión, composi-
faculrades hacen una sola alma, que es inorgánica en s( misma ción, división, discurso, razonamiento, memoria -que .algunos
-aunque está en todas las partes- e incorpórea, usando sus órga- incluyen en la invención- y juicio. Las divisiones comunes del
nos y obrando por ellos. Está dividida en dos partes principales, entendimiento son: agente y paciente; especulativo y práctico;
que difieren sólo en función, no en esencia: el entendimiento, en hábito o en acción; simple o compuesto. El agente es aquello
que es el poder racional que aprehende; la volunrad, que es el que se llama ingenio, acumen o sutileza de! hombre, agudeza de
poder racional que mueve; a estas dos están sujetos y reducidos invención, cuando inventa por sí mismo sin maestro o aprende
los otros poderes racionales. cosas nuevas, absrrayendo las especies inteligibles de la fantasía

156 157
ANATOMIA DE lA MElANCOLIA PRIMERA PARTICION, SECCIÓN I

y transfiriéndolas al entendimiento pasivo, «porque no hay nada éstas me debería dilatar más ampliamente, pera mi tema no me
en el entendimiento que no haya estado antes en la sensa- lo permite. Sólo sefi.alaré tres de ellas, como más necesarias a mi
ción».l95 Aquello que la imaginación ha tomado del sentido, siguiente discurso.
este agente juzga si es verdadero o falso; y eras así juzgarlo lo
confía al pasible para conservado. El agente es un doctor o Sindéresis, o la parte más pura de la conciencia, es un hábito
maestr9, el pasivo un estudioso; y su función es conservar y juz- innato, y significa «conservación del conocimiento de la ley de
gar más a fondo aquellas cosas que se confían a su cargo; como Dias y de la Naturaleza, conocer el bien o el mal». Y {como sos-
tabla desnuda y rasal96 al principio, capaz de todas las formas y tienen nuestros teólogos) está más bien en el entendimiento que
nociones. Ahora bien, esas nociones son de dos elases, acciones en la voluntad. Esta hace la proposición mayor en un silogismo
o hábiros: por las acciones tomamos nociones de las cosas y las práctico. El dictamen rationis es aquello que nos insta a hacer el
percibimos; los hábitos, que son luces y nociones durables, los bien o el mal y es la [proposición] menor en el silogismo. La
podemos usar cuando lo deseamos. Algunos enumeran acho conciencia es aquello que aprueba el bien o el mal, justificando
clases de ellos: sensación, experiencia, inteligencia, fe, sospecha, o condenando nuestras acciones, y es la conclusión del silogis-
errar, opinión, ciencia; a los que se afi.aden arte, prudencia, sabi- mo. Como en el ejemplo familiar de Régulo el romano -toma-
duría; como asf también sindéresis,197 dictamen rationis [el dic- do prisionero por los carragineses, quienes sufrieron que regre-
tado de la razón], conciencia. De modo que en total hay cator- sara a Roma, a condición de que retornara o pagara tanto por su
ce especies de entendimiento, de las cuales algunas son innatas, rescate-, la sindéresis prapone la cuestión; su palabra, juramen-
como las últimas tres mencionadas; las otras se adquieren por to, promesa, debe ser religiosamente mantenida, aunque haya
doctrina, ensefi.anza y uso. Platón pretende que todas son inna- sido dada a un enemigo, y ello, por la ley de la naturaleza. «No
tas; Aristóteles enumera sólo cinco hábitos intelectuales: dos le hagas a ocro lo que no quisieras que te hagan a ti,,.J98
especulativos, que son esa inteligencia de los principias y cien- Dictamm se lo aplica a él y le dieta esta o algo parecido: <<Ré-
cia de la conclusión; dos prácticos, que son la prudencia, cuyo guio, no querrías que otra jurara en falso o rompiera una pro-
fin es praccicar, y el arte, para fabricar; sabiduría para compren- mesa que te hizo»; la conciencia concluye: «Por lo tanto, Régulo,
der el uso y experimentos de todas las nociones y hábitos, cua- harás bien en cumplir tu pramesa y deberías cefi.irte a lo que
lesquiera que fueren. Cuya división de Aristóteles (si es conside- juraste••· Más sobre esta en Melancolía Religiosa.
rada correctamente) coincide en todo con la precedente; pues al
ser innatas tres y adquiridas cinco, las demás son impropias,
imperfectas y un examen más estricto las excluye. Sobre todas

158 159
ANATOMfA DE lA MElANCOLfA PRIMERA PARTICION, SECCION I

Subsección XI: JV(c nos obniti contra, n(C troda( tantmn

De la voluntad Srifficimus2D3

La voluntad es el poder dei alma racional, <<que codicia o evita [ícPara plantamos y resistir como hombres, no alcanzan nuesrras
aquellas cosas que han sido antes juzgadas y aprehendidas por el fuerzasn)
entendimientO>>.t 99 Si son buenas, aprueba; si malas, aborrece: así
que su objeto es o bueno o malo. Aristóteles lo llama nuesrro no podemos resiStir, nuestra concuptscencta es originalmente
<<aperiro racional••; pues, así como en el sensitivo somos impulsa- mala, nuesrro corazón maligno, la sede de nuestros afectos, captu-
dos a lo bueno o lo maio por nuestro aperiro, regido y dirigido ra y somete a nuestra volunrad, de modo que en las cosas volunta-
por la sensación, en esto somos llevados por la razón. Además, el rias somos adversos a Dios y a la bondad, malas por naturaleza,
apedto sensitivo tiene un objeto particular, bueno o maio; el de peores por ignorancia,204 por arte, disciplina, costumbre, adquiri-
éste es universal e inmaterial; aquél respeta sólo las cosas deleita- mos muchos maios hábitos, sufriendo que nos dominen y tirani-
bles y placenteras; éste, las honestas. También difieren en la liber- ten; y el diablo siempre está a mano con sus malignas sugesriones
rad. El apetite sensual, al ver un objeto, si se trata de un bien con- para tentar nuestra voluntad depravada a alguna acción mal inten-
veniente, no puede sino desearlo; si es maio, evitaria; pero ella es cionada, para precipitamos a la destrucción, a no ser que nuestra
libre en su esencia ((ahora muy depravada, escurecida y caída de voluntad sea encauzada y apuntalada otra vez con algunos precep-
su perfección primera; pero aún libre en alguna de sus operacio- tos divinos y buenas mociones dei espíritu, que muchas veces nos
nesn,200 como ir, andar, moverse a su placer, y escoger qué hará y contienen, obstaculizao y detienen cuando estamos en plena
qué no, robar o no robar. De no ser así, vanas serfan leyes, delibe- carrera en nuesrros caminos disolutos. Así se corrigió a sí mismo
raciones, exhortaciones, consejos, preceptos, recompensas, pro- David cuando tuvo a Saúl a su merced. La venganza y la malicia
mesas, amenazas y castigos; y Dios sería el autor del pecado. Pero eran como dos violentos combacientes de un lado, pero la hones-
en cosas espirituales, no queremos nada bueno,20I nos inclinamos tidad, la religión, el temor de Dios, lo contuvieron por otro..
ai mal (a no ser que seamos regenerados y guiados por el espíri-
tu), somos azuzados por nuestra natural concupiscencia, y hay Las acciones de la voluntad son velle y nolk, querer y rechazar;
ataxía, una confusión en nuestros poderes, <<toda nuestra volun- cuyas dos palabras lo comprenden todo y son buenas o malas de
tad es adversa a Dias y a Su leyn,202 no sólo en cosas narurales, acuerdo a cómo sean dirigidas, o libremente desempeõadas por
como el comer y beber y la lujuria, a lo que nos dirigimos de cabe- ella; aunque los estoicos lo niegan absolutamenre y pretendeo
za por nuestra temperatura y desordenado apetite, que todas las cosas las hace inevirablemente el destino, impo-

160 161
ANATOMIA DE LA MELANCOlÚ\ PRIMERA PARTICIÚN. SECCIÚN I

niéndonos una fatal necesidad, que no podemos reststtr; sm No podemos resistir, pero como le confesó Fedra a su aya, quae
embargo decimos que nuestra volunrad es libre con respecto a foqueris, vera sunt, sed foro r mggerit sequi pejoraZ07 [lo que dices
nosotros, y que las cosas contingentes, sin embargo (con respec- es verdadero, pera la locura me lleva a seguir lo peor]: dijo la ver-
to al consejo determinado de Dias), son inevitables y necesarias. dad, lo reconoció, pera la obstinada pasión y la furia la hicieron
Algunas arras acciones de la voluntad son desempenadas por los hacer lo opuesto. Asf, David conoda lo sucio de este hecho, que
poderes inferiores que le obedeceo, como el apetito sensitivo Y detestable, impuro, flagrante pecado era el adulterio, y sin
motriz como abrir nuestros ojos, ir aquf o aliá, no tocar un libra, embargo cometió homicídio y le quitó la mujer a otro hombre,
hablar bien o mal; pera este apetito se rebela en nosotros forzado, contra la razón, la religión, a seguir su apetito.
muchas veces, y no se contiene entre los márgenes de la sobrie-
dad y la templanza. Antes (como dije) estaba bien acordado con Los poderes narurales y vegetales no están subordinados en nada a
la razón, y habfa excelente consenso y armonfa entre ellos, pera la volunrad; pues <<(quién puede afiadir un cúbico a su estatura?,,.
eso ahora se ha disuelto, a menudb chocao, la razón es avasalla- Las pasiones podrfan esrarlo, pera no es asf, y de ahf vienen rodas
da por la pasión: Fertir equis auriJz, nec audit cun-us habenas [el esas obstinadas pasiones, violentas perturbaciones de la mente y
auriga es arrastrado con su carro~~os corceles no obedeceo a la muchas veces hábitos y costumbres viciosos, dolencias ferales; por
rienda], como si se tratara de caballos indómitos que escapao tanto que cedemos a nuesrro apetiw y seguimos nuestra inclina-
con un carro y no pueden ser refrenados. Sabemos muchas veces ción, como si fuéramos bestias. Los hábitos principales son dos
qué es bueno, pera no lo hacemos, como dijo ella: en número: virtud y vicio, cuyas definiciones, descripciones,
diferencias y clases peculiares son tratadas ampliamente en la
TraiJit invitam nova vú, aliudqtte cupido, ética y son, de hecho, el tema de la filosofía moral.
Mens aliud madet. 205

«La lujuria aconseja una cosa, la razón otra, hay una nueva
renuencia en los hombres.n

· non esse quoJ od"z. 10G


Odi, nec possum cupzens

[«Lo detesto, pera no puedo evitar


ser justamente aquello que odio.n]

162 163
Miembro III

Subsección I:
Definición de melancolía, nombre, diferencia

Habiendo anatomizado así brevemente el cuerpo y el alma del


hombre como preparativo para el resto, ahora puedo proceder
libremente a tratar el tema del que pretendo ocuparme, en
forma adecuada a la capacidad de la mayor parte de los hombres
y, tras muchos ambages, definir perspicuamente qué es la melan-
colía, mostrar su nombre r sus diferencias. El nombre se lo
impone la materia y la dotncia se denomina según su causa
material: como observa Br uel, «Melankholla, quasi M e!dina
kholé», de «cólera negra)). y · si es causa o efecto, dolencia o sín-
toma, deja que lo decidan Donato de Altomare y Salviano; yo
no contenderé sobre ello. 1iene diversas descripciones, notacio-
n~s y definiciones. Fracastoro, en su segundo de Del Intelecto,
llama melancólicos a aquellos «a quienes la abundancia de este
humor depravado que es el cólera negro ha perjudicado de tal
manera que por ello se vuelven locas y desvarían en las más de
las cosas -o en rodas- que pertenecen a la elección, vciluntad, u
orcas operaciones manifiestas del entendimiento)).zoa Melanelio
- siguiendo a Galena, Rufo, Aecio- la describe como «una mala
e irritante enfermedad, que hace degenerar en besrias a los hom-
bres));209 Galena como «una privación o infección en la celda
media de la cabezan, etc., definiéndola según la parte afectada,
lo que Hércules de Sajonia aprueba2IO (Lib. I, cap. 16), llamán-

165
ANATOM(A DE LA MELANCOLIA PIUMERA I'ARTICIÓN, SECCION I

doia ((una depravación de la función principal,; Fucsio (Lib. l, causa, se inserta al fin para especificado de las pasiones ordina-
cap. 1); Amoldo (Breviar., Lib. 1, cap. 18); Guianero y otros; rias dei «temor y el pesarn. Lo llamamos propiamente «desva-
«en razón de la cólera negra~>, afiade Pablo. Halyabbas simple- rfo,, según lo interpreta Laurencio , «cuando alguna faculrad
mente la llama <mna conmoción de la mente>>; Areteo, «una per- principal de la mente, como la imaginación o la razón, es
petua angustia de! alma, fijada en una sola cosa, sin fiebre>>;211 corrompida, como ocurre en todas las personas melancóli-
cuya definición Mercurialis (De a./Ject. cap., Lib. 1, cap. 1O) cri- cas,,2l5 Es sin fiebre porque e! humores en su mayor parte frío
tica, pero Eliano Montalro defiende (Lib. de morb., cap. 1, «De y seco, contrario a la putrefacción. El temor y e! pesar son los
melan.l>) como suficiente y buena. La gente de! común la define verdaderos caracteres y los compafieros inseparables de la mayor
como <<una clase de desvarío sin fiebre, que tiene por acompa- parte de las melancolías; no de rodas -como Hércules de Sajonia
fiantes ordinarios ai miedo y la tristeza, sin motivo aparente)). ( Tract. posthumo de Melancholia, cap. 2) bien excepciona-, pues
También lo hace Laurencio (cap. 4); Piso, (Lib. 1, cap. 43); para algunos es de lo más placentera y son rales aquellos que más
Oonato de Altomare (cap. 7 At. medic.); Jaquino (In com. in Lib. que nada ríen; otros, también, son osados y libres de toda suer-
9, Rasis ad Almansor, cap. 15); Valesio (Exerc., 17); Fucsio te de temor y pena, como aquí se declarará más adelante.
(fnstitut., 13, sec. 1, cap. 11); etc., cuya definición común, por
más que lo aprueben los más, no es aceptada por Hércules de Subsección II:
SajoniaZIZ ni por D avid Crusius (Theater morb. herm., Lib. 2, De la parte afecrada. Mección.
cap. 6); éste la tiene por insuficiente «por mostrar más bien lo
Partes afectadas
que no es que lo que es,213 y por omitir la diferencia específica
entre fantasía y cerebro -pero desciendo a particulares-. El sum- Encuentro algunas diferencias entre los escritores acerca de la
mum genus es e! desvarío o «angustia de la mente" dice Areteo; principal parte afectada en esta dolencia: si es el cerebro o el
«de una parte principal,, afiade Hércules de Sajonia, para distin- corazón o algún otro miembro. Los más son de la opinión de
guiria de! calambre y la perlesía y de aquellas enfermedades que que es el cerebro, pues ai ser una clase de desvario no puede sino
perrenecen a la sensación externa y a las mociones; «depravad3.J>, ser que el cerebro debe verse afectado -como parte similar- sea
para distinguiria de la folfa y de la locura214 (que para Montalro por consentimiento o por esencia,ZIG no en sus ventrículos ni en
es angor animi, separar), en la que esas funciones no son depra- ninguna obstrucción de ellos -pues de ser as( sería apoplejía o
vadas sino más bien abolidas; ((sin fiebre,, lo afiaden todos, para epilepsia, como Laurencio bien observa_217 sino en una destem-
separaria de! frenesí y de esa melancolfa que hay en una fiebre planza fría y seca en su sustancia, que se corrompe y se vuelve
pesrilcmcial. «Miedo y pesar>> la hacen diferir de la locura; «sin demasiado fría o demasiado seca o si no demasiado calienre,

!66 167
ANATOM(A DE lJ\ MELJ\NCOlfA PRIMERA PARTIC!ÓN. SECC!óN I

corno en los !ocos que así están inclinados: y esta lo confir- Igual canridad de dudas surgen acerca de si esta afección224 es de la
rnan2JB Galena, los árabes, y la rnayor parte de nuescros nuevos irnaginación o sólo de la razón, o de ambas. H ércules de Sajonia
escritores. Marco de Oddis (en una consulración suya, citada prueba -según Galena, Aecio y A! tomare- que la única falia está
por Hildesheirn)219 y otros cinco son eirados por la parte con- en la imaginación.225 Bruel es de la rnisrna opinión. Monralro
traria porque el rniedo y el pesar, que son pasiones, tienen su en el segundo capítulo de su Melancolia confuta este postulado
sede en el coraz.ón. Pera esta objeción es suficientemente contes- de ellos e ilustra lo contrario con rnuchos ejernplos: como el dei
tada por Montalco,220 quien no niega que el corazón sea afecra- que se creía un molusco, el de una monja y el de un manje
do {corno lo prueba Melanelio siguiendo a Galeno)221 en razón desesperado al que no había forma de persuadir de que no esra-
de su vecindad; y tarnbién lo son el diafragma y rnuchas arras ba condenado; además de la irnaginación, fallaba la razón, que
partes. Lo que hacen es compati [compadecerse], y lo acompa- no corregía este errar: a rnenudo se matan; y suponen muchas
fian en el sentirniento por la ley de la naturaleza, pera dado que cosas absurdas y ridículas. {Por qué la razón no detecta la falacia
està dolencia es causada por la imaginación precedente, con el y sosiega y persuade, ya que es'libre? Avicena, por lo tanto, tiene
aperico, a quien el espíriw obedece y que está sujeco a esas par- a ambas por corrupras,226 a lo que la rnayor parte de los árabes
tes princlpales, e! cerebro, como sede de la razón, debe ser por suscribe. Lo rnismo rnantienen Areteo,227 Gordonio,2 28
necesidad el primariamente afectado; y luego el corazón, como Guianerio, etcétera. Para finalizar la controversia, no hay quien
sede de la afección. Capivaccio222 y Mercurialis han discutido dude de que la irnaginación es herida y afectada en estas casos;
copiosamente esta cuesrión y ambos concluyen que el sujeco es por lo dernás, determino con Albertina Bottonus,229 un doctor
el cerebro interno, y que de ahí se comunica ai corazón y arras de Padua, que es «primero en la imaginación y después en la
partes interiores, que sirnpatizan y son rnuy turbadas, especial- razón, según la enferrnedad sea inveterada o más o menos con-
mente cuando viene por consentimienro y es causada por el tinuadan; o por accidente, como afiade Herc. de Sajonia: <<la fe,
estómago -o myrach, como lo llarnan los árabes- por todo el la opinión, el discurso y el raciocínio son rodos accidenralmen-
cuerpo: el hígado o el bazo, que rara vez se ven libres,223 el pílo- te depravados por la falia de la imaginaciónn.230
ro, las venas meseraicas, etc. Pues nuestro cuerpo es como un
reloj: si un engranaje está fuera de lugar, rodos los demás se A las partes afectadas, puedo aquí afiadir los sujetos, de los que
desordenan, toda la máquina sufre; con tal admirable arte y hablaré más oportunamente en orro lugar y ahora sólo indico.
armonía está compuesro el hombre, con ran excelente propor- Aquellos que tienen a la Luna, Saturno o Mercu rio mal afecra-
ción, como lo declará elegantemente Luis Vives en su Fábula de! dos en sus genituras; aquellos que viven en climas demasiado
hombre. fríos o demasiado calientes; aquellos que nacen de padres melan-

168 169
I'RIMERA PARTICIÓN, SECCIÓN I
ANATOM{A DE LA MELANCOlÍA

eólicos; aquellos que transgreden en las seis cosas no narurales, ne et do/ore similes fere diis sttnt [sin sangre ni dolor, son casi
son negros o de complexión altamente sanguínea; quienes tie- como los díoses). Erasmo deja a los tontos fuera de este catálo-
nen cabezas pequefias;131 quienes tienen corazón caliente, cere- go melancólico, pues tienen, los más, cerebros húmedos y cora-
bro húmedo, hígado caliente y estómago frío; han pasado enfer- zones ligeros: ccestán libres de ambición, envidia, vergüenza y
mos mucho tiempo; quienes son solitarios por naturaleza, miedo; no los turba la conciencia ni los maceran las preocupa-
grandes estudiantes, dados a la mucha contemplación, llevan ciones a la que toda nuestra vida está tan sujeta>>.z4o
una vida sin acción son los más sujetos a la melancolía.
Subsección III:
De ambos sexos, más los hombres; sin embargo las mujeres afec- De la materia de la melancolía
tadas son mucho más violentas y se ven más gravemente turba-
das.231 De las estaciones del afio, el otofio es la más melancóli- Acerca de la materia de la melancolía, hay mucha cuestión entre
ca. De las edades en particular: la vejez, de la cualla melancolía Avicena y Galena, como puedes leer en las Contradicciones de
natural es un accidente casi inseparable; pera este mal artificial Cardano,24! las Cont1'0versias de Valesio,242 Montano, Próspero
es más frecuente en aquellos que son de edad mediana.133 Caleno, Capivaccio, Bright,143 Ficina,244 que han escrito acerca
Algunos sefialan que los cuarenta afias; Garioponto, los treinta. de ello u opúsculos enteros o copiosamente en sus varias tratados
]aberto no exduye que le sobrevenga a viejos ni a jóvenes. Daniel sobre este asunto. ccQué es este humor o de dónde procede, cómo
Sennerto incluye a todas las dases, por la experiencia común: in se engendra en el cuerpo, ni Galena ni ningún escritor antiguo lo
omnibw omnino corporibus cujusctmque comtitutionis domina- ha discutido suficientemente,,,245 según piensa Jaquino. Los neo-
tur234 [ataca a toda las personas de cualquier constitución]. Aecio téricos no pueden ponerse de acuerdo. Montano, en sus
y Areteo)235 adscriben a su número <~no sólo' a las personas des- Comuftaciones, sostiene que la melancolia puede ser material o
contentas, apasionadas y miserables, morenas, negras, sino a inmaterial; tarnbién lo hace Arculano. La material es uno de
quienes son de lo más alegres y agradables, risuefios y de buen los cuatro humores antes mencionados, y [es] natural; la inrna-
colorn.236 <~Por lo general», dice Al-Razi, cclos mejores ingenios y terial o adventícia [es] adquirida, redundante, innatural, arti-
los espíritus más generosos son danados por ella más que ningu- ficial, etc., que para Hércules de Sajonia reside sólo en el espí-
nos otros.»237 No puedo excepruar ninguna complexión, nin- ritu y procede de un ccuna destemplanza caliente, fría, seca,
guna condíción ni sexo, a no ser los tontos23B y los estoicos que húmeda que, sin materia, altera el cerebro y las funciones de
-de acuerdo a Sinesio__239 nunca son turbados por ningún tipo ésten.24 6 Paracelso rechaza totalmente y ridiculiza esta división
de pasión, sino que, como la cigarra de Anacreonte sine sangui- de cuatro humores y complexiones, pera nuestros galenistas

170 171
ANATOMiA DE LI\ MELANCOLiA
PRIMERA PARTICJON, SECCJON I

en general la aprueban, suscribiendo a ésa la opinión de También lo es Wecker.253 De la melancolia adusta surge una
Mo mano.
clase; de la cólera, otra, que es de lo más brutal; otra de la flema,
que es aburrida; y la otra de la sangre, que es mejor. De ésras,
Esta melancolia material es o simple o mixta, ofende según su algunas son frías y secas, otras calientes y secas, variando de
canridad o su calidad, varía de acuerdo allugar donde se asienta acuerdo a sus mixruras, según sean latentes o intermitenres. 254 Y
-como e! cerebro, bazo, venas meseraicas, corazón, matriz y esró,. de hecho, como Rodrigo à Fons (Cons. 12, Lib. 1), determina,
mago- o difiere de acuerdo a la mi.xrura de los humores natura- los icores y esas materias serosas al espesarse se vuelven flema y
les entre ellos o de los cuarro humores adustos innaturales, según la flema degenera en cólera, la cólera adusta se vuelve aemgino-
sus diversos temples y mezclas. Si la melancolia natural, que es sa me/ancho/ia [melancolía herrumbrosa] -tal como se hace el
fría y seca, abunda en e! cuerpo ude modo en que es más de lo vinagre a partir de la putrefacción de! más puro de los vinos o
que el cuerpo puede soporrar bien, por necesidad se destempla>>, por exhalación de! espíriru más puro, y se vuelve ácido y agrio-
dice Favencio, "Y enferma));247 y as{ la otra, si está depravada, sea y de la acritud de este humor proceden muchas vigilias, pensa-
que venga de la otra melancolfa de la cólera adusta o de la san- miemos y suefios turbadores, etc., así que llegó a la misma con-
gre, produce parecidos efectos y, si viene de adustión de los dusión ya dicha. Si el humor es frío es, dice Favencio, «causa de
humores, es -según contiende Montalto- caliente y seca en su desvarío y produce síntomas más moderados; si caliente, son
mayor parte. Encuentro algunas diferencias sobre si esta materia temerarios y deliran en su locura o se inclinao a ello)).255 Si e!
melancólica puede ser engendrada de todos los cuacro humores: cerebro está caliente, los espírirus animales están calienres:
acerca de su colar y temple. Galena sosriene que sólo puede ser sobreviene mucha locura, con acciones violentas; si frío, farui-
engendrada de tres, excluyendo a la flema o piruita, afirmación dad y estupidez (Capivaccio).256 "El colar de esta mixtura varía
que Valesio y Menardo24B mantienen firmemente sea verdadera, también según la mi.xtura, si es calienre o fría; a veces es negra,
como también lo hacen Fucsio,249 Monralto, Montano.250 a veces no))257 (Altomare). El mismo Melanelio lo prueba
(Cómo (dicen ellos) puede lo blanco volverse negro? Pera siguiendo a Galena; y [también] Hipócrates en su libra sobre la
Hércules de Sajonia (Lib. post. de meia., cap. 8) y Cardano251 melancolía (al menos, si es suyo), dando el ejemplo de ~n car-
son del bando opuesro (que puede ser engendrada por la flema, bón ardiente, <<que cuando está caliente, brilla; cuando está frío,
etsi raro contingat, aunque rara vez llega a pasar); también lo son se ve negro; y así lo hace e! humor)).258 Esta diversidad de la
Guianerio25 2 y Laurencio (cap. 1), con Melanchron en su libra materia melancólica produce diversidad de efecros. Si está den-
De Anima, y cap. "De los humores>>: la llama «asininam>>, melan- tro de! cuerpo y no putrefacra, causa icterícia negra; 259 si putre-
colla aburrida, porcina, y dice que fue testigo ocular de ella. facta, fieb.e cuanana; <i bjota en la piei, lepra; •i en la. pane<,

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ANATOMÚ\ DE LA MELANCOLÚ\ PR!MERA PARTICIÓN, SECC!ÓN I

diversos males, corno escorbuto, etc. Si turba la mente, según otra consurnada»J66 Melanchton lo secunda:267 ccSegún el
sus diversas rnezclas, produce varias clases de locura y desvarío; humor sea diversamente adusto y rnezclado, así son de diversas
de las que hablaré en su lugar. las especies»; pero a lo que estos hornbres se refieren corno espe-
cies, creo debe ser entendido corno sfntornas y así tarnbién lo
Subsección IV: interpreta Arculano:26B infinitas especies, id est, síntornas; y en
ese sentido, corno ]o. Gorreo reconoce. en sus Definiciones médi-
De las especies o clases de melancolía
cas, las especies son infinitas pero pueden ser reducidas a tres en
Cuando la rnateria es diversa y confusa, ~córno podría no ser que razón de su sede: cabeza, cuerpo e hipocondrios. Esta división
sus especies fueran diversas y confusas? Muchos escritores nue- ternaria es aprobada por Hipócrates en su libro De melancolia (si
vos y amiguos han hablado confusamente de ella, confundien- es que suyo, de lo que algunos sospechan), por Galeno (Lib. 3
do a la melancolia con la locura: corno Heurnio,260 Guianerio, De loc. ajfectis, cap. 6), por Alejandro (Lib. 1, cap. 16), Al-Razi
Gordonio, Salustio Salviano, Jason Pratensis, Savonarola, para (Lib. I Continmt., Tract. 9, Lib. 1, cap. 16), Avicena y los más
quienes la locura no es más que la rnelancolía ampliada y d.ifie- de nuestros escritores nuevos. Th. Erastus distingue dos clases:
re de ésta (corno dije) en su grado. Algunos distinguen dos espe- una perpetua, que es la melancolía de cabeza; la otra interrum-
cies distintas, corno Rufo Efesio, un antiguo escritor, Constantino pida, que va y viene en ataques, que subdivide en otras dos cla-
Mricano, Areteo, Aureliano,261 Pablo de Egina; otros reconocen ses, de modo que todo se reduce a lo rnisrno. Otros, adernás, dis-
una rnultitud de clases y las dejan sin definir, corno Aecio en su tinguen cuatro o cinco clases, con Rodúgo à Castro (De morbus
Tetrabíblos,26Z Avicena263 (Lib. 3, liract 4, cap. 18), Arculano i,
mulier: Lib. cap. 3) y Lo. Mercato, quien en su segundo libro
(cap. 16, In 9 Rasis); Montano (Me*, part. 1). «Si la rnelancolía De mulier. ajfect. (cap. 4) pretende que esa rnelancolía de las
natural es adusta, hace una clase; s~ sangre, otra; si cólera. una monjas, viudas y esas doncellas más vetustas sea una especie
tercera, que difiere de la prirnera; y as{ hay tanta abundancia de peculiar dei melancolfa diferente de las dernás; algunos reducen
opiniones diversas acerca de las clases corno hornbres rnis- a las personas entusiastas, extáticas y demoníacas a este rango,
rnos».264 Hércules de Sajonia establece dos clases, «material e afiadiendo la rnelancolía amorosa ai primero269 y la licamropía.
inrnaterial; una dei espfritu solo, otra de los humores y el espíri- La división más aceptada es en rres clases. La prirnera procede
tu».265 Savonarola (Rub. 11, Tract. 6., cap. 1: «De aegritud. capi- únicarnente de la falia dei cerebro y se llarna «rnelancolía de
tis11) pretende que las clases son infinitas: una dei myrach, llarna- cabeza»; la segunda procede sirnpáticarnente de todo el cuerpo,
da myrachalis por los árabes; otra, stomachalís, dei estômago; otra cuando toda la temperatura es melancólica; la tercera surge de
dei hígado, corazón, matriz, vasos sanguíneos; <<Una incipiente, las entrafias, hígado, bazo o de la membrana Uarnada rnesente-

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ANATOM(A DE LA MELANCOLÚ\ PRIMERA PARTICIÔN. SECCIÔN 1

rio y se denomina ((melancolía hipocondríaca>> o «Ventosa>>, que clase de melancolfa referido. Trincavelio,273 Falopio y Francan-
Laurencio270 subdivide en tres partes por los tres miembros, zano, famosos doctores en ltalia, los tres fueron consulados acer-
hepático, esplenético y meseraico. La melancolía amorosa -que ca de un paciente al mismo tiempo y dieron rres opiniones dife-
Avicena llama ccilishi>•- y la licantropfa -que !lama cccucubutm>- rentes. Y en otro lugar, al pregunrársele a Trincavelio qué pensaba
se induyen por lo común en la melancolía de cabeza; pero de de un joven melancólico que lo habían Ilamado a ver, confesó
esta última -que Gerardo de Solo Ilama «amorosa>> y los más ingenuamente que ciertamenre esraba melancólico, pera que no
I
ccmelancolía de caballero,-, con aquella de la melancolfa religio- sabía a qué clase reducirto. En su decimoséptima consultación
sa, virginum et viduarum [de las doncellas y viudas] -mantenida hay un desacuerdo parecido acerca de un manje melancólico.
1
por Rod. à Castro y Mercato- y de las arras clase~ de melanco- Esros síntomas, que orros adscriben a partes y humores afectados,
lfa amorosa hablaré aparte, tomándolas en sí mismas en mi ter- Hérc. de Sajonia274 lo atribuye enteramente a un espíritu des-
cera partición. Las tres especies precedentes son el tema de mi remplado y éste es inmaterial, como dije. A veces no pueden dis-
presente discurso y las anatomizaré y trataré siguiendo todas sus cernir bien esta enfermedad de arras. En los Consejos de Rainero
causas, s{nromas, curas, juntas y separadas, para que todo hom- Solenander (Sect. 3, Consi/. 5) él y el Dr. Brande concuerdan en
bre que sea afecrado por este mal en cualquier medida pueda que la dolencia dei paciente era melancolía hipocondríaca. El Dr.
saber como examinado en sí mismo y aplicarle remedios. Matoldo dijo que era asma y nada más. Solenandro y Gua-
rionio,275 a quienes hace poco se mandá a buscar para el melan-
Es asunro difícil, lo confteso, distinguir una de otra estas tres cólico duque de Cleves, con otros, no pudieron definir de qué
especies expresar sus diversas causas, sintomas, curas, siendo que especie era ni ponerse de acuerdo entre ellos. Las especies están
tan a menudo se confunden entre ellas, que tienen tal afinidad tan confundidas como en la cuadragésimo cuarra consulración
que apenas si pueden ser discernidas por los más precisos médi- de César Claudino, para un conde polono: en su juicio ccpadecía
cos y tan a menudo enrremezcladas con otras dolencias que hasta de la melancolía de cabeza y de aquella que procede de roda la
los más expertos le han errado. Monrano (Consil. 26) nombra a temperatura, ambas al mismo tiempo, _276 Podría dar ~jemplos
un paciente que tenía esta enfermedad de la melancolía y caninus de algunos que han tenido las tres clases semel et simul [a la vez
appetitus, ambas ai mismo riempo, y ( ConsiL 23) con vérrigo; y al mismo tiempo] y algunos sucesivamenre. Así que concluyo
Julio César Claudino con piedra, gora, ictericia;271 Trincavelio sobre nuestras especies de melancolía, como muchos políticos lo
con fiebres, icterícia, canimts appetitus, etc. Pablo Regoline,272 un hacen sobre las formas puras de comunidad,277 monarquías,
gran docror en su tiempo, que fue consultado en este caso, quedá aristocracias, democracias: que son de lo más famosas en la con-
tan confundido oon la confusión de sínromas que no supo a qué templación, pera en la práctica son temperadas y usualmente

176 177
ANATOMÍA DE LA MELANCOL!A

mtxtas (así nos informa Polibio),27B como la lacedemonia, la


La primera partición,
romana de la antigüedad, la alemana ahora y muchas otras. Lo
que los médicos dicen sobre distintas especies en sus libr~s no sección 2
importa mucho, dado que lo habitual es que estén mezcladas en
los cuerpos de sus pacientes. En tal oscuridad, por lo tanto, jqué
difícil es tratar de diversas clases por separado, hacer cualquier
certeza o distinción entre tantos casos, distracciones, cuando es
raro que dos hombres se vean parecidamente afectados per
omnia [en todo respecco]! Es duro, lo confieso, pera aún as{ me
aventuraré entre estas perplejidades y, guiado por las pistas o
hilo de los mejores escritores, me desenredaré de un laberinto de
dudas y errares y así procederé hasta las causas.

