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Producción minera

y circulación monetaria en una economía andina:


El Perú del siglo XIX (*)
José Deustua
1.- LA PRODUCCION MINERA
La minería en el Perú , como en otros países de América Latina( l ),
ha sido uno de los sectores fundamentales de su desarrollo económico a tra-
vés de su historia. Se conoce de su relevancia en la época prehispánica, cuan-
do se trabajaba a través de minas del Estado (Inca) y de las comunidades in-
d ígenas(2), y de su apogeo, luego de la conquista española, entre finales del
siglo XVI y comienzos del XVII, cuando las enormes masas de mineral de
plata que fueron exportadas a Sevilla produjeron la revolución de los precios
y una inflación "con excitación de los negocios" que no sólo fue una de las
causas del desan::ollo del capitalismo europeo, sino que durante unasA"res ·
décadas acaparó la atención de historiadores y economistas sobre la polémica
del crecimiento y el desarrollo(3 ).

(*) El presente artículo está basado en la Memoria presentada para obtener el Diplome
d'Etudes Approfondies en la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales de Parí_s
en junio de 1984. Agradezco enc.arecidamente los comentarios que entonces me hi-
cieron Ruggiero Romano y Nathari Wachtel. Si pese a ello existen errores, éstos son
de mi entera responsabilidad.

No. 2, Diciembre 1986 319


Estudios y Debates _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

Desde la segunda mitad del siglo XVII, con la fase de crisis de la pro-
ducción minera del "Cerro Rico" de Potosí, decae también el estudio de la
minería peruana, sobre la que no iba a existir mayor preocupación hasta que
ocurriese el nuevo auge a comienzos del siglo XX( 4 ). Estudios recientes han
rescatado diversos aspectos desconocidos de la historia de la minería en el
Perú , notándose la recuperación de Potosí en la segunda mitad del siglo
XVIII (Tandeter 1980a y 1980b) y, lo que es más relevante dentro del pro-
pio espacio peruano -teniendo en cuenta la separación de Potosí del virrei-
nato peruano y su integración en el del Río de la Plata desde 1776 y, luego,
su alejamiento definitivo con la creación de las repúblicas independientes del
Perú y Bolivia desde la década de 1820-, el auge casi simultáneo de la mine-
ría del Bajo Perú, cuyos centros fueron Hualgayoc y Cerro de Paseo, en la
segunda mitad del siglo XVIII (Fisher 1975 ed.; Fisher 1977 y 1979).
En lo que se refiere a nuestras preocupaciones, la investigación que
estamqs realizando pretende, precisamente, destacar la importancia, el fun-
cionamiento y la vinculación de la minería peruana con la circulación mone-
taria y, en general, con toda la economía nacional durante el desconocido
siglo XIX(5). .

a) Rubros de producción
Tradicionalmente, el rubro de producción de la minería peruana ha
sido el. de los metales preciosos, oro y plata, con el predominio casi absoluto
del segundo de los nombrados. Esto contrasta con los rubros de producción
en el siglo XX: básicamente cobre, pero también zinc y plomo. Metales pre-
ciosos versus metales industriales. En el transcurso del siglo XIX, entonces,
ocurre un cambio sustancial dentro de los rubros de producción de la mine-
ría peruana. Sin embargo, ésta puede ser tan sólo una afirmación ligera: he-
mos encontrado evidencias de que ya desde 1820-1840, y aún antes, al lado
de los metales preciosos también se explotaba mercurio, cobre y estaño y, en
una menor proporción, plomo, carbón y hierro(6).
El mercurio era utilizado fundamentalmente como insumo para la
misma producción de plata y durante la época colonial alcanzó un apogeo
espectacular y diversos auges a finales del siglo XVI, en la segunda mitad del
XVII y del XVIII (Rivera y Ustáriz 1857: II;Jiménez 1924; Lohmann 1949;
Fernández Concha, Yates y Kent 1952; Fisher 1977 y 1970 y Contreras
1981); por lo que el centro minero peruano de Huancavelica se convirtió en
un lugar privilegiado del asentamiento virreinal y en el complemento indis-
pensable de la producción de plata de Potosí, llegándose a exportar también
mercurio hacia el virreinato de Nueva España (Lohmann 1948, Contreras
1981 y 1982). Desde el derrumbe de la mina de Santa Bárbara en 1876, la
principal productora de mercurio en Huancavelica, la crisis le sobrevino a este
antiguamente importante centro minero, siendo en el siglo XIX tan sólo un
pálido reflejo de lo _que había sido anteriormente. ·

320 Revista Andina, afio 4


z GRAFICO No. 1
~ PESOS DE PLATA
-"' VALOR DE LA PRODUCCJON MINERA EN El PERU POR RUBROS
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(1830-1840)
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Estudios y Debates _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

Tenemos noticias de que la producción del cobre y del estaño comen-


zó a existir desde que se implementaron las reformas borbónicas en el hnpe-
rio español , con lo que se estimulaba el desarrollo de nuevos recursos produc-
tivos. Hasta antes de 1815, el cobre y el estaño eran libremente exportados
por puertos peruanos; desde entonces -según el Arbitrio Temporal- debían
pagar contribuciones a razón de un peso por quintal exportado(7). Sin em-
bargo , ninguno de los dos alcanzó a tener significativa relevancia, salvo en la
corta coyuntura de 1861-1862, cuando las exportaciones de cobre constitu-
yeron el l So/o de las exportaciones totales hacia Gran Bretaña y Francia
(Bonilla 1970: cuadro No. 7), y ya de manera sustancial, desde finales del
siglo XIX , cuando fruto de la llamada "segunda revolución industrial" seco-
mienza a hacer un mayor uso de este tipo de metales, cambiando el compor-
tamiento de la demanda exterior y del mercado internacional.
Así, para medir la importancia de cada uno de estos rubros dentro
del conjunto del sector minero en general, hemos elaborado el siguiente grá-
fico para una sola década de nuestro período de estudio(8). ·
Como se ve , el predominio de la plata es casi absoluto , constituyendo
el 900/0 del valor total de la producción minera para la década de 1830.
Además, la evolución de la producción minera total sigue el mismo ritmo que
la producción de la plata. No obstante, como venimos diciendo, a finales del
siglo las condiciones cambian, creciendo enormemente la producción y los
precios del cobre, al ~ismo tiempo que hay una baja en la producción y, so-
bre todo , en los precios de la plata. Entre 1903 y 1906, las magnitudes de la
producción minera por rubros fueron las siguientes:

Cuadro No. I
Producción minera peruana por rubros (/903-/906)
(en libras esterlinas)

Rubro 1901 /904 /905 /906


Carbón 51,688 89,880 100,000 138,155
Petróleo crudo 83,428 87,037 116,795 242,542
Oro 145,205 75 ,102 106,062 170,355
Plata 579 ,963 530,875 729,444 972,958
Cobre 476,824 504,604 725,905 996,055
Plomo 5,141 8,637 6,107 35,125
Bismuto 5,000
Níquel 258
Mercurio 340 495
Sal 17,637 18,545 21,038 20,226
Borato 22,194 24,079 17,586 23,392
Sulfuro 2,745
Antimonio 8.526
Total 1'38:!,080 l '338 ,759 J '828,535 2'610,574

Fuente: Luclen Jerome: "Report on the Trade and Commerce of Peru .. . ". En los Britúh Parliamen·
tar,y Papera, Londres, 1908, p, 21.
La consulta de los BPP 11 hice en agosto de 1984 en Londres. Debo agradecer entonces la
ar,11ble hosplt1t1d1d de R1f1el Varón y Mugarlta Sujrez.

322 Revista Andina, año 4


- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - D e u s t u a : Producción minera

Si en la década de 1830 la balanza minera del país se basaba en la


producción de la plata, a comienzos del siglo XX las condiciones ya eran
otras: a) Por lo pronto, se nota una minería más diversificada; b) Ocurre un
gran crecimiento de la producción del cobre, que en 1906 desplaza en impor-
tancia a la de la plata; e) La importancia del oro medianamente se mantiene,
mientras que la del mercurio casi ha desaparecido; d) Hay un crecimiento de
otros rubros que cumplen una función combustible o energética: carbón y
petróleo; e) Se puede observar, finalmente , el crecimiento en general del total
de la minería peruana, que duplica sus valores de producción en sólo estos
cuatro años. Este crecimiento global, sin embargo , esta vez es mayormente er
resultado del desarrollo del cobre, cuyo ritmo de crecimiento es de 36 .30/0
anual, frente al 22.60/0 de la plata.
Una gran transformación había ocurrido , además, en las condiciones
de producción de los metales, ya que la plata era ahora un subproducto de la
minería del cobre , al aprovecharse de los minerales de cobre extraídos el
componente de plata que poseían. Desde estos afias, entonces, empezaría la
gran minería del cobre peruana , estimulada por compafí ías norteamericanas
y por masivas inversiones de capital. Desde su instalación en 1902 , por ejem-
plo , la Cerro de Paseo Copper Corporation gastaría 530,000 libras esterlinas
en la compra de los denuncios del centro minero de Cerro de Paseo (remiti-
mos de nuevo a Bonilla 1974, Flores Galindo 1974, Dewind 1977 , Dore
1980 y Caballero 1981 ).
Una conclusión, ciertamente provisional, se desprende de todo lo di-
cho: para la mayor parte del siglo XIX la minería peruana se basó , sobre
todo, en la explotación de la plata.

b) El ciclo de producción
Al ser la plata el rubro principal de la minería peruana, nos resultará
de suma importancia seguir sus ciclos de producción a través del siglo XIX,
distinguiendo sus fases de crecimiento , auge, recesión y crisis.
Como se ve en el gráfico a continuación(9), la producción minera de
plata peruana atravesó por cuatro ciclos que se perciben claramente:
a) El primero , que transcurre entre 1771 y 1822 , con sus respectivas fases
de crecimiento, entre 1771 y 1799, y de baja , entre este último año y 1820.
Las guerras de Independencia ocurridas entre 1820 y 1824, con su secuela de
destrucción material y desorden social y político, no sólo cierran este primer
ciclo de producción minera, estudiado por el historiador inglés John Fisher
(1977), sino que hacen colapsar esta importante actividad económica nacio-
nal.
b) El segundo ciclo transcurre entre 1822 y 1860 y está marcado por la re-
cuperación de la actividad minera, si bien no logra superar definidamente los
volúmenes de producción coloniales. Esta nueva fase de crecimiento, sin em-
bargo, permite reconstituir las bases materiales existentes anteriormente y,

No. 2, Diciembre 1986 323


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.¡:,. Fuente : Véase nota 9.
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ Deustua: Producción minera

además, desarrollar proyectos ambiciosos de inversión de capital y de cons-


trucción de infraestructura minera, como el socavón de desagüe de Quiulaco-
cha en Cerro de Paseo , el que llegó a alcanzar una extensión final de 3,120
metros, a una profundidad de 80 metros, con un costo económico calculado
en 465,389 pesos(lO). Resulta interesante destacar que este nuevo ciclo de la
producción minera de plata ocurre en momentos en que el resto de la econo-
mía peruana se encuentra estancada, constituyendo la plata, por tanto, más
del 500/0 del índice total de las exportaciones nacionales entre 1830 y 1836
(Hunt 1973a), con un valor aproximado de dos millones y medio de pesos,
como se ve en el gráfico No. 1.
e) Un tercer ciclo en la evolución minera peruana ocurriría entre 1860 y
1881, interrumpido por los conflictos y sucesos derivados de la guerra entre
Perú, Chile y Bolivia (1879-1884 )(11 ). Este ciclo es de aún menores dimen-
siones que los dos anteriores. Sus volúmenes de producción fluctúan entre los
313,000 y los 430,000 marcos(12) de plata anuales; muy por debajo de los
636 ,000 y 586,000 marcos que corresponden a los años de auge de 1799 y
184 2, respectivamente. Esta observación nos permite hacer notar que la mi-
nería peruana estaba en un proceso de franca decadencia, ya que los ciclos
económicos que se suceden son cada vez más débiles respecto de los anterio-
res. Al lado de este tercer ciclo minero , además, se está desarrollando el
boom del guano y el crecimiento de otros sectores económicos, como el del
salitre y la agricultura costeña(13). Así, entre 1861 y 1862, por ejemplo , la
plata sólo representaba el 1 lo/o de las exportaciones peruanas (Hunt 1973a);
en cambio, el valor anual de las exportaciones de guano, el principal produc-
to de entonces, fluctuaba durante los años de 1857 y 1860 entre los 29 y los
41 millones de pesos(l 4 ). La minería había pasado a convertirse en un sector
secundario de la economía peruana.
d) El último ciclo reabre una fase de crecimiento en la minería de plata
peruana. Entre 1881 y 1898 se produjo un aumento en la producción de pla-
ta desde unos 250,000 marcos anuales a unos 700 ,000. En esta coyuntura
ocurren, además, los cambios de rubros de producción ya percibidos dentro
del propio sector minero peruano. Al-asumirse internacionalmente el patrón
oro , se puso en circulación buena parte de las reservas mundiales de plata,
sucediéndose una dramática caída en los precios (Basadre 1968-1970: X,
199 y ss.). En el Perú , entonces, se aplica también una política dirigida a des-
incentivar la producción del metal blanco, desarrollándose por el contrario
la producción de un mineral que se encontraba en las mismas vetas de plata,
pero que sólo tenía uria relativa utilidad: el cobre. Con el descubrimiento y
la aplicación de la electricidad y con el descubrimiento de una serie de usos
industriales , en estas épocas de cambio tecnológico internacional, las masas
de mineral de cobre comienzan a ser provechosamente explotadas. Si en
1898 se explotaban 9 ,000 toneladas , en 1903 ya eran 9 ,497 ; en 1906 ,
13 ,474 y en 1913, en vísperas de la Primera Guerra Mundial , 24 ,745 to-
neladas de cobre fino (Jerome 1908 : 2 1; Bonilla 1977 : V, 35 y ss.). Así,

No. 2, Diciembre 1986 325


Estudios y D e b a t e ~ - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

en el Perú, al ciclo de la plata le sucede el ciclo del cobre, igual que en Chile,
pero casi unos 50 años después (Vayssíere 1980), mientras que en la minería
boliviana al ciclo de la plata le iba a suceder el ciclo del estaño (Mitre 198 l ).
Los años de esta transición comienzan con una ruptura entre 1894 y
1898, ya que en esos años los mineros voluntariamente comienzan a abando-
nar la producción de plata, sobre todo en Cerro de Paseo. En 190 l, el Perú
también asume el patrón oro', dejándose de iádo la emisión de monedas de
plata. En estas condiciones, la Casa de Moneda de Lima, principal receptora
de la producción argentífera, cierra sus puertas. Sin embargo, el desarrollo de
la minería del cobre , como decíamos anteriormente , en los mismos yacimien-
tos mineros, suple a la de plata, invirtiéndose Ia,relación de prioridad produc-
tiva que existía entre ambos metales. Ahora s_e procurará la explotación del
cobre y se obtendrá como subproducto la plata. Al respecto, ya en el siglo
XX, el caso de la Cerro de Paseo Copper Corporation puede ser ejemplar.
Entre 1906 y 1938, esta empresa norteamericana expÍotó 952,092 toneladas
de cobre , con un valor de 342'494,917 dólares, obteniendo como subproduc-
to 29'327 ,221 marcos de plata, con un valor menor de 137'258,901 dólares
(Bonilla 1974: 76, cuadro No. 2). La plata era ahora un tercio del valor de la
producción de cobre(l 5).

e) Las regiones mineras


Pero, ¿en qué lugares del país se producía la plata peruana?
Desde finales del siglo XVIII y hasta 1834 tenemos ubicada la produc-
ción de la plata que se fundía en siete callanas oficiales. Esto nos da los índi-
ces de la producción regional que confluía hacia esos centros de fundición
mineros.
Para medir la importancia de cada una de estas callanas hemos calcula-
do los porcentajes de producción dividiéndolos en dos períodos ; es decir, entre
1800 y 1820, período que se ubicaría dentro del primer ciclo de producción,
y entre 1825 y 1834, que se ubicaría dentro del segundo ciclo. Hemos hecho
esta división para percibir el impacto que las guerras de Independencia tuvie-
ron dentro de la actividad regional minera peruana y, como consecuencia del
mismo , el proceso de centralización de la producción minera .en Paseo desde
comienzos de su historia republicana.
Pese a las variaciones observadas como producto del fenómeno de la
Independencia nacional, se puede notar, como constante, el absoluto predo-
minio de la región minera de Paseo sobre el total nacional (cfr. también el
gráfico No. 2). La minería peruana, pues, luego del proceso de Independencia
y la destrucción de fuerzas productivas que supuso , se concentró y centralizó
en Paseo, lo que no solamente fue el resultado de un proceso estrictamente
económico, sino también de política económica, pues el Estado dirigirá la
mayor parte de sus recursos destinados al sector minero hacia Cerro de Paseo,
como lo demuestran los avatares de la construcción del socavón de Quiulaco-

326 Revista Andina, año 4


- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Deustua: Producción minera

Cuadro No. 2
Producción regional de plata ·en el Perú antes y después de la Independencia (1800-1834)
(en porcentajes)

Periodo Periodo
1800-1820 1825-1834

Paseo 49.70/0 68.0o/o


Lima 18.lo/o 7.70/0
Trujillo 11.lo/o 6.80/0
Puno 8.4o/o 10.0o/o
Arequipa 7.60/0 5 .lo/o
Taena 2.60/0 O.So/o
Huamanga 2.50/0 1.90/0
Total 100.0o/o 100.0o/o

Fuente: Rlvero 1857: 1, 220, con la corrección de los errores detectados al confrontar cifras con el
Memorial de Ciencias Naturales y de Industria Nacional y Extranjero. Lima, tomo 1, n'1mero
IV, P. 164, marzo de 1828.

cha(l 6). Sobre esta zona, por lo tanto , se concentrarán los capitales comercia-
les y mineros existentes en el país después de la Independencia, así como las
principales medidas fiscales (obligación de la contribución del Real en Marco,
abolición de los cobos y diezmos, financiamiento del socavón de Quiulaco-
cha). Pero también se desprende del cuadro anterior la caída de la minería de
la sierra de Lima (Casapalca, Morococha, Yauli), de Trujillo (Hualgayoc) y de
Arequipa (Caylloma) y, en comparación a esto , el relativo desarrollo de la mi-
nería puneña. Sobre el nuevo ciclo de producción minera que se inicia con la
República, entonces, resulta todavía más preciso circunscribirse a Paseo, pues
esta zona concentraba los dos tercios de la producción minera total.
Tenemos, sin embargo, otra referencia sobre la producción regional
minera peruana, esta vez de finales del siglo. Entre 1896 y 1897 , la distribu-
ción regional de la producción de plata en barras y "piña"(l 7) fue la siguien-
te:
Cuadro No. 3
Producción regional de plata en el Perú (1896-1897)
(en porcentajes)

Cerro de Paseo 45.20/0


Casa paica 30.20/0
Castrovirreyna 9.0o/o ·
Tieapampa 8.80/0
Caylloma 3.80/0
Trujillo 3.0o/o
Total 100.0o/o
Fuente: Informe del cónsul Inglés en Lima, Alfred St. John, en l!lonllla 1975: 1, 258 Y ss.

No. 2, Diciembre 1986 327


Estudios y D e b a t e s - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Una primera observación a esta estadística se refiere al hecho de que,


a diferencia de la anterior, toma como dato los centros mineros mismos y no
las callanas de fund°ición. De todos modos podemos utilizarla como ilustra-
ción.
La hegemonía de Paseo permanece invariable, aunque los porcentajes
hayan descendido ligeramente respecto de los años 1800-1820 y más aguda-
mente respecto del período l 825-1834. Aun en el ciclo del cobre, Paseo con-
tinuará siendo el centro minero peruano por excelencia. En esto hay , enton-
ces, una larga continuidad histórica que , como ya se ha mencionado , se re-
monta al auge de la segunda mitad del siglo XVIII en la minería del Bajo
Perú.
Pero, según el cuadro que venimos glosando , el fenómeno relevante
consiste en destacar el repunte de la minería de Casapalca (Lima), que desde
ya antes de la guerra con Chile, con las inversiones de los Pflucker, pero más
aún después, con las de la familia Bentín y las de Backus & Johnston, consi-
gue alcanzar el 300/0 del total nacional(l 8). En esta región, además, la mine-
ría del cobre tendrá también un gran sustento hasta la actualidad. El ligero
avance de Castrovirreyna, un centro minero colonial, y la distinción nunca
antes vista de Ticapampa, son los otros elementos dignos a considerar.
De todas formas, es evidente que el lugar que debe atraer nuestra ma-
yor atención es el centro minero de Paseo , aunque no debemos dejar de lado
la problemática de los centros mineros de los contrafuertes andinos de la
sierra de Lima (Casapalca, Mqrococha, Yauli). Básicamente sobre Cerro de
Paseo, entonces, intentaremos discutir la forma en que se realizaba el proceso
de producción interno de la minería de plata.

d) Proceso de producción interno de lf,1_ minería de plata


La producción de la plata abarcaba básicamente dos fases en su traba-
jo: a) la extracción del mineral de las vetas o proceso de trabajo minero reali-
zado en minas de pro fundid-ad variable(l 9); y b) la transformación del mine-
ral en metal a través, sobre todo, del proceso de la amalgama con mercurio,
proceso de trabajo que se realizaba en los ingenios o "haciendas de benefi-
cio". En 1799, por ejemplo, en Paseo existían 78 minas de plata en labor y
l Ol haciendas de beneficio; en 1828, aproximadamente 5 58 minas en total y
381 ingenios, incluyendo los que estaban en labor, parados y abandonados
(Fisher ed. 1975: 34 y Rivero 1857: 1, 216-217). Como vemos, existía una
proporción similar entre minas de donde se extraía el mineral de plata e inge-
nios que lo transformaban en metal, en plata "piña". Agreguemos, para tener
un panorama de la evolución secular, que si en 1791 existían 784 minas de
plata en todo el Perú, en 1878 habían 870 (Fisher ibid. y Estadística de las
!dinas de la República del Perú en 1878. Imprenta del Estado. Lima, 1879,
pp. 92-93). Discernir sobre minas e ingenios nos lleva a enfrentarnos con el
problema de cómo era la empresa minera que hacía producir las minas e inge-

328 Revista Andina, año 4


_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ Deustua: Producción minera

nios y cuál era el proceso de trabajo que existía a su interior.


