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06/04/16
La Violencia en el trabajo 2015
ÍNDICE
Introducción…………………………..……………………………………1
Intimidación…….……………………………………………………………18-19
Conclusiones….……………………………………………………………..23
Recomendaciones ……………………………………………………………24
Bibliografía…….……………………………………………………………..25
INTRODUCCIÓN
La violencia en el trabajo es un tema del cual se debe de hablar y no callar como tampoco ser
víctimas de ello, por esa razón es necesario informarnos y prevenir esta situación en nuestro
lugar de trabajo y dar a conocer los niveles de violencia entre situaciones que se pueden llegar
a darse en la vida cotidiana.
Se han definido los lugares de trabajo más vulnerables como los servicios sanitarios, el
personal docente, empleadas de servicio doméstico, Trabajadores solitarios o a turnos, tareas
de atención al público en bancos y comercios. Se ha señalado que alrededor de mil personas
mueren cada año en los entornos laborales por estas circunstancias.
OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Conocer los niveles de violencia laboral así como las actitudes del trabajador
VIOLENCIA EN EL TRABAJO
En todos los lugares de trabajo existe la posibilidad de que surjan actitudes violentas entre
los empleados. La violencia puede estar dirigida a los supervisores o a los compañeros y tener
muchos niveles, desde iniciar habladurías o tener un altercado hasta atacar a alguien
físicamente. En raras ocasiones, la violencia puede hasta manifestarse en forma de agresión
a mano armada.
* Amenazas
Un empleado puede amenazar a un colega, el jefe o el lugar de trabajo de forma directa o
indirectamente, ya sea en persona o a través de cartas o llamadas telefónicas.
* Ataques físicos
En algunos casos, un empleado puede volverse físicamente agresivo, por ejemplo,
empujando, haciendo tropezar o golpeando a un colega. También puede demostrar su
agresividad lanzando archivos o tazas de café, o saboteando equipos.
* Agresión armada
En casos extremos, un empleado puede pensar obsesivamente en lo que considera una
Llevada a cabo. Promover el complot sobre el/la subordinado/a.
Otra forma de violencia laboral es la inequidad salarial, es decir, hombres y mujeres con
idéntica responsabilidad, en igualdad de condiciones y que, sin embargo, no reciben la misma
remuneración, y/o en el caso que el/la trabajador/a tenga bajo su responsabilidad la ejecución
de tareas que no se derivan de su jerarquía escalonaría, ni de su función de revista.
Especialmente son las mujeres las más afectadas por la violencia laboral, debido a que en su
mayoría ocupan puestos no jerárquicos o de menor calificación y aún en puestos jerárquicos
no tienen poder de decisión. Y en tanto abuso de poder, todo acto de violencia es ejercido
por el que lo detenta contra el que no lo tiene.
* Señales de alerta
El comportamiento violento rara vez surge sin preaviso. Antes de ejecutar un acto de
violencia, un empleado podría comportarse de forma nerviosa, defensiva, agresiva o
amenazadora, o reaccionar exageradamente ante un cambio en la política laboral. A menudo,
estos empleados tienen antecedentes de aislamiento, depresión, violencia familiar o abuso de
sustancias; muchos están obsesionados con las armas.
las actuales condiciones de precariedad e inestabilidad del empleo, tanto hombres como
mujeres se ven sometidos a injustas situaciones de violencia laboral. las trabajadoras son con
mayor frecuencia las víctimas.
Esta desmotivación laboral es llevada por la víctima también a su hogar y a su vida social,
replegándose cada vez más en el ámbito privado y auto marginándose de la participación
activa y por lo tanto, afectando a toda la comunidad.
Violencia político-burocrática
Podemos dividir la violencia laboral en dos grandes ramas: la violencia física y la psicológica.
Si bien siempre se ha reconocido la existencia de violencia física personal en el lugar de
trabajo, la existencia de la violencia psicológica se ha subestimado durante largo tiempo y
sólo ahora recibe la debida atención. La violencia psicológica surge actualmente como uno
de los problemas prioritarios del lugar de trabajo.
Violencia física: Es el empleo de la fuerza física contra otra persona o grupo, que produce
daños físicos, sexuales o psicológicos. Se incluyen en ella las palizas, patadas, bofetadas,
puñaladas, tiros, empujones, mordiscos y pellizcos.
Violencia psicológica: Uso deliberado del poder, o amenazas de recurso a la fuerza física,
contra otra persona o grupo, que pueden dañar el desarrollo físico, mental, espiritual, moral
o social. Comprende el abuso verbal, la intimidación, el atropello, el acoso y las amenazas.
Es el llamado Acoso laboral o Mobbing que trataremos más detenidamente.
