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ESTUDIO FAO: PRODUCCION Y SANIDAD ANIMAL 22

recursos genéticos animales en américa latina

ganado criollo y especies de altura

editado por
berndt müller-haye y juan gelman

preparado por la
organización de las naciones unidas para la agricultura y la alimentación

en colaboración con el
programa de las naciones unidas para el medio ambiente

ORGANIZACION DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA AGRICULTURA Y LA


ALIMENTACION
Roma 1981
Las denominaciones empleadas en esta publicación y la
forma en que aparecen presentados los datos que
contiene no implican, de parte de la Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y del
Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente, juicio alguno sobre la condición jurídica de
países, territorios, ciudades o zonas, o de sus autoridades,
ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites.

M-22
ISBN 92-5-301052-5
Este libro es propiedad de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y
la Alimentación y del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. La
solicitud para ser reproducido, en su totalidad o en parte, por cualquier método o
procedimiento, deberá enviarse al Director de Publicaciones, Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, Via delle Terme di Caracalla,
00100 Roma, Italia, especificando la extensión de lo que se desea reproducir y el
propósito que con ello se persigue.
© FAO y PNUMA
INDICE
A. Recomendaciones de la Consulta de Expertos FAO/PNUMA sobre la evaluación
y conservación de recursos genéticos animales
B. Introducción
C. Autores
D. Ponencias
I. Desarrollo del ganado Criollo en América Latina: resumen histórico y distribución
actual J.J. Salazar y A. Cardozo
II. Resistencia a enfermedades y adaptación de ganados Criollos de América al
ambiente tropical J. de Alba
III. Producción de leche por vacas Criollas puras V. Bodisco y O. Abreu
IV. Producción de leche en cruzamientos con ganado Criollo H. Muñoz y O.W.
Deaton
V. El ganado lechero tropical de América Latina J. de Alba
VI. Las razas Criollas colombianas para la producción de carne G. Hernández
VII. El uso del ganado Criollo en programas de cruzamiento para la producción de
carne en América Latina D. Plasse
VIII. La reproducción de las razas Criollas R. de la Torre
IX. Especies zootécnicas nativas de los Andes Altos A. Cardozo
X. Camélidos sudamericanos C. Novoa
XI. El cuy y su producción de carne M. Zaldivar
XII. Razas indígenas de ovinos y caprinos en América Latina I.L. Mason
XIII. Posibilidades de realizar programas de acción internacionales para la
conservación y evaluación de recursos genéticos animales en América Latina
con referencia especial al ganado Criollo B. Müller-Haye
E. Bibliografía
A. RECOMENDACIONES DE LA CONSULTA DE EXPERTOS FAO/PNUMA SOBRE
LA EVALUACION Y CONSERVACION DE RECURSOS GENETICOS ANIMALES
1. De tipo general
- Se recomienda a los países latinoamericanos la conservación y evaluación del
germoplasma de animales domésticos nativos y adaptados y se apoya la realización de
programas en ese sentido y el reforzamiento de los ya existentes.
- La FAO debería colaborar en el trazado de las políticas de mejoramiento y
fomento animal de los diferentes países, ayudando a cada organismo nacional a evaluar
los recursos y las alternativas de producción pecuaria.
- La FAO debería canalizar esfuerzos y asistencia para el desarrollo de un
programa de conservación y evaluación de recursos genéticos animales, el cual incidirá
a muy corto plazo en la producción de los países del área.
- Se recomienda poner en conocimiento de los organismos internacionales
públicos o privados la necesidad de apoyar propuestas que tiendan a la conservación y
evaluación del germoplasma antes mencionado.
- Los esfuerzos e investigaciones que se realizan en los diferentes países
deberían coordinarse mejor. La realización de reuniones y la publicación de informes
sobre los resultados mejorana la comunicación entre los grupos de investigadores que
trabajan en el tema. Esto promovería una investigación más efectiva y generaría nuevas
ideas.
- Se recomienda que los organismos relacionados con la preservación de
especies domesticas y silvestres, tanto internacionales (FAO, PNUMA, FMN,
UICN)|Como nacionales, intensifiquen sus esfuerzos en ese sentido no sólo por el mero
interés de la conservación sino con el objeto de mantener una fuente de material
genético de alto valor para regiones marginales de América Latina.
- Como organismo promotor del desarrollo, la FAO debería ayudar al intercambio
de material genético tropical adaptado, al igual que lo hace con material de zonas
templadas, con la finalidad de establecer programas de cruces alternos y de prueba de
progenie animal, apoyando los programas actuales y futuros.
- Es necesario revisar las políticas internacionales vigentes con la finalidad de que
puedan intercambiar material genético los países donde se registra la presencia de
aftosa. Asímismo, se debería dar mayor importancia al mejoramiento del control
sanitario en los países latinoamericanos a fin de vencer las barreras naturales de los
Andes.
- Se recomienda a la FAO que en futuras consultas o seminarios especiales se
evalúen las especies porcinas y avícolas nativas y adaptadas con miras a determinar su
importancia social y económica.
2. De tipo particular
2.1 Institucionales
- Se sugiere que la Asociación Latinoamericana de Producción Animal (ALPA)
forme un Grupo Consultivo para la Conservación y Evaluación de Germoplasma Animal
Indígena.
- Debería crearse una Asociación Latinoamericana de estudio, fomento y
desarrollo del ganado Criollo tropical, para unificar lo más posible los objetivos y metas
de la región en la materia y, a la vez, difundir los criterios básicos de las ventajas que
ofrece el Criollo y estimular su uso en cruzamientos. Esta Consulta recomienda a la
FAO la organización y desarrollo de esta asociación.
- Se deberían reforzar los programas regionales, unificando los criterios comunes
y sometiendo a la aprobación del conjunto que el CATIE, por su experiencia y
continuidad, se constituya en la Agencia a ser fortalecida y respaldada en el esfuerzo de
coordinar las subestaciones del área.
- Se recomienda el establecimiento de centros de enlace con el fin de constituir
una red de trabajo, seleccionando para ello grupos con capacidad técnica administrativa
ya instalados o creándolos cuando así sea necesario para cumplir las siguientes
funciones:
(a) coordinación de la metodología de recepción e intercambio de información entre
los grupos participantes.
(b) Promoción del establecimiento de una red de investigación para la evaluación y
utilización del material conservado, interesando además a los productores en la
aplicación de los resultados obtenidos.
(c) Apoyo metodológico al planeamiento y conducción experimental de ensayos que
tiendan a la conservación y evaluación del germoplasma animal.
(d) Apoyar programas de capacitación de personal y de equipamiento de los grupos
participantes para asegurar la continuidad de la labor.
(e) Promover el intercambio del material genético.
(f) Procurar la obtención de recursos a través de organismos internacionales o
nacionales para asegurar las acciones propuestas.
- Se recomienda a los organismos nacionales relacionados con el sector pecuario
la integración de comités nacionales para elaborar medidas y políticas que tiendan a la
conservación, evaluación y utilización de recursos genéticos animales.
- Se debería promover la creación de asociaciones de criadores de las distintas
especies del ganado Criollo, prestar la asistencia técnica necesaria a los miembros de
estas asociaciones y extender los proyectos de investigación a las explotaciones
ganaderas comerciales.
- Se debería propiciar la coordinación formal de los diversos grupos que están
realizando trabajos con especies menores y adaptadas a condiciones de altura en
América del Sur.
- Teniendo presente el reconocimiento mundial y el énfasis puesto en el pequeño
agricultor, y dado el consenso de esta Consulta en el sentido de que el ganado Criollo
es componente esencial del sistema de pequeños ganaderos, se recomienda además:
(a) que se realicen análisis nacionales y regionales de la importancia económica y
social del ganado para los sistemas de producción de los pequeños propietarios.
Dichos análisis (de costo/beneficio) servirían para extender las investigaciones
destinadas a evaluar las poblaciones disponibles de ganado Criollo, determinar
los actuales niveles de producción, idear métodos de mejora por medio de la
nutrición, sanidad, reproducción y mejoramiento genético, y para desarrollar
sistemas de ordenación, inclusive programas de cruzamiento con otras razas
adaptadas a los trópicos (por ejemplo, el ganado Cebú) o con razas exóticas de
zonas templadas que ofrezcan ventajas particulares, tales como mejores tasas
de crecimiento, rendimiento en canal o en leche (por ejemplo, razas productoras
de carne británicas, ganado Holstein u ovejas Suffolk). Las informaciones
necesarias para estos análisis incluyen la recopilación de datos básicos de
producción, que abarcan la fertilidad anual, mortalidad, tasa de crecimiento,
peso de adultos, etc. La coordinación entre los investigadores (por ejemplo,
mediante simposios patrocinados por ALPA) facilitaría la elaboración de
formularios uniformes, factores de reajuste y otros procedimientos para
garantizar que los datos recogidos y resumidos en los distintos lugares puedan
ser comparados y sean útiles para los análisis regionales. Un equipo de
zootécnicos y economistas pecuarios debería elaborar programas para realizar
estos análisis económicos regulares en base a los datos reunidos. Ello
aumentaría la confiabilidad biológica y económica de los resultados.
(b) Los resultados de estos análisis a nivel nacional y regional expuestos
concisamente, deberían publicarse en documentos adecuados para
conocimiento de políticos y autoridades que actúan a niveles de decisión y
determinan los créditos para las investigaciones y el desarrollo. Deberían darse
informaciones sobre el costo estimado de los proyectos de investigación y
desarrollo, incluyendo el costo de los servicios de divulgación a los productores.
Asímismo, debería detallarse el cálculo de los beneficios para el productor, el
consumidor y la economía nacional, haciendo hincapié en el papel esencial del
ganado Criollo para el aprovechamiento de alimentos de bajo costo (forraje,
desperdicios, subproductos, etc.), en el valor nutritivo de la proteína animal para
la dieta del hombre y el valor económico conexo de las industrias de cueros,
textiles y artesanía.
- Además, se recomienda llevar a cabo, con la colaboración de los países
interesados, estudios económicos y sociales a nivel nacional y regional que permitan
evaluar la relación costo/beneficio de las inversiones requeridas para el mantenimiento
o iniciación de proyectos de investigación sobre recursos genéticos nativos y su
multiplicación, en comparación con otras alternativas.
2.2 Para la conservación y evaluación del ganado Criollo
- Los conocimientos alcanzados hasta ahora sugieren la necesidad de formar
núcleos de germoplasma de ganado Criollo para la producción de carne y leche
teniendo en cuenta las exigencias del medio ambiente propias de cada zona. Para ello
se debe solicitar la cooperación de los ganaderos, con la finalidad de llevar a cabo con
éxito programas de mejoramiento y conservación del Criollo.
- Se estima conveniente y necesario unir los esfuerzos de los distintos organismos
e instituciones que trabajan con ganado Criollo a fin de que investiguen
coordinadamente más a fondo sus cualidades y características y establezcan
programas de control de producción como herramienta para su mejoramiento.
- También se recomienda que los esfuerzos de investigación se dirijan a encontrar
métodos de apareamiento que mantengan el vigor híbrido a través de varias
generaciones, y que puedan ser aplicados sin dificultad por el ganadero tradicional.
Además, se deberían comparar los cruces entre Criollo y Cebú con las dos razas puras
y con los cruces sistemáticos entre otras razas Bos taurus y Bos indicus en distintos
sistemas de apareamiento.
- En la evaluación de la reproducción se debe incluir la investigación sobre el
comportamiento sexual del toro y su fertilidad.
- La Consulta recomienda a los países que poseen ganado bovino Criollo de
altura, evaluar su utilización dada la escasa producción en estos ecosistemas.
2.3 Para las especies menores de altura Camelidae spp. y chinchillas
Es necesario ampliar las investigaciones sobre estas especies con el objeto de
entender mejor sus variaciones biológicas, desarrollar practicas más adecuadas que
reduzcan la mortalidad e incrementen la productividad, aumentar el rendimiento y la
calidad del producto para la industrial textil.
Es una investigación ampliamente justificada por la importancia que tienen estas
especies para los campesinos e indígenas que habitan en las zonas altas de los Andes.
Se debe preservar el material genético que representan las poblaciones de
vicuña y guanaco, las cuales poseen ventajas genéticas muy especiales por su grado
de adaptación al medio. Las cruzas entre estas especies pueden ofrecer la oportunidad
de lograr un vigor híbrido notable combinando sus características mas deseables en los
descendientes.
2.4 Para ovejas y cabras
- Se deben iniciar programas controlados de evaluación y explotación de la oveja
Criolla de lana que involucren tres partes:
(a) evaluación de las características y el comportamiento de las poblaciones
actuales.
(b) Estudio de los factores que limitan la productividad (nutrición inadecuada,
parásitos, enfermedades, etc.) y observación de los resultados al mejorarse el
manejo.
(c) Realización de cruzamientos experimentales con razas mejoradas midiendo
fertilidad, mortalidad, crecimiento, producción de lana, etc.
- Se debe aplicar el mismo programa a la oveja Criolla de lana. El programa de
cruzamientos debe incluir cruzamientos recíprocos entre Criollo de lana y oveja de pelo
en dos medios ambientes distintos.
- Se recomienda a los gobiernos de Estados Unidos de América y del Reino Unido
que inicien un programa cooperativo de conservación y evaluación de la oveja en las
Islas Vírgenes. Las causas de su degradación deben ser investigadas y corregidas. A la
vez, se debe tener el cruzamiento indiscriminado e iniciar un programa de registro y
selección.
2.5 Para Cavidae spp.
- Se deberían instalar criaderos piloto en las comunidades campesinas para
mostrar los adelantos de la investigación en materia de mejoramiento genético,
alimentación, manejo y sanidad.
B. INTRODUCCION
Durante muchos siglos el ganado Criollo vivió en las sabanas y valles de las
montañas de América Latina, muchas veces en estado semi-salvaje. Estando expuesto
al ambiente natural durante muchas generaciones, este ganado se adaptó a las
condiciones locales y desarrolló características que le permitieron sobrevivir con una
alimentación pobre, soportando condiciones climáticas extremas, tales como sequías e
inundaciones, las temperaturas elevadas y la humedad. También tuvieron que
defenderse contra depredadores y tolerar muchas enfermedades. Desde la mitad del
siglo diecinueve, pero en mayor grado en el siglo veinte, el ganado Cebú fue introducido
en América Latina para mejorar la producción de leche y carne de los animales Criollos
y también la fuerza de tracción. De esta manera se obtuvieron excelentes resultados,
especialmente en la generación F1, pero el mejoramiento atribuido al Cebú se debió a la
heterosis. Esta ventaja se perdió, como ocurre tan frecuentemente, cuando el
cruzamiento con el Cebú se continuo y produjo una absorción de las razas nativas.
Algunos gobiernos reconocieron el valor de sus razas Criollas y establecieron núcleos
de rebaños en estaciones experimentales para programas de selección. Sin embargo,
estos esfuerzos son raros y no tienen un gran impacto sobre los ganaderos, que apenas
salen de la fase de cruzamientos indiscriminados entre el ganado Criollo, Cebú y razas
europeas. Estos ganaderos están comenzando a comprender que para el mejoramiento
de la producción de carne y leche se deben considerar, entre otros factores, programas
sistemáticos de cruzamiento y selección. La búsqueda de razas productivas para los
trópicos y sub-trópicos de América Latina ha revivido el interés por el ganado nativo de
la región y el Criollo, donde todavía existe, ha sido incorporado a proyectos comerciales.
Los cruzamientos indiscriminados que se practicaron ampliamente en épocas
anteriores, sin duda alguna han agotado seriamente el material genético Criollo
disponible en muchas partes de América Latina. Tratando de resolver este problema, el
PNUMA en 1973 decidió lanzar en colaboración con la FAO un proyecto piloto sobre la
conservación de los recursos genéticos animales. El proyecto se llevó a cabo en 1974 y
produjo una lista preliminar de razas de animales domésticos que se encuentran en
peligro de desaparecer y asimismo proclamo una serie de acciones que han sido
recomendadas o aplicadas para evitar la extinción. La continuación de este proyecto
consiste en una serie de estudios de razas escogidas. La presente publicación se
refiere a una de las consultas de expertos sobre el estado actual y el futuro de razas
indígenas de animales domésticos y semi-domésticos en América Latina adaptados a
su medio ambiente. Se espera que los trabajos de esta consulta esclarezcan aún más el
status y el potencial de las diferentes razas, así como también puedan justificar la
necesidad de su conservación y proporcionar una guía sobre procedimientos
apropiados para su selección y cruzamiento con el objeto de preservar su potencial en
futuros programas.
La Consulta de Expertos FAO/PNUMA sobre la Evaluación y Conservación de
Recursos Genéticos Animales en América Latina se celebró en el Instituto Colombiano
Agropecuario (ICA) de Tibaitatá, población cercana a Bogotá, Colombia, del 6 al 9 de
noviembre de 1978. Sus objetivos principales fueron los siguientes:
1. Reunir expertos altamente calificados para determinar la labor futura en relación
al ganado vacuno Criollo y otros recursos genéticos animales, como Camelidae spp.,
ovejas, cabras, Caviidae spp., chinchillas, etc. a fin de mejorar su utilización y
conservación.
2. Identificar los principales problemas que impiden la promoción y mayor difusión
del ganado indígena.
3. Estudiar el modo de reforzar las instituciones y organismos que ya se ocupan de
la investigación y producción de ganado indígena.
4. Estimular la cooperación regional para coordinar programas de protección de los
recursos genéticos animales existentes, insistiendo especialmente en la ayuda mutua
entre instituciones nacionales.
5. Examinar y evaluar los datos disponibles sobre el rendimiento del ganado
vacuno Criollo puro y cruzado y otras especies nativas.
C. Autores
ALBA, Jorge de. Centro de Adiestramiento CAMPA, Asociación Mexicana de
Producción Animal, Tampico, México
ABREU, Oscar. Centro de Investigaciones Agropecuarias de la Región Zuliana,
Maracay, Venezuela
BODISCO, Vladimir. Instituto de Investigaciones Zootécnicas, CENIAP-FONAIAP,
Maracay, Venezuela
CARDOZO, Armando. Instituto Nacional de Fomento Lanero, Casilla 732, La Paz,
Bolivia
DEATON, Oliver. Centro Agronómico Tropical de Investigaciones y Enseñanza (CATIE),
Turrialba, Costa Rica
HERNANDEZ, Gustavo. Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).Subgerencia de
Investigación División de Ciencias Animales, Tibaitatá, Colombia
MASON, Ian L. Via di San Anselmo, 29, Roma, Italia
MULLER-HAYE, Berndt. Investigaciones Agrícolas Internacionales, Centro de
Desarrollo de Investigaciones, Organización para la Agricultura y la Alimentación
(FAO) Roma, Italia
MUNOZ, Hector. Centro Agrónomico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE),
Turrialba, Costa Rica
NOVOA, Cesar. Instituto Veterinario de Investigaciones Tropicales y de Altura (IVITA),
Lima, Perú
PLASSE, Dieter. Universidad Central de Venezuela, Facultad de Ciencias Veterinarias,
Cátedra de Genética, Maracay, Venezuela
SALAZAR, Juan José. Empresa Colombiana de Productos Veterinarios S.A., Bogotá,
Colombia
TORRE, Raúl de la. Programa de pastos y Ganadería bovina. Instituto Nacional de
Investigaciones Agropecuarias (INIAP), Quevedo, Ecuador
ZALDIVAR, Abanto Marco. Ministerio de Agricultura y Alimentación, Lima, Perú
D. PONENCIAS
I

DESARROLLO DEL GANADO CRIOLLO EN AMERICA LATINA:


RESUMEN HISTORICO Y DISTRIBUCION ACTUAL
J.J. Salazar
A. Cardozo
En el conjunto regional de la economía latinoamericana, la ganadería bovina
constituye una de las fuentes mas importantes de producción de proteínas, genera una
gran utilización de mano de obra y ocupa una extensa área de nuestro territorio. A pesar
de esta incidencia socio-económica en las estructuras latinoamericanas, la producción y
productividad bovinas son inferiores a las de otra clase de industrias que, en la mayoría
de los casos, no ofrecen las características de imprescindibilidad e importancia que
representa el producto de la industria ganadera ni su naturaleza de renovación. La tarea
del futuro en una zona que, en general, se distingue por el bajo nivel nutricional de sus
habitantes, es estimular la producción proteínica y desarrollar prioritariamente una
industria que permita cubrir al menos los mínimos requerimientos nutricionales de la
problación, generando al mismo tiempo productos de exportación a fin de incrementar
las divisas necesarias para el desarrollo integral de nuestros países.
La problemática del ganado bovino es compleja. Se trata de un sistema de
factores cuya resultante emerge de la suma e interacción de cada uno de ellos entre sí.
En general, se ha señalado que la alimentación es uno de los aspectos más críticos del
problema. Sin embargo, no podrían dejar de mencionarse otros factores tales como la
sanidad, por las cuantiosas pérdidas que representa en materia de mortalidad y
principalmente de morbilidad. Igualmente, el factor manejo - en el sistema y en el hato -
es considerado de primordial importancia en cuanto al control de los desequilibrios del
esquema. También la capacidad de producción que deriva de la naturaleza genética es
motivo de grave preocupación, porque afecta directamente a la economía y repercute
en la producción y productividad de la empresa pecuaria. La producción bruta medida
en kilos de canal o litros de leche en el hato podría ser considerada como un resultado
absoluto. Sin embargo, el rigor económico requiere un análisis integral a fin de conocer
el quantum de la inversión y la producción neta para determinar el concepto de
productividad. Esta tampoco puede ser medida rígidamente, sino según el ecosistema y
de acuerdo a cada sistema de producción.
La experiencia indica que, en diferentes sistemas de producción, el componente
bovino Criollo muestra, aparentemente, un grado importante de eficiencia. Sin embargo,
como el bovino Criollo no ha sido seleccionado para la producción sino para la
adaptación a los distintos sistemas, no puede pensarse que constituya la única
alternativa para el componente genético. Lo que se trata de expresar es que el bovino
Criollo es una base importante, tal vez insustituible en ciertas condiciones
latinoamericanas, para la consideración del componente genético. Afirmar lo contrario
sería pensar que pasaron en vano casi 500 años de selección natural por adaptación al
medio latinoamericano.
El ganado de España
La ganadería de la Península Ibérica, particularmente de España, era a fines del
siglo XV una ganadería parcialmente importada. Había recibido masivas migraciones de
Africa y del Cercano Oriente y estaba in proceso de aclimatación. Este período de
aclimatación fue menor que la etapa a lo largo de la cual continuarían aclimatandose los
bovinos en America. Por lo tanto, cuando se señala el origen ibérico de la ganadería
latinoamericana, es necesario asumir que la Península, en realidad, fue el puente en la
dispersión de ganado a partir de otro origen primario hasta un habitat que hoy es más
nativo que el español.
En todo caso, cuando Cristóbal Colon llegó por segunda vez a América en 1493,
trajo consigo los primeros bovinos. Provenían de esa ganadería en formación que se
estaba desarrollando en las tres principales regiones de España. En efecto: al norte y al
sur de España se adaptaron ganados que fueron mostrando diferencias de fenotipo y
producción. Pero, tal vez, los reproductores fundadores de la ganadería latinoamericana
provienen principalmente del centro de España. Aparentemente, el mayor recurso
genético bovino se recibió de Andalucía. Tres arquetipos generales han originado la
ganadería latinoamericana: los bovinos de cara cóncava morena, de cara convexa roja
y de cara convexa rubia. Desde el punto de vista cuantitativo, los últimos son los más
importantes.
Los españoles desembarcaron en el Caribe con estos bovinos importados y
desde allí se inició su dispersión, con tal éxito que antes de 40 años, en 1524, ya se
informa sobre la existencia de bovinos en todos los países de América del Sur.
Ingresaron por Santa Marta, Colombia, en primer término. Una sub-corriente entró a
Venezuela. Hacia el sur, Lima constituyó el foco principal de dispersión. Desde allí
atravesaron Bolivia, Paraguay y Chile hasta alcanzar la República Argentina y Uruguay.
Otra corriente llego desde el Brasil y el propio Río de la Plata se convirtió en un foco
importante de dispersión. Desde 1524, America comenzó a poblar su territorio de
bovinos y a introducirlos en sus sistemas ecológicos, generando el equilibrio del
momento actual.
Esos bovinos tenían sutiles diferencias fenotípicas y originaron tipos
parcialmente incubados en España, pero que se desarrollaron ampliamente en América.
Hoy, es corriente observar esa gran diferenciación en los diversos ecosistemas de
América. Sin embargo, podrían determinarse al menos tres arquetipos de bovinos
Criollos:
(a) los elipométricos, que es posible asociar al ecosistema de climas templados y no
estrictamente calientes. En Colombia, el Costeño con Cuernos o el Sanmartinero
pueden ser señalados como representativos.
(b) los eumétricos se habrían desarrollado más en los Andes, incluyendo las altas
montañas de Bolivia y el Perú. Estos bovinos, a pesar de su heterogeneidad
exterior, presentan rasgos comunes en el bovino Criollo de Salta y Jujuy, en
Argentina, o del norte de Chile, de los altiplanos de Bolivia y Perú, de la Sierra
ecuatoriana o de las praderas casi verticales de Antioquia, Colombia (el Blanco
Orejinegro).
(c) los hipermétricos son bovinos adaptados al trópico clásico. Se encuentran en los
chacos argentino, boliviano y paraguayo, en la selva peruana y en la Amazonia.
Estos arquetipos evolucionan y lo harían mas dinámicamente si su evolución no
se viera obstaculizada por la inclusión de otras razas y la dirección preconcebida en
materia de nuevos patrones de selección. Permanecen, no obstante, como el
substratum de la mayoría de las ganaderías latinoamericanas asentadas en los
diferentes países.
Desarrollo
El ganado bovino fue absorbido en América con suma facilidad y eso explica su
rápida difusión. Sólo los pueblos primitivos de los Altos Andes tenían a su disposición
animales domésticos de cierta talla, como los camélidos. Las demás especies eran
menores. El bovino se integró con facilidad al nuevo medio que, ecológicamente,
enmarco su desarrollo.
El nomadismo de las primeras poblaciones americanas, aparecidas a comienzos
del neolítico, dio gradualmente paso a los primeros asentamientos. La domesticación
del ganado consolidó la necesidad de fijarse en sitios determinados. El cultivo de
cucurbitáceas y algodón de los pueblos mas primitivos de Perú y Ecuador, hasta
entonces rudimentario y realizado a mano, encontró en el buey un instrumento que hizo
menos fatigosa la tarea. Así, el bovino se convirtió en una herramienta indispensable.
La transferencia de tecnología de los españoles permitió utilizar a los bovinos en
la producción de leche y carne. Lamentablemente, por circunstancias derivadas de la
transculturización, de la desarticulación colonial de la organización social pre-existente,
de las nuevas pautas socioeconómicas introducidas, la tecnología no aceptó la
hibridación. Ni se absorbió plenamente la mediana tecnología española ni hubo aportes
significativos al mejoramiento zootécnico por parte de un pueblo que aprendía a criar
bovinos. Así, el desarrollo zootécnico se redujo al uso de una tecnología mínima y,
sobre todo, a la rutina de la crianza.
Por estos factores, someramente indicados, la selección de los bovinos en
América consistió preponderantemente en su adaptación al nuevo ecosistema. El
hombre fue, posiblemente, el que mayor influencia debió ejercer sobre el ecosistema.
Una ganadería sin mejores pasturas, hasta hoy, evolucionó adaptándose a pasturas
pobres y en ese ejercicio demostró una rusticidad que trajo potencialmente de España.
Pero continuó ejerciendo su presión de selección y conservó a los animales más parcos
en comer, más resistentes a los embates de las enfermedades y los parásitos, a las
condiciones climáticas y al trabajo duro. En muchas regiones de América, los bovinos
disponen de niveles nutricionales equilibrados sólo durante cinco meses del año. Es
normal que los terneros padezcan una dieta restringida, por ejemplo períodos de
apenas 120 días de lactancia. El trabajo agrícola arduo, la mala alimentación, la
reproducción sostenida, han formado una raza adaptada a esas condiciones que prueba
su fortaleza. Como elemento irrebatible de su adaptación, muestran una fertilidad tanto
o más alta que cualquier otra raza moderna.
La selección en tándem ha producido una serie de caracteres estables de
permanencia y solidez garantizadas, particularidad considerada como la mejor de las
razas primitivas y que ha llevado a la creación de lo que se denominan “poblaciones
sanas”. Por el contrario, la selección de caracteres individualizados específicamente
puede crear desequilibrios orgánicos en la población cuyas consecuencias suelen
manifestarse en deficiencia productiva, inestabilidad en el aspecto sanitario, incremento
de requerimientos, etc. Estas particularidades son perceptibles en las razas altamente
especializadas. Este hecho podría compararse, en el plano intelectual, con el ejemplo
de un científico altamente especializado pero incapaz de cumplir tareas sencillas al
margen de su especialidad. Inversamente, en la lucha por la vida, un hombre sencillo
podría desenvolverse mejor en condiciones críticas.
El desarrollo de los bovinos Criollos fue admitido por el hombre americano
debido a una coyuntura económica. El bovino llego oportunamente para ampliar una
agricultura renovada por la introducción de nuevos cultivos. Como instrumento, fue
eficiente.
Esta herramienta fue considerada por el hombre como estable y permanente,
pero debido a su inexperiencia en el manejo ganadero, no supo conservarla. Sin
praderas, la ganadería quedó librada a su suerte. Desarrolló su enorme potencialidad
ajustándose al nuevo ambiente, sin otro requisito que el de no extinguirse, servir para el
trabajo y comer poco. El bovino Criollo respondió a las condiciones adversas con alta
reproducción, fecunda longevidad y una estabilidad genética de “población sana”.
Proyección del bovino Criollo
Las consideraciones precedentes justifican el interés de los autores en señalar
que los bovinos Criollos constituyen un recurso genético gestado en el ecosistema
americano. Su valor más alto reside en la capacidad de acomodación al ambiente. Para
alentar su preservación y promover su evolución, se debe tener en cuenta, de una vez
por todas, que no se trata de una “preservación por la mera preservación”. Lo que se
busca es utilizar su capacidad de resistencia al medio (ecológico, económico y
social).Tampoco se trata de establecer un zoológico de especies Criollas ni de crear un
dominio absorbente del bovino Criollo. El objetivo, en síntesis, es combinar la capacidad
adaptativa con los requerimientos de producción y productividad del mercado moderno.
En el último siglo, la introducción de razas especializadas en la ganadería
americana ha merecido gran atención y el empleo de enormes recursos financieros. Al
margen de la crítica técnica - las importaciones se han considerado el único vehículo
para mejorar la ganadería - se ha subestimado el valor de los bovinos Criollos. Es
posible admitir el aspecto comercial de la introducción de razas. Pero, en muchos
casos, la sobrevalorización de las razas introducidas se ha basado en comparaciones
defectuosas. El bovino Criollo, en términos generales de latitud y altitud, no puede
competir en producción con razas especializadas. El bovino Criollo, su diferenciación
racial y etnológica, no han tenido una evolución especializada y en conjunto, deben
considerarse como razas primitivas. Esto establece una clara diferenciación con las
razas especializadas, es decir, las razas introducidas. Pero el bovino Criollo ofrece la
posibilidad de sumar la rusticidad, la resistencia al medio y sus consecuencias, la
fertilidad y la longevidad, a la capacidad productiva de las razas especializadas.
El primer efecto de esta combinación de caracteres es sobradamente conocido:
se trata del vigor híbrido obtenido sin excepción a partir de todas las razas con las que
se ha experimentado. Este vigor híbrido ha estimulado la mayor producción de las razas
a las que ha sido asociado y se verifica claramente en el aumento de la fertilidad y la
longevidad de los productos obtenidos. Naturalmente, esto ha inducido a
interpretaciones erróneas que sostienen que la raza “mejorante” ha sido el bovino
introducido. En justicia, ambas lo son, pero la calidad de raza mejorante depende de los
caracteres a los que está referida la mejora. Sin embargo, por conceptos de
transculturización, normalmente siempre se ha considerado mejorante al bovino
introducido.
La abundante literatura sobre el tema prueba que esa opinión constituye una
regla, que invita a minimizar, casi sin excepciones, la contribución del bovino Criollo en
los cruzamientos. Frente a la realidad experimental en el campo productivo, las
alternativas del futuro para garantizar el mejoramiento de la producción ganadera están
dadas por las pautas que dicta la práctica. Es decir, si se utiliza al bovino Criollo como
base, todas Tas mejoras son posibles y económicas.
Esta conclusión indica que, para el mejoramiento bovino en determinadas áreas
latinoamericanas, habrá que recurrir permanentemente a los ejemplares Criollos.
Lamentablemente, el menosprecio hacia ellos ha reducido enormemente las
poblaciones puras. La detección de bovinos Criollos puros es muy dificultosa en muchos
países y su aumento poblacional apenas puede esperarse a muy largo plazo. Para dar
un ejemplo: sólo hacia los primeros años del próximo siglo, y siempre que haya una
política efectiva y sostenida, se podría alcanzar la población mínima de la raza
Romosinuano - estimada en unas 20 000 cabezas - necesaria para promover su
dispersión. Y la situación del Romosinuano no es la peor de los bovinos Criollos en
América Latina. Por lo tanto, hoy constituye una preocupación obtener la cantidad de
ejemplares que representen una significativa población bovina Criolla pura.
Posiblemente, la acción de los países en esta área sea insuficiente, lenta en la
recuperación de los bovinos Criollos. En cambio, la cooperación internacional es una de
las pocas estrategias que permitiría alcanzar el objetivo de lograr aumentos
poblacionales significativos. Por la variabilidad genética, por la dimensión de los
rebaños identificados, por las posibilidades espaciales de expansión, la formación de
hatos internacionales con intercambio de material de reproducción puede ser la única
vía de conservación, mejoramiento y estabilización de la genética de los bovinos
Criollos.
En consonancia con las metas que se persigan, las normas que se impongan,
los métodos que se adopten, podrían formularse con carácter preliminar, incluso en esta
reunión, las bases para establecer una acción institucional, de personal y de políticas a
nivel continental. De otro modo, sería difícil visualizar el éxito de cualquier proyecto.
En esta materia, la FAO a nivel mundial y el IICA a nivel continental han
realizado gestiones para lograr una concientización sobre el problema y una acción de
búsqueda de soluciones. Los países también lo han intentado en su ámbito, algunos
con perspectivas de enorme esperanza. Sin embargo, y es penoso decirlo, los
proyectos nacionales están regidos por criterios de aislamiento y nunca se consideraron
posibilidades de cooperación, y menos de integración, ni aún entre países que
participan de los mismos ecosistemas: Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Perú,
Paraguay, Argentina y Brasil.
II

RESISTENCIA A ENFERMEDADES Y ADAPTACION DE GANADOS CRIOLLOS DE


AMERICA AL AMBIENTE TROPICAL
J. de Alba
No es posible sustanciar completamente, con citas bibliográficas, el tema
asignado. Prácticamente no hay investigaciones relativas a las enfermedades del
ganado Criollo, excepto las que se refieren a la resistencia a los parásitos externos. Las
características de la adaptación al clima tropical son, por su parte, parcialmente
detectables, por ser los elementos del clima muy difícilmente aislables del ambiente
total, que incluye la alimentación, la capacidad de pastoreo, la resistencia a la
insolación. Las pocas pruebas existentes son, en realidad, menores o constituyen
medidas imprecisas de la adaptación total al medio. Esta adaptación total se expresa en
las tasas de sobrevivencia, fertilidad, longevidad, algunas de las cuales serán
examinadas por otros ponentes.
Los factores climáticos y la termoneutralidad
En América, es mayor la preocupación por la ganadería de clima tropical. El
énfasis menor puesto en la de climas templados se debe a que los tipos de ganado y de
forrajes, y las técnicas de su explotación, provienen de Europa o de otras regiones
templadas y por eso se implantan con relativa facilidad en las áreas de clima templado
de América Latina. Estas áreas se extienden al norte y al sur de los paralelos 23º27', es
decir, el trópico de Cáncer en el norte y el trópico de Capricornio en el sur. A nivel del
mar, toda la franja acotada por ambos paralelos es tropical, con ausencia total de
heladas pero con humedad muy variable. En montañas y valles sobre el nivel del mar, la
masa terrestre se modifica y adquiere características templadas, cuya variación
estacional es menor a medida que la zona se aproxima al Ecuador.
Lo dicho, que es obvio para cualquier habitante de los países comprendidos en
la faja tropical, suele ser olvidado por algunos investigadores de clima frío que
consideran como adaptación tropical la de ganados europeos instalados en México a 1
500 m snm. Desde luego: una mayor proximidad al Ecuador requeriría alturas mayores
para obtener la misma semejanza con los climas templados. Además de la altura, los
vientos y las lluvias pueden introducir modificaciones particulares. Por tal motivo, es
conveniente describir el clima al menos a través de dos de sus principales elementos,
es decir, la temperatura y la humedad relativa. En ausencia de datos sobre la última, se
pueden utilizar las cifras que registran la precipitación pluvial. Ambos elementos,
medidos cada mes, proporcionan 12 puntos que, desarrollados en ordenadas y
coordenadas, describen gráficamente el clima de un lugar determinado.
Es corriente dividir este desarrollo gráfico en cuatro porciones, mediante una
línea horizontal a los 21ºC y una línea vertical a la altura del 55% de humedad. Las
curvas formadas por la unión de las 12 mediciones mensuales determinan, si se hallan
por encima de los 21ºC, lo que convencionalmente se designan como climas tropicales;
si, además, se encuentran a la derecha del 55% de humedad, se los considera
tropicales húmedos.
Un estudio de esta naturaleza fue realizado por French (1958) para analizar la
ganadería de Venezuela. No hemos localizado estudios similares de la ganadería de
otros países involucrados en esta reunión.
La división de climogramas según se hallen por encima o por debajo de los 21ºC
se traduce en bases fisiológicas relacionadas con la ganadería. Mediante una serie de
investigaciones efectuadas en cámara climática, Johnson (1965) descubrió que las
razas lecheras menos adaptadas a los ambientes cálidos empezaban a realizar gastos
energéticos extraordinarios - es decir, salían de la zona de termoneutralidad -
precisamente por encima de los 21ºC.
Porque, justamente, la respiración es, en ambientes cálidos, lo primero que
reacciona en el bovino como mecanismo adicional de ventilación pulmonar y
evaporación para mantener la hemotermia. Si este gasto fisiológico adicional fracasa, se
eleva la temperatura rectal. Basándose en estas observaciones, se desarrollaron en
América Latina ideas relativas al índice de tolerancia al calor. En Brasil, Rhoad (1944)
elaboró lo que se ha conocido luego como la Prueba de Iberia de tolerancia al calor y
Benezra (1952) en Venezuela trató de mejorarla incluyendo la consideración del ritmo
respiratorio. Ambas pruebas cayeron en desuso ante la evidencia acumulada de que la
verdadera adaptabilidad al clima tropical incluía muchos otros factores, no tomados en
cuenta por esos índices simplistas. La vida total del animal, en relación con el medio
que lo rodea, incluye la fortaleza neonatal, la sobrevivencia, el rápido desarrollo de la
inmunidad a las enfermedades y a la parasitosis endémica, la capacidad de pastoreo, la
resistencia prolongada a la insolación, además de la resistencia al calor y a la humedad.
Parecía lógico medir la productividad del ganado y tomarla como índice de
adaptabilidad. Sin embargo, se hicieron algunas observaciones en Costa Rica y
Venezuela que incluían las reacciones directas al clima de los ganados Criollos. Esas
investigaciones se resumen a continuación.
Estudios de climatología del bovino Criollo
En Turrialba, Costa Rica (de Alba y Couto Sampaio, 1957), se efectuaron
pruebas de seis horas, con ocho grupos raciales, en dos ambientes distintos: 25ºC y 13
mm de presión de Hg, y 40.5ºC y 25.5 mm de presión de Hg. En ambos casos las
pruebas se realizaron tanto de día como de noche. La prueba adolecía de restricciones
de muestreo, ya que solamente se podían emplear ocho animales en la cámara, de dos
tipos diferentes, o sea, cuatro animales de cada raza. Algunos grupos (Jersey,
Brahman) estaban constituidos por vaquillas producidas por el mismo toro. Esta
restricción se originaba en que solo se quiso utilizar animales criados en la vecindad de
Turrialba, para evitar la interacción con experiencias previas provenientes de otros
climas. La prueba reveló algunos aspectos interesantes, que deben considerarse más
como una orientación general sobre las diferencias que como el conocimiento exacto de
las razas del muestreo.
Los resultados de las pruebas nocturnas en materia de temperatura rectal y
número de respiraciones por minuto se resumen en el cuadro 1.
Cuadro 1. Promedios de temperatura rectal y respiraciones por minuto en cámara
climática a 25ºC y a 40.5ºC para ocho grupos raciales
Temperatura rectal Respiración por minuto
25ºC 40.5ºC 25ºC 40.5ºC
Grupo racial
Brahman 39.0 39.8 21 103
St. Gertrudis 38.9 40.0 34 121
Criollo lechero centroamericano 38.8 39.7 30 145
F2 Pardo Suizo × Cebú 39.0 39.7 27 148
Holstein 39.2 40.3 32 144
Guernsey 39.0 40.0 52 148
Ayrshire 39.7 40.9 60 155
Jersey 39.0 40.3 37 154
Una de las observaciones más sobresalientes del estudio indica que el ganado
Brahman reveló constantes de temperatura rectal estadísticamente diferentes según
que la prueba fuera diurna o nocturna. Esto se refleja claramente en el número de
respiraciones por minuto durante la prueba en cámara: a 40.5ºC, promediaron 86 en las
diurnas y 103 en las nocturnas. En la prueba nocturna los animales parecían mas
nerviosos, lo cual permite suponer que logran una mayor capacidad de resistencia al
calor durante el día reduciendo su metabolismo y su actividad muscular, pero a
condición de recuperar su nivel metabólico por la noche. Las vaquillas de Criollo lechero
centroamericano experimentaron las mismas reacciones, tanto de día como de noche.
Esto indicaría que los mecanismos de resistencia tropical desarrollados por cada uno de
esos dos tipos de ganado no son iguales. En materia de temperatura rectal, el
comportamiento del Criollo centroamericano fue muy similar al del F2 Pardo Suizo ×
Cebú, y decididamente superior al de las razas europeas lecheras más especializadas.
En Venezuela se efectuaron pruebas de campo relacionando el clima con la
producción y algunas constantes fisiológicas de ejemplares del Criollo lechero Limonero
comparadas con las del Pardo Suizo. Estas experiencias se realizaron en Maracay
(Bodisco y Castillo, 1962).A una temperatura de 24ºC se detectó en ambas razas una
producción de leche inferior al promedio individual; sólo a temperaturas superiores a los
25.9ºC el descenso era más pronunciado en el Pardo Suizo que en el Criollo lechero
Limonero. Sin embargo, en los meses de mayor precipitación pluvial, estos últimos
producen mas leche que durante los meses secos (103.6%), mientras que el Pardo
Suizo desciende al 98.7% y hasta al 96.4% en los meses más húmedos. Esto indica
que la mayor disponibilidad de forrajes en pradera es mejor aprovechada por el Criollo
lechero Limonero, mientras que el Pardo Suizo, con mayor humedad, encuentra más
difícil pastorear y aprovechar ese forraje. Estas observaciones fueron sustanciadas por
otro estudio (Castillo y Bodisco, 1964) que midió el comportamiento en pastoreo de ese
ganado.
Para las pruebas se escogieron cinco vacas de cada raza; las observaciones,
diurnas y nocturnas, se extendieron tres días en marzo (estación seca) y otros tantos en
setiembre (estación lluviosa). Las variaciones individuales observadas no permitieron
conclusiones muy claras. Sólo se pudo afirmar que la diferencia de tiempo dedicado al
pastoreo - según se produjera en la estación seca o en la lluviosa - era mayor en el
Criollo Limonero que en el Pardo Suizo; y que las variaciones, según el día de prueba,
eran mayores en el último que en el primero. El número de respiraciones por minuto se
reveló más uniforme en el Criollo Limonero con un promedio de 44.6 en marzo y de 43.1
en setiembre. En cambio, los promedios del Pardo Suizo fueron de 61.2 y 70.7,
respectivamente. Al parecer, esta respiración acelerada interfiere el proceso de
prehensión de pasto en la pradera: el Criollo Limonero promedió 29.6 prehensiones por
minuto durante la actividad de pastoreo en marzo, contra 19.4 en setiembre. Por el
contrario, el Pardo Suizo promedió 24.6 y apenas 16.6 prehensiones por minuto,
respectivamente. Es lógico suponer que el consumo total de forraje se relaciona con
esta diferente capacidad para morderlo.
Esta clase de pruebas no se repitieron en ninguno de los estudios posteriores
realizados por los países con interés en el ganado adaptado al trópico. Debe señalarse,
no obstante, que en Brasil se efectuó un estudio que toma en cuenta algunas
constantes fisiológicas como coadyuvantes a la selección del ganado de carne en
ambientes tropicales (Gomes da Silva, 1973). Se detecto una correlación genética entre
incremento diario de peso y temperatura rectal (r=0.90), y entre incremento de peso y
ritmo respiratorio, en 192 animales de cruzamiento entre Cebú y Charolais.
Resistencia a parásitos y enfermedades
Este tipo de investigaciones no están contempladas en los programas de
mejoramiento genético de ganados Criollos. El único trabajo conocido (Ulloa y de Alba,
1957) se refiere al conteo de garrapatas ( Boophilus microplus) y de nuche o tórsalo (
Dermatobia hominis) en diversas áreas del cuerpo del bovino durante 9 meses del año;
se trataba de sendas superficies de 10 cm2 en el costillar, el escudo y la paleta. El
estudio incluyó a Criollos lecheros centroamericanos de tres orígenes, San Rafael
(Rivas) y Reyna, ambos de Nicaragua, y un tipo proveniente de Honduras, así como al
Jersey y F1 Suizo × Cebú. Los promedios mensuales aparecen en el cuadro 2.
Cuadro 2. Promedios de conteo de garrapatas y tórsalos en cinco grupos raciales.
Número de garrapatas Número de tórsalos
Grupo racial
San Rafael 11.1 5.0
Reyna 10.9 2.3
Honduras 4.2 1.5
Jersey 21.8 10.0
F1 Suizo × Cebú 10.2 6.7
Diferencia más significativa 5.43 2.83
Sé calculo la correlación entre las infestaciones provocadas por los dos
parásitos en conteos por vaca individual, lo que arrojó un índice no significativo. Esto se
debe a que, aunque los grupos más resistentes al tórsalo (Honduras) también lo fueron
a la garrapata, la variación individual no mostraba esa correlación. Precisamente en el
grupo mas resistente el conteo detecto vacas con cero tórsalos y más de 100
garrapatas durante todo el período de observación. Las técnicas de detección del
desarrollo de la inmunidad a las garrapatas que progresaron en Australia (Hewetson y
Nolan, 1967) no han sido aplicadas al ganado Criollo americano; tampoco las relativas
al desarrollo de la inmunidad a las enfermedades transmitidas por la garrapata. Hay que
anotar que el Criollo Blanco Orejinegro de Colombia debe su existencia y prestigio a su
demostrada resistencia al tórsalo. Se ha localizado un solo trabajo que cuantifica esa
resistencia, estableciendo comparaciones entre el Blanco Orejinegro y el Costeño con
Cuernos. La observación de 10 animales de menos de un año, a los 80 días de haber
sido desparasitados, arrojó el siguiente resultado: 4 tórsalos por cada Blanco Orejinegro
contra 284 por cada Costeño con Cuernos (Botero, 1976).
La carencia de datos experimentales sobre la resistencia a los parásitos internos
y otras enfermedades obliga a recurrir a algunas observaciones empíricas. En Turrialba,
Costa Rica, una región particularmente infestada por el gusano del pulmón (
Dictyocaulus viviparus), las estirpes que formaron el Criollo lechero - provenientes de un
clima tropical mas seco que el de Turrialba, donde es escasa la presencia del
Dictyocaulus- no han mostrado alguna resistencia palpable a ese parásito. En zonas
con fiebre aftosa endémica tampoco se ha observado ninguna resistencia en las
estirpes Criollas.
III

