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Produccion Minera SXIX - Deustua PDF
Produccion Minera SXIX - Deustua PDF
(*) El presente artículo está basado en la Memoria presentada para obtener el Diplome
d'Etudes Approfondies en la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales de Parí_s
en junio de 1984. Agradezco enc.arecidamente los comentarios que entonces me hi-
cieron Ruggiero Romano y Nathari Wachtel. Si pese a ello existen errores, éstos son
de mi entera responsabilidad.
Desde la segunda mitad del siglo XVII, con la fase de crisis de la pro-
ducción minera del "Cerro Rico" de Potosí, decae también el estudio de la
minería peruana, sobre la que no iba a existir mayor preocupación hasta que
ocurriese el nuevo auge a comienzos del siglo XX( 4 ). Estudios recientes han
rescatado diversos aspectos desconocidos de la historia de la minería en el
Perú , notándose la recuperación de Potosí en la segunda mitad del siglo
XVIII (Tandeter 1980a y 1980b) y, lo que es más relevante dentro del pro-
pio espacio peruano -teniendo en cuenta la separación de Potosí del virrei-
nato peruano y su integración en el del Río de la Plata desde 1776 y, luego,
su alejamiento definitivo con la creación de las repúblicas independientes del
Perú y Bolivia desde la década de 1820-, el auge casi simultáneo de la mine-
ría del Bajo Perú, cuyos centros fueron Hualgayoc y Cerro de Paseo, en la
segunda mitad del siglo XVIII (Fisher 1975 ed.; Fisher 1977 y 1979).
En lo que se refiere a nuestras preocupaciones, la investigación que
estamqs realizando pretende, precisamente, destacar la importancia, el fun-
cionamiento y la vinculación de la minería peruana con la circulación mone-
taria y, en general, con toda la economía nacional durante el desconocido
siglo XIX(5). .
a) Rubros de producción
Tradicionalmente, el rubro de producción de la minería peruana ha
sido el. de los metales preciosos, oro y plata, con el predominio casi absoluto
del segundo de los nombrados. Esto contrasta con los rubros de producción
en el siglo XX: básicamente cobre, pero también zinc y plomo. Metales pre-
ciosos versus metales industriales. En el transcurso del siglo XIX, entonces,
ocurre un cambio sustancial dentro de los rubros de producción de la mine-
ría peruana. Sin embargo, ésta puede ser tan sólo una afirmación ligera: he-
mos encontrado evidencias de que ya desde 1820-1840, y aún antes, al lado
de los metales preciosos también se explotaba mercurio, cobre y estaño y, en
una menor proporción, plomo, carbón y hierro(6).
El mercurio era utilizado fundamentalmente como insumo para la
misma producción de plata y durante la época colonial alcanzó un apogeo
espectacular y diversos auges a finales del siglo XVI, en la segunda mitad del
XVII y del XVIII (Rivera y Ustáriz 1857: II;Jiménez 1924; Lohmann 1949;
Fernández Concha, Yates y Kent 1952; Fisher 1977 y 1970 y Contreras
1981); por lo que el centro minero peruano de Huancavelica se convirtió en
un lugar privilegiado del asentamiento virreinal y en el complemento indis-
pensable de la producción de plata de Potosí, llegándose a exportar también
mercurio hacia el virreinato de Nueva España (Lohmann 1948, Contreras
1981 y 1982). Desde el derrumbe de la mina de Santa Bárbara en 1876, la
principal productora de mercurio en Huancavelica, la crisis le sobrevino a este
antiguamente importante centro minero, siendo en el siglo XIX tan sólo un
pálido reflejo de lo _que había sido anteriormente. ·
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Cuadro No. I
Producción minera peruana por rubros (/903-/906)
(en libras esterlinas)
Fuente: Luclen Jerome: "Report on the Trade and Commerce of Peru .. . ". En los Britúh Parliamen·
tar,y Papera, Londres, 1908, p, 21.
La consulta de los BPP 11 hice en agosto de 1984 en Londres. Debo agradecer entonces la
ar,11ble hosplt1t1d1d de R1f1el Varón y Mugarlta Sujrez.
b) El ciclo de producción
Al ser la plata el rubro principal de la minería peruana, nos resultará
de suma importancia seguir sus ciclos de producción a través del siglo XIX,
distinguiendo sus fases de crecimiento , auge, recesión y crisis.
