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INMADUREZ

NEUROMOTORA DE
LOS NIÑOS CON TEA
KAROLINA DYRDA

Trastorno del espectro autista - en niños de 8 meses a 10 años


CASO PRÁCTICO DE UN NIÑO CON SÍNDROME DE ASPERGER

En los últimos años se ha observado un aumento en el número de niños con trastornos del

espectro autista (TEA). Cada vez más niños con problemas característicos de los TEA van

al especialista, y a la mayoría se les diagnostica inmadurez neuromotora. Entonces, el

niño recibe apoyo en forma de terapia logopédica o neurobiológica, y se le proporcionan

ejercicios neuromotores de varios minutos para que entrene cada día. En el caso de los

niños con TEA, observamos una mejoría significativa de su función después de un ciclo

anual de ejercicios del programa INPP

¿En qué consiste el programa INPP?


Este método fue creado por el Instituto de Psicología Neurofisiológica (INPP) de Chester.

El instituto fue fundado en 1975 por Peter Blythe. Su mujer, Sally Goddard Blythe, ha

continuado su obra. Los objetivos de las actividades del INPP eran:

Analizar cómo influye la inmadurez del SNC en los niños con dificultades específicas

de aprendizaje.

Elaborar métodos de evaluación fiables de la madurez del SNC.

Crear programas de corrección eficaces.

Los niños que asisten a las delegaciones del INPP (que en la actualidad ya se encuentran

en casi todo el mundo, y desde hace varios años) son sometidos a pruebas médicas

estandarizadas que evalúan sus capacidades físicas. Dichas pruebas abordan los

siguientes elementos:

La coordinación de la motricidad gruesa y el equilibrio

Los esquemas del desarrollo motor

La actividad del cerebelo

La disdiadococinesia

La presencia de reflejos primarios y posturales inadecuados

La función oculomotora (control del movimiento de los globos oculares)

Percepción visual

Integración visomotora

Análisis audiométrico, escucha dicótica

Después de realizar estas pruebas, el

terapeuta puede elaborar un programa

individual de ejercicios motores que el

niño realice cada día en su casa bajo la

supervisión de sus padres.


Los ejercicios duran entre 5 y 10 minutos y se realizan durante un año entero. Cada 6-8

semanas, se evalúa el progreso del paciente y se verifica el programa de ejercicios. El

programa INPP no sustituye a la evaluación neurológica, a las pruebas psicológicas ni a

las pruebas de otros especialistas, sino que ofrece un "mecanismo excepcional de

diagnóstico y tratamiento de los signos de la inmadurez neuromotora de niños y adultos

en los que no se hayan observado otras causas de su enfermedad".

La ventaja de este método es que es posible aplicarlo sin comprar herramientas

diagnósticas y terapéuticas costosas. Tampoco requiere que se prepare la habitación de

manera especial. Además, los ejercicios se pueden enseñar al niño y sus padres en

cualquier consulta terapéutica en centros educativos y médicos.

Inmadurez neuromotora
La inmadurez neuromotora (definida como retraso neuromotor) es la presencia persistente

de reflejos primitivos después de los 6 meses de vida, y la ausencia o la presencia parcial

de reflejos posturales a partir de los 3,5 años.

La presencia o la ausencia de reflejos primitivos y posturales en etapas claves del

desarrollo puede representar un indicador fiable de la madurez del sistema nervioso

central. Las investigaciones han demostrado que los reflejos inadecuados pueden ser una

de las causas de las disfunciones del desarrollo y del comportamiento inmaduro (Ayres

1972, 1973).

Los reflejos primarios son los que se desarrollan

en el periodo prenatal. Ya están presentes

cuando el niño nace (si no es prematuro).

No obstante, durante los 6 primeros meses de

vida, los centros superiores de su cerebro en

desarrollo los extinguen. Se diferencian cuatro

reflejos distintos: el reflejo tónico asimétrico

cervical, el reflejo tónico simétrico cervical, el

reflejo tónico laberíntico y el reflejo de Moro. Sin

embargo, uno de esos reflejos primarios –el tónico

laberíntico (RTL)– puede permanecer en una

forma modificada hasta los tres años y medio.