La violencia física y la psicológica muchas veces se superponen en la praxis; por ello es muy
difícil clasificar las distintas formas de violencia. En la lista siguiente presentamos algunos
términos necesarios a la hora de trabajar y eliminar fenómenos relacionados con la
Abuso: Comportamiento que humilla, degrada o indica de otro modo una falta de
respeto a la dignidad y valor de una persona.
Autor: La persona que comete los actos de violencia o incurre en los comportamientos
violentos antes escritos.
En general los daños originados por la violencia van desde humillaciones, menosprecio,
inseguridad y miedo, hasta verdaderas pérdidas de salud e incluso la privación de la vida.
Las conductas son consideradas negativas y hostiles, con un amplio rango que va
desde las críticas al trabajo a calumnias.
"El acoso moral en el trabajo también se define como “Mobbing” se define como toda
conducta abusiva (gesto, palabra, comportamiento, actitud) que atenta, por su repetición o
sistematización, contra la dignidad o la integridad psíquica o física de una persona, poniendo
en peligro su empleo o degradando el ambiente de trabajo", define la psiquiatra y
psicoanalista francesa Marie-France Hirigoyen. Se trata de una violencia en pequeñas dosis
pero cuyo efecto acumulativo de microtraumatismos frecuentes y repetidos constituye la
agresión.
Es un fenómeno que despierta enorme preocupación social en Europa y se espera que pronto
se reglamente su sanción. Pero es necesario diferenciar el acoso de lo que no lo es, como por
ejemplo, el estrés, el conflicto, el maltrato de la dirección, la agresión esporádica, la violencia
externa, la violencia física y la violencia sexual, las malas condiciones de trabajo y las
coacciones profesionales. Si bien se trata de límites difusos y cuestiones emparentadas, el
acoso moral se identifica como una conducta abusiva, humillante, continua, oculta,
consciente, asimétrica y degradante del ambiente laboral. Con respecto al acoso sexual,
Hirigoyen realiza una distinción teórica entre ambas problemáticas aunque reconoce que es
frecuente el paso de las víctimas consecuencias diferentes, según la fase del proceso en que
se encuentre
El acosador tiene una intencionalidad de carácter instrumental (como medio de
alcanzar un fin) o de carácter finalista (la destrucción de la víctima, sin más).
Hay desequilibrio de poder entre las partes enfrentadas, o al menos la víctima no
dispone de los recursos necesarios para hacer frente.
Niveles de riesgo alto cuando hablemos de situaciones en las que la persona ya se encuentra
ante un grave deterioro tanto físico, como psicológico: grave riesgo de padecer enfermedades
cardiovasculares o respiratorias, sufrimiento psíquico y emocional, lesiones psíquicas –
ansiedad, depresión ‐, claros sentimientos de despersonalización frente al trabajo,…
Situaciones ante las que debemos actuar inmediatamente, con medidas correctoras, para
impedir que se produzcan consecuencias graves y/o irreversibles para la salud del trabajador.
Violencia tipo II, violencia de servicios. Los agresores suelen ser clientes de los
productos o servicios que se suministran que se sienten agraviados, maltratados,
frustrados, engañados o, en general, emocionalmente resentidos por la relación
comercial establecida. (ej.: ocurren en las relaciones comerciales de servicios:
Violencia tipo III, violencia relacional. Este tipo de violencia suele desarrollarse entre
compañeros de trabajo como consecuencia de un conflicto de intereses,
insuficientemente elaborado de forma verbal y pobremente comunicado. También se
suele producir entre diferentes niveles jerárquicos por incumplimiento de
expectativas o de órdenes efectuadas por los mandos. En estos casos, el agresor puede
ser tanto un superior o un subordinado jerárquico. Los recelos, los ajustes de cuentas,
el antagonismo de intereses, las rivalidades legítimas y artificiales, son el caldo de
cultivo de la aparición de estas conductas agresivas
Agresión física (realizar intentos para golpear, empujar, amenazar con algún objeto,
escupir, etc.).
Agresión física grave (romper el mobiliario, lanzar objetos con intención de hacer
daño, tirar al suelo a alguien, morder, arañar, golpear, dar patadas, dar cabezazos,
etc.).
Aunque no hay ninguna profesión o situación laboral exenta de los problemas de violencia
física hay algunos puestos que se presentan con un mayor riesgo:
Manejo de moneda: todo tipo de cajeros, cobradores de diferentes tipos, trabajadores
de centros de movimiento de dinero.
Los trabajan solos: quienes trabajan corren riesgos especiales de sufrir ataques físicos
o sexuales. Como por ejemplo, los taxistas, visitadores domésticos, trabajadores de
reparaciones, trabajadores de gasolineras, etc.
De forma genérica, los estudios sobre violencia presentan que las dos causas más generales
causantes de la violencia son:
Factores biológicos. El estudio del genoma y de los neurotransmisores cerebrales
hace cada día más evidente la relevancia de los factores biológicos en la conducta.
