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Los lugares de Victor Burgin

(o los placeres de Vértigo a 9.000 metros)


David Campan)'

.. ,"interfe rencia d e fra r~jas" es el fenóme no que sucede cuando se


e ncue ntran dos fre ntes de o nda di fere ntes. Si lan zas tres p ied ras a un
estanq ue y observas las o las que p rod ucen, verás q ue en los lugares
do nde eslaS o ndas se O ' U l..an se p rod uce un nuevo fe nóme no. De este
modo , la palabra "fra nja" permi te u na im agen más d inámica y des-
centrada que "margen ". Tengo la sensación de estar trabajando tra ns-
versalm e nte e n d istintas zo nas de fra njas -por ej e mplo d o nde e l
"arte" , la "publi cidad ", e l "docu mcma!" }' la "teoría", etc. se supel'po-
nen- , pem e l hec ho mism o de q ue la produ cción cu ltural te nga
IUg"dr en esas zonas de superposición signifi ca que luego emanan
"o nd ulacion es" desde esos p untos.
Vi clOf Burgin , 198 1

Estas palabras son an te ri o res a los escritos de Victor Burgin


reuni dos en esta recopilació n . Las rne nciono aquí no porque
sean un "res ume n de su proyecLO", sino po rqu e el tipo de
"situación inte rm ed ia" implícita e n la metáfo ra de la "inter-
ferencia de fra njas" ha sido constan te en su obra. Durante
más de tres décadas, Bu rgi n ha sido un pensad o r infl uye nte en
relación con el arte con te mporáneo y la teoría cultural. Des-
de el conce ptualismo político implícito de fin ales de los
años sesen ta pasó a las fo rmas explícita me nte po liti zadas de la
sem iótica, el femin ismo, los estudios de cinema tografTa y la teo-
ría psicoanalítica, para elabo ra r un ma rco críti co adecuado a
las complejidades sociales y representacionales de finales d el
sig lo xx. Es un o de los pocos pe nsad ores qu e ha sido ig ual-
me nte inOuye n te como artista visual y como escrito r. Es tam-
bié n un o de los pocos pe nsadores cuyo compromiso con los

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planteamientos interdisciplinares ha producido sig nificativas mente a pa rti r de la m emoria d e antiguas fotografías, si bi en
"ondulaciones" e n lo que se re fi ere a las formas de pensar y rea- el Pabellón que allí se leva nta fue a su vez reconstruido a par-
li za r las represe ntacio nes. tir de fotografías e n los a ilos och enta.

Escribir y hacer arte so n cosas distintas, pero en el caso de En otras palabras, estos comienzos son momentos de in terfe-
Burgin pueden conside rarse como complem en tarias. Aunque rencia de fraruas , dond e las conexiones se han perdido, dond e
los obj etivos va ría n , sus e nsayos y su prácti ca artísti ca a me nu- la identidad se sie nte como algo frági l, d o nde la mirada es con-
do toman como puntos de partida escenari os de acentuada fusa , donde la memoria y el deseo ejercen una fuerte presión
ambigüedad o in certidumbre desde e l pun to de vista repre- sobre el prese nte. Son los ti pos de condición impura o desce n-
se ntacional. Son "momentos indecisivos" , parafraseando al trada qu e a menudo tendemos a pasa r por alto en favor de
fotógrafo Henri Carti er-Bresson: pueden ser imáge nes, situa- aq uello que nos gusta considerar como el "ce ntro" de nuestra
ciones o mome ntos sociales e n los qu e nu estras presuposicio- expe riencia del mundo. Al prestar a tención a sus especificida-
nes se vuelve n contra sí mismas. Po r ejemplo, el ensayo des, no obstante, Burgin argumenta que es tos fenómenos tie-
"Espacio perve rso" comi en za con una meticulosa lectura de nen un a enorme sign ificación para nosotros. Su profunda
una imagen d e He lmut Newton, d onde aparece re fl ejado en refl exió n puede ofrecernos o bservacio nes impor tantes e n rela-
e l espejo de l espacio de su propia fo tografía junto a una ción con las cuestiones de la iden tidad , la subjetividad, e l
modelo desnuda y ju nto a su esposa, qu e "acababa de llega r poder, el deseo, la m emoria , el espacio y la mirada. Más aún ,
para come r juntos". "Geome tría y abyección " se ocupa de la esas situaciones ha n llegado a caracterizar una gra n parte de
disparidad e ntre la re presentación entendida como un proce- nuestra vida contemporánea. La experiencia pura y centrada,
so reg ido por leyes mate máticas y la rep resentac ión en tendida tan similar al ideal de la moderna obra d e arte "purd" y al
como un conjunto me nos raciona li zad o de procesos me ntales. sueiio de una sociedad pos- o pre- ideológica, no es más que
"La habitación de J e nni . Exhi bicio nismo y soledad" analiza eso: un ideal , un a fan tasía nac ida de las contradicciones socia-
detenidame nte el fenóme no de Inte rn et como un espacio físi- les de la vida cotidiana. "El estudi o de la 'cultura \~sual con-
co inde terminad o que ha dado lugar a nuevas form as de temporá nea' hoy en día debe tomar sus obj e tos tal como los
voye urism o y exh ibicionismo. "La discreción d e Barthes" ana- encu entra, y los e ncue nu-a e n pedazos", nos rec uerda Burgin .
liza la transición que ex pe rimentamos al salir de una sala de Una "constelación constantemente cambiante de fragmentos".
cin e, cuando la m e nte y el cue rpo se encue ntran tan extraila-
me nte escindidos, ta nto con respecto a l o tro como con res- ¿Cuál podría ser por ta nto la tarea del arte o de la teoría del arte
pecto a sí mism os. "La película re cordada" reflexiona sobre la e n esta situación? Demasiad o a me nudo ha dado lugar a actitu-
forma e n la qu e la m emoria probablem e nte m ezcla y recom- des retraídas, al refugio en una ironía o cinismo escasamente
bi na distintas pe lícul as que hemos visto d e acuerdo con pro- crítico, o bien a un inexpresivo mimetismo de esta aparente
cesos inconscientes muy disti ntos de las conve nciones de la incoherencia cultural . También ha sido habitual recientemente
narra tiva ffimi ca lineal. "La ciudad e n pedazos" comienza con el a nálisis cultural de la re presentació n "e n general" y "en su
un rel a to de l viaj e de l escritor ale má n Walte r Be nj am in a conjunto", sin prestar atenció n a la particularidad del encue n-
Italia, donde conoce y se enamora de la bo lchevique le to na tro con el arte, así como la te nde ncia a un feti chismo particul a-
Asja Lacis. "Mies e n Maurilia" comie nza con una desc ripción rista que excluye un a más amplia complejidad social. En su
de la primera visita de l propio Burgin a l Pabelló n de Ale mania rechazo de ambas reducciones, el planteam ien to de Burgin es
de Mies va n d e l' Ro h e , constru ido para la Exposició n a la vez ejemplar y pragmáti co. Examina las líneas de falla y las
Inte rnacional de 1929 e n Barcelona, qu e conocía exclusiva- superposiciones, para centrar la ate nción en mo m entos de rup-

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tura e inesta bilidad. Es fundamental tener en cuenta que el la revista de "baja" calidad y la "alta" calidad de la publicación
marco teórico que utiliza para hacerlo es principalmente psico- académica, e ntre la "baja" calidad del cartel callejero y la "alta"
anaJítico. Desde el punto de vista clínico, el psicoanálisis tiende del museo. También podemos ser proclives a establecer sepa-
a concentrarse en las anomaJías, en pacientes cuyas vidas men- raciones abso lutas entre palabras e imágenes, pero e l incons-
tales se han deteriorado de algún modo. El análisis de estos ciente puede tener en poca consideración tales y tan tajantes
"casos especiales" puede ayudar a establecer el "cuadro" de lo distinciones. De ese modo, algo .tan apa rentemente singular
que pasa por "normal" en la cultura en términos generales. Un como "una película" podría ser considerado no como un obje-
planteamiento psicoanaJítico de las imágenes pued e hacer algo to finito con significados inscritos en el celuloide, sino como un
similar: puede identificar irregularidades o trastornos en rela- mosaico represe ntacional, que tal vez abarca nuestra experien-
ción con nuestra ap re nsión / pe rcepció n [ajJjJrehcllsion] de las cia en re lación con can e leras, trailers, fotografías publicital;as,
imágenes y de otras personas (utilizo la palabra "apprehension" reseñas d e prensa, conversaciones, escritos críticos, proyeccio-
en su dobl e sentido: ceLuLeta y comprensión), y en relación con la nes y reproyecciones tanto e n vídeo como en el cine. Todos
imagen qu e tenemos de nosotros mismos, con el fin de enten- estos elementos están some tidos a la interpretación consciente
der las funciones psíquicas de la representación en un ámbito e inconscie nte y a la parcialidad de la me moria. Aunque poda-
más amplio. Es un planteamiento deudor de la interpretación mos considerar la sala de exhibición como el espacio privilegia-
de Louis Althusser de la ideología no como un asunto de "falsa" do para e l cine, todos estos elementos están presentes en nues-
consciencia, sino de "profunda inconscie ncia". En este sentido, tra rece pción y constru cción de "la película". El objeto de
la teoría psicoanaJítica e nfoca la subjetividad como absoluta- estudio de Burgin probable mente no es ta nto "una pe lícula en
mente social y por tanto ineludiblemente política, y abre impor- sí misma" como las condiciones de su interpretación y sus efec-
tantes espac ios para comprender de qu é modo lo social es inte- tos sociales/ psíquicos. Su consumo más que su producción.
riol;zado como nuestra subjetividad. Dificilmente se podrá
su bestimar la importancia de esto, especialmente si tenemos en Este desplazamiento "de la obra al tex to", de l "autor" al "lec-
cuenta la tendencia cultural actual a presuponer que la subjeti- tor/ especL:'ldor", fue argumentado en su versión más célebre
\~dad o la individualidad es en cieno modo anterior a lo social por Roland Barthes a finales de los aiios sesenta y principios de
y lo poJítico. La teolia psicoanalítica rechaza toda separación los setenta. Algunos de los ensayos aquí incluidos indican la
tajante y precipitada entre lo público y lo privado, e ntre "el profundidad del compromiso constante de Burgin con el con-
mundo" y sus representaciones. Más aún, nos permite identifi- junto del pensamien to de Banlles, en panicular sobre el tema
car como fantasía el deseo de separar lo psíquico d e lo social. de las imáge nes fo tográficas. La fotografia ocupó un lugar
De ese modo puede ofrecer lo que Burgin ha denominado una importante en los escritos de Barthes, desde sus tempranos
"poética para la reestructuración de la vida cotidiana". Todos estudios semiológicos sobre publicidad, pel;odismo y moda,
los ensayos de este volum en suscriben esa oferta y contribuye n hasta las posteriores reflexiones sobre los fotogramas cinemato-
de modo si milar a ese proyecto. Y si ahora contamos con mar- g ráficos y las funciones de la memo ri a. La imagen fotográfica
cos de refl exión sobre la representación desde un punto de tiene también una presencia continua en los escritos de Burgin.
vista psicoanalítico, es en buena medida debido a los escritos Resulta ciertamente difícil subestimar la influencia de sus ensa·
de Burgin ya su influencia. yos sobre la fotografía, en particular en el Reino Unido.

Estos ensayos nos alertan sobre la diversidad de formas de Un elemento fundamenta l de su planteamiento sobre la foto-
recepción de textos e imágenes: peri ódicos, revistas, televisión , grafía fue e l reconocimie nto de su no penenencia a ningú n
Internet, libros, etcétera. Podemos establecer distinciones en tre es pacio cultura l ún ico. La fotografía conoce todos los lugares,

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no puede ser identificada con nin guna institución (a diferen- da desde finales de los al;os sesen ta , los estudios de cinemato-
cia de la sala de cine, el museo o la galería de arte) y no hay grafía en el Reino Unido se convirtieron en la forma más avan-
ningún "lenguaje" que sea específico de e lla . Es una amalgama, zada de eSlUdio cultu ra l porque era la más abierta a los nu evos
un híbrido hasta la méd ula. Además, las fotografías se cons u- modos de pensamie nto. Era un terreno libre d e cargas, con
men en grandes cantidades, están exp uestas a pasar d e un co n- pocos de los e lemenLOs del bagaj e histórico soportado por la
texto a otro y aparece n simultáneamente en diferentes tipos de hisLOria del arte, y fue el primero donde se absorbieron y se
situación social. Reflexionar sobre la fotografía exige por tanto desarrollaron los conocimientos de la semiótica y el psicoaná-
abordar los modos en que estos diferentes puntos d e vista y lisis. También fue el primero, desde las vanguardias de entre-
lugares so n siempre asim ilados, al ineados y com binados, cons- guerras, donde se reflexionó sobre las relaciones entre estética
ciente e inconscientem en te , por creadores y espectadores. Por y política, y el primero que se convirtió en un terreno comple-
extensión , exige también que reconozcamos a los espectadores tamente interdisciplinar. Desarroll ó la base a partir de la cual
como móviles y promiscuos más que com o estáticos y singula- prác ticamente LOda la teoría cultural co ntemporánea reflexio-
res. Los ensayos de Burgin y su práctica fotográfica son sensi- na sobre lo visual.
bles a las especificidades de la fotog rafía pero no las convierten
en un fetich e. Su arte basado en la fotografía ha sido siempre Aunque su influencia se sigue percibiendo, los est udi os de
una práctica deliberadamente híbrida que se dirige al especta- ci nematografía ya no existen "como tales". Su interdisciplina-
dor no como sim ple espectador d e arte, sino como un espec- riedad ha sido superada por el d esmembramiento del p ropio
tador d e publicidad, información , documentales y cine. cine que a parece ahora disperso en una dive rsidad de tecnolo-
gías e interconexiones, entre las cuales "la gra n pantalla" sólo
Podríamos decir que, a lo largo d e la última década, la foto- es un a más. Para ser exactos, los estudios de cinematografía
grafía se ha convertido finalmente en el medio visual d efin ito- solamente fueron posibles a través de otras modalidades de
rio d e la cultu ra contempo rá nea. Esto bien puede explicar su relación con el espectador. es d ecir, la m esa de edición
ascenso dentro del arte contemporáneo. Sin embargo, también Steenbeck, el vídeo y ahora e l DVD. El es tudio de una tecno-
puede explicar la pérdida infortunada de posibilidades de la logía siem pre resulta posible gracias a o u'a: la historia del arte
fotografía, que está actualmen te limi tada a la práctica de reali- so lamente podía constituirse como disciplina a través de la
zación de imágenes formales a semejanza de los cuadros, que fotografía. Y al igual que la historia del arte, los estudios de
reclaman un tipo de espectador "estático y singular". Quizá ine- cinematog rafía han tendido a reprimir el hecho de que su pro-
vitablemente, Burgi n ha dejado la fotografía y se ha volcado en gresión va unida a los avances de tecnología más recien tes.
una obra basada en el vídeo, reali zada para un e ntorn o de gale- Pe ro ya no es plausible ni posible abandona rse a semejante
rías. Situado entre la fotografia y el ci ne , y alejad o de ambos, represión , debido al ailo grado de distribución de las imágenes
actualmente produce obras de arte que hibrida n las condicio- que con templamos.
nes del espectador de ambos medios.
Ante esta situación , estos ensayos proporcionan un modo de
El ci ne ha jugado sie mpre un papel importante en el pensa- reflexión crítica sobre la "interferencia de fra l-Uas". Entre la
miento y en la obra de Burgin. Ciertame nte ha sido la forma irllrospección teó ri ca y la asoc iació n , la escrit ura de Burgi n
d e arte con la que todas las artes han tenido que lidiar o hacer explo ra, explica, conecta y sugiere. También añadiría que
las paces, proporcionando un metadiscurso para todas las artes actúa, y es to rara vez se se l;ala, debido tal vez a la claridad d e su
y haciendo qu e buena parte de la teoría cultural más impo r- prosa y a la lucidez con la que las ideas son presentadas al lec-
tante haya tomado e l cine como su objeto. Durante una déca- la r. 'o es qu e sea un estilo abiertame nte teatral (muy a menu-

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do esa prosa deja al lector con la sensación de ser poco más xiones más profundas sobre la enigmática fragilidad de la iden-
que un espectador de la erudición del escritor, más que formar tidad, del deseo y de nuestro sentido del lugar y del tiempo, y
parte de la misma cultura), pero en su variedad, su erudición y lo que es más importante , de la memoria. La "proyección" iba
su sensibilidad ante las diversas modalidades de obsen'ación de precedida por una introducción bastante tediosa, pronunciada
la vida cotidiana, los mosaicos poéticos y críticos de Burgin sobre un fascinante conjunto de fotogramas de la producción
adoptan formas que pueden percibirse de manera tan signifi- ( ninguno de ellos con momentos que realm e nte ocurrie ran en
cativa como su contenido. Me viene a la memoria el deseo de la película). Al terminar, tuve el tiempo justo para leer otra vez
Walter Benjamin de componer textos a partir sólo de frag- el ensayo antes de aterri zar. Por supuesto, la segunda vez fue
mentos y citas, no para entregarse a las distracciones discapa- diferente.
citan tes de la vida moderna, sino para comprenderlas mejor.
También me viene a la memoria Histoire(s) du Cinéma, de Jean-
Luc Godard, su extraordinario ensayo visual/verbal sobre el
cine, que no contiene más que reflexiones expresa~as sobre
fragmentos cinematográficos. La mayoría de todos los escritos
de Burgin sobre las condiciones de espectador me alertan
sobre algo más que suele ser pasado por alto: las condiciones
culturales de la lectura. En una ocasión, Roland Barthes comen-
tó: "Las personas que no releen están obligadas a leer la misma
historia e n todas partes". Al igual que Barthes, Burgin escribe
mucho como lector y como relector, dado que a lo largo de
esta recopilación , se vuelve nuevamente sobre escritores e
ideas desde diferentes perspectivas y con diferentes fines.
Seguir estos ensayos está Íntimamente relacionado con seguir
las preocupaciones e influencias de un pensador abordadas en
momentos distintos y bajo una luz crítica distinta.

Mientras releo los escritos recopilados aquí, me viene a la


memoria mi primer encuentro con el ensayo "La película
recordada". Me encontraba en un avión , a 9.000 metros sobre
el Atlántico. En este "tiempo de calidad", como lo describen los
estadounidenses (no sé cómo podría uno describir el espacio) ,
pude lee r ininterrumpidamente un ensayo que pronto descu-
brí que estaba muy en sintonía con la experiencia contempo-
ránea de las imágenes en movimiento. Terminé la lectura y
seleccioné una película en la lista del vuelo. El "clásico del
cine" que se ofrecía era Vértigo, de Alfred Hitchcock, una pe-
lícula que no tuvo éxito cuando se presentó, y que en los ail0s
transcurridos desde entonces ha llegado a ser muy apreciada,
entre otros desde luego por el propio Burgin. Hay pocas refle-

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La modernidad en la obra de arte' (1976)

Entre los escollos qu e aguardaban al teó ri co del arte d es pro-


visto d e conocimie ntos de semiología, MlIka rovs k y~ vio e n
1934 "la te nde ncia a juzgar la o bra de arte C0 l11 0 ulla cons-
trucción purame nte fo rma l". Hoy, sin embargo, la tendencia a
apli car la teo ría semió ti ca al a rte visual e n el sentido d e un a
'·poéti ca" confluye fácilme nte con la actual corri e nte d o mi-
na nte d e la críti ca "mod ern a", cen trada en la vida inte rn a del
o bj e to a ut ónomo. Sig u e sin cum plirse la ex ige ncia d e
Mukaroysky, sobre la teo ría del arte, qu e debe "'comprender la
evolució n de l arte como un mo,~ mi ento inm anente que está
e n un a relación d ialéctica pe nllan e nte con la evo luc ió n de las
de más esferas de la cultura".

Me rece la pena vo lve r a observar la modernidad e n su re lació n


con o tro arte visual de l peri odo m ode rn o para devolve rla a su
pro pia posició n e n la histori a de la práctica. del arte, a su lugar
en la producción social de sig nificado. Me rece la pe na consi-
derar si el fo rm alism o 1' USO, que tanto interés ha suscitad o e n
la rec ie nte teo ría es té ti ca, puede ser asimilad o a la mo de rni-
dad , com o ocasio nalm ente y de form a tan simple se ha d ad o a
e nte nde r; y si aba ndo na r el programa m oderno sería real-
me nte vo lver al "re presentacio nalismo", lo qu e lleva ría a per-
de r e l te rre no ganad o po r e l a rte visual e n el period o mod er-
no (como a me nudo se presupo ne). El té rmin o "mode rni dad "
se e ntie nde aquí en referencia a los escritos de Clement
Gree nberg, pues so n estos eSClitos los que de hecho constitu-
ye n el locus d e la mode rnidad ac tual en las artes visuales.

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En e l te rre no más inmediato, el ensayo d e G ree nberg d ebe
lee rse como una protesta frente al ascenso d e l filiste ísmo to ta-
En e l e nsayo de Cle m e n t G ree nbe rg d e 1939 ti tu lad o li ta rio anteri or a la 11 Guerra Mundial. No o bstante, de su uso
"Va ngua rdia y Ki tsch ":\ se d escribe un a cultura e n estad o d e indiscrim inad o de la palabra "kitsch" se d espre nde clara me nte
sitio. Gree nbe rg arg ume nta que la cultura occid en tal está en que Gree nberg co nside ra que la amenaza pa ra la "verdad e ra"
crisis; si a ntes d el pe ri od o mode rn o , tales crisis d e los va lo res cultu ra es la cultu ra d e masas en gen eral. Tocqu eville apo rta
esta blecidos d ese mbocaba n e n el acad e micismo artís ti co, en un ejemplo d e lo que hoy po dría mos d e no minar kitsch.
un a pe trificación de la cultura, a l1te es ta crisis, no o bsta nte, el Desc ribe su llegada a Nueva Yo rk por e l Eas t Rlve r y su sorp re-
fe nó me no sin preced e ntes d e la va nguardi a pro me te ;'ma nte- sa al ve r "a lo largo d e la o rilla, a cierta dista ncia d e la ciudad ,
ne r e n movimi e nto la c ul tu ra",~ media n te un a e levació n d el un a se ri e de palace tes d e mármol bla nco, varios d e ellos d e
arle a "' la expresió n d e un abso luto e n el qu e se resolve rían o a rqui tectura clásica". Aliade: "Cuando al día sig ui e nte fui a ins-
se marg ina ría n lo d as las relatividades y co n tradi cci o nes" , .~ para pecciona r más d e ce rca uno que había atraído e n pa rticul ar mi
lo cua l d ebe rá evita r e l mundo d e "la con fusió n ideológica y la ate nció n, d escubrí qu e las paredes eran d e ladrill o e ncalad o y
vio le ncia",6 COllle mpo ráneamente a la apari ción de la va n- sus columnas d e mad e ra pintada". '2
guardi a, "las nuevas masas urban as presiona ro n sob re la socie-
dad para qu e se les pro po rcionara el tipo d e cultura adec uad o Aq uí hay a lgo m ás qu e la ausen cia de "verdad de los m ate-
a su pro pio co nsumo. Y se ideó una nu eva mercancía ( ... ): la ria les" qu e es d e pl o rada po r Morris y d espués d e é l po r la
cultura suced ánea, kitsch, d estinada a aque llos ( ... ) inse nsibl es Bauh a us. Es un rasgo distintivo del kitsch q ue sus estilos sean
a los va lo res de la cultura ge nuina" .' En e l kitsch "no hay dis- d e ri vad os d e la "'alta" cultura establecida , d e mo d o qu e el con-
co ntinuidad e ntre el a rte y la vida".1I Mie ntras que los valo res te nid o co n mayo res probabilidades d e éxito se prese nte en
d el a rte d e va ng uardi a so n un refl ejo de los valo res "' proyecta- la fo rm a con mayores p robabilidad es d e inspira r respeto, y
dos" por el obse rvad o r "'cultivado", los va lores d e l kitsch so n po r eso Gree nbe rg se refie re al "'artícul o fa lsead o" y a los
"'incluidos" e n el o bje to a rtísti co, para qu e esté n dispo nibles al "'simulacros acad e mi cistas y degrad ad os". Gree nbe rg ti e ne
insta nte para su "disfru te irreflexivo" - "'Allí d o nd e Picasso razó n po r ta nto al aplica r el término "' kitsch" al a rte o fi cial
pinta causa, Re pin pinta efecto"- .9 Además, po r exigir ta n d e Rusia , Ale ma nia e Italia en los a ños treinta, cuyos co nte-
poco, e l kitsch es lo que tie ne m ayor d e manda; un a d e manda nido s se ntime ntales y propagandísti cos e ra n prete nciosa-
a la qu e pued en acceder Hitler y Stalin po r ig ual , inde pe n- me nte prese ntado s baj o un ropaje convencio nalm e nte "artís-
di e ntem e nte d e sus gustos personales, dad o qu e como di cta- ti co". No o bstante, también se refi e re a "'eso qu e los alema nes
d o res, po r necesidad po lítica, tien en qu e adul a r a las masas ha n ba uti zad o co n e l maravilloso nombre d e kitsch, un arte y
"hacie ndo d esce nd e r la cultura a su nivel"Y' En otras palabras, un a lite ratura po pulares y come rciales co n sus cro m o ti-
el n ivel cultu ral d e las masas no pued e eleva rse d e n tro de los pos, cubi ertas de revista, ilustracion es, a n uncios, publi cacio-
modos d e produ cció n existentes, ca pita listas; ú ni came nte un a nes e n pape l satin ad o, comics, músi ca T in Pan Alll!)', za pa-
solució n socialista d e los pro blemas d e la produ cción podría tead os, películ as d e H o llywo od , etc. ". To d as las ma nifesta-
co nceder a la mayo ría el ocio n ecesari o para la a preciación cio nes d e cualqui er tipo d e cultura d e masas so n aquí co nde-
de l a rte d e vanguardia. No obstan te, las exige ncias de 1939 11e- nadas al asocia rse co n el kitsch com o "cultura suced án ea", y
va n a ape lar al socialismo no e n busca d e un a nueva cultura, co n e llo hace que todo lo que qued e como "auté ntica cultu-
sino" simplemente e n busca de la p rese n ac ió n d e toda la cultu-
1 ra", "'ve rdade ra cultura" , "cultura supe rio r", sea e l "arte y lite-
ra viva de hoy". II ra tu ra de o rde n sup erio r".'3

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Gree nbe rg no ofrece nin gun a indicación d e la n a turaleza d e la Co n la v" PA, un grupo a nterio rmente elitista d e produc to res
cultura "auté ntica" que no sea un lugar co mún ; contie n e su culturales se in te resó p o r la sociedad d e masas. Tambié n e n
e nsayo, no o bstante , un claro eco d e esa d e fini ción d e la cul- 1939, el a ñ o d e publicació n d e "Va nguardia y Ki tsch ", el pin to r
tura co mo "lo mej or de lo q ue se ha pe nsado y esc rito". Tal Stua rt Davis hi zo es ta d efe nsa d e l arte abstracto:
co mo lo h a d escrito Raym o nd vVillia ms,u fue el impacto d e la
industri a y la d e mocracia e n el siglo X IX lo que d io lugar a un a ~Ad e m ás de sus efectos sobre el discilo de ropa, automóviles,
co n ce p ció n de la c ultura como algo separad o y situad o "po r arquitec tura, dise ño de revistas }' publicidad , ute nsilios baratos }'
e n ci ma" d e la socied ad . Las ideas d e "cultura e n o p osició n" todo tipo de productos industriales, la pinturd abstracta ha dado
ex presadas d e ma ne ras diversas p o r mi e mbros d e la intelec- un a fo rmulació n artísti ca concreta a las nuevas luces, velocidades
tualidad victo ri a n a como Arnold, Morris y Ruskin , toma ro n y espacios que son excepcionalmente reales en nu es tro liempo.
fonn a a través d e su c rítica p ráctica de las realidad es sociales d e Po r eso digo que el arte abstraclO es un a fuerza social progresista".
su é p oca. Poco a poco, no obsta n te, la noció n d e cultura co mo
d e posita ria d e valores ideales se con vertiría e n un medi o no d e Davis es d esp ectivo con el realismo social estad o unide nse ("el
c riticar el mund o, sino d e eV'ddirse d e él. Lo qu e e n nin gún corral, el gatito, la muje r d el granjero, la mo d elo d e l artista"),
mo me nto se o bse rva e n el ensayo d e Gree nbe rg es que, e n la pe ro su crítica no se ejerce e n nombre d e va lo res c ulturales
é p oca d e su escritura , la noció n d e cultura "elevad a", co nside- e te rn os:
rad a a. ptiori, h ab ía sido muy amplia me nte re pudiad a e n la
prác ti ca a rtísti ca ta nto e n Amé ri ca co n10 e n Eu ropa. El se n ti d o ~Ca lifi co la expresión del naturalismo doméstico como estática. La
d e ide ntid ad cu lt ural po pular qu e ha bía surgido e n Estad os expresión se mantiene estática incluso en la variedad de lucha de cla-
Unid os dura nte los a ñ os veinte se co nfirm ó con la creación, e n ses del naturalismo doméstico, porque aunque el tema ideológico
1935, d e la sección d el Federal Art Proj ect [Proyecto Fede ral afimla una sociedad cambiante, la presentación ideográfica demues-
tra una LOtal incapacidad para visualizar la realidad del cambio H
M

d e Arte] de la \Vorks Progress Admin istratio n (rebautizada •

como vVo rks Project Adm inistratio n e n 1939). C read a co mo


p a rte d el new deal, e n la é poca en qu e di ez millo nes de esta- La te nd e ncia d o minante d e ntro de la VVPA/ FAP e ra d oc um e n-
d o unid e nses es taba n e n e l paro, la vVPA/ FAP co me n zó a con- tal y d id ácti ca. El Fed eral T h eatre ponía en esce n a o bras doc u-
tratar como tales a a rtistas para la producció n a g ra n escala d e me n ta les, "pe ri ódi cos vivos", e n los q u e las fue ntes específicas
un a cultura d e masas democrática. '" Holge r Cahill , director d e los h ec ho s prese ntados e ra n escrupulosam e nte a n o tad as a
nacio n al d e Ja WPA/ FAP, escribió en 1939: pie d e página. Como parte de l Fede ral Write rs' Project
[Proyec to Fed e ral d e Esc ritores] se reali zó la American Cuide
"En los úllimos i 5 allos se ha desarrollado en es te país un enor- Series, una combinac ió n d e gu ía de carre te ras e histo ri a local:
me tráfICO de fragme ntos esté ticos ex traídos de su e ntorno social, ;'un a maj estuosa lista d e fracaso nacio n al, un te rrible y sin
pero que arrastra n nubes de glori a aristocráticas. No menos de e m bargo inte resa nte co rrectivo d e las histo rias d e éxito que
cuatro quintas pan es de nuestro mece nazgo aníslico se han dedi- pred o mina n e n nuestra li te ra tu ra". '8 Se e ncargaro n "rela tos d e
cado a eso. (Lamen ta que] pe rsonas que darían sus vidas por la informad ores", info rm es a u tob iográficos d e ge nte "corri e nte".
democracia política ape nas moverían un dedo por la democracia Tales proyectos se sola paba n co n los d e o tros d e p a rtame ntos
e n las an es. Dice n que ( ... ) no es posible alej arse de la ari stoc ra- d e la VVPA, esp ecialme nte con el programa d e la Farm Securi ty
cia en cuestiones de selección estéti ca (... ) que el arle es dema- Administra ti o n (FSA) d e agitación eco n ó m ica e n d efe nsa d e
siado exce pcional )' refinado para se r compa rtido co n las los a parceros d el Sur, pro grama e n el que participaba n equi pos
nl asas". 11i de esc ri to res y fo tógrafos.

20 21
En Estados Un idos, en los años de entreguerras, el "arte" en la ron con los "medios de masas"'. Este tipo de compromiso se
práctica llevó a cabo un desmantelamiento de la diferenciación había iniciado durante el enorme esfuerzo de propaganda y
e ntre "alta" y "baja" cultu ra; en lo ideológico, no obstante, este educación del periodo de guerra civil (1917-192 1): "Se podría
hecho no fue reconocido. El movimiento documen tal se pro- decir que el li bro tradicional se dividió en páginas indepen-
dujo e n unos espacios institucionales claramen te demarcados dientes, ampliadas por cien , pintadas en colo re·s más llamativos
(Ben Shahn , por ejemplo, hizo fotografías para la FSA y pintó y colgadas en las calles como carteles. A diferencia de l cartel
para la FAP cuadros basados e n esas fotografías); por decirlo ame ricano, el nuestro no estaba concebido para ser captado e n
con la terminología de Be l"Damin,19 los artistas estadounidenses un vistazo desde la ventana de un coche en marcha, estaba
suministraron el aparato de producción existente, Los artistas pensado para ser leído y digerido desde cerca".~J Con el retor-
europeos ya había n intentado cambiarlo y con ello habían ata- no de la "empresa privada" bajo la nueva política económ ica de
cado esas distin ciones en tre arte "elevado" y arte "de masas" qu e Le nin (1921) , estos esfuerzos propagandísticos se trasladaron a
tenían una base tec nológica. Después de la 1 Guerra Mundial, la esfe ra económica. En un intento de atraer al pueblo hacia
la práctica del arte visual de vanguard ia en Europa se dividió tiendas y productos estatales, se formó el grupo Agitreklama
e ntre un arte que man tenía implícita la idea de una cultura eli- (dirigido por Maiakovski, con participación de Rodchenko)
tista y un arte que rechazaba explícitamente dicha idea. Una para producir carteles políticos y comercia les. 2~ A fi nales de los
respuesta característica de los artistas que se opo nían a lo que años veinte se plan teó, e ntre los partidarios de encontrar un
consideraban carácter clasista de la "alta" cultura fue el aban- camino entre e l esteLicismo y el utilitarismo, un a demanda en
dono de los modos de producción artística más estrechamente favor de un "arte del hecho". Se reiteró el ataque contra las
relacionados con ella históricamente. No es de extraiiar que tec no logías y los formatos tradicionales:
esta respuesta tu\~era un carácter especialmente progran"Jático
e n Rusia en el periodo inmediatamente postelior a la revolu- MA la pinturd de caballete, que supuestamellle funci o na como
ción , donde hacia 1920 los ex futuristas y formalistas del g rupo 'espejo de la realidad ', /...el opone la fotografía -un medio más
Le! había n rechazado las tendencias estetizantes del "arte de preciso, rápido y objetivo de rUar el hecho---. A la pintura de caba-
laboratOlio" (por ejemplo, Malévich , Gabo) , en el que el obje- ll ete - reivindicada como una fuente pennaneme d e agitación-
to era proclamado com o fin en sí mismo, y habían planteado los Le/ opone la pancarta, de interés actual, diseñada)' adaptada para
objetivos del "arte de producción". A1exei Ga n escribió en la calle, e l periódico y la man ifestación, y que ll ega a las emocio-
"Constructivismo" (1922) : "La pintura, la escultura, el teatro, nes con la precisió n del fuego de arti llería. En li te ratura, a las bl'lIes
éstas son las formas mate riales de la cultura estética capitalista leltreJ y su correspondiellle afirmación del "re n ejo", LRfopone el
burguesa que satisface las demandas "espirituales" del consumi- reportaje -la 'faclOgrdfia'- , que rompe con las tradiciones lite-
dor de un orden social deso rgani zado ( .. . ) [el constructivista] rarias )' entra por completo en el terreno del publicismo al servi-
debe ser un hombre de formación marxista que de una vez por cio del periódico )' la revista " . ~ f
todas supere el arte y avance realmente en el terreno de los
materiales industriales".:>!) Maiakovski escribió: "Una de las con- Los procesos artísticos que se desarrollaron en Rusia y que cul-
signas, uno de los grandes logros de Le/: la deses letización de minaron con el llamamiento en favor de la "fac tografía" pue-
las artes productivas, el constructivismo. Un complemento poé- den considerarse en absoluta relación de conti nuidad con las
tico: el arte de agitación y la agitación económica: el anuncio".?l tendencias de l futurismo y coherentes con la exigencia prerre-
volucionaria de Maiakovski de qu e los clásicos fuera n "expul-
Mientras algun os a rtistas d e Le! (por ejemplo, Tatlin, Popova) sados del barco de vapor de la modernidad". No deben , por
e ntraron en la industria como diseñadores, otros se incorpora- tanto, interp retarse de manera simplista como un intento de

22 23
acomodarse a la presión política. Por o tra parte, la tendencia de exposición ünica por un rollo de película de multiexposi-
factográfica surgió de forma independie nte en diversos centros ción (película de cine). La Ermanox, aunque era una cámara
inte rnacionales en el mismo periodo. Como se ha seiialado de placa que tenía que utilizarse con trípode, a liadía un obje-
antes, en Estados U nidos el documental se convertiría en la ti vo extraordinariamente "rápido" (1 ,8, frente al de 3,5 de
modalidad estética dominante de los años treinta, y hay un sen- Leica) con una placa pancromática muy sensible (una placa
timiento LeJ, cierto que con una convicción inferior a la de Lef, re lativamen te pequeña, de 4,5 x 6 cm), 10 que hacía posible
en las palabras siguientes del supervisor de un programa de la fotografiar temas con la "luz disponible" (por ejemplo, con luz
WPA en Chicago: "El cartel, al servicio del público, es fácil- elécuica coniente) , sin el uso del flash. Estas nuevas herra-
mente comprensible por el hombre de la calle. Aunque puede rnientas, utilizadas por fotógrafos como Salomon, Man )'
pasar por distintas fases en su evolución saludable, está libre de Eisenstaedt, entre otros, ayudaron a conso lidar la idea, fre-
los numerosos ismos que infestan las a rtes afines ( ... ) El cartel cuente en los años veinte, de la cámara como el instrumento
cumple el mismo servicio que el pe ri ódico , la radio y el cine , y re presentativo de la época. ~'8
es igualmente poderoso como órgano de información, a la vez
que proporciona una agradable experiencia visual " .~~ Fuera de La cámara parecía ofrecer un acceso sin precedentes a la
Rusia, en los aii.os veinte fue en Alemania donde más se desa- superfi cie fenomenológica de la sociedad industrial )' eso e ra
rrolló el movimiento en favor de un arte del hecho. fue asimismo 10 que se celebraba en los primeros fotomontajes de vanguar-
en Alemania donde el uso de la fotografía por parte de ese dia. Moholy-Nagy:
movimiento alca nzó un mayor d esarrollo técnico.
HEn la Gimara fotográfica tenemos la ayuda más fiable para el
Tocqueville había observado: "En los países aristocráticos se comi enzo de la visión objetiva. Todo e l mundo se verá obligado a
producen unas pocas grandes imágenes; en los países demo- ver aq uello que es ópticamente cierto, exp li cable en sus propios
cráticos, un enorme nümero de imágenes insignificantes":16 Dis- térm in os antes de llegar a cualquier posici ó n subjetiva. Esto ab(}-
ponible por poco dinero, la fotografía había satisfecho pronto lirá el patrón d e asociación pictó¡;ca e imaginativa que ha per-
la necesidad de grandes números de imágenes "'insignifican- manecido inalterado durante siglos y que fue gr.lbado en nuestro
tes" - reU-atos familiares, taljetas postales de paisajes, etcéte- sentido de la visión por gra ndes pintores individuales " . ~·-'
ra-. La fotografía, no obstan te, se convirtió más significativa-
mente en un "medio de masas" con la ráp ida expansión del También Vertov había insistido en las diferencias entre el
fotoperiodismo e n Alemania, país donde primero se desarro- mundo visto por el ojo y el mundo (más rea l) capaz de ser pre-
llaron las revistas ilustradas con fotografías y do nde habían sentado por la cámara: "La posición de nuestros cuerpos en el
alca nzado un sólido éxito a principios de los años veinte. ~7 momento de la observación, el número de rasgos que percibi-
mos e n uno u otro fenómeno visual en un segu ndo de tiempo,
Los avances técnicos en Aleman ia permitieron la transición de no es en absoluto vinculante en la cámara de cine'?' Los pri-
la "'fotografía de prensa" al "'fotoperiodismo" : las cámaras meros intentos de formular una teoría del montaje en el cin e
Ermanox y Leica aparecieron en el mercado, en peq ueñas can- conllevaban implicaciones para la fotografía fti a que conU-a-
tidades, en 1924 y 1925 respectivamente. La Leica, un subpro- decían la creencia convencional que considel-aba que se trataba
ducto tecnológico de la industria del cine, incorporaba carac- de un medio "transparente" de represe ntac ión. Por ejempl o,
terísticas técnicas adaptadas de las cámaras cinematográficas los experimentos de Kul eshov con Mozhukin, en los que una
para crear una pequeña cámara, rápida y fácil de usar, cuya misma toma del rostro impasible del actor se yuxtaponía acer-
ventaja más destacada era su sustitución de la placa fotog ráfi ca tadamente con tomas de diversas situaciones objetivas, supo-

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nían un rechazo d e la idea naturalista d e los retratos fOLOgráfi- La obra de John H ea rtfi eld para AIZ fue casi por completo res-
cos como "espejos del alma" -el público leía un a expresión ponsable d e liberar el fotomontaj e de las fórmulas del cubis-
distinta del rostro e n cad a sucesiva yu xta posición-o Posterio- mo, el futuri smo y la co nstrucción "cinemática". Es probable
res experimentos con el actor Po lonski confirmaron, según que aprendiera d e los surrealistas -Aragon juzga ba que
palabras de Kul eshov, "esta p ropiedad del montaje d e anular la H ea rtfield "reemplazó lo mejor de lo que se había intentado
actuación del actor".!\! en el arte moderno, co n los cubistas, en ese camino perdido de
miste rio d e lo cotidiano" _.:n Heartfie ld hizo que la afectividad
Los experimentos d e Kul es hov se prodtueron entre 191 6 y que las imáge nes surrealistas obtienen de su estado indeciso
1917. Es improbable que fue ran conocidos por los dadaístas con respecto a la fantasía y la realidad pasara a de pender del co-
berlineses, cuyo trabajo con el montaje comenzó aproximada- nocimie n to de una condició n material real d el mundo.
me nte e n la misma época, pero entonces existía, no obstante,
un inte rés general, internacional, sobre la construcción "fí1mi- La tendencia fac tográfi ca e n el arte no sobrevivió a los años
ca". Hausmann se refiere a "la aplicación de la fotografía y te x- treinta en ning ún aspecto apreciable . En 1932, el comité cen-
tos impresos qu e al juntarse se transforman en película está ti- tra l d e l PCUS disolvió todas las asociaciones de escritores y
ca".32 Lissitzky escribe en "La tipografía de la tipografía " artistas existe ntes para crear un único sindicato d e esc ritores
(1923): "Las palabras impresas se ve n y no se oye n ( ... ) Una soviéticos y organismos a nálogos para las demás artes. Fue e n
secuencia de páginas es un libro cinematográfico" . ~ Szymon esta é poca cuando hizo su aparición el concepto de realismo
Bojko ha citado el intento d el artista gráfico S. Telingaler de socialista como tal y fue a partir de entonces cuando la línea de
crear, e n 1923, "un libro bioscó pico", un "cinelibro" que se Stalin / Zhdanov se impuso en todo su rigor. En 1933, Hitler se
pudiera leer y ver simultáneame nte -un libro cuya secuen cia convirtió en canciller del Reich alemán, el partido comunista
d e páginas e imágenes sería re miniscente d e los fotogramas d e fue prohibido y A/Z publicó su último número d e Berlín en
imágenes e n movimienlO-..~~ Stott inform a: "Archibald febrero , d e modo que sus edi tores huye ron a Praga, H ea rtfield
MacLeish calificó como 'banda sonora' su poema e n prosa que e ntre ellos, donde siguie ron publicando con el título de llolks-
acompañaba a las fotografías d e la FSA e n Land 01 lite Free fllusl,ie,.le hasta 1936.
[Tie rra d e los libres] (1938)"."
Los diversos proyec tos artísticos de la \-"PA se debilitaron
La "maque tació n" d e fotorrevistas ha logrado aproximarse al durante los ailos de la guerra o antes (fue oficialmente disuel-
cumplimiento d e la exigencia d e Brecht d e "algo montado, algo ta en 1943), d ebido a las exigencias prácticas pla nteadas por la
construido" en fotografía; en la transición e n Alemania del propia guerra, pero también a los repetidos ataques de un a
dadaísmo a la Tendenzkunst, el fotomontaje fue más lejos. coalició n cada vez más co nse rvadora en el Co ngreso. (Las asig·
Hausmann: naciones destinadas al Federal Theatre Project, por ejemplo,
fueron bruscamente suprimidas como conclusión d e un comi-
"El fotomontaje permi te la elaboración d e las fórmulas m ás dia- té d e la Cámara de represe ntantes sobre un informe de ac ti\~­
lécticas, en virtud de sus oposiciones d e escala y estnlc(Urd ( ... ) Su dades antia mericanas en enero de 1939, donde se afirmaba
ámbito de aplicación es a nte tod o la pJ"Opaganda po líli ca y la que "un núme ro bastante amplio d e e mplead os del proyecto
publicidad comercial. La claridad necesariame11le ex igida de las del Federal Theatre so n mie mbros del Partido Comunista o
co nsignas políticas o come rciales influye cada vez más so b re sus simpa ti zantes de éste").:!.II
medios de contraposición de los más deslumbrantes co ntrdstes ,
con renuncia a los caprichos d e la intuición " . ~

26 27
11 canal físico de comuni cación - son los problemas de la técni-
ca em pleada en co nformidad con cieno mod e lo predominan-
A cualquier co nocedor d e la práctica del arte visual "faclográ- te de realidad- ). El realismo trata ante todo "acerca" del co n-
fico" de los aiios de e ntreguclTas en Europa oriental y occi- tenido, y los grandes debates dentro del realismo se refieren
dental y Estados Unidos le sorprenderá que Greenberg escriba excl usivame nte al tema (recordemos la reincid en te "crisis de
como si eso nunca hubiera tenido lugar. Lisa y llanamente, contenido" en la pintura del siglo xx).
dentro del planteamiento general de Greenberg no hay lugar
para ello. En "Vanguardia y Kitsch " se afirm a que, asediadas Con la perspectiva que nos proporciona Saussure, hoy pode-
por la cultura de masas, las tropas del arte deben reformarse en mos ver qu e el realismo clásico se apoya en un concepto equi-
torno a "aquellos valo res que sólo se encuentran e n el arte", ,'ocado del sig nificad o: se presupone qu e el sig no es "transpa-
Que ta les valores existen y que son purame nte formales es algo rente" , lo que pernlÍte un acceso sin dificultades al refe re nte
que se da por se ntado. De este modo, resulta se ncillo establ e- (efectivam ente, el mismo error se comete en la teoría de la
ce r el comportamiento artístico adec uad o: "El co ntenid o ha de expresión uaive) , Podemos considerar qu e el cubismo consti-
disolverse ta n enteram ente en la forma que la obra de arte o w ye una crítica radica l d el realismo, un a práctica compatible
de literatura no pueda ser reducible, en todo o en parte, a algo con un reco nocimiento de la disyunci ó n de signifi ca nte y sig-
que no sea ella misma ( ... ) Tema o con tenido se convie n en en nificado en el seno del signo. No obstante, el formalismo occi-
algo de lo que huir como de la peste".3!l dental poscubista no se desarrolló como estética científi ca
basada e n una crítica del signo, sino más bien como estética
En este aspecto, la modernidad d e Greenberg mantiene una normativa basada en un concepto de territorial idad, El forma-
estrecha semejanza con el formalismo de Roger Fry y Clive Bell. lismo de Greenberg es descendiente directo del intento de Bell
Fry intentó exu-aer de la obra de Cézann e unos p rin cipios bási- y Fl)' de "liberar" al arte de preocupaciones que no sean "pecu-
cos que pudieran, retrospectivamente, descubrirse en toda la liarmente propias", En el caso de Bell se recurre a la ontología
pintura anterior. Su interpretación de Cézan ne se formó a par- kantiana (u n mundo noumenal ';detrás de" las meras apa ri en-
tir de su conocimiento de los cubistas, d e quienes dijo (19 12): cias) para justificar la abstracció n, mie ntras que Greenberg
"La última expresión de dich o mé todo sería, sin duda, la renun- (a unqu e se declara kantiano: ';considero a Kant como el pri-
cia a toda semejan za con las fo rm as naturales y la creación de mer verdadero moderno") argumenta que el objeto de a rte
un le nguaje forma l purame nte abstracto -un a müsica moderno no denota o tra cosa qu e el propio objeto: "De este
visual',- .,I(J En el mismo año, BeH escribió: "Para apreciar una modo, todo arte resultaría ;'puro" y e n su "pu reza" encon traría
obra de arte no debemos llevar con nosotros más que un senti- la gara ntía tanto de sus crite rios de calidad como de su inde-
do de la forma y d el color y un conocimiento del espacio tridi- pendencia", ~ t
mensional ", y añade el siguiente matiz: "Ia representación del
espacio tridirnensional no es irrelevante ni esencial e n todo arte Dado que e n ambos casos se ma ntie ne un a nálisis inmanente
( ... ) toda otra forma de representación es irrelevante". Más ade- del arte, últimamente se ha tendido a relacionar las ideas de
la nte, se queja de quienes "tratan la fo nn a creada como si fuera G reenberg y las de los form alistas rusos como sim ilares; pero
una forma imitada, una imagen como si fuera una fotografía".1I existen diferencias irnportantes. En su a taq ue al simbolismo ,
los formalistas rechazaban la idea sim bo lista de la forma, en la
El formalismo suele definirse e n oposición al realismo. En el que lo perceptible se co ncebía en oposición al co ntenido, lo
realismo clásico se presupone una presentación no mediatiza- inteligibl e. Ampliaban e l co ncepto de forma para abarcar
da del referente a través del signo (salvo por el "ruid o" en el todos los aspectos de un a obl-a. Todol'm':

28 29
MLos simbolistas tendían a di,·i d ir el produclO literario en forma mayor fortuna que Cimabue en la reprodu cción del espacio tri-
(es decir, sonido), que erd esencial,}' cOlllenido (es d eci r, ideas), dimensional , Masaccio supuso una mejora con respecto a
que era externo al arte. El planteamielllo formalista era totalmen· Giolto ... y así sucesivamente, de tal modo que e l esfuerzo en su
te opuesto a esta apreciación estética de la Mforma pura". Ya no conjunto culminaría en Miguel Ángel y Rafael. Este modelo
consideraban la forma como algo opueslO a otro de terminado renacentista fue pues asumido como propio en el periodo
elemclllo interno de una obra de arte (normalm e nte su co nteni- mode rno. Los componentes básicos con los que e l historiador
do) }' co menzaron a concebirla como la LOtalidad de los diversos tiene que tratar son los "movimientos" en el arte (producidos
compo nellles d e la obra (... ) Esto hace que resulte esencial com· por "generaciones" de artistas), y la relación entre es tos movi-
prender que la forma de una obra no es su úni co el emento fOl-· mientos es causal. Esta versión otorga la ilusión de un mo-
mal: su contenido puede se r igualm ente formar, '~ vimiento intencional a algo que podría igualmente describirse
como una sucesión con tingente de fracasos, lo cual perrnite
En este sentido, el formalismo ruso difiere por tanto substanti- situar la conservación y la continuidad al margen de la tempo·
vamente del formalismo de Bell y Fray, así como de la moderni- ralidad y la erosión, y sienta las bases para lo que Edgar Wind
dad de Greenberg, en los que toda consideración de contenido (nuevamente e n relación con el renacimiento) ha calificado
es arbitrariame nte prohibida por un precepto casi jurídico. como "un arte orgulloso que no está a l servicio de nadie y que
se plantea todos sus proble mas desde dentro".
El formalismo ruso difiere también en aspectos importantes de
la modernidad e n su aCliLUd con respecto a la "tradición·'. Greenberg impone retrospectivamente a todo el periodo
Greenberg: "Desprovisto del pasado del arte)' de la necesidad moderno una image n de "progreso" general:
y la obligación de mantener sus niveles de excelencia, el arte
moderno quedaría desprovisto de sustancia y justificación .... 1 ··Los cuadros de Manet se cominierón en los primeros cuadros
Esta declaración podría servir como receta para el academicis- modernos en \irtud d e la franqueza con la que declaraban las
mo; en "Vanguardia y Kitsch" había escrito: "[ La culLUra de supe rficies planas sobre las cuales estaban pimados. Los impres iÚ'"
vanguardia] constituye 'una clase superior de alejand rinismo. nistas, miS los pasos de Manet , abjuraron de las capas pre liminares
Pero hay una diferencia muy importante: la vanguardia se de pintura)' de las tran sparencias, para que el ojo no pudiera tener
mueve, mientras que el alejandrinismo pe rmanece quieto. duda ninguna sobre el hec ho de que los colores utili 7..ados estaban
y esto es precisamente lo que justifica los métodos de la van· compuestos de pintura procedeme de tubos o recipie ntes. Céza nn e
guardia y los hace necesarios". Dado que e l "movim iento" es en sac rifi có la verosim ilitud o la precisión para adaptar m .is explícita.
Greenberg el concepto central en la legitimación de la moder- mente Sil dibuj o}' su diselio a la fonlla rectangular del lienzo",
nidad, es conveniente analizarlo con mayo r de teninliento.
El presunto objetivo de este progreso, pues debe haber un
Se utiliza un modelo familiar de movimiento; la versió n domi- objetivo si se pretende evaluar un progreso, e ra "resaltar la pla-
nante del movinliento en la historia del arte es el que po dría nitud de la superficie resultante ( ... ) Dado que la planitud era
denominarse nlOdelo de "problema/ solución": toda "genera- la úni ca condición que la pintura no compartía con ningún
ción" d eterminada de artistas intenta resolver los problemas otro arte, la pintura moderna dedicó más atención a la plani-
heredados de la generación antel;or, y las soluciones que ofre- tud que a ninguna otra cosa". Pero además:
cen son sola mente parciales y así, a su vez, sus fracasos propor-
cionan "problemas" a la generación posterior. Una precoz ver- M[Oado que ] e l ane mode rno es una continuació n del pasado sin
sión de este modelo fue planteada por Vasari: Giotto tuvo separación o ruptura ( ... ) (sigue por tanto a] Leonardo , Rafae l.

30 31
Ti zian o, Rubens, Rembrandl o Watteau. Lo que la modernidad ha reside en la sustancia del texto, el de los formalistas reside e n
demostrado es que, aun que el pasado apreciara justamen te a estos e l orde namiento de la sustancia a través del mecanismo.
maestros, a me nudo las razones esgrimidas para hacerl o era n e rró- Eichenbaum: "'La exce pcionalidad de l arte consiste no en las
neas o irrelevantes", Ü piezas que lo componen , si no e n su uso o ri gina l".48

La re lectu ra de obras antiguas e n contextos nuevos puede Se ha criticado que el importante concepto de Sklovski d eno-
refrescar tanto la obra como el contexLO, pe ro semejante he r- minado ostranenie (el mecanismo para "hace r eXlraii.o") te nía
m enéuti ca no debe confundirse con la histOl-ia. La interpreta- el fin purame nte esté ti co de hacer depender la perce pció n del
ción de Gree nbe rg de la historia del a rte no contiene refere n- objeto de sí misma, como si fue ra el propio objeto; en este sen-
cia algu na a determinantes po líticos, económicos, sociológicos tido, resulta concebible asimila rl o a la idea de Gree nberg de la
O tecnológicos que pueda n ser coincidentes e n el tiempo e in- pintura moderna com o basada exclusivam ente en "lo qu e se
flui r desde de ntro e n las decisio nes "puram ente estéticas" qu e pro du ce e n la experiencia visual". No obstante, para los for-
él desc ribe, Proyecta sobre el pasad o una sede de hipó tesis no malistas, la puesta e n pri me r plano del meca nismo como t a~
d iscutidas y su refl ejo reaparece intacto e n todos sus aspectos mediante su construcció n autorreveladora, tie ne un necesario
exce pto en un o , su posición ha sido inve rtida - ya no se trata corolario cognosciti vo:
de m eras afi rmaciones, ahora so n hechos indiscutibles basados
e n la "hisLOria"-. "¿Po r qué es necesario subrayar que no se con funda el signo con
el objeto? Porque junto co n el co nocimi ento inmed ia to de la iden·
Los fo rm alistas rusos no es taban de ac uerdo con la visión de tidad de signo}' obj eto (A es A') , se requiere el conocimiento
una ge nealogía lineal e n el arte, sino que ve ían la histo ri a inm ediato de la ause nci a de dicho co nocim ielllo (A no es A'); esta
como un a sucesión de discontinuidades, "'saltos la terales", re- antino mia es in evitable, pues sin cOlllrad icción 11 0 existe juego de
p rese nlados e n la irnage n de Sklovski del "movimie n to de l conce ptos, no existe juego de signos, la re lación elllre el co ncep-
caballo" [en el ajedrez]. SegÍl n Sklovski, "en la eliminación to y el signo se vu elve automática, el curso de los aco ntecim ientos
de un a escuela literaria y susti tució n por otra la herencia se se illlerm mpe y la conciencia de la reali dad muere".'"
tra nsmite no d e padre a hijo, sino de tío a sobrino":"' Esta con-
ce pción perm ite la incorporació n al arte de fórm ulas a rtísticas Los formalistas nun ca confundieron los fin es d e la poéti ca
antes consideradas perifé ri cas o po pulares. ("Se crean nuevas con los fin es del arte. Esa confusión , no o bstante, aparece e n
formas e n el arte por la canonizació n de formas periféricas. los esc ritos de Creenberg. Por ej e mplo, cuando J akobson
Pushkin desciende del gé nero del álbum , la novela de historias esc ri be: "el sujeto principal de la poé ti ca es la diferencia específi-
de horror, Ne krasov del vodevil , Block de la balada gi la na, ca del a rte verbal en relación con otras artes y en relac ió n con
Maiakovski de la poesía humo rísti ca").j' Greenbe rg insiste de otros tipos de comportam iento verbal ",~ está definiendo la
nuevo e n los particulares atributos m.ateriales que son caracte- fu nción de una rama de estudi os literarios. Sin e mbargo, cuan-
rís ticos de la pintura: "'Las limitaciones que constituye n el do Gree nbe rg dice: "lo qu e te nía que exponerse era no sola-
medio de la pintura -la superficie pla na, la forma del sopor- men te aquell o qu e e ra único e irreductible en el arte en gene-
te, las propiedades del pigmento--", mie ntras que a los forma- ral, sin o ta mbié n aque llo qu e era Ílnico e irred uctible en cada
listas les interesa ban "mecanismos" abstractos, como "desnudar" arte en parti cul a r",'" está defini e ndo la fu nción de un a ram a
y "d esfamiliari zació n", característicos del texto literario (los de l arte. Greenberg disuelve el proyecto del arte en un pro-
simbolistas habían convertido el mate ri al e n un fe tiche : el so ni- yec to de crítica de arte, 10 que le lleva a hacer come nlarios
do ) . Así pues, mie ntras el centro de ate nció n de Greenberg defensivos con res pecto a la posició n cie ntífica del arte; mie n-

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tras que a los fo rm alistas úni camente les preoc upa ba que esa coincide ntes - se produce una altern ancia e ntre percepció n y
crítica fuera científica. J akobso n es explícito: reflexión- o De igual modo que la percepción se sostiene en la
cognición , la cogn ición se sostiene en la ideología: el significa-
"Ni Tiniano\', ni Mukaro\'ski, ni Sklo\'ski ni )'0 he mos argumenta· do natural se filtra desde una imagen, la conviene en un a fo nna
do que el arle sea suficiente en sí mismo; por el comrario. hemos vacía para reci bir un conten ido ideológico. pe ro e n el instante
demostrado que el arte fonna pa rte del edific io social, un compo- en qu e hace mos esta obsenración el significado lite ral retorna
nente correlac io nado con otros, un componeme va ri ab le. dado --el significado literal y la motivación ideológica quedan atra-
que la esfe ra de l arle )' su relació n con otros secto res d e la estruc· pados en un " torniquete"-_"~ En el mismo movimiento en el
tu ra social cambia dialéc ticamem e sin cesar. Lo 'fu, subm)'fllI/os 11 0 qu e el mundo fenomenológico se u-ansforma en lo "real", lo
es la se/){(raóón del arte, sino la autonomía dI' la funrión estéti{'fl". ~2 real se u-ansforma e n la realidad-en-ideolog ía.
(cursiva mía)
Tales operacio nes so bre el signLficado son las de un "indivi-
duo", pe ro la unidad fundamental de este sujeto existe sola-
me nte e n la ideología. Así, dice Althusse r: "Toda ideología
ti e ne la funci ó n (que la define ) de ;constituir' individuos con-
111 cretos como suj etos". La ideología es en sí misma "un a ' repre·
sentación ' de las re lacio nes imaginari as de los indi\~duos con
Ine ludiblemente, el trabajo del arte visual es trabajo e n }' sobre sus condi ciones reales de existencia"."" En la metáfora de
la representación. Barthes observa: "La re prese ntación no se defi- Althusser de la eSlructura de la representación , la "ve ntana" se
ne directamente por la imitación: aunque se desprenda un o de convierte e n espejo: la ideología se mantiene e n una relación
las nocio nes de lo "real", lo "semejante", la "copia", segui rá especu/arcon el suj eto. Esta imagen de la especul aridad in1 plica
existiendo represen tació n en tanto que un sltiero (a ulOr, lec- otra descrita por Lacan, la del "estadio del espejo" en la forma-
to r, espectador o vOJeur) lance su mirada hacia un horizon te ció n de l ser huma no."" Enu-e su sexto y su decimoctavo mes,
d o nde recorta la base d e un trián gul o, cuyo vé rti ce es su oj o (o el bebé, qu e vive la ex periencia d e su cuerpo como fragmenta-
su m ente)". A lo que añade: "'El 'órgano de la representación ' d o, descentrado, proyecta su unidad potencial, en la forma de
(que hoy resulta posible escribir porque existen insinuacio nes un ser ideal , sobre o tros cuerpos y sobre su pro pio reflejo e n un
de algo más) te ndrá como fundam e nto dual e l ac to del reco rte espejo; e n esta fase , el niño no distingue entre sí mismo)' o tros,
(découpage) }' la unidad del sujeto en di cha acció n " :'>.~ es el Olro, es "capturado" por una imagen ; su reconocimiento
de sí mismo e n el orden "imaginario" tien e un a cohe rencia
La estru ctura de la representación , el ojo y la base qu e lo ca pta, tranqui lizado ra, pero es un falso Teconocimiento. Nuestro conoci-
está íntimamente implicada en la reproducción de la ideología miento de que somos sujetos, lib res para e legi r (un a "obvie-
(hablamos de un "punto d e vista", de una "estructu ra mental"). dad") , es as imismo un falso reconocimiento, un "efecto ideoló-
Sabemos qu e vemos una superfi cie bidimensio nal, creemos que gico". Lo que conocemos como nuestra su bjetividad individual
miramos a través de e lla hacia un espacio tddimensional, pero es nues tro reflejo e n el mundo constituido e n ideología, un
no podemos hacer ambas cosas al mismo tiempo -se produce mundo que en su imagina ria plenitud es más com ple to y más
un ir y ve nir e ntre conocimiento y creencia- oSabemos que lo lib re de contradicciones que en la experiencia \~vida:
que \~e n e dado en la configuración material, la "imagen", no
agota la representación, que se realiza a través de la imagen e n ~Toda ideología represen ta en su distorsión imaginaria no las rela-
la m emod a y la asociació n, pero ambas cosas aparecen como ciones exisLentes de producción (ni las o tras relaciones que se

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derivan de e llas) , sino ante todo la re lación (imagina ria ) de los No se trata de la representación del "puro sign ifica nte"
individuos con las relacione s de producción y con las relaciones (modernidad) ni del ;'puro sig nificado" (realismo) , sino más
q ue se derivan de e lla s " . ~; bien de un inte nto de impedir para siempre que lo uno se
disuelva en lo o tro. El cubismo no es el bisoii.o arte ';no repre-
La experie ncia de plenitud y coh ere ncia imaginarias d el nll10 se ntacio nal " que se nos suele d a r a en tende r, es u n cOl-uunto
entra fin alme nte en crisis mediante su aceptación de la dife- maduro de obras sobre la representació n .
rencia sexual, la estructura de la "castración " abre paso al
orden "si mbó lico" de la articulación sobre la base d e la pre- El cubismo en su comprensió n "na tu ral" de la co herencia de la
sencia y la a usencia; la ilusión de una autonomía centrada y realidad "objetiva" subvirtió la unidad fundam ental del sujeto;
establ e puede d ejarse caer aho ra en aceptación de los hechos la fotografía, e ntre tanto, lo estaba co nfirmando (es bien cono-
vividos de la contradicció n, la dialéctica, la intersubjetividad, el cido el papel jugado por la cámam oscura e n el desarrollo de la
proceso interminable de ll egar a ser. No o bstante: perspectiva renace ntista ). El desarrollo vanguardista del foto-
montaje era e n parte, como ya se ha seiialado, un repudio de
"Por ser muy co rrelativos lo imagin ario y lo sim bólico, sie mpre la con notación clasista de la tecnología de la pintura -la foto-
existe la posibilidad de una regresión en e l ser humano hacia e l grafía se había co nve rtido en el principal instrumento "visual "
m odo imagi nario , con su anh elo por e l objeto superreal, perma- en la formación de la cultura de masas- , pero ad emás debe
nente. Cuan do esto sucede se produce una retirada con respecto ser reconocida como una inte rvención en un momento decisi-
a l intercambio abierto de la verdad en e l discurso humano, }' e l vo en la historia de la representación. El uso del collage foto-
mundo se co nviene e n la representación de un o~i e t o petrificado gráfico en la deconstrucción de la perspectiva monocular apa-
a l servicio de la sa tisfacción alucinatoria de un deseo primor- rece así como históricamente "sobredetermin ado" dobl em ente
d ial".;s relacionado co n aquello que era decisivo en el arte vis ual e n
aquella coyuntura histórica particular: que se resistiera al reto r-
Sectores de la vanguardia d e e ntreguerras reco nocieron la ins- no de lo imaginario para el que tan to la abstracció n idealista
titución del arte como uno más d e una serie de "aparatos" que como el "realismo" fotográfico la estaban preparando.
sen'Ían para rep rodu cir formas ideológicas de co nciencia.
A través de la institució n "arte", se intentaba separar lo que e ra En sus comenta rios sob re el "'cuadro" representacional ,
cie ntífico en el arte de lo que e ra ideológico, con el fin de des- Barthes obse rva que el découpage que realiza es selectivo, el
mitificar no solame nte el "arte", sino las otras prácticas simbó- recorte to ta l y perfecto d el instante , ;'u n j eroglífico dond e de
licas, en particular las d e los medi os de masas, con las que un vistazo se puede leer ( ... ) el presente, el pasado y el futuro;
el arte en realidad forma un todo orgán ico. En es te se ntido, el es decir, el signifi cad o histórico de la acció n representada".ljl)
cubismo y su sec uela apa rece de form a distinta a como nor- Encuentra un primer comentario de es te "instante perfecto"
malmente es presentado en la "historia del arte" (esa historia en las obse rvacio nes de Dide rot sobre la pintura, así com o en
que abstrae los "objetos d e arte" de la práctica del arte). El Lessing, e n cuyo L aocoonte apa rece como el "momento fecun-
histori cismo moderno caracteriza a los cubistas como a rtistas do". En una de sus proyecciones en el presente se ha con ver-
que abren la puerta a la "obj etualidad", pero es un a puerta que tido en el "' momento d ecisivo"';' de la fotografía documental.
ellos mismos reh usaron cruzar. Los cuadros cubistas más "he r- En un ante rior ensayo ,'i~ Barthes se había referido a la "' rea lidad
m éticos" co ntiene n fragmentos (los semas de reconocimiento de d e la que somos protegidos" que se da en la fotografía. El "re-
Eco) :.9 que pueden transformar catalíticamente toda la lectura co rte", la representación, la separación, todo ello toma posicio-
formulada puramente en términos d e autonomía superficial. nes dentro de la es tru ctura del fetichismo, en el cua l, un obje-

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to ocupa el luga r d el pe ne qu e el niii o quisie ra atribuir a la n 'iría; más bie n se ha ge neralizad o hasta tal pun to qu e prácti-
muje r (el hec ho mismo de su "in conclusió n" amenaza la pro- camen te ha dej ado d e ser visible . Mien tras que las películas y
pia coherencia d el nitio consigo mismo). De este m od o, el los cuadros se constituye n fácilmen te como objetos y favo recen
o bje to feti chizado se carga de significació n por partida dobl e: así un a ate nción críti ca , la fotog rafía, tal como se constituye
como garante d e conclusió n y como memo ria de caren cia. en los medios de masas, es recibida como un entorno y pasa
El fe ti chismo realiza as í esa sepa ració n de l conocimie nto con relativam ente d esa perci bida. La fotografía está prese nte en la
respecto a la cree ncia , caracte rísti ca d e la represen mció n; su mayo ría de los aspec tos de la vida dia ria , como un o bjeto frag-
mo tivo es la unidad d el s l~ eto. La fo to n. . antie ne con e l suj eto- men tad o o pa rcial: foro periodismo, faLO d e afi cio nad os, pu-
espectado r la misma relación que el obj eto fe tichizado: debe blicita ria, docum e ntal ( .. . ) e tcétera. Desd e el punto de vista se-
se r mirad o; la mirada da placer; afi rma una existencia más allá m iótico, no se puede afirm ar que sean ma nifes taciones de un
de sí mismo ; niega simultáneame nte la prese ncia de di cha exis- hec ho úni co, pues no existe un úni co sistema significante (en
te ncia. ti ' o posición a un apara to téc nico ) de l qu e d ependan todas las
fotog rafías, en e l sentido en qu e tod os los tex tos esc ritos en
Las actitudes pred om inantes con respecto a la fotografía da n inglés d epe nde n e n última instan cia del id io ma ing lés; no e xis-
va lo r al feti che, La fo tografía comercial y la fo tog rafía "de arte" te un "le ng uaj e de la fo togra fía" e n cuanto langue. Se habla
son simila res e n esto, el e fecto "satin ad o" d e la pl;me ra ti e ne más bie n d e un conjunto he te rogé neo de códi gos e n los qu e la
su equi valente fetic hista en la "impresió n e lega nte" de la segun- fotog rafía puede apoyarse (e n la ex presió n de Me tz, un langa-
da . No es de ex tra ña r qu e eSLa ide ntidad de motivació n de la ge de la fotog rafía). Cada tex to fo tográfi co significa so bre la
fo tografía "de arte" y "come rciar' resulte m,ís llamativa cuand o base d e un a plura lidad de códigos, pe ro el núme ro y e l tipo de
se muestra el cue rpo fe me nino . No es un a contradicción o bse r- códigos implicados es va ri able de un os textos a o tros; al g un os
va r que el cuerpo de la nH~er es a la vez o ri ge n de tra um a de ellos (al m enos e n un prime r análisis) so n caracte rísti cos de
inconsciente y objeto de conscie nte celeb ració n. Laura Mulvey la fotografia (po r ejemplo, los di ve rsos códigos cread os e n
ha descri to las formac io nes psíquicas dom inan tes que d eter- to n . . o al ';enfo que "), o tros claram e nte no (po r ejem plo, los
mina n la represe ntació n de las mujeres dentro de l o rde n códigos "cinéti cos" d el gesto corporal).
pa triarcal;!;. ! conside ra q ue uno de los medios d e esca par de la
a nsiedad de castració n es tra nsforma r "a la fi gura representada Aunque d esatin ada, la ex presió n "texto fotográfi co" se emplea
en un fetich e, de ta l manera que se convie rta en tranquili za- aquí porque ro mpe con la noció n de imagen pe rfectame nte
dora antes que en pelig rosa", y observa qu e la escoptoHlia feti- cohe re nte que implica e l té rm ino "fotografía". Entre las refe -
chista "construye ( ... ) la belleza física del o bje to convirti éndo- rencias intertextuales qu e una fotog rafía (o cualquie r o tra ima-
lo e n algo satisfacto ri o e n sí mismo". Tales de te rmina ciones ge n ) pla ntea, hay refe rencias al le ng uaj e mismo. Estas refe re n-
dejan su huella en las fotografías mnto de Edward \'Ves to n cias pueden habe r sido o no inte ncio nadas por pa rte d el
como de Helmut Newto n . producto r del texto, pero está n prese ntes en cualquie r lectura
d e una image n (por ejemplo, un a zo na des tacada de oscurid ad
Benjamin se equi vocaba al supo ner qu e la fo tografía po ndría e n una image n nun ca es un me ro hecho indife re nte e n lo que
fin a la "noció n feti chista y fundam e ntalme nte antitécnica del se refi ere a su pe rce pci ó n ; conlleva tod o el peso d e significa-
arte", dado qu e es ta ac titud a nte los o bje tos artísti cos tradi cio- ci ó n que en el uso social se ha dado a la osc uridad , y muchos
nales se ha ex te ndido paulatina mente a la fotografía y al ci ne. de sus "interpretan tes" serán lingüísticos --com o cuando me-
Tampoco el efecto social de la fo tog rafía ha sido superad o por tafóricame nte decimos que un a persona in feli z es tá "Iúgu-
e l de las películ as, como Benj amin daba a ente nder que ocu- bre" - ). Más allá de las intermite ntes "'!i te ra li zaciones" efec-

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tuadas sobre la image n e n el "disc urso interi or", también es a la ideología necesariamente, ya que la propia ideología se cons-
proba ble que nos encontremos con e! texto escrito como pre- truye dentro de los códi gos dominan tes. Podríamos señala r, no
se ncia material dent ro de la image n a junto a e lla. Es IllUy inha- obstante , qu e la publicidad comercial a menudo se realiza
bitua l dar con un a fotografia en uso qu e no tenga un pie de foto como si las lecciones de los fonn alista5 se aplicaran asiduame n-
o un (írulo. Es más habitual encontrar fotografías relacionadas te (podemos recordar el análisis de Jako bso n de un eslogan
con largos tex tos o con algún texto superpuesto. L'1 resistencia publicitario) ; e n es te aspecto, la publicidad muestra ocasional-
ideológica , e n nombre de la "pureza" de la imagen, a la consi- me nte un alto g rado de lo que la teoría d e la info nnació n deno-
d eració n de la mate ria lingüísti ca dentro y a través de la foto- mina "originalidad" con respecto a los códigos.
g rafía , no tiene mayor ni menor fundamentación que la que se
prodlUo con la ll egada del sonido e n e l cine . Muy recie ntem ente , la idea de que las transgresio nes de los
códi gos dominantes son inherentemente "políticas" se ha refo rza-
Aunque no existe una institución compa ra ble al cine qu e pue- do en el contexto de la crítica de Krisleva sobre la Escuela de
da abarcar la hete rogeneidad d e la "'fotog rafía" como "hec ho Praga y los formali stas. Para Krisleva, dado que las relaciones
social", el más lla mativo hecho social fototex tual es la publici- sociales están constreñ idas por igual de ntro del ámbito de las
dad, y el interés inicial de la va nguardia por la publicidad (por prácticas simbó licas qu e son su base a la vez qu e las represen-
ejemplo , Maiakovski , Heartfie!d ) no fue gratu ito , Hoy e n día la tan , las irrupciones de los procesos inconscie ntes e n el o rd en
publicidad se ha convertido e n un a interve nción ideológica sistemático del lenguaje ---que revelan contradicciones inhe-
masiva en la cultura occidental. Al confirmar la conciencia sub- rentes en la fo rm ación del texto- necesariamente arrojan luz
jetiva individual e n su falso reconocimie nto de lo "rea)" , la sobre las contradi cciones de la vida social. El texto "simbó lico",
representación en la publicidad inscribe la posición imaginaria el lugar d e la sign ificación y el obj e to de la lingüís tica )' la
de l consumid o r e n el seno de esta "realidad"; e! sujeto se con- semiología estructuralista, se e ncuentra en situación de riesgo.
sume a sí mislllO, ingiere su propio refl ejo e n ideología (todo Lo "real" que fundamen ta e n la represe ntación, la ap ropiación
esto "se da por sentado"), Sabemos que la publicidad puede ser ideológica que resalta, sufren la tensión de la insis tencia de lo
leída por la rnasa de la població n, y que esta inte ligibilidad no es "semiótico" reprim ido por ello . En un ejemplo dado por
cosa sencilla; de hecho, se puede desc ribir solamente mediante Kristeva, la "disposición sem iótica" del "'le nguaje poé tico" se
refe re ncias a complejas operaciones intertextuales qu e vinculan ma nifiesta e n : "efectos articulatorios qu e desplaza n de nuevo
e l tex to real como una seri e superpuesta de textos previos indis- el siste ma fo nemática hac ia su base articulatoria, fo nética"; "Ia
cu tibles e n un mo me nto cultural e histó ri co específi co. Estos so bredete rmin ac ió n de un lexema por mú ltiples significad os
tex tos ante ri o res, que son presujJUestos por la publicidad, so n qu e no contie ne e n el uso corriente"; "irregularidad es sintác-
autónomos; cllmple n una fun ción e n el texto rea l pero no apa- ticas tales como e lipses, supresiones irrecupera bles, incrusta-
recen en é l, están latentes en el texto manifiesto y solame nte ciones indefinidas, e tcétera"; y o tras "'desviaciones de las
puede leerse a tra\'és de é l "sintomáticame nte" (como el sueiio normas g ramaticales del lenguaj e".ro Éstos so n sín tomas del
e n la d escripción de Freud, los textos publicitari os sue le n ser fun cio namie nto del proceso prim ario, en e l que un li bre
lacón icos). En ge neral ca be esperar qu e la "legibilidad" sea un fhu o de e nergía psíquica asocia ideas por el procedimie nto de
producto de la repetición: la e ntrada en el texto de lo ya le ído, compe nsació n y de desplazamiento, a la vez que elude y sub-
lo ya visto, seglll1 las reglas familiares de la combinació n. Con vierte los códigos de! discurso. (Kristeva denom in a a esta pre-
Sklovski, la poética valo ró la "lectura-con-dificultad " co nseguida sencia simultánea de lo "sem iótico" y lo "sim bólico" significan-
mediante la "deconstrucción "; desde e ntonces se ha llegado a cia, que sería por tanto un sistema más amplio que la
sostener en cierta teoría del arte que la deconstrucción ataca significación que un e sign ificador y sign ificado en lo sim bó lico).