PRODUCCION DE LECHE POR VACAS CRIOLLAS PURAS


V. Bodisco
O. Abreu
En su interesante libro sobre el ganado Criollo, Rouse (1977) incluyó dos mapas
de nuestro hemisferio correspondientes a los años 1800 y 1975. En el primero, toda la
América de habla castellana (el autor, lamentablemente, no incluyo en su estudio al
Brasil), desde la frontera de E.U.A. hasta la Patagonia, está cubierta de color amarillo,
correspondiente al Criollo. En el segundo, la misma zona, con exclusión de Argentina y
el sur de Chile, aparece rayada, indicando que el Criollo, en todos los países de clima
tropical y subtropical, fue mestizado con el Cebú. En la región templada el mestizaje
también se llevó a cabo, pero con el uso de razas europeas. Rouse encontró pequeños
núcleos de Criollo solamente en 14 zonas aisladas, de las cuales 7 pertenecen a
Colombia.
La desaparición del Criollo fue observada también por Squibb quien en el año
1945, en la feria ganadera de Guanacaste, Costa Rica, no encontró un solo animal
Criollo puro.
En Brasil, según Atanassof (citado por Hill, 1967) existían 8 tipos distintos de
ganado Criollo, pero en la actualidad los colegas brasileños mencionan solamente la
raza Caracú. Una situación parecida se está creando aparentemente en Colombia,
puesto que la literatura consultada sólo suministra informaciones sobre las razas
Romosinuano, Sanmartinero, Blanco Orejinegro y Costeño con Cuernos. Además, la
gobernación de Valle (1976) tiene un programa para conservar y perfeccionar el ganado
Harton.
La FAO publico en el año 1977 una bibliografía del ganado vacuno Criollo de las
Américas, preparada por Müller-Haye. La mayoría de las publicaciones incluidas
corresponden a artículos de divulgación redactados en los años 1930–40, que son muy
escasos en las bibliotecas. Otra parte corresponde a tesis estudiantiles de postgrado
que tampoco están disponibles. En toda la literatura consultada solamente se encontró
información - bastante incompleta - sobre las siguientes razas del ganado Criollo que se
utilizan para la producción de leche: 1) Caracú, en Brasil; 2–3) Blanco Orejinegro (BON)
y Costeño con Cuernos (CCC), en Colombia; 4) el lechero de América Central (CLAC),
seleccionado por el Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas (IICA, ahora CATIE)
en Turrialba, Costa Rica y 5) el Criollo lechero Limonero de Venezuela (CLV).
En la Republica Dominicana existen numerosos lotes de ganado Criollo lechero,
al cual se le prestaba poca atención hasta el presente. En la actualidad, el Centro de
Investigación y Mejoramiento de la Producción Animal (1978) tiene un amplio plan para
seleccionar el Criollo.
Además de estos tipos, en Bolivia (Rouse, 1977) y Ecuador (Manlio et al., 1963)
se conservan pequeños núcleos de ganado Criollo con características diferentes según
las regiones ubicadas a distintas alturas topográficas. De acuerdo con Iñiguez (1978), el
Criollo es de suma importancia en los páramos andinos, donde ningún otro tipo de
ganado sobrevive. Lamentablemente, no existe ninguna información sobre estos tipos.
Características
El ganado Caracú, formado en el valle del río Pardo, en el Estado de Minas
Gerais, Brasil, fue caracterizado por Domingues (1961) en la forma siguiente:
“Pelaje de coloración amarilla, variando del amarillo claro al amarillo naranja;
mucosa clara sin pigmentación. El grueso de la piel es mediana, suelta y suave,
recubierta de pelos finos; cabeza pequeña, perfil subconvexo, frente larga, plana
y ligeramente hundida entre las órbitas; testuz recta, corta, ancha; cuernos
medianos en forma de lira, delgados en las extremidades, sección elíptica u
ovalada, de inserción posterior en la frente alta, coloración clara pero de puntas
oscuras; orejas pequeñas, delgadas, pelos cortos y finos; mirada dócil; pescuezo
musculoso y en los toros con pliegues; cuerpo alargado y cilíndrico,
presentándose menor en la grupa que en el tórax; línea superior recta; pecho
ancho; costillas arqueadas, un tanto apretadas, ancas aplomadas y separadas;
grupa larga y ancha; nalgas redondeadas, altas; cola gruesa en la base,
afilándose en la extremidad, larga, poca borla. Forma y desenvolvimiento regular
de la ubre, bien extendida sobre el vientre, pezones bien implantados; miembros
relativamente cortos, fuertes, aplomados, debiendo ser mas separados; piernas
llenas; cascos claros o rojo oscuro. En los primeros años de su explotación, el
Caracú se destacaba como un animal de trabajo, muy necesario en las fincas de
la época, por lo que era bien cuidado y alimentado. Cuando se inició su
mejoramiento, la intención era formar una raza para la producción de carne que,
en verdad, no se consiguió después de años de selección. Hoy la tendencia es
convertirlo en una raza de doble propósito. Su leche presenta un buen tenor
butírico, pudiéndose aceptar una media superior al 4%. Maturidad tardía.
Precocidad y ganancia de peso por encima de los bovinos comunes. A los dos
años puede llegar, en buenas condiciones de manejo, hasta los 400 kg o más.
Su rendimiento medio en canal puede ser fijado alrededor del 60%. De
incomparable mansedumbre, que lo hizo de gran valor como animal de trabajo
en las fincas de Minas de Gerais y Sao Paulo en otras épocas. El Caracú
llamado Caldeano (Poço de Caldas) siempre fue reconocido como animal de
aptitud lechera, pero su fenotipo escapa en cierto modo a los establecidos como
patrón de raza. Esta variedad Caldeana de Caracú tiene hoy su registro
genealógico y es considerada una raza lechera, cuyos orígenes son remotos. En
ella deberían influir otros taurinos ( Bos taurus), explotados primitivamente para
la producción local de leche. Esto . explica la presencia de manchas blancas en
el ganado Caldeano. El número existente en Pozos de Caldas pertenece a la
hacienda “Recreio” y cuenta con una población numerosa de 1400 animales. Su
pelaje va de rojo oscuro a barroso (marrón), pasando por gamuza, crema
amarillo y, a veces, con manchas (5–7%). Mucosa amarilla o pigmentada en su
mayoría”.
De Alba (1960) ofreció una descripción del ganado Caracú y del tipo Caldeano
muy parecida a la anterior.
Jordão et al. (1957) determinaron el índice músculo-esquelético del Caracú,
igual al 76.4%. Según el autor de este sistema (Gregory), los animales con un índice
menor al 78.5% pertenecen al tipo lechero.
El ganado Blanco Orejinegro de las regiones cafetaleras (de 800 a 1 800 m
sobre el nivel del mar) se explota en los departamentos Cauca y Antioquia de Colombia,
como animal de doble propósito. Sus características, descritas por Pinzón et al. (1957),
son las siguientes:
“Como lo indica el nombre de la raza, las características externas más salientes
de este ganado son el color blanco uniforme del pelo; las orejas negras y la piel
fuertemente pigmentada. Las mucosas, los labios, la punta de los cuernos y las
pezuñas son negros. La conformación de los cuernos es variable, siendo más
comunes los de sección circular, no retorcidos, con el extremo ligeramente
levantado hacia arriba. La conformación de este ganado es variable. Es una raza
bastante compacta, de un peso superior al de ejemplares de otras razas que
presentan el mismo tamaño. Existen diferentes tipos, desde los finos y
angulosos hasta los carnosos y pesados. El tipo lechero es el preferido, presenta
un cuerpo bien balanceado y con líneas anatómicas bastante armónicas, aunque
tiene a menudo el anca levantada, especialmente la raíz de la cola, como todas
las otras razas Criollas. La cabeza es fina, pequeña y muy viva. Las patas están
muy bien aplomadas, con cuartillas rectas; las cañas son delgadas y fuertes,
pequeñas, muy sólidas y bien conformadas. El dorso es fuerte, las paletas, el
cuello y la cruz muy finos; camina con gran agilidad y en forma decidida. La
resistencia del BON es ampliamente conocida por los ganaderos del país, ella se
manifiesta principalmente por su conducta ante la fauna parasitaria de los climas
medios. Su relativa resistencia al nuche ( Dermatobia hominis) es proverbial y se
manifiesta principalmente por la falta de trastornos generales fisiológicos cuando
las larvas entran en la piel, y por la baja o ninguna infestación de gran número
de animales. Una condición fisiológica realmente valiosa del BON es su gran
capacidad para aprovechar la alimentación pobre, los alimentos bastos que se le
proporcionan. Esta cualidad la desarrollo a traves de muchos años de evolución
en zonas que, por ser pobres, eran adversas a su mejoramiento”.
Ospina (1950) informa que los animales BON tienen la ubre, la vulva y el escroto
de color marrón.
Por su parte, de Alba (1955) señala que el ganado BON tiene los espinazos
rectos, paletas y cuello fino, cabeza delicada, porporcionada; la pigmentación ideal.
Según este autor, además de pelajes blancos, deben admitirse los “azules” y las
combinaciones de los dos. De Alba considera que los tipos Orejimono y Dos Pelos
deben ser aceptados, al igual que el Orejinegro. Una característica muy peculiar del
BON es su modo de andar, que le permite desplazarse a grandes distancias en poco
tiempo.
Una descripción más detallada del ganado BON se encuentra en el trabajo
publicado por Botero (1976).
El Costeño con Cuernos que se cría en la región de la costa atlántica de
Colombia según Pinzón (1959) responde a las siguientes características:
“Los cuernos en forma de lira abierta, media lira o corona; la piel es fina, la
cabeza mediana y refinada; la cara ligeramente cóncava, viva y con arrugas que
rodean los ojos. El hocico, que puede ser negro, claro o gris, presenta ollares
dilatados y boca mediana; las órbitas son prominentes y bien separadas, con
ojos grandes, brillantes y expresivos. Tiene las mucosas claras, grises u oscuras
y manto rojo “mono” o anaranjado “bayo” uniforme. Sin embargo, muchos
ejemplares presentan el color castaño (llamado “hosco” por los ganaderos), con
extremidades oscuras o quemadas hasta más arriba de las rodillas y de los
corvejones; lo mismo acontece en la cabeza, especialmente alrededor de los
ojos, en el hocico y en las orejas. Los ganaderos aceptan como puros los
animales con manchas blancas en el vientre, pero consideran fuera de la raza a
los berrendos. Se presentan variaciones en el color de las mucosas (negras
claras o grises), en el color de la piel (negra o rosada), en el color del pelo (rojo,
amarillo o berrendo); en la longitud del pelo y en el desarrollo de la papada
también hay variaciones. El cuello es medianamente largo y bien implantado,
tanto en la cabeza como en en el tronco; el tórax es profundo, aunque un poco
estrecho. Los miembros son finos y sólidos, con pezuñas fuertes y firmes. Los
aplomos son algo defectuosos en las hembras y las pezuñas pueden ser negras
o rosadas. El dorso es recto en el macho, pero un poco arqueado en las
hembras; las costillas están correctamente arqueadas y con buena separación;
la cruz es angulosa en la mayoría de los animales. El sistema mamario es
bastante aceptable; tiene un desprendimiento posterior bastante alto en la ubre;
esta es flexible, sedosa, bien glandulosa; sin embargo, el desprendimiento
anterior es defectuoso y los cuartos, desparejos en muchos animales. El anca es
proporcionada al cuerpo, levantada al nivel del sacro y un poco estrecha en la
parte posterior. La mayoría de los ejemplares, como en todas las demás razas
Criollas, tiene la raíz de la cola descarnada y levantada. Esta particularidad, que
no corresponde a las reglas de conformación europeas y americanas y que resta
belleza a los animales, parece ofrecer ventajas fisiológicas para el parto”.
Las personas interesadas podrán encontrar una descripción amplia y completa
en el informe publicado por Rubio en el año 1976.
Según de Alba (1955), el ganado CCC es muy parecido a los Criollos de
Nicaragua, Honduras, El Salvador y el Limonero venezolano.
En la literatura revisada no se encontraron descripciones detalladas de las
características del ganado Criollo lechero de América Central.
De Alba (1955) describe las características comunes de todos los Criollos
lecheros en la forma siguiente: cabeza, huesos y pelos finos; piel negra, poco pelo
(escaso o ausente en el dorso); línea dorsal firme, rabo descarnado con poca borla; piel
gruesa, resistente a la garrapata, formando pliegues entre los ojos y en el cuello;
papada prominente.
Heinsohn de Brigard (1951), hablando sobre el Criollo de la provincia Rivas en
Nicaragua, adquirido por el IICA de Turrialba, señala que estos animales son de tamaño
comparable a la raza Ayrshire y tienen colores que van desde el casi blanco al rojizo y
marrón. La pigmentación es negra, como son también el hocico, base de cuernos,
patas, extremo de la cola y alrededor de los ojos. Buen desarrollo de las ubres; la
capacidad abdominal muy grande. Los animales son muy dóciles.
El ganado Criollo lechero Limonero, conservado y perfeccionado por los
métodos empíricos en la región de Río Limón (distritos Mara y Páez) del estado Zulia,
en Venezuela, fue descrito por Ríos et al. (1959):
“Pelo corto, escaso y brillante, piel gruesa, pigmentada en negro en su totalidad,
con arrugas entre los ojos y en las tablas del cuello, papada gruesa y algo
colgante; pelaje de color bayo, amarillo o pardo, permitiéndose las manchas
esfumadas de negro alrededor de los ojos y en las extremidades; asimismo, se
aceptan individuos que presentan manchas blancas en la barriga, ubre y verija;
cabeza relativamente larga, especialmente en la región de la cara; frente algo
cóncava entre los ojos; órbitas prominentes; testuz con una pequeña curva hacia
adelante; cuernos finos y delgados, blancos en su nacimiento y negros en las
puntas, dirigidos hacia adelante y hacia arriba; estampa decididamente lechera,
huesos finos; cuerpo alargado y de líneas angulosas; paletas finas; panza muy
desarrollada; ubre de regular tamaño, con pezones uniformes y desarrollo
conveniente; venas mamarias prominentes; cola delgada y corta, con muy poco
pelo en la borla y vértebras pronunciadas en su inserción”.
De acuerdo a estas características, es acertada la corta y rústica descripción del
Criollo Limonero que usan los ganaderos de la región: “bayo pelón, rabo seco”.
Medidas bovinométricas
Las medidas bovinométricas del ganado Caracú fueron publicadas por Jordão
(1949), las del BON por Botero (1976), las del CCC por Rubio (1976) y las del Limonero
por Ríos et al., (1959).
Los datos que se presentan en el cuadro 1 señalan una mayor robustez de la
primera raza y una mejor aproximación al tipo lechero de la última. Las informaciones
de las razas colombianas son incompletas.
En el cuadro 2 aparecen las medidas de la altura de toros y vacas registradas
por la literatura correspondiente. Las medidas del Caracú Caldeano son superiores a las
del tipo común de esta raza, probablemente porque se tomaron en un rebaño mejor
seleccionado. El CCC es notablemente más alto que el CLV. Botero (1976), estudiando
los distintos índices bovinométricos de la raza BON, llega a la conclusión que ésta
pertenece más al tipo para la producción de carne que de leche.
Pesos corporales
Todas las razas lecheras Criollas se explotan como ganado de doble propósito.
Por esta razón, los pesos al nacer y a distintas edades podrían ser de elevada
importancia, al demostrarse su influencia sobre el comportamiento productivo de los
animales.
En el cuadro 3 se presenta el peso al nacer de los becerros de razas Criollas
lecheras. Es notable la semejanza entre estos pesos. Unicamente los becerros Caracú
Caldeano pesan algo mas y los CCC algo menos que los de las restantes razas. La
dependencia de distintos factores de los pesos al nacer fue estudiada en la CLAC (
entre otras razas) por Rincón y Muñoz (1966) en cuanto a pesos y edades de las
madres, y por Negrón et al.(1976) en cuanto a la duración de la gestación. Bodisco y
Morillo (1966) determinaron las correlaciones en el CLV.
Los resultados obtenidos, que aparecen en el cuadro 4, demuestran la influencia
altamente significativa del peso de las vacas en el de sus hijos. En cambio, la influencia
de las edades es incierta, aunque Pereira et al. (1978) encontraron diferencias
significativas en el peso de Caracú Caldeano según los distintos pastos: menor en los
nacidos en el primero y mayor en los nacidos entre el tercero y quinto.
Suponiendo que las vacas con el mayor peso al primer parto pueden producir
más leche, y que los pesos al nacer podrían ser correlacionados con el primer factor,
Verde y Bodisco (1976) estimaron los índices de heredabilidad para los pesos al nacer
de becerros CLV machos (0.212) y hembras (0.277) y las correlaciones fenotípica y
genética del peso al nacer con el del primer parto de las hembras. El primer coeficiente
resulto igual a 0.37 y el segundo a 1.19, superior a la unidad y no confiable.
Teodoro et al. (1978) estimaron la heredabilidad de peso al nacer y al destete en
Caracú Caldeano, h2= 0.37 y 0.12 respectivamente, mientras que Lemos et al. (1978)
para el peso a los 365 días obtuvieron el h2= 0.13.
Finalmente, Ríos y Bodisco (1962) estudiaron el efecto del peso al nacer sobre
el crecimiento de hembras CLV y llegaron a la conclusión de que los becerros con
pesos menores al 80% del promedio (26.8 kg) tienen poca posibilidad de convertirse en
animales de mayor utilidad.
Para ilustrar el crecimiento del ganado Criollo lechero, en el cuadro 5 se
presentan los pesos a distintas edades observados por diferentes investigadores.
Indudablemente, la raza Caracú es la mas precoz, aunque los máximos pesos de BON
a los 12 meses de edad también son satisfactorios.
Algunos autores determinaron el incremento diario de peso en distintos períodos
de crecimiento y en diferentes condiciones. Así, Jordão y Santiago (1942) obtuvieron en
el Caracú un incremento de 634 g/día hasta la edad de 6 meses en los machos, y de
563 g/día en las hembras; los mismos incrementos, hasta los 12 meses de edad, fueron
de 624 y 584 g/día, respectivamente. Maltos et al. (1962) estudiaron el efecto de la
estación climática sobre el crecimiento de becerros CLC. El mejor trimestre, según este
estudio, fue el de marzo-mayo, con 441 g/día, y el peor, diciembre–febrero, con 270
g/día.
La heredabilidad del crecimiento en el período que va del nacimiento al destete,
determinada por Pereira et al. (1978) para el Caracú Caldeano, resultó muy baja
(0.10).El crecimiento fue afectado por el mes de nacimiento (mayor en el período de
enero a julio y menor en el resto del año), edad de las vacas (menor en primerizas,
mayor en las de tercer parto) y sexo del becerro (mayor en machos).
Según Botero (1976), J.D. Acosta analizó los incrementos diarios de peso en
machos y hembras BON, obteniendo 0.400 y 0.250 kg respectivamente.
Lamentablemente, no se menciona el período a que corresponde este estudio.
En el cuadro 6 se exponen los pesos promedio de los animales adultos. Se nota
que la raza Caracú es mucho más pesada que los demás tipos Criollos, siendo poca la
diferencia entre los demás. Los pesos algo mayores en vacas CLV se deben
probablemente a la mejor atención prestada a estos animales en el Centro de
Investigaciones de Maracay.
La influencia de los factores ambientales sobre el peso de las vacas CLV fue
demostrada por Bodisco y Pacheco (1962), que obtuvieron promedios de 391 kg en el
período seco, significativamente inferiores a los 404 kg en el período lluvioso.
En el mismo Centro de Investigaciones se estudiaron en tres oportunidades los
pesos de vacas CLV en distintos partos. Los resultados obtenidos se registran en el
cuadro 7. Se nota una notable semejanza entre los datos de las tres columnas, siendo
de mayor precisión los promedios de la tercera porque proceden de las mismas vacas.
El crecimiento, muy elevado entre el primero y el segundo parto, disminuye en los
períodos posteriores y se hace insignificante a partir del tercero. Desde el primero al
cuarto parto, las vacas aumentaron su peso en un 26.3%.
El efecto del peso sobre la producción lechera fue estudiado en CLV por
Magofke y Bodisco (1966).El peso solo influyó en la primera y segunda lactancia, con
coeficientes de regresión iguales a 9.55 kg y 2.63 kg respectivamente.
Algunos autores estudiaron la influencia de la duración del período seco en
vacas Criollas. Dindart y de Alba (1963) observaron diferencias entre los aumentos de
peso en este período en vacas CLAC: fue mayor en el trimestre mayo–julio (546 g/día) y
menor en noviembre–enero (255 g/día). Bodisco y Pacheco (1962) demostraron que la
influencia de la duración del período seco sobre el peso al parir de las vacas CLV es
altamente significativa, pero la interdependencia de estos dos factores en relación a la
producción de leche no fue estudiada.
Producción de leche
Existen algunos datos sobre la producción de leche en las cinco razas Criollas
lecheras; se presentan en el cuadro 8. Estudios detallados sobre la productividad y su
dependencia de los principales factores endógenos y exógenos fueron realizados
solamente para las razas BON, CLAC y CLV.
En el cuadro 8 llama la atención el mal comportamiento productivo de las razas
colombianas; aunque ambas se explotan con doble finalidad, los promedios obtenidos
por distintos autores son bastante bajos.
Los cálculos realizados en numerosas oportunidades sobre los posibles
rendimientos diarios de vacas que pastorean en potreros tropicales sin riego y
suplementación, señalan que la producción de 4–5 kg/día es normal en tales
condiciones. Aparentemente, la corta duración de las lactaciones es la principal razón
del bajo rendimiento de las razas BON y CCC, puesto que Pearson et al.(1968)
encontraron una correlación altamente significativa entre los dos factores.
Probablemente, los Criollos colombianos se secan en el período de escasez de pastos,
lo que les impide demostrar su verdadera capacidad genética de producción.
Según las publicaciones de Botero (1976) y Rubio (1976), las vacas BON y
CCC, con lactancias más largas (246 y 266 días respectivamente), presentaron
rendimientos muchos mas elevados.
Los datos del cuadro 8 elencan los promedios obtenidos en los rebaños
estudiados, pero existen informaciones sobre algunas vacas con rendimientos
notablemente superiores. Así, de Alba (1960) encontró entre vacas Caracú Caldeana a
la “Barbasena” con una producción de 3 386 kg, y a la “Barre Grande”, con 3 567 kg,
esta última con un solo ordeño diario. Entre las vacas CLAC y CLV son bastante
frecuentes los animales con rendimientos mayores a los 3 000 y hasta 4 000
kg/lactancia. Es indudable que las razas Caracú Caldeana, CLAC y CLV representan un
valioso material para la producción de leche en el trópico.
La influencia de los distintos factores endógenos y exógenos sobre la
productividad lechera de las razas BON, CLAC y CLV fue investigada por distintos
autores.
El efecto de la edad de las vacas, reflejado en los números de partos, fue
estudiado por Pearson et al. (1968) en BON; por Rubio (1976) y por Ríos y Bodisco
(1962) en CCC, ordeñadas con ternero; por Magofke y Bodisco (1966) y Bodisco et
al.(1968) en CLV. Los primeros cuatro trabajos fueron realizados en base a todos los
registros disponibles, mientras que el último se refiere a los mismos animales
observados durante las cuatro lactaciones consecutivas. Los resultados se presentan
en el cuadro 9.
La lectura de estos datos otra vez llama la atención sobre la baja productividad
del BON y el CCC, la satisfactoria del CLV. Un comportamiento parecido al de este
último fue observado por Magofke et al. (1966) también en el CLAC, pero los autores lo
expresaron en forma de diferencias entre las lactaciones consecutivas, sin presentar el
promedio de la primera. De acuerdo a estos datos, las vacas CLAC aumentan la
producción hasta el cuarto parto y la disminuyen paulatinamente en los partos
posteriores. El mismo fenómeno se observa en la población estudiada por Ríos y
Bodisco (1962), mientras que según los datos de Magofke y Bodisco (1966) y los
correspondientes al BON, el incremento sigue para la última raza. Los mayores
rendimientos se observan en las vacas con 7 partos.
Un resultado completamente contrario fue registrado por Bodisco et al.
(1968).Las vacas con lactaciones consecutivas apenas aumentaban su producción,
alcanzando el máximo en la tercera lactación y disminuyendo los rendimientos en la
cuarta. Entre las lactaciones, incluyendo la primera, las diferencias en los rendimientos
no fueron significativas.
Comportamiento similar se observa también en las vacas CCC, estudiadas por
Rubio (1976), donde los niveles alcanzados en la primera lactación disminuyeron en la
segunda y tercera y apenas aumentaron en las dos posteriores. En la sexta y séptima
lactación el aumento fue notable (1 070 y 1 135 kg) pero se observo en muy pocas
vacas (14 y 5 respectivamente).
La contradicción de estos resultados con los obtenidos por otros autores puede
ser explicada parcialmente por la diversa duración de los estudios que en el caso del
BON se prolongaron ochos años, y en el del CLV, diez. Indudablemente, la selección
aplicada a los rebaños estudiados, con la eliminación de vacas poco productivas,
favoreció los rendimientos en las lactancias sucesivas. A la vez, en el estudio de Ríos y
Bodisco (1962), realizado en un rebaño recién adquirido, el incremento de la producción
registrado desde la segunda lactación fue insignificante. Aparentemente, las vacas CLV
aumentan muy poco su productividad.
La producción en alto grado de leche por lactación depende de la duración de
esta última. En el cuadro 8 se presentan los promedios correspondientes. Se nota que
solamente la raza Caracú llega sin dificultades a producir durante 10 meses. Todas las
demás razas tienen lactaciones cortas. En este aspecto se destacan las colombianas,
que, según la mayoría de los estudios, se secaron a los 5 meses, mientras que las
Criollas centroamericanas y venezolanas lo hacen a los 8–9. Aparentemente, el sistema
de manejo que se empleaba en las décadas pasadas, con el servicio de monta libre -
realizado generalmente durante el primer celo después del parto, disminuyendo la
duración del intervalo hasta la próxima parición - podría ser una de las causas de las
lactaciones cortas en el Criollo.
El comprobado efecto fenotípico de la duración de la lactación sobre la
producción, observada por numerosos autores (Abreu et al., 1972; Bodisco et al.(1966 y
1968); Lemka et al (1973), Magofke et al. (1966), Pearson et al. (1968), Perozo et al.
(1977), sugiere la posibilidad de considerar ese factor como un elemento de primordial
importancia desde el punto de vista de la selección.
En el cuadro 10 se presentan las duraciones de lactaciones consecutivas, cuyos
rendimientos fueron estudiados en el cuadro 9. La correlación entre los datos de los dos
cuadros es notable.
La influencia de otros factores sobre la producción fue estudiada en las razas
BON, CLAC y CLV. En la primera raza (Pearson et al., 1968); el efecto de ano de parto
no fue significativo, pero las vacas que iniciaban la producción en las estaciones
climáticas favorables producían más que las paridas en las estaciones adversas. Los
peores rendimientos fueron observados en las vacas paridas durante la estación de
fuertes lluvias, correspondiente a los meses de octubre y noviembre.
En la raza CLAC, estudiada por Magofke et al.(1966) y Maltos y Cartwright
(1971), el efecto de las estaciones climáticas no resulto significativo, como tampoco lo
fue para el ganado CLV (Abreu et al., 1972 ; Magofke y Bodisco, (1966). Sin embargo,
el estudio de los promedios diarios de la producción realizado por Bodisco et al.(1966)
en esta raza, demostró que el período de sequía (de enero a abril) afecta notablemente
los rendimientos y las curvas de lactancia de las vacas, observándose un desarrollo
normal de la producción sólo en animales paridos en el período mayo–diciembre.
El efecto de ano de parto solo resultó significativo en el estudio de Abreu et
al.(1972) realizado con el CLV.
Las edades de las vacas al producirse el primer parto se observan en el cuadro
11.La raza más precoz es la CLAC, seguida por la CLV y CCC. Las vacas BON y
Caracú comienzan su vida productiva con un notable atraso.
La edad al primer parto no demostró ejercer un efecto lineal sobre la producción
en la primera lactación de las vacas BON (Pearson et al., 1968) y no fue significativa en
las CLAC (Magofke et al., 1966; y CLV (Magofke y Bodisco, 1966). En esta última raza
también fue estudiado el efecto del peso de las vacas al parir sobre los rendimientos
lácteos, que resulto significativo para la primera y segunda lactación (Magofke y
Bodisco, 1966).
Pearson et al. (1968) estimaron el índice de heredabilidad para la edad al primer
parto en las vacas BON, relativamente alto : h2 = 0.38, mientras que el mismo índice
obtenido por Pereira et al.(1978) para el Caracú (0.153) resultó más cercano al
observado en razas lecheras especializadas.
La duración del período seco previo al parto fue determinada para el ganado
BON, CCC (Lemka et al., 1973), CLAC (Magofke et al., 1966), y CLV (Abreu et al.,
1972; Magofke y Bodisco 1966; Perozo et al., 1977), obteniéndose los resultados del
cuadro 12.Los CLV se comportaron en este aspecto peor que las CLAC y las vacas de
la estación experimental de la región del Río Limón (Abreu et al., 1972) peor que en
Maracay (Magofke y Bodisco, 1966) donde los factores climáticos y los sistemas de
alimentación y manejo fueron superiores. Sorprendentemente, las vacas de fincas
particulares (Perozo et al., 1977) se comportaron mejor que en las estaciones
experimentales.
Los períodos secos medidos por Lemka et al.(1973) en las razas colombianas
resultaron sumamente prolongados, guardando una relación inversa con la corta
duración de las lactaciones observadas por estos autores en vacas BON (73 días) y
CCC (157 días).
En ninguno de los estudios realizados la duración del período seco tuvo efecto
sobre la duración y el rendimiento de la lactación sucesiva. Maltos et al.(1962)
observaron los incrementos diarios del peso durante los períodos secos en las vacas
CLAC, pero no determinaron su influencia sobre la producción.
Otro factor de gran importancia para la producción es el sistema de ordeño que
se aplica a las vacas Criollas. Desde su introducción en el continente americano, las
vacas se ordeñan en presencia de sus becerros, factor fundamental para el “apoyo” o la
bajada de la leche en la ubre. Las vacas acostumbradas a esta práctica no aflojan la
musculatura y no entregan toda la leche durante el ordeño, si el becerro no esta
presente. Todavía no se ha reunido una información convincente sobre la razón de este
fenómeno. Se supone que pesa la dependencia genética, porque entre las novillas que
se criaron en becerreras y no fueron utilizadas para el “apoyo” de sus madres, siempre
se encuentran ejemplares que no bajan la leche sin la presencia de sus hijos. El efecto
del “apoyo” con becerro en la raza BON fue observado por Zapata (1970) y la
producción de vacas “apoyadas” resultó superior a las ordeñadas sin becerro: 573 kg
contra 491, respectivamente.
Rubio (1976) publico un estudio más detallado, relativo a las vacas CCC. Estos
animales, ordeñados sin la presencia de sus becerros durante el período 1967–72,
producían 768 kg de leche en 177 días de ordeño. Las vacas contemporáneas,
apoyadas por los becerros, rendían en el mismo período 996 kg en 266 días.
Maltos (1962), probando toros CLAC, observo que un promedio de 26.6% de
novillas, hijas de distintos toros, no “apoyaban” sin la presencia del becerro. En un
trabajo similar realizado con CLV, Ríos y Bodisco (1962) obtuvieron un porcentaje
similar: 25.5%.
Suponiendo que la capacidad productora de las novillas puede influir sobre el
problema del “apoyo”, Carnevali y Bodisco (1966), durante la segunda lactación,
ordeñaron con la presencia del becerro a las vacas CLV que en la primera no
“apoyaron”. Las producciones fueron comparadas con las obtenidas en vacas
contemporáneas que no presentaron problemas desde el primer parto. Los resultados
se presentan en el cuadro 13.
Las vacas del grupo “B” que fracasaron en la primera lactación debido a la
aparente ausencia del becerro aumentaron la producción en la segunda, pero sin llegar
a rendimientos satisfactorios comparables a los del grupo “A”. Los autores opinan que la
ausencia del becerro durante el ordeño afecta en mayor grado a las novillas con poca
capacidad productora y que este factor puede ser considerado como un criterio de
selección en CLV.
(a) Porcentaje de la grasa
El ganado Criollo es un buen productor de grasa en la leche, como indican los
datos del cuadro 14. Los porcentajes mas notables se observan en vacas Caracú y
BON. Sin embargo, el menor porcentaje de grasa observado en CLV, de 4.55%, es más
que satisfactorio.
El contenido de la grasa en la leche no sufre cambios notables durante la vida
productiva de la vaca, siendo insignificantes las diferencias entre distintas lactaciones
(Bodisco et al., 1968; Magofke y Bodisco 1966; Pearson et al., 1968). Las vacas con
mayores rendimientos tienden a disminuir los porcentajes de la grasa, sin que esta
correlación se haya comprobado estadísticamente (Bodisco et al., 1968); Pearson et al.,
1968). Los factores ambientales aparentemente no afectan el contenido de grasa en la
leche, aunque Magofke et al., (1966) encontraron diferencias significativas en vacas
CLAC paridas en distintas épocas.
Se ha prestado muy poca atención a los demás componentes de la leche
producida por vacas Criollas. En toda la literatura consultada solamente figura un
trabajo de Bateman y de Alba (1961), que estudiaron el contenido en proteínas y
encontraron que las vacas CLAC producen un porcentaje mayor (3.59%) que las
Jersey, Pardo Suizas y mestizas de Turrialba, Costa Rica.
(b) Parámetros genéticos
Los parámetros genéticos para la producción de leche fueron estimados en el
ganado BON (Pearson et al., 1968;, CLAC (Alvarez et al., 1977 ; Magofke et al., 1966 )
y CLV (Magofke y Bodisco, 1966). Los resultados obtenidos se presentan en el cuadro
15.
Los índices de heredabilidad para los rendimientos - 0.245 en CLV, 0.250 en
CLAC, y 0.52 en BON - señalan que la selección para el mejoramiento de este carácter
tiene muy buenas posibilidades en la ultima raza, siendo menor y comparable a las
razas europeas especializadas en las primeras dos. Solamente difiere el índice
estimado por Magofke et al.(1966) en CLAC. igual a 0.158.
Los índices de repetibilidad son elevados y sorprendentemente uniformes entre
las tres razas, si no se toma en cuenta el estudiado por Alvarez et al., (1977), que sólo
asciende a 0.320.
La duración de la lactancia, según los índices estimados, no es un carácter
hereditario, puesto que en las vacas CLAC el índice resulto sumamente bajo (0.009) y
en CLV, negativo. Indudablemente, el efecto de los factores ambientales y, entre ellos,
el “apoyo” con becerro, que no se practicó para las novillas en ambas razas, fueron
determinantes en estas estimaciones. No obstante, los índices de repetibilidad para este
carácter resultaron relativamente elevados: 0.458 en CLAC y 0.365 en CLV.
Los porcentajes de la grasa se heredan mejor en CLAC (h2 = 0.364) que en CLV
(h2 = 0.229), siendo los índices de repetibilidad también mejores en la primera raza
(0.523 contra 0.212, respectivamente).
En general, los parámetros genéticos obtenidos para el ganado Criollo deben ser
considerados con cierta reserva, por haberse estimado en las tres razas en base a
pocos registros y con números limitados de medias hermanas.
(c) Mejoramiento anual genético
El mejoramiento anual genético fue determinado en dos oportunidades para el
rebano CLAC en Turrialba, Costa Rica (Alvarez et al., 1977; Magofke et al., 1966) y una
vez para el rebaño CLV en Maracay, Venezuela (Magofke y Bodisco, 1966). En todas
las estimaciones se uso el método de Rendel y Robertson (1950) para las poblaciones
cerradas, según el cual el máximo mejoramiento posible es igual al 1% anual.
Los resultados obtenidos, que aparecen en el cuadro 16, son algo bajos en la
primera estimación de CLAC (0.434%) pero muy satisfactorios en la segunda (0.613%)
y en CLV (0.626%). Los resultados podrían ser aún mejores si se practicara en los
rebaños la selección de vacas, eliminando las malas productoras y sus descendientes,
lo que no se efectuó en forma suficiente. Básicamente, el mejoramiento genético se
logró por la selección de toros, hijos de mejores madres.
La diferencia entre los dos resultados logrados en Turrialba se debe al mayor
número de registros disponibles para el segundo estudio (Alvarez et al., 1977), realizado
a los 25 años del inicio de la selección.
En general, los datos obtenidos son muy satisfactorios e indican que la selección
en estas dos razas tiene buenas perspectivas. No obstante, es necesario señalar que
con este ritmo de mejoramiento genético, los rebaños CLV, para llegar a rendimientos
anuales de 2 500 kg necesitan 30 años de trabajo, y los CLAC, 64. Al mismo tiempo, los
2 500 kg/vaca/ lactación se obtienen con relativa facilidad en el primer cruce con toros
Holstein y Pardo Suizos, siempre y cuando los sistemas de alimentación y manejo sean
adecuados.
(d) Pruebas de la potencialidad genética de los toros
Pruebas de la capacidad genética de los toros Criollos fueron realizadas en los
rebaños CLAC en Turrialba (de Alba et al., 1964; Maltos et al., 1961 y 1962) y CLV en
Maracay (Ríos y Bodisco, 1962). En ambos casos, el corto número de vacas disponibles
fue el factor que limitó los trabajos.
Resumiendo los resultados obtenidos, de Alba y Muñoz (1964) señalan los
obstáculos iniciales para la prueba de toros en poblaciones experimentales:
consanguinidad, pocas vacas disponibles, escaso número de medias hermanas
obtenidas.
En la actualidad, en la región del Río Limón (estado de Zulia, Venezuela), donde
existen numerosos rebaños particulares del ganado CLV, la Estación Experimental de
Carrasquero conduce un programa de prueba de la potencialidad genética de los toros
mediante el uso de la inseminación artificial.
La reproducción
En alto grado, la producción láctea de los vacunos depende de su fertilidad,
puesto que los prolongados períodos de vacía y los intervalos entre partos disminuyen
los números de lactaciones y la producción de por vida.
Los datos de los cuadros 17 y 18 demuestran claramente que la fertilidad de las
vacas Criollas lecheras es muy buena y constituye una de las características mas
importante de este ganado, puesto que la eficiencia reproductiva de las razas europeas
y de sus mestizos en condiciones tropicales y subtropicales es muy baja (Abreu et al.,
1972; Bodisco y Mazzari , 1962; Bodisco et al., 1968; Carmona y Muñoz, 1966;
Domingues, 1961; Hill, 1967; Ríos y Bodisco, 1962).
Según las investigaciones realizadas en Turrialba (Carmona y Muñoz, 1966), la
raza Jersey debe ser exceptuada de esta afirmación: su fertilidad es similar a la de
CLAC.
En el cuadro 17 se presentan los promedios de duración de los períodos de
vacía (desde el parto hasta la fecundación) y del número de servicios necesarios para
lograr la preñez, en vacas de distintas razas.
Tanto las vacas CLAC como las CLV en su región de origen (Rincón et al., 1972)
fueron fecundadas a los 31/2 meses del parto. En Maracay (Bodisco y Mazzari, 1962),
las novillas de esta última raza se comportaron en forma similar, pero las vacas adultas
prolongaron este período por más de cuatro meses. Probablemente las lesiones
sufridas en sus aparatos genitales durante las preñeces anteriores fueron la causa de
este fenómeno.
El número de servicios necesarios para lograr la gestación fue muy similar en
todos los rebaños estudiados y muy satisfactorio, ya que osciló entre 1.4 y 1.6 servicios.
En el cuadro 18 se presenta la duración de los intervalos entre partos
observados en las vacas Criollas lecheras. Casi todos los intervalos que aparecen en
este cuadro son muy satisfactorios; indican que las vacas Criollas lecheras
generalmente producen un becerro e inician una nueva lactación cada 13 meses.
La excepción es la raza CCC, cuyo intervalo entre partos oscila entre 422 y 433
días. La reproducción, muy satisfactoria, del CLV en su región de origen, ubicada
relativamente cerca del área de distribución del CCC, así como la gran similitud
fenotípica entre estos animales, que permite suponer su parentesco, ponen en duda
que sea hereditaria la razón de la baja fertilidad de la raza colombiana, y evocan la
sospecha de que los sistemas de alimentación, manejo y protección sanitaria son la
causa primordial de sus intervalos prolongados.
Los 419 días de intervalo en la raza BON que menciona Botero (1976) están en
contradicción con los 352 días registrados por Pearson et al. , (1968) y los 382 días
observados por Lemka et al., (1973).
Aún peor se comporto el ganado Caracú Caldeano. Para explicar su prolongado
intervalo de 440 días será necesario esperar la publicación del trabajo completo de
Pereira et al.(1978), puesto que el resumen solo contiene constantes de los efectos fijos
y aleatorios, sin discusión de los resultados obtenidos. La heredabilidad del intervalo
entre partos obtenida por los autores mencionados resultó algo elevada (0.12).
El intervalo entre partos se compone de dos períodos del ciclo reproductivo: el
de vacía y el de gestación. Mientras la duración del primero depende en alto grado de
los factores exógenos, el segundo primordialmente refleja los caracteres hereditarios, a
los cuales se suma el sexo del becerro engendrado.
Las duraciones de gestación que se presentan en el cuadro 19 señalan la
similitud de este carácter entre distintas razas Criollas lecheras y su semejanza con las
razas europeas (Bodisco y Mazzari, 1962; Negrón et al., 1976). A la vez, las
gestaciones de las vacas Criollas son notablemente menos prolongadas que en el Cebú
(Domingues, 1961).
Es notorio también que, al igual que en otros tipos de ganado, los becerros
machos Criollos necesitan una mayor prolongación de su vida embrional.
La influencia de distintos factores sobre la fertilidad de las vacas Criollas fue
estudiada en el ganado BON por Pearson et al.(1968). Aunque las vacas presentaron
intervalos muy cortos después de los primeros dos partos (360 y 339 días,
respectivamente), fueron bastante prolongados después de los partos posteriores (414,
440, 413 días). Los autores no registraron efectos significativos de la edad de las vacas
sobre el intervalo entre partos. Lamentablemente, la probable influencia de otros
factores sobre la fecundidad no fue investigada en este trabajo.
En Turrialba, Costa Rica, Carmona y Muñoz (1966) observaron una diferencia
significativa en el intervalo entre partos comparando diferentes razas (el de CLAC
similar al de Jersey, y ambos mejores que el de Pardo Suiza), distintas lactaciones (el
intervalo entre la quinta y la sexta es mayor que los demás), y la interacción de estos
dos factores. El mismo resultado se obtuvo al estudiar el número de servicios
necesarios para lograr la preñez.
De Alba (1960) investigó la influencia del ordeño con ternero sobre el desarrollo
de los ciclos sexuales en las vacas CLAC y encontró que en las vacas “apoyadas”, el
primer celo aparecía a los 108 días del parto, mientras que en las vacas ordeñadas sin
becerro, a los 63 días.
Bodisco y Mazzari (1962) observaron en las vacas CLV una mayor fertilidad de
las primerizas (109 días de vacía) que de las de dos y cuatro partos (123 y 138 días
respectivamente), aunque similar a la del tercer parto (114 días). Este estudio señala
que los períodos de vacía se acortan en la estación lluviosa, caracterizada por la
abundancia de pastos frescos, y se prolongan en la seca, pero sin una diferencia
significativa de los promedios (134 contra 124 días en vacas adultas, y 126 contra 96
días en las primerizas). El efecto de años de parto tampoco fue significativo.
Resultados similares se obtuvieron en el mismo ganado criado en su región de
origen, donde los animales se mantienen en un régimen pastoril sin suplementación con
concentrado (Rincón et al., 1972). Allí, el efecto de años resultó significativo, como lo
fue también el efecto de épocas, con el acortamiento del período de vacía en la estación
de pleno desarrollo de la vegetación. Como registró el trabajo anterior, las vacas de
mayor edad necesitaron más tiempo para lograr su fecundación, con coeficientes de
regresión lineal y cuadrática iguales a 8.61 y -0.18 días, respectivamente, por cada 100
días de aumento de la edad.
El número de servicios por concepción, correlacionado estrechamente con los
períodos de vacía (r = .703), no fueron influenciados por los efectos de años y épocas
del parto, pero las vacas de mayor edad necesitaron más servicios que las jóvenes.
Según un reciente estudio sobre el Caracú Caldeano (Pereira et al., 1978), tanto
los años como los meses del parto afectan los intervalos; en las vacas primerizas se
observaron los intervalos más prolongados, y en las de 4 partos, los mas cortos. Las
madres de becerros machos necesitaron 7.3 días más para lograr su nuevo becerro.
La adaptabilidad
La buena eficiencia reproductiva del ganado Criollo lechero demuestra
claramente su adaptación a las condiciones ambientales, por ser la fertilidad el factor
primordialmente afectado por las condiciones adversas. No obstante, existen algunos
trabajos que comparan la influencia de ciertos factores ambientales sobre los animales
Criollos y los europeos.
De Alba y Sampaio (1957) midieron de día y de noche, en vacas instaladas en
una cámara climática, la temperatura corporal y el número de respiraciones por minuto
a la temperatura ambiental de 25 y 40.5ºC. Las vacas Brahman y CLAC mantenían
mejor su temperatura corporal que las Holstein.
González (citado por Rubio, 1976) encontró que en las horas calurosas de la
tarde, en el Valle del Sinú, se produce un incremento mayor de la temperatura corporal
y delas pulsaciones en las vacas europeas (41.6ºC y 156 pulsaciones), que en los CCC
(40.2ºC y 108 pulsaciones).
Villares y Berthat (1951) observaron que la glándula sudorípara de los Caracú
tiene un diámetro mayor (125) que en el Cebú y Gyr (103), el Guzerat (107) y las razas
europeas (Holstein 67, Guernsey 78).
Bodisco y Carnevali (1960), estudiando la mortalidad de los becerros CLV y
Pardo Suizos, detectaron que hasta la edad de 12 meses y en igualdad de condiciones,
murió el 17.4% de los primeros y el 31.1% de los segundos. Es un hecho notable que
los becerros CLV neonatales murieran en mayor cantidad durante su permanencia en
becerreras individuales (43%) que al ser sacados a los potreros a la edad de 8 meses
(32%). En las Pardo Suizas estos porcentajes fueron exactamente inversos (32% y
43%, respectivamente), indicando su menor resistencia a los efectos directos del clima
tropical.
Maltos et al.(1968–70) observaron que los becerros CLAC traspasados de las
becerreras a los potreros no disminuían su ritmo de crecimiento, como lo hacían los
Jersey y los Cebú × Pardo Suiza.
La mortalidad de los becerros fue también estudiada por Lemka et al.(1973) en
BON y CCC. Probablemente debido a los deficientes sistemas de mantenimiento, los
porcentajes obtenidos fueron bastante altos: 27% y 21%, respectivamente.
Kugienev (1976), en su viaje por Colombia, observó vacas Criollas de 17–18
años de edad que habían parido 15–16 hijos. Al mismo tiempo, es relativamente difícil
encontrar vacas europeas viejas en las regiones tropicales.
Rubio (1976) encontró en un hato de CCC 114 vacas de más de 14 años de
edad: cada una de ellas tenía por lo menos 10 partos registrados.
Existen informaciones sobre la buena resistencia del ganado Criollo a los
ectoparásitos. Botero (1976) cita numerosos estudios sobre la resistencia de animales
BON al nuche ( Dermatobia hominis).
Otro hecho notable es que el ganado Criollo se adaptó perfectamente a los
diversos ecosistemas existentes en los distintos países, desde las frías y húmedas
alturas de los Andes, hasta las llanuras cálidas y secas. Manlio et al.(1963), estudiando
la distribución del Criollo en diferentes regiones de Ecuador, observaron su mayor
presencia en las zonas climáticas más adversas: tanto en los páramos (3 000 – 4 000 m
snm, con el 78% de la población total) como en la hoya amazónica, cálida y húmeda
(con el 93.5% de la población).
Conclusiones
Las informaciones recopiladas en este trabajo señalan claramente el gran valor
del ganado Criollo lechero para las regiones del continente americano, donde los
factores climáticos y socioeconómicos no permiten explotar animales de razas formadas
en las regiones templadas, puras o mestizadas.
Las vacas Criollas, con una capacidad productora de aproximadamente 1 500–2
000 kg/leche/ año, buena fertilidad y eficiencia reproductiva, adaptación al consumo y
aprovechamiento de pastos tropicales, su capacidad de recorrer largas distancias en
busca de forraje, su alto sentido maternal, su tolerancia y resistencia a los factores
climáticos adversos y a las enfermedades tropicales, constituyen el mejor tipo de
ganado para las rústicas condiciones reinantes en las fincas lecheras de la mayor parte
de la América tropical, donde los animales son mantenidos exclusivamente bajo el
régimen pastoril y las explotaciones siguen rigiéndose según los métodos tradicionales.
Estas condiciones del Criollo lechero aconsejan recomendar su conservación y
perfeccionamiento en las regiones donde se agrupa en rebaños numerosos y el
mejoramiento de las condiciones ecológicas y socioeconómicas de las explotaciones es
lento y no puede ser acelerado.
Es necesario destacar que, en estos rebaños, el incremento de la producción por
los métodos de selección es poco eficiente, y que alcanzar niveles productivos similares
a los del ganado europeo puro o altamente mestizado es imposible. También es
importante señalar que la intensificación del mejoramiento por intercambio de material
genético (reproductores, semen de toros probados) entre los distintos países, resulta
muy difícil por los controles sanitarios existentes. Lamentablemente, los dos países que
cuentan con las razas lecheras más prometedoras, el Caracú en Brasil y el CLV en
Venezuela, están infectados por la fiebre aftosa.
El muy limitado número de vacas Criollas lecheras conservadas en distintos
países impide la rápida propagación de este ganado en las regiones que poseen las
condiciones adecuadas. La única posibilidad de influir con el ganado Criollo en el
mejoramiento de la producción de leche reside en el uso de toros seleccionados para
los cruzamientos con otros tipos de animal. Lamentablemente, ninguno de los países
interesados realizó los estudios del caso, cuyos resultados podrían convencer a los
ganaderos de que deben utilizar toros Criollos o su semen para mejorar la producción
de sus fincas. Es muy recomendable iniciar las investigaciones respectivas,
comparando los distintos efectos del cruzamiento de vacas mestizas predominantes en
distintas regiones con los toros Criollos, Cebú y europeos, tomando en consideración
todos los aspectos de la explotación en las fincas de doble propósito y poniendo el
acento en los costos de producción de leche y carne por los mestizos y en el balance
económico definitivo.
Cuadro 1. Medidas bovinométricas en cm
Razas
Medidas
Caracú a BON b CCC c CLV d
Altura
cruz 128 123 122
dorso - - - 122
lomo - - - 124
sacro - 122 - 128
cola 136 125 - 124
nalga - - - 109
Largo
cabeza - - - 47
cuerpo 147 142 152 143
tórax - - - 76
grupa 44 - - 46
Profundidad
tórax 67 63 - 64
Perímetro
tórax 187 169 169 165
dactilar 18 17 16
a b c d
Jordâo, 1949; Botero, 1976; Rubio, 1976; Ríos et al., 1959.

