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“ÁNGEL REBELDE”

Cuenta un espíritu celeste que en el principio de las cosas, cuando Dios


moldeó el universo, fueron creados los Ayudantes del Mejor Patrón: los
Ángeles. El Señor los dotó de la más grandiosa belleza, capacidad y
bendición, siendo fieles servidores de su Perfecto Mandato.

Nuestro Gran Creador los organizó por ámbitos y Coros diversos, para
facilitar las inimaginables tareas de la Gloria, entre las que destacan: la
Guardia Real, el Secretariado universal, la Milicia angelical, los
Mensajeros Galácticos, los Músicos Cósmicos, los Centinelas Superiores,
los Médicos Estelares, los Labradores de la Viña Eterna, los Letrados
del Espacio, entre otros.

Pero uno de ellos era el predilecto, se le permitían todos los caprichos,


se le daba todo sin esforzarse, se le mimaba constantemente, se le
obsequiaba siempre lo mejor. Su nombre era: Luz Bella, pues llenaba de
alegría el Sumo Palacio con su risa y su hermosura. El Padre Santo lo
consentía, no le recriminaba, y lo dotaba de lo más espléndido.

Este espíritu fue creciendo con el pasar de los siglos, conociendo


amistades, disfrutando de placeres, nutriendo egos y alimentando
vanidades. Día a día su terquedad, obstinación y orgullo iban opacando
más y más su luz, a la vez que influenciaba a sus vecinos.

En cierta ocasión quiso ser más que su Amo y preparó un plan perverso
en contra de su Progenitor, con el fin de asumir la soberanía inmortal
de los Cielos y destruir los nobles esfuerzos de sus hermanos.

Reunió a sus compinches, empuñó las armas y se encaminó a lograr su


frío propósito, pero sin saber el grave error que estaba cometiendo.

Cegado por la soberbia y el exceso de cariño, arremetió contra su Líder,


y en oposición a sus tropas sacrosantas, desenfrenó una violenta
batalla de la cual salió derrotado.

El Altísimo estalló en Ira Divina y expulsó al malvado entre castigos


severos, quitándole toda garantía y desheredándole de la Patria
prometida; a demás le prohibió la entrada a su Reino y lo privó de la
felicidad perpetua.

Fue tanta la indignación del Todopoderoso que creó una cárcel


subterránea llamada infierno, con el objetivo firme de destruir a los
traidores de su inmenso Amor.

Luz Bella, y sus amigachos, fueron desterrados eternamente de las


delicias supremas, viviendo infelizmente para siempre. A partir de ese
momento se le conoce al rebelde como Luz bel, y los espíritus caídos
son corruptos aliados, sus guaridas residen en las entrañas planetarias,
entre los peores tormentos imaginados.

El desobediente sufre las consecuencias de sus actos y busca que todos


padezcamos de la misma manera, tentándonos diariamente.

Si seguimos su juego malévolo y sus oscuras redes de perdición,


arderemos con él en los abismos. Sus trampas son el pecado, sus lazos
son la mentira, sus hoyos son el facilismo. Pero es tanta su arrogancia y
atrevimiento que pretende crear su propio imperio, no sabiendo que el
único Rey es y será Dios, el majestuoso Hacedor del firmamento.

Por esta razón, Satanás es reprendido en todo momento por los Seres
Preciosos del Ejército invencible, y es condenado a vivir en los
profundos basureros, bajo los demás.

El Señor actuó de esta manera para mostrar a toda la creación la forma


de hacer demonios, y la manera de fabricar reveses. Él en su
omnisciencia, advirtió los peligros que abarcan el malcriar a los hijos, el
concederle todo lo que quieren y el no corregirles adecuadamente.

Recordemos que si no vivimos para los Dueños del Todo, moriremos en


las garras del infecundo enemigo.

Así que en nuestras manos está el forjar almas para Dios y María, o el
regalar cómplices al despiadado maligno.

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