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La transgresión de cód igos más O menos conscientemente pro- (que al términ o de la gue rra poseía tres cuartas partes del capi-
,·ocada en el lenguaje poético revela si multá neamente la cons- tal invertido del plane ta)' dos terceras partes de su capacidad
tru cción de lenguaje y su matel;alidad (la base fonética, e l soni- industrial) , era la casi rotal "despoliti zación" del arte estadou-
do). Su destino parecería ser e l texto en el sen tido de Barthes, nidense.
ó-música". El texto "musical" en pintura pondría "e n primer
plano" los mecanismos d e construCClon consonan- "En julio de 1956", informa Egbert, "el director de la USlA
tes con la forma del soporte (el predeterminado sistémico) y declaró a nte el subcomité de relaciones inte rn acionales del
los constituye ntes mate rial es de la superfi cie visible. Esto es de Senado qu e había sido política de la Agencia no incluir obras
hecho una práctica moderna. (Fried contaba cómo la con figu- de artistas políticamente sospechosos e n exposiciones en otros
ració n visual de las pinturas de Stel1a era "generada" por la países; ahora se indicaba que el Gobierno no patrocinaría nue-
forma del soporte, atribuye ndo a Stella una "actitud avanzada vas exposiciones de cuadros realizados desde e l 1917, ailo de
con res pecto al "bord e del marco"). Kristeva eq uipara la trans- la revolución bolchevique".!;; Pe ro 1956 fue también el alio de la
gresión de los códigos en sí misma con la deconstrucción del denuncia de Stalin porJruschev en el xx congreso del PCUS.
sujeto ideológico. Debel)los tener en cuenta aq u í que el caso El consiguiente "deshielo" de la guerra fría li beró en todo el
de la pintura abstracta es distinto del caso del le ng uaje en un mundo un torrente de arte moderno estadounidense median-
aspecto ese ncial ; en el lenguaje, la transgresión del código, por te una serie de exposicio nes patrocinadas por e l Gobierno y la
extremo que sea, se mide en relación con el código. Ya sea en industria de Estados Un idos. Buena parte de la obra presentada
la forma ocasional e involuntaria del lapsus, O en el acto más o era el arte "abstracto" que an te l;ormen te había sido conside-
menos voluntario de la poesía, la uansgresión produce signifi- rado políticamente subversivo simplemente porque res ultaba
cados que no so n pretendidos por un individuo fundacional, ofensivo para el filisteísmo de los políticos conservadores. Cada
ni gratuitos, sino que vuelven , por así decir, de otro lugal~ o U'o vez más, no obstan te, la abstracción pasó a tener connotación
"pumo de vista", para subvertir las formaciones ideológicas no de "bolchevismo", sino, en vi rtud de la diferencia que esta-
dentro del cód igo. El arte "abstracto'" no transgrede códigos de blecía en oposición al realismo socialista soviético, de "libertad
representación, no se mete con e ll os, se abandona así a la apro- de expresión" (Eco ha descrito el mecan ismo de estas inversio-
piación ideológica -el caso de la pintura "abstracta" en la his- nes de evaluación ideológica como una conmutación de códi-
toria reciente constituye una ilustración práctica-o gos 6/l). Desde entonces, a través del programa de inten'ención
internacional de Estados Unidos en los a lios 1960, la pintura
moderna mostró un elevado va lor de uso en la promoción del
im perialismo cultu.ral estadou nidense.

IV La cuestió n del efecto "político" del arte es una cuestión com-


pleja, que no se red uce a casos grose ros de simple instrumen-
En un ensayo de 1957 sobre "Los últimos ailos ueinta e n Nueva talidad al servicio de un "mensaje" preelaborado. Se deben
York'·, Greenberg escribe: "Algún día habrá que contar cómo tomar en consideración no solamen te los atributos internos de
el 'antiestalinismo', que nació más o me nos en su forma de una obra, sino también su producción y difusión a través de las
'trolSquismo' , se convirtió en arte por el ane y preparó así instituciones dentro de las cuales se constitu ye su signifi cado.
he roicamente el camino a lo que había d e ve nir".66 Lo que No obstante, en su "relación dialéctica con los otros ámbitos de
había de venir, como sabemos, en el transcurso de un periodo la cultura", el contenido del arte no es un asunto baladí, ni
de expansión econó mica sin precedentes en Estados Un idos puede legislarse al margen de la existencia, mediante la gra-

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tuita adopción del concepto de un edé nico "significador "Las unidades-plano multiplicadas en completa independencia
puro". Se quiera o no, el arte tie ne significados impuestos, y de las leyes en virtud de las cuales las superficies y sus planos se
alg uno de esos signifi cados dependen de los 'Usos a los qu e materializaban en la realidad no pictórica",'i'J y "su materia pin-
la o bra misma pueda prestarse. La ideología detesta el vacío; la tada está amasada y machacada, di.luida o espesada, para hace r-
excl usión de todo rastro de lo "político" entre los elementos de la totalmente cromática, totalmente retinal ( ... ) Es como si la
significad o de una obra puede simplemente colocarla e n situa- pincelada de Soutine provi niera del cielo".7tJ Recientemente,
ción de complicidad con el orde n establecido. algunos críticos modernos han aprovechado la oportunidad de
aderezar el jetl d'espr¡t culinario con el más riguroso lenguaje
La prácti ca mod erna, inclu ida la aClllal modernidad posco n- de la "deconstrucció n" y la "puesta en primer plano", El fonna-
ceptual, ha acepwdo la propuesta de Greenbe rg de que el arte lislTIo ruso es particularmente propenso a ese uso indebido, e n
se re tire por completo del mundo rea l de la lucha social y polí- la medida e n q ue, como dice Kristeva, "cuando se convi rtió
Lica para preservar "la ese ncia histó rica de la civilización" e n un a poética, resultó se r y sigue resultando ser un disc urso
has ta un fUllIro indeterminado e n e l qu e todos serán sufi cien- sobre nada o sobre algo q ue no impo rta".;1
temente "'cultos" para apreciarlo. En los párrafos finales de
··Vanguardia y Kitsch ", en una ape lación bastante extraila En sus implicaciones para la teOlía del ane, el análisis fonnalista
al socialismo para la preservación de la cultura (burguesa), y estructuralisla va más allá de las categorías an teriores de la
Gree nbe rg dice: "En esto, como en casi todas las demás cues- "alta" cultura para ide ntificar los estratos "estéticos" del paisaje
tiones actuales, es necesari o citar a Marx palabra por pala- semiótico general, y expone la comunidad de tales formaciones
bra". Si n e mbargo, nunca cita realmente a Marx, y si lo hubie- a lo largo de la totalidad de las prácticas significantes, Su de-
ra hecho, se hab ría visto él mismo refutado, en la tercera de mostración de la u bicuidad de lo "poéti co" era necesaria para la
las Tesis sobre Feuerbarh: teoría materialista del arte; si bien como fin en sí mismo, era
reducciollista y daba lugar a una poética universal de rasgos pan-
kLa doctlina malelialista q ue afiml a que los hombres son produc- semióticos que pasaba por alto todo aquello que distingue a un a
tos de las circ unstancias )' de la educación, )' que por tanto sus dife- práctica significante de otra. No obstante, sería una lásti ma que
re ncias so n productos de las ci rcunstancias )' de una difere llle la teoría/ crítica/ historia del arte, e n una época en que la teoría
educación, olvida que so n los hombres qui enes cambian las cir- serni ótica e n general lle na los espacios que los formalistas deja-
cunstancias y que es esencial educar al propio educador. De ah í ron vacíos (postergados hasta que fue demasiado tarde), y por
que esta doct rin a lleva necesal'iamen le a d ividir la sociedad e n dos consiguie nte cambia el aspec to de la image n, aba ndo nara la
panes, una de las cuales es superior a la sociedad". ampl itud de inte reses de la semiótica "clásica" (la inclusió n de
la publicidad, y la fotografía , etcétera) ; en particular porque,
El matetialismo que la modernidad rei\~ndi ca es un positi\~smo como ya se ha señalado, existe una histOJ;a de di chos intereses
no dia lécti co. Es un mate rialismo conde nado en otro pasaje del en la práctica del arte du ra nte el peliodo moderno,
breve texto de Marx sobre Feuerbach , [en el que se di ce) qu e
"el obje to, la realidad, la sensOlialidad, se conci be n solamente La teo ría del arte no debe acep tar solame nte aqu ellos objetos
en fo rma de objeto o bien de contemplación, pero no como acti- previamente constituidos en la ideología, Una teoría rigurosa
vidad sensorial hu:mana, práctica, no subjeth"'d me nte". La críti ca debe e mpezar por pon e r entre paréntesis las nociones d o mi-
moderna suele abordar sus "objetos" en un lenguaj e qu e recu- nantes recibidas de un a práctica artís ti ca "elevada". No obstan-
rre ind istintamente a la geometría y la gastro nomía, de la pale- te, dado que estas nociones están íntimamente ligadas a la
ta al paladar, a los delicados gustos de un consumidor exigente: sociedad que las produce, el teó ri co se ve inevita blemente pre-

44 45
cipitado e n una embarazosa autorreflexividad. (Por ej emplo, Brecht, en 1938, ve ía las cosas de forma difere nte:
podría considera r la influencia determinante de su propia po-
sición de clase e n una sociedad ordenada de acue rd o con un ~So l am en te existe un aliado comra el au mento de la barbarie:
sistema de privilegios). Tocq ueville reconoció muy pronto el el pueblo a qui.en se impo nen estos sufrimiemos. Solamente el
pe ligro qu e acec haba a los productores de cultura autó no mos, pueblo ofrece alguna perspecü,·a. [ s nalll ra l, por tanto, \'oh'erse
cuan do advertía: hacia ellos, )' más necesario q ue nunca habl ar su l enguaje~. H

"A fu erl.a de buscar un modo de hablar distinto del co mún , llega- Poco después de la revolución rusa, había rusos qu e declaraban
rán a una especie de jerga aristocrática que a d uras pen as estará que su sistema ferroviario existente era burgu és, qu e sería
me nos lejos del puro lenguaje que el tosco dialec to del pueblo. impropio para los marxistas utilizarlo, y que por tanto debía ser
Estos son los peligros natu rales de la Iiteraturd en tre las aristoc ra- destnlido y construirse en su lugar nuevos ferrocarril es "proleta-
cias. Toda aristocracia que se mantenga comlJletamenle apa rlada del pue- rios". Stalin llamaba a estos entusiastas "trogloditas". En un aná-
blo Sf vl/eit//' ¡mIJOlenle, un hech o que es tan cierto e n literatura lisis moderno (aunque extravagante) de esta visión, los sistemas
como en po líti ca" . ;~ (cursiva mía) de ferrocaniles podrían definirse como raíles pa ra soportar
máquinas y máquinas para avanzar sobre raíles; los pasaj e ros y la
En 1939, en "Vanguardia y Kitsch", Gree nberg exp resa un a carga serían considerados como contenidos extrailos al sistema,
famili ar y tem erosa aparición de "lo plebeyo" e n un a situació n úti les tan sólo para retrasar su efi ciencia y su velocidad.
hipo té Lica que presupone esa oposición victoriana e ntre "cul-
tu ra y anarquía": El dilema ;'Legado cultural: rech azo o conse rvación " es en rea-
lidad un a mistificación; el pasado del arte es sim pleme nte un
"Aunque parezca una perognlllada, recordemos q ue el arte se co n- pasado de un a se ri e d e condiciones que d eben e ngarza rse d ia-
viene en algo demasiado bueno para qu e lo aprecie cualq uierd, lécticamente en un a situació n histórica específica. La práctica
d ado que la reali dad que imita d eja de correspond er, ni siq uiera del arte no ha sido "sobrepasada por los medios y en los
ap roxim adamente, a la realidad que cualqui era puede reconoce r. medios" (En ze nsberger ), ni es un santua rio para valores "más
Sin embargo, in cluso en ese caso , el resentimiento que pu ede se n- elevados", como diría Greenberg. Pe ro esto nos acerca e l pro-
tir el ho mbre común es sil enciado por la admi rac ió n qu e le inspi- blema histórico.
ran los patronos de este arte. Únicame nte cuando se sie nte insa-
tisfec ho co n el o rden social qu e administran co mien za a criticar su Comenza mos con la cues tió n de la apropiació n de la semió ti ca
cultura, }' e nto nces, por prime ra vez, el plebeyo hace acopio d e por la modernidad; e n las posiciones antes reseii.adas hay una
valo r para expresar abie rtamente sus opinio nes. Todo ho mbre, tendencia a situar al artista, al intelectual, sie mpre e n el lado pri-
desde el co ncej al de Tam many h asta el pintor austri aco de brocha vilegiado de la ruptura entre lo real y lo imaginario. ciencia e
gorda, se considera calificado para opinar. En la mayor parte d e ideología. Esta confianza obstruye el problema actual común
los casos, este rese ntimiem o hacia la cul tu ra se manifi esta siempre tanto a los "teóricos" como a los "practicantes" del arte (una
qu e la insa tisfacció n hacia la sociedad tiene un carácte r reaccio- divisió n del trabajo que es IJorte del p roblema): la pennanente
nari o que se expresa e n u n revi.valismo y puritanismo, y en últim o apropiación de la cultura en general como el lugar desde donde
términ o, en u n fascismo. Revólveres y anto rchas empiezan a con- una clase (o la intelectualidad) anun cia su pro pio Nom bre.
fundi rse con la culwra. La caza iconoclasta com ie nza en nombre
de la d evoc ió n o la pureza d e la sangre, de las costumbres se nci- Publicado o rigin ariam ente en: T he End o/ Art The01)': Criticism (lml
ll as y las virtudes sólidas".n Postmodernil)', MacMilJ an Education, Lo ndres, 1986

46 47
Bru Ja, New Left Books, 1973, pp. 85-103. [versión castellana: El
aulor como productor, en Tentativas sobre B recht, Iluminaciones fll,
Taurus, Madrid , 1980].
20. Alexe i Gan , "Con struclivism", en Cam ill a Gray, T he Creat
Notas E..'CjJet1menl: Russian Art 1863- J922, Thames & Hudson , 1962, p.
285 [ve rsión cas tella na: El expeámento ruso en el arle, Editorial
G ustavo Cili, Barcelo na, 198 1].
1. Versión ampliada d e un texto prese ntado en el "Avant-gard e 21. V1adim ir Maiakovski [Mayakovsky], 1 Myselj, citado e n Richard Sher-
Event" del Festival de Edimburgo, 1976. wood , "Documents from Le!, Screen, vol. 12, nO. 4, 1971-1972, p. 29.
2. Jan Mukarovsky. "L'An comme fai t sémio logiquc", A cles du Iwitii>- 22. El Lissitzk)', "The Book from the Visua l Poilll of View -th e Visual
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)' Cllllu.ra: el/saJos CJiticos, Ediciones Paid ós Ibérica, Barcelona, 2002 ]. p. 54 [ve rsión cas tellana: L a democracia en Ambica, Alian za
12. Alexis de Tocqucville , Democracy in America, vol. 2, Vimagc , 1945, EditOlial, Madrid, 1999] .
p. 54 [ve rsión cas tellan a: La democracia en Ambica, Alianza 27. El principal esfuerzo fue realizado por Berliner Illusllierle, cuyo
Ed iLOrial , Madrid, 1999]. medio milló n de ejemplares de tirada fue alcanzado po r su imi-
13. Clemenl Greenberg, ;'Ava nt-Garde and Ki tsch ", ibid. Ladora iVlünchner fllllstrierle Presse ( 1923). Otras publicaciones eran
14. Raymond Willia m s, Culture and Society 1780-1950, Pelican , 1961 la comunista Arbeiter lllustrierte Zeitung (AIZ) (1921 ), }' la naci on al-
[versió n cas tellana: Cultura)' sociedad, Nueva Visión , Bue n os Aires, socialista Der flluslrierte Beobachter. (L ije apareció en 1936, Look en
2001]. 1937, Piclure Post en 1938) .
15. Una comparación de sus "logros mate ria les y gastos" estima su 28. Véase T im N. Cidal, M odern. Pholojoumalism: Origill and Evolution,
coste tOta l en 35 millones de dólares. Su producción incluye: 19 10-1 933, Collie r, 1973.
2.566 mural es; 180.099 pinturas enmarcadas, y dise ilos para unos 29. Laszlo Mo holy-Nagy, Painliug, PJwtograph)~ Film, Massachusetts
dos millo nes de carteles (de los c uales se reali zaron unos 35.000 ) . Institute ofTechnolog)', 1973, p. 28.
(En un presupuesto aparte , e l prog rama de construcción de la 30. Dziga Vertov, <; Film Direc lOrs, A Revolution", Lef, vo l. 3, e n Screen,
\<\'PA c reó miles de gale rías de arte) . vol. 15, nO. 2, 1944, p . 52.
16. Holger Cahill, "American Resources in the Arts", e n A1't.for Ih e 31. Lev Kuleshov, ;;The Principies of Montage", Kulesholl on Film,
Mil/ions, Francis V. O'Connor (ed.) , New York Crap hic Society, University of California , 1974, p. 192.
1975, pp. 36-37. 32. Raoul Hausmann , "Peinture Nouvelle et Photomontage" , Coum'er
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p. 126. 33. El Lissitzky, en M erz., nO. 4 , 1923, citado en Szymon Bojko (véase
18. Robe n Call1well , citado por William SlOtl, Documentary t.x pression siguie nte nota) , p. 16.
and Thirties America, Oxford University Press, Oxford, 1973, p . 11 3. 34. SZ)'l1lon Bojko, New CmPhic Design in Revolulional)' Russia, Praeger,
19. CL Walter Be njamin , "The AUlho r as Producer", Understanding 1972, p. 27.

48 49
35. William SlOll, Don/mm/m)' Expression and Thirlies America, Oxford 52. Romanjakobson, citado por Ben Brewste r en ~ Fro m Shklovsky to
Uni\'e rsit)' Press, Oxfo rd , 1973, p. 212. Brecht: A Reply", Srrem, vol. 15, nO.2, 1974 , p. 86.
36. Raoul Hausmann , "Peinture Nouve lle el PhOlomo ntage", Counifr 5~. Roland Banhes, "Didero l, Brecht, Eise nstein ", Sueen, vol. 15,
Dada, Le Terra in Vague, París, 1958, pp. 48-49. n". 2, J974, p. 33 [ve rsión caste ll an a: "Diderot, Brec hl,
37. Louis Arago n , '~ohn HeartfieJd et la beamé révolmionn aire", LfS Einsenslein", Lo obuio)' lo obtuso. Imágenes, gestos, vous, Edi ciones
Collages, P¡;n ce to n UniversilY Press, 1965, p. 82 [versión cas tella- Paidós Ibérica, Barce lo na, 1986J.
na: Los ColafJfs, Editorial Símesis, Madrid, 200 1] . 54. Véase Roland Banhes , "Mylh Toda),", M)'lhologies, Palad ill , J973,
38. Oonald Ore\\' Egbert, Socialism a1/d American Art, Princeton, 1967. pp. 109-159 [\'ersióll castellana: "El mito , hoy", Mitologías, 3 i1 ed .,
p. 11 6 [versión castell ana: El 01'11' 1m la teOlia marxista)' I'nla/,rócti- Siglo XXI de Espa,;a, Madrid, 2000].
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40. Roger FI)', ci tado en Lionello Venturi , HistOl)' of A,·I Criticism, fía, 2 i1 ed. , Era, México . 1975].
OUllon , Nueva York , 1964, p. 308 [versión caslell ana: Historia df la 56. Cf. j acques Laca n, "The Mirror-phase as formative of th e
rrltira dI' m ·le. Editorial Gustavo Gili, Ba rcelona, 1982, p. 3 12]. Fllnction ofthe ¡", Nn.1! úft Revinv. nU. 5 1, se pti embre-octubre de
41. Clive Bell, Arl. Capncom , Nueva York. 1958, pp. 28-29. 1968, pp. 71·77 (versión castellana: "El estadio del espejo como
42. Clemelll Greenberg, "Modernist Paintin g", Arls Year Book, 4, 196 1, formació n de l )'0 tal co mo se nos revela en la experiencia psicoa-
pp. 103-108 [versión castellana: "Pintura mode rna" en G. Battock, naIítica", E.mitos 1, Siglo XXI, México, 1972, Edicio nes Paidós
El llUevO arlf, Diana, México, 1969]. Ibé,;ca, 1985] .
43. T1.vetan Todorov, "So me app roachcs lO Russian Fonnalism ", 20lh 5 7. LOllis Althusse r, ~ Id eo l ogy and lhe State", ¡bid.
CtmtLH)' Stl./.dies, diciembre de 1972. p. lO. 58. j ean ROllssel, ~ lnlroduC li on LO Jacqlles Laca n", New Lefl Rellinl!,
44. Clemem Greenberg, ~Modernist Pai nting", ¡bid. n". 51, septiembrc-oClu bre de 1968, p. 69.
45. Ibid. (La "planitud" es también , por supuesto, una característica 59. Cf. Umbcno Eco, "Aniculations of Cin ematic Code", Cineman-
del cine y de la fOlografia). lir.. 5 1, ene ro de 1970.
46. Vi ktor Sklo\'ski (Shklovsky]. citado por Frederic j ameson e n Tite 60. Roland Barthes, "Diderot, Brecht, Eise nslein", ibid.
Prisoll-HolIse of Languagt', PrincelOn Uni\'en,il)' Press, 1972, p. 53 6 1. Véase Henri Ca nie r-Bresson , "Th e Decisi\'e Mo mem", PILO/O-
(versión caste llana: La cárcel del lenguaje. Perspectiva crítica dd estl'uc· gmpherson Phologra/J")', Prentice Hall. 1966 (versión castellana: "El
luralismo)' dd formalismo ruso, EdilOrial Ariel, Barcelo na. 1980]. instante decisivo ", Fotogra.fior de/natural, Editorial Gustavo Gili ,
47. Viktor Sklovs ki (Shklovs kyL Sel1timelllal.lour1U!)~ Co rnell Univcrsit}' Barcelona, 2003].
Press, 1970, p. 233 [versión castellana: \fiaji' sel1timenlal. Crónicas de 62. Ro land Barthes, "Rh etoric of the Im age" , Working Papel'S ;11
la revolllción 11150, Anagrama, Barcelona, 19 72]. Cuflural Slullies, prima\'em de 1971 [versió n castell ana: ;' Retórica
48. Bons Eichenbaum , ~Th e Theor)' of lhe ' Fonnal Mcthod "', en de la image n ~ , Lo obvio)' lo obtuso, ihid.].
Russiall FOnlwlisl Critirism, University of Nebraska, Lincoln , 1965, 63. Cf. Slephen Hea th, "Lesso ns from Breche , Srreen, vol. 15, n°. 2,
p. 112. 1974, pp. 106 Ysiguientes.
49. RomanJakobso n. citado por Ben Brc",sle r en "From Shklovsky lO 64. Laura Mulvey. ';Visual Pleasure and Narrative C i nema~, Scmm, vol.
Brecht: A Rcply", Screrl1, vo l. 1:) , nO. 2, 1974, p. 87. 16, nO. 3, 1975 (versió n castellan a: Placerv;sua/)' cine -narrativo.
50. Romanjako bson, "Linguistics and Poetics", Tlle Struclllralists, ed. Episteme , Valencia, 1994J.
De George and De George, Doubleday, 1972, pp. 85-86. 65. Julia Kristeva, "The System and the Speakin g Subject", Times
51. Cleme m Greell berg, "Modemist Painting" , ibid. Lill'f{l1J SlIppleml'1lt, 12 de octubre de 1973.

50 51

66. Clernen l Greenberg, "The Late Thirties in New York", Arls Yeal"
80011.,4, 196 1, p. 30 [versión castellana: "Los últimos años treinla
en Nueva York" , Arte )' cultura, Editorial Gustavo Cili, Barcelona,
1979; Arte )' cultura: ensayos nilieos, Ediciones Paidós Ibérica,
Barcelona, 2002]. Una relectura de La cámara lúcida (1982 )
67. Donald Orew Egbert, Socialism and Amnicoll Arl, íbid.
68. Cf. Umberto Eco. A Theory ofSemio/ics, Indiana, 1976, pp. 286-298
[versión castellana: Tratado de semiótica general, Editorial Lumcn , Quienes so n incapaces de releer están obligados a leer la misma his-
Barcelona, 1985]. toria en todas panes
69. Cle ment Gree nberg. "The Late Thinies in New Yo rk" , ¡bid. Ro la nd Banhes, Si l
70. Ibid.
71. Juli a Kristeva , "The ruin ofa poetics", 20th Cent'll1)' Studies, d iciem-
bre de 1972, p. 104. La cámara lúcida. Nota sobre la fotografia fue e l ültimo libro de
72. Alexis de Tocqueville, DemocmC)' in Ame,ica, vol. 2, ¡bid. Rola nd Barth es qu e se publicó antes d e su muerte; su tradu c-
73. Clemelll Gree nberg, "Ava nt-Garde and K.i tsc h ~, ¡bid. ción [inglesa], Camera L ucida: /Ujlect;OllS Ol! PllOtograph)', es la
74. Bertolt Brecht, "T he Popular and the Realisti c", en Marxists on l1"1ás reciente de la docena aproximada de o bras publicadas e n
Litemtu,." David Craig (ed.) , Peli can, 1975, p. 42 1. inglés de Ba rth es. Hasta hoy, qui enes han escrito sobre La
cámara lúcida, han tendido a conside rarla como la úllima obra
de Barthes sobre la fotografía. En un sentido estrictamente
lite ral, esto es por su puesto cierto; en cualquier o tro sentido,
estaríamos contradiciendo lo que Barth es defendía. En un
prefacio de 1963, señalaba que escribir es "convertirse en
alguie n a quien se niega la última palabra; escribir es ofrecer a
o tros, desd e el principio, la última palabra" (EC). Claro está
que esa "ültima palabra" es en sí misma sólo un hilo en una
mara i1a de tex tos que seguirá aumentando e n tanto la ob ra de
Banhes sea obj e to de discusión -en tanto qu e el Barth es escri-
lo sobreviva-o

Banhes e ra ante todo un teó rico literario; un o de los muchos


aspecws de la literatura sobre los cuales escribió se refe ría a
cómo un lector construye la image n de un personaje comple-
wa partir de las indicaciones fragmentarias que e l texto ofre-
ce. Barthes nos recordaba verdades, contrarias a la intuición
común , ta les como que el narrado r de una historia es un per-
sonaj e e n tre los de más: "El Yo que escribe el texw, él también,
nun ca es o tra cosa qu e un papel-Yo" (O). As í, en la página por
otra parte e n bla nco con la que abre su "'autobiografía",
Rownd Barthes por Rolnnd Barthes, deja escrito (co n su propia

52 53
letra ma nuscrita, para extraer el máximo provecho de la para- día, e n el terreno de la teoría, e l término "sem io logía" se usa
doja): "Todo es to debe considerarse conlO hablado por un per- gene ralll'le nte para refei-irse al enfoque inicial, con su é nfasis
so naje de una novela". Dado que nunca conocí a Barth es casi excl usivo e n la lingüística (saussuriana); la palabra '·semió-
en persona, "e n carne y hueso". el Barthes que conozco es una ti ca" se usa ahora más habitualmente para desig nar el can"lpo
persona "en texto" - ta n contradictoria y por otra pa rte tan sie mpre cambia nte de los estudios interdisciplina ri os cuyo cen-
com plicada como cualquie r ser corpórea-.. En el breve espa- tro de atención común es el fenómeno ge ne ral del significado
cio d el q ue dispongo aquí quie ro seguir algu nos de los rastros de la sociedad. (Otras ex presiones más o me nos equivalen tes
d el Y%j~scrito de Ba rthes tal como surge n desde de n tro de para calificar formas actuales so n: "semiótica textual", '" análisis
un discurso sobre la fotografía. de constructivo" )' "críti ca posestructuralista"). En esta segunda
revolución de la teOl'ía, ta nLO más sorprendente cuanto que fue
Si Barth es nun ca hubiera escrito específicamente sobre la fo to- inmedia tame nte poste ri o r a la debacle del pro pio estructura-
g rafla , aun así seguiría siendo una figura de primo rdial impor- Iismo , el é nfasis se desplazó, como di ce el título de uno de los
tancia para la teoría de la fotografía , debido a su innovador tra- e nsayos de Ba rth es de este periodo, "De la obra al texto" (O).
baj o en el cam po de la "semiología". Aunque desde mucho En la semiología estructuralista, el objeto parti cu lar de análisis
tiempo au-ás fuera habitual hab lar libreme nte del "le ng uaj e (novela, fOlografía ... ) era concebido como una entidad inde-
de" tal o de cual actividad -incluido, por sup uesto, "el len- pendiente. un a "obra", cuya ca pacidad de significar depe ndía
guaje d e la fotografía"- , no fue hasta finales de los a li as cin- no obstante de "estructuras" fo rm ales subyace ntes cornun es a
cuenta y mediados de los sesenta cuando Barthes y otros empe- LOdo ese tipo de obras - la tarea de la teo ría consistía en des-
za ron a cuestionarse la supuesta a nalogía entre "lenguaje cubrir y describir dic has estnlcturas-. Este e nfoq ue propor-
natural " (el habla y la esc rirura) y sistemas significa ntes distin- cionaba lo que podría de no mina rse una '"'anatomía" de la pro-
tos del lenguaje desde el punto de vista d.e la ciencia lingüística. ducción de significado; no obstante, como ciencia "anatómica'"
Estas investigacio nes iniciales de rn ostraro n que no existe un era incapaz de decir nada sobre la "carne" constanteme nte
(mico sistema significante del que dependa n todas las fotogra- cambiante del significado . El texto, tal como lo concibe Barthes
fías (e n e l sentido e n que todos los textos escritos e n inglés (co n la suge re ncia, muy especialmente, de J acques Derrida y
dependen e n última instancia del idioma inglés) ; existe más Julia Kristeva ), es considerado no como un "objeto" sino más
b ie n un conjunto heterogé neo de códi gos e n los qu e la fo to- bie n como un ·'espacio" entre el objeto y el lecto r/ espectador
grafía puede apoyarse. Cada fotografía significa sobre la ba- -un es pacio compues to por sig nificados e n interminable pro-
se de UDa pluralidad d e tales códigos (por ej e mplo: códigos liferación que no tiene n u n punto estable d e o ri ge n ni d e cie-
de gesto, de iluminac ión , etcétera), cuyo núrnero y tipo varían de rre-. En e l concepto de "texLO" los límites que e ncerraba n la
un a imagen a o tra, y muy pocos de los cu ales so n excl usivos ·'obra" se disue lve n ; e l texto se abre continuamente a ou·os tex-
de la fotografía. (Yo subrayaría: "significa sobre la base de", pues lOS, el espacio de la intertexlualidad. Tal vez el ejemplo más sen-
nun ca se ha argume ntado que la consideración d e tales códi- cillo que puedo ofrecer aqu Í, para dar una idea aproximada de
gos fuese a agotar la significación). la noción de "intertex tualidad", es el de la publicidad de una
bebida que muestra un zapato de cristal que con tie ne cubitos
A princi pios de los aiios sete nta, la semiología había experi- de hielo y un a medida de vermut, que de modo consciente o
nlentado una radical transfOlmación desde dentro, e n cuyo no, me re mite al insta nte a: "Cenicienta" (harapos conve rtid os
transcurso e l modelo lingüístico quedó desplazado en el inte- en riquezas; amor ro má ntico) ; "beber de un zapato" (hombres
ri or de un conjunto más amplio de metodologías -m uy espe- de mundo y co ristas jin-de-siecle, sexualidad física) ; ~am e ricani­
cialme nte las del psicoanálisis freudi ano y lacaniana-.. Hoy e n dad" (bebidas alcohó licas con hielo - por ejemplo, escenas de

54 55
películas de serie B con bebidas en piant>-bares- ); "fracaso" el u íti co-. De ah í que no sorprenda qu e, históri ca me llle, el
(por ejem plo. se dice convencionalmente qu e un matrimo nio reino del Autor haya sido también el del Crítico". (O )
fracasad o esta on the rocks [arruinado, quebrado]) ; y así sucesi-
vamente. Todo esto y más, pertenece a los ámbitos de lo que A la lista de "hipóstasis" (infinitamente ampliable) de Barthes,
Banhes denomina lo "déjá-lu": lo "ya leído·, "ya visto", todo lo los "fantasmas" de la maquinaria textual, sin duda puede a l1a-
que ya sabem os y que el texto puede por tanto invoca r o "acci- dirse la "estructura"; los escritos semiológicos que han sobrevi-
de ntalmente" evocar. Estos campos intertextuales están a su vez vido (e n el sentido de que siguen siendo utilizados) so n aque-
e n constante proceso de cambio (otra razón por la que no llos en los cual es la "estructura" funciona e n el análisis como
puede habe r un cierre final de significado). Tal vez este breve un mecanismo he urístico más que como un objetivo real. Sería
ejemplo resulte suficiente para mostrar la imposibilidad de erróneo, no obstante , considerar el "posestructuralismo" como
asigna r una "suma" d e significación: las partes se sum ará n a un la negación del "estructuralismo"; el propio Barthes sel1ala:
todo contrad ictorio. Por supuesto, soy consciente de que, en el
caso de la publicidad, pero también en la mayoría de campos "la natural eza d esgas tada de los códigos no contradice la estructu-
que usan fotografías , la proliferación de conn otaciones es ra (tal co mo, seglll1 se piensa, la vida, la imaginación , la intuic ión ,
"contro lada" mediante un pie de foto "de sl~ eción " -si dispu- el deso rde n, contradi cen el sistema y la racionalidad ). sino que
siera d e más espacio argumentaría que dicho "cie rre " aparen- po r el co ntra rio (ésta es la afinnación fundam ental del análisis
te es en (¡!tima instancia falso-; no obstante, incluso sin este tex tual) es parte integral de la estructu ración. Es este ~desgaste"
argumento, puede apreciarse --en la obra de los artistas del del texto lo que disti ngue la estructura -el objeto d el análisis
gmffiti, por ejemplo- que aunque el pie de foto pueda apare- estl'llClllrdl , e n se ntido estri cto- de la estructuración -el obj eto
cer vestido de policía, uno puede hacerle inteqJre tar e l papel d el ( ...) amilisis tex tual-M. (V)
de payaso. También podría objetarse que mis asociaciones con
respecto al anuncio citado siguen la trayec toria de una fan ta- Mi tarea aquí consiste en proporcionar un a (re-)lectura de
sía-atracción romántica; posesión sexual; desilusión poscoital la obra de Barthes sobre la fotografía que preste a tenció n ta n-
.-que es el patrón de un gran número d e narraciones reales to al "desgaste" de sus tex tos (donde "sus" significados "se des-
(películas, libros, se ries de televisión , etcétera) - , y que a su bordan" en los ma res de la intertextualidad), como a su estruc-
vez está sujeto al cierre narrativo; pero ésta no es la única pro- tura (co herencia de los "motivos" analíticos y de su modela-
yección de fantasía posible aquí, y si tuviera qu e ser narrada, la ción , repeticiones, transformaciones, a lo largo de la totalidad
narració n se abriría entonces a otros textos, contradictorios de su obra). Quede claro que no pretendo definir (esa qui-
entre sí, que a su vez ... y así sucesivamente. mera de la crítica dominante), lo qu e Barthes "realm ente
dij o"; menos a ún (mayor presunción todavía) lo que Barthes
Una d e las consecuencias de mayor trascende ncia d el aná lisis "realm e nte quiso decir". Mi propósito es simplemente nego-
textual ha sido lo que Barthes d enomi naba, e n el título de otro ciar las corrie ntes cambia ntes de sus textos con la esperanza
ensayo, "La muerte del autor". El auto r, dice Barthes, es un de qu e me lleven en una dirección que yo quiera seguir.
concepto que :
Si , en e l espíritu del primer estfuctu ralismo, redl~ éramos el
"se adapta muy bien a las uíticas, de modo que la crítica se aU'i- corpus de los esc ri tos de Barthes sobre la fotografia a sus
buye la importante tarea de desc ubrir al Autor (o sus hipóstasis: "puros huesos", enconu"'3l-íamos que su análisis es invariable-
sociedad, historia, psique, libertad) debajo de la obra: cuando el me nte binario, d e tal modo que la naturaleza de la oposición
autor ha sido encontrado, el texto es "explicado " - victoria para en tre té rminos está s l~ e ta a cierta transfo rmació n . Si actuamos

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menos formalmente pero en consonancia con esta observa- aparecerá traducido (al inglés]' es la obra clásica de! m étodo
ción , surge la cro nología siguiente: semiológico estruCluralista). En las páginas iniciales de Si l,
un extenso a nálisis de un relato de Balzac, Barthes seiiala: "La
La semiología de Banhes comienza con la sección final de denotación no es el primer significado ( ... ) no es e n última
Nlitologías, "El mito hoy", escrita en 1956. En el transcurso instancia nada más que la última de las connotaciones". Dicho
de este ensayo comenta una fOlOgrafía que ve e n la portada del más brevemente: todo significado está en la cultura (volviendo
Paris l\1t.alch, una fotografía de un soldado negro qu e hace el al hombre de la portada de Paris Match, ¿qué hay de verdade-
saludo [militar] francés: "una imagen rica, plenamente vivida, ramente "inocente" en la atribución "negro" y "soldado"?) No
espontánea, inocente, indiscutible"; pero Barthes deduce aquí la obstante, persiste la idea del hecho "puro", literalmente insig-
presencia de un mensaje ad icional, que es el siguiente: "no nificante. El otro lib ro de Barthes publicado en 1970 es El impe-
existe mejor respuesta a los detractores de un supuesto colo- rio de los signos, su libro sobre Japón (o más estrictamente ,
nialismo que el celo mostrado por este negro en servir a sus lla- como él mismo seiiaIa, sobre su f antasía. de Japón), y su obra
mados opresores" (M). Así, la propia "naturalidad" de la foto- favorita (debido, según dijo en una ocasión , a sus asociaciones
grafía, observa Barthes, otorga a la ideología ("mito") del con un periodo feliz de su vida amorosa). El imperio de los signos
imperialismo una veracidad indiscutible . Barthes mantiene es un libro de sosten ido elogio del haiku; entre los que cita
esta distinción entre la imagen )' el concepto que se apropia de hay un o de Bashó, que trata, contradictoriamen te (¿un meta-
ella en su ensayo de 1961 "El mensaje fOLOgráfico", donde la haiku?), sobre la actiwd de los haiku:
define mediante conceptos lingüísticos dándole la categoría de
una ley general: e! "hecho en brulO" (por ~jemplo, "un solda- Qué admirable
do negro saludando") es la denotación, el mensaje parasitario quien no piensa: MLa vida es efímera"
(por ejemplo, "la población indígena no está explotada") es la cuando presencia el resplandor de un rayo .
con notación. En estos términos identifica ahora lo que él deno-
mina "la paradoja fotográfica ": "la coexistencia de dos mensa- El haiku~ dice Barthes (en un pasaje que repetirá casi palabra
jes", donde "[un] mensaje co nn otado (o codificado ) se desa- por palabra diez aflos después) , ;'no hace significado del slUe-
rrolla sobre la base de un mensaje sin código" (O ) ; (la distinción to", meramente "reproduce el gesto des ignador de un niii.o
aparece también, prácticamente con las mismas palabras, en su peque ii.o que señala con el dedo ( ... ) mientras dice tan sólo:
escrito de 1964 "Retórica de la imagen ", O). ¡eso! ". El haiku puede instruirnos en esa disciplina mental que
puede parecer que silencia el significado, pero la apariencia es
En un breve prefacio a la edición de A4itologías de 1970, ilusoria - estar fuera del lenguaje , en términos reales, significa
Barthes repudia la forma de su proyecto en aquel libro (aun- infancia; estar fuera de todo significado de cualquier tipo sig-
que no el proyecto en sí - e l "enemigo capital" sigue siendo nifica muerte-o El psicoanálisis nos ha mostrado que los pro-
"la no rm a burguesa"- ). El aná lisis semiológico, comenta, "se cesos mentales de los que somos conscientes no son los únicos
ha vuelto más desarrollado, preciso, compli cado, diferencia- procesos productores de significado que están teniendo lugar:
do; se ha convertido en el lugar teórico donde se puede repre- la deseada "ausencia" de significado puede significar mera-
sentar ( ... ) una cierta liberación del significante". Ya he inten- mente que e! significado ha salido de la habitación y es tá cele-
tado indicar qué implica precisamente es te juego del brando una fiesta en el sótano. Volveré sobre este punto. Por el
significante -puede verse de fOfma más completa en su SI Z momento, con respecto a la "paradoja fotográfica " de Barthes
(1970) - , la demostración clásica de "análi sis textual" (de l del "mensaje sin código", debemos recordar que no existe
mismo modo que Sistema de la moda, d e Banhes, que pronto paradoja en lo real, solamen te en cómo lo real es descrito;

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la paradoja es una entidad purame nte lingüística (rnás especí- Se ha citado la siguiente declaración de Banhes: "Es preciso
ficamente. lógica). La paradoja particular de Barthes nace de la elegir entre ser un terrorista y ser un egoísta"; es el ejercicio de
incómoda unión de dos disc ursos inherentemente cont radic- esta elección lo que distingue la obra de Banhes posterior a
to ri os: la semiótica y la fenomen o logía. 1975 de toda la an teri or a esa fecha. R oland Bar/hes por Roland
Barlhes establece la "privatización" del discurso de Barthes, su
Los términos "d e notació n "/ "connotación" no aparecen en el aba ndono de la voz del lulor, lo que prosigue en Un discurso
ensayo de Barth es de 1970 sobre la fotografía. "El tercer sig- amoroso y La cámara lúcida. En La cámara lúcida, Banhes se in te-
nificado", pero el rastro de esta oposición tan importante para resa por las fotografías solame nte en la medida e n q ue contri-
la semio logía clásica puede no obstante disce rnirse, en este buyen a "esos pequeños toques de soledad" en los qu e, dice,
e nsayo, en la distinción entre los nive les "informacio nal " y consiste la vida. Al contempla r una fotografía de su madre
"si mbó lico" d el significado. Lejos de ser tan radicalmente dis- recientem ente fallecida no tiene "otro recurso qu e esta ironía:
tintos, estos dos ni veles son ahora clasifi cados juntos com o hablar del ' nada que decir". Esta fotografía,j unto a otras, qu e
aq uello que "se presenta con toda naturalidad ante la m ente" le "tocan" de un determinado modo, que pueden conmover a
- lo que Barthes denomina ahora significado obvio-. El sig- un indi\~ du o, de un rnodo que es es tri ctamen te incomu nica-
nificado "obvio" cubre toda la zo na semántica que an tes se ble, gene ran lo qu e Barthes llama el punclum. Es la natu ra leza
dividía entre denotación y connotación , pe ro a hora se ha cedi- privada d e la expeliencia 10 que define el punclum. Cierta-
do un a pequeiia parcela de terri torio para servir de base a un mente hay fotografías que muchas pe rsonas, en común , e n-
"tercer sign ificado" : "el supl emento que mi intelecto no contrará n conmovedoras, pero aquí "la em oción requiere la
puede ser capaz de absorber", que Barthes denomina el signi- in te rm ediación racio nal de una cultura ética y política"; "deri-
ficado obtuso. Este sign ificad o se apoya en "'lo que en la image n va de un efecto promedio, casi de una cierta fo rmación"; es cues-
es puramente imagen (que de hecho es muy poco) " (O). Es tió n de "interés humano" ge neral. A este tenmo común de
este "muy poco" lo que a Banhes a hora le in teresa aislar. La significado - ya afecte a lo emocional , lo práctico, lo histórico
semiótica ya hab ía explicado con cien o detalle la ma nera de o cualquie r otro aspecto de la experiencia compartida-
producción y distribución de aquellos significados qu e son Barthes lo denomina el studiu'1ll. Claramente, volve mos a
totalmente de dominio público. Barthes volvía ahora su ate n- e ncontrar aq uí los "dos niveles de significad o", que constitu-
ción hacia ese ligero, pero importante, sig nificado-efecto/ afec- ye n la base de toda la escri tura de Barthes sobre la fotografía ;
to de las fotografías que anteriormente se había d eslizado por volvemos específi came nte a la distinción de "El te rcer signifi-
los intersticios de un análisis que había dado prioridad al sig- cado", e ntre los sig nificados "obvio" y "obtuso" de un a foto-
nificado social sobre el privado. Este nivel de sign ificado, di ce grafía. Ahora, no obstante, está ausente la provisionalidad de
Barthes, "es el de la significancia, una palabra que tiene la ven- los a nterio res ensayos, los límites están fijad os, los caminos
taja de referirse a l cam po del sig nificante ( ... ) y de e nlazar, están cerrados. El sign ificado "obvio" se convierte en el slu-
media nte e l camino abieno por Julia Kristeva, quien propuso dium, e l significado "obtuso" se convierte en e l punctum - la
el término, con una semiótica del texto" (O). Barthes abre traducción a un idioma inerte, un lenguaje muerto, seiiales de
varios caminos e n "El tercer significad o", sin adentra rse dema- qu e hemos llegado a un final del recorrido-. El proceso
siado en ninguno de ellos. Volveré a referirme a las direccio- de cambio que está a hora detenido (el latín es también un len-
nes hacia donde llevan esos caminos. De momento debo sola- guaje jurídico) en nombre de una certidumbre experimenta-
mente observar que el últi mo ensayo de Barthes sobre da. Es a la naturaleza y a la posición de esta certid um bre a lo
fotografía -una década más tarde- se limitará a afi rm a r la que m e quiero referir ahora.
futilidad de tales viaj es.

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Barthes describe su proyecto en L a cámara lúcida como una proyecta un mundo de cosas sobre di chas apariciones. Pa ra dar
búsqueda de la "esencia" de la fotografía. Desde el punto de so lamente un ejemplo básico y familiar, nun ca veo un "cubo"
vista del le nguaje cotidiano, hablar de una "' bllsqueda de la como tal, no puedo ver más de tres lados e n un mismo mo men-
esencia" suena bastante místico, inefable. Para las pe rso nas que to; o "pie nso en " monedas circulares d o nde casi inva riable-
se hayan educado e n el mundo angloparlante, puede evocar mente veo tan sólo un a valiedad de elipses. La noció n de
esas imágenes de poetas tísicos y espiritualme nte angustiados "inre ncionalidad" es crucial para una lectura de la interpreta-
que son el legado de nuestra particular tradició n romántica. ción de la fOlografia en La cámara lúcida, que de hecho es prác-
Sería un error, no obstante, situar e n semejante contex to el uso ti camente idé ntica a las descripciones de Sanre en El imagina-
que Banhes hace de ese término. Ba nhes relaciona muy explí- rio. Así se refiere Sartre a una fotografía a l comienzo de su
cita me nte su proyecto con el de la fenomenología, y por eso libro:
dedi ca La cámara lúcida al libro d e Sartre El imagina rio, que es
un extenso comentario de la imaginería mental desde el punto "Mi inte nció n está aquí ahora; yo digo: "Esto es un re trato de
de vista de la fenomenol ogía. En el le nguaje té cnico de la feno-- Pedro", o más bre,·em elHe: "Éste es Ped ro". Enton ces la fo to ya no
meno log ía, "esencia" (eidos) es simplemente el factor común es un objelO, sino qu e funciona como mate rial para un a image n
(o factores ) que un e todos nuestros distintos e ncue ntros con , ( ... ) Todo lo que percibo entra e n un a síntesis proyeCliva dil;gida
en este caso, las fotog rafias. Digo que "une nuestros encuen- hac ia el verdadero Pedro, un se r vivo qu e no está prese nte'".
tros", en vez de "un e las fotografias" , porque la fenomenología
se ocupa de describir experiencias subjetivas, más que objetos El objeto real, por tanto, presen te en la pe rcepción (aquí, la
ma teriales. La razón para ello es que el fenomen ó logo diría fotografia) es "un 'análogo' de otro objeto" y no más ni me nos
que lo úni co de lo que puedo estar seguro con respecto al aná logo qu e un "representante" pura me nte mental de l obj eto
mundo material es de que tengo representacio nes mentales ausente de la "intención ". Un problema inmediato, por ta nto,
(de ello). Coloco "ello" (el mundo) entre paréntesis porque es para un a teoría de la fotografía basada exclusivamente en la
lo que el fenomen ó logo me haría hace r: mi conciencia debe fe nomenología sería que no distinguiría e ntre una fo tografía y,
cargar con el bagaje de las suposiciones del sentido común po r ejemplo, un a imagen "vista" en un a bola de cristal (otro de
cotidia no que me hace ver solamente lo que sé, [y] debo, po r los ejemplos de Sartre). De hecho, Barthes en La cámara lúcida
tanto, d ejar dich o bagaj e a un lado del camino, poner mi cono- está, como Sartre, interesado no tanto po r el fenómen o ge ne-
cimiento en el estante" (a unque se trate de un conocimiento
Mo ral de la fotografia como tal , sino más bien por la anhelante
"'cie ntífico") con el fin de "reducir" mi experiencia del mundo "intencionalidad" de la imaginación. Al principio de la sección
a los té rminos de la percepción "en bruto". En es te sentido final de The Ps)'cholo{f)' of tlte lmagination (traducción inglesa de
hemos de tomar la afi rmación d e Ba rthes en L a cámara lúcida El imaginario), Sartre escribe: "El acto de la imagi nació n es un
de que, al mirar d eterminadas fotografías, "que ría ser un pri- acto mágico. Es un encantamiento destinado a producir el
mitivo" (CL). o bjeto del pro pio pensamiento, la cosa deseada, de ta l modo
que pueda tomarse posesió n de ello. En ese ac to hay sie mpre
Otro conce pto cnlcia l para la fen o me nología es e l de la "inte n- algo imperioso e infantil". Estas palabras podrían haber salido
ción ": las cosas existen para m í solamente en cuanto activa- directamente de La cáma ra lúcida (donde Barthes de hecho
mente "pie nso en " ellas e n la concie ncia (no "'percibo" las cosas habla de la fOlografía como "una magia"). Por supuesto, vol-
pasivamente). La m e nte no es un a simple pantalla e n la que e l ve rse infantil puede ser otro modo de entender la frase "ser un
mundo proyecta sus apariciones; al "hace r algo" con las apari- primitivo". Volve ré a es te punto mediante un comenta ri o sobre
ciones, la mente, e n cierto sentido, es también un pro)'eclor, que la traducción [inglesa] del libro de Barthes.

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Nada más pasar la primera página del texto de Barthes e n La Pio de placer, Freud describe su observación de un nilio que tira
cámara lúcida, leo: "Lo que Lacan llama la Tuché", donde el desde su cun a y luego recupera un carrete de algod ó n slue to
texto francés me dice simplemente "la Tuché", junto con un a con un cordel, con el aco mpaúamie nto de sus expresiones
nota al marge n que me remite a las páginas 53 a 66 de la obra "oo h !" y "da" , qu e Freud interpreta como aproximaciones de
de Lacan Le Séminaire, L ivre XI_ Tan sólo cuatro líneas más las palabras alemanas fort y da -"ido" y "allí"- . Freud inter-
abajo leo: "tathala, el hecho de ser tal", jun to a una refe re ncia preta el "juego" del niúo como su intento de d omi nar las dolo-
a la página 85 de El budismo len de Wa tts. Puede obj e ta rse que rosas ex perie ncias de las a use ncias de su madre: la desapari-
tendría poco sentido remitir a los lectores ingleses a las publi- ción y reaparición de la madre están simbo li zadas e n la
caciones fran cesas, pues el tex to de Lacan citado ha sido tra- ausencia y prese ncia del ca rrete . La propia discusió n de Lacan
ducido (co n el títu lo de The Four Fundamental Concepts o/ de la interpretación de Freud se centra en qu e la oposición
Ps)'choanalysis, "Los cuatro conce ptos fundamentales del psico- "ausencia/ presencia" está a su vez si mbolizada por un a oposi-
análisis", Hogarth , 1973, en las páginas 53 a 69) y los textos de ción fonémica: O / A (ooh/da) . Lacan argumenta que lo que
ABan \Vatts se escribiero n originalmente e n inglés. La traduc- Freud nos permite observar aquí es un mo me n to de la incor-
ció n francesa, en 10 relativo a las notas al 111arge n, fue insufi- poración de l niño al lenguaj e, el le nguaj e que más tarde le per-
cientemente documentada, y adem ás en algun os aspectos el mi ti rá comunicar su ex pe ri e ncia a otros, pero sólo a costa de
se ntido me parece inadecuado. Inmediatamente después de la despojar la experiencia de su irreductible e irrepetible particu-
m ención de Wa tts, la u-aducción di ce: "tat qu iere decir eso en laridad. Ninguna afirmación ve rba l conseguirá nunca ex presar
sánscrito y recuerda un poco el gesto del nil;o que señala algo esa experiencia del nilio que siente la ausencia de esla madre
con el dedo y di ce: thal, the.. is il, lo' [¡eso, a hí está, he aq uí!] en eslas circunstancias (como tampoco, a despecho de las ideo-
Otros lectores pueden haber compartido mi propia increduli- logías de lo "purame nte visual", lo conseguirá ninguna otra
dad ante este niño que habla como un personaje de un a épica forma de representación). Según Lacan , es en esos resquicios
bíblica de Ho llywood . De hecho, el nilio de Barthes no dice entre la plenitud d e la experiencia y la escasez del simbo lismo
"thal, there is ii, lo !", sino "i 7a, Da, Sa!". El original, .. Ta, Da, donde nace el deseo. El juego forl/ da. es in vocad o por Laca n en
Ca!", es en prim er lugar un juego subversivo, un a imitació n de el pasaje específico citado po r Barthes: la TlIché es el específico
Tatlzala que redu ce un dramático y misteri oso encantamiento a "e ncuentro con lo real", que sin embargo sie mpre eludirá la
un parloteo infantil; pero es doblemen.te subversivo e n cuanto compre nsión del slUeto: al intentar darle un significado, lo per-
que, en el mismo movimiento, apunta hacia lo qu e el parloteo demos. En una terminología lacania na puedo d ecir que lo que
contie ne de serio. Lo que se "oye casualme nte" aquí es un so ni- e ncontram os e n lo Real (como pl enitud que se borra en el pro-
d o producido durante la transición del niño del mundo infan- pio instante en que se expe rimenta). que desliza nuestra com-
til de la ex perie ncia bruta "sin mediación , saciedad o vacío" prensió n en lo Simbólico (el lengu~ e y todas las demás formas
("i nfan te" viene de infans - "sin voz"-), a un mundo de cosas socialme nte convencionales de sig nificación ), nos esforzare-
ordenadas por pa labras. El niño juega aquí con "su" leng uaje mos po r "evocarl o" en lo Imaginario (e n relación con lo que
(de igual modo que podría jugar con su com ida), regociján- aq uí me propongo, e l ámbito de la imaginación y la Jan/asía).
dose en la de mostració n de su comprensión de la función
representativa de los sonidos, pero no menos consciente de su Es un luga r com ún la estrecha re lació n que hay entre deseo y
sustan cia material y de su estructuración (una conciencia que fantasía UunLOs dan como res ultado la "'ensoñación") , y que las
más tarde perderá, cua ndo e l lenguaje llegue a parecer cada fotografTas intervienen hab itualmente e n nuestros "'fantaseos".
vez más "transparente"). Hay un ejemplo de este juego que es Al adoptar la o rtografía "phantasy" [en vez de ''jan/as)'J, si túo el
célebre en la literatura del psicoaná lisis: En lWás allá del princi- té rmin o en el contexto del psicoanálisis (lo que pod ríamos lIa-

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-
mar la ciencia d e la fantasía). En un entorno clásico, freudiano , nuestra experiencia como tallo que se discute -los comentarios
la palab ra "fantasía" se refie re a si tuacio nes imaginarias que d e Lacan sobre la mirada deben mucho a los efectuados por
puede n se r conscientes (como en la ensoii.ación). preconscientes Sartre en el capítulo 4 d e El ser)' la nada-, de lo que se trata
(no conscientes, pero que pued e n emerger en la concie ncia en es del funcionamiento d e los procesos inconscientes en el inte-
co ndi cio nes favorables) e inconscientes (radi calmente inaccesi- rior de la experiencia). Aunque La cámara lúcida, podríamos
bles a la co nciencia, excepto en la forma camuflada de sueii.os, decir, reprim e la noción del inconsciente, el tex to de Barthes
lapsus lillguae y otros deslices - y por sup uesto fantasías cons- titulado "El tercer significado" invoca e l concepto del incons-
cientes-). En otro lugar he escrito sobre el tema d e la imagine- ciente m edian te su referencia a la significancia.
ría fotográfica como un ve hículo de atributos de la fantasía, y
no intentaré resumir lo que ya he dicho, pues el argumento ya Julia Kristeva distingue entre significaciÓ'n y significancia (un tér-
está co nde nsado. Sin entrar en d e talles, quisiera si mpleme nte mino que toma de Benveniste): significación es el significado
se ñalar qu e, en su punto de partida, la aproximación d e Barthes a que se produce en el ámbito de lo que ella den o mina (siguien-
la fotografía en La cámara lúcida es compatible co n el tipo d e do a Laca n) 10 si11lbólico-es decir, el terreno donde el Barthes
aproximación psicoanalítica/ inte ne xtual que }'o he sugerido. de La cámara lúcida situaría el studium, el escenario público de
Digo "en su pun LO d e partida" porque el método de Barthes en la producción de significado socialme nte d e terminado-; la
La cámara lúcida, au nque basado en la idea del atributo subjetivo significancia, por otra parte, es radicalmente distinta pues per-
(aq uí, "intención") de la fowgrafía, puede no apoyarse en con- tene ce a lo qu e Kri steva denomina lo semiótico. El uso que
ceptos psicoa nalíticos por la se ncilla razón de que la fenome- Kristeva hace de esta palabra es muy particular y no debe co n-
nología no reco noce el inconsciente. (Aunqu e Barthes utili za la fundirse co n el uso más ge neral d e l término: lo semiótico es ese
teoría psicoanalítica freudiana y laca niana muy extensamente terreno de significado que d ebe ser reprimido en el proceso de
en toda su obra, escribe no o bstante refiriéndose a sí mismo: socialización del " sl~ e to hablante"; es a nteri o r al lenguaje y
"Su relación con el psicoanálisis no es escrupul osa (aunque sin está íntimamente vinculado a los ritmos y pulsiones del cue/po;
ser ca paz d e enorgullecerse d e nin guna co ntestació n , nmgún es (des) cubi e rto en los términos de los "procesos primarios"
rec hazo ). Es una relación indecisa" (RB ) . del inco nscie nte (metáfora y meto nimia), que so n a su vez
co nocidos solame nte mediante las perturbacio nes que crean
La cámara lúcida, por tanto, pese a todas sus referencias a e n los órdenes del discurso racional. La obra de Kristeva se
Lacan, se basaba en un método de análisis -la fenomen o lo- si túa en el ámbito de una problemática lacan iana, aunque crí-
gía- que rechaza el co ncepto del inconsciente. Este rechazo ti ca con ella , y no es asimilable al reduccionismo biológico que
ti e ne serias consecuencias e n cuanto que niega a la teoría de la ha tendido a se r el destino de la teoría psicoa nalítica en el
fotografía un cuerpo d e investiga ción que , creo, es crucial para mundo anglohablante. El propio Freud fue muy explícito al
su d esa rro llo. Freud d ejó bastante claro, en dive rsas partes situar los "impulsos" "'en la frontera de lo somático y lo psíqui-
de su obra (por ejemplo en sus comen tarios sobre el voyeuris- co". El empi rismo anglosajón cerraría los ojos ante la "zo na
mo, el fetichismo y las perturbacio nes psicogénicas de la vi- fronteriza " y desplazaría toda la cuesti ó n de los orígenes de la
sión) que el d eseo inconsciente inte rviene e n nuestro mirar y subj etividad exclusivamente al cue rpo -reforza ndo así el mito
ser mirados. Laca n también lo d ejó perfectame nte explícito co nservador de la "atemporalidad " d e la "naturaleza humana",
posteriormente, en su prese ntación de la noció n de impulso supuestamente d etermin ada por los hechos (i ndudable me nte)
escópico. (Todos, por supuesLO, somos muy conscien tes d e las perpetuos d el nacimiento, el e nvej ecimie nto. la muerte, etcé-
ocasiones en las que el vínculo entre d eseo y mirada es eviden- tera- . (Para darn os cuenta de que ésta es una posición con-
te pa ra la co nciencia . Quiero resaltar que no es el carácter de servadora solame nte necesitamos co nsiderar sus co nsecue ncias

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co n res pecto al fe minismo). El propio Ba rth es re plicó sucin ta- colla r (un d elgado cordón d e oro trenzado) que ha bía visto
mente a esta ubi c ua mi tologizació n d e "Ia condició n hum ana" siempre llevar a un a pe rsona d e mi fa milia". Ese fam iliar d e
(ese n cial en tod a ideología liberdl-hu manista; e n el ca mpo d e quie n a h o ra se acu e rda es un a tía soltera fallecida: "siempre
la c ríti ca d e a rte/ fotog rafía pued e verse, po r eje mpl o , lo s escri- me había d ado pena, pensando en la u;steza de su vida p ro-
tos d e J o hn Berge r y Peter Fuller), e n su breve ensayo sobre la vinciana"; al fa llece r ella, su collar perma neció "guardado en
exposici ó n " La familia d el hombre" d e Steic h e n (M). una caja familiar d e joyas a ntiguas". Pode mos ver aqu í el pro-
ceso d e la sigllificanciae n activo: la atribució n de "afecto" emo-
El conce p to d e significancia en la obra de Kristeva es tá ligado a cio nal (ca fhexis) a la correa del zap a to; e l d esplazami e n to me ta-
co nside raciones d el periodo infantil d e la vida, ese pe ri odo fó ri co d esd e e l círc ul o que rodea el tobillo hasta el círculo qu e
a nte ri o r a l h a bla e n el que el recié n n aci do se ide ntifi ca más rod ea la garga nta; el desplazamiento meto nímico desde la
íntima me nt e co n el cue rpo de la madre. La teo ría psicoa nalíti- mlue r d e la fotografía hasta la tía solte ra, c uyo collar es ta ba
ca ha d esc ri to có mo, e n las e tapas primitivas de la aparición d el "guardado e n un a c~a" ; rá pidamente llegamos a las fu e ntes de
l e n gu ¡:~ e, la imagine ría sonora se un e a otras formas d e imagi- la e moció n, e n los temas d e mu e rte y sexualidad , re prese n U1.-
n e ría (visuales, táctil es, etcétera) e n torno a d e terminados d os po r una situación famili ar, que son la susta n cia misma d el
encu e ntros iniciales con lo real para es tabl ece r "sig nifi ca nt es psicoa nálisis. (La ide ntificación de dichas "fue ntes" no es, n o
e le me n tales" del incon sciente: ciertos ~fragmentos de image n " o bsta nte, el o bj etivo d e la se miótica textual - esto, estri cta-
se asocia n a ciertas experiencias tempranas qu e d e ese modo me n te, aquí, sería una cu esti ó n entre Barthes y su ana lista- .
provocan una "impresió n durade ra" e n el be bé / nili o ; estas La semiótica se inte resa por el ca mpo p o te ncial de tales des-
imáge n es, y la ca rga e mocional que co nll eva n , se ma ntie n en plazamientos y sus "meca nismos", en la medida e n que esto
e n la mente incon sciente del adulto; cada cie no ti e mpo , algún ata lie a l fe n ó m eno ge ne ral d e la prod u cción d e sig nifi cado ).
aco nteci mi e n to co nscie nte (por ejempl o , mirar un a fotogra-
fía) ~perm iti rá" que haya una conexió n asoc iati va con e l frag- Banh es es muy co nscien te de todo esto. En la presentación de
m e nto inco nscie nte; la ca rga emocional qu e lleva co nsigo el la foto de Van d e l' Zee, o bse n 'a: "Muy a me nud o , el pU'11ctwn es
fragmento in co n scie nte se "ence nde rá" ento nces en e l inters ti- u n "detalle", es decir, un objeto parcial. De ahí que dar ej e m-
cio has ta la co nfiguració n e n la pe rcepción co nsciente, invis- plos d e pu:nctu.m sea, e n cierto modo, ent.regarme". El texto fra n-
ti é ndo la d e un "sentimiento" para el que n o exis te ex plicación cés, al término d e esta última frase, dice " me livre,." , qu e cie rta-
racio n al. Es así (pese a que la explicació n qu e h e dad o es me nte sig nifi ca "entrega rm e" (e n el sentido d e re ndirse ante la
ex tre madam e nte simplificada ) có mo yo ex plica ría el Inmctuut j usticia), pe ro el ve rbo livn:rco nll eva tambié n el signifi cad o d e
d e Ba nh es. El propio Ba rth es e n cu entra respa ldo e n es ta inte r- "trai cio nar un sec reto". Ad e más, "objeto parcial" cie rtam e nte
pre tació n cua ndo e n La cámara lúcida escribe sobre una foto de traduce el o ri gin al "objet parcier y co muni ca la idea d e sesgo,
un a fa milia ame ri cana, reali zad a p o r J a mes va n d e l' Zee; e l pero objet jJarciel es tambié n la traducción h abitua l de l término
d e ta lle qu e le "pun za" en esta image n, di ce, son los zapatos co n psicoa n alítico inglés part-objecl, introducido po r Melanie KJ e in
tiras de una de las 111l.U e res: "'Este jnm ct1l11l mu eve en mí un a e n su interpretació n del mundo de fa ntas ía d el nii10 para
g ran be n evole n cia, casi ternura" (eL ) . Ba nh es n o ai1ad e nin- d esig nar un a parte real o fa ntaseada dd cue rpo ( po r ejemplo,
gú n otro co me n ta rio hasta que, un as di ez p áginas más adela n- el pec ho ), y sus sustitu tos simbólicos, hacia los cuales se dirige
te, "rec ue rda" la fo tografía ("'puedo co n ocer mejor un a fo to un "'instinto compone nte".
que recuerdo qu e otra que estoy viendo"; a h o ra se d a cuenta
de que n o era n los za patos lo que le con movía, e ra el col/arq ue El "en c ue ntro co n lo real" que pode mos espe ra r que se rep re-
la mluer ll evaba puesto: "pues (sin dud a) se tra taba del mismo sen te co n la máx ima inte nsidad en e l in co nsciente es el lwu-

68 69
qu e in ve nta no le satisfacen ; se da cue nta de qu e el me nsa-
j e qu e d esea comunicar, "podría después de LOdo redu cirse a
un a simple palabra: con dolencias"; pe ro es te me nsaj e, el más
"sincero" , es e l me nos posible, parecería frío. Ba nh es o bserva
q ue la calidez y la sin ceridad d e su condo le ncia solame nte
puede comunicarse mediante el artificio, m edi a nte la inve n-
ció n . Recon oce e n es to la condición misma d e la pro pia li te-
ratura: "Al igual qu e mi nota de condo le ncia , LOdo lo escrito
se convie n e e n una o bra sola mente cuand o pued e va riar, b~o
determin adas condicio nes, un m ensaje inici al (a m o, sufro,
me compadezco)". La cá ma.ra lúcida, escrita e n e l breve inte r-
valo e ntre la mue n e d e la madre de Barth es y la mue rte del
propio Ba rth es, di ce: "Sufro" y lo dice con in comparable a rti-
fi cio. Su o ri gin alidad reside en su desp li eg ue d e una se ri e d e
disc ursos ra di calme nte heterogéneos (po r ej e mplo, e l psicoa-
nálisis y la fe no me no log ía ), cuya síntesis se alcan za no e n el
á mb ito de la teo ría (lo cual sería im posible) , sino e n el ¡imbi-
to d e la litera tura. La ctimara lúcida, como to Hdidad , pued e
leerse como la novela a uto bi ográ fi ca que Ba rth es a me nudo
d ecía qu e d esea ba escribir. Una novela qu e e n su o ri g in alidad
no se a nun cia como novela (Ba rth es desd e liaba esas novelas
"obvias" com o cómplices con un "socio lecto" ago tado; como
perte necientes a lo "'legibl e" ( lisible), más qu e a lo "escribible "
(scli fJlible) .

