Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
© Thomson La Ley 1
carácter de 'suplente', resulta indudable que tal titularización constituyó un 'reingreso' no una 'reincorporación',
por lo que a los efectos del cómputo de la antigüedad configuraron períodos independientes, sin continuidad".
Señaló igualmente que "...como lo ha sustentado reiteradamente la doctrina y jurisprudencia, no es lo mismo
'reingreso' que 'reincorporación'. El primer concepto constituye un nuevo nombramiento que discrecionalmente
dispone la Administración, no encontrándose obligada judicialmente para ello, mientras que el segundo implica
la existencia de un pronunciamiento judicial que declare ilegítimo el cese dispuesto y ordena a la
Administración la restitución al ex agente del cargo que ocupaba con las consecuencias emergentes". Como
corolario de ello, entendió que el actor carecía de derecho para pretender el reconocimiento de antigüedad por el
período en cuestión cual si el distracto no se hubiera configurado, derivando de ello la improcedencia de la
demanda.
3. Policía
i) Baja. Ilegitimidad de la medida. Reincorporación
La C. Cont. Adm. Córdoba, 1ª, el 22/12/2014, en la causa "Freytes, José Luis v. Provincia de Córdoba
s/plena jurisdicción", hizo lugar a la demanda presentada, declaró la nulidad de las resoluciones cuestionadas,
condenó a la demandada a reincorporar al actor en el cargo que ostentaba y en las mismas funciones no
operativas que desempeñaba al momento en que se dictó su baja, de manera permanente, e impuso las costas del
juicio a la vencida.
Como fundamento de tal decisión, la Cámara estimó que el acto de baja del actor se adoptó en un trámite
que aparecía más o menos correcto en lo formal, pero en realidad no lo era.
Ello, por cuanto consideró que el acta de la Junta Médica supuestamente practicada al actor había sido
firmada por un único médico, en contradicción a lo preceptuado por la normativa, que exigía como mínimo la
de tres profesionales, a lo que se sumaba que las actuaciones cumplidas con posterioridad le asignaban a las
conclusiones de esta constancia un valor o un alcance que no tenía o no debía tener. Igualmente, puntualizó que
tampoco se le había comunicado al actor, lo que violaba su derecho de defensa, que "...el acta que pretende la
demandada aparezca como la conclusión de una Junta Médica, lo era a los fines de la baja. Consecuentemente,
la exposición informativa que se llevó a cabo en sede administrativa, lejos está de poder constituir un 'descargo',
en el sentido establecido por la normativa".
También consideró que el acto se encontraba viciado en su fin, pues se había adoptado la medida más
extrema —contraria al espíritu que imbuye a la legislación que regula al personal policial—, en vez de buscar la
alternativa que hubiera posibilitado que el actor continuara trabajando en la Policía. En tal sentido, explicó que
la autoridad administrativa podía haber mantenido al actor trabajando en tareas no operativas (como lo estaba
haciendo), porque estaba legalmente autorizada para ello, al no existir en aquella época límite al tiempo en que
un agente podía trabajar con esta modalidad.
4. Personal del Equipo de Salud Humana. Ley 7625
i) Solicitud de promociones. Procedencia
El 26/2/2015, el Trib. Sup. Just. Córdoba, sala Cont. Adm., en los autos: "Sánchez, María L. del V. v.
Provincia de Córdoba s/plena jurisdicción - Recurso de apelación", no hizo lugar al recurso de apelación
interpuesto por la parte demandada, con costas.
Mediante el pronunciamiento recaído en dichos autos, la Cámara interviniente había hecho lugar
parcialmente a la demanda incoada por la actora, declarado la nulidad de las resoluciones cuestionadas y
ordenado a la accionada reconocer el derecho de la accionante a ser promovida a las categorías 10 a partir del 1
de enero de 1999 y 11 a partir del 1 de enero de 2002, a la vez que había rechazado el reconocimiento del
adicional por permanencia, por no cumplir con los requisitos exigidos normativamente.