Como se ve en el gráfico a continuación(9), la producción minera de
plata peruana atravesó por cuatro ciclos que se perciben claramente:
a) El primero , que transcurre entre 1771 y 1822 , con sus respectivas fases
de crecimiento, entre 1771 y 1799, y de baja , entre este último año y 1820.
Las guerras de Independencia ocurridas entre 1820 y 1824, con su secuela de
destrucción material y desorden social y político, no sólo cierran este primer
ciclo de producción minera, estudiado por el historiador inglés John Fisher
(1977), sino que hacen colapsar esta importante actividad económica nacio-
nal.
b) El segundo ciclo transcurre entre 1822 y 1860 y está marcado por la re-
cuperación de la actividad minera, si bien no logra superar definidamente los
volúmenes de producción coloniales. Esta nueva fase de crecimiento, sin em-
bargo, permite reconstituir las bases materiales existentes anteriormente y,
en el Perú, al ciclo de la plata le sucede el ciclo del cobre, igual que en Chile,
pero casi unos 50 años después (Vayssíere 1980), mientras que en la minería
boliviana al ciclo de la plata le iba a suceder el ciclo del estaño (Mitre 198 l ).
Los años de esta transición comienzan con una ruptura entre 1894 y
1898, ya que en esos años los mineros voluntariamente comienzan a abando-
nar la producción de plata, sobre todo en Cerro de Paseo. En 190 l, el Perú
también asume el patrón oro', dejándose de iádo la emisión de monedas de
plata. En estas condiciones, la Casa de Moneda de Lima, principal receptora
de la producción argentífera, cierra sus puertas. Sin embargo, el desarrollo de
la minería del cobre , como decíamos anteriormente , en los mismos yacimien-
tos mineros, suple a la de plata, invirtiéndose Ia,relación de prioridad produc-
tiva que existía entre ambos metales. Ahora s_e procurará la explotación del
cobre y se obtendrá como subproducto la plata. Al respecto, ya en el siglo
XX, el caso de la Cerro de Paseo Copper Corporation puede ser ejemplar.
Entre 1906 y 1938, esta empresa norteamericana expÍotó 952,092 toneladas
de cobre , con un valor de 342'494,917 dólares, obteniendo como subproduc-
to 29'327 ,221 marcos de plata, con un valor menor de 137'258,901 dólares
(Bonilla 1974: 76, cuadro No. 2). La plata era ahora un tercio del valor de la
producción de cobre(l 5).
Cuadro No. 2
Producción regional de plata ·en el Perú antes y después de la Independencia (1800-1834)
(en porcentajes)
Periodo Periodo
1800-1820 1825-1834
Fuente: Rlvero 1857: 1, 220, con la corrección de los errores detectados al confrontar cifras con el
Memorial de Ciencias Naturales y de Industria Nacional y Extranjero. Lima, tomo 1, n'1mero
IV, P. 164, marzo de 1828.
cha(l 6). Sobre esta zona, por lo tanto , se concentrarán los capitales comercia-
les y mineros existentes en el país después de la Independencia, así como las
principales medidas fiscales (obligación de la contribución del Real en Marco,
abolición de los cobos y diezmos, financiamiento del socavón de Quiulaco-
cha). Pero también se desprende del cuadro anterior la caída de la minería de
la sierra de Lima (Casapalca, Morococha, Yauli), de Trujillo (Hualgayoc) y de
Arequipa (Caylloma) y, en comparación a esto , el relativo desarrollo de la mi-
nería puneña. Sobre el nuevo ciclo de producción minera que se inicia con la
República, entonces, resulta todavía más preciso circunscribirse a Paseo, pues
esta zona concentraba los dos tercios de la producción minera total.
Tenemos, sin embargo, otra referencia sobre la producción regional
minera peruana, esta vez de finales del siglo. Entre 1896 y 1897 , la distribu-
ción regional de la producción de plata en barras y "piña"(l 7) fue la siguien-
te:
Cuadro No. 3
Producción regional de plata en el Perú (1896-1897)
(en porcentajes)
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MAPA No. l
FLUJOS DE PLATA EN El PERU,
PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX
Cuadro No. 4
Exportaciones de moneda peruana a Gran Bretaña
1825 3'000,000
1827 3'000 ,000
1832 8'000,000
1837 7'587,370
1839 6'554,140
1840 7'810,745
ducción y circulación minera, así como tienen también una gran incidencia
en el control de la circulación monetaria.
El problema queda latente : ¿qué circulaba al interior de la economía
peruana?