Cuadro 2. Alturas de la cruz en cm


Raza Sexo Autor
Machos Hembras
Caracú - 128 Jordâo, 1949
Caracú Caldeano 143 135 Domingues, 1961
CCC 138 131 Pinzón, 1952
CCC 139 127 Rubio, 1976
CLV - 122 Ríos et al., 1959
Cuadro 3. Peso al nacer en kg
Raza Sexo Autor
Machos Hembras
Caracú 27.3 26.4 Jordâo, 1949
Caracú 28.1 26.6 Jordâo et al., 1957
Caracú Caldeano 31.4 29.6 Pereira et al., 1978
BON 28.0 26.0 Pinzón et al., 1959
Rodríguez et al., 1971
BON 27.1–29.4 25.1–28.5 Botero, 1976
CCC 27.0 24.0 Pinzón et al., 1959
CCC 24.0 26.0 Rubio, 1976
CLAC 28.7 - Rincón y Muñoz, 1966
CLAC - 26.4 Magofke et al.1970
CLV 28.0 26.4 Ríos, 1962
Cuadro 4. Coeficientes de correlaciones para los pesos al nacer
Variable independiente Raza
a CLV b
CLAC
Machos Hembras
Peso de la madre
al nacer - 0.29** 0.13*
al parir 0.473* 0.29** 0.26**
Edad de la madre 0.107 0.18* 0.17
Período seco previo al parto - 0.00 0.00
Duración de la gestación 0.33** 0.35** 0.25**
a
* Significativo (P<0.05) Rincón y Muñoz, 1966
b
** Significativo (P<0.01) Bodisco y Morillo, 1966

Cuadro 5. Pesos de animales Criollos lecheros a distintas edades en kg


Raza Edad Sexo Autor
Machos Hembras
Caracú 6m 115 103 Jordâo, 1952
Caracú 12" 239 213 Jordâo, 1949
Caracú 1 año - 237 Jordâo y Santiago, 1940
Caracú 2" - 459 Jordâo y Santiago, 1940
Caracú 3" 467 Jordâo y Santiago, 1940
Caracú Caldeano 8" 160 148 Pereira et al., 1978
Caracú Caldeano 1" 183 168 Lemos et al., 1978
BON 2m 48 45 Ospina, 1950
BON 6" 96–145 85–131 Botero, 1976
BON 12 " 179–200 149–191 Botero, 1976
BON 12 " 160 154 Ospina, 1950
BON 12 " - 148 Gracia, 1947
CLV 8" - 115 Ríos, 1962
Cuadro 6. Pesos promedio de animales adultos en kg
Raza Sexo Autor
Machos Hembras
Caracú - 522 Jordâo, 1956
Caracú Caldeano 800–1000 500–600 Domingues, 1961; Hill, 1967
Caracú Caldeano 600–800 450–550 Bodisco, 1960
BON 592 359 Gracia, 1947
BON - 360 Ospina, 1950
BON 462–554 366–372 Botero, 1976
CCC 570 380 Pinzón et al., 1959
CCC 532–585 380–426 Rubio, 1976
CLV - 393 Ríos et al., 1959
CLV - 406 Bodisco y Pacheco, 1962
CLV 477 Magofke y Bodisco, 1966
Cuadro 7. Pesos de las vacas CLV en distintos partos en kg
Autor
a b c
Parto
1º 355 358 366 a
2º 399 409 406 b
3º 430 445 442 c
4º 446 456 462 c
a b c
Bodisco y Pacheco (1962) Ríos et al., (1959) Bodisco et al., (1968).
a, b y c: los promedios señalados con distintas letras son significativamente diferentes (P 0, 05)

Cuadro 8. Producción de leche por vacas Criollas


Raza Duración de lactación Producción total Autor
(días) (kg)
Caracú 300 1 500 Jordâo, 1949
Caracú 300 1 253–1 592 Jordâo, 1956
Caracú 300 1 093–1 543 Jordâo et al., 1957
Caracú Caldeano 317 1 500–1 700 Domingues , 1961
BON 158 634 Pearson et al., 1968
BON 206 450 Gracia, 1947
BON 126 554–756 Uribe et al., 1978
BON 73–246 220–1 129 Botero , 1976
BON 73 221 Lemka et al., 1973
CCC 126 576 Salazar et al., 1976
CCC 147 481 McDowell , 1971
CCC 93–266 296–996 Rubio, 1976
CCC 157 481 Lemka et al., 1973
CLAC 295 1 420 Maltos y Cartwright 1971
CLAC 274 1 760 Magofke et al., 1966
CLAC - 1 757–1 797 Meini et al., 1974
CLAC - 1 794 Alvarez et al., 1977
CLV (1958–60) 260 1 719 Bodisco et al., 1972
CLV (1960–62) 260 1 611 Cruz et al., 1972
CLV (1968–71) 274 1 678 Abreu et al., 1977
CLV (1977) 280 1 850 Perozo et al., 1977
CLV (Maracay) 255 2 093 Magofke y Bodisco 1966
CLV (Maracay) 243 2 117 Pereira et al., 1978
Cuadro 9. Producción de vacas Criollas en las distintas lactaciones
Raza
Lactación
BONa CCCb CLVc CLVd CLVe
1a 143 930 1779 1833 2138
2a 207 787 2108 1923 2115
3a 264 891 2152 2118 2298
4a 347 975 2275 2177 2198
5a 433 960 2228 2349
6a 467 2203
7a 634 2229
a b c
Pearson et al., 1968; Rubio, 1976; Ríos et al., 1959;
d e
Magofke y Bodisco, (1966); Bodisco et al. , 1968.

Cuadro 10. Duración de las distintas lactaciones en vacas Criollas en días


Raza
Lactación
BONa CCCb CLVc CLVd CLVe
1a 56 224 251 251 277
2a 70 260 259 231 243
3a 84 265 263 241 251
4a 98 292 268 239 244
5a 126 286 265 248
6a 122 261
7a 158 260
a b c
Pearson et al, 1968; Rubio, 1976; Ríos et al., 1959
d e
Magofke y Bodisco, (1966); Bodisco et al., 1968.

Cuadro 11. Edad al primer parto de vacas Criollas en meses


Raza Edad al 1er parto Autor
Caracú Caldeano 42.0 Domingues, 1961
Caracú Caldeano 43.5 Pereira y Lemos, 1978
BON 40.7 Pearson et al., 1968
BON 41.0 Botero, 1976
BON 40.7 Lemka et al., 1973
CCC 37.8 Salazar y Huertas, 1976
CCC 37.6 Rubio, 1976
CCC 39.5 Lemka et al., 1973
CLAC 33.0 Magofke et al., 1966
CLAC 34.7 Alvarez et al., 1977
CLV 36.0 Magofke y Bodisco, 1966
CLV 35.9 Bodisco et al., 1968
Cuadro 12. Duración de los períodos secos en vacas Criollas en días
Raza Período seco Autor
BON 303 Lemka et al., 1973
CCC 258 Lemka et al., 1973
CLAC 116 Magofke et al., 1966
CLV 142 Abreu et al., 1972
CLV 133 Magofke y Bodisco, 1966
CLV 114 Perozo et al., 1977
Cuadro 13. Efecto comparativo de la presencia del becerro durante el ordeno sobre la
producción de leche por su madre (Carnevali y Bodisco, 1966)
Lactación GRUPO DE VACAS
A B
Duración días Producción días Duración días Producción kg
1a 265 2 092 82 589
2a 238 2 249 160 1 283
Grupo A: ordeno sin becerro en las dos lactaciones
Grupo B: ordeño sin becerro en la primera lactación y con becerro en la segunda

Cuadro 14. Porcentajes de grasa en la leche de vacas Criollas


Raza % de grasa Autor
Caracú 4.2 Jordâo y Santiago, 1940
Caracú 5.0 Domingues, 1961
Caracú Caldeano 4.8–5.9 de Alba, 1955
BON 4.6–5.4 Pearson et al., 1968
BON 4.4–6.1 Botero, 1976
CLAC 4.6 Magofke et al., 1966
CLAC 4.6 Maltos y Cartwright, 1971
CLV 4.55 Bodisco et al., 1968
CLV 4.55 Magofke y Bodisco, 1966
Cuadro 15. Parámetros genéticos para la producción de leche
Raza Factor Indice de Autor
Heredibilidad Repetibilidad
Caracú Caldearlo Edad al ler parto 0.153 - Pereira y Lemos, 1978
BON Edad al ler parto 0.38 - Pearson et al., 1968
BON Producción/lactación 0.52* 0.63 Pearson et al., 1968
CLAC Duración/lactación 0.009 0.458 Magofke et al., 1966
CLAC Producción/lactación 0.158 0.654 Magofke et al., 1966
CLAC Producción/lactación 0.250 0.320 Alvarez et al., 1977
CLAC % de grasa 0.364 0.523 Magofke et al., 1966
CLV Duración/lactación 0.125 0.365 Magofke y Bodisco, 1966
CLV Producción/lactación 0.243 0.628 (Lemos et al., 1978 y
CLV % de grasa 0.229 0.212 (Magofke y Bodisco,
1966
* Solamente para la primera lactación

Cuadro 16. Mejoramiento anual genético de la producción de leche por vacas Criollas
Producción/lactación Mejoramiento anual genético
Raza
Promedio ajustado
kg kg %
CLACa 1 712 7.43 0.434
CLACb 1 794 11.0 0.613
CLVc 2 093 13.1 0.626
a b c
Magofke et al., 1966; Alvarez et al., 1977; Magofke y Bodisco, (1966).
Cuadro 17. Fertilidad de vacas Criollas lecheras
Raza Período de vacía días Número de servicios por Autor
gest.
CLAC - 1.58 Carmona y Muñoz, 1966
CLAC 105 - Magofke et al., 1966
CLV 113a - Bodisco y Mazzari, 1962
CLV 128b - Bodisco y Mazzari, 1962
CLV 109 1.59 Rincón et al., 1972
CLV - 1.45 Ríos et al., 1959
CLV - 1.55 Ríos y Bodisco, 1962
a b
novillas vacas

Cuadro 18. Intervalo entre partos en vacas Criollas lecheras


Raza Intervalo días Autor
Caracú Caldeano 440 Pereira et al., 1978
BON 352 Pearson et al., 1968
BON 419 Botero, 1976
BON 382 Lemka et al., 1973
CCC 422 Sal azar y Huertas, 1976
CCC 433 Rubio, 1976
CCC 396 Lemka et al., 1973
CLAC 390 Carmona y Muñoz, 1966
CLAC 378 Alvarez et al., 1977
CLV 372 Abreu et al., 1977
CLV 376 Cruz et al., 1962
CLV 387 Bodisco et al., 1968
CLV 394 Ríos et al., 1959
Cuadro 19. Duración de la gestación en vacas Criollas lecheras en días
Raza Sexo del nacido Promedio Autor
Macho Hembra
Caracú 287.4 286.4 286.9 Jordâo, 1952
Caracú 288.0 285.0 287.0 Jordâo, 1956
Caracú Caldeano 287.2 285.8 286.5 Pereira et al., 1978
BON - - 285.0 Ospina, 1950
BON - - 283.0 Botero, 1976
CLAC 283.3 282.8 - Negrón et al. 1976
CLV - - 283.3 Ríos et al., 1959
IV

PRODUCCION DE LECHE EN CRUZAMIENTOS CON GANADO CRIOLLO


H. Muñoz
O.W. Deaton
La reducción de las poblaciones de ganado indígena o Criollo, con la posibilidad
real de que el mundo pueda perder, para siempre, materia genética valiosa, es una de
las motivaciones de esta reunión. Antes de examinar algunos datos para evaluar los
Criollos y sus cruces, puede ser útil una breve reflexión sobre ciertas tendencias,
ampliamente conocidas, relacionadas con la disminución del ganado indígena en
América Latina.
Es fácil observar que las poblaciones de Criollo que persisten actualmente están
localizadas en áreas poco favorables para la ganadería. Lo característico es que se
trate de las zonas mas aisladas en materia de comunicaciones, de tierras cálidas que
producen forrajes de baja calidad y donde existen grandes variaciones de producción
animal. Los pobladores, por lo general, desarrollan explotaciones de tipo extensivo, de
manejo rústico y con poco uso de tecnología, especialmente de registros. Aparte de la
rígida adaptación natural, la selección es muy limitada y normalmente persigue fines de
doble o triple propósito.
Estas zonas aisladas han sido las menos afectadas por la propaganda masiva y
el impacto de las importaciones de ganado, semen y sistemas de producción originarios
de zonas templadas y desarrolladas. Es necesario, sin embargo, reconocer el impacto
de la introducción del ganado Cebú, aunque su popularidad inicial se basó en su vigor
híbrido. La importancia de las características “marcadoras” en materia de color, giba y
orejas, ayudó considerablemente a la difusión de esta raza, a expensas de la Criolla.
Las instituciones nacionales e internacionales se esfuerzan muy poco por
conservar y majorar los rebaños de ganado Criollo. Como los programas de genética
animal requieren muchos años para obtener pocos resultados, es difícil conseguir y
mantener presupuestos y personal con miras a evaluar científicamente lo que podría ser
un potencial para el futuro. El respaldo político para estos programas resulta
generalmente sacrificado en aras de metas y objetivos más inmediatos. Además, los
hatos de las estaciones experimentales son normalmente utilizados en ensayos de
nutrición, manejo, etc., lo que dificulta la evaluación y produce efectos confusos y
difíciles de interpretar.
Hay que admitir que existen muchas falsas ilusiones con respecto a la
promoción y mejoramiento del ganado Criollo. Las observaciones e intuiciones en que
se ha apoyado la convicción de que es valioso conservar y mejorar ese material
genético, no bastan para combatir la propaganda masiva que pregona actualmente la
necesidad de importar dicho material.
La culpa de este situación recae en los investigadores activos de la producción
animal en América Latina, porque no han sabido sortear, verificar y/o adaptar la
tecnología extranjera, y tampoco han logrado desarrollar y difundir sistemas autóctonos
basados en los recursos locales. Por ejemplo, en el caso del ganado Criollo, existe la
convicción de que la selección natural ha producido animales más aptos y rentables
para las condiciones locales. Se ha hablado siempre de la adaptabilidad, rusticidad y
resistencia del Criollo; sin embargo, nunca se han desarrollado criterios claros y
adecuados para medir estas características y, peor aún, no se ha difundido entre los
productores una información capaz de convencerlos de las ventajas económicas de
utilizar los rebaños Criollos para apoyar .los argomentos sobre su utilidad.
Mucho tiempo y dinero se han invertido para obtener descripciones de las
características físicas y fenotípicas del Criollo, descripciones de poco o dudoso valor,
basadas en datos particulares y no representativos. Estos datos, además, generalmente
se limitan a observaciones individuales, parcializadas, que no miden ni evaluan las
condiciones de manejo, alimentación, etc. En pocas palabras, los estudios son muy
incompletos; falta un análisis que considere el rebaño en su conjunto y su sistema de
explotación, especialmente económico, proyectado a lo largo de varios años y bajo
distintas circunstancias ecológicas, sociales y de mercado.
Lo ideal es que las comparaciones entre razas, líneas o cruces se basen en
numerosas observaciones de animales contemporáneos, y se repitan para cada zona
ecológica y para cada tipo de explotación socioeconómica. Cuando los precios de los
insumos y productos en el mercado juegan un papel mayor, se necesita un nuevo
análisis para determinar si son válidas las conclusiones anteriores. Lógicamente, es
imposible, por muchas razones, desarrollar sistemas de información completos sobre
todas las razas o cruces, ni sobre todas las diversas condiciones ecológicas o
económicas existentes.
Sin embargo, es posible realizar un análisis general que permita una visión más
amplia y comprensiva de los datos biológicos. Por ejemplo, la comparación de datos de
razas y cruces debe ser expresada, para ser más útil, en medidas que se pueden
acordar a partir de la estandarización de algunos factores.
La literatura científica puede servir para ilustrar algunas comparaciones
interesantes y también ayuda a visualizar más ampliamente el significado de algunos
resultados. Este trabajo, además de analizar el comportamiento del ganado Criollo en
cruces con otras razas, enfatiza la necesidad de emplear medidas para establecer
comparaciones más útiles mediante el uso de parámetros biológicos estandarizados.
Producción de leche expresada en distintas unidades
Generalmente, en la literatura sobre el tema aparecen datos biológicos de
producción de leche expresados en distintas unidades, como kg/día y producción por
lactancia, que son difíciles de utilizar para hacer comparaciones entre las diversas
poblaciones de animales. Para ilustrar este problema, hemos querido reunir datos de
producción de leche publicados en Colombia, Venezuela y Costa Rica (Abreu et al. ,
1977; Hernández et al. , 1976; Perozo et al. , 1977), que son agrupados en los cuadros
1, 2, 3 y 4. A la información original de estas investigaciones, se le ha añadido el
parámetro de kg de producción de leche por año efectivo (KPL/AE), unidad que resulta
de la estandarización de la producción de leche de acuerdo a la fórmula siguiente:
KPL/AE = (365/IEP) (kgPL)
Este parámetro expresa la producción de leche por lactancia del animal ajustado (kgPL)
multiplicada por el factor que resulta de dividir 365 das por el intervalo entre partos
indios (IEP). En los cuadros 1, 2, 3 y 4 podemos observar que es difícil hacer una
comparación racional cuando las producciones lácteas provienen de grupos con
distintos intervalos entre partos, factor que no solamente define la vida productiva del
animal, sino que también puede cambiar el valor de la evaluación que se procura.
Cuadro 1. Datos de Colombia
Grupo racial № lactación kg leche/lact. días IEP KPL/AE
Costeño con Cuernos (CCC) 652 396 453 319
Holstein 162 1 950 505 1 409
Holstein por CCC 187 2 000 426 1 714
3/4 Holstein 1/4 CCC 35 1 832 579 1 155
Fuente: Hernández, 1976.
Cuadro 2. Datos de Colombia 1972–75
Grupo racial tipo ordeño № observaciones kg leche/lact. IEP KPL/AE
3/8 BON 5/8 Jersey sin ternero 56 1 342 396 1 237
3/8 BON 5/8 Jersey con ternero 76 1 008 396 929
1/2 BON 1/2 Holstein con ternero 34 1 144 471 887
Fuente: Hernández, 1976
Cuadro 3. Datos de Venezuela, Criollo Limonero, 1972–76
Grupo racial № observaciones kg leche/lact. IEP* KPL/AE
Criollo 869 1 897 394 1 557
Predom Criollo 280 1 861 402 1 690
Mestizajes 755 1 791 392 1 668
General 1 904 1 741 394 1 613
Fuente: Perozo et al., 1977
* Estimado en base a duración de lactancia y del período seco.

Cuadro 4. Datos de Costa Rica, CATIE, 1949–74


Grupo racial № lactación kg leche/lact. IEP* KPL/AE
Criollo (C) 1 117 1 382 384 1 316
Jersey (J) 433 2 180 387 2 060
1/2 C 1/2 J (F1) 397 2 221 378 2 150
Ayrshire por F1 (A) 58 2 468 403 2 243
Rojo Danés por F1 (R) 30 2 112 396 1 949
Fuente: Alvarez, 1977
* Estimado en base a duración de lactancia y del período seco.

Una observación que surge al analizar la información de los cuadros anteriores y


evaluar la influencia del Criollo en cruzamientos y su comparación con razas puras, es
que la falta de información y de parámetros uniformes puede conducir a evaluaciones
erradas. Es obvio que si se emplean como únicas medidas la producción de leche en
kg/día y la producción de leche por lactación, no se podrán comparar adecuadamente
razas y cruces, aunque éstos provengan de animales contemporáneos. Ello se debe a
que existen notables diferencias en el comportamiento reproductivo del animal, que
pueden cambiar el rango de los grupos raciales cuando se considera la producción de
leche por año efectivo, característica estrechamente relacionada con la acción
económica.
Un problema semejante al que suscita la información sobre la producción de
leche cuando es expresada en distintas unidades, se crea al comparar la producción de
distintos grupos raciales cuando existen diferencias de edad al primer parto. Esta
falencia en la información puede confundir las comparaciones raciales, minimizando o
sobreestimando sus aspectos. En este caso, es posible obtener un parámetro que
exprese el intervalo entre partos estableciendo una fecha teórica que represente
aproximadamente la edad a la pubertad. Empleando los datos de Costa Rica (Alvarez et
al., 1977) se determina por ejemplo que la pubertad se alcanza a los 20 meses y si se
toma las edades promedio al primer parto de los diferentes grupos raciales (34.7(C),
32.7(J), 33.3(F), 33.7(A) y 35.7(R), los intervalos entre partos estimados serán de 14.7,
12.7, 13.3, 13.7 y 15.7 meses, respectivamente.
La evaluación de este parámetro puede cambiar el rango de los grupos raciales,
ya que indicaría el inicio de la vida productiva; de esta manera, se podría uniformar la
medida de la producción de leche durante la primera lactación del animal.
Diferencias de edad entre grupos raciales
Las diferencias de edad pueden confundir las comparaciones realizadas entre
vacas con el promedio de los grupos. Cuando se dispone de abundante información, es
factible hacer comparaciones entre animales contemporáneos y del mismo parto. Pero
para evaluar el ganado Criollo y sus cruces, en la mayoría de los casos las
observaciones son muy pocas y esta misma información es, además, incompleta. Para
evaluar los diferentes grupos raciales es necesario referir las producciones de distintas
edades a una base comían, como edad adulta equivalente. Sin embargo, sería erróneo
recurrir a factores obtenidos en zonas templadas para ajustar datos registrados en el
Trópico, aunque se refieran a las mismas razas para las cuales fueron desarrollados en
otras áreas.
En la figura 1 se puede observar el diverso comportamiento de distintos grupos
raciales en Costa Rica (Meini, 1973), en tres edades diferentes de la vida productiva del
animal. Este gráfico indica que el Criollo y la F1 tienen una tendencia similar a
incrementar la producción a medida que aumenta la edad, aun cuando sus niveles de
producción son diferentes, mientras que el Jersey inicia su producción lechera en
ascenso pero, a partir de los 54 meses de edad, ésta comienza a disminuir. La
información también indica la conveniencia de desarrollar en el propio medio los
factores de ajuste que permitan evaluar distintos grupos raciales con producciones
obtenidas en edades diferentes.

Fig. 1 Curvas para ajuste de edad. CATIE, 1973(5)


Porcentaje de grasa y peso de los grupos raciales
Estos dos parámetros son también importantes para la evaluación de los grupos
raciales; sin embargo, existe una gran deficiencia de información sobre ambos en la
literatura dedicada al tema.
Como la mayoría de las razas Criollas y sus cruces son productoras de leche
con un alto contenido de grasa, y este es bajo en las razas europeas, es obvio que las
comparaciones deben incluir la cantidad de grasa como medida para equilibrar los
promedios de producción de leche de los diversos grupos. La evaluación requiere
ajustar el contenido de grasa de la leche a un 4 por ciento, o expresar la grasa por
lactancía o grasa/año efectivo.
En la información obtenida en Turrialba (cuadro 4), los porcentajes promedio de
grasa para los diferentes grupos raciales son de 4.9(C), 4.8(J), 4.7(F1), 4.4(A) y
4.4(R).Tomando en cuenta la producción de leche por año efectivo (KPL/AE), la
producción de grasa por año efectivo asciende a 64, 99, 101, 99 y 36 kg,
respectivamente, para los diferentes grupos raciales. Limitarse a analizar los meros
porcentajes, puede conducir a errores al evaluar la producción de grasa de los distintos
grupos raciales. La grasa y la proteína son de importancia nutricional; sin embargo su
importancia económica sólo depende del mercado y no existen estímulos que el
productor procure obtener para leche con más contenido de grasa.
Las comparaciones entre grupos raciales de distintos pesos vivos no reflejan la
eficiencia biológica y económica. Es necesario considerar la producción de leche por
año efectivo ajustándola al peso metabólico del animal (kg peso vivo). Esta conversión
es una estimación cruda de la eficiencia, pero permite comparar los promedios. La
mayoría de los animales Criollos y sus cruces tienen un peso promedio intermedio en
comparación con las razas europeas. El cuadro 5 presenta un ejemplo teórico que
puede ilustrar el problema.
Cuadro 5. Retornos y relaciones económicas para vacas de distinto peso y niveles de
producción
Peso vivo Producción de leche en kg Todas producciones combinadas
kg 1 500 2 000 2 500
-24* -6 +15 -5
350
(-6) (+18) (+22) (+7)
-20 +1 +22 +1
450
(-15) (+1) (+14) (0)
-17 +4 +25 +4
550
(-21) (-7) (+5) (-7)
Todos pesos -20 -1 +21 0
combinados (-14) (0) (+14) (0)
* Eficiencia económica, c/ kg MS en %

En el cuadro 5, las cifras sin paréntesis expresan el porcentaje relativo de la


venta de leche, crías y vacas de desecho, en relación al promedio de los nueve grupos.
Las cifras entre paréntesis expresan el porcentaje relativo de la relación ingresos/kg
M.S. entendida como estimación del ingreso neto y como índice de alimentación.
Este parámetro subraya que es importante considerar el peso vivo del animal y
su producción de leche en la evaluación de los distintos grupos, ya que ambos factores
están directamente relacionados con los retornos económicos, que interesan
especialmente al productor. De acuerdo a la información disponible, el ganado Criollo y
sus cruces presentan pesos intermedios, y producciones de leche que oscilan entre los
2000 y 2 500 kg (Abreu et al., 1977, Alvarez et al., 1977, Hernandez et al., 1976, Perozo
et al. , 1977). Esta información indica igualmente que, al considerar los distintos grupos
raciales con vistas a la producción de leche, los de mayor peso deben ser descartados,
a menos que compensen ese hecho con una producción de leche mayor. Sin embargo,
en las explotaciones de carne o de doble propósito, el rendimiento de los tipos de mayor
tamaño puede ser igual, e incluso mejor, en relación a su peso.
Parámetros económicos como medidas de evaluación integral
Hay absoluta carencia de parámetros que permitan evaluar los grupos raciales
desde el punto de vista económico, aunque este sea decisivo para que el productor elija
una raza determinada y una tecnología conducente al fin de mejorar su explotación. La
información sobre costos y retornos reales de un hato completo es imprescindible para
evaluar los diferentes grupos. Estos parámetros reflejan la producción, reproducción,
mortalidad, mantenimiento de vacas secas y los costos de todos los reemplazos.
En Turrialba, a partir de la información que aparece en el cuadro 4, se ha
escogido el tipo racial A (Ayrshire por F1) y se ha obtenido un “Módulo de Producción de
Leche” que evalúa ese grupo en términos de retorno económico. Los resultados, al cabo
de dos años de funcionamiento del módulo, se presentan en el cuadro 6.
Cuadro 6. Indicadores biológicos y económicos de un hato de producción de leche
Producción y reproducción
Por vaca/lactancia (kg) 2 500
Por vaca/año efectivo (kg) 2 308
Diaria/vaca en producción (kg) 7.6
Diaria/vaca en hato (kg) 6.4
Por ha/año (kg) 12 583
IEP (meses) 13
Servicio/Preñez 2.2
Económicos (US$)
Costos de producción/kg 0.19
Precio de venta/kg 0.23
Rentabilidad (%) 36
Ingreso neto/ha/año 931
Es casi imposible llevar a cabo este tipo de evaluación en una estación
experimental, y menos aún cuando se desea evaluar diferentes grupos raciales. Sin
embargo, puede constituir una evaluación más real, especialmente cuando el productor
ha elegido - luego de ponderar la producción, reproducción, etc. - determinada raza o
cruce. Podrá entonces evaluarlo globalmente en términos del retorno económico que
obtendrá con su explotación.
Comentarios generales
Lo expresado anteriormente se centra, sobre todo, en los factores que limitan la
evaluación de los grupos raciales, y muy poco en la evaluación misma del ganado
Criollo y de sus cruces. Es que la carencia de información, y la falta de uniformidad de
la existente pueden conducir a evaluaciones erróneas, meramente basadas en
sentimentalismos y en consideraciones intuitivas.
Esta apreciación tiende a señalar que se requiere la mejor infórmación, “ la más
completa y objetiva a fin de evaluar el ganado Criollo y sus cruces. El punto de partida
deberá ser la conservación y el mejoramiento de los recursos existentes, entre ellos el
ganado Criollo, un producto de la selección natural - y no del hombre - en un medio
característico del trópico latinoamericano.
Las comparaciones raciales estandarizadas que presenta este trabajo indican
muy claramente el valor del ganado Criollo en los cruzamientos, cuando éstos se
comparan con las razas de origen europeo. Este hecho significativo merece el interés
de la comunidad científica latinoamericana, a fin de conservar, evaluar y mejorar este
germoplasma.
V

EL GANADO LECHERO TROPICAL DE AMERICA LATINA


J. de Alba
Desarrollo histórico
El esquema aquí presentado se refiere al desarrollo de los esfuerzos realizados
para el mejoramiento del Criollo lechero en Costa Rica, Venezuela, México y la
República Dominicana. Se podría hablar de un esfuerzo común, ya que procura
objetivos similares. Esos objetivos se pueden enumerar de la siguiente manera:
(a) reunir animales con características lecheras y con adaptabilidad al trópico
en hatos colocados bajo tutela institucional, para proceder a una selección
mayor que la realizada por los productores.
(b) Establecer parámetros de producción que permitan conocer las
características de adaptabilidad y productividad de esos ganados.
(c) Proyectar el esfuerzo de selección a una población mayor, con la
intervención de productores privados.
(d) Conectarse con programas de pruebas de hatos y desarrollo de índices
genéticos para toros, así como de distribución y utilización en gran escala
del semen de toros superiores.
A partir de estas ideas se crearon los hatos experimentales de Turrialba, Costa
Rica, y Maracay, Venezuela, descritos en sus etapas iniciales por de Alba y Carrera
(1958) y por Ríos, Bodisco y Morillo (1959), respectivamente. Con anterioridad, se había
establecido en Colombia un hato esencialmente constituido por el mismo tipo de ganado
- entonces denominado Costeño con Cuernos - y concentrado en Valledupar,
posteriormente trasladado a Sincelejo y, más recientemente, a Montería. Los dos
primeros hatos han seguido suministrando una importante información; no así el hato de
Colombia, que ha padecido la falta de continuidad de su administracion. También Brasil
había reunido un hato Criollo con pretensiones lecheras en Nova Odessa; era de
ganado Caracú y produjo alguna información (Pacheco Jordão, 1956), pero se verifico
en él mismo un marcado descenso de la producción debido al incremento de la
consanguinidad y a una selección errónea determinada por la búsqueda de factores
externos que explicaran el fenómeno. El Caracú, en manos de algunos criadores de
Pozos de Caldas (de Alba, .1960), había progresado más que en el rebaño oficial. Este
tipo de ganado nunca tuvo el apoyo de un programa oficial en Panamá, Ecuador,
Honduras y Nicaragua; la República Dominicana es el único país con un hato
institucional de este ganado, creado no hace mucho. En realidad, sólo han existido dos
hatos de Criollo lechero con información concreta, administración continua y publicación
permanente de datos: el de Turrialba, que ha proporcionado semen para dos nuevos
hatos experimentales - uno en México y otro en la República Dominicana - cuyas bases
genéticas y fisiológicas han sido descritas recientemente (de Alba, 1978), y el de
Maracay que, trasladado a Carrasquera, estado” de Zulia, ha vivido en íntimo contacto
con un programa de prueba de hatos. La información disponible sobre el último ha sido
resumida en una extensa monografía (Abreu, Labbe y Perozo, 1977).
Evidencia de progreso o estancamiento
Los datos ofrecidos por la bibliografía citada evidencian que el Criollo lechero de
América Latina desarrollado en climas tropicales posee varias características comunes:
pelo corto, piel pigmentada, pelo escaso, de color amarillo al rojo oscuro, con sombras
negras más marcadas en los machos, pezuñas muy fornidas y gran habilidad para
caminar bajo el sol del trópico, tanto húmedo como seco. Sus cualidades reproductivas
son sobresalientes: cualquiera sea la medida utilizada, se le ha encontrado una
fertilidad superior a la de los ganados europeos o cebuinos. La posible excepción
emerge de algunas publicaciones comparativas con el Jersey que, en ocasiones,
demuestra una fertilidad similar a la del ganado Criollo. El estudio de la sobreviencia de
becerros en ambiente tropical, también ha señalado la superioridad del Criollo lechero
sobre las razas lecheras europeas mas conocidas (Maltos, Cartwright y de Alba, 1970, y
Bodisco y Carnevali, 1960).
Como evidencia de adaptación al trópico, fue de particular importancia el
descubrimiento de la resistencia del Criollo lechero a los ectoparásitos (Ulloa y de Alba,
1957) y a la temperatura ambiental elevada (de Alba y Sampaio, 1957); esto apoyó la
hipótesis de que el Criollo lechero, sometido a la selección natural en el trópico, había
adquirido características genéticas de adaptabilidad que podía transmitir no sólo a la
cría pura, sino también en cruzamientos con ganados más productivos pero menos
adaptados. En este sentido - especialmente para las regiones productoras en vías de
expansión de la población lechera - es tan importante la longevidad que hacen falta,
para la edad por lactancia, factores de ajuste para la raza Criolla lechera que son
distintos de los necesarios para las Jersey. Y lo que es más significativo aún: el
cruzamiento entre ambas razas conduce a un vigor híbrido que reúne la precocidad y la
longevidad en animales F1 (Meini, 1973).
La dificultad más seria con que tropezó el progreso de las estirpes Criollas
lecheras fue el ordeño con apoyo difícil (Carnevali y Bodisco, 1966; de Alba, 1960). Sin
embargo, esa dificultad ha sido superada en las generaciones obtenidas tanto en
Turrialba como en Carrasquero, descendientes de toros cuyas madres presentaban
facilidad de ordeño sin ternero. De hecho, esos hatos seleccionados son ya
genéticamente superiores, en este sentido, a las estirpes Criollas lecheras de otros
países. Esto sugiere que sería un error intentar programas nuevos sin recurrir al semen
proveniente de estos hatos, que poseen récords de selección continua por más de 20
años.
Los hatos que han permanecido como núcleos cerrados, después de un
progreso productivo inicial (Magofke y Bodisco, 1966; de Alba y Magofke, 1977), no han
logrado, sin embargo, evolucionar mediante un proceso acelerado por la utilización,
como arma genética principal, de las pruebas de progenie de toros. Solamente en
Turrialba y en México se ha congelado semen de toros con índices de producción
lechera superior, y se trata de índices genealógicos, no de pruebas de progenie. Desde
luego, ese progreso es superior al logrado en hatos como los de Colombia, en los que
no se ha aplicado la presión de la selección productiva.
Es obvio que para efectuar pruebas de progenie se requieren datos extensivos
que sólo pueden obtenerse mediante un programa cooperativo con criadores privados.
Las primeras pruebas efectuadas tanto en el hato de Turrialba (de Alba y Muñoz, 1964)
como en el de Maracay (Ríos y Bodisco, 1962) adolecían de un defecto: cubrían muy
pocos toros y, por lo tanto, su presión de selección era muy débil si llegaba a detectarse
un toro superior. Además, como es obvio tratándose de una población reducida de
vacas, surgían serios obstáculos por la consanguinidad, si se utilizaba un toro superior
por varias generaciones. El programa de Carrasquero, por contar con un sistema de
pesaje de leche e identificación de animales en las fincas particulares, constituyó una
excelente oportunidad. Pero, hasta donde sabe el autor, esa oportunidad no se ha
aprovechado; ni siquiera circulan entre los ganaderos índices de predicción basados en
la producción. El programa de la Asociación Mexicana de Producción Animal en
Tampico, México, ha iniciado una prueba de hatos con cooperadores de la región y
tiene planes ambiciosos (sin presupuesto) para realizar, por primera vez en la historia
de la selección del Criollo lechero, pruebas con cinco toros simultáneamente.
Esquema de un desarrollo regional
Es palpable la urgencia de varios países latinoamericanos por incrementar la
producción lechera en el trópico. Por razones económicas, esto debe hacerse
recurriendo al uso mínimo de concentrados y al uso máximo de las praderas tropicales.
La continua importación de vacas inadaptadas es un camino costoso que, con toda
evidencia, no resuelve el problema. Esto se pone de manifiesto tanto en las primeras
investigaciones sobre el hato Mindi en Panamá (Narváez, 1951), como en los datos
recientes relativos al trópico mexicano (Garrido Rojo, 1978). En ambos casos se trataba
de hatos bien alimentados con ayuda de concentrados y aun de forraje importado. El
pastoreo exclusivo de praderas tropicales puede conducir a un desperdicio de insumos
todavía mayor. Sin embargo, hace años que los productores han descubierto que sus
ganados Criollos producían más en cruzamientos recurrentes con ganados más
especializados en la producción de leche.
Aquí surge un conflicto entre el desarrollo de la selección del Criollo lechero puro
y el interés de los productores por un tipo de animal F1 o, por lo menos, mestizo.
Por otra parte, los programas de un centro experimental están condenados a
tener muy poca importancia si no incluyen a los productores que trabajan en fincas
particulares.
La solución de estos conflictos ideológicos es sencilla desde el punto de vista
teórico, a condición de que se utilice la inseminación artificial: la propuesta se puede
sintetizartal como se ha planteado en el programa de México - en los siguientes puntos:
(a) articulación de un programa de selección intensiva de toros en las
estaciones experimentales con un programa regional de pesaje de leche y
mejoramiento de hatos.
(b) Desarrollo de un programa genético de mestizaje perpetuo para los hatos
cooperadores, utilizando cruzamientos alternos (criss-crossing) de toros
Criollos con altos índices de transmisibilidad lechera del centro
experimental, y semen de toros de razas; europeas sometidos a pruebas de
producción con resultado satisfactorio.
(c) Práctica de la inseminación artificial, en todos los hatos cooperadores, en
gran número de vacas a prueba a fin de obtener una progenie exitosa tanto
de los toros adaptados como de los lecheros no adaptados. Las ventajas del
vigor híbrido serán un beneficio adicional del programa.
(d) Certificación de toros producidos por vacas sobresalientes para ser
utilizados en fincas más alejadas donde no sea práctico emplear de
inmediato la inseminación artificial.
Papel del esfuerzo internacional
El esfuerzo internacional podría encaminarse a reducir las deficiencias mediante
alguno de los proyectos siguientes:
(a) contribución directa a la formación de una asociación internacional de
criadores que fomente la selección productiva en vez de la selección por la
selección misma.
(b) Contribución al favorecimiento del intercambio de personal, particularmente
del que trabaja en los programas más avanzados, para estimular el avance
por los caminos de la genética de poblaciones.
(c) Compete a la FAO y a este Comité de Recursos Genéticos recomendar a
los países o instituciones que inician programas de ganado Criollo lechero
en el trópico, que utilicen al máximo el progreso ya alcanzado por hatos que
pueden proporcionar semen congelado de toros con índices positivos de
producción de leche. La FAO debe ser, además, un instrumento para
facilitar el intercambio internacional de este semen.
Resumen
El trabajo analiza el desarrollo de los programas de mejoramiento del ganado
Criollo lechero latinoamericano, que es casíidéntico en Venezuela, Colombia, Ecuador,
Panamá, Nicaragua, República Dominicana y México. Después de su iniciocon miras a
la conservación, los programas en curso han carecido de una dinámica creciente que
les permitiera cosechar las ventajas derivadas de aplicar la genética de poblaciones a
pruebas de progenie de toros. Las causas radican en la falta de estabilidad de las
administraciones, la carencia de entrenamiento superior de los encargados y la
ausencia de programas conexos con los productores privados.
VI

LAS RAZAS CRIOLLAS COLOMBIANAS PARA LA PRODUCCION DE CARNE


G. Hernández
El reciente interés por las razas Criollas, especialmente por las “nativas” de las
zonas tropicales, se explica por la falta casi absoluta de razas adaptadas a las
condiciones de la región, que posean un grado aceptable de características de
importancia económica. Con excepción de las razas cebuinas, de buen nivel de
producción en casi todos los aspectos, las razas foráneas mejoradas genéticamente
muestran muy poca adaptación al trópico y, por consiguiente, su producción está
completamente aminorada.
Las razas nativas tropicales de América Latina, aunque tienen el mismo origen
que las razas especializadas de las zonas templadas del mundo, han logrado a través
de 400 años de selección natural una gran adaptación al medio, la cual se refleja en la
posesión de algunas buenas características de importancia económica que pueden ser
utilizadas para aumentar la producción animal.
Como es notorio, el valor de una raza productora de carne en cualquier parte del
mundo, pero especialmente en el trópico, está dado principalmente por su habilidad
para sobrevivir, reproducirse y aumentar de peso. Siendo la heterosis o vigor híbrido
uno de los métodos mas eficaces para aumentar la producción de carne, es también
necesario que las razas posean una buena habilidad combinatoria para obtener híbridos
de alta productividad.
Debido a la diversidad ecológica de Colombia, consecuencia de las tres
ramificaciones de los Andes que la atraviesan de sur a norte, el país tiene por lo menos
seis razas Criollas: el Romosinuano y el Costeño con Cuernos en las zonas planas del
norte o Costa Atlántica; el Blanco Orejinegro y el Chino Santandereano en varias zonas
montañosas de clima medio; el Sanmartinero en los Llanos Orientales; y el Hartón en el
valle del río Cauca.
Las razas Criollas colombianas fueron muy numerosas hasta comienzos de este
siglo, cuando empezó la importación del Cebú. El gobierno nacional, consciente de la
importancia del germoplasma nativo, impidió su desaparición reuniendo en granjas
experimentales núcleos puros de cuatro de esas razas (Romosinuano, Sanmartinero,
Blanco Orejinegro y Costeño con Cuernos). Esto ocurriöHacia 1936 y, desde entonces,
estos núcleos han permanecido como hatos cerrados. Las otras dos razas han recibido
la protección de algunos ganaderos entusiastas y de las Secretarías de Agricultura
departamentales.
El Instituto Colombiano Agropecuario, mediante su Programa de Ganado de
Carne, ha venido estudiando tres de las razas que han mostrado mas aptitud para la
producción de carne en sendas granjas experimentales: el Romosinuano en Turipaná
(Córdoba), el Sanmartinero en La Libertad (Meta) y el Blanco Orejinegro en El Nus
(Antioquia).
La granja Turipaná está situada en el valle del río Sinú, a una altura de 20
metros sobre el nivel del mar, con una temperatura promedio de 27, 5 grados
centígrados y una humedad relativa del 83%. El promedio anual de las precipitaciones
pluviales es de 1 200 milímetros. Los suelos son fértiles y no presentan deficiencias
minerales. El pasto que más abunda en la granja es el Pará (Brachiaria mutica).
La granja La Libertad está situada en los Llanos Orientales a una altura de 450
metros sobre el nivel del mar, con una temperatura promedio de 24 grados centígrados
y una precipitación pluviométrica de 3 500 milímetros al año. Los suelos poseen baja
fertilidad, alto grado de acidez y presentan deficiencias minerales. Los pastos más
comunes en la granja son el Puntero ( Hyparrhenia rufa), el Gordura ( Melinis
minutiflora) y el Braquiaria ( Brachiaria decumbens y ruziziensis).
La granja El Ñus está situada en las faldas de la Cordillera Central, a alturas que
van de 800 a 1 800 metros, temperatura promedio de 23 grados centígrados y 2 000
milímetros de precipitación pluvial.La topografía es abrupta, con suelos ácidos,
erosionables y deficientes en minerales. Los pastos predominantes en la granja son el
Puntero ( Hyparrhenia rufa), el Gordura ( Melinis minutiflora) y el Guinea ( Panicum
maximum).
Ademas de atender a la conservación y selección de las razas Criollas, en cada
una de las tres granjas se mantuvo un hato compuesto de vacas Cebú puro (Brahman)
y de alto mestizaje (Brahman). Los hatos Cebú puro se originaron en el excelente
rebaño que poseía el ICA en la granja de Armero, el cual fue repartido entre las tres
granjas. Las vacas de alto mestizaje Cebú fueron compradas a particulares. A partir de
estos hatos se realizaron cruces recíprocos entre los Criollos y el Cebú, seguidos de
cruzamientos alternos. También se emplearon algunos toros Charolais, que fueron
apareados con vacas Criollas, Cebú y cruzadas F1 Criollo-Cebú. Para descartar el
efecto de toro individual, los lotes de apareamiento tenían vacas de las diferentes razas,
según el plan de cruzamientos.
En las tres granjas los animales permanecieron en pastoreo y se tuvo la
intención de que permanentemente dispusieran de sal y mezcla mineral, aunque esto
casi nunca se logró. Se fijó en 2 años la edad para la iniciación de la reproducción, tanto
en machos como en hembras. El apareamiento se efectuó previendo que la parición se
produjera en la época más favorable (enero a abril).El destete de los terneros se hizo
alrededor de los 9 meses de edad. No se procedió a la castración ni eliminación de
animales antes de los 18 meses.
Natalidad y mortalidad
En los cuadros 1, 2 y 3 se presenta el registro de natalidad y mortalidad hasta el
destete en las tres granjas. Se puede observar que el Romosinuano muestra el más alto
índice de fertilidad (81.1%) seguido por el Sanmartinero (55, 3%) y el Blanco Orejinegro
o BON (51.1%).Estas diferencias se deben, en gran parte, a factores ambientales
permanentes (suelos, pastos, lluvias, temperatura, humedad, etc.) y a factores
ambientales temporales (disponibilidad de pastos y sales mineralizadas, enfermedades
infecciosas, etc.). Así, el Romosinuano, por estar localizado en mejores suelos y, por
consiguiente, contar con mejores pastos, muestra una fertilidad más alta. Por otro lado,
el Sanmartinero y el Blanco Orejinegro, además de estar ubicados en suelos pobres,
tuvieron durante los años de estudio poca disponibilidad de pasto debido a la
sobrecarga de animales, lo que se tradujo en bajos porcentajes de fertilidad. Se debe
recordar el hecho de que no siempre los animales dispusieron de mezcla mineral.
Para descontar el efecto del ambiente en la fertilidad, podemos comparar el
comportamiento de cada una de las tres razas con el comportamiento del Cebú en la
granja respectiva, asumiendo que no hay interacciones genético-ambientales. El
Romosinuano supera el Cebú en un 6.7%, el Blanco Orejiegro lo supera en un 3.0% y el
Sanmartinero es superado por el Cebú en un 0.1%. Perozo et al., (1971), en Costa
Rica, encontraron que el Brahman superó al Criollo en un 6.8%.
Cuadro 1. Registro de natalidad y mortalidad hasta el destete en la granja Turipaná
Años Razas toros Razas vacas № vacas № nac. % nat. % mort. % dest.
1970–1976 R R 624 506 81.1 11.9 71.5
1970–1976 C C 493 367 74.4 8.2 68.4
1971–1975 R×C C×R 234 194 82.9 3.6 79.9
1973–1975 C R×C 53 41 77.4 2.4 75.5
1970–1976 C R 333 173 52.0 11.6 45.9
1970–1976 R C 193 150 77.7 4.0 74.6
1970–1976 CH R - 41 - 7.3 -
1972–1976 CH C - 29 - 0.0 -
1970–1975 CH C×R - 36 - 2.8 -
1971–1975 CH R×C - 24 - 4.2 -
R = Romosinuano C = Cebú CH = Charolais

Cuadro 2. Registro de natalidad y mortalidad hasta el destete en la granja La Libertad