El tribunal expuso, en coincidencia con lo sostenido por la Cámara en el fallo impugnado, que en el régimen
estatutario especial aplicable, la promoción a una categoría superior se verificaba cuando el agente reunía los
requisitos pertinentes, momento a partir del cual éste adquiría un verdadero derecho a avanzar en su carrera
administrativa a un nivel superior, restando solamente su reconocimiento a través de un acto expreso.
Se advirtió en el fallo que "...el hecho de que la Administración no haya dictado el acto administrativo que
acordara el derecho reclamado, no constituye en modo alguno un obstáculo para la procedencia de la acción,
desde que aquél le es reconocido a la actora por el propio ordenamiento jurídico —ley 7625—...". Asimismo, se
indicó que las constancias documentales de la causa habían sido debidamente valoradas por la sentenciante, y
demostraban de modo contundente y sin margen a duda que la actora reunía todos los recaudos necesarios
respecto de la antigüedad y la capacitación requeridas a fin de acceder a la promoción automática reclamada, de
conformidad con el marco jurídico aplicable (ley 7625 y su reglamentación, decreto 5640/1988), en un todo de
acuerdo con la interpretación efectuada por la Cámara.
En definitiva, el tribunal sostuvo que la apelante no había efectuado una crítica fundada a los fundamentos
esenciales expuestos en el fallo cuestionado, relativos a la existencia de un derecho subjetivo por parte de la
actora a la promoción automática reclamada y a la inexistencia de potestades discrecionales a favor de la
© Thomson La Ley 2
Administración en tales cuestiones, motivo por el cual se mantenían incólumes y, por consiguiente, firme la
decisión a la que otorgaban sostén, por lo que debía rechazarse el recurso interpuesto en el aspecto analizado.
b) Concesión de uso de bien del dominio público
1. Municipalidad de Córdoba
i) Nulidad de los actos impugnados
La C. Cont. Adm. Córdoba, 2ª, el 26/9/2014, en el precedente: "El Bosque Club de Campo S.A v.
Municipalidad de Córdoba s/P.J.", hizo lugar a la demanda deducida, dispuso la nulidad de los decretos
impugnados, condenó a la accionada a dictar un acto en el cual se resolviera la situación jurídica de la actora y
la restableciera en el pleno ejercicio del derecho de uso exclusivo del tramo de la calle en cuestión, en los
términos de la concesión de uso del bien de dominio público existente; o bien, si la Administración lo
considerase oportuno, dispusiera por razones de mérito, conveniencia o interés público la revocación parcial de
dicha concesión, indemnizando a la actora los daños directos e inmediatos que se le hubieren causado; todo bajo
apercibimiento de ley. Finalmente, determinó que cualquier conflicto que se planteara al respecto debería ser
resuelto mediante los trámites de ejecución de sentencia.
En la causa se impugnaban los decretos del Sr. intendente de la Municipalidad de Córdoba que dispusieron
que la actora debía trasladar el puesto de control de acceso principal a la Urbanización Residencial Especial
(URE) "El Bosque Club de Campo", liberando la traza correspondiente de calle pública hasta una distancia de
200 metros, tomados desde la intersección de las líneas municipales que se indicaron, excluyendo el tramo del
uso exclusivo cedido oportunamente al ente jurídico encargado de la administración de la URE.
Para la sentenciante, era en el marco de las facultades reguladoras del desarrollo urbano en el interés público
que debía buscarse la verdadera causa del acto administrativo enjuiciado y no en el ejercicio de un poder
sancionatorio, por cuanto los incumplimientos que se mencionaban —recién en el acto confirmatorio— lucían
completamente aislados, no habían sido objeto de imputación, descargo ni prueba, por lo que se descartaba que
la medida adoptada fuese la "caducidad" de la concesión.