178
Miembro I

Subsección I:
Causas de melancolía. Dios como causa

«Es en vano hablar de curas o pensar en remedios hasta que no


hayamos considerado las causas)), así le prescribe Galena a
Glauco279 y la experiencia común de otros confirma que esas
curas en las que no se ha buscado primero la causa deben ser
imperfectas, cojas y sin resultado, como bien observa Prospero
Calenio en su opúsculo De altra bife para el cardenal Caelsio.2BO
Tan es así que Fernelio pane ''una clase de necesidad en el cono-
cimiento de las causas, y que sin él es imposible curar ni preve-
nir ninguna suerte de enfermedad».2BI Los empíricos pueden
aliviar y a veces ayudar, pera no erradicar a conciencia; sub/ata
causa tollitur ejfictus: según el dicho, si la causa es eliminada el
efecto es igualmente vencido. Es cosa de lo más difícil {lo con-
fieso) ser capaz de discernir dónde están las causas y entre tal
variedad decir cuál fue la iniciadora.282 Feliz de quien sepa
hacerlo bien.283 Me aventuraré a acercarme cuanro pueda adivi-
nando y a desentrafiarlas rodas, de la primera a la úlri~a, gene-
ral y particular, en todas sus especies, para que puedan ser mejor
descriptas.

Las causas generales son o naturales o sobrenaturales. Las sobrena-


turales vienen de Dias y Sus ángeles o, con permiso de Dias, del
diablo y sus ministros. Que D ias Mismo es una causa del castigo

181
ANATOM(A DE LA MELANCOL(A PRIMERA PARTICJÓN. SECCJÚN 2

de los pecados, y de sarisfacción de Su jusricia, muchos ejemplos y lego que qUiso robar una imagen de placa de san Juan, en
resrimonios de las santas Escriruras nos lo hacen evidenre. Sal 107 Birgburgo, ~e volvió frenético de repenre, furioso y martirizan-
17: «Fueron afligidos los insensatos, a busa de! camino de rebe- do sus propias carnes;291 de un lord de Radnor, que ai regresar
lión y a causa de sus maldades». Gehazil fue atacado de l~pra (1 R de cazar tarde por la noche, puso sus perros en la iglesia de san
5 27); Jehoram con disentería y flujo Y, grandes dolenctas de las Avan («Llan Avann, la llamaban) y allevanrarse temprano a la
entrafias (2 Cro 21 15); David enfermá por ennumerar a su gente mafiana siguiente, como suelen hacer los cazadores, se encontrá
(I Cro 21); Sodoma y Gomorra fueron sepultadas. Y esta enfer- a todos sus perros rabiosos y él mismo quedá ciego de repen-
medad es peculiarmente especificada (Sal 107 12): <<Por eso que- re;292 de Tirídates, un rey armenio, quien, por violar a unas san-
bramá con el rrabajo sus corazones)); Dr 28 28: «los hiriá con tas monjas, fue castigado de parecida suerte, perdiendo la razón.
locura, ceguera y rurbacián de espíritw); <<un espíritu maligno Pero poetas y papistas pueden ir juncos en cuestión de cuentos
fue enviado por el sefior a Saúl, para vejarlo»;284 Nabucodonosor fabulosos: dejémosles que crean libremenre, sea como fuere que
comía hierba corno un buey y su <<eorazán se hizo semejante al se engafien respecto de su Nêmesis y de sus santos o que el dia-
de las bescias dei carnpon.285 Los relatos paganos están llenos de blo los deluda, encontramos que es verdad que ultor a tergo
rales castigos. Licurgo, porque cortá las vifias dei país, fue lleva- Dezts293 - <<Él es Dios el vengadorn, según lo define David_294 y
do a la locura por Baco; tarnbién lo fueron Penteo y su madre que son nuestros flagrantes pecados los que arraen éste y muchos
Agave por descuidar su sacrificio. El censor Fulvio se volviá loco otros males sobre nuestras propias cabezas; que Éi puede por Sus
por destejar el templo de Juno para cubrir uno nuevo y propio, ángeles, que son Sus ministros, herir y sanar (dice Dionísio) a
que hizo dedicar a Fortuna,2BG «y fue confundido hasta la muer- quien quiera;295 que Éi nos puede atormentar con sus criaturas,
te con pena y pesar de corazónn.2B7 Cuando Jerjes quiso despo- sol, !una y estrellas, a quienes Él usa corno Sus instrumentos,
jar ai templo de Apolo en Delfos de esas infinitas riquezas que como lo hace un labrador (dice Zanquio) con una azada: grani-
posda, un terrible rrueno vino dei ciclo y matá a cuatro mil zo, nieve, viemos, etc. Et conjurati veniunt in classica venti296 (los
hombres; los demás enloquecieron.288 Poco después, algo pare- viemos a una responden a Su llarnado]: corno en tiempos de
cido le ocurriá a Breno: rayos, rruenos, terremotos, en ocasián Josué, como en el reino de Faraón en Egipto no son sino como
igual de sacrílega.289 Si podemos creer a nuestros escritores pon- otros tantos ejecutores de Su justicia. Él puede hacer q ue los
cificales, nos relatarán muchos extrafios y prodigiosos castigos de espíritus más orgullosos se dobleguen y exclarnen con Juliano el
esa clase, infligidos por sus santos. De cárno C lodoveo, alguna Apóstata: Vicisti, Galilae;Z97 o con el sacerdote de Apolo en
vez rey de Francia, hijo de Dagoberto, perdiá la razón por des- Crisóstomo:i9B O coe/um! O ten·a! Unde hostis hic? -~Qué enerni-
tapar el.cuerpo de san Dionisio;290 y de como un francês sacrí- go es ésre?-; y rezar con David, reconociendo su poder: «Estoy

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ANATOM(A DE LA MELANCOL(A !'RIM ERA l'ARTICIÔN, SECCIÔN 2

debilitado y molido en gran manera; gimo a causa de la conmo- Subsección li:


ción de mi corazÓnll, etc. (Sal 38 8); «Oh, Sefior, no me repren- Una digresión sobre la naturaleza
das en tu furor, ni me castigues en tu ira)) (Sal 38 I); «hazme oír
de los espíritus, ángeles maios o demonios,
gozo y alegda, y se recrearán los huesos que has abatido)) (Sal 51
8); «Vuélveme el gozo de tu salvación y espíriru noble me sus- y cómo causan melancolía
tenten (Sal 51 12). Por estas causas también Hipócrates299 reco-
mienda que el médico tome especial nora de si la dolencia no Cuán lejos se exriende el poder de los espírirus y diablos, y si pue-
viene de una causa divina sobrenatural o si sigue el curso de la den causar ésta o cualquier otra dolencia, es una cuesrión seria y
naturaleza. Pero esto -cómo debe enrenderse ese pasaje de digna de ser considerada; para mejor comprensión de la cual haré
Hipócrates- es discutido más a fondo por Fran. Valesio (D~ sacr. una breve digresión sobre la naturaleza de los espírirus. Y aunque
philos., cap. 8), Fernelio300 y]. Caesar Claudino,301 a quien te la cuesrión es muy oscura, de acuerdo a Postellus <dlena de contro-
refiero. Paracelso es de la opinión de que rales dolencias espiri- versia y ambigüedacf»,303 más aliá dei alcance de la capacidad
ruales (pues as{ las llama) deben curarse espiritualmente y no de humana -foteor excedere vir~s intentionis meae, dice Agusdn-,304
o era manera. Los medias ordinarios no sirven en rales casos: Non confieso que no soy capaz de entenderia: finitttm de infinito non
est reluctandum cum Deo [no debemos luchar con Dias]. Cuan- potest statuere [lo finito no puede establecer acerca de lo infinito] ;
do Hércules, ese domador de monstruos, venció a rodos los dei más fácil es determinar con Tulio (D~ nat. deornm) quid non sint,
Olimpo, ai fin Júpiter luchó con él en una forma desconocida; quam quid sint [lo que no son más bien que lo son]. Nuestros suri-
la victoria fue incierra hasta que Júpiter se reveló y Hércules les escolásticos, Cardanos, Escalígeros, profundos tomistas,
cedió. No se pelea con poderes supremos. Nil ttvat inmensos Fractastoriana et Fernelíana aces son débiles, secos, oscuros, defec-
Cratero promittere montes [de nada vale promererle minas de oro ruosos en escos misterios; y todos nuestros ingenios más vivos,
a Crátero por una cura], médicos y medicina no pueden hacer como los ojos de la lechf.za a la luz dei sol, se embotao y no son
ningún bien, «debemos someternos a la poderosa mano de Dias, suficientes para aprehen8erlos; sin embargo, como en lo demás,
reconocer nuestras ofensas, pedirle merced))-302 Si Él nos hiere, me avenruraré a decir alJo sobre este puma. En tiempo~ pasados,
una eademque manus vulnus opemque firet [la mismà mano infli- como leemos (Hch 23),' los saduceos negaron que hubiera rales
girá la herida y proveerá el remedio], como ocurre con aquellos espírirus, diablos o ángeles. También lo hizo Galena el médico, los
que son heridos por la lanza de Aquiles. Sólo É! puede ayudar; periparéricos, hasta Aristóteles mismo, lo que manriene con vigor
de no ser así, nuestras dolencias son incurables y nosorros no Pomponazzi y Escalígero de alguna suerte concede, aunque
rendremos alivio. D andino el jesuíta (Com. in Lih. 2 De anima) lo niega con firme-

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ANATOMIA DE LA MELANCOLIA PIUMERA I'ARTICION, SECCION 2

za; mbstantiae separatae [sustancias separadas) e inteligencias son Omnibus ttmbm locis adero: dahis, improbe, pomm.
lo mismo que los criscianos llaman <tángelesn y los platónicos <<dia-
blos», pues llaman a todos los espírirus <<CÚlemoneSl>, sean ángeles [<<Mi airada sombra, surgiendo del abismo,
buenos o maios, como Julio Pólux (Onomasticon Lib. 1, cap. 1) Te acosará cuando veles y perturbará tu suefio.»]
observa. Epicúreos y ateístas son de este parecer en general, por-
que nun~a los vieron. Platón, Plotin~, Porfirio, Jámblico, Prado Son (según suponen orros) designados por esos poderes superio-
-siguiendo los pasos de Trismegisto, Pitágoras y Sócrates- no res para preservar a los hombres de sus natividades y protegerias
dudan de ello; ni los estoicos, sólo en que hay rales espfritus, aun- o castigados según lo que les parezca; y son llamados boni y mali
que se desvían mucho de la verdad. Concerniente a cuál fue su gmii por los romanos; héroes, lares -si buenos-, lémures o lar-
primer comienzo, los talmudistas dicen que Adán tuvo una espo- vas -si malas- por los estoicos; gobernadores de países, hom-
sa llamada Lilis antes de casarse con Eva y que de ella no engen- bres, ciudades, dice Apuleyo: Deos appellant qui ex hominum
dr6 sino diablos.305 El Alcorán de los turcos es igualmente absur- numero ju.ste ac pmdenter vitat: currículo gubernato, pro mmzine,
do y ridículo sobre este punto;306 pera la Escritura nos informa a postea ab hominibu.s praediti fonis et ceremoniis vulgo admittun- ·
los cristianos de cómo Lucifer, el jefe de ellos, con sus asociados, tur, ut in Aegypto Osiris309 [llaman dioses a aquellos que, habien-
cay6 del cielo por su orgullo y ambición;307 creado por Dias, do vivido con justicia y sabiduría en la tierra, son deificados des-
puesto en e! cielo y alguna vez un ángel de luz, ahora arrojado a pués de su muerte, y honrados con templos y ritos, como Osiris
las más bajas de las partes aéreas sublunares o al infierno: y <tlos en Egipto], etc. <<PraestiteSl> [custodios], los llama Capella, «que
entregá a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicion (2 protegeo a los particulares tanto como a los príncipes.»
P 2 4). Hay una tonta opinión que algunos tienen, que son las Sócrates tenía su daemonium saturninmn et ignettm [dáimon
almas de los hombres fallecidos; las buenas o más nobles fueron saturnino e ígneo] que de todos los espíritus es e! mejor ad
deificadas, las más hajas se arrastraron por el suelo o por las par- sublimes cogitationes animum erigentem [para instar la mente a
tes inferiores y fueron diablos; lo cual -con Tertuliano, Porfirio el reflex.iones sublimes] como lo suponían los platónicos; Plotino
filósofo- Máximo de Tiro (Ser. 27) mantiene. <<Estas espfritus», el suyo; y nosotros los cristianos, nuestro ángel asistente, como
dice, <<que llamamos ángeles y diablos, do son sino las almas de los Andreas Victorellus, que escribió copiosamente sobre este tema;
hombres fallecidos, que o por el amor~ la piedad por sus amigos Ludovico de La Cerda, el jesuíta (en su voluminoso tratado De
que aún viven los ayudan y asisten, o p1rsiguen a sus enemigos, a Angelo Cu.stode); Zanchius y arras teólogos piensan. Pera esta
quienes odiaban»,308 como Dido amenazó con perseguir a Eneas: absurda creencia dei de Tiro Prado la confuca ampliamente en
su libra De anima et daemone. Psellus,310 un crisciano que algu-

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ANATOMIA DE LA MELANCOÚA PRIMERA PARTICION. SECCION 2

na vez fue ruror (dice Cuspiniano) de Miguel Parapinario, ángeles, diablos, como r sí también las almas de los hombres
emperador de Grecia, gran observador de la naruraleza de los fallecidos, si son corpórl (lo que él defiende con la mayor de
diablos, sosriene que son corpóreos y rienen «cuerpos aéreos que las energias) deben tener alguna forma y ésta, absolutamente
son morrales, viven y mueren»3II (lo que Marci~no Capella redonda, como el sol y la !una, porque esa es la forma más per-
igualmente mantiene, pera nuesrros filósofos crisrianos recha- fecta, quae nihil haber asperitatis, nihil angulis incisum, nihil
zan); «que se alimentao y rienen excrementos, que sienten dolor anfractibus involutum, nihil eminens, sed inter corpora perfecta est
si se los lastima>> (lo que Cardano confirma, por lo que perfectisimum3l3 [que no tienen bordes ásperos, ni ângulos, ni
Escalfgero justamente se burla de él: Si pascantur aere, cur non vueltas, ni proyecciones, sino que es la más perfecta de las for-
pugnant ob puriorem aera? [Si se alimentao de aire ipor qué no mas]; por lo tanto, todos los espírirus son corpóreos, concluye,
pelean por el aire más puro?], etc.) «O golpea»;312 y si se corran y redondos en su propia forma. Que pueden asumir orros cuer-
sus cuerpos con admirable celeridad vuelven a unirias. Agusrín pos aéreos, roda suerte de formas a su placer, aparecer con la
(In Gen.; lib. 3, De lib. arbit) lo aprueba, mutatu caso c01pora in semblanza que quieran; que sonde lo más veloces en su moción,
deteriorem qualitatem aeris spissioris [viceversa, sus cuerpos pue- que pueden recorrer muchas millas en un instante y de la misma
. den rornarse en aire de calidad más rosca e inferior]; rambién lo manera transformar los cuerpos de otros a la forma que les plaz-
hacen Jerônimo ( Comment in Epist. ad Ephes. cap. 3.), OrCgenes, ca y con admirable celeridad trasladarias de un lado a otro3I4
Tertuliano, Lacrancio y muchos anriguos Padres de la lglesia: (como hizo el ángel con Habacuc a Daniel,3I5 y como Felipe el
que en su caída sus cuerpos se rornaron en una susrancia más Diácono fue !levado por el espfritu cuando hubo bautizado ai
aérea y grosera. Bodino (Lib. 4, Thean·i Naturae) y David eunuco; así se trasladaban Pitágoras y Apolonio a sí mismos y a
Crusius (Hermeticae Philosophiae, Lib. 1, cap. 4) prueba con otros, además de muchas hazafías semejantes); que pueden
divers.os argumentos que ángeles y espírirus son corpóreos: representar casrillos en el aire, palacios, ejércitos, espectros, pro-
Quicquid continet7tr in loco corporeum est: At spiritus continetur in digios y demás objetos extrafios a los ojos de los mortales, cau-
loco, ergo [todo lo está contenido en un lugar es corpóreo; el sar olores, sabores, etc.,3I6 enganar todos los sentidos: l?s más de
espíritu está contenido en un lugar, por lo tanro, etc.]. Si quienes escriben sobre este tema lo rienen por creíble; y que
spirit7ts srmt quanti, enmt corporei: At srmt quanti, ergo. Sunt pueden predecir eventos futuros y hacer muchos extrafíos mila-
finiti, ergo quanti [Si los espíritus son cantidades, deben ser cor- gros. La imagen de Juno !e habló a Camilo y la estatua de la
póreos; como son canridades, por lo tanto . .. Son finitos, por lo Fortuna a las matronas romanas y muchas cosas rales. Zanquio,
tanto cuanritativos], etc. Bodino va aún más lejos y pretende Bodino, Espondano y otros sonde la opinión de que causao una
que estas animae separatae [almas separadas], genios, espírirus, verdadera metamorfosis, como Nabucodonosor fue realmente

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ANATOM{A DE LA MELANCOL{A I'JUMERA I'ARTICJON, SECCION 2

transformado en una bestia, la esposa de Lot en pilar de sal, los antes dudaba de ello,.J IB Muchos lo niegan, dice Lavacer (De
compaiieros de Ulises en puercos y perros por los encantos de spectris, Pare. 1, cap 2, y Part. 2, cap. 11), «porque no los vieron
Circe; tornarse a sí mismos y a otros, como hacen las brujas, en ellos mismos"; pera según informa ampliamente en todo su
gatos, perros, liebres, cuervos, etc. Strozzio Cicogna trae muchos libra -especialmente cap. 19, Part. 1- a menudo se los ve y se
ejemplos (Lib. 3, Omnif. mag., cap. 4 et 5) que allí confuta, los oye y conversan familiarmente con los hombres, como Lod.
como también lo hace Agustín (De Civ. Dei, Lib. 18). Que pue- Vives nos lo asegura e innumerables registros, historias y testi-
den ser vistos cuándo, en qué manera y por quien ellos quieran, monios lo demuestran en todas las edades, tiempos, lugares; y
dice Psellus, tametsi nil tale viderim, nec optem videre -aunque él también todos los viajeros,319 en las lndias Occidentales y en
mismo nunca los haya visto ni deseado hacerlo- y que a veces nuestros climas septentrionales: nihilfomiliarius quam in agris et
usan de la copulación carnal (como lo probaré más ampliamen- urbibus spiritus videre, audire qui vetent, jubeant [nada más fami-
te en otro lugar)317 con mujeres y hombres. Muchos no creen liar que ver espíricus tanto en la ciudad como en el campo y oír-
que puedan ser vistos y si cualquier hombre dice, jura y mantie- los ordenar o prohibir algo, etc.]. Jerónimo (Vita Pault), Basilio
ne firmemente que los via, por más que sea discreto y pruden- (Ser. 40), Nicéforo, Eusebio, Sócrates, Sozomeno,320 Jacobo
te, juicioso e instruido lo tienen por loco temeroso, un leio Boissardo (en su tratado De spiritum apparitionibus), Pedro
melancólico, un sujeto débil, un sofi.ador, un hombre enfermo o Loyero (Lib. de spectris), Wiero {Lib. I) tienen una infinita varie-
loco, lo condenao, se burlan de él; y sin embargo Marco acredi- dad de rales ejemplos de aparición de espíritus para que las lea
ta que le dijo a Psellus que los había visto con frecuencia. Y Leo quien tenga más dudas, para su amplia satisfacción. lnsercaré
Suavio, un francés (cap. 8, In Comment. Lib. 1 Paracelsi De vita una sola. Un noble de Alemania fue enviado como embajador ai
longa), siguiendo a algunos platónicos, pretende que el aire está rey de Suecia (para su nombre, tiempo y circunstancias como
can lleno de ellos como de la nieve que cae de los cielos y que ésas te refiero a Boissardo, mi autor).321 Una vez que hubo cum-
pueden ser vistos, y además establece los medios por los que los plido con su cometido navegó hasta Livonia, con el decidido
hombres pueden verias: Si irreverberatis oculis sole splendente ver- propósito de ver esos espíritus familiares, que se dice conversao
sus coe/um continuaverint obtutus [mediante el mirar el cielo con- con los hombres y llevan a cabo sus rareas serviles. Entre orros
tinuamente, a pleno sol, sin parpadear], etc., y dice además que asuntos, uno le dijo dónde estaba su esposa, en qué habitación,
lo intentá, praemissomm fiei experimentttm, y que era cierco lo con qué rapas, haciendo qué y le trajeron un anillo suyo, lo que,
que los platónicos decían. Paracelso confiesa que los via varias al regresar, non sine omnium admiratione [ante el estupor de
veces y conferenciá con ellos, y también lo hace Alexander ab todos], se encontrá con que era cierco; y as{ creyó siempre desde
Alexandra, uque así lo descubrió por experiencia, mientras que entonces aquello de lo que antes había dudado. Cardano (Lib.

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ANATOM(A DE LA MELANCOL(A

19 De sttbtil.), relata de su padre, Facius Cardano, que eras las que la adoración de los hombres]. El mismo autor, Cardano, en
acostumbradas solemnidades, ann. 1491, 13 de agosto, conjurá su Hyperchen, siguiendo la doctrina de los esroicos, pretende que
a siete diablos ataviados como griegos, de unos cuarenta afias de algunos de estas genios (pues así los llama) e~tán deseosos de la
edad, algunos de cutis rubicundo, arras pálidos, le pareció; les compaiiía de los hombres, son muy afables y familiares con
hizo muchas preguntas y respondieron prontamente: que eran ellos, como los perros; arras, en cambio, los aborrecen como a
diahlos aéreos, que vivían y morían como lo hacen los hombres, serpientes y no los quieren,325 A esos mismos, igualmente,
salvo que vivían mucho más (siete u ochocientos aiios);322 que Tritemio los !lama ígneos et mblunares, qui mmquam demergunt
superaban tanto al hombre en dignidad como nosotros a los ad inftriora, attt vix ttllttm habmt in urris commacittm [ígneos y
jumentos, y que ellos a su vez eran superados en esa misma suhlunares, que nunca descienden a lo inferior o que algunos
medida por los que tenían por encima de ellos; además son rienen escaso trato con la tierra]. <<Por lo general, su valía excede
nuestros gobernadores y guardianes,323 lo que Platón transmitió mucho la de los homhres, como el hombre al más vil gusano;
antiguamenre en Critias,324 y subordinados uno a otro, ttt mim aunque algunos de ellos son inferiores en dignidad a los de su
homo homini, sic daemon daemoni dominatur [pues así como el propio rango, como un pinche en la corte de un príncipe, y
homhre rige al hombre, el diahlo rige al diablo]: se rigen a sí también a los homhres, como algunas criaturas racionales dege-
mismos además de a nosotros y los espírirus de la dase más vil neradas y hajas son superadas por las hestias brutas.u326
tienen comúnmente esos oficios -así como nosotros hacemos
caballerizos, pastores y a los más hajas de entre nosotros custo- Que son mortales, además de los testimonios de Cardano ,
dias de nuestro ganado-; y que no podemos comprender sus Marciano, etc., lo sostienen muchos otros teólogos y filósofos:
funciones dei mismo modo en que el caballo no puede la de un post prolixttm temptts moritmtttr omnes (todos mueren eras larguí-
hombre. Sabían todas las cosas, pera no podían revelárselas a los simo tiempo]; los platónicos327 y algunos rabinos, Porfirio y
hombres; y nos regían y dominaban como hacemos nosotros Plutarco -como es aparente por aquello que relata de Tamo: uEI
con nuestros caballos; los mejores de nuestros reyes y los espíri- gran Dios Pan ha muertou-;328 Apolo Pitio cesó y así también
tus más generosos no eran comparables a los más hajas de ellos. los demás. San Jerónimo, en la vida de Pahlo el Eremita; cuen-
A veces instruían a los hombres y les comunicaban su habilidad, ta una historia de cómo uno se le apareció a san Antonio en el
los recompensaban y cuidaban, y arras, en cambio, los aterrori- desierto y le dijo algo como eso. Paracelso, entre los escrirores
zaban y castigaban, para manrenerlos atemorizados, según lo recientes, manrenía con firmeza que eran mortales, viven y mue-
c~msideraran adecuado, nihil magis cupientes (dice Lysiso, Phys. ren como lo hacen las arras criaturas.329 Zósimo (Lih. 2) aõade
Stoicorttm) quam adorationem hominum [anhelando nada más además que la religión y la política mueren y se alteran con ellos.

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ANATOMfA DE LA MELANCOÚA PRIMERA PARTICIÓN, SECCIÓN 2

Los dioses de los gemiles, dice, fueron expulsados por Constan- pasa en mucho al de los hombres, pueden probablemente con-
tino330 y junto a ellos imperii Romani majestas et fortuna interiit, et jeturar y predecir muchas cosas,334 pueden causar y curar la
profligata est -la fortuna y la majestad dei lmperio Romano deca- mayor parte las dolencias, enganar nuestros sentidos; tienen
yeron y se desvanecieron-; como ese pagano Minucio se jactá excelente habilidad en todas las artes y ciencias; y que e! diablo
otrora, cuando los judíos fueron vencidos por los romanos, el más iletrado es qewvis homine scientior [más instruido que cual-
Dias .de los judíos fue también capturado por e! de Roma;331 y quier hombre], como Cicogna, entre otros, mantiene.335
e! Rabsaces [se jactá] a los israelitas que no había Dias que Conocen las virtudes de hierbas, plantas, piedras, minerales,
pudiera librarlos de manos de los asirios. Pera estas paradojas de etc.; de todas las criaturas, aves, bestias, los cuatro elementos,
su poder, corporeidad, mortalidad tom.a r formas, transponer estrellas, planétas; son aptos para aplicados y usados como
cuerpos y copulaciones carnales sonl suficientemente confutadas mejor les parezca; perciben las causas de todos los meteoros y
por Zanq. (cap. 10, Lib. 4); Perer~o (en su Comentaria) y las cosas parecidas. Dant se coloribus (según dice Agustín) ,336 acco-
Cuestiom:s de Tostara sobre el 6to i:iel Gén.; T. de Aqui no, san modant se figuris, adhoerent sonis, subjicitmt se odoribus, infim-
Agustín, Wiero, Th. Erasto, Delrio (Tom. 2, Lib. 2, Quaest. dunt se saporibus [se otorgan colores, se acomodan a figuras, se
29); Sebastian Michaelis (cap. 2 De spiritibus), Dr. Rainolds adhieren a sonidos, se ocultan en olores, se infunden en sabo-
(Lecr. 47). Pueden enganar los ojos de los hombres pera sin res], omnes unsus etiam ipsam inte!Ligmtiam daemones follzmt,
tomar cuerpos verdaderos o hacer una real metamorfosis; pera engafian a todos nuestros sentidos, incluso a nuestro entendi-
como demuestra ampliameme Cicogna, son illusoriae et praesti- miemo mismo, de inmediato. Pueden producir alteraciones
giatrices tmnsformationes332 (Omnif. mag., Lib. 4, cap. 4): meras milagrosas en el aire y efectos de lo más maravilloso, conquistar
ilusiones y embelecos, como el relato de Pasetis obolus en Suidos ejércitos, dar victorias, ayudar, avanzar, lastimar, obstaculizar y
o e! de Autólico, el hijo de Mercurio que moraba en el Parnaso, alterar los intentos y proyectos humanos (Dei permisstt) como
que obtuvo tanto dinero mediante embeleco y disimulo. Su mejor les parezca a ellos.337 Cuando Carlos el Grande pretendió
padre Mercurio, como no podía legarle riqueza alguna, le ense- hacer un canal entre el Rin y el Danubio via que lo que sus
fió muchos bonitos trucos co~ que obtener medias, pues se obreros hacían de día, estas espíritus lo derribaban por la
podía llevar e! ganado de los hombres y, si lo perseguían, darles noche33B ut conatu rex desisteret, pervicere [para lograr que el rey
las formas que quisiera;333 y así se enriqueció grandemente, hoc desistiera de su intento]. Tales hazafias pueden hacer. Pera eso
astu mtlXimam praedam est adsecutus. Esta, sin duda, es tan ver- que Bodino (Lib. 4, Theat. nat.) piensa -siguiendo también a
dadero como lo demás; sin embargo, en general Tomás, Durand Máximo de Tiro y a los platánicos- : que pueden contar los
y otras conceden esta, que tienen un entendimiento que sobre- secretos dei corazán de un hombre aut cogitationes homimmz [o

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ANATOM(A DE L\ MEL\NCOL(A
PIUMERA PARTICIÓN, SECCIÓN 2

los pensamientos de un hornbre], es de lo más falso; sus razones plantae, hominibtts anima/ia, errmt et homines nliis, non autem
son débiles y suficientemente confi.ltadas por Zanch. (Lib. 4, diis, nimis mim remota est eomm natura a nostm, quapropter dae-
cap. 9}; Jerónimo (Lib. 2, Com. in. Mat. ad cap. 15), Atanasio monibus [los rninerales son el alirnenro de las plantas, .las planras
( Quaest. 27 ad Antiochum Principem} y otros. el de los animales, los animales el dei hombre; los hombres tam-
bién deben de ser alimento para otras criaturas, pero no los dio-
En lo que hace a esos órdenes de diablos buenos y maios, lo que ses, pues su naruraleza es muy diferente de la nuestra, deben, por
sostienen los platónicos es completamente erróneo y esos boni y lo tanto, ser los demonios] y así, también, que si tenemos tantas
ma/i genii de los salvajes deben ser refutados; esros escritores batallas combatidas en todas las edades y países es sólo para dar-
paganos no están de acuerdo entre sí en este punto, como nota les un banquete y su único deleite, pero, para regresar a lo que
Dandino: An sint ma/i non conveniunt339 [no se ponen de acuer- dije antes: que, si se disgustan, se enfadao y rezongan (pues se ali-
do en si son maios]. Algunos pretendeo que es equivocado creer mentao, además, de las almas de las bestias, como nosotros lo
que rodos los espírirus son buenos o maios para nosotros: es hacemos con sus cuerpos) y nos envían muchas plagas, pero si se
corno si un buey o un caballo pudiera discurrir y dijera que el los complace, hacen mucho bien, es tan vano como lo demás, y lo
carnicero es su enemigo porque lo mata, el pastor su amigo por- confutan Agustín (Lib. 9 cap. 8, De Civ. Det) , Euseb., (Lib. 4
que lo alimenta; el cazador preserva sus presas y sin embargo las Praepar. Evang. cap. 6) y o\ros. Pero esto s{ encuenrro, que nuestros
mata; nec piscatorem piseis amare potest [los peces no pueden amar escolásticos y otros reóloFos distinguen nueve clases de ~aios
ai pescador, etc.]. Pero Jámblico, Psellus, Plura!co y la mayor espíritus,342 como lo hizo Dionísio de los ángeles. En e! pnrner
parte de los platónicos reconocen que son maios et ab eorum rango están esos falsos dioses de los gentiles, que fueran adorados
maleficiis cavendum [y que debemos protegemos de sus malefi- otrora en diversos ídolos y daban oráculos en Delfos y en otros
cios] pues son enemigos de la humanidad; y esto Platón lo apren- lugares, cuyo príncipe es Belcebú. E! segundo rango es el de los
dió en Egipto: que querellaron con Júpiter y fueron enviados por mentirosos y tergiversadores, como Apolo Pirio y los parecidos a
él al infierno.340 Eso que Apuleyo,341 ]enofonte y Plauro sostie- él. Los terceros son esos vasos de ira, inventores de todo desgra-
nen sobre el daemonium de Sócrates es de lo más absurdo; lo que cia, como ese Theurh de Platón; Isaías los llama u~asos de
dice Plotino de él, que tarnbién tenía dmm pro daemonio [un furia,,,343 su príncipe es Belial. El cuarro es e! de los diablos mali-
dios por dáimon], y lo que Porfirio concluye sobre rodos ellos en ciosos y vengativos y su príncipe es Asmodeo. La quinta clase es
general, que si se descuidao sus sacrificios, se enfadao; y aún más, la de los embelecadores, corno los que pertenecen a magos y h ru-
que, corno pretende Cardano en su Hyperchm, se alimentao de jas, su príncipe es Satanás. Los sexros son esos diablos aéreos que
almas humanas: Elemento mnt plantis e/ementum, nnimalibus corrompen e! aire y causan plagas, truenos, incendios, etc.; de

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ellos se habla en el Apocalipsis344 y Pablo, ai dirigirse a los efesios, aire no está tan lleno de moscas en verano como lo está de dia-
los lla{Ila príncipes del aire: Meresin345 es su príncipe. El séptimo blos invisibles en rodo momento; esta Paracelso350 lo mantiene
es un destructor, capitán de las Furias; causa guerras, tumultos, firmemente y que cada uno de ellos tiene su respectivo caos;
combustiones, alborotos; se lo menciona en el Apocalipsis y se otros pretenden que hay mundos infinitos y que cada mundo
llama Abadón. El ocravo es ese diablo acusador o calumniador tiene sus peculiares espfritus, dioses, ángeles y diablos para
que los griegos llaman «didbolosn, que impulsa a los hombres a la gobernarlo y castigado.
desesperación. Los novenas son esos tentadores de varias clases y
su príncipe es Mamón. Psellus distingue seis clases, aunque nin- Singula llonnulli crtdrmt quoqtte sidera posu
guna por encima de la luna; Wiero, en su Pseudomonarchia Dici orbes, ttrramqut apptilam sidrts opacmn,
Daemonis, siguiendo un antiguo libra, hace muchas más divisio- Crú minimrts divum pratsit.351
nes y subordinaciones, con sus diversos nombres, números, ofi-
cios, etc., pera Gazaeo, citado por Lipsio,34G pretende que todos [«Algunos, rambién, creen que cada estrella puede ser llamada
los lugares están llenos de ángeles, espíritus y diablos, por arriba un mundo, y considerao a esta cierra como a una estrella oscura
y por abajo de la luna,347 etéreos y aéreos, que Agustín cita de sobre la que preside el menor de los dioses.n]
Varro (Lib. 7 De Civ. Dei, cap. 6), «los diablos celestiales arriba,
y aéreos abajon o, según pretendeo algunos, dioses arriba, semi- Gregorio Tolosano distingue siete dases de espíritus etéreos o
dei o dioses a medias abajo, lares, héroes, genios, que ascienden ángeles,352 según el número de los siete planetas, saturninos,
más si vivieron bien, como sostenían los estoicos, pera se arras- joviales, marciales, de los que Cardano discurre (Lib. 20 De
tran por el suelo si fueron más bajos en su vida, más cercanos a subtil.); los llama substamias primas [sustancias primeras];
la tierra, y son manes, lémures, lamias, etc. Pretendeo que no hay Olympicos daemones Trithemiu.s, qui praesunt zodíaco [Tritemio
lugar vacío, sino que todos están llenos de espíritus, diablos o los llama «espíritus olímpicos)), que presiden el zodíaco], etc.,
algunos arras habitantes;34B plenum coelum, ae1; aqua, terra et y pretende que son buenos ángeles cuando están por arriba,
omnia sub ten·ae [llenos están el cielo, el aire, e! mar, la tierra y diablos cuando están por debajo de la luna; establece allí sus
rodo lo que está bajo la tierra], dice Gazaeo; aunque Anthony nombres y funciones, y, como Dionísio con los ángeles, preten-
~usca, en su libro De Inferno (Lib. 5, cap. 7), prefiere confinar- de que hay diversos espíritus para los diversos países, hombres,
los a la región media, ellos pretenden que están en rodas partes: funciones etc., que viven cerca de ellos y causan sus operacio-
«no hay siquiera el espesor de un cabello vacío en el firmamen- nes como otros tantos poderes asistentes; pretende que son, en
to, la tierra, las aguas, por encima o por debajo de la tiera)).349 E! una palabra, innumerables, tantos como las estrellas de los cie-

