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El lobo ibérico

El nombre científico del lobo ibérico es el de canis lupus signatus y es una


subespecie de lobo pardo que vive en la península ibérica. Su color
predominante es el marrón, aunque existen ejemplares de tonos rojizos o
incluso más oscuros. Los lobos ibéricos más jóvenes se distinguen por tener un
color más grisáceo, especialmente en invierno.

El peso medio de un lobo ibérico, ronda los 40 kilos si se trata de un macho y


30 kilos si es hembra. Otro rasgo físico que sirve para diferenciar el sexo en
esta raza es el tamaño de su cabeza. En machos es bastante más grande que
en las hembras. Las principales características del lobo ibérico, con respecto al
lobo europeo son varias. Normalmente se trata de marcas o manchas, por eso
su nombre “signado” que significa “marcado”.

Las manchas blancas en los laterales del hocico, también llamadas bigoteras.
En las patas delanteras tienen una línea vertical de color negro.

En la zona de la cruz, tiene una mancha oscura. También se le llama “silla de


montar”. La cola también tiene una marca oscura.

En España existen diferencias en la fecha de la reproducción según la latitud


de la zona. Un ejemplo de ello es que en Sierra Morena los partos de suelen
dar un mes antes que en la zona de la cordillera Cantábrica.La madurez sexual
es alcanzada por las hembras a los cinco años de edad, aunque lo normal es
que tengan cachorros cuando cumplen dos años.

También pueden reproducirse antes de cumplir un año, pero no es lo más


habitual. Las hembras mejor alimentadas tendrán mayor número de crías. De
todas formas, la media en España se sitúa entre los 5 y los 6 cachorros.
Canis lupus signatus

Lobo ibérico

El lobo ibérico (Canis lupus signatus) es una subespecie de lobo (Canis lupus)
endémica de la península ibérica.

Descripción

Macho Alfa con manchas de sangre en el hocico.

Cachorros de Lobo Ibérico estimulando a la hembra alfa para que regurgite.


Hembra alfa de lobo ibérico regurgitando carne para sus cachorros.

Alcanza un tamaño medio, algo más pequeño que otros lobos europeos. Los
machos alcanzan entre 130 y 180 cm de longitud, y las hembras entre 130 y
160 cm. La altura de cruz puede llegar a los 70 cm. Los machos adultos pesan
generalmente entre 30 y 40 kg, y las hembras pesan de 21 a 35 kg. En
movimiento llama la atención el poderío de los cuartos delanteros en relación a
la grupa, levemente caída.

Tienen la cabeza grande y maciza, orejas triangulares relativamente pequeñas


y ojos oblicuos de color amarillento. El hocico presenta unas manchas blancas
en los belfos denominadas «bigoteras».

Su pelaje es heterogéneo, de tal forma que se describen unas franjas


longitudinales oscuras o negras cubriendo la parte anterior de sus dos patas
delanteras, una mancha oscura a lo largo de la cola, y otra mancha oscura
alrededor de la cruz a la que se le conoce como «silla de montar». El conjunto
de estas marcas o manchas oscuras, son las que le han dado el nombre
«signatus» a esta subespecie de lobo, puesto que signatus en latín significa
‘signado’ o ‘marcado’. Los lobeznos al nacer presentan tonos oscuros
uniformes.

Dieta

Este lobo es uno de los pocos grandes carnívoros que existen en la península
ibérica, y como depredador, se alimenta básicamente de las presas que caza,
grandes herbívoros y otros mamíferos de porte menor. El lobo es un carnívoro
depredador. La mayor parte de su dieta está compuesta por presas cazadas,
aunque ocasionalmente puede competir con aves carroñeras por los restos de
animales que han muerto de forma natural o por accidente, así como por restos
provenientes de vertederos cercanos a núcleos de población humana. También
es conocido el hábito, en determinadas estaciones, de consumir alimentos de
origen vegetal tales como frutos silvestres.

Distribución

Aunque históricamente se distribuía abundantemente por toda la península


ibérica, actualmente se mantiene con poblaciones relativamente estables al
norte del Duero, mientras que al sur del Duero la población es frágil y está
fragmentada y amenazada, siendo especie protegida.

Estos lobos poblaban la mayor parte de las tierras al sur de los Pirineos hasta
principios del siglo XX. Sin embargo, durante los últimos cien años han venido
sufriendo una persecución sistemática y una serie de trabas indirectas para el
correcto desarrollo de sus poblaciones.

El número total de ejemplares de Canis lupus signatus que se pueden


encontrar en España varía según las fuentes. El último censo fiable data de
1988, e indicaba la existencia de 1500 a 2000 individuos. La población puede
estimarse en aproximadamente 2800 ejemplares, distribuidos prácticamente en
el cuadrante noroccidental de la Península.

Las principales poblaciones se distribuyen por las comunidades de Castilla y


León, Galicia, Cantabria y Asturias. También hay poblaciones más reducidas
en zonas de montaña de regiones limítrofes como País Vasco, La Rioja,
provincia de Guadalajara (Castilla-La Mancha) y también en el norte de
Portugal. También hay algunas poblaciones en zonas de montaña del norte de
Andalucía, que están aisladas de las del norte de la península ibérica, pues
ambas poblaciones están separadas por la Submeseta sur, zona en la que no
hay poblaciones de este animal.

Gracias a los trabajos de protección del lobo ibérico a principios del siglo XXI
se han localizado ejemplares en zonas más al sur de la península ibérica como
el sistema Central y sistema Ibérico. Por ejemplo, en febrero de 2013 se
grabaron imágenes de crías de lobo ibérico al norte de la Comunidad de
Madrid, tras 60 años sin tener datos oficiales de su presencia en la región.

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