Todavía no se ha escrito e l análisis de La cá mara lúcida. corn o


obra d e fi cci ó n. Mi tarea aquí ha co nsistido e n conside rar el
libro e n su va lo r no minal (un erro r frecue nte con respecto a
Barth es) , como un a contribución a la teoría d e la fotogra fía .
La cámara hícida, desde esta perspectiva , es principalme nte una
James van der Z ee. Ret rato de familia. 1926 evocació n d e in lenrionalidad e n cuanto que se esfu e rza po r
e Oonna van der Zee. Ubrary of Congress. Print s & Photographs Divislon. invocar la image n de una pe rsona amada a través de la inte r-
med iació n (medium) d e una insta ntánea. Su impo rta ncia pa ra
la teo ría es el é n fasis pues to en la pa rti cipación ac/iva d e l es pec-
ma (po r eje mplo . e n e l caso fo rll da, la ause ncia de la madre). tad o r e n la produ cció n del sig nificado / afecLO de la fotogra fía.
"Traum a" vie ne d e la palabra g ri ega qu e significa "he rid a", y Las pe rspectivas teó ri cas que esto impli ca, desd e el pun to de
su equi va le nte latino es punc/m u.. En 1963, Banh es se refería a vista de la pro pia o bra de Ba nhes e n su conjunto, se centra n
las difi cultades d e esc ribir un a cana d e condo le ncia a un e n las nocio nes d e inte rte xtualidad y significa.nria.
amigo qu e acaba de pe rder a un a pe rson a amada; las "fra ses" A estas pe rspecti vas se alude, con respecto a la fOLOgra fía, e n

70 71
"El tercer significado" -son solame n te "detalladas" en re la- En semeja n te SItUaClOn, ninguna actitud de l p rofesor puede
ción con el primer al'llo r de Barthes, la literatu ra- ; no obstan- pa recer nun ca del todo convincente. El proble ma no se limita
te, o bserva Banhes: a la docencia: todo disc urso surge no sólo de algu na posición (no
existe posibilidad de "ne utra lidad " - moral, política, económi-
~N uestro propósito es ll egar a conce bir ( ... ) la plura lidad del ca, estética o de cua lquie r tipo-), si no tambié n de alguien.
texto, la ape nura de su Ms ignifican cia". Está claro que lo que se Sería "mala fe " por mi parte pretende r qu e no tengo iutereses
pone e n juego e n nuestro uabajo no se lim ita al tratamie nt o u ni· e n lo que estoy diciendo, pe ro no cumpli ría con mi trabaj o co-
ve rsita,"io del tex to ( ... ) ni siquiera a la literatura en general; afec· mo clitico si me lim itara a afi rmar mis opi nio nes sin explicar
ta más bien a una teo ría, una práctica, un a elección, q ue estéin cómo y por qué pie nso que tienen una validez ge neral, un a vali-
atrapadas en la lucha de hombres [sir] }' sign os" . dez que es independie nte de la histori a pe rsonal de qu ien las
pro n uncia. Es en parte deb ido a que eSl.a situació n existencial
Una indicación de lo que una consideració n de "la plu ra lidad de l crítico ha llevado a dos tipos de proyecto co mpletamen te
de l texto" podría signi fi car desde el punto de vista de u na jJrác- d ife rentes, por lo q ue hoy en día resu lt.a necesario distinguir
tica fotográfica se puede enco ntra r en una ex tensa nota a pie de entre "crítica" y "teo ría" - la pri me ra es la más habitual; la
página de "El te rcer significado". En e l texto Barthes ha plan- segunda, culturalmente marginada, apa rece principalmen te e n
teado una hipoté ti ca '"' m m ica del futuro" q ue no se basará en el publicaciones especializadas y salas de reuniones-.
movim iento, "sino e n un ina rticu lable tercer significado qu e ni
la sim ple foto ni la pintura figuratjva pueden asu mir, pues care- La "teoría" es generalmen te ac usada por la críti ca como oscura,
cen del horizo n te d ialéctico, de la posibilidad de config ura- y nad ie fue p uesto en el banqu illo más a me nudo b~o esta acu-
ción" (O). En la nota a pie de pági na con la q ue se in te rru mpe sació n qu e el p ropio Barthes. En Mitologias pregull ta:
e n este punto, cita las prácticas existentes q ue si com binan ima-
gen fija y relato -la fo to novela y la historieta- y señala: -¿ POI" qué enton ces los críti cos proclaman periódicame nte su
impotencia o su fa lta de com pre nsió n? Cie rtamente no po r
"Esto}' convencido de que estas 'a rtes ', nac idas en las más bajas modest.ia: nadie se sie n le más a gusto que un críti co confes.."lndo
profun di dad es de la alta cu ltura, posee n cualiJi caciones teóricas}' que no entie nde nada sobre el existe ncialismo ( .. .) )' nadie es más
presen tan un n uevo signi fi ca n te (relac io nado con el signifi cado guerre ro que (o t.ro crítico) abogando por la inefabilidad poética".
obtuso) (.. .) Puede haber por I.an t.o una ve rdad futu ra -o de un
pasado mu}' antiguo- en estas ilTiso rias, vulgares, tontas, d ialógi- Ba rth es conclu ye: "De hec ho, !.Odo esto sign ifi ca que un o cree
cas formas de subcu ltura de consumo". tener ta l seguridad de inte ligencia que e l hecho de reco nocer
una inca pacidad para comprender pone e n cues tión la clari-
Roland Banhes e ra p ro fesol~ varios de sus libros son producLO dad del autor y no la de la propia me nte de uno"' . Es fin al-
de seminarios realizados con sus alumnos. Lamentaba una difi- mente una manera de solicitar la compl icidad del público al
cultad especial de la docencia, la exigencia de te ner qu e impo- decir, e n efecto: ''Yo, cuya profesión es ser in te lige nte, no
ner un conj unto de conocimientos y téc ni cas de aplicació n entie ndo nada al res pecto; por tanto, ustedes ta m poco enten-
ge ne ral (se r siste má ti co, cie ntífico) , j un to al deseo de relacio- de ría n nada; por consig ui e nte, la ú nica posibilidad es q ue uS l.e-
narse con e l propio público en un nive l individ ual (se r es pon- des sean ta n inteligentes como yo". (M)
táneo, "natural"): " La elección es desale ntadora: funcionario
escru pul oso o artista libre, el profeso r no escapa ni del tea U"o Al n1a rgen de taJes confli ctos (siempre ha sido el desti no de la
del discurso ni de la Ley que se inte rpreta en su escenario" (O ). teoría q ue se anuncia como tal e l se r convocada ante el tribu-

72 73
nal del conservadurismo), el dil e ma existe n cial permanece e n los últim os <uios d e su vida come n zó a hablar "' no como un
-La cá mara lúcida es una respuesta a ese dilema- o En las pri· te rrorista sino co mo un egoísta" - aq uí a pa recía por fin un
me ras p áginas del lib ro, Barthes se refie re (d e nuevo ) a un a Barth es con qui e n los críticos podían identificarse-o El pas~e
"incomodidad que sie mpre había experime ntado": óó La [ inco· d e La cám.ara lúcida donde Barthes arrem e te co ntra el cie nt.ífico
mod idad] d e ser un suj eto que se bambo lea entre dos le ng ua· d el sig no (su propio otro yo) ha sido amplia me nte citado preci·
jes, expresivo el un o , c rítico el oLro·'. El le n guaj e c rítico (la leo· sa me nte por el tipo de críti cos a qui e n es Ba rthes se o ponía. En
ría), además, le divide "entre varios discursos, los d e la una ocasió n, al té rmin o d e una co nfe re ncia, alguien obviam e n-
socio logía, d e la se mi o logía y d e l psicoa n álisis". Insatisfecho te irritado por lo que conside ra ba una "dificultad " intencionad a
pues co n res pec to a c ualqui e r di sc urso indi vidual, al e rta sie m· por parte de Barthes, le preguntó si el "supe r ego" fre udiano n o
pre an te su ca pac idad reductora: "lo abandonaba poco a poco e ra en 'l'alidadsin"lple me nte lo que lodos conocemos como "con·
y buscaba e n otra direcció n". En La có mara lúcida (a pesa r d e cie ncia". Barthes respo ndió: "Sí, si se presci nde de todo lo
las apariencias ) aba nd o na el discurso d e la teoría (a bsu'acto, d e más". Era como si le pregunta ra n sobre si el "relá mpago" n o
general) como inapro piado para el o bj eLO d e su tex to -que es es lo mismo que "el rayo d e Zeus" - as í es, siempre que nos
su madre (todas las fOLOgrafías incluidas en el lib ro son sustilU· parezca apropiado ignorar la diferencia e nU'e la "cosmovisió n"
tas de la lllli ca qu e no e nseiia, la image n d e su madre en el de la moderna meteorología y la d e la mi tología clásica- o En
"inve rn adero", qu e a su vez no es más qu e un medio d e acceso La cámara lúcida, ¿rechaza Barthes las aproximaciones sistemá ti·
a su madre)- . La "d espedida" e n La cómara lúcida n o es siem- cas a la fotogra fía o bien no las rech aza? Las rec haza, si se pres-
pre suave; Ba nh es ex presa su impac ie ncia co n aquellos "co- ci nde de todo lo d e más. La cám.ara lúcida m isma prescinde d e
me ntaristas d e la fotografía (sociólogos y se mi ó logos)" qu e, algo; e n un sentido es trictame nte lite ral, al me nos con respecto
d esde el punto d e vista de la teoría, cierran los ojos a nte la expe- a este libro, es la lrltima palabra de Barthes: cielTo mi ejemplar
riencia (fen o me no lógica) d e la fotografía, su "magia". Ba rth es d e Camera Lucida (C LU) [edi ción ing lesa]. La co ntracubi e na es
ataca aquí aque llo e n lo que se h a n co nvertido, en ma n os de íntegra mente una foto d e Barthes. Cierro un eje mplar d e La
cie rtos praClica nt es, las m e todo log ías que é l mismo tant o se clwmbre claill' (CC) [ed ició n original fran cesa]. No hay fotogra-
esforzó por promover, En su ensayo sob re la e nse iian za seliala fía. La contrac ubi e rta contie n e un a ciw em blemá ti came nte
qu e no d esea ver las "notas" LO madas durante sus cursos, en a mpliad a de un a obra titulada Próctica de la vía tibetana. Me pare-
parte por di sc reción (ese tipo de notas so n cosas perso nales), ce particularm e nte adec uado que la ve rsió n inglesa de esta o bra
pero también , rn ás pro bablemente, p or miedo a conte mplarse co ncluya con un re trato del autor; mie ntras qu e el autor prefi-
e n un estado red ucido, "'como un jíbaro tra tado por sus co m- ri ó te rminar todo con un tex to paradójico que nueva me nte
parie ros". No obstallle, allí donde se ha pro du cido ese "'encogi· po ne e njuego aquella elecció n comple tam e nte irresoluble con
mi e nto" de Banhes ha sid o más p o r o bra d e los críticos que d e la qu e se e nfre ntaba como esc ritor y co mo profeso r: la osci la·
sus al umnos: hay otro aspecLO d e la fraseología crítica qu e ció n entre los "dos lenguajes", e ntre egoísmo y te rrori smo, acto r
anuncia su fa lta d e co mpre nsió n --es ese as pec to qu e afirm a )' po licía - a h ora si tuad o e n el co nt.exto d e pr-ueba d el d o lo r
e nte nder muy bie n la "cabeza d e jíbaro " que sus tituye a la OI'i· pe rso nal-o La cita di ce:
ginal y que pued e servir co mo blan co d e las c ríti cas o co mo
talismán, según sea n ecesa rio-. -Marpa se sinti ó muy conmovido cuando malaro n a su hijo, }' llll O
de sus discípul os dijo: 'S iempre nos has co ntado qu e todo es ilu-
Aunque Barthes fue du ra nte la mayor parte de su carrera d enos- sión. ¿No sucede lo mismo con la mue n e de Lu hijo , no es eso una
tado por la "'opinión pública" (es d ecir, po r aquellos c ríti cos que il usión?'. Y Marpa res po ndió : ' Desde luego, pero la muen e d e mi
pre te nde n hablar e n su nombre ), la situación cambió cuando hijo es un a s llp cr·ill1s i ón~.

74 75
Referencias Geometría y abyección (1987)

ce La c!wl1Ibre da;rt. Note sur la phofograpllie, Editions du Senil. París , La simpl e oposición geométrica se tiúe de agresividad
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Barce lo na, 1982; Ediciones Paidós Ibé rica, 1989.
CLU Camera Ludria. Reflerriom on PlwlogrojJ}¡)', J onathan Cap e, Aunque no hace refere ncia d irecta al e nsayo de Louis Althusse r
Lo ndres, 1982. d e 1970, "Id eología y apa ra tos ideológicos del Estado",' el e nsa-
Ee El/saJos críticos, EditO ria l Seix Barra! , Barce lo na , 2002. yo de Ro land Banhes de 1973, "Didero t, Brecht, Eisenstein ",
El im/)(!r¡o dp los signos, Mondado ri , Madrid , 199 1. do ta al espacio al concepLO althusseriano de la ideología como
M Mitologías, 31 cd ., Siglo XXI de España Ed itores, Madrid , 2000. re prese ntació n: "Seguirá existiendo representación mie ntras
O Lo obvio J' lo obtuso. Imágenes, gestos, voces, Ediciones Paidós exista un slueto (a utor, lector, espectador o vOJeur) que lance su
Ibérica. Barcelona , 1986. m irada hac ia un ho ri zo nte sobre el cual recorta la base de un
RB HolcH/tI Bar/hes /)or Roland Barthes, EditOrial Kairós. Barcelona, triángulo, con su ojo (o su me nte) como vé rti ce".' El ensayo de
19i8. Laura Mulvey de 1975, "Placer \~ s lla l y cine narra tivo"; teOliza
S/ Z SI l., 6' ed., Siglo XX 1 Editores, Mé xico, 1991. sobre el slue to voyeurístico del espacio teatral de Banhes desde
V An¡Uisis te xIlIal del poe ma "Va ldema r" de Edgar All an Poe el punto de vista de l psicoanálisis freudiano. El cambio produ-
en R. Young (ed .), UlIl)';llg Ih e Texl: fI posl-Sln/rluralisl Rf(uln; cido e n es te pe dod o de cinco aiios es profundo. La Mideo logía"
Ro ull edge & Kega n Paul, BosLOn , 198 1. como conjunto contin ge nte de ideas que pudiera n ser disipa-
das po r la razón, pasa a ser concebida ahora como un espacio
de represe ntacio nes habitado por stueto, un es pacio sin límites
qu e e l slUeto deseante negocia mediante transaccio nes predo-
minanteme nte inconscientes.

Pese a todas estas innovaciones, no obstante, se conserva ban


importantes vínculos con la tradición. El triángulo ó ptico de
Barthes es, después de todo, una mitad de l diagrama d e la
cámara osc ura - una metáfora no desconocida para los es tu-
di osos de Marx-. Po r otra parte, 1975 fue tambié n e l año de
publicación , e n francés, de la obra de Michel FOllcault Vigilar
)1 castigar.!> El "'ojo e n el vértice" de Ba rth es se combinaba fáci l-
me nte , por tanto, con el del carcelero, real o virtual, en la
Pu bl icado o li gina ,iame nle e n: T /¡e El1d o/ Art T heol)': Cril icism alld torre situada e n el centro del panóptico. Pese a qu e el propio
Pos/moden/il)', Mac millan Ed ucaLion , Londres, 1986. Fo ucault se hubiera o puesto a ello, esto contribuyó todavía

76 77
más a la supervive ncia de esa corriente de la teo ría seglm la MPues el verdadero escándalo de la obra d e Galileo no resid e tanto
cual la ideología es un instrumento de dominación esgrimido en su descubrimielllo, o redescubrimie nto. de que la Tierra giraba
por una parte de la sociedad e impuesto a otra - "las ideas alrededor del Sol, sino en su constitución de un espacio infini to e
dominan tes son las ideas de qui enes dominan"- . En este con- infinitamente abierto. En tal espacio, el lugar de la edad media fue
texto - y dadas las imperiosas exige ncias de un a realpolitik femi- d isolvié ndose (... ) a parti r de Galil eo}' del siglo XVII, la extensión
nista- , no es de extrañar que un a consecuencia del ensayo de fue susti tuida por la localización".;
Mulvey fu era que todas las imágenes creadas por los hombres
acerca de las mt!.ieres se consideraran a partir de entonces, sin El vehículo de esta cosmología modificada fue la geometría
disCl;minación. con1 0 instrumentos de objetivización sádica, y euclidia na. Euclides escribió sus Elementos de geometlia hacia el
quedaran , por consiguien te, proscritas. a ii.o 300 aC. Edmund Husserl, e n El origen. de la. geometría, supo-
ne que este sistema surgió de actividades práclicas, tales como
Creo que la metáfora del "cono de visión", predominante e n la construcción. No obstan te, la concepción clásica del espacio
las teo rías de la representación desde mediados de los ailos parece haberse basado e n la evidencia visual más que en la téc-
setenta, es en sí m isma responsab le de una ecuación reducto- ni ca -el horizonte parece circundarnos y los cielos parece n
ra y simplista de la mirada con respecto a la o bjetivizació n . En formar una bóveda sobre nosotros-.ll- En el re nacimiento, este
la medida en que esta metáfora proviene de la óptica fisioló- conflicto entre observación e intelección , entre espacio hiper-
g ica, es inapropiada para la descripción de funciones psico- bólico y euclidiano, se desarrolló duran te las e tapas iniciales de
lógicas. En la media en que proviene de la geometría eucli- la invenció n de la perspectiva. La ausencia de una conexión
diana, es inadecuada para describir la comprensión alterada necesa ri a e ntre el conocimie nto de la geometría euclidiana y el
d el espacio que es un atributo de la denominada cultura "pos- desarrollo de la perspectiva se dedu ce claramente del ejemplo
moderna". del mundo islámico. En Occidente, la pri macía de la geome-
tría sobre la percepción fue enfatizada por San Agustín, que
esc¡;bió: "La razón avanzó a la provincia de los ojos ( ... ) Encon-
tró ( .. .) que nada qu e los ojos contemplaran podía de ningún
modo compar arse con lo que la mente discernía. Estas realida-
El espacio tiene una histoda. En la cosmología de la Grecia des diferenciadas y separadas las redttio también a una rama
clásica, según F. M. Cornfo rd: "El universo del ser era finito y del saber que llamó geometría",\>
esfé ri co, sin una interminable ex tensió n de vacío más allá. El
espacio ten ía la forma de ( ... ) una esfera con centro y circun- Au nque dependiente de los Elementos de geomelda de Euclides,
ferencia",' Este espacio clásico sobrevivió ese ncialmente a la la perspectiva renacentista tomó su concepto más fundamental
"tierra plana", de inspiración bíbli ca, de la p¡;mitiva doctrina de la Óptica de Euclides. El concepto en cuestió n es el del
cristiana, para reaparecer e n la baja edad media. En la cosmo- Mcono de visió n". Unos dos mil aii.os después de Euclides,
log ía medieval, las esfe ras suprace lestial y celestial abarcaban, Filippo Brunelleschi concibe este mismo cruzado transversal-
pero no tocaban , un a esfera terrestre - el escenario de la me nte por una superficie plana -el plano de la imagen- oPor
acció n humana- donde todo ser y toda cosa tenían un lugar medio de es te modelo, un a parte de la cosmovisió n premoder-
predestinado por Dios y estaban sometidos a su mirada omni- na pasa al universo coperni cano - un universo que ya no es
vide nte, Foucault ha calificado este espacio medieval como el geocé ntrico, pero que es, no obstante, homocéntrico y ego-
"espacio del emplazamiento", un espacio, observa, que fue céntdco--. Un principio básico de la geome tría e uclidiana es
efectivamen te d estruido por Galileo: que el espacio se extiende infinitamente en lres dimensiones,

78 79
pero e l efecLO de la pe rspectiva monocul a r es m ante n e r la idea En la va ng uardi a moderna del arte no so n infrec uen tes las
de qu e este es pacio ti e ne, pese a todo , un centro: e l o bserva- referencias a una mutació n de la pe rce pció n de l es pacio )' el
do r. Gradualme nte, la m irada so be rana se tra nsfi e re d e Dios a l tie m po qu e la física y las ma te máti cas mo de rn as ua j e ro n co n-
Hom bre. Con el "emplazamie nto" d el m undo medi eval ah o ra sigo. Así, por ejemplo , e n 1925, El Lissilzky escribió; "La pers-
disuelto, este slueto oc ula r de la perspectiva. y de l ca pi talismo pecti va de limitó y cerró el es pacio. pero la cie ncia di o luga r
me rca ntil, es libre de seguir sus ambicio nes empre nde d o ras e n posterio rm ente a un a revisión fundam enta!. La ri g idez d el
la d irecc ió n qu e marque n los vientos d el come rci o. espacio e uclidia no ha sido a niquilada por Lo bac hevs ki , Gauss
y Ri ema n" . 1:\ No o bstante, los mod ernos han a tribuido más
El hum anismo e mpre ndedor e mpezó to má nd ose libe rtad es habitua lm ente e l cambi o de pe rcepción de l es pacio no ta n to a
con e l de te rminismo teocéntrico, para acaba r fin a lme nte re- co nce pws cie ntíficos e n sí como a la tecno logía. As í, Oziga
e mplazá ndalo, según un modelo que es implícita m e nte a risto- Ve rtov esc ribi ó: "Yo soy el cine-ojo. Soy un oj o mecá nico. Yo,
télico, y de una man e ra que ilustra cómo se proyecta n las con- una máquin a, puedo mostraros ell11undo como sólo yo pued o
ce pciones espacia les en la represe ntació n d e las re lacio nes ve rlo (, .. ) Asci e ndo con los ae roplanos, cai go y me leva n to con
po líticas. En la física cosmológica de Aristó teles se pres upo nía los cue rpos qu e cae n y se alzan ".'~ Condicio nado po r las metá-
qu e la pre po nde rancia de uno u o tro d e los cua tro e le m e ntos fo ras mecá nicas, el futuri slllo ruso, al igual que el cub ism o, fue
postul ad os po r prime ra vez por Empédo c1 es (ti e rra, ag ua, aire fin almente in ca paz -pese a l pronun cia mi e nto de El
y fu ego) de terminarían el luga r de ese cue rpo e n un conlinuum Lissitzky- de abando na r la geometría e uclidia na. El es pejo de
desde el centro hasta la pe li.feda del unive rso. Este con l i nlt'll m d e la re prese ntac ió n pe rspectivisLa so lame nte se ro mpió para qu e
"Iuga res" reales y po tenciales constituía e l es pacio. Análo- sus fragmc n LOs, cada un o d e ellos represen ta ndo un punto de
gam en te, la idea de qu e un se r huma no e ncontra rá su luga r visla d is tinto, se ree nsambla ra n según prin cipios geo métri cos
último "natura!" d entro del espacio social d e privilegios dife- clásicos - volviera n, fin alme llle, al marco)' al a rco de l p rosce-
re nciales d e ac ue rdo con sus cualidades "inhe re ntes" ha segui- nio--. '.'>
d o siend o un a piedra a ngular de las fil osofías po líticas d e riva-
das de l humanismo . Newton separó el es pacio pe)' se d el "luga r" En el pe ri odo mod ern o , el espacio era pred o mina nte me nte
a ristotélico, 10 y la física newtoni a na fue a su vez supe rada por la aqu el que atravesamos (po r ello conside ram os qu e el preso dis-
físi ca d e Ein ste in , en la que , e n pa labras d e He rmann po ne d e poco) . En e l pe ri odo "posmodern o", la ve locidad con
Minkowski , "el espacio por sí mismo y el ti e mpo po r sí mismo la qu e se cru za el es pac io ya no se rige po r la velocidad mecá-
está n pred estin ados a desvanecerse en fo rma d e me ras som- nica d e máquinas como los avion es, sino más bi en por la ve-
bras, y solame nte un a es pecie de uni ó n de ambos preserva rá locidad electró nica de máquinas como los orde nad o res y las
un a realidad independie nte "," Más recie nte me nte , los prece p- conexio nes de vídeo, qu e fun cio nan casi a la velocidad d e la
tos de la relatividad ge ne ral han sido a su vez cuestio nad os en luz. Pued e arg um entarse, po r tanto, que un a mu tació n en la tec-
la "teo ría cuántica". I:! La cosmo logía de la fTsica mod e rn a , no no logía ha situado al tecnologismo he redad o d e las pe rce pcio-
o bsta nte, ha te nido escasa influencia sobre la visió n de l mundo nes espaciales de la es té ti ca moderna e n consona ncia con las
habitual e n O ccide nte, qu e sigue sie ndo pred o mina nte m e nte percepciones d e la física moderna. Así, po r ej emplo . Paul
una a malga ma de Newton y Aristó te les - "lugares e n e l espa- Virilio escribe qu e "el espacio tecno lógico ( ... ) no es un espa-
cio", un siste ma de centros d e asuntos huma nos (hog'ares, luga- cio geográfi co, sino un espacio d e ti empo".11i En este espacio-
res de t ra b~o, ciudades) des plegad o en el seno de un "espacio ti empo de comuni cacio nes e1ec u'ónicas, que fun ciona a la velo-
e n sí mismo" un ifo rm e me nte regul ar y vagam e nte inte rm ina- cidad de la luz, ve mos las cosas, observa Virili o, "baj o un a luz
ble- . difere nte" - la "luz de la velocidad"_ . 17 Ade más, este es pacio

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parece move rse hacia un cierre sobre sí mismo. David Bo lter, "posmoderno" es el espacio del capitalismo finan ciero -el
profesor d e estudios clásicos que escribe sobre programació n espac io anterior e n proceso de implosió n , d e "repliegue"- y si
informática, concluye: "En suma, el espacio electró ni co ti ene nos apropiamos d e un término derridiano, es un es pacio e n
el tacto del espacio geométrico antiguo". 18 Esto es, un o de los proceso de "intravaginació n". Hace ve inte aii.os, Guy Debo rd
efectos fenomenológicos de las aplicacio nes públicas de las nue- escribía sobre el espacio unificado de la producción capitalista,
vas tecnologías electró nicas es hacer que el espacio sea perci- "que ya no está limi tado por sociedades exteri o res", el espacio
bido como "repl egá ndose" sobre sí m ismo. Así, espacios anta- abstracto del mercado que "tuvo que disolver las cualidad es y
ílO co nce bidos com o separados , segregados, ahora se la autonomía d e los lugares", y comentaba: "Esta sociedad, que
su perpo nen: imágenes e n vivo del Voyager n, a su paso por los suprime la distancia geográfi ca, concen tra una distancia inte-
a nillos de Saturno, pueden aparecer e n te levisió n metidos rior a modo d e separación espectacular" . 19 Esta "distancia inte-
entre imágenes igualme nte "en vivo" de órganos in te rnos, rior" es la del espacio físico. No obstante, como ya he seilalado,
transmitidos mediante so ndas quirúrgicas, y un a crónica sobre las teorías de la re prese ntación inspiradas e n el psicoanálisis
Soweto. En el ám bito político, un eq uivalente de los espacios han tendido en los últimos aiios a mantenerse fi eles a las metá-
replegados de las tecnologías de la información es el terroris- foras geo m étricoo-óp ticas euclidianas del periodo moderno.
mo. En el ámbito econó mico, es la te ndencia del capitalismo
multinacional a producir irrupcio nes del primer mundo en
países del te rcer mundo , a la vez que crea bolsas d e segu ndo 11
mundo en los países desarrollados. Co ntemplar tales fenóme-
nos ya no supon e habitar un espacio imaginario. o rd enado por Al frente de su expOSició n de 19i5 sobre el co nce pto de
el "distanciamiento" d e la perspectiva euclidiana. Las analogí- J acques Lacan d e "el imag inario,, / oJacqueli ne Rose coloca una
as que mejor e ncaj an se e ncuenU-an ahora en las geometrías cita del primer semi nario d e Lacan (1953-1954): "No puedo
no e uclidianas - la cinta de Moebius del topólogo, por ej em- instaros excesivamente a meditar sobre la ciencia de la óptica
plo, cuyos lados apa re ntemente opuestos resultan estar forma- ( ... ) peculiar en cuanto que inte nta mediante instrumentos
dos por una única superfici e con tinua-o producir ese extraño fenómeno que co nocemos como imáge-
nes".21Como ya se ha observado, 19i5 fue también el a llo de la
El espacio tie ne , por tanlO, una historia. No es, como habría publicación del ensayo de Mulvey "Placer visual y cine na rrati-
d icho Kant, el producto de categorías m entales a priori inhe- vo", con su propio énfasis, e n palabras de Mulvey, en "la mira-
re nte me nte euclidianas. Es un producto de represe ntaciones. d a voye urístico-escoptofílica que es una parte cru cial del. trad i-
El espacio premoderno está limitado; las cosas e n su interior cional place r cinematog ráfico". Si releyé ramos estos dos tex tos
tienen asignado un lugar a lo la rgo de un eje predominante- hoy, comprobaríamos que uno es un complemento ese ncial ,
me nte ve rtical -;'cielcrtierra-infierno", o la "cad ena del ser" que aunque a veces algo co ntradictorio, del otro. Desd e el punto
desciende desde Dios hasta las piedras-o El espacio mode rno de vista de las teo rías d e la rep rese ntación visual (al menos e n
(inaugu rado en e l re nacimiento) es euclidia no, ho rizontal, el Reino U nido y Estados Un idos), e l ensayo d e Mulvey pued e
infini tamen te exte nsible y. por tanto, en principio, ilimitado. En considerarse el artículo individual más influyente de los años
el primer pe rio do moderno, es el espacio del sl~ eto humanista setenta, y merece la pena recordar e l contexto en el qu e apa-
e n su encarnació n emprendedora mercantil. En el pel;odo rec ió por vez primera.t'! La creen cia d e que existe un a dife ren-
moderno ta rdío es el espacio del capitalismo industri al, el espa- cia fundamental en tre la semiología "clásica" , que alcanzó su
cio d e un ritmo e n cre cimiento ex po nen cial de dispersión, des- apogeo a mediados de los aii.os sesenta, y la semiótica, d esd e
plazamiento y diseminació n de personas y cosas. En el periodo aproximadamente 1970, es ge neralizada. La diferencia, qu e en

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principio afecta no sólo a la semió ti ca sino a todas las discipli· menudo gira ro n e n to rno a la obj eció n de qu e no había d ic ho
nas teó ricas, es q ue la d icoto mía clásica suj eto-o bjeto ha sido nada sobre la posición de las muje res e n el público.
'" deco nstruida" - el intérprete ya no está al marge n de l ac to de
la interpretación-; el slUeto fo rm a parte aho ra del o bjeto. Vemos aq uí exactam en te lo q ue Rose id e ntifica como la "con-
Como he señalad o, la metáfora d el "cono de visió n", heredada fusió n e n la base de un a 'psicología del ego", que consiste e n
de la perspectiva clásica, se ha utili zado para clari fica r este "e nfatiza r la relación del ego con el sistema de percepción-con.-
pun to de vista. Si el lema de "la mirada" pred orn inó e n las teo- ciencia con relació n a su pape l como fabricante )' fab ricación,
rías a nglófo nas sobre el ci ne y la fotografia duran te los a jlos se- destin ado a prese n rar el precario place r de l suj eto d esde un
te n ta, y se int roduj o en las teorías d e la pintu ra e n los años rea l imposible e incompa tible" (é nfasis mío). t~ Esta confusió n
oche nta, es qui z;:'\ po rq ue, aparte de las impe riosas cuesti o nes es sostenida e integrada po r e l modelo de l cono de visió n.
sex uales-po líticas qu e pudie ra abo rda r, la me táfo ra del cono d e Cie rta me nte, como ya se ha selialado, el mod elo in corpo ra al
visió n fun cio naba tamb ié n como recordatorio en un a ruptura suj eto como pa rte intrínseca del sistema de re prese ntac ió n , e n
e piste mo lógica crucia l con la trad ición occid ental. cua nto qu e la image n proyecta sus líneas d e visión has ta un
punto id eal do nde supu es ta mente se e ncue ntra di cho suj eto;
En los ali as sete n ú1., el model o del cono de visió n se asoc iaba a no o bsta nte, el o bjeto en este caso se ITlantiene muy clara-
m en ud o con el concepto de Lacan del "'estad io del espej o". En m en te como extern o a l suj e to , existe en u na relación de "'exte-
el ensayo de Mul vey, po r ejemplo , la inicial ve rs ió n de la pe rs- rior" con respecto al "'inte ri o r" del slUeto. El objeto del psico-
pecliva geomé tri ca de Lacan de "lo imagina rio" pro po rciona un amílisis, el objeto perdid o, pued e así confundirse fáci lme nte
modelo de "ide ntifi cación" cine mática en o posición a la propia con algú n obj e [Q real. Como indi ca Rose, es precisamente po r
"image n especular" de la identificació n: la objetivizació n escop- esta razó n por lo q ue Lacan abando na posterio nlle nte el
tomica. No obstante, lal como el artículo de Rose sob re "lo ima- modelo de la pe rspectiva geomé ui ca.
g inario" hace hincap ié en seilalar: "Es precisame nte en e l
mome n to en qu e impulsos más releva ntes para la ex pe ri encia "La idea de o tra localidad ", eSCl-ibe Freud, e n un a frase fa mo-
cine máti ca como tales empiezan a adquirir precede ncia en el sa. "La idea de otro espacio", a liad e Laca n, "otra escena , e l
esque ma laca niano [se refi e re a los imp ulsos escópico e in voca- entre percepción), conciencia" (é nfasis mío) . 2;' El psicoanálisis reve-
torio] cua ndo comie nza a debilitarse la noción de un a ple nitud la q ue los deseos in conscie ntes - y las fan tas ías qu e tales de-
imaginari a e de un a ide ntificación con un a de manda sufi ciente seos e nge ndra n- so n una fue rza ta n inmutable e n nuestras
con respecto a su o bjeto" .t :\ Por un a parte, e l mod elo del cono vidas como cualqu ier ci rcunsta ncia mate rial. No pertenece n,
de visió n fue valioso pa ra reinstaurar la p rese ncia del o bserva- no obsta nte , a la realidad ma terial, sino a lo qu e Fre ud de no-
do r en el espacio de la representació n , o mitida por mor.ivos ideo- minaba "realidad psíquica". El espac io d o nde "tie nen lugar"
lógicos. Po r o tra pa rte, fue de uti lidad para preservar lo q ue era - "entre la pe rcepción y la concie ncia"- no es un es pacio
más esencial para la ideología qu e prete nd ía subve ni r --ese ma te ri al. Po r consigui ente , en la misma medida e n qu e Fre ud
ego esc ru puloso que Lacan ide ntifica, en su posterior crítica habla d e "realidad psíqu ica", tal vez nosotros podamos hab lar
ampliada de l modelo de visió n basado en la perspecti va geo- justificadam en te de "'espac io fís i co". ~'6 En el pasaje que he cita-
métri ca, [un ego q ue] que presupone q ue puede "verse así do, Barthes comenta qu e la re presentación tie ne lugar siempre
mismo viéndose"-. Que buena parte de l argumento de la crí- q ue e l sl~ e to "reco rta la base de un triángul o , con su ojo (o
tica lacan ia na de la visió n se había pe rdid o, es algo q ue puede su me n te) como vértice". "Su oj o o su me nte" --daram en te,
apreciarse, mejor qu e en ningún otro lugar, en los debates que Banhes com bina el espacio fisico con el es pac io de la pe rce p-
se sucedi e ro n a ra íz del influye nte escrito de Mulvey, q ue muy a ció n visual, a su vez mod elad o según Euclides- . Pero ¿por

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qué d ebe mos supo ner que las conde nsacio nes y los d esplaza- renome no logía de Ma urice Merleau-Ponty se obsen'ó un ace r-
m ie ntos de l d eseo muestra n mayo r conside ración con la geo- camie nto a l psicoanálisis (en un prefaci o escri to e n 1960 para
me tría e uclidiana qu e con la lógica a risto té lica? Algun as de las un libro so bre Freud se refirió a una "'consonancia" e ntre
pec uliares propiedades espaciales del teaU'o d el d eseo son indi- ambas disciplinas) . El capítulo 4 de la obra final e inacabada de
cadas po r Freud e n su escrito "Pegan a un niilo" , 2, Aquí el suj e- Me rl ea u-Ponry, Lo v isible )' lo invisible, se titula "El e ntrelaza-
to es si tu ado e n el público )' también en el escena ri o -do nde es miento - El quiasma". ( Quillsma, té rmino an ató mico que se
a la vez agreso r y agredido-. Las cualidades espaciales de la refi e re a l e ntrecruza m ie nto de dos estructuras fisio lógicas, pro-
puesta e n escena psíquica son clarame nte no e uclidia nas: dis- vie ne d e una ra íz gri ega qu e significa "ma rcar con un a cru z".
tintos o bje tos pued en ocupar el mismo espac io en el mismo U na cru z suele consistir e n una línea colocada "a través d e"
(no) insta nte , como en la condensación de los sue ilos; o suj e to otra, pe ro ta mbi én podría pe rcibirse como d os á ngul os rectos
y obj eto puede n disolverse uno en otro. Como observa Rose, lo -con cada un o como refl ejo de su otro inve rtido y sin apenas
más esencial qu e reve la este escrito es "la escisió n de la subj eti- tocarse-o
vidad en el proceso de su asociación a un a represe ntació n
sexual (masc ulina o fem enina )".!!:!! La misma raíz nos ha dad o también quillsmo -el té rmin o re tó-
ri co para la me táfo ra del "refl ejo"- ) . El énfasis en la alie na-
"Au tor, lecto r, espectador o vo)'eur", escribe Barthes para ide n- ción de suj eto y obj e to, tan frec uente en las lecturas de l docu-
tificar su sltie to de re presentació n. Todos esLOS suj e tos desean , me nto d e Laca n de 1936 sobre el estad io de l espej o,'" está
pe ro ninguno más visiblemente que el vo)'eur. En el ca pítulo d e ause nte en es te e nsayo d e Merleau-Po n ty. cuya o bra (anto
El ser )' la nada titulado "La mirada", y al que Lacan se refi e re impresio nó a Lacan (un ensayo donde d esc ubl;mos el "'quias-
en su pro pio come nta rio ampliado sobre la mirada conce bida ma " e n qUillS11l0). Merl eau-Ponty escribe:
d esd e e l pun to de ,~sta de la perspectiva geo métri ca, Sa rtre
decide d esc ribir su "se r-como-obj eto para el Otro" d esd e la po- ;' Dad o q ue q uien \'e qued a atrapado por lo qu e ve, lo que ve sigue
sición d el vO)'ew: "Heme aquí, inclinado sobre el oj o de la siendo él mismo: hay un narcisismo fundamental en LOd a visión.
cerradu ra; d e pro nto escucho un a pisada. Me estre mezco y así, po r la misma razón , la visión que eje rce la sufre tambi én desde
mie ntras me in vad e una oleada de ve rgüen za; alg ui en me ha las cosas, d e tal modo qu e, como muchos pinto res han dicho, me
viSlO. Me incorpo ro. Mis ojos recorre n el pasillo d esie rto. Era sien LO mirado po r las cosas, mi actividad es igualm en te pasividad -
una falsa alarma. Suspiro aliviado". Pero , prosig ue Sartre , si que es el segundo )' más profundo sentido del narcisismo--: no ve r
pe rsiste ahora en su e mpeilo voyeuristico, "sentiré los ace le rados e n el exterior, como los otros lo ven, el contorno de un cue rpo que
latidos d e mi corazón y detectaré el más lige ro ruid o, el más uno habita , sin o especi almente SCl' visto por el exte rio r, exi stir en su
lige ro cntiido de las escaleras. Lejos d e desapa recer con mi pri- inte ri o r, emigra r a su interi or, se r seducido , camivado , alienado po r
me ra alarma, el Otro está prese nte e n todas pa rtes, d ebajo d e el fantasma, d e modo que quien ve )' lo \risibl e manti enen un a rela·
mí, encima de mí, en las habitacio nes vecinas, y sigo sintiendo ció n recíp roca )' )'a no sabemos q ué ve )' qué es vis LO"."
profundame nte mi ser-para-otros".29 Corn o d ice Lacan , "soy
u na image n" (de igual modo que '1'0 " e ra la image n de Dios e n O tto Fe nichel, al comie nzo d e su escrito d e 1935, ';EI instinto
espacio medieval de emplazamiento). esco ptofílico y la ide ntificación", hace hincapié en la ubi cuidad
de las refe rencias a los as pectos inco rporativos de la mirada
De habe r sido Sartre menos hostil al concepto d el inconscien- -po r ejemplo, los cue n tos po pulares e n los qu e "e l oj o juega
te , podría no habe r excluido la condició n de "ser-para-otros" un do ble pape l- . No solamente es activa mente sádi co (la per-
d e su relació n con e l objeto d e su inte rés esco pto mico. En la so na qu e ftia la mirada lanza un conjuro sobre su víctima) sino

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también pasivame nte receptivo (la perso na q ue m ira es tá fasci- cara su ojo en la pane postnior. donde era mayo r (...) Parecía
nada por lo que ve)".:!:! A esta observació n a ilade un a refere n- como si se viera el o~jetO real: lo he ten ido en mis ma nos)' puedo
cia a un libro de Géza Ró he im sobre "la magia de l espejo"; el dar fe de e ll o". ~
espejo, observa Fenichel , al enfre n tar al suj e to con su pro-
pio ego e n forma cOl-poral externa, borra "la línea diviso ri a Que yo sepa, y para mi so rpresa, Laca n nunca se re firi ó al ex pe-
e ntre ego)' no ego". Hemos de record ar que el escrito de rim e nto de Brunelleschi. Pero su ojo en el pa nel, "como un
Laca n sobre el estadio del espejo se refi e re a una dialéctica sombre ro de paja d e mujer" , es el m ismo aguje ro por d o nde
e ntre ali e nac ió n e identificación , un a identificación no sólo esc uddlia No rm an Bates en Psicosis, de Hitchcock. Si hubié ra-
con el pro pio se r sino también , por ex te nsió n, con otroS seres mos podido. allí y e nLOn ces, dete ner este oj o e n no mbre de
cuya image n renejada es un simulacro -como e n e l te mpra no un a certidumbre mo ral , podríamos habe r salvad o a J a net
fe nó me no del transitivismo-. Fenichel esc ribe: "U no mira un Leigh. En realidad , no hubiera habido otra elección . No debe-
o bjeto con el fin de particijJar en su ex peri e ncia ( ... ) Cualqu ie ra mos, no obsta nte , confundir trabajo policial con psicoanálisis,
q ue desee presenciar las actividades sexuales de un hom bre )' crítica de arte o arte. Es un error creer qu e la ve rdad d e los
un a muje r e n realidad sie mpre desea compartir su ex perien cia estados psi cológicos pueda proceder de un comportamiento
m edi ante un proceso de e mpatía, ge neralmente e n un se ntido observable . El modelo del cono de visió n, no obsta nte, fo men-
ho mosexual , es de cir, mediante empatía en la e)..periencia del partí- ta precisamente tales reconocimientos e rróneos. Como escribe
cipe del sexo o/Juesto" (é nfasis mío ).:\:! Sarah Kofrnan en su libro sobre e l modelo de la cámara osc u-
ra: "Todas estas metáforas especulares impl ica n el m ismo pos-
Como ya he señalado, por lo que sabemos, a Euclides nunca se tulado: la existencia de un sentid o originario ( ... ) (segllll el
le oc urri ó e ntrec ruzar su cono de visió n con un a supe rficie cual] lo " real" y lo "ve rdadero" so n preexistentes a nuestro
pla na . Esta idea, que di o lugar a la pe rspecti va, se atribuye a conocimie nto de e ll os " . ~
Brune ll esch i, que realizó una célebre demostración p ráClica d e
su inve nció n. Mediante el uso de su sistema de pe rspeClh·a, El modelo del cono d e visión e n la teoría de los años setenta
Brunelleschi pintó una image n de un a iglesia sobre un pane l. tuvo aspecLOs tanto positivos como negativos. En lo positivo.
Para que e l espectador pudiera ver la image n desde la posición restituye al suj eto en e l espacio de la re prese ntación ; e n 10
correcta - el ve rdad ero vé rtice del cono d e visió n-, Brune- negativo. man tie ne un a dicotomía suj eto-objeto como relac ión
ll esc hi hi zo un pequeño aguje ro en el pan el. El espectador, in te ri or/ exte rior, qu e refu erza esa confusión habitua l e n la
d esd e un a posició n detrás de l panel, mira ba a un es pejo a tra- que lo psíquico se convierte en mero anexo del es pacio social.
vés de l aguj ero. El espectador o es pectado ra no se veían en to n- Gracias a semejante positivismo. ciertos críti cos a pare n tan
ces a sí m ismos, ni ve ían la imagen in ve rtida de la panta ll a tras estar de acue rd o con la teoría psicoanalítica a la vez que se
la cual él o e lla se ocultaba. Lo que veían era la iglesia de Santo refieren a la escoptofilia como si no hubiera nada más qu e
Giovan ni de Florencia y la Piazza del Duo mo.:1I Según la des- dec ir sob re ella salvo que se trata de un a fo rm a rnoralme n te
cripció n de un conte mporán eo: reprens ible de compo rtamie nto masculino.

~ H i zo un agtu ero en el panel sobre el que estaba su pinlura (... ) Catherine Clément desc ribe la "e ra de los mod elos" de Laca n
agluero que era lan peq ue i10 como un a lellleja en el late ral del como dividida e n d os periodos difere nciad os. El prime ro fue
cuad ro, )' por la parte pos terior se abría pi ramidalmente, como un ti e mpo d e puntos, líneas, flechas)' símbolos -represen-
un sombrero de paja de mluer, hasta el tamalio de una moneda ° taciones bidimensi o nales- o El segundo "comenzó cuando
un poco maro r. Y deseaba que cualquie ra que quisiera ve rlo colo- [Lacan] se di o cue nta de que las dos dim ensiones no era n sufi-

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cientes para lograr qu e su público compre ndie ra la teoría de l bilidad d e constituirse como tal -en un acto de revulsi ó n , d e
inconsciente según él la conce bía: específi camente, deseaba ex pulsió n d e lo que ya no puede ser conte nido-. Signifi ca~
mostrar que el inconsciente es una estructura que no tiene ni tivamente, el primero objeto de abyección es la m adre preed í-
exterio r ni inte rior"." A este segundo periodo pe n e necen los pica - lo cua l p re fi gura ese posicionamiento de la mujer en la
modelos topo lógicos -el toro, la ci nta de Moebius, la botella sociedad que Kristeva sitúa, en el esqu ema patri arcal. como
de Kl ein- qu e "le di e ron los m edios para representa r formas perpe wamente en el límite, la línea fronteri za, el borde, el
si n inte rio res y ex te riores, formas sin de limitaciones ni se pa ra~ "'límite ex terior", e l lugar donde e l o rde n se tra nsforma gra~
ciones simples, formas con un agujero como ele mento consti~ dualme nte en caos, la luz e n osc uridad-oEsta posición perifé-
tutivo" .:1.'< Clé ment concluye que tales modelos geom étri cos rica y am biva le nte asignada a la mujer, di ce Kristeva, ha llevado
"simple n"lente complicaba n la exposición de sus ideas" . No o bs~ a esa conocida divisió n del campo de las representacio nes e n
tante, en el caso especial de la aplicació n de la teo ría psi coa~ la qu e las muje res so n vistas como santas O de mo níacas
nalítica al arte "visual", yo creo que esta m eta morfosis d e los -según se conside re qu e trae n la oscuridad o la mantie ne n
mo delos proporciona un necesario correctivo a un a confluen- alt:jada-. Cie rtamente, en la obra de Kristeva, lo "femenino"
cia demasiado fácil de conceptos psicoanalíticos con ciertos -en e l sentido más a mplio que ella ha dado a este término-
prej ui cios fam ilia res de la teoría y la críti ca d el a rte positivisl.:1.- es considerado como marginado por e l o rde n simbó lico
intuicion ista - un disc urso demasiado predispuesto a disolver patriarcal; pe ro es la muje r biológica - el cuerpo procread o r-
la sexualidad en e l gé nero sex ual, la psicología e n la sociología, lo que este orden abyecta [NT: e n el sentido e timo lógico de l
de mas iado predispuesto a dar por sen tada precisame nte esa latín abjecJio: la acció n de echar, apartar, arroja r fue ra, d ese-
diferencia. sex ua l qu e el psicoanálisis po ne e n cuestió n-o char, suprimir.. .] . En La revolución del lenguaje poético. Kristeva
escribe: "No es a la "mujer" e n general a qu ie n se niega toda
acth~dad simbólica y toda representatividad social ( ... ) Lo que
111 ·se po ne ( .. .) bajo el signo d e la interdicción es la mlue r repro-
du ctora, a través d e la cual la especie no se inte rrumpe e n e l
No existe espacio de re presentació n sin un suj eto, ni sujeto sin "prod uctor imaginativo" y su madre, si no que sigue rnás allá,
un espacio qu e no lo sea. No existe, po r ta nto, sujeto sin un según un a ley na tural y social".* Es decir, el cuerpo de la nwj er
límite. Ahí radica precisamente la importancia de la fase del recuerda a los ho mbres su propia mortalidad. Cuand o Narciso
es pej o: la forma [Cestalt] fundacio nal , la ma tri z en cuyo se no se mira e n es te charco abyecto. de leche y sangre, ve la pálida
pro duci rá e l ego. ParaJulia Kristeva, no obstante , hay un gesto forma a los pies de los e mbajadores de Holbein. Así, en Los
necesario que es previo a esta prime ra fo rmación d e una fron- poderes del honor, Kristeva reite ra: "El miedo ante la mad re arcai-
te ra in ciena e n la fase del espej o. una ante ri o r de marcació n ca resulta ser esencialme nte miedo a su poder generador. De
del es pacio. En la medida en que la geo metría es un a ci encia soj uzga r este poder, profundamente temido, es de lo que se
de los límites, y en una d eterminada inte rpre tació n de ac usa a la filiació n patrilinea l ".~ l En este sentido, e n los ritos de
Kristeva, podríamos decir que e l orige n de la geometría es tá e n cien os pueblos tribales relacionados con la me nstruación,
la ab)'ección. 19 Kristeva ide ntifica un temor a nte lo que ella llama el "pode r de
polución " .~~

Como concepto, lo "abyecto" podría corresponder a la separa-


ción entre "sujeto" y "objeto". Lo abyecto, no obstante, está en Hay un extraordinal;o pasaje d e Plotino en el que se pe rmite
la histo ri a del sltietol es anterior a esta di cotomía; es e l medio que esta pa rti cular a parició n de lo abyecto se manifieste e n un
fj
po r el qu e el sujeto es empltiado por prime ra vez hacia la posi- disc urso creado precisam ente para oCllltarlo. Plo tin o, qu e se

90 91
ha es tado refirie nd o a la belleza, a ñad e: cascadas d e agua, con LOdas las horribles g racias de lo selvático
( ... ) esos paraj es solitarios ( ... ) bell ezas qu e transmite n un a
"Pero deje;:mos las anes )' consideremos esas ob ras, prod ucidas po r es pecie de melancolía". ''- Pese a todas las discusiones recie nte-
la Na tura leza}' admitidas como natu ra lm ente herm osas, d e cuya m ente dedi cadas a lo sublime, sigo viend o en ello un simple
im itación se acusa a las creaciones d el ane, tod a la vida racio nal y d es plaza m iento, una trivial transferenci a m etafórica d e afecto
las cosas no racio nales po r igual, pero esp ecialm ente las consuma- desde el cue rpo de la muje r hasta esas cave rnas y abismos, cas-
das entre ell as, allí do nde el moldeador y creador ha sometido al cadas y océa nos, que inspi ran 1..."1n fervie nte a mbivalencia, seme-
mater-ial }' le;: ha dado la forma qu e ha deseado. Ahora bien , ¿qué es jantes d es mayos de ide ntidad e n es tos ho mbres románti cos.
aquí la bdleza? 1\"0 / ienl' nada que ver rOl1 la sal1grf' o ron 1'/ proceso mens-
Il'lw/: o bie n ex iste tam bi én un colo r }' una form a al margen de "Bellezas que tra nsm iten una especie de melancolía" --en Soleil
todo esto, o bi en no existe nada que n o sea pura fealdad o (e n d No¡r, Julia Kristeva me muestra el camino que lleva de la belle-
mejor dt! los casos) un rec ipiente desnudo, algo así como la me ra za a un obje to que he pe rdido o que me ha abando nado-;ki
Materia de la bell e/..3 (... ) ¿De dónde p rocede la be lleza de Elena, tam bié n sé que la depresió n puede ser la máscara d e la ira
mo tivo de batallas; o la de tod as esas nll~ e res de he rm osura simi lar -el conce pto de lo sublim e puede ser la sublimaci ó n de un
a la de AfrodÍla: o la d e la p ropia Afrodita; o la d e cualquie r ser hu- te mor más vio lento-_Adoptando la voz d el fascismo que des-
mano que haya sido perfecto en belleza; o la de cualquiera de e;:sos d io- cribe, he aq uí lo que di ce Kl aus Thewele il en lWale FanlaúeJ:
ses que se mue;:stran a la vista o qu e so n invisibles pe ro que lleva n
co nsigo lo que se ría belleza si pudi éra mos ve rl o?" [énfas is mío] " "Si esa co rri en te me alcanza. me toca, se derrama sobre mí, e nto n-
ces me d isolve ré , me hun d iré, me dan:ín náuseas, me desi ntegra ré
La respuesta platónica de Plotino a su propia pregunta es, po r en el miedo)' me transfo rm aré hOlTorizado en un cieno q ue me
supu esto, la "idea". Lo qu e se ab)'ecla aq uí --<Iistanciado por esa ¡lsfix ia rá. una pasta que me tragará como are na mo'"edi za. !::.slnré en
metáfora de la acu.mulación, la o leada de seres pe rfectos qu e 1111 estado 1'11 d ql/e todo I'S /0 lI/islI/o, inex/r¡rab!rlllcn/r /IIn.dado ". [é n f~l­
causa el a rrebato d el o rador- es el cuerpo mismo, como m e ra sis lllíO J '~
"mate ria" de la be lleza. La mate ri a obj eto de abyecció n a la qu e
se re fi ere Kristeva , desde las llllas cortadas hasta las heces Finalme nte, resulta qu e no es la m uj e r como tal el objeto de
-todo aquello d e lo que debem os despre ndernos y distan ciar- abyecc ión, si no más bien la ITIlúer como significante privilegia-
nos, con e l fin de ser (co n el fi n, como deci mos, de "despejar do de lo qu e e l hombre teme y a la vez desea: la extinción de
un espacio para nosotros mismos·')-. "No tien e nada que ver la propia ide ntidad. Desde el punto de vista del mode lo ter-
con ( ... )", esc ribe Plo tino, recurrie nd o a un mecanismo similar mod inámico en e l qu e se basa el conce pto fre udiano del
al qu e la retó ri ca clásica llamaba "preterició n", pe ro que ten- im pulso de mue rte, lo qu e se teme es la "en tropía" e n fun cio-
drá que es pera r otros m il quinie n tos atlas para que Freud lo namiento e n e l meollo de toda organizació n , d e toda dife re n-
conceptualice como "negación" -pues, por su puesLO, tiene ciació n . En té rmin os re lig iosos, es el "polvo" indiferente al que
todo qu e ver con el d eseo de Plo tino-. Solame nte he-m os de tod os hem os de vo lve r. La materia transitoria del cuerpo de la
conside ra r lo abyecto desde un cie rto á ngul o para ve r una Cale- ITIlúer, no obstante, es dobl e men te obj eto de ab}'ección , po r
goría qu e Plotino pudiera habe r co nocido, calegoría to mada cuan to qu e es tá crónicame nte organizado para recorda rnos
de un texto atribuido a Lo ngi no: lo "sublime". As í, e n su e ncar- nuestra condició n com llll de breves sucesos e n la vida de las
nación d e l siglo XV III , a un paso del ro manticismo, especies. Po r esta misma razón , no obsta nte, la Illujer tam bié n
e n Anthony Shaftesblll)': "Las rudas rocas, las cuevas cubi ertas sig nifica precisame nte ese deseado "estado en el qu e todo es lo
de musgo, las irregul ares y agres tes g rutas y las e ntrecortadas mismo": la be ndi ció n preedípica de la fusió n de los cuerpos e n

92 93
la que el bebé y la madre están "inextricableme nte mezclados"; espacio ha cambiado y que nuestros modelos ópticos para ges-
esa ausencia de l dolo r de ser difere ntes, condición d e identi- tionarlo está n actualmente desfasados. En "Tiempo de mtüe-
dad y significado, cuya ex tin ción se difiere hasta la mue rte. res", Kristeva describe una mutación d el espacio, una nueva
"gene ración " d e "espacio men tal corpóreo y desean te", en e l
q ue "Ia propia di cotom ía h ombre/ nll~er como oposición
IV entre dos e ntidades rivales debe entenderse como pertene-
ciente a la metafísica". Pregunta Kristeva: "¿Qué puede sig nifi-
A propósito de la mirada, Sanre escribe: "Parece que el mundo car la "ide ntidad", incluso la "'iden tidad sex ual", en un espacio
ti e ne una especie de agl~ero de desagüe en e l centro de su ser teórico y científico nuevo donde se pone en cuestió n la noción
y que flu ye perpetuamente por este agujero".~'-' Es tal vez de este misma de id en tid ad?" ~9
mismo presentimiento de pérdida e n e l registro de lo visual de
lo que el quattrocento se defendía al convertir de forma fetichis- En este espac io cambiado, esta nueva geo me tría, lo abyecto ya
ta la inLUició n e n un siste ma: la "perspectiva" -basada no sola- no puede ser desterrado fuera de un círcul o encantado y per-
me nte en un s l~ eto fundamental , el "punto de vista", sino tam- fectamente euclidiano. El espacio posmode rno de nuestros
bié n en la desaparición de todas las cosas e n el "punto de "lugares cambiantes" a penas puede adaptarse aho ra a los anti-
fuga" - . Anteriormente no existía signo de ause ncia --el horror guos g uetos, qu e siguen aho ra los pasos de la ciudad-estado
vocui era un elemento central del aris totelismo--. En las cos- am urallada. Tal vez nos enco ntramos de nuevo en un momen-
mo logías clásicas, el espacio era una pleniLUd. Asimismo, en e l to de la historia en el que necesitamos definir las geome trías
mundo medieval, la creación d e Dios e ra una totalidad sin cambia ntes d e nuestros lugares cambiantes. No creo que se
separación. En la perspectiva del quaUrocento el sl~eto se trate de un tiempo en e l que un a rte/ teoría que se considere
e nfre nta por vez primera con un a ausencia en el campo de "político" deba hacer admo niciones, o ex hortar, o proferir
visió n , pero es una ause ncia desautorizada: el punto de fuga no "soluciones". Creo que es un tiempo en e l que debe simple-
es parte in tegral de l espacio de representación; es perpetua- mente desClibir. Tal vez sea nuevamente, en esta época de revo-
m ente empt~ ado hacia adelante a medida que el s t~ eto expan- lución posindustrial, el momento para un proyecto realista. No
de sus propios límites. El vacío sigue siendo obj eto de abyec- puede ser, por supuesto, 10 que e ra en los tiempos de Gustave
ción. En la posterior geo me tría no euclidiana encontramos la Courbet o incluso de Bertolt Brecht. La atenció n a la realidad
plenitud esfé ri ca de las cosmologías clásicas cerrada sobre sí psíq ui ca requiere un realismo psíquico -imposible, sin e m-
misma para abarcar un vacío central. Para Lacan, es ta fi gu ra, el bargo ..
"toro", puede representar un espacio físico donde el sl~eto
nace de forma repetitiva, e n una procesión que circunscribe
un vacío central -el lugar d el objeto perdido y de la muerte
del sujeto-.

Se ha interpretado de muchas maneras la inseguridad de la


"condición posmode rna" y de consig uiente hc risis de la repre-
sen tació n". No hay nada nuevo e n la inseguridad ; es la condi- Publicado originariamente en: / n/DifJe'1l! nl Spaf'es: PIfiO' ami MemO/)' in
ción misma de la subjetividad, de igual modo que la condición Visual Culture, The Universit)' of Ca lifornia Press, Berkele)', 1986.
de la representación es estar en crisis. Esto no significa, sin
embargo, que nada cambie. He argumentado que nuestro

94 95
cio re lath'o es, sin e mbargo, una cierta dimensión o med ida movi-
ble de los espacios abso lutos; que nu estros sentidos d eterminan
por su posición co n respecto a los cuerpos; )' que sue le confun-
dirse co n un espacio inamovib l e ~. Véase Isaac Newton, Math~
Notas: matical Pr¡'Iciples o/ Natural P/¡ilosoplt)', citado e n F. Durh am and R.
Purrington , Fmme 01 lhe Universe, Col umbia Unive rsity Press,
Nueva York 1983, p. 156 [\'ersión caste llana: PrinciPios nw temáticos
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[versión caste ll a na: Lo jJoPlim del espaáo, Fondo de Cultura 11. He rmann Minkowski , "Space and T im e", en A. Somm erfeld (ed. ),
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2. Louis Althusse r, ~ Id eo log}' and Id eologica l Sl<llC Appara LUses 12. "Por ejemplo, a distanc ias extremadamente co rtas, del o rde n de
(Notes Towards a n Invcsligario n) ", Lel1in {(/'Id Ph ilosoph)' (¡I/(/ Other 10-33 cm , la geometría de l espac io está sujeta a fluctuaciones cuán-
EsSlI)'S, Londres, ~e", Left Books, 197 1 [ve rsió n castellana: licas e incluso los conceptos de es/múo)' es/JlIcür liempo tienen una vali-
Ideología )' o/)(Ira/os ideológiros del Estado. Freud J Laean, Nueva dn. sólo aproximada". Véase Durham y Purrington , Fra me 01 Ihe
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3. Roland Ba rthes, "Dide rot , Brec ht, Eise nsLei n ", f magf-Nlusir· 7px!, 13. El Lissilzky, "K. und Pangeometrie", c itado en P. Descargues,
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vor('s, Edicion es Paidós Ibé li ca, Barcelona . 1986]. metría" e n Steve Yates (ed.), Poi/iras del espacio, Editorial Custa.vo
4. La ura Mu l"ey, "Visua l pl eas lll-e and Na rra ti'-e Cinema" , Screnl 16. Ci li , Barce lona , 2002 ]. Es preciso distinguir e n t re "'geo me tría no
n°. 3. (otol10 1975 ). (Reprinted e n Laura Mm·e)', Viw(ll (lI/(J Orher eu clidiana" (o metageometríaj J Mgeometría n-dimension a l" (o
Pleasures, Bloomin glO n , Indiana Universit)' Press. 1989) [ve rsió n hipergeome tría ). La pri mera, iniciada e n el siglo XIX por Gauss)'
caste llana: Plflcerllisrw{)' cine /wrmtillo. Episteme . Val e ncia. 1994]. Lobach e"ski , y d esarrollada por Riemann, es una geometría d e
5. Mi che l Fo ucault , DiscilJlill e al/(/ Punislt, Londres. Pe nguin , 1977 superfi cies curvas -espacios que so n ilimitados}' sin embargo
[ve rsión cas te llana: V;gilll1' )' castiga,.: l/acimiellto de {a prisión. Siglo finitos- ; la segunda, desa rrollada ta mbi é n en el siglo X I X , es la
XX I de Espa lia. Madrid , 2000). geometría del ~ hiperespac i oH -un espacio hipOlético d e más de
6. F. M. Cornford, I'/rllos Cosmology, Harco url, Brace, Nueva York tres dim e nsiones-o La idea de una c ua rta dime nsión como un
1937. hech o lileral obtuvo mucha /Jo/JUlllIidad desde fi nllles del siglo XiX J
7. Mic hel Foucau lt , "OfOlh er Spaces", Diao1rics 16, n". 1. hasta los mios 1930), ejerció 111111 cOllsiderable influencia sobre los /"1I11e-
8. Esta o bservació n está in spirada en e l e nsayo de Pan ofsky, - Die ros movimielltos 11/Oílemos en pintllm, especialmente en sus formula-
Perspe ktive a ls 'symbolisc he FOnll"', texlO poco popular hoy e n ciones ¡mis místicas (la cuarta. dimensió n como "realidad superior"
día . Pa ra un l-eSUlllen de los debates. véase 5.'lmllel \~ Edgenon , -por ejem plo, en e l leosofismo de Kandinski )' Mo nd ¡ian-) . M.is
Jr., Tlle Rellaiss(fllce Rn lisrOl'I'I)' o/ Lillear PerslJectivl', Harper & Row, a llá de los a ilos 1920, no obsta.nte, después de la popularización
Nueva York 1976, pp. 153}' siguie llles. de las id eas de Ein ste in y Minkowski, la idea de una cuarta dim e n-
9. Sa n Agu stín (SI. AlIgusline] , DI' Onlille, cap. 15. 42. en A_ sió n del espacio fue reemplazada en gran parte por la idea de un
Hofs[a(ller y R. Kuhn s, Ph iloso/Jhies 01 A ,.r lllld &lIIlt)l, Uni"e rs ity of continuulll espacio te mpora l cuatddimensional --con e l tiempo
Chicago Press. Ch icago, 1976, p . 180. como la cuarta dim e nsión-oVé ase Linda Dalrymple He nderson ,
10. -El espacio absolu to en su propia natura leza. sin relac ió n con '11Ie Fou rth Dimells;o1/ ami Non-Euclidea/I Geomel1)' in Ñl odern Art,
nada externo, perma nece sie mpre simi lar e inamovi bl e. El espa- Prince ton UniversilY Press, Prin celOn , New J e rse), 1983.

96 97
14. Dziga Vertov, "Film DireclOrs, A Revolution ", en Srreen Reader /, 16. Paul Virilio, L'tspace Oiliqlle, Ch ristia n Bourgeois, Pal"Ís, 1984.
Society for Edu ca tion in Film and Tele\~s i on , Lo ndres, 1977, 17. Paul Virilio, Speed and Politics, Semiotext (e) , Nueva York , 1986.
p.286. 18. David Bolte r, Tuáng's Man, Un iversity of Nonh Carolina Press,
15. En este punto, la necesaria simpli cidad de mi resume n corre el Chapel HiII, 1984, p. 98 [versión castellana: ElI/.OlIIbrede Tnáng. La
riesgo de no hacer justicia a VerlOv. El énfasis industrial4materia4 cultura occidental en la era de la computación, Fondo de Cu ltura
lista de algunas corri entes del formalismo ruso se reafirmó frente Económ ica, México , 1988}.
a l misticismo que había impregnado el prime r arte futUlista ruso , 19. Cuy Debord, Societ)' of tlle Speetade, BIack & Red , Detroi t, 1983,
procedente principalmente de la filosofía de P. D. Ouspenski. En párrafo 167. [versión castell ana: La sociedad del esperlriwlo, Pre 4
Tertium. Olganum ( 19 11 ) , Ouspenski identifica la "cuarta dimen4 TexlOs, Vale ncia, 1999, pp. 143--144].
sión " (véase nota 11 anterior) como la correspo ndiente a los "nou 4 20. J acque lin e Rose, "The lmagin ary", e n Sexualit), in tite Field ofViJion,
mena" kantianos y asigna al artista la función de revelar ese Verso, Londres, 1986.
mundo "supe rior" , "más a ll á" de los fenómenos. Cua ndo, en 191 3, 2 1. J acqu es Lacan, Le Séminaire, Livre /. Les éClits lechniqlles de Freud,
el futurista ~a tiu s hin tradl~o extrdc tos del texlO Du Cubism de París, Seuil, 1975, p. 9 [versión castellana: Los escritos técnicos de
Gleizes y Metzinger (19 12) para la publicación Un ión de la Freud, 1953 }954, Ediciones Paidós Ibé rica, Barcelona, 1981}.
4

j uventud, los acompailó con pas;:yes de ]i>rtium. 0lgauum. El mismo 22. También debemos tener en cue nta , por cieno, que la propia
ailo , Maiakovski publ icó ;'El 'ane nuevo ' y la 'cua rta dimensión" , Mulvey ha denunciado co ntinuamente el ge nera li zado intento
donde rebate la noción de una realidad superior, inmaterial, con de conge lar su a rgume nto en evolución -un argu me nlO qu e
la afirmación de que la "cuarta dimensión" es simp le mente la del debe rastrearse a través de su realización cin e matográfi ca, tanto
tiempo: ''En cada o bje to trid im e nsional existe la posibilidad de como a través de su escritura- en aquel CQ lHexto particu lar
innume rables posiciones e n e l espacio. Pero para percibir esta ( 1975).
serie de posiciones fld infinifu.11/ e l artista puede aj ustarse solame n 4 23. Rose, <OThe Imagi nal1''', p. 182.
te a los di versos momentos del tiempo (por ejemplo, rodear un 24. Ibid. , p. 171.
objelO o po ne rlo en movimiento)"; citad o e n Cha rl otte Douglas, 25. Jacques Laca n , Tite Four Fllndamental Concepls of Ps)"Cho-Allal)'sis,
SwaTls ofOther Worlds: Km.imir Ma/evie/¡ amilhe Oágills of Abstraclion Londres, Hoganh , 1977, p. 56 [yersión castellana: Cualro concefJ4
in RlIssifl, UM I Research Press, An n Arbor, 1980, p. 3 1. Las obser4 tos fundamentales del psiro(J)J(ilisis, Barral Edito res, Barcelona,
"aciones d e Maiakovski describen adecuadamente el programa del 1977].
cubismo francés (que, e n la termi nol ogia actual, diríamos que 26. Después de esc ribir este texto he conocido las siguientes no tas de
"hace ail icos el objeto" más que deconstruir la dicolOm ía slÜ e to- freud: "El espac io puede se r la proyección de la prolongación del
objeto ). Además, sus observacio nes coinciden con el posterior apard to psíquico. Nin guna otra derivación es probable en lugar
pe nsami ento de Eisenstein: ~ la cuarL."l d im e nsió n (tiempo ailadido de los determinan tes a pli01i de Kam de nuestro aparato psíquico.
a las tres dime nsiones)". Véase "The Filmic Fourth Dime nsion H
La psique se prolonga; no sabe nada sobre ello". Véase 17/e
( 1929), en J. Leyda (ed.), Film Form: Essays on Film nl(01)', Standard EdiÚon of tlle Complete Psyrhological Works oISigmund Freud,
Harcoun, Brace, Nueva Yo rk, 1949, p. 69 [versión caste llan a: La Lo ndres, Hoga rth , 195541974, vol. 23, p. 300.
f017lw del cine, 2 ~ ed., Siglo XX I, Madrid , 1990]. Las "caplichosas 27. Freud, "'A Ch ild Is Being Beaten ': A Contribution to the Study
travesu ras con la cáma ra" de Veno\' (Eisen stein) , por otra parte, a of the Origin of Sex ua l Perve rsions", in Standard Editioll, voL 17,
me nudo parecen apuntar fuera d e tal adaptación d e ideas de la pp. 1754204 [versión castellan a: "Pegan a un niiio. Aportación al
"geome tría n-dimensional", y hacia los espacios '"envolventes" de la co nocimi ento de la génesis de las perversiones sexuales", Obras
geome tría no eucl idiana. (La información incluida en esta nota coml)lf'tns, t. 7, Biblioteca Nueva , J\hdrid , 1997].
procede de Henderson, 17le Fourlh Dimension.). 28. Rose, ''rhe Im agin ary", p . 210.

98 99
M
29. J ea n-Pa ul Sa ru-e, Being an d lYotlúngness, Was hin gto n Square Press, refirió a la abyecció n cum o MeJ grado ce ro dc la espacia li7-<lció n •
Nueva Yo rk , 1966, pp. 369- 370. [versió n caste ll ana. El ser)' la )' a iiadió: "La ab)'ección es a la geom e tría lo q ue la e nt onación es
nada, Alianza Editorial, Madrid, 1989]. al habh, ".
30. El a rtículo de Latml Mulyey es claro e n su insiste ncia e n el aspec- -1-0. Ju lia Krisle\'a. /.a rh lolllliol1 du Irlllgage pohiqUl', Édilions d u Se ui l.
to narcisista, id e nüfíca to rio , de la mi rada (véase sección 11. B). No París , 1974, p . 453.
o bstante, en este artículo , la idenüficac ió n es vista excepci ona l- 41 . Juli a K,-istna, POIlTloirs tlf l'I/Orrem; Éd iti o ns du Seuil. París, 1980,
me n te como "la de l espectador fascin ado con la image n de su p. 92 [ve rsió n castc ll an;:l: Poderl's de 1(( /Jt'nl(" ~' ió1/, Siglo XX I.
semejante ( ... ) a u<Lvés del que puede obte ne r control )' posesión ~I éx i co , 1988].
d e la ml~er e n el inte l-ior de la d iégesis"; véase Mul vey, ~ V i s ua l 42. Ibid., p. 93.
Pl easu re ami Narra li ve Cinema", ¡bid., p. 13. 43. Agradezco a Francc lle Pacteau haberm c mostrado es te pa ~¡~j c.
3 1. Maul-ice Me rl ea u-Po lll)', 11u> Visible anll tite Invisible, Evanston , 44. Pl o tinll s, ¡':lIl1l'fld l. octavo t ra ta d o. " Bea uty", c il.'ldo e n A.
Northweste rn Universi ty Press, 1968, p. 139. [ve rsió n caste llan a: Hof:'ita cl te r y R. Kuhn s. Philoso/)h il's o/ Arl ((1/(/ I1l'(lIIt)', Chicagu ,
Lo visiblf)' lo ill uisiblf. Se ix Ba rra l, Ba rcelona, 1970 ]. Uni ve rsit)' uf Chi cago Prcss, 1964 , p. 1:">2 [vcrs ió n castc ll a na:
32. Ouo Fenic he l, ~ Th e Scopwphilic Inst.in ct a nd Id e lllifi caüo n ", e n Pl o tin o. I:'lIfat!aJ, Ed itorial Gredos, .\'ladri d. 1996].
Han na Fe ni che l )' David Ra papon (eds .), "fhe Collfrtfd Pa/m-s o/ -1 5. Anth o n)' Shaftesbur)', "The .\'ioralists", part e 3, sección 2, e n
0110 Fpnirllel, /Jlil1lPra snie, Nonon , Nueva York, 1953, p. 375. Hofstadtcr r Kuhn s, PhilosophÚ's 01 Arl al/(/ !JMul)', pp. 245-246.
33. Ibid. , p. 37i . -16. J ulia K,-iste"a, Soll'il no;": Drpression el mNallrolif, Ga llimard. París,
34. Se ha plan LCado q ue e l propósi to de este ex perime n to era d emos- 1987 . pp. 107 )' sigui c ntcs {ve rsión castellana: Soll1l'gnJ: dl'/JlPsiólI J
tra r que e l pun to de fuga te nía una dista ncia "d e trás" del pla no mf!tlllrolía, Mo ntc Á"ila Edito res, Ca racas, 1997].
de la im agen igua l a la distancia de l pu m a de vista e nfrem e de l '17. Kla lls Thcwel e il. Malr F,II//(fsifs, L.: ni\'e rsi lY of .\'Iin ncsotil Prcss,
mismo p la no. Un poco d e "reflexió n" reve lará que la espectado- .\·linneapolis. 1987.
ra de l pane l de Bmne llesc hi se enco lllraba , e n efecto. ~ m ir<i ndo­ -1 8. Sartre. !Jriug (/lid .\'olhillgness. p . 343 [ve rsi ó n caste llana: 1':1 SI' ,. )' /0
se a sí misma" desd e el "otro" edificio que es taba mira ndo. nada. Alianza Editorial. .\lad rid , 1989].
35. A. Ma ne tli , e n Ela na Tosca (e d .), ViltI di Fili/J/JO di Sfr Bnmellesco, 49. Jul ia Kristn<l, ""'m nc n 's Tim e-. e n To ril Mo i (eel.). TlII' I\riSI('1/{/
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and Heúirlh o/ Pielorial Spaee, Fabe r, Lo nd res, 1972, p . 11 6 [versión
caste ll ana: Nari miento y renacimiento dpl f,sjmóo pietóliro, Alia nza
Ed iLOri al, Madrid , 1994 ] .
36. Sa ra h Kofman , Camera obswm de l'ir/iologie, Ga lil ée, París, 19n
[ve rsió n caste lla na: Cámara oscura de ¡ti ideología, Tall e r d e edi cio-
nes J osefin a Beta nco r, Madrid , 1975] .
37. Cath erin e C1 é me lll. 71le Lives and u gnuls o/ jacqllf,s La(ll ll,
Co lu mbi a Unive rsity Press, Nueva York , 1973, p . 160 (versió n cas-
te ll a na: \lidas J' leyendas de j acqllPs Laran, Anagnlma , Barce lo na ,
1982].
38. Ibid., p. 16 1.
39. En respuesta a este texLO (en un a con fe rencia e n la Un iversidad
d e Wa rwick, mayo d e 1987L .1ulia Kri steva afi rm ó que a quí prefe-
riría "m.ls ca ulame llle" la palabl<L precondición antes que oligen; se

100 10 1
Encuentros casuales (1990)

Todos somos psicóticos más o menos cUlados


Octave Manoni '

Transcurridos aproximada mente dos tercios de su libro Nadja,


André Breto n d esc ribe su encuentro con Nadj a en un resta u·
rante. El torpe comportamiento d e un camare ro la lleva a COIl-
tar una anécdota sobre una conversación mantenida horas
antes con un re\~ sor en una estación de metro. Con una moneda
nueva d e dos francos, Nadj a pregunta al ho mbre que perfora
su billete: "¿Cara o cruz?" A lo que e l hombre responde:
"Cruz", y añade, lal vez indicando un a vocación psicoanalista:
"Usted ha preguntado. seilorita, si verá a su a migo en seguida".
Nad ie supondría que Nadja hubiera entrado en e l metro para
nada, pe ro, [al corno el revisor d e billetes ha imaginado, ella
no es necesaJ;ame nte co nsciente de lo que es pera encontra r
allí. Hay en la ciudad cosas más importan tes para nuesu"a coti·
dianeidad que aqu ello que tiene n en cuenta los urbanistas.

