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LA FAMILIA UN SÍMBOLO EN CONSTANTE CAMBIO

James Stiven Guerra


Santiago Taborda
Sebastian Higuita Higuita
Juan David Restrepo Guzmán

INTRODUCCIÓN

La familia recibe muchos significados desde varias ramas, como la psicología, la


antropología, el psicoanálisis y la sociología, uno de esos significados establece que
una familia se puede expresar como un conjunto de personas organizado de
diferente manera, “esta organización ha sido considerada siempre como la
expresión primera y fundamental de la naturaleza social del hombre”; así mismo
este individuo desarrolla un papel que determina una función o un actuar, la cual el
ser va modificando hasta llegar a una personalidad propia creada a partir de los
estímulos de la sociedad y la percepciones del individuo.

¿Qué es pues una familia y por qué es trascendental en la vida psíquica del sujeto?

La familia está constituida generalmente por un grupo de individuos, en el cual se


da un rol a cumplir, este rol se da por una jerarquía ya establecida, siendo los padres
la autoridad y los hijos dependientes de dicha autoridad, ésta la han adquirido los
padres por ser adultos y tener cierta “sabiduría” y “conocimiento”. Por otro lado la
familia ejerce un papel como una institución formadora de sujetos para la sociedad;
dicha formación incluye la adquisición de valores y principios para ser aceptado por
una cultura o sociedad.

Aunque los niños y los adolescentes tienen una gran capacidad para aprender,
recopilar datos y conocimientos, éstos aún no desarrollan el sentido común para
afrontar situaciones de la vida diaria, mientras el niño es dependiente de los padres
física y emocionalmente, los adolescentes comienzan una búsqueda de identidad
(generalmente para alejarse de la identidad marcada por los padres) y reclamar su
independencia, dependiendo aún de los padres en muchos aspectos, lo que genera
un proceso muchas veces traumático que culmina con el adolescente transitando a
la adultez.
Actualmente los cambios en la concepción de familia se han visto afectados, tanto
en su conformación, como en su función social, dada las nuevas realidades; en
algunas ocasiones el rol de formación en valores y la visión de autoridad se ve
desplazada de los padres a la escuela, omitiendo aquellas responsabilidades que
se tenían anteriormente, el papel simbólico que cumple la familia en la vida psíquica
del niño, como formadora de una primera identidad dadas las nuevas dinámicas
genera una falta de ese referente o modelo a seguir que supone simbolizan los
padres. He aquí en donde el niño comienza un camino de experiencias y saberes
que posteriormente le posibilitan la creación de una identidad que le permita ser
parte de un grupo; un individuo debe llevar a cabo numerosas transiciones entre la
juventud y la edad adulta (Mendoza L.N, Rodríguez L. 2010).

Estas transiciones que identificamos como la adolescencia, tradicionalmente se


pensaba como una etapa que trataba de superar lo más pronto posible para
insertarse productivamente dentro de una sociedad, y ser reconocido; pero ahora
con las nuevas dinámicas sociales que vive el adolescente, de una vida sin
preocupaciones ni obligaciones, y muchas veces sin una autoridad reconocible, se
aplazan las decisiones y se trata de prolongar lo más posible el ingreso a la adultez,
esto fomentado además de otros factores, por la dinámicas de una sociedad que no
ofrece perspectivas claras de inserción en el mundo productivo (Rojas MC,
Sternbach. 1997). Si se compara con las sociedades tribales, en donde se tenía el
“rito de iniciación” el cual le transmite al “iniciado” después de una ceremonia, una
labor, una función y por consiguiente un lugar dentro de la sociedad claramente
marcado, podemos evidenciar el papel fundamental que juega la familia como
primer núcleo, perteneciente a una cultura con una identidad claramente marcada,
y como en nuestra sociedad occidental donde prima el nihilismo, y una falta de
valores culturales, generan una falta de identidad y referentes que es transmitida a
los adultos, que tratan de adaptarse a las formas y los modos en los que se
manifiesta la juventud.

La familia es el primer lugar en donde es acogido un individuo, también es la


promotora de su desarrollo; es así pues, donde se comienza a dar un significado,
formarse una identidad y un modelo a seguir. En la adolescencia se da una
búsqueda de identidades de independencia, el rol formador actualmente se ha
entregado generalmente a la escuela y en esta etapa el joven sin modelos ni
autoridades no desea salir de la adolescencia y reconocerse como adulto al
perderse el carácter simbólico que la familia ejercía. De ahí la importancia de la
familia como base primaria de la sociedad, esto nos deja la interrogante de cómo
los jóvenes marginales que por ejemplo viven en las calles sin padres, o aquellos
que deben trabajar para sostener su hogar desde la infancia (asumiendo el rol de
adultos) encuentran un lugar en la sociedad que no los invisibiliza.
Referencias

Rojas, M. C., & Sternbach, S. (1997). Entre dos siglos: una lectura psicoanalítica de
la posmodernidad.

Mendoza L.N, Rodríguez L. (2010). Adolescencia hoy: ¿ un tránsito transitable?.


Psicoanálisis y el hospital. 37.

Laurent, E. (2007). Cómo criar a los niños. entrevista en el diario La Nación.

Laurent, E. (2011). El niño ¿el resto?. Psicoanálisis con niños y adolescentes 3.


Departamento Pequeño niño Hans.

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