Los reflejos primarios pueden mantenerse activos

si durante los primeros meses de vida se dañan

los centros superiores del cerebro,

por ejemplo por culpa de una parálisis cerebral; o en un periodo más tardío, un ictus, un

traumatismo craneal o una enfermedad neurodegenerativa del SNC.


Papel del equilibrio y la coordinación en el diagnóstico de la
inmadurez motora

Para diagnosticar la inmadurez neuromotora

se llevan a cabo unos cuantos análisis.

Algunos de los más importantes son el del

equilibrio y la coordinación. Para mantener el

equilibrio no solo es necesario controlar las

extremidades, sino también todo el tronco y la

cabeza. Un equilibrio adecuado también

requiere mantener la postura adecuada al

sentarse o estar de pie, algo imprescindible

para realizar actividades que requieran doblar

y levantar las piernas. Para mantener el

equilibrio, el niño puede intentar ampliar la

postura de apoyo mediante distintas

estrategias, por ejemplo, poniéndose de pie o

sentándose con las piernas separadas.

Como alumno, el niño debe arreglárselas

durante las pausas. Debe ser capaz de

desplazarse por los pasillos abarrotados,

maniobrar entre las sillas de la clase y moverse

en un comedor lleno de otros niños.

Por otro lado, para realizar movimientos precisos y quedarse inmóvil, es necesario controlar

el equilibrio estático.

La coordinación es la capacidad de realizar movimientos fluidos, precisos y controlados.

Los movimientos coordinados se caracterizan por un ritmo, una distancia y una tensión

muscular adecuados. Permiten cambiar de posición en poco tiempo. La coordinación

también engloba la capacidad de visualizar un objeto y de reaccionar adecuadamente, por

ejemplo al intentar agarrar una pelota o al escribir.


Consecuencias de los reflejos primarios permanentes

Otro elemento importante del diagnóstico neuromotor es la evaluación de los reflejos

primarios. Su falta de integración o su persistencia pueden tener consecuencias serias

para el desarrollo del niño.

Reflejo RTAC persistente

El reflejo RTAC persistente se observa en niños en edad escolar. Puede ser una de las

causas de las dificultades específicas para escribir, de los trastornos de la coordinación

mano-ojo y de las dificultades de integración visomotora. Los niños con reflejo RTAC

persistente sufren un trastorno de sus capacidades de planificación motora. Además, les

cuesta atravesar la línea media, lo que puede provocar dificultades a la hora de escribir

(por ejemplo, a un niño diestro le cuesta escribir en una hoja que esté a su izquierda).

Los niños suelen aprender a compensar estas dificultades de distintas formas. Por ejemplo,

si les cuesta escribir con la mano doblada, echan la silla hacia atrás para escribir con el

brazo extendido.

La comprensión lectora de estos niños

también puede verse obstaculizada, ya

que necesitan un esfuerzo cognitivo extra

durante los aspectos motores de la

lectura, sobre todo para controlar el

movimiento de los globos oculares. El

RTAC vestigial a veces se observa en

niños que son capaces de solucionar

problemas oralmente, pero no son

capaces de escribir las soluciones.

RTSC persistente o residual

El RTSC persistente puede estar asociado a problemas motores en el tren inferior o en el

superior, y a una mala coordinación mano-ojo, lo que impide conseguir buenos resultados

en las clases de educación física. La presencia del RTSC también está asociada a una

postura inadecuada, una incapacidad para sentarse inmóvil y a problemas de

concentración (O’Dell & Cook, 1996 – Stopping Hyperactivity – A New Solution).

El RTSC ralentiza el proceso de acomodación visual, es decir, la velocidad a la que la vista

se adapta a distintas distancias.


Reflejo de Moro persistente

Si el reflejo de Moro no desaparece a los 2-4 meses de vida, el niño seguirá presentando

reacciones exageradas a las sorpresas, lo cual puede provocar una hipersensibilidad

constante de uno de sus canales sensoriales y reacciones exageradas a otros estímulos.

Un ruido repentino, la luz, el movimiento o el cambio de posición o equilibrio pueden

desencadenar el reflejo de Moro en momentos inesperados.

Por eso el niño está en tensión constante y su consciencia es tan elevada.