A ello agregó que el detenido análisis y valoración de la prueba rendida permitía descartar que la actora
hubiera incumplido alguna de las condiciones bajo las cuales se acordó la concesión de uso exclusivo de la calle
en cuestión, ni que fuera posible atribuirle responsabilidad por culpa o negligencia que justificara la caducidad
de la concesión.
En cuanto a la existencia de una "revocación parcial de la concesión de uso exclusivo por razones de interés
público", la juzgadora señaló que tampoco surgía de las constancias de la causa la existencia de los elementos
que hubiesen sido valorados por la Administración en oportunidad del dictado de los actos o de la labor
investigativa previa llevada a cabo para culminar con la adopción de la medida impugnada.
En suma, concluyó que la falta absoluta de pruebas que acreditaran el incumplimiento de la concesionaria
y/o las razones de interés público que justificarían en su caso la revocación parcial de la concesión, conducían
necesariamente a declarar la nulidad de los actos impugnados por estar afectados en su causa o motivo y por
violación sustancial de los principios que informan el procedimiento para su dictado. A ello agregó que "...en la
motivación de la decisión impugnada en autos, han podido existir causas o razones de mérito, conveniencia o
interés público, que bien pueden justificar mantener una decisión como la adoptada. Tales razones exceden la
competencia de este tribunal y sólo pueden ser decididas por el órgano competente que ejerce la función
administrativa. Por ello, si bien corresponde restablecer los derechos subjetivos de la actora lesionados por el
acto invalidado, ello no puede ser realizado en forma directa por este tribunal, sino que la cuestión debe ser
resuelta en sede administrativa conforme las potestades que le son propias, y siempre preservando
adecuadamente los derechos del administrado".
c) Proceso contencioso administrativo
1. Aclaratoria
i) Inadmisibilidad. Discrepancia con lo resuelto en el fallo.
El Trib. Sup. Just. Córdoba, sala Cont. Adm., con fecha 11/2/2015, en los autos "Miras, Mirta B. v.
Provincia de Córdoba s/plena jurisdicción - Recurso de apelación", no hizo lugar a la solicitud de aclaratoria
solicitada por el apoderado de la parte actora.
Para así resolver, puntualizó que, dada la naturaleza jurídica del pedido de aclaratoria, cuyo alcance está
expresamente delimitado en el artículo 40 de la ley 7182, en el sentido de corregir cualquier error material,
aclarar algún concepto oscuro o suplir cualquier omisión sobre los puntos discutidos en el juicio, "... cuyas
contradicciones y oscuridades aparezcan en la parte resolutiva...", el remedio procesal empleado no resultaba
admisible, dado que pretendía la modificación de la parte resolutiva en lo que respecta a la imposición de costas
en ambas instancias, siendo que tal cuestión fue expresamente dirimida por este tribunal.
Según expuso el tribunal: "La prohibición de alterar lo sustancial de la decisión que deriva de la naturaleza
propia de la aclaratoria, excluye la posibilidad de una revalorización de los presupuestos de hecho y de derecho
© Thomson La Ley 3
para otorgarles un sentido opuesto, pues para ello la parte interesada debe valerse de los recursos pertinentes".
En definitiva, estimó que la cuestión planteada exhibía la discrepancia del solicitante con lo resuelto en el fallo,
por lo cual resulta ajena a la materia propia de la aclaratoria.
d) Dirección Provincial de la Vivienda
1. Adjudicación de inmueble
i) Depositaria a título gratuito. Ausencia de un derecho subjetivo a la adjudicación definitiva.
Con fecha 11/9/2014, en la causa "Arévalo, Marta I. v. Dirección Provincial de la Vivienda y otro s/plena
jurisdicción", la C. Cont. Adm. Córdoba, 2ª, rechazó la demanda planteada e impuso las costas a la parte actora.