Por lo pronto , hemos encontrado una serie de evidencias que acredi-
tan la constante escasez de moneda a través del siglo. En 1836, la Diputación
de Minería del Cerro de Paseo se quejaba ante el Prefecto de Junín de "los
grabes males que amagan sus intereses por falta de un medio circulante"(38).
Y en 1844 :
Similares referencias las tenemos para 1872 , 1874, etc. (Cfr. Cam-
prubí 1957).
El mayor centro minero productor de plata en el Perú, ¿con escasez
de moneda? Resulta verdaderamente paradójico: Sin embargo, no hay que
considerar que estas condiciones fueron totalmente invariables a lo largo del
siglo. Habían cambios que introducían modificaciones dentro de esta notoria
escasez de moneda. Por lo pronto, esbozamos como hipótesis que con el auge
de exportación guanera, las exportaciones de plata debieron disminuir. Algu-
nos autores (Basadre, Camprubí) todavía sugieren que entre las décadas de
1850 y 1860 existieron balanzas comerciales favorables y que, con ello, in-
gresaron fuertes cantidades de oro dentro de la economía nacional. No de
otra forma podemos explicarnos la creación de bancos desde 1862 y el extra-
ordinario crecimiento del papel moneda en las décadas de 1860 y 1870. En-
tre 1872 y 1874, la emisión anual de billetes fluctuó entre los 7'800,000 y
los 10'000,000 de soles, concordando con el desarrollo de las exportaciones,
que en 1877, por ejemplo, fueron del orden de los 35'000,000 de soles, con
un superávit comercial de 9'489 ,243.95 soles (Camprubí 1957: 120, 171,
356 y 357).
A pesar de esto, la década de 1870 fue también la década de la crisis,
concretamente desde el año 1873, depreciándose el papel moneda hasta tal
punto que en 1887 el Estado debe adquirir 96'600,000 soles en billete del
público, al precio de 35 soles en billete por un sol de plata, para ... incine-
rarlos (Bonilla 1977: V, 35).
Sin embargo, pese al auge y desarrollo monetario hasta 1873, noso-
tros podemos comprobar un problema similar al que Ruggiero Romano
( 1960) ha destacado para el Chile del siglo XVIII. ¿De qué calidad y en qué
tipo de moneda se realiza la acuñación o emisión monetaria? Sabemos que
los grandes intercambios necesitan monedas de mucho valor, mientras que las
monedas de poco valor sirven para el intercambio menudo, el de las mercan-
cías cotidianas. En el primer caso tenernos grandes excedentes producidos de
forma no necesariamente mercantil, pero que son finalmente comercializa-
dos; en el segundo, la forma mercantil penetra verdaderamente todos los veri-
cuetos de la vida social y económica de las poblaciones.
Al respecto disponernos de las siguientes estadísticas. Entre 1876 y
1877, la emisión de billetes por todos los bancos de Lima fue la siguiente:
Cuadro No. 5
Emisión por tipo de billete
(1876-1877)
Monto de la
Tipo de billete emisión monetaria
(en soles)
Cuadro No. 6
Tributo indígena y acuñación de plata en el Perú
(1800-1810)
Monto total del tributo Monto total de la
indígena en el Perú acuñación de plata
Año (en pesos de plata) (en pesos de plata)
1800 l '169,230 4'131,794
1801 l '178,954 4'248,581
1802 l '190,604 3'891 ,573
1803 1'196,916 3'747 ,441
1804 l '209,397 4'075,675
1805 l '206,789 4'116,646
1806 l '207,868 4'083,750
1807 1'211,219 3'545,016
1808 l '207,175 3'891 ,573
1809 1'210,419 4'074,051
1810 1'216,060 4'219,684
Fuente: Los datos del tributo se encuentran en Flsher 1970: appendlx 4; para la acunaclón, ver la nota
34.