Si en la mina el proceso de trabajo consistía básicamente en la labor
humana de barreteros (perforadores) y cargadores de mineral y desmonte
(apires), en los ingenios el trabajo humano estaba en una situación subordi-
nada respecto de los procesos técnicos (físico-químicos) que operaban en
esta fase de ·1a producción. En la mina, los barreteros cavaban el túnel con ba-
rretas de hierro(20) y utilizando la pólvora. Algunos barreteros en Cerro de
Paseo en 1828 trabajaban en labrar el túnel del socavón de Quiulacocha per-
cibiendo 50 pesos por vara excavada, debiendo ellos adquirir la pólvora que
utilizaban y Jas yelas(2 l ). Esta evidencia nos introduce en el problema del
endeudamiento del trabajador y en el de la combinación de un salario mone-
tario (en dinero) con un salario natural (en producto). Los apires cargaban
mineral y desmonte desde el lugar donde se estaba excavando la mina hasta
la superficie, por túneles que tenían entre 1.6 y 2.4 metros de ancho y altu-
ra(22). Así, en esta fase del proceso de producción minera, el peso casi total
de la labor consistía básicamente en el uso intensivo de la fuerza de trabajo
humana, la que, además, no se encontraba en relaciones libres di! trabajo,
sino que se veía ligada a formas coactivas de captación y control, remunerán-
dosele en algunas oportunidades en salario monetario, pero otras veces en
bienes naturales considerados a altos precios, con lo que se disminuía, desde
el punto de vista de la empresa minera, los gastos monetarios(23 ).
Por el contrario, en el ingenio, dentro del proceso de trabajo, se nota-
ba una mayor utilización de bienes de capital. Luego de su clasificación, de
acuerdo a su calidad, especie y contenido de plata, y de su transporte de la
mina al ingenio, el mineral de plata era triturado en los molinos, para lo que
se usaban ruedas de piedra que giraban, fruto de la aplicación de la fuerza
hidráulica, sobre una base del mismo material(24 ). Posteriormente, en circos
o patios empedrados y cercados, el mineral de plata molido se mezclaba en
diversos momentos simultáneos con otros compuestos, sobre todo mercurio,
pero también sal, cal, pirita de cobre, etc., dejándose en el entretiempo repo-
sar la masa con baños de agua que fluía desde canales y canaletas, hasta que,
finalmente, obteniéndose un compuesto de mayor pureza, se le cocía en hor-
nos del ingenio, de donde resultaba el bien final: la plata piña(25). Agregue-
mos que parte del mercurio utilizado en esta fase del proceso de trabajo se
recuperaba, ocurriendo un consumo del orden de una libra de mercurio por
cada marco de plata obtenido (Du Chatenet 1880: 89-90).
El trabajo humano durante este proceso de refinación de la plata re-
sultaba un componente secundario, que sólo vigilaba los procedimientos téc-
nicos mencionados. Es por esto que sugeríamos que un mayor uso de la fuer-
za de trabajo en bruto -explotación absoluta e intensiva de la mano de
obra- se realizaba en la mina y un mayor uso del capital constante, en el in-
genio. Sin embargo, sumando las dos fases en un solo proceso de trabajo
continuo, creemos que el trabajo humano en sí componía cerca del 500/0 de
los costos totales de producción de la empresa minera peruana del siglo

No. 2, Diciembre 1986 329


Estudios y Debates _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

XIX(26). ¿Hasta qué punto estas observaciones hechas al proceso de'trabajo


de la minería de plata son una verdad constante para todo el siglo? O, por el
contrario , ¿no ocurren cambios y mutaciones con el transcurrir de los años?
Proponemos dos observaciones que nos pueden servir para orientar
nuestro futuro trabajo: a) Por un lado, como hemos visto, los ciclos mineros
que se suceden a través del siglo XIX son descendentes. Esto quiere decir
que la tendencia central de la producción minera peruana fue hacia la baja,
baja que no se podría explicar sin un proceso de continua arcaización de las
formas de producción y trabajo. Es decir, sugerimos como hipótesis que no
hubo una renovación del proceso de trabajo minero , sino, por el contrario,
suponemos su continuo deterioro hasta finales del siglo XIX; b) Sin embargo,
luego de la guerra con Chile (1879-1884 ), creemos que nuevos procedimien-
tos técnicos fueron incorporados, pero que éstos, justamente, hicieron más
rentable desarrollar otros rubros de producción, como el cobre, que fue ga-
nando importancia económica conforme se abarataban sus costos de produc-
ción. Así, la introducción de rieles y vagones de transporte, al comienzo jala-
dos por mulas; el desarrollo de las líneas del ferrocarril desde Lima hacia
Chicla (1875), Casapalca (1892) y La Oroya (1893) en la sierra central (Mi-
ller 1976; Contreras 1984) y la implementación de una más compleja tecno-
logía de hornos de fundición, explican, por un lado , el despegue de la mine-
ría del cobre y el propio desplazamiento de la plata y, por otro , el desarrollo
de otros centros mineros competitivos del Cerro de Paseo, como los de Casa-
.
palca, Morococha y Yauli, ya mencionados en el cuadro No. 3 .

e) Las dimensiones sociales del proceso minerQ de producción

Pero no sólo habían trabajadores y propietarios en la minería de pla-


ta peruana; por el contrario, es también fácil detectar la incidencia de otros
grupos sociales y de otros sectores económicos dentro de la producción mi-
nera, tomando en cuenta su dimensión general. Por lo pronto, los operarios
mineros no eran en su may9ría trabajadores estables, residentes en el centro
minero. Algunas referencias, más bien, nos muestran que la mayoría estaba
compuesta por trabajadores temporales que, en realidad, eran campesinos,
quienes de manera libre o forzada concuzyían al centro minero para obtener
algunas monedas con las que cancel~ el tributo indígena -existente hasta
1854-1855 y reintroducido después de la guerra con Chile- o pagar algunos
gastos monetarios que tenían que realizar dentro de sus pueblos y de sus pro-
pias unidades domésticas(27). Así, dentro de la dimensión de los trabajado-
res, la producción minera se vincula con el sector agrario y, por ejemplo, el
pequeño salario monetario que podían percibir algunos trabajadores indíge-
nas acababa en las arcas fiscales a través de la cancelación del tributo indí-
gena.
Pero también dentro de la dimensión de los propietarios la actividad
minera escapaba de los límites de su propio sector. Por lo pronto, tenemos

330 Revista Andina, año 4


_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ Deustua: Producción minera

que diferenciar a los propietarios de minas de· los propietarios de ingenios.


Los primeros evidentemente tenían una menor capacidad económica con res-
pecto a los segundos. Sus empresas, como ya lo hemos mencionado, se basa-
ban sobre todo en la explotación absoluta de la fuerza de trabajo, en especial
del campesinado indígena. Los segundos, por el contrario, disponían de una
mayor cantidad de capital-dinero como para haber adquirido sus bienes de
producción y los insumos necesarios para la refinación de la plata. Además,
debían adquirir y, por lo tanto, compraban, los minerales de plata a los pro-
piamente mineros. Es por esto que sugerimos que el ideal de una empresa mi-
nera era aquella que podía tener la suficiente capacidad económica como
para controlar dentro de sí las dos fases del proceso de trabajo, la de la mina
y la del ingenio(28). Además, también podemos creer que existía una domi-
nación de los propietarios de ingenios sobre los propiamente mineros, debido
a la mayor capacidad económica de los primeros y al hecho de que era en sus
unidades productivas donde la plata adquiría su condición de bien final; es
decir, adquiría un mayor valor agregado.
De aquí que podamos pensar que los mineros no constituían un gru-
po uniforme en el Perú del siglo XIX. En base a algunos datos para Cerro de
Paseo en 1828 podemos ver que de 60 propietarios mineros activos existen-
tes en aquel afio, 4 poseían minas e ingenios y controlaban mas de 100 ope-
rarios cada uno, estimándose que sus empresas mineras producían más de
73,000 pesos anuales. Otros 9 controlaban entre 60 y 90 operarios, evaluán-
dose que sus empresas producían plata anualmente por un valor superior a
los 45,000 pesos; mientras que, finalmente, el resto, la mayoría de los pro-
pietarios mineros, controlaba un promedio de 20 trabajadores, produciendo
sus minas por un valor, también promedio, de 5,000 pesos anuales(29). Esto
es lo que llamamos la "empresa típica del Perú de entonces", una pequefíísi-
ma .unidad productiva si la comparamos con las grandes empresas mineras
mexicanas de finales del siglo XVIII , que tenían más de mil trabajadores y un
capital fijo de un millón de pesos de plata (Cfr. Brading 1975). Un pequefío
grupo de grandes propietarios y un numeroso grupo de pequefíos y medianos
es la imagen que nos brinda la estructura de la propiedad minera en Cerro de
Paseo, por lo menos al comenzar su historia republicana. ·
En estas condiciones de la empresa minera típica en el Perú, es de es-
perar que casi todo su proceso de producción dependiese de las habilitacio-
nes que agentes financieros y comerciales podían realizar para que se dispon-
ga del capital dinero y de los insumos necesarios para iniciar el proceso de
trabajo(30). Esto nos introduce en el problema de la función del crédito y de
la acción de comerciantes y financistas dentro de la minería peruana del siglo
XIX. ¿Hasta qué punto se trata de crédito productivo o, más bien, habría
que hablar . del rol del capital usurero y del endeudamiento en un contexto
económico precapitalista? Por otro lado, si la habilitación se da en productos,
en insumos productivos, entonces para los comerciantes éste sería un buen
mecanismo para obtener plata sin haber hecho una inversión de ..capital d·ine-

No. 2, Diciembre 1986 331


Estudios y Debates_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

ro, transformando las relaciones financieras en una forma de intercambio na-


tural, y, a través del control de los precios (de la plata y de los insumos), ex-
traer los excedentes mercantiles del área de la economía natural al de la eco-
nomía mercantil.
Pero no sólo por el lado de la inversión es que se puede percibir esta
dependencia del propietario minero del capital mercantil. También la pode-
mos notar por el lado de la comercialización del bien final. Los comerciantes
y otros agentes, representantes de las casas comerciales de Lima, compraban
los metales de plata a los mineros o propietarios de ingenios a precios que
ellos exigían, de acuerdo a las condiciones impuestas anteriormente en el
momento de las habilitaciones de créditos y mercancías. Esto era también
fruto de que los mineros, luego de sufragar los gastos de los procesos de ex-
tracción y refinación, ya no podían absorber los costos de conducción y
transporte hacia las callanas de fundición o casas de moneda(3 l ). Los gran-
des mineros no siempre escapaban a este cerco que les tendía el capital mer-
cantil, sobre todo porque tampoco ellos podían procurarse todos los insumos
de producción necesarios, más aún cuando pensamos que los centros mineros
peruanos se encuentran en regiones inhóspitas y estériles, alejadas de los cen-
tros urbanos y de zonas agrícolas o de clima templado(32).
En definitiva, se hace necesario no sólo preguntarnos por las relacio-
nes existentes entre el capital minero y el capital mercantil en el Perú del
siglo XIX, sino que también debemos tener una idea de los flujos de mercan-
cías y, sobre todo, de los flujos de la plata luego de su salida de los centros
mineros. Esta pimensión amplia de la producción minera nos lleva a enfren-
tar, entonces, el problema de la vinculación entre la actividad minera y el
sector comercial y, sobre todo, el flujo de la plata piña hacia las callanas de
fundición y las casas de moneda.

2.- LA CIRCULACION MONETARIA


a) Los flujos de la plata y la acuñación monetaria
El mineral de plata se extraía de las minas, de ahí se transportaba a
los ingenios, generalmente en las afueras de los centros mineros, donde lo
transformaban de mineral en metal. Una vez obtenida la plata "piña", se en-
viaba a las callanas de fundición, donde la convertían en plata en barras. Era
la plata en barras, sobre todo, la que se comercializaba fuera de los centros
mineros(33). Pero, ¿hacia dónde?
Sugerimos que el grueso de la plata en barras, si no el total, se dirigía
a las casas de moneda para convertirse justamente en moneda. Esto se puede
percibir si comparamos la producción de la plata registrada en las callanas de
fundición con la acuñación de monedas de plata entre 1771 y 1839(34 ).
Como se ve en el gráfico No. 3, las curvas son muy semejantes.

332 Revista Andina, año 4


GRAFICO No. 3
2 MARCOS COMPARAC/ON ENTRE LA PRODUCCION Y LA ACUÑACION
p TOTAL DE PLATA EN EL PERU (1771-/839)
"'o 630,000

ñ' 595,000
¡;¡·
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g- 560,000
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::J
(l)
....
"'
Estudios y Debates _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

Ambas tienen los mismos ritmos de evolución: de crecimiento hasta 1799, de


baja hacia 1823-1824 y de nuevo crecimiento hacia 1833; si bien hay algunas
diferencias, mucho más acentuadas en el corto plazo. Hasta 1799, por ejem-
plo, se nota muy claramente que las acuñaciones son mayores que la produc-
ción. Esto se debería a los envíos de barras de plata de otros países, como
el caso de Chile (Romano 1960: 266); a los desfases temporales y espaciales
que existían entre la producción en los centros mineros y la acuñación en
las casas de moneda; al hecho de que también se amonedaba chafalonía y , en
algunos casos, plata piña y, finalmente, al problema de la aleación con otros·
metales, cobre por ejemplo, para la liga de la moneda. Si quisiéramos calcular
un promedio, éste fluctuaría entre el 99 ó 1000/0; es decir, la casi totalidad
de la plata peruana acababa transformándose en moneda . La explicación de
este fenómeno residiría en el hecho de que las casas de moneda pagaban el
precio más alto por marco de plata en el Perú de los años vistos. Si en 1827,
en Hualgayoc la plata se compraba a 6 pesos 2 reales y en 1832, en Cerro de
Paseo, a 7 pesos, en esos mismos años la Casa de Moneda de Lima la adquiría
por 8 pesos o por 8 pesos 4 reales(35). Con ello, el Estado peruano buscaba
dirigir hacia las casas de moneda toda la plata producida en el país. Esta grue-
sa diferencia de precids explica, además, el interés de los comerciantes por
comprarles la plata a los mineros a precios más bajos, asumiendo ellos los
co!;tos de transporte, los que, a su vez, no deberían ser significativos ya que
la plata, a comparación de otras mercancías -las agrarias, por ejemplo-, es
un bien con un gran valor comercial por poca unidad de peso.
En el Perú del siglo XIX, sin embargo, no existían muchas casas de
moneda. Hasta 1820, sólo funcionaba la de Lima, a la que luego se sumó la
del Cusco, cuya existencia la hemos constatado hasta 1839, a diferencia de
otras casas de moneda, como las de Trujillo, Arequipa y Cerro de Paseo, que
comenzaron a crearse desde la década de 1830, pero que tuvieron uria efíme-
ra vida. Aun así, si comparamos los volúmenes de acuñación para los años de
1838-1839, tenemos que la Casa de Moneda de Lima, sobre un valor de más
de 3 millones de pesos, acuñó el 840/0 de toda la plata peruana, mientras
que la del Cusco sólo el 1 lo/o y la de Arequipa el 50/0(36). El predominio
absoluto de la Casa de Moneda de Lima respecto de la acuñación nacional es
indiscutible. De esta forma, comparando la producción y la acuñación de la
plata -como en cierto modo también lo hace Frank Spooner (l 956) para la
Francia de los siglos XVI y XVII-, podemos dibujar los flujos de la plata
dentro del territorio peruano, diseñando una verdadera geografía regional.
Hacia Lima se dirigía la mayor parte de los flujos de plata para su
acuñación: el más importante, de Cerro de Paseo, pero también flujos más
pequeños de la sierra de Lima, de Trujillo, Arequipa y Huamanga. Trujillo y
Arequipa, que utilizarían el comercio de cabotaje, acuñarían a su vez alguna
porción de su producción argentífera, mientras que la de Puno se destinaría
hacia el Cusco y la de Tacna suponemos que en su mayor parte se exportaría
clandestinamente en forma de barras.

334 Revista Andina, año 4


__________________________ Deustua: Producción minera

,o
?

"

MAPA No. l
FLUJOS DE PLATA EN El PERU,
PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX

No. 2, Diciembre 1986 335


Estudios y Debates _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

b) Moneda y circulación monetaria


Pero al tratar el tema de la acuñación monetaria tropezamos también
-con el problema de la moneda y el sistema monetario en el Perú del siglo
XIX. ¿Qué significado tiene la moneda en el Perú del siglo XIX? ¿ Represen-
ba entonces lo mismo que ahora?
A finales de la época colonial, el sistema monetario peruano era
bimetalista; es decir, se basaba en la acuñación y circulación de monedas de
oro y plata. Nótese que se trata de los metales preciosos que justamente la
minería peruana producía en cantidad apreciable, sobre todo la plata, por lo
que el sistema monetario se abastecía con la producción interna de metales
preciosos sin que tuviese la necesidad de importarlos; en consecuencia, pode-
mos suponer que no existía esta presión sobre la balanza comercial.
Esta situación se mantuvo luego de la Independencia, con lo que se
establece una continuidad que se remonta a los comienzos del período colo-
nial. Iniciada la República, los libertadores sancionaron legalmente la existen-
cia del régimen monetario, donde la moneda de valor más alto que se acuña-
ba era el doblón de 8 escudos de oro (que equivalía a 17 pesos) y la menor,
el cuartillo de plata (que equivalía a 1/4 de real), siendo la unidad monetaria
el peso de plata de a 8 reales (Moreyra Paz Soldán 1980).
Este régimen monetario siguió existiendo hasta 1863, en que fruto de
un conjunto de circunstancias, pero sobre todo debido al problema de la
existencia y circulación de la moneda de plata feble boliviana -introducida
desde 1837 con la instauración de la Confederación Perú-Boliviana-, se cam-
bió al sol de plata como unidad monetaria y a sus múltiplos y submúltiplos
decimales, desde 1O soles basta 1O centavos de sol. De todas formas se conti-
nuaba con la vigencia de un sistema bimetalista.
Hasta aquí es importante destacar dos problemas que nos estarían
ilustrando la existencia de otro circuito monetario paralelo al oficial, como
también lo hace notar Jean Meuvret para la Francia de los siglos XVI y XVII
(Meuvret 1971, en especial pp. 127-13 7). Por lo pronto: a) El peso feble bo-
liviano en 1860 era valorizado en 6 reales; es decir, la moneda de circulación
corriente tenía una depreciación del 250/0 respecto del sistema oficial y las
monedas duras; b) También existían monedas de cobre con un valor de 1 y 2
centavos, según las disposiciones de 1863 (Basadre 1968-1970: V, 182 ).
Regresando al sistema oficial, el otro gran cambio ocurrió en 1901,
cuando, fruto de las bajas pronunciadas del precio de la plata en el mercado
internacional y la asunción casi mundial del patrón oro, el Perú ingresa tam-
bién en el camino del monometalismo, estableciéndose como unidad moneta-
ria la libra peruana de oro, de un valor de l O soles.
El billete en todo este trayecto aparecerá en dos coyunturas precisas:
la primera, iniciada en 1862-1863, terminará con casi su total depreciación y
su incineración luego de la guerra con Chile; la segunda corresponde al siglo
XX, cuando, luego de un acompañamiento de las monedas de oro por las ne-

336 Revista Andina, año 4


- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - D e u s t u a: Producción minera

cesidades del intercambio, acabará estableciéndose como moneda de circula-


ción general, basada en el patrón oro hasta finales de la Segunda Guerra Mun-
cial y después como moneda fiduciaria hasta la actualidad(37) .
Hasta aquí hemos diseñado a grandes rasgos el sistema monetario ofi-
cial, pero no hemos respondido en absoluto a la pregunta del significado so-
cial y económico real de la moneda de plata, de oro o del billete en el Perú
del siglo XIX. Primera constatación: buena parte de la moneda acuñada de
oro y plata, si no el total, se exportaba. Veamos en este sentido las estadísti-
cas que nos ofrece William Mathew:

Cuadro No. 4
Exportaciones de moneda peruana a Gran Bretaña

Año Cantidad (pesos)

1825 3'000,000
1827 3'000 ,000
1832 8'000,000
1837 7'587,370
1839 6'554,140
1840 7'810,745

Fuente: Wllllam M. Mathew. Anglo-Peruvian Commercial and Finan-


cial R elation 1820-1865. Unpubllshed thesls, London,
1964, P. 77.

Si estas enormes cantidades de moneda salían fuera del país, ¿qué


circulaba adentro?, ¿qué medio de pago facilitaba los intercambios económi-
cos o es que no habían intercambios económicos y la moneda peruana sólo
cumplía el papel de moneda de cuenta?
Piénsese, también, en lo que ya hemos mencionado respecto de la
producción minera de plata en los primeros 20 años de la República, en el
sentido de que era una de las actividades más importantes de la economía del
país y que su exportación en la década de 1830 representó más del 500/0 del
índice de las exportaciones totales. Piénsese, finalmente, en lo que acabamos
de sostener ; es decir, que casi el 1000/0 de la plata producida oficialmente se
acuñaba. Ambas constataciones nos muestran, entonces, que las exportacio-
nes de moneda del cuadro precedente representan detrás exportaciones de
plata, bajo la forma de moneda, que sirven para compensar las importaciones
en la balanza del comercio exterior, y que estas actividades son realizadas bá-
sicamente por comerciantes y casas comerciales limeñas que controlan la pro-

No. 2, Diciembre 1986 337


Estudios y Debates _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

ducción y circulación minera, así como tienen también una gran incidencia
en el control de la circulación monetaria.
El problema queda latente : ¿qué circulaba al interior de la economía
peruana?
Por lo pronto , hemos encontrado una serie de evidencias que acredi-
tan la constante escasez de moneda a través del siglo. En 1836, la Diputación
de Minería del Cerro de Paseo se quejaba ante el Prefecto de Junín de "los
grabes males que amagan sus intereses por falta de un medio circulante"(38).
Y en 1844 :

"Cuando la Sociedad se formó ... tubo en mira un objeto de grande


interez nacional y municipal del departamento: es decir el fomento
de este mineral, que justamente se cuenta entre los primeros manan-
tiales de riqueza del Perú, y cuya lánguida producción era causada
principalmente como lo es hasta el día por la escasez de moneda cir-
culante"(3 9).

