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Canto lírico

conjunto de técnicas vocales utilizadas en


la música docta

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Este aviso fue puesto el 20 de junio de 2010.

Canto lírico es el conjunto de técnicas


vocales utilizadas para cantar el repertorio
de la música docta. El término deriva de la
lira, un instrumento de cuerda punteada
primitivo, con forma de ábaco que servía
para acompañar al cantante en concursos
en la antigua Grecia. Como el arpa, la lira
se tocaba con las dos manos.

El canto lírico se distingue del canto


popular por la tesitura y la extensión vocal
del cantante. La tesitura de una voz se
define por el buen timbre, el volumen
considerable, un vibrato igualado, la
posibilidad de un messa di voce y la
posibilidad de agilidad y coloratura. La
extensión vocal es intervalo entre el
sonido más grave y el más agudo
alcanzables. En los cantantes líricos la
extensión suele ser de dos octavas o más,
aunque en los tenores puede ser de poco
menos de dos octavas.

La formación de cantante lírico es una


carrera en conservatorio. Dura
comúnmente entre cinco y diez años y en
muchos países termina con un grado
académico.

En la clasificación de matices vocales en


el canto operístico, el uso del término lírico
es más estrecho. Se suele distinguir entre
voces líricas y voces dramáticas. Con la
diferenciación de las óperas en ópera
buffa y ópera seria se diferenciaron
también voces serias y buffas. Esa
diferencia se fue convirtiendo en las
categorías básicas de la voz lírica y
dramática. Las voces líricas se
caracterízan por la voz de cabeza y la voz
de silbido o voz flageolet, pudiendo utilizar
la técnica del messa di voce. En las voces
dramáticas, en cambio, predomina la voz
de pecho.

Historia
El arte del canto nació con el hombre
mismo, con su primera expresión vocal. En
sus orígenes fue una forma más elevada
del lenguaje, probablemente inspirada por
el culto primitivo. Hay incluso quienes
afirman que el canto existió antes del
lenguaje hablado, así como existe en
especies inferiores al hombre, por ejemplo
las aves. Se arguye que el canto era una
mejor forma de comunicación para
grandes distancias y, además, se dice que
el canto precedió al lenguaje debido a que
transmite contenidos emocionales en vez
de contenidos textuales, algo que es más
complejo y vino después.

Neurológicamente, el canto es manejado


por el hemisferio contrario al del lenguaje,
es decir, por el derecho, en la mayoría de
personas (sólo un porcentaje de zurdos
tiene las funciones del lenguaje y el canto
intercambiadas). Por esto mismo, en
enfermedades en las que se afecta uno de
estos hemisferios, la persona podrá cantar
o hablar pero será incapaz de efectuar las
dos.

Más adelante el canto respondió a las


necesidades de las religiones y las
estéticas, condicionadas naturalmente por
ejemplo por diferentes lenguas, las que
llevaron a distintas maneras de emitir la
voz (nasalización y elevación artificial de
la laringe en las culturas del Oriente
Medio).
En la antigüedad mediterránea el arte del
canto tuvo influencia en la retórica; en
Grecia los discursos debían ser rendidos
en un determinado tono. Para la tragedia y
comedia griegas se necesitaban
cantantes formados, que junto con el
drama ofrecían secciones cantadas.

El aporte más importante de la Iglesia


católica al arte del canto es, posiblemente,
el canto litúrgico y su desarrollo polifónico
en siglos posteriores, antes de concluir la
Edad Media. A fines de este mismo
período, en Europa, apareció un tipo de
canto profano que se podría denominar de
arte y que practican los troubadours,
trouvères y Minnesänger. La improvisación
libre del siglo XVI sentó las bases técnico-
vocales para el amplio y diferenciado
desarrollo que tuvo el arte del canto a
partir de 1600, con el florecimiento de la
ópera, el oratorio, la cantata y el aria. En
ese período, en el cual el canto tuvo un
desarrollo musical tan grande, la principal
preocupación era la expresión y la
comprensibilidad del texto.