Un niño con reflejo de Moro persistente está siempre en el límite de la reacción de lucha o

huida. No puede salir del círculo vicioso: el reflejo estimula la producción de adrenalina y

cortisol, que son hormonas del estrés. Estas mismas hormonas aumentan la sensibilidad a

los estímulos y la intensidad de las reacciones, por eso una forma de reacción alterada se

convierte en algo natural. El reflejo de Moro provoca una reacción inmediata al estímulo

antes de que la parte consciente del cerebro tenga tiempo de evaluar la situación y elegir

la reacción adecuada. Los niños que presentan el reflejo de Moro manifiestan unas

reacciones excesivas a estímulos de baja intensidad, muestran un comportamiento

inmaduro y tienen problemas para ignorar los estímulos insignificantes del entorno. 

El reflejo de Moro suele mantenerse en los niños con trastornos del espectro autista.

Según nuestras investigaciones, este reflejo siempre se manifestaba a una gran intensidad

del 75–100%.

Entonces, el niño puede presentar comportamientos contradictorios: por un lado se

muestra sensible, sociable y creativo; y por el otro, inmaduro y propenso a reaccionar de

manera exagerada. Hay dos tipos de comportamiento de los niños con este problema.

Por un lado, están los niños miedosos

que huyen de situaciones incómodas,

tienen dificultades para establecer

relaciones y les cuesta recibir y mostrar

afecto. Por otro lado, están los

hiperactivos y agresivos que se excitan

con facilidad, no son capaces de

interpretar el lenguaje corporal de los

demás y tienen la necesidad de

manifestar su dominación. En ambos

casos, los niños tienden a manipular a

los demás, dado que buscan

estrategias que les permitan controlar

sus propias reacciones emocionales


Reflejo RTL persistente

El reflejo RTL persistente en niños mayores influye en su tensión muscular y en la formación

de las reacciones posteriores de estiramiento y equilibrio, que son la base de la integración

del sistema propioceptor, la coordinación y el control de los movimientos oculares.

Los movimientos oculares estables son imprescindibles para centrar la mirada en los

objetos, leer y escribir.

También se ha demostrado que existe una conexión entre el reflejo espinal de Galant

persistente y la enuresis prolongada en algunos niños mayores de 5 años. Su incidencia

está asociada a dificultades para sentarse inmóvil y concentrarse.

Por otra parte, la persistencia del reflejo de búsqueda puede alterar el control sobre los

músculos faciales alrededor de la boca y la posición de la lengua al tragar, lo que en

ocasiones puede desembocar en trastornos de las funciones orofaciales y las

articulaciones. Este reflejo también está asociado a una hipersensibilidad de la zona bucal.

El reflejo plantar persistente puede provocar problemas para mantener el equilibrio en

posición estirada, lo cual puede desembocar en una ausencia de posturas corporales

estables. Por su parte, el reflejo palmar resistente puede ser la causa de una

hipersensibilidad cutánea en la palma de la mano, lo que dificulta el desarrollo de los

reflejos independientes de los dedos y las habilidades asociadas a ellos, como escribir de

manera legible.
CASO PRÁCTICO DE UN NIÑO CON SÍNDROME DE ASPERGER
Los padres de Mateo, un niño de 8 años, lo llevaron al terapeuta por sus problemas
de lenguaje y su "torpeza motora". El niño pronunció sus primeras palabras a los 3
años y sus primeras frases antes de cumplir los 4. Desde los 3 años ha seguido una
terapia logopédica. Además, fue a sesiones de integración sensorial durante 2 años.
Sin embargo, sus problemas de lenguaje, lectura y escritura persistían, al igual que
una tensión muscular baja. Nuestra sugerencia fue profundizar el diagnóstico
multidisciplinar, ya que habíamos observado rasgos del síndrome de Asperger.
Gracias al trabajo de un equipo de especialistas, a Mateo ya se le ha diagnosticado
síndrome de Asperger. Ha comenzado una terapia logopédica, psicológica y de
reflejos con el método de Sally Goddard Blythe.

ELEMENTOS DE LA ENTREVISTA CON LOS PADRES

Mateo es el primer niño en la familia y nació del primer embarazo de la madre. El periodo

prenatal transcurrió con complicaciones. El embarazo corría peligro, la madre tomó

distintos medicamentos como Duphaston, No-Spa o Cordafen. También desarrolló una

diabetes gestacional. El parto tuvo lugar de manera natural en el plazo adecuado con

epidural. El niño obtuvo 10 puntos en la escala de Apgar. Pesó 3650 g al nacer y la ictericia

fisiológica no se prolongó. El niño no recibió rehabilitación siendo bebé.

