NOMBRE: RICARDO CARMONA HERNANDEZ PSICOLOGÍA

EL CAPITAL INTELECTUAL MAESTRO: MAURICIO BARRIGA FABELA

El autor dice que el principal capital de las empresas ya no reside en su totalidad en su valor
tangible, que hay un nuevo valor que no se puede registrar en los balances de la empresa y se
llama capital intelectual, el cual se compone de múltiples factores que van en torno a un nuevo
concepto que va desde la formación técnica de los empleados, la fidelidad de los clientes, la
variedad de mercancías o servicios y las técnicas de captar nuevos clientes.

También comenta que en los próximos años las empresas más rentables serán aquellas que
permitan introducir elementos innovadores y para tener una buena organización y calidad en
producción se necesita: identificar, crear, almacenar, transmitir y utilizar.

En definitiva el principal beneficio para los empresarios es la creación de valor y la gestión del
conocimiento que puedan tener sus colaboradores, por lo cual el verdadero reto es captar a los
empleados capaces de generar conocimientos, y a pesar de ser algo intangible su valor es tan
determinante y es necesario concretar de que (cantidad) se está hablando.

También maneja el concepto de talento emocional donde nos habla de emociones, capacidades y
habilidades personales que hacen que los empleados sean personas eficaces.

COMENTARIO:

Lo que opino acerca de la lectura es que el departamento de recursos humanos dejo de ser un
área transaccional de entradas y salidas de personal y dio paso a que las organizaciones se
proyecten con liderazgo, focalizando sus intereses en el personal y nuevo entorno de mercados, y
aunque el departamento sigue siendo importante, el corazón de la dirección de capital intelectual
exige una misión y planeación estratégica de su activo más importante que son las personas, debe
procurar que los equipos de trabajo sean de alto rendimiento y construyan entre ellos la
comunicación, la confianza y el respeto que se necesita para que el fin común que los agrupa se
cumpla con excelencia.

También considero que la única diferencia para las empresas con tantas opciones de productos y
servicios en el competido mercado es el capital humano, y como consecuencia, la gestión de las
personas exige una práctica de vanguardia que logre no solo los resultados esperados, sino que,
además, marque la diferencia a través de lo que hacen sus empleados. Para ello hay que realizar
cada cierto tiempo una evaluación (revisión vertical) de las personas, para medir permanentemente
la cultura organizacional y el clima laboral, así como el liderazgo de quienes dirigen la compañía.