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COMENTARIO DEL MAPA DE

LA ARIDEZ EN ESPAÑA SEGÚN DE MARTONE

El mapa muestra la distribución de la aridez en España. La aridez es la insuficiencia de agua en


el suelo y en la atmósfera. Se produce cuando la precipitación es inferior a la evaporación. Por
tanto, depende de la relación existente entre la precipitación y la temperatura, que determina en
su mayor parte la evaporación del agua. Así, la aridez es mayor cuanto menor es el volumen de
precipitación y cuanto más alta es la temperatura. Para determinar la aridez general de una
zona, existen diversos índices. El mapa se ha elaborado a partir del índice de aridez de De
Martonne: P/ T + 10; es decir, el total de precipitación dividido entre la temperatura media
anual más diez. Se habla entonces de zona húmeda (índice superior a 30); semihúmeda (entre
30 y 20); semiárida (entre 20 y 10); esteparia (entre 10 y 5) y desértica (entre 5 y 0).

En el mapa se diferencian distintas zonas en función de su nivel de aridez:

a) Zona húmeda: corresponde a Galicia (menos la franja litoral de La Coruña); las munidades
del Cantábrico (Asturias, Cantabria y el País Vasco); y la zona pirenaica al norte de las
comunidades de Navarra, Aragón y Cataluña (excepto en noreste).

Las causas son que esta área, que corresponde con el dominio climático oceánico, recibe
precipitaciones abundantes y bastante regulares, debido a que, por su latitud, se encuentra
todo el año bajo la acción de las borrascas atlánticas y del frente polar. Además está abierta
a la influencia de masas de aire marinas, muy húmedas que, al chocar contra los relieves
montañosos cercanos y paralelos a la costa (Cordillera Cantábrica y Montes Vascos)
producen abundantes precipitaciones de carácter orográfico. Estas elevadas precipitaciones,
unidas a unas temperaturas medias moderadas por la latitud septentrional y la influencia del
mar, determinan la inexistencia de aridez.

b) Zona semihúmeda: abarca una estrecha franja peninsular al sur de la zona húmeda; el
resto de los sistemas montañosos peninsulares de la mitad norte (Sistema Central, Sistema
Ibérico y Cordillera Costero-Catalana), junto con pequeños sectores en las cordilleras
Subbética y Penibética; el valle del Guadalquivir, excepto Huelva; el extremo sur peninsular
y las sierras mallorquinas.

Las causas son, en el norte peninsular, una mayor influencia a lo largo del año de las
borrascas del frente polar debido a su latitud septentrional y unas temperaturas medias
anuales frescas. En los sistemas montañosos el motivo principal es la altitud, que
incrementa las precipitaciones y provoca el descenso de las temperaturas, convirtiendo a los
sistemas montañosos señalados en islotes de humedad dentro de la España seca. En el valle
del Guadalquivir y en el extremo sur peninsular, las precipitaciones son moderadas debido a
una mayor apertura a las borrascas atlánticas y a las formadas en el SO y sur peninsular, que
compensan en parte las elevadas temperaturas estivales.

c) Zona semiárida: comprende las cuencas sedimentarias del interior de la Meseta (Duero,
Tajo y Guadiana), la depresión del Ebro, la franja litoral mediterránea hasta San Javier, la
costa mediterránea granadina y malagueña, la costa atlántica de Huelva, la depresión central
o Pla en Mallorca y el resto de las islas Baleares.

Las causas son, en las zonas interiores de la Península, el encerramiento entre relieves
montañosos y el predominio de las situaciones anticiclónicas a lo largo del año, que aportan
tiempo seco: en verano el anticiclón de las Azores y, en invierno, el anticiclón térmico del
interior peninsular, formado por el enfriamiento del suelo. Además, el relieve llano no
favorece los movimientos ascendentes del aire para que se produzcan precipitaciones. Estas
tienen lugar principalmente en las estaciones equinocciales, cuando se debilitan las
situaciones anticiclónicas propias del verano y del invierno. A estas características
pluviométricas se suman las elevadas temperaturas estivales en la submeseta sur, que
favorecen la evaporación del agua. En la franja costera mediterránea el carácter semiárido
se debe a su planitud, a que las borrascas atlánticas llegan muy debilitadas por el carácter
macizo de la Península y a que son zonas que tienen paralelamente a ellas relieves
montañosos, quedando a sotavento del aire respecto a los flujos predominantes del oeste.
Además las temperaturas son suaves todo el año y calurosas en verano. En la depresión del
Ebro, los factores principales son las escasas precipitaciones motivadas por la baja altitud y
el encerramiento entre montañas, unidas a unas elevadas temperaturas estivales.

d) Zona subdesértica o esteparia: incluye la franja costera del sureste peninsular (Alicante,
Murcia y Almería) y las medianías de las islas Canarias.

Las causas, en el sureste peninsular, son que esta área, incluida en el clima mediterráneo
seco, subdesértico o estepario, se encuentra al abrigo de las borrascas atlánticas gracias a los
relieves de las cordilleras Béticas, a que llegan con dificultad las borrascas mediterráneas, y
a que son frecuentes las advecciones secas de África. Solo las perturbaciones que penetran
por el estrecho, o las formadas ocasionalmente sobre el mar de Alborán, provocan
precipitaciones. En las medianías de las islas Canarias, la aridez se debe a la escasez de
precipitaciones motivada por el predominio anual del anticiclón de las Azores y a las
elevadas temperaturas que, de no mitigarse por la altura, darían lugar a un clima con mayor
aridez.

e) La zona desértica corresponde a las islas Canarias de relieve llano y las áreas costeras de
las islas a sotavento del alisio y se debe a la escasez de precipitaciones unida a las elevadas
temperaturas medias anuales.

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