Según los padres y los registros en la cartilla de salud, el desarrollo psicomotor del niño fue

normal. Mateo alcanzó los hitos del desarrollo motor sin retrasos significativos: a los 7,5

meses gateaba y a los 13 meses empezó a andar.

El desarrollo del lenguaje del niño presentó un retraso desde el principio: las primeras

palabras aparecieron cuando el niño tenía 2 años. El niño se comunicó por medio de tan

solo 10 palabras durante mucho tiempo, pero según los padres también empleaba varios

gestos. Ni los padres ni los terapeutas observaron los primeros signos de los trastornos del

espectro del síndrome de Asperger. Tampoco se fijaron en los síntomas que apuntaban a

ciertas anomalías en su desarrollo comunicativo y socioemocional. Afirmaban que "Mateo

siempre había sido muy independiente" y que se desarrollaba de manera adecuada. Como

no desarrollaba su lenguaje, a los 3 años le llevaron al logopeda. Después de analizarle el

oído, se confirmó que su oído físico era el adecuado. Su único problema consistía en la

escucha activa. Según sus padres, Mateo fue un bebé muy tranquilo que no puso ningún

problema durante los primeros meses de vida. Solía contraer infecciones de las vías

respiratorias superiores, y de bebé sufrió dos otitis. Se le diagnosticó intolerancia a la

lactosa y se sospechó que tenía asma, así que le recetaron medicamentos antiasmáticos.

E los 8 meses, sufrió un ligero traumatismo craneal, pero no se observó ninguna desviación

de la norma desde el punto de vista neurológico.


El ritmo al que adquiría sus habilidades de autosuficiencia era el adecuado a su edad.

El niño asiste a una escuela primaria privada y participa en clases deportivas: va a la

piscina, juega al fútbol y tiene sesiones correctivas. Según los padres, Mateo es un niño

jovial y sensible. Definen las relaciones sociales de Mateo como "regulares" ("nuestro hijo

prefiere jugar con niñas"). Además, su comportamiento en la escuela es muy bueno. A

Mateo le gusta ir al colegio, ayuda a los profesores y no se mete en conflictos, pero le

cuesta concentrarse, se cansa con facilidad y se rinde rápidamente.

Los padres se han dado cuenta de que ve la televisión demasiado, lo que repercute

negativamente en su comportamiento. Afirman que "las imágenes que se mueven

rápidamente estimulan a Mateo, se pone nervioso y empieza a correr por la habitación".

Fueron al neurólogo preocupados por este problema, pero el análisis neurológico no mostró

nada preocupante. El niño no fue a ninguna consulta psiquiátrica.

RESULTADOS DE ALGUNOS ANÁLISIS DIAGNÓSTICOS DE LA INMADUREZ

NEUROMOTORA DE MATEO

1) Resultados de las pruebas de coordinación de la motricidad gruesa y el equilibrio.


Después de realizar las pruebas de coordinación de la motricidad gruesa y el equilibrio, nos

dimos cuenta de que Mateo sufría problemas de equilibrio estático, equilibrio dinámico y

coordinación. Dichos problemas suelen definirse como síntomas neurológicos "blandos". Los

síntomas blandos son aquellos síntomas clínicos que indican la presencia de pequeñas

disfunciones neurológicas, pero no siempre señalan la fuente o la causa de la disfunción.

Las mayores dificultades del niño, definidas en el diagnóstico como "incapacidad para

realizar la actividad", se observaron en las siguientes pruebas:

Prueba de Romberg-Mann (estar de pie con los ojos abiertos, inmóvil y con una pierna

delante de otra)

Marcha y rotación

Caminar con los bordes externos de los pies hacia adelante

Caminar con los bordes externos de los pies hacia atrás

Caminar en zigzag hacia adelante

Caminar en zigzag hacia atrás

Caminar sobre los talones

Saltar sin comba

También se observaron deficiencias descritas en el diagnóstico como "dificultades

importantes" en las siguientes pruebas:

Prueba de Romberg-Mann (estar de pie con los ojos cerrados, inmóvil y con una pierna

delante de otra)
Caminar en línea recta hacia adelante y hacia atrás (caminar con un pie detrás del otro,

el talón toca los dedos del otro pie)

El niño también presentaba patrones de desarrollo motor anómalos, esto es, una "reptación

sobre el vientre", que era homóloga (primaria), así como dificultades en la prueba de gateo

(unilateral y bilateral alternativamente). Asimismo, se observó un trastorno significativo en

las pruebas de función cerebelosa (planificar el movimiento, coordinación motora), esto es,

en la prueba de "desplazar el talón por la tibia", la prueba de "acercar los dedos índices" y

la prueba del "dedo a la nariz". Las pruebas de disdiadococinesia (movimientos rápidos

alternativos) de los dedos de ambas manos no se pudieron realizar, mientras que los

movimientos de las manos estaban muy afectados.

2) Resultados de las pruebas de reflejos anómalos


En el diagnóstico de los reflejos primarios del niño, las pruebas indicaron los siguientes

reflejos de grado superior:

Reflejo Asimétrico del Cuello RTAC

Reflejo Simétrico Tónico del Cuello RTSC

Reflejo de Moro

Reflejo Tónico Laberíntico RTL

En un menor grado, se observó la persistencia de los siguientes reflejos:

Reflejo dorsal de Galant

Reflejo plantar

Reflejo palmar

Por otro lado, los siguientes reflejos posturales no estaban del todo desarrollados:

Reflejo óptico de enderezamiento de la cabeza

Reflejo laberíntico de enderezamiento de la cabeza

Reflejo de anfibio

Reflejo rotativo.

Cabe destacar que los reflejos de enderezamiento de la cabeza están relacionados con

los centros del cerebro responsables del control de los movimientos del ojo. Cuando el

reflejo de enderezamiento de la cabeza no está del todo desarrollado, la función ocular

puede verse afectada, lo que dificulta leer, escribir, copiar o agarrar la pelota.

Por otro lado, unos reflejos posturales rotativos sin desarrollar del todo pueden influir

negativamente en la coordinación de la motricidad gruesa, sobre todo en la integración de

ambos lados del cuerpo y del tren superior e inferior.


3) Resultados de las pruebas de lateralización
Después de realizar pruebas para analizar la lateralización, se observó una lateralización

cruzada. Se obtuvieron los siguientes resultados:

Patear la pelota – D

Saltar a la pata coja – D

Escribir – D

Aplaudir – D/I

Agarrar la pelota – D/I

Telescopio – I

Ojo – I

Oído – D

Mateo no presentó ninguna dificultad para distinguir el lado izquierdo del derecho.

Tampoco se observaron dificultades en la prueba de consciencia corporal.

4) Resultados de la prueba de funciones oculomotoras


En la prueba de movimientos oculares, Mateo presentó una mala fijación y dificultades

importantes a la hora de seguir con la mirada y en la relación mano–ojo. En la prueba de

convergencia se observó la incidencia de heteroforia, es decir, una desviación de los ejes

oculares. Se recomendó llevar al niño a una consulta ortóptica. El niño también mostró una

mala acomodación, aunque los resultados de otras pruebas de función óptica fueron

correctos.

5) Resultados de las pruebas de percepción visual e integración visomotora


En las pruebas de percepción visual e integración visomotora, Mateo evidenció tan solo

unas pequeñas dificultades. La diferenciación visual es la capacidad de reconocer

similitudes y diferencias entre imágenes. Es necesaria para aprender a leer, escribir con

buena ortografía y dibujar correctamente. Por otro lado, la integración visomotora es la

capacidad de coordinar los movimientos con los estímulos visuales percibidos. Un niño que

tenga dificultades en este área no es capaz de sincronizar correctamente lo que ve con la

reacción motora de motricidad fina adecuada (copiar, escribir o dibujar, por ejemplo).
PROPUESTA DE DIAGNÓSTICO Y TERAPIA CON EL MÉTODO INPP

Con base en el diagnóstico anterior y en el análisis de las pruebas realizadas, se puede

determinar que el niño presenta inmadurez neuromotora.

