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EL CEREBRO

El cerebro es el director de orquesta de nuestra vida. Este órgano nos permite sentir,
pensar, imaginar, movernos, aprender, hablar y mucho más.
El cerebro es un órgano humano que pesa alrededor de un kilo y medio con capacidad de
percibir información, analizarla, integrarla, transmitir órdenes para regulan el organismo, la
conducta, el pensamiento, los sentimientos, el lenguaje ... Tiene información almacenada
sobre la reproducción, medio ambiente, el metabolismo, etc.
Sus células se denominan neuronas, aparecen en la propia estructura embrionaria y sirven
para transformar cambios químicos debido a los neurotransmisores (dopamina, adrenalina,
serotonina, melatonina, etc.) en estímulos eléctricos y transmitirlos a través de las sinapsis
(química o eléctrica) al resto de neurona de la red del cerebro. Los procesos químicos y
eléctricos que ocurren en el cerebro son como chispazos.

El lenguaje del cerebro


Para realizar cualquier acción, desde un simple movimiento muscular hasta la tarea
intelectual más complicada, es fundamental que las neuronas se comuniquen
eficientemente. Esta comunicación consiste en que las neuronas generen pulsos eléctricos
que trasmiten información a través de las dendritas de una neurona hasta los axones de
otra.
Con poco más de un kilogramo de peso, el cerebro es capaz de percibir, pensar y actuar
con una precisión imposible de conseguir por un ordenador.
Esa proeza cognitiva se logra mediante la sincronización de las señales que atraviesan los
billones de conexiones entre los miles de millones de neuronas.
Cuando vemos una maceta, varios grupos de neuronas se activan durante un breve
intervalo de tiempo para estimular una parte del cerebro, la cual representa el objeto en ese
justo momento.
Entender el funcionamiento de esa sincronización nos ayudará a comprender nuestro
comportamiento y a construir nuevos ordenadores, más eficaces que las máquinas digitales
tradicionales.

El cerebro y sus sentidos


La interacción con el ambiente es posible porque todos los animales contamos con sistemas
sensoriales que perciben nuestro entorno. Esos sistemas están formados por circuitos
neuronales que detectan y trasmiten las sensaciones a la corteza cerebral. Ahí existen otros
circuitos neuronales que interpretan y analizan la información sensorial, responden en
consecuencia con los datos obtenidos y planean las acciones que necesitamos realizar.
El cerebro para cada sentido funciona de la siguiente manera:
 La vista: La luz se convierte en señales nerviosas, penetra el cristalino, la enfoca
sobre la retina, llegan a los receptores de luz que son los conos y bastones, se
impulsan al nervio óptico en donde se convierten en imágenes y llegan al cerebro,
el cual organiza la información. En realidad, vemos con el cerebro a través de los
ojos.
 El oído: Los sonidos llegan al cerebro después de viajar por el oído y llegar al nervio
auditivo y bulbo raquídeo en donde pasan por estaciones repetidoras que transmiten
los sonidos a la corteza auditiva que registra los impulsos sonoros de ambos oídos.
Las señales llegan a la corteza auditiva, en el cerebro y son interpretadas,
registradas, agrupadas y almacenadas. Esta parte del cerebro está muy
comunicada con los centros que procesan el lenguaje y les dan sentido a los sonidos
del habla.
 El gusto: Funciona cuando algún alimento u objeto activa las papilas gustativas que
están conectadas a numerosos nervios que llevan la señal hasta el cerebro. Si lo
que probamos no nos gusta o está echado a perder, el cerebro reacciona y manda
instrucciones para protegernos, una de ellas es la náusea o el vómito. Santo Tomás
Moro nació el 7 de febrero de 1478 en Londres, fue un político y escritor inglés
conocido por su postura religiosa contraria a la del Rey Enrique VIII que le costó la
vida.
 El olfato: En la mucosa de la nariz hay infinidad de terminaciones nerviosas que
captan los olores y los transmiten de inmediato al nervio olfatorio para ser llevados
al cerebro. Como esta acción es muy rápida y el cerebro reacciona inmediatamente
ante los olores, debemos tener mucho cuidado ya que hay sustancias que son tan
peligrosas que afectan y alteran el funcionamiento de alguna o varias secciones del
cerebro.
 El tacto: El sentido del tacto, manda primero sus sensaciones hacia la médula
espinal, si ella puede arreglar el problema lo hace y si no, transfiere la orden al
cerebro para que éste a su vez, mande la instrucción adecuada para que la piel se
repare o el dolor se calme.