Años Razas toros Razas vacas № vacas № nac. % nat. % mort. % dest.
1969–1976 SM SM 275 152 55.3 8.6 50.5
1969–1976 C C 303 168 55.4 11.3 49.2
1974–1975 SM y C C × SM 57 34 59.6 5.9 56.1
1974 C SM × C 43 26 60.5 7.7 55.8
1969–1976 C SM 253 136 53.8 5.1 51.0
1969–1976 SM C 245 153 62.4 5.2 59.2
1969–1973 CH SM - 32 - 9.4 -
1969–1973 CH C - 33 - 0.0 -
1969–1973 CH C × SM - 40 - 7.5 -
1971–1973 CH SM × C - 11 - 9.1 -
SM = Sanmartinero C = Cebú CH = Charolais
Cuadro 3. Registro de natalidad y mortalidad hasta el destete en la granja E1 Nus
Anos Razas toros Razas vacas № vacas № nac. % nat. % mort. % dest.
1970–1976 BON BON 380 194 51.1 2.1 50.0
1970–1976 C C 135 65 48.1 9.2 43.7
1972–1975 BON y C C × BON 71 42 59.2 4.8 56.3
1970–1976 C BON 290 151 52.1 5.3 49.3
1972–1976 BON C 114 57 50.0 1.8 49.1
1970–1976 CH BON - 67 - 4.5 -
1971–1975 CH C × BON - 35 - 5.7 -
1973–1975 CH CH × BON - 11 - 9.1 -
1971–1976 C CH × BON - 54 - 0.0 -
BON = Blanco Orejinegro C = Cebú CH = Charolais
Un hecho que se aprecia en los cuadros 1, 2 y 3 es el aumento de la fertilidad
cuando se utilizan vacas cruzadas F1, no solo con el Cebú sino también con las razas
Criollas. Este aumento fue similar para los dos cruces recíprocos de cada granja. El
aumento máximo logrado por las vacas cruzadas fue del 11.1% en El Nus y el mínimo
del 5.1%en La Libertad. También se advierte el aumento de la fertilidad al emplear toros
Criollos. Todos estos hechos parecen indicar el gran valor de las razas Criollas en
materia de fertilidad.
En el cuadro 1 se aprecia que los toros Cebú tienen, con vacas Romosinuanas,
un porcentaje de natalidad muy inferior al cruce recíproco, también inferior al de las
razas puras Romosinuano y Cebú. La diferencia con el Romosinuano llega al 29.1%, lo
cual sería el efecto de la “discriminación” aplicada por el toro Cebú a las vacas de otra
raza cuando en los lotes de apareamiento hay vacas Cebú y de otras razas. Este hecho
ha sido ya registrado por Castro et al. (1971).En las otras dos granjas no se observó
dicho fenómeno. Su existencia en Turipaná podría deberse a problemas de manejo,
tales como la separación permanente de los toros Cebú de los toros de otras razas.
En los cuadros 1, 2 y 3 no se presentan los porcentajes de natalidad obtenidos
por los toros Charolais con diferentes grupos de vacas debido a que sólo se dispuso de
un pequeño número de reproductores de esta raza que se usaron, año tras año, para
establecer comparaciones con toros jóvenes de las otras razas. Esto, indudablemente,
produjo una disminución de su fertilidad. Desde luego, se observóuna cierta falta de
adaptación del Charolais a los ambientes de Turipaná y La Libertad.
Los cuadros 1, 2 y 3 muestran los porcentajes de mortalidad hasta el destete en
las tres granjas. Con excepción del Romosinuano, las otras dos razas Criollas
padecieron una mortalidad menor que el Cebú. Esta diferencia fue muy grande entre el
Blanco Orejinegro y el Cebú (7.1%), pero hay que tener en cuenta que la muestra del
Cebú en El Nus fue relativamente pequeña.
En general, los animales cruzados experimentan una mortalidad inferior a la de
los animales puros, lo cual es una característica importante en regiones de ambiente tan
difícil como el trópico.
Peso corporal
Con el fin de obtener estimaciones del peso corporal de los diferentes grupos
raciales, para someterlas al análisis, se escogieron, entre los ejemplares disponibles de
diferente edad, aquellos que más se ajustaban al diseño original. Desde luego: no se
logró un balanceo completo y, en ocasiones, hubo subclases de las que no se obtuvo
ninguna observación. En experimentos de larga duración es a veces difícil mantener la
continuidad de los ensayos debido al cambio de los técnicos que los conducen. En
Turipaná y La Libertad se analizaron datos registrados durante cuatro años (1971–
1974) y en El Nus, durante cinco años (1972–1976). En los cuadros 4, 5 y 6 se muestra
el diseño experimental con el total de terneros en cada subclase.
Los datos se analizaron de acuerdo al metódo de cuadrados mínimos para
desigual número de observaciones en cada subclase (Harvey, 1960). El modelo incluyó
año de nacimiento, sexo, edad de la vaca, raza del padre, raza de la madre e
interacción de raza del padre y raza de la madre. Seanalizaron las variables
dependientes del peso al nacer, peso al destete (ajustado a 270 días), peso a los 18
meses (ajustado a 540 días) y aumentos promedio diarios pre y postdestete. Debido a
la gran cantidad de datos disponibles, sólo se tratarán los efectos genetncos en sus
aspectos más sobresalientes, dejando a un lado los efectos ambientales
Cuadro 4. Diseño experimental en Turipaná mostrando el total de terneros en cada
subclase (1971–1974)
Raza de la vaca Raza del toro
Romosinuano Cebú Charolais
Romosinuano 512 131 44
Cebú 141 284 8
Cebú × Romo. - 35 39
Romo, × Cebú 103 - 16
Cuadro 5. Diseño experimental en La Libertad mostrando el total de terneros en cada
subclase (1971–1974)
Raza de la vaca Raza del toro
Sanmartinero Cebú Charolais
Sanmartinera 99 71 18
Cebú 85 126 21
Cebú y Sanmartinero 7 46
Cuadro 6. Diseño experimental en El Ñus mostrando el total de terneros en cada
subclase (1972–1976)
Raza de la vaca Raza del toro
BON* Cebú Charolais
BON 138 121 39
Cebú 32 58 -
Cebú × BON - 25 25
Charolais × BON 4 37 7
* BON = Blanco Orejinegro
Cuadro 7. Valores de la prueba de F para las fuentes de variación genéticas en tres granjas
Granja Fuente Peso nacimiento Aumento predestete Peso destete Aumento postdestete Peso 18 meses
Turipaná Raza padre 18.5** 6.2** 8.0** 10.2** 14.5**
Raza madre 11.7** 24.4** 25.5** 5.7** 14.8**
Raza padre ×
Raza madre 9.3** 22.4** 23.9** 22.9** 66.4**
La Libertad Raza padre 15.2** 0.7 1.8 1.0 4.1*
Raza madre 24.8** 15.9** 13.7** 5.1** 7.9**
Raza padre ×
Raza madre 12.3** 15.6** 17.1** 23.3** 50.8**
El Nus Raza padre 11.7** 3.2* 4.8** 6.7** 4.9**
Raza madre 18.9** 16.5** 10.8** 3.4* 2.7*
Raza padre ×
Raza madre 9.3** 11.8** 14.7** 9.6** 28.8**
* Probabilidad <5% ** Probabilidad< 1%
Cuadro 8. Efecto de las razas del padre y de la madre en el peso al nacer
(Turipaná 1971–1974)
Raza Número observaciones Promedio cuadrados Constante Error
mínimos
P: Romosinuano 756 29.6 -1.1 0.2
P: Cebú 450 30.4 -0.4 0.2
P: Charolais 107 32.2 1.5 0.4
M: Romosinuana 687 31.5 0.7 0.2
M: Cebú 433 29.1 -1.6 0.4
M: Cebú × Romosinuano 74 31.3 0.5 0.4
M: Romosinuana × Cebú 119 31.2 0.4 0.4
P = padre M = madre

Cuadro 9. Efecto de las razas del padre y de la madre en el peso al nacer


(La Libertad 1971–1974)
Raza Número observaciones Promedio cuadrados Constante Error
mínimos
P: Sanmartinero 184 26.0 -1.6 0.4
P: Cebú 204 27.6 -0.1 0.5
P: Charolais 85 29.4 1.7 0.5
M: Sanmartinera 188 28.9 1.2 0.4
M: Cebú 232 25.4 -2.3 0.4
M: Cebú × Sanmartinera 53 28.8 1.1 0.8
P = padre M = madre

Cuadro 10. Efecto de las razas del padre y de la madre en el peso al nacer
(El Nus 1972–1976)
Raza Número observaciones Promedio cuadrados Constante Error
mínimos
P: BON 174 26.7 -3.0 0.8
P: Cebú 241 30.8 1.2 0.4
P: Charolais 71 31.4 1.8 0.7
M: BON 298 31.1 1.5 0.4
M: Cebú 90 26.6 -3.0 0.6
M: Cebú × BON 50 29.0 -0.6 0.7
M: Charolais × BON 48 31.8 2.1 1.0
P = padre M = madre BON = Blanco Orejinegro

En el cuadro 7 se presentan los valores de la prueba de F para las fuentes de


variación genética en las tres granjas. Se puede observar que la mayoría de los efectos
fueron estadísticamente significativos al nivel de probabilidad del 1%.La excepción, en
La Libertad, fue la raza del padre en lo que respecta a las variables del aumento
predestete, peso al destete y aumento postdestete, para las que no se mostró
significante, y en cuanto al peso a los 18 meses, que solo consiguió a nivel del 5%. La
raza del padre también fue una excepción en El Nus en lo que se refiere al aumento
predestete (P<0.05). Otra excepción en El Nus fue la raza de la madre en cuanto al
aumento postdestete y al peso a los 18 meses: solo fue significativa a nivel del 5%. La
interacción de la raza del padre y la raza de la madre fue altamente significativa
(P<0.01) para las cinco variables en las tres granjas.
Peso al nacer
El efecto de las razas del padre y de la madre en las tres granjas se muestra en
los cuadros 8, 9 y 10.Se observa que, con una excepción, los toros de las razas Criollas
apareados con vacas de su misma raza o de otras razas producen los terneros mas
livianos al nacer, mientras que las vacas de razas Criollas apareadas con toros de su
misma raza o de otras razas producen los terneros mas pesados. La excepción fueron
las vacas Charolais × BON en El Nus, que en esta materia superaron ligeramente a las
vacas BON puras. El hecho de que los toros Criollos produzcan terneros livianos al
nacer puede ser una ventaja muy grande si tenemos en cuenta que un programa de
cruzamiento puede encontrar dificultades de parto debidas al tamaño excesivo del
ternero. En contraste, los toros Charolais pueden ofrecer desventajas a este respecto.
En los cuadros 11, 12 y 13 se presenta la interacción de las razas del padre y de
la madre en el peso al nacer en las tres granjas. El Romosinuano es la raza mas
pesada al nacer (29.6 kg), seguido por el Blanco Orejinegro (27.0 kg) y el Sanmartinero
(25.9 kg).Todos estos valores están por encima de los anotados por Muller-Haye et al.
(1968) y Peña et al. (1974) para el ganado Criollo de Venezuela (25.3 y 25.5 kg,
respectivamente). Posteriormente, Plasse (1975) registró en el Criollo de Venezuela
26.0 kg de peso al nacer. En Costa Rica, Muñoz et al. (1969) determinaron un promedio
de 29.1 kg de peso al nacer en el Criollo.
Se observa en los cuadros 11, 12 y 13 que las tres razas Criollas tienen un peso
al nacer superior al del Cebú. Se nota también la gran influencia ambiental sobre el
peso al nacer, como lo demuestran los distintos valores para el Cebú en las tres
granjas.
Aumento diario predestete
En los cuadros 14, 15 y 16 se muestra el efecto de las razas del padre y de la
madre en el aumento diario predestete. Se nota que, en las tres granjas, la clasificación
de la raza del padre en apareamiento con hembras de varias razas fue netamente como
sigue: primero el Charolais; segundo el Cebú; y tercero el Criollo. Sin embargo, las
diferencias son mucho más pequeñas en La Libertad que en las otras dos granjas,
hecho corroborado porque la raza del padre no tuvo significancia en esa granja.
En cuanto a la raza de la madre, se observa que, con una excepción en El Nus,
las vacas cruzadas producen los terneros de más rápido crecimiento entre el nacimiento
y el destete, seguidas por las vacas Cebú y por las Criollas. Esto revela una mayor
habilidad materna de las vacas cruzadas en relación a las puras. La diferencia entre el
Cebú y el Romosinuano es mucho más grande (86 gr) que entre el Cebú y el
Sanmartinero (51 gr) y entre el Cebú y el Blanco Orejinegro (46 gr). Lo cual parece
indicar que las vacas Blanco Orejinegro y Sanmartinero tienen mayor habilidad materna
que las Romosinuano.
Cuadro 11. Interacción de las razas del padre y de la madre en el peso al nacer
(Turipaná 1971–1974)
Razas Número Promedio cuadrados Constante Error
observaciones mínimos
R×R 512 29.6 -0.8 0.1
R×C 141 29.2 1.2 0.3
R × R-C 103 29.6 -0.5 0.3
C×C 284 28.9 0.1 0.2
C×R 131 31.5 0.4 0.3
C×CR 35 30.3 -0.6 0.5
CH × R 44 33.2 0.3 0.4
CH × C 8 29.2 -1.4 1.0
CH × C-R 39 33.3 0.6 0.5
CH × P-C 16 38.1 0.5 0.7
R = Romosinuano C = Cebú CH = Charolais

Cuadro 12. Interacción de las razas del padre y de la madre en el peso al nacer
(La Libertad 1971–1974)
Razas Número Promedio cuadrados Constante Error
observaciones mínimos
SM × SM 99 25.9 -1.3 0.4
SM × C 85 25.1 1, 3 0.5
C×C 126 24.6 -0.7 0.4
C × SM 71 30.4 1.6 0.5
C × C-SM 7 27.9 -0.8 1.5
CH × SM 18 30.3 -0.2 0.9
CH × C 21 26.6 -0.6 0.9
CH × C-SM 46 31.3 0.8 0.6
SM = Sanmartinero C = Cebú CH = Charolais

Cuadro 13. Interacción de las razas del padre y de la madre en el peso al nacer
(El Nus 1972–1976)
Razas Número Promedio cuadrados Constante Error
observaciones mínimos
BON × BON 138 27.0 -1.1 0.4
BON × C 32 25.8 2.1 0.8
BON × CH-BON 4 27.8 -1.0 2.2
C×C 58 25.7 -2.1 0.6
C × BON 121 33.5 1.3 . 0.4
C × C-BON 25 30.6 0.3 0.9
C × CH-BON 37 33.5 0.5 0.8
CH × BON 39 32.8 -0.1 0.8
CH × C-BON 25 30.5 -0.3 0.9
CH × CH-BON 7 34.0 0.5 1.7
BON = Blanco Orejinegro C = Cebú CH = Charolais
Cuadro 14. Efecto de las razas del padre y de la madre en el aumento del peso
predestete (Turipaná 1971–1974)
Raza Número Promedio cuadrados Constante Error
observaciones mínimos
P: Romosinuano 697 0.691 -0.026 0.007
P: Cebú 417 0.709 -0.007 0.009
P: Charolais 101 0.749 0.033 0.014
M: Romosinuana 624 0.641 -0.075 0.007
M: Cebú 407 0.727 0.011 0.014
M: Cebú × Romosinuana 72 0.751 0.034 0.014
M: Romosinuana × Cebú 112 0.746 0.030 0.017
P = parde M = madre

Cuadro 15. Efecto de las razas del padre y de la madre en el aumento del peso
predestete (La Libertad 1971–1974)
Raza Número Promedio cuadrados Constante Error
observaciones minimos
P: Sanmartinero 162 0.579 -0.010 0.012
P: Cebú 179 0.589 0.0005 0.015
P: Charolais 81 0.598 0.009 0.013
M: Sanmartinera 163 0.525 -0.063 0.011
M: Cebú 211 0.576 -0.012 0.011
M: Cebú × Sanmartinera 48 0.664 0.076 0.023
P = padre M = madre

Cuadro 16. Efecto de las razas del padre y de la madre en el aumento del peso
predestete (El Nus 1972–1976)
Raza Numero Promedio cuadrados Constante Error
observaciones minimos
P: BON 154 0.652 -0.026 0.017
P: Cebú 208 0.673 -0.004 0.008
P: Charolais 64 0.707 0.029 0.014
M: BON 262 0.631 -0.047 0.008
M: Cebú 77 0.677 -0.001 0.012
M: Cebú × BON 44 0.729 0.052 0.015
M: Charolais × BON 43 0.673 -0.004 0.019
P = padre M = madre
Cuadro 17. Interacción de las razas del padre y de la madre en el aumento del peso
predestete (Turipaná 1971–1974)
Razas Número Promedio cuadrados Constante Error
observaciones mínimos
R×R 465 0.575 -0.040 0.006
R×C 135 0.730 0.029 0.010
R×RC 97 0.732 0.011 0.012
C×C 264 0.681 -0.039 0.007
C×R 119 0.684 0.050 0.011
C × C-R 34 0.733 -0.011 0.020
CH × R 40 0.665 -0.010 0.018
CH × C 8 0.770 0.010 0.040
CH × C-R 38 0.794 0.011 0.019
CH × R-C 15 0.768 -0.011 0.030
R = Romosinuano C = Cebú CH = Charolais

Cuadro 18. Interacción de las razas del padre y de la madre en el aumento del peso
predestete (La Libertad 1971–1974)
Razas Número Promedio cuadrados Constante Error
observaciones mínimos
SM × SM 81 0.510 -0.006 0.012
SM × C 81 0.572 0.006 0.013
C×C 109 0.508 -0.069 0.011
C × SM 64 0.561 0.035 0.014
C × C-SM 6 0.698 0.033 0.042
CH × SM 18 0.505 -0.029 0.025
CH × C 21 0.648 0.063 0.023
CH × C-SM 42 0.640 -0.033 0.016
SM = Sanmartinero C = Cebú CH = Charolais

Cuadro 19. Interacción de las razas del padre y de la madre en el aumento del peso
predestete (El Nus 1972–1976)
Razas Número Promedio cuadrados Constante Error
observaciones mínimos
BON × BON 123 0.567 -0.038 0.008
BON × C 28 0.686 0.035 0.016
BON × CH-BON 3 0.650 0.003 0.045
C×C 49 0.638 -0.035 0.012
C × BON 105 0.655 0.028 0.009
C × C.BON 20 0.703 -0.022 0.019
C × CH-BON 34 0.699 0.030 0.014
CH × BON 34 0.670 0.010 0.015
CH × C-BON 24 0.781 0.022 0.017
CH × CH-BON 6 0.670 -0.032 0.032
BON - blanco Orejinegro C = Cebú CH = Charolais
Cuadro 20. Efecto de las razas del padre y de la madre en el peso al destete
(Turipaná 1971–1974)
Raza Número Promedio cuadrados Constante Error
observaciones mínimos
P: Romosinuano 697 216.2 - 8.0 2.0
P: Cebú 417 221.8 - 2.3 2.5
P: Charolais 101 234.5 10.3 3.9
M: Romosinuana 624 204.6 -19.6 2.0
M: Cebú 407 225.5 1.3 3.9
M: Cebú × Romosinuana 72 234.0 9.8 4.0
M: Romosinuana × Cebú 112 232.6 8.5 4.7
P = padre M = madre

Cuadro 21. Efecto de las razas del padre y de la madre en el peso al destete
(La Libertad 1971–1974)
Raza Número Promedio cuadrados Constante Error
observaciones mínimos
P: Sanmartinero 162 182.3 - 4.3 3.3
P: Cebú 179 186.7 0.1 4.2
P: Charolais 81 190.9 4.3 3.5
M: Sanmartinera 163 170.7 -15.9 3.0
M: Cebú 211 181.1 - 5.6 2.9
M: Cebú × Sanmartinera 48 208.1 21.5 6.4
P = padre M = madre

Cuadro 22. Efecto de las razas del padre y de la madre en el peso al destete
(El Nus 1972–1976)
Raza Número Promedio cuadrados Constante Error
observaciones mínimos
P: BON 154 202.9 -10.3 4.9
P: Cebú 208 213.4 0.2 2.3
P: Charolais 64 223.1 10.0 4.0
M: BON 262 202.1 -11.0 2.1
M: Cebú 77 210.2 - 3.0 3.5
M: Cebú × BON 44 226.0 12.9 4.1
M: Charoláis × BON 43 214.2 1.1 5.5
P = padre M = madre

La interacción de las razas del padre y de la madre en el aumento diario


predestete se muestra en los cuadros 17, 18 y 19. Se observa que en Turipaná y El
Nus, el Cebú puro supera a las razas Criollas, mientras que en La Libertad el
Sanmartinero supera ligeramente al Cebú en esta materia. Usualmente, para comparar
la habilidad materna de dos razas, se mide la diferencia entre los dos recíprocos. En
este caso, la diferencia entre los dos recíprocos es de 46 gramos en Turipaná, de 11
gramos en La Libertad y de 31 gramos en El Nus. Estos datos indicarían que la única
raza Criolla colombiana con buena habilidad materna es el Sanmartinero.
En los cuadros 17, 18 y 19 también se observa que, en general, los terneros
híbridos superan a los puros, especialmente aquellos que son hijos de vacas cruzadas.
Esto indica, nuevamente, una mayor producción de leche de las vacas cruzadas en
comparación con las puras.
Peso al destete
En los cuadros 20, 21 y 22 se presenta el efecto de las razas del padre y de la
madre en el peso al destete de los terneros en las tres granjas. Se observa que aunque
la clasificación de las tres razas del padre es la misma en las tres localidades (primero,
Charolais; segundo, Cebú; tercero, Criollos), las diferencias entre las razas de los toros
son mayores en Turipaná y El Nus que en La Libertad. Esto se acuerda con la falta de
significancia estadística del efecto de la raza del padre en La Libertad, aunque podría
deberse al menor número de razas de madres existentes en esa granja, con la
consiguiente disminución del número de combinaciones y, por ende, de las
probabilidades de variación.
La diferencia del peso al destete entre los terneros según la raza del padre -
Cebú o Criolla - ascendió a 5.6 kg en Turipaná, 4.4 kg en La Libertad y 10.5 kg en El
Nus. Esto podría significar que el Romosinuano y el Sanmartinero tienen una mayor
habilidad de combinación con otras razas que el Blanco Orejinegro.
En los cuadros 20, 21 y 22 también se presenta el efecto de la raza de la madre:
fue significativo al nivel del 1% de probabilidades en las tres granjas, lo cual indica su
gran influencia. Se observa en los cuadros que las vacas Criollas tienen menor
habilidad que las otras razas para producir terneros pesados al destete. Sin embargo, la
diferencia entre el Romosinuano y el Cebú duplica la verificada entre las otras dos razas
Criollas y el Cebú, lo cual parece indicar una deficiencia relativa del Romosinuano a ese
respecto.
La superioridad de las vacas cruzadas sobre las vacas puras en cuanto al
destete de terneros pesados parece quedar demostrada en los cuadros 20, 21 y 22. Sin
embargo, hay que tener en cuenta la composición genética del ternero resultante. Por
ejemplo, en este caso las vacas cruzadas fueron las únicas que amamantaron terneros
trihíbriclos.
El efecto de lainteracción de las razas del padre y de la madre en el peso al
destete en las tres granjas se presenta en los cuadros 23, 24 y 25. Se nota que el
Sanmartinero aventaja al Cebú en 1.4 kg, mientras que el Cebú aventaja al
Romosinuano y al Blanco Orejinegro en 27.7 y 17.9 kg, respectivamente. Esto parece
indicar que la única raza Criolla que puede competir con el Cebú en peso al destete es
el Sanmartinero. Muñoz et al. (1969) en Costa Rica, y Perozo et al. (1971) en
Venezuela, registraron al respecto que el Criollo supera al Brahman en 13.4 y 16.1 kg,
respectivamente. Plasse (1974) detecto la situación contraria, o sea que el Brahman
supera al Criollo en 8.0 kg. Como se puede ver, todo depende de la calidad del ganado
con el cual se están comparando las razas Criollas.
Cuadro 23. Interacción de las razas del padre y de la madre en el peso al destete
(Turipaná 1971–1974)
Razas Número Promedio cuadrados Constante Error
observaciones mínimos
R×R 465 185.0 -11.7 1.5
R×C 135 226.4 9.0 2.8
R × R-C 97 227.3 2.7 3.4
C×C 264 212.7 -10.4 2.0
C×R 119 216.2 13.9 2.9
C × C-R 34 228.1 - 3.5 5.5
CH × R 40 212.7 - 2.2 4.9
CH × C 8 237.2 1.4 11.0
CH × C-R 38 247.8 3.5 5.1
CH × R-C 15 240.2 - 2.7 8.2
R = Romosinuano C = Cebú CH = Charolais

Cuadro 24. Interacción de las razas del padre y de la madre en el peso al destete
(La Libertad 1971–1974)
Razas Número Promedio cuadrados Constante Error
observaciones mínimos
SM × SM 81 163.5 - 2.9 3.3
SM × C 81 179.6 2.9 3.6
C×C 109 162.1 -19.0 3.1
C × SM 64 181.9 11.1 3.7
C × C-SM 6 216.1 8.0 11.5
CH × SM 18 166.8 - 8.2 6, 8
CH × C 21 201.5 16.2 6.4
CH × C-SM 42 204.4 - 8.0 4.5
SM = Sanmartinero C = Cebú CH = Charolais

Cuadro 25. Interacción de las razas del padre y de la madre en el peso al destete
(El Nus 1972–1976)
Razas Número Promedio cuadrados Constante Error
observaciones mínimos
BON × BON 123 180.7 -11.1 2.3
BON × C 28 211.7 11.8 4.5
BON × CH-BON 3 203.3 - 0.7 12.6
C×C 49 198.6 -11.8 3.5
C × BON 105 211.1 8.8 2.5
C × C-BON 20 220.5 - 5.7 5.2
C × CH-BON 34 223.2 8.7 4.1
CH × BON 34 214.5 2.3 4.2
CH × C-BON 24 241.7 5.7 4.8
CH × CH-BON 6 216.2 - 8.0 8.9
BON = Blanco Orejinegro C = Cebú CH = Charolais
Cuadro 26. Efecto de las razas del padre y de la madre en el aumento de peso
postdestete (Turipaná 1971–1974)
Raza Número Promedio cuadrados Constante Error
observaciones mínimos
P: Romosinuano 641 0.255 -0.009 0.006
P: Cebú 410 0.290 0.026 0.008
P: Charolais 94 0.246 -0.018 0.012
M: Romosinuana 583 0.283 0.019 0.006
M: Cehú 398 0.292 0.028 0.012
M: Cebú × Romosinuana 68 0.251 -0.013 0.012
M: Romosinuana × Cebú 96 0.229 -0.034 0.015
P = padre M = madre

Cuadro 27. Efecto de las razas del padre y de la madre en el aumento de peso
postdestete (La Libertad 1971–1974)
Raza Número Promedio Constante Error
observaciones cuadrados mínimos
P: Sanmartinero 157 0.219 -0.007 0.011
P: Cebú 171 0.218 -0.008 0.014
P: Charolais 73 0.241 0.015 0.012
M: Sanmartinera 156 0.239 0.013 0.010
M: Cebú 205 0.257 0.031 0.009
M: Cebú × Sanmartinera 40 0.182 -0.044 0.022
P = padre M = madre

Cuadro 28. Efecto de las razas del padre y de la madre en el aumento de peso
postdestete (El Nus 1972–1976)
Raza Número Promedio Constante Error
observaciones cuadrados mínimos
P: BON 145 0.217 -0.002 0.015
P: Cebú 185 0.242 0.022 V 0.007
P: Charolais 61 0.199 -0.020 0.013
M: BON 239 0.237 0.018 0.007
M: Cebú 75 0.237 0.018 0.011
M: Cebú × BON 40 0.193 -0.026 0.013
M: Charolais × BON 37 0.209 -0.010 0.017
P = padre M = madre

En los cuadros 23, 24 y 25 también se puede observar que, en todos los casos,
los terneros cruzados superan a los puros en peso al destete. Sin embargo, los valores
más altos se encuentran en los terneros hijos de vacas cruzadas y, dentro de éstos, en
los terneros trihíbridos, o sea aquellos en los cuales intervino un factor adicional: el toro
de una tercera raza.
Aumento diario postdestete
En los cuadros 26, 27 y 28 se presenta el efecto de las razas del padre y de la
madre en el aumento diario postdestete en las tres granjas. En cuanto a la raza del
padre, se nota que el Cebú supera al Romosinuano y al Blanco Orejinegro en forma
nítida (35 y 25 gr, respectivamente) mientras que el Sanmartinero y el Cebú muestran
un comportamiento sensiblemente igual.
Un hecho que se destaca en estos cuadros es el fin - en las granjas de Turipaná
y El Nus - de la supremacía que había mantenido hasta el destete la raza paterna
Charolais. En estas dos granjas el Charolais fue superado por el Cebú y los ganados
Criollos. En La Libertad, la raza paterna Charolais conservo su superioridad sobre las
otras dos.
En cuanto a la raza de la madre, se observa en los cuadros 26, 27 y 28 que la
raza Cebú supera a la Sanmartinero y a la Romosinuano, pero no logra aventajar al
Blanco Orejinegro. También se destaca en esos cuadros el hecho de que las vacas
cruzadas pierden la superioridad que habían mantenido hasta el destete sobre las
vacas puras. Esto parece explicar la pérdida de la superioridad de la raza paterna
Charolais, ya que ésta solo se apareo con vacas cruzadas.
La declinación postdestete de los terneros hijos de vacas cruzadas podría
deberse a que estos animales, al haber recibido una mayor cantidad de leche, sufren
con el destete un cambio nutricional más drástico que los hijos de vacas puras, que
estaban recibiendo una cantidad de leche menor.
La interacción de las razas del padre y de la madre en el aumento diario
postdestete en las tres granjas se presenta en los cuadros 29, 30 y 31. Se puede allí
observar que la raza Cebú supera ligeramente al Sanmartinero y al Blanco Orejinegro
en ese aspecto (14 y 10 gr, respectivamente) mientras que el Romosinuano es
superado ampliamente por el Cebú (62 gr).
A pesar de esta superioridad del Cebú sobre las razas Criollas, de los cuadros
29, 30 y 31 se desprende claramente que la combinación de ambos (toro Cebú y vaca
Criolla) produce en las tres granjas los animales con los más altos índices de
crecimiento después del destete. En general, los terneros hijos de toro Charolais son
deficientes en lo relativo al aumento postdestete.
Peso a los 18 meses
El efecto de las razas del padre y de la madre en el peso a los 18 meses se
registra en los cuadros 32, 33 y 34. Se nota que la ventaja del Cebú, como raza
paterna, sobre el Romosinuano y el Blanco Orejinegro a los 18 meses es similar y de
cierta magnitud (16.5 y 17.4 kg, respectivamente); en cambio, la diferencia del Cebú con
el Sanmartinero es apenas de 3.2 kg. Esto podría ser índice de una buena habilidad del
Sanmartinero para combinarse con otras razas y producir animales pesados a los 18
meses.
Cuadro 29. Interacción de Tas razas del padre y de la madre en el aumento de peso
postdestete (Turipaná 1971–1974)
Razas Número Promedio Constante Error
observaciones cuadrados mínimos
R×R 428 0.242 -0.033 0.005
R×C 131 0.298 0.015 0.009
R × R-C 82 0.239 0.018 0.011
C×C 259 0.304 -0.014 0.006
C×R 117 0.365 0.056 0.009
C × C-R 34 0.236 -0.041 0.016
CH × R 38 0.242 -0.023 0.015
CH × C 8 0.274 -0.0001 0.033
CH × C-R 34 0.275 0.041 0.016
CH × R-C 14 0.194 -0.018 0.026
R = Romosinuano C = Cebú CH = Charolais

Cuadro 30. Interacción de las razas del padre y de la madre en el aumento de peso
postdestete (La Libertad)
Razas Número Promedio Constante Error
observaciones cuadrados mínimos
SM × SM 77 0.197 -0.036 0.011
SM × C 80 0.286 0.036 0.011
C×C 104 0.211 -0.039 0.010
C × SM 62 0.291 0.060 0.012
C × C-SM 5 0.153 -0.021 0.040
CH × SM 17 0.230 -0.024 0.022
CH × C 21 0.276 0.003 0.020
CH × C-SM 35 0.218 0.021 0.016
SM = Sanmartinero C = Cebú CH = Charolais

Cuadro 31. Interacción de las razas del padre y de la madre en el aumento de peso
postdestete (El Nus 1972–1976)
Razas Número Promedio Constante Error
observaciones cuadrados mínimos
BON × BON 114 0.216 -0.019 0.007
BON × C 28 0.268 0.033 0.014
BON × CH-BON 3 0.193 -0.014 0.039
C×C 47 0.226 -0.033 0.011
C × BON 91 0.276 0.016 0.008
C × BON 19 0.192 -0.024 0.017
C × CH.BON 28 0.272 0.041 0.014
CH × BON 34 0.220 0.003 0.013
CH × C-BON 21 0.196 0.024 0.016
CH × CH-BON 6 0.162 -0.027 0.028
BON = Blanco Orejinegro C = Cebú CH = Charolais
Cuadro 32. Efecto de las razas del padre y de la madre en el peso a los 18 meses
(Turipaná 1971–1974)
Raza Número Promedio Constante Error
observaciones cuadrados mínimos
P: Romosinuano 641 283.4 -11.7 2.3
P: Cebú 410 299.9 4.8 2.7
P: Charolais 94 302.0 6.9 4.4
M: Romosinuana 583 279.3 -15.8 2.2
M: Cebú 398 304.4 9.3 4.2
M: Cebú × Romosinuana 68 301.4 6.3 4.4
M: Romosinuana × Cebú 96 295.2 0.1 5.2
P = padre M = madre

Cuadro 33. Efecto de las razas del padre y de la madre en el peso a los 18 meses
(La Libertad 1971–1974)
Raza Número Promedio Constante Error
observaciones cuadrados mínimos
P: Sanmartinero 157 240.0 - 6.4 3.8
P: Cebú 171 243.2 - 3.2 5.0
P: Charolais 73 256.0 9.6 4.0
M: Sanmartinera 156 234.6 -11.8 3.4
M: Cebú 205 250.9 4.5 3.2
M: Cebú × Sanmartinera 40 253.8 7.4 7.7
P = padre M = madre

Cuadro 34. Efecto de las razas del padre y de la madre en el peso a los 18 meses
(El Nus 1972–1976)
Raza Número Promedio Constante Error
observaciones cuadrados mínimos
P: BON 145 260.9 -11.3 5.6
P: Cebú 185 278.3 6.1 2.7
P: Charolais 61 277.4 5.2 4.7
M: BON 239 266.5 - 5.8 2.5
M: Cebú 75 274.4 2.2 4.0
M: Cebú × BON 40 278.1 5.9 4.8
M: Charolais × BON 37 269.9 - 2.3 6.3
P = padre M = madre
Cuadro 35. Interacción de las razas del padre y de la madre en el peso a los 18 meses
(Turipaná 1971–1974)
Razas Número Promedio Constante Error
observaciones cuadrados mínimos
R×R 428 246.7 -21.0 1.7
R×C 131 305.8 13.0 3.1
R × C-R 82 291.5 8.0 3.9
C×C 259 294.5 -14.7 2.2
C×R 117 314.5 30.4 3.2
C × C-R 34 290.6 -15.6 5.9
CH × R 38 276.8 - 9.4 5.5
CH × C 8 313.0 1.7 11.9
CH × C-R 34 323.9 15.6 5.9
CH × R-C 14 294.1 - 8.0 9.2
R = Romosinuano C = Cebú CH = Charolais

Cuadro 36. Interacción de las razas del padre y de la madre en el peso a los 18 meses
(La Libertad 1971–1974)
Razas Número Promedio Constante Error
observaciones cuadrados mínimos
SM × SM 77 215.1 -13.1 3.7
SM × C 80 257.5 13.1 4.0
C×C 104 219.0 -28.7 3.5
C × SM 62 259.7 28.4 4.2
C × -SM 5 250.8 0.3 13.9
CH × SM 17 228.8 -15.3 7.7
CH × C 21 276.0 15.6 7.1
CH × C-SM 35 263.0 - 0.3 5.4
SM = Sanmartinero C = Cebú CH = Charolais

Cuadro 37. Interacción de las razas del padre y de la madre en el peso a los 18 meses
(El Nus 1972–1976)
Razas Número Promedio Constante Error
observaciones cuadrados mínimos
BON × BON 114 240.0 -15.2 2.7
BON × C 28 283.6 20.5 5.1
BON × CH-BON 3 253.3 - 5.3 14.4
C×C 47 260.0 -20.5 4.1
C × BON 91 285.3 12.8 3.0
C × C-BON 19 271.7 -12.5 6.1
C × CH-BON 28 296.1 20.1 5.0
CH × BON 34 274.0 2.4 4.8
CH × C-BON 21 295.7 12.5 5.9
CH × CH-BON 6 260.3 -14.8 10.2
BON = Blanco Orejinegro C = Cebú CH = Charolais
En los cuadros 32, 33 y 34 también se puede observar que la raza paterna
Charolais logra recuperar el primer puesto perdido después del destete, que sólo en La
Libertad había logrado mantener; esta recuperación sena el resultado de la ventaja
acumulada hasta el destete.
En cuanto a la raza de la madre, los cuadros 32, 33 y 34 muestran que las vacas
Cebú apareadas con toros de diversas razas producen animales que superan a los hijos
de vacas Romosinuano, Sanmartinero y Blanco Orejinegro - en condiciones similares de
apareamiento-por 25.1, 16.3 y 7.9 kg, respectivamente. Por otra parte, gracias a la
ventaja acumulada hasta el destete, las vacas cruzadas logran en algunos casos
recuperar la supremacía sobre las vacas puras.
En los cuadros 35, 36 y 37 se presenta la interacción de las razas del padre y de
la madre en el peso a los 18 meses en las tres granjas. Se puede observar que hay
mucha diferencia entre las razas Criollas puras y el Cebú. El Romosinuano es superado
por el Cebú en 47.8 kg; el Blanco Orejinegro, en 20.0 kg; y el Sanmartinero, sólo en 3.9
kg. Estos resultados pueden llevar a la conclusión de que el Sanmartinero es la única
raza Criolla que, en forma pura, tiene una tasa de crecimiento similar a la del Cebú.
En Venezuela, Plasse (1974) registró, en el peso a los 18 meses, una ventaja de
28 kg por parte del Brahman sobre el Criollo, y Muñoz et al.(1969), en Costa Rica,
verificaron que, aproximadamente a los 13 meses de edad, el Criollo supera al Brahman
en 7.2 kg.
En los cuadros 35, 36 y 37 se observa que, en La Libertad, todos los animales
cruzados superan al Cebú a los 18 meses; en El Nus, solo hay una excepción a esta
regla, mientras que en Turipaná, cuatro grupos raciales superan al Cebú y otros cuatro
son aventajados por él. Lo cual podría indicar una mayor habilidad de las razas
Sanmartinero y Blanco Orejinegro, para formar híbridos de buen peso a los 18 meses,
que la detentada por la raza Romosinuano. También se observa en esos cuadros que
en Turipaníy El Nus los animales más pesados a los 18 meses son trihíbridos, mientras
que, en La Libertad, lo es el Charolais × Cebú.
Vigor híbrido
El cuadro 38 registra el vigor híbrido de los cruces F1 Criollo-Cebú en relación a
la mejor raza paterna en las tres granjas. Puede apreciarse que, con una sola
excepción, los animales cruzados superan a la mejor raza paterna en todos los
aspectos, logrando una complementación admirable.
También se puede observar en este cuadro que las razas Criollas tienen la
tendencia a aventajar al Cebú en característícas más relacionadas con la adaptación,
tales como fertilidad, supervivencia y peso al nacer. Solamente el Sanmartinero - que no
superó al Cebú en índice de natalidad - también reveló más solidez en otras áreas:
aventajó ligeramente al Cebú en aumento predestete y en peso al destete.
El Blanco Orejinegro supera al Cebú en las tres característícas más
relacionadas con la adaptación; el Romosinuano solamente lo aventaja en natalidad y
peso al nacer; y el Sanmartinero, en supervivencia y peso al nacer. La única
característíca en que los cruces F1 no lograron superar a la mejor raza paterna - en ese
caso, el Blanco Orejinegro - fue en porcentaje de supervivencia. Todos estos hechos
nos llevan a afirmar que la raza Criolla roas adaptada a su propio medio es el Blanco
Orejinegro. Desde luego, hay que tener en cuenta que hemos asumido que no hay
interacciones genético-ambientales.
Cuadro 38. Vigor híbrido de los cruces F1 Criollo-Cebú en relación a la mejor raza paterna en tres granjas del ICA (1969–1976)
Natalidad Supervivencia Peso al nacer Aumento Peso destete Aumento Peso 18
oredestete postdestete meses
% % kg kg kg kg kg
Cebú o Romosinuano 81.1* 91.8 29.6* 0.681 212.7 0.304 294.5
(C × R) + (R × C) 81.9 92.0 30.4 0.707 221.3 0.332 310.2
Diferencia 0.8 0.2 0.8 0.026 8.6 0.028 15.7
Vigor híbrido % 0.8 0.2 2.7 3.8 4.0 9.2 5.3
Cebú o Sanmartinero 55.4 91.4* 25.9* 0.510* 163.5* 0.211 219.0
(C × SM) + (SM × C) 60.0 94.8 27.8 0.567 180.8 0.289 258.6
Diferencia 4.6 3.4 1.9 0.057 17.3 0.078 39.6
Vigor híbrido % 4.6 3.4 7.3 11.2 10.6 37.0 18.1
Cebú o Blanco Orejineqro 51.1* 97.9* 27.0* 0.638 198.6 0.226 260.0
(C × BON) + BON × C) 59.2 95.7 29.7 0.671 211.4 0.272 284.5
(Diferencia 8.1 -2.2 2.7 0.033 12.8 0.046 24.5
Vigor híbrido % 8.1 -2.2 10.0 5.2 6.4 20.4 9.4
* Razas Criollas
Cuadro 39. Vigor híbrido de los cruces F1 Criollo-Cebú en relación al Cebú en tres granjas del ICA (1969–1976)
Natalidad Supervivencia Peso al nacer Aumento Peso destete Aumento Peso 18
predestete postdestete meses
% % kg kg kg kg kg
Cebú o Romosinuano 74.4 91.8 28.9 0.681 212.7 0.304 294.5
(C × 3) + (R × C) 81.9 92.0 30.4 0.707 221.3 0.332 310.2
Diferencia 7.5 0.2 1.5 0.026 8.6 0.028 15.7
Vigor híbrido % 7.5 0.2 5.2 3.8 4.0 9.2 5.3
Cebú o Sanmartinero) 55.4 88.7 24.6 0.508 162.1 0.211 219.0
(SM × C) + (C × SM) 60.0 94.8 27.8 0.567 180.8 0.289 258.6
Diferencia 4.6 6.1 3.2 0.059 18.7 0.078 39.6
Vigor híbrido 4.6 6.1 13.0 11.6 11.5 37.0 18.1
Cebú o Blanco Orejinegro 48.1 90.8 25.7 0.638 198.6 0.226 260.0
(C × BON) + (BON × C) 59.2 95.7 29.7 0.671 211.4 0.272 284.5
Diferencia 11.1 4.9 4.0 0.033 . 12.8 0.046 24.5
Vigor híbrido 11.1 4.9 15.6 5.2 6.4 20.4 9.4
En el cuadro 39 se muestra el vigor híbrido de los cruces F1 Criollo-Cebú en
relación al Cebú en las tres granjas. Estos porcentajes tienen gran importancia práctica
en Colombia, debido a que la gran mayoría del ganado para la producción de carne del
país tiene alguna proporción de sangre Cebú. Se observa que el mayor porcentaje de
vigor híbrido en los animales cruzados de las tres razas se registra en el aumento diario
postdestete, o sea que en este campo se logra el máximo de complementación. Este es
un resultado valioso para las regiones tropicales, ya que los animales de estas zonas
deben enfrentar, después del destete, las condiciones más difíciles.
Los porcentajes de vigor híbrido varían en los cruces a base de Sanmartinero
entre 4.6 y 37.0, con un promedio de 14.6; los híbridos a base de Blanco Orejinegro
varían entre 4.6 y 20.4, con un promedio de 10.4; y los híbridos a base de Romosinuano
varían entre 3.8 y 9.2, con un promedio de 5.7.Como se puede apreciar, estos
porcentajes no tienen mucha importancia práctica ya que las diferentes características
difieren desde el punto de vista de su importancia económica; sin embargo, pueden dar
una idea del valor biológico absoluto de las tres razas Criollas colombianas. En Costa
Rica, Muñoz et al. (1960) registraron una heterosis del Criollo-Brahmán, en relación al
promedio de las razas paternas, de 7.6%al destete y de 12.3%a los 13 meses de edad
aproximadamente.
Si descartamos la natalidad - en este aspecto, todas las razas Criollas
produjeron cruces con similares procentajes de vigor híbrido - y el peso al nacer, que no
tiene mucha importancia económica, podría afirmarse en general que, si se desea
producir un híbrido con buena fertilidad, hay que tomar como base el Blanco Orejinegro
y el Romosinuano; y si se quiere producir un híbrido con buenas tasas de crecimiento,
hay que recurrir al Sanmartinero. Desde luego, estas formulaciones no tienen en cuenta
la zona donde se produciría el híbrido.
En el cuadro 40 se presenta un cálculo del porcentaje adicional de carne al
destete y a los 18 meses producido por vacas híbridas Criollo-Cebú en comparación
con el Cebú. En realidad, este es un índice que combina las diferencias en el vigor
híbrido de la F1 con el valor económico de cada característica. Se parte de que la
producción total de carne por cada 100 vacas es igual al porcentaje de natalidad
multiplicado por el porcentaje de supervivencia multiplicado por el peso corporal
promedio. Se asume que no hubo mortalidad entre el destete y los 18 meses, lo cual
significaría que no hay diferencias entre el Cebú y los cruces. Esto puede estar cerca de
la realidad, teniendo en cuenta que los índices de mortalidad son muy pequeños
después del destete y que si se produce alguna diferencia, ésta posiblemente
favorecería a los animales cruzados.
Por otra parte, en el cuadro 40 se asume que las vacas F1 produjeron hijos con
las supervivencias y los pesos de animales F1. Esto no es así, ya que en realidad las
vacas F1 produjeron trihíbridos o retrocruces que tuvieron comportamientos diferentes.
Sin embargo, el calculo es válido, ya que de acuerdo al nuevo diseño experimental que
se está ejecutando desde 1976 en el marco del Programa de Ganado de Carne del ICA,
el apareamiento inter-se de animales F1 produce una F2 muy similar en comportamiento
a la F1. No se ha observado hasta ahora segregación o disminución de la heterosis
original; por el contrario, se ha notado un ligero incremento. También podría producirse
un aumento de la fertilidad, como consecuencia del mayor deseo sexual de los
reproductores cruzados. Desde luego, se trata de aseveraciones sujetas a confirmación.
Sólo la acumulación de los datos necesarios para un análisis estadístico permitirá llegar
a resultados confiables.
El cuadro 40 muestra que, a pesar de que con híbridos Romosinuanos es
posible producir una mayor cantidad total de kilogramos de carne por cada 100 vacas
apareadas que partiendo de híbridos Sanmartinero y Blanco Orejinegro, y una mayor
cantidad de kilogramos adicionales de carne que con híbridos Sanmartinero, el
Romosinuano es superado por las otras dos razas Criollas en el porcentaje adicional de
carne producida.
En esta materia, el orden de clasificación, tanto al destete como a los 18 meses,
es Blanco Orejinegro, Sanmartinero y Romosinuano. Aparte de la superioridad que una
determinada raza Criolla pueda tener sobre las otras, las diferencias encontradas aquí
tendrían dos explicaciones posibles, por lo menos. En primer lugar, puede haber
interacciones genéitico-ambien-tales por las cuales el ambiente de El Nus resulte, por
ejemplo, el menos adecuado para la raza Cebú, permitiendo de ese modo que el Blanco
Orejinegro sobresalga. En segundo lugar, puede haber ocurrido que, por azar, la
muestra de ganado Cebú llevada a Turipaná sea la mejor de las tres, impidiendo, en
consecuencia, que el Romosinuano se destaque. Sea como sea, podemos decir que en
su propio ambiente cada raza Criolla es superior a las otras y que, por lo tanto, se la
debe utilizar allí para mejorar la producción.
Teniendo en cuenta la magnitud de los porcentajes adicionales de carne, en
relación al Cebú, producidos con híbridos Criollo-Cebú en Colombia (a los 18 meses,
44.6, 36.7 y 16.2 kg) y en Costa Rica (al destete 25.5, Perozo et al., 1971), se puede
afirmar que es muy difícil encontrar otros sistemas tecnológicos para aumentar de
manera más económica la productividad animal en zonas tropicales.
Cuadro 40. Calculo del porcentaje adicional de carne al destete y a los 18 meses producido por vacas híbridas Criollo-Cebú en
comparació n con Cebú*
Natalidad % X Supervivencia % X Peso = Kg prod./ Kg adicional % adiciona
Razas
100 vacas
Al destete
Cebú o Romosinuano 74.4 X .918 X 212.7 = 14.527
(CXR) + (RXC) 81.9 X .920 X 221.3 = 16.675 2.148 14.8
Cebú o Sanmartinero 55.4 X .887 X 162.1 = 7.966
(CXS) + (SXC) 60.0 X .948 X 180.8 = 10.284 2.318 29.1
Cebú o Blanco Orejinegro 48.1 X .908 X 198.6 = 8.674
(CXBON) + (BONXC) 60.3 X .957 X 211.4 = 12.199 3.525 40.6
A los 18 meses
Cebú o Romosinuano 74.4 X .918 X 294.5 = 20.114
(CXR) + (RXC) 81.9 X .920 X 310.2 = 23.373 3.259 16.2
Cebú o Sanmartinero 55.4 X .887 X 219.0 = 10.762
(CXSM) + (SMXC) 60.0 X .948 X 258.6 = 14.709 3.947 36.7
Cebú o Blanco Orejineqro 48.1 X .908 X 260.0 = 11.355
(CXBON) + (BONXC) 60.3 X .957 X 284.5 = 16.418 5.063 44.6
* Supervivencia y peso corporal de F1 Criollo-Cebú
VII

EL USO DEL GANADO CRIOLLO EN PROGRAMAS DE CRUZAMIENTO PARA LA


PRODUCCION DE CARNE EN AMERICA LATINA
D. Plasse 1
Universidad Central, Facultad de Ciencias Veterinarias, Maracay
Venezuela
1
El autor desea agradecer la colaboración de los profesores Nelia Peña de Borsotti y Ornar Verde en la
lectura del presente manuscrito y el aporte de sus valiosas sugerencias; además, agradece la colaboración
prestada por el doctor Juan Salazar, quien facilitó publicaciones de Colombia.
El ganado denominado “Criollo” ( Bos taurus) actualmente existente en América
Latina es de origen europeo y fue introducido a este subcontinente por los
conquistadores españoles y portugueses, principalmente en el siglo XVI.
Desde comienzos de este siglo, y con más intensidad a partir de los años 50, la
población de vacas Criollo fue apareada con toros Bos índicus, iniciandose así, en la
mayoría de los países, un proceso de cruzamiento por absorción con diferentes razas
cebuinas ( Bos índicus). Como consecuencia, el Criollo puro tiende actualmente a
desaparecer en América Latina.
El alto porcentaje de heterosis obtenido en las primeras generaciones de este
cruzamiento, …condujo a la, creencia que el aumento del la productividad se debía
exclusivamente al Cebú y no en gran parte a efectos no aditivos de los genes, como se
comprobó en años recientes. La continua absorción por el Cebú, combinada con una
actitud de negligencia con respecto a la eficacia de los programas de selección y mejora
ambiental, condujo en muchos casos a la disminución del dramático impulso
evidenciado por la población cruzada en las primeras dos generaciones, fenómeno
fácilmente explicable por la disminución del grado de heterosis que sufrieron las
poblaciones altamente absorbidas.
La observación de que las razas cebuinas produjeron en el cruzamiento con
ganado Criollo un alto porcentaje de heterosis, los resultados positivos de los
programas de cruzamiento entre razas Bos taurus y Bos índicus en otras partes del
mundo, y la ausencia de razas Bos taurus de producción de carne en el trópico de
América Latina movieron a los doctores Marvin Koger, Jorge de Alba, H.H.Stonaker y
otros, a recomendar que se pusiera término a la avanzada erradicación de las razas
Criollas y se explorara la posibilidad de emplear el bovino Bos taurus, adaptado al
trópico, en programas de cruzamiento sistemático.
El objetivo del presente trabajo es resumir los resultados disponibles de los
programas de cruzamiento que involucran al ganado Criollo. Los resultados relativos a
los caracteres de producción del Criollo y Cebú puro serán examinados cuando figuran
como grupo control del programa de cruzamiento. Por lo demás, solamente se
evaluarán los resultados de animales producto del cruzamiento entre ganado Criollo y
otras razas, o los resultados de los apareamientos que incluyen vacas o toros Criollos y
de otras razas.
La tarea de resumir la literatura latinoamericana sobre el tema es un desafío
más grande que buscar la famosa aguja en un pajar de heno. Una extensa bibliografía
publicada por la FAO (Müller-Haye, 1977) constituye un esfuerzo apreciable pero habría
tenido más utilidad si cada referencia hubiera sido acompañada por un breve resumen,
a fin de poder diferenciar la literatura folklórica de la técnica y científica.
El autor espera haber encontrado, con la ayuda de otros investigadores, la
mayoría de los resultados disponibles. Sin embargo, en muchos casos, los archivos de
América Latina acumulan valiosos resultados que nunca ven la luz del día, o son
divulgados solamente en informes y/o revistas nacionales ganaderas o técnicas, sin
alcanzar difusión a nivel internacional.
Programas de cruzamiento con Criollo en América Latina
Antes de resumir los resultados de los programas de cruzamiento entre el
ganado Criollo y otras razas relativos a cada aspecto de la producción, se hará una
breve reseña del diseño de los proyectos principales.
1. Proyecto Turrialba, Costa Rica
El Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) de
Turrialba, Costa Rica, inicio en el año 1960 un programa de cruzamiento recíproco entre
las razas Criollo, Brahman y Santa Gertrudis en la Estación Experimental de este
instituto, situado a 602 m sobre el nivel del mar. Las vacas Criollas eran vientres
originados en el hato Criollo lechero de esa institución y eliminadas por mastitis, por
difícil apoyo en ausencia del becerro y por baja producción lechera. Los toros utilizados
habían servido previamente en el hato lechero. De Alba y Carrera (1958) describieron el
tipo de ganado Criollo que se empleó. Los animales Brahman y Santa Gertrudis eran de
origen norteamericano.
Los animales fueron mantenidos en potreros de pastos cultivados y el programa
de manejo se basó en una temporada de monta de 3 meses. Los tres grupos de vacas
estaban compuestos de 30 vientres cada uno, 10 de cada raza. Estos grupos fueron
rotados anualmente entre las tres razas de toros, reemplazando los sementales cada
año. De esta manera, se obtuvieron cada año becerros de las tres razas puras y de los
seis diferentes cruzamientos recíprocos. El destete se efectuó a los 8 meses de edad y
se inició 15 días después una prueba de crecimiento en potrero, sin suplemento
alimenticio, que se prolongó 140 días.
En la segunda fase, las vacas F1 fueron apareadas con toros Charolais y su
producción fue comparada con la de las vacas Brahman y Romosinuano en
apareamiento puro. Este proyecto concluyo y se publicaron sus resultados (Muñoz y
Martin, 1969a, b; Perozo et al., 1971; Medina et al., 1974; Bailón et al., 1977).
2. Proyecto Calabozo, Venezuela
En el año 1966 se inició un amplio programa de apareamiento en el marco de un
proyecto cooperativo entre el Ministerio de Agricultura y Cría (MAC/FONAIAP) y la
Universidad Central de Venezuela (UCV/FCV). Fue instalado en la Estación
Experimental de Calabozo, Estado Guárico, en los Llanos Centrales de Venezuela, a
una altura de 100 m sobre el nivel del mar. Continúa actualmente la ejecución de este
proyecto.
Antes de iniciarlo en 1966, se realizó un ensayo de cruzamiento recíproco entre
las razas Brahman y Criolla que duro un año y cuyos resultados han sido publicados
(Müller-Haye et al., 1968; Plasse et al., 1968; Linares et al., 1970).
El programa principal, iniciado en 1965, tiene el diseño que se observa en el
plan de apareamiento (cuadro 1).El grupo de cruzamiento con toros Red Poll fue
eliminado en el año 1969 por las dificultades que surgieron para obtener toros de esa
raza en el ambiente tropical y de diferentes fuentes genéticas.
Cuadro 1. Plan de apareamiento del proyecto MAC/UCV en la estación experimental de
Cal abozo (Venezuela)
Raza
Grupo Sistema de apareamiento
Toros Vacas
1 Criollo L Criollo L Cría pura
2 Brahman Criollo L Cruzamiento por absorción
3 Santa Gertrudis Criollo L Cruzamiento por absorción
4 Brahman
a Cruzamiento alterno
4a Criollo L
5 Criollo L Criollo LL Cría pura
6 Brahman Criollo LL Cruzamiento por absorción
7 Brahman Brahman C Absorción. Cría pura b
8 Charolais
c Cruzamiento alterno
8a Brahman
9 Red Poll
c, d Cruzamiento alterno
9a Brahman
10 Pardo Suizo
c Cruzamiento alterno
10a Brahman
11 Brahman Brahman R Cría pura
12 Brahman Brahman R Cría pura
a = Vacas de fundación: Criollo Limonero.
Las hembras F1 fueron subdivididas en dos lotes y asignadas a los grupos 4 y 4a para iniciarel
cruzamiento alterno.
b = Vacas de fundación: Brahman absorbidas.
Se trata de un sistema de absorción para las primeras 2 o 3 generaciones; después, el producto puede
ser considerado como “cría pura”.
c = Vacas de fundación: Brahman C absorbidas.
Las hembras F1 de cada grupo fueron subdivididas en dos lotes y asignadas a 8 y 8a, 9 y 9a, 10 y 10a,
respectivamente, para iniciar el cruzamiento alterno correspondiente.
d = Eliminado del proyecto en 1969
L = Limonero. LL = Llanero. C = Comercial. R = Registrado.