que no está lejos de ser cierto, podemos entonces hacer el siguiente cálculo,
si es que todos tuvieron que obtenerlos en el mercado y a esos precios:
Cuadro No. 7
Cálculo del valor de la producción natural de maiz y papa
Maíz Papa
NOTAS:
(8) Para la elaboración: del gráfico según rubros hemos empleado las cifras de produc-
ción de la plata registradas en las callanas de fundición, multiplicadas por los precios
de las casas de moneda (Cfr. Rivero 1857: I, 220 y el Accounts & Papers (AP) de
los British Parliamentary Papers (BPP) "Commercial Statistics", volumen 64, año
1847 p. 210). Las cifras de producción del mercurio están de acuerdo al gráfico de
1
Femandez Concha, Yates y Kent 1952 : 30 y a las que aparecen en los siguientes
manuscritos documentales: Biblioteca Nacional de Lima, Perú (BN). Serie Manuscri-
tos Republicanos, clave D 9510, año 1840; y AGN. Serie Minería C-12, Legajo 72,
año 1847. Para los precios del mercurio consúltese AGN. SHMH, PL 6, No. 164,
año 1826 ; BN 9465, año 1827; BN D 9510, año 1840; Rivero 1857: I, 218 y Polo
1911: l 7. Para el cobre hemos hecho estimaciones en base a sus cantidades y valo-
res de exportación (Cfr. Hunt 1973: 38, table No. 14; Bonilla 1977: V, 193, cuadro
No. 20; y AP de los BPP "Foreign and Colonial Merchandize Imported into the Uni-
ted Kingdom from Peru", volumen 39, año 1849, p. 372). Para el oro hemos hecho
estimaciones basadas en las cantidades y valores de acuñación (Cfr. AP de los BPP
"Statistics of Precious Metals", volumen 64, año 1847, p. 207). Para el estaño he-
mos hecho estimaciones también en base a sus cantidades y valores de exportación
(Cfr. Hunt 1973: 38, table No. 14; Bonilla 1977: V, 193, cuadro No. 20;y AP de
los BPP "Foreign and Colonial Merchandize lmported into the United Kingdom
from Peru", volumen 39, año 1849, p. 372).
(9) Para la elaboración del gráfico hemos utilizado las siguientes fuentes: a) Entre 1771
y 1799, las estadísticas de John Fisher (1977 : 243-244, apéndice); b) Entre 1800 y
1846, las de Mariano de Rivero y Ustáriz (1857: I, 220), con la corrección de los
errores detectados al confrontarlas con el Memorial de Ciencias Naturales y de In-
dustria Nacional y Extranjera, Lima, tomo I, número IV, p. 164, marzo de 1828;
c) Entre 184 7 y 1898 hemos seguido bastante cercanamente a Hunt ( 1973a), cuya
principal fuente es Paz Soldán ( 1877) y Du Chatenet ( 1880); también se puede ver
Camprubí 1957: 169; Macera 1972: 74-77 y 104; Bonilla 1977: V, 183 y los infor-
mes de los diversos cónsules británicos en el Perú reproducidos en Bonilla (comp.)
1975 : I, 184, 258 y 303. Una discusión de estas cifras para la elaboración de los
cuadros se encuentra en un libro de próxima publicación por el autor.
(10) Cfr. Rivero y Ustáriz 1828: 14; Rivero y Ustáriz 1857: I, 20l-202;AGN. Serie Mi-
nería C-12, legajo 72, año 1827; AGN. SHMH. OL 224, f. l060;AGN. SHMH. OL
255.l caja 3 21 1 ff. 4 76-4 78 y Archivo de la Dirección Regional de Minería del Cerro
de rasco, Peru, ADRMCP. Libro copiador de notas desde 1832 hasta 1835. Corres-
pondencia, ff. 20v., 60v., 96 y 99.
( 11) Sobre la guerra con Chile se puede consultar últimamente Bonilla 1980 y Manrique
1981.
( 12) Un marco era la medida de peso colonial que se mantuvo durante el siglo XIX; equi-
valía a 227 gramos aproximadamente.
(13) Sobre el guano y el salitre puede verse Hunt 1973b y Bonilla 1974a; sobre la agri-
cultura costeña, Macera 1977.
(14) Calculado en base al producto líquido del guano, en Basadre 1968-1970: IV, 328.
También remitimos al lector al trabajo de Hunt 1973b.
(15) Un razonamiento similar a éste puede encontrarse en Thorp y Bertram 1978: 72-79.
(16) Remitimos al lector, de nuevo, a los documentos citados en la nota 10.
( 17) La plata "piña" es la plata pura que se obtiene luego de su refinación en los inge-
nios. Se le llama así por la forma de trozos de piña que tiene. Luego, en las callanas
de fundición, se transformará en plata en barras.
( 18) Al respecto puede verse Pflucker 1846 y Archivo Legal Centromín Perú (ALCMP) .
Sección Títulos de Propiedad. 4 "Haciendas Casapalca, Bellavista y Vizcamachay . . .
1897''
(19) En Puno, en 1826, las minas de Pomasi tenían profundidades de 40, 50, 80, 100,
120 y hasta 130 estados (Cfr. Rivero y Ustáriz 1857: 11, 5).