Freud d ecía que cuand o se ponía e l sombrero y salía a la calle


d ejaba de se r psicoanalista. Al menos en un a ocasió n demos·
tró que es posible que los analistas no sean más hábiles que el
resto de nosotros a la hora de conocer sus propias motivacio-
nes cuando recorren la ciudad; escl;be Freud:

~Cierto día , al recorrer en un a cálida tarde de vera no las call es


desintas }' desco nocidas de una p cqu cii a ci udad italiana, vin e a
dar co n un barrio sobre cuyo carácte r no pude dudar mucho ti em·
po, pues asomadas a las ventanas de las pequelias casas sólo se
veían mt~nes p intarrajeadas, de modo que me apresuré a aban·
donar la callejuela tomando por el Plimer atajo. Pero después de
haber errado sin guía durallle algún ralO, me e ncontré de pronto

103

...
e n la mism .., calle, don d e )'a come nzaba a ll a mar la menci ón: mi de nue\'o hacia la fi guració n oníri ca", ~ Cert ea u identifica a con-
a presurada retirada só lo co nlle\'ó qu e, después de un nuc\'o rodeo, tinuac ión "tres fun ciones dife renciadas (pe ro relacionadas ) de
,'oh'ie ra a llí po r te rce r<l \'ez, i\ las e ntonces se apoderó de mí un se n· las relaciones entre prácti cas espaciales y significantes (. ,, ) Lo
ti mient.o que podría cal ifi ca r de siniestro. y só lo me alegré cuando, creíble, lo memorable y lo IJrimilivo. Designan aquello que "autori-
re nun cia ndo a mis ex p loraciones, vo lví a en co nt l<l.r la p laza de la za" (o que hace posible o creíble) las apropiaciones espaciales,
c ual había partido ~. ~ aquello que se re pite e n ellas (o q ue es recordado e n ellas)
desde una memoria sil enciosa y apartada, y aquello que se
Segllll su propia descripció n , la ig nora ncia de Freud con res- estructura e n ellas y sigue estando marcado por un origen in-
peClo a sus mayo res mOlivos para vo lve r a aque lla calle , moti- fa ntil (i nfa ns) " ." Entie ndo que la palabra cH?Íblr desig n a aquí las
vos que para él eran "ciegamente obvios" , no e ra com panida condicio nes materiales-fácticas que proporcionan la ocasión , el
po r quien es hab itaban aquella calle. Fre ud no aciena a ve r lo pretexto o el disfraz para lo qu e de o tro modo serían construc-
que tiene "delant.e d e las narices" porque tie ne las nari ces hun- ciones de realidad ilegítimas, "merame nte subjetivas", En cua n-
didas en su !)!tUl , su objetivo conscie nte y el esqu ema qu e le lle- to a lo "memorable", e l co me nta ri o de Freud so bre lo siniestro
\'ará hasta a ll í. Ha o lvidado te mpo ra lme nte lo que é l mismo es solamente un caso es pecial de su observació n más ge neral
nos ha enseliado: sie mpre existe otra cara ele este mapa, "otro según la cual aquello qu e llega has ta nosotros desde el exterior
lugar" en esl..:1. topografía. es a me nudo el re torno ele lo que nosotros mismos hemos pues-
to allí - algo extraído de un de pósito de rec ue rdos o fantasías
En su li bro La j,ráctica de la vida cotidiana, e n el ca pítulo tiLUla- suprimidas o reprim idas- , Todo esto resul ta bastante fam il iar:
do "Paseando po r la ciudad", Michel de Ceneau ina ugu ra un a es el ültimo té rm ino de la trilogía de "relacio nes en tre prácti-
t.opología dual de l es pacio urbano. Apa rece p rimero lo que él cas espaciales )' sign ificantes" de Ceneau -I o "primitivo", aque-
d enom ina la "ciudad conce pto", "fundada por el discurso utó- llo qu e está "ma rcado po r un o rigen in-fanti l (infans)"- , lo
pico y urbanísti co", cuya primera <lClÍ\'idad debe se r "la pro- que requiere una clarificación que Certeau no proporciona,
du cción de su espacio j'IDjlio [un esjJace jJropre]", Ceneau come n- Certeau concluye su e nsayo sobre el "paseo por la ciudad " con
ta: "La organización racional debe así reprimir todas las las siguientes palabras: " La experiencia de la infancia qu e
contam inaciones fTsicas, mentales y po líticas q ue puedan com- de termina las prácticas espaciales desarrolla más adela nte sus
prome te rl a",:i No o bstante: " D eb~o de los disc ursos que ideo- e fectos, prolifera, in vade espacios privados y públicos, des hace
logizan la ciudad proli feran los a rdides )' las combin acion es sus superfi cies legibles y crea en el seno de la ciudad plan ifi ca-
de poderes carentes de un a identidad legible; sin puntos do nde da una ciudad ' metafórica ' o mó,'il, como aqu ella sOliada por
agarra rse a ell os, sin transpa re ncia rac io nal , so n pues imposi- Kand in ski: ' un a gran ci udad construida de ac ue rdo con todas
bles de ad ministrar", "No hay una ide ntidad legible" , esc ribe las normas de la arquitecmra, y luego repe ntinamente zaran-
Ce rtea u, pero aun así sig ue adelante para ina ugurar una lectu- deada por una fu erza que desafía todo cálculo"," No ailade
ra del paseo por la ciudad, realizada además desde el punto de nada más sobre el as unto, pero ¿qué SOI1 esos "determinantes
vista de la lingüístic.a. Des pués de un comentario sob re los des- infantiles- de nuestras experi e ncias y prácti cas en la ciudad y
plazamientos peatona les desde el punto de ,'ista de la retóri ca los de ella misma?
clásica, Ceneau ad\'ie n e - e n conso nancia con escritores como
Ém ile Belweniste yJ acq ues Lacan- qu e ta les metáforas cantc- Al refe rirse a ciertos ejemplos de la expe ri e ncia de lo siniestro,
t.e ri zan un "orden simbóli co del in consciente", Obse rva: Freud escribe: "Consisten ( .. ,) e n un retorno a de terminadas
"Desde este punto de vista, t.ras haber comparado los procesos fases de la evolución de l se ntimiento yo ico , e n una regresión a
peatonales con formaciones lingüísti cas, podemos d esplaza rl os la época en qu e el )'0 aú n no se había demarcado netamente

104 105
frente al mu ndo ex terio r y al prójimo".; El espacio de este tiem- la. Tambié n puede n darse ocasiones e n las q ue nos sentimos
po, "primi tivo" para todos nosotros, fue posterio rm e nte traza- "vacíos po r de ntro". Como adultos, em p leamos esas m etá fo ras
d o con cierto detalle por Melan ie Kl e in, de quie n Lacan ha sin abando nar n uestro conocimie nto d e la fisio logía real. El
esc ri to: "Gracias a e lla conocemos a la fun ción de l reci nto pri- be bé no ti ene ese conocimie nto. La comprensió n primiti va
mOl'd ial imagina ri o constituido por la imago del cuerpo de la del bebé sobre su propio sentimie nto corporal es su ún ica rea-
mad re; g racias a ella dispo nemos de la cartografía, dib l~ ada lidad . Lo que nosotros llamamos "leche", el be bé (lo q ue noso-
por las pro pias mallos del niilo, de l imperio interi o r d e la tros lIamalllOs "el" be bé) puede expe rim entarl o, des pués de su
mad re, el atl as histórico de las divisio nes in testina les do nde las inges tió n , como un obje to be nevolente q ue e mana fe licidad .
imagos del pad re y de los h erm anos (reales o virtuales), do nde Este objeto está destinad o a desvanecerse. El hambre oc upará
la vo raz agresió n de l suj eto mism o, se disputan su pe rni cioso su lugar -una e ntidad malévola, que conlleva la d es trucción
d o minio sobre las regio nes sagradas [de la madre )".!< Se ha de l "objeto bueno" )' dolor-o En este ámbito primitivo, el
come n tado a m enudo qu e , al igual que Fre ud d esc ubri ó al "objeto" es la represe ntación fantasmá ti ca d e la fo rm a feno-
nili o e n el adul to, Kl ein encontró al bebé [e l infante] e n el me nológica d e la primera expe rie ncia d el bebé . En la d esc rip-
niilo; como es bien sabido , su "camino real" pa ra llegar a es te ción kl einia na, la realidad del bebé es un campo de batalla de y
desc ub rimie nto fu e el análisis de l juego. Kl ein escribi ó q ue ella po r esos o bjetos.
se aproximaba al juego de l nilio "de ma ne ra similar a la inte r-
pre tació n de los sueños en Freud". En su técnica terapéuti ca, La subsig ui e nte fo rm ació n d e un cuerpo-ego vincula nte, a lo
el j uego de l nili o asum e la misma fun ció n que las asociaciones cual con tribuye la m uy com entada "fase de l espejo", no po ne
verbales en el paciente adulto; e n coincide ncia con Freud, fin a los movi mientos de proyección , introyección e identifica-
K1 e in advie rte qu e "hem os d e considerar el uso de los símbo los ción descritos po r K1 e in; más bien son tra nspuestos a d istin tos
e n cada n ili o ( ... ) en re lac ió n con la situació n ge neral qu e se registros y amplia men te som etid os a re presió n . Sobre un
prese n ta e n el a nálisis; las m eras traduccio nes ge neralizadas de mundo ente ndido e n fun ción del cuerpo fan lasmáti co d e la
símbo los so n irrelevantes".!! Las interp retacio nes de KIe in no se madre, se impone un mundo cuyos rasgos sob resalien tes se
basaban simple me nte e n las manipulacio nes de l ni ño con sus proyectan desde el envo lto rio co rpó reo de l suj e to recién fo r-
juguetes, afectaban a la to talidad del te rre no de juego del niño mado. Sá ndo r Ferenczi ha o bservado:
-la sala d e consulta y su mobiliari o, e n cu yo interi o r e l niño
des plazaba su cuerpo de igual modo qu e despl egaba sus jugue- "E n algun a ocasió n se ha co mentado iró nicam en te, en contra del
tes- o K1 e in llegó a considerar la espacializació n de es te teatro psicoanálisis, que según esta doctrina el in co nsc ie nte ve un pene
d e juego como la exte riOl; zació n, "proyecció n", de un mundo en tod o o bj eto convexo}' un a vagina o un an o e n tod o o bj elO cón-
in te ri o r, un mundo de relaciones e ntre "objetos". Buena parte cavo. Creo qu e tal afirmación carac te l;7..a bie n los hechos. La
d e la obra de Kl e in se inte resa po r la descripción de o bjetos me nte d el n ili o (y la tendencia d el in consciente que d e ell a sobre-
inte rn os, ligados a los orígenes somáticos de la fa n tasía. 10 Todos vi\'c e n los adultos) se p reocu pa en un princi pio exclusivamente de
conocemos expresiones como tene r "un n udo e n la ga rga nta" su propio cuerpo, )' más tarde plincipahnenlc de satisfacer sus ins-
o "mariposas e n el estó mago" [se dice en inglés cuando se está Lin lOs, co n las pl acen te ras satisfaccio nes qu e el chupa r, el comer, el
m uy nervioso po r algo que se va a hace r]; ta mbié n estamos tocar las zonas ge nitales y las fun cion es de la exc reción le pmcu-
habituad os a o ír qu e e l hambre "te consum e" o qu e el mied o ran ; así p ues, qué tiene de eX lraiio que tamb ién su ate nción se
te "encoge e l corazón". En estos ej emplos d el le nguaje corrien- sienta alra ída ante todo por aquell os o bjetos)' procesos del mu ndo
te, las sensaciones corpo rales son ide ntificadas con e ntidades ex terior q ue , sobre la base de un a se mej an za siempre ta n distante,
reales, dotadas de acció n propia, ya sea be nevole n te o malévo- le rec uerdan sus más queridas expeli en cias (... ) De ah í surge n esas

106 107
co ncx iones ímimas. que pe rmanece n a lo largo de la vida, emre el pec ho; las supervive n cias inco nscie n tes d e este eSL:1do e n la
cuerpo hum ano }' el mu ndo o ~ ie Li \'o. que denominamos simbóliws. vida adul La pueden co n tribuir a la n e u rosis obsesiva. Freud
Por ulla pa n e, el niilo e n esta fase no ve e n cllllundo más que imá· escribe :
genes de su corporeidad, por Olra pa n e apren de a rep resema r por
medio de su cuerpo toda la mu ltiplicidad del mu ndo eX Lnior-. I ' ;'Esta expresió n 'omni pOle ncia de las ideas', la debo a un enfe rm o
mu)' in te lige me que padecía de re presentac iones obsesivas ( .. .)
Po r ej em plo, cua nd o 'jua nito" vio salir agua d e un a loco mo to- FOIj ó esta expresión pa ra explicar todos aquellos singulares e
ra, exclamó: ;'O h , mira, la lo comotora está hacie ndo pipí. inquieta ntes fenómenos que parecía n pe rseguirle,)' con él a todos
¿Dónde ti e n e su cosi/a?" , Fre ud co m pleLa la anécd o ta: "Pasado aquellos que sufl"Ían de su misma enfe rmedad. Bastábale pensar en
un ralO, a i1ad ió e n tono reflexivo: 'U n pe rro y un ca ballo ti e- un a perso na, para e ncontra rla en el aClO, como si la hubiera invo-
n e n cosilas; una mesa y un a silla n o ti e n e n' . H a bía compre n- cado. 11
d id o as í un rasgo ese nci al d e difere nciació n e n Lre o bje LOs a n i-
mad os e in a nimados·'.11 Tales distin cio nes, e n las qu e se basa e l O bsesivame n te, un p e rturbad o BreLOn está a to rm enLad o po r
mu ndo real -lo "n o rm al"- so n a prendid as, lo c ual qui ere sus pe nsa mientos sobre Nadj a. Siente d eses pe rad a me n te la
d eci r qu e es posible n o a pre n de rl as o a pre nd e rl as ma l. Antes necesidad d e verla, pero n o ti e n e cita co n e lla h asta e l día
d e ta les di stin cio nes, es pacia m ie n to, hay sola me n te ide ntifi ca- sig ui e nte. Sale e n taxi y "de pronto, a unqu e n o p o n go nin gu-
cio n es, fu sió n . Las metáfo ras espaciales aco mpaiia n n ecesaria- n a a te n ció n e n los tra nse L'l n tes, no sé qué fugaz ma nc ha , e n la
me nte a las me táfo ras de l "objew" q ue a b u nd an e n el le n gua- acera d e la izqui erda, a la e ntrada d e la calle Saint-Georges, me
j e co ti diano: p o r eje m p lo, pode mos se ntirn os "un o" co n otras hace golpea r casi maquin a lme nte e l cri stal. Es como si Nadj a
perso nas, esta r "de su lad o" en un a d isputa y preocupa rnos acaba ra d e p asar. Corro, a la ve ntura, e n un a d e las d ireccio nes
c ua ndo, a un q u e físiG:\ mente esté n ce rca d e n oso tros, parezca n que ha po dido to mar. Es e lla, e n efecto ( ... ) He aquí que la he
"d ist.a n tes" . Pa ul Sch ild e r ha o frecid o un a d escrip ció n esqu e- e n co ntrad o d os días co nsec utivos: es e vide nte que ella es tá a
mática de l con/inUUlII e ntre es pacio n o rm al y paLO lógico: mi m e rced". I ~

-Existe el espacio como he rencia filogcllética relaLivamente estab i- El es pacio normal infa n til d e la magia retrocede (""é rase una
li zada, que es la base de nuestras acciones y orientaciolles. Es el vez, h ace mu c ho ti e mpo, e n u n luga r Ilwy lej a n o") a med ida
espacio del ego de la pe rce pción. Vi"imos nuestras vidas perso nales qu e el ego d esa rrolla el nú cleo d e las p rime ras relaciones con
e n rel ació n con objetos de amor, e n nuestros conn ictos personales. los o bjetos - un p roceso precari o- o En su texto d e 1946,
y éste es el espacio menos sistemat izado. donde las re lacio nes cam- "Notas sobre algun os mecan ismos esqu izoides", K1 ein obse rva :
bia n. do nde las e mociones hacen que los objetos se acerquen o se "EI ego ca rece e n gra n pa rte d e co h esió n , y u na te nde n cia
alejen más. Cua ndo la vida emocio nal experimenta till a regresión h acia la integració n se alte rna co n un a te nde n cia hac ia la
excesiva, el ego-espacio de la percepción pierde cada vez más desintegración, un caerse e n ped azos". 16 Las "gri e tas e n la es-
im p0 rL3ncia. En este es pacio regresivo, las idclllificaciones }' las tru ctura" que p u ed e n produ cirse pued e n d esemboca r e n sub-
proyecciones cambian cOlltinuamcme el espacio)' Sil va lor. Este es sigui e ntes c risis d e d e limitació n d e los límites eg% bj e to, a la
el espacio "id" [ello) , que encuenLra una expl-esión mur ex tre ma en "psicosis". Tal como lo ex presa Edi th J acobson , las pl-imeras
las experiencias esquizofrénicas. Es el espacio de la magia"," ide ntificacion es de los o bjetos se basan "en m ecanismos primi-
tivos d e in lroyecció n o p royecció n qu e se corresp o n de n co n
El esp acio d e la mag ia: se supo n e aqu el que e n la ex p e rien cia fusiones d e imágenes d e lin o mismo y d e los o bj e tos qu e n o ti e-
te mpra na del be bé es co n10 si se evocara la existe n cia d el n e n e n cue n ta las dife re ncias real istas e n tre u no m ismo y el

108 109
objeto. Encontrará expresión en las fantasías ilusorias del niño indiferencia in te ncionadamente irónica d e estos dos poe tas
consistentes en formar parte del objeto o poder convertirse en con formación psiquiátrica con respecto a los refinamientos
el objeto por el hecho de fingir que lo es o comportarse como de diagn ósti co de su anterior profesión. No obstante, podría n
si lo fuera . Temporales y reversibles en los niil0s peque lios. habe r reservado su aprobación más coherentemente para las
tales ideas pueden transfomlarse en los psicóticos en convic- psicosis que para las neurosis.:!t Según Lacan . e n un texto
ciones obsesivas o alucinatorias"Y Jea n Laplanche y Jean- publicado en otra publicación surrealista, Nlinotaure, los d eli-
Bertrand Pontalis escriben : "Fundamentalmente, e l psicoanáli- rios paranoicos "no requieren interpretación d e ningún tipo
sis considera que el denominador común d e las psicosis para ex presar en excl usiva por medio de sus temas, y maravi-
consiste e n una perturbación primaria de la rel ació n libidinal llosamente bien , estos complejos instintivos y sociales que el
con la realidad; la mayoría de los síntomas manifiestos. y e n psicoan álisis sacó a la luz con mayor dificultad en los neuró ti-
panicular las construcciones alucinatorias, so n por consiguien- cos. No es me nos notable que las reacciones asesinas de estos
te tratadas como intentos secundarios de restaurar los vínculos pacientes e meljan muy a menudo en un punto neurálgico de
con los objetos". ll1 En las psicosis, los mundos interior y exte ri or las tensiones sociales de las que son !üstóricamente contem-
se diferencian poco o no se diferencian en absoluto; por ejem- poráneos ". ~~ La historia proporcionaría muy pronto a Lacan
plo. mientras e n la vida "normal" podemos e ncontrarnos con un caso ejemplar de semejante violencia, [de modo qu e ] el
una persona A que "nos recuerda" a una perso na B, el pacie n- siguiente estudio suyo sobre la paranoia estaba dedi cad o al
te esquizofré nico puede simplemente reemplaza r a una por "Crimen de las herma nas Papin ". Léa y Christine Papin era n
otra; o bien , también . puede vivir las representaciones internas unas criadas do mésticas que durante seis ailos, según palabras
de la "fantasía" como representaciones reales de la realidad de Paul Éluard y Be njamin Péret, "soportaro n, con la más per-
externa. 19 Debemos recordar que el psicoa nálisis insiste siste- fecta sumisión, órdenes, exigencias, insultos", hasta el día en
máticamente en que no existen fronteras físi cas e ntre las reali- que "literalme nte masac ra ron a sus señores, les arrancaron los
dades "normales" y patológicas. La precondició n de lo patoló- ojos y aplastaron sus cabezas". ~'b Aproximadamente en la
gico está en la experiencia inicial "'normal"; en este sentido se misma época e n que los sobrecogidos comentarios de Éluard
puede entender la obsen'ación de Mannoni de qu e "todos y Péret aparecían e n Le surréalis1lle au service de la 'révoltllion, los
somos psicó ti cos más o menos curados" ~'O - a lo cual podemos surrealistas habían publicado un panfleto en apoyo de la parri-
añadir que nunca existe nada más que este "más o me nos"- . cida Violette Noziere . Mucho antes, el número inaugural de
La 1'évolution surréaliste había incluido un a foto policial de la
A las "psicosis" pertenecen esas formas de trastorno mental que anarquista Germaine Berton rodeada de retratos fotográficos
e l lenguaje cotidiano denomina "locura". Hacia el fin al de de todo el grupo surrealista (una guardia de hon o r a la qu e se
Nadja, Breton escribe: "Hace algunos meses me dijeron que a liadió. pa ra la ocasión, una faLO de Freud). Berton había ase-
Nadja es taba loca ( ... ) tuvo que ser internada e n el rnani comio sinado al mo nárquico Marius Plateau , directo r de la revista de
d e Vaucluse".\!l El prime r fragmento publicado de Nadja apare- extrema derecha L 'aetion fmn (.aise. Las fOLOS reunidas van
ció en el penúltimo número de La réuolu lion surréaliste. En este acompaliadas por un fragmento de Baudelaire: " La mujer es el
mismo número. en un artículo ilustrado con las fotografías de ser qu e mayo r sombra o mayor luz arroja sobre nuestros sue-
"Augustin e" de Paul Régnard tomadas de IconogmPhie phot<r ños". El sue lio es el de la revolución violenta. Éluard y Péret se
graphique de la SaIPitriére," Breton y Louis Aragon celebran "El habían referido alodio de las hermanas Papin , '·ese mismo
50 aniversario de la histeria", que consideran que es "el mayo r licor dulce que consuela en secreto porque promete, tarde o
descubrimiento poético de fin ales del siglo XIX " y "en todos los tempran o, a iiadir la fuerza física a su \~0Ienci a". 27 Todas es tas
sentidos ( .. . ) un medio supremo de expresión".:!j Es evidente la mujeres --clínicame nte para noicas o no-- eran vistas como el

110 111
ejemplo de la producción de violencia legítima en tres "puntos d e las d eclaracio nes de sus pacientes: "No estoy seguro de si
ne urálgi cos" ese nciales de tensión social: en el caso de Noziere, esta habitació n es una o más"; "no se puede salir de esta casa,
la famil ia; e n el caso de las hermanas Papin, el lugar de traba· no existe otro mundo"; "no sé dónde esto)'. Tengo la sensación
jo; }1 en el caso de Berto n , la política. de estar en e l espacio entre medias. Eso me asusta" .~ I Es como
si Nadj a estu viera en la calle para encontrar esos objetos dis-
La descripció n que Breton hace de su primer enc ue ntro pea- persos qu e e lla no puede abarcar cuando está sola -una blls·
tonal con Nadja indica de forma precisa lo que a ndaba bus- queda ansiosa-o Breto n esc ribe: "Hay all í, a la derecha, da ndo
cando: a una za nja, una ve ntana baja de la que no puede apartar los
ojos. Es de la n te de esta ventana de as pecto condenado donde
"El 4 de octubre ültimo, al fin al de una de esas [ardes co mpl eta- es absolutamente necesario esperar, ella lo sabe. De allí puede
mente ociosas y tristes , cuyo secreto de saber pasarlas yo tengo , me ve nir todo. Es allí donde todo com ienza. Se agarra a la reja con
encontraba en la ca ll e Lafayene. Después de habe rm e d ete ni do ambas manos para qu e no la arrastre conm i go"; 3~ o más ad e-
un os minu tos ante el escaparate de la li brería de L'Hullwnité y lante: "Nadja se alarma ante un a fra nja de mosaico que va de l
haber com prado la última obra de Trotski , seguí an dando en direc- mostrador al suelo y hemos de salir casi e n seguida". ~\ Laca n
ció n a la Ópera. L'ls oficinas y talleres empezaban a vac iarse, De obse rva: "El campo perce ptivo [de l slljeto paran oide] está mar-
arriba abajo de las casas se cerraban puertas, algun as pe rsonas se cado por una inmanente e inminen te 'significació n perso-
estrec haban la man o en las acerdS, que empezaban a bull ir d e ani- nal ".'~ Bre to n re fl exiona: "Tal \"ez la vida necesita ser descifrada
mación. Si n que rerlo , obseryo yo los mstms, los atavíos ridículos, el como un criptogra ma". Aragon , en su propio libro sobre las
modo d e andar d e la ge nte. Vaya -pensaba- , no eran ésos los q ue calles de la ciudad, El campesino de POIis, escribe:
esta lían dispuestos a hacer la Revolución. Aca baba de cruza r una
p laza cuyo no mbre he olvidado o ignom, allí, delante de un a igle- -Allí d onde se ejerce n las acti,idades más ambiguas del \'i\'ir, lo ina-
sia. De repeme , cuando ella se encontraba a unos di ez pasos de dis- nim ado puede ca pta r a \'eces un reflejo de sus más secretos moti-
tancia d e mí, andando en dirección in versa a la mía, la veo, a \'os: nuestras ci udades están así pob ladas d e esfin ges no reconoci-
ul1ajoven . muy pobremente vestida (... ) " .2li das, que no inte rrumpirán al meditativo paseante para plantearle
preguntas 1ll0J'la les. Pe ro , si e n su sabiduría pued e adivinarlas,
Nadj a, pa ra Bre to n -durante un tiempo- será el lugar de la d ~ j e m os que sea él quien las plantee , }' aun así se nin sus pro pias
Lransfonnación de la vida cotidiana, como si la revo lución profund idades las que , gracias a esos monstruos sin ros tro , una vez
social ausente e n la Francia d e 1928 pudie ra representarse en más é l so nd e ará '·. ~
el escenario de la sex ualidad. Breto n sale en busca de un deto-
nante, Nadja buscaba un contenedor. Breton celeb ra el afir· Lo qu e nos resu lta más fam iliar de aque llo a lo que alude
ma uvo "ser en el mundo" d e la Nadj a que "sólo gustaba d e Aragon es tratado por Freud en textos como "Lo sinies tro" o su
estar e n la calle, único campo de experiencia vá lido para escrito sobre la/a usse reconna;ssance [el fal so reconocirni ento] .
ella".29 Pe ro adja parece tener escaso se ntido de su propia Fun dame nta lme nte, "u-átase e n este caso de la represión efec-
existencia independie nte sin esas calles yesos e ncue ntros que tiva de un conte nido psíquico y del retorno de lo re primido",36
ofrecían. Breton escribe : "Nadja emplea una nueva imagen que adicionalme nte puede implicar "el despla7..a.mie nto de la
para hacerme comprender cómo vive: es como cuando, por la identidad desd e e l e lemento realmente común hasta la loca li·
ma liana, se baña y su cuerpo se aleja, mie ntras ella mira fIja- dad" Y Bre to n no se da cue nta de la enfermedad de Nadja por-
m ente la supe rfi cie del agua. 'Soy el pensamiento que nota en que está absolutamen te concent.rado en lo q ue el surrealismo
el balio, en el cuarto sin espejos".30 Schilder mencio na algunas celebra en esos mo mentos - el encuentro con lo enigmático

11 2 11 3
en lo cotidiano-. No obstante, el afecto que acompaii.a al la pelota y de lo que pued en exactamente ser presa Solange y
encuentro d e Nadj a con lo enigmático es cualitativa y cuanti- su amiga ( ... ) Es lo que principalmente sigue confundiéndo-
tativamente distinto d e l que se produce en el encuentro co n lo me".39 Breton prosigue inmediatamente su relato de Les détra-
"siniestro" (siendo el equivalente francés d e "siniestro" la quées con una d escripción parcial de un sueño que incluye "la
expresión l'inquiétante élrangeté [la inquietan te extrañeza]) [El evocación de ciertos episodios de Les détmquées" y que Breton
inglés uncann)' -eq-uivalente al "siniestro" en la traducción espa- consideraba "notable" en cuanto que "sólo acusaba el lado
ii.ola del ensayo de Freud-, suele traducirse también en caste- penoso, re pugnante, incluso atroz, de las consideraciones a las
llano como "inquietante" o "extrailo"] . Nadja vive la expe- que me había entregado" (en el sueiio aparece una criatura
riencia d e un mundo en el que los dos términos del símil de parecida a un insecto que intenta ahogar a Breton, quien expe-
Breton se funden e n un a identidad -para ella, la vida es un rime nta "un asco inexpresable"). Es también en el espacio de
criptograma-o Precisamente en esto es en lo que su relación estas páginas sobre sus visitas al teatro donde Bre ton confiesa:
con las calles es "infantil ". "Siempre he deseado increíblemente encontrar de noche, en
un bosq ue, a una he rmosa mujer desnuda, o mejor dicho, no
Laplanche ha identificado el inici al e ineludible encuentro d el significando ya nada tal d eseo una vez ex presado, lame nto
sujeto con la "seducción primordial", d efini ción que da a "esa increíblemente no haberla encontrado". Seguidamente re-
situación fundam ental en la que el adulto prese nta al niño sig- cuerda la ocasión e n la que "en las galerías qu e se encuentran
nificantes, lo mismo no ve rbal es que verbales, e incluso d e con- junto al Electric Palace, una ml~er desnuda ( ... ) iba de una
ducta, impregnados de significaciones sex uales inconscien- hilera a otra, muy blanca" -un hecho que admite que "estaba
te s". ~ Son éstos los que Laplan che llama "significa ntes lejos de ser extraordinario", dado que "ese rincó n del Electri c
enigmáticos": el niii.o sien te que tales significantes están dirigi- era un lugar de libertinaj e carente de interés".w Sospec ho que
dos a él o ella, pero carece d e medios para comprender su sig- estas escenas se vuelven a representar, se transcriben y se sim-
nificado; sus intentos de controlar el enigma, en la simboliza- bolizan unas a otras, se co ntienen unas a otras ---de igual modo
ción, provocan ansiedad y dejan residuos inconscientes. Este que el Th éa tre Moderne está contenido como escena dentro
extrañ amie nto e n la relación libidinal con el objeto es una con- del espacio teatral de Nadja, que es un laberinto de fachadas-o
dició n ineludible de la entrada en el mundo adulto, y es previ- Para Nadja, Breton e ncargó fotografías de aquello que de otro
sible encontrar su rastro en toda posterior relación co n el obje- modo se habría sentido obligad o a d escribir. Imágenes de luga-
lO, incluso la más "normal ". Transcurrida aproximadamente res y cosas, incluidos los dibujos que Nadja hi zo para Breton ,
una cuarta pa rte de Nadja, Breton dedi ca u nas di ez pág inas y se d espliega n a lo largo del libro como otros tantos telones
cuatro fotografías a sus visitas ocasionales al teatro: al Théatre decorados, que suben y bajan en tre las escenas al pasar una
Moderne, co n su bar como "una sala e n el fondo de un lago"; página -o como otros tantos "decorados planos" teatrales-o
y al Théatre des Deux Masques, donde presencia una pieza de Podemos recordar que uno d e los orígenes d e la perspecti-
"Grand Guigno l", Les détraquées [Las trastornadas], "que es y va se encuentra en el arte d e la escenografía. La ciudad de Bre-
será largo tiempo la única obra dramática C.. ) de la que qui e- ton es un escenario para el encuentro con lo maravilloso e n
ro acordarme". La trama de L es détmquées, en el resumen de lo cotidiano. Breton es actor-director y director general. En
cuatro páginas de Breton , parece referirse al encuentro de un este escenario se invoca n radiantes ilusiones, pero se imponen
niño con un a perve rsa (e n este caso femenina ) sex ualidad sobre un espacio de coo rdenadas fundamentalmen te cartesia-
adulta. Digo "parece referirse", pues nos vemos obligados a nas, d e geometrías euclidianas. En esto el espacio de Breton
compartir la propia incertidumbre d e BreLOn: "La falta de indi- es distinto d e l de Nadj a y se tien e la sensación d e que, a lo
cios suficientes acerca d e lo que sucede después de la caída de largo del libro, no están nun ca en el mismo lugar y nun ca se

114 115
encuentran. la psicosis qu e se co n oce n " , ~'¡ Bre ton lamenta : ;';Aunque sintie-
ra cierta inclinació n a ello, acaso tambié n alguna ilusión , tal
Junto co n la celebración del "anive rsario d e la histeria" y el vez no estuve a la altura de lo que ella me pro po nía". Pe ro lo
fragmento de Nadja, e n el penúltimo número de La -révolulion qu e se proponía e ra ese lado osc uro d el impulso cuyos úni cos
surréaliste se inclu}'e la transcripción d e un extenso debate objetos so n fra g m e ntos y cu yos fines so n destructivos.
(entre los propios surrealistas) sobre la sex ualidad. En su inter- Laplanche comenta que el orgullo del luga r en tre los "sign ifi-
venció n en la polémica, en respuesta a su propia pregunta: can tes e ni gmáticos" se reserva para lo que Freud d e nomin aba
"¿El amor ti e ne que ser necesariam en te recíproco?", Breton Mla escena primordial ", dond e (con el esce nario ahora dram á-
afirma: "Es necesari ame nte recíproco , Dura nte mucho tiempo ti camente iluminado por Kl e ill ) "los padres es tán unidos e n
pe nsé lo co ntrario, pero recientemente he cambiado de opi- un coito etern o que combina jouissance [placer, gozo] co n
ni ó n". Breton ex presaría e n o tro lugar su pesar por no haber muerte, excluido el bebé d e toda ca pacidad de participar y,
sido ca paz de amar a Nadja como ella le había amad o, es decir, po r tanto, de simboli zar".4:' Brelo n vuel ve de su paseo sola-
por no habe r sido d el todo capaz d e participar en un mundo mente para plantear d e nuevo la cuestión d e la ciudad en sus
que hasta enton ces los su rrealistas habían elog iado d esd e una términos más inco ntes tabl es:
dista ncia segura - el de la détraquée-. Hacia el final del libro,
Breton di ce de Nadj a qu e "estaba hecha para se rvir a la eman- "No soy yo qui e n m editaría sobre lo que pasa con 'la forma de una
cipación humana ( ... ) Bajo su forma revolucionaria más se nci- ciudad ' , aun de la verdadera ciudad se parada y abstraída d e esta
lla", qu e incluye pasar "la cabeza, y luego un brazo, e ntre los donde vivo POI" la fu erza de un elem e nto que se ría a mi pe nsa-
barro tes as í apartados de la lógica, es d ecir, de la más odiosa d e mi e nto lo qu e a l aire se supone que es la vida. Sin ning ún pesar la
las prisiones". Admite que es "pe ligroso" y añade: "es por este veo e n esta hora co nve rtirse en o tra y hui r. Se desli za, arde, se
último camino como hubie ra d ebido retenerla " .~ l Breton, no hunde entre el estrem ecimi ento de hierbas locas d e sus ba rri cadas,
obstante, hizo un eje rci cio d e auto-retención y es tableció sus e n e l sue il o de las coni nas de sus habitacio nes do nde un ho mbre }'
propios límites sobre l'auwurfou y, por tanto, implícitame nte , una ml~ e r cOlHi nu a rá n lranquil a mente a mándose",'ti
sobre la revolución surreali sta. ~2 Para expresarlo co n mayo r
precisión , Nadj a presentó a Breto n sus propios límites y limita-
ciones, BreLO n cuenta lo que hi zo Nadja una noche, cuando
volvía n en coche por la ca rretera de Versalles: ';Con su pie
mante niendo el mío presionando el acelerador, sus manos tra-
tando d e taparme los ojos, en el o lvido que causa un intermi-
nable beso , quería que sólo existiéramos, sin duda para sie m-
pre jamás, el uno para el otro, y que de aquella manera, a toda
velocidad, fuéramos a l encuentro de los he r mosos árbol es.
¡Qué prueba para el a mor, en efecto ! Es ocioso añadir que no
accedí a aq uel deseo", ~3 En referencia a las hermanas Papin,
Laca n come nta: "Se ha podido oír en el transcurso d e los deba-
tes la asombrosa afirmación d e que e ra imposible que dos
seres se vieran golpeados a la vez por la misma locura ( .. ,) Esta Publi cado o ri gin aria m e n te e n: III / Dijfnnll Spaas: Phlu (/1/(1 MemO!) in
es una afirmación completamente fal sa. Los d e lirios com parti- Vi.Htal Cul/u )'", T he Unive rsity of Ca lifornia Press, Be rkeley, 1986,
dos (les déli-res a deux) fi gura n e ntre las más antiguas formas d e

116 117
Origins of Sexuality··, e n Victor Burgin, J ames Do na ld y Co ra
Kapla n (eds. ) , FOl1l1atio1/s oI F(mtas)", Methue n , Lond res, 1986.
11. Sándo r Fere nczi, "Stages in the De,·c lopme nt of the Sense of
Notas: Reality" ( 19 13) , Firsl ConfributiollS lo Ps)"cJlO-Anal)"sis, Bnmne r
/ MazeJ , Nueva York, 1980, pp. 227-228 [versión castellana: "El
M
desarro ll o del se mido de realidad )' sus estadios (19 13), Obras
1. Octave Mannoni, " La part du j e u ", L'ARC 69 (núm ero especia l rompl"las, t. 2, Espasa-Calpe, Madrid , 198 1] .
sobre D. W. Winn icotl , fecha descon ocida de la revista), p. 39. 12. Fre ud , ~Ana l )"s i s of a Ph obia in a Five-Year-Old Boy" (1909),
2. Sigmu nd Freud, ~Th e Uncanny", Tlle Standard Edit;oll 01 lile Standard Ediliou, '·01. JO , p . 9 (versi ó n cas tellana: ""Aná lisis de
Complete Ps)'d/Ological wo,.ks 01 Sigmund Freud, H oganh, Londres. la fobia de un nilio Olla nito)", Obras rOl1lplelas, 1. 4, Biblioteca
1955- 19;4, vol. 17, p. 237 [ve rsión castellan a: "Lo siniestro", NlIeYa, Madri d, 1997] .
Obras complRtas, t. 7, Bibli oteca Nueva, Madrid , 1997]. 13. Pa ul Sc hild er, "Psycho-Analys is of Space", h¡If'l'uatiol/al joIl 1"llalol
3. Michel de Certeau, n,e Pmrtirp 01 t.) el)'da)' Lije, University of Psyr/¡ a-Alla!¡-sis 16, ( 1935), p. 278.
Californ ia Press, Be rke ley y Los Ángeles, 1988, p. 94 (versión cas- 14. Sigmund Frelld , Tolel1l ami Taboo, Standard Edilion, \'01. 13, pp. 85-
te lla na: La invención dI' lo cotidiano, 2 V., Un h"ersidad Iberoame- 86; e l h ombr·e al que Freud se refiere es MEI hombre de las ratas"
ri ca na, México, 1999]. El ténn ino prolm~. sobre el que el traductor (véase Slmu!ard Editioll, vol. 10, pp. 233 Ysiguie ntes) [ve rsión cas-
[in glés ] nos a le rta aq uí. signifi ca no solamente ;'propio" sino tam- te llana: 1'OIPlII)' tabú., Alianza Editorial, Madrid , 2002 ].
bién "limpio" y "aquello que es adec uado". El té rmino POlllllioll 15. André Brcto n , ¡\"adja, Grove Press, Nueva York, 1960, p . 9 1 [ve r-
q ue le sigue confirma que puede estarse refir·ie ndo a la obra de sión caste llana: Nadja, Seix Ba rra l, Barce lo na , 1985, p . 89 (tra-
J u li a Kristeva POlltloirs de I'IlOrrell r: Essai sll rl'abjeclioll; trad. inglesa ducció n de Agustí Ba rtra)]. [NT: Hay o tras dos edicio nes más
POWfI"S 01 Horror, An ESSCl)' 011 Abjectioll, Colum bia Un ivers ity Press, recielHes de l libro de Bre ton: e n Cátedra, Madrid. 1997 y en
Nueva York, 1982 o al lib ro que tan decisiva me me contlibuye al Círculo de Lectores , Barcelo na , 2002 (a mbas con traducci ón de
argum ento de Kristeva, PUr7t)' and Danger, de Mary Douglas [ve r- José Ignacio Velázquez). Para las nume rosas citas de J\'adja e n este
sión castellana: Puma )' peligro. Un análisis de los r01lcejJlos de ronla- cnsaro d c Victor Burgin se ha tomado como re fere ncia la traduc-
mil/arión)' tabú., 21 ed ., Siglo XX I, Madrid , 199 1] . ción de Agustí Ba rtra].
4. ¡bid., p. 103. 16. Klein , "No tes on Somc Schi zo id Mecha nisms", ibid. , p. 179.
5. ¡bid., p.J 05. 17. Edi th J acobson, nlf S'/f and lhe Obj('cl World, International
6. ¡bid., p. 110. Un i\"ersiti es Press, Nueva York, 1964 , p . 47 [,·ersión cas te lla na: El
7. Fre ud , "Lo siniestro". s('1f (sí mismo)' fI mundo obj('/a{, Beta, Bue nos Aires, 1969].
8. J acq ues Lacan, "Aggressivity in Ps)'c hoa na lysis", Ifrril.s: A Se/eclion, 18. Jean Lapla nch e y J ean-Benra nd Po ntalis, 'fhe Lallgllagr 01 PSJCIIO-
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agresividad en psicoanálisis", en Esrrilos, Siglo XX I, México, 19. Véase Harold F. Searles, ~The So urces of lhe Anxiet)' in Paranoid
1975]. Schizophre ni a M( 1961 ), Co/l"cled Papen on Sd,izojJltrtmia amI R"lated
9. Mela nie Klein , MNOles o n Some Schi zoid Mech anisms" , en Jul iet Sllbjects, Hogarth PI·ess, Londres, 1965.
Mitc he ll (ed.), nu~ Selerled M,,/ani, K/e;n, Nu eva York, Free Press, 20. ~...Ia nno ni , MLa pan duj e u", p . 39.
1986, p . 51 [versió n caste llana: "Notas sobre a lgun os mecanismos 21. Breton , Nadja, p . 136 [p . 130 e n edic ión caste llan a].
esqui zoides" (1946), Obras complPias, t. 3, Edic ion es Pa idós Ibérica, 22. Véase Geo rges Didi-Hube nnan , f nvnllioll de l'''ptnie: Charml ('1
Buenos Aires , 1990J. l'imllogmphif IJ/wlogm/J/¡ifll./l' de la Sa/petriere. Macula , París, 1982.
10. Véase J ean Laplanc he y Jean-Be rtra nd Pontalis, "Fa ntasy and the 23. La. ,.rvo/u/ion sur,-éalislf, n", 11 , ( 15 de ma rzo de 1928) , p. 22.

118 119
24. Laplan che y Pontalis se li alan que Freud . en una fase inicia l de su m/Ji/oll [" punt os de ancJ~e-], que pe rmite "e ngana r" en una di s-
obra. mantuvo realme nte la idea de una /Jsicosis histéri ca. Véase cusió n de l orde n soc ial el d eslizamiento de lo contrario intermi-
Laplanche y Pon tali s, The Languagt' oj PSJcho-Al/a/Jsis, p. 195. nable del significado cn el disc urso. Laclau r MOllffe se ilala n que
25. J acques L'lcan. "Le probleme du srrle el la conce pli on psychialli- "u n discurso incapaz de genera r ninguna fijeza d e signifi cado es
q ue des fonnes pa ra noíq ues de rexpe rience". M inotfllll"l', n". 1 el d iscurso del ps i cótic o ~; de ell o se d esprende que una soc iedad
(1 dcjull io de 1993), p. 69. q ue fuera LOta lme lllc "Ii bre- sería una soc ied ad psicó ti ca. Véase
26. l A' surrhllúlllf (111 senlice de la ,roo/ution, n". 5 ( 1933). p. 28. Ern esto LlcJau )' Chamal ~'l oufTc , H fgemol/J (l11d Socialisf Strate15Y,
27. ¡bid., p. 28. Ve rso , 1985. p. 11 3 [ve rs ión caste ll ana: H pgf'lllOllío )' estralfgia socia-
28. Breto n, A'(uija, pp. 63-64 [p. 57 en ed ición castell ana]. lista. Hafia III/{{ radiealiuJ(ión dI' la democracia, Siglo XX I, Madrid.
29. ¡bid. , p. 11 3 [ 111 ]. 1987]. Laca n adm ite asimismo la necesidad de la Ley co mo
30. ¡bid. , p. 101 [98]. "a nclaje" e n su art íc ulo sob re las hermanas Papin , do nd e come n-
3 1. Sc hil der, ;' Psyc ho-Analys is ofSpace". ¡bid., p. 282. Haro ld Sea rl es ta: "El dicho 'co mprcnd er es perdonar' está subo rdin ado a los
se refie re a "ex tracción hacia el mundo ex te rio r, a lravés de la límites de cada cO lllunidad human a (... ) mas all a ele esos límiles,
proyecc ió n, de un a gra n can tidad de afecto e ideaci ó n quc pe r- compre nd er (o crce r que se co mprende) es co nd enar-o Véase
te nece a la ide midad [del esqui zofréni co) ". Véase Sea rl es, ~ Th e Jacques Laca n, ""!Olifs du nime par'.lI1oiaquc (el crim en de las
SOlIl'ces of the Anxict)' M, ibid. p. 467. he rm anas Papin ) ", MillotalH"I', n". 3 ( 15 de d icie mbre de 1933),
32. Brcto n, ¡\"lIlijo, p. 8::> [p. 83 en cdi ció n caste ll ana]. p.27.
33. ¡bid., p. 89 [87] . 43. Greto n, ¡\ 'a(ija, p. 152, n [ 14 7, n] .
34. Laca n, "Le prob leme du s ty l e~, ibid. , p. 69. 44. L"lca n. - Mo ti f<; du crim e panll1oiaque" , p. 27.
35. Lo uis Aragon, U paJSa" dI' Paris, Gall imard . París. 1978; citado 4::>. L"lplan che. l\'01Jea l/ x joudellll'l/ts /JO"I" la pSJrI/{lI1a~)'Jf, ibid.. p. 126
en Peter CoJlier. "SlIrrealist City K'anati\'c: BrelOn and Antgon -, en (trad. in glesa, p. 127).
Edward Timms y Da\id Ke ll ey, Ut/ real Cil)', Ma nchestel' Un ivers it)' 46. BretOll. X (uija . p. 1::>4 [149].
Press, Man chester. 198::>, p. 22 1. [versión castell ana: D ram/Ns;,/O
dI' París. Bruguera , Barcelona, 1979].
36. Freud , 'Thc 'U ncanny", ibid. , p. 249.
37. Freud , "Fa llsse Rcconna issance ( D~ja Raconté) in Ps)'c ho-Analyti c
Tre<lunen t", Stalldard Edilioll, vol. 13, p. 204 [ve rsió n castell ana:
"L"l 'fa usse recon naissa nce' (' déja racon té') dura nte el psicoaná-
lisis", Obras Complelas. t. 2. Biblioteca ~ u e\·a . lv ladrid , 1973].
38. Jea n Laplan ch e, ¡\'oveaux jon dflllnl ts /JOur /a /)sJch(lIIa~)·sl'. PUF.
París, 1987, p. 125: trad . inglesa: l\"ew f"olllldatiolls jor Ps)"rltoa"aIJSis,
Oxford and Ca mbridge (Massac husells), Blackwell. 1989. p. 126
(la trad ucción in glesa de Burgin difiere) (ve rsión casIC llana:
¡\"uroos jlludalllf"tos pora el psicoanálisis. Am o rro rlll. Blle nos Aires.
1989].
39. Bre ton , Sar/ja , p. 50 [p. 44 cn edición castell ana].
40. ¡bid., p. 39. [36].
41. ¡bid., p. 143 [ 139].
'12. LacJau )' Mouffe han impo rtado el concepto de L"lGUl de /JOinls dI'

120 121
-
Espacio perverso (1991)

Hace quince aflos, en su innovador ensayo "Placer visual y ci ne


narrativo" ,1 Laura Mulvey utili zó el texto de Freud sobre el feti-
chismo para analizar "la mirada voyeuríslico-escoptomica que
es una parte cruci al del tradicional placer cinematográfico".
Hoy la influencia del ensayo de Mul vey sobre la teoría críti-
ca d e la imagen no ha disminuido, pero en el ámbito de la teo-
ría d e la fotografía tampoco ha evolucionado. 2 Idealizado , con-
servado en la forma de su primera aparición, el argumento de
Mulvey ha sido a su vez fetichizado, es decir reducido. Mulvey
desbrozó el terreno para una críti ca de corte psicoanalítico de
un cierto tipo de imagen. Muchos de los seguidores de Mulvey
ha n pasado desde entonces del psicoanálisis a la sociología. si
bien han conservado una terminología psicoanalítica. En la
confusión resultante, la sexualidad ha sido eq uiparada con el
gé nero sex ual y el género sexual se ha disuelto en la clase.
Ahora nos hemos acostumbrado a escuchar invocaciones a la
auto ridad del ensayo de Mulvey para equiparar una supuesta
"mirada masculina" con la "objetivización ". Aquí. en una cari-
catura de la teo ría psicoa nalítica en la que Mulvey basaba su
argumento, la "escoptofilia" es definida como una relación de
dominación-subordinación entre sujetos masculinos y femeni-
nos co nstituidos de manera no problemática, y la "objetiviza-
ción " es mencionada tan sólo para ser denunciada. En su pre-
facio a la edición de 1970 de Mythologies [Mitologías], Roland
Barthes se refería a "la necesal;a cO I~ unción de estas dos
e mpresas: ni denun cia sin un métod o apropiado de análisis
detallado, ni semiología que no pueda, en última instancia, ser
reconocida como semioclasma". El ensayo de Mulvey es ejem-
plar por su forma de ma ntener estas "dos empresas" en equili-
brio. Si tomo el ensayo de Mulvey como "punto de pa rtida" no
es para criticarlo, aprendí mucho de él y aún estoy de acuerdo
co n la rnayoría de las cosas que dice; lo hago más bien para

123
avanzar en la d irecció n qu e ini cialme nte ind ica ba, la de un
eSlUdio psicoanalítico de las cualidades in conscientes en la
mirada. Para ello he elegido una fotografía de Helmut NewlO n,
dado qu e Newto n es un fotógrafo cuya o bra atrae muy llamati-
va me nte la de n un cia y por tanto se presta claramente al análi-
sis de Mulvey.

La fotografía de Newton

Sabem os que la fotografía de Newto n A utorretrato con esposa


Ju ne )1 modelos (es tudi o Vogue, París 198 1) ,:' tuvo su origen
inmediato en un e ncue ntro casual. En un a e ntrevista con
Newto n, Carol Squ iers pregunta: '" En un o d e sus aULOrretratos
aparece usted con una gaba rdina junto a una modelo desnuda,
y con su esposa sentada fue ra, e n un late ral. ¿Asiste su esposa a
sus sesio nes fotográfi cas?" New ton res po nde: "N un ca. Ja más.
Aquel día acababa de \l egar, para com er juntos". \ Al describir
la foto d e Newton resumiré un a cierta historia de la semiolo-
gía, la más estrechame nte relacionada con Banhes, que esta-
blece e l escenario para la introdu cción del sujeto de la rep re-
se ntació n en la teoría críti ca d e la image n a principios de los
aiios sete nta. Es decir, reconstru iré la pre histo ri a d e la intro-
ducción de la t.eoría psicoanalítica realizada por Mulvey e n un
Helmut Newton. AutOfretr8to con esposa )une y modelos.
campo de análisis dominado por los modelos lingüísticos:
Vague st udio. Pañs. 1981 e Helmut Newton
modelos cuyos espacios implícitos so n clásicos, o rd enados de
acue rd o con una lógica binaria --desde el ni ve l del fo nema
hasta el de la retórica- según las coo rde nadas ca rtesianas de
sintag ma y paradigma. Empezaré por lo que realme nte pode- cierra en forma d e pUli o. Estos son los e lementos d e la foto
mos ve r e n esta image n . Vemos a la izquierda la espalda de la que más probable mente llamarán de ilunedia to nuestra ate n-
mod elo y, e n el ce ntro d el encuadre, su refl ej o frontal e n un ción. Además, re flejadas en el espejo, podemos ver un par de
espejo. El re flejo d el propio New to n , también d e cue rpo e nte- piernas con za patos de tacó n muy alto, pertenecie ntes a
ro, se ~usta al espaci o d ebajo de l codo reflejado de la modelo. algu ie n , por otra parte invisible, que supon emos está se ntada .
El fo tógrafo lleva puesta una gabardina y su rostro queda ocul- También ve mos, d etrás d e la fig ura deJune, una puerta abier-
to, pues está inclinado sob re el "isor de su cámara Ro lleinex. ta por la cual vislumbramos un espacio exterior -una calle o
La esposa del fo tógrafo, J u ne , está se ntada justo a la de recha plaza de un a ciudad , con coches- o Por último, podemos
del espejo, con las piernas cruzadas, e n un a silla de director de advertir un a serie de elementos secundari os: en el centro, lo
cine. Su codo izqu ierd o se apoya sobre su rodi lla izqu ie rda , su qu e parece n se r artículos de ropa tirdda en e l suelo; e n el
mentó n se apoya en su mano izquierda y su mano derecha se extre mo derecho, otros a rtíc ulos de ropa sob re percheros;

125
124
po

sobre la puerta abie rta, el letrero Sortie; y así sucesivamente .:\ les) . La conno tac ió n sex ual se ve reforz."dai aún más por las
Esta descripció n inicial se refie re a lo qu e probablemente pro- pre ndas de ro pa apare nteme nte "ti radas preci pitadamente" a
voca me nos disc usión e n relació n con esta imagen , lo q ue la sus pies. 1I
semiótica clás ica deno minaría sus "de notaciones".
Las figuras de repetició n en esta foto (y hay más), se articul an
Podemos considerar ah ora lo que esta misma semiótica inicial como metáforas secundarias dentro de un a estructura general
denominaba las "connotaciones" d e la imagen , significados de antítesis. La an títesis "desn udo"/ "vestido" divide e l plano de
que también podemos captar "d e un a ojeada" pe ro q1ue se d~s­ la imagen a lo largo de su eje vertical. En contraste con la
pre nden más cla ramente de un contexto cultural mas#amph~. modelo, que así parece a llll más desn uda, Newto n está absur-
más allá del e ncuadre d e la imagen,'; Po dem os, ademas, conSI- dame nte vestido en exceso. Además, la des nudez de la modelo
derar las formas retó ri cas en las que se o rganizan los "signifi- se a mplifica ya por el hecho de estar mo nume ntalmente dupli-
cantes de conn otación". La imagen de la modelo refl ejada en cada y presentada por delante y por d etrás. El polo de Newto n
el espejo es el ¡canagrama mismo de la "completa des nudez de la a ntítesis "desnudo" / "vestido" es aumentado a su vez
fronta1": una ex presió n y una imagen me ntal indeterminada mediante repe ti ción e n la figura enc haq uetada y calzada con
que entró e n la memoria popular e n los años sesenta proce- botas de June. Pueden identificarse más estructuras retóri cas
de nte de los debates en los medi os d e com unicación sobre la de es te tipo en es ta image n; enumerarlas todas res ultaría tedicr
"libertad sexual" en el ci ne y el teatro. La pose de la modelo ha so, baste .con indicar qu e la fuerza aparen te de muchas imáge-
sido tomada de un paradigma igualmente familiar e incluso nes proviene de nuestro reconocimiento "intuitivo" de tales
más antiguo, el de las fotos d e "chicas de calendario" [Pinup]. estructuras. Tal vez me rezca la pena comentar un a más, aun-
La posición es tereotipada de los brazos de la modelo cumple .la qu e sólo sea d e pasada. Las prendas de ropa tiradas qu e se ve n
función anatómica de levantar y nivelar sus pechos. para satIs- e n el espejo establecen ull a secundaria "figura combinada" de
face r el por o tra parte contrad ictorio requisito de la image n quias rn o (" reflejo") y antítesis con res pecto al eje esta blecido
Pinup de que los pechos d e la ml~ er d eban ser a la vez g~l:de.s e n el punto donde el papel del fond o se encue ntra con el suelo
y erguidos. La parte infel;or del cuerpo d e la modelo esta sImI- del estudi o: una prenda osc ura sobre un suelo claro, un a pren-
larme nte reforzada para su exhibición rn ediante los zapatos de da clara sobre un sue lo oscuro (siendo más O menos aná logas
tacó n alto, negros y brillantes. Estos za patos excede n su fun - las zonas y fonnas impli cadas). Esto refuerza mi tende ncia, por
ción anatómica de p rodu cir te nsión musc ul ar e n la modelo; lo de más no tan in tensa, a leer ambos pares de piernas de
están tomados de un repertorio conven cio nal d e artículos de modelos en función de la oposició n "cla ro" / "oscuro"; es to
vestir "eróti cos". Esta refe rencia se subraya mediante "repe ti- favorece la idea d e qu e la mujer que puedo ver tan sólo par-
ció n" en los zapatos d e las piernas soli tarias q ue aparecen a cialmen te sea negra. Aq uí, claramente, me e ncue ntro en la
la izquierda de la figura principal , do nde la representación de la pe rife ri a de la escala de sig nificados con respecto a los cuales
"elevación la teral"' equilibradame nte espaciada de los tacones pued o razonablem ente esperar qu e se llegará a un acuerdo
excesivamente altos (otra repetición) dibuja la primacía de l consensuado. Po r volver a cosas sobre las qu e es más probable
sign ificado eró tico sobre la función (esos zapatos no fuero n q ue este mos de acue rdo, concluiré m i lista de conn o taciones y
hechos para andar). Los zapatos favorecen una lectura d e la sus formas de o rga ni zación con un comentario sobre la gabar-
modelo como "des nuda", más que como un "desnudo", es dina que Newton lleva puesta. En un contexto sex ua l, y esta
decir, apuntan a situacio nes de sexualidad más qu e de "subli- image n es indiscutible me nte sexual, la gabardina es una con-
mación" (po r ejemplo, la "desinteresada" contemplación esté- notación de esos "ho mbres con gabardin a sucia" que en la ima-
tica de la forma femenina por parte del artista de elevados idea- ginación popul ar frecuentan los cuartos trase ros de los sex

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shops. En es te mismo contexto, la gaba rdin a es ta mbié n la ves- representada e n un fetich e ( .. .) Este segundo ca mino, escop-
time nta favorita del ex hibicionist.:'l masculino. tofil ia fetichista, construye por acumulació n la belleza fTsica de l
objeto convirti éndolo e n algo satisfactorio en sí mismo". lU Si
No es nor mal que el fo tógrafo se ex hiba, como lo hace Newton bien lo que co ntemplamos en esta im age n es claramente la
aquí. El es pejo está allí para que la mode lo pueda verse y así "segunda vía", hemos de admitir, no obstan te, que corre en
te ne r cierta idea sobre cómo quedará registrado su aspecto en pal-alelo con la '·primera". Porque ¿qui é n más lisa ulla gabar-
la película. No rmalmente, el fo tógrafo daría la espalda al es pe- din a? U n detective -como aquel que, e n todas aqu ellas viejas
jo y se mante ndría fu e ra del espacio de la imagen. Aq uí, sin películas de la serie B, investiga a la peligrosamente misteriosa
emba rgo, Newton ha colo ni zado la isla desierta del telón de joven. Siguiéndo la)' vigilándola hasta que inevitablemente la
fondo que es habitualmente posesió n soberana de la modelo femme res ulta ser fata le-.
en el espacio del estudio. Ha invadido el te rritorio de la mode-
lo, el dominio de lo vis ible. Desde esta posició n, recibe ahora la Sorprendido mirando, )'0 (como espectador masculino) debo
misma mirada que ofrece. La gabardina es el chiste de Newto n a hOl-a sospechar que me extie ndo tanto e n hablar de esta ima-
a su propia costa, se ex hibe ante su esposa y a nte nosotros ge n solan"lente para que se me permita así seguir mirando.
como un vo)'eu r. En su e ntrevista con Squiers, NewlO n di ce: Recuerdo un caso similar de prevaricació n delegada en mi
"¡Soy un uO)'lw r! ( ... ) ¡Si un fotógrafo dice que no es un uo)'ell.r, infancia. Yo tenía tal vez siete aii.os y acompañaba a mi madre en
es un idi ota! ". En Tres ensa)'os !Jara 'Una. temía sexua~ Fre ud se ña- uno de sus \~ajes pedódicos para visitar a mi abuela. El tranvía
la: "Toda pe lversión ac tiva ( ... ) va acompañada po r su equiva- en el que viajábamos se paraba ante la e ntrada de un teatro de
le nte pasivo: quienquiera que sea un ex hibicionista en su variedades; allí nos bajábamos para seguir a pie. En esta ocasió n,
in consciente es al mismo tiempo un vo)'eur".lJ El fotógrafo -un la úni ca que recuerdo, el teatro anun ciaba sus dos principales
ex hibicionista, que hace una ex posición- es aquí ex plícita- atracciones de aquel mome nto. Una el-a un artista forzudo y
men te a la va vo)'eury ex hibicion ista. Su gabardina se abre por escapista. Las pesadas cadenas)' los grille tes de su ofi cio se ex hi-
delante para formar un oscuro delta de d o nde ha surgido esta bían públicamente delante del teatro, en una vitrina con un a
forma te nsamente erecta y ful gurante me nte desnuda . El fotó- tapa de cristaL En la pared detrás de este va ronil apara to, y tam-
g rafo ha exhibido su instrum en LO, y resulta ser una mujer. bién bajo una tapa de clistal, se mostraban fOlOgl-afías de la ou-a
¿Qué lugar ocupo yo en todo esto? El mismo qu e Newto n -sor- au-acción principal del teatro -una artista de st,iplease-.
pre ndido mirando-o En es te punto de mi descripción, me h e Recuerdo haber disimulado un intenso inte rés po r las cadenas,
so rprendido a mí mism o precisame nte en la posició n de cul- obsequiando a mi madre con una andanada de preguntas y
pabilidad e n la qu e e l tex to de Mulvey me sitüa - la d el vo)'eur, observaciones destinadas a impedir que siguiera andando, a la
desd e luego, pe ro ta mbién la del fetichista-o La provisió n d e vez que constantemente y a hurtadillas lanzaba mil-adas furtivas
un pene de sustitució n del pe ne del que la mujer "carece" es lo y culpables hacia las fotos de la ml~ e r semidesnuda. Podría
qu e motiva el fetichi smo. El fe tiche calma la a nsiedad de cas- decir, por las secas res puest.:'1s de mi madre, que ella se daba
lI-ació n res ultan te al d escubrir e l niño que su madre, a quien cuenta de mis inte ncio nes y me dejé lleva r a l-astras, de modo
creía qu e no le faltaba nada, no tiene pe ne. Mulvey escribe: "El que la repentina e inexplicable exci tación del momento dej ó
in consciente masculino tiene dos camin os pal-a escapar de la paso a una te rri ble vergüenza. La estru cllll-a de aquel espacio
ansiedad d e castraci ó n: la preocupación por la reaparición del recordad o se lI-aza ahora sobre el espacio de la fOlO de Newton.
trauma original (investi ga ndo a la ml~er, desmitificando su Me cO Il\~eno en la figura diminutiva de Helmut, yo mismo de
misterio ) ( ... ) o el rechazo total de la castración a través de la niii.o. Los labios de June, que ahOl-a interpreto corno tensos en
aceptación de un obje to feti che, o transforma ndo a la figura desaprobación, están a punto de pronunciar las palabras que

128 J29
adulto de Doisneau; pero ta mpoco existe nin gun a justificación
en el psicoaná lisis para red ucir lo que aq uÍ está en juego a un a
simple fórmula , ya sea la estructura d el fe tichismo o cualquie r
otra. No podemos decir qué sucede e n la mirada con sólo
mirarla.