El virtuosismo vocal se desarrolló a la par


con el instrumental, y sus grandes cultores
fueron los castrati con su enorme
habilidad en la ejecución de coloraturas.
Recién el nuevo dramatismo del
clasicismo restauró la relación original
entre música y declamación y reemplazó
al castrato por el cantante dramático, así
como permitió la integración de las
mujeres, que fueron excluidas del canto
desde el siglo VII por la Iglesia Católica.

En el siglo XIX apareció la canción


artística (lied, kunstlied), la que con sus
exigencias técnicas y expresivas
enriqueció el arte del canto. En el arte
vocal francés, en todas las épocas, el
acento estaba puesto en la declamación
de la palabra. La escuela belcantística
italiana, en cambio, enseñaba el libre
desarrollo del melos vocal, en detrimento
de lo declamatorio.

Con el nacimiento de la ópera en el año


1600 en Florencia (Italia), el canto lírico
adquirió otra importancia. Las óperas u
operetas se representaban en las cortes.
Grandes exponentes de su nacimiento
fueron Henry Purcell, Claudio Monteverdi y
Wolfgang Amadeus Mozart. La ópera fue
llevada a los teatros a mediados del siglo
XVII. Desde entonces se compusieron
varias óperas basadas en obras de William
Shakespeare y muchos autores de la
época. Pero la época de oro de la ópera y
el canto lírico llegaría del 1800 (siglo XIX)
al 1950 (mediados del siglo XX)
aproximadamente, con autores como
Vincenzo Bellini, Gioacchino Rossini,
Richard Wagner, Giuseppe Verdi, Giacomo
Puccini, Charles Gounod y Gaetano
Donizetti, entre otros.

Fue durante estos siglos que el canto lírico


se convirtió en arte de culto. Las voces
aparecían primero como por arte de
magia. Luego comenzaron a formarse los
primeros maestros o profesores de canto
y las formas de emitir la voz fueron
estabilizándose y pasando por
convencionalismos en cada época.
El sonido falsete casi femenino era
utilizado desde la época de Mozart y hasta
la llegada del cantante Gilbert Duprez.
Hasta entonces los tenores pasaban a la
zona aguda sin casi utilizar voz de pecho,
por lo que luego del La3 la voz se tornaba
inestable y sucedían todo tipo de
problemas, generando un sonido
desagradable.

Muchos de los cantantes del siglo XX


transitaron ese camino sin una técnica
depurada. Evitaron trabajar la zona del
pasaje o passaggio y utilizaron su voz
abierta, casi sin cubrirla hasta la zona
aguda del registro. Entre los ejemplos más
notorios estuvo Giuseppe Di Stefano,
quien tuvo una intensa carrera aunque
corta por el uso indiscriminado de la voz
abierta y no cubierta, lo que le implicó un
desgaste vocal.

Sin embargo, otros cantantes, de los


cuales el más destacado
internacionalmente por su popularidad
fuera de los escenarios líricos fue el tenor
Luciano Pavarotti, lograron una técnica
depurada y un pasaje a la zona aguda sin
tropiezos y logrando explotar al máximo el
uso de los resonadores faciales, logrando
así un sonido mucho más claro, con
volumen y una unión sonora entre los
registros graves, medios y agudos,
obteniendo así una voz que parece ser la
misma en todas las zonas y que permitió a
estos cantantes continuar sus carreras
decentemente hasta edades muy
avanzadas.

Personas que han sido reconocidas


internacionalmentemente por dedicarse al
canto lírico son Maria Callas, Alfredo
Kraus, Montserrat Caballé, José Carreras,
Giuseppe Di Stefano y Franco Corelli, entre
otros.

Véase también
Ópera
Bel canto
Voz (música)
Oratorio
Lied

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