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los. Marsilio Ficino parece secundar esta opinión,353 si siguien- Así que de acuerdo a estos hombres, el número de esp!ritus eté-
do a Platón o a s{ mismo, no lo sé (que rigen, también ellos, a reos necesariamente debe ser infinito, porque si es verdad lo
sus inferiores, como éstos hacen a su vez con los que tienen que dicen algunos de nuestros matemáticos -que si una piedra
debajo de ellos; todos están subordinados y los más cercanos a pudiese caer dei firmamento estrellado u octava esfera y reco-
la tierra nos rigen a nosotros y los dividimos en ángeles buenos rriera cien millas a cada hora, pasarían sesenta y cinco afias o
y maios, los llamamos dioses o diablos, según nos ayuden o las- más antes de que llegara ai suelo, en razón de la gran distancia
timen, y por ello los adoramos, amamos u odiamos), pera lo entre el firmamento y la tierra, que contiene, según dicen algu-
más probable es que sea de Platón, pues él, confiando en todo nos, 170 millones de veces 803 millas (además de esos otros fir-
en Sócrates, quem mori potius quam menth·i voluisse scribit mamentos, sean cristalinos o ácueos, que Magino afiade, que
[quien, dice, prefería morir a escribir una mentira], con la sola quizá contengan otras tantas)-, ~cuántos de rales espíritus
autoridad de Sócrates, distingue nueve clases de ellos; cuya opi- podría contener? Pera a pesar de todo esto, Tomás,357 Alberto ·
nión, a su vez, Sócrates romó de Pitágoras, él de Trismegisto, y y casi rodos los otros sosrienen que hay muchos más ángeles
ésre de Zoraastro: I, Dios; 2, Ideas; 3, lnteligencias; 4, que diablos.
Ardngeles; 5,· Ángeles; 6, Diablos; 7, Héroes; 8, Principados;
9, Príncipes. De estas algunos eran absolutamente buenos, Haya más o menos, Quod mpra nos nihil ad nos [lo que por sobre
como dioses; algunos maios; algunos indiferentes, inter deos et nosotros no es nada para nosotros]. Sea como fuere, como ton-
homines [entre dioses y hombres], como héroes y demonios, tamente supone Marciano, Aetherii daemones mm curant res
que regían a los hombres y eran llamados ccgenios)) o, según humanas: no les importamos, no atienden a nuesrras acciones ni
pretendeo Proclo354 y Jámblico, lo que está entre Dios y los nos miran; esos espírirus etéreos tienen orros mundos en que rei-
hombres, «principados)) y «príncipes)), que comandaban y nar, además, otros asuntos de qué ocuparse. Ahora sólo hablare-
timoneaban reyes y países y ten{an varias lugares en las esferas mos con brevedad de esos espíritus sublunares o diablos; por
tal vez, pues cuanto más alta es una esfera m ás excelentes habi- orra parte, nuestros teólogos determinao que el diablo .no tiene
tantes tiene -lo cual, además, es aquello que Galileo Galilei (y poder sobre estrellas ni cielos. Carminibtts coe/o possunt seducere
Kepler) sefiala en su Nuncio Sidereo, cuando pretende que haya lunam35B [con sus ensalmos pueden seducir a la !una de los cie-
habitantes sarurninos y joviales,355 y lo que Tycho Brahe de los] etc.: ésas son sólo ficciones poéticas; y que pueden sistere
alguna suerre raZ."l o insinúa en una de sus epístolas- pera estas aquam Jluviis, et vertere sidera retro359 [detener los ríos y hacer
cosas Zanquio las refuta justamente (cap. 3, Lib. 4);356 P. Mártir que las estrellas regresen sobre su camino], etc., como Canidia
(In 1 Sam. 28). en Horacio, es todo falso. Esrán confinados a este mundo subiu-

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nar hasta el día dei juicio, y no pueden obrar más que sobre los Gennani sidusn [((constelación de san Germám>] y dice además
cuatro elementos y según Dias se los permita.360 De ahí que que la via después de una tormenta o durante ella, cuando nave-
Psellus distinga seis clases de estas diablcis sublunares: diablos gaba, 1582, de Alejandría a Rodas.3GI N uestras historias están
ígneos, aéreos, cerrestres, ácueos y subterráneos, además de esas llenas de toda clase de rales apariciones. Algunos piensan que
hadas, sátiros, ninfas, etc., aunque otros los dividan de orra residen en Hecla, una montafia de Islandia, el Etna en Sicília,
manera .de acuerdo a sus diversas jerarquías y funciones. Lipari, Vesubio, etc. Estas diablos fueron adorados otrora por
esa supersticiosa pyroma11teia [adivinación por el fuego] y seme-
Los espíritus o diablos ígneos son aquellos que por lo común jantes.
obran mediante centellas, fuegos fatuos o ignes fotui que a
menudo llevan a los hombres in flumina aut praecipitia [a ríos o Los espíritus o diablos aéreos son aquellos que tienen sus cuar-
precipícios], dice Bodino (Lib. 2. Theat. natttrae, fol. 221). teles en su mayor parte en el aire;362 causan muchas tempesta-
Quos, inquit, arcer( si volunt viatores, clara voce Deum app(llare des, trueno y relámpagos; derribao robles, incendian campana-
aut pro na focie terram contingente adorare oportet, et hoc amule- rios, casas, hieren a hombres y bestias, hacen llover piedras o,
tum majoribus nostris acceptum forre debemus [que, si los viajeros como en tiempos de Livio, lana, ranas, etc. ; figuran ejércitos en
quieren mantenerlos lejos, deben pronunciar el nombre de Dias el aire, extrafios ruídos, espadas etc., como en Viena antes de
con voz clara, o adoraria con sus rastros en contacto con el que llegaran los turcos y muchas veces en Roma, como en
suelo], etc. De parecido modo, falsificao soles y !unas, a menu- Scheretzio (Lib. de spect. cap. 1, pare. 1); Lavater (Dnpect. pare.
do esrrellas, y se asientan en los mástiles de los barcos: in navi- 1, cap. 17); Julio Obsequens, un anciguo romano, en su libra
gionmz summitatibu.s visuntur, y se llaman ((Dioscurin, como de prodígios (Ab urb. comi. 505). Maquiavelo lo ilustra con
Eusebio (Lib. contra Philosophos, cap. 48) nos informa, según la muchos ejemplos363 y [también] Josefo, en su libra De bel/o
autoridad de Zenófanes; o «nubecillasn ad motum nescio quem judaico antes de la destrucción de Jerusalén. Todo lo cual Guill.
volantes [que vuelan para uno y otro lado] que nunca aparecen, Postellus (en su primer libra, cap. 7, De orbis conc01dia) usa
dice Cardano, sin que ello signifique que algún mal u otro les como argumento efectivo (como ciertamente lo es) para per-
!legará a los hombres; aunque también algunos otros dicen que suadir a quienes no quieren creer que hay espíritus o diablos.
anunciao victoria para el bando hacia el que vayan durante los Causan tornados de repente y tormentas tempestuosas; aunque
combates navales: ((fuegos de san Telmon, los llaman por lo nuestros meteorólogos generalmente las atribuyen a causas
común y suelen aparecer después de una tormenta en el mar; naturales, soy de la opinión de Bodino (Theat. Nat., lib. 2) que
Radzivilio, el duque polono, llama a esta aparición «Sancti más a menudo son causadas por esos diablos aéreos, en sus res-

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PRIMERA PART!CióN. SECCIÓN 2

pectivos cuarteles; pues tempestatibus se ingerunt [se arrojan en perro de Agripa, que tenía un diablo atado a su collar; algunos
la rempesrad], dice Rich. Argentine;364 también cuando un creen que Paracelso (y si no es así, Erasto lo difama) tenía uno
hombre desesperado se mata, ahorcándose o ahogándose como confinado en el pomo de su espada; otros los llevan en anillos,
lo hacen frecuenremente, según observa Kornmanno (De etc. Jannes y Jambres hicieron muchas cosas en la anrigüedad
mirac. mort. part. 7, cap. 76: «Tripudium agenteS!>), danzan y se con su ayuda; Simán Mago, Cinops, Apolonio de Tiana,
regocijan ante la muerte de un pecador. Pueden corromper el Jámblico y Tritemio, de los más recientes, que le mostrá a
aire y causar plagas, dolencias, tormentas, naufragios, incen- Maximiliano su esposa después de muerta et verrucam in co/lo
dios, inundaciones. En Mons Draconis en Italia hay un ejem- ejus, dice Godelman:371 hasta con la verruga que tenía en el
plo de lo más memorable en Joviano Pontano;365 y nada tan cuello. Delrio (Lib. 2) trae diversos ejemplos de sus hazafias;
habitual (si hemos de creer a aquellos relatos de Saxo Gram- Cicogna (Lib. 3, cap. 3) y Wiero en su libra De praestig. dae-
macico, Olao Magno, Darniano á Goes) como que las brujas y monum; Boissardo, De magis et veneflcis.
hechiceras de Laponia, Liruania y toda Escandia les vendan
vientos a los marinos y causen tempestades, lo que Marco Polo Los diablos de agua son aquellas náyades o ninfas de agua372 que
el veneciano relata también de los tártaros. A estas clases de otrora frecuentaran aguas y ríos. El agua (según piensa
diablos las deleitao mucho los sacrificios (dice Porfirio),366 Paracelso) es su caos, en el que viven; algunos las llaman cchadas))
todo el mundo las consideraba con temor reverencial y tenían y dicen que Habundia es su reina; éstas causao inundaciones,
diversos nombres, ídolos, sacrificios en Roma, Grecia, Egipto; muchas veces naufragios y engafian a los hombres de diversas
y al día de hoy tiranizan y engafian a los salvajes e índios, sien- maneras, como súcubos o de otra manera, apareciendo las más
do adorados y venerados como dioses.367 Pues los dioses de los de las veces (dice Tritemio) con formas de mujeres. Paracelso 37 3
gentiles eran diablos (como confiesa Trismegisto en su Ascle- rrae varias historias de ellas que dicen que vivieron y se casaron
pio)368 y él mismo podía hacerlos acudir a sus imágenes con con hombres mortales y conrinuaron asf con ellos durante cier-
conjuras mágicos, y ahora son muy «respetados por nuestros ta canridad de afias y después, por algún desacuerdo, los. aban-
papistas>> (dice Pictorio) ubajo e! nombre de santos)).369 Éstos donaron. Una de éstas fue Egeria, con quien Numa estaba tan
son aquellos que Cardano piensa que desean tanto la copula- familiarizado, [también] Diana, Ceres, etc. Olao Mago374 tiene
ción carnal con brujas (íncubos y súcubos), transformao cuer- una larga narración de un Hothero, rey de Suecia, quien, ai
pos y son tan fríos si se los roca; y que sirven a los magos. Su separarse de sus acompafiantes una vez que estaba cazando, se
padre tenía uno de ellos (lo que no se averglienza de relarar,370 encontrá con estas ninfas o hadas de! agua y fue agasajado por
un diablo aéreo sometido a él por veinriocho afias. Como el ellas; y Héctor Boecio de Macbeth y Banquo, dos sefiores esco-

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ceses a los que tres exrranas mujeres les dijeron la buenaventura dentes miracula, nolarum soitus, spectacttla [a veces conducen a los
cuando erraban por los bosques. A éstas otrora se les solía sacri- hombres simples a sus escondites en las montafias, donde les
ficar por esa hydromantela o adivinación por las aguas. muestran especráculos maravillosos, los hacen ofr campanas y los
asombran de arras maneras], etc. Giraldo Cambrensis da el
Los diablos terrestres son esos lares,375 genios, faunos, sátiros, ejemplo de un manje de Gales que fue así deludido. Paracelso
ninfas. del bosque,376 folioras, Robin Goodfellows, n·olli [trolls] enumera muchos lugares de Alemania donde es usual que anden
etc., que, como son los más familiarizados con los hombres, son vestidos con pequenas chaquetas; algunos, de unos dos pies de
también los que más dano hacen. Algunos piensan que fueron largo.380 Hay una clase más grande de eUos, que son los que entre
sólo ellos quienes en la antigüedad mantuvieron atemorizados a nosotros se llaman duendes y Robin Goodfellows, que en esos
los paganos y a los que se les erigieron tantos ídolos y templos. riempos supersticiosos molían grana a cambio de una porción de
De esta laya fueron Oagón entre los filisteos, Bel entre los babi- leche, cortaban lefia o hacían cualquier otro tipo de tarea servil.
lonios, Astarté entre los sidonios, Baal entre los samaritanos, Isis Componfan hierros viejos en las islas eolias de Lípari en edades
y Osiris entre los egípcios, etc. Algunos ponen a nuestras ha- pasadas y fueron vistos y oídos a menudo. Tolosano381 los llama
das377 en este orden, las cuales en tiempos pasados fueron adora- trollos y getulos, y dice que en sus días eran comunes en muchos
das con mucha superstición, barriendo sus casas y poniéndoles lugares de Ftancia. Dirhmaro Bleskenio, en su descripción de
un balde de agua limpia, buenas vit~allas y cosas como ésa, y asf Islandia, reporta como cosa cierra que casi cada família aún tiene
[quienes lo hicieran] no pasarían est~echeces, sino que encontra- algunos de rales espírirus familiares; y Felix Malleolis, en su libra
rfan dinero en sus zapatos y serían afortunados en sus empresas. De crudel. daemon., afirma otro tanto, que estas n·olli o telchines
Estas son los que danzan en páramos y prados, según piensa eran muy comunes en Noruega «y se los ve haciendo tareas ser-
Lavater37B con Tritemio, y, como aóade Olao Magno,379 dejan vilesn:3B2 sacar agua [del pozo], dice Wiero, destazar carne, o
ese círculo verde que encontramos por lo general en campos lia- cualquier cosa asf. Hay otra clase de éstos, que frecuentan casas
nos, que otros sostienen que proviene de la caída de un meteoro abandonadas,3 83 que los italianos llaman foliotas, en su mayor
o de alguna lozanfa accidental del suelo, pues a veces la naturale- parte inofensivos, sostiene Cardano:384 ((Hacen sonidos extranos
za se divierte asf; a veces los ven las viejas y los nifios. Hierom. por la noche, a veces aúllan lastimosamente y rambién ríen, cau-
Pauli, en su descripción de la ciudad de Barcino en Espana, rela- san grandes llamas y luces repentinas, arrojan piedras, hacen
ta cómo eran vistos habitualmente cerca de esa ciudad, cerca de sanar cadenas, afeitan a los hombres, abren puertas y las cierran,
fuenres y colinas. Nonmmquam (dice Tritemio) in sua latibula tiran bandejas, raburetes, cofres, a veces apareceo en figura de lie-
montitqn simplicíores homines dttcunt, stttpenda mirantibus osten- bres, cuervos, perros negros, etc.••.385 Sobre lo cuallee a Pet. Tirio

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el jesuíta, en su tratado De /ocis infostis (Pare. 1, cap. 1 y cap. 2), apparit. spir.), Kornmanno (De mirac. mort., Pare. 1, cap. 44).
quien pretende sean diablos o las almas de hombres condenados Tales visiones se ven frecuentemente circa sepulchra et monasteria,
que buscan venganza, o si no almas dei purgatorio, que buscan dice Lava~er (Lib. 1, cap. 19), en monasterios y cerca de campo-
alivio;386 para rales ejemplos, consulta a Segismundo Scheretzio, santos, Loca paludinosa, ampla aedificia, solitaria, et caede homi-
Lib. de spectris (Pare. 1, cap. 1), que él dice sacá en su mayor parre num notata [ciénagas, grandes edificios, lugares solirarios, o luga-
de Lutero; allí hay muchos ejemplos. Plínio el Joven3B7 recuerda res noto rios por ser escena de algún homicídio], etc. Ti rio anade:
una casa así en Atenas, que alquiló Atenodoro el filósofo, [y] que Ubi gmvius peccahtm est commissum, impii pauperum oppressores
ningún hombre osaba habitar por miedo a los diablos. Agustín et neqttiter insignes habitant [donde fue cometido algún crimen
(De Civit. Dei, Lib. 22, cap. 8) relata algo as{ de la casa de muy atroz, donde los imrcos y los infames habican generalmen-
Hesperio el tribuno en Zubeda, cerca de la ciudad de Hipona, te]. Estas espíritus a me9udo predicen la muerte de los hombres
vejada por espíritus malignos, para gran molestia suya, cum con diversos signos, comb golpes, gemidos, etc.,390 aunque Rich.
ajflictione animalium et servonem suomm [y para aflicción de sus Argencine (cap. 18 De ~raestigiis daemomtm) les adscribe esas
animales y esclavos]. Muchos ejemplos as{ se pueden leer en predicciones a los ángeles buenos, según la autoridad de Ficino y
Niderio (Fonnicar. Lib. 5, cap. 12, 13, etc.). Pongo en duda que arras; prodigia in obittt principum saepius contingunt ocurren fre-
se pueda decir que Zim y Ojim, de los que Isaías, {cap. XIII, 21), cuentes prodígios a la muerte de hombres ilustres], etc., como en
habla, sean de ésos. Ve más sobre ellos en el antedicho Scheretz. la iglesia lateranense de Roma,391 donde la tumba de Silvestre
(De spect., Lib. 1, cap. 4); está lleno de ejemplos. Los diablos de predice las muertes de los papas. Cerca de Rupes Nova en
esta clase se les apareceo muchas veces a los hombres y los hacen Finlandia, en el reino de Suecia, hay un lago, en el cual, antes de
perder la razón dei susro, a veces andan a mediodía,3BB a veces a que muera e! gobernador dei casrillo, un espectro, haja la guisa de
la noche, fingiendo ser los fantasmas de hombres muertos, como Arion con su arpa, aparece y hace excelente música; como esos
el de Calígula que (dice Suetonio) se veía caminar por el jardín maderos de Cheshire392 que {dicen) presagian la muerte del cabe-
de Lavinia: espíritus encantaban e! lugar donde estaba sepultado za de familia; o ese roble de Lanthadran Park en Cornualles393
su cuerpo y la casa donde murió; nu/la nox sine terrore transacta, que advierte orro tanto. A muchas famílias de Europa se les
donec incendio consumpta;3B9 esto ocurría cada noche, no hubo recuerda pues su fin mediante rales predicciones, y muchos hom-
tranquilidad hasta que la casa no se quemó. Cerca de Hecla, en bres son advertidos {si podemos creer a Paracelso) por espíricus
Islandia, es común que anden fantasmas, animas mortuorum familiares de diversas formas, como gallos, cuervos, lechuzas, que
simulantes [semejantes a los muertos] , dice Joh. Anan. , (Lib. 3, ha menudo merodean en torno a los aposentos de los enfermos,
De nat. daem.), Olao (Lib. 2, cap. 2), Natal Tallopid. (Lib. de ve/ quia morimtium foetidatem smtirmt [sea porque huelen la

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fetidez dei que se muere], como conjetura Baracelo394 et ideo acompafiantes, estos diablos lo llaman por su nombre y fingen
mper tectum infimzorum crocitant [y por lo tanto graznan sobre las voces de sus compafieros para seducirlo. Hieronym. Pauli, en
una casa cuando allí hay un enfermo], porque huelen un cadá- su libra sobre las colinas de Espaiia, relata de un gran monte en
ver; o porque (como piensa Bernardino de Bustos)395 Dios le Cantabria397 donde rales espectros se ven; Lavater y Cicogna
permite al diablo aparecer en forma de cuervo o de criaturas traen una variedad de ejemplos de espíritus y diablos caminantes
como ésa para asustar a aquellos que viven malamente aquí en la de esta clase. A veces se sientan aliado de la carretera para hacer
rierra. Un poco antes de la muerre de Tulio (dice Plutarco) los que los hombres se caigan y hacen que los caballos que montan
cuervos hicieron un fuerte ruído en torno a él, tumulttwse pers- tropiecen y se espanten (si quieres creer el relato de ese santo
trepentes, le quitaron la almohada de bajo la cabeza. Rob. hombre Ketelo en N ubrigensis,398 que tenía una gracia especial
Gaguino (Hist. Fmnc., Lib. 8) cuenta otra histeria así de maravi- para ver diablos, gratiam divinittts co/latam, y hablar con ellos, et
llosa de la muerte de Johannes de Monteforti, un sefíor francés, impavidu.s cttm spiritibus sennonem miscere, sin que lo ofendie-
anni 1345: tanta corvorum multitttdo oedibus morientis insedit, ran); y si un hombre maldice o espolea a su caballo porque tro-
quantam esse in Gallia nemo judicasset [una mulritud de cuervos, pezó, se regocijan de corazón, entre arras muchas lindezas.
como nadie imaginó que existiera en Francia, se posó sobre la
casa del moribundo]. Tales prodígios son muy frecuentes en los Los diablos subcerráneos son tan comunes como los arras y
autores. Ve más de ellos en el antedicho Lavater Tirio (De locis hacen el mismo dano. Olao Magno (Lib. 6, cap. 19) distingue
infostis, Pare. 3, cap. 58), Picrorio, Delrio, Cicogna (Lib. 3, cap. seis clases de ellos; algunos más grandes, otros menos. Éscos
9). Los necrománticos se atribuyen el hacer que los muertos se (dice Munster)399 son vistos comúnmente cerca de las minas de
levanten y vuelvan a yacer a su placer. Y también son parecidos metal y algunos son nocivos; otros, en cambio, no hacen dafio.
aquellos que Mizaldo !lama ambulones, que caminan a mediano- En muchos lugares, los metaleros cienen el verias por buena
che en los grandes páramos y lugares desiertos, [y] que (dice suerte, serial de tesoro y de una rica veta. Georgio Agrícola, en
Lavater)396 11hacen que los hombres erren el camino y los condu- su libro De mbterraneis animantibus (cap. 37), ennumera dos
cen roda la noche por una senda equivocada, o les bloquean el dases de ellos como las más notarias, que llama getuli y cobali;
paso por completo)); estas tienen diversos nombres en los diver- ambos 11están vestidos ai !!lodo de los metaleros y muchas veces
sos lugares; nosotros los llamamos comúnmente Pucks. En los imitan sus obrasn.400 Su función, según creen Pictorio y ·
desierros de Lop, en Asia, rales ilusiones de espíritus caminantes Paracelso, es cuidar los tesoros de la rierra, que no sean revela-
se perciben a menudo, como puedes leer en los viajes de Marco dos rodos de una vez; y además Cicogna asevera que son las cau-
Paio el veneciano; si por azar uno se pierde [separándose] de sus sas frecuentes de esos horribles terremotos 11que a menudo se

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AN AT OM(A DE LA MELANCOLfA !'lU M ERA l'ARTICIÓ N. SECCIÓN 2

tragao no sólo casas, sino islas y ciudades enteras>>;40I en su ter- a otros»; el inscigador de roda bellaquería: como hizo con Eva y
cer libra, cap. 11, da muchos ejemplos. Caín, Sodoma y Gomorra, querría hacerlo con todo ei mundo. A
veces tienta con codicia, borrachera, placer, orgullo, etc.; pierde,
Los últimos frecuentan los alrededores dei centro de la tierra, deprime, salva, mata, protege y cabalga a algunos hombres como
para torturar las almas de los hombres condenados hasta ei día hacen ellos con sus caballos. Esrudia c6mo derrocarnos y busca
dei juicio; algunos suponen que egresan y regresan por los alre- generalmente nuestra destrucci6n; y aunque aparta muchas veces
dedores dei Etna, Lipari, Mons Hecla en lslandia, Vesuvio, Terra lo que los humanos creen bueno y se hace pasar por un dias
dei Fuego [sic], etc., porque por allí se oyen continuamente curando diversas dolencias, aegris sanitatem, et caecis luminis ttsum
muchos alaridos y temerosos gritos y son familiares las aparicio- restitttmdo [restaurándole salud a los enfermos y vista a los ciegos],
nes de hombres muertos, fantasmas y trasgos. como lo declara Agustín (Lib. 1O De Civit. Dei, cap. 6) -<:orno
Apolo, Esculapio, lsis, hicieron en la antigüedad, que desviaron
As( reina el diablo y bajo mil formas diversas: cccomo león rugien- plagas, los asistieron en guerras, ayudaron a su felicidad-, aún así
te, merodea buscando a quien devorar>>(1 Per. v) por el mundo, nihil his impuriw, scelestius, nihil humano gmeri infistius: nada tan
mar, tierra, aire, sin que hasta ahora haya sido detenido, aunque impuro, nada tan pernicioso, como es bien aparente por sus rirá-
algunos pretendeo que su lugar propio es el aire;4D2 todo ese espa- nicos y sangrientos sacrificios de hombres a Saturno y a Moloc,
cio entre nosocros y la !una para aquellos que menos hayan trans- que aún están en uso entre esos bárbaros índios, sus varias enga-
gredido y el infierno para los más perversos de ellos. Hic ve!ut in nos y embelecos para mantener obedientes a los hombres, sus &1-
carcere ad finem mttndi, trmc in lomm fimestiontm trudendi [aquí sos oráculos, sacrificios, sus supersticiosas imposiciones de ayu-
están confinados como en una prisión hasta ei fin dei mundo; nos, penuria, etc., supersticiosas observaricias respecto a los
entonces, serán arrojados a un lugar aún más horrible) como sos- alimentos, tiempos, etc., con los que crucificao las almas de los
tiene Agusdn (De Civit. Dei, cap. 22, Lib. 14, cap. 3 et 23); pero mortales,406 como se mostrará en nuestro tratado de la melanco-
dondequiera que esté, depreda mientras pueda para confortarse, lía religiosa. Modico adhuc tempore sinitur malignari, co.mo lo
según piensa Lactancio,403 con la caída de otros hombres; se expresa Bernardo,4D7 con permiso de Dias depreda un rato para
esfuerza cuanto puede por !levarias ai mismo pozo de perdición después ser confinado ai infierno y la oscuridad "que está prepa-
que él. Pues ((las desdichas, calamidades y ruínas de los hombres rada para él y sus ángeles>> (Matt. xxv).
son los platos preferidos dei diablo».4o4 Con muchas tentaciones
e ingenios diversos busca cautivar nuestras almas. E! Senor de las Cuánto se extiende su poder, es difícil de determinar; lo que los
Mentiras, dice Agusrín,4D5 "como fue enganado él, busca enganar antiguos sostenían de sus efectos, fuerza y operaciones te lo mos-

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ANATOMIA DE LA MELANCOLIA PRIMERA PARTICION. SECCIÚN 2

t<aré brev<m<nt<. Platón <n Critia>,l '"' "guidor" d"pu6 d< estén de acuerdo o en desacuerdo, así lo estamos nosotros y
él, declararon que estas espíritus o dtblos «eran los gobernado- nuestros príncipes, nos alz.amos o caemos. Juno fue enemiga
res y guardianes de los hombres, nuestros amos y sefiores, como acérrima de Troya, Apolo buen amigo, Júpiter indiferente,
nosotros lo somos del ganado. Gobiernan províncias y reinos Aeqtta Vemts Teucris, Palias iníqua fuit [Venus estaba a favor de
por oráculos, augurios, suefios, recompensas y castigosn,4° 8 pro- los troyanos, Palas en contra]; algunos además están con
fedas, inspiraciones, sacrificios y supersticiones religiosas, de tan nosotros, otros contra nosotros, Premente deo, firt deus alter
variadas formas como diversidad de espíritus hay; envían gue- opem [cuando un dios amenaza, otro vienc al rcscate]. Religión,
rras, plagas, paz, enfermedad, salud, escasez, abundancia, ad- política, querellas públicas y privadas, guerras, son instigados
stantes hic jam nobis, spectantes et arbitrantes409 [parados junto a por ellos, y cal vez los deleite ver a los hombres pelear, como a
nosorros aquí y ahora, juzgándonos], etc. -como es aparente por los hombres ver que lo hacen gallos, toros y perros, osos, etc.412
esas historias de Tucídides, Livio, Dioniso de Halicarnaso- con Plagas, escaseces, dependen ·de ellos, nuescro bene y ma/e me, y
muchos otros que están llenos de sus maravillosas estratagemas casi todas nuestras otras acciones peculiares (pues, según aduce
y fueron por lo tanto adorados como dioses con plegarias, sacri- Anthony Rusca -Lib. 5, cap. 18-, todo hombre tiene un ángel
ficios, etc., por esas comunidades romanas y .griegas. En una bueno y uno maio asistiéndolo en particular durante toda su
palabra, nihil magis quaerunt quam metttm et qdmirationem vida, que Jámblico llama daemonem), ascensos, pérdidas, bodas,
hominum410 [nada buscan contanto empeno como el temor y la muertes, recompensas y castigos y, según pretende Proclo,413
admiración de los hombres]; y, según lo dice otro, dici non todas las circunstancias, sean cuales fueren: alii genetricem, alii
potest, quam impotenti ardore in homines dominium, et divinos opificem potestatem habent [algunos ayudan en los partos, otros
wltus maligni spirittts affictmt [es imposible describir el ardor en las tareas manuales]; y les da diversos nombres según sus fun-
con que los espíritus maios bus~ obtener domínio sobre los ciones, como Lares, lndigetes, Praestites, etc. Cuando los arcadios
hombres y los honores del culto divino]. Tritemio, en su libro en esa batalla de Queronea, que se peleó contra el rey Filipo por
De septem secundis, les asigna nombres a los ángeles que son la libertad de Grecia, se comportaron engafiosamente, mucho
gobernadores de províncias en particular, con qué autoridad, no después, en el mismo lugar, diis Graeciae ultoribzts [por media de
lo sé, y les da diversas jurisdicciones. Asclepiades, un griego; el los dioses vengadores de Grecia] (dice mi autor) fueron misera-
judío Rabi Achiba; Abraham Avenezra y Rabi Azariel, los árabes blemente muertos por Metelo el romano; así también de pareci-
(según encuentro que los cita Cicogna),411 aiiaden además que do modo, en asuntos más pequenos, harán que las cosas ocurran
no sólo son nuestros gobernadores, sed ex eomm concordia et según esos boni y ma/i genii nos favorezcan o sientan desagrado
discordia, boni et ma/i affictus promanant, sino que, según ellos por nosotros. Satumini non convenittnt jovialibm, etc. Quien sea

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ANATOM(A DE LA MELANCOlCA PIUMERA PARTICIÓN, SECCIÓN 2

Saturninus es probable que nunca progrese. Que viles sujetos pleramente ar castrados, como lo ilustra Schererzo (Lib. 1, cap. 4)
-Gnatos que no lo merecen y viciosos parásitos- sean a menu- y severamenre m olestados por medio de él. Platina el platónico
do ascendidos mienrras que hombres discretos, prudentes, vir- (Lib. l 4 , Advers. Gnost.) se burla de aquellos que soscienen que el
tuosos y dignos son descuidados y no reciben recompensa,414lo diablo o los espíritus pueden causar alguna de cales dolencias.4 1B
atribuyen a esos espíritus dominanres o a sus genios subordina- Muchos piensan que puede obrar sobre el cuerpo pera no sobre
dos; según se inclinen, o favorezcan a los hombres, así éstos la mente. Tertuliano es de esta opinión (cap. 22): <<que puede
medran o son dominados y vencidos; pues, según supone causar tanto la salud como la enfermedad)),41 9 y ello secretamen-
Libanio, en nuestros conflictos y contenciones ordinarias Genius te. Taurelis afi.ade: <<mediante ponzofi.as clandestinas puede infec-
genio cedet et obtemperat:415 un genio cede y es vencido por otro. tar los cuerpos y obstaculizar la operación de las entrafias, aun-
Atribuyen casi todos los eventos particulares a estas espíritus que no lo percibamos))420 -«deslizándose estrechamente en ellas)),
privados; y (como afi.ade Paracelso) dirigen, ensefi.an, inspirao e dice Lipsius-421 y así crucificao nuestras almas: ex nociva me/an-
instruyen a los hombres. Nunca ningún hombre fue extraordi- cho/ia fitriosos ejficit [y vuelve locas a las gentes con la melancolía
nariamente famoso en arte ni acción alguna, ni ningún gran nociva]. Pues ai ser un cuerpo espiritual, lucha con nuestro espí-
comandante que no tuviera fomiliarem daemomm [un espíritu ritu, dice Rogers, y sugiere (de acuerdo a Cardano)422 verba sine
familiar] para informaria, como Numa, Sócrates y orros muchos voce, species sine vim [palabras sin hablar, vistas sin mostrar nada],
como ellos (como lo ilustra Cardano, cap. 128, Arcanis pmdm- envidia, lujuria, ira, etc., según ve cuál es la inclinación de cada
tiae civilis); speciali siquidem gratia se a Deo donari assenmt magi, uno.
a gmiis coelestibtts instrui, ab iis doceri416 [los magos aseveran que
Dias les concede la gracia especial de ser entrenados e instruidos La forma en que lo lleva a cabo, Biarmanno lo declara suficien-
por los espírirus celestiales]. Pero estas son paradojas de lo más temente en su Oración contra Bodino: «Comienza primero con
erróneas, ineptae etfobulosae nugae, rechazadas por nuestros teó- la fantasfa, y la mueve con canta fuerza que no hay razón capaz
logos e iglesias cristianas. Es verdad que tienen, por permiso de de resistir.423 Ahora bien, la fantasía la mueve por m ediació n de
Dias, poder sobre nosocros, y vemos por experiencia que no sólo los humores; aunque muchos físicos son de la opinión d~ que el
pueden herir nuestros campos, ganado, bienes, sino también diablo puede alterar la mente, y producir esta dolencia por sí
nuestros cuerpos y menres.417 En Hammel, en Sajonia, ann. mismo)). Quibusdam me'tlicomm vimm, dice Avicena, quod
1484, 20 ]ttnii, el diablo, bajo la semblanza de un flautista, se me/ancho/ia contingat a ~emonio424 [algunos médicos han sos-
llevó ciento treinta nifios, que nunca fueron vueltos a ver. tenido que la melancolía r iene del diablo]. Lo mismo opinan
Muchas veces los hombres pierden la razón dei susto, son com- Psellus y Al-Razi el árabe (Lib. 1, Trace. 9, Cont.): <<que esta

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dolencia procede especialmente de! diablo y de nadie másn.425 tras vísceras, viciar nuestra salud, aterrortzar a nuestras almas
Arculano (cap. 6, In 9 Rasis); Elio Montalto en su novena capí- con temerosos suefios y agitar nuestras mentes con furiasn .427 Y
tulo; Daniel Sennerto (Lib. 1, part. 2., cap. 11) lo confirma, lo en otro lugar: 11estos espíritus impuros establecidos en nuestros
de que el diablo puede causar esta dolencia, en razón de que cuerpos y ahora mixrurados con nuestros humores melancólicos
muchas veces los sujetos afectados profetizao, hablan en una se podría decir que triunfan y se complacen como en otro
lengu~ extrafia, pero non sine interventu humoris, no sin el cielon.428 Así argumenta, y [también] que pueden entrar o salir
humor, según él mismo lo interpreta; no dice otra cosa Avicena: de nuestros cuerpos, como lo hacen las abejas en una colmena,
Si contingat a daemonio, sufficit nobis ut convertat conzplexionem y así nos provocao o tientan según perciban que nuestra tempe-
ad choleram nigra, et sit causa ejw propinqua cholera nigra [si ratura se inclina por si misma y estamos de lo más aptos para ser
viene de! diablo, es suficiente indicio si torna el humor en bílis deludidos. Agripa429 y Lavater430 están persuadidos de que este
negra, y su causa inmediata es la bílis negra]; la causa inmedia- humor invita al diablo a él, siempre que está extremado y, de
ta es la cólera adusta, lo que Pomponazzi a su vez se esfuerza en entre todas las demás, las personas melancólicas son las más
dar por bueno;426 Galgerando de Mantua, un famoso médico, sujetas a tentaciones e ilusiones diabólicas, son las más aptas
curá así en su tiempo a una mujer demoníaca, que hablaba en para albergadas, y el diablo tiene mejor aptitud para obrar sobre
todos los idiomas, purgándole la cólera negra; y por ello, ade- ellos. Pera sea [que lo hace] por obsesión, o posesión, o de otra
más, este humor de la melancolía es llamado balnettm diabo/i, el manera, no lo determinaré; es una cuestión difícil. El jesuíta
bafio del diablo; el diablo, espiando su oportunidad según rales Delrio (tom. 3, Lib. 6); Sprenger y su colega (Mall. Malef);431
humores, los conduce muchas veces a la desesperación, la furia, el jesuíta Pet. Tirio (Lib. de daemoniacis, de locis infistis, de terri-
la rabia, etc., mezclándose entre estas humores. Eso es lo que ficationibw nocturnis); Jerónimo Mengo (F/age/. daem.) y otros
asevera Tertuliano: Corporibus inflilnt acerbos casus, animaeque de las filas de. los escritores pontificales parece ser que por sus
repentinos, membra distor~ttent,. oc ulte rep.entes [causao 'grave exorcismos y conjuraciones aprueban de ello, habiendo fragua-
dano corporal y mental; dtstors!Ona los mtembros, acercando- do muchas historias con ese propósito. Una monja comió una
se sigilosamente], etc., lo cual LeJnio se empena en probar: lechuga sin dar las gracias ni hacerle la sefial de la cruz y fue ins-
!nzmiscent se mali genii pravis humoribus, atque atrae bili [los tantáneamente poseída.432 Durand (Rational. Lib. 6, cap. 86,
espíritus malas se insertan en los humores depravados y en la num. 8) relata que vio en Bononia una moza poseída por dos
bílis negra], etc. Y Jason Pratensis ((que el diablo, siendo un espí- diablos por comer una granada sin consagrar, según lo confesó
ritu sutil e incomprensible, puede fácilmenre insinuarse y entre- ella después, cuando fue curada con exorcismos. Y es por eso
meterse en los cuerpos humanos, y, arteramente oculto en nues- que nuestros papistas se hacen tan a menudo el signo de la cruz,