Los problemas principales del niño están causados por la presencia de reflejos primitivos

persistentes (RTAC, Moro, RTSC, RTL) y por una ausencia de reflejos posturales totalmente

desarrollados, como el rotativo, el de anfibio y los reflejos de estiramiento de la cabeza.

Se ha iniciado una terapia que durará por lo menos 9-12 meses. Los progresos terapéuticos

se valorarán de manera individual cada varias semanas, mientras que el programa de

ejercicios se modificará en paralelo.

El programa INPP consiste en que el niño obtiene un conjunto de ejercicios adaptados que

se le enseñan tanto a él como a los padres/tutores. Después, debe realizarlos cada día

bajo la supervisión de sus padres/tutores. Los ejercicios tienen como objetivo mejorar el

equilibrio, la postura y la coordinación, además de mejorar los movimientos necesarios para

leer y escribir.

En el caso particular de Mateo, también han de mejorar sus funciones sociales.

Tras varios meses de ejercicios, se han podido observar los primeros progresos y los

cambios en el comportamiento del niño. Principalmente, hemos observado una mejoría en

cuanto a la postura corporal, las reacciones posturales, la tensión muscular y la consciencia

corporal. Asimismo, se redujo su hiperactividad y se observan menos reacciones impulsivas.

Por otro lado, su nivel de ansiedad ha disminuido, lo que ha desembocado en una mayor

voluntad para establecer interacciones sociales y una comunicación más eficaz.

Autores:
ż
Ewa Je ewska-Krasnod ębska
Neurologopeda, pedagoga especial, neuroterapeuta de Biofeedback, especialista en trastornos de la

comunicación oral y escrita en niños y adultos. Da clases en la facultad de logopedia e imparte numerosos

cursos para logopedas. Directora de la carrera de

Logopedia y Neurologopedia en la Escuela Superior de Pedagogía J. Korczak y en la Universidad Lazarski de

Varsovia. Autora de decenas de artículos sobre logopedia y dos monografías.

ł
Jaros aw Krasnod ębski
Pedagogo especial, logopeda diplomado, profesor de terapia pedagógica, terapeuta de integración

sensorial, terapeuta de integración de reflejos INPP, neuroterapeuta de Biofeedback, educador preescolar.

Tiene su propia práctica de diagnóstico y terapia de trastornos infantiles del desarrollo, e imparte cursos y

conferencias en logopedia, pedagogía preescolar, madurez escolar, autismo y dislexia.


RESUMEN

Cada tipo de aprendizaje está relacionado hasta cierto punto con la motricidad.

La lectura, la escritura y la articulación como secuencia de movimientos son actividades

motoras que dependen de unos movimientos oculares estables. La coordinación motora

también es imprescindible en las clases de educación física, ya que requieren sincronizar la

motricidad gruesa y la fina.

Por otro lado, las interacciones sociales precisan de la habilidad de comprender los

mensajes verbales y no verbales y de elegir las reacciones adecuadas. El 90% de la

comunicación tiene lugar en la esfera no verbal.

Por lo tanto, los niños que tienen problemas de coordinación y que no son capaces de

mantener la postura adecuada también suelen mostrar dificultades para adaptar el

lenguaje corporal a su entorno. Como consecuencia, les cuesta más entender y reaccionar

a los mensajes de los participantes en la interacción. El control inadecuado de los impulsos

y el comportamiento anómalo pueden suponer la base de las dificultades del niño con

síndrome de Asperger que hemos presentado, quien también sufre inmadurez neuromotora.

Nuestras investigaciones (llevadas a cabo en el Centro de Terapia Infantil en Varsovia y

Otwock) indican que cada vez hay más niños con trastornos combinados.

En ocasiones es complicado establecer cuáles son las causas y las consecuencias de los

trastornos. Por lo tanto, es fundamental iniciar la terapia lo antes posible. Por experiencia,

sabemos que implementar el programa de ejercicios INPP permite a los niños con TEA

mejorar su función en distintas áreas y les garantiza una mejor calidad de vida.

Bibliografía:
Ayres A.J., Improving academic scores through sensory integration, “Journal of Learning

Disabilities” 1972, nr 6, vol. 5.

Ayres A.J., Sensory Integration of Learning Disabilities CA, Los Angeles 1973.

Blythe P., McGlown D.J., An Organic Basis for Neuroses and Educational Difficulties, Chester

1979.

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