( 20) En 18 21, una Razón e Inventario de los efectos pertenecientes al Estado en la
Administración del Cerro de Paseo describía las siguientes herramientas de hierro :
" 8 tercios o atados de Hierro en barra, 2 atados de palas de hierro ... , 8 asadones
de fierro .. ., 20 palas de fierro en dos atados" . En AGN, SHMH, OL l O, caja 2, ff.
l 2-14. Aduana del Estado de Lima.
(21) "Se paga a razón de 50 pesos vara en este lugar, poniendo ellos las velas y pólvora"
( Rivero y U stáriz 18 28: 9).
(22) "Cada hapiri saca de la mina entre 50 y 75 libras de mineral en forma muy incómo-
da, sobre un cuero sin curtir (capacho), y realiza su tarea completamente desnudo
pues a pesar del gélido clima este duro trabajo le da tanto calor que prefiere desves-
tirse" (Tschudi 1966: 258).
(23) "Es de advertir que los d.ueños les pagan casi todo el trabajo en coca, maíz y chuño,
dándoles la libra de coca a peso; la arroba de maíz al mismo precio, y el chuño a seis
reales" (Rivero y Ustáriz 1857 : 11, 11 ).
( 24) Dice el viajero inglés Tudor en 18 25 : "Nos detuvimos en una hacienda donde había
dos o tres molinos moliendo mineral. Se hace con ruedas de granito de alrededor de
ocho pies de diámetro y dos pies de grueso, que giran sobre su borde. Cuestan 300
pesos cada una" (Tudor 1973 : 123).
(25) Algunas descripciones de este proceso técnico se encuentran en Gerstacker 1973:
64-83; Paz Soldán 186 2 y Du Chatenet 1880.
( 26) En la construcción del socavón de Y anacancha, entre 1804 y 1811, los costos en
mano de obra fueron de 61 ,540.65 pesos; es decir, el 56.80/0 de los gastos totales
(Fisher 1977: 192, cuadro No. 9). En el de Quiulacocha en Cerro de Paseo, en
1837, según el Estado que presentó Francisco Goñi para los meses de enero y fe-
brero, los costos en fuerza de trabajo representaron en promedio 2,188.5 pesos; es
decir, el 51.60/0 de los gastos totales (Cfr. AGN, SHMH, Diputación de Minería,
OL 255, caja 321 , ff. 476-478 , año 1837). Finalmente, en la mina de carbón de la
Compañía de Máquinas, también en Cerro de Paseo, esta vez entre octubre de 1825
y enero de 1826, los costos laborales representaron cerca del 900/0 de los gastos to-
tales (Cfr. AGN. Serie Minería C-12, legajo 61, "Razón de lo pagado según ... ").
(27) " . .. los más de los operarios de minas son becinos de las quebradas inmediatas, o
de provincias estrañas que solo vienen a este mineral a lograr de las pequeñas bonan-
zas que se presentan en las minas, o a jornalear por dinero para su ben ir a sús gastos
necesarios, y pendones que sobre ellos gravitan" . Archivo de la Dirección Regional
de Minería del Cerro de Paseo (ADRMCP). Libro copiador de cartas .. . Carta de la
Diputación de Minería del Cerro de Paseo al Subprefecto de la Provincia, del 14 de
enero de 1835, ff. 85v-86.
(28) Así lo manifestaban, por lo pronto entre 1826 y 1827, Carlos Holland y José Andrés
Fletcher, quienes arrendaban el ingenio de Ticapam.pa con el fin de procesar los mi-
nerales de sus minas en Huaylas (Cfr. AGN. SHMH, PL 6, No. 172. "Don Carlos
Holland . . . "). Igual situación se repite con Francisco Goñi en Cerro de Paseo,
quien del mismo modo pretendía abarcar ambas fases del trabajo dentro de su pro-
pia empresa minera (Cfr. AGN. SHMH. PL 6, No . 192. "Los dueños de las minas ... 'l
(29) AGN. Serie Minería C-12, legajo 61: "Lista or matrícula de los Operarios de Minas
y Hasiendas . .. ". Hemos calculado el valor de la producción de plata de las empre-
sas mineras multiplicando el número de trabajadores que controlaban por la produc-
tividad promedio del operario en la época.