Newto n ha hecho un mo\~ mi ento imperceptible con la punta


de un dedo. El obturador se ha abierto y ha hecho un a pausa.
En esta pausa, el rnecanismo se ha disparad o y sue na como si
a lguien hubie ra dado una palmada muy fu e rte . La luz ha
encendido un cuadrado de em ulsión. En la calle, un condu c-
tor de un coche estacio nado ha vislumbrado tal vez, iluminada
en es te destello de luz inte rior, la fi gura de un a nuD er des nu-
da. Tal vez no. En su libro N adj a, André Breto n con fi esa:
"Siempre he deseado increíble me nte encontrar d e noche, e n
un bosque, a una he rmosa nuDer des nuda, o mejor di cho, no
sig nificando ya nada tal d eseo una vez ex p resado. lame lllo
increíblemente no habe rla encontrado". Y seguidamen te
recuerda la ocasión en la que "e n las galerías que se e ncuen-
tra n junto al Electric Palace, una nuüe r desnuda ( ... ) iba de
una hil e ra a o tra, muy blanca" -un hecho que adrn ite que
"estaba lejos d e ser extraordin ario", dado que "ese rin cón del
El ectri c e ra un luga r d e libertinaje carente de inte rés"- , " El
número últim o de La réuolution surréalisfe conti ene la célebre
image n en la que las fotos de pasaporte del grupo surrealista,
Robert Ooisneau. Una mirada oblicua. Paris. 1948. e VEGAP. Barc elona 2004 todos e llos con los ~jos cerrados, en ma rca n un cuad ro de
Magritte. El cuadro mues tra una figura feme nina d es nuda
me apartarán ( ... ) pero ¿de qué? Si yo te nía siete al1os, e nto nces de cuerpo e nte ro e n el luga r de la "palabra pe rdid a" e n la
el ailo era 1948, el mismo aúo en qu e Robert Do isnea u hi zo su frase pintada "JI' ne vois pas la ... raché dans la ¡oré/" ["no veo a
fotog rafía VI/a mirada oblicull, qu e muestra a una pareja de la ... escondid a e n e l bosqu e"} . l~ Al mirar siempre hay algo que
mediana edad mira ndo el escaparate de. un a tienda de arte, la no se ve, no porque se perciba su falta - como sucede e n el
furti va pero insistente mirada del ho mbre clavada e n un a pin- fetichismo-, sino po rque no pertenece a lo visible .
tu ra de un a joven semidesnuda. Cualquie r cosa qu e poda-
mos supo ner que estu\~ era en la mente del "viejo \'erde" de
Do isnea u, es improbable que formara parte del repertorio Espacio óptico, espacio físico
de mis propias fi gu rac io nes infantiles. Para el psicoanálisis, no
obstante , la conón/da no está e n discusión. No habría objeción Irónicamente, la reducción de la mirada a lo visible, )' al regis-
e n la teo ría psicoanalítica para ve r a este "'in oce nt e" nilio del tro "obj etivización-explotación ", fu e fomentado involuntaria-
pe riodo de late ncia sorprendido e n el mismo anzuelo que el mente por e l pro pio "retorno a Freud ". iniciad o por J acques

130 13 1
Lacan, al cual contribuyó el texto de Mulvey, En su primer recido la confusió n del espacio real con el espacio psíquico, la
seminario, Lacan nos instaba a "meditar sobre la ciencia de la confusión del o bjeto psicoanalítico con el o bjeto real.
óptica",13 En un e nsayo 1987 comenté que era precisam ente el
modelo del "cono de visió n", derivado de la ó ptica euclidiana , He se,;alado que el uso de Mu lvey del texto de Freud de 1927
el que había surn inistrado la me tá fora común m edi ante la cual sobre el fetichismo ha sido a su vez utilizad o para po ne r un
las teorías psicoanalíticas emergentes de la representación ma rco psicoanalítico en torno a un a noció n no psicoanalítica de
podrían fundirse con las aún existe ntes teorías marxia nas d e la "obj etivización", derivada d e un a idea marxiana de la mercan ti-
ideología, para desem bocar fin alme nte e n la "fouca ul daniza- lizació n - la mluer em paq uetada como obje to de venla- , Lo
ció n" d e la teoría psicoanalítica en numerosas obras recien tes qu e se ha reprimido en la ve rsió n resul ta nte de la "escoplOfilia "
sobre la imagen, En 1973 Barthes había escrito: "Seg uirá exis- es el elemen LO más central del psicoanálisis: el inconsciente y,
tiendo representación en tanto que un sujeto (auto r, lector, por ta nto, todo reconocimi ento de la dual idad activa-pasiva de
es pectador o vo)'eur) lance su mirada hacia un ho ri zonte sobre los impulsos a los q ue Freud se refiere en su come ntario sobre
e l cual recorta la base d e un triángu lo, cuyo vértice es su ojo (o el equ ivalente inco nscie nte de l exhibicionismo, No existe obje-
su m ente) " , 1 ~ Como selialaba en mi artícul o: "El triángul o ó pti- tivización sin ide ntificación, alto Fenichel inicia su texto de
co d e Barrhes es (", ) una mitad del diagrama d e la cámara 1935, "El instinto escoplofil ico y la identificació n", con un
oscura -una me táfo ra no desconocida para los estudi osos de comentari o sobre la ubi cuidad de las refe rencias a los aspec tos
Marx- ", Además, el e nsayo de Mulvey se publicó e n 1975, el incorporativos de la mirada -por ej emplo, los cue ntos popula-
mismo ailo que el libro de Michel Foucault Vigilar)' castigar, 15 res en los qu e "el ojo juega un doble papel-, No solamente es
Tal como yo a lladía: "El 'oj o en el vértice' de Barthes [el ojo del activamente sádico (la persona mira rti amente, lanza un conju-
espectador masculino de Mul vey] se com binaba fácilmente, ro sobre su vícti ma) " , 18 A esta obsenración aJ;ade una referencia
por ta nto, con el del carcelero, real ° virtual, en la torre situa- a un libro de Géza Ró heim sobre "'a magia del espejo"; el espe-
da en el centro de l panóptico [que] con tribuyó ( .. ,) a la su per- jo, o bserva Fenichel, al e nfrentar al slueto con su propio ego en
vive ncia de esa corri e nte d e la teo ría según la cual la fonTla corpo ral externa, borra "Ia línea di visoria entre ego y no
ideología es un instrumen to d e dominación esgri mido por una ego". Hemos de recordar que el escrito de L'1ca n sobre la fase
parte de la sociedad e impuesto a ou'a", It; yo seii.alaba especial- del espejo, in vocado ta mbié n en el lexto de Mulvey, se refie re a
mente que lo que Barthes sitúa, indi ferenteme nte, e n el vérti- un a dialéctica entre alie nación e identificació n, una ide ntifica-
ce de su trián g ul o representacio nal, es el "ojo o su me nte" del ción no sólo co n el propio ser ideal sin o tambié n, por extensió n ,
sujeto, Aqu í, come ntaba )'0: "Ba nhes funde e l espacio psíquico con otros se res cuya image n reflejada es un simulacro -como
con el espacio de la percepción visual, a su vez modelado sobre en el lemprano fenóme no del tra nsitivismo-. Fenichel eSClibe :
Euclides, Pero ¿por qué debemos supo ner qu e las condensa- "Uno mira un obj eto con el fin de !}{lrticijJar en su experiencia
cio nes y los desplaza mie ntos del deseo muestran mayo r co nsi- (,.. ) Quienquiera que desee prese nciar las actividad es sex ual es
deración con la geo metría euclid iana que con la lógica al-isto- de un hom bre y un a mluer en realidad siempre desea com pa r-
télica?", I; La atracción de l modelo del co no de visió n para una tir su ex periencia mediante un proceso de empatía, ge neral-
teoría crítica de las rep rese ntaciones visuales es el lugar explí- me nte en un sentido ho mosexual, es decir, por empalía con la
cito que concede al slUeto como parte inh ere nte de l sistema de experiencia del partícipe del sexo opuesto" (é nfasis mío). 19
representació n , La principal desve ntaj a del modelo es que
ma ntie ne el obj e to como ex terno al slUeto, existente e n un a
re lac ión tranqu ila del "'exteri or" con e l "'interi or" de l sltieto,
Como yo observaba, el p redomi nio del modelo óptico ha ravo-

132 133
El objeto de "objetivizaclón" describe la primacía d e la fase oral e n e l desarrollo humano.
Esc ribe: "Toda percepció n com ie nza e n la cavidad oral, que
El concepto de "empatía" que Fenichel in voca aquí no es aú n , sirve como pucnte primigenio de la recepción inter na a la per-
en sí mismo, psicoanalítico. Para dar se ntido psicoanalítico a la cepción externa". t2 En es te contexto, j ean Laplanche subraya:
dialéctica de o~jetivización-idcnlificación a la que Fenichel se
refiere necesitamos una definición psicoanalítica del objcLO. "E I objeto ( ... ) este hech o no es solamcllle un símbolo. Se produce
En la descripción de Freud, e l "objeto" es e n primer lugar el un a espec ie de coalesce ncia del pecho y la zona erógena ( ... ) e l
objeto del impulso -un impulso cuya "fuente" reside en una pecho habik"l en los labios o e n la cavidad bucal ( ... ) Asimismo
excitación corporal, cuyo "fin" es e liminar e l consigui ente esta- el objetivo ( ... ) expe rim enta un camb io radical. Con el tránsiLO a la
do de tensión y cuyo "objeto" es la intcrmediación más o incorporación , de pronto algo nuevo eme rge: la permutabilidad del
menos continge nte mediante la cual se logra la red ucció n de ol~etivo ; pasamos de "'ingeli r'" no a "in co rpo rar"', si no al binomio
la tensión-o Según la sucinta definición de Freud: "El objcLO "incorporar/ ser in corporado" ( .. ,) en es te movimiento de merafori-
de un instinto es la cosa e n relación con la cual o a través de la ,.Alción del o~j e ti vo , el Sl!jeto (el portador de la acción) repentina-
cual el insti nto es capaz de alcanzar su obj e tivo" . ~'Q El objeto ori- m e nte ( no digo que "desaparezca" , sino que) pierde su lugar: ¿se
g in al no es sex u al, es linicamente un objeLO del insti nto de encuentra esta vez del lado del que come O de lo que es comido? "~
autoconservación. El recién nacido tiene qu e su ccionar para
vivir. L"l fuente del impulso d e aULOconservación aquÍ es el Esta ambiva lencia, por tanto, marca la sexualidad desde e l
hambre, el objeLO es la lec h e y e l objetivo es la ingestió n. No momento mismo e n que e m e rge como tal, "el momento en que
obstante, la ingestión d e lech e y la excitación de las m embra- la sex ualidad, sepa rado de LOdo objeLO natural , se desplaza al
nas mucosas se n sibles de la boca son sucesos insepa rables. Una cam po de la fantasía)I110r ese m.ismo hecho se convierte en sexualidad
vez alca nzada la sati sfacción somá ti ca y una vez retirado e l " (énfasis mío ) .t.' No pode mos, por tanto, plantear un simple
pecho, el bebé puede seguir, no obs tante, su ccionando. Aquí, paralelismo: por un a parte necesidad, dirigida hacia un objeLO,
e l acLO de succiona r, funcionalmente asociado a la ingestión de por otra parte d eseo, dirigido h acia un o bjeto de fa n ú'lsía.
alimento, es gozado co m o "succionami e nto sexual", un placer Como dicen Laplanc h e y J ea n-Bertrand Pontalis, la fantasía "no
e n sí mismo. En esta d escripció n , la sex ualidad aparece en un es e l objeto del deseo, sino su esce nari o. En la fanr.asÍa , el slUe-
"desprendimiento" respecto del impulso de autoconse rvació n to no persigue al objeto o a su sig no: aparece é l mismo atrapa-
en e l proceso co nocido co mo "anaclisis" o "a puntala mi e nLO".21 do en la sec uencia de imágenes" .t', Así, Laplanche esc ribe:
En la medida e n quc la experie n cia som ática de la satisfacción
perdura, lo ha ce com o una constelació n de m cmo ri a-rastros "Los sig nos que aco mpailan a la sa lis[acción (el pecho que acom-
visuales, L:'Íctiles, kin es téticos, auditivos y o lfativos. Este com- paüa al ofrecim ie nto de lec he materna ) asumirá en 10 sucesivo e l
plejo de e le m e ntos mnémicos juega ahora con res pccLO al valor d e una disposic ión rUada, y es esa disposición , una f~lJl tasía
impulso sex u al e l papel jugado por la lec h e con respecto hasta a ho ra limitada a dive rsos elementos apenas e laborados, que se
al impulso de a utoco n servación . Es decir, se ha producido un repe tjrá co n ocas ión de una posleJior aparición de la necesidad ( ... )
desplazamiento m eto ními co d e "lech e" a "pecho" y un cambio con la aparición de till a excitación inte rn a , se ]'evivir. í la disposición
metafórico de "ingestión" a "in corpo ración ". El objeto aqu í fantástica -de diversos e le m enLOs rep reselllativos reunidos en un
denominado "'pech o " no se corresponde co n el ó rga n o a nató- escueto escenario , un escenario extremada mente "udimentario, e n
mi co, sin o que es de naturaleza fantasmática e interno respec- última instanc ia compuesl.O por objetos parciales (o "com ponen-
LO del suj eto; esto e n m odo alguno reduce su importancia tes") )' no objetos completos: por ejemp lo, un pec ho, una boca, un
material. En su libro El Pámer mio de la vida del niiío, René Spitz movimi en to de una boca que se agarra a un pecho-"'.:.'6

134 135
De este modo, "e n el terreno de la sexualidad (".) el obj eto no Todavía no he men cionado el lugar de la visión en todo esto.
pued e e ntenderse por separado de la fan tasía en cuyo seno se En e l pensamien to de Fre ud, se considera que una gra n va ri e-
inse rta, e l pecho no puede entenderse fuera del proceso de dad de formas difere nciadas deri va n de un peq ue lio nüme ro
in corporació n-proyección e n el qu e fll n cio n a " . ~¡ de impulsos componen tes, No o bstante, el impulso d e ver
sex ua lm ente condicio nado no se reduce a nin g ün instinto
Me he es tad o refi riendo al autoerotismo infanti l, en el qu e los componente de ese tipo, más bien oc u pa su propio lugar inde-
"instin tos componentes" polimórficos (orales, anales, fálicos) pe ndien te j unto a ellos, La actividad fisio lógica de l ver se pre-
buscan satisfacción e n luga res ("zonas e rotogé ni cas") d e un senta claramente co n una función de a utoconsen 1ac ión, La
cuerpo neonato ex perime ntado solame nte como un a constela- sexuali zació n de la visió n , por co nsiguiente, se produce e n el
ció n fragmentaria de tales lugares. En la interpretación de m ismo proceso de "apuntala miento" de la li bido e n curso, tal
Freud sobre el poste ri o r desarrollo de la sex ualidad , el tráns ito como ya se ha descrito. Freud se refiere a la mirada como a ná-
del autoero tismo infa ntil a la e lección de objeto de l ad ulto es loga del lacto, La planche escribe:
descrito como canalizado mediante el narcisismo, La fase de
"narcisismo", como e l té rmino sug iere, coincide con la apari- "Im agin emos ( ... ) los cuernos d e un caracol que se movie ran co n
ció n de un sentido de un ego cohe re nte (un "cuerpo-ego") a una especie de movimiento de salida y e ntrada: d e hecho, precisa-
través de la ime rmediac ió n de una autorrepresentación interna- mente , los cuernos de l C¡]TaCO I tienen ojos. Ahí lenemos la imagen
lizada: el impulso nuevame nte unifi cado toma ahora como su de lo que Frcud qui ere deci r cuando relaciona la visión co n el tan-
objeto al pro pio cue rpo de l nilio como ·u nalolalidad, En la "elec- leo ex p lormo do [Jalonnelllf'11t] }' lo com para con una recolecció n de
ción d e objeto" del ad ul to, otra persona a ná loga mente com- mu estras [prise d'érlwlIlillolls] en el mundo ex terior. De este modo,
ple ta es tomada como panicular objeto de amor, dentro de los la aCli\idad no sexual de la mir.tda , en el movimiento del apu ntala-
parámetros de un ti/JOgene ral de elección de objeto (hetero- miento , se convien e e n el im pulso de ver en el momento en q ue se
sexual, hom osex ual ; a nacl íti co, na rcisista), A este respecto, vuelve represen tativo. es decir, e n la imeriOl·iz.'lc ión de un a esce na.
Freud parece habe r ofrecido descripciones contradicto rias del Recuerdo la pli macía de la \'isión en la teoría del sue il o. pero asi-
objeto: por una parte, inicia lmente, el o bjeto es aqu ello que mismo en la teoría de l in consciente. pues lo que Freud llama repre-
resulta más contingente con respecto a l impulso; por o tra, a sentacio nes d e cosas, la sus tancia misma del in consciente. se co nci-
posteriori , es aquello que "eje rce la atracció n sex ual", Como ben e n gra n parte so bre el mode lo de la rep resem ación visual ",:tO
comenta Llplan che : "Si el o bjeto está en e l o rigen de la atrac-
ción sexual, no hay luga r para pensar en é l como continge nte, Se ha o bse rvad o qu e e l impulso escópico es el {lIlico impulso
sin o para pensar, por el contrario, que es rig urosamente dete r- qu e ti e ne qu e ma nte ne r a sus obj etos a d ista ncia. Esta o bse rva-
m inado e incluso determinante para cada uno de nosotros". ción imp li ca un a definició n de l objeto más vinculada a la rea-
En respuesta, Laplanche p ro po ne la noció n de l objeto-/llente del lidad física de lo que e l psicoaná lisis puede perm itirse nun ca.
impulso: "De fini e nd o aq u í la fu e nte como un punto de excita- Cierta me nte, la mirada ex pulsa sus "disparos" exploratorios o
ción implantado en e l o rga nismo como lo sería un cuerpo agresivos (según la ex presión de L'lcan) , pero con la misma
ex trali o'·. ~'8 Laplanche considera el ejemplo de l pecho inte ri or claridad lleva objetos, del espacio fís ico al espacio psíquico con
como un prototipo de di cho objeto-fue nte, A modo de ilustra- la m isma certeza con la que proyecta objetos inconscie ntes en
ció n, sugiere la a nalogía de l expe rimento cie ntífico e n el que lo real.
un eleClrodo, implantado e n e l cerebro d e un animal , puede
ser estimulado por un a se li al de radio. ~'9

136 137
Significantes enigmáticos, espacio perverso ámbi to de la adaptació n o d e la vida biológica"." Si la palabra
jJr11Jersión ti ene todavía un halo d e desaprobac ión a su al red e-
Frcud describe la sex ualidad infa n ti l, la base común d e la sex ua- dor, no es por culpa d e la teoría psicoana lítica; es d ebido al sen-
lidad en lOd os noso tros, como "polimórfi camenlc perve rsa". tido qu e adop ta e n relació n co n la ley social , esc ri ta o no.
Formada en los senderos de las vicisitudes de los impulsos, toda Considerado en su relación con la ley social , cabe pregunta r si
sexualidad humana es desviada. Nada respecto a e lla corres- e l fe ti chismo d ebe se r considerad o realme nte un a pen'ersión,
po nd e a nada que pued a describirse como UIl proceso instin- al menos e n esa forma no clínica más exte ndida, desCl-ita co n
tivo "natu ra l" . En el mundo natural, el co mpanam ie n to instinti- precisió n por Mulvey: esa idealizació n d e la mujer e n el imagi-
vo es hereditario, pred eci ble e inva riable en todo miemb ro de nario fa locrático que es precisamente la image n in vertida d e su
un a determ inada es pecie. En el animal humano , lo qu e anta lio denigración en lo simbólico.:H Lo simbólico, no o bstante, no es
podría haber sido instinLO ahora pe rdura solamente e n red es perfectame n te ho mogé neo. Pard que lo sim bó lico fuera pe r-
inestables d e form as simbólicas, d esd e leyes sociales hasta siste- fectam e nte ho mogé neo, la represión tendría qu e se r to talme n-
mas d e imágen es: las qu e resid e n en nu estro e ntorno cada vez te efectiva . Si lo fuera, no existiría retorno d e lo reprimido, n i
co n mayor presencia medi ática y las qu e residen e n nosotros síntoma, ni teoría psicoanalítica. Como ex presión d e la so bre-
-en nu eStros recue rd os, e n nuestras fantasías y formaciones va loración d e la metáfora fálica e n el patriarcado, el compo-
inconscientes-. La sex ualidad humana no es nalU ra l, es cultu- ne nte fetichista de la foto de Newto n es perfectame nte no rm al
ral. Freud hered ó ex ha us ti vas info rm aciones sobre las "perve r- -pero solame n te cuand o nosoU'os la fetichi za mos, solame nte
sio nes sex uales" de los sexólogos d el siglo X IX , tal es como cuando la aisla mos d e l espacio e n el que se si túa-o
Ri chard von KrafTt-Ebing y Havelock Ellis, que consideraban
que los comportamienLOs que cataloga ban era n d esviacio nes El espacio d e la fo to de Newton no es normal. La úni ca cosa
co n respecto a la sex ualidad "norma!" . A Freud, no obstante, le clara en re lación con esta imagen es la pose fam il ia r d e "chi ca
impresio naba la ubicuidad d e tales "'desvi ac iones" - ta n to e n su de calendario" de la m odelo. Según las convencio nes del géne-
forma dran)áti camente pro nunciada com o en los más discretos ro , espe ra ríam os ve r solamente a la modelo - aislada so bre el
'juegos d e es timulación " corrientes-. Fue Fre ud qui en obse r- fo nd o homogéneo de papel, apartada d e cualquier co ntexto
vó que esa mezcla d e aflu encias a los intes tin os qu e d e no m ina- mediante el e ncuadre d e la image n-o Se alude a ese es pacio
mos "besos" difTci lme nte puede se r el cam ino más directo pa ra familiar e n el rec tángulo del espejo, sim ilar a las co nocid as pro-
la uni ó n ge nital reproduclOra. En sus Tres ensaJ'os IJara u.na tcoda po rcio nes d e 2:3 de una película de 35 mm. Pe ro la fun ció n d e
sexual, d e 1905 , o bse rva: "'La d isposició n a las perve rsi o nes es e n aislam ie nto d el borde de encuadre ha fa llado aq uí, y es preci-
sí misma no muy infrecuente, sino que forma pan e necesaria- sam ente esta. fun ció n lo qu e un a relación fetic hista co n la ima-
men te d e lo que se co nside ra la co nstitución normal " :~1l En opo- ge n reclam aría. Ele me n tos qu e normalme nte so n exclui d os,
sición a los sexólogos, que consideraban la sex ualidad "normal" incluido el p ropio fotógrafo , ha n irrumpido e n el espacio
aceptada como in here nte a la naturaleza humana, Fre ud afirm a enmarcado por el espejo. Este espacio se sitúa a su vez e n un
q ue "d esd e el punto de vista d el psicoanálisis, el inte rés sexual co ntex to más amplio d e otros ele me ntos que no rmalme nte
exclusivo de los ho mbres hacia las mlue res es ta mbié n un pro- se consideraría n fuera de luga r. La mezcolanza resul ta nte es
blema que requ ie re ser dilucidado y no es un hec ho evide nte e n co ntrap roducente para el fetichismo. _ l ie ntras que e l fe lichis-
sí m i smo ". ~! La sex ualidad en e l psicoanálisis no se reduce a la mo exige cohe re ncia, pues éste es su pro pio principio básico,
funci ó n biológica de la perpe tuació n d e las especies; como esta imagen tie ne un a productividad di ferente ; funciona como
subraya L'lplanche, "la realidad fisica no es moneda d e uso un a puesta en esce na , un a esce nifi cación , d e la incoherencia
co rri ente en el psicoa nál isis, que simple mente no se o cupa d el fundam e ntal d e la sex ualidad: su he te rogeneidad , su falta d e

138 139
singularidad , su falta de enfoque . En referencia a Tres ensaJos Para el a nimal humano, la sexualidad no es tanto una necesi-
para una teoría sexual de Freud, escribe Laplan che: dad imperiosa que deba ser o bedecida como un e nigma que
hay que desvelar. Lapla nche ha ide ntificado el inicial e inelu-
"Lo impo rt ante es mostrar que los seres hum anos han perdid o sus dible e ncue ntro del suj eto con la "seducció n primordial", defi-
instintos, especialm ente su instinto se xual y, más específi came nte nici ón que él da a "esa si LUac ió n fund amental e n la que el ad ul-
aún , su instinto de I"eproducción (. .. ) Con sus prescripciones de las to ofrece al nilio sig ni ficantes, no ve rbales y verbales, e incluso
abe rraciones o pen'ersiones sex uales (. .. ) el texto es un elocuente de condu cta, impregnados de significacio nes sex uales incons-
argumento e n favor del punto de vista de que los imp ulsos y las for- cientes·'.:'>li Esto es lo que Laplanche llama "significan tes e ni g.
Illas de comportami ento so n fl ex ibl es, móviles e imercam biables. máticos": el niJio siente qu e ta les sig nificantes están diri gidos a
Ante LOdo, pone en prime r plano (. .. ) su ca rlÍClc r sustilu torio, la él o ella , pero, sin em bargo, carece de medios para compren-
capacid ad de un im pu lso de ocupar el lugar de otro, y la posibili- der su signifi cado; sus intentos de con tro lar el e ni gma, en la
dad de que un impulso perverso ocupe el lu gar d e un impulso no sim bolización , provocan ansiedad y deja n residuos inconscie n-
pe rverso, o viceversa".'""' tes. Este ex traliam iento e n la relación libidinal con el objeto es
una condi ció n ineludible para la entrada en e l mundo adulto,
En es ta fo tografía, al ig ual que en los im pulsos, hay mucha y es previsible que e ncontre mos su rastro e n toda poste ri o r
movi lidad : He lmut Newto n está d e pie e n el espac io de la relac ió n con el objeto, incluso la más "no rmal". Es este rastro
modelo; June Newton ocu pa el luga r d e He lmut. Se inician del encue ntro con el enigma de la sexualidad lo que se apare-
cosas --como el par d e piernas sin cuerpo- que no se lleva n ce inscrito en la foto de Newton" La sola referencia al fe ti chis·
a nin gun a conclusión concre ta y cuya relevancia es indetermi- mo no puede explicar por qué esta imagen parece lo que pa re·
nada. Las miradas d e los protago nistas no se encue ntran ni ce. El concepto de feti chismo convie rte la cuestió n en su
conve rge n, n i se sum a n a nada en particular. June ocupa la conjun to e n un asunto puramen te genital. En un lib ro sobre
posició n de un vOJeure n un a pi eza de teatro sexual. Helmut es las imáge nes e ró ticas de la Grecia y la Roma clásicas, Catheri ne
a la vez voyeury ex hibicion ista; un a fo rm a familia r de denu ncia Johns comenta: "La vulva rara vez se ve: su sit uación la hace
de esta image n p res upo nd ría simplemente q ue la modelo es la in visible en cualquier posición n orm al incluso pa ra su
víctima de un ataque sádico, un incidente en una economía en duetia"' :' 7 Es en este "nada qu e ve r" puramen te relativo d o nde
la qu e la "explotación sexual" es esencial, pero podríamos tam- el fetichista Il"lasculino ve el sexo de la muj er solamente e n
bién sos pechar un compo ne nte perverso d e ex hi bicionismo en cuanto ausencia, en cua nto "carencia". Todos los ho mbres son
e l hecho de estar allí para ser mi rada -un ex hi bicionismo que fetich istas e n cie rto grado. pe ro pocos de ellos so n fetichi stas
probab lemente provocará una mezcla de deseo , e nvidia y hos- clínicos en toda su extensión. La mayo ría d e los homb res
tilidad en los espectadores masculin os y fe me ninos-o A pri- entiende n el hecho existen cial de la sexualidad feme nina como
mera vista, puede parecer que el es pectador de esta image n es un hec ho, aunqu e un hec ho qu e no comprende n con la
invitado a ce ntrar tota lm e nte su atención e n esta figura cent.ral misma faci lidad que su pro pia sexualidad. Los surrealistas no
de la modelo, reducida a un estereotipo visual sin mayor a mbi- pudieron ve r lo que estaba "escondido en e l bosque" hasta que
güedad qu e un blanco e n una galería de tiro. Pero la propia no cerraron los ojos para imaginarlo; incluso entonces no
banalidad de es te moti vo cenu"al favo rece el desplazami ento de podía n estar seguros, pues hay o tros bosques qu e abo rd ar,
nuestra atención hacia Otro lugar, pero ¿hacia dónde? Hacia e ntre ellos nada menos que el "bosque de sig nos" que es e l
nin gún lugar en concreto. En el espacio d e sucesos en e l que inconscie nte. Tarde o temprano, com o en la imagen de
se sitúa esta vbieta, nada es fijo, todo es móvil , no existe un fin Newton , abrim os los ojos, volvemos a una realidad tangible:
particular; es un espacio pe rverso. aquí, la del cuerpo de la Ilulje r. Ese cuerpo que es fTsico, que

140 14 1
refleja luz -que ha dejado aquí su rastro sobre la emulsió n
fotosensible- o Pero lo que el hombre detrás de la cámara
nun ca sab rá es lo que la sexualidad de ella sign ifica para ella,
aunque dediqu e una vida entera a averiguarlo. Tal vez por esa
razó n , fin alm ente , Newton decide escenifica r su image n per- Notas:
versa bajo la mirada de su esposa.

l. La ura Mulver, ··Visual Pl easure and :'\arraLive Ci nema ", SOl'e/I 16,
n". 3. (otoii o 1975). (Reimpreso e n LllIra ~hll\"e)', Vislllll a//(1
Ot"er PlfaSlIIl'S, Bloo min glOn , Uni,"ersit)' of Ind ia na Press, 1989).
[\'e rsió n caste llan a: Pla{l'r vis l/al J (il/f I/fHTotivo, Epi steme,
Vale ncia, 1994 ].
2. Me refiero estric ta me nt e a escribir sobre represe ntaciones-foto-
g ra fías visuales "estáticas", ete. El ensayo d e ~hlke)' provocó un
debate más mati zado entre los teó ri cos de ci ne, pero en términos
muy distin tos de los ex presados e n este ensayo.
3. Srlf Portmit wit" WifeJ IllIf'afld Models, Vogue SU ld io, París 198 1, en
Hel mut Newton. Por/mits, Pantheo n, Nueva York , 1987, lámina 14.
4. Ibid., 14_¿Se d ebe a la casualidad la si m ilitud de esta imagen con
Las Mminas de Ve lázq uez? En un come nta rio sobre uno de sus
prop ios suelios, Fretld obserya que el sue lio te nía "Ia naturaleza
d e un a fantasía" , que ··era co mo la fachada d e un a iglesia italiana
en cuanto qu e no tenía relac ió n orgánica con la estnlClllra sub-
yace m e. Pero dife ría d e aquellas fachadas en que estaba disto r-
sionada}' llena de h uecos , y e n los elemen tos de la estructura inte-
rior qu e habían qued ado al descubieno en m uch os pumos·'.
Vé.¡se Sigmund Freud, ·Tll e InLn prc lati on o f Drea ms·· (1900 ),
Thl' Standard Edilion 01 /111' COlllplete Psyhologiral H'orks 01 Sigmlllld
"'r('//(I, "01. 4, Hoga rth, Lo ndres, 1955· 197'1. p. 21 1 {vel""Sión caste-
llan a: La il1lf'11m'tariólI dI' los suellos, Alian za Edit orial, Madi-id.
1996] _En su ensayo de 1908. "Creati,·e Wrilers and Dar dreamin g"
[" EI poeta}' los slI eli os diurn os"]. Freud describe la producció n
de obras litera rias, )' en co nsecuencia d e o tras f O l"lll a5 d e arte, en
términ os an álogos: la base de la o bra res id e en matel-iales in cons-
ci entes, que relacion <l dos o po rtunam e nte con el plan conscie nLe
del artista pasan a la estru ctura supe rfi cial mediante los procesos
primarios. Como obse lTa Sanl h Kofm an: "Fre ud ree mp laza la in s-
Publicado OIiginariamente e n: In/ Differenl Sj){fces: Places alld Mm/OI)' in p iració n , un co ncepto pe n eneciem e a la ideo logía teológi ca del
Vis!1lI1 Cultu re, The Univel""Sit}' o f Ca lifo rnia Press, Berkeley, 1986. art e. por el conce pto o pe rati,·o del proceso primario_ El artista

142 143
está más cercano del neurótico ( .. . ) }' del nii10 que d e l 'gran hom- No vemos que la cámara es una Rolle ifle x, este dato se desprend e
bre". Véase Sarah Kofman , T hl' Childhood 01 Ar/, Columbia de una acumulación de co nocimi e nto especiali zado , )' así sucesi-
University Press, Nueva York , 1988, p . 49 [vers ión castellana: El vameme. Pero el escepticismo ha d e term inar e n algún pumo;
l1arimien/o del arte: Una in/e/prelación de la esléÚm jreudia lla, Siglo después de todo , tampoco vemos que las "personas" de esta foto
XX I, Buenos Aires, 1973]. La actividad arúsüca e n el aduh o, por no sean de hecho figuras de ce ra.
tanto , se compo ne de la misma mate ria que la fantasía y tiene su 6. En e l marco de la teoría psicoanalítica, "lOpográticameme", tales
e quivale nte infantil en e ljuego. El niiio se toma el juego en serio. connotaciones pertenecen a lo preconsc ieme; en la me dida e n
Según la descripción de Kofman , "el artista juega con formas y q ue es tán generali zados, podríamos por tanto ha blar de un "pre-
se lecciona, entre los procesos preconscien tes, las estrucUlras que , conscientc popular".
e n re lación con su psique y sus confl ictos, so n percibidos como las 7. En su texto clásico , "Retóri ca de la imagen ", Barrhes se refe ría al
más importantes" ( 11 3) . La palabra sl'leaiona podría favorece r "anclaje" de las connotaciones de la imagen por mediación del
aquí una sobrees timación del papel de la deliberaci ón conscien- texlO escritO. Es fácilm e nte de mostrabl e, no obstante , que un a
te. En un e nsayo so bre la estética de Freud al que Kofinan hace imagen puede servir de ancl ~je a las connotaciones de un texto o
refere ncia , Ernst Gombri ch hace esta menció n del modelo de a las co nn o tacio nes de otra im agen (u o tro significante dentro de
chiste pafa Fre ud: "Tome mos la famosa respuesta a la pregullta: la misma image n ) . Tambi é n de be se r obvio que un "tex to" puede
'¿ Merece la vida ser vivida? ' - ' Depende del h ígado·- . Es fácil servir de anclaje a otro texto.
ver lo que Freud de nomina las ideas preconscie ntes que e merge n 8. CS: Cuando se aUlOfot ografió desnudo en 1976, su ropa estaba
a la superfici e e n esta respuesta -es decir, ideas que no son muy pulcrame nte doblada sobre una silla d e mro de la image n.
in conscientes y por tanto están totalme nte rep,imidas y so n inac- Pe ro cuando fotografía nll~jere s desnudas, sus ropas están tiradas
cesibles, sino por el cOlllrario son acces ibl es a nuestra me nte por todas panes ( .. . )
co nsci e nte-; e n es te caso, la alegría por las grandes dosis de a lco- H N: Soy una pc rsona muy orde nada. De testaría vivir e n el d esor 4

hol que el hígado tendría que tolerar, y la alegría , todavía más den ( .. . ) Pero esto es interesante - yo cre o ese d esorden-, quie-
pro hibida, implícita e n el pe n samie nto agresivo de que hay vidas ro que la modelo se quite toda su ropa y simpl eme nte la deje por
que no merecen la pena de ser vividas. Se ha impuesto social- ahí.
mente un tabú sobre ambas ideas, y expresarlas con excesivo des- (N ewton en conye rsació n con Carol Squiers, e n Newton ,
caro podría provocar situaciones embarazosas. Pero e n e l agitado Por/rail.5).
remolin o del proceso primario, ambos sign ifi cados de la palabra 9. Freud, Standard Editiol1, vo l. 7, p. 167.
'hígado' e ntra ro n accidentalme nte en contacto y se fundieron. Se lO. Muh'ey, "Visual Pleasllre and Narrative Cin ema", ¡bid., pp. 13-1 4.
c reó una nueva estruct ura, una form a donde las ideas causan pla- 11 . Andre Breton, Nadja, Grave Press, Nueva York, 1960, p . 39 [ve r-
cer y risa"'. Véase E. H. Gombrich , "Freud's aesth eücs" ( 1966) , e n sió n castellan a: N(ulj'a, Seix Barral , Barcelo na , 1985, p . 36 (tra-
E. H. Gombrich , ReflectiollS 011 the Histol)' 01 Art, Phaido n , Londres, ducción de Agustí Banra) ] .
1987, pp. 230-23 1. La releva ncia de la colis ión de significa ntes 12. La rroollllio/l. slmialisle, n : ' 12, ( 15 de diciembre de 1929 ), p. 73.
debe se r admitida , "seleccionada" , para que puedan ser ordena- En el primer nlllnero de esta publi cación , un a similar disposición
dos en una obra de a rte . Dado que estas obras se producen en la de ret ratos fotog ráficos, un a guardia su rrealista de honor a la qu e
"ime racció n " de procesos primarios y secu ndarios, no obstame, se ha a iladido a Freud para la ocasión , rodean la foto d e la asesi-
nun ca está del todo claro hasta qué punto ese reconocim iento y na anarquista Germa in e S e rron.
esa se lección son conscie lHes. 13. J acqlles Lacan, Le Séminail'e, IÍlme! 1: !...es érl'its tedll1iques dI' Frelld, Édi-
5. Me doy cue nta de que no liemos que el fo tógrafo es Helmut LÍons du Seuil, París, 1975, p. 90 {versión castellana: Los esnifos lémi-
Newton , h e mos decidido creer lo que nos di ce el pie de foto. ('os de Freud, 1953- / 954, Ediciones Paidós lbética, Barcelona, 198 1J.

144 145
14. Ro land Barthes, MDiderm. Brechl. Eisenstein"', e n Imagp-Mllsir- nacido ' desea se r comido' sign ifica me rame nte q ue hacia el fi nal
Text, Hill & Wan g, Nueva York, 1977, p. 69 [\'ersión castellana: Lo del acto de succio nami ento , )' con la gradual aproximación del
obvio J lo obtllso. Imágf'1lf's, gfS/OS, uorf.s, Ed icio nes Pai dós Ibérica, suelio, el bebé tiene cienas percepciones y expe riencias de com-
Barcelona, 1986] . place ncia, relajaci ón y entrega qu e deja n un a cade na de impre-
15. yli chel FOllcault, SlIrtlfiller i't /mllir: Naissal/,i' di' la prison, París, sion es mnem ó ni cas, }' qu e más tard e tales recuerdos y experi en-
Gallimard, 1975. (Traducció n inglesa: Disripl"'IP atUl Puuis/¡: 'I11P cias sirve n como nllC leo para el C01'Uunto de ideas de ser comido
Birl/¡ oJ /111' Prisoll, Penguin, Londres, 1977) [Veni ión caste ll ana: e n di"e rsas [onn as". Véase B. Lewin, T ite Psyho({l/ol)'s;s oJ E/aliOli,
Vigilar J rastigar: narimierlto de la /JlúiólI. Siglo XX I de Espalia W. W. Norto n, i\" ue\'a York, 1950, p. 104 ; citado e n Pe ler Buckle)'
Editores, Madrid, 2000]. (cd .), EsM'l/tia l Pa/ml 011 PSJrlwsis, New Yo rk Unive rsity Press,
16, Victo r Burgi n , "Ccomelry and A~jecti o n M. AA Files-A rlrlals oJ /he Nueva York , 1988, XXV III (ve rs ión castellana: Psiroalláli.sis de fa
Arcltiter/uml A ssoria tion Sd/Ool oJ ArrhiffCtll/"(" n," 15, (\'e rano d e t'xallaciólI, ~o"a, Bue nos Aires, 1953].
1987), p. 35 [aníc ul o incl ui do en el p rese nte libro] 24. J ean Lap lanch e y J ea n-Be n rand Po n ta li s, "Famas}' and [h e
17. ¡bid., p. 38. O ri gins of Sex uali ty", e n ViclOr Burgin , James Do nal d }' Cora
18. Otto Feniche l, "Thc Scoptophili c Instinct and Identificati on". e n Kaplan (eds. ). Forll/aliol1.s oJ Fal1 la.5)~ Methu ell , Lo ndres}' Nue"a
Hanna Fe nichcl )" David Rapapo n (eds,), T /¡p Collt>rln l Pa/)('rs oJ Yo rk , 1986, p. 25.
0110 Fenidll'l, p rim e ra serie, ~on o n , 19':='3. p, 375. 25. ¡bid. , p. 26.
M
19. Ibid., p. 377. 26. J ean Laplanche , °Th e Ego an d the Vital Order . en LifPand Deatll
20. Freud, "' Instin cts and their Viciss iwd es" ( 19 15), S/andard l:.fliliol1, in pSJrlwoTla/Jsis, Jo hn s Hopkins Uni"ersit)' Press, Baltimore )'
\"01. 4, p. 122 [\'e rsión castell ana: ;' 1..05 instintos r sus desti nos", Lo nd res, 1976, p. 60 [versió n caste llana: Vida J Iflllt'f/t' fII / )SiCO(ll1fÍ-
ObmJ rOlllplf l(U, t. 2, Biblioteca Nueva, Madrid, 1973] . lisis, AmolTo rtu , Buenos Aires, 1973].
2 1. Esta interpretació n cOlllradice la h ipó tes is de que el bebé existe 27. Lap lanche, La sublima /ion, p. 66. Esta interpretación del su rgi-
inicialmente e n u n "estado sin objeto" de autoerotismo, Como mi e nto de la sexualidad como inseparable d e la fa n tasía es CO Il-
Lapl anch e y Po ntal is eSCl"iben: "Los instinlOs d e aUlOconsen,lción tl-a ria a la idea predo minante de la relación fetichista co n un
tienen una relació n co n el objeto desde el prin ci pio: por co nsi- o bjeto co mo "c ongelada~ , inmóvil.
guiente, en la medida en q ue la sexualidad fun ciona en aporo 28. ¡bid., p. 65.
(anacl isis) con eslOS instintos, d ebe d ecirse también que tienen 29. Entie ndo esta idea d el mismo modo qu e enti endo la noció n de
una relació n co n objetos; la sex ualidad se vuelve autoeró ti ca sola- Barthes del /JllI/ rtllm; véase, "Diderot, Banhes, \/Prtigo" , en Vinor
mente d espu és d e separa rse". Véase .lea n Laplanch e y J ean- Bu rgi n , Tit e En d oJ A/"I T lteor),: Critirism al/(I Poslmodemil)',
Bertra nd Po nla li s, T ite Langllagt' oJ Ps)'rho-Ana()'ú.s, Hogan h . Macmillan, Londres, 1986 (también en Burgin, Do nald ,}' Kaplan,
Lo ndres, 1973. p. 3 1. FO/"1I/ alions oJ Fal/las)').
22. Rene A. Spitz. '/'lIt' Firsl Yea ,. oJ Lip. Int ernati o nal Univers ities 30. Lap lanche, L a sublil1ll1liofl, pp. 102-103.
Press. ~ u eva York, 1965, p. 62 [versión castellana: El primer mio dt' 3 1. Freud. Standard Editiol1, \"01. 7, p. 171.
la IJida dell/;,io, Aguil ar. Madrid, 1993] . 32. ¡bid. , p. 146 n . 1.
23. J ean L"1.planche , La sllblima/ioll, PUF, París, 1980, p. 62. DesCl"ita 33. J ean Laplan che, ¡\"no Fo/wdalioUJ Jor PSJrlto{/n{/~pis, Oxford,
desde de nlro del psicoamilisis o desde la psicología d el desarro ll o Blackwe ll , 1989, p. 23.
- la "o bse rvación d irecta" no Pllede supo ner una difere ncia 34. Frcud se li a ló explícita mente qu e los fe Li chistas cl ín icos que cono-
aqu í- las inlerpretacio nes del es tado psíquico de los bebés so n ció en su consulta no acud ían a él d ebido a su feti chi smo. Estaban
inevi tablemen te iI1JI'IP1lciales. He aquí una imnp retación de los co mentos de ser fetichistas. Freud supon e que es to se ex plica po r
orígenes be ni gnos d e la fama.'i ía de se r com ido: -Que el recié n la fac ilidad co n la que e l fetic h ista puede ob tener su objeto, pem

146 147
segura mente podemos pensar e n otras perver"s iones que so n
igual mente "' ráci les" pero gen eran \"ergüenza)' deseo de curació n.
35. Laplanche, J\"elll Foundatiolls jOl" PS)"c!lOotlalJsis, pp. 29-30.
36. Jean Laplanche, Noveaux j01/dnlUm ls ¡JOur (o ¡JsJc!llIl1a(JY, PUF,
París, 1987, p. 125 . (trad. inglesa: Nnll FOlUlflatiolls JOI" La ciudad en pedazos (1992)
PS)'(/¡oo1/ol)"sis, p. 126 [la traducción inglesa d e Burgin difiere])
[versió n cas tellana: Nuroos jundamentos para pi IJsicoanálisis,
Amorro rtu , Buenos Aires, 1989]. En su libro sobre el proyecto d e los pasajes de París de Walter
37. CathelineJohns, SexorS)"/Ilbol, British Museum , Londres, 1982, p. 72. Be njam in , Susa n Buck-Morss cuenta cómo en 1924 Benjamin
viaj ó a llalía "para escribir El origen del drama barroco alemán,
con el que esperaba asegurar un pues to académico en la Uni-
versidad de Frankfurt".' Era el aiio de la muerte d e Lenin yel
atio d el prirner ma nifiesto surrealista. Aiio ext rao rdin ari o e n
política y a rte, fue no me nos extraordinario para la vida per-
sonal de Benjamin . En Italia conoció y se enamo ró d e Asja
Lacis, "bolchevique de Letonia, activista de la cultura soviética
posrevolucionaria como act.riz y directora, y mie mbro del
Partido Comunista d esd e la revolución de la Duma".!! En 1928,
a pesar de no haber logrado la aprobació n de la Uni versidad,
se publicó El origen del drama banoco alemán.' Be njam in dedicó
e l libro a su esposa, de qui en se había separado aquel mismo
al;o. Tam bié n e n J924 Bertiamin publicó Dirección única," un
mo ntaje de fragm en tos textuales en el que yuxtapone obser-
vaciones sobre la vida cotidia na con descripciones de sus sue-
tios. U no de los fragme ntos más largos se titula: "Ma te ri al
didáctico: principios del mamo treto o e l arte de fabricar libros
g ru esos". ~ Dirección única no es un mamotreto, tan1poco un
monume nto acadé mico, parece más bie n el p lano de un a ciu-
dad : avenidas de espacio abierto cruzan sus páginas, e ntre
bloqu es de texto compactos e irregulares. La d edicato ri a de
Benjamin en Dirección única di ce:

Esta call e se llama


Call e Asja Lacis
no mbre de aquella que
como ingen iero
la abl·¡ó e n el autor

148 149
-
to de Be J'D amin es penetrado por Lacis, d e l mismo mo d o qu e
el cuerpo de 10 que po dría habe r sido e l texto de él sobre
Cuando e n 1924 Benjam in por primera vez comentó a Lacis la Nápoles se hizo poroso, translúcido, permeable a la voz de ella.
tesis acadé mica en la que estaba trabaj ando. la horrorizad a res- La lapidaria inscripció n co nmemora un aco ntecimie nto eróli-
puesta de ella fu e: "¿por qué ocuparse d e literatura mue rta?"6 co e n e l que las disti nciones categó ri cas qu e separan cue rpo,
En la pro ducció n posterior de Be njam in , la co nstrucción fune- ciudad y texto se d esva necen.
ra l-ia deja paso a Ulla arqu itectura textual más lige ra y más
abierta. C uando en 1925 él Y Lacis esc ribi ero n juntos un e nsa- La (co n )fusi ó n d e rep rese ntaciones d e cuerpo)' ciudad ti e ne
yo sob re la ciudad de Nápoles, la image n ce ntra l (q ue Susan una historia. En e l te rce r libro de Vitrubio, d edi cado al disetio
Buck-Mo rss nos cue nta que fue "sugerida por L1.cis") es la de y a la co nstrucció n de te mplos, el arquitecto romano d escribe
"porosidad". Nápoles se alza donde se un en el mar y la Ill o nta- cómo las extrem idad es ex te nd idas d e un "ho mbre bi en forma-
¡la. Lacis y Benjan1in escriben: do" abarca n el círculo y e l cuadrado. El propósito de la d es-
cripció n -que es la base d e un célebre dib uj o de Leo nard o d a
"En la base de la pro pia mo ntai1a, donde toca la costa , se han exca- Vinci- es propugnar qu e los ed ific ios ex hiban la misma rela-
vado cuevas (... ) Igual de porosa que esta piedra es la arquitectura. ció n armo ni osa d e las partes co n el todo qu e Viu"ubio e nco n-
Conslnlcción )' acción se intnpenelran t:: n pati os, pasajes }' escale· traba en la forma humana. HI El cue rpo no es simpleme nte algo
ras. En todo co nservan la posibilid ad de conyerlirse en un tea tro que va a esta r co ntenido e n un edifi cio, e l cuerpo contiene el
de nuevas e imprevistas constelaciones, Se evita el sello d e lo d efi· pro pio principio gene rador de l edifi cio. En un artícu lo d e
llili,·o, Ninguna si tuación parece prc,~sta para sie mpre, nin guna 1974, 11 Fran<;oise Choay d escribe cómo, en la o bra d e Alberti }'
figura afirma ser M de este modo }' no de o tro Así es como nace
M. otros arqui tecros-teó ri cos d el renacimiento italia no, la d octrin a
aquí la arquitectura, la parte más vi nculante del ritmo cOlllunal ",r vi trubi ana se entrelazaba con una mitología de los orígenes.
Po r ejemplo, las a utoridades humanistas escribie ro n que los
Be njamin }' Lacis co ncluye n: "Los edifi cios se utilizan como primeros hombres d ed uj e ron sus unidades d e medid a d e las
escenari o popular. To d os ellos están divididos e n innum erables palmas d e sus manos, sus brazos y sus pies. O tambié n , qu e
teatros que se a niman todos a la vez. Balcó n , pati o, ve nta na, Adá n, ex pulsado d el Paraíso, para protegerse de la lluvia uni ó
puerta, escale ra, tejados son al mismo tiempo esce nari o y pal· las manos sobre la cabeza - ges to que luego le lleva ría a co ns-
cos".~ O tam bié n : "Los u te nsilios d o més ticos cuelgan d e los bal- truir e l primer tejado--. Que el cuerpo humano es co nsidera-
cones com o pla ntas co locadas en tiestos (,.. ) Del mismo modo do como el orige n no sólo de l edificio, sino d e todo el e ntorn o
que el cuarto d e es tar reaparece en la calle, co n sillas, fogón y co nstruido, puede ve rse claramente e n las d esc ripcio nes y
alta r, así (, .. ) la calle e migra al cuarto de esta r" .!· La permeabi- dibujos de ciudades antropomórficas qu e aparecen e n los
lidad que Lacis y Benjamin veía n e n las calles d e Ná po les libros ilustrados d e l renacimiento. Choay d esc ribe un a imagen
puede verse tambié n en Dirección única, un a calle que co n el d e un libro de Francesco di Giorgi o Martini donde a parece:
tiempo d ese mbocará en la Passagen-lVerk. Reco rdaremos que
Benjamin bautizó esta calle como Calle Asja Lacis, "nombre d e "un pcrsomue co n la cabeza adomada con una fo rtaleza que él sos·
aq uella que como inge niero la abrió e n el autor". Del mismo ti ene co n sus brdzos. Su cuerpo se inscribe en un rectángul o mar-
modo qu e Be l'Da nlin narra sus suelios e n Dirección lÍnica, su cado con la palabra íÍ/tú (ci udad]. Sus pi ernas est.ín ab iel"tas y los
lacó ni ca d edi catoria del libro es ella misma una imagen de pies )' los codos está n represe ntados por tones. Su ombligo marca
sue lio: la imagen d e un libro que es una calle d e un a ciudad, el centro de un lugar público circular, en cuya perife ria se sitúa la
abierta e n el cuerpo d el autor por su amante, El cue rpo esc ri- igles ia principal". '2

150 151
Tales construcciones de fa ntasía es taban implícitas también en la estatura correcta de una fi gura moslrada en re lació n con
los escritos de Alberti, que había llegado a la conclusión de que cualquier punto e n la profundidad iluso ri a d el espacio repre-
"la ciudad es como un a gran casa y la casa como un a pequeúa sentado. El tamaií o de todos los demás objetos -empezand o
ciudad"," pero que e n última instancia "tod o edifi cio es un por el e ntorno construido-- podía determ inarse entonces por
cue rpo".'l refe rencia a es ta medida corpórea común . El hom bre es aquí
literalmente "la medida de todas las cosas". No o bstante, al
Si e n la Ita lia del re nacimiento la ciudad podía se r concebida margen de lo qu e el cuerpo masculino erguido pueda habe r
como un cuerpo, e ra porque la ciudad se había fo rmado sido e n el orige n de este espacio, pro nto cedió su luga r a su
recientemente a parti r de una situació n en la que práctica- rep rese nta nte meLO nímico incorpóreo, el oj o -en lo que
rn e nte no se dife re nciaba del campo. En un lib ro de 1974, tra- Lefebvre llama la "desa parición misteri osa o escotomi zació n
du cido [al in glés] e n 199 1 como La jnvducción de espacio, He nri del cuerpo"- }' En consecuencia, como señala Luce Irigaray:
Lefebv re comenta: "El ho mbre ya ni siquie ra rec ue rda que su cuerpo es e l umbral,
el porche de la construcción de su(s) uni ve rso(s) " . '~
"L'\ ci udad en Vilrubio llama la atenció n por su ausencia/ presen-
cia: aunque no habla de Olra cosa, nun ca se refiere a ell a direcla- En los albo res de la modernidad, los principios geo métri cos y
mente. Es co mo si fu era una mcm sum a de mo num el1lOS ' públicos' matemáticos incorpóreos llegaro n a dominar todas las prác ti-
)' casas ' plivadas' (.,,) Solamente en el siglo XV I, después del auge cas visuales represe ntac ionaJes. El mismo o rde n abstracto que
de la ciudad medieval (basada en el comercio)' )'a no de caráele r caracterizaba la pintura y la a rquitectu ra sirvió para mejorar la
agral'io), )' despllés del establecimi en to de los 'sistemas urbanos' en utilidad de cosas como las cartas de navegación, los mapas y los
llalia, Flandes, lnglatnra, Fra ncia, la América hispana )' otros luga- planos urbanos. De acuerdo con las exigencias de un capi talismo
res, emergió la ciudad como entidad unificada - )' C0l110 sujl'to" D me rcantil m ili ta nte)' ex pansivo, la imagen de la conve rge ncia
de líneas para lelas hacia un punto de fuga en el horizom e se
El texto en e l que Albe rti inaugura e l concepto de la ciudad convirti ó e n la fi gura m isma de las ambiciones econó micas )'
corpó rea l6 es un os quince años posterior a su tratado sob re la po líticas de Europa occide ntal a escala mundial. Este régi men
pintura, De Pictum, que contie ne la prime ra descripción esc ri- espacial ó ptico-geomé trico -el es pacio panó pti co-instrum e n-
ta de un méwdo de dibujo en perspectiva li neal. La perspecti- tal de la modernidad colo nialista capi talista- dominaría las
va propo rcionaba, de forma absolutame nte lite ral , el ;'te rre no represen tacio nes europeas occide ntales durante los tres siglos
com ún " e n el que la ide ntificación del es pacio arquitectóni- sigui entes. Se ha comentado hasta la saciedad qu e este es pacio
co con e l es pacio corpóreo podía "tener luga r". En el renaci- rep rese ntacional, inaugurado e n el renacimiento, e ntró e n cri-
miento, el aeLO inaugural en la elaboració n d e un cuadro e ra sis a principios del siglo xx. Ya nos hemos famili arizado con los
traza r e l plano ho rizontal que unía e l espacio ilusori o de la arg um e nLOs de la industrializació n, la urbani zació n y la tecno-
imagen con el espacio real del espectador. Esta es la conocida logía: fo rdismo y taylorismo, ciudad fábrica y ciudad j ardín ,
retícu la de cuad rados qu e se alejan ace leradamente hacia un tre n de vapor y a\~ón, telé fono y radio , todo es to forma parte
punlO de fuga, qu e e n numerosos cuadros se conserva e n la de un alterado "sentido común" del espacio. Sobre la base de
superfi cie fin al beyo el disfraz apenas disimulado de un sue lo la e\~dencia '" artísti ca", ad emás, pocos discutirían que los pri-
e mbaldosado. El late ral de cada cuadrado de la relÍCula d e me ros ai10s del siglo xx fuero n un tiempo de cambio impo r-
pe rspecti va subyace nte represen taba un a unidad comllll de me- tante en las re prese ntacio nes del espacio y en e l espacio de las
dida, el braccio, equi va le nte a un te rcio de la altu ra de un hom- represe ntac io nes e n el mundo occidental. Las p ruebas prese n-
bre de pie. Mediante este procedimiento podía determinarse tadas como e\~ d e n cia a este respecto incluyen generalme nte

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cosas como el cubis mo a nalítico, la escala d odecafó nica, el jazz sobre Nápo les como en la ded icatOlia de Bel-uam in en Dirección
)' e l d iseli o de la Bauha us. En relació n con ta les arg um en lOs única. El jlán eur que convierte la calle e n un cuarto de estar
en ti e ndo a Le febvre cuan do esc ribe: "Hacia 19 JO, un de te rmi- comete un acto de tra nsgresió n que invie rte un a distin ción esta-
nado espacio se hizo aJiicos, fu e el espacio d el sentido común , blecida entre espacios públicos y pdvados. Be l-uam in y Lacis, no
del saber [s{lvoir], de la p ráctica social, del poder po lítico ( ... ) o bstante, viero n la porosidad de la vida urbana de Nápo les
el espacio, ta mbié n, de la perspectiva y la geo metría clásicas como la supervive ncia de fo rmas sociales p reca pitalistas que no
( ... ) corpo reizados en el arte y la fil osofía occide nta les, as í había n sucumbido aún a la segregació n de la vida e n zonas
como en la fo rm a de la ciudad )' el ce ntro urba no·'.19 Lefe bvre púb licas y pri vadas. De nuevo, la esc ue ta dedicatoria d e
o bse rva tambié n , no obstante , qu e "el espacio del 'se ntido Benja min en Dirección úlIica muestra una fusió n de espacios e n
común ' , e l espacio e uclidiano y el espac io perspecti vista no el mismo instante en que - median te la image n de la penetra-
desa parecie ro n e n una bocanada de humo sin d ejar ras tro ció n- afirma la integridad individual de dichos es pacios. Como
al gun o en nuesu-a concie ncia, nues tro sa be r o nuestros méto- e n un fundido encade nad o cinematográfi co interrumpido, qu e
d os e du ca ti vos·'. ~'() Un de tenninado es pacio se hi zo ailicos, pe ro se niega a decidi r su o ri gen O su destino, la image n se forma po r
sin embargo no desapareció . Ese "sin e mbargo" no seli ala esa conde nsació n. Tamb ié n se forma media nte el des plazamie nto
disyun ció n e ntre sabe r y creencia qu e Fre ud d e no min ó hasta o desde la image n de los infaustos percements [las perfo ra-
\1erl~tlgnung, "d esme ntido". En re lación con nuestra te rmin o lo- cio nes] del barón Geo rges-Euge ne Haussmann que horadaba n
g ía e n este caso, tal vez podría mos recurrir a Mao Tse-Tun g: la los distdtos o bre ros de París como el calionazo qu e es taba des-
re lació n e ntre el es pac io instrume n lal ex isten te d e la mode rni- tinad o a favorecer.?! Este fragmen to tex tual contiene un a am bi-
dad política y el espacio eme rge nt.e de la mode rnidad estéti ca vale ncia: como si d os espacios d istintos -uno herm éti co, e l o tro
es un a relació n de "contradi cción no a ntagonista". pe rmea ble- compitieran por ocupar el mismo mo mento e n e l
tie mpo. Tan to e n el ensayo sobre Ná poles como en la dedi cato-
ri a de Direrrión única, la metáfora de la po rosidad com pi te con
11 un a di aléctica de interio r y exte rior q ue perte nece a un regisu'o
d istin to. Esta ambivalencia ma rca e l espacio re prese ntacio nal de
Benjamin y Lacis, ellos mismos fu era de luga r e n Ná po les, con- la mode rnid ad en ge neral.
side raro n qu e todas las cosas en Nápo les estaba n des-colocadas,
como cuand o "el cuarto de es tar reapa rece e n la calle". Esta ima- U na de las imáge nes más pate ntes de la di alécti ca mode rn a d e
ge n concre ta, dete rminada re trospectiva mente po r un a breve inte ri o r y ex te ri o r es la pared de ace ro y vidrio , d e la qu e so n
historia del surrealismo, surge nuevamente e n el largo e nsayo pro to tipo las es tru cturas de vidrio y hie rro de los pasaj es de
de Benjamin de 1938 sobre París e n la época de Baud elaire. Pa rís. Pode mos tomar e l ejemplo específi co de la oficina admi-
AqUÍ, Benjamin come nta la tendencia de l fláneur [el paseante ] nistra ti va, pa ra un complejo fabril modelo, construido por
a "conve nir el bulevar e n un intérieur". Esc ribe Benjamin : "La Waller Gro pills y Ado lf Meyer pa ra la Ex posició n We rk bllnd de
calle se convie n e e n una vivienda para el fldnew; se encue nU-a Colo nia de 19 14. Como lo ha eSClito Ri chard Sen nett:
tan en su casa e ntre las fac hadas de las casas como el ciudadano
e ntre sus cuatro paredes. Pa l-a él los signos bdlla ntes y esmalta- - En est.e ed ificio se encuentra uno a la vez denlro )' fllera ( ... )
d os del negocio son un o rn ame nto mUl-a1 lc'l n bue no al me nos Desde el exte rio r se p uede ve r gente que su be y baj a entre pisos
como lo es pa l-a un burgués un cuadro al ó leo e n su 5.:'l ló n".21 (... ) Se p uede ver a través de las paredes, los oj os se m ueven del
Este pas'Üe, en re trospectiva, ayuda a reve lar un a amb igüedad ime l-io r al exterior y del exterio r al ime d or. Los co nfin es de l inte-
fundamen tal presente tanto en el ensayo de Lacis y Be njamin rior han pe rd ido su signifi cado (.. ) Grop ius }' Meye r h¡:ln cmp lea-

154 155
-
do cristal en las puenas )' en tomo a ellas , de modo que se puede fal océntri co abstracto d e la modernidad capitalista sobre\~vi ó
li teralmem c mirar a través del edificio a las personas qu e e::ntran para oc upar el espacio represe ntacional d e la mod e rnidad esté-
d esde el otro lado ( ... ) lntclior }' exte rior se \'llc lven visibl es a la tica. Verdaderame nte, ha sobrevivido hasta el día de hoy. No es
vez, como las zo nas frontal }' lateral de un retrato cubista" . '
2
qu e una formaci ó n espacial fuera sustituida por otra. Es más
bie n como si una "capa" superior de represe ntaciones espacia-
Sin duda es esta clase de "image n d e lo moclerno"21 lo que les se hiciera permeable, "po rosa", y permitie ra que otra capa
Be njamin ti e ne e n mente cuando celebra "el siglo xx , co n su infe rior se mostrara a través d e ella. El propio Lefebvre propor-
po rosidad , transparencia, luminosidad y aire libre".2.} Sin cio na la analogía apropiada. Señala que al principio de la ges-
embargo, el arquitecto moderno a qui en ex plícitamente rinde tació n d e un organismo biológico "se forma una hendidura en
homenaje no es Gropius, sino Le Corb usier, el diseiiador de la la masa celular. Se produce gradualmente una cavidad ( ... ) Las
"ciudad radiante"." El proyec to d e 1930 d e Le Corbusier para células adyace ntes a la cavidad fo rman una pa ntalla o membra-
la Ville Radieuse es el origen d e la visión pe rspectivista, ahora na que actúa como IínlÍte ( ... ) De este modo, un cierre viene a
este reotipada, d e la mode rnidad urba na como compuesta por se para r interior d e exte tio r y establece así la presencia del ser
torres armoniosamente es paciadas que se alzan sobre una ili- \·; vo como 'cuerpo disti nto". Este "cierre", no obstante, es siem-
mitada extensión d e parques. El proyec to evolucionó a panir pre relativo: "'Las menlbranas en cuestión siguen siendo per-
del plan d e Le Corbusier para la Ville Contem po rain e, diseti a- meables, perforadas por poros y orificios. El trá fico en ambas
d a para una población d e tfes millones d e habitan les, qu e se direcciones, muy lejos d e interrumpirse, ti ende a aumentar y se
ex puso en París en 1922. Kenn e lh Frampton d escribe la Vi lle hace más diferenciado, abarca tanto un inte rcambi o de energía
Co ntemporaine como "una ciudad capitalista de élite, d edica- (ali mentación, respiración, excreción ), como un intercambio
da a la administració n y el control, co n ciudadesjardín para los de información (el aparato se nsorial) ". Ese cierre, por tanto,
trabajadores situadas, junto co n la industria, más allá d e la más que pertenece r al orden natural , es una creación d el orden
'zona de segu ridad' del cinturó n verde qu e abarcaba la ciu- social. Así, Lefebvre escribe: "Una característica definitOl;a de
dad".:!' Así pues, podemos recordar que de l mismo modo que la propiedad (pdvada ), lo mismo que de la posició n d e un a ciu-
la mod ernidad es el lugar de la transparencia en arquitectura, dad, nación o estado-nación en el espacio, es una frontera
se e ncuentra también e n el origen d e) a islamie nto social e n y ce rrada. Al margen de este caso limitador, no obstante, pode-
en tre altas torres d e apartamentos, de la muerte d e la calle mos d ecir que todo envoltorio espacial implica una barrera
como lugar de interacción social , y d e la prác ti ca de la "zonifi- e ntre inte rior y exterior, pero que esta barre ra es siempre rela-
cación ", qu e establece líneas absolu tas d e d emarcació n entre tiva y, en el caso d e las me mbra nas, siempre pe rm ea ble". ~ La
zonas de trabaj o y residenciales, entre actividades culturales y magia transgresora d el jllÍneurconsiste en hacer que el intedor
comerciales. La pared transpare nte, utili zada por modern os apa rezca en e l "lado equivocado" de su muro d e limitador, en el
socialistas com o ero pius para unir interior con exte rior, esta ba lado equivocado d e la fachada. Ciertamente, la tra nsformaci ó n
destinada a co nve nirse e n el índice mismo d e la excl usividad es un a ilusión , pe ro en tonces el interior mismo es una ilusión
e mpresarial capitalista. --en un doble sentido-. En primer lugar, Benjamin setiala qu e
el interior burgués hace su aparición en la historia, en el si-
glo XIX , como un a fantasía cosificada:
111
"Para la perso na privada , el espac io vital se convi e rt e, po r primera
Lefebvre concluye que hacia 1910 "un d eterminado espacio se vez, en algo antité ti co de l lugar dc trabaj o (... ) L'l persona privada
hizo atiicos", pero tambié n que "no d esapareció"'. El espacio que sa ld a sus cucntas co n la realidad en su o fi ci na exige el mante-

157
156
nimiento del interior e n sus il usiones (... ) d e ahí surge n las fantas- lica social"'.:I:? Si e l e nlOrno construid o se concibe desde e l
magorías d el inte ri o r. Para el indiyiduo privado. el ento rno priva· punto de vista de l cue rpo, e nto nces estamos hablando de un
do represe nta el unive rso. Allí agrupa luga res remotos y el pasado. cuerpo diferente.
Su sala d e dib LUo es un palco en el leatro del mundo."'·'
Una fo tografía de Arnold Newman de 1949 muestra los ele-
En un ensayo sobre la arquiteclUra dom és ti ca de Ado lf Loos, mentos de una casa prefabricada expuestos so bre lo que parece
Beatd z Colo mina esc¡-j be: se r un a pista de ho nlligó n de un ae ród romo. Todas las form as
d el intrincado diselio de es ta alfo mbra de ele men tos son igual-
~ En los in teriores de Loos, la sensación de seguridad no se consigue me nte visibles. Ninguna j e rarquía forma l o fun cional rige las
simpleme m e con volve r la espalda al exterio r y sumergirse en un relacio nes entre las partes. Únicamente la contigüidad vincula
mundo p¡; v'a do -" un palco en el tea tro del mundo" , por emplear madera, metal y vidrio; bastido res, tablon es y tuberías. Esto no
la metáfora de Be ¡~a Jl1 i n-. Ya no es la casa un palco en un leatro; se pa rece en nada a un a casa, pe ro no es otra cosa que una casa.
hay un palco d e teat.ro demro de la casa, asomado a los espacios Si las casas desti nadas a ser sus vecinas hubieran sido expuestas
sociales inte rnos. de modo que los habitantes resultan se r a la ,'ez j unto a ella, habría sido imposible deci r dónd e acababa un a y
actores y espectadores de la ,'ida familiar - implicados pero aparta- e mpezaba la otra. Al comienzo de su libro de 1974, E.~on.o1J1;e
dos de su propio espacio--. L'ls distin ciones clásicas elHre interior libidillal, jean-Fran<;ois Lyo tard expone d e form a parecida las
)' exte¡;or, p¡-ivado y pllblico, obj eto y slue to, ya no son d lidas
M

. " superficies d el cuerpo. En un largo y \~ol e nto pasaje, refu lge n-


te de mucosidad y sangre, des pliega no solame nte aque llo que
Pa ra desa rro llar la obse rvación de Colomi na , yo di ría que no es se ve, "la piel con cada un o de sus pliegues, líneas, cicatrices ( ... )
que esas distin ciones ya no sea n vá lidas, sino más bien que ha n los pezo nes, las uñas, la du ra piel transpare nte d e b,~o de los
sido desplazadas -como en los pas~es de París, que ho ra da n talo nes", sino también los más íntimos y profundos recubri-
la fachada só lo pa ra reproducir la fachada e n forma d e e ntra- mie ntos interiores del cuerpo. Además, dad o que lo {lIlico que
iias de vidrio de ntro del cuerpo de l edificio-.'I Además, el vincul a una superfi cie con otra es su proximidad, pasamos
ej e mplo d e Lefebvre del o rga nismo bio lógico indicaría que, e n indiscliminadamente a o tros cuerpos contiguos. Pasamos, por
cualquier sen tido rea l, la disti nción absoluta entre inte ri o r y ejen1plo , de estos labios a otros labios, y a los labios de otros.
ex terior nun ca puede ser válida. Siempre pe rtenecerá a la "rea- Pasa mos de la palma de la mano, "a rrugada como una amari-
lidad", nun ca al o rd e n de lo Real. Aquí reside po r tanto el ll enta hoja de paper', a la superficie de un vo la nte de autom ó-
segundo sentido en el cual el interio r es una ilusión , En un a vil. Más a ún , nos recuerda Lyotard, no debemos o lvidarnos de
am pliación de la ana logía del organismo bio lógico al espacio aliadir co lores a la re tin a, ni de aliadir a la le ngua "todos los
social de l entorno construido, Lefebvre nos recu erda que un a sonidos d e los que es capaz", incluida "'toda la reserva selecti va
casa aparenteme nte sólida es "atravesada desde todas dire ccio- de sonidos que constituye un sistema fon o lógico". Todo esto y
nes po r corri entes de e nergía que enlra n y sale n por cu alquie r más pertenece al cuerpo Iibidinal. Este "cuerpo" no guarda leal-
ruta imaginable : agua, gas, electricidad , lín eas de leléfono, tad a lo que Lyotard califica como la "economía políti ca'" de lo
se liales de ra di o y televisión , etcé te ra", y qu e observaciones o rgá ni co. El "cuerpo político" es un conj un to jerárquicamente
simila res son aplica bles a la ciudad entera. Así pues, escribe: o rganizado de órganos constituye ntes - regidos conjuntamen-
"Una imagen lo más exacta posible de este espacio sería consi- te por m ente y corazón- que intenta resistirse a la muerte y
de rableme nte distinta de la imagen perso nificada en el espacio re producirse. Es un cuerpo claramente difere nciado de otros
representacional que sus habitantes ti e nen e n m ente, y que cuerpos y del mundo de los obj etos. Es es te cuerpo sometido a
pese a toda su imp recisión juega un pa pel integral e n la prác- la Ley el que puede convertirse e n el lugar d e "u-a nsgresión "

158 159
-ilusu-ada, para Lyo ta rd, por un dibt!.io de Hans Bellmer e n el moderna no es necesariame nte opaca. La observación de
qu e un pliegue del brazo de una muchacha ocupaba el luga r Lefebvre sobre la fac hada es el único pasaje donde sugiere la
del pliegue de la vu lva- . No se trata de una metáfora tan trans- posibilidad de un psicoanálisis del espacio. No o bstante, hay e n
gresora, sino de una metonimia más corrosiva. Esc ribe Lyorard : el complejo y densame nte razo nado libro de Lefebvre muchos
"No debemos empezar con la transgresió n, debemos ir inme- puntos donde sus ideas invitan a un desarro llo desde el punto
diatamente al pro pio fin de la crueldad , construir la ana tomía de vista de la teo ría psicoanalítica. Lo más fundamental es que
de la perversión polimorfa, desplegar la inmensa membl-a na esc ribe que el espacio es "a nte todo mi cuerpo, y luego es la
del 'cuerpo' libidinal, que es todo lo contrario de un sistema de contrafigura o el 'otro' de mi cuerpo, su imagen especular o su
piezas". Lyotard conside l-a que esta "membl-ana" está compues- sombra: es la intersección cambiante entre lo que toca, pene-
ta por los más heterogéneos elementos: hueso humano y pape l u-a, amenaza o benefi cia a mi cuerpo, po r una parte, y todos los
de escribir, acero y clistal, sintaxis y la piel del inte rior del demás cuerpos por otra".:II; Siguen sin desarro llarse plenamen-
muslo. En la economía libidinal, escribe Lyotard: "tod as estas te implicaciones psicoanalíticas de semejante o bservación -las
zo nas están e nsambladas de un ex tremo a otro ( ... ) en una ci nta más obvias en relac ión con la idea de Lacan de la "fase del espe-
de Moebius ( .. .) un a pie l moebiana, [una] interminable cin- jo"- . Verdaderamente, en la medida en qu e se aplican a con-
ta de geo metría variable (un a concavidad es necesariam en te sideraciones del espacio, están asimismo poco desarrolladas en
una convexidad e n la siguiente \lIelta) [con] una única cara, y el ámbito del propio psicoanálisis.
por tanto ni ex te rior ni interior".!\3

El diseño de Gropius y Meye r para la Exposición del vVerkbund IV


d e 19 14 puede hacer mutuamente visibles interior y ex te rio r,
pero sin por ello abolir la distinción j erárqui ca e ntre ambos: se La problemática del espacio es abordada desde un pnnClplo
trata, después de todo, de un edifi cio ad ministrativo. L'1s pare- en la prác tica terapéutica y en la teoría metapsicológica de
des de cristal de las LO ITes de oficinas co rpOl-ativas que siguen Freud: ta nto en términos reales, por ej e mplo e n la cues ti ó n del
pueden ser transpa re ntes, pero no más porosas que sus "techos entorno terapéutico, como e n términos merafóricos, po r ejem-
de cristal". Estas fachadas conservan su función c1 ás i ca, !\~ que plo e n sus modelos topográficos de los procesos me o tales.
consiste tanto e n dirigir el ojo hacia un punto de fuga , o punto Debido tal vez a esta precoz ubi cuidad , el tema del espacio
de interés, como e n marcar un límite. Le fe bvre parece no ten e r como tal sería objeto de una escasa y tardía consideració n
en cuenta la pared transparente cuando seiiala: "Una fachada directa en el psicoanálisis. Que yo sepa, el ensayo de Paul
admite cienos actos e n el terreno de lo qu e es visible, ya ocu- Sch ilde r de 1935, "Psicoanálisis del espacio" . ~; es el primero
lTa n en la pro pia fachada (e n balco nes, corn isas de ve n tanas, que aborda el te ma de fo rma explícita y exclusiva. Schilder
etcétera ) o vaya n a ser vistas desdf la fac hada (procesio nes e n la concluye que "el espacio no es una e ntidad independiente
calle , por ejemplo). Muchos o tros actos, por el contrario, los (como Kant erróneamente ha afirmado), sino q ue se mantiene
condena a la obsce nidad: ocurren detrás de la fachada. Po r lo e n estrecha relación con instintos, impulsos, emociones y
cual pa rece suge rir un ' psicoanálisis d el espacio".33 La fachada accio nes".38 Sus observaciones aquí se adelantan a una nota de
a la que Lefebvre se refiere aquí es opaca. Según su inte rpreta- trabaj o aislada hecha por Freud en 1938: "El espacio puede ser
ción, si no hay nada oculto no hay necesidad d e una te o ría psi- la proyección de la extensió n del aparato psíquico. Ninguna
coanalítica. Esto sería reducir el psicoanálisis a una teoría de la o tra de rivación es probable . En lugar d e los ka ntianos deter-
represión , pero el psicoanálisis moderno no se relaciona nece- minan tes a pri01i de nuestro aparato psíquico. La psique se
sariamente con la represión , del mismo mod o que la fac hada exti e nde; no sabe nada al respecto".l!I Las conclusiones de

160 16 1
Schilder sobre el espacio psíquico provienen de su trabajo mundo externo de objetos "reales" y el mundo interno de aque-
sobre "la imagen y la apariencia del cuerpo humano", según llos "objetos" que son las representaciones psíquicas de sensa-
las palabras del título de su libro de 1935 (libro que es una ciones procedentes, principalmente, de órganos corporales y
de las fuentes de la idea de la fase del espejo de Lacan).'" En del cuerpo de la madre. El autismo y la esquizofrenia patológi-
"Psicoanálisis del espacio", Schilder escribe: cos representan una füación , a la vez que una regresión, en tales
relaciones iniciales con los objetos. No obstante, como seilala
"Existe en un principio una relación indiferenciada entre un a ima- Freud, debemos recordar que "la frontera entre los estados
ge n-cuerpo incompletameme desarrollada y el espacio exterior. Se mentales denominados normales y los patológicos tiene un
producen diferenciaciones más claras en lOmo a las aberturas del carácter en gran medida convencional y (. .. ) es tan fluida que
cuerpo. Existe una zona de indiferencia entre cuerpo y mundo probablemente cada uno de nosotros la cruza muchas veces en
exterior que hace posibles las distorsiones del espacio-cuerpo y del el transcurso de un día". Como dice sucintamente Octave
espacio-exterior mediante proyección y apPrso1/.iz.ación.".~ ' Mannoni: "Todos somos psicóticos más O me nos curados". ~"

La "apersonización " es el proceso en el que "podemos tomar Un libro de dibujos de Antonin Artaud, publicado en Francia
panes de los cuerpos de otros e incorporarlos a nuestra propia en 1986 ,4~ incluye un ensayo de Jacques Derrida que es, en
imagen-cuerpo" . 42 En un entorno patológico, tal intercambio de efecto, una reflexión ampliada sobre la palabra francesa subjec-
partes del cuerpo es una característica de las "psicosis". Entre las tile, de uso infrecuente -una palabra que aparece, con apro-
que Freud denomina "psicosis defensivas", el autismo y la esqui- piada infrecuencia, en los escritos de Artaud-. La edición
zofrenia son las que más directamente se basan en la relación de 1978 del diccionario Petit Roberl define subjectile como
corpórea con la realidad externa. En su libro de 1972 sobre "superficie que sirve de soporte (pared, panel, lienzo) para un
Autismo y psicosis infantiles, la psicoanalista británica Frances cuadro". No es ese el sentido del término en Artaud. Por el con-
Tustin comenta: "la división psiquiátrica habitual de los niños u'ario, como señala Derrida, lo subjectile es aquello que se en-
psicóticos [se establece enu"e] los que sufren autismo infantil cuentra "entre las superficies del Sl~eto y el objeto".-Iti Es el
precoz y los que sufren esquizofrenia infantil " . 4~ Tustin conside- lugar donde puede seguirse el rastro de "las trayecto rias de lo
ra esta distinción "demasiado rígida". En aras de una claridad de objetivo, lo subjetivo, el prO)'ectil, la inlroJección, la inlmjección,
exposición, no obstante, fuera de contexto clínico, resulta con- la objeción, de de)'ección y ah)'ección. etcétera".H Derrida describe
veniente mantener la distinción. Esquemáticamente, los térmi- un a obra gráfica de Artaud en la que:
nos autismo y esquizofrenia dan nombre a los extremos opuestos
de un conlinuum de modos de relación psicocorpórea con la rea- ;'con ayuda de una cerilla Artaud abre agujeros en el papel, }' los
lidad extenla. La zona intermedia de este continuum esquemáti- rastros de la perforación de la quemadura forman parte de una
co abarcaría los modos "normales" socialmente aceptables de obra en la que es imposible distinguir entre el suj eto de la repre-
relación con el mundo. En un límite extremo, el autismo repre- sentación )' el soporte de dicho suj eto, en las capas del material,
senta una clausura total de dicha relación: el sujeto autista entre lo que está arriba }' lo que está abajo, y por tanto entre el suje-
puede parecer "muerto para el mundo". En el extremo opues- to y su exterior, la represelllació n y su o tro".-V>
to, la esquizofrenia representa una apertura total de la relación:
en la medida en que el cuerpo esquizofrénico está esparcido en AJ leer esto, me vino a la mente una imagen que suele repe-
pedazos por todo su mundo. Tanto el autismo como la esquizo- tirse en los noticiarios de te levisión: la imagen de una casa o un
frenia son estados normales de una infancia muy temprana, apartamento con las paredes perforadas por disparos de misi-
cuando todavía existe escasa distinción sustantiva entre un les u obuses. Pese a sus repeticiones, la imagen nunca dejaba