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ANATOMfA DE LA MELANCOLfA PRIMERA PARTICIÓN. SECCIÓN 2

ne daemon ingredi ausit [para que e! demonio no ose entrar] y et dolo [ciertamente sálo puede haber sido por astucia y dolo de!
exorcizan los alimentos de roda suerre, por creer que de no hacer diablo]. Langio (Epist. med Lib. 1, Epist. 38) rrae muchos relatos
así son impuros o malditos, según defiende Bellarmine. de esta dase; y también los tienen Crisráforo de Vega, Wiero,
Encuemro muchas historias de estas en los escritores ponrifica- Sckenko, Escribanio: rodos concuerdan en que son hechos por la
les [que las usan] para probar sus afirmaciones; dejémosles que sutileza e il~siá.n dei dia~lo. Si pr~gu~ras la razán de' ello, es .que
crean libremenre; recapirularé unas pocas de esta clase sacadas es para eJercuar nues~ra paciencia pues, segun sosnene
de los físicos más aprobados. Cornelio Gemma (De nat. mirac. Tertuliano:433 Virtus non lest virtw, nisi comparem habet aliquem,
Lib. 2, cap. 4) relata de una joven doncella, llamada Katherine in quo superando vim suam ostendat [la virrud no es digna de su
Gualter, hija de un tonelero, anno 1571, que renía tan extrafias nombre hasta que no haya derrotado a un antagonista digno de
pasiones y convulsiones que a veces no la podían sujetar ni rres su acero]; es para probarnos a nosorros y a n uestra fe, es por n ues-
hombres; purgá una anguila viva, que él mismo via y tocá, de rras ofensas y para castigo de nuestros pecados, que con permiso
un pie y media de largo; pero la anguila después se desvaneciá; de Dios lo hacen: camifices vindictae jttstae Dei, según los define
vomitá unas veinticuatro libras de materia sobreabundanre de Tolosano,434 ejecurores de Su volunrad; o más bien, como dice
rodos colores, dos veces ai día durante catorce días; y después David (Sal 78 49), «enviá sobre ellos el ardor de su ira; enojo,
de eso, se vaciá de grandes bolas de pelo, rrozos de madera, paio- indignacián y angustia, un ejérciro de ángeles desrrucroreS>'; así
mina, pergamino, estiércol de ganso, carbones; y después de ello afligiá Él a Job, Saúl, los lunáticos y persa nas demoníacas a quie-
dos libras de sangre pura, y después otra vez carbones y piedras nes Jesús curá (Mt 4 8; Lc 4 11; Lc 12; Me 9; Tb 8 3, etc.). Esro,
mayores que una nuez, algunas de las cuales tenían inscripcio- digo, ocurre como castigo de! pecado, por su falta de fe, incredu-
nes, algunas de ellas [eran] piezas de vidrio, latán, etc., además lidad, debilidad, desconfianza, etcétera.
de [rener] paroxismos de risa, llanto y éxtasis, etc. Et hoc
(inquid) cum horrore vidi, <<esto lo vi con horrorn. No pudieron Subsección III:
hacerle ningún bien con su medicina, sino que se la dejaron ai
De las brujas y magos,
clero. Marcelo Donato (Lib. 2, cap. 1, De med mirab.) trae otra
historia así, de un campesino, que tenía cuatro cuchillos en la cómo causan la melancolía
panza, instar se1Tile dentatos, dentados como una sierra, cada uno
de ellos de un palmo de largo, y una trenza de cabello como un Oíste qué puede hacer el diablo por sí mismo, ahora oirás lo que
globo, con mucho bagaje de esta suerre, maravilloso de ver; cámo puede llevar a cabo con sus instrumentos, que son muchas veces
llegá a sus tripas, conduye, certo non alio quam daemonis astutia peores (si fuera posible) que él, y que para satisfacer su vengan-

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ANATOM(A DE U\ MELANCOLfA PRIMERA PAR11CIÚN, SECCIÚN 2

za y su lujuria causan más desórdenes. Multa mim mala non (Consil. 6, tom. l ), Bodino (Daemoniant., Lib. 2, cap. 8),
egisset claemon, nisi provocattts a sagis, como piensa Erasto:435 Godelman, Damhoderio, etc.; Paracelso, Erasto, Escribanio,
muchos daií.os no hubíeran ocurrido de no haber sido provoca- Camerario, etc. Los sujetos con quienes el diablo trata pueden
dos por las brujas. No habría aparecido bajo la figura de Samuel ser reducidos a esros dos: aquellos que lo comandan, o al menos
si la bruja de Endor lo hubiese dejado en paz; o representado así lo hacen ver, como conjuradores y magos, cuyos detestables
aquellas .serpientes en presencia de Faraón, de no haber sido por y hórridos misterios están contenidos en su libro llamado
que los magos lo urgían a hacerlo; nec morbos vel hominibus vel Arbatel/;438 daemones enim advocati praesto sunt, seque exorcismis
bmtis injligeret (sostiene Erasto) si sagae quiescerent. hombres y et conjurationibus quasi cogi patizmttu; ut miserum magorum
ganados podrían andar tranquilos si las brujas los dejaran en gemts in impietate detineant [los demonios siempre están alerta,
paz. Muchos niegan por completo a las brujas, o [dicen] que si y obedecen alllamado de encantamientos y ensalmos, para que
las hay, no pueden hacer dano; de esta opinión es Wiero (De puedan confirmar a la tribu maldita de los magos en su impie-
praestig. daem., Lib. 3, cap. 53), Agusrín Lerchemer -un escritor dad] , o aquellos que son comandados, como las brujas, que tra-
holandés-, Biarmano, Ewiquio, Euwaldo, nuestro compatriota tan ex parte implicite, o explicite, como e! rey bien lo definió.439
Scot;43G con aquel en Horacio, Hay muchas subdivisiones y mucha variedad de especies de
hechiceros, brujas, encantadores, ensalmadores, etc. Antafio se
Somnia, Urrares magicos, miracuiLz, sagas tolerá a algunos de ellos; y la magia fue públicamente profesada
Noctttmos lemures, portmtaque Thmala rim en tiempos pasados en Salamanca,440 Cracovia441 y otros luga-
Excipiunt. res, aunque después fue censurada por varias universidades442 y
ahora en general se la prohíbe, aunque algunos aún la pracrican,
[«Ríen indignados ante los relatos mantienen y excusan tanquam res secreta quae non nisi viris mag-
de terrores mágicos, sueií.os visionarios, nis et pewliari beneficio de coe/o imtructis communicatur [como
portentosas maravillas, embrujadas criaturas dei infierno, un gran secreto, que sólo debe ser comunicado a hombres nota-
duendes nocturnos, hechizos que encantan.n] bles, especialmente favorecidos por el Cielo] (uso las palabras
del propio Boissardo),443 y hasta ahora aprobada por algunos
Se ríen de rodas las historias como éstas; pera a ellos se oponen príncipes ut nihil ausi aggredi in politicis, in sacris, in consiliis,
la mayor parte de los abogados, teólogos, médicos, filósofos : sine eorum arbítrio; aún consulran con ello, y de hecho no osan
Agustín, Hemingio, Danaeo, Quitraeo, Zanquio, Areateo, etc. hacer nada sin su consejo. Nerón y Heliogábalo, Majencio y
Oelrío, Sprenger, Niderio (Lib. 5 Formicar),437 C ujacio, Barrolo Juliano el Apóstata no fueron tan adictos a la magia en la anti-

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ANATOMCA DE LA MELANCOLCA PRIMERA PARTICION. SECCIÔN 2

güedad como lo son algunos de nuesrros príncipes y papas mis- demonios] y ponen orros, deformes, en su lugar, los que llama-
mos en nuestros días. Eric, rey de Suecia, tenía una garra encan- mos trocados,* dice Schererzio (Part. 1, cap. 6) ;448 hacen a los
tada,.j.j.j en virtud de la cual, y de algunos murmullos mágicos o hombres victoriosos, afortunados, elocuentes y por eso otrora
términos susurrados, podía comandar espíritus, turbar el aire y eran registrados quienes se enfrentaban en esos combates y
hacer que el viento soplase para donde él quisiera, tanto que monomaquias de la antigüedad, [para ver] que no tuvieran
cuando había cualquier gran viemo o tormenta la gente del hechizos mágicos;449 pueden hacer libra-de-heridas**450 que los
común sol!a decir que el rey se había puesro su garra de conju- hacen soportar el puntazo de un estoque, el tiro de un mosquete,
rar. Pero rales ejemplos son infinitos. Esta que pueden hacer es sin ser nunca lastimados; de lo cuallee más en Boissardo (cap. 6
casi tanto como lo del diablo mismo, quien siempre está pron- De Magia:, la guisa de la adjuración, y quién la hace, dónde y
to para satisfacer sus deseos, para ponerlos aún más en deuda cómo usada in expeditionibus bel/íeis, praeliis, duellis [en expedi-
con él. Pueden causar tempestades, tormentas, lo que es habi- ciones militares, batallas, guerras], etc., con muchas parangones
tualmente practicado por las brujas en Noruega e Islandia, como y ejemplos peculiares; pueden caminar en hornos encendidos,
ya he demostrado. Pueden hacer enemigos de los amigos y ami- hacen que los hombres no sientan dolor en el potro aut alias tor-
gos de los enemigos con filtros; turpes amores concíliare,445 forzar turas sentire [ni sientan otras torturas]; pueden restafiar la sangre,
el amor, decide a cualquiera dónde esrán sus amigos y en qué se representar las semblanzas de hombres muertos, alterarse y tor-
emplean, aunque sea en los lugares más remotos; y si quieren nar a sí mismos y a otros en diversas formas a su placer.451
<eles traen a sus queridas por la noche, vaiando por el aire sobre Agaberta, una famosa bruja de Laponia452 hacía orro tanto en
el lomo de un chivo»446 (Segismundo Scheretzio -Pare. l, cap. público y para rodos los espectadores, modo pwilla, modo anus,
9, De spect.- informa confiadamente que trató con muchos de modo procera ut querem, modo vacca, avis, coluber, etc., ora joven,
quienes habían sido acarreados tantas millas y que oyó a las bru- ora vieja, alta, haja, como una vaca, como un ave, una víbora,
jas mismas confesar orro tanto); lastimao e infectao a hombres ~qué no? Podía represenrarles a orros las formas que más desea-
y besrias, vifias, grano, ganado, plantas; hacen que las mujeres ban ver, mostrarles amigos ausentes, revelar secretos, m.axima
aborten, no conciban, [queden] yermas; [vuelven] a hombres y omnium admiratione [para gran admiración de rodos], etc. Y a
mujeres, casados y solreros, ineptos e incapaces447 de cincuenta pesar de toda esta sutileza que tienen, como bien observa Lipsio
diversas maneras, dice Bodino (Lib. 2, cap. 2); vuelan por el (Physiolog. Stoicor., Lib. 1, cap. 17) ni estos magos ni los diablos
aire, se encuentran cuándo y dónde quieren, como lo prueban
Cicogna y Lavater (De spec. Part. 2, cap. 17); ((roban nifios • Chang~ling cn cl original. (N. dcl T.)
pequenos de sus cunas ministerio daemonum [con la ayuda de los •• Stick frm cn d original. (N. dcl T.)

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ANATOMÚ\ DE U\ MEU\NCOL!A PIUMERA PARTICIÚN. SECCIÚN 2

mismos pueden llevarse oro ni letras de mi cofre ni del de Creso mismo dice Danaeo (Lib. 3, De sortiariis. Vidi, inquit, qui melan-
et clientelis mi largit·i [y regalárselos a sus seguidores], pues los cholicos morbos gmvissimos induxemnt: Vi a aquellos que causaron
más son sujetos bajos, pobres, despreciables; como nota melancolía de la manera más grave, secaron las mamas de las
Bodino,453 no pueden hacer nada in judiwm decreta attt paenas, mujeres, curaron la gota, perlesía, esto y apoplejía, alferecía, cuan-
in regum concilia vel arcana, nihil inJem mmzmariam attt thesau- do ningún medico podía ayudar, solo tactu, con el cacto solo,459
rus, nQ pueden darles dinero a sus di ntes, alterar los decretos de Ruland, en su 3er Cent., cura 91, da el ejemplo de un tal David
los jueces o de los consejos de reyes estas minuti genii no pue- Helde, un joven, que por comer tortas que !e dia una bruja, mox
den hacerlo, altious genii hoc sibi a ervanmt, los poderes supe- delirare caepit, comenzó a desvariar de repente, y ~e volvió loco
riores se reservan esas cosas para sí. Cada tanto tal vez pueda instantáneamente.46o F.H.D. en Hildesheim,461 consultado acer-
haber algunos magos más famosos, como Simón Mago, Apolonio ca de un hombre melancólico, pensá que su dolencia era en parte
de Tiana,454 Pases,455 Jámblico, Eudo de Srellis,456 que durante mágica, en parte natural, pues vomiraba trozos de hierro y de
un riempo puedan construir casrillos en el aire, representar ejér- plomo y hablaba en lenguas que nunca !e habían ensefiado;. pero
cicos, etc., como se dice que hicieron ellos,457 hacer que les trai- rales ejemplos son com unes en Escribanio, Hércules de Sajonia, y
gan riquezas y resoros, dar de comer a miles con diversos alimen- otros. Los medias por los que obran son usualmente hechizos:
tos de repente, proregerse a sí mismos y a sus seguidores de todas imágenes, como en el rey Duff de Héctor Boecio; caracteres
las persecuciones de los príncipes, yéndose de un lugar a otro en estampados en sendas mecales, y bajo rales y rales arras consrela-
un instante, revelar secretos, eventos futuros, decir qué se hace ciones, nudos, amuletos, palabras, filtros, etc., que generalmente
en países lejanos, hacer aparecer a quienes murieron hace mucho, vuelven melancólicos a los sujetos afectados,4G2 según discurre
etc., y hacer muchos milagros de éstos, para terror, admiración ampliamente Monavio en una epístola suya a Acolsio, dando el
dei mundo, y propia opinión de que son deidades, pero el diablo ejemplo de un barón bohemio que fue asf turbado por un filtro
los abandona al fm, llegan a maios fines, y raro aut mmquam [rara que tomó. No es que haya poder alguno en esos ensalmos, hechi-
vez o nunca] se encuentran impostores de éstos. La clase vulgar zos, caracteres y palabras bárbaras, sino que e! diablo emplea rales
de rales no puede obrar rales hazafias. Pero, para mi propósito, medias para deludirlos ut fideles inde magos {dice Libanio)4G3 in
pueden, por último, curar y causar las más de las enfermedades a officio retineat, tum in consortium malefoctorum vocet [para poder
aquellos a quienes aman u odian, y ésta de la melancolfa entre las mantener a los magos fieles a su juramento, y luego convocados
demás.458 Paracelso (Tom. 4, De morbis amentium, Trace. I) afir- para que se unan al consorcio de los malhechores].
ma expresamente que Multi fascinantur in melancholiam, muchos
quedan melancólicos por brujería, según su experiencia. Lo

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ANATOM(A DE LA MELANCOL(A PRIMERA PARTICIÚN, SECCIÚN 1

Subsección IV: obran la esrrellas sobre nosotros? Digo que no hacen sino incli-
Las estrellas corno causa. nar, y ello con tanta suavidad, que si nos rige la razón, no tienen
poder sobre nosotros; pera si seguimos a nuestra propia narurale-
Signos de la fisiognornía, za y somos guiados por los sentidos, hacen tanto en nosotros
. . .
rnetoposcop1a, qmrornanc1a como en las bestias brutas y no somos mejores que ellas.>) De
modo que, espero, puedo con justicia concluir con Cayerano:466
Las causas naturales son o primarias y universales, o secundarias Coe/um est vehimlum divinae virtutis etc.; que el firmamento es el
y más particulares. Las causas primarias son el firmamento, pla- instrumento de Dias, por mediación de! cual t.l gobierna y dis-
netas, estrellas, etc. por su influencia (según sostienen nuesrros pone de estas cuerpos elementales; o un gran libra, cuyas letras
amólogos) al producir rales y parecidos efectos. No me detendré son las estrellas (como lo llama uno), en el que están escritas
aquí a discutir obita si las causas son las estrellas o los signos, ni muchas cosas extraiias para aquel que sepa leer, ((0 un arpa exce-
a hacer una apología de la astrología . judiciaria. Si Sexto lente, hecha por un arresano eminente, en la cual sólo quien sepa
Empírico, Pico de la Mirándola, Sexto de Heminga, Pererio, tocar hará la más admirable música)),467 Pera vamos a lo nuestro.
Erasto, Chambers, etc., han convencido a tal punto a quien fuera,
que éste no le atribuye más virrud al firmamento, al sol, o a la Paracelso es de la opinión «de que un médico sin conocimien-
luna que la que le da a sus signos en la enseiia de un tabernero o to de las esrrellas no puede entender la causa de ninguna dolen-
en la tienda de un comerciante, o condena generalmente rodos cia, ni curada, ni ésta, ni la gota, ni siquiera un dolor de mue-
aquellos aforismos astrológicos aprobados por la experiencia, lo las; a no ser que vea la ge\itura y esquema peculiar del sujeto
refiero a Belancio, Pirovano, Marascalero, Goclenio, sir Chris- afecradon.468 Y para este r,ai
mismo, pretende que la causa
topher Heydon, etc. Si me pregunras qué pienso, debo responder principal y primaria procefe del firmamento, adscribiéndole
-nam et doctis hisce m-oribus versatus mm [pues ~mbién yo esroy más a las estrellas que a los humores, ((y que la constelación sola
familiarizado con esos eruditos errares]- que inclinao pera no podfa muchas veces producir melancolía, a exclusión de .todas
compelen; no son en absoluto una necesidad, agzmt non las demás causasH.469 Da como ejemplo a las personas lunáticas,
cogzmt,464 e inclinan tan suavemente que el hombre prudente que son privadas de su razón por la moción de la luna; y en otro
puede resistírseles; sapiens dominabitur mtris [e! sabia domina las lugar refiere rodo ai ascendente y pretende que la verdadera y
estrellas]; nos rigen, pera Dias las rige a ellas. Todo esta (pienso principal causa de ella debe ser buscada en las estrellas. Además,
yo) ]oh. de lndagine lo resumió en breve:465 Quaeris a me quan- no es ésta opinión sólo suya, sino también de muchos galenis-
tum in nobis operantur mtra?, etc. ((~Quieres saber hasta dónde tas y filósofos, aunque no la mantienen en forma tan perento-

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PRJMERA PARTICIÓN, SECCIÓN 2
ANATOMIA DE LA MELANCOUA

rico o loco>>. Cardano afiade, quarta Irma natos [aquellos naci-


na. «Esta variedad de síntomas de melancolía procede de las
dos el cuarto día después de la !una nueva], [o durante] eclip-
estrellas», dice Melanchton;470 la melancolia más generosa,
~e~,.terremotos. Garceo y Leovicio pretenden que el principal
como la de Augusto, viene de la conjunción de Saturno y
JUlcto sea tomado del sefior [regente] de la genitura, 0 de cuan-
Júpiter en Libra; la mala, como la de Catilina, dei encuentro de
do hay un aspecto entre la Luna y Mercurio, y ninguno de ellos
Saturno y la Luna en Escorpio. Joviano Pontano, en su décimo
domina el horóscopo, o si Saturno y Marte son sefiores [regen-
libra· y decimotercer capítulo De rebtts coelestibus, discurre
tes] de la presente conjunción u oposición en Sagitario o Piseis,
ampliamente en este sentido: Ex atra bife varii generantttr
del Sol o la Luna, rales personas son comúnmeme epilépticos,
morbi, etc., «muchas dolencias proceden de la bílis negra, según
desvarían, demoníacos, melancólicos; pera ve más de estas afo-
sea caliente o fría; y aunque sea fría en su propia naturaleza, aún
rismos en el antedicho Pontano. Garceo, cap. 23 De jud. ge~li­
así es apta para ser calentada, como se puede hacer hervir el
tur.; Scheiner, lib. 1, cap. 8, que recogió de Prolomeo;475 AI-
agua, haciéndola quemar tan malamente como el fuego; o
bubater Y algunos otros árabes; Junctino, Ranzovio, Lindhout,
enfriar tanto como el hielo; y de ahí proceden tal variedad de
Orígenes, etc. Pero a estos hombres tal vez los rechaces por ser
síntomas: algunos enloquecen, otros son solitarios, algunos
astrólogos y, por lo tanto, jueces parciales; oye entonces el tes-
ríen, otros rabiam>, etc.471 La causa de toda cuya destemplanza
timonio de los médicos, de los galenistas mismos. Crato confie-
pretende que venga principal y primariamente de! firmamento,
sa que la influencia de las estrellas tuvo gran papel en esta
«de la posición de Marte, Saturno y Mercurio».472 Sus aforis-
dolencia en especial;476 también lo hacen Jason Pratensis,
mos son éstos: «Mercurio en cualquier genitura, si se encuentra
Lonicero (Praefat. De Apoplexia), Ficino, Fernelo, etc. P. Cne-
en Virgo, o en Piseis, su signo opuesto, y eso en el horóscopo,
mandro reconoce a las estrellas como causa universal, como
irradiado por esos los aspectos cuartiles de Saturno o de Marte,
particular los padres y el uso de las seis cosas no naturales.477
el nino será loco o melancólico».473 También, uquien tenga a
Baptista Porta (Mag., Lib. 1, cap. 1O, 12, 15) pretende que son
Saturno y a Marte, uno culminante, el otro en la casa cuarta,
causas para cada individuum particular. Parangones y ejemplos,
cuando nazca, será melancólico, de lo cual se curará en su
para demostrar la verdad de estas aforismos, son comunes en
momento si Mercurio se les opone. Si a la hora de! nacimiento
estas tratados astrologales. Cardano, en su trigésimo séprima
la Luna está en conjunción u oposición con el Sol, Saturno o
genitura, da ejemplos de Math. Bolonio, Camerar., H01: nata-
Marte,474 o en un aspecto cuartil con ellos>> (e mala coe/i loco de
lit. centur. 7, 'genit. 6 et 7, de Daniel Gare y otros; pera ve
un cuadrante maio de! cielo], anaJie Leovicio) ((significa muchas
Garceo, cap . 33, Luc. Gaurico (Trace. 6, De Azimenis) etc. La
dolencias, es especialmente posi~l~ que la cabeza y el cerebro
hora de ésta la melancolía es cuando los significadores de cual-
sean ·afectados por humores permctosos, ser melancólico, luná-

231
230
ANATOM(A DE LA MELANCOLÚ\

PRIMEM PARTICIÓN, SECCJÓN 2

quier genirura -o si h por su revolución o tmnsitus- al ser rra-


zados de acuerdo al arte, llegan a ofender a cualquiera de los• La quiromancia tiene estas aforismos que predicen la melanco-
promesores de la genirura -como e! ascendenre, la !una, e1 lfa. Taisnier (Lib. 5, cap. 2), que ha compendiado la suma de
hylech-, especialmente los rayos o aspectos hostiles de h y de• John de Indagine, Tricaso, Corvino, y otros en su libra, lo dice
~, o de cualquier esrrella fija de su naturaleza. as{: <1La línea saturnina que desde la rascetta [sic] cruza la mano
hasra el monte de Saturno, y allí es intersectada por ciertas líneas
Para satisfacer a los curiosos, esroy más que dispuesto a insertar pequenas, denota melancolía;4BO también si la lfnea vital y la
otras seéiales sacadas de la fisiognomfa, meroposcopfa, quiro- natural forman un ángulo agudo•• (Aforismo 100}. ((Las líneas
mancia, y eso porque ]oh. de Indagine, y Rorman, matemático saturnina, hepática y natural, si forman un triángulo grosero en
dei Landgrave de Hesse, hace no mucho en su Quiromancia, la mano, denotan otro tanrou;4BI lo que Goclenio (cap. 5,
Baptista Porta en su Firiognomla Celestial, han demostrado que Chiros} repite de él ai pie de la letra. En general todos concluyen
tienen gran afinidad con la astrología. que si el monte de Saturno esrá lleno de muchas líneas peque-
fias e inrersecciones ((rales hombres son en su mayor pane
Las nociones generales que dan los fisiógnomos son47B son éstas: melancólicos, miserables y llenos de inquierud, cuiras y proble-
«el calor negro denota melancolía natural; como así rambién la mas, continuamente vejados por pensamientos ansiosos y amar-
flacura, hirsutez, venas anchas, mucho pelo en las cejas)), dice gos, siempre penan, temen, sospechan; se deleiran en las granje-
Gratarolo, cap. 7, y [también] una cabeza pequena, ramada rfas, edificios, estanques, ciénagas, mananriales, bosques, paseos,
[esro] de Aristóteles; calor incenso, sanguíneo, rojo, muestra erc.». 482 Tadeos Haggesio, en su Metoposcopia, rrae cierros aforis-
melancolía de la cabeza;479 aquellos que tartamudean y son cal- mos derivados de las líneas de Saturno en la frente, de las que
vos rienen más disposición a la melancolía (según supone deduce una disposición melancólica; y Baptista Porra4B3 hace
Avicena}, en razón de la sequedad de sus cerebros; pera quien observaciones a partir de las arras partes dei cuerpo, como si hay
quiera saber más de las diversas seéiales de humor e ingenio una mancha sobre e! bazo; <<o en las ufias,4B4 si aparecen negras,
según la fisiognomía, que consulte con los anriguos Adamanro significa muchas cuiras, dolor, conrención, y melancolía~·; la
Y Pelemo, que comenran, o más bien parafrasean, la Fisiognomla razón a la que refiere esro son los humores, y se pone a sí mismo
de Aristóteles, los cuarro placenreros libras de Baptista Porra, De como ejemplo, que por siete afias tuvo rales manchas negras en
secretis naturae de Michael Scor, John de Indagine, Monralro, las ufias, y que rodo ese riempo lo pasó en perpetuas pleitos,
Anrony Zara, Anat. ingeniomm (sect. 1, memb. 13, et lib. 4). conrroversias por su herencia, miedo, pérdida de honor, desrie-
rro, dolor, cuiras, etc., y cuando sus miserias terminaron, los
punros negros se desvanecieron. Cardano, en su libra De libris

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233
ANATOMIA DE. LJ\ ME.LJ\NCOÚA

propriis, cuenta una historia así sobre su propia persona, que un


Miembro III
poco antes de la muerte de su hijo, él tenía una mancha negra,
que apareció en una de sus ufias y se fue dilatando según aquél Subsección XV:
se acercaba a su fin. Pero me demoro demasiado en estas frusle-
Amor ai saber, o estudio excesivo.
rías, que, por más que para las censuras demasiado severas de
algttnos hombres pueden ser tenidas por absurdas o ridículas, Con una digresión acerca de las miserias
tengo la osadía de insertar, por no ser tomadas en préstamo de de los estudiosos, y de por qué las Musas
pillos circumforáneos y gitanos, sino de los escritos de dignos son melancólicas
filósofos y médicos, algunos de los cuales aún viven, y de profe-
sores religiosos de famosas universidades, que pueden funda-
Leonardo Fucsio (fnrtit. Lib. 3, sec. I. cap. I); Felix Plater
mentar lo que dijeron, y vindicarse de todos los caviladores y
(Lib. 3, De mentir alienat.); Hérc. de Sajonia (Tract. post. de
personas ignorantes.
melanch. cap. 3), hablan de una furia peculiar que viene dei
exceso de estudio. 485 Fernelio (Lib. I, cap. 18) pone al estudio,
la contemplación y la continua meditación como causa especial
de la locura:486 y en su 86m" consul., cita esas mismas palabras.
]o. Arculano (In lib. 9 Rhasis ad A/manso rem, cap. 16) entre otras
cosas, enumera el studio vehemens [estudio apasionado]; también
lo hace Levino Lemnio (Lib. de occul. nat. mirac., Lib. I, cap.
16). «Muchos hombres>>(dice) ((contraen este mal por el estudio
continuo487 y el desvelarse, y, de todos los hombres, los más
sujetos a él son los estudiososu;488 y estos, afiade Al-Razi, ((por lo
general son los de mejores ingenios,,4B9 ( Cont., Lib. I, Trat. 9).
Marsilio Ficino (De sanit. tuenda, Lib. I, cap. 7) pone la melan-
colía entre las cinco principales plagas de los estudiantes; es la
manceba común de rodos ellos. Al igual que él, Varrón por esa
causa los !lama tristes phibsophos et severos [filósofos tristes y aus-
teros]; severo, triste, seco, tétrico, son epítetos que se aplicao

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l'RIMERA l'AR,TlCIÓN, SECCIÓN 2
ANATOMIA DE LA MELANCOUA

comúnmente a los estudiosos; y es por eso que anraiio renía una Bíblia en la cabeza)). 494 Marsilio Ficino (De sanit.
Parricio,49o al hablar de la institución de los príncipes, prefiere ' tttend.; Lib. I, cap. I, 3, 4 y Lib. 2, cap. 16) da muchas razo nes
que no sean grandes estudianres. Pues (según sostiene por las cuales «los esrudiantes desvarían con más frecuencia que
Maquiavelo) e! estudio debilita sus cuerpos, abate su fuena y los demás 1,.495 La primera es su negligencia: <<Ütros hombres se
coraje; y los buenos estudiosos nunca son buenos soldados, lo ocupao de sus herramientas: el pintor lava sus pinceles; el herre-
que cierto gado bien percibió, pues cuando sus compatriotas lle- ro cuida de su martillo, yunque, forja; ellabrador compone el
garon a Grecia y quisieron quemar rodos sus libras, se pronun- hierro de su arado y aftla su azada cuando se le embora; el hal-
ciá contra ello y dijo que no debían hacerlo de ninguna mane- conero o cazador pane especial cuidado en sus halcones, sabue-
ra: «Dejadlos librados a esa plaga, que con el riempo consumirá sos, caballos, perros, etc.; el músico encuerda y desencuerda su
su vigor y su espíriru marciah>.491 Los turcos hicieron abdicar a laúd, etc. Sólo los estudiosos descuidao su instrumento (me
Corcuto, primer heredero dei imperio, por ser tan dado a los refiero a su cerebro y su espíriru), que emplean a diario y con el
libros;492 y es opinión común dei mundo que ei saber embota y cual recorreo rodo e! mundo, que el mucho esrudio consu-
disminuye e! ánimo y así per consequms produce melancolía. me».496 Vide (dice Luciano) ne fimiculttm nimis intendendo, ali-
quando abrumpas: ((Ve de no torcer la cuerda demasiado, no
Pueden darse dos razones principales por las cuales los estudian- vaya a ser que ai fin se rompa>>.497 Facino, en su cuarto cap ítu-
tes son más propensos a este mal que orros. Una es que llevan lo, da algunas arras razones: Saturno y Mercurio, parrones dei
una vida sedentaria y solitaria, sibi et musis [para sí mismos y sus saber, son planetas secos; y Orígenes498 asigna a esa misma causa
esrudios], carente de ejercicio corporal y de las diversiones ordi- que los mercurialistas sean tan pobres y mendigos casi rodos,
narias a las que recurren los demás hombres; y muchas veces, si pues su presidente Mercurio no tuvo mejor fortuna. Los
a eilo se une el descontento y la ociosidad -lo que es demasiado D estinos de antafio le dieron la pobreza por castigo; desde
frecuenre-, se ven precipitados de repente a ese abismo. Pera la enronces, la poesía y la mendicidad son gemelli, mocosos naci-
causa común es el exceso de estudio: «Las muchas letras)) (como dos mellizos, compaiieros inseparables;
le dijo Festa a Pablo493 ((te vuelven loco>>; lo que lo efectúa es ese
otro extremo. Así lo descubrió Trincavelio (Lib. I, consil. 12 y <<Y hasta el día de hoy, rodo estudioso es pobre;
13), por su experiencia con dos de sus pacientes, un joven barón el craso oro escapa de ellos y va directamente al burro.)) 499
y otro, que conrraj o este mal por esrudiar con demasiada vehe-
mencia. También lo vio Foresto (Observat., Lib. 10, observ. 13) Mercurio puede ayudarlos a alcanzar el conocimienro, mas no el
en un joven teólogo de Lovaina que esraba loco y deda <<que dinero. La segunda es la conremplación, ((que seca el cerebro y