(30) Hacia 1839, el viajero inglés Archibald Smith comentaba: "Mercaderes y negocian-
tes en plata piña son tentadores, por la proyección de ventajas económicas, para
prestar dinero al apurado propietario minero con el fin de permitir que continúe
sus trabajos, y que se le devuelva el préstamo en piña a mucho por marco. Así, un
prestamista es llamado habilitador" (Smith 1839: 19).
(31) En 1875, el transporte de todos los metales de plata producidos en ese año costó
526,764 soles, componiendo el 270/0 de los gastos totales de producción de la plata
colocada en Lima. Una proporción similar a los gastos de extracción en la mina
(26.90/0) y a los de refinación (también 26.90/0). Cfr. Parra 1875: 129.
(32) Cerro de Paseo, por ejemplo, se encuentra sobre los 4,300 metros sobre el nivel del
mar, en una zona montañosa del nudo de Paseo, al norte de la estepa frígida conoci-
da con el nombre de meseta de Bombón.
(33) Entre mayo y setiembre de 1836, por ejemplo, entre las minas, la callana de fundi-
ción y las casas de moneda de Puno y Cusco, se transportaron 38 barras de plata,
con un peso de 6,190.5 marcos y un valor aproximado de 48,000 pesos. Labor que
realizaron 13 comerciantes o sus representantes. Ver: Archivo del Museo Nacional
d~ Historia. Lima, manuscrito No. 000156.
(34) Para la confección de la curva de acuñación hemos recogido entre 1771 y 1820 los
datos de Moreyra Paz Soldán ( 1980: anexo II), quien consultó los Libros de la Con-
taduría de la Casa de Moneda conservados en el Archivo General de la Nación del
Perú. Para el período 1820-1839, los datos provienen del "Return of the Number of
Silver coined at the Mints of Peru between the Years 1820 and 1834, both inclusi-
ve" y del "Return of the Number of Marcos of Silver coined in Peru each Year,
during the Quinquennium ending the 31st of December, 1839 . .. '; Accounts and
Papers de los British Parliamentary Papers. Commercial Statistics, volumen 64, año
1847, p. 210. También puede verse Fisher 1970: appendix 3 y Flores Galindo
1982: annexe VI. Para la confección de la curva de producción, véase el gráfico No.
2 de este mismo trabajo.
(35) Cfr. AGN. SHMH. OL 163, caja 68, ff. 925-1155, año 1827. ADRMCP. Libro co-
piador de notas . , ., ff 25-25v y AGN. Sección Libros de Cuentas. Libro de compras
de plata que realiza la Tesorería de Casa de Moneda ... , legajo 241, libro 1166.
(36) Accounts and Papers. Commercial Statistics. Volumen 64, año 1847, p. 210.
(37) Esta historia oficial y tradicional del sistema monetario peruano se puede ver en
Alzamora Silva 1932, Garland 1908 y Basadre 1968-1970.
(38) ADRMCP . Libro copiador de notas ... Comunicación del 15 de octubre de 1836, f.
112.
(39) AMNH. Manuscrito No. 2082. Carta de José Abeleyra al Ministro de Hacienda, del
16 julio de 1844.
( 40) Informe Demográfico del Perú. Centro de Estudios de Población y Desarrollo. Lima,
1972.
(41) El documento AGN. Derecho Indígena. Legajo 23, cuaderno 668, aparece resumido
en el anexo 4 del libro de Christine Hünefeldt 1982.
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COMENTARIOS
plata producida era convertida en monedas mercantil y usurero) a los productores as-
Y, en vez de dinamizar la economía local, cendían al 270/0 de los ga~tos totale~ de
esta economía local -básicamente natural- producción de la plata colocada en Lima
fue el soporte para mantener el funciona- mientras que los gastos de extracción en 1~
miento de la economía monetaria. Es de- mina habrían ascendido en dicho año al
cir, "las áreas de economía mercantil se en- 26 . 90/0 y los de refinación, a 26. 90/0. La
contraban envueltas dentro de un mar de ganancia mercantil no sólo se habría dado
economía natural que las sobrepasaba". a través del otorgamiento de créditos y de
De esta manera, los dos aspectos centra- la venta final del producto, sino también a
les del artículo, producción minera y circu- través del suministro de insumos tanto a las
lación monetaria, quedan inextricablemen- minas como a los ingenios . Ni los grandes
te hilvanados y a su vez explican, en parte, mineros escapaban a este "cerco que les
el fracaso del modelo de crecimiento vía tendía el capital mercantil". Por ello, no
exportaciones que se le ofrecía al país, tan- sólo sería necesario preguntarse qué hicie-
to como resultado de la exportación de pla- ron los mineros y los trabajadores con las
ta como, sobre todo, de la exportación del ganancias (es probable que se hayan realiza-
guano. Lo que en términos de las propues- do algunas reinversiones en los propios cen-
tas de J. Deustua faltaría explicar, para en- tros de explotación minera y probablemen-
tender en totalidad el fracaso de este mode- te también en la adquisición de tierras, oca-
lo, es qué es lo que mineros, propiet~rios sionalmente en detrimento de las comuni-
de ingenios para la refinación de la plata y dades campesinas aledañas, para garantizar
comerciantes hicieron con el dinero que re- el suministro de mano de obra, leña, comes-
cibieron por la venta de su producto. De tibles, agua, etc.), sino también acerca de la
acuerdo a planteamientos ya expuestos en utilización del capital por parte de los co-
historia económica, no sólo es importante merciantes.