162 163
de "pe rfo rarme". ESlO no tiene nada que ver con el puncturn o v
el studiu.m d e Banhes. No es una reacció n privada ni é tica. Lo
que está e n j uego es algo totalmente distinto . En su come nta- Los pasaj es de París de los qu e hablaba Be njamin , y los edifici os
ri o so bre la a nsiedad d el niño al ser se parado de su madre, modernos que presagiaba n, no señalaban la apa li ción de un
Freud señala qu e e n e l o ri gen de la zozobra se e ncu e ntra la espacio histó ri camente sin p recedentes. Tales ejemplos re pre-
pe rce pción del niño de su madre como la pe rso na que ate n- se ntan más bien el desarro llo parcial e impe rfecto de un a ima-
derá sus necesidades. De este modo, lej os de poderse redu cir gen del espacio q ue está latente en to d os nosotros: el espacio
simpleme nte a la pérd ida de un obj e to , "la situ ac ió n ( ... ) qu e preedípico, ma ternal: el espacio , qui zá, qu e Be l~a m i n y Lacis
[el ni ño] considera como un 'peligro ' y contra la cual desea ser reenco ntraro n mo me ntáneame nte en Nápoles. En este espacio,
pro tegido es la de un a ( ... ) creciente tensión debida a la necesidad, no es sim pleme nte q ue los lím ites sean "porosos", sino qu e el
co ntra la cual está indefe nso" (cursiva e n el original) . Más fun- suj eto mismo es soluble. Este espacio es la fuente de di cha
dam en ta lme nte aún , al margen de la necesidad , la ansiedad se y de terro r, del sentim iento "oceánico" y de l sentimien to de des-
d eri va de "la pe rt urbació n econó mica ocasio nada po r una ac u- hacerse; d el mismo mod o que se encuentra en el orige n de los
mu lación de cantidades de estimulació n que de be n ser elimi- sen timientos de sentirse invadido, abrumad o, sofocad o. La
nadas. En este facto r res ide ( ... ) la ve rdadera ese ncia del 'peli- ge neració n de euro peos a la que perte nezco creció en un
g ro"! 9 En el e ntorno con te mpo rá neo de los medios d e mundo de fro nteras fti as, d e límites glaciales: congelados, pare-
co municació n de masas, en pa rti cul ar de la televisió n , todos cía q ue para toda la ete rnidad , por la guerra fría. Ahora, e n la
estam os sometid os a la a nsiedad resultan te, entre otras cosas, época de l des hielo , los límites se funden , se deslizan , se sum er-
de la exposición al d o lor que somos incapaces d e aliviar. La gen y reeme rge n po r todas partes. Las ide ntidades - naciona-
zozobra impotente que podemos sentir --comparable a l "tran- les, cultu rales, individuales- ex perim en ta n las ansiedades exul-
sitivismo" infa ntil- es testimonio de la ines tab ilidad congé ni- tan tes que aco mpailan a la ame naza de disolución . la Euro pa
ta de los límites psicocorpóreos q ue está en el o ri ge n a la vez de Benjamin era [una Euro pa ] de fro nte ras fuertes, un hecho
de la empatía y los celos, d e la compasió n y la ag resió n . Indica qu e sería trágicamente fun esto para el pro pio Be l~ a min. Las
la fragilidad y la pe rmeabi lidad , la po rosidad de las capas entre actuales fro nte ras nacio nales son e n g ra n parte inconvenientes
u n slti elO perso nifi cado y o tro . En el encue ntro fis ico, la po ro- para el capitalismo mu ndial - han sido rutinariame nte igno ra-
sidad correspo nde al límite de la piel que co ntie ne el yo cor- das por las corpo raciones transnacio nales y po r un mercado
po ral, e l "yo-piel".!>O En el e nc uentro medi áti co se produce una mo ne tario conve rtido e n un a red info rm áti ca m undial, que
permea bilidad entre las "capas" , de mo do que interio r y exte- fun ciona a la velocidad de la luz- . Mie n u'as los países d ébiles y
rior, aquí y all í, se reafi rrnan y se co nfunden a la vez. Me refi e- emergen tes luchan po r man tener sus titubeantes identidades
ro a las ca pas cor neal y re ti nal qu e reci be n y tra nsmi ten la ima- mediante un trazado más esuicto de las fro nteras a su alrede-
ge n ; la capa de vidli o rec ubi erta de fósforo que - al recibir e l do r, los países consolidad os n1ás fue rtes pie rden la voluntad
bomba rd eo de electro nes q ue codifi ca la image n- perfora po lítica de vigilar sus inciertos límites. Las fro nteras de la
efectivame nte la capa , la pantalla qu e es la pa red de mi cuarto Europa actua l so n cada vez más porosas. La histori a reciente de
de estar; la ca pa per forada d e la pared en la image n de de ntro Alemania es un ejemplo de esto: un espacio en transición , que
o de detrás de la pan talla de l televiso r --dentro de ese ed ifi cio, representa el equivalente eco nó mico y político de la "ósmosis"
de trás de esa pa red , d o nde tal vez algui e n e n su cuarto d e estar -el movi mie nto de un fl ui d o a través de un a memb ra na semi-
hace tiem po veía la te levisió n- o permeable , de la solució n rnás débil a la más fue rte-o No obs-
ta nte, m ientras "el Mu ro" se desmo ron aba en e l in te rior de
Alemania, la ósmosis e n las fro nte ras alemanas - las transmi-

164 165
siones fluidas de la economía más débil a la más fuerre- revi- fotografias so n , por tanto, es pecialm e nte propensas al "des-
vía un horror patológico a nte la mezcla, cuya historia moderna mentido" como el mecanismo por el cual podemos pro tege r-
ha sido ta n eficazme nte catalogada por Klaus Theweleit."¡ La nos contra sus más angustiosas (i)rrea lidades. Man no ni ex pre-
retó rica de l neofascismo, en mod o alguno excl usivo d e sa ba así la fo rma del desmen tid o: "Ya lo sé, pero aun así"."3 "Sé
Alemania, suena familiar - pero resuena ahora e n un espacio muy bien qu e esta (poco placente ra ) realidad existe/ existió,
distinto-, La retórica, según podemos recordar, era o riginaria- llera aun así, aquí existe Ílnicame nte en la belleza de la co pia",.'>-I
mente un arle del es pacio --del gesto y de la escenificación- Desde el influye nte ensayo de Laura Mulvey "Place r visual )'
al mismo tiempo qu e un arte del discurso, El espacio de l esce- cine narrati\'o" ,"" nos hemos acostumbrado tambié n a la idea
na1;0, la fuente anti gua del espacio pers pectivista, ha cambiado, de que el fetichismo es un a estru ctu ra psicosexual predomi-
nante d e la representación ci nemáti ca, La image n te levisiva
Al explicar el prin cipio del diblUo basado en la perspectiva, rara ve z es "he rmosa" como puede serlo una foto o un a to ma
Leonardo pedía a su lector que imaginara que miraba por un a cinemalOgráfica,""'i ni su evanescente movilidad permite la petri-
ventana y trazaba sobre la superfi cie del cristal el contorno de fi cación necesaria para la investidura fetichista. Los mecanis-
lo qu e \'eía, Paul Virilio d escribe la pantalla de televisión com o mos reg resivos e inconscientes de defensa invocados po r la
"' un a ventana introvertida, ulla ventana qu e ya no se abre a un tele\isió n , mie ntras canaliza el sufrimiento y la excitació n en
espacio colindante",",2 Hoy, la "ventana al mundo" del perspec- nuestro palco e n el teatro d el mundo, mientras vie rte todas las
tivista, y el arco del proscenio, sig ue n siendo los marcos ha- ciudades rotas del mundo en nuestro interior, son distin tos de
bituales de nuestras re prese ntacio nes -incluso en la televi- los invocados por la fotografía [como tal) )' por la fotografía
sión-, Pero tales medi os de circunsc ribir la puesta en escena cinematográfi ca. Producen un espacio diferente,
parecen fuera de su ti empo; residuos dislocados de otro tiem-
po, un a especie d e nostalgia, Que es to es cierto se puede ver, Pese a toda su estupidez "insensible ", la televisión es tambié n
mejor qu e e n ningún otro lugar, en las imágenes de realidades una frágil membrana permeable de extensión casi planeÜ'l. ria,
"virtuales" ge ne radas por o rden ador con las qu e reciente men- Su red de conexiones por saté lite, variables al instante, que cru-
te nos hemos famili a ri zado, Sus es pacios impecablemente za n indiscriminadamente me ridianos fu os y a nti guas fronteras ,
e uclidiana nos de "boceto lineal " invocan muy especialme nte ha hecho qu e el espacio mundial pase d e ser de un g ráfi co a
las ilustraciones de tratados del siglo XV II sobre la pe rspectiva, ser un palimpsesto, Virilio ha comentado que tanto Be nja min
e n gran m edida con el mismo efecto ex trailamente nostálgico como René Clair comparaban la arquitectura con el cine , e n
de un recipiente de po li estireno moldeado para rep roducir la cuan to que ambos medios abordan lo qu e Benjamin d eno mi-
impresión dejada en la arcilla hümeda por los dedos de un naba "recepció n colecti\'a simultán ea".'''; Lo qu e Virilio e ncuen-
alfarero. Be njamin comentó que la llegada de la fotografia e n tra de especial interés e n esta comparación es e l reconoci-
e l siglo XIX "di o al momento un sobresalto póstum o". Buena mie nto implícito de un a transició n histórica desde la priOl-idad
parte de este sobresalto era la conmoción de lo ex trailo: la represe ntacio nal de la "supe rfi cie " hasta la correspo ndie nte a
extraiieza de l autómata, e l androide , el replican te; la conmo- la "interfaz" [interconexió n]. Benjamin se llala qu e Baudelaire
ción de la familiaridad poco famili ar de este nuevo viejo espa- describía al habitante de la ciudad moderna como "un calei-
cio rep rese ntacional. La folOgrafia, como ahora estamos acos- doscopiodotado de conciencia", y que con la llegada d el ci ne la
tumbrad os a observar, se presta fácilmente al fetichismo: esa percepción mediante sobresaltos se est.ablece como principio
estructura psíquica qu e es la forma prefe rida de mercanCÍa de l for maL.;;! La posterior llegada de la te levisió n - tambié n , como
ca pitalismo, la moneda psicoestética más favorecida , con la la arquitectu ra, una técn ica de "recepción colectiva simul tá-
que comercian por igual modernidad y "posmo dernidad", Las nea" - , ha consolidado mas ivamente este principio. En su

166 167
ensayo de 1936, "La obra de arte en la é poca de su re producti-
bilidad técnica", Benjamin escribe: "Pa recía que nuestros
ba res, nuestras ofici nas, nuestras viviendas am uebladas, nues-
tras estaciones )' fábricas nos aprisio naban sin esperan za.
Entonces vino el cine y con la dinamita de sus décimas de Notas:
segundo hizo saltar ese mundo carcelario. Y a hora e mprende-
mos e ntre sus dispersos escombros viajes de aventuras".:.!' Hoy.
para viajeros rn ás ansiosos y mellos aventure ros, viajeros de 1. Susan Buck-M o rss, 7711' DialRClics oj Sl'eillg: Wallf'r Bnlj{//IIil1 ({lId (li l'
sillón, los "dispe rsos escombros" de las ciudades estalladas se Amulf's Projert, MIT Press, Camblidge y Londres, 1989, p. 8 [ver-
proyec tan rutinariamente en nuestros cuartos de estar a través sió n caste lla na: Diolk fira dI' la, mirado. Wa/fa Bnljfllllill )' I'I/m>)"t'rfo
del hueco de l te levisor. El televisor, "la caja", es el "palco del dI' los /H1Srqfs. Viso r. Madrid. 1995].
teatro de l mundo" - tan a me nudo un teatro de gue rra-.- 2. /bid. , 11.
Para Virilio, es la televisión lo que ha marcado definitivamente 3. Benjamin prese ntó su disenación comp leta en 1925)' se le acon-
e l fin del espacio perspectivista, la concatenación ordenada de sej ó "retirar su pe tició n (... ) antes que sufrir la ve rgüe nza de un
las fachadas. Escribe Virilio: "El callejón sin salida desaparece rec hazo". Véase Buck-Morss, The Diall'ctics ojSefiug, ¡bitl., p. 22.
en la visión superpuesta de un ( ... ) televisor que nun ca se 4. En Walte r Benjam in . RRjlfr{ions, Harcoun, Nuem York y Lo nd res.
apaga, que siempre da y recibe ( ... ) todas las superficies y todas 1978 [ve rsió n cas tellana: Di rección úllim. Alfaguara. Madrid .
las piezas de un rompecabezas te le topológico" .00 Todas las 1987].
supe rficies)' todas las piezas del cuerpo form an un complejo 5. Este texto contiene un a lista de siete consejos -<onsejos que sos-
rompecabezas qu e antaiio se nos exigía reso lver para conver- pech o que aún es muy habitual ofrecer a los estudiantes universi-
tirnos en humanos. Como los elementos de un edifi cio , la ima- tarios-. Por eje mplo. el Plimer punto acon seja: MEn toda la expo-
gen completa del rompecabezas se mantie ne unida más o sició n deberán entreverarse continuas y prolijas referencias al p lan
menos provisionalmente: pueden haberse abie rto aquí grietas de la obra": el pumo ú ltimo insiste: M Varios ad"ersarios que defien-
desmesuradas bajo una fachada en calma; grietas que pueden dan la misma argume ntació n, debelían ser refutados uno a un o".
hacer aiiicos un caparazón transparente ; mie ntras otras estruc- Véase ,;O ne Way Street", en Benjamin , RPJlerfiolls. ¡bid., p. 79.
turas pueden perdurar solamente en un aislamiento mudo y 6. A~ja Lac is. Rl'lIolllfioll ár ;m Benif, He"irhte -iiber prolfffllúrhes Theaffr.
temeroso. Hoy, la respuesta autista de repliegue total, y la iibn Mf)'rrhold. 8r(lrlll, Belqamin /J /ld Pismlor, Rogn er & Bernhard.
ansiedad esquizofréni ca del cuerpo hecho peda zos, se inscri- Mlll1i ch. 1971. pp. 4344; citado e n Buck-Morss. T11f' D ia(frlirs oj
ben en nuestras formas psicocorpóreas de identificación con el Sffillg. p. 15 [ve rsió n castellana: Dialér/iw d(l la ",imda. Walff'r
rompecabezas teletopológico de la ciudad hecha pedazos. Bnljalllin J I'I/J/'OJfrlo dI' los jJaStqfs, Visor, Madrid . 1995].
Walter Benjamin y Asja Lacis, "Naples en Benjamin , Rl'jlerfious,
M

7. •

r ) N. d el T. : 8 0.'(. caja, tlwatre box, palco (tea tra l). pp. 165-166.
8. Ibid. , p. 167.
9. Ibid., p. 171 . Así. por ejemplo: "Si el padre d e una fami li a muere
o la madre e nfe rma. no se necesitan parientes ce rcanos o lejanos.
Una ,·eeí na se enca rga de la manuten ción de un niíl o d uran te un
peri odo más o menos largo, de tal modo las familias se interpe-
Publicado o l-igin ariamente e n: / ll/ Difjenml SpllceS: PlaCfS al/fl Memol} in n emm medi ante relacion es que pueden parece rse a la ado pción"
Visu(l1 CIlIt"",., The Universi ty of Cali fornia Press, Berke1 ey, 1986. (p. 172).

168 169
10. Recorde mos además que el círculo y el cuadro son los diagramas, o/Cil¡es , Kn o pf, Nueva York, 1990, p. 104 [versión caste ll ana: La
respectiva me nte. del orbis InTfl1'llll/ y el (lIsl11lm - los territorios ronci'lIcio del 0)0, Edicio n es Versal , Barce lo na, 199 1].
sometidos del imperio romano y el campo mili tar romano--. 24. Be njamin co nsideraba los pasajes de París como "el molde en el
11 . Fra n{oise Choa)'. ~ La \'¡ lIe et le d omain e bati co mm e corps dan s que se reali za el vaciado de la imagen de ' lo modem o n •
les tcxtes des architectes-théOli cie ns de la p remi ere renaissa l1 ce 25. Walter Benjamín , Geso11/melt, Srhriflt'll, \'01. 5 , Suhrkamp Verlag,
Italienne", tYoIIl/fl/f rf'IJIIl' de ps)'c!Jmw(\'SI'. 11". 9 (p rimavera de Frankfurt am Main, 1972, p. 292; citado en Buck-M orss, TlII'
19i4) . Dialerlirs of SI'Pillg, p. 303. [Dialirlim de la mirada. \Vallrl" /3I'n)olllin J
12. Ibid. , p. 248. 1'1 pro)'f'CfO de los pasa)l's, Visor, ~'1 adrid , 1995].
1 ~. Ibid., p. 244. 26. "¿Cómo nos represcntaríamos en una existencia quc sc cumplie-
14. Cierta mente. la idea I"enacentista de la ciudad corpó rea incluía se po r entero en el bouleva rd Bonnc-Nouvelle. e n espacios de Le
no so lame nte la aparie ncia exte rna de un cue rpo visto en ténni- Corbusie r y de Olld? Véase Benjamin, ~Surrealism: Th e Last
nos \'itrubiallos de armonía de proporcion es, sino también la idea Snapshot of the European lntelligentsia" , e n Benjamín ,
del cuerpo co mo cO I~jllnt o de órganos int erdependie ntes: si bien Rfjlertiolls. p. 189. [Reproduci mos aquí la traducción de J esús
es cierto. come lHa Choay, que ninguna parte de la ciudad es con- Aguirre e n El sU'-I'mlismo: La últilllo illslalltll1l f a d" la intf'ligfl/';a
siderada como eq uiva lente d e los genitales. puro/Jea, Tallrus, Madrid 19801 .
15. He nri Lefebvre. The Produ rlioll of S/)(fa>. Basil Blackwell, Oxford y 27. Kenneth FI-ampton , Modem Arc/¡iterlw1': A Cátim' H istOl)', Thames
Cambridge U\!lassach useus) , 199 1, p. 271. and Hudson, Londrcs, 1987, p. 155 [versión castellan a: H istoria
16. De 11' al'difl(llloria. escrito hacia J 450 }' publi cado d esp ués de su oiti((l d, la arquitertura modl'r1/a, Editorial Gustavo Gili , Barce lo na ,
mu erte. en 1483. 1998, p. 156J.
17. Lefebvre. TlII' Prrxlurliol1 o/Spare, p. 201. 28. Lefeb\Te . TI" Produrtioll o/Space, pp. 175-176.
18. Luce Irigaray. Ét!Jiqul' de la dij/éreu('I' sexuplll', citado e n ~'Iargaret 29. Benjamin , IVflf'rtiolls, p. 154.
Whitford , L ure Iriga mJ: PhilosoPh)1 ;11 t!J, f emil/ ¡Ill', Ro utl ed ge. 30. Bea uiz Colomina, "Intimacy and SpcClacle: The lnteriors of
Lo ndres )' Nueva York , J99 1, p. 53. AdolfLoos", AA File<, n°. 20 (1990).
19. Le febvre, The Productio'/l o/ Spaíe, pp. 25-26. 3 1. Agrddezco a Pete r Wollen haber sugerido esta metáfora.
20 . Ibid., pp. 25-26. 32. Lefebvre, n,l' ProdlfrliOlI o/ S/W('f', p. 93.
2 1. Walter Be l~jami ll , C!uoll's BrwdP{a il1': A L)'I"¡r Prwl ill Ih e I:.'m o/I-ligh. 33. Jea n-Franc;ois Lyotard , Écollomie Libidina1l', Editions de Minllit,
Ca/JilalislII, New Left Books. Nueva York )' Londres, 1978. p. 37 Pal"Ís, 1974, pp. 10-11 [versión castellana: t..r onolllía libidim¡{,
[versión castellana: "Baudelaire. Un poe la en el esple ndor del Saltés, r\'ladrid , 1980; Economía libidinal, FCE, Buenos Aires, 1990] .
ca pitalismo", IIl/min aciones 11, Taurus, Madrid, 1972] (Este "c nsa- 34. Desde el "punto de vista" perspectivisla, que en el re nacimie nto
ro~ forma cn realidad pane del proyecto más amplio e inacabado se convirti ó en la forma dominante de o rgani zació n del espacio
de Be l ~ja min sobre los pas,!jes de París. En el mome nto de su ter- urbano.
minació n, en 1938. Be njamin pcnsaba que debía fo nnar parte de 35. Lefebvre, Tlle Prodlfrlion o/Spar(', p. 99.
un lib ro m¡:Ís extenso sobre Baudelaire que tenía previsto ex traer 36. Ibid. , p. 184.
de su Passagen- \Vl'lk). 37. Paul Schilder, "Psyc ho-Anal}'sis of Space", IlltematiOlwl J ounwl o/
22. Podría obj etarse que Be l~j am in no escribiría sobre Hauss mann PS)·r1lfH1lll1l)"sis, p. 16 ( 1935).
hasta Passagl'll-\Vnk, pem el p ropio Benjamin nos recuel"da quc 38. Ibid., p. 295.
pal-a los histOl-iado res, al igual que para los ps icoanalistas, lo ante- 39. Sigmund Freud . Tit e Sta n dard Edilion o/ lite Complete P~)'rhologi('(ll
ri o r puede estar determinado por lo poste rior. Works o/ Sigmllllll Frelld, vol. 23, Hoganh, Londres, 1955-1 974 ,
23. Richard Sennc tl , The C01ls';ella o/ t!te t.)I': T!tl' Dl'sigll olld Social Lifl' p. 300.

170 171
40. Paul Sc h ild er, T he Image amI AjJjNamlu, of Ihe H uman Bor/J, (ed). , T/únking Plwlograplt)" Macmillan , Lon dres, 1982. pp. 190-
Int ~ rnational Uni\'ersities Press, Nueva York , 1950 [\'ersión caste- 19 1.
llana: Imagen)' aparieucia del CUl'11JO IIll11W/W, Edici o nes Paidós 55. Laura Mulve)', ''Visua l Pleasu re and Nal·rative Cinem a", (1975) ,
Ibé ri ca, Barcelo na, 1983]. Visual a nd Olher Pleasures, Londres, Macmi llan , 1989 [ve rsió n cas-
4 1. Schilde r, "Ps)'ch o-Ana lysis of Space", p . 295. te lla na: Placer visual)' cine narrativo, Episteme, Vale ncia, 1994J.
42. Schilder, TI,e l'IIIflge a mI ANJearanre oflhe Hu man Bor/J, p . 1i2. 56. Pie nso en una toma con un e n cu adre simil a r al emp leado por
43. Fran ees Tustin , AutislII anrl Childltood PSJ(/¡osis. Londres, Scie nee Von Sternberg co n Marlene Diet.ri ch .
H Ollse, 1972, p. 106 [versió n cas t~lIana : Alllismo)' psicosis ;lIfrmli- 57. Vi rilio , Lost Dimension, p p. 69-iO.
les, Edicion es Paidós Ibé rica , Barce lo na , 1994]. 58. Benjamin , Citarles Baudelaire, p. 132.
44. O ctave Manno ni , MLa pan du jeu", L'ARC 69 (número especial 59. Wa lter Be nja min , "The Vlork of Art in (h e Age of Mechanical
sobre D. W. Winn icott - fecha desconocida-l. Reproduc tio n", l/luminatiolls, Fomana, Lo ndres, 1973, p. 238
45. Pa ul Thévenin )' J acques Derrida, AlIlonin Arlaud -Des.'iill.'i el por- [versión castellana: "La obra de arte e n la é poca de su re prodllc-
tmils, Gallima rd , París, 1986-. Do)' las gracias a Lindsa)' Wate rs tibilidad técnica" , D iswrsos i/lfernul/pidos 1, Talll·us, Madrid . 1973].
por ha ber llamad o mi ate nción sobre este ensayo. 60. Virili o , Lost Dimells ;oll, p . 71 .
46. ¡bid., p . 79.
47 . ¡bid., p. 63.
48. ¡bid., p. 70.
49. Freud , Mlnhibiti o ns, S)'mptoms, and An xiet)''' ( 1926), Standard
Editioll, \'01. 20, p. 137 [ve rsió n cas te llana: Mlnhibición , síntoma}'
angustia", Obras complelas, 1. 3, Biblioteca Nueva, Madrid , 19i3].
(Después de la p rimera prese n tación de este texto --e n la confe-
re ncia "The Visual Arts in a Technologi cal Age: A Centennia l
Rereading of V"alte r Benjami n ", Wa)'ne State li ni,·e rsi t)', 4 de abl; l
de 1992-, pude lee r un e nsa)'o de Patri cia Me llenc3mp donde se
plantea precisame nte el mismo argumento: véase su M TV Time
and Catastrophe . 0 1· Bi!)'olld Ihe Plpflsure PrincipIe of Te levisio n ", ~ n
Patricia Me ll e ncamp, Logics of Telroisioll, Universi t)' of Indiana
Press , Bloo mington e Indi anapo lis, 1990).
50. Véase Didi er Anzieu, 'J1¡e Skin Ego, Yale Universi t}' Press, New
Have ll , 1989 (vers ió n castellana: El Jo-f);el, Biblioteca Nueva,
Mad rid, 1994J.
5 1. Klalls Th eweleit, Mal" Fan/lIsies. Un iveJ"sity o f Minnesota Press,
Minneapo lis, 1987 (vol. 1), 1989 (vol. 2).
52. Paul Virilio, Lost Diml'1lsioll, Semiotext (e ), Nueva York, 1991 , p . 79.
53. O ctave Mann on i, M Je sais bie n , mais quand meme ", e n CleJs POli/"
L'imagillaire ou I'aulr" scmp, París, Sellil , 1969 [versión castellan a:
"Ya lo sé, pero au n así", e n La olm escena: Claves de lo imaginrllio,
Amo rro nu, Buenos Aires, ]973].
54. Victor Bllrgin , "Photograph)'. Phantasy, Fun cLio n ", Victor Bu rgin

172 173
La discreción de Barthes (1997)

El ci ne atrajo por fin a su propia Musa. Se llam a In somnio


Ho llis Frampton '

Lo que el amor peor to lera, la disc reción


John Donne'

En La paresse [La pereza], la aportación de 15 minutos de J ean-


Luc Godard a la película Sept péchés capitaux [Los siete pecados
capi tales],' Eddie Constan tine interpreta el papel de un actor
de películas de serie B que rechaza una oferta sexual de un a
ambiciosa y jove n aspirante a estrella. La razón de su rechazo,
seglin le dice a ella, es que no puede soportar la idea de tene r
que volver a ves tirse. En un a nota sobre este corto, Alaj n
Bergala o bserva:

MEddie Co nstantine encarna de maravilla ese estado tan especial


que se desprende de una inmensa lasitud. una apare nte in ercia que
de hecho es un estad o de g l-an porosidad ante la extr<l.Iieza del
mundo, una mezcla d e le targo , pérdida de rea lidad y vivacidad un
[amo alucinatoria de se nsaciones ... Godard nos hab la de esa
forma tan especial de estar en el mundo , al borde del s lle ilo " . ~

Que semejante ac titud somnolientamente receptiva pudie ra


ser la condición básica de todo espectador cinematográfico
fue sugerido po r primera vez en un núme ro especial de la
revista Commun;cations dedi cada a psicoanálisis y cine .
Publicado en 1975, ese número incluye ci nco fotogramas en
su cubierta -colocad as verticalmente, como en una tira de
película- . Los fotogramas superior e infe rior pertenecen
ambos a la misma película, El gabinete del doctor Caliga,.i.
Muestran el rostro del sonám bulo Cesare - primero con los

175
ojos muy abiertos, luego con los ojos cerrados-o Pasar la mira- cuadro de Diderot, q ue concluye: "Una pintura compuesta por
da rápidame nte de un fotograma a otro produce una rudi- un gra n número de figuras arrojadas al azar sobre el lienzo ( .. .)
mentaria anirnación --como si Cesare parpadeara-o La ima- ya no merece ser denominada una verdadera. composición, del
gen de l público cinematográfico como sonámbulos que mismo modo que los estudios dispersos de piernas. na riz y ojos
despiertan , con los ojos parpadean tes al salir de la sala a la luz, ( .. . ) no me recen ser d enominados un retrato o ni siquiera una
puede verse e n más de uno de los ensayos publicados e n este figura humana". Banhes comen ta qu e esta figura trascende ntal
número de COUlm:unications. Christian Metz, por ejemplo, escri- es "la que recibe toda la carga fetichista"}O No obstante, la
be qu e "los espectadores, al salir, brutalmente expulsados del inclusión de Diderot de un "cuerpo hecho pedazos" de ntro de
negro interio r del cine a la intensa y desagradable luz del ves- los límites de una "fi gura" podría asimilarse tanto a la inter-
tíbulo, tienen a veces la expresión desconcertada ( ... ) de las pretación de la fase de l espejo de J acques Lacan como a la
pe rson as qu e se aca ban d e despertar. Salir del cine es un poco interpretación d el fetichismo de Freud. En su posterior texto,
com o sali r de la cama: no sie mpre resulta fáci l ". ~ Metz señala Barthes escribe : "Arrimo la nariz, hasta aplastarla, al espejo de
que el sujeto que es presa del "estado fílmi co" se siente "como la pa ntalla, a este imaginado "otro" con qui en de forma narci-
e mbotad o" ( engourdi). Roland Barthes describe sus propios sista me identifico". ll Pasar de l prime r texto de Barthes al
sentimientos al salir del cine en términos muy similares.;; Se segundo es contemplar cómo una escena de fascinac ió n feti-
siente "un poco embotado [engourdt] , un poco torpe, entume- chista cede paso a otra de identificación narcisista - pero
cido, e n resumen, adormilado: está adormilado, eso es lo que como en un fundido-encadenado ci nematográfi co, e n el que
pie nsa; su cuerpo se ha conve rtid o en algo soporífero, blando, nin guna escena puede, sin embargo, disti ngu irse claramente
pacífico: débil como un gato do rmido".7 de la otra- oLo qu e sigue siendo un ele mento central, tanto e n
el ensayo de 1973 como en el de 1975, es la cuestión de la auto-
El breve e nsayo de Sanhes de 1975, "Salir del cin e", puede nomía del sujeto de la sociedad civil en las de mocracias mode r-
leerse como una repetició n de su ensayo de 1973, "Diderot, nas. saturadas de prese ncia mediática. Pero mie ntras el e nsayo
Brecht, Eisenstein"." El te ma de la "representación " -defi nida de Barthes "Diderot, Brec ht, Eisenste in " asume explícitamente
C0 l110 una estructura que gara nti za la ca ptura imaginaria de un la cuestión de cómo d espe rtar al sujeto hipnotizado de esta
sujeto por un objeto-- es un te ma centra l en ambos e nsayos, sociedad de l espectácu lo, "Salir del cin e" plantea implícita-
pe ro se desarro lla de forma distinta en cada un o. El primer me nte la cuestión de si la somnolencia misma no se rá la m ejor
ensayo se refiere a un proble ma irresolu ble en todo in tento defensa de l espectador a nte el espectácul o de la Ley.
basado en crite rios políticos de liberar al espectador de la com-
prensión del espectáculo desde dentro del espectáculo mismo. Adernás de ir al cine para ve r ta l o cual película, confi esa
Barthes reco noce que el "cuadro", la "'escena épica", la "toma" Barthes que ta n'lbién va por la oscuridad de la sala. La condi-
- todo eso-- va e n contra de la mimesis y la identificación ción previa necesa ria para la proyección de una películ a es
na rrativas. Al enmarcar el "gesto social" mudamente elocuen- tamb ién "'el color de un erotismo difuso". Barthes comenta las
te, el cuadro puede prod ucir el efecto de "distan ciamiento" posturas de los espectadores e n la oscuridad, a me nudo con
( \/etfremdullg). El hechi zo se rompe, los ojos del espectador se los abrigos o las piernas sobre el asiento d e dela nte , los cue r-
abren - pero ¿sobre qué?- "'A largo plazo", observa Banhes, pos recos tados e n los asie ntos com o si estuvieran en la cama.
"es la Ley de l Partido la que recorta la escena épica, la toma fíl- Tales acti tudes de ociosa "disponibilidad" representan lo que
mica; es esta Ley la que mira, e nmarca, enuncia".9 Toma u n Barthes de nomina el "mode rn o erotismo" característico de la
"sujeto fetichista", eSClibe Barthes, para "arra ncar el cuadro" gra n ci udad. Observa cómo la luz del proyec tor, al atravesa r
de la di égesis. Barthes cita un exte nso pasaje de la defensa del la oscuridad, no sola men te proporciona un oj o de cerradura a

176 177
la mirada del telespectador, sino que además convierte a ese aquello que la supem: el gmno del sonido, la sala misma , la oscu-
mismo espe([ador en un objeto de fascinación especular, cuan- ridad , la masa oscurd de otros cuerpos, los myos de luz, la entrada,
do e l haz de luz "ilumina .-desde detrás, desde un ángulo- la salida: en resumen, para distanciamle, ;despegarme ', comp li co
una ca beza con pelo, un rostro". Del mismo modo que Metz se una '1-e1ació n ' mediante ulla 'situación ". 1~
refiere a l'état filmique del telespectador, así también Barthes
plantea una fundamental situation de ánima. Pero mientras que Dejamos la sala de cine, sugiere Barthes, solamente para volve r
Metz se refiere a este letárgico estado receptivo como algo pro- a entrar en otro cine, el de la sociedad civil. Escribe: "El sujeto
ducido por una visita al ci ne, para Barthes se trata de una con- histórico, como el espectador en el cine que estoy imaginando,
dició n previa de la visita. Escribe: está tambié n pegado al discurso ideológico ( ... ) lo Ideológico
sería en el fondo el Imagi nario de un tiempo, el Cin e de una
"La oscu ridad de una sala de cine es prefigurada p or el 'e nsueilo sociedad ( ... ) tiene incluso sus fotogramas: los estereotipos con
en la penumbra' (preliminar a la hipnosis, según Breuel'-Freud) los que articula su discurso".lt; Estas observaciones sugieren
que preced e a esta oscuridad y conduce al s l~elO , de call e en calle , la pregunta: "¿Qué relación, si existe alguna, mantienen los
de ca rtel en cartel , para finalmente sumirlo en un cubo oscuro, medios por los que Banhes se 'despega' del Imaginario en la
anó nim o, indiferente, donde ha d e producirse este festiva l d e afec- sala de cine, con la situación del sujeto histórico adherido a
tos que d enominamos película .... ~ lo Ideológico en la sociedad?" Podría parecer que Banhes se
"disu-ae" de la película al comportarse en el cine de forma simi-
Mientras contempla la película, escribe: lar a como podría hacerlo en la calle. En su historia inicial, era
más frecuente que hoy que el cine se integrara en la jlimerie
"Me es necesario estar en la historia (lo Tlmisfll/bloble lo exige) , pero urbana cotidiana. Por ejemplo, en un capítulo apropiadamente
también me es necesa rio estar en olro lugm: un [lugar] imaginario titulado "Slreetwalking around Plato's Cave" ["Callejear en la
ligeramente despegado (dérollel, eso es lo que, co mo fetichista caverna de Platón"]' Giuliana Bruno ha escrito las formas pel;-
esc rupuloso (... ) exijo de la película y de la situación en la que patéticas de la condición de espectador - y su correspondiente
salgo a buscarla" .1' erótica- que aco mpañaron a la introducción del ci ne en Italia
en los años l¡ltimos del siglo XIX, de forma especialmente explí-
Barthes se despega de la pantalla al permitir que su atención se cita en la costumbre de proyectar películas al aire libre en los
aparte, "despegue", se "eleve".H Su acto de resistencia ideoló- principales soportales comerciales de Nápoles. li También pode-
gica -pese a proceder de una actitud ética- toma el camino mos recordar la posterior costumbre de André Breton yJ acques
del placer, más que e l de la negación. Responde al placer Vaché de visitar el mayor número posible de cines de Nantes en
visual, fetichista e ideológicamente sospechoso, del cine narra- una sola tarde -entrando y saliendo sin prestar atención a nin-
tivo, no por resistirse a la perversión, sino por duplicarla. gún desarrollo narrativo salvo el de su propia dérive-. Hoy en
Ba nhes sugiere un modo cultural mente disidente de ir al cine, día, nuestro tránsito cotidiano a través del "ci ne" exterior a la
que no consista en ir "armado con el discurso de la contraideo- sala nos lleva por !a televisión, la publicidad y las revistas
logía"; se trata de: de papel satinado. Estas son las artes hoy apreciadas --como
la arquitectura en la descripción de Benjamin- "en un estado
Mpenn itirse uno mismo ser fascinado dos veces. por la imagen }' por de distracción". No obstante, la distracción que suele producir-
lo que la rodea, como si [yo] mviera dos cue rpos a la vez: un cuer- se durante una noche viendo la televisión --contestar al teléfo-
po narcisista que mird , perdido en el espejo cerrddo, y un CUCl"pO no, preparar bebidas, charlar, hacer zapping, hojear periódicos
perve rso, dispuesto a fetichizar, no la imagen , sin o precisamente y revistas, etcétera- no tiene nada que ver con la distancia que

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-
Barthes encuentra en la sala de cine. Cuando se ve la televisión , En un pasaje de Noches de Paris, Barthes cuenta los parpadean-
comenta Banhes, se pierde el anon imato, los cuerpos que te tes encuentros casuales al volver a casa después de pasar la
rodean son demasiado pocos. Lo que es peor, "la oscuridad se noche en los cafés .-como si recorriera el itinerario a la inver-
borra" y estamos "condenados a la Familia". Como consecuencia sa, "'de calle e n calle, de cartel en cartel", tal con10 lo describe,
de todo ello, "el erotismo del lugar es excluido".'s En un ensayo como si fuera el itinerario que le lleva hasta el cine. En la calle
sobre un dance-hall de París, Barthes escribe: "Admito que soy Vavin se cruza con una hermosa y elegante joven, que deja tras
incapaz de interesanne por la belleza de u n lugar, si no hay ella <;un delicado aroma de lirios'" [muguet]. Sobre una colum-
ge nte en él ( ... ) Yviceversa, para descubrir el interés de un ros- na en la calle Guynemer ve un cartel de cine con los nombres
tro, una silueta, una prenda de ropa, para saborear un encuen- de dos actrices -Ja ne Birkin y Catherine Spaak- impresos en
tro, necesito también el lugar de este descubrimiento, tener su grandes letras (como si, comenta Barthes, los nombres por sí
interés y su sabor" .1 Y Más tarde comenta que esta simultaneidad solos fueran un "cebo irresistible"). Frente a una casa en la
de fascinación a la vez por las personas y el lugar equivale a "lo calle de Vaugirard aparece "la atractiva silueta de un mucha-
que llamarn os Festival, y que es algo totalmente distinto de la c h o",~~ El cartel de cine puede representar claramente lo que
Distracción".w Podemos recordar que Barthes se refiere al cine Barthes denomina un "fotograma" de lo Ideológico. Junto a
como un "Festival de afectos" . Va al cine, dice, solamente por la o tras formas de publicidad, los carteles de cine muestran prin-
noche. La ciudad por la noche es una forma de organización de cipalmente a individuos y objetos estereotípicos, en relaciones
la oscuridad general, y Barthes considera la oscuridad del cine y situaciones estereotípicas. En Mitologías y textos posteriores,
como una forma particular d e organización de la oscuridad de Barthes nos proporcionó los medios para desmistificar y des-
la ciudad en su conjunto. La sala de cine, dice, condensa el mantelar esa "'retórica de la imagen " por medio de análisis con-
"erotismo moderno" de la gran ciudad. Es como si lo que traideológicos -marxismo, semiología-. En "Salir del cine",
Barthes llama "el erotismo del lugar" fuera un equivalente Barthes utiliza un vocabulario ¡acaniano. Desde este punto de
moderno del genius loei, el "genio del lugar", del siglo XV III . visla, 10 que constituye el Imaginario va más allá de 10 que una
Como el correspondiente Espíritu, el efecto erótico puede ser taxonomía corriente de objetos de uso cotidiano puede clasifi-
impredeciblemente fugaz en sus apariciones. En El Placer del car como "imágenes". La "hermosa joven" y el "atractivo
texto, Barthes escribe: "Es la intermitencia, como el psicoanálisis muchacho" no sólo tienen sus equivalentes en carteles cine-
tan certeramente ha afirmado ( ... ) lo que resulta erótico: ( ... ) la matográfi cos reales, [tambié n] pueden senrir como fotogramas
puesta en escena de una aparición-desaparición".~l El erotismo vivientes -ideologemas- en el Cine de la sociedad de
qu e puede acompai1ar a lo que Barthes denomina "el Cine d e Barthes. En "Salir del cine", Barthes pregunta de pasada: "¿No
una sociedad", como el "rayo dan zante del proyector" al que se tenemos una relación dual con el luga r común [lie-u c01l/.1ll'Un]:
refiere, parpadea. Baudelaire eligió precisamente este término narcisista y maternal?" . 2.'. La mujer deja tras de sí "un aroma de
para describir los placeres de la calle urbana atestada de gente, lirios". En Francia, segú n una antigua trad ición, elIde mayo
cuando hablaba de "la gracia parpadeante de todos los ele- se venden por las calles ramilletes de lirios del valle [muguet]
mentos de la vida".!!'! Los fotogramas del Cine bifásico de -una pequei1a flor blanca de forma acampanada-o Los niii.os
Barrhes -su festival para dos cuerpos, el narcisista y el perver- pequei'los .-criados a la sombra de sus madres- aprenden la
so- aparecen abruptame nte, separándose del nl~ O fenoméni- dhrisión del tiempo corriente mediante tajes tradiciones. Esta
co a la manera del fragmento al que se refiere en Roland Barthes mujer que proyecta la sombra del propio tiempo se podría
por Rownd Barth... -en "un bostezo [báillement] de deseo"- ." Si re lacionar con el aspecto maternal de esa "'relación dual" invo-
el deseo "bosteza", eso puede tener que ve r con el atento letar- cada por Barthes. La "atractiva silueta" del muchacho -cuyo
go del so námbu lo o de alguien que se va a su casa a dormir. carácter fugaz suscita lo que Benjamin denominaba "amor a

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-
última vista" (i nfluido por los ve rsos de Baud elaire A une pas- ca", aquello que resulta más obvio en estas dos modernas pues-
sante - "A una que pasa"- ); se podría re lacionar con el otro tas en escena escogidas -la desigual distribució n de autoridad
aspecto, el narcisista. ma terial en lo rela tivo, respectivamente, a raza y sexo-. Lo que
me interesa particularmente aquí es lo que esta imagen con-
Otra noche, en París, Barthes sigue una ruta que fin almen te le densa en cua nto a la desCl;pción de la película de Godard por
llevará al "cubo osc uro" de una sala de cine. Primero visita una parte de Bergala , y lo qu e a su vez esta desCl;pción condensa en
casa de balios para ho mosexuales, luego pasa por 10 que pare- cuanto a todo lo que Barthes tiene que d ecir sobre la situation
ce ser un a especie de burdel. Aqu í, seii.ala Banhes: "A punto de de cinéma. La ITIluer del relato está dando un espectáculo; en
marcharme aparece un hermoso marroq uí a quien realmente fran cés podría decirse que elle¡ail son cinéma. Constantine e n la
le gustaría atrapa rme [m'accroched. y me dirige un a prolo ngada escalera , de forma muy similar a Barthes en la escalera, res-
mirada; me espera en el comedor hasta qu e vuelvo a bajar, pare- ponde, por repe tir las palabras de Bergala, con "una apare nte
ce desilusio nad o d e que no me lo \l eve conmigo de inmediato inercia que de hecho es un estado de gra n po rosidad ante la
(ambigua cita para el día sigui en te). Salgo sintié ndome lige ro, extraÍ1eza del mundo, una mezcla de le targo, pérdida de reali-
físicamente bien " ,:!!; La imagen de Barthes en la escalera, inter- dad y una vivacidad un tanto alucinatoria de sensaciones".
cambiando mi radas con el "hermoso marroquí", me recue rda
otra imagen. La nota de Bergala sobre La paresse forma parte de La expresión "vivacidad alucinatoria" pued e reco rda rn os la
una fi lmografía de Godard en un número especial de Cahiers du descripció n que Barthes hace de la fotografía. La fotografía,
cinéma, U na tira de fotogramas recorre horizontalmente la di ce, rep resenta "un objeto antropológicame nte nuevo", e n
parte inferior de cada pági na de la filnlOgrafía - no tanto como cuanto que constituye "una nueva form a de aluci nación: falsa
una tira de película, sino más bien como un a tira cómica o una a nivel d e la pe rcepción , verdadera a nivel del tiempo". 28 El
fotonovela- o Una de las imágenes corresponde a La paresse. ci ne, no obstante, es "siempre justamente lo contrario a una
Eddie Constantine parece que acaba de bajar por una escalera alucinación; es sim ple me nte una ilus i ón " . ~'9 Un film e "puede
alfombrada, que sube en espiral y sale del encuadre tras él. Está ( ... ) presentar los signos culturales de la locura, pero nun ca lo
impecableme nte vestido con traje, corbata y sombrero. Mira a es por propia natu raleza".30 Por el contrario , la fotografía es
lajoven starlet~e pie junto a él , vestida solamente con su ropa una imagen auténticam ente "'demente", "barnizada de reali-
interio r-o Barthes relaciona la idea de Brech t de l "gesto social" dad " :~l No obstante , la erosión de la image n con respecto a lo
con el conce pto de l cuadro en Diderot, aunque el cuadro ti e ne real, qu e Banh es e ncuentra y valora e n la fotografía, es al
una historia aRterio r a Diderot. A mediados del siglo XV I , los me nos estructuralme nte similar a su dispo nibilidad , cuand o se
erudi tos huma nistas aconsejaban a los pintores sobre la base de da e n el cine, "a quedar dos veces fascinado: por la image n y po r
dos ideas ese nciales: primero, el pinto r debe mostra r la acción lo qu e la rodea". En Roland Barthes por Roland Barthes, esc ribe:
humana en sus fo rm as moralmente más ej em pla res; segundo, "El sueño me disgusta porque uno es enteramente absorbido
dado que el "pintor de histOl;a'" solamente puede mostrar un por é l: el sue i1 0 es fonológico; y la fantasía me gusta porq ue se
mo mento sacado de un a fábula moral, dicho momento debe mantiene concom ita nte a la concie ncia de realidad (la del
ser el peripateia -el "momento decisivo" e n el que todo está luga r donde es toy); de este modo se crea un doble espac io, dis-
pendiente de un hilo-.z; Las respectivas imágenes de Ba rth es y locado, d escolocado " . j~ Estos hombres en la escalera no son
Constantine en la escalera tienen am bas algo qu e las re laciona sonámbulos, pe ro están "descolocados". En "Salir del cine" es
con un motivo frecuente en la historia de la pintura europea como si Barthes reclamara un a p ráctica de la condició n de
occidental: "Hércul es en la encrucijada". Ru ego que se me d is- espectador que arrastre la experiencia mmica hacia el terreno
pe nse comentar, e n lo referente a un "discurso contraideológi- de la fa ntas ía y lejos del litoral de l suei10. La inclinación d e

182

1 183
Barthes por la fe nomenología le lleva a buscar "esencias" - Pero el slUelO -el slue lo hu mano , el suj cLO del deseo (... )- no es,
m utuam ente excluye ntes e n e l cine y la fO lografia. Pero tales a dife rencia del ani mal , atrapado ín tegl'3meme por esta caplurd
oposiciones se desva necen en cuanto se aproxima a la semio- imaginaria. Se o rie n ta dentro de ello [11 oS"}> repere]. ¿Có mo? En la
logía y al psicoanálisis. El pro pio Barthes lo ad m ite, au nque sea medi da en que aísla la [unció n d e la pa m all a y j uega con ell a. El
en un o de sus tex tos más "fe no me no lógicos". En la prime ra hom bre, en efecto, sabe cómo jugar con la másCal'3, como aq uello
pági na de La cámara lúcida, escribe: MO Oecreté q ue me gustaba tra.'i lo cual se e ncuen tl'3 la mil'3da. La pantalla es aqu í el lugar de
la fotografía en delrimenlo de l cine, de l cual, a pesar de ello, med iación".:III
nun ca llegué a separa rl a " . ~' He aquí pues otro luga r de e rosió n:
allí do nde la fo tografia toca con el ci ne. El conocido inte rés de La película de Christia n Vincent La. discrete es una historia de
Barth es po r el cine se sigue mencio nand o a me nu do para sedu cción y tra ició n situada en el Pa rís m ode rn o. ~ Toma su
ej em plifi car su preferencia en favo r de la fo tog rafía sobre el título, no o bsta nte, de un a costumbre del siglo XV II. Las muj e-
ci ne. El "fotograma", no o bstante , no es estri cta men te ni fo to- res elega ntes de aque lla época llevaban un "pun to de belleza"
grafía ni ci ne, Es la hue lla mate ri al de ese mo me nto de inte- -habi tualme nte un punto de tafe tán negro-- e n su rostro.
rrupción q ue establece un espacio enlre la fotografía )' el cin e. Cuando se lleva ba en la frente, se llamaba un a 11/.ajestueuse, colo-
Seglm los términos del come n ta ri o de Lacan sobre la mirada, cada j un to al ojo era una pasionée, j unto a los labios un a galan-
a la qu e Barthes alude explícitamente en "Sali r del ci ne", es te le ye n el me ntó n u na discrete, En la Venecia del siglo XVIII , la
tiempo de in terrupció n es el ti e mpo del "señ ue lo". morel/a era una de las d os únicas máscaras que se utilizaba n en
tiempo de Carn aval, y la utili zaba n solam ente las muje res. La
La imagen fíl m ica, d ice Ba rth es, es "1111 súiuelo", AI;ad e: "Esta morel/a se ma nte nía e n posición medi an te un bo tó n sujetado
pala bra de be e n tenderse en sentido ana lítico",$! Laca n no uti- con los d ientes -para hablar, la ml~ e r te nía que desenmasca-
liza la palabra ¡eurre con toda la variedad de significados que ra rse, "ponerse de ma nifiesto"- . Am bas costum bres ejemplifi-
tiene e n francés : "'señ uelo", "cebo" y "'señ ue lo"; "e ncanta- can (e n un caso literalme nte) un j uego con la másca ra en el
m ien to" e "inci tació n "; "tram pa", "'ilusió n " y '·engal; o". El sen- terre no de la mirada. Como en tod o juego -prod uctor de d is-
ti do a na lítico q ue Laca n le a tribuye proviene mu y específi ca- tancia, d ifere ncia- , se crea sig nificad o . Una fasc inación más
mente de su re lació n con las observacio nes de Roger Caillo is allá d e las palabras es al mismo ti e mpo un sistema sem ióti co
sob re las "tres fu nciones d e la imitació n ",:i.·' Laca n d ice qu e en po te ncialme n te loc uaz. Para el anima l huma no, el señ uelo es
los con"lportamie ntos de animales e insectos calificad os po r un luga r de trá nsito entre lo Imagina ri o y lo Sim bóli co, en tre
Caillois como lraveslismo, ca'11/.uflaje e inti'midación, "el ser da d e el impulso y la regul ació n contrac tual de la sex ualidad . Lo q ue
sí mism o, o recibe del o tro, al go que es másca ra , d o ble, envol- parpadea e n la pa ntalla del seiiuelo es la danza de l Deseo)' de
torio, piel despren dida, desprendida para cubrir e l a rm azó n la Ley. Ba rth es su braya que la imagen fílmi ca, qu e tan a me nu-
de un capa razó n " . ~ El fo tog rama de La paresse m uestra justa- do represen ta la escena del set;ue]o, es en sí misma un señue-
mente ese e ncue n tro d e másca ras - ta n he rm oso com o el lo. No obstante, lo mismo sucede, pote ncialme nte, con cual-
encuen tro casual, en una escalera, de p rendas d e ro pa inte- qu ier otra image n del "Cine de la sociedad ", El p ropio Barthes
rio r con ropa de negocios- o "Sin d ud a algu na", observa reconoce esto en los té rm inos mismos d e su exasperació n
Lacan, "es por medi ació n de las máscaras cómo lo masc ulin o ante el cartel ci nematográfico con e l que se cruza en la calle
[y] lo feme nin o se e ncue ntran del modo más de liberad o, más Guynemer, los nom bres de las actri ces im presos en g randes
a rd ien te",j; No obstan te , Laca n señala una difere ncia e ntre el caracteres, "como si fuera n un ce bo irresistible" (appáls). La
com portamiento h u ma no y los com portam ientos descritos mi rada que ofrecen las actrices e me rge desde el interio r de
por Cai llo is: un a imagen-producto de una ins titució n cultural -el ci ne-,

184 185
del Cine de la socied ad. Es d ecir, la mirada emerge d esde e l LOrnaban melancólicos, les era difícil permanecer en sus celdas
interior d e la mirada. Entre las diversas fun ciones de la mirada y deambulaban e n busca del mundo profano al que habían
se encuentra el sometimiento de lo que Barthes denomina el renunciado. Hacia el siglo XII, la acedia -la "pe re za"- se
"suj eto históri co". Lacan ofrece el ejemplo d e los cuadros había establecido firm emen te como uno d e los "siete pecados
murales que adornan la g ran sala d el Palacio Ducal, en ca pitales". Su d esc ripción más "modern a", no obstante, se dio
Venecia: "¿Quié n vie ne a es LOS lugares? Quienes forman lo que en el inicio del concepto. \tVe nzel escribe que, en la primitiva
Retz denomina el pueblo. ¿Y qué ve el pueblo e n estas vastas teología moral cristiana de Clemente de Alejandría, se consi-
composiciones? La mirada d e aquellas personas que -ellos, e l deraba qu e la acedia era el producto d e "afecciones de la parte
pueblo , no están allí- deliberan en esta sala. Detrás de! cua- irracional del alma de! hombre , originadas e n impresiones se n-
dro, es aquella mirada suya lo que aparece allí" . Hoy, el entor-
.j{) soriales o en la memoria y a men udo acompañadas de placer".
no de lo que llamamos "los medios" ha oc upado el lugar y la En el estado soporífero de la acedia, "la razón ( ... ) [se] somete
función de aquellos murales d el Palacio Ducal. Lacan no lo al fhuo y refllUo de las afecciones, que la tiranizan y la mantie-
menciona, pero los cuadros -como sucede hoy co n los pro- nen e n un estado de confusión - el amo se ha co nvertido en
ductos de los medios- tam bién habrían sido objeto de asom- esclavo" -.~~ La acedia, por tanto, amenaza el orden j e rárqui co
bro y deleite, de fascinación, para las pe rsonas some tidas a la de las cosas: el ord en teocéntrico de la cristiandad, d esd e
autoridad de qui enes encargaban las imáge nes. La larga histo- luego, pero tam bién el orden del mundo secular del capitalis-
ria d e las múltiples formas de decoración y exhibición pública mo occidental que es su sucesor. La educación religiosa del
en la sociedad demuestra la imposibilidad de se parar e! pode r proletariado industri al seguiría haciendo hin ca pié en que "el
de su ostentación visible: el elemento de fascinación hipnótica ocio es la madre de todos lo vicios". A los soldados rasos de los
contenido en la sumisión voluntaria. No obstante , tales medios ej ércitos imperialistas, cuando no combatían ni se entrenaban,
de control son inestables y la historia d e la autoridad es tam- se les encargaban trabajos como el blanqueado d e terron es d e
bié n una historia de lucha por el dominio d el "ensueño cre- ca rbón . Para la lógica instrume ntal d e la pro piedad de esclavos
puscul ar". era fundamental la categoría del "esclavo pe rezoso"; en la lógi-
ca del colonialista es taba el "nativo perezoso". Claramente, la
Lasitud , inercia, le targo; un cuerpo que se ha vuelto soporífe- las itud constituía un a amenaza no tanto para la producción
ro, blando, flojo ; un a pérdida de realidad, una porosidad ante como pa ra la autoridad -la de Dios o la d e Mammón-. La
la extraiieza del mundo, una vivacidad alucinatoria de se nsa- lasitud de hec ho puede ser altamente productiva, pero lo que
ciones. Una "fo rma muy especial de estar e n el mundo" cono- produce es insubordin ac ión y sindicalismo, motines y revo lu-
cida durante siglos en el mundo cristiano occidental como la ciones. Llegados a este punto, no obstante, es posible qu e ya no
afección de la acedia -un estado de pecado mortal-. En su distinga mos entre las co rrosivas co nsecue ncias de la lasitud y
libro sobre el conce pto de la acedia en el pensamie nto y la lite- los productos de una razó n contraideológica pulida mediante
ratura medi eva l es ,~l Siegfried "Ve nzel remo nta la noción del el ocio.
"pecado d e la pereza" hasta el siglo I V d e la era cristiana y hasta
el entorn o de los monjes egipcios del d esie rto que vivía n cerca H as ta aproximadamente el siglo X II , la aced ia se conside raba
de Alejandría. Para estos monjes, acedia era el nombre de un principalmente un vicio monástico, qu e atacaba a quienes se
dem o ni o co n el que a me nudo se enfrentaban. Una sigilosa entregaba n a la vida contemplativa. ~~ En Noches de Pm1s, Barrhes
modorra anunciaba la llegada del demonio. Se produciría co nfiesa su difi cultad para mantenerse e n su celda: "Siempre
entonces un asalto de impresiones, pensamientos y sentimien- es ta dificultad para trabajar por la tarde", escribe Barthes, "salí
tos que podían ofuscar el deber de la devoción. Los monjes se hacia las seis y media, en busca d e aventura". H A un m o r~je d e l

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desierto no le habría so rprendido ave ri gua r q ue Ba nhes aca· sum e rgirse e n la oscuridad . Fre ud se refería a la "certidumbre
baría solicitando los servicios de un p rostituto de la calle de sonám bula" pa ra caracte riza r la infalible confian za con la q ue,
Rennes, entregándole din ero con la promesa de una cita una en de te rminadas circunsta ncias, se encue ntra u n objeto pe rd i-
hora más ta rd e. "Natu ralme nte", escribe Barth es, "no acud ió a do mucho tie mpo atrás:'9 Lo que es segu ro en n ues tra com-
la cita" . Ba rlh es ad m ite lo escasame nte creíble q ue su acc ió n pulsió n d e re petición , no o bstan te, es que el obj eto nos eludi-
debe parecer, en tregar din e ro a cambio de semejante pro me- rá. "Na turalme nte ", escribe Barthes, qu e mantuvo la ci ta, [el
sa, Pe ro tam bié n admite que , al marge n de haberse acostado o marroqu í] "no acudi ó". En cuan to al Oli ge n de nues tra necesi-
no con aquel ho mbre, "a las 8 en pun to me habría encon trad o dad de seguir mante nie ndo, e n palabras de Laca n , "un a cita
d e nuevo e n el mismo punto d e mi vida; y dad o qu e el simple ( ... ) con un a realidad qu e se nos escapa",:.o todos estamos e n la
con tacto de los oj os, de la promesa, me ero ti za, es po r este osc uridad. Cleme nte de Alejandría llegó a la conclusió n de
jouissance po r lo que había pagado " , ~'i En es te pa rti cul ar secto r qu e la acedi a era el producto de "afecciones de la parte ir ra-
d e la econo mía libidinal, la tensi ó n sexual se gasta pe rversa- cio nal de l alma de l ho mbre, que se originan e n imp res io nes
m ente e n el inte rcambio no sólo de pro mesas sino de un a ubi- senso ri ales o en la mem o ri a ( .. . ) a menudo ( ... ) aco mpañadas
cación temporal - acuñ ada en este caso e n un ti e mpo grama- de place r". Este j uicio psicoanalíti co avant la leUre sugie re qu e
ti cal, e l futuro an te ri o r: "Habré te nido"- , Consta ntin e, "esta fo rm a especial de ser en el mundo, al borde de l sue ii.o"
descolocad o, rechaza el sexo con la joven ac tri z po rq ue habla nos ace rca más a las costas de esa "otra localidad " hacia la que
con ella desde un ti empo disti n to: desde los rescoldos de un Freud di rigió su rumbo inicialme nte: "ou'o es pacio, otro esce-
resplando r. La aced ia es un vicio com piej o. Los tratad os nario , e n e l [espacio ] e nu'e percepción y conciencia".}' Entre
de vida espi ritual del siglo I V que estableciero n el conce pto de el espectador totalme nte hechizad o po r la nar rativa y el cr ítico
acedia inaugu raron tambié n la costumbre, seguida e n los que se sienta a a nalizar sec ue ncias, existe un continuwnde gra-
manuales medievales, de id entifi car a las "hijas" e nge ndradas dos de ate nción. Barthes, no o bstan te, acomodad o e n su asie n-
po r tal o cual de los sie te pecados ca pi ta les. La Desobedi en- to, adopta un a postu ra hac ia el cine que no puede atribui rse a
cia era una más de las nume rosas hijas de la aced ia, otra de un a simple posición en un a escala e ntre hec hi zo y vig ila ncia.
e llas era la Morosidad . "Estoy hipno tizado po r una dista ncia", escribe, "y esta d istancia
no es crítica (intelectual); es, si puede afirm arse tal cosa, un a
Metz se refi ere a la "películ a novelesca" com o "un m olino d istancia amo rosa". U na jouissance de discreción ; un placer en
de imáge nes y sonidos que sobrealimentaba nuestras zo nas de las diferencias, en las distancias; un deleite d iscreto en la he te-
somb ra e irrespo nsabilidad" :'6 Banhes de mo ra la alime ntación rogene idad : la "gracia parpadea nte de tod os los ele me ntos de
- como un bebé recalcitra nte que se aparta del pecho e n la vida" que Baudelaire encon traba e n las calles de París, reve-
busca d e pl ace res ad yacentes; incluso, o especialme nte, aque- lada aho ra po r la luz parpadeante del proyector en la sala. La
llos q ue "no le convie ne n "- . Barthes p regunta : "¿Podría haber co pa de Ki r y el plato de acei LU nas del espectad o r qu e suele fre-
e n el p ro pio ci ne (y to ma ndo la pala bra e n su perfil e timo ló- cue ntar los cafés ha n d ejad o paso a la Coca-Cola y las palo mitas,
gico) un a posible jouissance de discrélion?"4i Al misl1'lO tiempo pero no po r ello es m enos utó pica la socied ad . En las ciud ades
que ejercita su d iscreció n , Banhes está sujeto a la discreción de estadou nid enses, donde la "vida en la calle" tan a me nudo pasa
Olra cosa. Su p resencia e n el cine es impulsiva. En El Placer del a ser "m uerte e n la calle", el ciudadano está casi con certeza
texto se re fi ere a "ese momento en que mi cu erpo se po ne a más seguro en la sala de cine qu e en su casa, en e l trabajo o e n
seguir sus pro pias ideas -pues mi cuerpo no tiene las mismas la cárcel. En un m undo escindido por el vio le nto confli cto de
ideas q ue yo-".~iI Las presiones de un "ensueño cre pusc ula r" faccio nes y fraccio nes, e l ci ne es pacífi co. El público de cine
arrastran a Banh es "d e calle en calle, de carte l e n cartel", a - un conglomerado totalme nte aleato ri o de alteridades- d uer-

188

J 189
-

me colectivamente en un espacio de proximidades sulilmente


juzgadas. un espacio conmovedor.

Al salir del cine, e l Cine de la sociedad al que volvemos ahora


es un cine global. donde las diferencias culturales e ideológicas Notas:
se agrupan en una íntima proximidad electrónica. También en
este cine la imagen es un seiluelo. Revolverse en el anzuelo es
la alternativa que nos ofrece la relació n del espejo: identifica- 1. Holli s Frampton, "Fo r a Me ta history of Film: Common p lace
ción narcisista o rivalidad agresiva. También aquí, parece suge- Notes and Hypotheses" ( 1971 ), e ire/es o/ Con/lIsion: Film,
rir Barthes, podemos de morar la aceptación del ceho - pero Photograph)', Video; 7exfs 1968-1980, Visual $lUdi es Workshop,
no para calcular una sutil escala de "distancias correctas" entre Rochester, Nueva York , 1983, p . 116.
fusió n y abyección-o La distancia que le hipnotiza, dice 2. john Donne, "Love's Diet", nle Complete POf/ I)' o/ John Donur,
Barthes, no es intelectual sino "amorosa". El territorio de esta Double day, Nueva York, 1967, p. 135 [\'ersió n caste ll ana: Poesía
distancia es reivindicado en nombre de la Lasitud. En su ejer- com/Jleta, t. 1, Ediciones 29, Barcelo na , 1998].
cicio de una somnolienta discreción, desde d e ntro d e un esta- 3. jean-Luc Godard, La paresse, episodio de Sepl péchés capitaux
do d e gran porosidad frente a la extrañeza del mundo, Barthes ( 196 1), Eddie Constallline (Eddie Consta ntin e), Nicole Mire l (la
estrecha en sus brazos a esa hija de la acedia que solamente starlel). (Otros episodios de Claude Chabrol, Edouard Mo linaro,
podemos llamar - en e l ple no sentido de la palabra- jacques Dell1 )', Roger Vadim , Philippe de Broca )' Syl\'ain
DisiPación. Ohomme).
4. Alain Berga la, nota sobre"La paresse" e n Cahif'I's du ril/Pllla, JjJérial
Godard: lImlf' miS df'p uis, París, 1990, p . 114.
5. Christi an Metz, "Le film de fiction e l so n speCla le ur H
,

Commllllirations, n ". 23, (1975) , p. 1 ]9.


6. Roland Barthes, "En sortalll du cinema Commuuiratiotls, n". 23,
H
,

(1975) , pp. 104-107 [versión caste llana: "Salir del cine", Lo obuio )'
lo obtuso. Imágenes, gestos, voces, Ediciones Paidós Ibérica,
Barcelona, 1986] .
7. Ibid., p. 104.
8. Roland Banhes, "Dide rot, BreclH, Eisensle in", en Image-Music-
'fext ( 19 73) , Hill & Wang, Nueva York, 1977 [yersión castel lana: Lo
obvio), lo obtuso, ibid.].
9 . Ibid. , pp. ifri7.
10. Ibid., pp. 71-72.
11. Banhes. "En sonan t du cinema", p. 106.
12. Barthes, "En sortant du cinema", p. 104. (Breue r )' Freud se re fie-
ren al "estado c repuscular sem ihipn ótico del sO llar despieno, la
auto hipn osis, e le.". Véase Sigmund Freud, 77leStandard t.,lIitio1/ o/
Publicado originariame lHe en : In/Dif/rrenl S/Hlces: Piares (lIld 1\llemOl)' the Complete PS)'fhologica/ WO/ks ofSiglJlll1/d F"eud, Hoganh , Londres,
in Visual Culture, The Uni\'e rsity ofCalifornia Press, Be rkel e)', 1986. 1955-1974, vol. 2, p. 11 ).

190 191
13. Barthes, "En so rtanl du cinem a" , pp. 105-106. 32. Banhes, R oltllld Bar/hes par R ola nd Bar/lles, p. 90.
14. Banhesj uega co n dive rsos se ntidos d el verbo dpeoller, qu e puede 33. Barthes, La dwmbre r!tlire, p. 13.
significar no sólo ~despegar" [algo que está pegado] si no tambié n 34. Banh es, "En sona nt du ci nema", p. 106.
"despegar'" en sentido ae ronáutico)' '"estar colocado" (drog-ddo ). 3:>. Roger Caillois, M('(lllse 1'/ Cie .. Galli mard , Pa l"Ís. 1960, pp. 7 1 )'
15. Barthes, "En sortant du ci nema", pp. 106-10 7. siguientes. [\'e rsió n castell ana: M edllJn )' rin., Se ix Barra!.
16. [bid., p. 106. Barcelo na, 1962].
17. Giul iana Bruno, Strretwa/killgoT1 (l R uilled ¡\'Iap: Cultural T "fOlJ ami 36. Jacques L lca n, I..l' Sfminaire, hvre Xl. Les qua/res r01lrepls jondalllPn-
the Cit), Fil ms oj E/vira Nota ri, Prin ceton Unive rsit)' Press, Prin ceton , taux tlf la fJS)'dw11a/)'S1' ( 1964 ), Seuil , París, ] 9i3, p. 98 [ve rsió n cas-
New Je rsey, 1993, capítulo 3. lellana: LOJ rila /m COIUf/)(OS jlllld(fII/fll ln les del/Jsiroa11fílisis, Paid ós,
18. Barthes, "E n so rtant du cinema", p. 105. Buenos Aires, 1987].
19. Roland Barth es, "Au palace ce soir", en InritlmlS, Se uil , París, 37. [bid. , p. 99.
1987, p. 65 [versión castell ana: "Esta noch e en el Palace", 38. [bid. , p. 99.
In cide11tes, Editorial Anagrama, Barce lo na, 1987]. 39. Christian Vin ce nt, La discrfle ( 1990), con Fabrice LlIchini }' J udith
20. [bid., p. 68. Henr)'.
21. Roland Banhes, Le plaisirdll !ex/e, Seuil , París, 1973, p. 19 [vers ió n 40. L'1ca n, Le Sh"illni/'p, p. 104.
caste llan a: J::l placer del texto, Siglo XXI , Buenos Aires, 1974]. 4 1. Siegfried '''7ellZel. Tll e Sin oj SlollI: Acedia i1/ M edinJ(l/ n lOllght ami
22. Ch arles Baudelaire, "T he Pain ter of Modern Life", in 'file Pailller L i/prature, Unive rsil)' of North Carolina Press, Ch ape! Hi ll , 1960.
oj ¡'ylodem L ije and Otller Essa)'s, Carland, Nueva Yo rk , 1978, p. 10 42. [bid., pp. 13- 14.
[versión castell ana: El pinlor de la vida modf t'lllI, Colegio Oficial d e 43. [bid., p. 35.
aparejad ores)' Arq uitectos técni cos, Murcia, 1995]. 44. Banh es, / lIcidl'llls. p. 8i.
23. Ro land Barthes, R otand Bar/hes par R ola lid Bartlus, Seuil , París, 45. [bid. , p. 87.
1975, p. 98 [versió n castellana: Rolmld Bar/hes por R olrmd Bar/hes, 46. Me lz, "Le fil m de fi Clion et son speCla lcur", p. 112.
EdilOl-ia1 Kai rós, Barcelona. 1978]. -no Barlhes, "En sorta nt dll ci n c m a~ , p. 107.
24. Barthes, / ncidents, p. 86 [versió n castellan a: Inriden/es, Editorial 48. Barth es, 11 ,,/aisi/' dll /ex/e. p. 30.
An agrama , Barce lo na , 1987]. 49. Freud , Standard 1:.."(liliol/, vol. 6, pp. 140, 142 r 150.
25. En fran cés [lo mismo que e n castell ano ], un líen rOllWllm es un 50. Lacan, 1.1' Shllill(/ir". p. 53.
lugar común (como en in glés "commonplacc"); puede asimismo 51. Ibid., p. 55.
significar lite ralmente "espacio común " e n e! se ntido de "espacio
públi co".
26. Barthcs, Inciden/s, ibid., p. 104.
27. Véase Victol- Burgin, "Didero t, Banhcs, Ver/igo"', 11le Eml oj Arl
n leol)': Cri/icism ami. Postmodemit)', Macmi ll an , Lon d res, 1986.
28. Roland Barthes , La cJwmbre e/aire, Gallimard/ Seuil, París, 1980,
p. 177 [vcrsió n caslellana: L a cámara lúcida: Nota sobre lajotografia,
Editorial Gusca,'o Gili, Barcelo na, 1982; Ed iciones Paidós Ibérica,
1989, p. 194J.
29. [bid., p. 18 1 [ 197J .
30. [bid., p. 18 1 [ 19 7J.
3 1. [bid., p. 177 [ 194 J.

192 193
La habitación de Jenni.
Exhibicionismo y soledad1 (1999)

En la novela deJ ames 8 aldwin El cuarto de Giovanni,'! Giova nni


vive en una habitación de ulla planta baja con salida a un
patio público. No le g usta su habitació n con vista al exterior,
y pinta los cristales de la ven tana con cera líquida para o cul-
tarse de los tra nseún tes. Los lectores de la nove la d e Baldwin
pueden fácilme nte creer que semeja nte comportamie nto es
posible e n la vida real. El gesto oscurecedor de Giovanni pare-
ce transpa re nte a nuestro en tendimiento, dado que la mayo-
ría de nosotros valoramos nuestra inlimidad pe rsonal. En este
sentido, e l compo n a nlie nto d el perso naje fiClicio d e Baldwin
puede parecern os más plausible qu e e l d e J e nnife r Rin gle)',
un a pe rso na rea l cuya co nducta parece ape nas cre íble.
Media nte una cáma ra conectada a la "" o rld ' '''ide ''''eb , de li-
be rada rn e nte expo ne e l in terior de su habitación a los ojos de
ex tra ilos: a cua lquier hora de l día o de la noche, cualquiera
que acceda a la "" eb puede echa r un vistazo al interior de la
habitación de J e nni .

Fue e n 1996, en la víspe ra de su 2 1 cumplealios, cuando


J enni fer Rin gley conectó po r primera vez un a cáma ra de vídeo
a su o rd enador y come nzó a transmitir por Intern e t imáge nes
desde su cua rto en una reside ncia d e estudiantes.:! Quienes
visitaban la página de la ]enniCam" en su año inaugural , en
"",,"w.boudoir.org, podían leer sus respuestas a algun as "pre-
gUl1ws frecuentes" sobre estas imágenes:

¿ Qué se jJllede ver en. la Jenl1iCa /JI,?