Similares referencias las tenemos para 1872 , 1874, etc. (Cfr. Cam-
prubí 1957).
El mayor centro minero productor de plata en el Perú, ¿con escasez
de moneda? Resulta verdaderamente paradójico: Sin embargo, no hay que
considerar que estas condiciones fueron totalmente invariables a lo largo del
siglo. Habían cambios que introducían modificaciones dentro de esta notoria
escasez de moneda. Por lo pronto, esbozamos como hipótesis que con el auge
de exportación guanera, las exportaciones de plata debieron disminuir. Algu-
nos autores (Basadre, Camprubí) todavía sugieren que entre las décadas de
1850 y 1860 existieron balanzas comerciales favorables y que, con ello, in-
gresaron fuertes cantidades de oro dentro de la economía nacional. No de
otra forma podemos explicarnos la creación de bancos desde 1862 y el extra-
ordinario crecimiento del papel moneda en las décadas de 1860 y 1870. En-
tre 1872 y 1874, la emisión anual de billetes fluctuó entre los 7'800,000 y
los 10'000,000 de soles, concordando con el desarrollo de las exportaciones,
que en 1877, por ejemplo, fueron del orden de los 35'000,000 de soles, con
un superávit comercial de 9'489 ,243.95 soles (Camprubí 1957: 120, 171,
356 y 357).
A pesar de esto, la década de 1870 fue también la década de la crisis,
concretamente desde el año 1873, depreciándose el papel moneda hasta tal
punto que en 1887 el Estado debe adquirir 96'600,000 soles en billete del
público, al precio de 35 soles en billete por un sol de plata, para ... incine-
rarlos (Bonilla 1977: V, 35).
Sin embargo, pese al auge y desarrollo monetario hasta 1873, noso-
tros podemos comprobar un problema similar al que Ruggiero Romano
( 1960) ha destacado para el Chile del siglo XVIII. ¿De qué calidad y en qué
tipo de moneda se realiza la acuñación o emisión monetaria? Sabemos que

338 Revista Andina, año 4


- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - ~ e u s t u a : Producción minera

los grandes intercambios necesitan monedas de mucho valor, mientras que las
monedas de poco valor sirven para el intercambio menudo, el de las mercan-
cías cotidianas. En el primer caso tenernos grandes excedentes producidos de
forma no necesariamente mercantil, pero que son finalmente comercializa-
dos; en el segundo, la forma mercantil penetra verdaderamente todos los veri-
cuetos de la vida social y económica de las poblaciones.
Al respecto disponernos de las siguientes estadísticas. Entre 1876 y
1877, la emisión de billetes por todos los bancos de Lima fue la siguiente:

Cuadro No. 5
Emisión por tipo de billete
(1876-1877)

Monto de la
Tipo de billete emisión monetaria
(en soles)

500 soles 914,000


400 soles 915,200
100 soles 1'342,300
80 soles l '063 ,200
50 soles 463,200
20 soles 988,060
10 soles 485,410
8 soles 401,736
5 soles l '811,682
4 soles 2'966 ,352
2 soles l '790,865
1 sol 1'773,963
50 centavos 17,819.00
40 centavos 219,961.20
20 centavos 213,264.40
10 centavos 79 ,719.20
Monto total 15'446,731.80

Fuente: Carlos Camprubí Alcázar. Historia de los Bancos en el Perú


(1860-1879). Edltorlal Lumen, Lima, 1957, PP. 314,315.

La moneda fraccionaria, entre los 10 y los 50 centavos, apenas repre-


sentó en esos años el 3.40/0 del total de los billetes emitidos por los bancos
de Lima, mientras que los billetes entre 2 y 500 soles, es decir los múltiplos
de la unidad monetaria (el sol), representaron el 850/0 del total. Moneda

No. 2, Diciembre 1986 339


Estudios y D e b a t e s - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

para grandes intercambios, escasez de pequeña moneda, eso es lo que se des-


prende del cuadro precedente.
· Pero todavía la pequeña moneda en billete, en esta coyuntura de la
economía peruana, no existía cuando se inició la emisión de billetes y se
adoptó el nuevo patrón monetario, el sol, en l 863. En 1864, por ejemplo, el
tipo mínimo era el billete de 4 soles, equivalente a 5 pesos antiguos ; en 1867,
el billete de 2 soles; en 1870 recién se emiten billetes de un sol y en 1872 y
1873 el tipo descenderá hasta billetes de 50 y 10 centavos, respectivamente
(Camprubí 1957: 140). La crisis económica estalló cuando el papel moneda
también alcanzaba a las clases populares urbanas de Lima, con los problemas
que esto supone. Pero, como vemos, las proporciones eran muy pequeñas,
apenas el 3 .40/0 de la emisión total. Regresemos a nuestra pregunta anterior:
¿qué tipo de circulación y de intercambios existían al interior de la econo-
mía nacional peruana en el siglo XIX?

e) La ecQnomía natural andina


De todo lo dicho hasta ahora podemos suponer que el Perú del siglo
XIX combinaba dos esferas económicas de distintas características: la esfera
de la economía monetaria, o mejor de la economía mercantil, y la esfera de
la economía natural, ligada a la existencia y reproducción de la población
campesina e indígena, por entonces entre el 70 o el 800/0 de la población
total. Mientras en la primera existía una circulación de mercancías y de dine-
ro, en la segunda los bienes se intercambiaban de manera natural (o no se in-
tercambiaban) y el dinero, cuando existía, sólo tenía la forma de reserva o
depósito sin intereses; mientras la primera es la esfera de los valores de cam-
bio, la segunda lo es de los valores de uso. Así, suponemos que entre 1825 y
1840, según las cifras de Mathew, al exportarse masivamente moneda, el peso
de la economía natural sobre la monetaria creció en el Perú de entonces,
mientras que con las masivas exportaciones de guano y una retención de la
plata dentro de la economía peruana, resultado de la producción minera, ha-
bía, por el contrario, un ensanchamiento de la economía mercantil.
Las dos esferas estaban, sin embargo, estrechamente interrelaciona-
das. De este modo, por ejemplo, en la producción minera, como hemos visto,
el minero obtenía la plata fruto del trabajo masivo de la mano de obra, que
recibía como salario bienes naturales y, en una menor medida, salario mone-
tario. Pero en este segundo caso, la moneda ,que el campesino indígena va a
retener sólo le servirá para pagar luego el tributo indígena.
Una forma de calcular, entonces, la dimensión de la ec.onomía natu-
ral dentro de toda la economía peruana es estimando el peso del tributo indí-
gena con respecto, por ejemplo, a la evolución de la acuñación monetaria.
Comparemoslos, por ejemplo, al comenzar el siglo XIX; es decir, entre 1800
y 1810:

340 Revista Andina, año 4


_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ Deustua: Producción minera

Cuadro No. 6
Tributo indígena y acuñación de plata en el Perú
(1800-1810)
Monto total del tributo Monto total de la
indígena en el Perú acuñación de plata
Año (en pesos de plata) (en pesos de plata)
1800 l '169,230 4'131,794
1801 l '178,954 4'248,581
1802 l '190,604 3'891 ,573
1803 1'196,916 3'747 ,441
1804 l '209,397 4'075,675
1805 l '206,789 4'116,646
1806 l '207,868 4'083,750
1807 1'211,219 3'545,016
1808 l '207,175 3'891 ,573
1809 1'210,419 4'074,051
1810 1'216,060 4'219,684
Fuente: Los datos del tributo se encuentran en Flsher 1970: appendlx 4; para la acunaclón, ver la nota
34.

El tributo indígena, pues, representaba más del 300/0 de todas las


acuñaciones de plata en el Perú entre 1800 y 181 O. Esto nos da una clara
imagen de la articulación de la masa indígena, que debía ubicarse en la esfera
de la economía natural, pero que, por la imposición de la autoridad colonial
y luego la republicana, participaba de la economía mercantil vendiendo parte
de su producción de subsistencia (ganado, maíz, papa) o alquilándose tempo-
ralmente en las minas, de manera libre o forzada, como hemos constatado
que ocurría en la producción minera peruana. Un tercio del monto de la pla·
ta acuñada en el Perú entre 1800 y 181 O pasaba por manos campesino-ind í-
genas, pero para regresar luego a las manos de la autoridad política de la pro-
vincia o intendencia, quien la volvía a retornar al Estado. En el intermedio, el
campesino había entregado sus productos o su fuerza de trabajo al área de la
economía mercantil. Pero en concreto, además, el campesino podía no haber
visto nunca la moneda real, ya que ésta había podido ser el resultado de tran-
sacciones acordadas entre autoridades, hacendados, mineros y el cacique de
la comunidad campesino-indígena. ·
No obstante, podemos calcular también de otra manera el peso de la
economía natural dentro del total de la economía del siglo XIX: estimando
el valor de cambio que podrían tener bienes de producción natural o de co-
mercio reducido, como el maíz o la papa, en la dimensión nacional. Una libra
de maíz y .papa en 1902 valía en el mercado de Lima 4 y 5 centavos de sol,
respectivamente (J erome 1908 :33 ). Si suponemos que todos los habitantes
del país consumían estos dos productos como fundamentales en su dieta, lo

No. 2, Diciembre 1986 341


Estudios y Debates _ _ _ _ _ _ _ _ _~ - - - - - - - - - - - - - - -

que no está lejos de ser cierto, podemos entonces hacer el siguiente cálculo,
si es que todos tuvieron que obtenerlos en el mercado y a esos precios:

Cuadro No. 7
Cálculo del valor de la producción natural de maiz y papa

Maíz Papa

A. - Valor por libra - 0.04 soles O.OS soles


B. - Consumo anual
por habitante - 183 libras 183 libras
C.- Habitantes del
Perú según el
censo de 1876(40) - 2'699,945 2'699,945
Valor total (soles) )9'763,597 24'704,496

Sumados los valores totales ficticios de estos dos bienes de produc-


ción agrícola natural, tendríamos que el monto total ( 44'468,093 soles) sería
mucho mayor que el total de las exportaciones nacionales en 1877, incluyen-
do guano, salitre, productos mineros (plata, cobre, etc.) y agro-ganaderos
(azúcar, algodón, lanas, etc.), que fue de 35'287,480.82 soles (Camprubí
1957: 356-357). Pero esto no es más que pura abstracción, porque el maíz y,
sobre todo, la papa, eran bienes de muy poco valor comercial y que, por lo
tanto, se definían por su valor de uso -de consumo natural y de autoconsu-
mo- antes que por el cambio. La referencia, sin embargo, nos sirve para te-
ner una imagen (tan sólo una imagen) de cómo en el Perú los productos de
exportación, las áreas de economía mercantil (guano, minas, plantaciones
azucareras) se encontraban envueltas dentro de un mar de economía natural
(haciendas, comunidades campesinas, unidades domésticas) que las sobre-
pasaba.
Un último ejemplo, esta vez real, nos permite ilustrar una vez más
esta articulación existente entre la economía monetaria (mercantil) y la eco-
nomía natural. Es el caso de las comunidades campesinas de Cajatambo en
1808, sobre las que disponemos de un documento excepcional( 41 ). Caja tam-
bo era una región minera vinculada a Cerro de Paseo, adonde destinaba el
producto (plata) que se extraía de sus minas. El hecho de ser una región con
yacimientos argentíferos permitía que por la zona algunos habitantes dispu-
siesen de algunas sumas de dinero. En estas circunstancias, algunas comunida-
des alquilaban sus pastos sobrantes con el fin de procurarse algunos ingresos
monetarios. Si llegaban o no a percibir estos ingresos monetarios y cómo los
gastaban puede ser una buena ilustración de cómo la vida de estos pueblos se
desenvolvía al margen de la circulación monetaria. Citemos, entonces, algu-
nos ejemplos:

342 Revista Andina, año 4


_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ ___.,,eustua: Producción minera

- En el pueblo de Caxatambo, los pastos estaban ocupados por mesti-


zos que "no pagan arrendamiento".
- En el pueblo de Aquia, las tierras y los pastos estaban arrendados por
57 pesos 4 reales, que se gastaban como "tributos de los muertos" y
"culto de la iglesia" , sin haber excedentes.
- En Chiquián, las tierras y pastos estaban ocupados por vecinos "que
no pagan arrendamiento".
- En Huanta, el ganado estaba arrendado a 61 pesos, que se gastaban
en el "tributo de muertos y ausentes con paradero desconocido", en
cera y música para la fiesta patronal, la limpia de la acequia, carne
para los enfermos, viudas y miserables.
- En Caxacay, las tierras y pastos estaban ocupados por mestizos "por
un poco de chicha y aguardiente con que engañan a los indios",
- En Yanior, 33 cabezas de ganado estaban a cargo del alcalde y con
sus ingresos monetarios "pagan a los pastores", compran cera y vino
y pagan el tributo de los muertos ...
En conclusión: a) No tienen ingresos monetarios por el alquiler de los
pastos; b) Sí los tienen, pero se destinan al tributo, a la Iglesia o a otras obli-
gaciones colectivas; c) Compran algunas mercancías con los ingresos moneta-
rios q'ue puedan tener: vino, cera, carne, etc. Lo fundamental de su vida coti-
diana, sin embargo, la alimentación, el vestido, el alojamiento, se producía en
la propia unidad doméstica o se obtenía por reciprocidad, trueque u otro
tipo de intercambio natural, sin que se dé una penetración de los mecanismos
propios de la economía mercantil.
Así, pues, resulta una tarea fundamental precisar concretamente estas
formas de combinación, articulación o, en algunos casos, separación de la
economía natural andina y la economía mercantil, para lo que sería una bue-
na labor el estudio minucioso de la evolución de la ,producción minera y de la
circulación monetaria en el Perú del siglo XIX. Este es, sin embargo, un reto
para el futuro.

No. 2, Diciembre 1986 343


Estudios y Debates _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

NOTAS:

(1) La importancia de la minería en el caso mexicano puede entreverse en West 1949,


Bakewell 1976 y, sobre todo, en Brading 197 5. Para Brasil puede verse Prado Junior
1957, Boxer 1964 y, últimamente, Luna y Costa 1982. Sobre los casos boliviano,
chileno y colombiano, confróntese Tandeter 1980a, Mitre 1981, Carmagnani 1973,
Vayssiere 1980 y Sharp 1976.
(2) Sobre la minería andina prehispánica y sus cambios resultan de fundamental impor-
tancia los trabajos de Jean Bertheloí 1977 y 1978. También puede verse Ravines
(comp.) 1978: 475-554. Algunas otras referencias para los casos de la costa sur-
central peruana, finalmente, pueden consultarse en Rostworowski 1978: 179 y
1978-1980: 183-184.
(3) Sobre Potosí y su auge entre los siglos XVI y XVII puede verse Cobb 1949, Jara
1966, Bakewell 1977 y Assadourian 197'1. El trabajo clásico sobre el comercio de
Sevilla con sus mercados coloniales es el de Huguette y Pierre Chaunu 1955-1960,
aunque también puede consultarse Mauro 1960, Mauro 1970 y Báncora Cañero
1959. Sobre la llegada de plata americana y la revolución de los precios 'ver Hamil-
ton 1934. Las transformaciones españolas y europeas, del mar Mediterráneo al
Océano Atlántico y el desarrollo del capitalismo en Braudel 1982, en especial I
3 26-50; Vilar 196 2 y Braudel 1979. Finalmente, la evolución y un balance sobre ei
crecimiento y el desarrollo en Vitar 1976 y Carmagnani 1982.
(4) Al respecto puede verse Jiménez 1924, Bonilla 1974, F!oresGalindo 1974, Dewind
1977, Dore 1980 y Caballero 1981.
(5) Hasta ahora la investigación de archivo se ha realizado en el Perú entre los años
1981-1983, contando con el apoyo del Instituto de Estudios Peruanos de Lima. Al-
gunos avances de esta larga investigación se pueden ver en Deustua 1983 y Deustua
1984.
(6) La dimensión y valores de la producción de mercurio, cobre y estaño para la década
de 1830 pueden verse en el gráfico No. 1. Sobre el plomo, carbón y hierro pueden
encontrarse algunas referencias en Rivera y Ustáriz 1857: I, 189-196 y 11, 3, 5, 21,
22, 28, 29 1 187, 211, 212 y 213; y también en Archivo General de la Nación
(AGN) . Peru, Serie Minería C-12. Legajo 74, año 1833.
(7) Archivo General de la Nación del Perú (AGN). Sección Histórica del Ministerio de
Hacienda (SHMH). OL 1O, caja 2, f. 27, año 1821. Informe de la Aduana del Estado
de Lima del 17 de setiembre de 1821. Por otro lado, Sergio Villalobos menciona
que en el siglo XVIII comerciantes de Chile ya vendían cobre en Burdeos y Marsella
(Villalobos 1965 : 11). ·

344 Revista Andina, año 4


_______________________.....,eustua: Producción minera

(8) Para la elaboración: del gráfico según rubros hemos empleado las cifras de produc-
ción de la plata registradas en las callanas de fundición, multiplicadas por los precios
de las casas de moneda (Cfr. Rivero 1857: I, 220 y el Accounts & Papers (AP) de
los British Parliamentary Papers (BPP) "Commercial Statistics", volumen 64, año
1847 p. 210). Las cifras de producción del mercurio están de acuerdo al gráfico de
1
Femandez Concha, Yates y Kent 1952 : 30 y a las que aparecen en los siguientes
manuscritos documentales: Biblioteca Nacional de Lima, Perú (BN). Serie Manuscri-
tos Republicanos, clave D 9510, año 1840; y AGN. Serie Minería C-12, Legajo 72,
año 1847. Para los precios del mercurio consúltese AGN. SHMH, PL 6, No. 164,
año 1826 ; BN 9465, año 1827; BN D 9510, año 1840; Rivero 1857: I, 218 y Polo
1911: l 7. Para el cobre hemos hecho estimaciones en base a sus cantidades y valo-
res de exportación (Cfr. Hunt 1973: 38, table No. 14; Bonilla 1977: V, 193, cuadro
No. 20; y AP de los BPP "Foreign and Colonial Merchandize Imported into the Uni-
ted Kingdom from Peru", volumen 39, año 1849, p. 372). Para el oro hemos hecho
estimaciones basadas en las cantidades y valores de acuñación (Cfr. AP de los BPP
"Statistics of Precious Metals", volumen 64, año 1847, p. 207). Para el estaño he-
mos hecho estimaciones también en base a sus cantidades y valores de exportación
(Cfr. Hunt 1973: 38, table No. 14; Bonilla 1977: V, 193, cuadro No. 20;y AP de
los BPP "Foreign and Colonial Merchandize lmported into the United Kingdom
from Peru", volumen 39, año 1849, p. 372).
(9) Para la elaboración del gráfico hemos utilizado las siguientes fuentes: a) Entre 1771
y 1799, las estadísticas de John Fisher (1977 : 243-244, apéndice); b) Entre 1800 y
1846, las de Mariano de Rivero y Ustáriz (1857: I, 220), con la corrección de los
errores detectados al confrontarlas con el Memorial de Ciencias Naturales y de In-
dustria Nacional y Extranjera, Lima, tomo I, número IV, p. 164, marzo de 1828;
c) Entre 184 7 y 1898 hemos seguido bastante cercanamente a Hunt ( 1973a), cuya
principal fuente es Paz Soldán ( 1877) y Du Chatenet ( 1880); también se puede ver
Camprubí 1957: 169; Macera 1972: 74-77 y 104; Bonilla 1977: V, 183 y los infor-
mes de los diversos cónsules británicos en el Perú reproducidos en Bonilla (comp.)
1975 : I, 184, 258 y 303. Una discusión de estas cifras para la elaboración de los
cuadros se encuentra en un libro de próxima publicación por el autor.
(10) Cfr. Rivero y Ustáriz 1828: 14; Rivero y Ustáriz 1857: I, 20l-202;AGN. Serie Mi-
nería C-12, legajo 72, año 1827; AGN. SHMH. OL 224, f. l060;AGN. SHMH. OL
255.l caja 3 21 1 ff. 4 76-4 78 y Archivo de la Dirección Regional de Minería del Cerro
de rasco, Peru, ADRMCP. Libro copiador de notas desde 1832 hasta 1835. Corres-
pondencia, ff. 20v., 60v., 96 y 99.
( 11) Sobre la guerra con Chile se puede consultar últimamente Bonilla 1980 y Manrique
1981.
( 12) Un marco era la medida de peso colonial que se mantuvo durante el siglo XIX; equi-
valía a 227 gramos aproximadamente.
(13) Sobre el guano y el salitre puede verse Hunt 1973b y Bonilla 1974a; sobre la agri-
cultura costeña, Macera 1977.
(14) Calculado en base al producto líquido del guano, en Basadre 1968-1970: IV, 328.
También remitimos al lector al trabajo de Hunt 1973b.
(15) Un razonamiento similar a éste puede encontrarse en Thorp y Bertram 1978: 72-79.
(16) Remitimos al lector, de nuevo, a los documentos citados en la nota 10.
( 17) La plata "piña" es la plata pura que se obtiene luego de su refinación en los inge-
nios. Se le llama así por la forma de trozos de piña que tiene. Luego, en las callanas
de fundición, se transformará en plata en barras.