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ANATOMIA DE LA MELANCOL.!A PIUMERA PARTICIÓN. SECCIÓN 2

extingue el calor natural; pues mientras el espíritu está ocupado cansando por momentos de su continua faenan.503 Oye a Tulio
arriba, en la cabez.a, el estómago y el hígado quedan desampara- en Pro Archia Poeta: «Mientras otros holgaban y se dedicaban a
dos, y de ahí vienen la sangre negra y las indigestiones por defec- sus placeres, él estaba continuamente con ~us libros>>; así hacen
to en la cocción, y la falta de ejercicio impide que los vapores quienes quieren ser estudiosos y esto a riesgo (digo) de sus salu-
superfluos sean exhaladosn,soo etc. Las mismas raz.ones las repite des, fortunas, cordura y vidas. ~Cuánto gastaron Aristóteles y
Gome~io (De sale, Lib. 4, cap. I); Nimano (Orat. de lmag.);SO! Ptolomeo? Unius regni pretium, dicen, más que el rescate de un
Jo. Vosquio (De peste, Lib. 2, cap. 5); y anaden algo más: que los rey. ~Cuántas caronas por afio, para perfeccionar sus artes, el
que estudian con intensidad se ven aquejados corrientemente de uno con Historia de Las criaturas, el otro con su Almagesto?
gota, catarro, reuma, caquex.ia, bradipepsia, males en los ojos, ~Cuando tiempo dedicá Thebet Benchorat a descubrir el movi-
cálculos; y eólico, indigestiones, opilaciones, vértigo, ventosida- miemo de la octava esfera? Cuarenta anos y más, escriben algu-
des, consunción y todas las enfermedades que vienen por pasar nos. jCuántos pobres estudiosos perdieron la raz.ón o quedaron
demasiado tiempo sentado;S02 son d:asi todos flacos, secos, de lelos descuidando todos los asuntos mundanales, esse y bene esse
mal color, gastan sus fortunas, pie{den la cordura y muchas [ser y bienestar], para obtener conocimiento por el cual, eras
veces sus vidas, todo por los esfuerz.cps inmoderados y los estu- rodos sus esfuerz.os, para la estima del mundo son considerados
dios extraordinarios. Si no crees que esto sea verdad, mira las tontos ridículos y estúpidos, idiotas, asnos y (como suele ocurrir)
obras del gran Tostato y las de Tomás de Aquino y dime si te son rechaz.ados, condenados, burlados, desvarfan y enloquecen!
parece si estos hombres se esforz.aron. Consulta a Agustín, Busca ejemplos en Hildesheim (Spicl. 2, De mania et delírio); lee
Jerónimo, etc., y también a otros miles. a Trincavelio (Lib. 3, cons. 36, etc. 17); Montano (cons. 233);
Garqueo (De judie. genit., cap. 33);504 Mercuriales (cons. 86,
Qui cupit optata cursu contingere metam, cap. 25); Prospero Calenio en su libro De atra bile.5°5 Ve a
Multa tulit, ftcitque ptur, sw:úwit et alsit. Bedlam y pregunta. O, si conservan la cordura, son considerados
infelices y estúpidos por su porte: «tras siete anos de estudion,SOG
uQuien desee llegar a la meta a la que aspira,
Oebe sudar y helarse antes de alcanz.arlan stattta taciturniw exit,
Plemmque et rim populum qualit.
y trabajar duro por ella. Así lo hiz.o Séneca, según él mismo lo
confiesa (Ep. 8): ((No paso ni un día de ociosidad, mantengo mis [«Mudo como una estatua, avanz.a co n lentitud,
ojos abiertos durante parte de la noche, cansados de velar, des- y la turba se estremece de risa al mirarlo.>>]

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ANATOMiA DE LA MELANCOLiA PRJMERA PARTICIÓN, SECCIÓN 2

Como no pueden montar a caballo -cosa que sabe hacer cual- ban]; estaba en la luna, como suele decirse, y su cabeza se ocu-
quier paleta-, saludar ni cortejar a una noble, trinchar en la paba de otros asuntos; se sintiá muy abochornado ai percibir su
mesa, encogerse y hacer zalemas como cualquier baladrón, his error.S IO Vitruvio trae una historia semejante sobre Arquímedes,
popultts rid(t,507 etc.: se burlao de ellos con desdén y nuestros que, ai descubrir el media de saber cuánro oro escaba mezclado
galanes los considerao necios mentecatos. Sí, muchas veces, tal a la placa de la carona dei rey Hiero, salió corriendo desnudo dei
es su miseria que lo mereceo: un mero estudioso es un mero bafio y exclamá: iEureka!, lo encontré; «y por lo general se
asno. sumergía tanto en sus esrudios que nunca percibía lo que ocu-
rda en torno a sí; cuando la ciudad fue tomada y los soldados se
Obstipo capite, (f figentes lumine ferram, disponían a saquear su casa, ni lo notá».511 San Bernardo, tras
Murmura cum semm, et rabiosa silentia rodunt. cabalgar durante rodo un día a lo largo dellago Lemniano,512
Atque exporrecto trutinantur verba !abel/o. pregunró dánde se encontraba (Marullus, Lib. 2, cap. 4). Sólo
Aegroti veteris meditantes somnia, gigni el porte de Demócrito hizo que los abderitas lo supusieran loco
I
De nihilo nihilum; in nihilum nil posse reverti. soa y mandaran buscar a Hipócrates para que lo curase; siempre que
se encontraba en alguna ~olemne compafiía, se echaba a reír a
«Que inclinao torcidamenre sus cabezas cada ocasián. Teofrasto diJo algo parecido de Heráclito, que llo-
Clavando un ojo fijo en la tierra; raba continuamente; y Laercio, de Menedemo Lampsaco por-
Cuando están solos, roen sus murmullos que corda como un loco «diciendo que venía como espía dei
En furioso silencio, como si balancearan infierno para contarles a los diablos qué hacen los mortales».SI3
Cada palabra sobre sus tendidos labias, y cuando Quienes son tenidos por los más grandes de los estudiantes por
Meditao los sueiíos de viejos enfermos, lo general no son mejores: sujetos tontos y reblandecidos en su
Como: "Nada sale de la nada; conducta externa, absurdos, ridículos para los demás y sin una
y lo que es, nunca puede convertirse en nada".»S09 pizca de experiencia en los asuntos mundanales; pueden. medir
el firmamento, recorrer la tierra, ensefiarles a orros la sabiduría,
As( suelen andar meditando para s( mismos, as( se sientan, cales pera en regateos y contratos son sobrepasados por cualquier bajo
son sus acciones y su figura. Fulgoso (Lib. 8, cap. 7) menciona mercader. ~No son tontos estas hombres? ~ Y cámo podrían no
·como T. de Aquino, que cenaba con e! rey Luis de Francia, dio serlo si, ((como tantos zotes en las escuelas» (como bien obser-
de pronto con e! puno en la mesa y exclamá: Conclusum est con- vó)SI4 (<fli oyen ni vende las cosas que se practican habitualmen-
tr.a Manichaeos [esto demuestra que los maniqueos se equivoca- te en e! exterior?•• (Cámo reunirían experiencia, y por qué

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ANATOMfA DE LA MELANCOLfA PRJMERA PARTICIÓN, SECCIÓN 2

medias? «Conod en mis tiempos a muchos estudiosos», dice su vida) si por casualidad consiguen sortearias, al fio serán recha-
Eneas Silvio (en una epístola que le dirige a Gaspar Schlick, can- zados, condenados y, lo que es la mayor de sus desdichas, se ven
ciller del emperador), <<de excelente instrucción, pera tan rudos, llevados a la vida errante, expuestos a la necesidad, la pobreza y
tan tontos, que no tenían los buenos modales que se estilan ni la mendicidad. Sus acompafiantes habituales son:
sabían cómo administrar sus asuntos domésticos o públicos.
Paglarense quedá atónito y dijo que sin duda su granjero lo Pallmtes morbi, luctus, cttrarque laborque,
engafiaba cuando lo oyó contar que su cerda había parido once Et metus, et malesuada fomes, et turpis egestas,
lechones y la asna sólo un borrico,.5I5 Para decir lo mejor acer- Terribiles vim formae.5!B
ca de esta profesión, no puedo sino dar más testimonio sobre
ellos en general que lo que dice Plínio de Iseo: «Es un estudio- «Pena, trabajos, cuiras, pálida enfermedad, miserias,
so, clase de hombres que es, como ninguna, simple, sincera, no Miedo, mugrienta pobreza, hambre no saciada,
la hay mejor>•;516 son, en su mayor parte, hombres inofensivos, Terribles monstruos para que los vean los ojos.,
honestos, rectos, inocentes y veraces.
Si no hubiese otras cosas que los turbaran, sólo pensar en esto
Justamente porque suelen estar sujetos a azares e inconveniencias bastaría para volverias melancólicos a todos. La mayor parte de
rales como el desvarío, la locura, la simplicidad, etc. Jo. Vosquio los demás oficios y profesiones permiten que a! cabo de unos
quiere que los buenos estudiosos sean altamente recompensados siete afias de aprendizaje se viva de su práctica. El mercader
y tenidos en d más extraordinario respeto por encima de los arriesga sus bienes en el mar y, aunque el peligro es mucho, si
demás hombres, «que aquellos que se arriesgan y ponen en peli- regresa una nave de cuatro es probable que cubra los costas de!
gro sus vidas por el bien público, tengan mayores privilegias que viaje. Las ganancias de! granjero son casi seguras, quibus ipse
los otrOSll.517 Pera hoy día los patrones del saber distan tanto de ]upiter nocere non potest [que Júpiter mismo no puede daiiar]
respetar a las Musas y de darles tal horror, o recompensa, a los (hipérbole de Catón, que fue gran granjero);519 sólo los estudio- ·
estudiosos -el cual mereceo y les es concedido por los indulgen.,- sos, creo yo, viven en la mayor incertidumbre, no son respeta-
tes privilegias de muchos nobles príncipes- que después de todos dos, están expuestos a todas las casualidades y azares. Para empe-
los esfuerzos hechos en las universidades, los costas y cargos, zar, ni uno entre muchos demuestra ser un estudioso, no todos
expensas, fastidiosas horas, laboriosas tareas, fatigosos días, peli- son capaces y dóciles, ex omni ligno non jit Mercurius520 [no se
gros, azares (y a rodo esto, privados de todos los placeres que tie- pu~de hacer una efigie de Mercurio de cualquier lefio]. Podemos
nen los. demás hombres, enjaulados como halcones durante toda hacer alcaides y funcionarias cada afio, pera no estudiosos. Los

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ANATOM(A DE LA MEL>\NCOLfA PJUMERA PARTICIÓN. SECCIÓN 2

reyes pueden armar caballeros y barones, como confesó el empe- Deja que escape felizmente de todos esros azares aereis intestinis,
rador Segismundo; las universidades pueden dar cítulos; y Tit por tener cuerpo de bronce, y que ahora esté consumado y
quod es, e popufo quilibet esse potest [lo que eres, cualquiera puede maduro; sus estudios le han aprovechado y procedido con rodo
serlo]; pero él, no ellos, ni todo e! mundo, puede dar saber, aplauso; tras mucho expender, está en situación de buscar em-
.hacer filósofos, artistas, oradores, poetas. Es fácil decir, como pleo. ~ Dónde lo conseguirá? Está tan lejos de obtenerlo como lo
Séneca bien nota: O vimm bonttm! o divitem!; sefialar un hom- estaba (veinte anos atrás), el primer día que llegó a la universi-
bre rico, un hombre bueno, feliz, un hombre próspero: mm- dad. ~Qué rumbo tomará, ahora que está capacitado y listo? El
ptuose vestitum, cafamistratum, bene alentem [un hombre sun- más factible y fácil, y aquel en que muchos se emplean, es ense-
tuosamente vestido, un hombre acicalado]; magno temporis fiar en una escuela, volverse catedrático o cura, y por .e! lo obten-
impendio constat haec !audatio, O vimm literatum! Pero no es drá el salario de un halconero, diez libras al afio y su manuten-
así de sencillo dar con un hombre instruido. La instrucción no ción, o algún pequeno estipendio, en tanto pueda complacer a
se obtiene con tanta rapidez; por deseosos que estén algunos su patrón o a la parroquia; si no lo aprueban (pues por lo gene-
de esforzarse por ella, por más que estén suficientemente infor- ral lo hacen durante un afio o dos, inconstantes como aquellos
mados al respecto y sean liberalmente mantenidos por sus que exclamaban «Hosanna)) un día y «jCrucificadlo!>> otro),S2I ai
padres y patrones; aun así son pocos los que la abarcan. O son modo de un sirvieme debe ir en busca de un nuevo amo; si lo
dóciles, pera no siempre,la voluntad de los hombres es propor- hacen ~cuál es su recompensa?
cional a su ingenio: pueden entender, pero no se esfuerzan; o
son seducidos por maios compafieros, vef in puellam impin- Hoc quoque te manet ut pueros e/ementa docentem
grmt, vel in poculum [o terminan mal por las mujeres o por el occupet extremis in vicis balba senecttts. 522
vi no] y así pasan su tiempo de un ~o do que a pena a sus com-
pafieros y los pierde a ellos mismos. O aun en caso de que sean [<<AI fin, alcanzarás la edad en que balbucees en colegios subur-
industriosos, de maduro entendimiento, y quizá de buena banos,
capacidad, jCUántas enfermedades de cuerpo y mente se encon- h regando por ensefiarle las regias de la gramática a nifi~s.>>]
trarán! No hay en el mundo labor como la del estudio. Tal vez
sus temperamentos no lo soporten, pero pugnando por ser Como un asno, dedica su tiempo a obtener su mantención y
excelentes, por saberlo rodo, pierden salud, riqueza, cordura, puede exhibir una vara roma, togam tritam et facemm dice
vida y todo. Haedo:5 2 3 y una vieja toga desgarrada como ensefia de su infeli-
cidad; la recompensa de sus esfuerzos es su labor, una suma

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ANATOMIA DE LA MELANCOLIA
PRIMEI{/\ Pi\RTICIÚN, SECCIÚN l

módica para mantenerlo hasta que esté decrépito, y eso es todo.


Grammaticus non est folix [e! maestro de escuela no es feliz], etc. estudiosos, músicos, poetas, etc., antes de que las Musas nacie-
Si es el capellán residente en casa de un caballero, como !e ocu- ran, Y que vivían sin alimento ni bebida, y que por esa causa
rrió a Euformio,524 quizá por azar pueda obtener un medio sala- Júpiter los convirtió en cigarras. Y pueden tornarse otra vez in
rio o, ai fin, una pequena rectoría con la matrona de las donce- Tithoni cicadas, aut Lyciomm rtmas [en las cigarras de Tithon y
llas, una . parienta pobre o una criada chiflada, que tendrá y las ranas de los licios] si es por las recompensas que veo que reci-
conservará durante lo que !e quede de vida. Pero si en tanto birán; o si no, en tanto, quisiera que pudieran vivir, como lo
ofende a su buen patrón o desagrada a su senora ama, hicieron -sin viático alguno, corno si fuesen manucodiatae-527
esas aves índias del paraíso, según las llarnarnos habitualmente:
Ducetur planta velut ictus ab Hercule Cacus, aquellas, quiero decir, que viven del aire y el rodo del cielo y no
Poneturque foras, si quid tentaverit zmquam requieren de otra comida. Pues, tal corno son, su <<retórica sólo
Hiscere,525 les sirve para maldecir su mala fortuna,,528 y rnuchos de ellos, por
falta de medias, se ven obligados a vivir mal; de cigarras, se tor-
corno hizo Hércules con Caco, será arrastrado hasta la puerta por nao en abejorros y avispas, meros parásitos, y hacen mulas de sus
los talones, jfuera con él! Si dedica sus fuerzas a algún otro estu- Musas para satisfacer sus barrigas harnbreadas y obtener la carne
dio, con la intención de ser a secretis [secretario privado] de algún para su pitanza. A decir verdad, la fortuna cornún de casi rodos
noble, o de desempenar tal función con un ernbajador, se encon- los estudiosos es ser serviles y pobres, quejarse lastimosamente y
trará con que estas personas ascienden corno aprendices, uno por descubrirles sus necesidades a sus irrespetuosos patrones, corno
debajo del otro: y en las tiendas de rnuchos comerciantes, cuan- hizo Cardano,529 corno Jilandro530 y rnuchos otros; y, lo que es
do muere el amo, lo habirual es que el capataz de la tienda ocupe demasiado común en esas epístolas dedicatorias, en la esperanza
su lugar. En lo que hace a poetas, retóricos, historiadores, filóso- de ganar, adulan y con hiperbólicos elogios y comendaciones
fos, matemáticos, sofistas, etc.,526 son como cigarras, deben can- rnagnifican y loan a un idiota iletrado e indigno por sus excelen-
tar en verano y desfallecer en invierno, pues no hay empleo para tes virtudes, cuando más bien deberían, corno observa
ellos. Eso es lo que fueron al comienzo, si hemos de creer el pla- Maquiavelo, vilipendiaria y condenado directarnente por sus
centero cuento que Sócrates le contá ai bello Fedro bajo un plá- más nororias villanías y vicios.531 De modo que se prostituyen,
tano, a orillas del rfo Iliso. Cerca del mediodía, cuando hada como violinistas o mercaderes rnercenarios, para: servir bajo
calor y las cigarras hacían ruído, aprovechó esa dulce ocasión grandes hombres por una pequena recompensa. Son como los
para contarle el cuento de cómo las cigarras fueron alguna vez índios: tienen rnucho oro, pera no conocen su valor;532 pues yo
opino corno Sinesio, que «el rey Hiero obtuvo más de! trato con

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PRIMERA PARTICION, SECCJON 2
:\NATOM(A DE LA MELANCOUA

obsecuenres de algún potentado iletrado y viven bajo este inso-


Simónides que Simónides por tratar con él));533 reciben su mejor
lente venerable u honorable sefior, como parásirosn,535 qui tan-
educación, buena instirución, única calificación, de nosotros y,
quam mures alienum panem comedunt [que, como racones, co-
cuando les va bien, cambién su honor y su inmorcalidad vienen
men e! pan de ocros]. Porque, a decir verdad, artes hae non stmt
de nosotros; somos las tumbas vivientes, registros y como trom-
lucrativae, como Guido Bonati, ese gran astrólogo, pudo prever:
peteros de sus famas. ~Qué fue Aquiles sin Homero? ~Aiejandro
no son éstas artes que den ganancia, sed emrientes et fomelicae,
sin Arriano y Curtia?, ~quién conocería a los Césares si no fuera
sino pobres y hambrientas.
por Suetonio y por Dion?

Dat Galenus opes, dat }ustinianus honores,


Vixerzmt fortes ante Agamemnona
Sed genus et species cogitur ire pedes.53G
Multi: sed omnes illacrimabiles
Urgentw; ignotique longa
«E! rico médico, el honrado abogado cabalgan,
Nocte, carent quia vate sacro.534
miencras que e! pobre estudioso va a pie junto a ellos.n

[«Antes de que reinara el gran Agamenón,


La pobreza es e! patrimonio de las Musas y, como nos ensefia esa
Reinaron otros tan grandes y valientes como él.
ceología poética, cuando cada una de las hijas de Júpiter se casá
Cuya vasta ambición ahora está conrenida
con un dios, sólo las Musas quedaron solas, Helicón fue olvidada
En el breve conffn de una tumba;
por rodos los pretendienres, y creo que fue porque no renían do te.
En la noche interminable duermen, sin que nadie los llore ni los
conozca.
Calliope úmgttm caelebs cur vixit in aevttm?
No tuvieron un bardo que les diera todo el tiempo.))]
Nempe nihil dotis, quod numeraret, erat.

Les deben más a los estudiosos que los estudiosos a ellos; pera
«~Por qué Calíope fue doncella durante tanto tiempo?.
éstos se conceden menos valor que e! que cienen, y así es como
Porque no tenía doce que aportar.n
esos grandes hombres los mantienen abajo. Por más que sean
enciclopédicos que cengan todo e! saber del mundo deben guar-
Desde entonces, sus seguidores son pobres, olvidados y librados
dárselo para sí, ccvivir en baja estima y pasar hambre, a no ser que
a sus propios recursos; canto que, según aduce Perronio,537 es
se sometanll, como bien dice Budaeo: «Tantas grandes inreligen-
probable que los reconoras por sus ropas. «Por azarn, dice él, «se
cias, tantos parangones de las artes y de las virtudes son serviles

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ANATOMIA DE LA MELANCOLIA
PRIMERA PARHCIÚN, SECCIÚN 2

llegó a mí un sujeto de aspecto no muy acildado, lo que me


alcanzó para percibir que era un eStudioso, a quienes por lo de otros y emplear sus erráticas mociones para su propio uso. El
general los ricos detestan. Le pregunté qué era, me respondió mejor óptico es quien sabe reflejar los rayos dei favor y la gra-
que poeta. Volví a inquirir por qué iba ca.n harapiento; me repu- cia de algunos grandes hombres para que brillen sobre sí. Para
so que esa clase de instrucción nunca hizo rico a ninguno.))538 ser buen ingeniero basta construir el instrumento que te consi-
ga empleo. Esta era la habitual creencia y práctica en Polonia,
Qui pelago credit, magno se fomore tollit como Cromero observá hace no mucho en el primer libro de su
Qui pugnas et rosn·a petit, praecíngitrtr auro: histeria; por lo general, sus universidades eran bajas, no se
Vilis adulator picto jacet ebriw osn·o, encontraba en ellas ni un filósofo, matemático, anticuario, etc.,
Sola pminosis !Jorret focundia pannis. de nota, pues no tenían fijada recompensa ni estipendio sino
que todos se dedicaban a la teología, hoc solum in votis !Jabe1lS,
<<La ganancia dei mercader que se hace a la mar es grande; opimum sacerdotium, una buena rectorla es su meta. Esta era la
E! soldado se reviste de oro; práctica de alguno de nuestros vecinos inmediatos, según acusa
. . 540 «meten a sus h"IJOs en estud'ros de ley y teología antes
L1ps10:
E! adulón se atavía con lujosas prendas;
A1 único que verás en harapos será al estudioso.>> de que estén correctamente formados o capacitados para cales
estudios)). Scilicet omnibus artibus antistat spes lucri, et formosior
Por todo esta, cuando nuestros escudia~ tes ordinarios bien per-
1 est mmulu.s auri, quam quicquid Graeci Latinique tklirantes
ciben en las universidades cuán poco provechosos son estas scripsenmt. Ex hoc numero deinde venirmt ad gubemamla rei-
escudios poéticos, matemáticos y filosó ~cos, cuán poco respeta- pub., intersunt et praesrmt consiliis regum. O pater, 0 patria! [E!
dos, cuán pocos patrones tienen, se apresuran a aplicarse a las afán de ganancia sobrepasa todos los estudios, y una pila de
tres cómodas profesiones de la ley, la medicina y la teologfa, dinero es más atractiva que todo lo que escribieron los autores
repartiéndose entre ellas, rechazando en canto las artes de la griegos y latinos. De esta clase sacamos los jefes dei Estado, los
historia, filosofía, filología, o pasándolas por alto con ligereza, consejeros y guías de los reyes. jQué mundo!]. Así se quejaba, y
como placemeros juguetes que sirven para la charla de sobre- así podrían hacerlo otros. Pues encontramos que servir a un
mesa y para darles tema.S39 No se pierden mucho: quien sabe gran hombre, obtener un cargo en la corte de algún obispo
contar su dinero, tiene suficiente aritmética; es un verdadero (para praccicar en alguna buena ciudad) o hacerse de un bene-
geómetra quien puede medirse una buena fortuna a s{ mismo; ficio es la meta a la que apuntamos, pues es muy ventajoso y es
es un perfecto asrrólogo quien puede trazar el ascenso y la caída la carretera al progreso.

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ANATOMIA DE LA MELANCOLIA PRIMERA PARTICIÓN, SECCIÓN 2

Aunque rnuchas veces, por lo que veo, estas hornbres fracasan ran Maligna litigantium
a rnenudo corno los dernás en sus proyectos y por lo general ven Cohors, togati vultures,
frustradas sus esperanzas. Pues aun cuando sea un doctor de la ley, Lavernae alumni, agyrtae, etc.
un excelente civilista de valía, (dónde practicará y se explayará?
Sus campos son rnuy escasos; entre nosorros, la ley civil está muy <<Que no tienen más habilidad que una locuaz arrogancia,
limitada por las prohibiciones, hay rnuy pocas causas en razón de Conocirnientos tarnpoc1, son una nación de ordefiadores de
todas esas leyes rnunicipales que todo lo devoran: quibus nihil illi- escarcelas;
teratius, dice Erasmo,54I un estudio iletrado y bárbaro (pues, por Buitres togados, ladrone , turba litigiosa
más instruidos que sean en él, mal podría concederles el nombre De embaucadores que medran en esta ocupación, etc.>>
de estudiosos, a no ser que teilgan otras calificaciones); y can pocas
cortes le quedan a la profesión, tan menguados cargos, y estas, por que no rienen modo de vivir de su trabajo, sino que, corno se
lo general, se adquieren a precio tan caro, que no veo cómo un dice en brama en La comedia de los relojes, eran tantos que major
hombre de ingenio puede prosperar en eUos. En lo que hace a los pars populi arida reptantfome544 -gran parte de eUos casi muere
médicos, en toda aldea hay tantos salcabancos, empíricos, curan- de hambre- y están dispuestos a devorar a su prójirno et noxia
deros, paracelsianos, según se hacen llamar, causiflci et sanicidae, calliditate se corntpere545 [y se vuelven adictos a una deshonesta
[inventores de pretextos y matasanos) los llarna Clenard,542 hechi- astucia]; es tal la multicud de picapleitos y empíricos, cales los
ceros, alquimistas, vicarios pobres, falsos boticarios, criados de impostores, que un hombre honesto no sabe de qué forma
físicos, barberos y comadronas, que afirman ser muy hábiles, que mostrarse y comportarse en su sociedad, cómo conducirse con
.tengo grandes dudas acerca de cómo se mantendrán y de quiénes crédito en tan vil turba, scimtiae nomen, tot sumptibtts partum et
serán sus pacientes. Además, hay rnuchos de ambas clases, y algu- vigiliss, profiteri dispudeat, postquam [le avergüenza reconocer su
nos de ellos son cales arpías, tan codiciosos, tan clamorosos, tan instrucción, que ha adquirido a costa de tantos gasros y proble-
impudentes; y, como dijo uno,543 idiotas litigiosos: mas, ahora que), etc.

Quibus locuacis ajfotim an·ogantiae est, Los últimos son nuestros teólogos, la más noble profesión y
Peritiae pamm aut nihil, merecedora de doble honor, pera, de todas, la más apurada
Nec ulla mica literarii salis, y miserable. Si no me crees, oye un breve, que fue predicado
Cmmenimulga natio: hace no tantos anos en la Cruz de Pablo por uno que era enton-
Loqrmteleia turba, litiurn strophae, ces grave ministro y que hoy es obispo de esta cierra:546

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ANATOM[A DE LA MELANCOLIA PIUMERA PARTICION. SECCION 2

«Nosocros, que nos criamos en el saber y fuimos destinados a ese los inconvenientes que ello le causada, tendría motivo para
fin por nuestros padres, sufrimos en nuestra infancia la escueia de negarse,,? Así las cosas, nosotros, los teólogos titulados, ~no
gramática, que Agustfn llama magnam tyrannidem et grave hemos estado pescando todo este tiempo sin encontrar mejor
ma/um [gran despotismo y terrible mal] y compara a los tormen- fruto de nuestros esfuerzos? Hoc est cur palies? cttr quis non
tos dei martírio. Cuando llegamos a la universidad, si vivimos de prandeat hoc est?547 [~Es por eso que tenemos el rostro pálido y
la subv~nción dei colegio -como objetá Falaris a los leontinos: pasamos sin desayuno?] ~Por esto nos maceramos? ~Por esto nos
pantôn endeeís plfm limo:2 kai phóbou (necesitados de todas las levantamos tan temprano durante todo el afio, «saltando,, (dijo
cosas, menos ei hambre y ei miedo)- y si nos mantenemos, aun- uno) «de nuestras camas al oír la campana, como si hubiésemos
que sea en parte, a costa de nuestros padres, gastamos en manu- oído un trueno?, .548 Si éste es todo el respeto, recompensa y
tención innecesaria, libros y títulos, antes de llegar a alguna per- honor que tendremos, Frange leves calamos, et scinde, Thalia, libel-
fección, quinientas libras o mil marcos. Si por este precio a cam- fos549 [rompe tus plumas, Thalia, y desgarra cus libros], en-
bio del gasto de nuestro tiempo, nuestros cuerpos y nuestros treguemos nuestros libros y dediquémosnos a otta cosa. ~Con qué
espíritus, nuestra sustancia y nuestros patrimonios, no podemos fin estudiaríamos? Quid me littmtlas stulti dowm: parmtes?550
adquirir las pequenas recompensas que nos pertenecen por ley y ~Qué intención ruvieron nuestros padres al hacernos estudiosos,

por derecho de herencia, una pobre rectoría o una vicaría de f5 0 si después de veinte afios de estudios aún estamos tan lejos de
por afio , sino que debemos pagarle a nuestro patrón porque nos obtener empleo como cuando em pezamos? ~Por qué nos esforza-
preste una vida (una vida malgastada y desgastante) sea median- mos tanto? Quid tantum insanis juvant impalkscere chartis? [~por
te una pensión anual o por la rasa de un título de propiedad y qué perder el color de nuestros aii.os juveniles inclinados sobre la
eso, corriendo el riesgo de perder nuestras almas por simonía y estúpida página?] Si no hay más esperanzas de ser recompensado,
perjurio y todos nuestros empleos espirituales, en esse y en posse, ni mejor estímulo, vuelvo a decir: Frange leves calamos, et scinde,
en el presente y lo por venir, al cabo de un ciempo: ~qué padre Thalia, libellos; hagámosnos soldados; vendamos nuestros l!bros y
será tan impróvido como para criar a su hijo, a tan alto costo, compremos espadas, armas de fuego y picas; o usémoslos para
para esta inevitable mendicidad? ~Qué cristiano será tan irreligio- tapar botellas, convirtamos nuestras togas de filósofo, como
so como para criar a su hijo en esta carreta que, en toda proba- Cleantes lo hizo, en sayos de molinero; dejémoslo rodo y mejor
bilidad y necesidad coget et turpia, obliga al pecado, lo enredará dediquémonos a cualquier orra carreta más bien que continuar en
en la simonía y el perjurio, cuando, como dijo ei poeta, lnvitatrts esta miseria. Praestat dentiscalpia radere, quam literariis monumentis
ad haec aliquis de ponte negabit: «Si se llevan a un mocoso m en- magnatrmz fovorem emendicare:551 [mejor aguzar escarbadientes a
digo dei puente donde está sentado mendigando, él, si supiera de suplicarei favor de los grandes con producciones !iterarias].

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• ANATOMfA DE LA MELANCOLfA PRIMERA PART!C!ÓN, SECCIÓN 1

Sí, pera me parece oír que alguno se opone a estas palabras, de las habituales cortesías y respetos ordinarios) ellos y yo nos
diciendo que aunque sea verdad lo que dije sobre ei estado de separamos tal como nos encontramos y me dieran tanto como
los estudiosos -y en particular dei de los teólogos, que en estos pedí, que fue ... Y como Alejandro ab Alexandra (Genial. die1:,
tiempos es miserable y apurado, que los bienes de la iglesia han Lib. 6, cap. 16) le respondió aJerónimo Massiano, que se asom-
naufragado y que tienen justa causa para quejarse-, hay una braba de ver que qtmm plures ignavos et ignobiles ad dignitates et
falta pera ~de dónde procede? Si la causa fuese justamente exa- sacert;lotia promotos quotidie videret [cuando veía a tantas persa-
minada, revertida sobre nosotros, seríamos encontrados culpa- nas indolentes e indignas promovidas a diario a altos cargos en
bles y no tendríamos cómo excusarnos. Que hay falta entre el Estado y la Iglesia], mientras otros ascendían, él seguía en e!
nosotros, lo confieso, y, si no hubiera comprador, no habría ven- mismo estado, eodem tenore et fortuna, etti mercedem Laborum
dedor; pera a quien lo considere mejor le será más que manifies- stttdiornmque deberi putaret, considerando que merecía tanto
tamente aparente que la fuente de estas miserias procede de como los demás; dia como respuesta que estaba contento con su
estas codiciosos patrones. AI acusados, no nos excuso dei todo a presente estado, no era ambicioso y aunque objurgabtmdus suam
nosotros; ambos tenemos faltas, ellos y nosotros. Pera, a mi jui- segnitiem acmsaret, cum obscrmu sortis homines ad sacerdotia et
cio, en eilos la falta es mayor, las causas más aparentes y hay pontificatzts evectos, etc. Lo regafió por ser tan corto, pera e! otro
mucho que condenar. Por mi pane, si las cosas no me van como seguía igual. Y, por mi parte, aunque quizá no sea digno de lle-
quisiera o como debiesen, adscribo su causa, como hizo Carda- varle los libras a Alejandra, algunos amigos comedidos y bien-
no en un caso parecido552 meo infortzmio potius quam il!ornm intencionados me han hecho discursos como ése; pera respondí
sceleri [a mi inforrunio más que a su deshonestidad] ,553 aunque como Alejandro, que tenía bastante y tal vez hasta más de lo que
alguna vez he sido enganado por alguno de ellos y tengo tan merecí; y con Libanio el Sofista, que más bien escogía (cuando
justa causa de queja como cualquiera. O más bien lo fui por mi e! emperador !e ofreció honores y cargos) ser talis sophista, quam
propia negligencia, pues siempre he sido como ese Alejandro en talis magistmtzts [ser e! sofista que era a magistrados como lo son
Plutarco,554 que fue tutor en filosofía de Creso y que, aunque otros] , tendría la libertad de seguir siendo Demócrito Junior y
vivió muchos afias familiarmente con ei rico Creso, seguía igual privus privatzts, si mihi jam CÚlretztr optio, quam talis fartasse
de pobre cuando de allí se marchá (lo que asombró a muchos) doctor, talis cklmimts [un individuo desconocido, si puedo esco-
como cuando recién llegó; nunca pidió, e! otra nunca le dio; ger, más que doctor en teología u obispo). Sed quorsum haec?
cuando viajaba con Creso, éste le prestaba un sombrero y cuan- [~Por qué digo rodo esto?]. Además, que se compren y vendan
do regresaban é! se lo devolvía. He conocido nobles amigos rentas [eclesiásticas], que se prive a la Iglesia de lo que las leyes de
como esos, rambién estudiosos, pera casi siempre (a excepción Dias y de los hombres le han concedido es focimts detestandmn

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ANATOM(A DE LA MELANCOUA PRIMERA l'ARTICIÓN, SECCIÓN 2

[un crimen detestable] de ambas partes; pero más en dlos, y eso demuestra la experiencia común, se maldicen a sí mismos en
por la codicia e ignorancia de los que rienen inrerés en estas asun- rodo lo qu·e emprenden. «,:Con qué cara>> (como cita uno559 a
tos. Nombré a la codicia en primer lu~~r, como raíz de todos.est~s Agustfn) <<pueden esperar una bendición o un legado de Cristo
desórdenes, que, al modo de Acán los \tmpele a cometer sacrileg10 en el cielo quienes defraudan a Cristo de Su herencia aquí en la
y a hacer pactos .;Ímoníacos (y muchas arras cosas) para sus pro- rierra?>> Quisiera que rodos esos parrones simoníacos y los que
pios fi!les, lo que enciende la ira de Dios555 y trae plaga, vengan- retienen los diezmos leyesen esos juiciosos opúsculos de sir
za y un pesado castigo sobre ellos y los demás. A algunos, por el Henry Spelman y sir }ames Sempill, caballeros; los recientes ela-
insaciable deseo de mugriento lucro, por enriquecerse, no les borados y sabias tratados que el docror Tillesley y el sefior
importa cómo lo obrienen, perfas et nefas, por las buenas o por las Monrague han escrito sobre este tema. Pera aun si lo leyeran de
malas, lo obtendrán. Y orros, cuando malgastan sus haciendas con poco les serviría: cLames licet et mare coe/o confundas, rruena,
el liberrinaje y la prodigalidad, para recuperarse roman por presa relampaguea, predica de! infierno y de la condenación, diles que
a la Iglesia, robándole, como hizo Juliano el Apósrata;556 despojan es un pecado: no lo creerán; denuncia y aterroriza, «sus concien-
a los párrocos de sus ingresos (quedándose con la mirad, como lo cias están cauterizadasn:560 no atienden; como la sierpe encanta-
observa un grande de entre nosotros)557 «y esa manutención de la da, tapan sus oídos. Llámalos bajos, irreligiosos, profanos, bár-
cual deberían vivin>: por cuyo media la barbarie aumenta y se pro- baros, paganos, arcos, epicúreos (como algunos de ellos sin duda
duce una gran merma de profesores cristianos, pues lquién se apli- lo son): como la alcahueta de Plauto exclaman, Euge.' optime!
cará él mismo o a su hijo o a su amigo a estas esrudios teológicos, [jBravo! jexcelenre!] y se aplauden como ese avaro, simul ac
cuando, eras hacer grandes esfuerzos, estas no le darán nada de nummos contemplar in arca561 [Mientras vea el dinero en la caja
que vivir? Pera lcon qué fin hacen estas cosas? fuerte ... ]; digas lo que digas, quocunque modo rem [sea cual
fuere el modo de obrenerlo, es dinero]; como el perro que le
Opesque totis viribus venamini, ladra a la luna, tus dichos serán en vano: quédate con tu ciclo,
At inde messis accidit miserrima. 55B lo que quieren es dinero. Son una turba baja, profana, epicúrea,
hipócrita; en lo que a mí respecra, que finjan cuanto cela quie-
[<<Buscas la riqueza con todas cus fuerzas, pera cosechas una des- ran, falsifiquen la religión, empafien los ojos ai mundo, hablen
graciada recompensa.>>] de sí mismos en forma bombástica y atiborren su grandeza con
lo quitado a la iglesia. Que brillen como pavos reales, tan fría es
Laboran y se afanan, pera ,:qué cosechan? Las que recurren a ello mi caridad, tan deficiente en este aspecto, que nunca dejaré de
suelen ser famílias infortunadas, malditas en su progenie y, lo pensar que están podridos hasta la médula, sus huesos están lle-