preguntarse sobre lo que pasó con el pago Esto último conduce a una vieja cuestión
de jornales a la mano de obra involucrada teórica: ¿cuál fue -en el contexto de la mi-
en el proceso productivo (que de acuerdo a nería del siglo XIX- la lógica de funciona-
J . Deustua recibía un pago en dinero y en miento del capital mercantil? Sólo respon-
especie) y que al menos hasta 1854 (fecha diendo a esta pregunta conoceremos lo que
de la abolición del tributo) serviría casi Deustua propone en el título de su trabajo:
exclusivamente para pagar el tributo al Es- la relación histórica entre minería y circula-
tado; es decir, se establecía un circuito mo- ción.
netario sin efectos de arrastre sobre las eco- A pesar de que esta cuestión, que nos pa-
nomías locales. Igualmente importante es rece central, no está respondida en el artícu-
saber qué ocurrió con el dinero de la parte lo, su autor nos propone algunas vías
"empresarial". Los comentarios al respecto metodológicas para responderla. Básicamen-
son sumamente escuetos y ello probable- te se trata de tres reflexiones, que si bien
mente remite a un problema mayor: las es- no encaran de manera directa el problema
tadísticas con las que contamos sobre la (lo que también sería deseable hacer) , sí
producción minera y la venta de mineral nos revelan algunos indicadores acerca del
son esporádicas y no revelan sino indicado- posible comportamiento del capital mer-
res porcentuales muy generales. Sumando cantil y con ello nos ilustran los efectos de
el equivalente monetario en minas e inge- arrastre de la minería y la circulación del
nios, los costos de producción por mano de metal y de bienes o, mejor dicho, sus limi-
obra habrían absorbido cerca del 500/0 de taciones. En primer lugar, contrapone el
los costos totales de la empresa minera pe- pago tributario a la acuñación total, donde
ruana del siglo XIX. Un año para el que el monto del tributo (sólo tenemos cifras
existen datos sobre la composición de los para los años entre 1800-181 O) habría as-
gastos totales (1875), nos revelaría, empe- cendido al 300/0 de la acuñación total; es
ro, que hubo fluctuaciones importantes. decir, un 300/0 sin efectos de arrastre, vis-
Así, Deustua señala que en ese año los cos- to como aporte en metálico de la economía
tos del transporte, asumidos por comercian- indígena a las arcas fiscales y que, por tan-
tes que además anticipaban dinero ( capital to , no formará parte de la economía mone-
cuérdese , por ejemplo , que la prohibición claramente distinguidas, o sea una moneta-
de exportar plata piña del virreinato de La ria y la otra natural (la cual por casualidad
Plata después de 1776 fue aducida como coincide plenamente con los tributarios in-
causa mayor de la decadencia del comercio dígenas), como la evidencia para. compro-
entre el Alto y el Bajo Perú). En fin, las es- barla me parecen muy discutibles. En un
tadí sticas de producción de plata peruana tipo de argumentación a veces bastante
hasta fines del siglo XIX que se basan en la monetarista, José Deustua confunde lo que
plata registrada en las callanas no me pare- sería una economía netamente natural - ca-
cen plenamente confiables y hay que consi- racterizada por un limitado nivel de inter-
derar la posibilidad de que el monto de pro- cambios horizontales entre productores de
ducción en algunos años discrepó bastante valores de uso - con un sistema de circula-
del monto de barras producidas en dichas ción,jerarquizado por una distribución alta-
callan as. mente desigual del medio circulante entre
Sabemos que durante la época guanera varios niveles socio-espaciales. Aquí los in-
hubo inversiones en agricultura, en algunas tercambios económicos más alejados del
industrias y otros sectores de la economía centro se basan cada vez más en transaccio-
peruana. ¿No es probable que también las nes crediticias desiguales, controladas por
hubiera en la minería y que éstas afectaron, las capas más cercanas al vértice de la jerar-
por lo menos por algunos años, los montos quía tanto comercial-crediticia como polí-