No. 2, Diciembre 1986 345


Estudios y Debate,__ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

( 18) Al respecto puede verse Pflucker 1846 y Archivo Legal Centromín Perú (ALCMP) .
Sección Títulos de Propiedad. 4 "Haciendas Casapalca, Bellavista y Vizcamachay . . .
1897''
(19) En Puno, en 1826, las minas de Pomasi tenían profundidades de 40, 50, 80, 100,
120 y hasta 130 estados (Cfr. Rivero y Ustáriz 1857: 11, 5).
( 20) En 18 21, una Razón e Inventario de los efectos pertenecientes al Estado en la
Administración del Cerro de Paseo describía las siguientes herramientas de hierro :
" 8 tercios o atados de Hierro en barra, 2 atados de palas de hierro ... , 8 asadones
de fierro .. ., 20 palas de fierro en dos atados" . En AGN, SHMH, OL l O, caja 2, ff.
l 2-14. Aduana del Estado de Lima.
(21) "Se paga a razón de 50 pesos vara en este lugar, poniendo ellos las velas y pólvora"
( Rivero y U stáriz 18 28: 9).
(22) "Cada hapiri saca de la mina entre 50 y 75 libras de mineral en forma muy incómo-
da, sobre un cuero sin curtir (capacho), y realiza su tarea completamente desnudo
pues a pesar del gélido clima este duro trabajo le da tanto calor que prefiere desves-
tirse" (Tschudi 1966: 258).
(23) "Es de advertir que los d.ueños les pagan casi todo el trabajo en coca, maíz y chuño,
dándoles la libra de coca a peso; la arroba de maíz al mismo precio, y el chuño a seis
reales" (Rivero y Ustáriz 1857 : 11, 11 ).
( 24) Dice el viajero inglés Tudor en 18 25 : "Nos detuvimos en una hacienda donde había
dos o tres molinos moliendo mineral. Se hace con ruedas de granito de alrededor de
ocho pies de diámetro y dos pies de grueso, que giran sobre su borde. Cuestan 300
pesos cada una" (Tudor 1973 : 123).
(25) Algunas descripciones de este proceso técnico se encuentran en Gerstacker 1973:
64-83; Paz Soldán 186 2 y Du Chatenet 1880.
( 26) En la construcción del socavón de Y anacancha, entre 1804 y 1811, los costos en
mano de obra fueron de 61 ,540.65 pesos; es decir, el 56.80/0 de los gastos totales
(Fisher 1977: 192, cuadro No. 9). En el de Quiulacocha en Cerro de Paseo, en
1837, según el Estado que presentó Francisco Goñi para los meses de enero y fe-
brero, los costos en fuerza de trabajo representaron en promedio 2,188.5 pesos; es
decir, el 51.60/0 de los gastos totales (Cfr. AGN, SHMH, Diputación de Minería,
OL 255, caja 321 , ff. 476-478 , año 1837). Finalmente, en la mina de carbón de la
Compañía de Máquinas, también en Cerro de Paseo, esta vez entre octubre de 1825
y enero de 1826, los costos laborales representaron cerca del 900/0 de los gastos to-
tales (Cfr. AGN. Serie Minería C-12, legajo 61, "Razón de lo pagado según ... ").
(27) " . .. los más de los operarios de minas son becinos de las quebradas inmediatas, o
de provincias estrañas que solo vienen a este mineral a lograr de las pequeñas bonan-
zas que se presentan en las minas, o a jornalear por dinero para su ben ir a sús gastos
necesarios, y pendones que sobre ellos gravitan" . Archivo de la Dirección Regional
de Minería del Cerro de Paseo (ADRMCP). Libro copiador de cartas .. . Carta de la
Diputación de Minería del Cerro de Paseo al Subprefecto de la Provincia, del 14 de
enero de 1835, ff. 85v-86.
(28) Así lo manifestaban, por lo pronto entre 1826 y 1827, Carlos Holland y José Andrés
Fletcher, quienes arrendaban el ingenio de Ticapam.pa con el fin de procesar los mi-
nerales de sus minas en Huaylas (Cfr. AGN. SHMH, PL 6, No. 172. "Don Carlos
Holland . . . "). Igual situación se repite con Francisco Goñi en Cerro de Paseo,
quien del mismo modo pretendía abarcar ambas fases del trabajo dentro de su pro-
pia empresa minera (Cfr. AGN. SHMH. PL 6, No . 192. "Los dueños de las minas ... 'l

346 No . 2, Diciembre 1986


________________________ Deustua: Producción minera

(29) AGN. Serie Minería C-12, legajo 61: "Lista or matrícula de los Operarios de Minas
y Hasiendas . .. ". Hemos calculado el valor de la producción de plata de las empre-
sas mineras multiplicando el número de trabajadores que controlaban por la produc-
tividad promedio del operario en la época.
(30) Hacia 1839, el viajero inglés Archibald Smith comentaba: "Mercaderes y negocian-
tes en plata piña son tentadores, por la proyección de ventajas económicas, para
prestar dinero al apurado propietario minero con el fin de permitir que continúe
sus trabajos, y que se le devuelva el préstamo en piña a mucho por marco. Así, un
prestamista es llamado habilitador" (Smith 1839: 19).
(31) En 1875, el transporte de todos los metales de plata producidos en ese año costó
526,764 soles, componiendo el 270/0 de los gastos totales de producción de la plata
colocada en Lima. Una proporción similar a los gastos de extracción en la mina
(26.90/0) y a los de refinación (también 26.90/0). Cfr. Parra 1875: 129.
(32) Cerro de Paseo, por ejemplo, se encuentra sobre los 4,300 metros sobre el nivel del
mar, en una zona montañosa del nudo de Paseo, al norte de la estepa frígida conoci-
da con el nombre de meseta de Bombón.
(33) Entre mayo y setiembre de 1836, por ejemplo, entre las minas, la callana de fundi-
ción y las casas de moneda de Puno y Cusco, se transportaron 38 barras de plata,
con un peso de 6,190.5 marcos y un valor aproximado de 48,000 pesos. Labor que
realizaron 13 comerciantes o sus representantes. Ver: Archivo del Museo Nacional
d~ Historia. Lima, manuscrito No. 000156.
(34) Para la confección de la curva de acuñación hemos recogido entre 1771 y 1820 los
datos de Moreyra Paz Soldán ( 1980: anexo II), quien consultó los Libros de la Con-
taduría de la Casa de Moneda conservados en el Archivo General de la Nación del
Perú. Para el período 1820-1839, los datos provienen del "Return of the Number of
Silver coined at the Mints of Peru between the Years 1820 and 1834, both inclusi-
ve" y del "Return of the Number of Marcos of Silver coined in Peru each Year,
during the Quinquennium ending the 31st of December, 1839 . .. '; Accounts and
Papers de los British Parliamentary Papers. Commercial Statistics, volumen 64, año
1847, p. 210. También puede verse Fisher 1970: appendix 3 y Flores Galindo
1982: annexe VI. Para la confección de la curva de producción, véase el gráfico No.
2 de este mismo trabajo.

(35) Cfr. AGN. SHMH. OL 163, caja 68, ff. 925-1155, año 1827. ADRMCP. Libro co-
piador de notas . , ., ff 25-25v y AGN. Sección Libros de Cuentas. Libro de compras
de plata que realiza la Tesorería de Casa de Moneda ... , legajo 241, libro 1166.
(36) Accounts and Papers. Commercial Statistics. Volumen 64, año 1847, p. 210.
(37) Esta historia oficial y tradicional del sistema monetario peruano se puede ver en
Alzamora Silva 1932, Garland 1908 y Basadre 1968-1970.
(38) ADRMCP . Libro copiador de notas ... Comunicación del 15 de octubre de 1836, f.
112.
(39) AMNH. Manuscrito No. 2082. Carta de José Abeleyra al Ministro de Hacienda, del
16 julio de 1844.
( 40) Informe Demográfico del Perú. Centro de Estudios de Población y Desarrollo. Lima,
1972.
(41) El documento AGN. Derecho Indígena. Legajo 23, cuaderno 668, aparece resumido
en el anexo 4 del libro de Christine Hünefeldt 1982.

Revista Andina, año 4 347


Estudios y Debates _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

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354 Revista Andina, año 4


________________________ Deustua: Producción minera

COMENTARIOS

Antes de discutir esta idea quisiera obser-


Carlos Contreras var, muy cautelosamente, que para el estu-
Instituto de Estudios Peruanos dio del significado de la moneda en el Perú,
Horacio Urteaga 694 la estrategia de analizar el funcionamiento
Lima 11, Perú "micro" de la minería no parece la más ade-
cuada. Esto puede comprobarse en el hecho
El trabajo de José Deustua aborda una de que las dos partes del artículo (la dedi-
página en blanco de la historia económica cada a la minería y la de la moneda) apare-
peruana, como es la producción minera y el cen bastante independientes, como si fue-
rol de la moneda en el Perú del siglo XIX. ran dos ensayos separados. Habría que ha-
Tal como el autor se encarga de recordar, ber prestado más atención a los flujos mer-
los estudios sobre la minería en los Andes cantiles o eslabonamientos que la produc-
se han limitado al período colonial, sin con- ción de metales desarrolló en las distintas
siderar el siglo XIX, que habría sido preci- economías regionales. O, más radicalmente,
samente el siglo del gran tránsito entre la yo propondría el método de comenzar por
minería preindustrial y la moderna minería plantearse qué se producía en el Perú del
capitalista del siglo XX . Señalaré que hay siglo XIX .. Vale decir, intentar una desagre-
algunas razones que explican este olvido : gación del PNB en el siglo pasado . La mine-
en la era independiente, la minería dejó de ría era solamente uno de los rubros. Luego,
tener el rol principal en la economía de los ¿en qué condiciones se producía?, ¿se com-
Andes que tuvo entre los siglos XVI y praban insumos en el mercado? , ¿se paga-
XVIII ; asimismo, su significación social y ban salarios?, ¿se acumulaba? En otras pa-
política se vio también notablemente mer- labras, ¿circulaba la moneda durante el
mada . Para ilustrar esto con un ejemplo, proceso productivo? Y aquí paso a discutir
podemos apreciar como el Real Tribunal de el intento de demostrar que en el Perú do-
Minería, ese gremio de mineros que fuera minaba la economía natural (lo que puede
una de las instituciones políticas fundamen- ser cierto), a partir de la constatación de
tales en la época colonial, perdió en el siglo que todo el produ cto de la producción mi-
XIX toda relevancia en los mecanismos de nera, convertido en moneda, se exportaba.
decisión del Estado. Carlos S. Assadourian encontró en sus
Pero ello no quiere decir que la minería estudios sobre la minería colonial un hecho
dejara de ser un sector económicamente similar al reseñado por Deustua : la mayor
importante en amplias regiones del interior parte de la plata producida y amonedada
de la república, entre las cuales el caso de la salía del espacio del virreinato peruano.
sierra central es el más notorio . El autor, Pero, ¿significaba esto que el Perú era en-
además, no sólo se plantea estudiar el fun- tonces una inmensa economía natural, don-
cionamiento del sector minero, sino que in- de la moneda era un objeto más bien exóti-
tenta vincularlo al problema de la circula- co? No. Lo que él señaló, aunque es algo
ción y significado de la moneda en la vida que debiera aún profundizarse , es que si
nacional. La tesis principal es, así, que toda bien la plata finalmente salía del territorio,
la plata producida fue acuñada y en forma previamente habia circulado en el funcio-
de moneda salió del país como parte de las namiento de la producción del sector mine-
exportaciones. El país, entonces, careció de ro y, eventualmente, de otros. Deustua en
moneda · para las transacciones, pero ello, una parte afirma que comerciantes limeños
concluye Deustua, no hace más que demos- adquirían la plata en Cerro de Paseo y la
trar que en el Perú dominaba la economía transportaban a la capital para su exporta-
"natural". La moneda no era, pues, necesa- ción. Nos preguntamos: ¿con qué pagaban
ria; al menos en gran parte del país. a los mineros productores?, ¿sólo con la

No. 2, Diciembre 1986 355


Estudios y Debates _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

entrega de insumos? del rubro mano de obra en los costos tota-


Para decirlo de otra manera, una econo- les de la producción de plata en Cerro y al
mía contiene un stock monetario dado, el control de la producción entre mineros y
que deberá crecer o disminuir según se in- dueños de haciendas de beneficio), pero,
cremente o no la producción . En el siglo en la medida que no inciden directamente
pasado, este stock monetario pudo corres- en la tesis central, no es el caso d iscu tirios
ponder, por ejemplo, a solamente un año aquí.
de producción de plata ( aproximadamente Se me solicitó un comentario crítico, y
450 mil marcos o, si se quiere, 3 '600,000 a eso he ido. Pero el comentario quedaría
pesos). Una vez en circulación el mismo, to- incompleto si no señalara también las virtu-
da la producción de plata posterior podía des del trabajo . Es la primera vez que se
salir perfectamente del país sin ocasionar aborda el problema de la moneda y su sig-
trastornos en la circulación de la moneda, a nificado en la historia peruana republicana
menos que hubiese cambios en la produc- y que se brinda un panorama general de la
ción o en el valor de ésta. Ahora bien, cier- minería en el siglo pasado. Es la primera
tamente hubo penurias monetarias, sobre vez entre nosotros, también, que se aborda
todo de moneda "menuda", en el Perú del consistentemente el estudio de la historia
siglo pasado. Pero ellas fueron compensa- económica bajo el método de la dualidad
das, o por lo menos se intentó compensar- economía "natural" y economía "moneta-
las, con la puesta en citculación de formas ria". El hecho de que las conclusiones, pro-
de cuasi-moneda: vales, fichas, introducción visionales, del autor sean polémicas no hace
de moneda fehle (que , cumpliendo la cono- otra cosa que abonar sobre la utilidad del
cida Ley de Gresham, comenzó a desplazar trabajo.
a la moneda de mejor ley), etc. Sabemos, La concepción de un país dividido entre
además, que en dicha centuria el Perú reci- una economía "natural" y una .. monetaria"
bió cuantiosos empréstitos financieros, que tiene, no obstante, ya cierta tradición en la
vinieron a alimentar su stock monetario. historiografía mundial (recordemos los tra-
No hay, pues, una relación directa entre bajos de Dopsch a comienzos de este siglo)
exportación de moneda y predominio de y se ha aplicado también con provecho al
una economía natural. estudio de la historia latinoamericana
Ciertamente, en el Perú del siglo XIX (Ruggiero Romano y Ceferino Garzón Ma-
hubo grandes espacios donde la moneda cir- ceda); pero el problema que siempre quedó
culó con escasez y lentitud, de manera que pendiente es cómo se articularon estas dos
los intercambios se realizaron bajo formas esferas. Con esta pregunta Deustua conclu-
tradicionales de trueque. Lo que me parece ye su trabajo e invita a absolverla. Sólo que-
inadecuado es pretender demostrar esto a da trabajar para estar a la altura de este
partir de la constatación que toda o la ma- reto.
yor parte de la plata producida o amoneda-
da se exportaba.
Adicionalmente, y en parte en descargo
del autor, podemos señalar que el artículo
es más una propuesta de investigación que
un trabajo acabado, sobre todo en lo refe-
rente a la parte monetaria. Eso, seguramen- Pilar Garúa Jordán
te, explica la debilidad documental en va- Dpto. Historia de América,
rias partes (hay sólo referencias aisladas y Facultad de Geografia e Historia
muy distantes temporalmente). Unicamen- Universidad de Barcelona
te para las primeras décadas del siglo el tra- Zona Universitaria Pedro/bes.
bajo con las fuentes parece haber sido más Barcelona 08028
consistente. Sobre la estructura de la pro- España
ducción minera hay algunos datos ofreci-
dos por el autor que no concuerdan con los "Resulta una tarea fundamental precisar
que en investigación personal he hallado concretamente estas formas de combina-
(sobre todo, en lo referente a la magnitud ción, articulación o, en algunos casos, sepa-

356 Revista Andina, año 4


--------------------------Deustua: Producción minera

ración de la economía natural andina y de tierras productoras de cereales y frutales( 1),


la economía mercantil, para lo que sería crecimiento económico que, según parece,
una buena labor el estudio minucioso de la no se vio frenado siquiera cuando en la dé-
evolución de la producción minera y de la cada de 1870 se iniciaron los graves proble-
circulación monetaria en el Perú del siglo mas económicos en la costa·que llevaron a
XIX". Con estas palabras José Deustua nos la bancarrota del Estado y, con ello, al fra-
confirma al final de su artículo la impre- caso del primer proyecto de Estado nacio-
sión que del mismo habíamos tenido desde nal.
el inicio de su lectura, esto es, un proyecto Deustua nos presenta su trabajo en dos
de investigación sobre la importancia de la grandes bloques, producción minera y cir-
producción minera como eje vertebrador culación monetaria, apartados que a su vez
de una economía regional y/o nacional. implican el análisis de los rubros y ciclos de
La actividad minera se configuró a lo producción, zonas de ubicación del mine-
largo de la época colonial como el principal ral, proceso productivo y aspectos sociales
vínculo de la economía americana con el de la extracción y transformación, flujos de
mercado internacional. Con el surgimiento la plata, acuñación de moneda y su circula-
de las nuevas repúblicas en el siglo XIX, la ción, concluyendo con algunas reflexiones
minería constituyó, en algunos casos, a ni- sobre la economía natural andina, concep-
vel interno y nacional, el polo articulador to éste muy difícil de delimitar, desde mi
de las esferas agrícola, comercial y manu- punto de vista. Las buenas intenciones del
facturera y buscó estructurar las diversas investigador tropiezan con un problema
regiones del espacio nacional en función de fundamental , como es la dificultad de en-
sus propias necesidades reproductivas; no contrar series estadísticas lo suficientemen-
obstante, la incidencia del sector minero en te amplias y completas que permitan avan-
la evolución de cada país experimentó im- zar en sus hipótesis de trabajo . Ello obliga
portantes transformaciones a lo largo de los a Deustua a hacer propuestas generales a
siglos XIX y XX. partir de informaciones, datos y series pun-
Desde mi punto de vista, que no es el de tuales, como sucede en la tesis sobre la ex-
especialista en historia económica, las hipó- tracción de plata como explotación domi-
tesis que plantea Deustua son extremamen- nante a lo largo del XIX a partir de un grá-
te útiles en tanto nos permitirán compren- fico elaborado con datos de una sola déca-
der hasta qué punto subsistieron en el Perú da, 1830-1840 -lo que no invalida la afir-
del siglo pasado las formas coloniales de mación anterior-, o cuando sostiene que el
producción y reproducción, no sólo de las trabajo humano significa el 500/0 de los
actividades mineras, sino también de las costos totales en el proceso de producción
agrarias, o la forma en que la vinculación interno de la minería argentífera, dato ela-
del Perú a la economía de librecambio a borado a partir de tres informaciones pun-
partir de las explotaciones del guano, azú- tuales; aspecto este último complejo en
car y algodón en la costa peruana, hizo po- tanto sabemos que el trabajo era realizado
sible la emergencia del capitalismo en la sie- en muchas ocasiones por personal temporal
rra central peruana; en suma, nos pueden que llegaba a las minas bajo diversas for-
mostrar cuál fue la articulación entre la
economía serrana, ¿natural?, y la economía
comercial y capitalista. Aspectos tanto más
interesantes, si consideramos que la región
fundamentalmente analizada, cuyas activi- 1) Cf., por ejemplo,..,, el artículo de M. Bur-
dades giraron alrededor de Cerro de Paseo, ga "La Sierra Lentral Peruana (1821-
concentró a lo largo del siglo XIX la mayor 1870). Una economía ·regional andina';
producción de plata, configurándose a par- ponencia presentada en el Simposio "La
tir de 1821 como zona próspera con un formación de economías nacionales lati-
gran dinamismo de la producción minera, noamericanas y ·los intereses·económicos
europeos en tiempos de Bolívar ( 1800-
con el surgimiento de grupos terratenientes 1850)" (Berlín , 21-24 de setiembre de
que combinaban actividades ganaderas y 19.83) Y. fublicada en 1983 en Allpan-
mineras y de campesinos propietarios de ch1s, 22: 03-124, Cusco.