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ANATOM(A DE LA MELANCOL(A PRIMEIV\ PARTICIÓN, SECCIÓN 2

nos de hipocresía epicúrea y tuérano ateísta, son peores que sus bienes.>>566 E! águila de Esopo, al ver un trozo de carne dis-
paganos. Pues, como observa Dionísio de Halicarnaso (Antiq. puesro para el sacrificio lo arrebatá con sus garras y se lo !levá a
Rom., Lib. 7, Primttm locum, etc.) :562 ((Griegos y bárbaros obser- su nido; pero el azar !e había dejado adherida un ascua ardien-
vao todos los ritos religiosos y no se atreven a quebrantados por te, que, sin que ella se diera cuenta, consumiá a sus pichones,
miedo a ofender a sus dioses,; pera nuestros conrratistas simo- nido y rodo lo demás. Nuestros simoníacos patrones que des-
níacos, nuestros insensatos Acanes, nuestros estultos mecenas, postan a la iglesia y sacrílegas arpías no pueden esperar que les
no le temen a Dios ni al diablo, rienen evasiones para ello: que vaya meJor.
no es pecado, o que no cae bajo el jzm divino [ley divina], o si
es pecado, no es pecado grande, etc. Y aunque se los castigue a Una segunda causa es la ignorancia, de donde viene el desdén;
diario por ello y manifiesten percibir que, como dijo uno, escar- successit odium in !iteras ab ignorantia vulgi [el saber se ha vuel-
cha y fraude siempre terminan mal, así y rodo, como dice to odioso debido a la ignorancia del público], como )unia bien
Crisásromo,S63 Nullrt ~x poma sit con·~ctio, et quasi adversis percibiá;567 este odio y desprecio a la instruccián procede de la
malitia hominum provocetur, crescit quotidie quod ptmiatur [la ignorancia;568 como ellos son bárbaros, idiotas, cortas, iletrados
correccián no trae mejora, y, como para burlarse del legislador, y orgullosos, estimao que los demás también lo son. Sint
el crimen que se castiga se vuelve más común]; empeoran más Ma~cenates, 1wn deenmt, Flacce, Marones: que haya patrones
que mejoran, iram atque animos a crimine sumunt [la comisián generosos, y habrá estudiosos aplicados en todas las ciencias.
misma del crimen los vuelve más atrevidos], y, más se los corri- Pero aunque condenao el saber y se creen suficientemente calí-
ge, más ofenden; pero déjalos que sigan su carrera, Rode, caper, ficados por saber escribir y leer, tergiversar alguna evidencia o
vites [mordisquea, cabra, las vides]; que prosigan tal como saber tanto latín como aquel emperador:569 Quid nescit dissinm-
comenzaron, no es pecado, que se regocijen sin temor, la ven- lare, nescit vivere [quien no sabe disimular, no sabe vivi r], no son
ganza de Dios los alcanzará al fin, y esos bienes mal habidos, aptos para servir a su país, para hacer o emprender cualquier
como las plumas del águila, consumirán el resto de su sustan- accián o empleo que pue8a tender ai bien de una comunidad,
cia;564 y es azmtm Tholosanum565 [oro de Tolosa, es decir, raba- como no sea pelear o ejefcer como .jueces de p~ con ~~nrido
da] y no producirán mejores efecros [que ése]. ((Que lo pongan común, cosa que puede hacer cualquter hacendad!llo. Y ast crían
a salvo y que lo encierren tan bien como pueda~, tranquen a sus hijos, rudos como ellos, en su mayor parte sin calificacio-
la puerta y !e echen !lave» dice Crisástomo, ((que e! fraude y la nes, sin educacián, sin civilidad. Quis e nostm juvmtute legitime
codicia, los dos ladrones más violentos, esrarán dentro, y una instituitttr !iteris? Quis oratores aut philosophos tangit? Quis histo-
pequena ganancia mal habida bastará para subvertir el resto de riam legit, i/Iam renmz agendarttm quasi animam? Praecipitant

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ANATOMIA DE LA MELANCOLIA !'RIM ERA I'AlfnCIÓ N . SECCION 2

parentes vota sua570 [(Cuál de nuestros jóvenes está adecuadamen- nos, aprendices y los más bajos sirvientes estén mejor calificados
te entrenado en las letras? (Cuál sabe algo sobre los oradores o filó- que ellos. En tiempos pasados, reyes, príncipes y emperadores
sofos? (Cuállee histeria, que es como si fuese el alma de la activi- eran los únicos estudiosos, excelentes en todas las facultades.
dad pública? Los padres tienen demasiada prisa], etc., la queja de
Lipsio sobre sus iletrados compatriotas podría ser nuestra. <_Y estos Julio César reformá el afio y escribió sus propios Comentarias:
homb~;es son quienes juzgan la valía de un estudioso, ellos, que no
tienen valfa, que no saben en qué consiste la tarea de un estudian- Media inter praelia semper,
te, que no saben distinguir entre un verdadero estudioso y un zán- Stellamm coclique plagis, superisque vacavit. 573
gano? O aquel que, gracias a una lengua voluble, una voz fuerte,
un tono placentero y la ayuda de algunas rruhanerías polianteas [«En medio de la guerra, encontrá uempo para estudiar las
roba y escamotea unas pocas notas de la cosecha de otro y así da estrellas, el firmamento y el mundo superior.»]
un espectáculo más atractivo que aquel que es verdaderamente
instruido; que cree que predicar no es más que hablar <CO que esca- Antonio, Adriano, Nerón, Severo, Juliano, etc.,574 Miguel el
,
parse con un carro vaCIOll, como d""IJO un h omb re grave, 571 Y as1' emperador e Isacio575 eran tan dados a sus estudios que ningún
nos envilecen a nosotros y a nuestros esfuerzos; nos denigran a sujeto bajo se esforzaría tanto; Orión, Perseo, Alfonso, Ptolomeo,
nosotros y a toda instrucción. Como son ricos y tienen otros famosos astrónomos; Sabor, Mitrídates, Lisímaco, admirados físi-
meclios con que vivir, piensan que el no saber no les concierne y cos; todos los reyes de Platón; Evax, ese príncipe árabe, muy
que no deben preocuparse por él;572 que lo de ser hombres de tin- experto joyero y filósofo exquisito; antaflo, los reyes de Egipto
tero·, esclavos pedantes, es faena más adecuada a hermanos meno- fueron sacerdotes y de entre ellos escogidos -Idem rex hominmn
res o hijos de pobres y ni por asomo una vocación apropiada para Phoebique sacerdos [fue tanto rey de los hombres como sacerdote
un caballero; como franceses y alemanes lo hacen habitualmente, de Febo]-; pero esos tiempos heroicos pasaron; las Musas están
rechazan todo conocimiento humano: (qué tiene ellos que ver desterradas, en esta edad bastarda, ad sordida tugttriola [a sórdidos
con él? Que lo~ marin~s est~dien_ ast~onom~a, que los comisioni- tugurios], a personas aún más sórdidas y confinadas casi por com-
stas de comercio estudien antméttca; los agnmensores le dan geo- pleto a las universidades. En aquellos días, los estudiosos eran
metría; los fabricantes de gafas, ópti4; los vagabundos geografía; altamente amados, ·honrados,576 estimados; como el viejo Aenio
los escribientes municipales, retórica: (de qué le sirve una pala a por Escipión el Mricano, Virgílio por Augusto, Horacio por
quien no tiene suelo que cavar, o la instrucción a aquellos que no Mecenas: compafleros de los príncipes, por ellos. queridos, como
saben emplearla? Así razonan, y no se avergüenzan de que mari- Anacreonte por Polícrates, Filoxeno por Dioniso, y altamente

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ANATOM(A DE LA MELANCOLfA PRIMERA PARTICIÔN, SECCIÓN:!

recompensados. Alejandro le enviá cincuenta talentos a tos, no vaya a ser que la chispa de! genio se extinga en ellos]; un
Jenócrates el filósofo porque era pobre; visu remm, aut eruditione ave gorda no canta, un prl rro gordo no puede cazar. Y así, al ser
praestantes viri, memis olim regum adhibiti [hombres norables por deprimidos de este modo a algunos les faltao medios.,5Bl a otros
su previsión o su saber se senraron anrafio a las rnes.1s de los voluntad,5B2 a rodos esrímulo5B3 por estar casi olvidados y gene-
reyes], como relata Filósrrato de Adrián y Lampridio de Ale- ralmenre condenados. Hay un viejo dicho: Sint Maecenates, non
jandro Severo; famosos escritores acudieron a las cortes de estas deenmt, Flacce, Marones [que haya Mecenas, y no faltarán
príncipes, ve!ttt in Lyceum, como a una universidad, y fueron Virgilios] y sigue siendo verdad hoy. Pera a menudo, y no puedo
admitidos en sus mesas, quasi divum epulis accumbentes [como si negado, la mayor falta está en nosotros. Nuesrros académicos
los agasajaran en las fiesras de los dioses]; ArqueJao, ese rey mace- transgreden con demasiada frecuencia en descuidar a sus patro-
donio, no cenaba de buena gana si no era con Eurípides (entre nes, como bien acusa Erasmo:5B4 o por escogerlos mal (negligimus
otras cosas, bebió a su salud una noche a la cena y !e dio una copa oblatus aut amplectimur par-um aptos Dos descuidamos cuando
de oro por sus esfuerzos), de!ectatus poetae mavi sermone [encan- se ofrecen o nos apegamos a los que no son adecuados]) o, si
tado con la deliciosa conversación de! poeta]; y es adecuado que conseguimos uno bueno, no nos plegamos a él ni lo seguimos
· así fuera, pues, como bien dice Platón en su Protágoras, un buen como debiéramos. Idem mihi accidit adolescenti [esro me ocurrió
filósofo sobrepasa tanto a los demás hombres como un gran rey a a mí cuando era joven] (dice Erasmo, reconociendo su falta), et
los plebeyos de su país;577 y además, quoniam i!!is nihi! dust, et gravissime peccavi, e hice un error muy seria y yo mismo puedo
minime egere solent, et disciplinas quas profltentttr, so!i a contemptu decirlo:5B5 yo ofendí en esta y, por lo tanto, quizá lo hayan hecho
vindicare pommt57B [como nada les falta y tienen pocas necesida- muchos otros. No respondere magnatum fovoribus, qui caepertmt
des, y como sólo ellos pueden inspirar respero por las artes que nos amplecti [respondimos a los favores de los grandes que
profesan] no necesitaban mendigar con tanta bajeza como se ven comenzaban a protegemos] ni nos aplicamos con la pronrirud
oblig:idos a hacerlo los estudiosos de nuestros días, quejándose de con que debimos hacerlo: la ociosidad, el amor a la libertad
su pobreza579 o inclinándose ante un patán rico por un plaro (Jmmodicus amor !ibertati ejficit ut diu ettm peifidis amicis, según
de comida, sino que podían vindicarse a sí mismos y a las artes confiesa, et pertinaci paupertate co!luctarer [debido a uri. excesivo
que profesaban. Ahora, no querrían ni podrían: pues algunos tie- amor a la liberrad debí bregar durante mucho tiempo con falsos
nen como axioma que manrenerlos pobres los hará estudiar; amigos y con la pobreza]), la vergüenza, la melancolía, la timidez
deben ser puestos a dieta, como los caballos que van a correr una hace que muchos de nosotros seamos carros y rem isos. Así que
carrera, no malcriados, alendos volunt, non saginandos, ne me!ioris algunos ofenden con un extremo, pera demasiados co n el otra:
mentis jlammula extinguatur5BO [los quieren alimentados, no ahí- los más somos demasiado atrevidos, demasiado solkitos, dema-

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ANATOM(A DE LA MELANCO!JA
PRIMERA PARTICIÓN, SECC!óN 2

siado ambiciosos, demasiado impudentes; es común que nos que- Et spes et mtio studiorum in Caeasare tantum:5B7
jemos deesse Maecenates, de falta de estímulo, falta de medias,
mientras que el verdadero defecto es nuestra falta de valía, nues- [11No tenemos esperanza ni motivo para esrudiar, a no ser en el
tra insuficiencia. (Notá Mecenas a Horacio o a Virgílio antes de gran César:»]
que ellos se hicieran ver? (Tuvieron Bavio y Mevio algún patrón?
Egregiw~l specimen dent, dice Erasmo: que primero muestren su como lo dijo él antafio, podemos decido nosotros con verdad
valía, que se muestren suficientemente calificados en saber y hoy; él es nuestro amuleto, nuestro sol,588 nuestro único consue-
modales antes de presumir o impudentemente intrusarse y pre- lo y refugio, nuestro Ptolomeo, nuestro Mecenas común:
sentarse a grandes hombres, como lo hacen demasiados; suelen jacobus mzmifictts, jacobus pacificus, mysta Musarttm, rex
insinuarse con can haja adulación, con intrigas parasíticas, con Platonicus Uacobo el munífico, Jacobo el pacífico, el consagrado
tan hiperbólicos elogios, que da vergüenza oírlos y verlos. a las Musas, el rey platónico], Grande decus, columenque nostrum
lnmodicae !azules conciliant invidiam, potius quam laudem [la loa [nuestra mayor gloria, la que nos carona], un fumoso estudioso
excesiva crae envidia más bien que fama] y las vanas comendacio- él mismo y solo patrón, pilar y sostén dei saber. Pera su valía en
nes detraen de la verdad, y terminamos por non melios de laudato, este aspecto es tan bien conocida que, como Patérculo dijo de
pejus de laudante: pensar mal de ambos, elogiador y elogiado. Así Catón: Jam ipmm laudare nefas sit [alabarse a sí mismo sería
ofendemos, pero la mayor fulca está en la aspereza, defecto de los impiedad]; y Plínio para Trajano:5B9 Seria te carmina, honorque
patrones. En la antigüedad, jCUán amado y cuán respetado fue aeternus annalium, non haec brevis et pudenda praedicatio colet
Platón por Dioniso! jQué caro a Alejandro fue Aristóteles, [tu gloria tendrá por santuario épicas solemnes e inmortales
Demarato a Filipo, Solón a Creso, Anaxarco y Trebatio a Au- historias, no este fugaz discurso sin valor]. Pero se ha marchado,
gusto, Casio a Vespasiano, Plutarco a Trajano, Séneca a Nerón, ese nuestro sol se ha puesto; mas aún as{, la noche no cae: Sol
Simónides a Hierón! jCuán honrados! occubuit, nox nulla secuta est. Tenemos a orro en su lugar, aureus
alte1: Avulsus, simili Jrondescit virga metallo590 [cuando la prime-
Sed haec priw fieere, mmc recondita ra es tronchada, brota orca rama, rambién de oro], y que reine y
Senent quiete,58G medre entre nosotros por un largo tiempo.

[(1pero todo esro fue en el pasado, ahora todo pasó y se olvidóu] No quiero ser malicioso, desmintiendo así mi ingenio; no puedo
y
negar que una pizca de nuestra nobleza, uno que otro aquí aliá,
esos días pasaron; son excelentemente instruidos, como esos Fuggeri de Alemania;

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ANATOMfA DE LJ\ MELJ\NCOUA PRIMERA PMTICIÓN. SECCIÓN 2

Ou Barcas, Ou Plessis, Sadael, en Francia; Pico de la Mirándola, vuesrros nombres y personas, y con toda mi sumisión me posrro
Escoro , Barocio en Icalia; apparent mri nantes in gurgite vasto para vuestra censura y servicio. Hay entre vosotros, lo confieso
[unos pocos nadadores esparcidos en el vasco abismo]. Pero son francamente, muchos parrones que mereceo serlo y que son ver-
muy pocos con respecco a la mulcirud, la mayor parte (con orca daderos patriotas dei conocimiento, además de muchos orros a
excepción, la de los que son indiferentes) esrán totalmente dedi- quienes nunca vi, sin duda, ni de quienes oí, pilares de nuesrra
cados a halcones y sabuesos, y muchas veces son arrasrrados por comunidad, cuya valía, generosidad, saber, buena disposición,
la intemperancia en la lujuria, el juego y la bebida. Si alguna vez verdadero ceio en la religión y buena estima de rodos los estudio-
leen un libro (si quod este Ínterim otii a vmatu, pomlis, aka, scor- sos debiera quedar consagrada para roda la posreridad;593 pero
tis [si se roman un momento entre la caza, la bebida, el juego y entre vuestras filas hay una banda depravada, corrupta, codiciosa,
las mujeres]) es una Cróníca Inglesa, Sir Huon de Bwdeos, Amadís iletrada, no m ejor que bestias, memm pecm (testor Dmm, non
de Gaula, etc., un libro de juegos o algún panfleto de noticias, y mihí viderí dignos ingemtí hominis appellatíone) (vive Oios, no los
eso sólo en las temporadas en que no pueden salir y para matar e! creo dignos de ser llamados seres humanos), bárbaros rracios, et
riempo su única conversación es sobre perros, halcones, caballos y qttis ilk Thrax qui hoc neget? [(y qué rracio lo negaría?], una com-
las últimas noricias.591 Si alguno ha viajado por lralia, o ha llega- pafiía sórdida, profana, perniciosa, irreligiosa, impudente y estú-
do hasta la corre dei emperador, si ha invernada en Orleans y pida, no sé qué epítetos darles, enemigos dei saber, confundido-
puede cortejar a su amante en mal francés, !levar atildadamente res de la lglesia y ruína de la comunidad; son patrones por
sus ropas a la última moda, cantar algunas melodias extranjeras derecho de herencia, a quienes se les confía e! disponer libremen-
selectas, discurrir sobre sefiores, damas, pueblos, palacios y ciuda- te de rales remas para e! bien de la lglesia; pero (qué capataces
des, se lo considera completo y digno de ser admirado; fuera de duros resulran ser) les quitao la paja y los obligan a hacer tal can-
eso, él y ellos rienen mucho en común;592 no hay diferencia entre tidad de ladrillos; por lo común, respetan sus propios fines, la
amo y criado más que títulos venerandos; guina y escoge entre el comodidad es e! rumbo de todas sus acciones, y concluyen por
que está sentado (sin tomar en cuenca su aruendo) y él que sosrie- presentar como al hombre de mayores ralemos a aquél q ue más
ne la fuente por detrás de él; y esros son quienes deben ser nue- les da; no hay penique, no hay paternosrer,594 como dic~n. Nisi
stros parrones, a veces rambién nuestros gobernadores, estadistas, preces ttttro fitlcias, ttmplis Í1Titas [si no respaldas tu perición con
magistrados, nobles, grandes, y sabias por herencia. oro, sólo los irritas]; ut Cerbents o./fo, sus asisrentes y funcionarias
deben ser sobornados, recibir su rasa y provistos, como lo es
No interpretéis mal mis palabras (vuelvo a decir), Vos, o patrícius Cerbero con un obsequio por aquel que va ai infierno. Un anri-
sttnguis, vosotros que sois dignos senadores, caballeros, honro guo dicho es: Omnia Roma vmalia [codo está en venta en Roma];

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ANATOM(A DE LA MELANCOLfA PRIMERA PARTICIÓN, SECCIÚN 2

es un rezago del papismo que nunca será erradicado, no hay espe- deseos, pero inexorable, endurecido como es, no lo empleará
ranza ni nada bueno que pueda hacerse sin dinero. Un clérigo aunque hacerlo esté en su poder, pues es indotatus, no tiene dine-
puede ofrecerse, demostrar su valía, saber, honestidad, rdigión, ro. O si lo favoreceo, por más bien calificado que esté, por más
celo,595 lo comendarán por ello; pera probiUts laudatur et alget596 que alegue afinidad, consanguinidad, suficiencia, servirá siete
[se elogia a la vircud, pera se la deja morir de frío]. Si es un hom- afias, como lo hizo Jacob con Raquel, antes de que se lo den. Por
bre de talento extraordinario, acudirán desde lejos para oírlo, más que entre el primero, debe pasar por esa puerta simoníaca,
como c~enta Apuleyo que hicieron para ver a Psique: Multi mor- llegar a salvo y ser puesto en buena seguridad para cumplir con
tales confluebant ad videndum saeculi decus, speettlum gloriosum; todos los p~ctos, pues de no ser así, no tratará con él ni lo admi-
laudatra· ab omnibus, spectatrtr ob omnitus, nec quisqu.am non rex, tirá.Goo Pera si se ofrece algún pobre estudioso, algún párroco
non regius, cupidus ejus nuptiarom, petitoÍ accedit; mirantttr quidem desechado, algún capellán agregado que tome la mitad, un ter-
divinam formam omnes, sed ut similacnmz fobre polimm mirantrn: cio, o acepta lo que le den, es bienvenido, lo prefiere a un mill6n
muchos mortales acudieron a ver a la hermosa Pisque, la gloria de de otros, pues lo bueno siempre es mejor cuando es barato y
su tiempo, la admiraron, comendaron, desearon por su belleza y además, como le dijo Jerónimo a Cromaria: Patella dignam
contemplaron; pera como si se tratara de una pintura: ninguno opermlum [la tapa es digna de su olia]; a tal patrón, tal clérigo: el
quiso casarse con ella, quod indotata [pues no tenía dote]; la her- cura queda bien provisto y rodas las partes, conformes. De modo
mosa Psique no tenía dinero. Así hacen con el saber:597 que en nuescra edad aún se verifica aquello de lo que Crisóstomo se
quejó en su riempo: Qui opulmtiores stmt, in ordinem parasitorum
Didicit ham dives avaru.s cogunt eos, et ipsos tanquam canes ad numas suas enutrizmt, corum-
Tantum admirari, tantum laudare disertos, que impudentes ventres iniquamm comarum reliquiis diffircizmt,
Ut pueri junonis avem.59B iisdem pro arbítrio abutmtes,GOl los ricos mantienen a esros cate-
dráticos y parásitos obsecuentes en sus mesas como a perros, y
«Nuestros ricos han aprendido últimamente llenando sus tripas hambrientas con las sobras de su comida, los
A admirar, comendar y acudir insultao a su gusto y los hacen decir lo que ellos quieren. ((Como
A oír y ver hablar a un digno estudioso, hacen los niií.os con un ave o una mariposa atadas de un hilo,
Como hacen los niií.os con una pluma de pavo real., ellos, por media de sus capellanes residentes, prescriben, ordenan
a su gusto, dejan entrar y salir como mejor les parece)>.Go2 Si el
Recibirá todas las buenas palabras que puedan darle: uhombre patrón es puritano, también su capellán debe serlo; si es papista,
decente, que pena que no tiene empleo,,599 rodos los buenos su clérigo también debe serlo, o ser expulsado. Estas son los clé-

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PR!MERA PARTIC!ON. SECCION 2
ANATOM(A DE LA MELANCOLCA

rigos que los sirven, a quienes por lo general agasajan y presen- lo guerellaron, coepimisque (dice él)G04 stremte litigare, et implaca-
ran con remas eclesiales, mienrras que en tanto, nosotros, hom- bili bello conjligere (en seguida nos vimos envueltos en un duro
bres de la universidad, como temeras arados en una pasrura litígio y debimos pelear con ufias y dientes]; por fio, eras diez
matamos el ciempo, nos marchiramos como una flor no recogi- afias de juicio, tanto como lo que durá el sitio de Troya, cuando
da en un jardín y nunca se nos usa; o, como si fuésemos velas, no se cansá y gastá su dinero, debiá dejarlo todo de mala gana por
nos iluminamos más que a nosotros mismos, oscureciéndonos la estar tranquilo y rendirse ante su adversario. O si no, nos insul-
luz unos a orros, y no se nos discierne aquí en absoluto, aunque tao y pisotean funcionarias dominantes, nos esquilan esas ávidas
el menor de todos, si se lo trasladara a una habiración oscura o arpías, deseosas de obtener mayores rasas; vivimos temerosos por
alguna parroquia rural, donde podría brillar por su cuenra, daría algún lapso precedente; caemos entre sectarios refractarios y sedi-
buena luz y seria visto por todos. Mientras yacemos aquf ciosos, amargados puritanos, perversos papistas, una turba lasci-
esperando -como hicieron esos enfermos en e! estanque de va de epicúreos ateístas, que no quiere ser reformada, o algunas
Bethesda603 hasta que el ángel agiraba e! agua-, esperando que gentes litigiosas (esas bestias salvajes de Éfeso deben ser comba-
llegue la buena hora, se interponen y, engatusando, nos quitan tidas) que no pagao lo que les corresponde sin muchas quejas, u
nuestro empleo. Aún no terminé. Si, eras larga espera, muchas obligados por un largo pleito; pues Laici clerici oppido infisti (los
expensas, viajes, vehementes presentaciones nuestras y de nues- laicos odian a la clered~~ un viejo ~orna: les. parece bien obte-
tros amigos, obtenemos por fin un pequeno beneficio, nuestra nido todo lo que le qut an a la Iglesta y medtante tal conducta
desdicha vuelve a comenzar; nos encontramos de repente con incivil y áspera hacen qu su pobré ministro se canse de su pues-
nuevos ataques de la carne, el mundo y el diablo; cambiamos una to, si no de su vida; y si, ~or caso, es hombre rranquilo, honesto,
vida sosegada por un océano de problemas, llegamos a una çasa hace lo mejor que puede y, como suele suceder, cae de ser un aca-
ruinosa que, antes de ser habicable, necesariamente y para gran démico pulido y terso y se torna rústico, rudo, melancoliza solo,
dano nuestro debe ser reparada; nos vemos compelidos a exigir aprende a olvidar. O, como hacen muchos: se convierten en pro-
mejoras, si no queremos que nos las exijan a nosorros, y apenas ductores de malta, pastores, tenderas etc. (desterrados .ahora de
hayarnos llegado a un arreglo, se nos piden los pagos que se la academia, de todo comercio con las Musas y confmados a una
le deben a nuestros predecesores: primícias, diezmos, subsídios aldea de campo, como Ovidio, que de Roma fue ai Ponto) y con-
deben ser pagados al instante, beneficios y procuraciones; y, lo versao a diario con una compafiía de idiotas y paletas.
que debe ser más temido, nos encontramos con que renemos un
título dudoso, como le ocurrió a Clenard de Brabante por su rec- Nos ínterim quod. attinet (nec enim immrmes ab hac noxa sumus)
toría y cargo de sus beguinas: no bien fue nombrado, ai instante idem realus manet, idem nobis, et si non multo gravius, crimen

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ANATOM(A DE G\ MELANCOUA PRIMEM PARTICIÓN, SECCION 2

objici potest: nostra enim culpa sit, nostra incuria, nostra avaritia, artibus, artem qui non habent,GOB Eosqtu sapientes esse jubent, qui
quod tam fi"equentes, foedaeque fiant in Ecclesia nundinationes, mdla praediti sunt sapientia, et nihil ad grachtm praeterquam velle
(templum est vaenale, dcusqru) tot sordes invehantUJ; tanta grassetur adfiront. Theologastri (solvant modo) satis superque docti, per
impietas, tanta nequitia, tam imanus miseriarum EuripttS, et tur- omnes honomm gradus evelmntur et ascendunt. Atque hinc fit
banmz aestuarium, nostro inquam, omnium (Academicorum quod tam viles smrrae, tot passim idiotae, literarum crepu.sculo
imprim~s) vitio sit. Quod tot Resp. malis afficiatur, a nobis semina- positi, larvae pastomm, circumforanei, vagi, barbi, fimgi, crassi,
rium; ultro ma/um hoc accersimus, et quavis contumelia, quavis asini, merum pecus in sacrosanctos theologiae aditus, illotis pedibus
ínterim miseria digni, qui pro virili non ocwrrimus. Quid mim in·umpant, praeter inverectmdam fi-ontem adfirentes nihil vulga-
fieri posse speramus, qrmm tot in dies sine delectu pauperes alumni, res quasdam quisquilias, et scholarium quaedam nugamenta,
terrae filii, et cttjmcunque ordinis honnmciones ad gradus certatim indigna quae vel recipiantur in triviis. Hoc illud indignum genttS
admittantur? qui si definitionem, distinctionemque unam aut alte- hominum et fomelicum, indigmn, vagum, ventris mancipium, ad
ram memoriter edidicerint, et pro more tot annos in dialectica stivam potitts relegandum, ad haras aptitts quam ad aras, quod
posuerint, non refirt quo profictu, quales dmmm sint, idiotae, divinas hasce !iteras turpiter prostituit; hi sunt qui pufpita
nugatores, otiatores, aleatores, compotores, indigni, libidinis volup- complent, in aedcs nobilium irrepunt, et quum reliquis vitae desti-
tatumque administri, Spomi Penelopes, nebufones, Alcinoique, tuantur subsidiis, ob corporis et animi egestatem, aliarum in repub.
modo tot annos in academia imumpserint, et se pro togatis vendi- partium minime capaces sint; ad sacram hanc anchoram confit-
tarint; lucri cama, et amicomm intercessu praesentantur; addo gitmt, sacerdotitmz quovis modo captantes, non ex sinceritate,
etiam et magnificis nomzunquam elogiis mormn et scientiae; et jam quocf>O'J Paultts ait, sed cauponantes verbum Dei. Ne quis ínterim
valedictrtri testimonialibus hisce litteris, amplissime conscriptis in viris bonis detractum quid putet, quos habet ecclesia Anglicana
eorum gratiam honorant1t1; abiis, qui fidei suae et existimationis quamplurimos, eggregie doctos, illrrstres, intactae fomae, homines, et
jacturam proculdubio fociunt. Doctom enim et professores (quod plures forsan quam quaevis Europae província; ne quis a Jlorentisi-
ait ille)G05 id tmum curant, ut ex profissionibus frequentibus, et mis Academiis, quae viras rmdiquaque doctissimos, omni virtutmn
tumultttariis potius quam legitimis, commoda sua promoverant, genere su.spiciendos, abunde producunt. Et multo plures rttl-aque
et ex dispendio publico stmm fociant incrementttm. Id solum in habitm-a, multo splendidior fitttmz, si non hae sordes splendidum
votis babent annui plerumque magistmtrts, ut ab incipientium lumen ejus obfirscarmt, obstaret con'"ltptio, et cauponantes quaedam
mmzeroGOG pecunias emrmgant, nec multum interest qui sint, lite- harpyae, proletariique bonmn hoc nobis non inviderent. Nemo
ratores an literati, modo pingues, nitidi, ad aspectum speciosi, et mim tam caeca mente, qui non hoc ipsmn videat: nemo tam stoli-
quod verbo dicam, pecrmiosi sint.607 Philosophastri licentiantur in do ingenio, qui non intelligat; tam pertinaci judicio, qui non

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ANATOMIA DE LA MELANCOL!A I' RI MERA PARTIC!ON. SECCION 2

agnoscat, ab ÍJis idiotis circumfimmeis, sacram pollui Th~ologiam, num fomae mae, si non animae naufi-agium focientes; ut non ab
ac cael~stes Musas quasi prophanum quiddam prostitui. Viles ani- infimis ad mmmos, sed a summis ad ínfimos malum promanasse
mae et ejfrontes {sic enim Luth~rufilO alicttbi vocat) fucei/i causa, videatur, et illud vemm sit quod ille olim lusit, emerat ille prius,
ut mmcae ad mulctra, ad nobilium et ÍJeroum mensas advolant, in vendere jure potest. Simoniams enim {quod cum Leone dicam) gra-
spem sacerdotii, cujuslibet honoris, officii, in quamvis aulam, tiam non accepit, si non accipit, non habet, et si non habet, nec gra-
urbem se ingerrmt, ad quodvis se ministerium componunt. tus potest esse; tanhtm mim abstmt istorrnn nonmtlli, qui ad cla-
vum sedenta promovendo reliquos, ttt penihts impediant, probe sibi
· Ut nervis alienis mobile lignum conscii, quibus artibus illic pervenerint.6 16 Nam qui ob /iteras
Ducitur.Gll emersisse i/los credat, desipit; qui vero ingenii, eruditionis, expe-
rientiae, probitatis, pietatis, et Musamm id esse pretium putat
ojfam sequentes, psittacomm more, m praedae spem quidvis {quod olim revera foit, hodie promittihtr) planissime insanit.
ejfutiunt: obseczmdantes Parasifi612 (Erasmur ait) quidvis docent, Utczmque vel rmderonque malum hoc originem ducat, non ultra
diczmt, scribunt, madent, et contra conscientiam probant, non ut quaemm, ex his primordiis caepit vitiorum colluvies, omnis calam i-
salutarem reddant gregem, sed ut magnificam sibi parent fortu- tas, omne miseriarrtm agmen in Ecclesiam invehintr. Hinc tam fte-
nam.6Ú Opiniones quasvis et den·eta contra verbum Dei astruunt, quens simonia, hinc ortae querelae, ftaudes, imposhtrae, ab ÍJoc
ne non offindant patronum, sed ut retineant fovorem procemm, et fonte se derivarunt omnes nequitiae. Ne quid obiter dicam de
populi plawum, sibique ipsis opes accttmulent. Eo etenim plerrmqrte ambitione, adulatione plmquam aulica, ne tristi domicaenio labo-
animo ad Theologiam accedunt, non ut rem divinam, sed ut suam rent, de luxu, de foedo nonmmquam vitae exemplo, quo nonnullos
focient; non ad Ecclesiae bonum promovendum, sed expilandum; offindtmt, de compotatione Sybaritica, érc. hinc ille squalor acade-
quaerentes, qttod Paulus ait, non quae }estt Christi, sed quae ma, micus, tristes hac tempestate Camenae, quum quivis homtmcttlus
non domini thesaurum, sed ut sibi, suisqru thesattrizent. Nec tan- artium ignams, hic artibus assurgat, hunc in modum promoveahtr
htm iis, qui vilirrie fornmae, et abjectae, sortis mnt, hoc in um est: et ditescat, ambitiosis appellationibm insignis, et multis dignitati-
sed et medios, sttmmos e/atos, ne dicam Episcopos, hoc malum inva- bus augmhts vulgi oct1los perstringat, bene se habeat, et grandia
sit.614 Dicite pontífices, in sacris quid focit aurumf615 smnmos gradiens majestatem quandam ac amplitttdinem prae se firens,
saepe viros transversos agit allflritia, et qui reliquis morum probita- mh-amque sollicitudin~m, barba reverendus, toga nitidtts, purpura
te praelucerent; hi focem praefirrmt ad Simoniam, et in con·uptio- corztscus, mpellectilis splendore, et fomulomm numero maxime
nis htmc scopulum impingentes, non tondent pectts, sed deglubunt, conspiczms. Quales stahtae {quod ait617 ille) quae sacris in aedibus
et quocunque se confirunt, expilant, exhauritmt, abradrmt, mag- columnis impommhn~ velut oneri cedentes videntur, ac si insuda-

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ANATOMÚ\ DE LA MELANCOL!A PRIMEM PARTIC!ÓN. SECC!ÓN 2

rent, qzmm revera sensu sint carentes, et nihil si1Xeam adjuvent fir- empleado todos nuestros recursos para oponernos a ellos. (Qué
mitatem: atlantes videri volzmt, quum sint statuae lapideae, podemos esperar cuando competimos unos con otros cada· día
zmzbratiles revera homtmciones, fimgi, Jorsan et bardi, nihila si1Xo en darles títulos a todos y cada uno de los estudiantes impecu-
diffirentes. Quum ínterim docti viri, et vilae sanctioris ornamentis nes salido de la hez de las personas que aspiran a uno? Sólo nece-
praediti, qui aestum diei sustinent, his iníqua sorte serviant, mini- sitan aprender de memoria una o dos definiciones y distincio-
mo forsqn salario contenti, puris nominibus mmcupati, humiles, nes, y haber pasado la habitual cantidad de afi.os en tragar lógica,
obscuri, multoque digniores licet, egentes, inhonorati vitam privam sin que importe qué progreso haya hecho o cuál sea su carácter;
privatam agant, tenuique sepulti sacerdotio, vel in collegiis suis in pueden ser idiotas, despilfarradores, ociosos, jugadores, parran-
aetermtm incarcerati, inglorie delitescant. Sed nolo ditttius hanc deros, absolutamente inútiles y dejados, derrochadores y liberti-
movere sentinam, hinc illae lachrymae, lugubris musarum habi- nos; con que hayan pasado unos anos en la universidad como
tus,G!B hinc ipsa religio (quod mm Secellio dicam) in ludibrium et togados reales o supuestos, basta para que encuentren a quienes,
contemptum adducitur, abjectum sacerdotium (atque haec ubi buscando provecho o amistad, los presenten, y, lo que es más, en
fiunt, attsim dicere, et pulidu.m619 putidi dicterium de clero ttsttr- muchos casos con espléndidos testimonios sobre su carácter y
pare) putidum vulgus, inops, rude, sordidum, melancholicttm, saber. AI marcharse, obtienen ésws de personas que incuestiona-
miserttm, despicabile, contemnendttm. blemente arruinan sus propias reputaciones al escribirlos. Pues
(como dice uno) doctores y profesores no piensan en nada más
[En lo que nos concierne (pues también lo dicho nos toca) el que en cómo, mediante sus diversas profesiones, y en especial
mismo reproche se nos aplica, y se nos puede levantar ese mismo aquellas que son irregulares, pueden sacar ventaja y beneficiarse
cargo con aún más razón. Es por nuestra culpa, nuestra laxitud, a costas dei Estado. Lo normal es que nuestros jefes universita-
nuestra codicia, que hay tantos vergonzosos tráficos en la Iglesia rios anuales recen sólo por tener la mayor cantidad posible de
(<<el templo está en venta, también su dias))), que la corrupción, nuevos educandos a los que sacarles dinero, y no les importa si
impiedad y perversidad medran rampantes en ella, que es un son educados o no siempre que sean elegantes, atildados y de
loco amasijo de infortunio, una bullente masa de problemas. buena apariencia, en una palabra, hombres de medias. Filo-
Digo que todo esto es culpa de todos nosotros, y en especial de fastros inocentes de toda arte se convierten en Maestros de las
aquellos que pertenecemos a una universidad. Nosotros somos Artes, y son declarados sabias por quienes no tienen sabiduría,
la causa última de los males que abruman al Estado. De hecho, y no tienen más calificación para su títulos que el afán de obte-
fuimos nosotros quienes introdujimos rales males, aunque no nerlos. Teologastros, si pueden pagar, tienen suficiente saber
hay reproche ni sufrimiento que no merezcamos por no haber para sí y para los demás, y avanzan hasta los grados más altos.