Cualquier cosa que pueda estar hacie ndo e n mi dormitorio de
estudiante -leer, escribir mensajes ( ... ) , ver la te levisió n,jugar
con mi puerco espín "Spree", arreglar mi habitación, hacer
aeróbic, prácticamente cualquier cosa- oYa que mi dormitori o

195
de estudian te es mi "'casa", aquí hago todo lo que cualquier Internet. Ringley podría haber seguido siend o ( ... ) una estu-
persona haría en su casa en general. diante dotada ( ... ) con una vena ex hibicionista lalente"!' (énfa-
sis mío). El artículo cita seguidamente a un profesor de psico-
logía que describe a Ringley como "no la primera ( ... )
ex hibicionista de la Red". Un posterior anículo sobre Rin gley,
en USA Toda)'. info rma: "Pe te r Crabb. profesor de psicología en
la Pennsylvania State Unive rsity ( .. . ), ha estudiado los efectos
de las cámaras de vídeo sobre el comportamiento y [se pre-
gunta]: . ¿Queremos convertirnos e n una sociedad de ex hibi-
cio nistas?".6 Pero e l autor del artículo del PlúladelPhia Inquirer
no explica cómo se supone que Intern e t ha hecho afl orar las
tendencias ex hibicionistas por otro lado "late ntes" de j e nnife r
' Screen shotS·. www.lJoudoir.org. 1997 Rin gley. Tampoco el profesor Crabb explica cómo la mera
visió n de una cámara de vídeo puede hace r de cualquiera de
¿Censuras {a }el171iCam ? nosotros un ex hibicio nista. Tampoco los periodistas ni los pro-
No, nun ca sé cuánd o la cámara va a tomar la imagen, así que fesores de psicología di cen, cuando definen a Rin gley como
no tengo tiempo de prepararme y de todos modos nun ca sien- "exhibicionista", en qué se diferencia el comportamiento de e lla
to la necesidad de ocultar nada de lo que está pasando. del comportamiento del hombre que exhibe convulsivame nte
su pe-ne en la calle. Pues está claro que el exhibicionismo del
¿Alguna vez. escenificas lo que vemos ? que se trata no es cualquier ti po d e comportamie nto pliblico
A veces hago "espectáculos"' más o menos escenificados ( ... ) que llame la ate nción , sino del supuesto ex hibicionismo sexual
Resulta agrada ble reconocer la presencia de la cámara de vez de Ringley.
en cuando. Pero excepto en esas muy obvias, todo lo de más es
simplemente moi au nalurel. El lenguaj e corriente ha tomado de la psiquiatría y del psicoa-
nálisis el liSO de la palabra "exhibicionista" en un sentido
¿Porqu é renuncias a tu intimidad de este modo ? sexual. En opinió n de Freud, el ex hibicionismo proviene del
( .. . ) No te ngo la sensación de estar renunciando a mi intimi- vo)'euTismo. i El nili o pequerio observa primero panes d e su pro-
dad. Que la ge nte pueda ve rme no significa que me afec te . pio cuerpo asociadas al placer sexual , y posteriormente desa-
Sigo estando sola e n mi habitació n , pase lo que pase. n"o lla una curi osidad hacia los puntos correspondientes de los
cuerpos de otros. Entonces se identifica con la mirada que reci-
A veces estás desnuda, ¿Eso es pornografía ? be del otro, y ofrece su cuerpo a es ta ot.ra mirada. En efecto, el
Eso lo tie ne que dec idir el espectado r. ~ ex hibicionista propone un intercambio infantil: 'Yo te enseño
el mío si tú me enseilas el tuyo". En la época en que jennifer
En las preguntas que j ennifer Rin gley acepta responder está Ringley adquirió su "QuickCam", los intercambios de vídeo en
implícira la acusació n de ser una exhibicion ista. Los comenta- tiempo real e n Inte rnet eran ya posibles mediante un progra-
rios de los medios de comunicación tienden a dar por cie rra ma gratuito llamado CU-SeeMe.S Ringl ey podría haber utili zado
esa acusación. El prime ro de numerosos artículos de prensa este programa, pero no lo hi zo, no ha mostrado nin gún inte-
sobre j en nife r Ringley, en 77ze Philadelphia. lnquirer, comienza rés por ver a quienes la ve n a e lla. La psiquiatría médica a ntes
con la siguien te observació n : "En otro tiempo, antes de de Freud era un a ciencia de las apariencias. j ean Manin

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Cha rcot. con quie n Freud estudi ó durante un breve periodo, qu e j ennife r Rin g ley es una exhibicionista, lo que hacemos
e ncargó un volumen d e fotografías qu e mostraban las posturas es reco nocer n ues tro pro pio \"oye urismo. Desde nuestro lad o
corporales ad o ptadas por sus pacie ntes histé l;cos en el hospi- d e la pantalla, la Gim ara es un a ventana. Desd e la posición de
tal de la Salpetri ere de Pa rís. Esperaba qu e las imáge nes pro- j en ni fe r Rin gle)', su cámara es un espejo. Desde la publi cación
porcionaran a los médi cos un medi o d e diagnóstico de las de l ensayo de j acqu es Lacan sobre lo que é l denomina "la fa-
e nfermedad es me ntales. Fre ud plan teó una ruptura radical se de l espejo" , la idea d el espejo ha ocu pado un luga r destaca-
con la tradición médi ca establecida de diagnósti co por o bser- do e n los esc ritos teó ri cos sobre la image n ." El concepto de
vación. No se contentaba con mirar a sus pacientes, además les Lacan - ha sido mu y come ntado y no lo resumi ré aquí- , di o
escuchaba. La o pinión d e que j e nnife r Ri ngley es simple men- luga r a ob ras de re levancia con respecto al compo rtamie nto de
te un a ex hibi cio nista se basa en su componamie nto observa- j enni . En un e nsayo de 1967, el psicoanalista inglés Do nald
ble, pero si la escuchamos, podemos sospechar qu e las cosas \o\'inni COlt esc ribe : "El tex to de Jacqu es Lacan ' Le stade d u
van más allá d e su presunto ex hibicionismo. 9 Después de su miroir' ( ... ) cie rtam ente influ yó sobre mí. ( ... ) Sin embargo,
g radua ció n, la habitación es tudiantil de Rin gley desapareció Laca n no pie nsa e n el espej o desde el punto d e vista d el rostro
de Internet, pero pro nto fu e sustituida por o tra habitaci ó n . En de la mad re ta l como yo deseo hacerlo" . I~
un a e ntrevista radi ofó nica, al año siguie nte de su gradu ació n ,
pregun ta ron a Rin gley qu é la había llevado a instalar la cáma- Donald \~r inni co tt fue pediatra a ntes de hacerse psicoanalista.
ra e n su nuevo apartame nto. Ella respondió: "'Me sentía sola Nun ca dejó de trab~ a r meticulosamente co n madres y nii~lOs,
sin la cámara".lo de cuyas in te racciones extrajo la mayo ría de sus ideas. El e nsa-
yo de Lacan sobre la fase del espejo se refiere a la mirada q ue
Pensar en j e nn ifer Ringley como ex hibicionista es pe nsa r en su el bebé ofrece. El ensayo de \'V innicou sobre "La fun ción de
cámara como e n una venta na. Esta opinió n es a lentada por e l espejo de la madre y la famili a en el d esarro llo infa ntil" subld -
le nguaj e empleado para desc ribir el fun cionam iento de l orde- ya la importancia fundamental d e la mirdda qu e el bebé reci-
nador. La term inología e mpleada para e l sistema o perativo be . Más adela nte , Laca n ana liza ex haustivamente e n su o bra la
Maci ntosh hablaba e n un principio de abrir "ve ntanas" en la mirada recibida po r e l slúeto. Pe ro principalmente le p reoc u-
pantalla. El sistema o perativo d e Microsoft, qu e poste ri ormen- pa la mirada qu e procede del exterior, e n cuanto qu e sirve
te imitó el funci o namie nto del Macin tosh , se llama "\'Vindows" para s"uje/aral SlUeto, para poner al slUeLO "en su luga r" . I~ En té r-
("ve nta nas"). En términos similares, la página web de la m inos laca nianos, la mi rada de Lacan está d el lad o de 10
'j e nni Cam" ofrece al visitante la opción de abrir un a "venta na Simbó li co, mie ntras qu e la mirada de \o\'inni cotl es t. 'i. de l lado
a distan cia" e n la pantalla del ordenador. Es to proporcio na d e lo Imaginari o. \Vinn icou di ce que, cuando el bebé mira la
un a ape rtura virtual mediante la cual la habitación de j enni cara de la madre, se ve a sí mismo solame nte e n la medida e n
permanece constantem ente visible al margen de las resta ntes q ue la mad re le reconoce.I"1\Vin nicott escri be:
ta reas que pueda realiza r el ordenador. De este modo, la habi-
tación de j en ni ya veces la pro pia j enni se convierten e n com- M¿Qué ve el bebé cuando mira el rostro de la mad re? Yo sugiero
pai1ía permane nte d el usua rio del ordenado r, de lo co n tr~\1;o q ue por lo genera l se ve a sí mismo. En otras palabras. la madre le
un ser soli tario. En un a de las innume rables imágenes captadas mira )' lo qllf' dla parece se rrlaciol1a. con lo q/le ve en él". n (cursiva e n el
por la cámara, J ennife r está sola, sentada de lante de su o rd e- origina l)
nado r. Al fondo d e la imagen hay un gran espejo. Pensa r en la
cámara de j enni fer Rin gley como una ventana es priori za r La palabTd "ella'" en esta frase, ¿se refie re a la madre o al be bé,
nuestro propio punto de vista. Si desde esta posición juzgamos o a ambos e n distintos mo mentos? No está de l LOdo claro. No

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obstante, \"'innicon pone afirmativamente en cursiva la decla- hab ía tenido 21 aiios!] Junto con el júbilo se advierte una cier-
ración. La confusión gramatical reproduce la estructura ambi- ta ansiedad sobre lo que pueda haber detrás de esa puerta.
\ralente de la relación descrita, en la que el bebé "tiene lugar" Tales ritos de tránsito desde e l círculo protector de la familia
como una proyección de la mirada [regard] de su madre. 16 Para hasta un mundo exterior potencialme nte hostil puede fácil-
ilustrar algunas consecuencias características del tema en cues- mente reavivar ansiedades y respuestas derivadas de anteriores
tión para los adultos, vVinnicott se refiere a una paciente que separaciones -muy especialme nte la originaria separación de
le cuenta que ha hecho un a salida nocturna a una cafetería y la madre-. En los primeros meses de vida, los "objetos" son
ha quedado "fascinada al ver los diversos personajes que allí subjetivos en sentido estricto, el bebé no tie ne medios de dis-
estaban ". Winnicott comenta que su paciente tiene una "apa- tinguir entre su realidad física y el mundo ex terno. 20 El ensayo
ri encia llamativa". Le pregunta si alguien e n la cafetería la ha de Lacan sobre la "fase del espejo" desc ribe cómo e l bebé se
mirado a ella. La paciente admite qu e algun as personas han mi- forma primero una idea de su cuerpo como algo diferenciado
rado hacia donde estaba, pero debido principalmente al hom- de la realidad externa; el bebé unifica determinados objetos
bre con quien estaba. vVinnicott obsenta que esta mluer tenía dentro de un con torno delimitado, las fronteras recién traza-
dificul tades para "ser vista de un modo que la hiciera sentirse das del slUeto. Otros objetos -en adelante el "no yo"- son
como algo existente". 1i Otro de los ejemplos de \r\'innicott se simultáneamente exiliados al otro lado de la frontera, a l exte-
refiere a una conocida suya , que según todas las apariencias rior de la piel. 2 1 Pero la a utoimagen unitaria que se form a e n la
ti ene una vida feliz, pero que cada maJia na se le\ra nta en un fase del espejo no es una instantánea. La distinción entre el
estado de "depresión paralizante". Su deses peración solam en- propio ser y las cosas objetivamente existentes no se logra "en
te concluye (hasta el despe rtar de la maJiana siguiente) cuan- un parpadeo", requiere tiempo. El trozo de manta o el a ndra-
do fin almente consigue "ponerse su rostro". Winnicolt escribe: joso osito de peluche al que el niJio pequeño se aferra con
"Lo que este caso ilustra no hace sino exage rar algo que es nor- especial fervor es, según la ex presión de Donald Winnicott, un
rna!. La exageración corresponde a la tarea de conseguir que el "objeto transicional" e n cuanto que ma rca el tránsito del bebé
espejo preste atención)' aprueben • 18 (é nfasis mío ). y el niiio pequeño a ese mundo diferenciado e n el que existe
aparte de su madre,'?? Su [unción consiste en mitigar la ansie-
Jenni es objeto de atención y aprobación ya que cada día reci- dad que acompaña al proceso de dife renciación. El concepto
be centenares d e nuevos mensajes de correo electrónico. El más general de fenómenos lransicionales es un elemento básico
P/¡iladelphia lnquirer inform a que Ringley ha sido "buscada por del concepto de juego de Winnicott, una de cuyas fases de
pretendientes de Internet de todo e l planeta; mencionada en im portancia fundamenta l que es lo que él denomina "estar
revistas noruegas y australianas" y "aplaudida por lesbianas bri- solo en presencia de alguien ".:.!3 En esta fase, escribe:
tánicas".19 Tal vez resulta significativo que Ringley hiciera su lla-
mada de a tención en vísperas de su 21 cumpleaños y en su últi- ~EI niilo juega ahora sobre el supuesto de que:: la persona a la que
mo aJio de estudi os universitarios, dado que en la sociedad ama, y que por tamo es fiable, está disponible y lo sigue esta ndo
occidental, el 21 aniversario tiene una excepcional importan- cuando es recordada lras haber sido olvidada. Se percibe qllt' esta. per-
cia ritual , y la graduación universitaria tiene una carga de sig- sona Tefoja lo que .Hlade en el jl1ego·'.~~ (é nfasis mío ) .
nificado similar. Ambos hechos marcan la transición de un pro-
longado estado de dependencia familiar a una vida adulta libre En su texto "La capacidad de estar solo", por tanto, \r\'innicolt
de la supervisión paterna. Como dice la letra de una antig ua seJiala que "la base de la capacidad de estar solo es una para-
canción d e music hall: "Iv'e go t the key to the door, never been doja; es la experiencia de estar solo mientras alguien más está presen-
twenry-one before!" [¡Tengo la llave de la puerta, nunca antes te" .'EJ (énfasis mío).

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j e nniJe r Ringley instala por vez prime ra su "jenniCam " en su silllado en la vVeb,j enni se tambalea d e u n lado a otro con los
h abitación de su reside n cia de estudi antes. Es su primera habi- zapa tos d e su madre. Bajo la mirada d e su madre, in vestiga e n
tación fuera d e casa, Pe ro a unque el "dormitorio" no es el q ué co nsiste se r una mujer, como su madre . Es decir, plantea la
h ogar, tampoco es totalme nte el "mund o ex te rior", En Gra n cuesti ó n de la sex ualidad fe me nina, d e la sex ualidad del suj eto
Bretaii.a, los profesores u ni ve rsitarios eran co nsiderados a ntali o bisolio que se inaugura e n e l espacio d e la fa milia, cuando el
como in loco parentis, Las unive rsidades estadounidenses fomen- bebé es sedu cido pa ra acced er a su sexualidad polimórfica-
tan a ún aCli vame nte un en torno fa m iliar, La ha bitación de la mente p e n 'ersa med iante el cuidado co rri e nte pro p orcio n ad o
residencia estudianti l es pues un espacio u-a nsicional, qu e se por la madre en respuesta a sus func io n es orgá ni cas básicas d e
e ncu entra e n tre el espacio primitivo de o mni potencia infantil alimentación y excreción.29 En virtud d e la prohibi ción d el
b,uo protección mate rna y el espacio ad ulto de la sociedad civil. incesto, esta sexualidad es tá d estin ada a ser definitivame nte
Como espacio tem poral de la adolesce n cia d e la que es pro lo n- ex il iada e n relación co n el espac io familiar, Desde el punto d e
gació n , la h abimción de la residencia es un espacio de ex pe ri- vista d e la geografía social, el perverso ret.ab lo d e J e nni se esce-
me ntació n y prueba de la realidad , un espacio donde se co rre n nifi ca en un lugar d e transició n e ntre el h oga r )' el "mund o
riesgos,~o;; Todos h emos visto probable mente el comportamiento ex te ri o r", la habitació n estudiant.il , y en una ico nog rafía co n-
de l niJi.o pequelio que se pre pal-a pal-a salm r desde un a cierta venc io nalme nte situada e n tre lo "norma' " y lo "perve rso" -
ahUl-a al grito d e uimírame!", La ex h ortación suel e ir d irigida a "ligueros y laco nes d e aglUa"- . Desd e un punto de vista físico,
la madre o a algú n adulto que la susti tUya, Podríamos co nside- su acto de vestirse se ubica e n un "'espacio trans icio nal" en e l
ra r esto co mo un a forma infantil d e ex hibicio nismo, Pe ro ese que wdavía no está dec idido qu é es fantasía y qu é es realidad.
compo rtam ie n to pod ría igu alme nte en te n de rse co mo un Co mo d ice vVinnico u : " La. C1lest ión no se va a.formular" [cu rsiva
arri esgado experime nto al que se atreve sola mellle baj o la pro- e n el o ri g inal] , En un a detenn inada ocasió n , n o obs ta nte, el
tectora mirada materna,~i El niñ o se lanzará temerariamente al "espectáculo" d e j e nni provocó una amenaza d e vio le ncia fTsi-
vacío, y a su propio fUlllro cada \'ez más pelig roso, solamente ca por correo electróni co tan extrema que decid ió cerrar su
cua ndo sienta que su vu clo se refleja d e forma segura e n los ojos cá mara durante un tie mpo. "Me escond í tres días e n mi ha bi-
d e la madre. j e nnifer Ringley di ce: "A veces h ago "espectácul os" tación", dijo Ri ngle)'. "Estaba ate rrori zada" . ~ ' Vinnicott escribe:
más o menos escenificad os". El artículo del Plúladelphia Inquirer "El juego co nsiste siempre en la precaried ad de la inte racción
cu e nta que du ra nte el prime r alio que tuvo instalada la de la realidad psíquica personal )' la experiencia d e contro l de
j e nni Cam , Rin gley reali zó una se ri e d e "esp ec tácul os" e n los objetos reales".:1I
qu e se vestía co n "Iigue ros )' tacon es de aguja", En una esce na
clásica de la comedia de la televisión estado unidense, la difun- El ame nazador m ensaje d e co rreo e lectró ni co qu e J e nni fe r
ta Gilda Radner se convie n e e n un a nilia, sola e n su habitació n, Ringl ey recibi ó e n respuesta a su com probación d e la reali-
que utili za su cama como esce n al-io d onde pro tago niza di versos dad co nte nía la exige n cia d e que hi cie ra un striplease para la
papeles adultos. Como e n las actuaci o n es de j e nni , a menudo cámara. na popular se ri e de la MTV pon e al d es nudo las
desde el esce na ri o de su propia cama, el soli tario juego infantil vidas d ia ri as d e un g rupo de "unas ve inte personas" que co m-
se represenú'l a nte un público in visible, a nte alguna pe rso na, de parten un a pa rtamento. El progra ma se llama "The Real
la que "Se pe rcibe qu e ( ... ) refleja lo qu e suced e en el juego". Wo rld" ["El mund o real"]. La se,ial d e la NTSC que e mite las
Pa ra Winnico tt, "esta zo na d e j uego no es una realidad psíqui ca "vidas rea les" d e es tos j óve n es suministra 29,97 imáge n es d e
in te ri or. Está fu e ra d el individuo, pero n o es el mundo exter- vídeo por segund o. El mu ndo real d e J e nni se tra nsm ite a la
no",28 ¿Qué mejo r descripción po dría mos te ner del espacio d e ve locidad d e un a image n cada 3 min u tos. Lo que aparece en
Internet? Paseá nd ose con "taco n es d e aglua" por su dormitorio la pantalla de l o rd e nador n o es u n a image n de vídeo e n vivo,

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sin o un a secuencia d e imágenes de vídeo fIj as. En un a oca- "E.n la pervers ió n (... ) n o hay "zonas erógenas~ (... ); es la imermi-
sión, un a amiga me e nsel; ó un bo líg ra fo barato que tenía ten cia, como el psicoanálisis ta n ce rtera me nte ha afirmado , lo q ue
impreso e n su cilindro la image n de unaj ove n con un traje de resulta eró tico: la ilHermilencia del des tell o de la p iel ( ... ) entre
bañ o d e un a pieza. Si e l bo lígrafo se sostenía con la pun ta dos bord es (la cam isa de cue ll o abi en o , el guanle }' la ma nga) ( ... )
leva n tada hacia ar riba, el "u-aje de baño" (un líquido opaco) es este destello lo qu e seduce, o más bie n: la puesta en escen a de
desa parecía pa ra mostrar el cue rpo d e la m uj er. La image n de un a apari c ión -e IHa nlo-que-desa pa ri c i ó n ". '~
la J e nniCam se actuali za pues d e fo rm a similar, ya que la ima-
gen prese nte de la habitación deja paso abruptam ente a una De todas las imáge nes captadas po r la J e nniCam , las qu e cap-
image n e n negro, y seguida men te , la nueva image n se mues- tan a J e nni so n mino ría. j ennife r Rin g ley reafi rma la ley fun-
tra e n senlido descende nte desd e la parte supe ri o r de la ima- da men tal de la e ro ti zació n de la ause ncia. Podría mos discer-
gen , suslituye ndo progresiva m e nte a la fo rm a de neg ro. H ay ni r tam bié n el con to rn o de un a escena más p rimitiva d e idas
algo d e striplease e n la forma como se mues tra el espaci o. y ve nidas e n el juego d e j e nnifer Rin g ley. En un pasaj e muy
A continuación transc urre e l intervalo de tres minutos de come ntado d e su breve li bro de 1920, Más allá del pril1cipio del
ti e n'lpo a ntes de qu e un a image n deje paso a o tra , ti e mpo e n placer, Fre ud d esc ribe la esce na e n la qu e su nieto de di ecio-
e l que cualquie r cosa que pueda sucede r en la habitació n d e cho m eses la nza un a y otra vez desd e su cun a, y luego rec u-
J enni oc urre sin ser visto. Hay ade más zo nas d el espacio pe ra, un carre te de l-nadera atado a un a cuerda. Cua ndo a rro-
dom éstico de J e nni qu e pe rm an ecen en tod o m o m e nto fu era j a el o bjeto, el niii.o pronuncia el so nido "' jooh !". recupera el
de pan ta lla. Cie rta m en te, hay aqu í muchos eleme ntos para can-e le con e l so nido "d a". Fre ud y la mad re de l niii.o e ntie n-
provocar el deseo d e ve r lo qu e se oculta , incluso en las oca- de n las vocalizaciones de l ni ño co mo interpre tacion es de las
sio n es e n las qu e la arquitecta d e es te a pa rato esco ptofflico se pala bras a le ma nas fo rt y da - "fuera" y "aqu í"- . Freud inte r-
m antiene ella misma ausente d e la escena. 32 Las apa ri ciones preta e l "juego" del niii o corno su e nsayo de la expe ri e ncia
en pantalla de J e nni han incluido no solam e nte las ocasio- d o lo rosa de las ausencias d e su madre : un juego en e l qu e el
nes en las qu e rep rese nta el pape l de seducto ra, si no ta mbié n nilio consig ue d o minar la re prese ntación simbó lica sob re
escenas en las qu e inte rvi e ne e n relacio nes sexuales reales. a lgo qu e e n la rea lidad no pued e co ntrolar.X. j e nni contro la
Muchas de estas imáge nes ha n sido escrupul osam e nte reco pi- ple nam e nte su p rese ncia y su ausencia e n su ha bi tació n, dado
ladas po r sus a utoprocla mados "admi rad o res" y pues tos a dis- que su do minio de sus pro pias idas y ve nidas la sitúan en e fec-
posición pública e n un sitio web "adulto ". Pero tales escenas to en la posició n mate rn a e n re lació n con los prete ndie ntes
constituye n solame nte un a pro porción m uy peque ña d e la que acced e n a su sitio we b. Ya he seña lad o qu e la J e nniCam
vida dej e nni e n pantalla . Re presentan parte de la vida priva- abre un a ve ntana en la pantalla d el orde nad or qu e pe rm a ne-
da corri e n te de casi cualquier mtue r de la edad d e J e nnife r ce abie rta con indepe nde ncia d e cua lqui er o tra ac ti vidad en
Rin gley, y su a usencia habría sido más no table qu e su prese n- la que interve nga el o rd e nad o r. Supo ngo qu e muchas de estas
cia.' 3 La pe rso na que viole n ta me nte exig ía qu e J e nni hiciera ac tividades será n ac tividades de tr abajo. Incluso e n es te
un striptease parece no ve r qu e J e nni nunca hace otra cosa, mo me nto las ve ntanas qu e se a bre n a la habitació n d e J e nni
pe ro Jenni no juega sirnple m ente CO.l1 la revelac ió n y el o cul- puede n abrirse a través de innumera bl es hoj as de cálculo e
tam ie n to de pa rtes d e su cuerpo . Más sig nifIcati va me nte, lo info rm es de e mpresa, nove las in aca badas y tex tos acadé micos.
qu e controla son las idas y ve nidas d e toda su perso na. Roland Aba ndo nados e n el lugar d e tra bajo, es tos soli ta ri os niii os
Barth es pregu ntó e n una ocasió n : "¿No es la pa rte más eróti- adultos vigila n a través de sus ven ta nas el mo m ento e n q ue
ca d e un cue rpo el lugar donde la ropa se abre?" (c ursiva en el J e nni vu e lve del trabaj o a casa.
o ri ginal). Aii.ade Barth es:

204 205
p

Los afi cionados a la m(¡sica barroca conocerán probable men te mula algo perog rullesca de vVinnicol, fu era "sufi cientem en te
la com posición de H e n ry Pureell a pa rtir d e una re nexión buena". Pe ro la benevolencia básica que J e n nifer Ring ley su po-
so bre la soledad d e la poetisa inglesa del siglo XV II Kalh ryn ne q ue debe rodearl a, aqu ella qu e es condición pre\~a del
Phili ps. El poema empi eza dicie ndo : "Oh , soledad, mi más "con te nto" que Ka thryn Phil ips e ncu e ntra e n la soledad , no
d ulce e lección ", }' te rmina: "¡Oh , cómo ado ro la soledad!"'. puede garantizarse. El ai10 anteri or a su muerte, Melan ie Kl ein
Toda aloc ución ve rbal implica un destina tario: la soled ad qu e escribió un texto titulado ""'On th e Sense of Lo neliness". En
un o pmnuncia. ya está com p rom etida. En la ültima palabra del éste afi rma que no se refiere a "la situac ió n objeti va de estar
pen ú ltimo ve rso del poema de Philips aparece un " tú " no iden- privada d e compai1ía ex te rn a". Se refi e re más bie n a "la sensa-
tificado. Kalhryn Philips pued e e ncontra r en la soledad su ció n in te ri o r de soledad -la sensación d e esta r sola cuales-
"más du lce elección " porqu e es tá sola en presencia de alguien. quiera qu e sean las circunstancias extern as, de senti rse sola
Alg un as grabacio nes mode rn as de la canció n ide ntifi can al incl uso entre am igos o recibiendo amo r-".:19 .KJei n sitlia el o ri-
destinatari o a iiad iendo al texto o ri ginal un "Oh , Se iior". Esto ge n de esta sensación d e soledad , para ella indeleble, en la nos-
concuerda con la devoció n conve ncional del peri odo en el que talgia de la ple ni tud o ri ginari a de la prime ra uni ó n con la
se escdbi ó el poema, pero d esd e un pun to de vista psicoanalí- mad re, de un tie mpo an terior a la d iferenciación, cua ndo los
tico, la for ma ind eterm inada del o riginal es la más eloc uente. deseos del niiio era n en te nd idos sin te ne r que alie na rse en el
Desd e un pun to de vista psicoanalítico, este "tli" no es e l padre lenguaj e . Kalhr)'n Philips goza de las de licias de la soledad en
celestial con q uien un o espera unirse, sino la madre te rrenal lugares "d ista nles del tu mu lto y del ruid o". Los fra nceses pue-
de la que uno ha te nido q ue separa rse. El niño pequeño que den regailar a un niilo ruidosame nte exhibicionista con las
se separa de l cuerpo de su madre se aferra a algo, a me nu do pa lab ras ;<Arrete lo n cinéma!"' [¡Deja de hacer cinel]. Si el
un juguete roto. El niii.o pued e mante ne r conversacio nes con ex hibicionismo d e j e nni es una forma de cin e, aunque se trate
e l juguete, una situació n lo sufi cie nte men te fa miliar, el jugue- d e un ex traúo cine de "verdad de una image n cada 180 segun-
te sirve aq uí al niii.o a la vez como objeto transicional y compa- dos", es u n ci ne mudo. Los come n tarios que ofrece en su pági-
ii. e ro im agin a ri o. ~ La Co nnec ti x QuickCam de j e nnife r na we b, y los comentarios de qu ie nes como )'0 m ismo escribi-
Rin gley puede parece r un a confide nte improbable. Con su mos sob re ella, pro porcionan ciertos e ntretítulos. Pero estas
o bje tivo circula r en una esfera blanca, pa rece un glo bo ocu- ve rbalizaciones so n pos teriores al hecho. La fo rma originaria
la r.:\7 Algun os podría n ve rlo como un oj o maligno, pe ro pod r ía d e alocución de J enni e ra)' sigue siend o ese ncialme nte muda .
igualme nte asimilarse a todos esos simpáti cos reloj es, cafeteras
y o tros ute nsilios d o més ti cos que p rolife ran alegre me nte e n Jam es Ba ld win nos di ce: "Para aseg ura rse su intimi dad ,
li bros infantiles y dibl~ os a nimad os. Desd e luego, no existe Giovanni había oscurecido los crislales de su venta na con u na
ind icio ni ngu no de qu e J e nni fer Ringley viera s'u Quic kCam espesa cera lim piadora de colo r bla nco". W
como al go más siniestro que un a ve rsió n g raciosam en te calva
de su puercoes pín Spree acu rrucad o. En un a e ntr e \~s ta e n un Cualquie ra que haya cerrad o sus cortin as po r la noche podría
periódico, dice J e nni: "Vivo en un a realidad virtual en la que la sentir qu e com pre nde pe r fec tam enle e l com portam ie nto de
cámara es una es pecie de peque iio colega".!'tl La apare nte supo- Giovanni . Pero a medida q ue J a mes Ba ld\\~ n nos permite cono-
sición d e J enni d e qu e la mirada es fundame ntalm ente ben ig- cer mejo r a su personaj e de fi cció n , revela q ue Giovan ni no
na no pued e basa rse en la evide ncia de la histo ri a, ni e n el tes- es tá mo ti vado por el sim ple decoro ni por la modesLia corpo-
timoni o de los medios informativos contempo ráneos, ni en su ral. Su deseo aparen te mente "normal" de inLi midad está moti-
propia ex perie ncia. Su o ptim ismo solam ente p uede ser conse- vado por la culpa pato lógica. La mirada de la que Giovan ni
cuencia de una te mprana ate nció n materna qu e, segli n la fó r- LT"3la de esca par es un a m irada muy pa rti cul ar: es una mirada

206 207
qu e implica un juicio. Bald win , como Fre ud , nos recuerda que
no es medi ante la mirada como pod emos ave rig uar lo qu e las
personas hace n cuando miran , o cuando se protegen de la
m irada d e otros, o cuando -co mo j e nn ifer Ringley- se ex po-
ne n a la mi rada d e o tro. Para el peri odista que e ntrevistaba a Notas:
j e nnifer Ringle)', era o bvio q ue se trataba de una ex hi bicionis-
ta, aunq ue admitía que podría haberse mante nido solame nte
como un a "exhi bicionista late nte" de no haber sido po r l. Una alHerio r ve rsió n d e es te texlO se presen tó por pri mera vez en
Intern e t. Estam os acos tumbrad os a espectac ulares alegatos e3 Kultllrális ps Kommllllikáriós Km.poll l/ C3 CfIl/prJor CommulIim-
sobre los efectos de las n uevas tecno logías e merge ntes. Mi pro- lion ami CIIlIllI"P, Budapest, 7 de julio de 1997, e n el co ntexto d e
pio alegato a este respecto es modesto e n com pa ració n , una un p rogra ma patroci nad o po r el British Co uncil.
es pecie de anticlímax: las nuevas tec no logías plan tean a los 2. j ames Baldwin, Ci01101/1Ii's Room, DeH, Nu eva Yo rk , 1956 [ve rsió n
teó ri cos de la image n inte rrogantes que puede n se r ta nto más castellana: I~} (//o rI0 de Ci 01101/1li, Brugue ra, Barcelona, 1983] .
p rodu ctivos cuanto m enos relacionados es tén con la tecno lo- 3. En 1996 j ennifer Ringle)' cursaba su úl ti mo ailo de es tud ios e n el
gía. A mediados de los ali os setenta, el e nsayo de Laura Mulvey Di ckinson College, Pt: l1n s)'h"a ni a, do nde se especiali zó en eco no-
"Placer visual )' ci ne na rrativo" suscitó amp lias d iscusiones mía y se inte resó por el dise il o d e págin as web. Así describía ell a
sobre el voyeurismo. A posteriOli , aho ra, me resulta so rpren- misma su téc n ica: "U ti li zo Timed Video Grabber para capturar
de nte que se prestara tan poca ate nció n a la cuesti ó n comple- un a imagen desde mi Co nn ectix QuickCam cada mi nu to. Cada
me nta ria del ex h ibicionismo . Debo mi so rpresa a la j e nniCam. tres min utos, Q ui ckKeys ejec uta un AppleSc lipt q ue orde na a
Fetch que transmi ta la image n (.. _) ¡Y el servidor le la envía!
[Anti gua página web d e j enni Cam : www.boudoir.org. El sitio ha
cambiado de d irección desde enton ces).
4. Págin a ",eb de J enn iCam . En junio de 1997 se co nvirtió e n sitio
d e pago. Ringle}' escribió: "' Espero que compre ndáis lo mu cho
q ue me d isgusta hace r esto. Me siento como si es tuviera defrau-
da ndo a todo el mundo. Me siento como una tra idora. Espero
qu e me creáis cuando d igo que si tuviera o tro mod o d e hace r esto
lo ha ría. El p ro ble ma fu ndamental es que inicialmente calc ul a-
mos los cos tes de ancho de ba nda en un os 200 d ó lares al mes.
Pe nsamos q ue pod ríamos conseguir un anun cian te para cub rir
ese cos te, pero la o peració n no se co ncretó}' nada se mate riali zó.
\' entonces nos encon tra mos con un coste mensual q ue superaba
con creces los m il dó lares mensuales".
5. j ere Downs . .o Th e jenn iCam ensn ares on line fans into her \Veb.
She bares her li fe 0 11 lhe Nel", n le Phi/adelphia / lIqflirl'l·, d o mingo
6 dej ulio de 1997.
Publicado origi nariame ntt: en: \fictor Bwgill, Hobert Cwath/1lp'J U(llIr'5, 6. Bmce Haring. "Net ca meras pUl intim ac)' on li ne" , USA TODAY. 3
Coopt:r Un ion for lh t: Adyan cemen t of Science and An, de agosto d e 1998.
Nueva York, 2000. i . En su libro de 1905. h es PIIsa)"os para l/tia /poda sP.Y:flal, Freud se ña-

208 209
la: "Toda perversión activa (... ) va aco mpañada por su equivalen- recomendaba que el ana lista fuera un "espejo bien pulido" para
te pasivo: cualquie r persona que sea ex h ibicionista e n su incon s- su pacie nte. OltO Fe nichel hablaba de espejos reales cua ndo
cie nte es al mismo tiempo vOJelll". [S.E. 7, p. 167]. [Obras eOll/plp- o bservaba que el espejo, al enfrentar al individu o con su propio
laS, Biblioteca Nueva , tomo IV). cuerpo en fo rma externa, borra '; la lín ea di\rjsQl;a entre ro )' no-
8. Los creadores de CU-See Me escribe n: ··CU-See Yl e es un progra- yo" [OttO FenicheJ , "The Scoptophilic Inslin ct and
ma gra tuito de videoco llferen cia (co n ropJlight d e la CorneJl Idenlificalion", en H. Fenichel y D. Rapapo n , (eds. ), Tlle Col/N lnl
Un ive rsity y sus colabo ra dores ) dispo nibl e para cualquier perso- PajJel"S 0/0110 Fellichel. Firsl Serifs, Norton , Nueva York , 1953, p.
na que tenga un ordenador Macin tosh o Windows con conexión 375]. Los psicoanalistas ta mbién han tomado nOLa de las formas
a In tern et. Con CU-SeeMe, se puede establecel- un a yideoconfe- en las que se representa el espejo en campos de investigació n
re ncia con mro lugar de cualquie r palle del mundo. Mediame un fuem del psicoanálisis. Po r eje mplo, el psicoanalista húngaro
renec tor, múltiples participantes en disti ntos lugares pued en Géza Roh ei m escribi ó un libro sobre la "magia del espejo·',
interve nir en una co nfere ncia CU-SeeMe, cada lino desde su ampliam ente inspirado en su form ació n original como an tro pó-
propi o ordenador de sobremesa". [CU-SeeMe.com ell.edu] El pro- logo. En el ensayo de Lacan, el espejo aparece a la vez co mo metá-
grama se h a hecho muy popular en la comunidad homosexual, fo ra }' como realidad objetiva, }' hay referencias a disciplin as más
d onde las ilnáge nes illle rcambiadas mediallle es te progmma d e allá del psicoa nálisis, tal es co mo la e nto mología, la etología }' los
··"id eoco nferencia~ so n a menudo escenas de masturbació n. estudios empíricos del comportamie nto infantil. Lacan prese ntó
9. Quiero resaltar que conozco aJennifer Ringl ey so lam ente como por prim era vez su concep to de la fase del espejo en 1936. La ver-
~J e nni " - una creación multimedia- o Esta '1 en ni ~ no es más ni sió n más co nocida hoy data de 1949. Al nace r, el niiio no conoce
menos real que el Giovanni d e James Baldwin . En lo que sigue no la distinci ó n e ntre sí mismo )' el mundo ex terior. Su expe l;encia
p rete ndo "'psi coa n a li zar~ a J ennifer Rin gle)' -esto snía o bvia- es fmgmentaria y no tien e medios de trazar un límite entre los
me nte absurdo-. L--t Je nl1i de la que hablo aquí no es una per- fmgmentos qu e son pane de su propio cuel--P0 y los fra gmentos
sona qu e se pueda psicoanali zar, sin o un dispositivo heurístico e n que perte necen a la realidad externa. Para Lacan , el espejo juega
un d iscu rso sob re las im áge nes. L"l verdadera Je nnifer Ringley ha un papel ese ncial en el establecimient.o de dicho lími te. El pro p io
comentado: "No tengo dos personalidades. ExisteJ cnnifer, qu e a espejo no es ese ncial, cua lquier fuente de un simulacro servir-.í,
nadie il1leresa. Y existe J enni". (Je re Downs, op. cit.] pero el bebé en el espejo propo rcion a la image n más au-acti\·a. En
10. WBEZ Chi cago, ~Ta l es from the :\Iet", en T/¿is Amn1cml Lije, 7 de algún momento entre los 6 )' los 18 meses de edad, el bebé
junio de 1997, entrevista por 1m Glass. Véase tambi é n el comen· adquiere la idea de que la imagen es la suya propia, }' entonces,
tario de la ca ntante/ compositOra de canciones Ana Voog: "Si te escribe Lacan, '·salta dejúb il o" ame su propia reflexión. Es co mo
desp iertas más o menos a medianoc he co n un ataque de ansie- si el bebé hubiem encontrado el med io de reconoce r: ~ Ése de ahí
dad , es realmente agradable sabe r que personas de tOdo el so)' yo". L'l id entidad limi tada asumida en la fase del espejo, no
mundo es tán all í. para co nsolarte o hablar d e todo lo que qui e- obsta nte, es una identificación, una alienació n en la imagen del
ras. Eso está realmente bien~. Bruce Haring, op. cit. o tro e·ése de ahí soy yo"). Además, la amoimagen del bebé es una
11 . Jacques Ltcan , ~ Th e mirro r stage as formalive ol" the function of autoidealizació n. La im agen de la fase d el e sp~jo es una es pecie
the I as revealed in psrchoanal)'tic ex pel'ience ~ [1949 ], Eo ilS: de prótes is. Es incorporada po r el bebé pal-a compensar la dispa-
A Self(lioll, i\orton, Nueva Yo rk, 1977 [versió caste ll ana: ·' EI esta- ridad entre su experie ncia personificada de su propio cuerpo)' la
dio del espejo como form.\Ción del ro tal co mo se nos rnela en la apal-ente co here ncia)' superi oridad motriz de los adultos )' los
expe rien cia psi coa nalíti ca ~, Escritos / , Siglo XXI t\'léx ico, 1972, niños ma}'ores. En cierto se ntido , por tanto, el bebé está e n com-
Paidós, 1985] . Los es pejos tienen diversas aparicion es en los escri- petencia con el se ntido intro}'ecLado de su pro pio se r. En un texto
tOS de los psicoanalistas. Freud habl aba metafóricamente cuando de 1948, por tanto , Lacan se refi ere a la "identificación primaria

210 211
que estructura al sujeto como rival de sí mismo". Uacques Laca n, sworth , 1982, p. 131. [Realidad )'juego, Edito rial Gedisa: Barce lo-
"Aggressivity in Psychoanalysis", Er1"ils: A S,',rtiml , Norto n , Nuev'" na, 1982) .
Yo rk, 1977, p. 22] [vers ió n castellana: " La agresividad e n psicoa- 16. La palabra fra ncesa regard es utili zada po r Laca n, así C0l11 0 por
n á li s is~ , Escritos, Siglo XXI , México, 1975]. Sartre e n la o brJ. en la que Lacan inicialmen te se basó. En las tra-
12. O. W. Win n icOlt, "Mirro r-role of Mother and Family in Child ducciones in glesas d e estos esc ritores la palabra ha sid o trad ucida
O eve l op m e nt ~ ( 1967) , PlaJillg and ReaJit)" Penguin , Harmond- alte rn ativamente como look y gaze [dos sin ó nimos d e "mirada"1.
swo nh , 1982, p. 130 [versió n castellana: Realidad )' jllego, Ed ito ri al Resul m te ntado r (un a tentació n a la que sin e mbargo me he resis-
Gedisa, Barcelona. 1982] . tido) utili zar solam ente la palabrJ. inglesa regard al come ntar las
13. Po r eje mplo, en 1964, Lacan se refiere a los cuadros murales d el ideas de Winni coll, debido a su capacidad de co nn o tar simultá-
gran salón del Palacio Oucal de Ve necia, y p regunta: "¿Quién neamente eleme ntos de look [mirada ], care [cuidado, atenció n ] )'
vien e a estoS lugares? Quienes forman lo qu e Re tz d eno mina el esteem [estima].
IJIleblo. ¿Y qué ve el pueblo en estas vastas composicio nes? La mira- 17. o. W. Winni co ll, "Mirro r-rol e of Mother and Family in Child
da d e aquell as p erson as que --cuando ell os, el puebl o, no están Deve1opm ent" (1967), of1. cit., p. 134.
allí- deliberan en esta sala. Detrás del cuad ro, es esa mirad a suya 18. O. Vl. Winnico ll, "Mirro r-role of Mo the r and Family in Child
la que está p rese llle". [Jacques Lacan, 11 Sém;noi,." hllre Xl: Les Oevelopm el1l" (1 967) , ¡bid., p. 133. [WinnicO ll cita a Fra ncis
Quotres C01/.Cl'pts Fondamenla ll x de la P.f)·d uHlal),s, (1964), p. 104] . Bacon: "U n rostro herm oso es un elogio sil encioso"] .
En este selllid o , ex iste cierta base pa ra un a tendencia muy ex ten- 19. J ere Oowns, op. rito
dida en la teoría del cine y la fotografia, de asimilar las co nside- 20. Según Winni co ll, parte del papel inicial d e la madre consiste en
rJ.ciones de la m irada co n el con cep to d e pano plicismo en instilar una sensación de o mnipotencia en el bebé al proporcio-
Fo ucault. (Critiq ué po r prim era vez esta tendenci a en "Geo metry nad e sus obj etos j ustamente cuando y do nde se los imagin a. El
and Abjeclion", AA jile.s- AlInals o/ the Arr/¡itectllral AssofÍa l;on S(IIooI p rin cipal ej empl o es cuando la mad re se anticipa a la necesidad
o/ Archiff'rtll r" n ll • 15, veran o de 1987) [ve rsió n castell an a incl uida del bebé de lo mar el pecho y se lo propo rcio na más o menos
en el prese nte libro] . Buena parte d e lo que Laca n dice sobre la d onde y cuando el bebé trata de invocarlo para que aparezca. La
mi rada en el Seminario XI (1964 ) es fund amen talm ente similar a o mnipo tencia infantil es el orige n de la co nfian za con la q ue el
lo que dijo en el Seminario f ( 1953) - aparte de una impo rtante niño explora rá más ad elante el mundo , una vez llegue a disti n-
diferencia de énfasis derivado de un d espl azam iento d e la feno- guir entre su cuel-po y sus objetos.
me nología d e Sartre a la d e Merleau-Ponty-. En lo que el se mi- 2 1. Véase Oidier An zieu, Tlll' Skin t.go, Yal e Universi ty Press, New
nario 'tIe 1964 es realme nte distinto es en la refo rmulación de Have n y Londres, 1989 [versión castellana: El )'o-piel, Biblio teca
Laca n de la mirada como objet petit a ["obje to pequ eli o a"], com o Nueva, Madrid , 1994]. Cathnine Clemem caracteriza suci nta-
ca usa del deseo. me nte la fase del espej o como "el mo mento e n qu e un o se con-
14. Cuando e n 1953 Lacan revisa su idea de la fase del espejo para vierte e n un o mismo po rque ya d eja de ser lo mismo que su pro-
tomar en consideració n la pI-ese ncia de la mad re co mo Otro pia mad re". [Cathe rin e Clement, n le Lives alld f...egtnds oJj orque,s
junto al niñ o/ nilia, es pl;ncipalm ente la voz de la mad re como Lacan, Colum bia, Nueva Yo rk, 1983, p. 76] [versión caste llana:
Otro lo que es tá en juego: al co nfinn ar, negar o impo ner las ide n- Vidas )' leJendas dI! j acqu,s Laran, Edi tol;al Anagrama, Barcelona,
tificaciones imagi nal-ias del n iño/ ni ña (por ejemplo: -¡Sí, e res tú, 1982) .
mi p rin cesa'" o "Sí, ti enes los ojos d e tu padre"). La madre (e l 22. Winn icoLt eSCl;be: -lVspecto del objeto lrallsiciollal p uede d,rirs, qu, e,s
O tro) es aquí un age nte de lo simbólico. un acuerdo tádlo entre nosotros)' el bebé a quien nunca haremos la pre-
15. D. W. Win nico ll, "Minor-role of Mothe r and Fa mily in Child gun la: ', Se le oc'unió a ti eslo o se te presentó desde Juem? '. El punlo
Oe\"elopment" (1967), Pla),jng alld Reality, Penguin, Hann o nd- imporlal/le es que no se espera ninguna decisión sobre este PU 1Ito. La cues-

2 12 2 13
-
rió'I1 l/O sr va a ¡orll/ulm:' [cursiva en el o riginal]. D. ,,,,, WinnicotL, 36. Véase France tte Pac lea u , M The Imagin ar}' Compa n ion" , 1'11('
"Transiuonal Obj eclS a nd Tra nsitional Ph e nom ena", o/J, cil., p. 14. S)'I1/jJlom 01 /3('(111/)', Har\'a rd Unive rsit)' Press, Ca mbridge, 1994.
23. D. W. Winnicolt , ~ Pla)'ing: A Th eorc ti ca l Stateme nt ", ¡bid., p. 53. capítulo 2.
24. O. W. Winnicou, "Pla}'ing: A Th eo rcLical SlalCment" , ¡bid., pp. 35- 3i. En una pe rspectiva lacania na, podría servi r como ~j em pl o de la
56. "' mirada como objel pel;1 a" -un obj elO parcial dividido y mó,ri l -.
D. W. Winnicon, "Th e Ca pacit)' to be Alonc" ( 1958), TIlI' 38. J ere Downs, op. cit.
Mat ura/iollal Processes (I'I/([ lile Fruiliraling EUlIiromnenl, Hogarth , :19. Kl e in , "O n the Se nsc of Loneliness", e n al/r Adal! Worfd,
Londres , 1965, p. 30 [versión caste ll a na: Los procesos de maduración He in emann, Londres, 1963 [versió n caste ll a na: El senlimifl"o de
)' 1'/ nmbiellteJaáliladOt; Edicio nes Pai dós Ibérica, Barce lo na , ]993] . soledad )' olros fIISfl)'OS, Ediciones Paidós Ibérica, Barcelona, 1982].
26. Para un a perspectiva winn icouiana sobre la adolescencia )' la ~IO. J ames Baldwin , ib íd ., pp. 112-1 13.
as un ción de riesgos, véase Adam Phillips, "On Risk a nd So lilUdc",
en O" Kissing, Tickling amI Being /Jored, Harvard Universil)' Press,
Cambridge, 1993 [vc rsió n cas te lla na: Hi rteal", EdilOrial Anagrama,
Barce lo na , 1998].
2i. No tenemos q ue decid ir necesa¡iamc ntc e ntre eslaS explicaciones:
pued e se r significa livo que hablemos de "exponemos" al riesgo.
28. D. 'IN. Winnicou , "Playing: A Th eorelica l Stateme nt", o/). ril., p. 60.
29. Véase J ean Laplan che, "Th e Orive a nd its Object-Source: its fal e
in lhe lran sfe¡-e nce~ , e n j mn Lflplllll che: Seductiofl , "Ji'ansla/ion,
Dri1Jt!s, ICA, Londres, 1992, p. 189.
30. J ere Downs, op. cit.
3 1. D. Vrl. WinnicoLL, "Playing: A Theore ti cal Sla te me nt" , op. cit., p. 55.
32. Un me nsaj e enviado por Intern e t soli cita imáge nes de la habita-
ción de J enni a izqu ierda y de rec ha de su cama. La persona qu e
hace esa petición intenta construir una imagen pa norámi ca de la
habitación.
33. Han su rgido num erosos "siti os de pago" comerciales a imitación
de laJenni Cam. Las actividad es d e estas autocalifi cadas "mode los
aficionadas" son exclusiva mente sex uales y los datos que ofrecen
de sus vidas son descaradame nte ficticios. La apelac ió n a un sim-
ple vO)'I'lIl'L5mosex ual es aquí inequívoco. Los lJoyellrismosa los que
J enn i ape la constituye n una amalgama tan co mpl ~ja de elemen-
tos sex uales }' sublim ados como su presunto ex hibicio nismo .
34. Ro la nd Barthes, Tite Pleasure ol/lIe 7exl, Nueva. York, Hill and
Wang, 19 i5 , pp. 9- 10 [ve rsión caste lla na: El plllcer dellex/o, Siglo
XX I, Buenos Aires, 19 i4 ].
35. Sigm und Frcud, Be)'oml lite Pleas ure Principie ( 1920 ), S. E. 18 ,
pp. 14 Ysiguientes [ve rsión cas t.e lla na: ¡'vIás allá deL prillri/úo del pla-
cer, Alianza Editorial , Mad¡-jd , 2003].

214 215

La película recordada (2000)

H an transcurrido un os ve inticinco años desd e qu e el ento rn o


cotidiano d e las imágenes "m ediáticas" se convirtie ra e n un
objeto d e inte rés académi co sostenido y sistemático. Prim ero
se estudia ro n las películas na rrativas, lo s anuncios publicita-
rios, las foto grafías docume n tales, etcétera. La televisió n , sin
embargo, era un objeto de análisis más escurridizo, pues no
tenía límites apa re ntes, ya que al estar compuesta po r progra-
mas d e tod o tipo, se fundía co n la vida m isma. Las difi cu ltades
iniciales para teo ri za r sobre la televisión son u n pa radi gma d e l
pro bl ema de teo ri zar el en torno d e la image n com o conjunto.
Po r ej em plo, la expe rie ncia del cine se locali zaba a ntaúo e n e l
espacio y el ti empo . en el d espliegue finito de u na narrativa en
una sala co ncreta y e n un día concreto. Pero , con e l ti em po ,
u na película d ejó d e ser simplemente algo qu e se po día "visi-
tar" d el mismo m odo que se pued e asistir a un a re p rese nta-
ció n teatral en vivo o visitar un cuadro en un museo. H oy
puede u no d escubri r un a películ a a través d e carte les, le treros
publicita ri os u otros tipos d e publicidad , como los ava nces d e
la película e n cine o televisió n ; a través de rese ñas d e p re nsa,
sinopsis en obras d e referencia y artículos teó ri cos; a través de
fo tografías d e la produ cció n , ampliacio nes d e fo togramas y
obj etos d e recue rdo; a través de fragmentos d e la película que
p ued e n e nco ntrarse en Internet, etcétera. Al e nsamb lar tales
fragme ntos me ton ímicos en la m emoria nos fanliliarizamos
co n un a pe lícul a que realmen te no he mos visto. Es evide nte
que esta "película" -un o bje to físico compilad o a partir d e
ped azos d e image n d espe rdigados en el espacio y e n el ti e m-
po- es un o bjeto muy distinto de aquel con el que nos e nco n-
tram os en el co ntexto d e los "estudio s d e cin e"', el fru to d e un a
d iscipli na qu e resurgió a fi nales de los a lias sesen ta y e n los
seten ta, period o e n q ue los estudios d e cine se revi tali za ro n a
través d e su e ncue ntro con la teoría lingüísti ca. En 1963, la

217
Fotograma de Vive L 'Amour,
Fotograma de A Canterbury Tale. dirigida por Michael Powell
dirigida por Tsai M ing-Uang. 1994
y Emeric Pressburger. 19 44

revista cine matográfi ca Cahiers (lu, Cinéllw preguntó a Ro land


Barthes si la lin güística te nía algo que ofrecer al estudi o del
cin e. Éste res po ndió que sí, pe ro sola me nte si se optaba po r
"una lingüísti ca de l sintagma e n vez de un a ling üís ti ca d el
sig no".1 En o pinió n d e Ba rthes, un a nálisis d el cine con un a
base lingü ísti ca no podía ocu parse de la imagen ffimi ca co mo
tal, que él conside ra ba pura a nalogía, sino solamen te con la
com binació n de las imáge nes e n las secuencias na rrati vas.
Segú n sus pro pias palabras: "La distin ción e ntre cine y foto-
g rafía no es un a simple cues tión de g rado, sino una oposición
radi cal".:! La teo ría ci ne matográfi ca y la teo ría fotográfi ca se
desarro llaro n posterio rm e nte po r se parado , d ebido e n gra n
parte a esta supu esta o posició n .

Es cuesti ó n de se ntido co m ún as igna r la image n fij a a la teo ría Fotograma de Uchl:lRW. Victor Burgin.
fotográfi ca y la imagen e n movimie nto a la teo ría cinemato- video proyecCión de una pant alla, 199&1999
g ráfi ca. Pe ro equipara r movimie nto con ci ne y quie tud con
fotografía equi vale a confundir la re prese ntac ió n con su so po r-
te ma teri al, dado qu e un a películ a puede mostra r un objeto
inmóvil aunque el pro pio rollo de la películ a se mueva a 24
fo togramas por segund o, y un a fotog ra fía puede mostra r un
obj e to e n movim ie nto aunqu e la foto no se mueva. Tampoco

J
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d ebe mos confundir movimiento con actividad . En refere ncia a imáge nes. El luga r de tales e labo raciones se e ncue nUa , e n
u n libro d e fotografías de ge nte leye ndo,' Pe ter Wolle n comen- palabras de Do nald Winnicot, "'en la zo na e ntre la realidad
ta qu e a unque las perso nas que apar ecen e n esas fotos no se ex te rn a o com partida y el ve rdadero sueilo".6 Pa ra vVinnicou ,
mueven, sin e mbargo están hacie ndo algo, están leye nd o. Po r di cha zo na es pura y simplemente el lugar de la experiencia cul-
ta nto, "pode mos ve r que actividad no es en absoluto lo mismo tural.¡
que movimi ento" .~ Incluso esas fotografías míni mame nte d ra-
máti cas están idio máticamen te más próximas al cine qu e, po r La segregación de teoría cinematográfi ca y fo tográ fi ca como
ejemplo, a la pintura abstrac ta ---del mismo mod o que hay "disci plinas" separadas ha inhibido n uesUa ca pacidad de hablar
películas idi o máticam ente más pró ximas a las fo tog rafías y a sobre la intermediación - afectiva o ideológica- de los fenó-
los cuadros que a la fi cció n narrativa- , Las imáge nes ftj as y e n me nos visuales aleatori os e n la \~da co tidia na. iJ Sin embargo, es
m ovim ie nto, e n una diversidad de idiomas, contribuye n a la posible que el hec ho de habe r pod ido establecer la especifici-
ex pe ri e ncia cotidiana en los países tecnológicamente ava nza- dad de los respectivos obj etos de estas especialidades, nos per-
d os, especialmente en las grandes ciudades. Supo ngamos que mi ta aho ra desc rib ir e ntidad es que ninguna de ambas disci pli-
me levan to una mañana con un día de ocio po r delante. nas ha reivindicad o. En lo que sigue utili zaré ej emplos de l cine
Durante el d esayun o, leo un periódico , miro las fo tos impresas na rra tivo pala describir procesos invo luntarios en los que las
e n sus páginas)' m e fo rm o imáge nes me ntales d e los aco nteci- "películas", los objetos unita Jios de la te Olia ci ne matográfi ca, se
mie ntos d esc ri tos en sus co lu mnas. Más ta rde, e n la calle, me parten e n pedazos y se com binan en nuevas unidades al ser
sed ucen o me asalta n imágenes publici ta ri as de tod os los ta ma- recordadas. He e mpleado la expresión "e nto rn o cotid iano de
¡lOS, d esde carteles e n las paradas de a utobús hasta imágenes imáge nes", al cual de ahOla e n adelante me referiré como el
que cu bre n los la te rales d e grandes edifi cios. Me dirijo hac ia "e nvolto rio" [envelope]. Los habitantes de los pa íses ricos es tán
un museo para dedi car un tiempo a un de terminado cuadro. envueltos e n imáge nes. En sus sentidos más ge ne la les, la pala-
Des pués d e come r, visito una galería para ve r un a instalación bra "'envoltorio" [envelope] se apl ica a tod o tipo de envoltu ra
de vídeo: seis imáge nes p royectadas sob re cuatro pa redes me [wrapper] . En geometría, un a envo lvente [envelope] es "un a
rod ean . También podría decidinne a buscar un a grabac ió n de curva o supe rficie ta ngencial a cada una de las curvas o supe r-
un a cierta música y re pasar distraído las imágenes de las cará- fi cies de un grupo". En electró nica, [envelope: cubie rta, e nvoltu-
tu las de los discos compactos. Más tarde, paso el tie mpo ins- ra ] es el no mbre qu e se da al conte nedor herm éti co d e un fila-
peccio nando la secció n de arquitectura de un a li bre ría. De me nto eléctri co e n un a lámpara o una válvu la. En su sentido de
nuevo en casa, miro en la televisión los info rma tivos nocturn os uso más habitual, po r supu esto, un sobre [envelope] es aquello
antes de sali r a ver una película. Después d e la cena, busco e n qu e contie ne y oculta un a carta. La image n "sobre" [envelojJe]
Interne t hoteles para un viaje qu e estoy planeando, para lo puede oc ultar un a "le tra" [leUe}: "carta'" y "letra"] en el sentido
cual exam ino imáge nes de fac hadas y habitac io nes. Luego psicoanalítico que Se rge Leclaire ha dado al términ o. Este sen-
salto de forma inconexa d e un canal a o tro de televisió n , antes ti do específi co es lo q ue más me interesa e n tod o lo q ue sigue .
d e en tregarme a la cama y a la novela que había e ncontrad o en
la li bre ría. Me quedo do rmido con el paisaj e de la novela e n mi
me nte. Freud se ha refe rido a los "residuos d el día";\ que con- Primera secuencia
u;buye n a la formación de los sue ños, pe ro incluso a ntes d e
dormirm e, y a cualquier hora del día, pued o verme atrapado Image n eS tálica de un rin cón de un parqu e. En prime r plano,
mo me ntá neamente po r un em brio nario sue ño despierto e n el un mo ntículo de ti e n a recié n excavad o a lo la rgo de un cam i-
que los rec ue rdos d e encuentros recie ntes se mezcla n con las no. Al fo ndo, unos bloq ues de pisos. En un plano general, un a

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muje r e n tra e n cuadro por la de rec ha. La cámara la sigue da d e 1944. Unos 1600 kil ó me lros sepa l-an ambos luga res:
mien tras pasea po r e l se ndero, luego se de ti ene, mues tra un a Taipe i, e n la isla d e Ta iwan , y Breed e n Hill , cerca d e
panorámica y sigue a la mujer caminando colina a rriba y fue ra Cante rbuI1', a l sur d e Ing laterra.U! Sin em ba rgo, am bas escenas
de cuadro. Pla no picad o, colina abaj o. En un pla no muy ge ne- se ha n asociad o insepa rableme nte en mi me moria. Hay simil i-
ral, diminuta en el pa isaje urban o, la mluer sube po r un cam i- tu des o bvias e ntre ambas. Las d os mues tran a un a m uj e r cam i-
no hacia la cámara. Final mente llega a una zona ad o rnada con na ndo. Puedo pensar, desde luego , en otras sec uencias simila-
filas de ba ncos. En p rimer plano, un ho mbre sen tado lee un res, pe ro nin gun a d e ellas se adhi e re n tan insiste ntem en te
pe ri ód ico. La nnue r se sie nta unas filas de trás. Prime r plano de como estas d os. Si reproduzco las sec ue ncias, pued o ve r rela-
la ca beza d e e lla contra el cielo. El viento m ueve sus cabellos. cio nes d e antítesis e ntre ellas: ciudad y campo, viej o y nuevo
Ella rom pe a llo rar. Llora como si el mismo impulso desco no- mundo, Orie nte y O ccide nte , y así sucesiva me nte. También veo
cid o que la ll evó a caminar la empl~a se a hora a llo rar, como si fi g uras de a ntítesis e n el inte rior de las secue ncias. Pie nso e n la
su llanto fue ra una prolongación de su paseo. escena d e la d evasta ció n que es el parque urbano e n el film e
d e Tsai Ming-Lia ng: un pá ramo repleto d e crá te res inundad os
y plagad o de postes arra ncad os, salpicado en sus bordes po r
Segunda secuencia maceteros de fl o res roj as, image n que sugiere toda la carni ce-
ría de la g ue rra en un lugar de esparci rnie nto e n ti e rn pos de
Image n está tica de un valle de prados y bosq ues. En un plano paz. Mien tras q ue el impecable y cánd id o idilio de la películ a
ge ne ra l, un a m lue r enU-a en cuadro por la derec ha, con paso d e Powell y Pressburge r se afana po r o lvidar la ve rdade ra gue-
e nérgico y mirando hacia atrás a través de l valle . La Cán"lala rra mun di al q ue hace estl-agos más allá d e su apacib le e ncua-
hace un a pa no rámica y gira hacia la izqu ie rda pa ra seguir a la dre . Tales o bsel'vaciones a poste ri o ri podría n explicar m i te n-
mlue r m ien u-as ésta cruza la pa ntalla. Ella mira colina arriba, de ncia a pe nsar e n las dos secue ncias juntas. Pe ro siento q ue
e n la dirección e n la que camina. Fu nd ido a plano picado, coli- ti e ne que habe r algo más qu e motivos me ram e nte formales
na abajo. En un plano muy ge neral, d iminu ta en e l paisaj e pa ra mi asociació n de ambas. Co nozco las histo rias que se
u rbano, la m lue r camina po r un sendero hacia la cámara. cuentan en los d os film es. Po d ría decir a qu é posicio nes de
Fundido a pla no medi o mie ntras la muje r ava nza po r un a zo na identificació n na rrati va soy emplazad o. Sé lo qu e se supo ne
arbo lada. Al salir de la a rbo leda se encue ntra con un a vista leja- que debo se ntir y qu é j uicios podría e mitir. Pe ro la pec uliari-
na de un a catedra l qu e puede ve rse sobre las co pas de los á rbo- dad de mi relació n con las secuencias no ti ene nada qu e ve r
les. Prim e r plano d e la cabeza de ella contra el cielo. El vie nto con las histori as e n las qu e o rig ina riamente se inserraba n. Los
m ueve sus cabe ll os. Parece oír música y voces e n el vie nto. rel atos se ha n esfum ad o, como esos cohe tes qu e caen y se
Inle rrupció n brusca de los so nidos y pla no muy ge ne ral de la desintegra n e n la atm ósfera una vez que han colocad o sus
muj er sola y peq ueila e n el paisaje . peq ue lias cargas e n ó rbi ta. Sepa radas de sus e nto rn os o ri gi na-
les, cada secuencia es aho ra el satélite de la o tra. Cada un a sirve
La primera secuencia, de un os d oce m inulos de duració n , es de eco a la otra, se funde cada vez más con la o tra, mie nt ras yo
en color y corres po nde a la películ a Vive fAmour [Viva el ex pe rime nto u na es pecie de fasci nada incompre nsió n a nte e l
a mo r], de Tsai Ming-Lia ng.9 La segunda secuencia, de un os obj eto híbrido que fo r ma n .
cinco minulos de durac ió n , es e n blanco y negro y correspo n-
de a la película de Michael Powell y Em eric Pressburge r titu la- En su libro La cámara lúcida, Rola nd Banhes se refi ere a l hecho
da A Can terbuly Tale [Un cuen to de Canterbu ryl. Cincuenta d e ser e mociona lm e nte tocad o por un de talle e n una fo togra-
ailos se pa ra n a mbas películ as. La prime ra es de 1994, la segun- fía. L'1 fo tografía es un re trato familia r hecho e n Harle m e n

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1926 por James va n der Zee. Las perso nas que a parece n e n la sintió, pe ro ti e ne que haber existido alguna causa qu e lo pro-
fOlO, dos mujeres y un hom bre, son desconocidas para Barth es, voca ra, pues de lo contrario, ¿por qué se puso a ll orar en ese
y no obstante, siente "una especie de te rnura" suscitada por las mome nto y no e n algún otro?
tiras de los zapatos de una de las mujeres. En un principio no
puede explica r ese sentimiento, pero más tarde, al recordar la Tod os hemos tenido probablemente la ex pe ri e ncia d e sen-
foto , comprende que aque lla emoción no había sido provoca- tir que nues tro estado de á nimo mejora o empeora sin sa ber
da por las tiras de los zapatos, sino por el collar de la muje r. por qué. Es posible que la suge re ncia d e alguien próximo nos
Recuerda entonces un collar similar utilizado en el pasado por lleve a desvelar la ca usa en un re cue rdo o un a fantasía, pro-
una tía fallecida , que había vivido siempre junto a su madre vocada ta l vez por un a image n real o recordada. O bie n pode-
e n una aburrida ciudad de provincias. Ba rthes escribe: "Sie m- mos encontrar la causa sin ayu da ex terna, solos, a tie ntas e n
pre me había dado pe na, pensando en la tristeza de su vida la oscuri dad. Bart hes mencio na el cinturó n e n el vestido d e la
provi nciana".11 No existe ningún hilo raciona l que relacione e l mujer antes d e atribuir su sentimiento de ternura a la visió n
bo nito zapato d e tiras con la triste vida en un a ciudad france- de l za pato con tiras prime ro, y más ad ela nte reatribuye la
sa, la conexió n no podía haberse previsto. Pero a unque el trá n- causa d e la emoció n al collar que rodea e l cuello de la mujer.
sito [de una cosa a otra] fuese invo luntario, no era in media to. En su persecución d el en igmá tico se ntimie nto, pasa de un a
Barthes afirma que la foto "ferm e ntó" en él antes d e sa ber d e escena (el grupo familia r) a un obje to de ntro de la escena (el
dónde provenía el sentimiento. U na paciente d e Freud le za pato co n tiras), a un gesto (el hecho de rodear un a parte
contó que e n una ocasió n se había puesto a llorar de pronto en d el cuerpo), que prime ro se des plaza por toda la esce na en
medio de la calle .12 Cuando se preguntó la razó n de su lla nto, for ma de repetició n y luego trasciende de esta escena a otra
se planteó una fa ntasía: se imaginó que había tenido un a rela- (la vida de la tía). Barthes dice qu e la foto "fer mentó " e n
ción con un célebre pianista y había tenido una hija con él, y é l, com o un proceso sile ncioso e inconscie nte. Después d e
se imaginó que luego su amante las había abandonado, a ella Freud, podemos identifica r este proceso como el de "trabajo
y a la nii1a, en situación de pobreza. Esta fantasía, según ella, del suelio", los "procesos primarios" de l in conscie nte qu e no
era la causa de su llanto. Freud conside raba que las emociones, se limitan a l sue ii.o sino qu e impregnan nues tra vida des pie r-
los "afectos", puede n disociarse de las "representaciones" con tos. Banhes atribuye su sentimie nto de ternura a un rec uer-
las que e n un princi pio se rel acionaban , por ejemplo los vesti- d o, la pacie nte de Fre ud atribuye su llanto a una fantasía ,
gios d e la memoria o las imáge nes d e la fantasía. L:i La anécdota pero es improba ble qu e ninguno d e los d os hubie ra ll egado
contada por la pacie nte de Freud ilustra cómo un afecto puede hasta las (¡Itimas consecuencias. Pode mos preguntarnos, por
experimentarse aisladamente de la re prese ntación con la que ejemplo, por qué m otivo, al compon er su fantasía de una
inicialmente estaba asociada. La explicación d e Barthes sobre ave ntura amorosa ideal, la paciente de Freud tenía qu e inve n-
su respuesta ante la foto familiar muestra que e l afecto no sólo ta r un final ta n desdi chad o. ¿A qui én represe ntaba la fi gura
puede estar separado de la represen tac ión original sino d es- de l pia nista para que ella tuviera qu e ser tan d o lorosamente
plazarse sobre otras representaciones. Ilustra de qu é modo, en castigada po r su re lac ión con él? Dado que Freud no propor-
el transcurso de la vida cotidiana, un e ncue ntro casual con un a ciona más detalles sobre es te a nálisis, no pode mos hacer o tra
image n pued e dar luga r a un se ntimiento inex plica ble , y d e cosa que especula r. L"
qu é modo, al desandar el camino recorrido po r e l afecto,
podemos se r llevad os hasta su o rigen en una idea suprimida o El relato de un caso d el psicoanalista francés Serge Leclaire
reprimida. H La pacie nte de Freud no reconoce ningún eq uiva- nos permite comprende r en cie rta medid a adónde pued en lle-
lente de la image n del collar que desencaden e la emoción que varnos esas cade nas de asociaciones. Philippe, de 30 a lias, es

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un paciente de Leclaire que un día sale a dar un paseo por el sue lio de l uni cornio, y un sueño relacionado, se pro longa n a lo
bosque co n su sobrina Anne . Esa misma n oc h e sueña: largo d e sus diversos ensayos y un libro, y su análisis permite
creer a Leclaire qu e ha llegado a "( .. . ) u n pun to final que n o
MLa p laza desiena de una pequeila ciudad, es poco habitual. Busco podemos traspasar: ( ... ) uno de esos nudos que co nstituye n el
algo. EnlOnces aparece. descalza, Li liane , a quien no conozco, y me inco nscie nte en su singularidad". 1' Tal singularidad, segú n
di ce: ' Hace mucho tiempo que n o veía u na arena tan fin a'. Leclaire, se compone d e los elemen tos qu e él d e n omi n a
Estamos en un bosque y los árboles parecen cu riosa men te colorea- "le tras".
dos, con lOllOS claros y sencill os. Creo que hay muchos ani males e n
este bosque, }' cuando estoy a pumo d e decirlo , un unico rni o se La "letra" es la re prese ntación imaginaria de un luga r co rpó-
cruza en nuestro camino. Avanzamos, los tres, hacia un claro que reo, el re prese ntante psíquico de una zona erotogé ni ca o d e
pod emos ver más a b<,:jo". W alguna otra inscripción en el cu erpo. En el caso de Philippe,
ta les "letras" incluye n una cicatriz, el lugar d o nd e se ha lle na-
Las asociaciones de Phi li ppe con el suelio llevan a tres recuer- do una a b e rtura del e nvoltorio corp ó reo. Incluye n tambié n el
dos d e la infa n cia. Recuerda una plaza cé ntri ca d e un a peque- ges to d e las ma nos ahuecadas y la sílaba 'z he ' (je). En las vicisi-
tia ciudad fran cesa de provi n cias, donde hay un a fu ente d e tud es d e una histo ri a p e rsonal , tales cortes, hu ecos y vibracio-
agua potable ad o rn ada con una tall a d e un unicornio. Era la nes pued e n co nve rtirse en componentes d el imaginario co r-
fu e nte lo que e n su sueño echaba de me nos, pues recu e rda pó reo d e un grado inferior a las abe rturas orales y a n ales
be ber e n e lla c uando te nía tres a ños, ahuecando las ma nos esp ecificadas en las interpretaciones "clásicas" d e los impulsos
pa ra reci bir e l agua. Además, du ra nte su paseo co n Anne el día compone ntes. 1i' La "le tra" pertenece a esa clase d e "obje tos sin
anterior, Philippe había hecho comentarios sobre los alred e- otredad" d e los que Lacan dice: "Son el revestimi e nto, la ma te-
do res. Dijo que no había visto brezo de colores ta n vivos d esde ri a o el es pesor imaginario del propio suj e to que se ide ntifica
unas vacacio n es e n Suiza cuando tenía ci n co ali os, e n las qu e con ellos". 19 Des pués d e seguir las idas y venidas de las asocia-
un c h ico le e nse ñó cómo hacer el sonido de un a sire na ahue- cio n es d e Philippe --como los se nderos co nverge ntes, di ve r-
ca nd o las palmas de las manos y soplando en tre ellas. Philippe ge n tes y e ntrecruzad os de un bosque- lo qu e más interesa a
recu e rda e nto n ces unas vacaciones en la p laya, c uando tenía Leclaire es e l modo en que todos esos derivados imagin a ri os d e
más O me n os la misma edad, y le dejaron al cuidado d e una la relació n primitiva de Ph ilippe con el c uerpo, del que toda-
prima d e su madre, Lili . Phil ippe siempre tenía sed aque l vera- vía no se ha disociado el c uerpo matern o, se han cond e nsado
n o y Li li se bu rlaba ca riñosa me n te de sus pe rsi stentes ruegos. en los so n idos d e un nombre secreto que el niji.o se d io a sí
El peque ñ o Philippe se quejaba: "Tengo sed " U'ai 50i}); "Yo-yo, m ismo, "Poo rdj e li ". Leclaire escribe desde dentro d el círculo
te ngo sed " (j\lloi-je, j'ai soif), y Lili le puso un a po d o a raíz de sus d e Lacan. No es extralio que la "letra" resaltada p or Leclaire
ex presiones: "Phil ippe-tengo-sed " (Philippe-j 'ai-50i}). Esta ex pre- sea un a letra qu e puede adoptar una forma fo n émica, pe ro
sió n se convierte e n el signo secreto de su complicidad . dado nada e n el relato de Lec1aire nos compro mete co n semejante
que Philippe pued e ahora identificar a la muje r desconocida excl usividad. Es evide nte, por ejemplo, que la se nsació n e pi-
d e l sue lio, se para r a la c uidadora d e su infancia, "Lili ", y a su d é rmi ca del co ntac to co n un grano de are na es un a d e las
compañe ra del día, ..Anne", del n ombre "Lilia n e" e n el qu e "le tras" p rimiti vas que e ncajan en el análisis de Philippe. Sin
am bas es taban e ntrelazad as. Las poste ri o res asociacio nes de e mbargo, el nombre secre to ilustra muy gráfi ca me nte los
Phili ppe le llevan finalmente a zonas n ormalme nte inaccesi- meca nismos d e los procesos inco nscientes en juego aq uí. El
bles d e fo rm ac io n es inconscientes, a lo qu e Fre ud d e n om ina- "po r" d e "Por:J e-Li " está formado por snabas desprendidas d e
ba el "cordó n umbi lical" de l sueño. El re lato de Leclaire d e l los nombres d el suj e to: Ge-01'ges y Phili-PjH!, Y está co nte nido

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tambié n en otras palabras esenciales del material anecdótico, cen inevitablemente e n un espacio en e l que debe ma ntenerse
como pea" (piel ) y cO/ps (cuerpo). "J e" forma parte tambié n de en suspenso la cuestión d e qué es privado y qué es público. No
CeO/ges, es e l je de Moije, de j'ai soi[, y parte de Plage. Es e l je del es posible decidir esa cuestión antes del análisis, sino sólo
je l'ai de su envolve nte madre y es parte también de rage (ira) y retrospectivamente, en su conclusió n . Cualquier tipo de "clasi-
de sage (" bueno", como cuando se di ce que un niilo es fi cación" analítica efectu ada con antelación puede ser sola-
"bueno"). Es la inscripción monume ntal de) monogra rn a "J. mente provisional. El ejem plo que ofrece Roland Banhes
E. " de la cartera de su abuelo que más tard e aprende a desci- sobre su experie ncia de mirar y recordar la fotog rafTa de Va n
frar. "Li ", por supuesto, está contenido tanto en "Philippe" der Zee es un o de los dive rsos ejemplos recopilados en su libro
como en "Lili", es )a encrucijada erótica donde se unen a mo- La cámara lúcida. Detalles como el collar en esta foto , que le
rosamente, y forma parte también de licorne [unicornio], la conmueve de un modo estrictame nte in comun icable, es lo qu e
image n excesivame nte condicionada en la que Lili y falo se Barthes denomina punctum. Por supuesto, e l punctum no es la
un e n e n la fábula. (Philippe tiene una cicatri z e n medio de )a ocasión tmica para una experiencia de un a fotografTa marcada
frente). Cuando Serge Leclaire y su colaborador J ean con una carga e mocional. Barthes admite que hay fotografías
Laplanche explican detalladamente e l caso clíni co de PhiliPpe- que muchas perso nas coincidirán en considerar conmovedo-
j'ai-soif 20, vuelve n a esa imagen fónica semánlicamente densa ras, y e llo por motivos fáciles de expl icar. Aq uí, dice Barthes, la
- "zhe"-. El sonido es uti li zado igualmente por cualquiera emoción es consecuencia de "un efecto mediano, casi de un
que hable francés, y al mismo tiempo, juega un papel en la adiestramiento", y a este campo común de significado lo deno-
esce nifi cación irred u ctibl e mente privada del d eseo de mina studium. Barthes había hecho idéntica distinción en un
Ph il ippe . Laplanche encuen tra una analogía en "( ... ) esos anterior ensayo, donde distinguía entre los sign ificados "obvio"
dibujos de acertijos, e n los que una determinada actitud per- y ··obtuso" de ciertas imágenes cinematográfi cas. ~~ Podemos
ce ptiva hace que el sombre ro de Napoleón aparezca repenti- aplicar una distinción muy similar a las imáge nes en movi-
name nte e n las ramas del árbol que da som bra a una merie n- miento de l em'o lto ri o [envelope]. Enciendo el televisor. Dos
da familiar". 21 En un a escena disponible po r igual para todos hombres ma ntie nen un tenso encuentro en un bar en e l trópi-
nosotros, un a escena que significa lo mismo para todos noso- co. Uno de ellos ha anunciado al otro su intenció n de casarse.
tros, existe no obstante una abertura a un destino hacia e l que El otro lo desaprueba. Cree que la mujer no es buena. El hom-
ta l vez solame nte un o de nosotros puede senti rse atraído. bre que se va a casar, a quien reconozco como J ack Lemmon ,
pide a su amigo, a quien reco nozco como Roben Mitchum ,
El nive l de detalle a nalítico que leclaire alca nza e n este ejem- qu e le aco mpaile e n un último viaje e n el barco. luego vende-
plo no puede reprod ucirse fuera de un contexto clínico. Pero rán el barco y se repartirá n las ganancias. "Quédate con el
los detalles individuales qu e interesan a Leclaire como psicoa- dinero", grUli e Roben Mitchum , "como rega lo de boda". Cor-
nalista so n e n gran parte irreleva ntes para los es tudi os sobre el te e imagen del muelle, de noche. Jack Lemmoll mantiene
entorno de la image n, que se proponen explicar principal- un tenso encuentro con o tro hombre . Detrás puede verse un
mente los significados compartidos. Aunque los teóri cos de la decorado de palme ras. Llega un a mujer que hace gestos de
imagen no re pitan ese trabajo de los psicoanalistas, puede no despedida desde el muelle mientras el barco se aleja. Las pal-
obstante ser emulado en nuestros esfuerzos por comprender meras detrás de e lla so n reales. Reconozco a la mujer como
de qué mane ras "procesam os" psíquicame nte el conte nido del Ri ta Hayworth. Sie nto una leve tensión , algo de inquie tud por
e nvoltorio [envelopeJ. Aq uí, nuestras relac io nes subjetivas con J ack Lernmon. Tarnbién me aburro un poco. Aparte del abu-
e l e ntorno de la imagen son nuestro único medio de acceso a rrimiento, es obvio qu e sien to lo qu e supuestamente debo
los conten idos com un es. Estas iniciativas ana líticas se prod u- senti r. Apago el televisor. Abro el último Iltllnero de The

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Cableguide ~:\ e ide ntifi co el título de la pe lícul a co mo Fire Down En 19 77, soció logos d e la Universi d ad d e Proven za in icia ro n
Below [Fuego esco ndid o] . ~ ' Leo: un proyecto d e diez ali os d e in ves ti gació n d e histo ria o ral, co n
más d e 400 e ntrevistas g rabadas co n reside ntes d e la zo na d e
"Fuego escondido (1957). Una e nig máti ca ml~ e r ( Rita Haywo nh ) se Marsella/ Aix-e n-Prove n ce. Pidie ro n a cada e ntrevistad o que
inte rpone e ntre los dos p ropie tarios de un ba rco d e pesca ( Roben d esc ribi e ra n sus recu e rd os p erso n ales d e los alios 1930-1 945.
Mitc hum , J ack Le mll1o n )", Se e n co nt ra ro n co n un a te nde n cia casi unive rsal a m ezcla r la
histo ria personal co n evocacio nes d e esce n as de p elícul as y
La esc u e ta sino psis d e la histo ria no me di ce nada que n o se pa o tras prod ucciones medi á ti cas, "He visto e n el ci n e" se co nve r-
ya. A los p ocos minutos d e e nce nd e r el televisor estaba cla ro ti ría sim ple me n te e n "H e visto". Po r ej empl o , un a muje r
qu e un a muje r se ha bía inte rpu esto e ntre esos h o mbres. Estaba co me n taba sus expe ri e n cias d e nilia e ntre refugiad os, e n u n
cla ro que Robe rt Mitc hum amaba a Rita Ha)'wo rth pero no a rri esgad o viaj e d esd e el no rte d e Francia has ta Ma rsella.
podía acep ta rla d e bido a su pasado mo ral men te di scutibl e. Reco rda b a las dive rsas ocasio n es e n las qu e la columna d e re fu-
Es taba cla ro qu e Rita H aywo rth e ra u na bue n a muj e r que había giad os co n la qu e viaja ba fue a tacad a por aviones alema n es. Al
pasad o malos tie mpos y qu e se casaba con J ack Le m mon po r- co ntar estos rec uerd os, evoca u n a esce n a d e la película de
que e ra un bue n h o mbre. Esta ba cla ro qu e e n realidad a maba Re n é Clé me nt d e 1952, Jeux inlerdits Uu egos p ro hibidos], en
a Robe rt Mitc hum . Esta ba cla ro que J ac k Lemmo n sufriría, la que un a nilia d e una columna d e refugiados sobrevive a un
Esta ba cla ro que tod o iría de mal e n peo r p ara tod os los afec- ataque aé reo e n el que muere n SllS pad res. El discurso de la
tad os. El fragm e nto q ue h a bía visto e ra tod o lo que se n ecesi- muje r, n o obsta nte , salta d e prim e ra a terce ra p erso n a de tal
taba para resca ta r esta historia del a rc hi vo d e lo "ya vi s to '·. ~ :) modo qu e n o qu ed a cla ro si está ha bla ndo d el p e rsonaj e de
Pe ro ya e n el recue rdo , el sig nifi cad o o bvio d e la p elícula d ej a la p elícul a o de ella misma. El e n trevistador ave rig ua que la
paso a sig nifi cad os obtusos, El signifi cado "ya \~s to" se perci b e muje r se h a b ía se parado d e sus padres co n ocasió n d e di ch o
como un a ura sobre la sec ue n cia d e la d espedida e n el mu elle, a taqu e y n o se h a bía vu elto a reu nir co n e ll os hasta tra nscu rri-
p e ro la n a rració n ya se d ifumina. La esce na d el e mba rcad ero se dos mu ch os días d e a ngustia sin n o ticias. Como co m e nta el
d escompo ne en las imáge n es que la co mpo ne n : J ac k Le mm o n e ntrevistad or: "Es razon a ble p e nsar que la m uerte d e los
sobre un decorad o n oc tu rn o, Rita H ayworth e n un e mbarca- pad res e n la p elícul a re prese n taba la mu e rte posib le d e su
de ro , e n un a nllil américaine d e lu z diurn a filtrada e n azul. Lo madre real ( ... ) ">>6 De la co nfusió n d e posiciones de suj eto en
q ue anta íio ha bía sido un a p elícul a e n un a sala d e cine y luego el disc urso de la ml~ e r podemos d ed uci r que la esce na d e la
un fragme n to d e un program a d e televisión , es a hora un p elíc ul a e n la qu e muere n los padres d e la jove n he ro ína, al
núcleo d e re p rese ntacio nes físicas, un a fugaz aso ciació n de in te rpon e rse e ntre ella y las a rm as alema nas, se h a co nvertid o
ele me n tos di scretos: una voz ca rgad a d e a premio; la pasiva indi- e n un rec uerdo en cu bridor q ue oculta su fa n tas ía re primida d e
fe re n cia d e las p alme ras pintad as; u n a m lue r d es p idi é n dose e n la mue rte d e sus p ropios pad res. Un "recu e rd o e n cubridor" es
la dista n cia infra nqu eable que se pa ra el e mba rcad e ro real un recu e rd o qu e su rge en la llle n te e n susti tu ció n d e un re-
donde ella se e n cue n tra d el estud io de film ació n d o nde un cue rdo asociad o pero rep rimid o. ~' f re ud subraya q ue los
h o mbre fin ge marcharse. El efecto vincul a nte d e la na rració n rec ue rdos e n cubrid o res es tá n ma rcad os por una inte nsid ad
se deb ili ta cua nto más se dista ncia la p elíc ula e n el rec uerd o, que los distin gu e d e otros recu e rdos. Pa rece qu e el rec uerdo
La sec ue n cia se ro mpe e n p ed azos. Los fragme ntos van a la d e la películ a e n la ml~ e r llegó a f~ arse así e n esta brilla nte
deriva y establece n nuevas co mbinacio n es, más o me nos tra nsi- esce na del ataq ue d esd e el aire , co mo si fue ra la úni ca esce n a
torias, e n los re mo linos d e la memo ria: recu e rdos d e o tras p elí- d e la película qu e record a ba.
c ul as y recue rdos d e aco nteci mi e ntos real es.