Plasticidad neuronal, aprendizaje y memoria


El cerebro puede modificar su funcionamiento cuando hay alteraciones en el medio exterior.
A esta capacidad de cambio y adaptación del cerebro se le llama plasticidad cerebral.
Gracias a ésta, el individuo puede aprender y adaptarse a las exigencias de entornos que
cambian de forma constante.
El aprendizaje y la memoria son expresiones de la poderosa capacidad plástica de nuestro
cerebro.

Ritmos biológicos
Aunque pensamos que dormir y despertar son consecuencia de nuestros hábitos, la verdad
es que son el resultado de relojes biológicos internos que determinan no sólo el horario y
duración del sueño, sino de la mayoría de las funciones del cuerpo que varían en forma
regular.
Todos los seres vivos tenemos un reloj interno que nos ayuda a regular los tiempos en que
hacemos actividades como comer, dormir, reproducirnos e incluso convivir con otros
animales.

Cerebro y pensamiento
Otra de las funciones que distinguen al cerebro humano es su capacidad mental para
ordenar, dar sentido e interpretar la información disponible en el cerebro. El pensamiento
nos permite combinar la información de lo que percibimos, memorizamos y razonamos para
formar nuevos conceptos o tomar decisiones ante un problema.
Utilizamos el pensamiento para resolver situaciones explorando mentalmente varias
soluciones, para comprender el lenguaje hablado o escrito y para producir nuevas ideas
que podemos comunicar a otras personas.

Las emociones y el cerebro


Cada persona experimenta una emoción en forma particular, dependiendo de sus
experiencias anteriores, del aprendizaje, del carácter y de la situación concreta. Sin
embargo, las emociones cambian nuestro funcionamiento interno de forma muy precisa: las
glándulas comienzan a producir sustancias, la respiración se acelera o detiene
momentáneamente, y puede cambiar la tensión de nuestros músculos y nuestra postura.
Tenemos poco control sobre nuestras reacciones fisiológicas ante una emoción; por eso no
podemos evitar ponernos rojos ante el ser amado, o evitar que el corazón se acelere cuando
sentimos el peligro.

Cuándo el cerebro enferma


El cerebro, así como el sistema nervioso en su conjunto, está en riesgo constante de
disminuir sus funciones debido a la edad, las enfermedades o el abuso de sustancias
dañinas. Aunque el tejido cerebral trata de reparar el daño, esto no siempre es posible.
Conocer cómo funciona el cerebro nos permite entender las enfermedades que afectan al
sistema nervioso, tanto psiquiátricas como neurológicas, y encontrar tratamientos más
eficientes y seguros.

El cerebro se inventa cosas


Este punto se deriva del apartado anterior. Como el cerebro dispone de una cantidad de
información "procesable" que es limitada, hay algunos vacíos de información que tiene que
rellenar sin que constantemente nos veamos obligados a buscar la información que falta.
Para ello, hay algunos mecanismos automáticos que tapan esos huecos de manera
discreta.
Un ejemplo es lo que ocurre con la parte de la retina que da paso al inicio del nervio óptico.
Esta es una zona en la que el ojo es incapaz de transformar las señales de luz en impulsos
nerviosos, y por lo tanto es como si tuviésemos un agujero en el medio de nuestro campo
visual. Sin embargo, no nos damos cuenta de eso.

El papel de la atención
Por mucho que el cerebro humano parezca un prodigio de la naturaleza capaz de hacer
cosas bastante impresionantes, lo cierto es que el conjunto de datos con los que trabaja
siempre está lleno de lagunas. De hecho, ni siquiera es capaz de procesar debidamente
toda la información que le va llegando en tiempo real a través de los sentidos, y no hablemos
ya de recordarlo todo, algo que solo ocurre en casos increíblemente excepcionales.
Lo que hace el cerebro humano es obedecer al principio de supervivencia: lo que importa
no es conocerlo todo, sino conocer lo justo para sobrevivir. La atención es el mecanismo
por el que se seleccionan ciertas partes de la información disponible y se ignoran otras. De
este modo, el sistema nervioso es capaz de localizar elementos de información que resultan
relevantes para focalizar la atención en ellos y no en otros, todo ello dependiendo de cuál
sea nuestro objetivo. Este mecanismo da mucho juego, porque hace que en ciertas
circunstancias parezcamos estar ciegos ante cosas que pasan delante de nuestras narices.

Yeremi Moreno
8-844-1725

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