Los conquistadores y la construcción de la imagen del <<Indio>> en

Chile Central
Hugo Contreras Cruces

En 1544 tras la vitoria hispana sobre los habitantes originarios del valle central de Chile, se
comenzó a ejercer de forma efectiva el dominio sobre los naturales, y se retomó el proceso de
repartición de encomienda iniciado ya en 1542

Se conocía en ese entonces la existencia de los lavaderos de Marga Marga, por lo cual se les
necesitaba hacer rendir, y la única población capaz de concretar semejante trabajo eran los
indígenas recién conquistados. Pero esto generaba un problema, ya que la legislación establecía
que los encomenderos no podían obligar a los indígenas a trabajar, si no que estos debían trazar
sus tributos en base a productos que obtenían de sus tierras.

Por ende, la implementación del servicio personal en Chile debía de estar bien justificada. Esto
generó una serie de argumento por parte de gobernadores y encomenderos, quienes esgrimieron
que los indios eran pobres, no tenían bienes ni una producción de excedentes por lo cual la única
forma de tributar su trabajo era por medio de la extracción de oro en los lavaderos.

Estos argumentos a largo plazo fueron constituyendo una imagen de los indios que a su vez fue
recogida por historiadores, quienes la instalaron como una realidad en sus textos. La investigación
se propone examinar nuevamente esto para preguntarse si esta imagen de la sociedad indígena se
acercaba a la realidad o eran argumentos urdidos con tal de justificar el servicio personal y
asegurar la extracción de riquezas que permitiría a los encomenderos conseguir poder, prestigio y
riqueza.

El poderío de los conquistadores se explica mas allá de hacer que los indios trabajen para ellos,
ya que son capaces incluso de denominarlos y dotarlos de un significado impuesto por ellos.
Denominar se vuelve en una forma de dominar.

La historiografía de la barbarie
Barros Arana afirma que los indígenas se encontraban en un "estado de barbarie" antes de la
conquista Inca, y que gracias a estos fueron capaces de lograr un mayor desarrollo.

Domingo Amunategui Solar recoge las ideas de Arana, y a la vez es capaz de reconocer un solo
pueblo originario en los territorios que comprenden desde Coquimbo a Chiloé agrupándolos en
una sola unidad lingüística y cultural.

Lo que en realidad aconteció a los indígenas de Chile fue mucho más complejo que lo descrito
por los historiadores anteriores, si bien los Incas aportaron un impulso material e intelectual a los
vencidos estos ya contaban con ciertas nociones propias, bastante alejadas de lo que se puede
denominar “barbarie incivilizada”