Las vacas de fundación tuvieron el siguiente origen: las Criollo Limonero habían
sido utilizadas en el proyecto de Criollo lechero en Maracay y eliminadas por causas
que, al parecer, no interfirieron su producción de carne (para mis información sobre este
tipo de ganado, ver Abreu et al., 1977). Las Criollo Llanero se compraron en diversas
zonas del Llano Venezolano; eran ejemplares típicos de los usados hasta años
recientes en la ganadería nacional para la producción de carne, y en sistemas de doble
propósito carne-leche. Su peso alcanzaba los 280 kg, aproximadamente un 27% menor
que el de las vacas Criollo Limonero. Las vacas Brahman eran registradas, de origen
norteamericano, y estaban en la Estación cuando se inicio el proyecto. Las Brahman C
habían sido trasladadas de la Estación Experimental La Cumaca de Yaracuy, y eran
vacas de alto grado de absorción al Brahman, originadas en los EE.UU.
Los toros Criollos fueron criados en el marco del proyecto de Criollo lechero en
Maracay y Zulia y, además, en los grupos de Criollo del propio proyecto.
Las unidades de apareamiento estan constituidas por 25 vacas y 2 toros. Estos
toros se alternan durante la temporada de monta, y uno de ellos o los dos se cambian
cada año. Este procedimiento tiene como finalidad obtener una muestra mas grande de
la raza del toro. Una vez asignada la vaca a determinado grupo de apareamiento, allí
permanece hasta su eliminación; en cada grupo de apareamiento sirven, año tras año,
toros de la misma raza.
El ganado se mantiene en condiciones de sabana natural, con riego durante la
temporada seca; sin embargo, la sabana de la Estación Experimental no estaba en
condiciones óptimas y el estado nutricional del rebaño nunca fue satisfactorio.
Durante los años que cubre el presente informe, la mitad de los machos de cada
grupo genético fue mantenido en sabana natural y sin riego, y la otra mitad en pasto
Alemán, fertilizado y regado, entre los 18 meses de edad y el sacrificio. Desde 1976
esta subdivisión en dos grupos se practica a partir del destete. Las canales de los
novillos sacrificados se evalúan en forma detallada desde el año 1972.
El manejo está subordinado a una temporada de monta limitada de cuatro
meses, durante la estación seca. En el año 1978 se resolvió cambiar la temporada de
monta a la temporada de lluvias, debido a la falta de riego en la época seca.
Aunque este proyecto fue diseñado para “condiciones tropicales mejoradas”, las
experiencias con ganaderías particulares del país señalan que existen muchos hatos
ganaderos en mejores condiciones ambientales que las existentes en la Estación de
Calabozo durante el período cuyos resultados examina este informe.
Los resultados de la primera generación, es decir, los correspondientes a las
vacas de fundación y sus hijos puros y F1 , han sido analizados y publicados en una
serie de trabajos (Frómeta et al., 1974; Linares et al., 1974a, b; Peña de Borsotti et al.,
1974; Ordóñez et al., 1974; Plasse et al., 1974a, b) y son asequibles algunos
resúmenes preliminares sin evaluación estadística de la segunda generación, es decir,
de las vacas F1 y sus hijos (Estación Experimental de Calabozo, 1979).
3. Proyecto ICA, Colombia
En 1967, el Instituto Colombiano Agropecuario inicio tres programas de
cruzamiento involucrando otras tantas líneas de Criollo colombiano: Romosinuano,
Sanmartinero y Blanco Orejinegro (BON). Estas razas y los resultados experimentales
obtenidos con ellas y sus cruces con Cebú y Charolais, han sido discutidos por
Hernández (1976, a, b), Botero (1976) y González (1976).
En el Centro Nacional de Investigaciones Agrícolas de Turipaná, en el valle del
río Sinú, a una altura de 20 metros sobre el nivel del mar, se inició en 1967 un programa
de cruzamiento con Romosinuano. Se aparearon: 1.vacas Romosinuano con toros
Romosinuano, Cebú y Charolais; 2. vacas Cebú con toros Cebú, Romosinuano y
Charolais; y 3. vacas F1 Romosinuano X Cebú con toros Cebú, Romosinuano y
Charolais. Los resultados correspondientes a los años 1968 y 1969 fueron resumidos
por Castro et al., (1971a); Hernández (1976a, b, 1977) llevo a cabo una evaluación
genético-estadística de los resultados correspondientes a los años 1970–1974.
En la Estación Experimental El Nus, en la zona de la Cordillera Central, a alturas
que van desde 800 a 1.800 metros sobre el nivel del mar, se aparearon vacas BON con
toros BON, Cebú y Charolais y vacas F1 Cebú × BON con toros Charolais. Rodriguez et
al., (1971) informaron sobre algunos resultados de estos cruces, correspondientes al
período 1968–1969; Botero (1976) dio a conocer los resultados preliminares de años
posteriores.
Con la raza Sanmartinero se trabaja en la Estación Experimental La Libertad, en
los Llanos Orientales, a una altura de 450 m sobre el nivel del mar. Vacas Sanmartinero
han sido apareadas con toros de la misma raza, Cebú y Charolais; vacas Cebú con
toros Cebú y Sanmartinero y vacas F1 Cebú × Sanmartinero con toros Charolais. Según
González (1976), se está iniciando un cruzamiento rotatorio con las tres razas. Los
datos disponibles fueron resumidos por Salazar (1973) y González (1976) y
corresponden al año 1969 y al período 1970–1974, respectivamente.
Es conveniente aclarar que el Cebú de Colombia se basa en la raza Brahman.
En los tres proyectos, los animales fueron mantenidos en potreros con pastos
cultivados, sin suplementación; los becerros fueron destetados a la edad de 9 meses.
4. Proyecto Beni, Bolivia
Con dos hatos de las “Estancias Elsner Hermanos” instalados en el Beni, Bolivia,
a una altura de 300 metros sobre el nivel del mar, se inició en el año 1962 un proyecto
de cruzamiento supervisado técnicamente por el autor. El proyecto inicial incluía un
tercer rebaño, localizado en el Departamento de Santa Cruz, y también se suministrarán
algunos resultados obtenidos con este hato. El proyecto abarca un total de 10.000
vacas y la población original estaba compuesta por vacas Criollas y por un número
reducido de vientres cruzados con Cebú. Se inició un programa de cruzamiento alterno
entre Criollo y Cebú, manteniendo dos rebaños élites de vacas puras Criollo y Cebú,
cada uno de 650 vientres, a fin de producir con ellas los toros necesarios para el
programa. El rebaño Cebú estaba constituido, principalmente, por hembras Cebú
aneloradas y toros Brahman.
La zona pertenece al trópico bajo y padece severas inundaciones. El manejo se
basa en una temporada de monta cuya duración se redujo a cuatro meses, con los
años. Otros detalles y resultados preliminares fueron dados a conocer por Bauer (1968,
1973); también se publicaron los resultados debidamente analizados (Plasse et al.,
1975, Bauer et al., 1976a, b).
En el año 1975 este proyecto fue rediseñado, incorporándose, a nivel
experimental, nuevas alternativas para el futuro. El actual programa de apareamiento
incluye los siguientes sistemas:
1. Criollo en apareamiento puro;
2. Cebú en apareamiento puro;
3. cruzamiento de absorción al Cebú;
4. cruzamiento alterno Criollo-Cebú;
5. cruzamiento inter se Criollo-Cebú; y
6. cruzamiento inter se Criollo-Cebú-Charolais.
Resultados de los programas de cruzamiento con ganado Criollo
1. Caracteres de reproducción
a. Edad a la pubertad en las hembras
Con el fin de evaluar la edad y el peso a la pubertad de las novillas del proyecto
de Calabozo, Linares et al. (1974b) determinaron la aparición del primer cuerpo lúteo
por palpación rectal durante cuatro años. El cuadro 2 resume los datos publicados, que
son el resultado del análisis por cuadrados mínimos. En este cuadro, así como en la
presentación de los otros datos de Calabozo, se combinan los grupos 2 y 4 (cuadro 1),
ya que se trata de los mismos genotipos en la primera generación.
La comparación de todos los grupos indica que las novillas Criollas son de edad
más avanzada y de menor peso cuando aparece el primer cuerpo lúteo. Solamente dos
grupos (Red Poll × Brahmán y Pardo Suizo × Brahman) tienen menor edad, al primer
cuerpo lúteo, que las F1 Brahman X Criollo; estas últimas, a su vez, solo son superadas
en peso por las Charolais por Brahman.
En el cuadro 3 se presenta el resumen de los grupos que incluyen Criollo y
Brahman (Ordóñez et al., 1974). Un análisis previo había señalado que se justificaba la
agrupación de los respectivos sub-grupos en un grupo único para Criollo, otro para
Criollo × Brahman y un tercero para Brahman. Las F1 superan el promedio de las Criollo
y Brahman puro, en edad y peso, en el momento de la aparición del primer cuerpo lúteo,
en 11% y 11%, respectivamente. Comparando las F1 con la mejor raza paterna, la
Brahman, aún conserva una ventaja de 9% y 4%, respectivamente, para las dos
características. Esta ventaja en la edad y el peso a la pubertad de las novillas F1 puede
ser de gran importancia práctica si se las desea aparear a la edad de 2 años durante
una temporada de monta limitada.
b. Comportamiento reproductivo y porcentaje de preñez y natalidad
Castro et al. (1971b) observaron lo que denominan “discriminación racial” en el
apareamiento de vacas Cebú y Romosinuano con toros de ambas razas. Los autores
mencionados encontraron una diferencia significativa del porcentaje de nacimientos
entre las vacas Romosinuano y las Cebú, según la raza del toro con que fueron
apareadas; los toros Cebú preñaron relativamente más vacas de su misma raza que
vacas Romosinuano.
Hernández (1976) informo que, en Turipaná, los apareamientos puros entre
animales Cebú obtuvieron un 77% de natalidad; entre animales Romosinuano, ese
índice ascendió al 82%.Cuando se aparearon vacas Cebú con toros Romosinuano el
porcentaje fue del 77%, y cuando toros Romosinuano sirvieron vacas F1 se obtuvo el
porcentaje más alto (83%).
En una experiencia realizada con 250 vacas vacías y no lactantes de las razas
Brahman y Criollo apareadas con toros de su misma raza y de la raza contraria, Linares
et al., (1970) notaron poca actividad ovárica al comienzo de la temporada de monta de
114 días. En la palpación final, 50 días después de la temporada de monta, el 92% de
las vacas Brahman y el 76% de las Criollas estaban preñadas; el 5% de las Criollas -
ninguna de las vacas Brahman habían reabsorbido el embrión o sufrido un aborto. Sin
embargo, lo que mas interesa a la presente revisión es el hecho de que el porcentaje de
preñez según el sistema de apareamiento (toros y vacas de la misma raza, o de
distintas razas) no difirió estadístícamente, aunque fue superior en el caso de los
apareamientos entre razas distintas (87% contra 82% del otro sistema).
Cuadro 2. Edad y peso al primer cuerpo lúteo en l as novillas puras y F1 del proyecto
Calabozo (Venezuela)a
Grupo Constantes
Padre Madre n Edad días Peso kg
ajustado 372 688 258, 5
Criollo L Criollo L 79 -28, 3
Brahman Criollo L -49 14, 2
Sta. Gertrudis Criollo L 53 10, 2
Criollo L Criollo LL 6 -28, 2
Brahman Criollo LL 3 13, 3
Brahman Brahman C 55 8, 9
Charolais Brahman C 15 20, 8
Red Poll Brahman C -117 -16, 2
Pardo Suizo Brahman C -67 6, 2
Brahman Brahman R 22 -0, 9
L = Limonero
LL = Llanero
R = Registradas
C = Comercial, absorbidas
a = Resultado de un análisis de variancia por cuadrados mínimos. Fuente: Linares et al., 1974b

Cuadro 3. Edad y peso al primer cuerpo lúteo en las novillas Criollas, Brahman y sus
cruces F1 de Calabozo (Venezuela)a
Grupo Constantes
Padre Madre n Edad días Peso kg
ajustado 215 701 254
Criollo Criollob 62 36 -24
Brahman Criollob 98 -52 18
Brahman Brahmanb 55 16 7
F1 vs. puros (%) -11 11
F1 vs. Brahman (%) -9 4
a = Resultado de un análisis de variancia por cuadrados mínimos
b = Grupos respectivos combinados (ver texto) Fuente: Ordóñez et al., 1974

Analizando el porcentaje de preñez de las vacas Criollo y Brahman de la


fundación del proyecto de Calabozo (ver cuadro 1), Linares et al. (1974a) observaron
que la preñez de las vacas Brahman no difirió significativamente en función de cada una
de las cuatro razas de toros utilizados en los apareamientos. Por el contrario, las vacas
Criollas alcanzaron un porcentaje de preñez mayor con toros de la misma raza que con
toros Brahman o Santa Gertrudis, aun cuando los toros Brahman, en apareamiento con
vacas Brahman, produjeron el porcentaje de preñez más alto de todo el rebaño. Esta
diferencia entre vacas Criollas con toros Criollos, por un lado, y con toros Brahman por
el otro, se empinó hasta el 50%, y puede ser explicada por el mayor estrés de lactación
que sufren las vacas Criollas apareadas con toros Brahman y Santa Gertrudis, ya que
tienen al pie un hijo de estos toros y es posible que los hijos cruzados extraigan más
leche de sus madres que los becerros puros.
Los resultados de la segunda generación del proyecto de Calabozo, Venezuela,
no han sido analizados todavía. Se ha efectuado un resumen preliminar que abarca 7
años (MAC/FONAIAP-UCV/FCV, 1976, inédito). Se lo detalla a continuación. El
porcentaje de preñez de 113 novillas F1 Brahman × Criollo fue del 98%, un 21% mayor
que el valor promedio de 162 contemporáneas Brahman y Criollas y un 23% superior al
de las Brahman. Estos grupos de cruces se comparan ventajosamente con el resto del
proyecto. En las 214 vacas de primera lactancia, el porcentaje de preñez de las F1
Criollo × Brahman fue del 71%, lo que significa que superaron en un 87% el promedio
de las Criollas y Brahman, y en un 62% el de las Brahman. En esta agrupación, las
vacas Brahman × Criollo tuvieron un porcentaje de preñez muy superior a todos los
demás grupos. Para las 636 vacas de 4 y más años de edad, las F1 Brahman × Criollo
tuvieron un porcentaje de preñez más alto que la mayoría de los grupos: ascendió al
75%, un 15% superior al promedio de las Criollas y Brahman y un 5% por encima de las
Brahman.
Fue publicado el porcentaje de nacimientos en becerros Criollo, Brahman, Santa
Gertrudis y sus cruces recíprocos, del proyecto de Turrialba (Perozo et al., 1971).Los
167 becerros Criollos y Brahman tuvieron un porcentaje de nacimientos del 77%,
mientras que los cruces recíprocos entre estas dos razas alcanzaron el 83%. El
porcentaje de nacimientos de estos cruces fue superior al de todos los otros grupos.
El análisis de las 32.771 palpaciones realizadas en los dos rebaños del Beni y
en otro de la zona de Santa Cruz, en Bolivia, fue publicado por Plasse et al.
(1975).Estos datos corresponden a los años 1967 a 1970 y parte de ellos habían sido
resumidos en forma preliminar por Bauer (1968, 1973). En el cuadro 4 - que registra los
porcentajes de preñez - se observan los promedios ajustados y las constantes para los
vientres Criollo élite, Criollo comercial, 1/4 Cebú 3/4 Criollo, 1/2 Cebú 1/2 Criollo, 3/4
Cebú 1/4 Criollo y Cebú para los hatos 1 y 2 (Beni) y 3 (Dpto. Sta.Cruz). El elevado
índice del Criollo élite quizás se explica por la alta presión de selección ejercida sobre
este pequeño rebaño de 650 vacas - originariamente escogidas entre 6.000 vientres-, el
mejor manejo que se les ha dado por tratarse de un rebaño élite, y el hecho de que
criaron becerros puros, mientras que las Criollas comerciales parieron becerros
cruzados. Por tal motivo no se considera este grupo en la comparación, contrastando
únicamente las vacas cruzadas con las Criollas comerciales y las Cebú. En este
sentido, las F1 superaron a las del ganado Criollo comercial en un 13% y 5% en los
hatos 1 y 2, respectivamente; en el hato 1, la superioridad de las F1 sobre las Cebú era
del 20%. La ventaja de las 1/4 y 3/4 Cebú en relación a las Criollas fue del 5% y 13% en
los hatos 1 y 2, respectivamente. En el hato 1 todas las vacas cruzadas superan a las
puras en un 11%.
Cuadro 4. Porcentaje de preñez de vacas Criollas. Cebú y sus cruces en Boliviaa
Hato 1 Hato 2 Hato 3
Raza n Constante % n Constante % n Constante %
x ajustado 23 413 88.5 7 359 75.7 1 999 70.7
Criollo élite 432 13.7
Criollo comercial 15 243 - 5.2 4 730 - 5.3
1/4 Cebú 3/4 Criollo 2 335 - 1.4 687 0.2 895 - 5.8
1/2 Cebú 1/2 Criollo 2 948 4.5 1 840 - 1.5 900 -12.4
3/4 Cebú 1/4 Criollo 961 - 2.0 102 6.7 204 - 6.6
Cebú 1 474 - 9.6
a = Resultado de un análisis de variancia por cuadrados mínimos
Fuente: Plasse et al., 1975.
Cuadro 5. Peso al nacer de becerros Criollos, Brahman y sus cruces recíprocos del
anteproyecto de Calabozo (Venezuela)a
Grupo Constante
Padre Madre n kg
ajustado 166 27.3
Brahman Brahman 51 0.0
Brahman Criollo L 36 4.0
Criollo L Brahman 56 - 2.0
Criollo L Criollo L 23 - 2.0
a= Resultados de un análisis de variancia por cuadrados mínimos Fuente: Müller-Haye et al., 1968

Este resumen indica que, según los trabajos realizados en diferentes países, las
hembras F1 Brahman × Criollo llegan a la pubertad a una edad que es inferior en un
11% al promedio de las dos razas puras, aunque su peso es un 11% mayor.
Los resultados de Turrialba registran un mayor porcentaje de nacimientos en los
apareamientos cruzados, en comparación con los obtenidos apareando ejemplares de
una misma raza. Esto, sin embargo, no ha sido confirmado por los resultados de
Venezuela y Colombia. Se puede esperar que el porcentaje de preñez en todo un
rebaño de hembras F1 Cebú × Criollo sea del 15 al 20% superior al promedio de las dos
razas puras, y algo menor comparándolo con la mejor raza pura. La ventaja principal de
las vacas F1 Cebú × Criollo ha sido su gran superioridad en el porcentaje de preñez
durante la primera lactancia, que es un serio problema, en cambio, en las Criollas y
Cebú puras. Si bien es cierto que en las generaciones subsiguientes este aumento de la
eficiencia reproductiva no se mantendrá al nivel de la F1 , los datos de Bolivia indican
que puede esperarse una superioridad de alrededor del 10% también después de la
segunda generación, en un sistema de cruzamiento alterno.
2. Peso al nacer
Los resultados del peso al nacer para 166 becerros del anteproyecto de
Calabozo fueron dados a conocer por Müller-Haye et al.(1968) y se observan en el
cuadro 5. Los becerros F1 de vacas Criollas pesaron un 15% más que el promedio de
Criollo y Brahman; los hijos F1 de vacas Brahman pesaron 6 kg menos que los del
mismo genotipo, pero de madres Criollas, y 2 kg menos que los Brahman puro. La
interacción raza de madre × raza del padre así como la triple interacción de estos
efectos con el sexo, fueron altamente significativas, indicando un efecto diferente del
cruzamiento en los dos sexos.
El diseño de Turrialba fue similar, aunque incluye una tercera raza. Los
resultados publicados por Muñoz y Martin (1969a) están resumidos en el cuadro 6. En
el total de los cruces, se produjo un 5% de heterosis, y en la agrupación de Criollo,
Brahman y sus cruces recíprocos un 8% similar al valor del proyecto de Venezuela.
Los resultados de Turipaná (cuadro 7) señalan que los cruces F1 Cebú ×
Romosinuano superan al promedio de las dos razas paternas en un 5%, índice inferior
al porcentaje de heterosis obtenido en Calabozo y Turrialba. Las vacas F1 Romosinuano
× Cebú en apareamiento con toros Charolais dieron los becerros de mayor peso.
Para realizar una mejor comparación entre los resultados de los proyectos de
Calabozo, Turrialba y Turipaná, incluyendo los cruces recíprocos, se han resumido los
datos respectivos en el cuadro 8. Los resultados de las tres Estaciones Experimentales
son algo distintos; sin embargo, en todos los casos, las vacas Criollo en apareamiento
con toros Cebú parieron los becerros más pesados. El porcentaje de heterosis osciló
entre el 5% y el 8%, y la superioridad de los cruces sobre el Brahman entre el 4% y el
11%.
En los cuadros 9 y 10 se observan los resultados preliminares de las Estaciones
Experimentales El Nus y La Libertad de Colombia (Stonaker, 1971; González, 1976). La
tendencia que revelan estos cuadros es similar a la del cuadro 8: en todos los casos, los
becerros mas pesados corresponden a los F1 Cebú × Criollo de vacas Criollas.
En los programas de cruzamiento recíproco de Calabozo y Turrialba, los
becerros más pesados fueron los F1 de vacas Criollo; los del mismo genotipo, pero de
madres Brahman, pesaron menos que los Brahman puro. Un fenómeno similar
observaron Ellis et al. (1965) en un programa de cruzamiento recíproco entre Hereford y
Brahman. Este fenómeno puede ser considerado como una interacción entre el
genotipo del feto y el genotipo materno, de modo tal que el potencial genético del
becerro tiene la posibilidad de manifestarse en el ambiente uterino de un determinado
genotipo (Criollo), mientras que su desarrollo se ve frenado en el otro (Brahman);
además, el mismo ambiente uterino favorece el crecimiento de un determinado genotipo
fetal y frena el desarrollo del otro.
Cuadro 6. Peso al nacer del Criollo, Brahman y Santa Gertrudis y sus cruces recíprocos
en Turrialba (Costa Rica)a
Grupo Constante
Padre Madre n kq
ajustado 30.7
Sta. Gertrudis Sta. Gertrudis 34 1.8
Sta. Gertrudis Brahman 44 - 3.2
Sta. Gertrudis Criollo 38 0.6
Brahman Brahman 41 - 3.2
Brahman Sta. Gertrudis 37 5.8
Brahman Criollo 40 4.9
Criollo Criollo 40 - 1.6
Criollo Sta. Gertrudis 40 0.0
Criollo Brahman 48 - 5.3
a = Resultados de un análisis de variancia por cuadrados mínimos Fuente: Muñoz y Martin, 1969a)
Cuadro 7. Peso al nacer de becerros Cebú, Romosinuano y cruces entre estas razas y
con Charolais en Turipaná (Colombia) (1970–1974a)
Grupo Constantec
Padre Madre n kg
ajustado 1 177 30.8
Romosinuano Romosinuano 417 - 1.2
Romosinuano Cebú 148 - 1.4
Romosinuano CebúXRomosinuanob 92 - 1.3
Cebú Romosinuano 127 1.3
Cebú Cebú 261 - 1.7
Cebú CebúXRomosinuanob 29 - 0.1
Charolais Romosinuano 46 2.9
Charolais Brahman 7 - 1.7
Charolais CebúXRomosinuanob 50 3.3
a = Resultados de un análisis de variancia por cuadrados mínimos
b = Promedio de los dos cruces recíprocos
c = Es la desviación del subgrupo en relación al promedio ajustado Fuente: Hernández, 1976b

Cuadro 8. Resumen de peso al nacer en los proyectos de Calabozo, Turriaiba y


Turipanaa
Grupo Calabozob Turrialbac Turipanád
Padre Madre n Constante n Constante n Constante
kg kg kg
ajustado 166 27.3 169 29.4 953 30.0
Brahman Brahman 51 0.0 41 - 1.9 261 - 0.9
Brahman Criollo 36 4.0 40 6.2 127 2.0
Criollo Brahman 56 - 2.0 48 - 4.0 148 - 0.6
Criollo Criollo 23 - 2.0 40 - 0.3 417 - 0.4
F1 vs. Puros (%) 8 8 5
F1 vs. Brahman (%) 4 11 6
a = Resultado de un análisis de variancia por cuadrados mínimos
Fuente: b = Müller-Haye et al., 1968
c = Muñoz y Martin, 1969a (Adaptado del cuadro 6)
d = Hernández, 1976b (Adaptado del cuadro 7)

Cuadro 9. Peso al nacer de becerros BON, Cebú, Cebú × BON y Charolais × BON en El
Nus (Colombia) (1969–70)a
Grupo Promedio
Padre Madre n kg
BON BON 107 27.6
Cebú BON 91 34.0
Charolais BON 96 30.2
a = Datos no analizados
Fuente: Stonaker, 1971
Cuadro 10. Peso al nacer de becerros Sanmartinero, Cebú y cruces entre estas razas y
con Charolais en La Libertad (Colombia) (1970–1974)a
Grupo Promedio
Padre Madre kg
Sanmartinero Sanmartinero 29
Cebú Cebú 26
Cebú Sanmartinero 33
Sanmartinero Cebú 27
Charolais Sanmartinero 32
Charolais Cebú × Sanmartinero 30
Charolais Sanmartinero × Cebú 30
a = Datos no analizados
Fuente: González, 1976

Cuadro 11. Peso al nacer de becerros Criollo, Brahman y cruces en el proyecto de


Calabozo (Venezuela)a
Grupo Peso
Padre Madre n kg
ajustado 1. 208 27.5
Criollo L Criollo L 150 - 1.5
Brahman Criollo L 189 3.9
Sta.Gertrudis Criollo L 56 4.0
Criollo LL Criollo LL 81 - 2.5
Brahman Criollo LL 66 2.0
Brahman Brahman C 85 - 2.1
Charolais Brahman C 162 0.8
Red Poll Brahman C 104 - 3.3
Pardo Suizo Brahman C 159 - 0.2
Brahman Brahman R 156 - 1.1
a = Resultado de un análisis de variancia por cuadrados mínimos
L = Limonero
LL = Llanero
C = Comercial
R = Registrado Fuente: Peña de Borsotti et al., 1974

Los resultados de los becerros F1 comparados con los puros Criollo y Brahman,
hijos de vacas de fundación en la Estación Experimental de Calabozo, se observan en
el cuadro 11. Los becerros más pesados al nacer corresponden a hijos de toros Santa
Gertrudis y Brahman y de vacas Criollas. Si se consideran los grupos Brahman × Criollo
y Criollo × Brahman solamente, las F1 Brahman X Criollo LL superan al Criollo LL puro
en un 18%; el Brahman × Criollo L aventaja en un 21% a su control. En comparación
con el Brahman puro, control lógico para ambos grupos, esta superioridad es del 12% y
19%, respectivamente. Si en este proyecto se procede a comparar todos los F1
Brahman × Criollo con el promedio de los Criollo y Brahman, la superioridad de los
primeros llega al 20% en lo que a peso al nacer se refiere. Sin embargo, es necesario
enfatizar que se trata solamente de becerros F1 de vacas Criollas, ya que no está
disponible el cruce recíproco. El resultado de esta comparación se armoniza con los
datos correspondientes del cuadro 8.
Los datos preliminares, no analizados, de un período de 6 años del proyecto de
Calabozo (MAC/UCV), 1976, inédito), indican lo que se expone a continuación. Los 222
becerros 3/4 Brahman, hijos de novillas F1 Brahman X Criollo, aventajaron en un 6% a
los Brahman y Criollo puro, y en un 3% a los Brahman puro. Los contemporáneos 3/4
Criollo pesaron menos que el promedio de Criollo y Brahman. En un lote de 346
becerros de vacas adultas, los hijos 3/4 Brahman de madres F1 Brahman × Criollo
superaron a los puros en un 3%, y a los Brahman en un 4%; los 3/4 Criollo de madres
del mismo genotipo pesaron menos que el promedio de los puros. Este grupo ha sido el
de menor peso al nacer de todos los demás del proyecto de Calabozo, como
consecuencia del mismo fenómeno discutido más arriba: la interacción entre genotipo
del feto y ambiente intrauterino.
En Turipaná los resultados fueron similares (cuadro 7). Los 3/4 Brahman
superaron al promedio de los Criollo y Cebú puro en un 4%, y a los Brahman en un 6%.
Los 3/4 Criollo alcanzaron casi el mismo índice que el promedio de Criollo y Brahman y
superaron a los Brahman en sólo un 1%.
Los datos disponibles de diferentes proyectos de América Latina indican que en
el cruzamiento recíproco entre Brahman y Criollo se produce un porcentaje de heterosis
del 5% al 9% para el peso al nacer, resultado de una ligera heterosis negativa en los
hijos F1 de vacas Brahman y de una considerable superioridad de los F1 de madres
Criollas. Datos preliminares de Calabozo y los resultados de Turipaná señalan que los
3/4 Brahman, hijos de vacas F1 , superan ligeramente a los puros; sin embargo, los 3/4
Criollo, hijos de vacas F1 tienen en Calabozo pesos al nacer inferiores a todos los
demás grupos, y en Turipaná se encuentran entre los grupos inferiores.
La interacción entre el genotipo del feto y el ambiente uterino de la madre
merece, como fenómeno biológico, una futura investigación.
Cuadro 12. Peso al destete y ganancia diaria predestete de Brahman) Criollo y sus
cruces recíprocos en el anteproyecto de Calabozo (Venezuela)a
Grupo Constante Peso a 205 d Constante
kg GDP
Padre Madre
g
ajustado 152 604
Brahman Brahman 0 -5
Brahman Criollo 6 14
Criollo Brahman 6 41
Criollo Criollo - 13 - 50
Heterosis (%) 9 10
a = Resultado de un análisis de variancia por cuadrados mínimos
Fuente: Plasse et al., 1968
Cuadro 13. Peso al destete (240 días) de becerros Brahman, Criollo, Santa Gertrudis y
sus cruces en Turrialba (Costa Rica)a
Grupo Constante
Padre Madre n kg
ajustado 360 211
Sta.Gertrudis Sta.Gertrudis 33 -3
Sta.Gertrudis Brahman 44 -5
Sta.Gertrudis Criolio 37 2
Brahman Brahman 41 - 20
Brahman Sta.Gertrudis 37 18
Brahman Criollo 40 20
Criollo Criollo 40 -8
Criollo Sta.Gertrudis 40 2
Criollo Brahman 48 -6
a = Resultado de un análisis de variancia por cuadrados mínimos
Fuente: Muñoz y Martín 1969a

Cuadro 14. Peso al destete (270 días) de becerros Cebú, Romosinuano y cruces en
Turipaná (Colombia) (1970–1974)a
Grupo Constante
Padre Madre n kg
ajustado 1 032 211
Romosinuano Romosinuano 375 - 41
Romosinuano Cebú 142 3
Romosinuano CebúXRomosinuanob 86 3
Cebú Romosinuano 110 -1
Cebú Cebú 245 -7
Cebú RomosinuanoXCebúb 29 5
Charolais Romosinuano 43 -8
Charolais Brahman 7 14
Charolais CebúXRomosinuanob 48 32
a = Resultados de un análisis por cuadrados mínimos
b = Promedio de los dos cruces recíprocos Fuente: Hernández, 1976b

Cuadro 15. Peso al destete de becerros Sanmartinero, Cebú y sus cruces en La


Libertad (Colombia) (1970–1974)a
Grupo Peso
Padre Madre kg
Sanmartinero Sanmartinero 175
Cebú Cebú 179
Cebú Sanmartinero 195
Sanmartinero Cebú 189
Charolais Sanmartinero 180
Charolais CebúXSanmartinero 213
Charolais SanmartineroXCebú 181
a = no analizado
Fuente: González, 1976
c. Crecimiento predestete y peso al destete
Plasse et al., (1968) publicaron los resultados del anteproyecto de Calabozo
relativos al crecimiento predestete y peso al destete. Los pesos correspondientes a 74
becerros Brahman y Criollo puro y a 92 cruces recíprocos se observan en el cuadro 12,
No hubo diferencias entre el peso al destete de los cruces recíprocos, ya que los
becerros F1 de vacas Criollas que nacieron con mayor peso, ganaron menos hasta el
destete que las F1 de madres Brahman, El porcentaje de heterosis fue del 9% y 10%
para el peso al destete y la ganancia diaria, respectivamente.
Los resultados del proyecto de Turrialba fueron publicados por Muñoz y Martin
(1969a) y se observan en el cuadro 13. Los dos grupos mejores fueron los becerros de
madres Santa Gertrudis y padres Brahman y de madres Criollas y padres Brahman. La
heterosis producida en los cruces de Criollo y Brahman para el peso al destete fue del
11%.
En cuanto al proyecto de Turipaná, Hernández (1976b) dio a conocer un análisis
de los resultados correspondientes a los años 1970 – 1974 cuyos resultados se
observan en el cuadro 14. El porcentaje de heterosis calculado por Hernández (1977)
para los cruces de Cebú y Romosinuano fue del 13% para el peso al destete y del 15%
para la ganancia diaria. En el cuadro 14 se observa claramente la menor habilidad
materna de las vacas Romosinuano, habilidad superior en las vacas cruzadas. También
se destaca el alto potencial de crecimiento que transmiten los toros Charolais. Castro et
al., (1971a) y Salazar (1973) resumieron los pesos al destete de los años 1968–1969 de
Turipaná; indican una superioridad del promedio de les cruces recíprocos con respecto
al promedio de los puros y al del Cebú, del 18%. y 5% respectivamente.
Rodríguez et al., (1971) y Salazar (1973) informaron en una evaluación
preliminar que los becerros F1 Cebú × BON y Charolais × BON en El Nus superaron al
BON en un 26% y 16% respectivamente. Botero (1976) presento otros resultados
preliminares de los cruces entre vacas BON y toros Cebú y Charolais. Según este
resumen, los Cebú × BON y Charolais × BON superaron los Cebú en un 10% y 15%,
respectivamente, en un grupo de datos, y en un 18% y 19%, respectivamente, en otro
lote, mientras que las vacas F1 Cebú × BON criaron becerros de toro Charolais que
pesaron un 31% más que los puros Cebú. Estos datos, sin embargo, emergen de un
material reducido.
González (1976) efectuó una síntesis preliminar del proyecto de La Libertad,
correspondiente a los años 1970 – 1974. El índice de superioridad de los cruces
recíprocos entre Sanmartinero y Cebú fue del 8% en relación al promedio de los puros,
y del 7% en relación a los Cebú (cuadro 15).
Para una mejor comparación de los resultados del cruzamiento recíproco de
Calabozo. Turrialba y Turipaná, se resumen los cuadros 12, 13 y 14, registrando los
grupos que más interesan en esta revisión (cuadro 16). Los resultados de los tres
proyectos son algo diferentes, aun cuando, en todos los casos, los becerros cruzados
ocupan los primeros dos lugares y los puros, los últimos dos.
El porcentaje de heterosis que figura al pie del cuadro redondea el valor dado
por las autores. Las cifras son del 9% en Calabozo, 11% en Turrialba y 13% en
Turipaná, y la superioridad de los cruces sobre el Cebü es del 4%, 14% y 4%,
respectivamente.
Cuadro 18. Peso al destete (edad 205 días) de becerros Criollo, Brahman y sus cruces
en Calabozo
Grupo Constante
Padre Madre GDP Peso
n g kg
ajustado 676 645 160
Brahman Brahman 12 1
Brahman Criollo 28 9
Criollo Criollo - 40 - 10
Cruces vs. puros (%) 7 9
Cruces vs. Brahman (%) 3 5
a = Resultado de un análisis de variancia por cuadrados mínimos
Fuente: Plasse et al., 1974b

Cuadro 19. Peso al destete (248 días) de becerros de 12 gen otipos en El Beni (Bolivia)a
Grupo Constante
Padre Madre n kg
ajustado 11.973 167
Criollo E Criollo E -2
Criollo Criollo - 11
Cebú Criollo 2
Cebú 3/4 Criollo 1/4 Cebú 11
Criollo 1/2 Criollo 1/2 Cebú 3
Cebú 1/2 Criollo 1/2 Cebú 9
Charolais 1/2 Criollo 1/2 Cebú 31
Cebú 1/4 Criollo 3/4 Cebú 5
Criollo 1/4 Criollo 3/4 Cebú - 27
Cebú Cebú - 10
Cebú E Cebú E -6
Brahman Cebú E -5
a = Resultado de un análisis de variancia por cuadrados mínimos
E = Elite
Fuente: Bauer et al., 1976a

Los resultados relacionados con el peso al destete de la primera generación del


proyecto de Calabozo - es decir, de los hijos puros y los F1 de las vacas de fundación -
fueron publicados por Plasse et al. (1974a) y se presentan en el cuadro 17.Allíse
observa que los cruces Brahman × Criollo ocuparon el tercer y quinto lugar en ganancia
diaria y peso al destete, respectivamente. Es interesante señalar que las vacas de
menor peso, las Criollo Llanero. tuvieron becerros que se comparan ventajosamente
con todos los demás cruces, inclusive los de Brahman y razas europeas.
Un sub-análisis de los resultados del programa de Calabozo agrupa las dos
líneas de Criollo puro, de Brahman puro y los grupos de cruces entre ellos (cuadro
18.Plasse et al. 1974b). Aún cuando en este proyecto no se produjeron becerros F1 de
madres Brahman, los pesos iguales de los recíprocos obtenidos en el ante-proyecto
(cuadro 12) permiten utilizar este cruce para la estimación de la heterosis, que arroja
índices del 7% y 9% para la ganancia diaria (GDP) y el peso al destete,
respectivamente, dato que confirma los resultados resumidos en el cuadro 16.
El cuadro 19 presenta los datos del proyecto del Beni, Bolivia, correspondientes
a los pesos al destete de 12 grupos genéticos entre los años 1968 – 1972, que fueron
analizados por Bauer et al. (1976a). Si se comparan los F1 Cebú × Criollo con el
promedio de los puros Criollos y Cebú, cuyos pesos fueron casi iguales, los primeros
llevan a los últimos una ventaja del 5%. Es interesante, sin embargo, hacer una
comparación entre los hijos de vacas F1 Criollo × Cebú y padres Criollo, Cebú y
Charolais. Mientras la superioridad de los becerros 3/4 Criollo y 3/4 Cebú sobre los
puros Criollo y Cebú fue del 6% y 10%, respectivamente, esta ventaja subió al 24%
cuando los hijos del mismo genotipo de vacas eran de padres Charolais, tendencia
similar a la encontrada en Colombia en los hijos de vacas F1 y toros Charolais (cuadros
14 y 15). Lo cual indica que estas vacas F1 dan mas leche que la que un becerro hijo de
Cebú y Criollo puede aprovechar, y sugiere la necesidad de introducir en este tipo de
población genes de razas con mayor potencial de crecimiento. Por otro lado, es
alarmante-y hasta ahora inexplicable - que los becerros de cruce recíproco de la tercera
generación del cruzamiento alterno entre Cebú y Criollo hayan tenido pesos tan
diferentes. Mientras que las 5/8 Cebú 3/8 Criollo superaron al promedio de todos los
puros en un 8%. las 5/8 Criollo 3/8 Brahman pesaron un 12% menos que el promedio
de los puros. Si este fenómeno se llegara a confirmar en el futuro, arrojaría serias dudas
sobre la utilidad del sistema de cruzamiento alterno entre estas dos razas.
Los resultados preliminares de la segunda generación del proyecto de Calabozo
registran una ventaja del 15% para los becerros 3/4 Brahman 1/4 Criollo, en
comparación con el promedio de las dos razas puras, y del 13% en relación al Brahman.
Para los 3/4 Criollo 1/4 Brahman estas cifras son del 8% y 6%, respectivamente. Estos
resultados preliminares se refieren a 300 observaciones realizadas en un período de 6
años y aún no han sido analizados debidamente (MAC/FONAIAP-UCV/FCV, 1976,
datos no publicados). Confirman la tendencia indicada por los resultados de Turipaná
(cuadro 14), donde la superioridad de los 3/4 Cebú sobre el promedio de los puros y el
de los Brahman fue del 19% y 6%, respectivamente, y las cifras correspondientes para
los 3/4 Criollo fueron del 18% y 5%. Los resultados obtenidos con 193 hijos de novillas
del proyecto de Calabozo fueron muy similares a los de las vacas. En esta segunda
fase del proyecto de Calabozo, el promedio del peso al destete de los hijos de vacas
Brahman × Criollo fue superado en 8 kg, aproximadamente, por el de los hijos de
madres Pardo Suizo × Brahman y Charolais × Brahman.
En un rebaño particular, Bastardo et al. (1977) obtuvieron en cruces F1 Criollo X
Brahman un peso superior en un 11% al de los Brahman puros.
En síntesis, los resultados relativos a los pesos al destete de cruces Cebú ×
Criollo en diferentes partes de América Latina indican un porcentaje de heterosis del 8%
al 18% para los becerros recíprocos F1 , y una superioridad de éstos sobre el Cebú del
4% al 14%.
Las vacas F1 Cebú X Criollo han criado becerros 3/4 Cebú con un peso del 10%
al 19% superior al promedio obtenido entre Criollo y Cebú; el apareamiento de estas
vacas con toros Charolais produjo un aumento en el peso al destete de hasta el 30%,
en comparación con el promedio de los puros.
A pesar de la superioridad de las F1 Cebú × Criollo, los datos preliminares de
Calabozo indican que en la segunda generación (becerros 3/4 de vacas F1 ), los
productos de los programas de cruzamiento alterno entre Brahman por un lado, y Pardo
Suizo y Charolais por otro, son superiores a los Brahman × Criollo.
3. Crecimiento postdestete
Para la medida del crecimiento en la fase postdestete - o entre el nacimiento y
alguna edad posterior al destete - existen varios resultados concernientes al
cruzamiento que involucran al ganado Criollo. En el cuadro 20 se observan los pesos al
inicio de la prueba de 140 días (comenzada a los 8 meses de edad y llevada a cabo en
potrero) y al final de la misma, así como la ganancia diaria total durante ese lapso, para
los nueve grupos de cruzamiento recíproco entre Criollo, Brahman y Santa Gertrudis de
Turrialba (Muñoz y Martin, 1969a).
El cuadro registra el buen comportamiento de los cruces recíprocos entre
Brahman y Criollo. Estos dos grupos ocupan el primer y tercer lugar en materia de peso
final y ganancia diaria durante la prueba. El porcentaje de heterosis calculado por los
autores para el sistema Criollo-Brahman es del 12% para el peso final y del 24% para la
ganancia diaria durante la prueba; la superioridad de los cruces sobre el Brahman fue
del 16% y 20% para los dos caracteres, respectivamente.
En el cuadro 21 se presentan los resultados del período 1970–1974
correspondientes al peso a los 18 meses en el programa de cruzamiento de Turipaná
(Hernández, 1976b). El porcentaje de heterosis calculado por Hernández (1977) para
los cruces entre Romosinuano y Cebú fue del 17% para el peso a los 18 meses y del
23% para la ganancia diaria postdestete. Estas cifras son del 7% y 10%,
respectivamente, cuando se calcula la superioridad de los cruces sobre el Cebú.
Salazar (1973) resumió los resultados de los dos años previos a esta evaluación y
encontró un porcentaje de heterosis del 25% y una superioridad de los cruces sobre los
Brahman del 15%. El cuadro 21 señala que la superioridad de los 1/2 Charolais 1/4
Cebú 1/4 Romosinuano sobre el promedio de los puros y sobre los Brahman fue del
21% y 10%, respectivamente.
Botero (1976) resumió algunos resultados del peso a los 18 meses en becerros
BON, Cebú × BON y Charolais × BON. Los valores fueron iguales para los dos últimos:
superaron al BON puro en un 14%.
Los resultados correspondientes al peso a los 18 meses en el proyecto de La
Libertad, años 1970–1974, figuran en el cuadro 22 (González, 1976). Según estos
datos, no analizados, los cruces superan al promedio de los puros y al Cebú en un 15%.
Los 1/2 Charolais 1/4 Cebú 1/4 Sanmartinero superan al promedio de las dos razas
puras en un 18%, y al Cebú, en un 17%.
Cuadro 16. Resumen de pesos al destete de cruzamiento recíproco entre Brahman y
Criollo en Calabozo, Turriaiba y Turipaná
Grupo Peso al destete
Padre Madre Calabozo a, b Turrialba c,d Turipanáe, f
ajustado 152 208 200
Brahman Brahman 0 - 17 4
Brahman Criollo 6 23 10
Criollo Brahman 6 -3 14
Criollo Criollo - 13 -5 - 20
Heterosis (%)g 9 11 13
Cruces vs.Brahman 4 14 4
b = Edad al destete:205 días
d = Edad al destete: 240 días
f = Edad al destete: 9 meses
g = Según publicación original
Fuentes: a = Plasse et al., 1968 (ver cuadro 12)
c = Muñoz y Martin, 1969a (adaptado del cuadro 13)
e = Hernández, 1976b (adaptado del cuadro 14)