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ANATOM(A DE LA MELANCOLiA
PRIMERA PARTICION. SECCION 1

De ahí viene semejante runfla de viles bufones, ignorantes per- tan ciego que no vea, tan estúpido que no perciba, tan obstina-
didos en el crepúsculo dei saber, clérigos fantasma, medicastros do que no admita que la sagrada Teología es mancillada y las
itinerantes, mentecatos, zoquetes, asnos, meras vacas, que hollan celesriales Musas prostituídas por estas ignorantes salrabancos.
con sus pies sin lavar los sagrados precintos de la Teología, sin Almas viles y desvergonzadas (como los !lama Lutero en alguna
traer consigo nada más que insolente impudencia, y algunos tri- parte), en busca de ganancia vuelan a las mesas de la nobleza
llados sofismas y fruslerías escolásticas que no sirven ni para como las moscas al balde de leche, en la esperanza de obtener
entretener a un genrío en alguna esquina. Ésta es esa clase haja una renta eclesial o cualquier otro puesro de honor, se trasladan
y hambrienta, necesirada vagabunda, esclava de su vientre, digna a cualquier mansión o pueblo, aceptan cualquier empleo, como
de ser enviada de regreso al arado, más adecuada para la pocilga marionetas manejadas mediante sus hilos, siempre siguiendo un
que para el altar, que ha prostiruido con bajeza el esrudio de la rastro, y balbuceando cualquier cosa como loros a cambio de
teologfa. Éstos son los que ocupan los púlpitos y se arrastran un bocado; parásiros complacientes (los llama Erasmo) , que
dentro de las casas de los nobles. Como no tienen otro medio de ensefían, escriben, dicen, recomiendan, aprueban, cualquier
vida y son incapaces tanto mental como físicamente de ocupar cosa, aún contra sus propias conciencias, no para edificar a sus
cualquier otro puesto, encuentran su anela y se aferran al sacer- congregaciones, sino para mejorar sus propias fortunas. Sus-
docio, no por motivos religiosos, sino, como dice Pablo, <<falsi- criben a cualesquieras opiniones y dogmas contrarias a la pala-
ficando la palabra de Diosn. bra de Dias, sólo para no ofender a sus patrones y conservar el
favor de los nobles y el aplauso de las masas y así obtener rique-
Que nadie piense, sin embargo, que mi intención es denigrar en zas para sí. Su motivo para esrudiar teología no es servir a Dias
forma alguna a los muchos hombres excelentes que se pueden sino a sí mismos, no promover los intereses de la lglesia sino
encontrar en la Iglesia de Inglaterra, hombres eminentes por su saqueados, <<buscando))' como dice Pablo, <<no las cosas de Jesús
saber y de repuración impecable, de los cuales tal vez podemos Cristo, sino las suyas propias)); no el tesoro del Sefíor, sino el
exhibir más que ningún otro país de Europa; ni de nuestras enriquecimiento de ellos mismos y sus famílias. Esta práctiça no
nobles universidades, de donde salen en abundancia hombres perrenece sólo a los de menor fortuna y clase más humilde, sino
del más alto saber y dotados de rodas las virtudes. Sin embargo, a los de rangos medias y altos, aún a los obispos. <<Decidme,
cada una de ellas, tendría muchos más de éstos y se elevada hasta pontífices 'qué hace el oro entre los sacramentos?)) La avaricia
una eminencia mucho mayor, si su lustre no fuese opacado por suele hacer errar el camino a hombres de la más elevada posi-
estas borrones y su pureza corrompida por estas arpías falsifica- ción, y a aquellos que deberían sobrepasar a los demás hombres
doras y los mendigos que envidian su bienestar. Nadie puede ser en virrud. Son éstos quienes indican el camino a la simonía, y,

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ANATOM{A DE LA MELANCOL{A PRIMERA PARTICIÓN, SECCIÓN 2

tropezando con esa piedra, no sólo esquilan sino que pelan a su promoción y bienes por estas métodos, con imponentes títulos y
rebafio, y dondequiera que vayan saquean, vadan y pelan, hacen distinciones, en virrud ~e los cuales puede deslumbrar los ojos de
naufragar sus propias reputaciones, si no sus almas, de modo la multitud, darse aires y pavonearse con gran pompa y dignidad,
que el mal no parece proceder de abajo arriba, sino de arriba prestándole gran atención a su persona, cultivando una poblada·
abajo. Proveen una ilusrración del viejo dicho: «lo que él com- barba, ataviándose con un manto relumbrante de púrpura, y
pró, bie.n puede venderia,. Pues el simoníaco (por usar palabras atrayendo aún más la atención por el esplendor de su mobiliaria
de Leo) no ha recibido un favor; si no lo ha recibido, no lo tiene; y el número de su sirvientes. Del mismo modo en que las esta-
si no lo tiene, no puede conferiria. De hecho, algunos de aque- tuas (como dice uno) emplazadas sobre pilares en los edificios
llos que están al timón distan tanto de promover a otros que sagrados pareceo desfallecer bajo su carga y casi sudar, aunq ue
hacen cuanto pueden por obstaculizado, pues son conscientes están desprovistas de sensación y nada afiaden a la fuerza de! edi-
de las artes mediante las cuales ellos mismos alcanzaron sus posi- ficio; así estas gentes anhelan ser considerados Adases, aunque
ciones. Pues quien imagine que se elevaron a la eminencia debi- son meras estatuas de piedra, peleles afeminados, tal vez !elos y
do a su saber no es más que un simplón; y cualquiera que pien- memos, que en nada difieren de la piedra. En tanto, hombres
se que su posición es recompensa\ de! talento, erudición, instruidos,· agraciados con todas las distinciones de una vida
experiencia, virtud, piedad y amor a las letras (alguna vez, eso santa, y que son quienes soportan las adversidades cotidianas,
fue realmente así, pera hoy día, por e~os medias sólo se obtie- están condenados a un duro destino por servir a estas hombres,
nen promesas) está absolutamente locb. Cómo o dónde se ori- contentos quizá con un escaso salario, sin títulos en sus nombres,
giná este mal, no inquiriré más; éstos, sin embargo, son los humildes y oscuros, aunque eminentemente dignos, y así, nece-
comienzos de la impura corriente de vicio y la hueste de desdi- sitados y deshonrados, llevan una vida retirada, sepultados en
chas que han invadido la lglesia. De ahí la frecuencia de la simo- alguna parroquia pobre o aprisionados para siempre en sus apo-
nía; aquí esta la fuente de los males, fraudes, imposturas, y todas sentos del colegio, donde languidecen en la oscuridad. Pera ya no
las villanías. No digo nada de su ambición, de sus adulaciones, agitaré estas impuras aguas. De aquí nuestras lágrimas, de aquí es
más groseras que las de la Corte, por media de las cuales preten- que las Musas están de duelo, y que la religión misma, como dice
deo escapar de la triste pitanza que les toca en sus casas, de su Seselio, es puesta en ridículo y desdefiada, y la vocación clerical
lujo, de! escândalo que da el mal ejemplo de sus vidas, de sus se vuelve vil. Y ante escos hechos, me aventuro a repetir las abu-
sibaríticos bebercios. De ahí la degradación de las universidades, sivas expresiones que algún sujeto vulgar le ha aplicado ai clero,
<<la tristeza de las Musas en estas tiempos,, cuando cualquier des- que son una banda podrida, mendicante, rústica, mugnenta,
preciable ignorante puede ascender mediante estas artes, obtener melancólica, miserable, despreciable y desdefiable.]

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NOli\S
NOTAS

NOTAS
24. 20.
I. M~gnum miraculum. 25. Verse 17.
2. Mundi cpiromc, n~rurac dclici~c:. 26. 28. Ocos quos diligir, castigar.

3. Finis rerum omnium, cui sublunaria scrviunr. Scalig. acrcir. 365. scc. 3. Vales. de 27. lsa. v. 13. Vem 15.
sacr. Phil. c. 5. 28. Nosrrae saluris avidus conrincntcr aurcs vcllicar, ac calamimre subinde nos exercer.
4. Ur in numismarc Cacsaris imago, sic in hominc Dei. Lcvinus Lcmn. I. 2. c. 29. de occulr, nar. mir.
5. Gcn. I. 29. Vexaria dar lnrcllccrum. Isa. xiviii. 19.

6. !mago mundi in corporc, Dei in anima. Excmplumquc dei quisquc csr in imagine 30. Lib. 7. Cum judicio, mores cr facm rccognoscir er se inrucrur. Dum fero languorcm,
parva. fero religionis amarem. Expers languoris non sum memor hujus amoris.
7. Eph. iv. 24. 31. Summum esse rorius philosophiae, ur rales esse perscverc:mus, quales nos fururcs esse
8. Pabnrerius. infirmi profirc:mur.

9. Psal. xlix. 20. 32. Pcrrarch.

I O. Lascívia superar equum, impudenria c-.mcm, asru vulpcm, furare lconem. Chrys. 23.
Gen.
33. Prov. iii. 12.
34. Hor. Epis. lib. I. 4.
..
1 1. Gen. iii. 13. 35. Deu r. viii. 11 . Qui srar vidor nc cada r.
12. Ecclus. iv. I, 2, 3, 4, S, 8. 36. Quanto majoribus bcneficiis a Oco cumularur, tanto obligariorcm se dchirorcm
13. Gcn. iii. 17. farc ri.
37. Borcrus de lnsr. urbium.
14. Illa cadcns regmc:n manibus dccussir, ct una pc:rniciem immisir misc:ris mor~libus
arram. H csiod. I. opc:r. 38. Lcgc hisr, relacionem Lod. Frois de rebus Japonicis ad annum 1596.
15. Hom. S. ad pop. Anrioch. 39. Guicciard. dcscripr. Bdg. anno 1421.
16. Psal. cvii. 17. 40. Giraldus Cambrcns.
17. Pro. i. 27. 41. Janus O ousa, ep. lib. I. car. IO. Y no pc:rcibimos nada, excepto los cadáveres de las
ciudades en cl mar abic:rro.
18. Quod aurem crcbrius bclla concurianr, quod steriliras cr fames solicirudincm
cumule~t, quod sacvicnribus morbis valirudo fr.mgicur, quod humanum gc:nus luis 42. Munsrer I. 3. Cos. cap. 462.
populanonc vasrarur; ob pcccarum omnia. Cypr. 43. Buchanan. Baprisc.
19.'Si raro dcsupcr pluvia dc:sccndar, si terra siru pulveris squ;~llcar, si vix jcjunas cr 44. Homo homini lupus, homo homini dacmon.
pallidas heibas srcrilis gleba produCõlr, si turbo vincam debilircr, &c. Cypr.
45. Ovid. de Trisr. I. 5. Elcg.
20. Mat. xiv. 3.
46. Miscenr aconira novercac.
21. i'hilosr~rus, lib. B. vir. Apollonii. lnjustiriam cjus, cr scclcraras nuprias, c:r cacrcra
47. Lib. 2 Episr. 2. ad Donarum.
qu~e pmerer r.trioncm fcccrar, morborum ousas dixir.
48. Eu:. xviii. 2.
22. 16.
49. Hor. I. 3. Od. 6.
23. 18.
50. 2 1im. iii. 2.

284
285
NOTAS NOTAS

51. E:u:. xviii. 31. Tu dcsrrucción vicnc de ti mismo. 77 Are. Mcd. 7.


52. 21 Mace. iii. 12. 78. Plcriquc mediei uno complcxu pcrstringunr hos duos morbos, quod ex c.~dcm causa
53. l'art. L. Sec. 2. Mcmb. 2. oriantur, quodque magnirudinc cr modo solum disrcnt, cr alrcr gradus ad alrcrum
cxisrac. jason Pratens.
54. Ncquiria csr quae rc non sinct esse scncm.
79. Lib. Med.
55. Homero. lllada.
80. Pars maniac mihi vidcrur.
56. lntemper:mtia, luxus, ingluvics, cr infiniu hujusmodi flagitia, quae divinas poenas
merentur. Cr:uo. 81. Insanus csr, qui actarc debita, cr rcmporc debito per se, non momenraneam cr
fugacem, ut vini , solani, Hyoscyami, scd confirmaram habct impotenriam bcnc operao-
57. Fcrn. Parh. I. L. c. I. Morbus csr affecrus contra, narur:tm corpori insidcs.
di circa inrcllcctum. !ih. 2. de inrcllcctionc.
58. Fusch. lnstir. I. 3. sccr. 1. c. 3. a quo primum viriarur acrio.
82. Sobre lo cual, Ice a Felix Platcr, cap. 3. de mcnris alienationc.
59. Dissolurio foedcris in corporc, ur sanitas csr consummario.
83. Lib. 6. c.~p. 11.
60. Lib. 4. cp. 2. Morbus csr habirus conrr:t naruram, qui usum cjus, &c.
84. Lib. 3. cap. 16.
GL. Cap. 11. lib. 7.
85. Cap. 9. Arr. med.
62. Horac. lib. I. o da 3. ·El h:unbrc y una nucva cohortc de ficbrcs accchan ai mundo.•
86. De praesrig. Dacmonum, I. 3. cap. 21.
63. Cap. 50. lib. 7. únrum cr quinque vixir annos sinc ullo incommodo.
87. Observar. !ih. 10. de morbis ccrcbri, c.1p. 15.
64. lnrus mulso, foras olco.
88. Hippocrarcs lib. de insania.
65. Excmplis genitur. pracfiXis Ephcmcr. cap. de infirmirar.
89. Lib. 8. c.~p. 22 . Homincs imcrdum lupos feri; et contra.
GG. Qui, quoad pucrirac ultimam mcmoriam rccord:ui poresr non mcminir se acgronun
90. Mcr. lib. I.
dccubuissc.
91. Cap. de Man.
67. Lib. de vira longa.
92. Ulcerara crura, siris ipsis adcsr immodica, pallidi, língua sicca.
68. Opcr. cr. dics.
93. C1p. 9 . are. Hydrophobia.
69. Ver Fcrnclius Path. lib. L. cap. 9, 10, 11. 12. Fuschius lnstir. I. 3. sccr. 1. c. 7.
Wecker. Sym. 94. Lib. 3. cap. 9.

70. Pr:tcfar. de morbis capitis. In capitc ut \'ariac habitam partes, ira variac qucrclac ibi 95. Lib. 7. de Vencnis.
cvcniunr. 96. Lib. 3. cap. 13. de morbis acueis.
71. AI rcspccto, Ice a Heurnio, Monmlto, Hildeshcim, Qucrccmn, Jason Pratcnsis, &c. 97. Spiccl. 2.
72. [?caror, rorpor.] 98. Sckcnkius, 7 lib. de Vcncnis.

73. [ • Desrcmplanz.~ acompai\ada de una fu crre inclinación a dormir sin poder hacerlo.• 99. Lib. de Hydrophobia.
-Bailcy's Dictionary.] 100. Obscrvar.lib. 10. 25.
74. Cap. 2. de mdanchol. I OI. L1Scivam C horcam. To. 4. de morbis amcntium. Tracr. I.
75. Cap. 2. de Phisiologia sagarum: Quod alii minus rcctc forrasse dixerinr, nos 102. Evcnru ur plurimum rem ipsam comprobante.
examinare, mdius dijudicarc, corrigcrc studcamus.
I 03. Lib. I. cap. de Mania.
76. Cap. 4. de moi.
I 0 4. Cap. 3. de menris alicn:n.

286 287
NOTAS NOTAS

105. c~p . 4. de mel. 123. Calidum ad occo: frigidum ad occo.


106. Pan. 3. 124. Una hirundo non facir acsratcm. [Una golondrina no hace verano.)
I 07. De quo hominc sccurims, de quo ccnum g:mdium? quocunquc se convcrrir, in 125. Lib. I. c. 6.
rerrcnis rcbus amarirudincm animi invcnicr. Aug. in Psal. viii. S.
126. Fuschius, L 3. scc. 1. cap. 7. Hildcshcim, foi. 130.
108. Job. i. 14. 127. Psal. xxxix. 13.
109. Omni rcmporc Socrarem codcm vulcu vidcri , sivc domum rcdircc, sive domo
128. De Anima. Turpe cnim esc homini ignorare sui corporis (ur ira dicam) acdificium,
egrcdererur.
pracscnim cum :1d valecudincm c c mores hacc cognirio plurimum conducac.
11 O. Lib. 7. cap. I. Na cus in llorcncissima totim o r bis civitatc, nobilissimis p~rencibus, 129. De usu pare.
corpores vires habuir cr raríssimas animi dores, uxorcm conapicuam, pudicam, feliccs
130. Hisrory of m:m.
!iberos, consularc dccus, sequentes rriumphos, &c.
131. D. Crooke.
111. Adian.
132. In Synta:ci.
112. Homcr. Iliad.
133. De Anima.
113. Lipsiw, cem. 3. ep. 45, ut coelum, sic nos homines sumus: illud ex intcrvallo
nubibus obducitur cc obscuracur. In rosario flores spinis inrcrmixti. Vita similis acri, 134. Isrir. lib. I.
udum modo, sudum, tcmpcstas, sercniras: ira viccs rcrum sunr, pracmia gaudiis, ct 135. PhysioL L I. 2.
scquaccs curac.
136. Anat.l. l. c. 18.
114. Lucrcrius, L 4. 1124.
137. In Micro. suecos, sine quibus animal susrcnt:ui non potest.
115. Prov. xiv. 13. Exrrcmum gaudii lucras occupar.
138. Morbosos humores.
116. Namliti~ inquir cclcbramur, nupriae hic sunt; at ibi quid cdcbrarur quod non
139. Spirit:11is :1nim:1.
dolcc, quod non rransit?
140. L:iurcmius, cap. 20,lib. I. Anat.
117. Apulcius 4.11orid. Nihil quicquid homini mm prospcrum divinitus datum, quin d
14 1. En éstas observao d latir de! pulso.
admixmm si c aliquid difficultaris uc criam amplíssima quaqua lacricia, subsir quacpiam
vd parva qucrimonia conjugationc quadam mellis, cc fcllis. 142. Cujus esc pars simularis a vi cutifica uc intcriora muniat. Capivac. Anac. pag. 252.

118. Caduca nimirum cr fragilia, cr pucrilibus consentanc:~ crcpundiis sunr ista quac 143. Anat. lib. l. c. 19. Cclcbris est pcrvulgat:1 partium divisio principes ct ignobilcs
vires cc opcs humanac vocanrur, affiuunt subi to, repente dclabunrur, nullo in loco, nulla partes.
in pcrsona, scabilibus nw radicibus consisrunc, scd inccrrissimo flaru forrunac quos in 144. D. Crookc siguicndo a Galco y otros ..
sublime exrulcrunt improviso rccursu dcstiruros in profundo miscriarum vallc
145. Vos vero vclmi in rcmplum ac sacrarium quoddam vos duci putctis, &c. Suavis ct
miscrabiliccr immergunr. Valcrius, lib. 6. cap. 11.
ucilis cognitio.
119. Huic scculo parum aptus es, aut porius omnium nosrrorum condicionem ignor.u,
146. Lib. I. cap. 12. sccc. S.
quibus reciproco quodam ncxu, &c. Lorchanus Gollobelgicus, lib. 3. ad annum I 598.
147. Haec res csr praecipue digna admirationc, quod tanta :úfccruum variccatc cictur
120. Horum omnia scudia dirigi dcbcnr, ur humana fonicer fcramus.
cor, quod omncs rctrisccs cr laetae statim corda fcrium cc movem.
12.1. 21im. ii. 3.
148. Physio. I. I. c. 8.
122. Episr. 96. lib. 10. Affcccus frequentes comempriquc morbum faciunr. Discillacio
149. Uc orator regi: sic pulmo voeis inmumcncum annectitur cordi, &c. Mclancth.
una ncc adhuc in morem ad:mcta, russim facit, assídua ct violenta pthisim.
150. De anim. c. I.

288 289
NOTAS NOTAS

I SI. Sc3lig. acre. 307. Tolct. in lib. de anim3.


I S2. De mim3. ap. I.
Jí. L &c. I80. Lcc a EncõlS Gaz.co dial. de [3 inmorralidad dcl 3lma.
18 L Ovid. Mer. 15. Nosotros, que podemos haccr morada cn las bcstias s:Uvajcs o apo-
153. Tuscul. qu3cst. sentamos cn d seno de las v;acas.

I 54. Lib. 6. Doct. V;a. Gentil. c. 13. p3g. 1216. 182.ln Gallo

155. Aristot. 183. Ovid. Met. 15

156. Anim;a quaequc intelligimus, cr [;lmen quac sit ips;a intelligerc non valcmus. 184. Nicephorus, hist. lib. I O. c. 35.

157. Spiritu3lcm animam 3 rcliquis distinc= ruerur, eti3m in cad:tverc inh3crenrem 185. Phacdo.
posr morrem per :Uiquot menses. 186. Claudian, lib. I. de rap. Proscrp.
158. Lib. 3. e1p. 3 L 187. Adcmís, observ;amos que la mente nacc con d cucrpo, crccc con él, y dco.c con él.
159. Coelius, lib. 2. c. 3L Plutarch, in Grillo Lips. Cen. L cp. 50. jossius de Risu ct 188. Hacc quaestio muitos per annos varie, ac mirabiliter impugnara, &c.
Flctu, Averroes, Campandla, &c.
189. Colcrus, ibid.
160. Phillip. de Anima. a. L Coclius, 20. antiq. cap. 3. Plu[;lrch. de placir. philos.
190. De cedes. dog. eap. 16.
16 L De vir. ct mort. parr. 2. c. 3, prop. (. de vir. ct mort. 2. c. 22.
191. Ovid. 4. Mct. Sombras exangUes y errantes, sin carne ni hucsos.
162. Nutrido cst :Uimcnti transmutatio, viro naturalis. Sc:U. cxerc. 101, scc. 17.
192. Bonorum lares, malorum vcro lóltVõls ct lcmurcs.
163. Ver más sobre atracción en Seal. cxer. 343.
193. Algunos diccn que a los trcs dfas, orros que a las seis s~manas, otros otra cosa.
164. Vira consistir in e1lido ct humido.
194. Mdancthon .
165. Lumen cst acrus perspicui. Lumcn a fuce provcnit, lux est in corpore lucido.
195. Nihil in intcllcctu, quod non prius fucrat in scnsu. Vclcurio.
166. In Phaedon.
I96. [=tabrtla nua]
167. De pract. Philos. 4.
197. La parte pura de la concicncia.
168. Satur. 7. c. 14.
198. Quod tibi ficri non vis, altcri nc fcccris.
169. Lõlc. C3p. 8. de opif. Dei, I.
I99. Rcs ab intcllectu monstraru rccipit, vcl rcjicit; approb:lt, vcl improbar, Philip.
170. Lib. 19. o.p. 2.
lgnori nulla cupido.
17L Phis.l. 5. c. 8.
200. Mdancthon. Opcrationcs plcrumquc fcrae, ctsi libera si r illa in csscntÍ3 su3.
172. Exercit. 280.
20 L In civilibus libera, scd non in spiritualibus Osiandcr.
173. T. W. Jesuíta, cn su PõlSiones de la Mente.
202. Tot:l. volunt:I.S aversa a Oco. Omnis homo mcnd:I.X.
174. Vdcurio.
203. Virg. No podemos ni cnfrenurlos, ni dcjarlos pas3r.
175. Nervi a spiritu movenrur, spricus ab anima. Mdmct.
204. Vel propter ignorantium, quod bonis studiis non sir instrucra mcns ut dcbuit, aut
176. Velcurio. Jucundum cr anccps subjcctum.
divinis pracccptis excu([;l.
177. Golclenius cn Psykhol., pag. 302. Bright in Phys. Scrib. I. L D3vid Crusius,
205. Med. Ovid.
Melancthon, Hippius Hcrnius, Levinus Lcmnius, &c.
206. Ovid.
178. Lib. an mores sequ:mrur, &c.
207. Scncca, Hipp.
179. Gcsar. 6. com.

290 291
NOTAS NOTAS

208. Mdancholicos vocamus, quos cxupcranria vd proviras Md:mcholiac irn malc 233. Qui prope statum sunt. Arc:r. Mcdiis convcnir actatibus, Piso.
habet, ut in de insaniant vd in omnibus, vel in pluribw iisquc manifcsris sivc ad rccram
234. De quarrnno.
rntioncm, voluntarc pcrtinent, vd dectioncm, vcl imcllccrus opernriones.
235. Lib. !. pan. 2. cap. 11.
209. Pcssimum ct pcrrinacissimum morbum qui homincs in brut:l degenerare cogir.
236. Primus ad Melancholiam non ram mocsrw scd ct hilares, jocosi, cachinnantcs,
210. Pamh. Mcd. irrisorcs, ct, qui plc:rumquc: prac:rubri sunr.
211. Angor animi in una comcmione defixus, absquc febre. 237. Qui sunr subrilis ingcnii, ct multac perspicacit:uis de facili incidunt in
212. Cap. 16.1. I. Mdancholiam, lib. I. cont. tracr. 9.
213. Eorum definiria morbus quid non sit poriw quam quid sir, cxpliC:lr. 238. Nunquam sanirare mcnris excidit aut dolorc C:lpitur. Erasm.
214. Animac functioncs imminuuntur in f.uuiratc, tollumur in mania, dcprnv:mrur 239. In laud. calvit.
sol um in mdancholia. Hcrc. de Sax. c:ap. I. trace. de Mclanch. 240. Vacant conscicnciac: carnificina, nc:c pudcfiunt, nc:c vcrcntur, ncc dilaccranrur milli-
215. Gp. 4. de md. bw curarum, quibus rota vit:l obnoxia cst.
216. Per conscnsum sive per csscmiam. 241. Lib. 1. rracr. 3. contradic. 18.
217. C:1p. 4. de mel. 242. Lib. I. com. 21.
218. Scc. 7. de mor. vulgar. !ih. 6. 243. Brighr, C:l. 16.
219. Spicd. de melancholia. 244. Lib. l. e:1p. 6. de sanit. rucnda.
220. Cap. 3. de mel. P:us affecra cercbrum sivc per conscnsum, sivc per ccrebrum con- 245. Quisvc :lU! qualis sit humor aut quac isrius diffcrcntiac, ct quomodo gignantur in
tingat, ct procerum aucrorit:uc cr rntionc srabilirur. corporc, scrurandum, hac cnim rc multi vctcrum laboravcrunt, ncc facilc accipcrc ex
221. üb. de mel. Cor vcro viciniratis rntionc un:1 afficitur, :1cccptum transvcrsum :1c Galcno senten ciam ob loquendi varict:llcm. Lcon. Jacch. com. in 9. Rhasis, cap. 15. Clp.
stomachw cum dorsali spina, &c. 16. in 9. Rhasis.

222. üb. I. cap. 1O. Subjecrum esc ccrebrum inrc:rius. 246. Lib. posrum. de Mclan. cdit. Vcncriis, 1620. cap. 7 ct B. Ab inrcmpcric calida,
humida, &c.
223. Raro quisquam tumorcm dfugit licnis, qui hoc morbo afficirur, Piso. Quis affcc-
rus. 247. Sccundum magis aut minus si in corporc fucrir, ad inrcmpcricm plusquam corpus
salubrircr ferre porcrit: indc corpus morbosum cffirur.
224. Ver Dona!. ab Altomar.
248. Lib. l. conrrovcrs. C:lp. 21.
225. Facultas imaginandi, non cogirnndi, ncc mcmorandi laesa hic.
249. Lib. I. scct. 4, c:1p. 4.
226. üb. 3. Fcn. 1. Trace. 4. cap. 8.
250. Concil. 26.
227. Lib. 3. c:ap. 5.
251. Lib. 2. conrradic. cap. 11.
228. Lib. Mcd. cap. 19. pare. 2. Tracr. 15. cap. 2.
229. Hildesheim, spiccl. 2 de Melanc. foi. 207, cr foi. 127. Quandoque eri:1m rationalis
si affecrus invctcrarus sir.
230. Lib. posthumo de Mdanc. cdit. 1620. Dcprivarur lides, discursos, opinio, &c. per
253. In Synrax. l
252. De fcb. rracr. diff. 2. c:ap. 1. Non csr ncgandum ex hac ficri Mdancholicos.

254. Varie adurirur, ct miscctur, un c variac amcnrium spccics, Melancr.


I
virium lmaginarioncs, ex Accidcnri. 255. H umor frigidos ddirii C:lUsa, furoris calidus, &c.
231. Qui parvum caput h.1benr, inscnsati pleriquc sunr. Arist. in physiognomia. 256. Lib. I. cap. 1O. de affccr. cap.
232. Arctcus, lib. 3. cap. 5. 257. Nigrcscir hic humor, aliquando supcrcalefactus, aliquando super frigefacrus, ca. 7.

292 293
NOTAS NOTAS

258. Humor hic nigcr aliquando praetcr modum calefucrus, et alias refrigeratus c:vadit:
283. Fdix qui potuit rerum cognoscerc Cõlusas.
nam reccntibus carbonibus ei quid símile accidit, qui durante fl:unma pellucidissimc
284. 1 Sam. xvi. 14.
c:mdcnt, ca extincta prorsus nigrcscunr. Hippocrates.
285. Dan. v. 21.
259. Gui:merius, diff. 2. cap. 7.
260. Non est m:mia, nisi extens:t mcl:mcholia. 286. Lactant. instit. lib. 2. cap. 8.

261. Cap. 6. lib. I. 287. Mente captus, et summo animi mocrorc consumptus.

262. 2 Ser. 2. op. 9. Morbus hic cst omniF.uius. 288. Munstcr cosmog. lib. 4. cap. 43. De codo substcrneb:mtur, tanquam insani de
sax.is praccipirari, &c.
263. Speciés inddinitac sunt.
289. Livius lib. 38.
264. Si aduratur naturalis mdancholia, alia fi r species, si sanguis, alia, si flavibilis alia,
divers;a a primis: maxima est inter has differencia, ct tot Doctorum sententiae, quot ipsi 290. Gaguin. I. 3. c. 4. Quod Dionysii corpus discooperuerat, in ins:mam incidir.
numero sunc. 291. Idem lib. 9. sub. Carol. 6. Sacrorum conremptor, tcmpli foribus cffracris, dum D.
265. Tract. de mel. cap. 7. Joh:mnis argcntcurn simulacrum rapcrc contcndit, simulacrum aversa F.tcie dorsum ci
266. Quacdam incipiens quaedam consummata. versar, nec mor:t sacrilegus mcntis inops, arque in semet ins:miens in proprios.artus

267. Gp. de humor. lib. de anima. Varie aduritur ct miscetur ipsa mdancholia, unde desaevit.
variae amenrium species. 292. Giraldus Cambrcnsis, lib I. c. l. ltincrar. C;ambri;ac.
268. Cap. 16. in. 9. R:uis. 293. Ddrio, tom. 3. lib. 6. scct. 3. quacst. 3.
269. Laurcntius, cap. 4. de mel. 294. Psal. xlvi. I.
270. Cap. 13. 295. üb. 8. cap. de Hicrar.
271. 480. ct 116. consult. consil. 12. 296. Claudian.
272. Hildcshcim. spicil. 2. foi. 166. 297. (Has conquisr:tdo, oh Galilco.]
273. Trincavcllius, tom. 2. consil. 15 et 16. 298. De Babila Marryrc.
274. Cap. 13, tr:tct. posth. de mclan.
299. Lib. I cap. 5. prog.
275. Guarion. cons. mcd. 2.
300. Lib. I, de Abditis rcrum causis.
276. Laboravit per essentiam et a toro corpore.
30 l. Respons. mcd. 12. rcsp.
277. Machiavcl, &c. Smithus de rcp. Angl. cap. 8. lib. I. Buscoldus, discur. polir. dis-
1 302. I Per. v. 6.
curs. 5. cap. 7. Arist. I. 3. polir. cap. ulr. Kcckcrm. all"i, &c.
303. Lib. I. c. 7. de orbis concordia. In nulla rc major fuir alterc.atio, major obscuritas,
278. Lib. 6.
minar opinionum concordia, ·quam de d.'lcmonibus ct substantiis scp:uatis.
279. Primo artis curitivac.
304. Lib. 3. de Trinit. cap. I.
280. Nostri primum sit propositi ;affcctionum causas indagare; res ipsa horrari vidcrur,
nam alioqui c:arum cur:uio, manca ct inutilis c:ssct. 305. Pererius in Gencsin. lib. 4. in cap. 3 . v. 23.