No. 2, Diciembre 1986 357


mas y con variadas motivaciones, como la 3. ¿Cuál fue la función del crédito y la vin-
obtención de monedas para pagar el tri- culación de los grupos comerciales y fi-
buto(2) , ampliar sus· tierras o comprar pro- nancieros en la extracción y transforma-
ductos en el marco de una economía co- ción de la plata a lo largo del siglo? Ine-
mercial donde el trueque sólo era utilizado vitablemente el tema nos lleva a averi-
para determinados intercambios. guar las relaciones entre capital minero
Deustua es conciente de esta problemá- y capital comercial.
tica cuando afirma que todos los datos ob- 4. ¿De qué forma se desarrolló el intercam-
tenidos le permiten configurar una imagen bio de mercancías en el interior de la
de cómo los productos de exportación Y, economía peruana, de trueque o mone-
por lo tanto , las áreas de economía mercan- tarizada? Cuestión que comporta un
til se encontraban imbricadas con las zonas análisis de las relaciones entre los indíge-
de economía natural(?) tales como hacien- nas -fuerza de trabajo en las haciendas
das o comunidades campesinas. Para finali- o minas o propietarios-, terratenientes,
zar, sólo quiero constatar lo interesante de comerciantes al menor y propietarios de
las propuestas del trabajo alrededor de la tierras.
desvertebrada economía peruana del siglo En suma, creo que es un trabajo intere-
XIX, en concreto: sante cuyas conclusiones afectarán a todos
1. Si bien se observa la concentración de la los analistas de las sociedades andinas.
actividad minera en la región de Cerro
de Paseo , no sabemos cuáles son los ele-
mentos que coadyuvan a esta centraliza-
ción ; ¿es suficiente con que el débil Es-
tado surgido de la independencia dirigie-
se la mayor parte de sus recursos hacia Christine Hünefeldt
aquella zona o quizás ésta había perma- Departamento de Economía
necido relativamente al margen de los Pontificia Universidad Catolica del Perú
conflictos independentistas Y; por lo tan- Apartado 1 761
to, habría conservado tanto los _capita- Lima, Perú
les como el buen estado de sus instala-
ciones? El artículo de José Deustua es uno más
2. Todas las investigaciones parecen coinci- que el mismo autor nos ofrece sobre un te-
dir en la existencia de un continuo pro- ma harto desconocido : la minería en el si-
ceso de arcaización en las formas de pro- glo XIX . Según lo señala el propio autor, la
ducción y trabajo en la minería argentí- temática reviste una doble importancia : por
fera ; no obstante, no se cuenta con in- una parte, la minería (con su principal pro-
formación detallada sobre el número de ducto , la plata) fue un rubro de exporta-
minas y su localización, características ción que acarreó no sólo la posibilidad de
empresariales de sus· propietarios y ·de la equilibrar perennes déficits de la balanza
fuerza de trabajo; las diferencias entre comercial, sino también el desabastecimien-
unas y otras zonas deben de ser· nota- to de las economías internas, conllevando
bles. de esta manera a una continua falta de Ji-
. quidez para las transacciones locales y a
quejás por la falta de moneda fraccionaria.
Por otra parte, porque la lógica de organi-
zación de la minería y la circulación permi-
2) Tributo que si bien fue abolido en 1854- te explicar una vieja contradicción : ¿por
55, no desapareció pues siguió subsis- qué en un país con una producción de un
tiendo bajo otras denominaciones a lo alto promedio anual de mercancía-dinero
largo del siglo XIX ; además, debe tener- se vivió un siglo no sólo de penurias fisca-
se en cuenta que si para Lima el tributo les, sino, sobre todo, de predominancia de
era considerado como algo del pasado,
en la sierra continuó siendo pieza funda- una economía natural? La respuesta que
mental en tanto recurso fiscal y garantía nos ofrece a esta pregunta J . Deustua pue-
del orden social. de ser resumida así: la casi totalidad de la

358 Revista Andina, año 4


__________________________,_,eustua: Producción minera

plata producida era convertida en monedas mercantil y usurero) a los productores as-
Y, en vez de dinamizar la economía local, cendían al 270/0 de los ga~tos totale~ de
esta economía local -básicamente natural- producción de la plata colocada en Lima
fue el soporte para mantener el funciona- mientras que los gastos de extracción en 1~
miento de la economía monetaria. Es de- mina habrían ascendido en dicho año al
cir, "las áreas de economía mercantil se en- 26 . 90/0 y los de refinación, a 26. 90/0. La
contraban envueltas dentro de un mar de ganancia mercantil no sólo se habría dado
economía natural que las sobrepasaba". a través del otorgamiento de créditos y de
De esta manera, los dos aspectos centra- la venta final del producto, sino también a
les del artículo, producción minera y circu- través del suministro de insumos tanto a las
lación monetaria, quedan inextricablemen- minas como a los ingenios . Ni los grandes
te hilvanados y a su vez explican, en parte, mineros escapaban a este "cerco que les
el fracaso del modelo de crecimiento vía tendía el capital mercantil". Por ello, no
exportaciones que se le ofrecía al país, tan- sólo sería necesario preguntarse qué hicie-
to como resultado de la exportación de pla- ron los mineros y los trabajadores con las
ta como, sobre todo, de la exportación del ganancias (es probable que se hayan realiza-
guano. Lo que en términos de las propues- do algunas reinversiones en los propios cen-
tas de J. Deustua faltaría explicar, para en- tros de explotación minera y probablemen-
tender en totalidad el fracaso de este mode- te también en la adquisición de tierras, oca-
lo, es qué es lo que mineros, propiet~rios sionalmente en detrimento de las comuni-
de ingenios para la refinación de la plata y dades campesinas aledañas, para garantizar
comerciantes hicieron con el dinero que re- el suministro de mano de obra, leña, comes-
cibieron por la venta de su producto. De tibles, agua, etc.), sino también acerca de la
acuerdo a planteamientos ya expuestos en utilización del capital por parte de los co-
historia económica, no sólo es importante merciantes.
preguntarse sobre lo que pasó con el pago Esto último conduce a una vieja cuestión
de jornales a la mano de obra involucrada teórica: ¿cuál fue -en el contexto de la mi-
en el proceso productivo (que de acuerdo a nería del siglo XIX- la lógica de funciona-
J . Deustua recibía un pago en dinero y en miento del capital mercantil? Sólo respon-
especie) y que al menos hasta 1854 (fecha diendo a esta pregunta conoceremos lo que
de la abolición del tributo) serviría casi Deustua propone en el título de su trabajo:
exclusivamente para pagar el tributo al Es- la relación histórica entre minería y circula-
tado; es decir, se establecía un circuito mo- ción.
netario sin efectos de arrastre sobre las eco- A pesar de que esta cuestión, que nos pa-
nomías locales. Igualmente importante es rece central, no está respondida en el artícu-
saber qué ocurrió con el dinero de la parte lo, su autor nos propone algunas vías
"empresarial". Los comentarios al respecto metodológicas para responderla. Básicamen-
son sumamente escuetos y ello probable- te se trata de tres reflexiones, que si bien
mente remite a un problema mayor: las es- no encaran de manera directa el problema
tadísticas con las que contamos sobre la (lo que también sería deseable hacer) , sí
producción minera y la venta de mineral nos revelan algunos indicadores acerca del
son esporádicas y no revelan sino indicado- posible comportamiento del capital mer-
res porcentuales muy generales. Sumando cantil y con ello nos ilustran los efectos de
el equivalente monetario en minas e inge- arrastre de la minería y la circulación del
nios, los costos de producción por mano de metal y de bienes o, mejor dicho, sus limi-
obra habrían absorbido cerca del 500/0 de taciones. En primer lugar, contrapone el
los costos totales de la empresa minera pe- pago tributario a la acuñación total, donde
ruana del siglo XIX. Un año para el que el monto del tributo (sólo tenemos cifras
existen datos sobre la composición de los para los años entre 1800-181 O) habría as-
gastos totales (1875), nos revelaría, empe- cendido al 300/0 de la acuñación total; es
ro, que hubo fluctuaciones importantes. decir, un 300/0 sin efectos de arrastre, vis-
Así, Deustua señala que en ese año los cos- to como aporte en metálico de la economía
tos del transporte, asumidos por comercian- indígena a las arcas fiscales y que, por tan-
tes que además anticipaban dinero ( capital to , no formará parte de la economía mone-

No. 2, Diciembre 1986 359


Estudios y Debates _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

taria. Si a este porcentaje agregamos aproxi- clavización en torno a polos productivos y


madamente un 300/0 de costos de transpor- con qué efectos sobre las economías más
te, un 300/0 de costos de refinación (inten- tradicionales. Ello sería, en todo caso, una
sivos de capital) , resulta legítimo preguntar- versión teórica más sobria y de mayor en-
se dónde estaba la ganancia minera y co- vergadura que aquella de contraponer eco-
·.nercial. Sin duda, para responder con exac- nomía monetaria a economía natural.
titud a este interrogante sería necesario Finalmente, una breve acotación al ejem-
contar con una mayor precisión cuantitati- plo de Cajatambo, tomado de mi propio li-
va que la que nos ofrece el artículo. No es bro sobre las comunidades campesinas a
del todo legítimo y viable contrastar por- comienzos de siglo. El caso de Cajatambo
centajes de 1810 y 1875 . Por ello mismo , resulta particularmente relevante, por una
las conclusiones deberían ser más cuidado- parte porque fue un centro minero de im-
sas. portancia relativa y, por otra, porque con-
El segundo indicador tomado por el tamos con documentos (citados en el mis-
autor es un estimado del valor de cambio mo libro) que muestran exactamente lo
de bienes de producción natural o comer- contrario a la preeminencia de una econo-
cio reducido . .Detectando los principales mía natural. Tenemos a comunidades indí-
(maíz y papa), se supone. que todos tuvie- genas que arriendan tierras a mestizos e in-
ron que obtenerlos en el mercado a un pre- cluso obligan a éstos a pagar tributos por
cio x, y resulta que el monto total es más ellas, a comunidades indígenas que tienen
alto que el total de las exportaciones. Este una capacidad financiera lo suficientemen-
cálculo ficticio lleva al autor a evaluar la de- te grande no sólo para iniciar juicios de re-
pendencia de la circulación monetaria fren- cuperación de tierras, sino incluso para uni-
te a la economía natural, la supremacía y la ficarse y contratar a abogados para que se
amplia difusión de esta última . El tercer in- encarguen de estos juicios en Lima ; tene-
dicador -un documento descriptivo de la mos, asimismo, pruebas de la invasión de
situación de algunas comunidades en 1808- tierras y de los temores de propietarios de
apunta en la misma dirección: demostrar la ingenios frente al avance indígena, docu-
preeminencia de la economía natural. Si mentados a partir del enfrentamiento direc-
bien el primero es un cálculo legítimo (pero to entre estos grupos y de las dificultades
en el fondo no hace sino demostrar que la que algunos hacendados tienen para encon-
economía campesina tiene un alto compo- trar mayordomos y/o arrendatarios para
nente de autoconsumo, como en cualquier sus haciendas. Todos éstos son indicadores
otra parte del mundo), creo que el argumen- de cambio radical. Y, a menos que admita-
to inverso sería más elocuente; es decir, mos que la economía natural pueda promo-
aquel que hoy, en función de "economías ver estos cambios, tendremos que encontrar
campesinas modernas", se está realizando: una explicación razonable -posiblemente
calcular qué porcentaje del consumo fami- ligada efectivamente a la minería y a la cir-
liar campesino está compuesto por produc- culación monetaria- y no sólo para Caja-
tos comerciales, no pertenecientes al consu- tambo en los primeros años del siglo XIX.
mo tradicionalmente agrario . La ventaja del Es posible que la insatisfacción del pro-
"hoy analizable" es la confrontación y la pio autor esté plasmada en el enunciado del
observación directa, pero también para te- título y en la frase final de su artículo,
mas de historia esto es realizable con un cuando señala que queda por hacer el estu-
manejo cuidadoso de las fuentes disponi- dio de la evolución de la producción minera
bles, y es ése el trabajo pendiente en función y de la circulación monetaria en el Perú del
del segundo indicador utilizado por el autor. siglo XIX. Creemos que el artículo contiene
En este contexto, adicionalmente, sería im- propuestas interesantes y es meritorio por-
portante retomar reflexiones iniciadas por que señala vacíos importantes en.el proceso
C.S. Assadourian en función de la economía de desarrollo económico del pafs: el tema
colonial. Por ejemplo, medir en términos de es prioritario y reciente. Por ello mismo, las
la "geografía del funcionamiento minero" debilidades son perdonables y esperamos
qué lugares del país están involucrados en con entusiasmo la anunciada publicación
qué tipo de economía, cómo surge esta en- del libro .

360 Revista Andina, año 4


_________________________ Deustua: Producción minera

Bajo Perú, por lo menos en sus centros más


Nils Jacobsen(*) lucrativos, a fines de la colonia no había lle-
Dept. of History gado a una crisis de rentabilidad y que, una
University of Illinois vez restituidas las condiciones técnicas y
Urbana, /11. 61801 políticas, podía realcanzar su alto nivel de
EE.UU. producción . Aquí hay un contraste con Bo-
livia y México, donde la producción argen-
José Deustua se ha propuesto una tarea tífera solamente volvió a alcanzar los nive-
a la vez fundamental para la comprensión les más altos del período tardío-colonial
del Perú decimonónico, como difícil de rea- entre las décadas del 50 y 70 del siglo XIX.
lizar: ¿cuál ha sido el desarrollo cuantitati- En el tercer cuarto del siglo pasado, enton-
vo de la minería del país durante el siglo ces, la minería peruana de plata, según
pasado y qué significado tuvo para el mer- Deustua, atravesó una fase de decadencia
cado interno? A pesar de la tentación de en la misma época durante la cual la pro-
comentar mayor número de las importantes ducción de plata en otras partes de Améri-
sugerencias del autor prefiero resaltar dos ca Latina, así como en Estados Unidos, en-
problemas centrales: primero, la interpreta- tró en la primera fase de auge y transición.
ción del monto de producción de plata en- Durante estos veinticinco años, más o me-
tre comienzos de la República y el nuevo nos, el precio de la plata en relación al del
auge minero a partir de 1890 y, segundo, el oro estaba aumentando ligeramente como
papel de la producción de plata para la cir- consecuencia de los grandes hallazgos del
culación monetaria interna. metal amarillo en California y Australia.
En lo que parece ser una periodización ¿Es probable que los mineros peruanos no
convencional, Deustua sugiere que la pro- hubieran tratado de aprovechar esta co-
ducción de plata después de la efímera re- yuntura?
cuperación post-colonial durante la década Me pregunto si las fuentes en las cuales
de los treinta vivió una fase de "franca de- Deustua ha basado sus estadísticas de pro-
cadencia" y "continua arcaización". Si esto ducción son plenamente confiables. Parece
fuera cierto, el. nuevo boom minero a partir que provienen de la plata producida por las
de los años noventa habría comenzado, por callanas de fundición, y el autor nos sugiere
decirlo así, de la nada, sin ninguna fase pre- que ésta representa casi toda la plata piña
paratoria. Este boom habría sido la conse- · producida por los mineros y también que
cuencia de cambios bastante inesperados y casi el cien por ciento de las barras produci-
repentinos en las tecnologías de extracción, das (por las callanas) pasaba a las casas de
beneficio y transporte, así como en regíme- moneda. Pero hay evidencias de que ambas
nes de trabajo, capitalización y formas jurí- afirmaciones no son ciertas. En los infor-
dicas de propiedad. Esta imagen deja abier- mes de los cónsules británicos de Islay para
tos muchos problemas, especialmente debi- los años sesenta y setenta del siglo pasado,
do a que el autor no nos explica por qué por ejemplo, aparecen exportaciones tanto
ocurrió esta decadencia anterior o, en otras de "mineral de plata" como de plata piña
palabras, a qué estímulos o, más bien, falta en montos apreciables. En 186 2, el cónsul
de estímulos estaría reaccionando la mine- Cocks informa que por más de dos años las
ría peruana de plata. . tres casas de moneda peruanas no habían
En primer lugar, hay que subrayar el re- elaborado moneda alguna (ver Bonilla, Gran
punte de la minería peruana de plata entre Bretaña y el Perú, IV: 15, 122, 135, 168,
1829 y 1842 a un nivel casi tan alto como 256). Es evidente, entonces, que por lo me-
el vértice de la producción tardío-colonial. nos hubo algunos años durante los cuales
Esto sugiere que la minería cte plata en el entró en las casas de moneda una mínima
parte de plata y lo que es más importante:
parece ser que mineros o rescatistas en mu-
chos casos no entregaron toda su plata piña
(*) Quiero agradecer a Enrique Mayer por a las callanas para evitar el pago de impues-
su gentileza en criticar estas páginas y tos. Y ésta no sólo se exportó, sino tam-
volver mi castellano más comprensible. bién se utilizó para el comercio interior (re-

No. 2, Diciembre 1986 361


Estudios y D e b a t e - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

cuérdese , por ejemplo , que la prohibición claramente distinguidas, o sea una moneta-
de exportar plata piña del virreinato de La ria y la otra natural (la cual por casualidad
Plata después de 1776 fue aducida como coincide plenamente con los tributarios in-
causa mayor de la decadencia del comercio dígenas), como la evidencia para. compro-
entre el Alto y el Bajo Perú). En fin, las es- barla me parecen muy discutibles. En un
tadí sticas de producción de plata peruana tipo de argumentación a veces bastante
hasta fines del siglo XIX que se basan en la monetarista, José Deustua confunde lo que
plata registrada en las callanas no me pare- sería una economía netamente natural - ca-
cen plenamente confiables y hay que consi- racterizada por un limitado nivel de inter-
derar la posibilidad de que el monto de pro- cambios horizontales entre productores de
ducción en algunos años discrepó bastante valores de uso - con un sistema de circula-
del monto de barras producidas en dichas ción,jerarquizado por una distribución alta-
callan as. mente desigual del medio circulante entre
Sabemos que durante la época guanera varios niveles socio-espaciales. Aquí los in-
hubo inversiones en agricultura, en algunas tercambios económicos más alejados del
industrias y otros sectores de la economía centro se basan cada vez más en transaccio-
peruana. ¿No es probable que también las nes crediticias desiguales, controladas por
hubiera en la minería y que éstas afectaron, las capas más cercanas al vértice de la jerar-
por lo menos por algunos años, los montos quía tanto comercial-crediticia como polí-
de producción de plata? Por eso me pregun- tico-social. En las regiones serranas alejadas
to si en lugar de una minería homogénea- de las ciudades, esta escasez caracterizó a
mente arcaizada que mantenía las estructu- los campesinos indígenas y -aunque en me-
ras de propiedad, producción y regímenes nor grado- a muchos hacendados, mineros
de trabajo de la época colonial, no se ha- y pequeños comerciantes. La escasez del
bría desarrollado ya en las últimas décadas medio circulante en regiones alejadas, de es-
antes de la guerra del Pacífico una minería ta manera, viene a ser la expresión del con-
dual: o sea una gran mayoría de empresas trol económico y político de comerciantes,
muy pequeñas con tecnología tradicional hacendados y mineros más capitalizados
de baja productividad y unas pocas empre- sobre capas sociales más bajas o, en otras
sas más grandes, que utilizaban modernas palabras, un instrumento de la integración
formas jurídicas de propiedad, con acceso a del campesinado, pequeños terratenientes,
capital (a diferencia de la habilitación usu- arrieros, etc. en circuitos comerciales, como
rera), y trataban de emplear algunas técni- Assadourian lo ha mostrado para la colonia.
cas modernas. Por eso me parece equivocado tratar de
También tendríamos que saber cómo se calcular "la dimensión de la economía na-
desarrolló la rentabilidad de las empresas tural dentro de toda la economía peruana"
mineras en esas décadas: ¿qué efecto tenían a través de la relación entre el monto de los
el abaratamiento del azogue (a causa de los tributos y la plata acuñada anualmente. El
hallazgos californianos) y la inflación de los monto de los tributos o de la contribución
años sesenta sobre los gastos de produc- indígena indica nada más y nada menos que
ción? En fin , aunque Deustua tiene razón la mínima participación de los indígenas en
en subrayar todos los obstáculos existentes la economía monetarizada o, mejor dicho,
para el auge minero antes de 1890 -dificul- en la economía de mercado en el Perú (y,
tades de vías de comunicación, mano de dicho sea de paso, el monto de las acuña-
obra campesina, dependencia del escaso ciones de plata es una medida muy inexac-
crédito, a excesivas tasas de interés, de los ta para el tamaño absoluto de esta econo-
habilitadores-, debemos explorar si el ter- mía).
cer cuarto del siglo no constituyó una épo- Ahora bien, la situación durante la se-
ca de transición, en vez de mera decaden- gunda mitad del siglo pasado era más com-
cia, para la minería peruana de plata, como plicada aún, ya que no hubo un único me-
Mitre lo ha dibujado para el caso boliviano. dio monetario. El autor menciona la mone-
Problemas más graves veo en lo que el da feble boliviana, que en muchos lugares
autor sugiere sobre la circulación moneta- del Perú reemplazó totalmente a la moneda
ria. Tanto la idea de dos esferas económicas nacional entre los años cuarenta y sesenta

362 Revista Andina, año 4


- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Deustua: Producción minera

del siglo pasado. Esta moneda fue el medio nacional (función parecida a la de devalua-
circulante más importante en todo el sur ción del Sol en relación a la libra Esterling
hasta la última década del siglo y no perdió para los exportadores durante comienzos de
su importancia en el departamento de Puno la década del noventa). De ese modo habrían
hasta después de la primera guerra mundial. existido -a diferencia del siglo XVIII- eco-
Pero gran parte de la moneda circulante en nomías regionales con cierto grado de auto-
el país entre los años cincuenta y noventa nomía en sus circuitos monetarios internos,
eran "monedas malas" "cortadas" o "asti- de difícil penetración para los capitalistas
lladas" en el Perú mis~o o introducidas de nacionales y extranjeros. No es extraño, en-
contrabando desde varios países extranje- tonces, que la reforma monetaria y, en es-
ros. Dada esta multitud de monedas - mu- pecial, el retiro de todas las monedas ilega-
chas de ellas fraccionarias, como los famo- les, fuera una preocupación central para
sos tostones bolivianos- no hay que extra- varios gobiernos entre los años sesenta y fi-
ñarse de que los billetes se emitieran mayor- nes del siglo pasado. La construcción de un
mente en denominaciones grandes. Esta mercado interno integrado en el último ter-
también era la práctica en los países euro- cio del siglo XIX era impedida ya no tanto
peos - ¡y nadie diría que en el Reino Uni- por una escasez absoluta del medio circu-
do o Francia el intercambio menudo no es- lante (como posiblemente ocurría en la
taba monetarizado por eso!- , ya que los época borbónica), sino por la existencia de
políticos y financistas no consideraban a varios sistemas monetarios, algunos de los
"la plebe" apta para manejar billetes, que cuales se sustrajeron al control pleno de la
en ese entonces todavía eran instrumentos economía nacional.
crediticios muy débiles. Mientras que polí- La importancia de la minería de plata
ticos y bancarios en Lima se veían forzados para este sistema monetario fue disminu-
a imprimir más billetes fraccionarios duran- yendo probablemente desde alrededor de
te la creciente crisis financiera de los años 1850. Pero esto no era solamente la conse-
setenta para surtir de circulante a los em- cuencia del boom guanero y de la retención
pleados y trabajadores urbanos -y lo consi- correspondiente de plata dentro del Perú,
deraron un pecado contra las buenas cos- como sugiere el autor. Más bien se trata de
tum bres financieras-, estos billetes proba- un cambio de mayor importancia, que'tiene
blemente nunca penetraron mucho en el que ver con el peso de la minería de plata
medio rural serrano: como nos cuentan tan- en la economía del Perú y no primordial-
tas fuentes de la época, los campesinos in- mente con la proporción de plata en las ex-
dígenas rehusaban - ¡y con mucha razón!- portaciones totales del Perú. En la medida
aceptar los billetes. en que la minería de plata constituyó una
La segunda mitad del siglo pasado, en- parte más pequeña del conjunto de la eco-
tonces, estuvo caracterizada por un sistema nomía peruana de mercado, ella influyó
monetario extremamente complejo: lamo- menos en el desarrollo del monto de medio
neda nacional de plata circulaba entre los circulante. Esa influencia, igual que la de
comerciantes y gran parte salió del país en cualquier otro sector de la economía no se
pago de importaciones; entre los años sesen- articuló a través de la oferta de plata'entre-
ta y fines de los ochenta, los billetes circula- gada a las casas de moneda, sino a través del
ban en las ciudades y servían especialmente monto total de transacciones generadas por
para transacciones entre las capas altas de la la minería de plata y su peso en la econo-
sociedad y el Estado; en las regiones rurales mía peruana ( o sea, en términos de econo-
circulaban los "tostones" y "arañas" boli- mistas modernos, a través de la contribu-
vianos, así como gran variedad de moneda ción de la minería de plata al producto bru-
"mala" (probablemente solamente de curso to nacional). Según Alejandro Garland (Es-
region_al o aun local). Parece posible que tudio económico sobre los medios circulan-
esas diversas monedas ilegales sirvieron para tes, pp . 65 y 71 ), la Casa de Moneda de
proteger economías regionales contra los Lima produjo 674,024 pesos de plata cada
co~erciantes importadores, especialmente año entre 1822 y 1864 ; entre 1864 y 1887
en epocas durante las cuales esas monedas -años de decadencia, según José Deustua-
se devaluaban en relación al Sol, la moneda su producción subió a 1,558, 913 Soles de

