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Diariamente, muchas son las marcas que se debutan el mayor número de pautas
publicitarias en medios como la televisión. Sin embargo, y aunque sigue siendo una de las
opciones más cotizadas, muchas personas pasan hoy en día gran parte de su tiempo en
apps como Facebook, Instagram, Youtube, etc. Era de esperarse que las marcas también
se pelearan por publicitar ahí.
No obstante, cabe resaltar que las redes sociales no son las que tienden a realizar pagos
a sus usuarios por la utilización de estas aplicaciones. Si fuera así, no sería buen negocio.
Lo que monetiza realmente el uso de estas redes sociales son las marcas que están
dispuestas a pagar bien sea por el uso de algún accesorio, la publicidad de un determinado
lugar, publicaciones con prendas que varían de Gucci a Channel o de Nike a Jimmy Choo.
En sí, las redes sociales funcionan más como un aliado para las marcas en el
posicionamiento de sus productos.
Como buenos profesionales en el área, las tarifas que los influencersreclaman no son de
carácter público. Están los que trabajan con agencias – que representan a personajes de
éxito, por lo general jóvenes – y los que trabajan libremente. Están los contratos sumamente
puntuales que se negocian bajo un solo post o una determinada imagen, pero cada vez
impactan más las campañas, que contienen varias publicaciones, y el manejo de contratos
de exclusividad.
Por otro lado, también pueden manejarse los pagos en especie. En una pequeña escala,
hay marcas que optan por regalar costosos productos a los influencers para su posterior
publicidad y recomendación en las redes sociales; estos casos suelen presentarse en
empresas de moda y accesorios de lujo. Así, se percibe la infinidad de formas de
negociación que se permean en el terreno. Pero, ¿cuál es la aplicación que mejor renta a
los influencers?
Por ahora, el mejor postor que figura para hacer de las redes sociales una rentabilidad,
viene siendo Instagram. Sí, la misma que Facebook compró en 2012 por US$1.000 millones
al ver el potencial de esta startup que, para entonces, solo contaba con 18 meses de vida.
Ya son varias fuentes del sector que han realizado estudio de casos que concluyen que, en
promedio, se paga entre US$140 y US$180 por foto para un perfil con 10.000 seguidores,
US$ 600 en caso de tener 50.000 seguidores, y más de US$3.000 si el perfil tiene más de
medio millón de seguidores. Por ende, Instagram se convierte en la red que mejor paga,
con una mayor facilidad.
Por su parte, redes como Twitter y Facebook, rondan los US$ 96 – US$120 por post
publicado por una persona que cuenta con 10.000 fans, US$360 por 50.000 fans y más de
US$3.000 por medio millón. Youtube, en contraste, es la red que paga una mayor suma de
dinero con US$180 – US$360 por 10.000 seguidores, y más de US$ 12.000 si se supera el
medio millón. Sin embargo, en este último caso, la calidad del material suele ser más
demandante y requiere de un mayor esfuerzo, como han reconocido algunos youtubers.
Vale la pena resaltar que, en este último caso, el programa de socios de Youtube sí permite
que los creadores moneticen su contenido, siempre y cuando asocien su cuenta personal
a una de Adsense (publicidad en Google). Por ende, la rentabilidad no proviene,
precisamente, de los tratos que los influencers hagan con las marcas.
Ello es lo que convierte a Youtube en una de las redes que mejor pagan, pero a costa de
un trabajo duro, ya que se requiere de una interacción constante para convertirse en un
personaje de influencia. En Colombia, por ejemplo, se ha concluido que no es un buen
negocio gracias a que los pagos se realizan, generalmente por número de visitas a
determinado contenido, logrando ganar cerca de $1.500.000 si se supera el millón de
visitas. Y si bien para muchos es una suma considerable, alcanzar un gran número de
visitas en esta plataforma puede tardar muchos días, o incluso meses.
2018/05/14 00:01
https://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/ser-influencer-por-raul-avila/258416
Consejos para poner en marcha una campaña exitosa de marketing de influencers
Una vez ya tenemos localizados a los influencers que nos interesan, tenemos
que conseguir que de alguna forma favorezcan o promocionen nuestros
productos con comentarios positivos, o bien que de modo más o menos encubierto usen
los artículos de nuestra empresa en sus apariciones.
Este tipo de estrategias son todavía muy novedosas, por lo que aún es pronto para poder
demostrar cuantitativamente su efectividad. No obstante, la mayoría de las marcas las
consideran efectivas y rentables, por lo que se plantean aumentar sus inversiones y
esfuerzos en campañas de este estilo.
https://www.inboundcycle.com/diccionario-marketing-online/que-es-un-influencer
Apesar de su efecto teflón, que les permite ganar seguidores en las redes sociales
en tanto más sandeces publican, los influenciadores empiezan a vivir su mala
hora. No solo por los cada vez más frecuentes fiascos, como el percance técnico
de la semana pasada, que hizo que los fans de la youtuber china Qiao Biluo
conocieran su verdadero rostro, muy distante de la cara de Barbie con la que
construyó su popularidad, sino porque el negocio publicitario que esconden detrás
empieza a ser cuestionado.
Muchos países (Colombia incluido) estudian imponerles las mismas reglas que
aplican a la publicidad tradicional, de tal manera que deben hacer explícito que el
maquillaje que utilizan en sus tutoriales es un anuncio comercial y no una
recomendación sincera y desinteresada para sus ‘amiguis’ de las redes. Reino
Unido ya comenzó. Cualquier persona con más de 30.000 seguidores debe
someterse a las regulaciones del mercado publicitario. Y así sus audiencias dejan
de creer que se trata de un ‘parcero’ que les recomienda honestamente un
producto. En realidad, hay una poderosa maquinaria detrás, especializada en el
llamado marketing de influencia, cuyo negocio es posicionar marcas en las redes
sociales a través de videos graciosos, retos de la botella, cantar corriendo junto a
un vehículo y demás actividades pintorescas de la era digital.
Los influencers están obligados a colocar el hashtag #Ad en todos los contenidos
patrocinados, pero casi ninguno lo hace, como en el escándalo de un festival de
música en las Bahamas que resultó un fraude, y en cuya promoción patrocinada
participaron influenciadores como Kendall Jenner y Emily Ratajkowski. Billy
McFarland, el promotor del fraude, fue condenado a seis años de cárcel, pero los
influenciadores pasaron de agache.
https://www.semana.com/tecnologia/articulo/los-influencers-viven-su-peor-
momento-se-acerca-su-fin/626428