281. Parh. lib. I. cap. 11. Rcrum cognosccre causas, medieis imprimis ncccssarium, sine 306. See Srrozzius Cicogn;a omnifariae. Mag. lib. 2. c. 15. Jo. Aub:mus, Bredenbachius.
qua ncc morbum curare, ncc praccavcrc licet. 307. Angdus per superbiam separatus a Oco, qui in verit:ue non stetit. Austin.
282. T.'lnr:t enim morbi varietas ac d iffe rentia ut non facile dignoscatur, undc inirium 308. Nihil aliud sunt Daemoncs quam nudae animae quae corpore deposito priorem
morbus sumpscrit. Mclanelius e Galena. miserati viram, cognatis succurrunt commoti misericordia, &c.

294 295
NOTAS
NOTAS

309. De Oco Socr:l[is. Todos esos morrales son llamados ccdiosesll, quicncs, habicndo 331. Octovian. di:U. Judacorum dcum fuisse Romanorum numinibus una cum gente
guiado y gobcrnado prudentemente d curso de la vida, son honr:~dos por los hombr<-s caprivum.
con templos y sacrificios, como Osiris en Egipro, ercércr:~.
332. Omnia spiricibus plenõl, cr ex corum concordia ct discordia omnes bani ct m:Ui
310. He livcd 500 years since. dTecrus promanam, omnia humf"a reguntur: põlt:~doxa vctcrum de quo Cicogna.
311. Apuleius: spirirus anim:Uia sum animo passibilia, mente r:~cionalia, corpore aeria, omnif. mag. I. 2. c. 3. I
rem pore sempiterna. 333. Ovcs quas abacrurus er:~r in ,uascunque formas verrebat Pausanias, Hyginus.
312. Nutriuntur, er cxcrcmenra habent, quod pulsara dole:mt solido percussa·corpore. 334. Ausrin in I. 2. de Gcn. ad litcr:1m cap. 17. Parcim quia subrilioris scnsus acuminc,
313. Lib. 4. Theol. nat. foi. 535. partim scientia c:Uidiorc vigcnt et experiencia proprcr magnam longitudincm vitae,
partim ab Angdis discum, &c.
314. Cyprianus in Epist. montes etiam er animalia tr:~nsferri possunt: como d diablo
hizo con Jesús cn la cima dc:l pináculo: y las brujas frecuenremente son rr:~nsladadas. Ver 335. Lib. 3. omnif. mag. cap. 3.
más en Strozzius Cicogna, lib. 3. cap. 4. omnif. mag. Per aer:a subducere ec in sublime 336. L 18. quesr.
corpor:1 ferre posrunt, Biarmanus. Percussi dolent er urunrur in conspícuos cineres.
337. Quum ranri sit erram profunda spiricum scicnria, mirum non csr tot tantasque res
Agrippõl, lib. 3. etp. de occul. Philos.
visu admir:~biles ab ipsis patrari, et quidcm rerum n:uur:Uium ope quas multo mdius
315. (Bd and che Dr:agon, 36.] imdligunt, multoque pericius suis Iceis et temporibus applicare norunt, quam homo,
316. Agrippa, de occulc. Philos. lib. 3. etp. 18. Cicogna.

317. Pare. 3. Sect. 2. Mcm. I. Subs. I. Lovc Mclancholy. 338. Avencinus, quicquid Ínterdiu exhauriebarur, nocru explcbarur. lnde pavefacti cura
cores, &c.
318. Genial. dierum. Ira sibi visum et compercum quum prius an cssent ambigcrec
Fidcm suam libcrct. 339. In lib. 2. de Anima rext 29. Homcrus discriminatim omnes spiritus dõlcmones
319. .Ub. I. de vcrir. Fidci. Benzo, &c. vocat.

320. Lib. de Divinarione cr magia. 340. A }ave ad inferes pulsi, &c.


341. De Oco Socratis adcst mihi divina sorte Daemonium quoddam a prima puerícia
321. Cap. 8. Transportavit in Üvoniam cupiditace videndi, &c.
me securum, saepe dissuader, impdlir nonnunquam instar ovis, Placa.
322. Sic Hesiodus de Nymphis vivere dicit. 10. aetaces phacnicum vel. 9. 7. 20.
342. Agrippa lib. 3. de occul. ph. c. 18. Zancb. Pictorus, Pererius Cicogna.l. 3. cap. I.
323. Custodcs hominum et provinciarum, &c. canto meliorcs hominibus, quanro hi
brucis :mim:uuibus. 343. Vasa irae. c. 13.
344. Quibus d:uum est nocere terr:ae et mari, &c.
324. Pr:~esides Pastores, Gubcrnarores hominum, cr illi õlnim:Uium.
345. (Mcririm, according to Cornelius Agrippa.]
325. Narur:a familiares ur canes hominibus multi aversamur er abhorrent.
346. Physiol. Stoicorum e Senec. lib. I. cap. 28.
326. Ab nomine plus discam quam homo ab ignobilissimo vcrnc, ct tamcn quidam ex
his ab hominibus supcr:10rur ur homines a fcris, &c. 347. Usque ad !unam animas esse õlerhcrcas vocariquc hcroõlS, lares, gcnios.

327 Cibo ec poru uri er venere cum hominibus ac tandem mori, Cicogna. I. parr. lib. 2. 348. Mart. Capdlõl.
c. 3. 349. Nihil vacuum ab his ubi vd capillum in acre vd aqua jõlce:IS.
328. Plumrch. de dcfcct. or:~culorum. 350. Lib. de Zilp.
329. Lib. de Zilphis ct Pigmcis. 351. Põllingcnius.
330. Dii gcmium a Constantio prostigaci sunr, &c. 352. Lib. 7. cap. 34 et 5. Synrax. :m. mirab.

2%
297
NOTAS
NOTAS

353. Commcnr in dia!. Piar. de amorc, cap. 5. Ur sphacra quaclibct super nos, ira 378. Pm I. cap. 19.
pracstamiorcs habcm habitatores suac sphacr:lc consorrcs, ut h:tbct nostra.
379. Lib. 3. cap. li. E!Võlrum chorcas Olaus lib. 3. voc:tt ulrum adco profunde in ter-
354. Lib. de Amica. cr d:~cmonc mcd. inter dcos er homincs, dica ad nos ct nostr:l r:IS imprimunr, ut locus insigni deinccps virare orbicularis sit, ct gramcn non pcre:1t.
acqualitcr ad dcos fcrum.
380. A vcces scducen a hombres demasiado tontos hacia sus refugias de montafia, donde
3 55. Satumin35 ct Joviales aecolas. c:xhibcn visw maravillosas a sus ojos asombrados, c imprcsionan sus o!dos con d sonido
356. In loca dctrusi suor infra cadestes orbes in acrem scilicct ct infra ubi Judicio de campanas.
gcncrali rescrvantur. 381. Lib. de Zilph. ct Pigmacus Ol:lUs lib. 3.
357. q. 36. art. 9. 382. Lib. 7. cap. 14. Qui ct in fàmulitio viris ct feminis insc:rviunt, conclavia scopis
358. Virg. 8. Eg. purgam, patinas mundanr, ligna portam, c:quos curanr, &c.
359. Acn. 4. 383. Ad ministeria urunrur.

360. Austin: hoc dixi, ne quis cxistimct habitare ibimala dacmonia ubi Solem et Lunam 384. Donde se esconde d resoro (según piens:tn :Ugunos) o donde se comctió algún
ct Stdlas D eus ordinavit, ct :Uibi ncmo arbitrarctur Dacmonom coclis habitare cum :ISesinato o vill:m!a sc:mc:janrc:.
Angclis suis unde lapsum credimus. Idem. Zanch. I. 4. c. 3. de Angel. mails. Pererius in 385. Lib. 16. de rcrum varic:tat.
Gcn. cap. 6. lib. 8. in ver. 2.
386. Vcl spirirus sunt hujusmodi damnatorum, vd e purgatorio, vcl ipsi daemones, c. 4.
361. Pcrigram. Hierosol. 387. Quidam lc:mures domesricis insrrumc:nris noctu ludunr: patinas, ollas, cand1aras,
362. Adoración dcl fucgo o adivinación por cl fucgo. ct alia v:>.Sa dcjiciunr, c:t quidam voces emittunr, c:jul:mt, risum cminunr, &c. ut c:mes
nigri, feles, v:~riis formis, &c.
363. Domus Diruunr, muros dcjiciunt, immiscenr se rurbinibus ct proccllis ct pulvcrcm
instar columnac cvchunr. Cicogna I. 5. c. 5. 388. Episr. lib. 7.
364. Quest. in Liv. 389. Mc:ridionales Daemones Cicogna calls rhem, or Alasrores, I. 3. cap. 9.
365. De praesrigiis dacmonum. c. 16. Convclli culmina vidcmus, prostcrni sara, &c. 390. Sucton. c. 69. in c,ligula.
366. De beiJo Nc:apolit:mo, lib. 5. 391. Strozzius Cicogna. lib. 3. mag. eap. 5.
367. Suffiribus gaudcnr. Idem Just. Mart. Apol. pro Chrisrianis. 392. Idem. c. 18.
368. In Dei imit:Hionem, saith Euscbitu. 393. M . C:m:w. Survcy of Cornwall, Jib. 2. folio 140.
369. Dii gcmium Dacmonia, &c. ego in corum staruas pcllexi. 394. Horto Gcniali, folia 137.

370. Et nunc sub divorum nominc colunrur a Pomificiis. 395. Part I. c. 19. Abducunt cos a rccta via, ct viam irer f.tcicntibus intercludunt.
371. Lib. 11. de rerum ver. 396. Lib. I. cap. 44. Dacmonum ccmunrur ct audiunrur ibi frequentes illusionc:s, undc:
vi:uoribus cavc:ndum nc: cc dissociem, aur a tergo manc:mt, voccs cnim fingunt sociorum,
372. Lib. 3. cap. 3. De magis ct vcncficis, &c. Nerc:ides.
ur a rccto itincrc abducanr, &c.
373. Lib. de Zilphis.
397. Mons stcrilis ct nivosus, ubi intcmpest:a noctc umbrac :apparcnt.
374. Lib. 3.
398. Lib. 2. cap. 21. Offc:ndicula faciunt transcuntibus in via ct pctul:mtcr ridct cum vcl
375. Pro s:.lu~e hominum excubare se simulam, scd in corum pcmicicm omnia moliunrur. homincm vcl jumc:nrum cjus pedes :mcrcrc f.tciant, ct maximc si homo malcdictus cr
Ausr. calcaribus sacvint.
376. Dry:tdes, Oriadc:s, Hamadryades. 399. In Cosmogr.
377. Elvas O laus voe. ar lib. 3. 400. Vc:stiti more mcrallicorum, gestus ct opcr:t corum imitanrur.

298 299
NOTAS NOTAS

40 I. lmmisso in rerr:~e cuceres vento horribiles rerr:~e morus dficiunr, quibus s:~epc non 4 18. Nociva Mclancholia furiosos cfficit, ct quandoque penirus inrcrficir. G . Pico-
domus modo cr rurres, scd civit~res inrcgr:~c cr insul:~c hausrac sunr. lomincns ldcmquc Zanch. cap. 10. lib. 4. si Deus pcrmirrar, corpora nostra movere
possunr, alrer:uc, quovis morborum cr malorum gcncre afficcrc, imo er in ipsa pcncrr:~rc
402. Hicrom. in 3. Ephes. Idem Michaclis. c. 4. de spiriribus. Idem Thyrcus de locis
infcscis. cr s:tevirc.
419. lnduccrc potest morbos cr sanir:ues.
403. L:tcr:mrius 2. de origins crroris C:lp. 15. hi maligni spirirus per omncm cerram
vagamur, cr solarium pcrdirionis suac pcrdcndis hominibus opcr:mtur. 420. Visccrum acriones potesr inhibcrc larentcr, ct vcncnis nobis ignoris corpus inficcrc.

404. Mort~lium calamitõltcs cpulõlc sunr malorum dacmonum, Syncsius. 421. lrrcpcntes corporibus occulro morbos fingunr, mentes rcrrcnr, membra disrorqucnr.
Lips. Phil. Sroic. I. I. c. 19.
405. D01minus mcnd:~cii a scipso dcceprus, alios decipcrc cupir, advcrs:uius humani
gcncris, Inventor mortis, superbiac insrirutor, radix maliri:~c, scdcrum capur, princcps 422. De rcrum ver. I. 16. c. 93.
omnium viriorum, fuir indc in Dei conrumcliam, hominum pcrniciem: de horum 423. Quum mcns immediare dccipi ncquir, premum movir phant:~.~iam, cr ira obfirmar
conaribus er opemrionibus lcgc Epiphanium. 2. Tom. lib. 2. Dionysium. c. 4. Ambros. vanu concepribus aur ur nc quem f.lculrari :.csrim:uivac rationi locum rclinquar. Spirirus
Epurol.lib. 10. cp. cr 84. Augusr. de civ. Dd lib. S. c. 9., lib. 8. cap. 22.1ib. 9. 18. lib. m:.lus invadir anim:tm, rurbar scnsus, in fura rem conjicir. Ausrin. de vir. Be:~r.
I O. 21. Theophil. in 12. Mar. Pasil. cp. 141. L=onem Ser. Thcodorcr. in 11. Cor. cp. 22. 424. Lib. 3. Fcn. 1. T racr. 4. c. 18.
Chrys. hom. 53. in 12. Gcn. Grcg. in I. c. John. Barrhol. de prop. I. 2. c. 20. :Z:mch. I.
425. A Daemonc m:IXimc proficisci, et sacpc solo.
4. de malis angclis. Percr. in Gcn. I. 8. in c. 6. 2. Origcn. sacpc pmdiis inrcrsunr,
426. Lib. de incanr.
icincr:~ cr ncgotiõl nostra quaccumque dirigunr, clandesrinis subsidiis opratos s01cpc prac-
bcnr succcssus, Per. Mar. in Saro. &c. Ruscam de Inferno. 427. C:u:p. de manialib. de morbis ccrebri; Dacmones, quum sinr rcnucs ct incomprc-
hcnsibiles spirirus, se insinuare corporibus hum:tnis possunt, et occultc in visccrribus
406. Er vdut m:mcipi:~ circumfcrr Psellus.
opcrri, valecudincm viti:tre, somniis anim:1.1 rcrrcrc ct mentes furoribus quarerc.
407. üb. de trans. mm. M:tlac. ep.
428. lnsinu:mr se mdancholicorum pcncrralibus, imus ibiquc considunr ct dclicianmr
408. Cusrodcs sunr hominum, cr co rum, ur nos animalium: rum cr provinciis pracposi- ranquam in rcgionc cluissimorum sidcrum, coguntquc animum furcrc.
ri rcgunt :~uguriis, somniis, oraculis, pramiis, &c.
429. Ub. 1. ap. 6. occulr. Philos.
409. lipsius, Physiol. Sroic, lib. I. ap. 19.
430. part 1. cap. 1. de specrris.
410. L=o Suavis. idem ctTrircmius. 431. [Mal/em Malifiazmm or Hcxmbamma, thc srandard rcxtbook on wi tchcraft, by
411. Omnif. mag. lib. 2. cap. 23. Jakob Sprcngcr and Hcinrich Kr:imcr.)
412. Ludus deorum sumus. 432. Sinc crucc cr sancrificationc sic & dacmonc obscssa. diai.Greg. pag. c. 9.
413 Lib. de anima ct daemonc. 433. Pcnult. de opific. Dei.
414. Quorics si r, ut Príncipes novirium aulicum diviriu et digniratibus pene obruant, ct 434. Lib. 28. cap. 26. tom. 9.
mulrorum annorum minisrrum, qui non semd pro hcro periculum subiit, nc tcruntio
435. De L:tmiis.
doncnt, &c. Idem. Quod Philosophi non rcmuncrcntur, cum scurr:1 ct incptus ob
436. (Rcgin:~.ld Scor, or Scout, autor of rhc Discovcry ofWitchcmft.)
insulsum jocum s:tcpc prJcmium rcporrcr, indc fir. &c.
437. Et quomodo vcncfici fiant cnarrat.
4 15. Lib de cruelr. Cadavcr.
438. De quo plura lcg:~.~ in Boissardo, lib. 1. de pmcsrig.
416. Boiss:trdus, c. 6 m:.gia.
439. Rc:x Jacobus, Dacmonol. I. 1. c. 3.
417. Goddmanw, cap. 3. lib. I de Magis. idem Zanchius,lib. 4. c:tp. lO crI]. de malis
angelis. 440. Universid:~.d de Casrilla la vicja en Espana.

300 301
NOTAS
NOTAS

466. Codum vehiculum divinac virturis, cujus mediante motu, lumine er influentia.
441. Ciudad principal ~n Polonia.
D~us! cl~m~nraria corpora ordinal C( disponit Th. de Vi o. Cajeranus in Psa. I 04.
442. Oxford y Paris, ver finem P. Lomb:udi.
467. Mundus isrc: qu:lSi lyrn ab c:xccllenússimo quedam artífice: concinnau, quem qui
443. Praefat. de magis et veneficis. no rir mirnbiles elicier harmoni:tS. J. De~. Aphorismo 11 .

l
444. Rot:ttum Pileum habebat, quo ventos violentos cieret, aerem rurbaret, er in qu:1m
468. Medicus sinc: codi periria nihil csr, l!occ. nisi g~nesim scivc:rir, nc: tantillum porerit.
partem, &c. lib. de podag.'

445. Erastus. 469. Consrdlario in causõl est; et influc:ntiõl codi morbum hunc mover, interdum
446. Ministcrio hirci noctumi. omnibus :Uiis :1motis. & :Uibi. Origo ejus a Codo petcnda est. Tr. de morbis ;~mc:ntium.
447. St~ril~s nupros ~r inhabilcs, vide P~rrum de Pall de, lib. 4. distinct. 34. Paulum 470. Lib. de anima, c:tp. de humorib. Ea varii:w in Mcl:mcholia, habcr codestc:s causas
1
Guiclandum. d h et lJ in ~ d ~ et ( in 11[.

448. Infantes matribus suffurantur, :Uiis suppositivis in locum v~rorum conjecús. 471. Ex atra bile varii gener:~ntur morbi peripde ur ipse mulcum calidi aut frigidi in se
habuerir, quum urrique suscipiendo qu:1m aprissima sit, umetsi suapre natura frigida
449. Millcs.
sit. Annon aqua sic afficirur a calare ut ardeat; et a frigorc:, ur in glaciem concrcscat? er
450. D. Luth~r, in primum praeceptum, et Lcon. Varius, lib. 1. de F:IScino. haec variet:lS distinctionum, alii flent, rident, &c.
451. Lavar. Cicog. 472. H:mc ad inremperanriam gignendam plurimum conferi d et h posirus, &c.
452. Boissardus de Magis. 473. ~ quoties :alicujus genirurn in rrn er )( adverso signo posirus, horoscopum par-
453. Daemon. lib. 3. cap. 3. rilirer tenueret :uque etiam a d vd h O radio percussus fuerit, narus ab ins:mia vc:x-
abirur.
454. Vide Philostratum, vira ejus; Boissardum de Magis.

455. Vide Suid:lffi de P:lSete


474. Qui h et d habcr, ahcrum in culmine, :Urerum imo cedo, cum in luccm vener-
it, md;~ncholicus erir, a qua sanc:bitur, si ~ illos irradiarir.
4 56. Nubrigcnsc:s legc lib. 1. c. 19. Vide Suid:1m de P:ISet.
475. H;~c configurationc: narus, Aut Lunaricus, aur mente caprus.
457. Erasrus. Adolphus Scribanius.
476. Ptolornac:us ccntiloquio, er quadripartite tribuir omnium mc:lancholicorum
458. Virg. A~ncid. 4. lncanurriccm dc:scribens: Haec se carminibus promittit solvere
symptoma siderum influcntis.
mentes. Quas vc:lir, :tSt aliis duras immittc:rc: curas.
477. Arte Medica. acccdunt ad has causas affecciones siderum. Plurimum incirant et
459. Godclmanus, cap. 7. lib. 1. Nutricum m:1mmas pracsicc:mr, solo t:ICtU podagr:lffi,
provocant influentiae cadestc:s. Vdcurio, lib. 4. cap. 15.
Apopl~xiam, Paralysin, c:t :Uios morbos, quos medicina curare non porcrat.
478. Hildc:sheim, spicel. 2. de mel.
460. Factus inde Maniacus
479. Joh. de lndag. cap. 9. Monralrus, cap. 22.
461. Spic. 2. foi. 147.
480. Capur parvum qui habent cerebrum er spirirus plerumque angustos, facile incidem
462. Omni:1 philrrn cui inter se: diffCI':Int, hoc habent commune, quod hominem in Mdancholiam rubicundi. Acrius. ld= Montalrus, c. 21. e Galc:no.
efficiant md:mcholicum. episr. 231. Scholnii.
481. Sarumina a Rascctt:l per mediam manum decurrcns, usque ad radícem monris
463. De crucnt. Cadavcr. Sarurni, a parvis lineis intc:rsccta, arguir mc:l:mcholicos. Aphoris. 78.
464. Astra rcgunr homines, et regit astl':l Deus. 482. Agitantur miscriis, continuis inquicrudinibus, ncque unquam a solirudine liberi
465. Chirom. lib. Quac:ris a me quantum opcranrur :IStra? dica, in nos nihil zrra urge- sunr, anxic affigunrur amarissimis intra cogiurionibus, sem per tristes, suspiriosi, meric-
rc:, sc:d animas prn~clivc:s rrahc:rc:: qui sic t:lmen libc:ri sunr, ur si ducem sequanrur rnrio- ulosi: cogir:uiones sunr, vcllc: agrum colerc:, sragna am:mt er paludes, l!occ. Jo. de
nem, nihil efficiant, sin vero n::~~uram, id agerc: quod in bruris fere. lndagine, lib. 1.

302 303
NOTAS NOTAS

483. c~ebtis Physiognom. lib. 10. 50 I. Cerebrum exsiccatur, corpora scnsim gracilescunr.
484. Cap. 14. lib. 5. Idem maculae in ungulis nigrae, lires, rixas, melancholiam signifi- 502. Srudiosi sum Cacecrici er nunquam benc colorari, proprcr debilir:nem digesrivae
c:uu, ab humore in corde rali.
faculraris, mulriplicanrur in iis superfluirares. Jo. Voschiw parte 2. cap. S. de: peste.
485. Peculiaris furor, q ui ex lireris fie. 503. NuUus mihi per otíum dies exir, partem nocris studiis dedico, non vero somno, sed
o cu los vigília farigaros cadcnresque, in operam derineo.
486. Nihil magis auger, ac assídua srudia, cr profundae cogirariones.
504. Johannes Hanuschias Bohemus. nar. I S 16. erudirus vir, nimiis srudiis in Phrenesin
487. El esrudio es una conrinua e imensa mcdiración aplicada a algo con gran deseo.
incidir. Montano da como ejemplo :1 un francés de Tolosa.
Tulio.
505. Cardinalis Gecius; ob laborem, vigiliam, er diuturna srudia facrus Mel:~ncholicus.
488. Non desune, qui ex jugi srudio, et intempesriva lucubracione, huc devencrunr, hi
prae cacreris enim plerunque mdancholia solem infesr:ui. 506. Perls. Sar. 3. No rocan el violCn, pero, como dijo Temístocles, pueden hacer una
gran ciudad de un pequeno pueblo. They c:mnor fiddle; bur, as Thcminocles said, he
489. Et illi qui sunr subrilis ingenii, er mulrae pracmedirarionis, de F.icili incidum in could m:ikc a small rown become a great ciry.
melancholiam.
507. Perls. Sar.
490. Ob srudiorum solicirudincm lib. 5.1ir. 5.
508. lngcnium sibi quod v:>.nas desumpsit Athenas er septem studiis annos dedir, inse-
49 I. Gaspar Ens Thesaur Polir. Aporeles. 31. Graecis hanc pesrem relinquire quae dubi- nuitquc. Libris et curis sr:atua r:aciturnius exit, Plerunquc cr risu populum quarit, Hor.
um non esc, quin brevi omnem iis vigorem ereprura Marriosque spirirus exhaustul':l si r; cp. I. lib. 2.
Ut ad arma rractanda plane inhabiles fururi sim.
509. Traducido por M. B. Holiday.
492. Knoles Turk. Hist.
SI O. Thomas rubore confusus dixit se de argumento cogitasse.
493. Acrs, xxvi. 24.
511. Plurarch. vira Marcelli, Nec sensit urbem captam, nec milites in dom um irruenres,
494. Nimiis srudiis melancholicus evasir, dicens se Biblium in capire habere. adeo intenrus srudiis, &c.

495. Cur mdancholia assídua, crebrisque dcliramenris vexenrur eorum animi ur desipe- 512. [8 lago Leman.]
re cogamur. 513. Sub Furiae larva circumivit urbcm, dictirans se cxplorarorem ab inferis venisse,
496. Solcrs quilibet arrifcx insrrumenra sua diligentíssime curar, pcnicdlos picror; m:~lle­ dclarurum daemonibus mortalium pecara.
os incudesquc F.iber ferr:~ríw; miJes equos, :Irma venaror, auceps aves, er canes, Cyrhar:~m 514. Perronius. Ego arbitrar in scholis srulrissimos ficri, quia nihil eorum quae in usu
Cyrh:ll':ledw, &c. soli musarum mysrae ram negligentes sum, ut insrrumenrum illud quo habemus :1ur audiunt aur videnr. I
mundum universum meti ri solenr, spirírum sciliccr, penirus negligcre videanrur. 515. Novi meis diebus, plerosque trudiis lirerarum deditos, qui d isciplinis admodum
497. Arcw er :Irma ribi non sunr imiranda Dianae. Si nunquam cesses rendere mollis abundabanr, sed si nihil civilit:tris habent, ncc rem publ. nec domesticam regere noranr.
erir. Ovid. Srupuit Paglarensis e r furei vilicum Iaccusavir, qui suem foet:tm undecim pocellos, asi-
nam unum dunt:lX:It pullam enixam rcrulcrat. ·
498. Ephemer.
516. Lib. ). Episr. 3. Adhuc scholasricus ranrum esr; quo generc hominum, nihil aut est
499. [Marlowe, 1-léroc: y Leandro, primera Sesriad.J
simplicius, aut sincerius aur melius.
500. Conremplarío cerebrum exsicc:a cr extinguir CJlorcm naruralem, unde cercbrum 517. Jure privilegiandi, qui ob communc bonum abbrevi:mr sibi viram.
frigidum er siccum evadir quod esc melancholicum. Acccdir ad hoc, quod natura in
518. Virg. 6. Aen.
conremplarione, cerebro prorsus cordique inrenra, sromachum heparquc dcsriruir, unde
ex alimenris male coceis, sanguis crassus et niger cfficirur, dum nímio orio membrorum 519. Plurarch, vira ejus. Cerrum agricolarionis lucrum, &c.
superflui vapores non cxhalanr. 520. Quotannis fiunt consules ct proconsules. Rcx cr Poeta quol':lnnis non nascirur.

304 305
NOTAS
NOTAS

546.Joh. Howson 4 Novcmbris 1597. El sermón fuc imprcso por Arnold H:mfidd.
521. Mar. 21.
522. Hor. cpis. 20. I. I. 547. Pcrs. Sat. 3.

523. üb I. de comem. ~mor. 548. E lecto exsilientcs, ad subimm tintinnabuli plausum quasi fulmine tcrriti. I.

524. Saryricon. 549. Marc.

525.Juv, S:u. 5. 550. M:ICt.

526. Ars colir ~stra. 551. SaL Mcnip.

527. Aldronndus de Avibw. I. 12. Gesner, &:c. 552. Lib. 3. de cons.

528. Litcl1ll h:~bem queis sibi C( formn~e SU:IC m:~ledicant. s~c. Menip. 553. No tcnla dinero, me f:.ltaba impudencia, no podia tergiversar, concemporiz.ar,
disimul:u: non p~deret olus, &c. vis dicam, ad p:~lpandum et ~dulandum pcnitus
529. Lib. de libris Propriis foi. 24.
insulsus, rccudi non possum, jam scnior ut sim ralis, et fingi nolo, utcunque male ccd~t
530. P~diu =sl:u. Plutarch.
in rem m= et obscurw indc dclitcscam.
531. Polit. dispuc. laudibus extollunr eos ~c si virrudbus pollcrcnt quos ob infinita sce-
554. Vi c. Crassi. ncc f.tcile judicare potes! utrum pauperior cumprimo ad Crassum, &c.
lern potius vituperare oponerct.
555. Deum h:~bcnt iratum, sibique morrem aeu:rnam acquirunt, aliis miserabilcm
532. O como los caballos, que ai no reconocer su pro pia fuerza, no sabcn de su valra.
ruinam. Ser=ius in Josu:~m, 7. Eurípides.
533. Plu~ c:x Simonidis f:uniliaric:~ce Hicron conscquucus cst, qu:~m ex Hicronis
556. Niccphorus lib. 10. cap. 5.
Simonides.
557. Lord Cook, en sus Reportes, segunda parte, fol.4 4.
534. Hor. lib. 4. od. 9.
558. Eurípides.
535. Imcr inertes et Plebeios fere jacet, uldmum locum habens, nisi tot ards vinucisque
insígnia, turpiter, obnoxie, supparisitando fascibus subjeccrit proterv:tc insolencisque 559. Sir Hcnry Spdman, de non temerandis Ecdesiis.
potenciae, Lib. I. de comempc. rerum forruitarum. 560. I Tim. 42.
536. Buchman. eleg. lib. 561. Hor.
537. In Saryricon. int~t senex, scd cu(t:l non ita speciosus, uc facile app:~~ret eum hac 562. Primum locum apud omncs gentes habcr patritius deorum cultus, ec gcniorum,
nota lite~tum esse, quos tlivitcs otlisse solem. Ego inquic Poct:a sum: Qu:ue ergo tam nam h une diutissimc cusrodiunt, ram Graeci quam Darbari, &c.
male vcstitus es? Propter hoc ipsum; :~mor ingcnii neminem unquam divirem feciL
563. Tom. I. de sreril. trium annorum sub Elia sermone.
538. Peuoniw Arbiter.
564. Ovid. Fast.
539. Oppressus paupcrtntc :mimus nihil cximium, aut sublime cogitare potcst, ~mocn­
565. De malc quacsids vix gaudet tertius h~crcs.
itatcs lite=um, ~ut eleg:anri:~m, quoni:~m nihil p~csidii in his ad vitac commodum
videt, primo negligere, mox odisse incipit. Hcns. 566. Strabo. lib. 4. Geog.

540. Epistol. qu~cst. lib. 4. Ep. 21. 567. Nihil facilius op"' cverrer, q u:~m avariria cr fraude parrn. Er si enim sc~m ~ddas
tali arcac ct exteriore janua ct vcctc cam communias, imus mmcn fraudem cr avaritiam,
54 1. Ciccron. dia!. lib. 2.
&c. In 5. Corinth.
542. Epist. lib. 2.
568. Acad. c:1p. 7.
543. Ja. Dous:. Epodon. lib. 2. car. 2.
569. Ars nemincm habct inimicum p~ctcr igno~ntem.
544. Plautus.
570. Quicn no sabe disimular, no sabe vivir.
545. Barc. ·Argcnis lib. 3.

306 307
NOTAS
NOTAS

57 I. Epist. quest. lib. 4. episr. 2 I. Lipsius.


572. El docror King, antes reverendo lord obispo de Londres, en su última 1ecrurn sobre
595. E< l,g,, h;«o<ioo• '"'ro"'•
Sat. 7.
L'"' o moa T'"q'= '"'"a~"'"';"''"'· J••·

Jon:is. 596. Juvcnal.


573. Quibus opes ct otium, hi barbaro fastu !iteras comemnum. 597. Tu vcro liccr Orphcus sis, saxa sono resrudinis cmollicns, nisi plumbca corum
574. Lucan. lib. 8. corda, :J.Uri vcl argcnri malleo emollias, &c. Salisburiensis Policrat. lib. S. c. 10.

575. Sp:mian. Soliciri de rebus minis. 598. Juvcn. Sar. 7.

576. Niccr. I. Anal. Fumis lucubrnrionum sordebmr. 599. Eugc bcne, no ncc:d, Dousa cpod. lib. 2.-dos ipsa scicnria sibique congiarium esc.

577. Grammaticis olim ct dialecricis Jurisquc Professoribus, qui spccimcn erudirionis 600. Quamor 3 d porras Ecclcsias ims ad omncs: sanguinis aut Simonis, praesulis arque
dcdisscnr eadem dignitatis insígnia dccrcvcrunr lmpcrdtores, quibw ornabant heroas. Dei. Holcor.
Er:um. ep. Jo. Fabio cpis. Yicn. 601. Lib. conrrot Gcnriles de Babila marryrc.
57B. Probus vir ct Philosophus magis pracsrar inter alias homines, quam ra inclirus 602. Pracscribunt, imperam, in ordinem cogunr, ingcnium nosrrum prour ipsis vicebi-
inter plcbdos. tur, asrriugunr ct rclaxmr ur papilioncm pucri aut bruchum filo dcmirrurir, aut attra-

579. Hcinsius pracfat. Pocmatum. hunt, nos a libidinc sua pendere :~.cquum ccnscnrcs. Hcinsins.

5811. Scrvilc nomcn Scholaris jam. 603. ) oh. 5.


581. Scncca. 604. Episr. lib. 2. Jam suffccrw in locum dcmorrui, prorinus exorrus cst adversarius, &c.
posr mulros labores, sumprus, &c.
582. Haud facile cmcrgunr, &c.
605. Jun. Acad. c:~p. 6.
583. Medi:t quod noctis ab hora scdisti qua ncmo fabcr, qua ncmo scdebar, qui doccr
oblíquo lanam deducere ferro: r:tra ramen merces. Juv. Sar. 7. 606. Accipiamus pccuniam, demin amus :ISinum ur apud Paravinos, lralos.

584. Chil. 4. Cem. I. adag. J. 607. H os non ir:a pridcm perminxi, in Philosopbmo Comm:~cdia larina, in A~d"
Chrisri Oxon, publicc habita, Anno 1617. Feb. 16.
58 5. Si hubicra hccho como arras, haciéndomc norar yo mismo, habrla quiz:í tcnido la
fclicidad de ser ran grande como muchos de mis iguales. 608. Sar. M"nip.
586. Carullus 609. 2 Cor. vii. 17.

587. juvcn. 6 1O. Cómmcnc. in Gal.

5B8. Nemo esc quem non Phacbw hic nascer, solo intuiru lubenriorcm reddar. 611. Heinsi us.
589. Panegyr. 612. Ecclcs iasr.

590. Yirgil. 613. Lurh. in Gal.


59 I. Rarus enim fcrme sensus communis in illa Fortuna. Juv. Sar. 8. 6 14. l'~rs. Sar. 2.
592. Quis cnim gencrosum dixcrit hunc que lndignus gcnerc, er pracclaro nomine ran- 615. Sallusr.
rum, lnsignis. Juvc:. Sac. 8. 616. S:~r . Mcnip.

593. Yo mismo hc conocido y tratado con diversos dignos caballeros dd campo, cn nado 6 17. Budacus de Asse, lib. S.
inferiores, si no prcfcribles por su diverso saber a muchos de nucstros académicos.
618. Lib. de rcp. Gallorum.
594. lpsc liccr Musis vcnias comirarus Homcre, Nil ramcn arrulcris, ibis Homcre 6 19. C:~mpian.
for:ts .

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