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EZQUIAGA

La forma urbana como problema público.

Entender la ciudad en su complejidad significa asumir su doble realidad como obra abierta,
inabarcable e irreducible y simultáneamente como objetivo de intervención proyectual.
Partimos del entendimiento de que se ha ido configurando desde la práctica de intervención
urbana un nuevo entendimiento de la ciudad, que demanda la puesta en acción de un
nuevo tipo de instrumental proyectual que desborda y supera la dicotomía clásica entre
PLANEAMIENTO URBANÍSTICO Y PROYECTO ARQUITECTONICO.

El plan urbanístico ha sido criticado desde posiciones político- culturales y disciplinares


cuestionando su validez como instrumento efectivo para el gobierno y real configuración de
la ciudad.
El planeamiento ha sido criticado desde la suficiencia de la arquitectura entendida como
disciplina de los espacios construidos- edificios y monumentos- para construir la ciudad. De
esta forma se invierte la idea de la arquitectura de la ciudad por la ciudad de la arquitectura,
estimándose que los proyectos arquitectónicos no requieren una referencia urbanística ni
sometimiento a mediaciones normativas.

BENEVOLO rechazaba la incorporación a los plane de proyectos arquitectónicos, tanto


normativos como persuasivos, argumentando que: introducen una perturbación en la
sistemática normativa del plan, plantean el riesgo de resultar obsoletos en el momento de
su ejecución y dificultan los acuerdos con los operadores urbanos.
SECCHI, entiende que la cuestion relevante no se refiere a la definición de las reglas de
compatibilidad entre la ordenación general y los desarrollos proyectuales particulares, sino a
los cambios que este hecho introduce en la metodología tradicional del planeamiento.

El efecto mas apreciable de la critica a los fundamentos teoricos ha sido la sustitucion del
paradigma positivista de la cadena de montaje( donde es posible concluir organizando la
ciudad a partir de sucesivas agregaciones logicas) por una visión mas compleja basada en
la valoración cualitativa del espacio en cuanto lugar y en cuento posición. Asi categorias
parametrizables y objetivas ( como estandares dotacionales, usos de suelo) han cedido
paso en el discurso a conceptos como lugar, espacio publico, complejidad, reciclaje.

El proyecto urbano: entre la racionalidad limitada y la utopía fragmentaria

Este nuevo enfoque de la intervención en la ciudad, que surge de la dialéctica entre el


planeamiento y la arquitectura es aquí denominado ​proyecto urbano

Para ello partimos de la doble hipótesis de asumir la imposibilidad de un control total de la


forma urbana y al tiempo reconocer las posibilidades racionalizadoras del proyecto urbano y
la arquitectura de la ciudad.
En primer lugar, asumir la idea de control limitado significa entender que la presunción de
que puede existir en la planificación urbana una solución final deducible de la disposición de
todos los datos significativos es en si misma, una quimera contradictoria con la formación
histórica de la ciudad como resultado de una multiplicidad de acciones humanas.
Supone asumir la realidad fragmentada y discontinua de la ciudad.
No se trata de rechazar los sistemas de analisis o las tecniccas urbanisticas clasicas sino de
imbricarlos de una manera efectiva en las desiciones buscando una mejor conexion mas
realista y ajustada entre los objetivos generales y las intervenciones concretas una mejor
relacion menos deductiva y mas abierta entre las propuestas de proyecto y las indicaiones
del plan que debe representar como contenido material primordial para el proyecto
arquitectonico.

Por otra parte, asumir la idea de una ​racionalidad limitada​ significar asumir la idea de la
indeterminación del proyecto urbano, Es decir, entender que al no existir un unico modo
valido de intervencion el planeador se situa en una posición paradojica semejante, un
exceso de liberta a la hora de orientar la intervencion o adoptar decisiones de diseño.
LIBERTAD que situa al proyecto urbano ante unas condiciones semejantes a las de la
produccion abierta e indeterminada de la obra artistica.

Una dimensional de los mejores proyectos urbanos a los largo de la historia: su


potencialidad para transcender la realidad dad, es decir, su capacidad de proponer fines y
metas que superan los condicionamientos contextuales de partida.

El proyecto utopico incide sobre la realidad ayudando a descubrirla, es decir, construye la


propia realidad tanto por via positiva: proponiendo la ciudad deseable, como por via
negativa mostrando la perdida dolorosa e irreversible de la forma.
Los modos de ajsute entre la tension utoica y la vocación racionalizadora y transformadora
de la realidad concluyen en el proyecto construido.

Existe una nueva tipología que presenta como atributo fundamental la valoración de la
ciudad como una totalidad ​que se manifiesta en su estructura fisica, es decir, con un
pasado y un presente cristalizado en hechos formales. El modelo urbano de referencia no
es el de la ciudad configurada sino la ciudad tradicional, comprendiendo en este concepto
los desarrollos urbanos concebidos hasta los comienzos del siglo XX

El tipo edificatorio no será ya considerado como un mero producto de las tensiones


funcionales o de la economía sino que se entenderá como el resultado de la interiorización
disciplinar de estas tensiones a los largo del proceso histórico de cambio de sedimentación.

ARQUITECTURA Y CONTEXTO

El hecho más notable de la historia urbana moderna: la inversión de la matriz generadora de


la ciudad tradicional de sólido continuo en el que se esculpen los espacios publicos, a vacio
continua que soporta los elemento construidos, no responde a un enunciado del programa
funcionalista sino a la constatación de un profundo cambio en las condiciones de produccion
social de la propia ciudad.
La tradición moderna se decanta en dos posturas
1. la de le corbusier, que privilegian el CONTEXTUALISMO, es decir, la articulación
espacial del edificio con su entorno.
2. y la de aquellos que plantean las nuevas arquitecturas respondiendo a las
exigencias internas del programa del edificio, no constituyendo tanto a una
respuesta cultural.
en suma dos posturas antitéticas que se pueden resumir en el FORO (complejidad urbana,
y mutuo enriquecimiento de la interacción entre las piezas construidas y los espacios libres.
y la ACRÓPOLIS, (construcciones estéticas autónomas, liberadas del terreno, capaces de
generar su propio orden.)
VENTURI hace surgir la arquitectura como “encuentro de las fuerzas interiores y exteriores
de uso y de espacio. podemos retener dos elementos:
1. la búsqueda de condiciones de objetividad, legibilidad y en determinados caso, de
claridad geométrica de los espacios públicos.
2. la búsqueda de unas condiciones de objetividad expresiva.

Al desplazarse la estética tradicional y sus fundamentos de belleza ideal ha ocupado su


lugar un subjetivismo expresivo basado en la “total libertad de genio que, solo con que la
descubramos reside en nosotros. El resultado es bien conocido cada edificio modernista ha
pretendido erigirse en prototipo , es decir, en cabeza de serie potencialmente ilimitada de
propuesta análogas.

El plan urbano toma un papel primordial entendido ahora como algo mas que una norma: la
expresion de una compromiso recíproco entre administradores y ciudadanos desde la
prespectiva del desarrollo sostenible.

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