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Luis Sepúlveda

(Ovalle, 1949) Escritor chileno cuyo éxito se ha percibido más en el extranjero que en su tierra
natal. A raíz de la publicación de la novela Un viejo que leía novelas de amor (1992), se convirtió en
uno de los escritores latinoamericanos más leídos en todo el mundo.

Desde joven realizó numerosos viajes, de Punta Arenas a Oslo y de Barcelona a Quito. Visitó
también la selva amazónica y el desierto del Sahara. Políticamente comprometido, sufrió prisión
durante la dictadura de Pinochet y posteriormente abandonó el país. El exilio le llevó a Europa,
donde ha ido publicando la mayoría de sus novelas y relatos, sin mostrar un especial deseo de
regresar a su país, lo que le valió diversas críticas durante un tiempo. Al igual que la de Isabel
Allende, su obra literaria no ha sido valorada en correspondencia con su éxito de ventas.

De su ideario político y social destaca su preocupación por el desequilibrio del planeta y por
tanto de la humanidad. Pese a su compromiso político, su obra ofrece elementos menos
comprometedores, más cosmopolitas, aunque contiene ciertos rasgos de moraleja y de aliento
profético, al tiempo que su escritura aparece como una evolución del neorrealismo hacia nuevas
tendencias. Sepúlveda se muestra admirador de Julio Verne y de Joseph Conrad, así como de
los chilenos Manuel Rojas, Pablo de Rokha y Carlos Droguett. Con un lenguaje directo, de
rápida lectura, cargado de anécdotas, sus libros denuncian el desastre ecológico que afecta al
mundo y critican el egoísta comportamiento humano, pero también muestran y exaltan las más
maravillosas manifestaciones de la naturaleza.

La obra que le dio a conocer, Un viejo que leía novelas de amor (1992), es una historia repleta de
aventuras ambientada en la selva ecuatoriana, en el mundo de los indios shuar o jíbaros; el
libro mereció los premios Juan Chabás de novela corta y Tigre Juan.
Le siguieron Mundo del fin del mundo (1994), sobre la criminal caza de ballenas practicada por
empresas japonesas; Nombre de torero (1994), su primera novela negra; Patagonia Express (1995),
un libro de viajes; el cuento Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar (1996), pensado para
sus hijos y cuyo contenido ecológico está muy bien expuesto, y finalmente el libro de relatos
Desencuentros (1997) y la más reciente Diario de un Killer sentimental (1998), a través de la cual
parece, según algunas interpretaciones, que el autor abre su obra a nuevos caminos.
Entre los últimos títulos de su producción se encuentran Historias marginales(2000), Hot
line (2002), novela negra protagonizada por un detective mapuche, Los peores cuentos de los
hermanos Grim (2004), escrito en colaboración con Mario Delgado Aparaín, y La sombra de lo que
fuimos (premio Primavera 2009).

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