No. 2, Diciembre 1986 363


plata ( o sea 1,948,641 pesos). Parece claro, ro de trabajadores en Cerro de Paseo fue
entonces, que en esa época el ritmo crecien- menor con relación .al que laboró durante
te de amonedación ya no correspondía al el auge minero de fines del siglo XVIII en
desarrollo de la minería de plata: consti- apenas 42 trabajadores, permite plantearse
tuía, más bien, un reflejo del crecimiento esta hipótesis. Naturalmente, puede ser
de otros sectores de la economía peruana . ocioso detenerse a definir si una crisis se
produjo uno o dos años antes o después de
una fecha dada. Ello sólo tiene importancia
para abordar un problema central que el
texto de Deustua no encara: las causas de
los ciclos de expansión y contracción de la
Ne/son Manrique producción minera.
Calle Buenos Aires 220 De los períodos que cierran un ciclo, en
Lima 18, Perú el gráfico No. 2, los dos más claramente de-
finidos coinciden con coyunturas de desor-
El ensayo de José Deustua sustenta con den general de la sociedad peruana: la Inde-
solidez la importancia que tuvo la produc- pendencia y la guerra con Chile, eventos no
ción argentífera en la economía peruana del intrínsecos a la dinámica del sector. ¿Seña-
siglo XIX, particularmente durante las pri- lan estos períodos una crisis real de la mine-
meras décadas de la República. Las cifras ría, la culminación de una etapa de deca-
publicadas por Mathew y Hunt sobre las dencia, o son resultado únicamente de los
exportaciones peruanas habían ya llamado · destrozos producidos por la guerra? Si la
la atención sobre este fenómeno, pero el guerra con Chile se hubiese producido algu-
trabajo de Deustua tiene el mérito de abor- nas décadas antes o después de 1879, indu-
darlo a partir del análisis de la propia pro- dablemente ésta hubiese ·desencadenado,
ducción minera. Quisiera formular algunos también, una crisis en el sector minero . Es-··
interrogantes que me ha planteado su lec- ta no nos diría nada, sin embargo, acerca de
tura. la dinámica del sector. ¿Las crisis del 20 y
Un factor al que el ensayo presta parti- el 80 fueron provocadas por la guerra o tu-
cular importancia es el de los ciclos de apo- vieron otras causas? Como hemos señalado,
geo y crisis de la producción minera. La im- creemos que la superación de la crisis de
portancia del tema es evidente, pero no es- inicios del siglo XIX comenzó antes del fi-
toy convencido de que el tratamiento dado nal de las guerras de la Independencia. Ha-
a la información sea el más adecuado. El brían, entonces, causas más profundas que
gráfico No. 2 está construido sobre frecuer¡- la guerra tras de esta crisis. Fisher considera
cias de tres años de intervalo, demasiado determinante la insuficiente provisión de
cortas para eliminar las inevitables oscila- mercurio a los mineros. ¿Se mantuvo igual
ciones de la producción en el corto plazo . la situación a Jo largo del siglo pasado? Fal-
Eliminando este efecto distorsionante, a ta una explicación de los mecanismos a tra-
través de acumular los volúmenes de pro- vés de los cuales los mineros se proveían de
ducción en frecuencias quinquenales o de- este insumo fundamental; por tanto, el
cenales, se podría delinear mejor las fases interrogante queda sin respuesta.
de expansión y contracción. Tengo la im- Es necesario, pues, distinguir los factores
presión de que entonces la caída de la déca- intrínsecos a la explotación minera de los
da del 60 se vería mucho menos significati- alógenos. Aclaro que no opongo factores
va, sin. la magnitud suficiente para señalar internos y externos. La masiva producción
el cierre de un ciclo y el inicio de uno nue- de plata de California y la consecuente caí-
vo. En lugar de tres ciclos tendríamos en- da de los precios en el mercado mundial,
tonces dos. Posiblemente la primera crisis así como la evolución de la oferta de mer-
señalada se situaría entonces antes del fi- curio en el mercado externo, pueden tener
nal de la guerra de la Independencia. La tanta importancia como la adecuada provi-
constatación que Fisher hace, en la Intro- sión de fuerza de trabajo, el drenaje de los
ducción a la Matrícula de los mineros del pozos inundados, el descubrimiento de
Perú de 1790, de que durante ésta el núme- nuevos veneros o una política estatal favo-

364 Revista Andina, año 4


__________________________1,./eustua: Producción minera

rabie al sector. Sería necesario indagar so- por la gran circulación de la moneda feble
bre la evolución de estos factores y su vin- boliviana, la que se utilizó en los departa-
culación con los ciclos de la economía re- mentos del su.r hasta las primeras décadas
gional en que se insertan, para poder carac- del siglo XX. Aun más significativa es la cir-
terizar más adecuadamente los ciclos pro- culación de la moneda astillada, sobre la
ductivos. cual ha llamado la atención Basadre: allí
Otra demostración que me parece insu- donde no existía moneda de baja denomi-
ficiente es la ofrecida para medir la magni- nación, los campesinos dividían las mone-
tud de la economía natural en la economía das existentes en fracciones. Naturalmente,
peruana. Comparar el monto del tributo in- subsiste la interrogación de por qué en la
dígena con la acuñación monetaria ofrece emisión de papel billete se lanzaba tan poco
una evidencia irrelevante. Lo que interesa circulan te de baja denominación. Quizá
es la proporción entre el monto de aquél en pueda explicar este hecho el rechazo que
relación al volumen de moneda en circula- los indígenas manifestaban para recibir todo
ción. La acuñación de moneda de un año aquello que no fuera moneda metálica. Sólo
puede duplicar el volumen del circulante en aquellas regiones en las cuales existía
disponible o representar una fracción insig- una gran circulación mercantil (por ejemplo,
nificante de él; depende de la cantidad de el valle del Man taro), el billete fue aceptado
moneda preexistente. Tampoco la acuña- por los indígenas en sus transacciones habi-
ción de moneda representa automáticamen- tuales. Creo, en fin, que habría que buscar
te un incremento del circulante existente; más evidencias para formular conclusiones
éste no se alterará si la nueva moneda es consistentes. Aunque se ha adelantado bas-
destinada a la exportación. Habría que con- tante en la investigación sobre la minería,
siderar esta última alternativa, atendiendo a hay aún bastante trecho por recorrer.
que las cifras en las que se basa el análisis
corresponden aún a la etapa colonial y a
que, según las cifras de Hunt, la exporta-
ción de moneda representó durante los pri-
meros años de la República hasta el 900/0 Rory Miller
de las exportaciones peruanas. Jnst. de Estudios Latinoamericanos
El ejemplo de las comunidades de Caja- Universidad de Liverpool
tambo tampoco me parece convincente. P.O. Box 147
Podrían todas ellas entregar todos sus pas- Liverpool L69 3BX
tos excedentes sin pago alguno, pero eso no Inglaterra
responde el interrogante crucial : ¿se incor-
poraban o no los comuneros al mercado de Los historiadores del Perú estaríamos de
bienes y de trabajo? Sería interesante pre- acuerdo en que durante los últimos quince
guntarse al respecto cómo conseguían ope- años hemos visto grandes adelantos en nues-
rarios los dueños de las minas y cómo se tra comprensión del pasado republicano.
proveían de alimentos los trabajadores mi- Nuestros conocimientos sobre la economía
neros de Cajatambo y los de )os demás cen- de exportación, la población rural de la sie-
tros mineros. Por otra parte, la moneda no rra y la costa; la élite y el Estado, y los con-
fue utilizada por los campesinos únicamen- flictos étnicos y de clases dentro de la na-
te para pagar el tributo. Diversas evidencias ción, han evolucionado muchísimo. Sin em-
demuestran que también fue empleada para bargo, aún queda mucho por hacer. En par-
la tesorización en una proporción no desde- ticular, hay grandes sectores de la economía
ñable; esto ha sido señalado para la sierra interna del siglo XIX que son virtualmente
sur por Burga y Reátegui e igual constata- desconocidos hoy en día, y el estudio de
ción se puede realizar en la sierra central. José Deustua promete mucho ya que hasta
Habría que añadir entonces a la moneda ahora no contábamos realmente con un de-
necesaria como medio de cambio la que era bate claro ni siquiera de la cronología ni de
sacada de la circulación y convertida en te- los niveles de producción. El artículo es va-
soro. Del mismo modo, que el campesinado lioso tanto por sus logros como por las pro-
necesitaba circulante, queda evidenciado metedoras líneas de investigación que sugie-

No. 2, Diciembre 1986 365


re. Con espíritu de indagación más que de los ingresos en la época del guano e inver-
crítica, quisiera plantear algunas cuestiones tían en otros sectores de la economía ( tre-
sobre el estado de la minería en el siglo nes, bancos, agricultura costeña), y que
XIX, así como sobre la economía moneta- Cerro de Paseo aparentemente fue ignorado
ria. por el capital local y por los comerciantes
El historiador que desea analizar las esta- extranjeros que estaban dispuestos a finan-
dísticas de producción minera se halla fren- ciar la minería de países vecinos. En parti-
te a problemas evidentes. Alguna cantidad cular, parece que una sucesión de gobier-
de plata -y es casi seguro que la propor- nos, que disponían de mucho más recursos
ción varió considerablemente a través del que aquéllos de los años que siguieron a la
tiempo- debe haber evadido los registros, independencia, hicieron muy poco por for-
pero tenemos que depender en las cifras de talecer la industria, salvo quizás indirecta-
la producción registrada que nos da Deus- mente, mediante una educación técnica y la
tua en el Gráfico 2. Estas cifras muestran construcción de ferrocarriles. Manuel Pardo
algo significativo: la sorprendente recupera- suprimió el Tribunal General de Minería.
ción de la minería, especialmente en Cerro Su sucesor concluyó un contrato con Henry
de Paseo, después de la independencia; pe- Meiggs en 1877 para el tren.a Cerro de Pas-
ro, además, quisiera plantear algunas cues- eo y el socavón de Rumiallana, en un deses-
tiones específicamente acerca del Tercer perado intento por revivir el programa de
Ciclo (1860-1881) y del Ultimo Ciclo obras públicas en quiebra. Así, Pardo enre-
(1881-1898), identificados por Deustua. ' dó al Perú en un laberinto de reclamos lega-
Una pequeña cuestión es la repentina alza les con los herederos de Meiggs, Michael
y baja en la producción de Paseo en 1871- Grace y los accionistas peruanos. El resulta-
1872: ¿se trata de un error de las fuentes o do fue que durante el resto del siglo virtual-
representa un éxito temporal al hallarse una mente no se hizo inversión alguna en Cerro
nueva veta de mineral o por la introducción de Paseo. El crecimiento de la producción
de maquinaria? A un nivel más amplio, el en el Ultimo Ciclo de Deustua estaba con-
Gráfico 2 resalta la forma cómo la partici- centrado entonces en Casapalca y Moroco-
pación de Paseo en la producción total de cha así como en Hualgayoc y Cailloma, e
plata del Perú empieza a bajar después de implicaba el fundamental cambio tecnoló-
1860, aunque esta disminución en la pro- gico, aunque muy retrasado, de la amalga-
ducción de Cerro de Paseo de hecho había mación de la plata a la lixiviación.
comenzado en la década de 1840. Algunos Para pasar de un análisis de la producción
autores (Shane Hunt, Florencia Mallon, de plata a uno sobre circulación monetaria,
Nelson Manrique, Carlos Contreras) han se requiere un número de complejos saltos
notado los problemas de la región: costos conceptuales. Dejando de lado el problema
en aumento (incluyendo el precio pagado de la plata no registrada, que ya menciona-
por el mercurio y la sal) más la escasez de mos, tenemos algunas dudas de que esta es-
mano de obra y transporte. No obstante, trecha relación entre producción y moneda,
si vamos a adjudicar el "éxito" de Cerro presentada en el Gráfico 3 para comienzos
de Paseo durante las dos décadas después del siglo XIX, aún persista. Según Carlos
de la independencia (el Segundo Ciclo de Camprubí, en la crisis de la década de 1870
Deustua) al progreso y la terminación del se exportó mucha plata simplemente en for-
socavón de Quiulacocha, tenemos que pre- ma de barras, sin que sea acuñada. Pero
guntarnos por qué no hubo fondos para in- cuando hablamos de circulación monetaria
vertir en el proyecto que seguiría lógica- en vez de producción de plata, también hay
mente, el socavón de Rumiallana, durante que tomar en cuenta la cantidad de dinero
el resto del siglo. Ya no podemos decir que existente, el efecto en esto de los cambios
el problema radicaba en la absoluta caren- en las balanzas comerciales externas y las
cia de capital en el Perú, lo que había res- cuentas de capital , la velocidad de la circu-
tringido esfuerzos anteriores, sino más bien lación y la coexistencia en el país de soles
en los medios para movilizarlo. Según Sha- de plata peruanos ( después de 1863), bille-
ne Hunt, tanto el Estado como la naciente tes y pesos febles bolivianos, el medio nor-
burguesía se beneficiaban enormemente de mal de intercambio por todo el sur. Ade-

366 Revista Andina, año 4


----'-----------------------Deustua: Producción minera

más, me pregunto si el hacer una distinción parece que los resultados de muchas inves-
demasiado rígida entre "áreas de economía tigaciones en la sierra señalan una circula-
mercantil" vinculadas a las exportaciones y ción mayor de dinero en el siglo XIX de lo
una "economía natural" interna de las ha- que sospechábamos hará unos diez a quin-
ciendas, comunidades y unidades domésti- ce años.
cas, no nos llevará a conclusiones erróneas Traducción de Sheila Campion
en lugar de guiarnos respecto al alcance del
intercambio comercial dentro del Perú en el
siglo XIX. El tributo indígena hasta 1854 y
los impuestos locales similares reestableci- lean Piel
dos después de 1866 obligaron a mucha Université de París VII
gente a ingresar en los mercados laboral o 2, Place Jussieu
de productos, que si bien eran evidentemen- 75005 - Paris
te imperfectos y a menudo coercitivos, in- Francia
volucraban transacciones en efectivo. Algu-
nos artículos de uso cotidiano, como la co- Me gusta este artículo , no tanto por la
ca, sal; aguardiente, textiles, herramientas, suma de conocimientos empíricos nuevos
se producían en centros especializados del que proporciona (lo cual no es desprecia-
Perú o eran importados y se comercializa- ble, aunque el autor mismo reconoce, mo-
ban extensamente por toda la sierra. Ade- desta y repetidamente , que no se trata más
más, el crecimiento de Lima-Callao y de que de una primera entrega de su investiga-
otros mercados en la costa · para la comer- ción), sino por los problemas que plantea,
cialización de alimentos y artículos de ex- la problemática que sugiere y la vigilancia
portación producidos principalmente por metódica que ejerce respecto de sus propias
campesinos, en especial la lana de alpaca, afirmaciones.
trajo un flujo de dinero relativamente sus- José Deustua nos hace recordar ante to-
tancial a las haciendas, los campesinos inde- do que, a pesar de la notoriedad de un siglo
pendientes y las comunidades. La noción XIX peruano depresivo en el plano de la
de la hacienda autárquica y de una masa de minería, la producción argentífera seguía
campesinos endeudados, como lo ha demos- siendo uno de los principales pilares de la
trado recientemente Van Young, ha sufrido economía del país luego de su independen-
una gran modificación para el México colo- cia, alimentando la producción de las casas
nial, y existe actualmente una tendencia re- de moneda (la acuñación de moneda acapa-
visionista paralela con respecto a las hacien- ra más del 900/0 del metal producido) y
das, los campesinos, las comunidades y los constituyendo hasta el 500/0 de las expor-
sistemas laborales de los Andes. Mientras taciones peruanas (en valor) a la Gran Bre-
más indagan los historiadores en los archi- taña (hacia 1830, por ejemplo).
vos regionales, más ejemplos se encuentran El autor muestra a continuación la es-
de un extenso e insospechado mercado lo- tructura social de la producción minera (en
cal o de larga distancia. En el caso de Cerro gran parte dominada por la pequeña empre-
de Paseo mismo, un ejemplo clásico sería el sa, de medios técnicos extremadamente li-
de las grandes compras de llamas de Huan- mitados, que a su vez era dominada por los
cavelica, de lo que recién se han percatado maestros-fundidores propietarios de inge-
Manrique y Contreras. Pero también podría- nios, los mismos que dependían de comer-
mos citar, por ejemplo, el significado real ciantes, transportistas, acreedores que lleva-
de la coca en el Cusco o de.l aguardiente en ban las barras refinadas hacia los talleres de
Tarma y el valle de Chanchamayo; y hay acuñación de moneda).
ejemplos de esta especialización por todo Presenta, luego, las consecuencias socia-
el Perú. No niego la fundamental importan- les sobre la mano de obra: indígenas de ori-
cia de una producción de subsistencia para gen rural, libres u obligados a trabajar en las
la unidad doméstica campesina, ni la difun- minas, poco o no remunerados en moneda
dida existencia de las disposiciones para el üusto lo suficiente para que una vez de re-
trabajo coercitivo y del pago en especie o greso en sus comunidades puedan pagar el
tierras en vez de dinero. No obstante, me impuesto personal o tributo de indios).

No. 2, Diciembre 1986 367


Y es aquí , en el plano problemático y za particular de la indianidad y la ruralidad
teórico, donde el artículo de José Deustua andinas hasta el último tercio del siglo XIX.
se torna apasionante. ¿Cómo caracterizar,
en efecto, una economía orientada hacia la Traducció n d e Sh e ila Campion
producción monetaria y que funciona ma-
yormente sobre las relaciones sociales de
producción premonetarias, ya se trate de
productores directos ( trabajadores mineros
indígenas muy mal pagados) o de empresa-
rios criollos muy mal equipados en cuanto Mana Isabel Remy
a bienes de capital (técnico, de gestión , de Apartado 4 77
transporte, de inversión)? Por supuesto que Cusco, Perú
como una economía "natural" (aunque in-
dustrial), pero sumamente especulativa da- El artí~ulo de José Deustua tiene, entre
do que se orienta por el deseo mercantilista varias otras, dos grandes virtudes. La prime-
de producir moneda para el mercado (por ra, la de combatir, con una detallada infor-
otra parte, mucho más para el internacional mación docum\!ntal, las imágenes corrientes
que el nacional). sobre la minería peruana que, al considerar
que esta actividad se interrumpe entre la
La minería en el P-eru del siglo XIX pro- crisis de la producción de plata en Potosí y
longa así las paradojas de la economía mer- el desarrollo de la gran minería del cobre a
cantilista-monetarista colonial : sirve direc- inicios de este siglo, sobredimensionan la
tamente para la acumulación primitiva de importanch, y sobre todo la novedad , de
capital monetario internacional . .. sobre la este último período. No es así, y Deustua
base de relaciones de producción premone- demuestra que esta actividad, de gran im-
tarias, típicas de una economía natural portancia en la economía nacional (produc-
cuya reserva social radica en las comunida- tora primero de plata -y eso quiere decir
des rurales andinas que proporcionan una de moneda hasta el cambio al patrón oro-
mano de obra forzada (por la coerción fis- y luego fuente fundamental de divisas), tie-
cal) en los alrededores de las principales mi- ne una historia larga y continua en el país.
nas productoras. Continuidad incluso regional.
Para el caso peruano (aunque la compa- La segunda, que plantea de manera inte-
ración sería aplicable a las minas de los Ura- gral la cuestión de la minería de plata en el
les, Bohemia o Alemania, hasta aproxima- Perú del siglo XIX. No sólo nos propone el
damente 1850), José Deustua esboza una funcionamiento de este sector productivo y
"economía política" de las relaciones mer- las relaciones sociales que involucra, sino
cantilistas· de la producción de capital mo- que sigue la producción hasta su consumo,
netario, contribuyendo así a explicar la y esto no es poco decir: tratándose de la
"especificidad andina", no en términos de producción de plata en el siglo XIX, lo que
una improbable "esencia" cultural, sino co- se encara es el problema de la circulación
mo el producto histórico y estructural no de moneda en la economía nacional, el ni-
de un "modo de producción colonial", vel de monetarización de los intercambios.
cuanto de una lógica de producción no ca- Esto hace del artículo de José Deustua
pitalista al servicio de la acumulación máxi- un surtidor de diversas 'pistas de reflexión
ma de capital con los menores ·costos de in- a seguir sobre la historia económica del
versión . El fundamento de un sistema como Perú. De todas ellas (entre las que destacan,
éste es, evidentemente, el campesino de la por ejemplo, los problemas en torno al mer-
comunidad indígena, obligado por disposi- cado exterior), yo quisiera centrar mi co-
ciones fiscales y administrativas a trabajar mentario en una que , partiendo de las for-
en las minas. mas de obtener mano de obra para las mi-
nas (cuestión que en sí no es de relevancia
Paradójicamente, este artículo dedicado fundamental: la proporción de mano de
a la minería y a la moneda contribuye de obra implicada en la minería del siglo XIX
este modo al esclarecimiento de la naturale- no debió ser muy importante dentro del to-