Cuadro 17. Peso al destete (edad 205 días) de becerros Criollo, Brahman y cruces en
Calabozo (Venezuela)a
Grupo Constante
Padre Madre GDP peso a 205 días
n g kg
ajustado 1 117 666 164
Criollo L Criollo L - 50 - 12
Brahman Criollo L 5 5
Sta.Gertrudis Criollo L 32 11
Criollo LL Criollo LL - 67 - 17
Brahman Criollo LL 33 8
Brahman Brahman C - 10 -4
Charolais Brahman C 39 9
Red Poll Brahman C -7 -5
Pardo Suizo Brahman C 36 7
Brahman Brahman R - 11 -4
a = Resultados de un análisis de variancia por cuadrados mínimos
L = Limonero
LL = Llanero
C = Comercial, absorbido
R = Registrado
Fuente: Plasse et al., 1974a
Cuadro 20. Peso al inicio y final de la prueba de crecimiento y ganancia total con
becerros Criollo, Brahman, Santa Gertrudis y sus cruces recíprocos en
Turriaiba (Costa Rica)a, b
Grupo Constantes
Padre Madre n Peso inicial Peso final Ganancia total
kg kg kg
ajustado 360 211 271 60
Sta.Gertrudis Sta.Gertrudis 33 -4 -7 -3
Sta.Gertrudis Brahman 44 -5 1 7
Sta.Gertrudis Criollo 37 1 -6 -6
Brahman Brahman 41 - 21 - 24 -4
Brahman Criollo 40 21 26 5
Criollo Brahman 48 -6 3 9
Criollo Criollo 40 -9 - 17 -8
Criollo Sta.Gertrudis 40 2 0 -4
Brahman Sta.Gertrudis 37 21 26 4
a = Prueba de 140 días iniciada a los 8 meses de edad, en potrero sin suplemento
b = Resultado de un análisis de variancia por cuadrados mínimos
Fuente: Muñoz y Martin, 1969a

Cuadro 21. Peso a los 18 meses de Romosinuano, Cebú y cruces en Turipaná


(Colombia) (1970–1974)a
Grupo Constante
Padre Madre n kg
ajustado 829 297
Romosinuano Romosinuano 308 - 52
Romosinuano Cebú 105 9
Romosinuano CebúXRomosinuanob 46 -9
Cebú Romosinuano 86 29
Cebú Cebú 185 -1
Cebú RomosinuanoXCebú 14 - 10
Charolais Romosinuano 40 - 18
Charolais Brahman 5 22
Charolais CebúXRomosinuano 40 29
a = Resultado de un análisis por cuadrados mínimos
b = El promedio de los dos cruces recíprocos
Fuente: Hernández, 1976b (Adaptado)
Cuadro 22. Peso a los 18 meses para Sanmartinero, Cebú y cruces en La Libertad
(Colombia) (1970–1974)a
Grupo Peso a los 18 meses
Toro Vaca kg
Sanmartinero Sanmartinero 222
Cebú Cebú 224
Cebú Sanmartinero 253
Sanmartinero Cebú 262
Charolais Sanmartinero 221
Charolais CebúXSanmartinero 266
Charolais SanmartineroXCebú 260
a = No analizado
Fuente: González, 1976

Cuadr[o 23. Peso por da de vida a los 18 meses de los becerros Criollo, Brahman y
cruces en Calabozo (Venezuela)a
Grupo Constante
Padre Madre n g
ajustado 958 443
Criollo L Criollo L - 63
Brahman Criollo L 38
Sta.Gertrudis Criollo L 26
Criollo LL Criollo LL - 57
Brahman Criollo LL 20
Brahman Brahman C - 12
Charolais Brahman C 28
Red Poll Brahman C -5
Pardo Suizo Brahman C 36
Brahman Brahman R - 10
a = Resultados de análisis de variancia por cuadrados mínimos
L = Limonero
LL = Llanero
C = Comercial, absorbido
R = Registrado
Fuente: Frómeta et al., 1974

Los resultados de los registros a los 18 meses en Calabozo fueron publicados


por Frómeta et al. (1974) y se recogen en el cuadro 23. De este cuadro se puede
deducir que el peso por día de vida a los 18 meses de los Brahman × Criollo fue algo
inferior al promedio de los F1 Charoláis × Brahmán y Pardo Suizo × Brahman. El cuadro
24 resume los datos de un sub-análisis de este material, que incluye solamente los
grupos Criollo, Brahman y F1 Brahman X Criollo (Plasse et al., 1974b). La superioridad
de los cruces sobre el promedio de los puros y sobre los Brahman fue del 17% y 11%
respectivamente.
Una evaluación de los datos correspondientes al peso por día de vida a los 18
meses en la segunda generación de Calabozo (422 becerros de 4 años) - animales 3/4
Brahman 1/4 Criollo y 3/4 Criollo 1/4 Brahman en comparación con Brahman y Criollo
contemporáneos - indica lo siguiente (MAC/FONAIAP-UCV/FCV, 1976; inédito): los
cruces 3/4 Brahman 1/4 Criollo superaron al promedio de los puros en un 10%, y a los
Brahman en un 3%; los 3/4 Criollo aventajaron al promedio de los Criollo y Brahman en
un 5% y se mostraron inferiores en un 10% con respecto a los Brahman puros. Sin
embargo, los mejores resultados a esta edad se obtuvieron en los 3/4 Brahman 1/4
Charolais y 3/4 Brahman 1/4 Pardo Suizo. Los resultados correspondientes de Turipaná
señalan una tendencia muy similar: mientras los 3/4 Cebú superan al promedio de los
puros y al puro Cebú en un 9% y un 7% respectivamente, el peso de los 3/4 Criollo es
apenas un 6% superior al promedio de los puros, y un 3% inferior al del Cebú. Los datos
preliminares, no analizados, de un período de 6 años, correspondientes a novillos
mantenidos en sabana natural, por un lado, y en pasto cultivado fertilizado y regado, por
el otro, señalan lo que sigue: en pasto cultivado, los cruces Brahman × Criollo (F1 y 3/4)
superaron al promedio de los puros en un 13%, y a los Brahman en un 5%; sin
embargo, fueron inferiores en un 7% a los cruces Charolais × Brahman. En sabana
natural, los cruces Brahman × Criollo aventajaron en un 8% al promedio de los puros, y
pesaron un 3% menos que los Brahman de la misma edad. En este sistema, los cruces
Charolais × Brahman superan a los Criollo × Brahman en un 4%. Esta experiencia
indica que se pierde la ventaja del cruce sobre la raza pura de mejor crecimiento (en
Calabozo es la Brahman) cuando los genotipos mejorados no tienen suficientes forrajes
de calidad para quesu potencial se exprese fenotípicamente. Por otra parte, los
resultados señalan que conviene mantener genotipos cruzados en pasto cultivado para
aprovecharlo mejor.
Resumiendo los resultados sobre la ganancia de peso en la fase postdestete y el
peso a los 18 meses de edad, se llega a la conclusión de que el porcentaje de heterosis
para estos caracteres alcanzado por los F1 Cebú X Criollofue del 23% al 24% y del 12%
al 25%, respectivamente; estas cifras son del 10% al 20% y del 7% al 16% cuando se
comparan estos cruces con la mejor raza pura (Brahman).
El peso a los 18 meses de los 3/4 Brahman 1/4 Criollo ha sido del 6% al 10%
superior al promedio de los puros, y del 3% inferior al 7% superior en relación a los
Brahman. Los 3/4 Criollo, sin embargo, fueron un 3% y un 10% inferiores a los puros y a
los Brahman, respectivamente. Los 1/2 Charolais 1/4 Criollo 1/4 Cebú superan el
promedio de los Criollo y Cebú en un 20%, y a los Cebú en un 8% al 17%.
Parece que, por lo general, la diferencia entre los cruces y el Cebú puro en la
fase postdestete esta determinada por la calidad de los pastos, obteniéndose
diferencias más grandes en pastos de buena calidad.
4. Curvas de crecimiento
Bailón et al. (1977) analizaron el peso de 938 animales hasta los 4 años de
edad. Los cruces F1 Brahman X Criollo se ubicaron entre los cinco de mayor peso
adulto, y tuvieron la mayor tasa de crecimiento de todos los grupos al año de edad;
luego descendieron de peso más rapidamente que los demás. La curva de crecimiento
de este cruce señala su gran precocidad.
Cuadro 24. Peso por día de vida de Criollo, Brahman y sus cruces en Calabozo
(Venezuela)a
Grupo Constante
Padre Madre n g
ajustado 572 433
Criollo Criollo - 47
Brahman Criollo 47
Brahman Brahman 0
a = Resultados de un análisis de variancia por cuadrados mínimos
Fuente: Plasse et al., 1974b

Cuadro 25. Peso destetado por vaca expuesta a toro en el proyecto de Turriaiba (Costa
Rica)a
Grupo Peso/vaca
Padre Madre kg
Sta.Gertrudis Sta.Gertrudis 120
Sta.Gertrudis Brahman 147
Sta.Gertrudis Criollo 166
Brahman Brahman 139
Brahman Criollo 170
Criollo Brahman 178
Criollo Criollo 141
Criollo Sta.Gertrudis 152
Brahman Sta.Gertrudis 161
a = Resultados de un análisis de variancia por cuadrados mínimos
Fuente: Perozo et al., 1971

Cuadro 26. Peso destetado por vaca en rebaño en Turipaná (Colombia)a


Grupo Peso destetado por vaca
Toro Vaca kg
Romosinuano Romosinuano 132
Cebú Cebú 139
Romosinuano Cebú 160
Romosinuano Cebú X Romosinuano 166
a = Datos no analizados
Fuente: Hernández, 1976a

5. Peso producido por vaca en el rebaño


El peso producido por vaca en el rebaño es una consecuencia del porcentaje de
destete y del peso promedio al destete y constituye una buena estimación de la
eficiencia fisiológica y económica de un grupo o rebaño de vacas.
Perozo et al. (1971) analizaron y presentaron los datos respectivos del proyecto
de Turrialba; pueden observarse en el cuadro 25. La productividad de las vacas
Brahman y Criollo, al ser apareadas recíprocamente con toros de la otra raza, fue la
más alta del proyecto; el promedio de estos grupos de cruzamiento recíproco superó en
un 24% el del Criolloy Brahman en lo que a peso destetado por vaca se refiere. Cuando
se aparearon las vacas F1 Criollo × Brahman con Charolais, produjeron un peso
superior en un 10% al promedio de Romosinuano y Brahman, y un 6% mayor que el
producido por las últimas (Medina et al., 1974).
Los resultados de Turipaná indican que la productividad de las vacas
Romosinuano × Cebú supera en un 18% al promedio de laspuras (cuadro 26). La
producción de las vacas F1 apareadas con Romosinuano aventajó en un 23% a la de las
vacas Criollo y Brahman (Hernández, 1976a).
Los resultados preliminares de 805 observaciones durante un período de cinco
años del proyecto de Calabozo (MAC/FONAIAP-UCV/FCV, 1976; inédito) indican que
las F1 Brahman X Criollo producen mayores pesos por vaca en el rebaño que en el
promedio de Criollo y Brahman y que las Brahman (33% y 23% más,
respectivamente).En la clasificación de todos los grupos del proyecto, estas vacas
cruzadas ocupan los cuatro primeros lugares junto con las 1/2 Pardo Suizo 1/2
Brahman.
6. Calidad de la canal y de la carne
Muñoz y Martin (1969b) publicaron los resultados relativos a las característícas
de la canal y de la carne de 179 toretes del proyecto de Turrialba. El porcentaje de
heterosis para los grupos Criollo, Brahman y sus cruces recíprocos, figura en el cuadro
27. En comparación con los Criollo y Brahman puros, los cruces tuvieron
significativamente más peso y más carne en la canal, y su carne resultó menos dura. En
cuanto a las otras característícas, no se detectaron diferencias significativas entre los
cruces y los puros. Los Brahman × Criollo de padres Brahman alcanzaron un peso al
sacrificio y un peso de la canal superiores al resto de los grupos.
Bauer et al., (1976b) presentaron un análisis de 23.362 canales de animales de
diferente edad y sexo pertenecientes a Criollo, 1/4 Cebú, 1/2 Cebú, 3/4 Cebú y Cebú del
proyecto del Beni. Las constantes para raza, ajustadas por un modelo lineal, se
observan en el cuadro 28. Todos los novillos cruzados superaron a los Criollo puros en
un 15%. Las vacas F1 superaron al promedio de Criollo y Cebú en un 14%.
Arango (1976a) registró un rendimiento del 56% en canales de Sanmartinero, y
del 58% en los cruces de esta raza con Cebú. Sobre el Sanmartinero, Cebú y sus
cruces recíprocos, Fajardo et al. (1976a, b, c) detectaron en 24 toretes de 34 meses de
edad, pesos al sacrificio de 416, 465 y 494 kg. El porcentaje de heterosis para el peso
de cinco calidades de cortes mayores osciló entre el 11% y el 14%, y las mermas no
fueron influidas por el grupo racial.
Cuadro 27. Porcentaje de heterosis para caracteres de canal en cruces recíprocos
Criollo × Brahmán en Turrialba (Costa Rica)a
Carácter % Heterosis
Peso al sacrificio 15
Peso en canal 18
Porcentaje de carne 1
Calificación en canal 10
Marmoleo del longissimus dorsi 9
Dureza de carne cocida -1
a = Resultado de un análisis por cuadrados mínimos
Fuente: Muñoz y Martin, 1969b
Cuadro 28. Peso de canales de novillos, toros y hembras de Cebú, Criollo y sus cruces
en El Beni (Bolivia)a
Grupo Novillos Toros Vacas y novillas
n Constante n Constante n Constante
kq kq ka
ajustado 15.838 230 944 304 5.477 182
Criollo 13.285 - 23 828 - 26 5.069 - 24
1/4 Cebú 3/4 Criollo 1.133 5 134 -4
1/2 Cebú 1/2 Criollo 1.139 10 33 1 134 16
3/4 Cebú 1/4 Criollo 281 8 29 12 49 2
Cebú 54 13 91 9
a = Resultado de un análisis de variancia por cuadrados mínimos
Fuente: Bauer et al, 1976b

Cuadro 29. Porcentaje de heterosis para los caracteres de crecimiento en los distintos
proyectos (F1 Cebú × Criollo recíprocos vs. Cebú y Criollo
Proyecto - % Heterosis Promedio no
Carácter
Turrialba Calabozo Turipana Libertad ponderado (%)
Peso al nacer 8a,d 8a,e 5a, f 9b,g 8
a,h
Ganancia diaria predestete 10 15a, f
a,i 11
8
a,d
Peso al destete 11 9a,h 13a,f 8 b,g
c,i 11
9 18b,j
a,d
Ganancia diaria postdestete 24 23a,f 24
Peso postdestete 12a,d 17 c,i
17a,f 15b,g
17
25b,j
a = Resultado de análisis estadístico
b = No analizado
c = No hay recíprocos, solamente Cebú × Criollo
Fuente: d Muñoz y Martín, 1969 a
e Müller-Haye et al., 1968
f Hernández, 1977
g González, 1976
h Plasse et al., 1968
i Plasse et al., 1974
j Castro et al., 1971a. Salazar, 1973
Cuadro 30. Porcentaje de superioridad del Cebú × Criollo sobre Cebú para los
caracteres de crecimiento en los distintos proyectos
Proyecto - % Superioridad Promedio no
Carácter
Turrialba Calabozo Turipaná Libertad Beni ponderado (%)
Peso al nacer 11a,d 4a,e 6a,f 15b,g 9
a,h a,f
Ganancia diaria predestete 6 3
5
5a,b,c
Peso al destete 14a,d 4a,h 4a,f 7b,g 5 a,k
a,c,i b,,j 6
5 5
Ganancia diaria postdestete 20a,d 10a,f 15
Peso postdestete 16a,d 11c,d,i 7a,f 15b,g
b,,j 13
15
a = Resultado de análisis estadístico
b = No analizado
c = No hay recíprocos, solamente Cebú × Criollo
Fuente: d = Muñoz y Martin, 1969a
e = Müller-Haye et al., 1968
f = Hernández, 1977
g = González, 1976
h = Plasse et al, 1968
i = Plasse et al., 1974
j = Castro et al., 1971a, Salazar, 1973
k = Bauer et al., 1976

Un estudio de 24 toros y novillos de 30 meses de edad, de los cruces Charolais


× BON y Cebú × BON, indica que los últimos fueron ligeramente superiores en
rendimiento en canal (Arango, 1976b). El mismo autor (Arango, 1976c) dio a conocer un
estudio sobre mermas y rendimiento de 24 novillos de 32 meses de Sanmartinero, Cebú
× Sanmartinero y Sanmartinero × Cebú, observando rendimientos en canal del 54%,
56% y 58%, respectivamente.
Resumen y conclusiones
Los resultados de los programas de cruzamiento entre Cebú y Criollo realizados
en Bolivia, Colombia, Costa Rica y Venezuela, permiten arribar a ciertas conclusiones
con respecto al comportamiento de los distintos caracteres en las dos primeras
generaciones. La concordancia de la mayoría de las observaciones es sorprendente y
facilita su interpretación.
Los resultados de Calabozo indican una mayor precocidad en las novillas
cruzadas. Su peso y edad a la aparición del primer cuerpo lúteo fueron un 11% mayor y
un 11% menor, respectivamente, que el promedio de las dos razas puras, y un 4%
mayor y un 9% menor que los valores respectivos en las novillas Brahman. Este
comportamiento favorable sólo fue superado por algunos cruces entre razas europeas y
Brahman.
Los resultados relativos al porcentaje de preñez en los cruzamientos entre
Criollo y Brahman se revelaron contradictorios. Empleando vacas vacías y no lactantes
en Calabozo, no se obtuvo una diferencia significativa entre los apareamientos
recíprocos cruzados (Criollo × Brahman) y los puros (Criollo × Criollo y Brahman ×
Brahman); sin embargo, en apareamientos con vacas lactantes, las Criollas asignadas a
toros Brahman y Santa Gertrudis concibieron en menor grado que las apareadas con
toros Criollos, hecho atribuible, al parecer, al mayor esfuerzo que el becerro cruzado
demanda a la vaca.
El mismo fenómeno, observado en Colombia, se atribuyó a “discriminación
racial”. En contradicción con estos resultados, el porcentaje de nacimientos en Turrialba
resultó mayor en los apareamientos cruzados que en los puros.
De mayor importancia práctica es comparar el comportamiento de las vacas
cruzadas en relación a las puras. Los resultados preliminares de Calabozo indican que
las novillas F1 , las vacas F1 de primera lactancia y las vacas F1 de 4 y más años
tuvieron un porcentaje de preñez que superó en un 21%, 87% y 15%, respectivamente,
los promedios de las puras, y en un 23%, 62% y 5% a las Brahman.
En Bolivia, los vientres F1 tuvieron un índice de preñez superior en un 13% y 5%
al de las puras y la ventaja de las 1/4 y 3/4 Cebú combinadas fue del 5% y 13% en los
dos hatos, respectivamente.
Los datos resumidos indican que el cruzamiento continuo entre Criollo y Cebú
mejoraría del 15% al 20% el porcentaje de preñez de todo el rebaño en la primera
generación, especialmente entre las novillas y las vacas de primera lactancia. Esta cifra
puede bajar al 10% en las generaciones siguientes. Es importante anotar que este
sistema de cruzamiento, al parecer, conduce a una mayor eficiencia reproductiva que la
obtenida mediante la cruza de toros Bos taurus importados (Charolais y Pardo Suizo)
con vacas Brahman.
Los resultados relativos a los caracteres de crecimiento de los animales F1 de
los diferentes proyectos se resumen en los cuadros 29 (heterosis) y 30 (superioridad
sobre el Cebú). Dado que el Cebú, en general, supera en crecimiento a las líneas
Criollas, y en vista de que la actual población bovina latinoamericana está
principalmente constituida de genes Bos índicus, la comparación de los cruces Cebú ×
Criollo con el Cebú puro tiene una importancia práctica fundamental.
Al analizar el cuadro 29, sorprende la concordancia en los valores de heterosis
para el peso al nacer, la ganancia diaria predestete, el peso al destete, la ganancia
postdestete y el peso postdestete, que alcazan promedios del 8%, 11%, 11%, 24% y
17% respectivamente. El cuadro 30 registra, igualmente, la similitud de los valores
obtenidos por los diferentes proyectos, con excepción de los relativos al peso al destete
y a la ganancia y peso postdestete del proyecto de Turrialba, donde el comportamiento
del Brahman fue inferior al del Criollo, en contradicción con los resultados de los demás
proyectos. En cuanto a la comparación más arriba mencionada, el cuadro 30 indica una
superioridad promedio de los cruces sobre el Cebú puro del 9%, 5%, 6%, 15% y 13%,
respectivamente, en las cinco características examinadas.
Resumiendo los resultados de crecimiento alcanzados en Bolivia, Colombia y
Venezuela con los hijos de vacas F1 Cebú × Criollo, se pueden formular las siguientes
conclusiones: al nacer, los 3/4 Criollos del proyecto de Calabozo fueron inferiores a
todos los demás grupos, mientras que los 3/4 Brahman mostraron una leve ventaja (3%
al 4%) tanto sobre el promedio de los puros como sobre los Brahman. Al destete, los 3/4
Cebú 1/4 Criollo aventajaron del 10% al 19% al promedio de los puros, y del 4% al 13%
al Cebú puro. Las cifras correspondientes para los 3/4 Criollo 1/4 Cebú fueron del 6% al
18%, y del 5% al 6%, respectivamente. Cuando las vacas F1 crían becerros de toros
Charolais, la ventaja de éstos oscila entre el 11% y el 30% en relación al promedio de
los puros Criollo y Cebú, y entre el 10% y el 24% con respecto al Cebú. Es inexplicable
la inferioridad de los 5/8 Criollos de Bolivia frente a todos los demás puros y cruces,
pero es un hecho a tener en cuenta en función de futuros programas de cruzamiento
por rotación.
A los 18 meses de edad, los 3/4 Cebú superan el promedio de los puros en un
6% al 10%, y se muestran del 3% inferiores al 7% superiores en relación al Cebú. Por el
contrario, los 3/4 Criollos han sido del 3% al 10% inferiores al Cebú, y apenas del 5% al
6% superiores al promedio de los puros. La ventaja de los 1/2 Charolais hijos de vacas
F1 Cebú × Criollo osciló entre el 18% y el 21% en comparación con los puros, y entre el
8% y el 17% en relación al Cebú puro.
El comportamiento durante la ceba en Calabozo indica que los cruces Criollo ×
Cebú, en pasto cultivado, superan a los puros en un 13%, y a los Brahman en un 5%.
En sabana, sin embargo, los cruces aventajan a los puros apenas en un 8%, y resultan
inferiores en un 3% a los Brahman. Por otra parte, los grupos de cruzamiento alterno
entre Charolais y Brahman superaron a los cruces Criollo × Brahman.
Los resultados preliminares de Calabozo indican claramente que, en la fase
postdestete, la superioridad de los cruces desde el punto de vista de la heterosis se
manifiesta fenotípicamente solo cuando hay buenos pastos. Si la base forrajera es
inferior, es el puro Cebú quien alcanza mayor peso a la edad del sacrificio.
En lo que se refiere a la productividad de las vacas al destete, expresada en
kilogramos de peso destetado por vaca en rebaño, los datos de Costa Rica confieren a
los becerros F1 una ventaja del 24%. Los resultados de Colombia y Venezuela registran
en las vacas F1 Criollo X Cebú y en sus becerros 3/4 Criollo y 3/4 Cebú una
superioridad del 23% al 33% con respecto al promedio de las vacas puras con becerros
puros, y del 19% al 23% en relación a las Cebú. En lo que se refiere a esta
característica, las vacas F1 Brahman × Criollo han estado entre los grupos de mayor
productividad, junto con las 1/2 Pardo Suizo 1/2 Brahman.
Este resumen señala la ventaja indudable del cruzamiento entre Criollo y Cebú
en los medios tropicales de América Latina. La superioridad manifestada por los cruces,
en todas las características, con respecto al promedio de los puros y al Cebú, permite
concluir que su producción será más económica. La principal ventaja de los cruces es
su mayor eficiencia reproductiva. Además, en la medida en que dispongan de forrajes
de buena calidad, los animales cruzados responderán con un crecimiento superior al del
Cebú.
Los resultados también indican que uno de los mejores sistemas a adoptar
consistiría en el cruzamiento entre Criollo, Cebú y Charolais, iniciando la rotación con
vacas F1 Cebú × Criollo y toros Charolais.
La comparación de los cruces Cebú × Criollo con los cruces entre razas
europeas y Cebú subraya la mayor eficiencia reproductiva de los primeros, y el mejor
crecimiento de los últimos en pastos de buena calidad. El resultado final de esta
comparación será determinado por la calidad de las canales producidas y el costo de
cada sistema. No caben dudas de que el costo de importación de los toros Bos taurus y
los gastos que acarrea su mantenimiento implican un desembolso mayor que el
originado por los toros Criollos.
Los resultados resumidos y los aspectos señalados en el párrafo anterior apoyan
la necesidad de continuar con los proyectos de cruzamiento en curso y confirman que
es recomendable conservar el material genético del ganado Criollo para futuros
programas de cruzamiento con razas Bos índicus en las zonas tropicales de América
Latina.
VIII

LA REPRODUCCION DE LAS RAZAS CRIOLLAS


Raúl de la Torre
Del ganado Criollo de América Latina se dice, con frecuencia, que su
extraordinaria adaptación al ambiente tropical se desarrolló durante siglos a costa de la
pérdida de productividad. Uno de los factores más relacionados con la productividad de
un hato ganadero es, incuestionablemente, la reproducción: de la fertilidad de los
animales depende la cantidad de terneros que nacen en un período determinado. De all
íque la poca productividad del ganado Criollo se asocie, a menudo, con un
comportamiento reproductivo de bajo nivel.
Sin embargo, los resultados de diversos estudios en varios países de este
continente, realizados en condiciones controladas de manejo, sanidad y alimentación,
demuestran que el ganado nativo puede compararse favorablemente con el ganado
europeo o cebuino, y aun superarlos, en cuanto a fertilidad.
La razón por la cual se subestima la real capacidad reproductora de las razas
Criollas radica en la índole de su explotación. El ganado Criollo que todavía perdura en
la mayoría de los países de América Latina, por lo general diseminado en núcleos
relativamente pequeños, esta en manos de campesinos o de pequeños ganaderos de
modestos recursos económicos. El manejo, la sanidad y la alimentación que esos
sectores pueden proveer son tan pobres que las enfermedades, en especial las que
afectan la capacidad reproductiva, y las deficiencias nutricionales, constituyen hechos
corrientes y determinan en gran medida los bajos índices de reproducción que se
observan a menudo. Por otra parte, hay que tener en cuenta que es práctica común
entre los ganaderos ordeñar las vacas en presencia del ternero, o con la cría al pie, y
que también esto puede contribuir al comportamiento reproductivo anormal. En efecto,
de Alba (1960) sostiene que el ordeño con ternero tiende a alargar el intervalo entre
partos, debido a la ausencia de celo después del parto (Donaldson, 1962; Pittaluga,
1970; Villar y Huertas, 1973).
A los efectos de la discusión y organización de este trabajo, se han considerado
como medidas de fertilidad el intervalo entre partos, la edad al primer parto y el número
de servicios por concepción o preñez, y la información disponible sobre el ganado
Criollo correspondiente a cada una de estas medidas será presentada a continuación en
el mismo orden.
Intervalo entre partos
El intervalo entre partos es uno de los parámetros más frecuentemente utilizados
para evaluar la fertilidad de los animales de un hato ganadero. Asumiendo que no
existen diferencias en cuanto al período de gestación, el intervalo entre parto y parto
está determinado por la duración del período de servicio y éste, a su vez, por el tiempo
transcurrido desde el parto hasta el primer servicio y por el intervalo entre el primer
servicio y la concepción (Rodríguez, 1976).
Investigaciones realizadas en Venezuela (Cevallos et al., 1968; Bodisco et al.,
1968), Colombia (Hernández, Koch y Dickerson, 1971; Salazar y Huertas, 1975) y Costa
Rica (Carmona y Muñoz, 1966; Torres, 1972; Alvarez, 1975) ponen de manifiesto la
superioridad del ganado Criollo, en comparación con el europeo o cebuino en iguales
condiciones de producción, en lo que respecta a este índice de fertilidad. Solamente
Torres (1972) registra un mejor comportamiento de la raza Jersey en relación al Criollo
en Turrialba, Costa Rica, en términos de intervalos entre partos.
El cuadro 1 muestra los valores del intervalo entre partos en el ganado Criollo
observados por los autores que se mencionan más arriba. Como puede advertirse, el
nivel mas bajo, 374 días, corresponde a vacas Criollas de la raza Romosinuano en la
región noroccidental de Colombia (Hernández, Koch y Dickerson, 1971) y el extremo
más alto (457 días) a ganado Criollo venezolano de la región de Carora (Cevallos et al.,
1968). McDowell (1971), citado por Alvarez (1975), detecta un valor ligeramente inferior
al determinado por Hernández y sus colaboradores (372 días) en el ganado Blanco
Orejinegro colombiano. Cabe señalar que en el estudio de Hernández, Koch y
Dickerson (1971), más de la mitad (54.3%) de los intervalos entre partos registrados
fueron inferiores a 365 días.
De Alba (1970) estima que los intervalos entre partos mayores de 420 días
indican un comportamiento reproductivo deficiente, ocasionado sobre todo por factores
de manejo que tienen consecuencias económicas de consideración, especialmente en
las explotaciones lecheras. Por otra parte, los intervalos cortos entre parto y parto tienen
gran importancia, porque además de aumentar la producción de crías, disminuyen el
intervalo entre generaciones, favoreciendo la selección. En el cuadro 1 se observa que,
de los siete trabajos citados, solamente dos registran valores que sobrepasan el límite
crítico de 420 días señalado por de Alba (1970), en tanto que los promedios evaluados
por los cinco restantes son notablemente inferiores y se aproximan a la cifra deseable
de una cría por año.
En Ecuador, datos no publicados de 142 partos en 24 vacas Criollas fundadoras
del hato para producción de carne de la Estación Pichilingue arrojan como resultado un
intervalo entre partos de 380 días, lo que corrobora la apreciación de los investigadores
de otros países sobre el buen comportamiento reproductivo del ganado Criollo.
Los cruzamientos de las razas Criollas con razas europeas o cebuinas han
mejorado este índice de fertilidad en los animales mestizos con respecto a los europeos
y/o el Cebú. Hernández (1975), citado por Torres (1972), registra diferencias de más de
100 días en favor de las vacas mestizas del grupo Criollo-Pardo Suizo en relación a la
Pardo Suiza pura. Idéntico fenómeno es verificado por otros trabajos sobre el
cruzamiento del Criollo con razas lecheras europeas (Bodisco et al., 1975; Salazar y
Huertas, 1975; Torres, 1972; Rodríguez et al., 1975), y sobre animales mestizos del
cruzamiento Criollo × Cebú (Plasse et al., 1975). En Pichilingue, Ecuador, el examen de
319 partos de vacas mestizas media sangre Criollo-Brahman arroja un valor de 416 días
para el intervalo entre partos, cifra menor a la registrada por el ganado Brahman puro.
En cuanto a los factores que afectan el intervalo entre partos, la edad de la vaca
parece ser el de mayor consideración, aunque la literatura sobre el tema refleja una
cierta disparidad de resultados. Para algunos autores (Verley y Touchberry, 1961;
Dhillon et al., 1970), dicho intervalo tiende a disminuir con la secuencia del parto, es
decir, cuando aumenta el número de partos, y, consecuentemente, la edad. Según
Hernández, Koch y Dickerson (1971), en las vacas viejas y las jóvenes los intervalos
son menores que en las vacas de edad intermedia, aunque su estudio revela que en el
ganado Romosinuano los intervalos más cortos correspondieron a vacas con edades
que oscilaban entre los 10 y 12 años. Finalmente, existen trabajos cuyos resultados no
indican que la edad de la vaca o el número de partos tengan algún efecto sobre el
intervalo entre partos (Torres, 1972).
Como se dijo anteriormente, el intervalo entre partos está determinado por el
período de gestación - considerado constante, aunque hay evidencias de que las
gestaciones de vacas Criollas o de otras razas apareadas con toros Criollos son mas
largas (Negron, Deaton y Muñoz, 1975)-y por la duración del período de servicio. Torres
(1972) registró en vacas Criollas del hato lechero de Turrialba, Costa Rica, un período
de servicio promedio de 103 días, superior al de las vacas Jersey ( 98 días) y al de las
vacas cruzadas Criollo-Jersey (92 días). El mismo autor obtuvo para el intervalo entre el
primer servicio y la concepción, valores de 26, 43 y 23 días, respectivamente, para los
mismos grupos raciales indicados. Como el período de servicio es el componente más
importante del intervalo entre partos, su mejoramiento debe traducirse en una reducción
del intervalo entre parto y parto. En efecto, Everett, Armstrong y Boyd (1966)
encuentran una correlación de 0.93 entre estos dos índices.
Edad al primer parto
La edad al primer parto esta intimamente relacionada con la edad en que se
produce el primer servicio de las vaquillas, y depende principalmente del manejo y la
alimentación que se les proporciona durante el período de crecimiento. A pesar de no
constituir exactamente una medida de fertilidad, la edad al primer parto afecta
significativamente la eficiencia reproductiva.
Se sabe que existen diferencias inherentes a las razas europeas y cebuìnas: las
segundas, por lo general, son mas tardías en llegar al primer servicio y, por ende, al
primer parto. Asimismo, la literatura sobre el tema muestra que las hembras de razas
europeas, aun en el ambiente tropical, tienen su primer parto a una edad más temprana
que las de razas Criollas. Alvarez (1975), en Costa Rica, encontró que la edad al primer
parto fue de 34.7 meses para vacas Criollas, 32.7 para vacas Jersey y 33.3 meses para
vacas media sangre Criollo-Jersey; Verde y Bodisco (1976) fijan en 36.63 meses la
edad promedio al primer parto en animales Criollos Limoneros venezolanos. McDowell
(1971), citado por Alvarez (1975), detectó, a su vez, una edad al primer parto de 41
meses en vacas Criollas Blanco Orejinegro de Colombia, mientras que Salazar y
Huertas (1975), también en Colombia, registraron en hembras de raza Costeña con
Cuernos un promedio de 37.8 meses, significativamente superior al observado en los
cruces. Por su parte, Torres (1972), en Costa Rica, determinó que la edad de las
vaquillas Criollas al primer servicio fue de 25.7 meses, significativamente mayor que en
las hembras de otros grupos raciales, tanto europeos como mestizos con Criollos.
Como se dijo, la edad al primer parto depende en gran medida de la edad de las
vaquillas al primer servicio, la cual, a su vez, depende del momento en que alcanzan la
pubertad. La presencia del celo acompañado por la ovulación en la hembra es el
fenómeno que marca el inicio de la pubertad, y su determinación permite una buena
estimación de la precocidad de la vaquilla para iniciar su función reproductora. En
Venezuela, Ordóñez et al., (1973) y Linares et al., (1973) determinaron la edad de
aparición del primer cuerpo lúteo, y encontraron que las vaquillas cruzadas Criollo-Cebú
aventajaban en aproximadamente un 10% a las vaquillas puras. En el estudio
mencionado en primer término, las vaquillas Criollas registraron una edad de 737 días al
primer cuerpo lúteo; las Brahman, 717 días; y las cruzadas, 649 días. En el segundo
estudio, la edad al primer cuerpo lúteo fue de 767 días para hembras Criollo Limonero;
694 para las Criollas Llaneras-Limoneras; y 639 y 691 días, respectivamente, para las
mestizas Limonero-Brahman y Llanero-Brahman.
Estos datos ponen de manifiesto la menor precocidad que caracteriza a las
razas Criollas, fruto de su lento crecimiento. Confirmando lo expuesto, los resultados de
un estudio sobre el crecimiento hasta los 18 meses de becerros machos y hembras
pertenecientes a distintas razas que incluían el Criollo Limonero y el Llanero venezolano
(Frómeta et al., 1973), permiten apreciar los menores incrementos de peso por día de
vida de estos dos grupos (379 g y 384 g, respectivamente) en comparación con los del
Brahman (431 g) y sus cruces (480 g y 462 g, respectivamente). La superación de esta
característica es, por lo tanto, esencial, ya que las edades mayores al primer parto
aumentan el intervalo entre generaciones y, en consecuencia, retardan la selección y el
proceso de mejoramiento.
Número de servicios por concepción
El número de servicios por concepción es una medida extremadamente
correlacionada con el intervalo entre el primer servicio y la concepción, así como con la
duración del período de servicio (Everett, Armstrong y Boyd, 1966).Este índice
reproductivo depende de la fertilidad de los toros, de la calidad del semen y de la
técnica de la inseminación artificial (de Alba, 1970).
Son pocos los resultados publicados sobre el número de servicios requeridos
por hembras Criollas para concebir. Sin embargo, como lo expresa Verde (1973), estos
pocos trabajos demuestran que las razas nativas se comparan ventajosamente con las
razas europeas no sólo cuando estas producen en el trópico, sino también en regiones
de clima templado. El promedio de los valores compendiados por este autor señala que
los animales europeos requerían 3.35 servicios por concepción, en tanto que los
animales Criollos solamente 1.63 servicios.
Torres (1972) encontró valores de 1.70 servicios por concepción para vacas
Criollas, 2.20 para vacas Jersey y 1.70 para vacas media sangre Criollo-Jersey, en
tanto que años antes Carmona y Muñoz (1966) habían registrado valores más bajos,
tanto para hembras Criollas (1.58 servicios) como para Jersey (1.55).
Sobre los factores que influyen en la variación del número de servicios por
concepción, Fuentes, Deaton y Muñoz (1971) descubrieron una correlación significativa
entre el grado de consanguinidad y el número de servicios por preñez. Según estos
resultados, la consanguinidad, aparentemente, aumento el número de servicios
requeridos por las vacas de un hato de Criollo lechero para concebir.
Hay ciertas evidencias que sugieren también la existencia de un efecto de la
edad de la vaca sobre esta medida (Verley y Touchberry, 1961), por el cual las vaquillas
de primer parto tienden a necesitar mayor número de servicios que las vacas de mayor
edad, Sin embargo, los resultados de Torres (1972) en Costa Rica no muestran efecto
alguno de la edad de la vaca, a pesar de que su estudio incluye edades que van desde
los 18 meses hasta los 15 años.
Los valores relativos al número de servicios por parto presentados corroboran
las apreciaciones de Verde (1973) sobre la eficiencia reproductiva del ganado Criollo, ya
que índices que oscilan entre 1.5 y 1.8 servicios por concepción son indicativos de alta
fertilidad (de Alba, 1970).
Otras medidas
Porcentaje de preñez y natalidad
Los promedios de porcentajes de concepción en hatos de ganado Criollo de
varios países varían entre el 45% en vacas Limoneras venezolanas (Linares et al.,
1973) y el 95% en vacas pertenecientes a un hato altamente seleccionado de Bolivia
(Plasse et al., 1975).Entre estos extremos - que denotan un comportamiento
reproductivo pobre, por un lado, y una excelente fertilidad, por otro - se ubican datos
registrados por otros autores; entre ellos los citados por Plasse y sus colaboradores
(1975).Peralta (1977), al comparar nueve grupos raciales de ganado para la producción
de carne que incluían las razas Criolla, Brahman, Santa Gertrudis y sus cruces,
determinó que el promedio de nacimientos de las madres híbridas fue superior al
promedio de las madres de razas puras; entre ellas, las vacas Criollas acusaron los
índices más bajos (60%). La razón de este bajo comportamiento reproductivo de la raza
Criolla fue explicada por el hecho de que la mayoría de esas vacas eran animales de
desecho del hato lechero del CATIE en Turrialba, Costa Rica, por baja producción de
leche y/o difícil concepción con inseminación artificial. En el hato para producción de
carne de Criollo Esmeraldeño de Pichilingue, Ecuador, se han registrado, en cambio,
porcentajes de natalidad del 89% en 1976 y del 81% en 1977.
La superioridad de las hembras mestizas Brahman-Criollo en cuanto a este
índice de eficiencia reproductiva se manifiesta en los trabajos de Medina, Muñoz y
Deaton (1973), Plasse et al., (1975), Peralta (1977), confirmando una vez más que los
cruzamientos alternos entre Criollo y Cebú serían muy beneficiosos para mejorar las
características de reproducción de las ganaderías destinadas a la producción de carne.
Mortalidad pre y postnatal
Verde (1973) considera que otro posible indicador de la superioridad
reproductiva de las razas Criollas en relación a las europeas en el trópico son los datos
disponibles de mortalidad pre y postnatal. Este autor cita dos trabajos realizados en
Venezuela, uno por Bodisco y Mazzari (1962) - según el cual se determinaron
porcentajes de abortos del 3.8% y 11.2% para ganado Criollo y europeo,
respectivamente - y otro conducido por Bodisco y Carnevali (1962) que registró que la
mortalidad de terneros entre el nacimiento y el destete fue del 17.3% para la raza nativa
y del 34.1% para la raza Pardo Suiza. Los datos de nacimiento y destete dados a
conocer por Peralta (1977), sin embargo, muestran una ligera superioridad del ganado
Criollo frenteal Brahman en cuanto a mortalidad postnatal (5.49% y 5.6%,
respectivamente).
Cuadro 1. Intervalo entre partos en ganado Criollo
Autores Año País Valor observado (días)
Hernández, Koch y Dickerson 1971 Colombia 374
Salazar y Huertas 1975 Colombia 422
Bodisco et al. 1968 Venezuela 387
Cevallo et al. 1968 Venezuela 457
Carmona y Muñoz 1966 Costa Rica 390
Torres 1972 Costa Rica 387
Alvarez 1975 Costa Rica 378
Resumen
Las bajas tasas de crecimiento que caracterizan a los animales nativos
determinan su menor precocidad, manifiesta en su mayor edad al primer parto. Sin
embargo, la información disponible sobre el número de servicios por concepción, los
porcentajes de preñez y natalidad, el intervalo entre partos y la mortalidad pre y
postnatal, demuestra que las razas de ganado Criollo pueden compararse
favorablemente e incluso superar al ganado europeo y cebuino en cuanto a fertilidad.
Partiendo de la superioridad del comportamiento reproductivo exhibido por
madres híbridas resultantes del cruzamiento del Criollo con Cebú o con razas europeas,
y tomando en consideración los bajos índices de herencia registrados para estas
medidas de fertilidad, se puede concluir que el cruzamiento parece ser el mejor camino
para elevar la capacidad reproductora del ganado en América Latina.
IX