En este precedente, la actora pretendía se declarara la nulidad de las resoluciones impugnadas y se
condenara a la demandada a reconocerle nuevamente la calidad de adjudicataria del inmueble objeto de la causa.
En concreto, fundamentaba su pretensión en el hecho de haber recibido la vivienda en depósito gratuito (junto
con quien fuera su marido, hoy fallecido). También se basaba en la extemporaneidad del acto dictado por la
demandada, atento al tiempo transcurrido, aduciendo que era titular de un derecho adquirido, por lo que debía
adjudicársele definitivamente el inmueble objeto de disputa.
En el fallo, la Cámara expuso que "Conforme puede observarse, son sucesivas y sistemáticas las ocasiones
en que la actora falta a la verdad de los hechos, por omisión o contradicción en sus dichos, de manera que sus
alegaciones adolecen de la fuerza probatoria necesaria para dar al tribunal la posibilidad de dar crédito a sus
pretensiones, máxime cuando de la documental en ningún momento surge que se le esté agraviando, en el
sentido de ver lesionado derecho adquirido alguno, dado que no ostenta dicha calidad (de ser titular de derecho
adquirido alguno). Ello así, dado que si algo se otorgó a la actora fue la tenencia provisoria del inmueble en
depósito gratuito; y de ninguna manera puede decirse que tal situación, de naturaleza precaria, otorgue derecho
dominial de ningún tipo. Lo mismo puede decirse de su marido fallecido; razón por la cual tampoco puede
considerarse seriamente que el inmueble haya mutado su carácter (pasando de ser objeto de depósito a ser
propiedad) por el hecho del fallecimiento de uno de los depositarios (cuyo carácter equívoco también se ha
disputado; es decir, el carácter de depositarios de la Sra. Arévalo y su marido fallecido)".
"Muy por el contrario, resulta manifiesto y debidamente probado que el Sr. Claudio Daniel Salas
efectivamente compró el terreno —con boleto de compraventa a su nombre—, donde posteriormente se
construyó el inmueble objeto de disputa. Inmueble cuya construcción fue posible a través del plan de viviendas
otorgado a los empleados por la cooperativa en donde justamente el nombrado trabajaba; extremo que es
admitido por la propia actora en la demanda y surge sin lugar a dudas de las constancias administrativas. Por
otro lado, pese a que la actora aduce que ella y su marido fueron elegidos para el plan por no cumplir su hijo los
requisitos exigidos, del cotejo de las constancias surge que ello no es cierto, lo cual se revela de la sola lectura
de la planilla de requisitos (...). Asimismo —pese a que la actora aduce que, habiéndose propuesto su hijo como
titular, la adjudicación no pudo concretarse (por no reunir aquél las condiciones) y la propuesta fue
rechazada—, no existe en la causa un solo elemento probatorio que corrobore dicho rechazo".
Según se advirtió en la sentencia, la actora no poseía derecho adquirido alguno, en tanto que la entrega en
depósito gratuito era de naturaleza precaria y no investía al depositario de señorío alguno sobre el bien de que se
trate, por lo que su modificación o supresión ningún perjuicio podía ocasionarle.
Por todo ello, resolvió que la accionante no se encontraba en situación legal que la habilitara a reclamar
respecto del inmueble disputado, de lo que se derivaba que los actos impugnados habían sido dictados conforme
a derecho, por lo que la demanda debía ser rechazada.
e) Defensa del consumidor
1. Ley 24.240
i) Legitimidad de los actos sancionatorios. Configuración de las faltas imputadas.
El 24/7/2014, C. Cont. Adm. Córdoba, 1ª, en el precedente "AMX Argentina S.A v. Provincia de Córdoba
s/plena jurisdicción", rechazó la demanda por la actora, quien impugnaba la aplicación de la sanción pecuniaria
que le fuera impuesta por violación de los arts. 10, 11, 15 y 17 de la ley 24240, por cuanto aseguraba no haber
desarrollado conducta alguna que configurara la procedencia del encuadre de su conducta en el citado
articulado.