368 Revista Andina, año 4


__________________________ Deustua: Producción minera

tal de trabajadores del Perú -como no lo es gión iban cada cierto tiempo a trabajar a las
tampoco ahora, pero por razones segura- minas? Quiero subrayar un poco el dramatis-
mente diferentes-) , nos conduce a uno de mo de la pregunta, recordando lo que Deus-
los temas fuertes del artículo que comenta- tua señala sobre el gran esfuerzo físico que
mos : el del uso del dinero y el carácter de requería el trabajo minero y las pésimas
la economía peruana del siglo XIX. Es cla- condiciones en que se desarrollaba, además
ro que no planteo una innovación ; Deustua de la presumible aversión de un campesino,
mismo establece esta relación (el mercado acostumbrado a vivir y trabajar en espacios
de trabajo como indicador de las pulsacio- abiertos, a introducirse en un oscuro soca-
nes de la economía), cuando explica una de vón cavado en las entrañas de la tierra. ¿Qué
sus hipótesis centrales: el Perú del siglo XIX necesidades de los campesinos indígenas del
combina dos esferas económicas, una mo- siglo XIX los empujaban a traba.i.ar en esas
netaria o mercantil y otra natural, " ligada a condiciones en las minas? ; ¿qué buscaban
la existencia y reproducción de la población ahí?
campesina e indígena, por entonces el 70 o Deustua en su artículo deja una duda so-
el 800/0 de la población total", siendo la bre la libre decisión de los campesinos de
minería uno de los puntos de intersección acudir al centro minero : "iban ....'.dice- de
de las dos esferas; ahí los campesinos indí- manera libre o forzada" . No aclara, sin em-
genas que trabajan produciendo plata, reci- bargo, qué quiere decir de manera "forza-
ben un salario mixto: natural y monetario; da". No parecen ser "levados" y obligados
la cantidad de moneda "que el campesino violentamente a trabajar en las minas. Un
indígena va a retener sólo servirá luego para sistema tan poco estructurado y tan violen-
pagar el tributo indígena", imposición que to no habría sobrevivido más de un siglo y ,
pesaba sobre la mayor parte de los campesi- por otro lado, no se hubiera planteado la
nos. cuestión de la remuneración de la mano de
Veamos de cerca el material que Deustua obra, tema que José Deustua desarrolla en
nos presenta sobre los mecanismos de acce- el artículo.
so a la mano de obra. En principio , ninguna ¿Iban a la mina por un salario? Probable-
duda sobre el hecho de que no se trata de mente sí , pero con ello no tenemos una res-
un proletariado minero; eran campesinos puesta, sino un enorme problema. ¿Qué sa-
los que iban temporalmente a trabajar a las lario? Mixto: natural y monetario . Cuál era
minas. Eso mismo fue constatado también más importante en términos de valor es una
por Heraclio Bonilla para un período poste- cuestión todavía oscura y aclararla implica-
rior, las primeras décadas de este siglo, in- ría cuantificar, cosa particularmente difícil
cluso cuando la producción de cobre había por las fuentes con las que se cuenta. Pero
desplazado en importancia a la de plata y aun en sus términos generales, la cuestión
actuaba en la zona una empresa como la de este salario mixto deja muchos interro-
Cerro de Paseo Copper Corp., formada por gantes.
grandes capitales extranjeros. Empecemos por la parte natural de este
No creo que sea particularmente impor- salario. Un texto de Rivero y Ustariz que
tante preguntarse por qué no se forma en ilustra en el artículo la cuestión del salario
tomo a la minería de plata del siglo XIX, y natural, refiere que el trabajo en gran parte
aun después, un .proletariado minero . Ello se pagaba con "coca, maíz y chuño". De
no parece ser un enigma: por un lado, la los tres productos, dos -maíz y chuño-
mano de obra indígena permanece vincula- pueden ser conseguidos por los campesinos
da a la tierra, sea por lazos de solidaridad y sin pasar por el mercado y, ciertamente, sin
reciprocidad en sus comunidades, sea por tener que trabajar en las minas: pueden
lazos y obligaciones feudales dentro de las conseguirlos con la producción de sus pro-
haciendas; y por otro lado, no parece pro- pias parcelas o a través de intercambios na-
ducirse un excedente de población en rela- turales. Es más, con excepción de la coca,
ción a las tierras disponibles, sino más bien es muy poco probable que los productos
lo contrario. Lo que sí creo importante in- que pudieran componer un salario natural
dagar es precisamente la pregunta inversa: tuvieran que conseguirse fuera de un siste-
¿por qué los campesinos indígenas de la re- ma natural de intercambios. O sí, pero en-

No. 2, Diciembre 1986 369


tonces habría que explicarlo (aunque pare- indios a las tasas anteriores a 1854? Esto
ce bastante improbable) y estaríamos en la puede ser una hipótesis, pero entonces hay
antítesis de la hipótesis sobre la reproduc- todavía problemas que aclarar en tomo al
ción natural de los campesinos que sustenta tributo como mecanismo de compulsión a
el artículo. No sería, pues, el conseguir esta la participación en un mercado monetario a
parte natural del salario, conseguir alimen- todo lo largo del siglo XIX.
tos, lo que impulsaría a los campesinos in- Están también los otros "gastos moneta-
dígenas a asalariarse temporalmente en las rios que los campesinos tenían que realizar
minas. en sus pueblos". Al final del artículo, José
Queda, entonces, el dinero, el salario Deustua nos ilustra, con un caso muy inte-
monetario. Deustua señala que los campe- resante -el de las comunidades de Cajatam-
sinos buscaban en las minas dinero para pa- bo en 1808-, el destino del dinero obteni-
gar sus tributos (y esto abre el problema del do por los indígenas a través de un mecanis-
mercado al conjunto de la población tribu- mo diferente al salario: el arrendamiento de
taria, no sólo a los trabajadores de las mi- parte de sus tierras. Fuera del dinero desti-
nas). En otra parte del texto, la cuestión nado al pago de los tributos de muertos y
está más matizada y al tributo se agregan ausentes, prácticamente todo el resto se
otros "gastos monetarios que tenían que destina a fines religiosos ( ceras, vino, fiesta
realizar dentro de sus pueblos y de sus pro- patronal), a ,labores comunitarias festivas
pias unidades domésticas". Comencemos (el gasto ocasionado por la "limpieza de la
con el tributo . Parece ser efectivamente acequia" no sería otro que la celebración
cierto, como lo señala el autor, que el man- de la faena colectiva; no creo que se destine
tenimiento del tributo indígena durante la a comprar herramientas o insumos) o, cu-
República constituye una compulsión al riosamente, a algo que podemos llamar
trabajo asalariado. Así fue concebido por obras de caridad ("carne para viudas, huér-
Toledo al monetizar las tasas y así se>funda- fanos y miserables").
mentó su mantenimiento en las primeras No sería remarcable este extraño destino
décadas de la República. del dinero (fiestas patronales, organización
Pero el tributo no se mantiene constan- comunal y ayuda mutua; es decir, todo un
te a lo largo del siglo XIX. Deustua mismo ámbito de la vida comunal que es normal-
nos recuerda que fue abolido en 1854. Sin mente considerado "tradicional") si no fue-
embargo, las curvas de producción minera ra un hecho reiterado. Algo semejante apa-
que presenta en el artículo no parecen ob- rece para 1860 en la tesis de Giralda y Liria
servar el drástico descenso que sería espe- sobre Puno: campesinos que venden sus tie-
rable encontrar, habida cuenta de la desa- rras a cambio de dinero para invertirlo en
parición de una de las poderosas compul- pasar sus cargos comunales (alcaldes, jila-
siones al trabajo minero. Es de suponer que catas). Más tarde, un informe de 1905 cita-
las minas continuaron recibiendo los con- do por Bonilla, refiere que el jornal que re-
tingentes habituales de trabajadores. ciben los campesinos en las minas lo desti-
En realidad, en tomo al tributo hay to- nan "a las fiestas patronales a las que los in-
davía bastante que investigar. El tributo citan los curas y que les son tan costosas".
fue repuesto al año siguiente de su aboli- Resulta por lo menos sorprendente que,
ción, con otro nombre ("contribución per- junto con una cambiante fiscalidad, sea el
sonal''), pero manteniendo su carácter de mantenimiento de prácticas organizativas y
capitación. Lo que sí es cierto es que su culturales el motor que impulsa a los indí-
monto legal fue notablemente disminuido. genas a trabajar (penosamente) fuera de sus
Sólo durante 1866 volverá a incrementarse parcelas, o aun a enajenar sus tierras, para
(aunque no a los niveles anteriorés a 1854) conseguir dinero.
para quedar legalmente eliminado en 186 7. Creo que este tipo de elementos no pue-
Se repondrá, como José Deustua lo indica, den ser sólo tratados como pruebas de que
después de la Guerra del Pacífico, pero sólo en lo fundamental la vida de los campesinos
por poco tiempo. · no había sido "penetrada por los mecanis-
Esto a nivel de la legalidad. ¿Siguieron mos propios de la economía mercantil", de
los poderes locales cobrando tributos a los que su vida se desenvolvía "al margen de la

370 Revista Andina, año 4


__________________________ Deustua: Producción minera

circulación monetaria". Hay, me parece, un pótesis contraria a la de José Deustua sobre


carácter del mercado en el siglo XIX (mer- la importancia de la economía natural en el
cado probablemente compulsivo; no libre, Perú del siglo XIX. Sólo he querido presen-
ni evidencia de algo como el desarrollo del tar algunos problemas que aún es necesario
capitalismo en el Perú), un tipo de uso del indagar sobre el mercado y la organización
dinero y de necesidades monetarias, que no económica en ese período. Muchos de ellos
quedan suficientemente claros y todavía no escapan por supuesto a una investigación
permiten, creo, afirmar con bastante certe- sobre la minería y la moneda en el Perú.
za la poca relevancia del dinero y el carác- Creo que todavía hace bastante falta una
ter natural -fuera de la economía moneta- periodificación, ("el siglo XIX" es demasia-
ria- de la reproducción de la mayor parte do grueso); probablemente encontremos
de esa sociedad. mucho más dinero circulando internamente
Otras evidencias que presenta José Deus- en las primeras décadas del siglo XIX que
tua sobre la amplitud -o más bien limita- hacia el final, cuando se expande la gran
ción- del mercado monetario son desigua- propiedad a expensas de las tierras comu-
les. El cuadro 5 (emisión por tipo de billetes nales y se generalizan las relaciones de renta
1876-1877), por ejemplo, donde el autor en especie y trabajo (formas desmonetiza-
muestra la baja proporción en valor de la das de obtención de excedentes).
moneda fracciona! (la moneda de los inter- El resultado de comentar un artículo de
cambios cotidianos, populares), es impresio- mucha calidad, que se plantea problemas
nante, pero dice poco si no se acompaña de importantes y nuevos, sobre períodos aún
información sobre la inflación y nivel de oscuros y con un buen material documen-
precios (antes de que se cambiara reciente- tal, es siempre injusto. La mayor informa-
mente el signo monetario en el Perú, las ción provoca mayores dudas, los avances en
emisiones de moneda, en pleno proceso in- cuantificación convocan mayores precisio-
flacionario, deben haber tenido una seme- nes. Eso me sucede con el artículo de José
jante proporción, o aun una menor, de mo- Deustua, que agrega a ello el esfuerzo, creo
neda fracciona! del Sol). que totalmente logrado, de presentar un
El cuadro 6, comparación entre total de problema relevante de manera integral. Así,
tributos recaudados y acuñación monetaria, la producción de plata se nos presenta tam-
es, por el contrario, un soporte interesante bién como una trama de relaciones sociales
de la hipótesis de baja monetarización en los y como una puerta de entrada a los grandes
intercambios : si el tributo absorbe el 300/0 problemas de nuestra historia económica y
de la moneda acuñada, deja realmente poco social.. "El hecho monetario -escribía
para los intercambios menudos. Desgracia- Vilar- es en principio un signo, un indica-
damente, la serie se interrumpe en 181 O, dor, un informador"; creo que es ésa la di-
aún en el período colonial. mensión -vasta y sugerente- que ptopone
Para seguir afianzando elementos sobre el artículo de José Deustua y que nos hace
el carácter fundamentalmente natural de los esperar con inquietud el avance de su inves-
intercambios, habría todavía que aclarar al- tigación.
gunas otras dudas -ya menores- que van
en sentido contrario. En el artículo encuen-
tro todavía dos: en primer lugar, la alta cir-
culación de moneda feble boliviana -efec-
tivamente utilizada en los intercambios me- Ruggiero Romano
nudos-, que, introducida en el país en el Ecole des Hautes Etudes
tiempo de la Confederación, sigue siendo en Sciences Sociales
"problema" varias décadas después. Por 2 7, Le Bosquet No. 113
otro lado los reclamos por la falta de mo- 91940 Les Ulis
neda frac~ional con que José Deustua ilus- Région Parisienne
tra la escasez interna de moneda, muestran Francia
al mismo tiempo el hecho de que esta pe-
nuria era vivida como un problema. El trabajo de José Deustua me parece in-
No quiero ni de lejos proponer una hi- teresante por varias razones. En primer lu-

No. 2, Diciembre 1986 371


Estudios y D e b a t e s - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

gar, por fin se da el primer paso hacia una Deustua no tiene que aceptarla. Pero el pro-
comprensión de la minería peruana exami- blema es que mi opinión sobre esta famosa
nándola a través de un largo período y, so- "revolución de precios" se ve confirmada
bre todo, el que abarca la coyuntura "colo- por los datos que Morineau nos proporcio-
nia"/"república". Sólo nos queda desear nó ya hace tiempo (y que todos los histo-
que este tipo de estudio sea también em- riadores fingen no conocer) y que acaban
prendido en los demás países de América de ser publicados en forma más documenta-
Central y del Sur, pues creo que el proble- da hace un año. ¿Por qué no aparece el
ma de la "continuidad" o la " discontinui- nombre de M. Morineau en la nota 3?
dad" entre estos dos períodos pasa también Además, no comprendo las razones por
(digo también, no exclusivamente) por el las que Deustua se detiene justo en 1899.
problema minero (e, indirectamente, por el Estamos de acuerdo en que es fin de siglo ,
monetario). pero ello no es suficiente, y me parece que
Mas, a mi juicio, el interés concreto del habría sido mejor extender la encuesta has-
enfoque de José Deustua radica en el hecho ta 1913 (lo que no habría sido difícil pues
de que él basa su investigación en tres nive- disponemos del trabajo a mimeógrafo de P.
les : Macera y O. Pinto, "Estadísticas históricas
a) la producción de metales preciosos, del Perú, Sector minero", Centro Peruano
b) la acuñación de monedas a partir de es- de Historia Económica , Lima, 1972), que,
tos mismos metales, y por otra parte, también proporciona algu-
c) los problemas de la circulación moneta- nos datos sobre el período colonial.
ria real. Por último, reconozco que pierdo un
Los dos primeros puntos son bastante poco el hilo de la exposición sobre un pro-
claros y ya han sido tratados de manera ex- blema muy importante. Deustua dice que "el
celente para algunos centros mineros y ca- trabajo humano componía cerca del 500/0
. sas de moneda (aunque permítaseme recor- de los costos totales de producción", pero
dar que no siempre conocemos las emisio- ¿de la producción de mineral o de metal?
nes -cuantitativas y cualitativas- de la Porque luego, en la nota 31, da unos datos
Ceca de Potosí). Pero sobre la circulación interesantísimos : 26,90/0 para los gastos de
monetaria en México o en el Perú, en Co- extracción, 26,90/0 para los de refinación y
lombia o en Río de La Plata, ¿qué sabe- 270/0 para los gastos de "transporte de to-
mos? Nada. Y no serán por cierto las peren- dos los metales". En estas condiciones, los
torias declaraciones de ciertos "ideólogos" costos salariales serían el 500/0 del 26,90/0.
de la historia las que modifiquen ese nada. Y esto no es todo, ·ya que en otro lugar se-
Ojalá, pues, que José Deustua continúe ñala que los trabajadores deben pagar por
sobre esta pista mostrándonos los niveles las velas y la pólvora que utilizan en su tra-
sociales de la circulación monetaria (y veo bajo. Resumiendo, tengo la impresión de
con placer que cita a Jean Meuvret .. . ) y que este famoso 500/0 se reduce a mucho
es de desear que su ejemplo sea seguido por menos de lo que parece a primera vista,
doquier en América, ya que este tipo de es- Con todo, estas cuantas observaciones
tudio puede traer una corriente de aire fres- no le restan valor a los enormes méritos de
co que sirva para desempolvar ciertos este- este primer paso en la gran aventura minera
reotipos que contaminan la investigación emprendida por José Deustua.
histórica.
Con todo, espero que mi amigo Deustua Traducido por Sheila Campion
permita que le haga unas cuantas pequeñas
críticas. No estoy de acuerdo con sus consi-
deraciones sobre la "revolución de precios" Enrique Tandeter
como "una de las causas del desarrollo del CEDES
capitalismo europeo". Jamás lo he creído, Pueyrredón 510 - 70 B
por la buena y sencilla razón de que no me 1032 Buenos Aires
parece que se pueda hablar de capitalismo Argentina
antes del siglo XVIII dentro del contexto
inglés. Pero se trata de mi opinión y José José Deustua describe y analiza en este

372 Revista Andina, año 4


__________________________ Deustua: Producción minera

artículo los rasgos hasta ahora no muy co- longa la antigua vocación de la moneda por
nocidos de la historia de la minería peruana huir del espacio peruano. Me parece que el
en el siglo XIX. Lo hace de manera meticu- propósito original de Assadourian fue pre-
losa, con gran preocupación por la recons- cisamente ver con más precisión qué ocu-
trucción estadística de los datos agregados, rría con la moneda entre el momento de su
así como por la explicación de los mecanis- acuñación y el de su exportación; es decir,
mos en juego. Gracias al trabajo de Deustua se trataba de valorizar el tema de la circula-
sabemos ahora que la recuperación de la ción monetaria interior y no de negarlo a
minería de la plata tras la crisis de la inde- priori. Por supuesto que todo intento de
pendencia fue rápida, que en el medio siglo medición de los respectivos pesos sectoria-
posterior se sucedieron ciclos de nivel des- les en el conjunto de la actividad económi-
cendente y que el predominio argentífero ca debe ser bienvenido, pero sus conclusio-
no es puesto en cuestión sino muy tardía- nes nunca podrán sustituir al análisis diná-
mente en el siglo con el auge del cobre. La mico de las articulaciones entre sectores, y
imagen que se deduce del artículo es la de es en este último nivel que se sitúa la afir-
una minería estancada, cuya tecnología, re- mación sobre el papel dominante de la mi-
laciones de trabajo, organización empresa- nería.
ria y tamaño de las unidades productivas Un aspecto complementario de la posi-
prolongan él período tardocolonial. La prin- ción de Deustua es su opinión según la cual
cipal modificación parece consistir en el toda participación mercantil indígena es
aumento del peso de Paseo en el total de la coactiva y nace de la "imposición" estatal.
minería a medida que avanza el siglo. En los últimos años, una de las preocupa-
Deustua ha recogido un gran caudal in- ciones más visibles en los estudios sobre los
formativo y toda su presentación nos resul- Andes ha sido, precisamente, la de analizar
ta convincente. Menos evidentes son sus co- situaciones concretas para poner a prueba
mentarios a propósito de la vinculación en- esa afirmación. Las conclusiones parecen
tre minería y economía peruana en general. invalidar la utilidad de una simplificación
Deustua parece haberse alejado de los linea- tal y destacan, en cambio, los diversos me-
mientos q4e inspiraban el gran proyecto del canismos mercantiles que las comunidades
Instituto dje Estudios Peruanos sobre mine- pusieron en juego en tanto estrategias de re-
ría y espacia económico, marco en el que producción (Cf., entre otros, los trabajos
se inició su propia investigación sobre la mi- reunidos en Olivia HARRIS, Brooke LAR-
nería del siglo XIX (Cf. C.S. ASSADOU- SON y Enrique TANDETER (comps.), La
RIAN et al., Minería y espacio económico participación indígena en los mercados sur-
en los Andes. Siglos XVI-XX. IEP. Lima, andinos. Estrategias y reproducción social,
1980). Ese proyecto retomaba el énfasis siglos XVI a XX. CERES, La Paz, en pren-
de los trabajos de Assadourian en el papel sa). Paradójicamente, Deustua renuncia al
de la minería como producción dominante final del artículo a la hipótesis simplifica-
y sus consecuencias en la formación del dora y unitaria, para afirmar que "resulta
mercado interior en el espacio peruano. una tarea fundamental precisar concreta-
Deustua parece ubicarse en este artículo en mente estas formas de combinación, articu-
una posición más tradicional, que contras- lación o, en algunos casos, separación de la
ta el "mar de economía natural" con los re- economía natural andina y la economía
ducidos sectores monetarizados que se vin- mercantil . . . ". Coincidimos plenamente
culan con los mercados externos (guano, con la utilidad de ese amplio programa que
minas, plantaciones azucareras), a la vez ya está en marcha.
que enfatiza cómo en el siglo XIX se pro-