Una serie de estudios consideran, que en algunos sujetos existen factores biológicos
que los predisponen especialmente a conductas agresivas y que los hacen más
inestables y emocionalmente explosivos. Estos datos indican que el riesgo de
desarrollar conductas agresivas es mayor en unas personas que en otras,
independientemente de los contextos o situaciones.
En estos contextos, el trabajador está sujeto a fuertes tensiones que facilitan la posible
aparición de conductas agresivas.
Procedentes de la persona. La inestabilidad emocional, el nerviosismo, la irritabilidad
generalizada, los fracasos personales acumulados, las frustraciones reiteradas generan
igualmente el desarrollo de conductas agresivas. En estos casos se supone que algunos
Lo más difícil del acoso psicológico es detectar cuando y porqué empieza, aunque
existen algunas prácticas propias de conductas de acoso como son:
Producir deliberadamente alteraciones en los procedimientos habituales de
comunicación de la víctima, es decir, restringir la comunicación con la víctima tanto
por parte del acosador como por parte de los compañeros a los que se le prohíbe
cualquier relación con el acosado. También se niega a la víctima el acceso a los
medios de comunicación que hubiera utilizado para el desarrollo de su trabajo.
Violencia verbal
Hablar en voz alta o a gritos
Amenazas/Verbales
Circulan tumores
Violencia física
Agresiones/amenazas físicas
Desperfectos en el trabajo/casa
Trabajos peligrosos/nocivos
Ignoran tu presencia
Sobrecarga de trabajo
Tareas absurdas/inútiles
Evitan contacto
JURISDICCIÓN SOCIAL
El trabajador/a víctima de acoso moral puede acudir a los Juzgados de lo Social y solicitar,
de acuerdo con el artículo 50 del ET, la extinción voluntaria de su contrato.
4. HIPÓTESIS DE AGRESIÓN-FRUSTRACIÓN/JUSTICIA
Se trata, como puede apreciarse, de un cambio importante respecto a las teorías expuestas
anteriormente, ya que se pone el énfasis en el carácter reactivo de la agresión ante un estímulo
externo, a saber, la frustración, mientras que tanto FREUD como los etólogos y sociobiólogos
acentuaban el carácter instintivo de la agresividad.
No obstante, esta diferenciación conviene ser matizada, ya que la base para la elaboración de
su hipótesis está en la formulación desarrollada por FREUD acerca de la agresividad, más
concretamente en la desarrollada en la segunda etapa de su teoría de los instintos. Los mismos
autores reconocen este hecho al afirmar que "entre los investigadores que han tratado el tema
de la frustración y la agresión, merece especial atención Sigmund FREUD, quien más que
todos los demás científicos juntos ha contribuido a la constitución de nuestra hipótesis de
base" (DOLLARD et al, 1939. En Van RILLAER, 1975, p.35).
Como afirman LUBEK y APFELBAUM (1979) se trata de una aceptación de los principios
básicos desarrollados por FREUD, pero reformulándolos de forma que éstos, concretamente
la relación entre frustración y agresión puedan ser explicados en términos de la Teoría del
Aprendizaje. La medida en que consiguen este objetivo y el conjunto de diferencias y
similitudes se irán apreciando en forma más clara a continuación con la exposición de los
principios y postulados básicos de la teoría.
5. INTIMIDACIÓN
La violencia no deja de ser un instrumento para intimidar a las personas. Ambas acciones son
consideradas una consecuencia directa de las causas de estrés generadas en el entorno laboral.
Ningún trabajador está exento de ser víctima de los riesgos psicosociales en el trabajo. Un
informe realizado en el seno de la Unión Europea en el año 2000, revela que el 9% de los
trabajadores de los países miembros (unos 12 millones de empleados) han sido objeto de
prácticas intimidatorias. Del mismo modo, un 4% del total de la población laboral de la UE
manifiestan haber sido víctimas de violencia psíquica en sus lugares del trabajo por parte de
personas ajenas a sus organizaciones empresariales.
Evidentemente, hay empleos que por su naturaleza son más propensos a generar situaciones
de carácter conflictivo. De forma especial, se destacarían aquellos trabajos en los que se
puede estar más propenso a padecer síntomas de estrés laboral. Algunos ejemplos serían los
trabajadores de la Sanidad, Educación, Finanzas, Hostelería, Transportes, Seguridad, etc. En
definitiva, aquellos que forman parte del sector servicios y tienen que tratar con una gran
parte de la ciudadanía, quien muchas veces les hace responsable de fallos organizativos que
no pueden ser considerados como errores individuales.
A nivel general, dos clases de intimidaciones se podrían Distinguir: la que se produce en caso
de un conflicto directo y la que surge cuando la víctima no está inmersa en el conflicto, sino
que ejerce como "cabeza de turco" (scape-goating).