230 23 1
-
Es com o si las dos escenas mencionadas al principio [de este Cuarto d e estar de un a casa modesta. Un niño pequei1o, de
texto] fueran las (micas que he recordad o de aqu ellas dos peli- cuatro o cin co ai10s de edad, está en compaliía de dos nHljeres:
n das. Sé qu e hay o tras, pe ro es como si les faltara iluminación . su madre y su tía. Están sentados juntos fre nte a un a chime nea,
Cuand o me planteo recuperar esas escenas en nli memoria, me sobre la cual hay un espejo. La tía del niño se está probando
,"¡e ne a la me nte la casa donde pasé la mayo r parte de m i infa n- un a blusa. El nilio, callado, observa a las mtljeres mientras e llas
cia. La casa se enc ue ntra en la ladera de una col ina. Cua ndo mi hace n come ntarios sobre la pre nda de ropa reflejada e n e l
madre salía para hace r cO ll1pras o visitar a lIll OS parie ntes o por espejo. La tía se quita la blusa, dejando ver un stljetador blan-
cualquie r o tra razó n , te n ía que baj ar por aqu ella colina. co. El nilio se queda desconcertad o. Las fonnas que sugie re so n
Mi entras no fuera suficiente mente mayor para quedarme solo, extraliamente distintas de las de su pro pio pec ho plano.
yo tenía que bajar con ella y luego vo lve r a su bir la colin a. Recurre a un ex traJio lenguaje qu e acaba de a pre nder y p re-
Había qu e a ndar y subir mucho. Era algo a lo qu e clarame nte gunta : ';¿Ésas so n tus tetas?" El efecto de sus palabras le asusta.
mi madre se e ntregaba con una gran d eterminació n, pe ro qu e L'l calma se ha hec ho a Ji icos. Su tía, ponié nd ose la blusa, so n-
a mí casi siempre me res ultaba incomprensible , La casa forma- ríe pero pa rece desco ncenada. Su madre se e nfada mucho. Es
ba parte de una hile ra de viviendas qu e bo rdeaba n la maraila qui zá dos ali as más tarde cuando sin da rse cuenta e ntra en el
d e calles y fábricas que cubrían e l va lle, Más allá de esta hile- cuano d e balio donde la misma tía se está da nd o un balio,
ra de casas, las calles pavimentadas dejaban paso a sucios cami- Sufre una repetición de las consecuencias de su anteri or me te-
nos que au'avesa ban decrépitas zonas ajardin adas. El camino dura de pata. Se produce otra "exh ibició n de pasión o cóle ra"
más ancho pasaba pri mero jun LO a un ve n ede ro indusu'ial. de su madre, que se e nfurece. Él se siente injustamente tra ta-
Otros camin os se desviaban a continuación más hacia arriba, do. Su ac to no fu e inte ncionado; y ade más no vio nada. Sig ue
hacia los escasos campos que quedaban de un a mengua nte sin saber nada.
gra nja familiar, una pane del pasado rural varado e n estas lade-
ras a medida que la industrialización absorbía el va lle. Más allá ¿Podría ser és te el incide nte que originó mi "fasci nada incom-
de la gra nja, las laderas se vue lve n aún más e mpinadas y los prensió n" a nte e l recuerdo de las dos secuencias cinematográ-
caminos se abre n paso penosame nte hasta una ári da cima, fi cas, la raíz d e mi desco ncie rto ante lo qu e tie ne n de distinto
donde el pelo es golpeado por el viento. Cuando intenLO pres- y de ig ual? Cua nd o comencé a escri bir es te texto, te nía recelos
tar atención de nuevo a los fragm en tos de la pe lícula, veo que de hace r d e ITlis asociacio nes casuales sobre e l rec ue rd o de dos
se un e a ellas otra escena de la infancia. Me enfre nto aho ra con breves secue ncias de películas el tema de un a conversació n
una ';escena" e n transformación en todos los sentidos qu e el públi ca. Cua nd o en los alios setenta empezó a aparecer e l tipo
di ccionario concede a la palabra "esce na": un a vista o perspec- de trabajo teó ri co sobre fotog rafía y cine al qu e yo m e he dedi-
ti va conte mplada por un espectad o r; el luga r donde se produ- cado, se oc upaba de ex plicar de qu é modos las películas y las
ce una acció n o un acontecimiento; e l escenario de una o bra fotografías cont ribuye n a la formación, perpetuació n y difu-
de teatro, una película, una novela u o tra forma de narración; sió n de los siste mas d o minantes de creencias y valores compar-
un a subdivisión de un acto en una presentaci ó n dramática, de tidos. Era ro tundame nte indiferente a cualqui er sig nificad o
escenari o fij o y ti empo continuo; un a to ma o un a serie de irreductiblemente subj e tivo que un a imagen pudiera tener
tomas de un a pe lícula que constituyen un a unidad de acc ió n para una u otra persona detenninada. Parece que no tendría
conti nua re lacio nada; la escenografía y las propiedades de una qu e habe rm e preoc upado. Debo admitir nuevame nte como
prese ntac ión dramática; un escenario teatra l; un episodio real ciena la observación que nos ha proporcionad o el feminismo:
o ficticio, especialme nte en su descripció n; y un a ex hibició n "lo pe rso nal es político". Lo que e ncue nU'O al térm ino de mi
pública de pasió n o cóle ra.:'" Surge la escena sigui ente: recorrido "pura mente autobiográfico". aque llo qu e yo suponía

232 233
que no podía inte resa r a nadie más que a mí m ismo, es la mise- de este texto. La co nexión entre esta secuencia y las o tras ilus-
en-scene de un acertijo al que todos d ebemos respo nder en un tra cas ualme nte e l argumento co n el que co ncluiré . El pro pó-
mo men to u otro, de un mo d o u otro, acertijo al que tal vez sito d e la teoría psicoanalítica no es lleva rnos al "punto d e o ri-
d ebem os e nco ntra r nu evas respuestas cada día d e nuestras ge n" d e nuestro universo psíquico -por mucho que parezca
vidas : el e nig ma d e la d ife rencia sexual. Tal vez resulte decep- prometer ta l cosa- , al igual que tampo co es objetivo exclusi vo
cio nan te qu e e l camin o que he seguido me haya llevado sola- de la física el origen puntual de nuestro universo físico. Las
mente a un hec ho ta n trivial como el de la dife re ncia entre los cade nas de asociaciones pued e n penetrar tan to e n la historia
sexos. El narcisismo nos exige llegar a un destino más impor- personal como las examinadas por Leclaire en su análisis de
tante o maravilloso. Pero nada hay más impo rtante para la Philippe. No rmal me nte no irá n más allá del pun to al que llegó
identidad del slueto emergen te que el d esconcerta nte hecho Barth es e n su in terpretació n d e la foto d e Van der Zee o de
de la difere ncia sex ual que proporciona al niii.o un objeto d e donde yo fui capaz d e llegar en mi recuerdo de la infa nci a. c~l
asombro. Los ecos de las p reguntas que la difere ncia sex ual
suscita, así como d e las ;;respuestas" qu e úni camen te llevan a Pero las asociaciones no lleva n solamente a las raíces. Las aso-
otras preguntas, pueden discernirse a través de las produccio- ciaciones se diversifican en ramificaciones únicas para cada
nes populares d e los medios [de masas] y de esas produ ccio nes indivi duo. La pregunta "¿Cuál es el o ri gen de este objeto psí-
m enos populares que denominamos "arte ". qui co?" tien e menos importancia e n la vida y e n la teo ría que
la pregunta "¿Qué uso soy capaz de dar al objeto?":IIJ

Tercera secuencia Nuestras respuestas olvidadas a preg untas remotas puede n


repercutir e n la historia hasta hacer pedazos películas record a-
Image n estática d esd e lo alto de una lade ra boscosa hacia una das. Sin e mbargo, lo que más nos interesa es qué hacer con
g ran casa d e campo. Fundido a un plano ge neral d e una muje r estos fragmentos.
que recorre co n la mirada un parque arbolado. Prime r plano
de una fruta madu ra colgando de una ra ma. Fundido a rojo
mie ntras una voz d e nuu er dice unas frases en alemán. Plano
medi o de la mluer mirando por una ve n ta na hacia un se ndero
que serpentea por un prado e ntre á rbo les. Plano general de la
mluer en el se nde ro , qu e vuelve su mirada hacia la casa.
Contrapicado d e la nauer subiendo la colina y acercándose a
un grupo de árboles en la cima. De espaldas, la muj er co ntem-
pla, sobre el prado y los árboles, la casa abajo y el horizonte a
lo lejos.

Esta te rcera secuencia dura unos tres minutos y co rresponde a


mi propia obra videográfica L ichtung. Esta obra se rodó en el
bosque de Ettersburg, cerca de vVeimar, y se exhibió por pri-
mera vez en 1999. Es posibl e que los vínculos asociativos e nU"e Publicad o o l;gin a riame nle en: Vidor Blllgill, Robnl GwalhmPJ Ll'rfllres,
es ta escena y las otras que he comentado aquí sean evidentes, Cooper Union fOI" lhe Ad\"ancement of Science and Art.
pero no se me ocurrieron has ta finali zar el penúltimo borrador Nu eva York, 2000.

234 235
les q ue a ntiguame nte sepa raban los med ios impresos, la fotogrd·
fía, el cin e}' e l víde o en catego r-ías tecno lógicas e institucion ales
dife re nciadas están sie ndo e rosio na das por e l rá pido avan ce de
las n uevas tec nologías que sitúa n a ladas las fonnas d e p roduc.
Notas: ción de im áge nes, e n movi mi e nto o fÚas, e n e l le rre no co mún d e
la digitali zació n , con la co nsiguie nte difumin ación d e los lími tes
instituciona les.
1. Ca/¡il'rs d u Cilléma. 11 ." 14 7, st!p licmbre, 1963; re impreso e n 9. El títu lo o l-igin a l Aiqing wallsll; signifi ca lite ralmen te ;<Am o r y
Ro la nd Ba nh es, Le Cra;,¡ de la \foix, Seuil , Pa rís, 198 1, p. 24 [ve r- afecto ". Agrad ezco a Ta lS lIya Ma tsulllll ra po r ha berme pro porcio--
sión castell an a: /::./ grado di' la voz, Siglo XX I, México, 1983]. nad o este dato .
2. Ro la nd Ba rthes, "Rhe LOric or th e ¡mage" ( 1964), e n Imllg~M /lsi(­ 10. Cerca de l pu eblo de Chilh am , para ser más exactos.
Text, Hill and Wan g, ~ lI e\'a York , 1977, p . 45 [ve rsió n caste lla na: 11. Ro la nd Barthes, Camera Lucida ( 1980 ), Hill and Wa ng, Nucva
'" Re tó ri ca d e la im age n ". Lo o/n¡;O)' lo obtuso. Imágenes, gt'slos, VOf es, Yo rk, 1982, p . 53 [vers ió n castell ana: La cámara. lúcida, Editoria l
Edi cio nes Paidós Ibédca, Ba rcelon a, 1986]. Gustavo C il i, Ba rce lo na, 1982; Ed iciones Pai dós Ibérica, 1989].
3. André Ken esz. O" Reading, Pc nguin , Nuev'" York , ]971. 12. Sigmun d Freud, "Hyslerical Pha n tasies an d the ir Re lation to
4. Pete!" Wo llen , "Regarder, raconter e l au.acl<"", e n Passagi's dI' Bisex ua li ty" (1908) , S.E. 9, p. 160 [ve rsió n caste lla na: "Fa ntasías
I'lmagr, Musée naLional d'an mode rn e, París. 1990, p. 77. hisléJ-icas y su relación co n la biscx ua lidad", Obras comlJI.etas, lo 2,
!l. "La obse rvación muestra qu e los sue iios so n instigados po r resi- Biblioteca Nueva, Madrid , ¡973].
duos del d ía a nte d or -catexis me nta les que n o se ha n some tido 13. Véase André C ree n , "Co nceptio ns o f AfTect", On Priva/e Madnesl",
al desp laz.."1.m ie nto ge nera l de la Ciu exis, sin o que han conse rvado Hoganh, Lo ndres, 1986 [versión castella na: De locuras privadas,
pese a e ll o un a cierta ca ntidad de interés li bidina l o de otro tipo Amo n -on u , Bue nos Aires, 1990].
( ... ) -. En e l a nálisis recon oce mos esos 'residuos del d ía' e n 14. Po dríamos deci r, más precisame nte, "suprimida", )"d que el pro--
fo rma d e pe nsa mientos·sueii. os latentes; y tanto po r su p ropia pio Ba rthes es capaz de recu perar la idea d e l p reco nscie nte.
natura leza como po r la si tuación ge ne ral , de be mos conside ra rl os 15. Véase Eli zabe lh Cowie, "Fa n tasia", mlJ, n . 9, 1984.
como id eas p reconscie m es, como perte necie nt es a l siste ma 16. Se rge Leclaire, Ps)'challal)'ser: Un essai sur I'ol"(/re de l'in conscientella
Pes [sistema preconcie nter. S. Freud , MA Me taps)'ch ological pratique de laleure, Seuil , París, 1968, p . 99 (t rad ucció n inglesa de
Supple me nt to lh e Theory of Dreams" (19 17 [ 19 15) ) , S. E. 14, Victor Burgi n : Ps)'cllOanal)'zing: On Ihe Order ollhe Unconsciolls al/(/
p. 224 [versió n caste lla na: "Comp le me n to metapsico lógico a la Ihe Pmrlice ollhe Leila , Sta nford University, Stanford , 1988, p . 70] .
doc trin a d e los sue ilos". Obras ComlJletas, lo 3, Biblioteca ~ u eva , 17. Serge Leclaire, ibid., p . 83 (versión caste llana: Psicoanalizar: Un
Madrid , 198 I J. ensa)'o sobrel orden del inconscien te)I la práctica de la letra, Siglo XXI,
6. D. \.\,. Winni co tl , "Tra n siti o n a l Obj ec ls a nd Tra ll sitio na1 Méxi co, 1970 ].
Phe nome na", PlaJil1g am/ Realit),. Pe llgui n , Ha n nondswo rth }' 18. El p ro pio Freud , a l consid erar la h ipocondría, se sintió e mpujado
Nueva York , 1982, p . 30 [vers ió n caste ll a na: Realidad J JI/ego, a ex tender e l conce pto de "zo na e roLOgé nica" incluso a los órga·
Edi to ri al Ge d isa, Barce lona, 1982). nos inte rnos. Véase "On Na rcissism: a n Introducti on " ( 19 14), s.E.
7. D. \ r\,. Winn icotl, "The Location of Cuhural Experience"', ibid. , 14, p. 84 (ve rsió n cas tella na: "In troducció n a l na rcisisIllO" , Obras
p . 11 2)' sigui e ntes. complelas, L 2, Biblioteca Nueva, Madrid , 1973].
8. Un a rgumen to pa ral e lo a l planteado podría tom ar e l terre no 19. En co nve rsaci ó n con An ika Lema ire, citado e n Anika Le maire,
cambiante d e la tec no logía co mo base par.\ una revisió n de las Jaeques Laean, RKJ>, Lond res, 197 7. La le tra [leller1 pene nece a l
an tiguas distin cio nes entre los "medios". Las d ife renc ias materia· registro de lo im agin ario. Co rresponde a la naturaleza de un a

236 237
image n, b ien se lrale d e una imagen ,isual o táclil, cin estética , qu c encubre no solamente por su contenido sin o también por su
o lfativa , auditiva, fon émica o mo némi ca. Lo ese ncial e n la lelra es con tigü idad en cl tiempo: se tra ta de recue rdos e ncubridores
su co ndición de representante primilivo de la pé rdida , un deriva.- contemporá neos o contiguos". [Siglllund Frcud, T1/p Ps)'dlQ-
do d e las satisfacciones amoeróticas del narcisismo prim alio. En /mtholog)' of E1/(1)'da)' Lije, S .E. 6, p. 44 ] [versió n cas tellana:
una pe rspec tiva laca niana , se representa la "ali enació n del instin- Psico/Jatologio de la lIida cotidiana, Alian 7..3 EditOl-ia I, Madrid, 2002J.
to e n el significa llle". Es lo que Leclaire y Laplanche en mro lugar 28. Definició n d e la palabra scerle ["escena"] en e l Am"ria/1l HPlitage
de nomin an el "significame ele mental" del in consci ente, un o bje- Dicliolla ,)'.
tO d e lo qu e Freud denominaba "represión pt-im ordial". 29. Freud escribe: ~ P ue d e realmente plan tearse si te nemos recuerdo
20 . .lean Lapl anch e y Serge Leclaire, "The un consc ious: A psychoa- algun o de nues tra in fa ncia: es posiblc que solamente poseamos
nal)'ti c study" (1960) , l'rlle Frene/l. Studies, n." 48, 1972. recuerdos n'lariol/alios con nuestra infancia. Nuestros recuerdos
21 . J ean Lap lan che y Serge Leclaire, ¡bid. , p. 135. in fa ntil es nos mucstra n nuestros primeros ali os no co mo eran
22. Roland Banh es, "The Third Mea ning" (1970 ), en Image-Music. sin o como apa recían cn los periodos poste ri ores, cuando despcr-
Jext, Hill and Wan g, Nueva York, 1977 [versión cas tell ana: "El ter- taba n los recue rdos. En esos mome ntos de despe rta r, los rec uer-
ce r se mido", Lo obvio)' lo obtuso, op. cit.]. dos infanti les no pmngíall, como la gente suele d ecir, [s in o queJ
23. 'I11f Cableguide, noviembre d e 1999. se formaban en ese tiempo. Y un a seri e de moti\'os, sin p reocupa-
24. Película dirigida por Ro bert Parrish , 1957. ció n por la prccisión histórica,jugaban un papel en su formació n,
25. Un archivo qu e e n principio incluye incluso películas no "istas. así como en la sclección de los propios recundos". [Sigm und
Po r eje mplo, enlre las breves sinopsis de un a línea de la sección Freud, "Scree n Memo ries' (1899) , S. E. 3, p. 322] [ve rsió n caste-
~ F " de T/¡e Coblegllide, leo también: .. Fo,. YOllr t.)'es 0111), [Só lo para llana: ~Los I-ecucrdos e ncubridores", Obras eOll/plplas, t. 1, Biblio-
tus ojos] ( 198 1). James Bond (Roge r Moore) inten ta llegar antes teca ~ue\'a, Madrid , 1973].
que los rusos a un buque espía hundido"'; y ~Fo,.roer YOIWg 30. D. W. Winn ico lt, "Thc Use of an Objcct and Relating through
[Etername ntejm'en ] (1992). Un piloto de pruebas (Me l Gibson) , Ide ntifi ca LÍo ns", o/J. cit., pp. 101 Ysigu ientes.
co ngelado en los ailos trei nta, es d escongelado en los nove nta ".
No he vislo ninguno de estos dos filmes, pe ro ya conozco la his-
to ria de ambos, es decir, conozco la histori a subyace nte (hisloirp)
que variará úni ca mente en la forma de co ntarl o (,.;rit) , ':James
Bo nd intcnta llega r antes que los rusos a un buque es pía" es sim-
plemente o tra variante de "Capitán Valiente persigue a los piratas
has ta un tcsoro c ntenado". Asimismo, el congelado Mel Gibso n
descongelándose en los noventa es una simple variante actuali za-
da de Rip Van Winkle.
26. Maric·Claude Taranger, "U ne memoire d e seca n de main ? Film,
emprul1l eL référence dan s le récit d e vie", Hors Cadrp, 9, 199 1,
pp. 55-56.
27. En el tipo más habitual d e recuc rdo encubierto comentado po r
Fre ud , un recundo inicial es ocultado po r el recue rdo de un
suceso posterior, Es posible que un recue rdo amerio r e ncubra
o tro posterior. Freud menciona tambi én u n terce r tipo , "e n el
cual el recue rdo enc ubridor cstá relac io nado co n la impres ió n de

238 239
Mies en Maurilia (2003)

para Nuria y Noemi

En ¡\'Ialll"ili(l SI' invita al viajero (J visitar la ,iudad)' al mismo tiemlJO (1

obsen){fr v iejaJ tarjetas posl aft's que la rejJrl!sen /a}/ CÓIIIO era {{n II'S: fa misma
plaza idpl1l;ra ron /lna gallina en elluga/" dI' la es/ación de autobuses, el
quiosco de música fJl ,,1 lugar del/Jlun Je, dos sniorilas (01/ sombrilla blanca
en lugar de la fábrica de e.\"/,/osivos. Para no derepriol1l1r a los habitantes
hace falta que el viajero elogie la ciudad de las IJos/al,s)' la prefiera a (a/n"l'--
precisos 5'11 !Jl!sa-
sen le, au nqup rllidál1dosf' dI' ron lf"uer dent ro dI' fos l únües
(/umbre flnlf los mll/bios: rPronoriendo que fa magnificencia)' fa pros/Jcridad
de Maurilia, convertida en metrópoli, compartida ron la vieja MOllrilia /mJ--
lIi1/cüma, no compensan cierta gracia perdida, qUl!, sin embargo, se puede
disfnllar ahora sólo ni las vil'jas /Jos/a[es, mien /ras que antes, con la
M aurilia pro1!incia na delrm t, de los ojos, dI' gracioso 'n o SI' vf>Ía rmlme'1lle
nada,)' murho se vería ho)' si Maurilia hubiese /ll'r1Ilfmecido igual,)' qul' de
Iodos modos la metrópoli tiene este atractivo más: que a través dI' lo que ha
llegado (1 Ji'r se puede evocar (011 nostalgia lo 'lile fUi'.
H a)' que guardarse de decirles qUf a veces riudadps diferentps Sf surf(ln¡
sobre el mismo suelo)' bajo el mismo nombre, qlle lla(P1¡ )' mueren sin haberse
conocido, in(omllnicables euttl' sí. En ocasiOlli'S hasla los nomb,."s de los Iwbi-
tanles pemlflllecell iguales,)' ,1 acento dI' la.~ lIOCpS, e hu/uso las farciof/fs; pero
los dioses 'lile habita}/ bajo esos nombres J en esos lugares se han mmr/wdo sin
decir nada)' en Sil lllgm" han anidado dioses fxlmnjnvs. Es intÍ til pregll ntar-
se si éstos S01l "lijares o peorps que los antiguos, dado no exisle Pl/lre pilos nin-
gu na relación, as; como las vil'jas poslales /10 reprf'sPI1 lan a iHalllilia romo era,
sino a otm ciudad qul' por rnsllalidad se llamaba j\lla/l1ilia, rOIl/O ;,sla.

halo Calvi no, Las ciudades il1visibles

He venido a Barcelona pa ra hacer un vídeo para tina exposi-


ció n re tros pecLiva d e m i o bra e n la Fundació Tapies.

24 1
En cuentro e l ge ni o d el luga r, qu e para mí es el pu nto de inte r- El Pabelló n de Alemania oc ul ta tanto como revela. O cho ele-
sección e ntre mi mundo interio r y la realidad de la ci udad , en ga ntes pila res cruciformes sostie nen la cubi erta, cro mad os para
el Pabe llón de Ale mania de Mies va n de r Ro he para la q ue resulte n casi in visibles. Pero la cubie rta se sosti ene tambié n
Exposición Inte rn acio nal de 1929. Me res ulta em barazoso, sobre estructuras n1 ás pesadas ocultas baj o reves tim ie n tos de
como si hubiera ido a París a desc ubt;r la torre Eiffel, pero pied ra, el e nlosado de l po di o se apoya sobre las tradi cionales
d ebo ace pta r, no o bstante, el hecho de qu e el Pabelló n me per- bóvedas catalanas de lad rillo. Aquí hay gato encerrado. Beatri z
sigue. Antes de visita r Barcelona co nocía e l edifi cio solame nte Colomina nos exho rta a "co mp rende r que ' lo qu e cuenta' e n
por fotog rafías a nti guas, como o tro monume nto moderno per- los ed ifi cios de Mies es no cómo están consu·uid os realmen te,
dido. ' Si la reconstru cción de 1986 del Pabellón me persigue sino lo que 'par ecen' . Lo qu e cuenta, por tanto, es su image n,
a ho ra es po rque Barcelona persigue al Pabelló n . Salto de la su image n fo tog ráfic a " . ~ ¿Por qué pienso ahora e n fo tografía
Pl a~a d 'Espa nya al emplaza mie nto del edifi cio d e 1929 y a su policial? Leer sobre la me ti culosa recopilación de info rm ació n
reencarn aci ó n poste ri o r. Entro en é l tan sólo para ve rm e salir. mediante la cual se reconstruyó el Pabe ll ó n m e record ó el tra-
El es pacio se compo rta como la cinta de Moe bius ta n aprecia- baj o propi o d e un a investigación policial, como si aho ra estu-
da po r los esc ri to res de ciencia ficció n . En un a d e esas histo rias viera visitando la escena de un crimen. Leo qu e el prototipo
se construye inadvertidame nte una mo ntaña rusa con un a geo- más inmediato d el Pabelló n de Alemania fue la Sala de vidrio
me tría tal que qui enes se suben a ella sale n a décadas de d is- que Mies va n de r Ro he diseiió en colabo ració n con Lilly Reich
tancia de l punto de partida . Siento qu e desde el Pabe lló n pa ra la Exposició n de la Werkbund d e 1927 en Stuttgart. La
reconstrui do pod ría salir a la Barcelo na d e 1929. con la his to- Sala d e vidrio se construyó como un a instalació n para la sec-
ria suspe ndida inmó"il an tes de d esplo ma rse hac ia la oc upa- ción de la ex posición dedicada al vidrio. Las pan ta llas que arti-
ció n fascista d e la ci udad una d écada más tarde . Doy otra vu el- cul an su es pacio se compone n de distintos tipos de este mate-
ta po r el edifi cio. Ning(¡n pun to de d escanso e ntre sus p lanos rial, con dive rsos grados de transparencia y refl exión. Se ofrece
refl ejados, pe ro un punto de refe rencia constante: un a es ta tua al visita nte un juego de "laberinto d e espej os" de espacios ambi-
de Geo rg Ko lbe, de bro nce , titul ada Luz. de a 1!lanecer,'l. q ue mues- guame nte reales y virtuales muy similar al que se e ncue ntra el
tra a un a muj e r con los brazos alzados para p rotege rse e l ros- visitante del Pabelló n Alemán. Al igual qu e e n esta estru ctu ra,
tro de la luz. El título desautori za la vio lencia e n es ta imagen la Sala de vidrio contiene un a escultura exe nta de un des nudo
de un a muje r arrin con ada : su rostro apa rtado, como si quisie- de mlUer. Fo tografías de la instalación de la vVe rkbu nd , aun-
ra re huir un ho rro r no revelado. En las cues tas de Mo nuulc, qu e de mala calidad, sugiere n no obstante qu e la esc ultura es
me veo pensa ndo en la casa veraniega de m o ntai1a de la nove- o bra de Wilhelm Lehmbruck. Esto puede dar pl ausibilidad a la
la Las afinidades electivas de Goethe. Los cuatro pe rso naj es prin- ve rsió n pred o min ante sobre cómo ll egó a Barcelo na la esta tua
cipales de l libro se e mbarcan en un p rograma de mej o ras de de Ko lbe: "Mies estaba muy ansioso por conseguir un a fi gura de
un a hac ienda que incluye la construcció n de u n pabelló n , pe ro Lehmbruck para este lugar; y cuando resultó im posible llegar a
las cosas sale n mal. El relato de Goe the sugiere relaciones nat u- un ac uerdo, tomó un taxi, uno de sus (¡ltimos días e n Be rl ín
ra les e ntre racionalismo y desastre, geometría y desilusió n. No antes de partir hacia Barcelo na, se desplazó hasta el estudio de
se construyó en ti e mpos d e Goeth e ninglm pabellón en la Ko lbe y se ap ro pió d e l mejor sustitu to qu e p ud o e n-
hacienda cercana a \Veimar que pro bablem ente sirvió como contrar".ti Ciertame nte puede supon erse que las o bras de
mode lo pa ra la topografía de esta histo ria.' La mo nta iia real Lehmbruck se rían más difíciles de obtener e n 1928 que las
pe rma neció inalte rada hasta 193i , cua ndo se construyó allí el de Ko lbe. Aunque Le hmbruck había nacido cuatro a iios des-
campo de concentración de Buchenwald. Guern ica fue bo m- pués qu e Kolbe , falleció en 1919, mie n tras qu e Ko lbe seguía
ba rdeada aqu el mismo a ñ o. ~ prod ucie ndo vigo rosam ente en la época e n que, según el rela-

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to, ~li es fue a su estudio. Tanto si ese v1aJe en taxi llegó a su· palsaJlStl CO ideal, era un breve paso d esd e el templo dórico
ceder com o si no, nos lleva por un camino equivocado, ya re construido hasta, en palabras de Shaftesbury: "Las rudas
que se ría un erro r buscar denodadamente en la o bra de rocas, las cuevas cubie rtas de musgo, las irregulares y agrestes
Lehmbruck aclaracio nes importantes sobre e l imaginario grutas y las e ntrecortadas cascadas de agua, con todas las horri-
de Mies. Lo importante no es tanto la calidad in trínseca de la bles gracias de lo selvá tico".!! La armonía deja paso a la entro-
estatua como la relación de la figura co n el espacio. En la Sala pía. El tiempo presente del edificio alberga un futu ro anterio r:
de vidrio , el visi tante está separado de la escultura de la figura "con el tiempo, esto se habrá convertido en un a ruina".
femenina por una barrera de vid ri o. E n el Pabellón Alemán , el
visitante está separado de la figura por una barrera de agua. La sección y las dim ensiones precisas de los pilares cruciformes
Pienso en la soli taria cliente femenina de Mies va n del' Rohe en del Pabellón de Alemania no se determinaron hasta que un
el aislado recinto de vidrio de la casa Farnsworth, de 1946: sin oxidado fragme nto de la cabeza de un pilar fue desenterrado
tocar -como las propias paredes, siempre a punto de alca n zar en las excavaciones realizadas en el terreno del edificio d e
el cierre de contacto con otro plano, otra supe rfici e , o tra piel , 1929. El sótano inferior del Museu d ' Historia de la Ciutat
pero sin llega r a cerrar el h ueco-o d e Barcelona se abre sobre las ruinas subterrá neas de una ciu-
d ad ro mana del siglo 1: vesti gios d e edifi cios, calles, restos d e
Mies van der Ro he se refirió a "la necesidad de incorporar columnas y paredes esq uelé ti cas. H ay pasare la suspendida jus-
obras esc ultó ri cas ( ... ) en el decorado interior d esde un prin- tamente sobre el suelo de la excavación. Su estructura ligera,
cipio. En las grandes épocas de la historia cultu ral , los arqui- casi invisible, propo rciona la se nsación d e esta r fl o ta ndo al
tectos hacían esto como a lgo natural".' J osep Quetglas ha com- paseante absorto que deambula entre las piedras como un fan-
parado el Pabellón d e Barcelona con el templo dórico; no el tasma del futuro: un cuerpo vivo d e Bonn entre edifi cios difun-
que vemos hoy, "las columnas que dibujan y fotografían siem· lOS, una persecución e n negativo. Al su bir desde la ci udad
pre los a rquitectos cuando viajan"/ sino el templo que veían muerta puede un o ir a ver las vitrinas de los pisos superiores
los griegos. Aquel templo, nos recuerd a Quetglas, era la casa del museo. Duran te el vera no de mi primera visita, había una
del dios, "sólo distinta de las demás en que exclu ye al visitan- exposición temporal dedicada a la Barcelona de 1939, e l año
te". La pan talla de colu mnas y la plataforma elevada formaban e n que la ciudad cayó ante las fuerzas nacionales. Entre las foto-
un a doble barrera entre los fieles y el espacio del qu e eran grafías e informes de testigos presenciales expuestos leo algo
excluid os: el sanctwn interior (la cella o naos) que con tenía el sobre un grupo de estudi antes universitarios que han sido
san tuario o la estatua de la divinidad. El gesto congelado de la arrestados po r la policía por posesión de panfletos antifascis-
estatua de Kolbe evoca los de los cuerpos desenterrados d e las tas. Los estudiantes fueron encarcelados y torturados, y la
an tiguas ce ni zas de Pompeya. Las excavaciones de mediados única mujer entre ellos murió bajo la tortura. Un os 600.000
del siglo X V III en Pompeya y Herculano impulsaro n tanto el espailoles murieron en los tres atlOS de la gue rra civil qu e fina-
renacimiento ne oclásico como una re novada fascinación por lizó co n la caíd a de Barcelo na y Madrid en 1939. 10 La historia
la ruin a. H ay ecos distantes d e ambas cosas e n el Pabelló n de de la muerte de aque lla joven permaneció en mi mente cuan-
Alemania. Si el Pabell ón es un te mplo, se trata entonces de la do salí del museo y e ntré en la Barcelona de h oy: la niña m i-
ruina de un templo. Las paredes de la naos siguen en pie. mad a de las e mpresas inmobiliarias in ternacionales, excelente-
Puedo e ntrar en su espacio y co n te mplar la estatua, pero no mente reconstruida para los Ju egos Olímpicos d e 1992 y ahora
puedo librarme del se ntimiento de exclusión ni de la se nsa- en plenos preparativos para e l "Forum de las culturas" d e 2004,
ció n d e violación. En el sig lo XV III , lo que hoy denominamos con cuyo pretexto, aq uel verano de 1999, las excavadoras se
neoclasicismo era la otra ca ra del romanticismo. En el jardín abrían paso a través del Barrio Chino. En la cacofonía de esta

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destrucción, aq uella muerte volvía persistentemente a la mente nudos de su pasado con Ulises para diseñar un futuro sin él
y permanecía allí rnientras paseaba alrededor del Pabellón de -pero sin romper los hilos, sin dejar sus recuerdos de Ulises
Alemania. La histo ri a se negaba a integrarse en el tejido fuera de la image n- o
semántico de la ciudad contemporánea, y tal vez como conse-
cu e ncia de ello el propio Pabellón se negaba a incorporarse a El espacio asignado al libro de cerem onias se e ncue ntra entre
esta nueva Barcelona. Las imágenes de l periodo e ntre la demo- los dos estanques. En la Grecia clásica, los aspira ntes al sacer-
lición del Pabe lló n de Alemania d e 1930 y su resurrección en docio buscaban e l consejo del oráculo en un rito de u'án sito
1986 no están reprim idas, pero no e ncajan en la imagen e ntre dos cuerpos de agua. Antes de cons ultar al oráculo, pri-
ac tual; quedan espa rcidas como las piezas sobrantes de un mero bebían de las aguas del Leteo, uno de los cinco ríos de los
rompecabezas triunfa lmente acabado. infiernos, que nace en la gruta de Morfeo, el dios de l sueilo; sus
aguas llevan el olvido a los mue rtos y los libera n del dolor de
El Pabellón de Aleman ia se construyó para escenificar un sus rec ue rdos. De aqu ello que las palabras y las visiones del
gesto: el del Rey de Espa lia, Alfonso XIIl, que inauguró for- Oráculo pudieran traer consigo se hará tabla rasa: el camino
malmente la participación de Alemania e n la Exposición hacia la revelación pasa por la amnesia. El ritual de la consulta
Internacional de 1929 estampando su firm a en un libro de termina con el aspirante bebiendo de las aguas de Mnemosine,
cere monias. En mi tercer recorrido por el Pabe llón , divid o el la diosa de la memoria. Mnemosine restaura los recuerdos olvi-
espacio en tres zo nas primarias: zona del estanque peq ueño, dados, pero ahora transformados a través de las observaciones
zona del estanque gra nde y espacio interpuesto de la ceremo- oraculares. En septiembre de 1926, Marie Bonapane, d escen-
nia diplomáti ca para la que el Pabellón fue diseñado. Cada diente de Napoleón Bo naparte y esposa del príncipe Jorge de
zo na ofrece su propio punto de vista de la es tatua de Ko lbe: en Grecia, comen zó sus sesio nes d e psicoanálisis con Sigmund
primer plano, plano medio y plano general. Tomo una imagen Freud. Tenía 44 afias. Desde su más tierna infancia había man-
panorámica desde cada uno de los tres puntos. Al montar mi tenido un meticuloso diario de su ,~da cotidiana. Entre los siete
vídeo, corto cada panorama en tres y entrelazo los distintos y los diez ailos de edad produj o cinco cuadern os de escritos
puntos de ,~ s ta . En la Odisea, Homero cuenta la histori a de que era n muy diferentes del realismo objetivo del resto de sus
Penélope, cuyo esposo, Ulises, se fue a la guerra muchos años diarios. Escritos principalmente en inglés, con una enrevesada
antes. Sin te ner noticias de él , la mayo ría le supone ya muerto, caligrafía e n cursiva qu e a me nudo estalla en irnáge nes visuales,
varios pretenslientes presionan a Pe nélope para que vuelva a los cinco libros están lle nos de cuentos fantásticos y cavilacio-
casarse. Ella les dice qu e elegirá a un o de ellos cuando termi- nes. Después de ver a su primo recién nacido amamantado,
ne de tejer un sudario para su padrastro, que teje durante todo escribe (en alemán ): "Somos nueve pechos malos. Vamos a
el día, pero que por la noche deshace, y así un día tras Olro. vomitar. Yo soy la que se lleva el oro malo , y siempre digo, dame
J ean Laplanche invoca el cuento como una alego ría del traba- tu oro. Como soy hermosa, no me gusta n esas ml~eres que no
jo de inlerpretación psicoanalítica, que él caracteriza como "la ti e nen pecho. Qué hermosa soy. Proverbio esencial en la ,~da:
separación de secuencias significantes, ya sean presentes o un pecho sin mujer es mejor que un a mujer sin pecho " . l~ Marie
pasadas", con el fin de que el analizado pueda llevar a cabo Bonaparte había conse rvado todos sus escritos de la infancia y
"una nueva síntesis o trad ucción, qu e sea menos parcial , menos de sus primeros a lias de vida adulta, pero había desechado
repres iva, menos sintomática".]] En el re lato habitual , Pe nélo- estos cinco cuade rn os negros, que había titu lado AJes Betises
pe es la encarnación de la esposa fiel , amarrada a destiempo al (Mis simplezas), y los había o lvidado hasta que se encontró con
canto de sirena de la memoria. En la exégesis de Laplanche, ellos entre las pertenencias de su padre después del falleci-
Penélope vuelve a tejer la tela de su vida y desenredando los miento de éste. A quienes buscaban el consejo d el oráculo se

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-
les advertía que no bebieran demasiado de las aguas del Leteo. rec uerdo es algo narrado, un rastro mnemónico en su ele-
Cuando Marie Bonaparte se e ncon tró casualrnente con sus mento de la narració n que es, no obstante, independiente de
cinco cuadernos, e n un p¡incipio no los reconoció, no recor· ella. Po ntalis menciona como ejemplos de tales rastros el dibu-
daba haberlos escrito y no los entendió. De no haber eocan- jo sobre el papel de pared pintado en el dormitorio de la infan-
liado a su Mnemosine en Freud no habría podido tejer de cia, e l o lor del dormitorio de los padres, o un a palabra escu-
nuevo sus líneas en su propia historia. chada incidentalmente. Ade más, la represión actúa no tanto
sobre el propio rastro como sobre las conexiones entre rastros.
Visto desde fuera, sin acceso a la textura del análisis de Marie Es en el transcurso de un a investigació n po licial cuando a las
Bonapane, la historia de los cuadernos podría apoyar la idea personas se les o rdena que realicen un esfuerzo consciente
de la memoria como una especie de álico que revolvemos en para recordar lo que sabe n sobre un acontecimiento pasado.
busca de obj etos o lvidados hace mucho ti empo. En este senti- En un psicoanálisis, a la perso na simplemente se le pide que
do, el o lvido es considerado como un abandono pasivo y el diga cualquie r cosa qu e le ve nga a la mente. El transcurso de
recuerdo como una restauración activa. Pero o lvidar es un tra- un a nálisis depe nde menos de la capacidad de recordar qu e
bajo interminable qu e debemos hacer para no yernos abrum a- de la capacidad de asoc iar libremente -es decir, com o dice
dos por la constan te ac umulación de nuevas impresiones. Pontalis: "disociar relaciones existentes y bien consolidadas
O lvidar no es siempre el mismo tipo de trabajo, ni se distingue para hacer que emeIjan otras, que a me nudo son relaciones
siempre fácilmente del recordar. En un ensayo sobre Pro ust, peligrosas"-. l' Marie Bonaparte no pudo dar sentido a las
"" alter Benjamin pregunta: en igmáticas inscripciones de su pasado hasta qu e no arriesgó a
reconfigurar el patrón del presente que las contenía.
¿ No está más cerca el re memorar involun tario. la /1/pl1/ohe ;111)0 1011 -
M

!a¡r,. de ProUSt. del olvido que de lo que generalmente se llama La histo ri a que había leído en el Museu d ' História de la Ciulal
recuerdo? ¿Y no es esta obra de rememoración espontánea, en la de Barcelo na me había dejado bajo un a nube que me acom-
que el recuerdo es el pliegue y el oh·i do la urdimbre, más bien palió hasta el momento de mi visita al Pabe llón de Alemania.
la pieza opuesta a la obra de Penélope y no su imagen y semejanza? En su visita a Roma, Goethe vio e n la profusión de estatuas de
Porque aquí es el día el que deshace lo que obró la noche. Cada mármol un rnundo de fantasmas e ntrem ezclados con los vivos.
m<u;ana, despienos, la mayo ría de las veces débiles, flojos, tenemos Los visitantes al Pabe llón de Alemania se e ntrem ezclan al sol,
en las manos no más que un par d e franjas del tapiz de la existencia a la so mbra , e n refl ejo o misteriosamente transmitidos a través
vivida , tal)' como en nosotros las ha tej ido el o lvido. Pero cada día. del vidrio. En cada ocasión , la est.:1 tua de Kol be se desliza a su
co n labor ligada a su fin alidad, más aún con un recuerdo ptisione- lado. Entre los materiales que había dejado a un lado antes
ro de esa finalidad, deshace ellram,-ye, los omamelllOS del olvido". lj de mi visita a Barcelona había una cinta de un documental de
una televisión francesa sobre Catalunya y la Gue rra Civi l.
En la descripción de Be njamin , la memoria invo lun ta ri a es tan Básicamente <;bustos parlantes", con fragmentos de secuencias
distinta del ";recordar inte ncional " como lo es el soñar con res- cinematográficas de arch ivo desperdigadas entre medias. En
pecto al pensamiento despierto. Al situar la memoria involun- un fugaz fragm ento, una joven de sonrisa tímida, rifle al ho m-
taria en el ámbito de los procesos primarios, y al subrayar su bro, levanta un brazo para protegerse la cara del sol. En mi
parentesco con el o lvido, Be njam in sitúa el o lvido en el ámbito estado de agitación , el gesto de la estatua de Kolbe rne pareció
de la represión. J ean-Be rtrand Pontalis ha subrayado que la el de una nutier atacada, pero también despertó mi recuerdo
represión no actúa sobre los recuerdos como tales, sino sobre del gesto de la so nriente joven del documental. Era como si la
los rastros mnemónicos que la memoria puede esconder. Un estatua volviera su rostro, al igual que j ano, produciendo sig-

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nificados contradi ctorios entre sí - como si me estuviera te".I; No obstan te, puedo desc ribir mi ex perie ncia en los tér-
diciendo a mí mismo: "Sé que la mujer sobre la que leí en e l minos e mpleados por Sartre. Era consciente de un algo persis-
Museu d 'Histo ri a fu e asesinada en la cá rcel, pero aquí está, viva tente que se desliza ba co nstantem ente "entre mi mirada y los
y en libertad"- . li> Parece imp robable qu e mi recuerdo invo- objetos sólidos y rea les" d el Pabellón. Para Sanre, este "algo"
luntario del fragmento filmico estuviera suscitado nada más - "revoloteo de nada"- era la ausencia d e su am igo. En mi
que por un a similitud e ntre el gesto de la estatua d e Ko lbe y el p ro pio caso, era un a nube de afecLO qu e vagamente evocaba a
de la Illluer del documental. En las luminosas calles de la nH~ er anónima de la historia que se co ntaba e n la pared d el
Barcelona debo de habe r visto a menudo brazos leva ntados Muse u d'História. Cuand o Sartre afirma que el café "pe rsig ue
para pro tege rse los ojos de la lu z del sol - ya sea en la realidad su an ulació n" está describiendo un producto de su propia
o en imágenes publicitarias-. La asociación del Pabelló n d e intencio nalidad, pero existe un sentido rea l, en e l qu e puede
Alemania co n los aco ntecimie ntos históricos de los atlas trein- afirm arse que el Pabe lló n persigue su pro pia desmaterializa-
ta debe de habe r jugado algún papel e n el d ese ncade nam ien- ció n e n las cualidades especulares de sus supe rfici es. Esos pia-
to de la asociación, pero ¿qu é suced e co n el edificio mismo? En nos pulidos indu.cen -como en sentido elec tro magné tico--- al
El ser )' la nada, J ea n-Paul Sartre cuenta su cita en un café co n movim iento perpe w o del visitan te a través d e sus es pacios en la-
un amigo. Llega tard e , y tras ec har un vistazo en el café, ve zados, pe ro a diferencia del café, el Pabe llón ofrece una figura
que su amigo no está. Sartre se pregunta qué significa deci r que rnateria l inva ri able que se aparta de la deriva fenomenológica
podemos "ver" qu e alguien no está. Observa que su amigo está del terreno arquitectónico. La estalUa de Kol be, hacie ndo
ausente no de nin gün luga r concreto del es tablecimiento, sino seiias como si se tratara de una cita, atrae la mirada del visitan-
de todo el café. Po r co nsigui e nte , e l café en su integridad Cae te)' re tarda el d esli zamie nto del significado b~o los significa n-
e n la posició n de "terre no" para la "figura" anticipada del tes arqu itectóni cos.
amigo ausente. Sartre esc ribe :
J osep Q uetglas ha se!'lalado que el VIsIta nte al Pabe llón d e
ME) café siguc siendo tCITcno ( . . ) se desli za en el fo ndo. persigue Alemania es "atraído por un espacio imaginari o en el qu e
su anulación. Pero so la me nte se conviene en tcrreno pa ra una n unca entrará". llI Este espacio imaginario que nunca podemos
d eterminada fi gura, tin a figu ra que lI e\<1 fremc a él a [Odas panes oc upar es el qu e d enominamos "el fut uro". En los aiios cin-
( ... ) }' csta figura, que se desliza constan tc men te entre mi mirada}" cue nta, Mies va n der Ro he declaró: "En los próximos di ez
los o ~je tos sólidos}' rea les del café, es precisamclHe un dcs\"a n eci- ai10s, la mejor arquitectura vendrá de Espaila" -una predic-
mi ento perpetuo; es Pe le r alzándose como nada sobre el terre no ció n que se aprecia mejor en Barcelona mie ntras se contem-
de anulación del café. De modo que lo que se ofl'ece a la imuición pla el d escorazonado r legado arquitectónico d e los aii. os de
es un revolo teo de nada: la nada d el terre no , la anulación de lo Franco--. Beau-iz Colomina comen ta: "En la Espalia d e Fran-
que ¡m'oca )' ex igc la apa¡ición de la figura , así como de la fi b'1.1I' 1 co, Mies puede habe r visto su sllelio realizado: trabajar para un
misma - nada que se desliza como una nada sobre la superficie régime n to ta lita ri o sin re nun ciar al idioma de la arquitectu ra
del tc rreno--". h, moderna: algo que había resultad o imposi ble e n Alemania" .I!I
En sus propuestas de transfo rm ación d e Berlín, Albert Speer
Mi encuentro co n el Pabellón d e Ale mania aquel ve rano fue recomendaba qu e los edificios con un a fun ció n simbó lica
muy disLinto a la entrada d e Sartre e n su fami liar Café de Flo re. impo rtante se construyeran C0 11 materiales de deterioro super-
Al llegar a Mo nuu ic después d e años de co nocer e l lugar sola- fi cial pero rápido, de modo que quedaran ataviados con la
me nte por fotograffas, podría haber pensado, como hi zo a uto ridad atemporal de la ruin a. ~~l U na determinada historia
Fre ud e n la Acrópolis: "De modo que todo es to realmente exis- estaba tocando a su fin e n 1930, el a ii.o de la demolición del

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Pabellón de Alemania. Había comenzado con la ilustración )' París que e llos han viajado para poder ver - el Sacré Coeur, la
había pasado por la Weimar de Goethe y la Bauhaus d e torre Eiffel, el Arco del Triunfo-, pero sólo como fugiti vos
"Ve imar. Es una historia de modernidad política, mode rni za- reflejos , que se cuelan por la superficie giratoria de cristal d e
ción industrial y modernismo estético: una historia de "pro- una ve n tana o puerta, su paso espectral resaltado úni camente
greso". En 1937, con el prime r bombardeo aéreo de una pobla- por la cámara. En un documental de televisió n sobre Catalunya
ción civil, el sueiio del progreso es definitivamente hecho y la Guerra Civi l, un a jove n vo lun taria republicana balancea un
a iiicos y comienza la pesadi lla de la guerra moderna como rifle sobre su hombro y levanta el brazo para pro tege r su ros-
terror uni versal d e masas. 2 1 Cualquier e lemento del Pabelló n tro de la luz. Como turista e n Barcelona, perdido en el Pabe-
de Alemania original inherente al sueiio moderno del progre- llón d e Alemania, vislumbro el reflejo fugaz d e es ta image n en
so fue d emolido en 1930. Su co pia solame nte podía co nstruir- los ambiguos planos donde la estatua d e Kolbe acompaiia a mi
se como fuina, monumento co nmemorativo, mausoleo. propio reflejo. Jose p Quetglas ha escrito: "La salida de un invi-
sible ocu pante parece preceder siempre al visitante, que le
Be njamin creía que la función del historiador es hablar e n sigue sus pasos sin nun ca alcan za rle. El ansioso laberinto sin
nombre de los mue rtos. Después de su victo ria e n 1939, los objeto, la pe rsecución impalpable acaba de pronto, cua ndo el
nacionales aplicaron una política de ve nganza. Se calcula que visitante comprende , e n un fulgor de lucidez, que está recor-
entre 50.000 y 200.000 víctimas d e ejecuciones sumarias yacen dando algo que está sucediendo: quien ha salido , deso rien-
e n fosas co munes no localizadas e n España. Las historias orales tado y e rrático, d e cada habitació n era é l mismo, e n el mismo
acumuladas durante años d e silencio oficial está n permi ti e ndo momento de entrar".n A cada templo oracular [le correspon-
ahora localizar y excavar los osarios. No existen monumentos a de] su propio método d e adivinación. En algunos templos,
estas víctimas d e los años de franco , hemos de lleva r nu estros "d espués d e la ejecución d e los ritos preliminares, el co nsej e ro
monumentos allí d o nde las e ncontremos. Bea triz Colomina ha 'd ormía toda la noche en e l tem plo y recibía una visió n e n sue-
dicho que "lo que cuenta" en los edificios d e Mies va n d er íiO S'· . ~3 Al despertar, el sueño puede ser difícil de retener, pues
Roh e es su imagen fotográfica. El Pabe llón de Alemania desa- "el día d eshace lo que la noche ha tejido", Nos despertamos
pareció en 1930 para rea parecer en 1986. Las fotografías so n el para encontrarnos co n que "los dioses que habitan bajo esos
medio por el cual el Pabelló n ha viaj ado a través del ti empo no mbres y en esos luga res se han marchado sin de cir nada y en
-un medio cargado de imáge nes de los años transcurridos-o su luga r han anidado dioses ex tranj e ros", Pero la me moria
Se forman, como recuerdos in vo luntarios, asociaciones enU"e invo luntaria -un "d es tello de lucidez"- puede in terrumpir la
las imáge nes, a veces en forma d e recuerdos in voluntarios, y ciega re petició n de la labo r diaria co n un tiempo de rep etició n
reclaman una in te rpre tació n. En la a nti güedad clásica, cada en el cual es posible que se rec upere el tej e r de la noche, que
templo QI"ac ular tenía su propio método de adivinación. Los la antigua Maurilia se re úna co n la nueva, que se oigan de
dioses hablaban a través del susurro de las h ojas d e un bos- nuevo los di oses d e la historia ,
que cillo sagrado, o a través de las marcas en las enlrall.as d e un
sacrificio, o a través de los movimientos de los o~jetos arroja- Los visitantes d e l Pabellón d e Alemania caminan sobre anti-
dos a un estanque. Podemos ve r hoy en estas téc ni cas un medio guos lechos lacustres. El pavimento es de trave nin o romano,
de reco nocer aque llo que había sido reprimido, rechazado, pied ra extraída d e las ribe ras d e los lagos d e la región de
excluido o de algún otro modo pasado po r alto. En la película Ti voli. La superficie del travertino está marcada con fisuras
Playti1lle d e Jacques Tati , los turistas americanos visitan un París surgidas durante la form ac ión de la piedra por gases p roce-
de edificios modernos indistinguible de los edificios de las ciu- dentes de la descomposició n vegetal, hay otras hue llas de
dades qu e han dejado atrás. En ocasiones vislumbramos e l vege tación e n forma ca rboni zada y fosilizada, Alg unas piedras

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.....

d e trave rtino alberga n fósiles trilo bitas de océanos pre histó ri-
cos. Al fi nalizar la Exposició n In te rn acional de 1929 se inte n-
tó e ncontrar un nuevo uso a l Pabe lló n de Mies va n de r Ro he.
El fracaso de un plan para convertirl o e n un café llevó a la
d e mo lición d el edifi cio e n 1930. En la ac tu alidad se debate Notas:
qu é uso da r al pabelló n re construid o: como re licario d e la
estéti ca a rquitectóni ca mode rna o como platafo rma pa ra pro-
yec tos culturales ac tua les. Pe ro el pabe llón pro po ne su pro pio 1. El Pabell ó n d e Ale ma nia fue in agurado el 27 de mayo de 1929 y
uso - co mo un o de esos lieux de 11lémoire qu e Pie H e Nora h a d e molido e n e nero de 1930.
d escrito así-: ;O rn a m e ntos de historia desgar rados d el movi- 2. George Kolbe, Dpr iH orgm, 1925. La trad ucción li te ral inglesa de l
mi ento d e la historia y luego retorn ados; ya no d el lod o vida, título de esta o bra es por supuesto Moming (La ma i'tana). No
tampoco todavía !TI lle n e , como con chas e n la playa cua ndo obsta nte, Sunrise (Sa li da de l sol) - y ocasio nalm e nte Dawn
baj a la l1l a rea". 2~ (A manecer)- se ha co nvertido e n el títu lo de uso más extendi do
e n inglés. La estatua o rigi nal se enc uel1lra ac tualmellle en los j al--
d ines de l Ayu ntam ie n to de Schó neberg, e n Berlín .
3. Sc hloss Euersbu rg, hogar del duque de S¡-yonia, mecenas de Goethe.
4. Véase S"e n Lindq"ist. A '-listOl)' o/ BOII/bing. Gra nta , Londres, 2001 ,
sección 156 y sigu ie n tes [versió n castellana; Historia dI' 10l' bombar-
dl'os, Ed iciones Tu m e r. Mad rid, 2002 ].
:=.. Bea tri z Colo min a, MMies Not", en Dellef ~1e rtin s (ed.) , T/¡e
PreseuCl! o/ Mips, PrincelOn Architectural Press, j\'ew York, p. 2 13.
6. Pe te r Blake, Mies I!l/JI dpr !?ohe: A 'T/¡ilertlll'l' (11/(1 51I'11rl/(l'l', Pe nguin .
Lo nd res, 1960, p. :='4.
7. Wern e r Bla')e l-. Mips van drl' Rohe: LRSS is 1\10 1'1', Waser, Zü ric h , 1986.
p. 146.
8. J osep Que lglas, El /¡onur oistaliz.ado. Imágenes del Pabl'1l6n dI'
Alemania di' Mies 11011 dI'/' Rohe, Actar, Barcelo na , 200 1.
9. Shaftesbu ry, n /e iVloralists. pa rte 111 , sección 11 , e n A. Hofstadtn y
R. Ku hn s. Philosop/¡¡,ps 01 Art ami 8 nl1ll)': Selerted Rmdings in
AesllLPlirs flum Plato lo I-Ieideggl'l; nivers ity of Chicago Press,
Chi cago, 1976, pp. 245-246.
10. Aprox im adame nte medio milló n d e supervivie ntes re p ublicanos
fue ron .11 exili o y muchos d e ell os acaba ro n e n cam pos de co n-
centració n en el sur de Francia. En Espaii a, la re pres ión p rosigu ió
co n ejecuciones, encarcelam ie m os }' trabaj os fO I'7..ad os. Véase
"L'[spagne}' \'a Fra nco: Le pars ex hum e ses an nées de dicta tu re ' .
Publi cad o o ri gin ariame nte e n: Virlor 8I1rgi1/, Robert Gwalltme)' uctllll?S. Libhalion, martes, 25 de feb rero de 2003, pp. 14- 15.
Coo pe r Unio n fo r the Advance me nt of Scie nce and An , 1 J. J ean Laplan che, "Le lc mps e t I'alllre", P!J)'clul11ol:)'sl' r/ l'Ul/ivl'I'sité,
Nueva York, 2000. vol. 16, n . 61, PUF, París. e nero d e 199 1, pp. 47 Ysiguie ntes.

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Otros títulos de la colección:

12. Citado en Ge lmai ne d e Biss}', "'La remémora ti o n chez Mal'ie Fotomontaje. Dawn Ades
Bo naparte el ses cinq cahi ers", Hroue Fmllraisp de la PS)'clltl1la/ysp, v. ISBN: 84·252· 1892-6
UV, 11 ." 4,j ulio-agoslO de 1990, p. 1068.
Por una función crítica de la fotografía de prensa
13. VlaILer Be njamin , ~T h e Image 01' Prou S ( ~, en /lluminarions,
Pepe Baeza
Fontana, Londres, 19 73, p. 198 [versión castellana: "U na imagen ISBN: 84-252- 1877 -2
de Proust" , Iluminaciones 1, Tauflls, Madrid, 1980].
14. J.-B, Pontalis, "<;A en leures capitales", Ce temps quí 1/1' passe pas, La fotografía plástica. Dominique Baqué
Ga Jlimard , París, 1997, p. 11 5. ISBN: 84-252- 1930-2
15. Es dccir, como si mi memoria involunlaria hubie ra adoptado la
Arder en deseos. La concepción de la fotografía
forma del meca nismo de defcnsa que FrclId d e no minaba rechazo. Geoffrey Batchen
16. J ean-Paul Sartre, L'ifre el le néal1t, Gallimard, París, 1943, pp. 43-44 ISBN: 84-252- 1534-x
[u'. in glesa Bei ng (lI1d NOlhillgness, 'W ashington Square Press, Nueva
York, 1956, pp. 40-42 ]. [versió n castell ana; El sPr)' la nada, Ali anza Un arte medio. Pierre Bourdieu
Editorial, Madrid , 1989] . ISBN: 84-252-1943-4
17. Sigml1nd Fn:l1d , ~A Distl1rbance of Memo!)' 011 the Acropo lis'"
Fotografiar del natural. Henri Cartier-Bresson
( 1936) , TlU' Standard Edilion of (he Complete Psyhologiral Works 0f ISBN: 84-252-1514-5
Sigmlllld Freud, Hoganh, Lon dres, 1955-74 , vol. XX II , p. 241 [ve r-
sión cas leJlana: "U n trastorno de la memoria en la Acrópolis Estétíca fotográfica. Joan Fontcuberta (ed.)
(carta ab ierta a Romain Ro lland cn ocasión de su sc ptuagésimo ISBN : 84-252-1915-9
aniversario)'" Obmscomplelas, l. 3. Biblioteca Nueva, Madrid, 1973].
La fotografía como documento social. Giséle Freund
18. J osep QlIclglas, 1:.'[ hor'ror cris/aliuu!o, nI'. rito
ISBN: 84-252-1881-0
19. Beatri z Colomina, MMies NOl" , en Dellef Mertins (cd ,), "file
Prpse1/ce of Mies, íbid. , p. 202. Diálogo con la fotografía. Paul HilVThornas Cooper
20. Véase fran cesco Dal Ca )' Se rgio Pa lana , "'A n intcl-view Wilh ISBN: 84-252- 1882-9
Albert Sp ee r~ , en 0/JIJOsifiolls 12, primave ra de 1978, pp. 41-52.
21. Considero el objetivo d elibe l-ddo d e civiles como el punto d e Lo fotográfico. Por una teoría de los desplazamientos
Rosalind Krauss
inflexión. La I Guerra Mundial inve ntó la guerra moderna ta l
ISBN: 84-252- 1891 -8
co mo la co nocemos, pero d entro del antiguo es pacio im agi nario
del co nfli cto entrc ejérc itos profes ionales e nfrentados. Historia de la fotografia. Beaumont Newhall
22. J ose p Que tglas, El ¡wrro,- cristalizado, 01'. rif. ISBN: 84-252- 1883-7
23. 111(' O:1ord C/assim/ D icfiol/(I1)', aup, Oxford, ]970, p. 754. La téc-
nica de la "' in cubación" ---do nnir de ntro del reci nto de un tem- La confusión de los géneros en fotografía
Valérie Picaudé/Philippe ArbaIzar (eds.)
plo-- se prac ticaba prin cipalmente en templ os dedicados a la ISBN: 84-252- 1548-X
Clll-ación , pero tambi én podía emplearse para e nCOntrar objetos
perd idos o recibir info rmació n, Algunos cen tros tenían inLérpre- Indiferencia y singularidad.
tes de sueilos residentes. Glória Picazo/Jorge Ribalta (eds.)
24. Pie rre Nora, "Between Memor)' and Histo ry: Les U nix de Mémoirl ' , ISBN: 84-252 - 1533-1
/{epresenlalio1/.s, 26, primavcra de 1989, p. 12.
El crepúsculo de las máscaras. Michel Tournier
ISBN: 84-252- 1879-9

Póeticas del espacio. Steve Yates (ed .)


ISBN: 84-252 -1874-8
A lo largo de tres décadas, Victor Burgin se ha convertido en un artista muy influyen-
te y en uno de los pensadores mas renombrados en el ámbito de la teona cultural, Su
original aparalo crítico -que bebe de las fuentes de la teona semiótica, cinematográ-
fica y pSicoanalitica- analiza, de manera rigurosa, las complejas relaciones sociales y
de representación de nuestra época. Desde el pensamiento de Surgin, como comenta
David Campany en su hermoso prólogo, "la fotografia no pertenece a ningún espacio
cultural único, ya que conoce todos los lugares y no tiene ningún 'lenguaje' especifi-
co: de ahí que su arte basado en la fotografía sea una practica deliberadamente híbri-
da que se dirige al espectador no como simple espectador de arte, sino como un
espectador de publicidad, información, documentales y cine". Autor inédrto hasta el
momento en castellano. estos diez ensayos constituyen la primera recopilación de
escritos de Victor Burgin en nuestro idioma y se inscriben en el análisis de la 'cultura
visual contemporánea' que, según este artista, "debe tomar sus objetos tal y como los
encuentra, y los encuentra en pedazos; como una constelación constantemente cam-
biante de fragmentos".

ISBN 84-252-1Q72-8

Editorial Gustavo Gili, SA


08029 Barcelona. Rosselló, 87-89
Tel. 93 322 81 61 - Fax 93 322 92 05
e-mail: info@ggili.com
http: //www.ggilLcom JJ1U ,

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