ESPECIES ZOOTECNICAS NATIVAS DE LOS ANDES ALTOS


A. Cardozo
Introducción
La naturaleza de esta Reunión de Expertos de la FAO exige justificar la
existencia y el desarrollo de las especies zootécnicas nativas. Esta ponencia ha de
referirse a aquellas especies animales cuyo origen, desde la protohistoria, está en las
altas cordilleras de los Andes. Su actual desarrollo favorece a las poblaciones humanas
asentadas en estos parajes y constituyen componentes sustanciales de su economía y
cultura. Estas especies son la llama ( Lama glama, Linneo, 1768), la alpaca ( Lama
pacos, Muller, 1776), el cuy ( Cavia porcellus, Linneo) y la chinchilla ( Chinchilla
chinchilla, Molina). Su aparición es anterior a la del hombre. Los monumentos
arqueológicos, que conservan restos paleontológicos, revelan que las primeras tres
especies existieron en estado silvestre y que los primeros hombres las utilizaron: se han
encontrado pruebas de ello en las cercanías de los primeros hogares, . La chinchilla
escapa a este modelo. Animal silvestre, solo fue explotada después de la llegada de. los
españoles; hoy su produccóin se destina a la confección de objetos ornamentales de
lujo.
Desde aquellas épocas protohistóricas, los camélidos (llama y alpaca) y el cuy o
cuye forman parte de la economía del campesino andino. Su importancia no se vio
disminuida por el avasallamiento de las especies introducidas: aún hoy existen regiones
donde son los únicos animales que producen bienes directamente consumibles por el
hombre.
Son componentes sustanciales de la economía y la cultura del campesino de
esas zonas. Este hecho - no reconocido durante buena parte de la dominación española
y aún en el período republicano de los países latinoamericanos - constituye el mejor
justificativo de su existencia. Su desarrollo ha sido promovido en muchos países, y,
actualmente, gobiernos y criadores les prestan particular atención. La promoción y el
apoyo a estas especies les están devolviendo la importancia y el valor que en la
protohistoria y prehistoria han tenido en los países de los Andes Altos. En muchas
áreas, los animales nativos son preponderantes en relación a las especies introducidas.
La llama y la alpaca
a) Repaso histórico
Estos camélidos emigraron a América del Sud a principios del Pleistoceno; su
emigración apenas concluyó hace unos 10 000 años. El origen secundario de dispersión
es el norte de la República Argentina y el sur de Bolivia, conocimiento basado en los
restos paleontológicos encontrados hasta ahora. Los monumentos arqueológicos más
remotos hallados en el Perú indican su domesticación y uso posiblemente desde hace
10 000 años. Es probable que también hayan sido domesticados en otras zonas
ubicadas entre la República Argentina y el Ecuador.
Como era el único animal mayor del cual el hombre obtenía beneficios, los
pueblos primitivos le dedicaron preferente atención. Una atención que llegó a
convertirse en su veneración y adoración como deidad. Solo en Bolivia, donde
actualmente hay dos millones y medio de camélidos, en tiempos de los pueblos
primitivos existía una población diez veces superior. Gracias a ella, los quechuas, antes
de la llegada de los españoles, lograron cimentar la expansión de su imperio desde
Colombia hasta el centro de Chile y Argentina. Así, el área de dispersión actual cubre
esos límites.
El establecimiento del dominio español en América produjo una ruptura de la
situación. En primer lugar, las llamas y alpacas fueron reducidas a ecosistemas inaptos,
desplazadas por los bovinos y ovinos importados por los españoles. Luego, los
cuidados de los pueblos primitivos no fueron continuados y graves epizootias diezmaron
los rebaños. Asimismo, las terribles matanzas para obtener carne, cuero y vísceras casi
llegaron a extinguirlos. Finalmente, los principios religiosos y la transculturación fueron
otros tantos motivos que favórecieron su desaparición.
Durante los primeros años de organización republicana, poco o nada se hizo en
los países andinos para, favorecer el restablecimiento de estas especies nativas. Por el
contrario: la transculturización fue más intensa y la preferencia por el animal importado
impidió su promoción. En el Perú desde el siglo pasado, y en Bolivia en los últimos
decenios, se ha conseguido repoblar los rebaños con alguna consistencia. Los
gobiernos más recientes están prestando particular atención al desarrollo de la cría de
camélidos como instrumento para mejorar las condiciones económicas y sociales de los
campesinos.
Actualmente, el proyecto de desarrollo rural más importante de Bolivia está
orientado a favorecer la cría de llamas y alpacas.
Cuadro 1. Población estimada de llamas y alpacas
Llamas Alpacas
Bolivia 2 500 000 300 000
Perú 700 000 4 000 000
Ecuador 2 000 -
Colombia 200 -
Argentina 75 000 200
Chile 85 000 500
Cuadro 2. Producción individual estimada de llamas y alpacas
Llamas Alpacas
Fibra
Producción pelo (kg) 2.2 1.5
Precio de pelo (US$/kg) 3.10 5.50
Rendimiento (%) 60 70
Finura (u) 21–22 22–28
Largo anual, (cm) 8 8–15
Carne
Peso vivo (machos) 2 años 80 50
Rendimiento (%) 65 60
Relación de la carne/huesos (%) 60/40 65/35
Indicadores zootécnicos
Fertilidad (%) 50–70 50–60
Mortalidad (adultos)(%) 3 10
Morbilidad (%) 30 50
Saca (%) 12 14
Vida útil, (años) 14 12
Crías en la vida útil 12 10
b) Biología
Los camélidos pertenecen al orden de los Artiodactyla. Son animales de
ovulación inducida y de reproducción monoestacional. Poseen tres estómagos y una
flora ruminal activa que maximiza la utilización de la proteína y de la fibra; la primera es
muy escasa en los pastos de su habitat, pero la segunda, en cambio, abunda mucho
allí. Su período de vida útil es de 14 años y aún más; sin embargo, su fertilidad, bajo el
control del hombre, es relativamente baja: llega al 50 por ciento.
Las estaciones experimentales han logrado importantes avances en la aplicación
de nuevas modalidades tecnológicas que permiten incrementar el rendimiento
económico de estas especies. Se ha logrado aumentar la fertilidad al 90 por ciento, se
ha conseguido la esquila anual, se ha mejorado su alimentación y reducido
significativamente la mortalidad.
c) Distribución
En el mapa anexo se indica la distribución estimada de las llamas y alpacas en
el continente sudamericano. Hacia el norte, los camélidos (llamas) se extienden desde
el Parque del Neusa, en las proximidades de Bogotá (Colombia), aunque su
significación económica se inicia más al sur, en la provincia de Bolívar, Ecuador, y
alcanza su peso mayor en Perú y Bolivia. Las poblaciones del norte de Chile y de la
República Argentina carecen de importancia en el orden nacional, pero la tienen en
relación a la magra economía del campesino norteño de esos países. Las poblaciones
estimadas de llamas y alpacas en los países andinos se consignan en el cuadro 1.
d) Producción
La producción tradicional de los camélidos era múltiple. Proveían
sustancialmente lana, carne y cuero. En muchos casos, además, su empleo como
medio de transporte y el uso de los excrementos como fuente combustible, eran
apreciados y, a veces, prioritarios. Hoy en día, la producción de lana, carne y cuero
constituye la mejor fuente de ingresos - en ocasiones, la única - del campesino
altoandino.
La producción de fibra, carne y otros indicadores se muestran en el cuadro 2.
e) Situación actual
La situación actual de los camélidos es de franca esperanza en su desarrollo.
Existen dos estaciones experimentales dedicadas a la investigación para su
mejoramiento, en Patacamaya (Bolivia)., y Raya (Perú). Otras estaciones, además,
destinan parcialmente tiempo, espacio y otros recursos a la llama y alpaca; en ellas
trabajan profesionales orientados a la investigación y experimentación.
En el Perú se han creado cátedras para enseñar la zootecnica de los camélidos
a nivel de educación agrícola superior. En Bolivia, el Instituto Nacional de Fomento
Lanero (INFOL) impulsa un proyecto de desarrollo social y de comercialización e
industrialización dedicado exclusivamente al pastoreo de alpacas y a la producción de
llamas y alpacas, respectivamente. Se dispone de extensas bibliografías y de un centro
de documentación que también incluye a los camélidos silvestres. La legislación pasada
y reciente contribuye a estimular la conservación y promoción de la producción de estos
camélidos.
El cuis, cuy, cuye o curi
a) Repaso histórico
Este roedor es originario de los países del área andina y es relativamente
topoloto con excepción de los laboratorios del mundo entero donde se lo cría con fines
de investigación y experimentación. La paleontología ha demostrado su existencia antes
y despúes del advenimiento del hombre en los Altos Andes, que lo utilizó desde tiempos
protohistóricos. Hoy constituye parte de su dieta, de sus costumbres y cultura.
Hasta hace un par de decenios, la crianza del cuis no rebasó la frontera
domestica; posteriormente, la investigación demostró que su tamaño no aminora las
posibilidades de su empleo. Los resultados de la investigación indujeron al gobierno
peruano a fomentar su crianza y utilización para el abastecimiento nacional. Su
producción alcanza a 15 mil toneladas métricas anuales, que constituyen un valioso
aporte para mitigar la situación crítica de la dieta proteínica en el Perú. En Bolivia,
Ecuador y Colombia se utiliza en la alimentación domestica, aunque se ha intensificado
su crianza para abastecer pequeños mercados internos.
b) Biología
En el laboratorio, el cuis es un animal poliestrual, con ciclos de 16.5 días. La
gestación dura de 67 a 68 días y da a luz 3 o 4 crías en cada parto. La ovulación es
espontánea. Su alimentación principal es herbácea y muestra baja eficiencia en la
utilización del alimento.
Existen variedades que se producen localmente, como es el caso de los
“macabeos” en el Ecuador. Pero, indudablemente, los mayores logros se han obtenido
en la Estación Experimental de la Molina, en el Perú. Gracias a ellos, existen tipos y
variedades de alto rendimiento económico. Esto contrasta con la crianza rústica del
roedor en los hogares rurales. Sin embargo, aún bajo estas condiciones, el cuis
representa para el campesino una fuente de proteína y un recurso económico.
c) Distribución
Aunque en varios departamentos de Colombia se conoce, cría y consume el
cuis, su producción es más importante en el departamento de Nariño. La universidad de
este departamento ha promocionado y estimulado su crianza técnica.
En el Ecuador, la numerosa población de este roedor, combinada con ciertas
características ecológicas, ha permitido su desarrollo en algunos centros campesinos.
Su mejoramiento es natural debido al interés de los centros campesinos y a la fuerte
demanda del mercado.
Pero es en el Perú donde su población es mayor, y mayor el adelanto en su
crianza. Además de las condiciones domésticas naturales en las que se ha conservado,
se han creado recursos genéticos y tecnología para utilizar el cuis comercial e industrial
mente.
En el altiplano boliviano no se ha prestado mayor atención al mejoramiento de la
crianza del cuis; ni siquiera existen estimaciones de su población. Sin embargo, se sabe
que ésta es importante porque se lo cría en numerosos hogares campesinos, también
para abastecer pequeños mercados internos.
Hay, además, poblaciones de cuis en los Altos Andes de Argentina y Chile,
aunque la escasez de habitantes de la zona disminuye la importancia de este roedor.
d) Producción
La explotación individual del cuis está orientada esencialmente a la producción
de carne. Ocasionalmente, se ha empleado su piel en la artesanía y sus excrementos
como fertilizante orgánico.
Se estima que un animal adulto produce 500 gramos de carne limpia.
La chinchilla (Chinchilla chinchilla, Molina)
No existen evidencias históricas sobre la utilización de la chinchilla por los
pueblos primitivos de los Andes. Aunque su origen es andino, se mantuvo antiguamente
como una especie silvestre: durante la época colonial, y aún después, poco o ningún
esfuerzo se hizo para continuar conservando esta especie pilífera. De este modo, se
perdió la mejor de las variedades, la chinchilla real, que hoy es una especie extinguida.
La chinchilla lanífera fue conservada y criada en Chile. Desde este país se dispersó a
otros continentes, y hoy su crianza está más extendida en los Estados Unidos, Europa y
el Japón, que en los propios países nativos.
La importancia de la chinchilla ha decaído por dos razones principales: la
producción de su piel no contribuye eficazmente al mejoramiento económico del
campesino, y su mercado es restringido. Como su piel se cotiza a precios altos que
varían según los vaivenes de la moda, su comercio es inseguro. Además, el mercado
está manejado por círculos restringidos que impiden la participación de campesinos que
ofrecen productos sin elaborar.
Por estas circunstancias no se ha estimulado su producción. Sin embargo, los
gobiernos de Bolivia y Perú mantienen pequeños criaderos oficiales con fines de
conservación.
X

CAMELIDOS SUDAMERICANOS
C. Novoa M.
Las variables de la altitud imponen un límite a partir del cual la agricultura no es
rentable; además, otros factores - pobreza del suelo, pendiente excesiva, escasa
disponibilidad de agua, heladas - operan para reducir el área de tierra arable en vastas
regiones de países como Perú, Bolivia y Chile principalmente. En tales condiciones, los
rebaños constituyen una fuente de alimentos más estable que los cultivos, dado que se
ven menos afectados por la adversidad ambiental. Los camélidos sudamericanos -
especialmente la alpaca y la llama - merecen ser destacados en este contexto, porque
si bien se los encuentra en los pisos altitudinales donde prosperan ovinos y bovinos, su
utilización económica puede también llevarse a cabo en extensas praderas de altura
donde estos últimos no pueden sobrevivir. Es de interés anotar que incluso en la
eventualidad de situaciones climáticas posibles como las sequías, los camélidos han
demostrado poseer mayores condiciones de adaptación que las otras especies
domésticas. En efecto: la sequía de 1956–57 que afectó severamente al departamento
de Puno, Perú, suministría elementos para examinar la diversa resistencia de los
animales en tales condiciones; los datos de una hacienda indican que murieron
entonces alrededor del 80% de bovinos y caballos, 40% de ovejas y 25% de camélidos
(Thomas, 1973). Si tal información es representativa de otras áreas del ecosistema
altoandino, la alpaca y la llama constituirían la fuente de alimentos más confiable para la
población indígena de esas zonas.
Se estima que, actualmente, los camélidos sudamericanos ocupan un área de
alrededor de 5 millones de hectáreas de pastos naturales en las zonas más altas de los
Andes del Perú, Bolivia y Chile; aproximadamente 200 000 familias campesinas
desarrollan su cría como la única o principal fuente de ingresos. Los camélidos
producen fibras valiosas para la industria textil, carnes que suministran la sola proteína
de origen animal al poblador altoandino y pieles para la confección de trabajos
artesanales.
Taxonomía
La información disponible es confusa y muestra, ante todo, que no existe una
clasificación taxonómica de los camélidos universalmente aceptada. Para empezar, el
término “auquénidos” se ha venido usando erróneamente. Este se originó como
derivativo de Auchenia, denominación genérica que usó Illiger en 1811, citado por
Cardozo (1954), para nombrar a las cuatro especies de camélidos sudamericanos
existentes. Posteriormente, Ameghino (1877) introdujo el termino Neoauchenia para
designar el mismo género; sin embargo, ambos son inapropiados por cuanto Frish
(1775), con mucha anterioridad, había descrito por primera vez la llama, dándole la
denominación genérica de Lama, y mas tarde, en 1800, George Cuvier usó también
idéntica denominación. Por otro lado, el termino Auchenia ya había sido aplicado por
Thunberg a un género de insectos en 1789.
Se discute si deben ser considerados rumiantes; si Ruminantia es un orden o un
infraorden; si el genero Lama es un único género con 4 especies que constituyen el
grupo de camélidos sudamericanos, o se trata de dos géneros: Lama, con 3 especies, y
Vicugna, con una especie; por último, si las alpacas, llamas, guanacos y vicuñas son
realmente cuatro especies diferentes o simplemente cuatro razas. Al respecto, Vallenas
(1970) - en una amplia revisión sobre la sistemática de los camélidos sudamericanos -
muestra la complejidad del problema y concluye recomendando la adopción de los
siguientes criterios:
1. Adoptar la clasificación de Romer (1968), porque concilia los criterios clasicos y
modernos; es como sigue:
Orden: Artiodactyla
Sub-orden: Ruminantia
Infraorden: Tylopoda
Familia: Camelidae
2. En cuanto a la familia Camelidae, única existente en la actualidad, recomienda la
división propuesta por Simpson (1945):
Género Camelus con dos especies:
Camelus dromedarius (dromedario)
Camelus bactrianus (camello)
Género Lama con cuatro especies:
Lama glama (llama)
Lama pacos (alpaca)
Lama vicugna (vicuña)
Lama guanicoe (guanaco)
3. Desterrar definitivamente el término “auquénidos”, derivado de Auchenia, por
estar demostrado que es erróneo. Por último, para evitar confusión en el uso de la
terminología correcta referida a las cuatro especies en conjunto, agregar entre
paréntesis y entre comillas el nombre popularizado, o sea Camélidos Sudamericanos
(“auquénidos”).
Origen y dispersión
Aunque una teoría considera que el centro de dispersión de los camélidos habría
sido la meseta del Collao (Maccagno, 1956), la que goza de mayor respaldo, basada en
hallazgos paleontológicos, sostiene que se originaron en América del Norte. Esta última
afirma que, a partir de pequeños Artiodactyla, cuyo representante habría sido el
Protylopus, habría surgido un representante mis evolucionado, el Poebrotherium del
Oligoceno. Posteriormente, la línea de evolución habría continuado a través del
Protomeryx del Oligoceno, el Procamelus y Pliauchenia del Mioceno y Plioceno, hasta
llegar al Lama y al Camelus de los tiempos modernos. Al finalizar la era terciaria,
algunos representantes del Procamelus habrían emigrado al Asia, dando origen al
género Camelus; otros habrían pasado a Sudamérica en el Plioceno para dar origen al
género Lama. Un amplio análisis ha sido publicado sobre el tema por Cardozo
(1975).La evolución que los primeros camélidos llegados a Sudamérica sufrieron, hasta
diferenciarse en las cuatro especies que hoy se conocen, esta aún por esclarecerse. Se
ha sugerido que la más antigua es la vicuña, que se habría originado en la Auchenia
graciles, ya extinguida (Ameghino, 1887); en cambio, Burmeister (1885) considera que
la vicuña deriva de una especie llamada Auchenia minuta. Este mismo autor propone
que el guanaco desciende de la Auchenia intermedia de la Argentina. Por otro lado, hay
autores que opinan que la llama y la alpaca son el resultado de la selección del guanaco
o la vicuña, y otros creen que derivan de formas silvestres ya extinguidas.
Población y distribución
En el cuadro 1 se presenta una estimación de la población y distribución de los
camélidos sudamericanos. Las llamas y alpacas son especies domesticadas y ya no se
las encuentra en estado silvestre. Las primeras se extienden desde la sierra del
Ecuador hasta el noroeste argentino; dentro de esta área, su mayor concentración se
produce a unos 400 km al norte y al sur del lago Titicaca, pero solamente en
elevaciones por encima de los 3 000 m. Las alpacas, en cambio, viven a grandes
altitudes, por lo general a más de 4 200 m snm; su centro de distribución actual cubre
un radio horizontal de 200 km alrededor del lago Titicaca, y no se las encuentra más al
norte de los 11ºde la Sierra Central del Perú, ni más allá de los 21º al sur. Se incluye un
mapa de la distribución de los camélidos domésticos (figura 1) según Gade (1977).
Cuadro 1. Población estimada y distribución de los camélidos sudamericanos
Especie Perú Bolivia Chile Argentina
Alpaca 3 020 000 300 000 20 000 pocas
Llama 900 000 2 500 000 70 000 200 000
Vicuña 50 000 2 000 pocas pocas
Guanaco 2 000 pocos 100 000
La vicuña y el guanaco son especies silvestres. La primera se encuentra
principalmente en las altiplanicies del Perú y Bolivia, y la segunda, en la Patagonia
argentina. Ambas están amenazadas por el riesgo de extinción y se hallan, por lo tanto,
bajo protección oficial en los países mencionados. No obstante, continúan la caza y el
comercio ilegales, que constituyen un peligro para la sobrevivencia de dichas especies.
Entre los esfuerzos realizados para protegerlas, merece destacarse el éxito
alcanzado en el Perú, con la reserva de vicuñas de Pampa Galeras: de una población
inicial de alrededor de 10 000 animales, se ha pasado, en los últimos años, a más de 30
000. Esta experiencia ha probado que la caza indiscriminada es el factor crítico que
determina el alejamiento de los animales y atenta contra su sobrevivencia y
reproducción. Otra medida que se juzga acertada en el Perú es haber entregado a las
diferentes empresas campesinas la responsabilidad del cuidado y protección de las
poblaciones de vicuñas que se encuentran en sus ámbitos territoriales.
Descripción de las especies del género Lama
Las cuatro especies son semejantes en estructura, pero difieren en tamaño,
pelaje, temperamento y utilidad para el hombre. La llama se utiliza principalmente como
bestia de carga; se la usa durante la siembra para transportar semilla de papa y
estiércol desde la puna alta a los pisos más bajos donde están las chacras. En estos
viajes cortos transportan de 45 a 60 kg (Thomas, 1972). El intercambio entre la puna
alta y los pisos inferiores sena imposible sin las llamas, debido a la falta de vías de
comunicación. El intercambio regional constituye una estrategia fundamental del
poblador de la puna alta, determinante para superar las limitaciones ecológicas (Murra,
1975). En las travesías largas, la carga no excede los 20 kg. El caballo y el asno cargan
pesos mayores, pero la llama persiste en vez de aquellos por su superioridad en las
altitudes elevadas, tanto en potencial reproductivo como en sobrevivencia. Además,
produce carne y fibra y no requiere cuidados especiales, pues es mantenida con el
rebano de alpacas. El tamaño de la llama vana, pero usualmente pesa alrededor de 100
kg, mucho más que una alpaca y hasta tres veces más que la vicuña (ver cuadros 2 y
3). El color del vellón de las llamas y alpacas pasa del blanco al negro, incluyendo
tonalidades intermedias o combinaciones de uno o mas colores. Existen dos tipos
zootécnicos de llama: la Chaku o lanuda, y la ocallao pelada. Una característica peculiar
de la llama es la posición normalmente semi-recta de la cola, mientras los otros
lamoides la tienen caída contra el trasero.
Cuadro 2. Datos biométricos de algunos camélidos sudamericanos
Especie Sexo Al nacer Al destete Adulto Perímetro Altura a la cruz
toráxico cm cm Adulto
Adulto
Llama M 11.1±1.5 53.0±6.9 115.7±22.0 113.0±7.0 105.0±3.0
H 11.7±1.0 55.9±5.5 101.2±18.0 109.0±6.0 100.0±5.0
Alpaca M 7.0 70.5±6.7
Suri
Huacayo M 69.8±8.3
H 60.0±5.9
Ambas
variedades y
sexos 7.8±1.5 28.0±1.5 60.0±15.0 29.0±5.0 85.0±6.0
Fuentes: Sumar et al., 1977; Fernández-Baca (1971); Condorena.(1975)

Cuadro 3. Producción de vicuña y sus crucesa


EDAD
1 año 2 anos 3 años
n PC PV LF n PC PV LF n PC PV LF
Vicuña 17 27.2 270.5 5.3 5 32.7 250.0 5.5 45 38.5 325.5 5.2
Paco Vicuña 3 22.7 250.0 5.0 4 33.2 287.5 5.3 12 38.6 416.6 6.3
Lamo Vicuña - - - - - - - - 2 61.4 625.0 11.0
a
Incluye ambos sexos. (PC):peso corporal en kg. (PV):peso de vellón en g. (LF):longitud de fibra en cm medida en
costillar izquierdo.
Fuente: Sumar et al., 1974

El vellón de la alpaca es más uniforme, comparado con los producidos por los
otros lamoides. Sin embargo, en el vellón de la alpaca se pueden encontrar habitual
mente fibras gruesas que forman una capa superior distinta a la inferior, constituida por
fibras finas. Esta diferencia es más notoria en los vellones de llama, vicuña y guanaco
(Villarroel, 1963). Existen dos variedades o razas de alpaca, que reciben los nombres
de Huacayo (o Huacaya) y Suri. La primera es de apariencia más grande y posee un
vellón de fibras rizadas semejante al vellón de lana media del corriedale. La Suri
produce un vellón resbaladizo y compacto, con fibras lacias que se organizan en
mechas onduladas o rulos. Se estima que el tipo Huacaya constituye cerca del 90% de
la alpaca producida. Normalmente, hay tipos intermedios debido al cruzamiento, dado
que ambas variedades se hallan por lo general en un mismo rebaño.
Los guanacos se parecen mas a las llamas, con la diferencia de que son de
color pardo rojizo uniforme. Los animales tiernos suelen cazarse para el comercio de
pieles, las mismas que en el mercado se conocen como “chulengo”. La vicuña es la más
pequeña de todas las especies y se caracteriza por un mechón de pelos largos que
cuelga del encuentro. Este pelo es blanco como el que cubre el pecho y el vientre,
contrastando con la parte superior del cuerpo, que es de color café claro.
La glándula mamaria de los camélidos tiene cuatro pezones pequeños. En las
alpacas se ha registrado una producción promedio de leche de 200 ml (rango: 15 – 500
ml) durante los primeros meses de lactación (Moro, 1956).Esta leche, según Moro, es
similar en olor y sabor a la de la vaca. No existen antecedentes sobre la utilización de la
leche de camélidos en la alimentación humana.
Reproducción
Sistemas de apareamiento
En las antiguas haciendas alpaqueras del Perú - hoy, empresas asociativas - se
practica un sistema similar al empleado con los ovinos, es decir, se juntan de 300 a 400
hembras con 4–6% de machos por un lapso de dos meses. Las hembras son servidas
por primera vez cuando tienen dos años de edad y los machos se emplean a partir de
los tres años. En estas condiciones, la tasa de natalidad es sólo alrededor del 50%
(Fernández-Baca, 1971), o sea, apenas la mitad de las hembras paren por primera vez
cuando tienen tres años de edad; el resto lo hace a los cuatro años o más. Como la
gestación dura 342 días en el tipo Huacayo y 345 días en el Suri (San Martín et al.,
1968), la parición y el empadre se producen prácticamente en . la misma época, de
diciembre a marzo.
Los estudios realizados con la alpaca en los últimos diez años han permitido
conocer varios aspectos básicos de su fisiología reproductiva. Así, se sabe que es una
especie de ovulación inducida por la cópula (San Martín et al., 1968; Fernández-Baca et
al., 1970), estando, en consecuencia, todas las hembras en celo continuo, lo que
determina que los machos tengan un trabajo sexual intenso los primeros días de
empadre (Fernández-Baca y Novoa, 1968). La hembra exhibe celo inmediatamente
después del parto, pero sólo puede concebir a partir de los 10 días del mismo (Sumar et
al., 1972). Si se produce la cópula, alrededor del 20% de las hembras no ovulan; en las
restantes, al menos el 90% de los óvulos son fertilizados. Sin embargo, un 40% de
estos embriones mueren durante el primer mes de vida (Fernández-Baca, 1970;
Fernández-Baca et al., 1970 a y b); tanto las hembras que no ovulan, como aquellas
que no son fertilizadas y las que pierden el embrión, vuelven a estar en celo, y si son
servidas nuevamente tienen posibilidad de concebir.
Por otro lado, se ha demostrado que la asociación continua de machos y
hembras por más de 15 días conduce a la inhibición sexual de los primeros (Fernández-
Baca et al., 1972). Las hembras apareadas periódicamente con los machos pueden dar
cría en cualquier época del año. También se ha determinado que las hembras de un
año de edad pueden iniciarcon éxito la reproducción (Novoa et al., 1972); para ello es
necesario un peso vivo de 40 kg.
La información expuesta revela con claridad que el empadre tipo ovino
actualmente practicado no se ajusta a la fisiología reproductiva de la alpaca. Se ha
demostrado experimentalmente que dicho método contribuye en gran medida a que los
resultados de la natalidad sean pobres (Novoa et al., 1970).
En base a estos registros se diseñó un método de empadre que consiste en usar
un total de 6% de machos, el 50% de los cuales inicia el empadre por un lapso de 7
días; a su término, son reemplazados por el 50% restante durante un lapso idéntico. Se
continúa alternando a lo largo de 8 semanas, hasta que termina el empadre. Cuando
descansan, los machos son alojados en un potrero con pasto abundante. Este
procedimiento ha sido utilizado por la Sociedad Agrícola de Interés Social (SAIS)
Picotani Ltda - Puno. Los resultados se muestran en el cuadro 4.
Cuadro 4. Efecto del empadre alternado sobre la natalidad en alpacas
(SAIS Picotani - 1972)
Clase Empadradas № de Hembras
Vacías Paridas
Adultas con cría 540 50(10%) 486(90%)
Adultas vacías 1 384 103(26.8%) 281(73.2%)
Primerizas 2 475 108(22.7%) 367(77.3%)
Total 1.399 265(18.9%) 1 134(81.1%)
1
Vacías del año anterior
2
De un año de edad

Durante el período 1966–1971, la natalidad registrada sucesivamente en la SAIS


Picotani (aproximadamente sobre 2 000 vientres) fue como sigue: 53.1%, 51.2%, 55.4%
y 61.0%. Si se comparan estos resultados con los obtenidos en 1972 (cuadro 1), se
advierte una marcada ventaja en favor del sistema de empadre alternado. Además, este
procedimiento se repitió en el año 1973, con un total de 3 092 vientres, obteniéndose
una natalidad del 79%, cifra que supera nuevamente a los antecedentes registrados con
el empadre de tipo ovino. Cabe destacar los resultados de la natalidad en las hembras
de un año de edad, que concuerdan con lo señalado anteriormente (Novoa et al., 1972)
y demuestran la pérdida innecesaria de potencial reproductivo cuando su explotación se
inicia recién a los dos años de edad. Actualmente, otras empresas alpaqueras utilizan el
empadre alternado.
La clara ventaja del empadre alternado sobre el método tipo ovino radica
probablemente en que mantiene activo el interés sexual de los machos, previniendo el
agotamiento físico y el efecto negativo de la asociación continua; además, las hembras
que retornan al celo, después de una pérdida embrionaria temprana o por otras
razones, tienen nuevas oportunidades de ser servidas.
En los rebaños de las comunidades, el empadre de las alpacas es controlado
por los pastores (Custred, 1977).Se procura, ante todo, impedir que se repitan los
servicios con hembras preñadas, pues existe el riesgo de hacerlas abortar. Por tal
razón, los machos de más de tres años y las hembras de mas de dos, son separados
de los animales jóvenes y de las preñadas. En el período de apareamiento, hembras y
machos son asociados cada 8 días. La tasa de preñez en estas condiciones es
usualmente alta, según referencias de varios criadores de las pampas de Cojata-Puno.
En cuanto a la llama, se sigue un procedimiento similar al practicado con la alpaca.
Mogrovejo (1977) informa que la edad al primer parto fluctúa entre 2.5 y 3 años, con
una duración promedio de gestación de 355 días y una tasa de parición del 90%. Por
otro lado, Sumar (1977) obtuvo, sobre un total de 64 hembras, tasas de parición del
98% y el 95% durante los años 1976–77 utilizando el sistema de monta continua. Los
nacimientos se produjeron durante marzo y abril, y el período promedio de gestación fue
de 348 + 9 días.
Estación reproductiva
La literatura sobre la actividad sexual de los lamoides es contradictoria y varía
según el área donde las observaciones fueron realizadas. Así, en Argentina, Cabrera y
Yépez (1940) informan que la llama se reproduce de noviembre a mayo (verano y
comienzos del otoño), el guanaco en noviembre, y la vicuña durante todo el año, pero
principalmente de abril a junio. Koford (1957) encontró que la vicuña en Perú se
reproduce desde mediados de febrero hasta abril. En el mismo país, la estación sexual
de la alpaca se extiende de diciembre a marzo (San Martín et al., 1968). En efecto, en
las explotaciones alpaqueras de las comunidades campesinas, donde machos y
hembras están juntos todo el año, la parición se circunscribe a la época de lluvias
(diciembre–marzo). Sin embargo, como se señaló anteriormente, las alpacas pueden
reproducirse en cualquier época del año, cuando machos y hembras se reúnen
periódicamente (Fernández-Baca et al., 1972).Es posible que un fenómeno similar se
registre en el resto de los camélidos.
Cuadro 5. Distribución de alpacas según tipo de explotación en el Perú
Tipo de explotación № de cabezas %
Empresas asociativas 219 600 9
Medianos y pequeños ganaderos 170 800 7
Comunidades y parcialidades 2 049 600 84
Fuente: Plan de Desarrollo Pecuario 1977/1980.

Cuadro 6. Composición aproximada de un rebaño de alpacas


Clase %
Hembras de dos años o mas 40
Machos reproductores 3
Machos y hembras hasta un año de edad 16
Capones 41
Saca anual aproximada 14
Tipos de explotaciones y práctica de manejo
Existen notables diferencias en el grado de organización de las explotaciones.
Toda la población de llamas esta en manos de las comunidades campesinas, pero
estas sólo explotan el 84% de las alpacas (ver cuadro 5).La proporción de llamas y
alpacas en un rebaño cualquiera de comunidad es de 1:2.En estas explotaciones, los
animales son mantenidos en un solo rebaño sin distinción de sexo, edad o color, y sin
seguir un calendario definido de operaciones de campo.
En las explotaciones de los medianos propietarios y de las empresas
asociativas, el ganado es clasificado, al menos, por edad y sexo y se sigue un
calendario de actividades más o menos definido, según los lineamientos de la práctica
con ovinos. El mediano propietario posee de 500 a 2 000 cabezas y las empresas hasta
30 000. En el cuadro 6 se muestra la estructura aproximada de estos rebaños.
En general existe la tendencia a mantener un numero elevado de capones como
productores de fibra; en cambio, la proporción en el hato de hembras en edad
reproductiva mayores de dos años es inferior al 40%. Esta débil proporción de madres,
combinada con una baja tasa de natalidad y una alta mortalidad de las crías, resulta
insuficiente para suministrar los reemplazos de los animales que mueren o tienen que
ser eliminados por límite de edad. En estas condiciones resulta imposible practicar la
selección según las características reproductivas.
La duración de la vida productiva de la alpaca se estima en unos 10 años,
La mortalidad de las crías en los tres primeros meses de edad llega al 50% y
hasta al 60% en ciertos años. Una de las causas más importantes de tales perdidas es
la enterotoxemia (Moro, 1971) causada por el Glostridium welchii tipos A y C. La
mortalidad anual en animales adultos se aproxima al 4%.
Todo lo expuesto se traduce en una saca anual muy baja, del orden del 10–12%,
constituida principalmente por animales viejos.
La esquila se efectúa anualmente en algunas explotaciones y cada dos años en
otras, entre octubre y noviembre. En las comunidades, la trasquila comienza en
diciembre y puede durar hasta marzo. En general, se esquila al mismo animal cada dos
años, por lo que en cada temporada la trasquila es del 50% del rebaño; esto no impide
que se hagan cortes anuales. Hay animales cuyos cuartos posteriores y parte del pecho
no se esquilan con el objeto de que la fibra crezca durante varios años y adquiera la
longitud necesaria para el trenzado de sogas, tejido de costales y de otras prendas que
necesitan hilos de fibras largas y resistentes.
Rendimiento
Fibra: En el cuadro 7 se muestran algunos resultados de animales adultos,
información limitada porque no toma en cuenta una serie de factores que afectan la
producción de dicha característica. En efecto: Velasco et al., (1977), trabajando con
datos del peso del vellón de 3 727 crías de 8 a 10 meses de edad acumulados durante
varios años, determinaron un promedio de 1.29±0.35 kg; encontraron, además, que esta
característica registra diferencias significativas según las razas, las edades, las crías de
madres de diferente edad y los sexos. Además, es posible que también existan
diferencias atribuibles a la zona, principalmente por la disponibilidad alimenticia que
varía de una a otra.
Cuadro 7. Producción de fibra en llamas y alpacas mayores de tres años
n Intervalo esquila Peso Vellón lbs Longitud de fibra cm Autor
Llama 67 1 año 2.8±1.0 10.2±2.2 Sumar et al., (1977)
Alpaca
Huacayo 80 1 año 4.4 14.3 Condorena (1975)
Suri 80 1 año 4.6 16.4 Condorena (1975)
Cuadro 8. Peso vivo y rendimiento de canal en alpacas
n Sexo Edad años Peso vivo kg Carcasa % Autor
130 Hembra 2–10 58.3±9.0 55.3±3.0 Calderón y Fernández B. (1972)
100 Macho +7 58.9 53.9 Tapia (1964)
100 Hembra +7 54.4 53.3 Tapia (1964)
- Capón +2 - 45.7–61.0 Ponce de León (1971)
- Hembra +7 - 49.0–52.6 Ponce de León (1971)
Carne: En el cuadro 8 se puede apreciar el rendimiento de canal de las alpacas; nótese
que es alto si se lo compara con el de ovinos criados en ambientes similares.
Fernández Baca (1961) encontró en ovinos Criollos un rendimiento del 39.5%. El cuello
de la alpaca constituye aproximadamente el 8% del rendimiento total de carcasa. Según
los datos de Tapia (1964), el rendimiento del charqui entero (carne deshidratada salada)
es del 36%, y llega al 18% el rendimiento del charqui deshuesado.
FUENTE: MAPA DEL PERU, I.G.M. 1963 1: 8’000,000 LIMA
XI

EL CUY Y SU PRODUCCION DE CARNE


M. Zaldívar Abanto
El cuy es un mamífero roedor originario de la zona andina del Perú y Bolivia;
pertenece a la familia Caviidae, orden Rodentia, género Cavia y especie Cavia
porcellus. El cuy o curi es también llamado cobayo o conejillo de Indias; se lo utiliza
como alimento del hombre en algunos países latinoamericanos (Bolivia, Colombia,
Ecuador y Perú, entre otros).
La limitada información con que se cuenta nos impide conocer y analizar la
situación de la crianza de cuyes en el marco general de la ganadería. En el Perú se
registra un consumo anual de 17 000 tm de carne procedentes del beneficio de más de
67 millones de cuyes (OSEIA, -1978). La población de Colombia se estima en 500 mil
animales (Atehortua y Caycedo, 1977), los que producirían una saca anual de 1.5
millones de cuyes, o sea, una producción anual de carne de 390 tm, . En Ecuador y
Bolivia se carece de información en la materia.
Como producto alimenticio nativo, el cuy constituye un elemento cultural
intrínseco y, por lo tanto, indesligable del proceso histórico de la sociedad andina. En el
marco de desarrollo de la sociedad preincaica o incaica, su explotación alcanzó un alto
grado de progreso tecnológico. A partir del siglo XVI, y como consecuencia de las
nuevas relaciones sociales de producción que se instauraron en América Latina, el cuy
fue marginado y, en algunos casos, eliminado de la dieta, a pesar de constituir un
elemento importante de la alimentación de vastos sectores sociales de recursos
económicos limitados.
En la actualidad, a pesar de que su consumo se circunscribe a ciertas zonas del
área andina, se están desplegando grandes esfuerzos para incorporarlo a la dieta de
toda la población del país. Ello se debe a que la carne de cuy posee un alto valor
nutritivo y su costo de explotación es relativamente bajo, ya que estos animales
producen carne a partir de alimentos fibrosos. Otra ventaja adicional de esta especia es
su fácil adaptación a diferentes ambientes ecológicos: la crianza del cuy es habitual
tanto a nivel del mar como en alturas que superan los 4 000 metros, y tanto en zonas
frías como en áreas del trópico húmedo. Estas características - la producción de carne a
base de alimentos fibrosos y la adaptación a diferentes ecosistemas - son ampliamente
aprovechadas por los campesinos peruanos, quienes vienen desarrollando la crianza
del cuy en las zonas más diversas.
En relación a la producción, los cuyes han sido clasificados de acuerdo a su
conformación corporal y su pelaje (Zaldívar et al., 1977).Según la conformación
corporal, se distinguen dos tipos, el A y el B: el primero presenta formas redondeadas,
cabeza corta y temperamento tranquilo; el segundo, formas angulosas, cabeza larga y
temperamento nervioso. Los animales del tipo A aventajan en un 30% a los del tipo B,
en lo que se refiere al incremento de peso hasta la edad de comercialización.
Por su pelaje han sido clasificados en cuatro tipos - 1, 2, 3, y 4 - según tengan
pelo corto, lacio y pegado al cuerpo; pelo corto, lacio y en rosetas; pelo largo y lacio; o
pelaje corto y erizado, respectivamente. Los animales tipo 1 y 2 son los que, hasta el
momento, presentan las mejores características para la producción de carne; sin
embargo, es importante mencionar que los cuyes tipo 4 evaluados últimamente
presentan características deseables de precocidad y de infiltración grasa.
Los cuyes tipo 3 son criados básicamente como animales para el hogar, ya que
muestran índices de producción inferiores a los otros tipos.
La carne de cuy esta compuesta por un 20.3% de proteínas, 70.6% de
humedad, 7.8% de grasa y 0.8% de minerales (Guzmán, 1968), teniendo un
rendimiento promedio de carcasa del 65% (Zaldívar et al., 1977). En animales castrados
el rendimiento es ligeramente superior (Flores, 1972).
En materia de índices productivos, los presentados en el cuadro 1 comparan los
promedios estimados a nivel sub-regional andino con los resultados obtenidos como
producto de la investigación, que están siendo corroborados en las granjas comerciales.
Cuadro 1. índices comparativos de producción en cuyes
Descripción Nivel sub-regional andino Nivel de experimentación
№ promedio de crías
- por hembra mes 0.46 0.90
- por hembra año 5.52 10.80
№ promedio de partos
- por hembra año 2.00 4.10
Peso al nacer (g) 80 130
Peso al destete (g) 200 350
Peso al beneficio (g) 800 835
Edad de beneficio (meses) 6a8 2a3
El análisis de los datos del cuadro 1 permite determinar la productividad de
carne potencial de esta especie, mejorando las condiciones de manejo y la calidad de
los animales a partir de la población original; una población que, sólo para el Perú y
Colombia, se estima en más de 23 millones de cuyes. En el caso del Perú,
intensificando el programa de promoción de esta crianza, en un período de 10 años se
puede incrementar la producción de 17 000 tm a 34 000 tm anuales de carne de cuy.
Este incremento se puede lograr mediante la distribución masiva de reproductores que
fijen sus características, ya que tienen un índice de heredabilidad para peso al beneficio
de 0.32 - 0.08 (Lavado, 1978). El medio ambiente también influye en forma
determinante sobre la productividad del animal, habiéndose encontrado relaciones
fenotípicas y ambientales de hasta un 57%, tal como se registra en el cuadro 2.
Cuadro 2. Correlaciones fenotípicas y ambientales obtenidas en cuyes
Descripción Peso al nacer Peso al destete Peso al beneficio
Peso al nacer --- 0.52 0.40
Peso al destete 0.45 --- 0.57
Peso al beneficio 0.24 0.49 ---
Estos resultados ya se están verificando en Colombia: los integrantes de la
Empresa Comunitaria La Merced, en el departamento de Nariño, han informado sobre
los avances logrados y el grado de mejoramiento obtenido en una primera generación,
mediante el cruzamiento de cuyes mejorados., procedentes del Perú, con animales
Criollos. Esto puede apreciarse en el cuadro 3.
Cuadro 3. Producción comparativa de cuyes selectos, cruzados y Criollos
Características Raza Peruana Criollo Cruzado
№ de crías por parto 2.6 1.5 -
Peso al nacer (g) 200 80 160
Peso al destete (g) 400 200 370
Peso a los 3 meses (g) 850 330 600
Fuente: Atehortua y Caycedo, 1977.

La crianza de cuyes en los Andes latinoamericanos se desarrolla básicamente


en el marco de un sistema de explotación de tipo familiar; cada familia cría normalmente
no más de cien animales. Esta población le permite disponer de carne durante todo el
año.
La forma de explotación es muy variada, dependiendo del nivel económico que
haya alcanzado la familia campesina. Es así que la crianza se desarrolla en un 90% en
el ambiente usado como cocina, con la finalidad de aprovechar la fuente de calor y
todos los desperdicios de comida. Algunos campesinos construyen compartimentos
para ubicar sus animales, sin tener en cuenta la edad, la clase y el sexo, motivo por el
cual se producen rápidas degeneraciones como consecuencia de la fuerte
consanguinidad y los servicios muy prematuros en el caso de las hembras. Además, es
alto el porcentaje de mortalidad por aplastamiento de las crías, sobre todo de las recién
nacidas.
En la actualidad se están desarrollando explotaciones a nivel comercial, con
poblaciones que fluctúan entre los 2 000 y 4 000 cuyes, siendo escasas las granjas que
operan con más de 10 000 animales. Estas granjas aplican diferentes grados de
tecnología; el factor común en todas ellas es el uso de corralitos de crianza que
permiten separar los cuyes en grupos de 8 a 10 animales, según edad, clase y sexo. El
material usado para su construcción varía de acuerdo al costo y disponibilidad de la
zona de operación, pudiendo ser de madera, adobe, ladrillo, malla de alambre, etc.
La comercialización se realiza en pie, principalmente en los mercados feriales,
que en la región de la Sierra se realizan regularmente los días sábados y domingos.
Pero la generalidad de los campesinos de los Andes del Perú, Bolivia, Colombia y
Ecuador crían el cuy para autoconsumo, y sólo venden el excedente de su producción.
En los centros poblados, suelen ofrecerse pequeñas cantidades en mercados y en
algunos restaurantes de comida típica. El cuy constituye uno de los potajes principales
durante ciertas fiestas de la región; en tales ocasiones, llegan a consumirse de F 000 a
8 000 animales diariamente.
El aspecto sanitario es un factor crítico de la crianza del cuy, emergente del
sistema mismo de explotación; los ectoparàsitos y algunas epizootias - especialmente
las ocasionadas por salmonela y pasteurela - diezman las poblaciones.
XII