Algunos de los factores que incrementan desde un principio las probabilidades de caso de
intimidación y violencia en el entorno laboral y sobre los cuales se deberían aprobar medidas
de prevención radican en:
Caso#1
Una mujer denunció ante la Justicia que en su trabajo había sido víctima de un virtual
confinamiento a una oficina reducida, sin ventilación ni calefacción y aislada completamente
del resto de sus compañeros. Los jueces validaron su reclamo al considerar que la actitud de
la empresa fue humillante y degradante. Y obligaron a la firma a pagarle a la trabajadora una
indemnización mayor a la establecida por la Ley de Contrato de Trabajo, “en concepto de
resarcimiento del daño moral”.
Todo comenzó cuando la empleada fue trasladada hacia una oficina pequeña, sin adecuadas
condiciones de higiene, ventilación ni calefacción, donde no podía interactuar con otros
compañeros y en donde tampoco contaba con los elementos de trabajo necesarios para
realizar sus quehaceres diarios. El “confinamiento” le produjo “situaciones de angustia,
estados depresivos, creciente desestabilización emocional y paulatina pérdida de confianza”,
que motivaron su reclamo ante la Justicia.
El tribunal consideró que “la arbitraria conducta empresaria constituyó, sin dudas, un medio
de ejercicio de violencia psicológica en perjuicio de la trabajadora” y que estuvo “dirigido a
degradarla dentro de la organización empresaria, mediante la humillación y el aislamiento”.
Y afirmó que las condiciones del ambiente laboral al que fue trasladada pusieron de
manifiesto que el traslado implicó para la trabajadora un “tratamiento diferenciado” que
repercutió en su plano personal y psíquico. Además, no avalaron el reclamo de la empresa,
que se creía amparada en las facultades de dirección empresaria que le permiten que cambiar
determinadas condiciones de trabajo o modalidades de prestación; y entendieron que el
traslado parece haber respondido a una especie de castigo ejemplificado para los demás
empleados.
En la actualidad, mientras los reclamos por acoso laboral o mobbing se multiplican en los
juzgados del trabajo, los magistrados condenan los casos de hostigamiento, acoso y trato
degradante. Sin embargo, no hay una ley que regule la figura del “acoso laboral”. El año
pasado se presentó en el Congreso un proyecto de ley que fue aprobado por la Cámara de
Caso#2
“No sirven para nada”:
Violencia laboral en las maquilas
Debe entenderse por violencia contra la mujer cualquier acción o conducta basada en su
género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto
en el ámbito público como en el privado.
En Honduras, los malos tratos en el trabajo no están permitidos, y la legislación les ordena a
los patronos mostrar a los trabajadores la debida consideración, y abstenerse de malos tratos
de obra o de palabra y de actos que pudieran afectar su dignidad.
Estos datos reflejan una tendencia preocupante, el aumento de la violencia laboral; para el
caso, la amenaza de despido llegó al 92,3% en 2007, elevándose 79,3% en sólo cuatro años;
igual tendencia en los casos en que les tiran materiales y les gritan. En todas las variables, la
violencia laboral se elevó como producto del reacomodo que la industria de la maquila realizó
para adaptarse al RD-CAFTA, duplicar la producción y trabajar las 24 horas al día, los 7 días
de la semana.
La dignidad es la base de todos los derechos humanos, por lo que diferentes instrumentos
jurídicos han establecido la obligación de respetarla, basta con leer el artículo 1 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, el artículo 1 de la Convención Americana
de Derechos Humanos y el artículo 59 de la Constitución de Honduras. Y claro está, los tratos
degradantes bajan la producción de las personas; en diferentes estudios se ha comprobado
que la violencia laboral produce consecuencias a nivel físico y psíquico en las trabajadoras,
que repercuten en su rendimiento así como en su integridad social.
CONCLUSIONES
RECOMENDACIONES
Recordemos tomar conciencia y buscar ayuda, porque las personas somos seres que
necesitamos de respeto y consideración por lo que no hay que callar o aguantar cualquier
situación ya que es preferible que denunciamos ante las autoridades para tomar cartas sobre
el asunto y si es posible buscar otra fuente de empleo.
La ayuda de un psicólogo puede mejorar el paso de estas situaciones por lo que no hay que
simplemente dejar pasar la oportunidad de buscar esa ayuda profesional para que al momento
de esta en nuevo empleo o con un nuevo personal no tengas ese temor que nos generaron.
BIBLIOGRAFÍA
http://www.psicologia-online.com/ebooks/riesgos/capitulo6_3.shtml
Informesviolenciaeneltrabajo.blogspot.com
http://www.derechosdelamujer.org/tl_files/documentos/maquila/doc_maquila_2.pdf
www.trabajo.gov.ar/oavl/