La Cámara se pronunció a favor de la legitimidad de los actos administrativos impugnados, por cuanto
explicó que "...la denunciante contrató un servicio que no se prestaba o —en el mejor de los casos— se prestaba
a medias, con un aparato vendido como nuevo que a los dos días de adquirido no funcionaba; que se cambió por
otro que tampoco funcionaba y la empresa se negó a reemplazar por un equipo nuevo. Que cuando a los pocos
meses la denunciante volvió con el mismo aparato con nuevas fallas, fue considerado fuera de garantía porque
había sido abierto (por la misma AMX, si vemos cuál fue el derrotero seguido por el aparato en cuestión)".
Igualmente, advirtió que "...la clienta no podía pretender la cancelación de la línea, porque por contrato, estaba
'cautiva' por un término preestablecido todavía no transcurrido. Sujeta, por tanto, por tal período de tiempo a la
no prestación o muy deficiente prestación del servicio que había contratado, el cual, no obstante, podía cancelar
© Thomson La Ley 4
siempre que abonara una importante suma de dinero por 'incumplimiento contractual' de su parte".
ii) Legitimidad de los actos sancionatorios. Violación del deber de informar
El 8/9/2014, C. Cont. Adm. Córdoba, 2ª, en el precedente "MET Córdoba S.A v. Provincia de Córdoba
s/ilegitimidad", por mayoría, rechazó la demanda interpuesta por la actora, con costas.
En primer lugar, la Cámara puntualizó que, en el ámbito provincial, la Dirección General de Defensa del
Consumidor y Lealtad Comercial, órgano especializado que depende en forma directa del Ministerio de
Industria, Comercio y Minería, tiene competencia para la aplicación de la Ley de Defensa del Consumidor, y
que su intervención en el caso concreto de la actora era clara e inobjetable.
En segundo lugar, en cuanto a la decisión de la Administración actuante, que encontró a la accionante
responsable de infracción al art. 4 de la ley 24240, referido a la obligación de informar, la mayoría de los
integrantes del tribunal (Dres. Gutiez y Garzón de Bello), consideraron que "...MET gozaba de una situación de
preeminencia al momento de establecer la relación contractual, por lo que de acuerdo al espíritu que imbuye la
normativa que el órgano de aplicación ejecuta, pesaba sobre la prestadora del servicio la obligación de informar
claramente todas las derivaciones que podía tener la adhesión a un sistema regido por condiciones
preestablecidas, no negociables, a las que el afiliado o cliente sólo le cabía aceptar o no".
No obstante ello, se puntualizó en el fallo que no existían constancias ni en el expediente administrativo ni
en el judicial de que la denunciante hubiera sido debidamente impuesta de las consecuencias de sus actos. Según
se explicó, el contrato que vinculaba a esta última con la actora fue resuelto en virtud de que la primera no había
declarado que había sufrido traumatismo y fractura de cráneo al caerse de la cuna cuando tenía nueve meses de
edad. También se invocó que la actora había omitido declarar que estaba medicada con Carbamazepina. En
función de estas omisiones, MET SA había desvinculado a la denunciante de su sistema de atención médica y se
había negado a solventar una intervención quirúrgica de reemplazo de cadera. Según había expresado la actora,
de haber conocido los antecedentes indicados, no hubiera afiliado a la denunciante, que para tal época tenía
poco más de 40 años.
Para la mayoría de los vocales de la Cámara, dicha aseveración carecía absolutamente de respaldo
probatorio, y la empresa actora no había demostrado de qué modo la omisión de la denunciante se vinculaba con
la prestación médica cuya cobertura se solicitaba. En tal sentido, concluyeron que, al parecer, la actora había
aprovechado la omisión de la denunciante para negarle sin razón válida la prestación que ésta peticionaba.
© Thomson La Ley 5