RAZAS INDIGENAS DE OVINOS Y CAPRINOS EN AMERICA LATINA


I.L.Mason
Por ovinos y caprinos “indígenas” se entienden las poblaciones descendientes
de animales importados por los colonizadores, tanto de Europa como de Africa
occidental. Estas especies se denominan a menudo “Criollas”, pero a veces la palabra
se utiliza con un significado mas restringido. En el cuadro 1 se indica el total de las
poblaciones ovinas y caprinas de los países latinoamericanos.
OVINOS
Casi todos los ovinos que hay en Argentina, Chile, Uruguay y las Islas Malvinas
(Falkland) pertenecen a razas “mejoradas” importadas de Australia y Europa
(principalmente Gran Bretaña). No se tendrán en cuenta, por lo tanto, estos países; el
presente estudio se limitará a los países tropicales y subtropicales del continente.
Puede que en tales países la población ovina no sea tan densa como en las regiones
situadas más al sur, pero se trata de un ganado muy importante ya que, en su mayor
parte, es criado en pequeños rebaños para la producción de carne, abono y lana, por
campesinos que practican una agricultura de subsistencia.
Es necesario, ante todo, hacer una distinción entre dos tipos de ovinos: el Criollo
lanudo de las mesetas y el ovino peludo de las tierras bajas tropicales.
1. El ganado Criollo lanudo
Según Mason (1969) el ovino Criollo de Sudamérica procede de los Churros y
Merinos importados de España entre 1548 y 1812.Estas ovejas representan un alto
porcentaje (20–90 por ciento) de las ovejas en Guatemala, México, Nicaragua, Bolivia,
Colombia, Ecuador y Perú. El vellón es largo y muchas veces de varios colores o negro.
La lana es gruesa y la producción del vellón no excede delkg/año; sin embargo, la lana
puede ser de gran importancia para la industria casera del tejido. Los mayores méritos
del Criollo son su robustez, su adaptación al accidentado terreno montañoso y su
longevidad.
Fuera de los países mencionados, la información sobre estas ovejas no es
fácilmente disponible, como lo demuestran la antigüedad y poca claridad de algunas de
las fuentes citadas a continuación.
En Guatemala, las ovejas Criollas producen lana gruesa larga que constituye Ta
base de una extensa industria textil (USDA, 1950). En México representan una elevada
proporción (95 por ciento según Moreno Chan, 1976) de los 5 millones de ovejas que
existen en el país. En las montañas del sur hay una variedad de color negro
denominada “Lucero” que presenta en la cabeza una mancha blanca. Su lana
pigmentada es muy apreciada en la industria textil casera. En Nicaragua las ovejas
Criollas se describen como un tipo de Merino no mejorado con una mezcla de lana y
pelo, el peso del vellón raramente excede de 1 kg; se las aprecia principalmente como
productoras de abono para las plantaciones de caré (Work y Smith, 1946). En Argentina
este tipo de ovejas están restringidas a las montañas del extremo noreste y sólo
constituyen el 0.2 por ciento de la población ovina nacional. El Instituto Nacional de
Tecnología Agropecuaria (INTA) está actualmente formando un hato experimental en la
Pampa de Abra, provincia de Jujuy.
Bolivia cuenta con una población de 7 millones de ovejas de los cuales 5
millones se encuentran en el Altiplano. Siendo la mayoría de tipo Criollo, la industria de
la lana tiene una función totalmente secundaria. Las ovejas constituyen apenas una
forma de subsistencia. Su producción promedio es sólo de 800 g de lana y 8 kg de
carne en canal por cabeza y por año. La lana no es adecuada, en su mayor parte, para
la comercialización. Sin embargo, la oveja Criolla es una de las especies más
adaptadas al medio ambiente difícil de la altiplanicie. Constituye el único medio de
subsistencia del campesino, proveyéndolo de fibra para tejer su propia vestimenta y de
una limitada cantidad de carne para complementar su dieta alimenticia.
En Colombia el ganado lanar Criollo constituye el 70 por ciento de la población
ovina total (Bautista y Salazar, 1980). La oveja Criolla es muy semejante a las Churras
españolas; el tipo de lana es parecido y tiene los mismos usos. Durante muchos años
han sido explotadas por los minifundistas en la meseta del país, especialmente en las
provincias de Boyacá, Cundínamarca, Santander, Nariño y Caldas, para la producción
de carne, pieles y lana. Son animales pequeños, de cuerpo estrecho y poca talla, con
un peso adulto promedio de 38 kg. Los machos pueden o no presentar cuernos, las
hembras pueden poseerlos pero muy rudimentarios. Las orejas son largas y ligeramente
caídas. El vellón es generalmente blanco, aunque también hay negro, café o pinto y no
cubre la cara, las patas ni el vientre, presentando en esos lugares pelos cortos en lugar
de lana. Es frecuente observar en las ovejas blancas manchas de color negro o castaño
en la cabeza y en las orejas. La lana es gruesa, burda, áspera y poco densa; el vellón
es abierto, sin ondulaciones y tiene entre 15 y 20 cm de longitud. Estas ovejas son
rústicas, resistentes a las enfermedades, muy bien adaptadas a los terrenos
montañosos. Son mansas y de gran longevidad. Viven en promedio 8 años. La lana se
utiliza en la industria casera textil para la confección de cobijas, colchas, frazadas,
alfombras, tapetes, mantas y ruanas (Anzola, 1977).Según el Instituto Colombiano
Agropecuario (ICA) alcanzan un peso corporal promedio de 33 kg y la producción de
lana es de 2.1 kg/año.
En Perú, el 75 por ciento de las ovejas pertenecen a los indios o a pequeños
agricultores. Las razas nativas constituyen la mayor parte de la población. El promedio
de producción de lana limpia por oveja es inferior a 0.5 kg (Neale, 1961).
En Venezuela sólo quedan 50.000 ovejas que podrían ser consideradas como
Criollas, localizadas en las zonas semi-áridas del este del país, principalmente en las
provincias de Falcón, Lara, Trujillo, Mérida y el norte de Zulia. Su lana es utilizada para
la confección de tapices, artesanía muy en boga actualmente en la península Goajira.
Estudios llevados a cabo en hatos experimentales han mostrado que de cada 100
ovejas paridas solamente 1/3 produjeron partos gemelares, habiendo un solo parto triple
(González Jiménez, 1976, 1979).
En Brasil no existe propiamente una raza “Crioulo” bien reconocida; sin
embargo, en la Región del Nordeste una gran parte de las ovejas locales están
cubiertas de lana, lo cual proviene de las razas lanudas originalmente importadas de
Portugal (Mason, 1980b).
El ovino pequeño Criollo de lana gruesa de Haití y el ovino Santa Isabel de
Jamaica pertenecen también al tipo Criollo lanudo.
Una variedad especialmente selecta es la del Criollo de Uruguay, cuyo macho
tiene cuatro cuernos: dos verticales y dos enrollados. La lana es larga, gruesa y
ondulada y se ha hecho una selección, eliminando las variedades que presentaban
manchas para producir una raza completamente blanca (Gallina, 1978, comunicación
personal).
Cuadro 1. Poblaciones ovinas y caprinas en América Latina - Cantidades estimadas en
1976 (en millares)
País Ovinos Caprinos
AMERICA CENTRAL
Bélize 3 1
Costa Rica 2 1
El Salvador 4 11
Guatemala 520 76
Honduras 5 58
México 5.300 8.800
Nicaragua 2 6
Panamá - 6
ISLAS DEL CARIBE
Antigua 11 7
Bahamas 31 16
Barbados 49 25
Cuba 340 92
Dominica 3 5
República Dominicana 51 355
Granada 7 5
Guadalupe 5 17
Haití 81 1.384
Jamaica 5 330
Martinica 35 13
Montserrat 3 3
Antillas Neerlandesas 8 21
Puerto Rico 6 20
San Cristóbal y Nieves - Anguila 22 14
Santa Lucía 9 5
San Vicente 5 3
Trinidad y Tabago 10 42
Islas Vírgenes (Reino Unido) 7 11
Islas Vírgenes (EE.UU.) 3 5
AMERICA DEL SUR
Argentina 36.500 5.600
Bolivia 7.767 2.848
Brasil 25.100 16.200
Chile 5.607 800
Colombia 2.036 632
Ecuador 2.150 200
Islas Malvinas (Falkland) 645 -
Guyana 108 62
Paraguay 355 100
Perú 17.300 1.970
Surinam 4 6
Uruguay 15.974 12
Venezuela 103 1.467
Fuente: Anuario FAO de Producción, 1976
En la región sudoccidental de Estados Unidos, el ovino Navajo de Arizona es
otro tipo Criollo que constituye la base de la industria textil casera de los indios navajos.
2. Ovino peludo
El ovino peludo carece del vellón lanoso de las razas ovinas de la zona
templada, por lo cual presentan una piel parecida a la de cabra. Su origen es totalmente
diversa al del ovino Criollo lanudo (aunque a menudo se lo llama también “Criollo”) ya
que desciende del ovino peludo procedente de la costa de Africa occidental y centro-
occidental. Aunque no hay documentos escritos, probablemente fueron importados
durante la época del comercio de esclavos, en los siglos XVII y XVIII. Al parecer,
Barbados y Brasil fueron los primeros lugares donde se establecieron, y a partir de
estas cabezas de puente se extendieron gradualmente a otros países. Aunque todos los
ovinos son del mismo tipo general, las poblaciones de cada región desarrollaron sus
propias características, bien como resultado del tipo de las primeras importaciones, bien
como consecuencia de la selección natural o artificial a que fueron sometidas. Algunas
poblaciones fueron objeto también de desviaciones genéticas.
En el cuadro 2 se indican las principales poblaciones sobre las cuales dispongo
de datos.
Estas poblaciones presentan un aspecto general semejante por su falta de lana.
Tienen una capa de pelo corto y liso, pero en algunos animales, especialmente en
invierno, se ve un fondo lanoso. El macho tiene un collar y una melena de pelos largos,
que en algunas variedades se hallan menos desarrollados (v.gr., la Pelibüey). Son de
tamaño medio (en el cuadro 3 se registran algunos pesos y medidas). La conformación
tiende a ser mas bien patilarga, especialmente en la variedad Barriga Negra de
Barbados. El perfil facial es recto en la hembra y ligeramente convexo en el macho.
Normalmente, ambos sexos carecen de cuernos, pero un pequeño porcentaje de
machos puede presentar pequeños cuernos o formaciones corneas, razón por la cual
son eliminados. Pero hay una excepción a esta regla: la raza Barriga Negra de
Barbados importada en Texas se utiliza como animal de caza y se ha favorecido el
desarrollo de los cuernos mediante cruzamiento con el Musmón o el Rambouillet.
Las orejas son de tamaño pequeño a medio y se mantienen en posición
horizontal, excepto en la raza Santa Inés en Brasil que tiene genes de Bergamasca,
cuyas orejas penden (esto se aplica también a las ovejas de Curasao). La cola es
delgada y llega hasta los corvejones, terminando normalmente en un pequeño mechón
de pelos un poco más largos.
Reproducción
Se dice que, en condiciones satisfactorias, estas ovejas paren por primera vez a
los 12–13 meses de edad y posteriormente cada 6 meses. No obstante, lo normal es
que el primer parto tenga lugar a los 14–15 meses y que el intervalo entre los sucesivos
sea de 7–8 meses.
Aparte de la conformación, las diferencias mas notables entre las diversas
variedades se refieren al color y a la fertilidad, que en cada raza son como sigue.
Raza nativa Bahamesa
Los ovinos Bahameses son blancos. Su fertilidad es intermedia entre las razas
Barriga Negra de Barbados y la Pelibüey, con un promedio de tres partos en dos años.
Es frecuente que nazcan gemelos y ocasionalmente trillizos. En condiciones medias de
explotación nacen respectivamente 2.25 corderos al año por madre (Demirtüren, 1980).
Algunas ovejas tienen cuernos y cierta cantidad de lana, debido probablemente
al cruzamiento con una raza de ovejas lanudas que tiene cuernos.
Cuadro 2. Ovinos peludos de América tropical
País Nombre Número
Bahamas Nativa Bahamesa 31.000 (?)
Barbados Barriga Negra 20.000
Brasil Morada Nova
Santa Inés
Colombia Africana 392.000
Cuba Pelibüey o Criollo 255.000
República Dominicana Pelibüey 45.000
México Pelibüey o Tabasco 100.000
Islas Vírgenes Isla Virgen Blanca 10.000
EE.UU - Texas Barbados 150.000
Cuadro 3. Algunos pesos y medidas de ovinos peludos de América tropical (hembras
adultas)
Raza Número Altura a la cruz Peso del cuerpo Fuente
cm kg
Nativa Bahamesa 68 37 Demirüren (1980)
Barriga Negra de
Barbados 9 60–70 32–43 Rastogi et al., (1980)
Africana Colombiana 300 59 Colombia y Salazar (1978)
Pelibüey (México) 174 59–67 35–40 Barruecos et al. (1975)
Isla Virgen Blanca 6 63 Mason (1980)
Raza Barriga Negra de Barbados
La típica oveja Barbados tiene una configuración muy precisa y llamativa que los
genetistas llaman “cara de tejón” y que parece estar dominada por un único gen
recesivo marcando blanco o lebruno y siendo dominante para negro. La barriga, el
escudo, la parte interna de la cola, las zonas frontales y posteriores de la parte inferior
de las patas, el mocho, las franjas que tiene sobre los ojos, los párpados, la punta del
morro, la parte situada bajo el mentón y la parte interna de las orejas son de color
negro. El resto del cuerpo tiene una coloración lebruna, si se exceptúa una mancha
blanca debajo de cada ojo y, a veces, una mancha más pequeña encima. Estas
manchas no son perceptibles en los adultos debido a la coloración más pálida de la
cara. En general, la cara es más pálida que el cuerpo y a veces presenta una franja
pálida entre la barriga negra y la espalda de color pardo, en el flanco situado detrás de
las patas delanteras. En la raza Barbados el color de la espalda varía de pardo rojizo
oscuro a pardo rojizo claro, pero se prefiere un pardo mediano, ni demasiado oscuro ni
demasiado claro. Ocasionalmente, se observa en las razas puras una mancha blanca
en la cabeza y en el extremo de la cola, característica que más o menos se tolera. No
gustan las manchas blancas que se encuentran en otras partes. En general, estos
animales tienen un aspecto muy parecido al del ovino de barriga negra que se ve en el
sur del Camerún, salvo que los ovinos de Barbados son mayores y los machos del
Camerún y de otras partes de África Centro-occidental tienen a menudo cuernos.
Una diferencia más importante es la de la fertilidad. El índice de nacimientos
gemelares en Camerún es de sólo un 20%. La raza Barriga Negra de Barbados goza de
una reputación mundial por la elevada magnitud de su carnada y se asegura que en la
isla alcanza un promedio de dos corderos por nacimiento. Las magnitudes de las
carnadas registradas por Rastogi et al., (1980) son 1.66 y 1.75 (Venezuela),
1.68(Guyana), 1.56 y 1.68 (EE.UU.) y 2.0 (Granada).
Raza Pelibüey
En Cuba, las ovejas de las explotaciones agrícolas privadas suelen ser de color
rojo, blanco o blanco y rojo, pero ocasionalmente las hay negras o de barriga negra. El
Gobierno ha elegido solo las rojas y blancas para criarlas en explotaciones agrícolas
estatales, y estos colores son también los más comunes en México y la República
Dominicana, que recibieron su cabaña de ovejas Pelibüley de Cuba en los años 1930 (o
quizás antes). No obstante, en México aparecen a veces ejemplares de color rojo y
blanco y de barriga negra, pero raramente de color negro (Berruecos et al., 1975).El
índice de partos gemelares es de 20–30%. Puede ser mayor con una explotación mas
intensiva.
Raza Africana Colombiana
En esta raza se observan dos variedades de color: una es “amarillo con
tonalidades hasta el bayo” y la otra “rojo cereza y oscuro hasta el negro”. Aparte del
color, no parece haber diferencias entre ambas (Batista y Salazar, 1980).
La edad media al primer parto es de 15–19 meses y el intervalo entre los partos
sucesivos alcanza un promedio de 8 meses. En una explotación agrícola determinada,
el índice de partos gemelares fue del 32%.
Isla Virgen Blanca
El color típico es el blanco puro, pero algunos animales tienen una coloración
pálida uniforme o salpicada de manchas; algunas ovejas son de color rojo, o rojo con
barriga negra o tricolores: parda y blanca con barriga negra.
Se dice que lo normal es que nazcan gemelos pero que son comunes los partos
trillizos. En los rebaños visitados en 1978 en St. Croix el promedio de la carnada variaba
de 1 a 2. Estas cifras bajas se atribuyeron a las sequías recientes (Mason, 1980).
CAPRINOS
La inmensa mayoría de las cabras de América se encuentran en América Latina
y el 75 por ciento de éstas en Brasil, México y Argentina. Existen también poblaciones
considerables en Bolivia, Perú, Venezuela y Haití. Se describen aquí sobre una base
regional y lingüística - Creole, Criollas, Brasileñas, EE.UU. - teniendo en cuenta que los
colonizadores llevaron consigo sus propios idiomas y sus propias cabras.
1. Caprino Creole de las Indias Occidentales
En el Caribe, las tres islas de La Española, Jamaica y Cuba poseen el 95% de la
población caprina. El caprino India Occidental o Creole tiene orejas cortas erectas y
cuernos cortos en forma de cimitarra. Generalmente los machos tienen barbas;
raramente las hembras. Su pelaje es corto, pero los machos tienen una melena de pelo
grueso en la espalda. Los colores más comunes son el negro y el pardo, sobre todo el
negro que, a menudo, se halla salpicado de manchas blancas, especialmente en la
barriga. La conformación es compacta. Los machos y las hembras alcanzan un
promedio de 25 y 20 kg de peso, respectivamente, y de 60 y 50 cm de altura (Devendra
y Chenost, 1973).No obstante, la magnitud de la carnada es elevada (un promedio de
2.33) y el promedio del intervalo entre partos es de sólo ocho meses (Guadalupe)
(Cognie et al., 1973). Seguramente estos caprinos procedieron originalmente de Europa
o de Africa occidental, pero no parecen presentar el enanismo acondroplástico de los
caprinos procedentes de la zona guineana de Africa occidental.
2. Caprinos Criollos
Estos caprinos se llevaron por primera vez a América desde España a
comienzos del siglo XVI. A Perú, por ejemplo (Nolte, 1973), las primeras cabras llegaron
en 1536. Actualmente hay 4 millones de cabras, el 60% de las cuales se hallan en la
árida provincia norteña de Piura. La raza Criolla es muy variable. Deriva de las razas
Granada, Murcia y Málaga de España y últimamente ha sido influenciada por la raza
Anglo-nubia. Su producción de leche en el norte del Perú es de 1–1.5 litros al día
durante un período de lactación de 2–3 meses. La producción de carne deriva de los
cabritos de leche de 6–8 semanas de edad o de los animales viejos que se descartan.
En Venezuela, la cabaña alcanza 1.25 millones de cabras, el 85% de las cuales
se hallan en las tres secas provincias noroccidentales, Falcón, Lara y Zulia. La mayor
parte pertenece al tipo Criollo. Esta variedad tiene pelo corto y colores distintos, pero
normalmente son el negro, el blanco, el rojo y sus combinaciones. Son de tamaño
pequeño, pesan solamente 30–45 kg y la altura a la cruz es de 75 cm en los machos y
65 cm en las hembras. El rendimiento de leche es bajo: 40–60 kg en 200 días, con un
5.5% de grasa, 4.2% de proteínas y un 17% de sólidos totales. La producción de carne
es también importante. El caprino Criollo es muy resistente y un buen animal de
pastoreo (Castillo, 1973).
En México, el origen de las razas Criollas es muy similar al de aquellas de
Sudamerica. Se pueden distinguir dos tipos diferentes:
En la parte central de México existe un tipo de talla pequeña con características
lecheras y muy influenciado por las razas españolas (Granadina y Murciana).
En el norte, la raza Criolla presenta una apariencia variada debido sobre todo a
los cruzamientos repetidos con las razas Alpina, Toggenburg y Anglo-nubia; tiene una
talla más grande con un rendimiento lechero más bajo; sin embargo, el rendimiento en
canal es superior al de las cabras de la parte central (México, 1971).
En el cuadro 4 se dan algunas cifras de producción en México y en Venezuela.
Cuadro 4. Productividad comparada de los caprinos de América Latina (datos tomados de Winrock, 1977)
Región Raza Peso de los adultos hembras Peso del animal Duración de la Producción por día Magnitud de la
machos kg sacrificado lactación kg camada
kg meses
kg meses de
edad
Norte de México Criollo a 45 35 6–9 1–1, 2 5–6 0.5–0.8 1.6
Exotic b 70 50 10 1 6–10 1–2 1.8
Nordeste de Local a 35–45 30 25–35 12–14 - - -
Brasil Bhuj c 70–80 40–50 30–40 8–12 - - -
Centro-norte
de Venezuela Criollo d 40–45 30–35 20–25 6–7 0.2–0.3 -
a
Fuentes: Observaciones y respuestas a cuestionarios facilitadas por productores nacionales
b
Estadísticas de producción resumidas en el Centro de Cría Tiahualilo
c
De Andrade, T.W.y Eduardo, T.M., 1976.Posibilidades de Caprinocultura e Ovinocultura do Nordeste. Banco do Nordeste do Brasil, S.A.Fortaleza, Brasil,
d
García et al., y Castillo et al., Estación Experimental El Cuji, Barquisimeto (no han dado datos precisos).
3. Caprino Brasileño
La cabra local Crioulo o nacional constituye el equivalente al Criollo
hispanoamericano, pero proviene principalmente de razas portuguesas mas que de
españolas. Varía considerablemente en el tamaño, el pelaje y la conformación. El 92%
de la población caprina brasileña (6.6 millones) se halla en los nueve estados del
nordeste, donde predominan las cabras Crioulas. Varios siglos de desatención han
dado lugar a que la selección natural haya producido cabras pequeñas resistentes,
prolíficas, que no necesitan cuidados y adaptadas a un medio ambiente difícil. Las
orejas y los cuernos son pequeños y el perfil facial recto. El color del pelaje es claro,
oscuro o moteado, a veces con un diseño característico. El peso corporal es de 30–35
kg y la altura a la cruz de 60–65 cm. La carne y la piel son los productos más
importantes; el rendimiento en leche es sólo de 0.5–1.0 litro por día.
Dentro de esta población caprina de orejas y pelo corto se han identificado y
descrito cuatro tipos de colores:
Morota, blanco. Canindé, negro o pardo con la cara pálida y el vientre y las
extremidades oscuras.
Moxotó- El nombre deriva del Valle de Moxotó en Pernambuco pero se encuentra
también en Paraíba, Ceará, Piaví y Bahía. Su color es blanco o bayo, con una franja
negra en el lomo, en la cara y en las orejas, la parte inferior de las patas, y las pezuñas
y mucosas son también negras.
Repartida- Presenta las patas delanteras negras mientras que las traseras son cafés
con una franja negra en el lomo.
Se han importado recientemente algunas razas orientales con orejas gachas,
entre las que figuran sobre todo la Gujarati de la India (Mamada Bhuj) y la Anglo-nubia.
El cruzamiento de éstas con el tipo Crioulo ha introducido el carácter de las orejas
gachas y aumentado la talla corporal. También ha originado la población actual que se
conoce como SRD (Sem Raça Definida = sin raza definida) (Jardini, 1977; Mason,
1980).
4. Caprinos EE.UU.
En el suroeste de Estados Unidos, el término Español se utiliza para distinguir
los caprinos para carne criados en explotaciones agrícolas de las razas Angora y las
razas lecheras. La mayoría tiene el mismo origen que el Criollo mexicano, pero puede
presentar señales de sangre Anglo-nubia y Toggenburg. Varían considerablemente en
aspecto y rendimiento.
Algunas de estas cabras carecen de orejas o tienen aurículas muy pequeñas. En
la costa occidental, en las décadas del 20 y del 30, este tipo fue seleccionado y criado
para mejorar sementales de razas lecheras con el objeto de producir una nueva raza
lechera: la Mancha Americana. Mantiene el carácter del oído rudimentario que
probablemente está dominado por un solo gen (Shelton, 1978).
Conclusiones
En este estudio apenas se ha hecho mención de las capacidades de producción
de carne de los ovinos y caprinos. Se reconoce que ni unos ni otros proporcionan lo que
convencional-mente se considera como carne de carnero de buena conformación. No
obstante, tanto la conformación como el índice de crecimiento resultan fuertemente
afectados por el ambiente, y especialmente por las condiciones de salud y el grado de
alimentación. En varias razas (sobre todo en los caprinos de India Occidental y Barriga
Negra de Barbados, y los ovinos de Bahamas e Isla Virgen) la elevada fertilidad
contrarresta con creces el tamaño pequeño. Como muy bien señala Bond (1975) acerca
del ovino de Isla Virgen, “hace algunos años, una de nuestras ovejas nativas parió dos
carnadas de cuatro corderos en un período de 12 meses. Evidentemente, ocho
corderos delgados producirán más carne que uno gordo y pesado y, probablemente,
incluso dos corderos gemelos nativos llegarán a pesar más que el más carnoso que
pueda producirse aquí”.
Aun en las razas peludas menos prolíficas, el índice de partos gemelares (20–
30%) es suficientemente elevado como para compensar la mortalidad de los corderos,
que suele llegar al 20–30% si no se presta ningún tipo de atención a las ovejas, pero
puede reducirse hasta un 5–15% si se tiene el cuidado de eliminar regularmente las
lombrices en los corderos y de alimentarlos bien.
Con todo, la gran cualidad de los ovinos y caprinos nacionales es que se
adaptan bien a un ambiente cálido húmedo o montañoso inhospitalario. Son robustos y
resistentes a las enfermedades. Si se comparan con las razas mejoradas en
condiciones mejores, no se destacan mucho (véase cuadro 4) pero en condiciones
naturales, sin cuidados sanitarios ni alimentación suplementaria, las razas mejoradas no
pueden ni siquiera sobrevivir.
Los ovinos peludos son especialmente interesantes al respecto. Viven en zonas
tropicales húmedas pero padecen poco de pedero. Los principales parásitos que
causan enfermedades y la muerte son los gastrointestinales, sobre todo el nematodo
Haemonchus. No obstante, son mucho más resistentes que las razas europeas, como
se ha mostrado por comparación (utilizando la raza Barriga Negra de Barbados) en
Carolina del Norte (Yazwinsky et al., 1976).
En conclusión, se ha de recalcar de nuevo que estos ovinos y caprinos
nacionales constituyen una fuente importante de carne para los pequeños agricultores.
Toda labor de mejoramiento genético ha de emprenderse en las condiciones
ambientales que el agricultor puede proporcionar. En particular, el cruzamiento con
razas mejoradas debe tender solo a producir crías de primer cruzamiento para sacrificio,
manteniendo así una cabaña fundamental de hembras de raza pura adaptadas.
XIII

POSIBILIDADES DE PROGRAMAS DE ACCION INTERNACIONALES Y


NACIONALES PARA LA CONSERVACION Y EVALUACION DE
RECURSOSGENETICOS ANIMALESEN AMERICA LATINA CON REFERENCIA
ESPECIALAL GANADOCRIOLLO
B. Müller-Haye
1. Recursos genéticos animales: evaluación y conservación
La política de la FAO con respecto a la conservación ha sido siempre que no se
justifica preservar las razas por el solo hecho de preservarlas. Las razas ganaderas han
sido desarrolladas por el hombre para su propio uso, y su preservación debe estar
justificada por el empleo que se le dé en el futuro. El desarrollo de la producción y
crianza de ganado mediante la estricta organización de programas de mejoramiento
racial, especialmente en los Estados Unidos, Canadá y Europa; una política agresiva de
ventas de ganado bueno y malo a los países en desarrollo; y el sorprendente logro en la
mejora de caracteres en algunas razas y especies, han conducido a una rápida
reducción de la diversidad genética. Muchas poblaciones viejas que se han desarrollado
por selección natural y artificial, adaptándose y produciendo con frecuencia en medios
adversos, están desapareciendo o se mantienen en escaso número como monumentos
nacionales, con el resultado de que después de algunas generaciones se vuelven
altamente consanguíneas. No pocas razas indígenas están en vías de extinción.
Es un hecho bien conocido que en América Latina las razas Cebú, por ejemplo,
están absorbiendo o han absorbido ya a las poblaciones Criollas comerciales. El propio
Cebú es un animal bien adaptado a las zonas tropicales y tierras marginales, pero sin
duda alguna el Criollo posee características que el Cebú no tiene y vice-versa. Por otra
parte, los sorprendentes efectos de la heterosis para la producción de carne que
muestran los cruzamientos Cebú-Criollo han sido demostrados con frecuencia y se
ilustran en los documentos fundamentales de esta Consulta. Ninguna otra raza ha
evidenciado, como el Criollo, una análoga capacidad de combinación con el Cebú en un
ambiente tropical y habitualmente en condiciones de manejo muy precarias.
Considerando todas las razas lecheras del mundo, se observa una tendencia principal:
consiste, ante todo, en la especialización de las razas de alta producción y el abandono
de los animales de doble o triple propósito. Esto ha dado por resultado una sustitución
creciente de las razas lecheras locales, incluida la Criolla lechera, por animales Holstein
o Pardo Suizo.
Las cabras y ovejas indígenas no han recibido mucha atención en América
Latina. Con excepción de Argentina y Uruguay, no se ha organizado su producción, que
frecuentemente sólo esta destinada al abastecimiento interno. Es muy reciente el
interés por las ovejas tropicales prolíficas, manifestado en las solicitaciones a la FAO
para que estudie el número y el rendimiento de las diversas poblaciones. A comienzos
del año en curso se ha realizado un estudio en esta región. Los programas de
investigación y mejoramiento de las especies de gran altitud nunca mostraron algún
hecho de trascendencia hasta que, gracias al interés por los planes de desarrollo rural
para las comunidades indias de gran altitud, se establecieron nuevas prioridades con
resultados sorprendentes en ciertos países.
Debido a la creciente demanda de alimentos, especialmente de carne y leche,
habrán de entrar en producción tierras que hasta la fecha han sido insuficientemente
utilizadas o son marginales y no pueden utilizarse para la agricultura. Aún no es posible
predecir si se lograran sistemas de manejo que permitan el uso de razas de alto
rendimiento en estas tierras. La perdida prematura de recursos genéticos adaptados
puede dar como resultado - y seguramente así será - una producción ganadera inferior
en estas zonas debido a la no disponibilidad de los genes necesarios. Sin embargo, el
PNUMA advierte que existe una fuerte tendencia mundial a abandonar el uso de tierras
marginales debido a los desastrosos efectos que en ellas suelen producir los animales
cuando no son manejados como corresponde. Sería mucho más efectivo movilizar las
reservas de tierras buenas que ya están en producción. Por otra parte, en América
Latina especialmente se advierte una presión de los campesinos por obtener mas
tierras, hecho que debe ser tenido en cuenta. Equilibrar esta situación - satisfaciendo
las exigencias campesinas y, al mismo tiempo, evitando el uso de tierras marginales -
es un logro bastante difícil de alcanzar.
En los países en desarrollo, la mayor variabilidad genética se produce en razas
cuyo número disminuye con rapidez o que se utilizan insuficientemente. Si este
potencial no se preserva ahora, no se podrá contaren el futuro con recursos para
finalidades que posiblemente no podemos prever en la fase actual.
No es fácil mantener estos bancos de genes y debería examinarse con
detenimiento cual será su valor para las futuras actividades relativas al mejoramiento
animal. Los gobiernos deben desempeñar un papel predominante, manteniendo y
manejando los rebaños indígenas que sirven como núcleo y cuya producción ha
mejorado. Podría ponerse a disposición de las partes interesadas semen de padres de
probada aptitud para el cruzamiento, mediante los servicios adecuados. Todo uso de
recursos genéticos animales con fines de producción es inútil si no hay demanda por
parte de los ganaderos. Es interesante el hecho de que en Colombia, que siempre ha
propugnado la conservación de ganado Criollo, existe una demanda tan fuerte de
Criollos que es difícil obtener los animales necesarios. Si mi información es correcta, los
toros Romosinuanos se venden a precios mas altos que los Brahman. El ICA debería
adoptar medidas destinadas a ensayar todos los toros necesarios para satisfacer la
demanda de los ganaderos en materia de semen y de animales. Asimismo, el apoyo
oficial a la raza Hartón del Valle expresa claramente que hay necesidad de esta raza. El
reciente establecimiento de un rebaño Criollo en Pichilingue, Ecuador, el empleo del
Criollo lechero centroamericano de Turrialba en un proyecto de mejoramiento lechero
para la comunidad de campesinos de Santa Cruz, Bolivia, y la conformación de un
nuevo rebaño en el Centro de Investigaciones y Mejoramiento de la Producción Animal
(CIMPA) de la Asociación para el Desarrollo de la República Dominicana, son solo
algunos ejemplos de los esfuerzos realizados recientemente para utilizar más el Criollo
que antes, cuando se pensaba que la raza Cebú era la única solución para la
producción bovina en los trópicos.
La situación en cuanto a ovejas y cabras es menos prometedora, aunque existe
la tendencia a reforzar su producción.
Cabe preguntarse por qué los ganaderos, investigadores, gobiernos y otros
organismos despliegan esfuerzos para alentar el empleo de la raza Criolla, y por qué se
solicita a organizaciones internacionales como la FAO, el PNUMA y el PNUD que inicien
actividades en el terreno de la conservación y la evaluación de los recursos genéticos
animales en América Latina. Aparte de las razones dadas anteriormente, existe un
motivo muy concreto. Después de muchos años de cruzamiento absorbente entre
Criollo y Cebú, sin una mejora notable del manejo, de la alimentación y la selección, se
reconoce hoy que se posee un animal inferior a las poblaciones parentales, una vez
desaparecida la heterosis de los primeros cruces. La introducción de razas de Bos
taurus- Charolais, Simmental, Chianina, etc. - no ha tenido éxito debido a las difíciles
condiciones y a los problemas que acarrea la manutención deanimales puros de estas
razas. La inseminación artificial no puede emplearse en condiciones prevalentemente
extensivas. En consecuencia, los ganaderos advirtieron que el único Bos taurus
adaptado en América Latina era el Criollo y comenzaron nuevamente a utilizarlo.
Las razones culturales e históricas que condujeron a la conservación de una
raza de Criollo del Uruguay en un parque cercano a Punta del Este y de un núcleo de
Criollo argentino por parte de algunos ganaderos de la zona pampiana, no ofrecen
interés para esta Consulta. Debe tomarse nota de la existencia de estos bancos de
genes, pero el propósito principal de esta reunión debería ser analizar la función que
desempeñan las razas indígenas, recomendar programas específicos y asesorar sobre
la forma en que pueden ponerse en práctica las recomendaciones.
Los párrafos que siguen estarán relacionados con las propuestas de posibles
medidas en el plano nacional e internacional. Se insistirá mucho en la cooperación, que
desempeña un papel clave en el desarrollo de cualquier programa sensato. Se entiende
que la cooperación es el instrumento para alcanzar objetivos comunes, convenidos en
proyectos aplicados al fomento ganadero y a la investigación relativa a la evaluación de
las razas. Sera, además, la herramienta para intercambiar material genético, en la
medida en que las disposiciones veterinarias lo permitan.
2. Actividades en, el plano nacional
Es preciso entender que todo trabajo sobre recursos genéticos animales debe
formar parte de un plan nacional de fomento ganadero, si existe, o de proyectos
análogos, a fin de articular un correcto enfoque del fomento global, incluidos los
aspectos socioeconómicos. La infraestructura para la evaluación efectiva de los
recursos genéticos animales existe en casi todos los países latinoamericanos, o puede
crearse en breve tiempo. Lo que se requiere es coordinación y financiación. Se podría
incluso partir de la hipótesis de que hay suficiente personal capacitado para realizar un
programa de evaluación que vaya más allá de lo conseguido en diversos países. Este
aspecto de la conservación debe basarse en un enfoque distinto, ya que
fundamentalmente es necesario disponer de fondos para llevar a cabo tales proyectos.
El creciente interés por los animales Texas Longhorn, por ejemplo, es una notable
ilustración de lo que puede suceder cuando un plan de conservación consigue el apoyo
público y privado. Recién en 1964 un grupo de ganaderos fundó la Asociación de
Criadores de Texas Longhorn de América, si bien las medidas de conservación se
habían introducido con anterioridad. El número creciente de ejemplares puros, los
experimentos de cruzamiento y el interés despertado por estos animales cuando la
industria estadounidense de la carne tropezó con dificultades económicas, destacan la
importancia de esta raza capaz de mantenerse con pastos de baja calidad sin un
manejo refinado. Además, su fertilidad y facilidad de parto son caracteres ampliamente
reconocidos.
El primer paso para encarar la preservación de los recursos genéticos animales
a nivel nacional es crear una entidad organizadora destinada a ese fin, preferiblemente
bajo la dirección del Ministerio de Agricultura. Puede ser un Consejo de Recursos
Genéticos Animales, un comité permanente o un grupo de trabajo especial. Cada país
dispuesto a iniciar actividades en el terreno de la preservación de recursos genéticos
animales - y que, por consiguiente, está convencido de que debe cesar la pérdida
constante de material genético valioso - tendría que crear un órgano coordinador de esa
naturaleza. Incumbirá a los técnicos e investigadores locales encontrar la estructura que
mejor se preste para concretar este esfuerzo, asegurando la participación de los
diversos sectores interesados, incluidos los ganaderos, los campesinos para los cuales
el Criollo de doble propósito será en muchos casos el animal más apto, los profesores y
los investigadores de la producción animal. Un órgano coordinador podría vincularse a
instituciones de investigación ya bien establecidas que, con frecuencia, también poseen
rebaños que actúan como núcleos de ganado Criollo, cabras y ovejas. Los objetivos de
ese órgano coordinador serían, entonces, crear una conciencia sobre los programas
existentes, establecer prioridades y conseguir fondos para los proyectos.
3. Actividades en el plano internacional
Es evidente que hay diversas soluciones para coordinar y mejorar los trabajos
sobre recursos genéticos animales en el plano internacional. Los siguientes puntos se
consideran básicos para la elaboración de alternativas y recomendaciones más precisas
por parte de esta Consulta.
a) Status quo
Los resultados de los trabajos de evaluación efectuados con ganado Criollo se
publican algunas veces en las revistas científicas locales o de otro tipo, pero con más
frecuencia se dan a conocer en los encuentros de la Asociación Latinoamericana de
Producción Animal (ALPA), que se reúne cada dos años y que desde su fundación en
1966 se ha convertido en un foro de alto nivel para el intercambio de los logros
obtenidos por las investigaciones y experiencias prácticas. Uno de los méritos de ALPA
es que también dedica una parte de su trabajo a resolver los problemas prácticos de la
producción animal en la región. Gracias a ALPA y a la publicación de sus memorias, se
cuenta con una buena posibilidad de que tales resultados alcancen a un amplio círculo
de personas interesadas, aunque no basta con esto. Por consiguiente, la FAO preparo
una bibliografía sobre ganado Criollo (como lo hizo el IICA) y además publicará el año
próximo los documentos de esta consulta. La FAO ha realizado estudios especiales
sobre las cabras y ovejas de la zona y confía en que podrá continuar estos esfuerzos.
Ha sugerido, además, el establecimiento de un “Grupo de Trabajo Especial de ALPA
sobre Recursos Genéticos” que se reuniría en ocasión de cada encuentro de ALPA. Se
nombrarían para este Grupo de Trabajo oficiales de producción animal y ganaderos
elegidos, en primer lugar, entre los integrantes de los organismos coordinadores
nacionales para los recursos genéticos animales. El interés por la creación de dicho
Grupo de Trabajo queda ilustrado por el hecho de que ALPA, en su ultima reunión,
decidió declarar el fomento de las ovejas y las cabras como una de sus prioridades.
b) Sistema de información
Como primera medida tendiente a coordinar y evaluar la información que ya
existe sobre las actividades en curso, se propone establecer un sistema de información
que permita reunir los datos y materiales dispersos por toda América. En una tarea
conjunta con la FAO/PNUD, el Centro Ganadero Internacional para Africa (ILCA) acaba
de finalizar satisfactoriamente la recolección de informaciones sobre el ganado tolerante
a la tripanosomiasis. Un intento de esta clase no sería costoso, ya que la FAO ha
recogido y continúa recogiendo información sobre el ganado Criollo; en cuanto a las
especies de gran altitud, alguna información se ha resumido ya; con respecto a ovejas y
cabras, la FAO, algunas instituciones nacionales europeas y ciertamente el Centro
Internacional de Capacitación e Investigación Ganaderas de Winrok se ocupan de
obtener documentación en América Latina. Reunir la información sobre recursos
genéticos animales en un punto central, donde los usuarios puedan requerirla, ofrecería
la gran ventaja de identificar rápidamente los obstáculos, permitiendo que las
actividades necesarias se inicien en un tiempo relativamente breve. Una base mejorada
de datos también facilitaría a los países en desarrollo de la región la tarea de planificar
programas futuros.
Con respecto a la estructura organizativa, un Centro Internacional podría
hacerse cargo total o parcialmente del trabajo, estableciendo una red de información
mediante “puntos focales” en los organismos coordinadores nacionales. La mayor parte
de esta labor se haría por correspondencia, según las normas del Consejo Británico de
Investigación Agronómica que durante muchos años ha venido recogiendo información
satisfactoriamente y publicando anualmente un “Index of Current Research on Pigs”,
Por otra parte, y de acuerdo a la tendencia hacia el uso más intensivo de las
instituciones nacionales, sería acertado que un instituto asumiera la responsabilidad de
llevar a cabo el programa, especialmente porque muchas instituciones nacionales de
América Latina están debidamente equipadas y poseen la experiencia necesaria. Sena
preciso celebrar consultas para prolijar la información disponible en algunos países
principales.
c) La FAO como organismo coordinador
Otra alternativa sería proponer a la FAO un programa aumentado y ampliado
sobre recursos genéticos animales que preste consideración especial a la situación de
América Latina. Esto tendría la ventaja de que una actividad ya en marcha podría ser
reforzada fácilmente, dando una rápida respuesta a los problemas identificados. El
empleo de CARIS o de AGRIS para difundir la información sobre las investigaciones y
los datos de producción del ganado, permitirían que el Programa se sumara a un
sistema de información ya en funcionamento. Finalmente, y esto no es de menor
importancia, es probable que la Organización encuentre menos dificultades que otros
organismos para atraer fondos a fin de evaluar las poblaciones en peligro de extinción o
insuficientemente explotadas, dado que ya se ha despertado una conciencia mundial
sobre este tema. La conservación y multiplicación de recursos genéticos se considera
una preocupación nacional de primer orden.
La FAO ha venido efectuando, durante largo tiempo, estudios sobre recursos
genéticos animales y programas de cría aplicada en Asia, Africa y Europa, tanto para la
producción de carne como en materia de producción lechera; la dedicación a los
rumiantes menores fue más reducida. Pero en América Latina no se emprendieron
actividades de este tipo. Sería del todo justo, en consecuencia, que esta región recibiera
una mayor atención.
d) Red de instituciones nacionales e internacionales para la evaluación y
conservación de recursos genéticos animales
Se propone establecer una red o redes de las que participen las instituciones
nacionales e internacionales. Su finalidad es promover el intercambio de información,
los resultados de las investigaciones y el material genético. Además, debería poner en
práctica proyectos científicos y no científicos para vencer obstáculos conjuntamente
identificados en el sector de los recursos genéticos animales, con el objetivo de
perfeccionar la producción y preservar las variedades genéticas en peligro de extinción.
Se pide a esta Consulta que determine los temas que deberían recibir la máxima
prioridad en la fase inicial.
Respecto a la estructura de la red, se elegiría un centro de enlace responsable
de la coordinación de los trabajos por un período convenido; otra institución asumiría
después esa responsabilidad, y así sucesivamente. Una vez establecidos los puntos
focales y las instituciones de los países colaboradores que hayan manifestado su deseo
de participar, el centro podría promover proyectos específicos. Dado que la región no
presenta graves barreras linguísticas, la comunicación entre instituciones participantes
sería fácil. La red debería ser todo lo simple y flexible que sea posible, pero
seguramente exigiría una vigorosa labor de acercamiento activo por parte del centro de
enlace.
Se sugiere que un “Grupo especial de trabajo de ALPA sobre recursos genéticos
animales” coordine las actividades de la red por intermedio del centro de enlace.
Orientaría la planificación y ejecución de las actividades de la red. Las funciones y
atribuciones de un grupo de trabajo, un centro de enlace o cualquier otra organización
para la cooperación que se proponga, serían precisadas por esta Consulta, procurando
que las sugerencias se armonicen con la realidad de lo que puede hacerse en la
práctica.
4. Financiación
Muchas consultas y reuniones técnicamente valiosas han analizado problemas
importantes que preocupan al sector agropecuario, demostrando que era esencial una
acción inmediata para prevenir daños aún mayores. Si bien normalmente se han
formulado un cierto número de recomendaciones significativas, su ejecución práctica y
las acciones complementarias se han visto dificultadas por la falta de fondos. Se trata
de un problema grave, ya que el número de proyectos bien trazados y realistas, que
compiten entre sí, va en rápido aumento. Este capítulo abarcará dos aspectos: en
primer lugar, examinara los requisitos básicos para la financiación de cada propuesta
presentada, sin dar cifras exactas que pueden añadirse fácilmente una vez que la
Consulta haya dado las orientaciones que aseguren la factibilidad de los proyectos; en
segundo lugar, considerará las posibilidades de atraer fondos para actividades
generales y específicas, procedentes de diversas fuentes.
Los costos de un programa dependerán mucho de lo ambicioso que sea su
diseño. Examinando las diversas propuestas de acción presentadas en la primera parte
de este documento, existe un amplio margen de insumos necesarios; pero hay que
tender a elaborar un programa modesto y efectivo que debería quedar abierto. A
medida que se gane en experiencia, y que las actividades se demuestren útiles,
siempre habrá lugar para perfeccionamientos y ampliaciones.
En el plano nacional, el establecimiento de un organismo coordinador costaría
muy poco, ya que gran parte de las operaciones podría realizarse por correspondencia.
Las reuniones regulares del organismo podrían celebrarse aprovechando otros
acontecimientos, compartiendo así los viáticos de viaje. En el plano internacional, el
propuesto Grupo Especial de ALPA sobre recursos genéticos animales se reuniría en
las mismas condiciones.
La recopilación de información sobre recursos genéticos animales es una
actividad del Programa Ordinario de la FAO que no necesita financiación adicional, y el
caso se repetirá probablemente con otros organismos internacionales. En esta fase
serían necesarias algunas consultorías para iniciar el trabajo, hasta que un centro
pueda dar comienzo al establecimiento de una red de información voluntaria con fondos
relativamente modestos.
El hecho de que la realización de cualquier actividad relativa a recursos
genéticos animales sería primordialmente responsabilidad de los propios países no
cancela la necesidad de aportar fondos adicionales si se quiere prestar apoyo a la idea
de la red Debe darse atención particular al intercambio de información y documentación,
a la difusión de los resultados de las investigaciones y a la obtención de fondos para
reforzar las actividades del centro de coordinación y concertar reuniones con el objetivo
de discutir problemas concretos. No se prevé el componente de la capacitación, ya que
se supone que las instituciones participantes de la red han formado personal idóneo
para hacerse cargo de los trabajos sobre recursos genéticos animales. La provisión de
fondos destinados únicamente a los proyectos será una de sus funciones principales,
pero esto no afecta directamente a la red, ya que pueden contratarse instituciones que
asuman la responsabilidad de los proyectos.
a) Financiación mediante el presupuesto inicial
Examinando los modos y maneras en que, por ejemplo, se financia la evaluación
en curso del ganado Criollo en América Latina, se llega a la conclusión de que la mayor
parte de las actividades reciben - directamente o indirectamente - fondos de
instituciones pertenecientes al sector público. La financiación oficial puede ser directa y
en tal caso los proyectos específicos recibirán apoyo; o indirecta, y en tal caso se
manifestará, por ejemplo, en que el presupuesto de una estación experimental incluirá
la financiación para un proyecto de investigaciones sobre el ganado Criollo. Es
interesante observar que, normalmente, los ingresos procedentes de un rebaño Criollo
son mayores que los gastos y pueden utilizarse para otros proyectos de la estación.
Otra fuente adicional e importante de fondos son los consejos nacionales de
investigación para ciencia y tecnología a los que sus gobiernos han encomendado la
tarea de mejorar la producción a nivel de explotación.
Por otra parte, la financiación es a veces facilitada por fundaciones privadas,
asociaciones de criadores, firmas comerciales, etc., que prestan apoyo a proyectos
específicos; o simplemente por ganaderos particulares que, por alguna razón,
mantienen un rebaño de ganado indígena, raro y escaso, en sus explotaciones. De
ordinario, este tipo de asistencia financiera guardará más relación con la conservación
de los recursos genéticos que con la evaluación de las características de producción.
Será un deber del organismo nacional de coordinación establecer contacto con
todas las fuentes posibles de apoyo financiero a cualquier trabajo con el ganado
indígena que sea de interés esencial para cada país. El grueso de este tipo de
financiación procedería de asignaciones provenientes del presupuesto nacional. Por
esta razón, será esencial crear una conciencia del problema mediante recordatorios
nacionales e internacionales en los países que todavía tienen recursos genéticos
animales indígenas. Se da por supuesto que la evaluación y conservación de estos
recursos es ante todo un asunto de importancia nacional; las actividades regionales o
internacionales se utilizarían para coordinar la evaluación con el fin de evitar la
duplicación y la dispersión innecesaria de fondos, y también para llenar las lagunas
existentes.
b) Financiación mediante la asistencia internacional
Si los fondos necesarios para la ejecución práctica de algunas de las propuestas
efectuadas en esta Consulta no emergen de los presupuestos nacionales, habrá que
recurrir a los organismos internacionales. Un estudio minucioso exploraría las posibles
fuentes de financiación. A este respecto, la FAO podría suministrar mejores contactos y
líneas ya establecidas de cooperación que cualquier organismo coordinador o
institución nacional. Actualmente, la Organización no tiene fondos fuera del presupuesto
para el Programa Ordinario con los cuales sustentar un programa sobre recursos
genéticos animales. Por otra parte, se ha recomendado en la última Conferencia
Regional de Montevideo, en agosto de este año, que la Organización incluya en su
próximo Programa de Trabajo y Presupuesto mayores recursos para su Programa de
Cooperación Técnica (PCT) con el objeto de avudar a las instituciones nacionales a
prestar cooperación técnica a instituciones de otros países. Este es, precisamente, uno
de los objetivos que perseauiría un programa para la evaluación y conservación de los
recursos genéticos animal es América Latina, y un proyecto al respecto podría
someterse al PCT.
Existe también la posibilidad de concertar con el PNUMA acuerdos análogos al
que hizo posible esta Consulta, y que abarcarían un cierto número de otras actividades
en el campo de los recursos animales en todo el mundo.
Podría buscarse financiación para proyectos específicos. Por ejemplo, aquí en
Colombia existen dos grandes proyectos en el sector de la producción animal que se
llevan a cabo en cooperación entre el gobierno de Colombia, la Corporación Técnica
Alemana y el CIAT. Un proyecto bilateral para la preservación de las vicuñas está
siendo financiado con ayuda alemana en Bolivia, evidentemente con gran éxito. Un
proyecto para mejorar la producción lechera a nivel de campesinos en Santa Cruz,
Bolivia, recibe la asistencia del Reino Unido.
También podrían establecerse acuerdos financieros con los bancos de
desarrollo u otras instituciones financieras intergubernamentales; por ejemplo, con el
Banco ínter-americano de Desarrollo, que ha recomendado la realización de
investigaciones para la preservación y mejoramiento de razas adaptadas a los trópicos.
Asímismo, las fundaciones privadas podrían aportar fondos para actividades
concretas. La Fundación Rockefeller ha participado en el establecimiento de rebaños de
ganado Criollo colombiano en las estaciones experimentales del Instituto Colombiano
Agropecuario (ICA).
En conclusión, hay medios para reforzar las tareas en marcha relativas a la
evaluación y conservación de recursos genéticos animales. Pero hay que tomar nota de
que todo programa debe ser practico y enfocar el objetivo de perfeccionar la producción
pecuaria.
Centros de Investigación en el ganado Criollo
País Institución Sitio Tipo y número de animales Línea de investigación
ARGENTINA
Instituto Nacional de Tecnología Leales, Tucumán Chaqueño Producción, cruzamiento
Agropecuaria, Estación Experimental
Regional Agropecuaria Famailla
BOLIVIA
Estancias Eslner Hermanos C.A. Espiritú, Beni Yacumena 610 vacas (1977) Rebaño Elite para leche
Ministerio de Asuntos Campesinos y Santa Cruz de la Sierra Criollo, inseminación con semen Selección para leche en
Agricultura del Criollo Lechero de América un rebaño de un
Central (Turrialba) asentamiento campesino
BRASIL
Universidade Federal de Minas Gerais, Belo Horizonte, estudio a Poços Caracu, datos de 4 200 vacas Producción
Escola de Veterinarias de Caldas, Minas Gerais (1977)
COLOMBIA
Instituto Colombiano Agropecuario Turipaná, Córdoba Romosinuano Producción
(ICA) Centro Nacional de 280 hembras, 84 machos (1977) Cruzamiento
Investigaciones Agropecuarias Costeños con Cuernos "
360 hembras, 80 machos (1977) "
Codazzi, Montelonia Romosinuano "
200 hembras (1977) "
Costeño con Cuernos "
100 hembras (1977) "
Florencia, Macagual Romosinuano "
80 hembras (1977) "
El Carmen de Bolivar Costeño con Cuernos "
40 hembras (1977) "
Instituto Colombiano Agropecuario San José del Nus Blanco Orejinegro Producción, cruzamiento
(ICA)
Granja Experimental “El Nus” Antioquia 300 hembras, 56 machos " "
Granja Experimental “Jamboró” Pitalito 75 hembras (1977) " "
Instituto Colombiano Agropecuario Villavicencio San Martinero " "
(ICA)
Granjas Experimentales “La Libertad”, Carimagua 60 animales (1977)
Carimagua y Iraca Iracá 280 hembras (1977)
Fondo Ganadero de Santander San Gil Chino Santandereano Producción
Gobierno Departamental, Secretaria de Valle del Cauca Hartón del Valle Producción de leche
Desarrollo y Fomento del Valle
COSTA RICA
Centro Tropical de Enseñanza e Turrialba Ganado Criollo Lechero Doran Producción de leche
Investigación (CATIE)
CUBA
Centro de Investigaciones de la La Habana Oriente 200 vacas (1977) Producción de leche y
Reproducción Animal 6 000 vacas (1977) carne
ECUADOR
Instituto Nacional de Investigaciones Quevedo Esmeraldeño Producción
Agropecuarias (INIAP) Estación 200 vacas
Experimental Tropical Pichilingue 15 toros
MEXICO
Asociación Mexicana de Ciencia Animal Tampico Criollo Lechero Producción de leche
Centro de Capacitación
REPUBLICA DOMINICANA
Asociación para el Desarrollo Centro de Santiago de los Caballeros 100 animales (1978) Producción
Investigación y Mejoramiento de la
Producción Animal (CIMPA)
U.S.A.
Wichita Mountains Wildlife Refuge Cache, Oklahoma Texas Longhorn Conservación
Texas Longhorn Breeders Association San Antonio, Texas Texas Longhorn Producción
“University of California AES, and Santa Rosa Longhorn Producción
California Polytechnic State Universty”
SLO
VENEZUELA
Fondo Nacional de Investigaciones Maracaibo Río Limón Producción de leche
Agropecuarias (FONAIAP) Centro de
Investigaciones Agropecuarias de la
Región Zuliana
Estación Experimental de los Llanos Calabozo Río Limón Criollo Llanero Producción de carne
Centros de Investigación en Llama spp
País Institución Sitio Tipo de animal
ARGENTINA
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Estación Abra Pampa, Llamas
Experimental
Abra Pampa Jujuy Alpacas
BOLIVIA
Ministerio de Agricultura
Estación Experimental de Pacamaya Pacamaya Llamas, alpacas
Instituto Nacional de Fomento Lanero (INFOL) Llamas, alpacas
CHILE
CONAF Río Grande, Tierra del Guanaco
Fuego, Estancia Cameron
PERU
Instituto Veterinario de Investigaciones
Tropicales y de Alturas (IVITA) La Raya, Puno Alpaca
Ministerio de Agricultura Altiplano Vacuña (25 000)
Centros de Investigación in Cuyes (Cavia porcellus)
País Institución Sitio Raza y numero de animales Línea de Investigación
COLOMBIA
Universidad de Nariño Pasto 1 100 Manejo
Instituto Colombiano Agropecuario* Tibaitatá
PERU
Ministerio de Alimentación La Molina 2 000 Genética
Centro Regional de Investigación Reproducción
Agropecuaria Cieneguilla 14 000 Nutrición
Empresa Ganadería Epsa. Huancayo 2 000 Manejo
Universidad Nacional Técnica Cazamarez 1 000 Nutrición
Manejo
Universidad Nacional del Centro Huancayo 500 Genética
Manejo
Universidad Nacional Agraria La Molina 300 Nutrición
Universidad San Antonio de Abat Cuzco Nutrición
Manejo
* En proyecto
Centros de investigación en Chinchillas
País Institución Sitio tipo y numero de animales Línea de investigación
ARGENTINA
Instituto Nacional de Tecnología Abra Pampa, Chinchilla brevicaudata,
Agropecuaria (INTA), Estación Jujuy Chinchilla lanígera
Experimental, Abra Pampa
CHILE
CONAF, Cooperativa Agrícola Hacienda Aucó, Illapel Chinchilla silvestre Ecología
Illapel
Centros de investigación en ovejas Criollas
País Institución Sitio Tipo y numero de animales Línea de investigación
ARGENTINA
Instituto Nacional de tecnología Agropecuaria Abra Pampa, Jujuy Churra Producción
(INTA), Estación Experimental Abra Pampa
BARBADOS
Ministry of Agriculture Greenlard Barbados Black Belly Cruzamiento
CUBA
Instituto de Ciencia Animal Habana Reproducción
JAMAICA
Agricultural Development Corporation 5 hatos en diferentes St. Elizabeth (local) Cruzamiento Producción
sitios Barbados Black Belly +
imported
MEXICO
Centro de Adiestramiento y Tampico Pelibüey Producción
Mejoramiento de la Producción Animal
Universidad de Mexico Cuatro Milpas Tabasco (Pelibüey) Producción
Instituto Nacional de Investigaciones Tizimin, Mocochá, Tabasco (Pelibüey) Reproducción, mejoramiento
Pecuarios (INIP) pasodeltoro, genético, nutrición
Lasmargaritas
PERU
Universidad Nacional Agraria Lima Junin Producción
VENEZUELA
Centro Experimental de Producción Animal, Maracaibo Criollas Reproducción
Facultad de Ciencias Veterinarias
Universidad del Zulia
Centros de Investigación en cabras Criollas
País Institución Sitio Tipo y número de animales Línea de investigación
BRAZIL
EMBRAPA Centro Nacional de Pesquisa de Sobral, Ceara Crioulo Producción
Caprinos
JAMAICA
Agricultural Development Corporation Hounslow Valley Criollo Producción, cruzamiento
MEXICO
Centro de cría Caprino Instituto Nacional de Tlahvalilo, Durango Criollo Producción de leche
Investigaciones Pecuarias (INIP)
VENEZUELA
Ministerio de Agricultura y Cría, Estación Barquisimeto Criollo Producción
Experimental de Zonas Aridas
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