No. 2, Diciembre 1986 373


RESPUESTA

escribí un largo informe de investigación de


José Deustua unas 300 páginas, que aún espera su publica-
Ecole des Hautes Etudes ción(4). En Francia, el tema minero se ex-
en Sciences Sociales tendió a la problemática de la circulación
27, Le Bosquet No. 113 monetaria, y este artículo es la primera pro-
91940 Les Ulis puesta de ese gran sujeto de estudio que aún
Région Parisienne trabajo en París. Si mi intención era provo-
Francia car un debate, este objetivo ha sido logrado
con la presente discusión. Debe perdonárse-
Me parece estimulante esta dinámica, es- me, por ello, el carácter de propuesta que
te ambiente de discusión, este debate que tienen muchas de las afirmaciones que se
Revista Andina establece alrededor de cada hacen en el artículo,(Como se ve, casi como
uno de sus artículos. Así el autor no se pue- en una partida de ajedrez, he preferido reti-
de librar de sus propias preocupaciones y rar mis alfiles y empezar por organizar la
problemas intelectuales con la redacción de defensa).
un artículo, sino que luego se enfrenta a un Dos temas creo han sido los más polémi-
verdadero "Tribunal de Inquisición" donde cos del artículo presentado: a) El de las re-
sus aportes, sus modestas evidencias, sus hi- laciones entre la economía mercantil y la
pótesis de trabajo, son zarandeados y discu- economía natural; y b) El de la circulación
tidos hasta el punto de verse obligado a re- monetaria interna. Estoy de acuerdo en que
accionar (con mucho gusto, por lo demás). el problema de las relaciones entre la eco-
Estoy de acuerdo, por otra parte, con que nomía mercantil, la economía monetaria y
varias cabezas piensan mejor que una. Y la economía natural en el Perú del siglo
aunque tenga que sufrir este "strip tease" XIX es mucho más complejo de lo que apa-
intelectual, agradezco los comentarios de rece en el artículo. Tampoco estoy total-
cada uno de los participantes en el debate, mente satisfecho con esos conceptos. Inclu-
pese a las críticas feroces, como las de J a- sive hablar de economía natural es en cier-
cobsen, Hünefeldt y Manrique, y espero to ~odo un contrasentido, pues ya el tér-
discutir sus observaciones para alcanzar mino economía apela a un conjunto de re-
(algún día, alguna vez) una conclusión que laciones sociales que escapan a lo estricta-
satisfaga medianamente a todos. mente natural. Y el agregado del adjetivo
Mi intención cuando escribí este artícu- "andino", aunque para repetir a Pablo Ma-
lo era, por un lado, plantear problemas en cera en su uso del término "colonial"(S)
lo que se refiere a la historia económica del podríamos considerarlo como sustantivo,
siglo XIX peruano y, de otro lado, mostrar no ayuda mucho. Conceptos como econo-
algunas evidencias y cálculos, sobre todo mía natural, economía monetaria, econo-
macroeconómicos, sobre los temas que eran mía mercantil (faltaría agregar econo ,;1Ía
el objeto de mi interés: la producción mine- de crédito) nos ayudan, en todo caso, a es-
ra y la circulación monetaria en el Perú del capar de esa polémica bastante estéril sobre
siglo pasado, estimulado por trabajo~ como el modo de producción en América Latina,
los de Shane Hunt o Heraclio Bonilla( 1). pues hacen referencia a una tradición de la
Desde finales de 1980 ingresé en el tema de historiografía histórico-económica europea
la minería peruana en el siglo XIX, indepen- (Hildebrandt, Bucker, inclusive Marc Bloch)
dientemente y luego como parte de un pro- que no es la misma que la del marxismo(6)
yecto de investigación mayor auspiciado por y que, además, estuvo en discusión con él.
el Instituto de Estudios Peruanos de Lima(2), Creo que es positivo hacer mención a una
de lo cual he publicado ya algunos resulta- tradición histórica no marxista para estable-
dos(3). Finalmente, antes de dejar el Perú, cer un diálogo con los marxistas y así enri-

374 Revista Andina, año 4


- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - D e u s t u a : Producción minera

quecer el debate abriéndolo a otras escuelas comprar tierras (Manrique menciona esto).
del pensamiento y no reduciéndolo a las Parte del excedente minero sirvió también
fórmulas ya creadas, a la repetición escleró- para formar el capital inicial de la "empresa
tica de unos cuantos dogmas aprendidos en del guano" o de los ferrocarriles. Los casos
los manuales. Concluyo, sin embargo, en de Francisco Quirós y Pedro Gonzales Can-
que nos faltan todavía mucho más eviden- damo son ilustrativos de ello. Estoy de
cias para comprender bien el problema y acuerdo con ella, sin embargo , en que "las
elaborar las herramientas conceptuales ne- estadísticas con las que contamos . . . no
cesarias para entender la especificidad, la revelan sino indicadores porcentuales muy
historicidad, del desarrollo económico pe- generales".
ruano y latinoamericano. Vayamos enton- Respecto de este asunto casi hay un con-
ces a los comentarios. senso. ¿Podemos tener total seguridad de
Enrique Tandeter hace hincapié en que las estadísticas del siglo XIX? García J or-
las vinculaciones entre la minería peruana y dán destaca "la dificultad de encontrar se-
la economía en general son poco claras, ries estadísticas lo suficientemente amplias
además de acusarme de tener una "posición y completas" y Contreras hace referencia a
más tradicional" en lo que se refiere a la lo mismo. Manrique, J acobsen y Miller dis-
mercantilización de la economía peruana, cuten el gráfico No. 2, el de la producción
resultado de la producción del sector mine- de plata registrada, insisto: registrada, en el
ro. Aquí cita a Carlos Sempat Assadourian. Perú y en Paseo entre 1771 y 1898. Roma-
Creo que los trabajos de Assadourian no se pregunta por qué detenerse en 1899
(sea su obra sobre El Sistema de la Econo- y no llegar hasta 1913. Sin embargo, entre
mía Colonial o el de la "mercancía-dine- ellos, Manrique se equivoca cuando sostie-
ro"(7)) son los más referidos en toda la dis- ne que dicho gráfico está construido sobre
cusión. Pero si algo hay que rescatar tam- frecuencias de tres años de intervalo: en
bién de su labor es su invitación a la crítica, verdad, el gráfico está construido año por
al debate, al surgimiento de nuevas eviden- año, siguiendo por tanto "las inevitables os-
cias. No estoy muy convencido de la mer- cilaciones de la producción en el corto pla-
cantilización de la economía interior perua- zo". Yo agregaría incluso : las inevitables
na, fruto de la producción de metal de pla- oscilaciones de los ciclos económicos de
ta. Tengo la impresión de que el sector mi- type ancien (8). No he utilizado ninguna
nero hace uso de una serie de mecanismos manipulación estadística (Manrique la lla-
para reducir los costos monetarios de pro- ma "efecto distorsionante") justamente ha-
ducción y que el excedente monetario va a ciendo caso de ese pavor casi alérgico que
ser bastante monopolizado por los (pocos) tienen los historiadores a manipular las ci-
grandes propietarios mineros y, especial- fras (de ahí mi terror a los modelos econo-
mente, por los comerciantes locales o na- métricos). Reconozco, empero, que éste es
cionales (si hay que ubicar un lugar, éste un defecto y que uno siempre manipula da-
podría ser Lima). La imagen que tengo (ob- tos, con mayor o menor sutileza estadística.
sérvese "la imagen") es de una "monopoli- Y o más bien me referiría a las fuentes
zación", "aristocratización" o, si se quiere, (observación de Contreras). Todavía se po-
"elitización" de la sociedad y economía pe- drían lograr mayores precisiones, pero esto
ruanas del siglo XIX, lo que nos lleva al pro- sólo haría variar en algunos puntos porcen-
blema de la oligarquía. Y este fenómeno de tuales el trazo de la curva. No se acredita,
la "monopolización" de la sociedad perua- entonces, ese deseado auge de Manrique pa-
na se basa sobre todo en la existencia del ra la producción minera en la década de
capital mercantil; insisto: del capital mer- 1860, ni el crecimiento en la producción de
cantil y no del capital productivo. plata de finales de siglo sugerido por J acob-
Sobre este mismo problema se centran sen.
los comentarios de Christine Hünefeldt: Es cierto que hay un margen de produc-
¿qué ocurrió con el dinero de la parte em- ción que escapa a la contabilidad de las ca-
presarial? No lo sé con toda seguridad. Dis- llanas de fundición, entre el 20 y el 300/0
pongo de algunas evidencias sobre su desti- según los testimonios de Charles Milner
no para reproducir el capital mercantil o Ricketts en 1826(9), pero: a) No creo que

No. 2, Diciembre 1986 375


Estudios y Debates _____________________________

se trate de una periodización convencional Detrás de toda esta discusión se cierne la


como sugiere Jacobsen; otros autores (Ji- imagen (nótese otra vez, la imagen) de una
ménez , Samamé Boggio, Sulmont) habían mayor mercantilización de la economía in-
hablado de la larga crisis del sector minero terna peruana de la que se daba realmente.
desde la época colonial hasta el siglo XX; Tandeter me critica con razón no haber va-
b) Sí me parece probable que los mineros lorizado el tema de la circulación moneta-
peruanos no hayan tratado de aprovechar ria interior y haberlo negado a priori. Estoy
la coyuntura entre 1850 y 1870, porque de acuerdo también con J acobsen en que el
había el guano como alternativa de inver- sistema monetario real peruano era suma-
sión; no eran los mismos propietarios de las mente complejo. Y esta gran complejidad
minas de Cerro de Paseo los grandes inver- se muestra en las observaciones de Marisa
sionistas mineros y el Estado invierte en Remy. Pero no se trata tampoco de apostar
medios de transporte y vías de comunica- a la gran eficiencia y al gran desarrollo de
ción (los ferrocarriles), no en minas. los intercambios monetarios interiores. Con
El enigma de qué pasó en las décadas de Tandeter, hay diversos mecanismos mercan-
1860 y 1870 y por qué no se invirtió en mi- tiles que las comunidades campesinas tie-
nería, estimo que sigue vigente. Hunt ya ha nen como estrategias de reproducción. Con
sugerido algunas respuestas, pero el proble- Remy, existe "un tipo de uso del dinero y
ma sigue en pie. No estoy de acuerdo en es- de necesidades monetarias que no queda
te sentido con la idea de J acobsen de que suficientemente claro y todavía no permite,
para entonces había "una gran mayoría de creo, afirmar con bastante certeza la poca
empresas muy pequeñas con tecnología tra- relevancia del dinero y el carácter natural
dicional de baja productividad y unas pocas -fuera de la economía monetaria- de la re-
empresas más grandes, que utilizan moder- producción de la mayor parte de esa socie-
nas formas jurídicas de propiedad, con dad". Con García Jordán, cabe preguntarse
acceso a capital, y tratan de emplear algu- por las relaciones particulares entre los in-
nas técnicas modernas". Carlos Renardo dígenas y los comerciantes al por menor y
Pflucker, en la década de 1840 (nótese: 20 propietarios de tierras.
años atrás), invierte en Morococha para Concuerdo, entonces, en que el proble-
crear la Compañía Peruana en Minas de ma es mucho más complicado de Jo que
Cobre, una moderna empresa minera. En aparece en el artículo, donde me he prote-
1878 se encuentra como todos producien- gido tal vez demasiado detrás de fórmulas
do plata de una manera tradicional, pose- simplificadoras. En el desarrollo ulterior de
yendo todavía 25 de las 114 minas existen- este trabajo de investigación pretendo ser
tes en Yauli en esa fecha(} O). Entre 1840 y más sensible al carácter complejo de la cir-
1870 , en cambio, en Chile las exportacio- culación monetaria interna, sobre todo a
nes de cobre pasaban de 4,800 toneladas en nivel de los intercambios con el medio rural
J 841 a 48,500 en 1878(11 ). De esta forma indígena. No obstante, no debemos exage-
es fácil explicarse la descripción que aún en rar el estado actual de nuestros conocimien-
J 890 el futuro ingeniero José Antonio tos, pues Romano mismo nos recuerda que
Araoz hace de los métodos arcaicos con aún no conocemos las emisiones cuantitati-
que se seguía produciendo plata en Hualga- vas y cualitativas de la Ceca de Potosí, un
yoc( 12). tema mucho más estudiado que el siglo XIX
peruano ; además de discutir el fenómeno
De otro lado, si bien J acobsen sostiene de la revolución de los precios de los siglos
que los billetes "probablemente nunca pe- XVI y XVII europeos como una de las cau-
netraron mucho en el medio rural serrano", sas del desarrollo del capitalismo. Los va-
Manrique afirma que "el billete fue acepta- cíos todavía son grandes, la falta de infor-
do por los indígenas en sus transacciones mación es todavía significativa. Romano
habituales". Y, finalmente, aunque no soy me acusa, finalmente, de no haber mencio-
un especialista en Historia Europea, tengo nado la obra de Michel Morineau. Es cierto,
razones para dudar de que a mitades del si- pero su reciente libro, que nos cambia la
glo XIX en Francia el intercambio menudo idea que teníamos de los intercambios en-
ya estaba totalmente monetarizado( 13). tre Europa y América en los siglos XVI y

376 Revista Andina, año 4


----~----------------------Deustua: Producción minera

XVII, acababa de publicarse cuando este na de la circulación monetaria de plata. Son


artículo ya estaba circulando(l 4). los efectos de las exportaciones de guano
Por lo demás, estoy de acuerdo con justamente los que permiten "sanear" el sis-
Rory Miller en que un problema que hay tema monetario doble y paralelo, como lo
que tener presente es que las exportaciones llamaría Tristan Platt(l 6), generado a causa
de plata no siempre fueron en monedas, de la gran introducción de pesos febles boli-
sino también en barras o "plata piña". Y vianos, los que, en acuerdo con J acobsen y
que esto sufre oscilaciones a lo largo del Manrique, siguieron circulando, sobre todo
siglo. Observación compartida en los co- en el sur peruano ( zona de intercambios
mentarios de J acobsen y Romano. De con Bolivia), hasta comienzos del siglo XX.
igual forma concuerdo en que resulta fun- Para terminar diré que todo trabajo de
damental preguntarse por la no construc- investigación, toda obra literaria, todo li-
ción del socavón de Rumiallana, que debe- bro, pese a los derechos de autor y a que
ría ser la continuación del de Quiulacocha, haya sido realizado de la manera más aisla-
este último estudiado por mí en otro lu- da posible, es una obra colectiva. En este
gar( 15). caso, la prueba es evidente. Sin el estímulo
Piel, me parece, se pregunta con propie- de estas críticas y de esta discusión, los
dad sobre cómo una economía orientada a avances presentes o futuros serían irrealiza-
la producción monetaria funciona sobre la bles. Les agradezco por ello. Y, ya que se
base de relaciones sociales pre-monetarias. trataba de un "strip tease" intelectual, co-
He aquí, creo, un problema central de la fu- mo en el caso de la bailarina que luego de
tura investigación histórico-económica. Yo una revista de espectáculos se sienta en su
no apuesto ni a la excesiva mercantilización camerino para alistarse y regresar al hogar,
de la economía interna peruana del siglo queda el placer de la función terminada.
XIX (presente en muchos de los comenta-
rios), ni a su absoluta "naturalización", sino
a una combinación de formas de produc- NOTAS
ción e intercambio que se presentan bastan-
te claramente en la estructura del sector mi- (1) Shane Hunt, "Price and quantum esti-
nero y en el tipo de circulación monetaria mates of peruvian exports, 1830-1962".
Woodrow Wilson School. Princeton,
que existía en el país en la centuria pasada. 1973 (mimeo); y Growth and guano in
Contreras; finalmente, insiste en los pro- nineteenth century Peru. Woodrow Wil-
blemas de la existencia de un stock mone- son School. Princeton, 1973, discussion
tario, que yo no he tratado de medir, y de paper No. 34. Este último recientemen-
que este stock monetario podía correspon- te traducido, corregido y actualizado en
der a sólo un año de producción interna de Hisla, IV: 35-92, Lima, 1984. Heraclio
plata. Pero, con Miller, también hay que Bonilla, Gran Bretaña y el Perú. Los me-
considerar los cambios en la balanza exte- canismos de un control económico. Ins-
tituto de Estudios Peruanos y Fondo del
rior de bienes y de capitales, la velocidad de Libro del Baru:o Industrial. Lima, 1977,
circulación del dinero y la coexistencia de volumen 50; y Un siglo a la deriva. Ensa-
diversos tipos de moneda; añadiendo, por yos sobre el Perú Bolivia y la guerra.
mi parte, que habría también que mencio- Instituto de Estudios Peruanos. Lima,
nar los diversos tipos de sistemas de inter- 1980. Un agradable descubrimiento fue
cambio que están operando paralelamente, para mí leer en París su tesis doctoral:
al mismo tiempo, uno de los cuales, el de Aspects de l'Histoire Economique et So-
los intercambios naturales, según los cálcu- ciale du Pérou au XIXe siecle. These de
Doctorat du Troisieme Cycle. Université
los que hice con la papa y el maíZ (a los de la Sorbonne. París, 1970 2 volúme-
que casi nadie hizo referencia), sería de di- nes; que todavía no está publicada en su
mensiones bastante amplias. En el artículo totalidad.
sugiero, precisamente, que la historia mone- (2) Véase Carlos Sempat AssadouriantHera-
taria peruana no podría escribirse sin consi- clio Bonilla~ Antonio Mitre y ristan
derar los problemas del sector externo y Platt, Mineria y Espacio Económico en
que, justo fruto del boom del guano, es po- los Andes, siglos XVI-XX. Instituto de
sible pensar en una mayor incidencia ínter- Estudios Peruanos. Lima, 1980.

No. 2, Diciembre 1986 377


(3) Véase José Deustua, "La minería, las de Estudios Peruanos y Fondo del Libro
clases sociales y la Independencia del del Banco Industrial del Perú. Lima,
Perú", Análisis, 12:50-62, Lima, 1983;y 1975, vol. 1, p. 4.
"El ciclo interno de la producci6n del ( 1O) Carlos Renardo Pflucker .Exposición
oro en el tránsito de la economía colo- que presenta al Supremo Gobierno con
nial a la republicana, Perú 1800-1840", motivo de las últimas ocurrencias acaeci-
Hisla, 111: 23-49, Lima, I 984. das en la hacienda mineral de Moroco-
(4) En setiembre de 1983 dejé el informe de cha. Imprenta del Correo Peruano. Lima
título "La Minería Peruana y la Inicia- 1846; donde se pueden ver las causas del
ción de la República, 1820-1840", que fracaso del proyecto de la Compañía Pe-
el Instituto de Estudios Peruanos acord6 ruana en Minas de Cobre. La informa-
publicarlo. El manuscrito ha sufrido mil ci6n de 1878 se encuentra en Estadísti-
peripecias y hasta lleg6 a extraviarse. En ca de las Minas de la República del Perú
la actualidad, setiembre de 1986, se tra- en 1878. Imprenta del Estado. Lima
baja aún en su publicaci6n. 1879,pp. ·195-197. '
(5) Véase Pablo Macera, "Feudalismo colo- (I 1) Cfr. Pierre Vayssiere..,, Un Siecle de Ca-
nial americano, el caso de las haciendas pitalisme Minier au Lhili, 1830-1930.
peruanas". En: Trabajos de Historia. Ins- Edition du C.N.R.S., Toulouse, 1980,
tituto Nacional de Cultura. Lima, 1977, anexo 3, p. 269.
tomo III, pp. 139-227. (I 2) Archivo de la Universidad Nacional de
(6) El comentario de Contreras hace refe- Ingeniería, Lima. José Antonio Araoz:
rencia a estoi..citando a Dopsch, Roma- "Excursi6n a Hualgayoc", mayo 1889.
no y Garz6n roaceda. Secci6n tesis inéditasi tesis No. 25 estu-
dios 1886-1890, año 890. '
(7) Carlos Sempat Assadourian, El Sistema
de la Economía Colonial. Mercado Inter- ( 13) Claude-lsabelle Brelot observa que en
no, Regiones y Espacio Económico. Ins- el Franco Condado "la importancia de
tituto de Estudios Peruanos. Lima, 1982; las aceiterías y del artesanado textil nos
y "La producci6n de la mercancía dine- recuerda que cada unidad doméstica vi-
ro en la formaci6n del mercado interno vía en economía cerrada". En: Histoire
colonial. El caso del espacio peruano, si- de la Franche-Comté. Editions Edouard
glo XVI". En: Ensayos sobre el Desarro- Privat. Toulouse, 1977, p. 137 (la tra-
llo Económico de México y América La- ducci6n es nuestra).
tina, 1500-1975. Enrique Florescano (14) Me reivindico del error, entonces ci-
(compilador). Fondo de Cultura Econ6- tando a Michel Morineau: Incroyables
mica. México, 1979, pp. 223-292. Algu- Gazettes et Fabuleux Métaux. Presses de
nos comentarios críticos a su obra pue- la Maison des Sciences de l'Homme. Pa-
den ser el de Steve J. Stern: "Nuevas di- rís, 1985.
recciones en la historia econ6mica de los
Andes, un diálogo crítico con Carlos (I 5) Cfr. José Deustua: "Technological
Sempat Assadourian"1 Hisla, 111: 104- change and capital investment in Cerro
113, Lima, 1984 ; el ae Waldemar Espi- de Paseo Perú, 1820-1840". En: Rory
noza Soriano en el mismo númerohpp. Miller y William S. Bel! (editores) Re-
191-10~, y el de ~éctor Noejovic en gion and Class in Modero Peruvian' His-
H1sla, l. 1_03-105, Lima, 1983. tory. lnstitute of Latín American Stu-
dies. University of Liverpool. Liverpool,
(8) La expresi6n es de Ernst Labrousse, 1986 (en prensa).
Esquisse du Mouvement des Prix et des
Revenus en France au XVIIIe siecle. (16) Cfr. Tristan Platt: "Estado tributario
Editions des Archives Contemr.oraines. y_ librecambio en Potosí durante el siglo
París, 1984, 2 volúmenes (edic16n facsi- XIX, mercado indígena y lucha de ideo-
milar de la edici6n original de 1933). logías monetarias". Ponencia presentada
en el VII Congreso de la Asociaci6n de
(9) En Heraclio Bonilla {compilador), Infor- Historia Latinoamericana (AHILA) Flo-
mes de los cónsules británicos. Instituto rencia, mayo de 1985. '

378 Revista Andina, año 4

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