de producción de plata? Por eso me pregun- tico-social. En las regiones serranas alejadas
to si en lugar de una minería homogénea- de las ciudades, esta escasez caracterizó a
mente arcaizada que mantenía las estructu- los campesinos indígenas y -aunque en me-
ras de propiedad, producción y regímenes nor grado- a muchos hacendados, mineros
de trabajo de la época colonial, no se ha- y pequeños comerciantes. La escasez del
bría desarrollado ya en las últimas décadas medio circulante en regiones alejadas, de es-
antes de la guerra del Pacífico una minería ta manera, viene a ser la expresión del con-
dual: o sea una gran mayoría de empresas trol económico y político de comerciantes,
muy pequeñas con tecnología tradicional hacendados y mineros más capitalizados
de baja productividad y unas pocas empre- sobre capas sociales más bajas o, en otras
sas más grandes, que utilizaban modernas palabras, un instrumento de la integración
formas jurídicas de propiedad, con acceso a del campesinado, pequeños terratenientes,
capital (a diferencia de la habilitación usu- arrieros, etc. en circuitos comerciales, como
rera), y trataban de emplear algunas técni- Assadourian lo ha mostrado para la colonia.
cas modernas. Por eso me parece equivocado tratar de
También tendríamos que saber cómo se calcular "la dimensión de la economía na-
desarrolló la rentabilidad de las empresas tural dentro de toda la economía peruana"
mineras en esas décadas: ¿qué efecto tenían a través de la relación entre el monto de los
el abaratamiento del azogue (a causa de los tributos y la plata acuñada anualmente. El
hallazgos californianos) y la inflación de los monto de los tributos o de la contribución
años sesenta sobre los gastos de produc- indígena indica nada más y nada menos que
ción? En fin , aunque Deustua tiene razón la mínima participación de los indígenas en
en subrayar todos los obstáculos existentes la economía monetarizada o, mejor dicho,
para el auge minero antes de 1890 -dificul- en la economía de mercado en el Perú (y,
tades de vías de comunicación, mano de dicho sea de paso, el monto de las acuña-
obra campesina, dependencia del escaso ciones de plata es una medida muy inexac-
crédito, a excesivas tasas de interés, de los ta para el tamaño absoluto de esta econo-
habilitadores-, debemos explorar si el ter- mía).
cer cuarto del siglo no constituyó una épo- Ahora bien, la situación durante la se-
ca de transición, en vez de mera decaden- gunda mitad del siglo pasado era más com-
cia, para la minería peruana de plata, como plicada aún, ya que no hubo un único me-
Mitre lo ha dibujado para el caso boliviano. dio monetario. El autor menciona la mone-
Problemas más graves veo en lo que el da feble boliviana, que en muchos lugares
autor sugiere sobre la circulación moneta- del Perú reemplazó totalmente a la moneda
ria. Tanto la idea de dos esferas económicas nacional entre los años cuarenta y sesenta
del siglo pasado. Esta moneda fue el medio nacional (función parecida a la de devalua-
circulante más importante en todo el sur ción del Sol en relación a la libra Esterling
hasta la última década del siglo y no perdió para los exportadores durante comienzos de
su importancia en el departamento de Puno la década del noventa). De ese modo habrían
hasta después de la primera guerra mundial. existido -a diferencia del siglo XVIII- eco-
Pero gran parte de la moneda circulante en nomías regionales con cierto grado de auto-
el país entre los años cincuenta y noventa nomía en sus circuitos monetarios internos,
eran "monedas malas" "cortadas" o "asti- de difícil penetración para los capitalistas
lladas" en el Perú mis~o o introducidas de nacionales y extranjeros. No es extraño, en-
contrabando desde varios países extranje- tonces, que la reforma monetaria y, en es-
ros. Dada esta multitud de monedas - mu- pecial, el retiro de todas las monedas ilega-
chas de ellas fraccionarias, como los famo- les, fuera una preocupación central para
sos tostones bolivianos- no hay que extra- varios gobiernos entre los años sesenta y fi-
ñarse de que los billetes se emitieran mayor- nes del siglo pasado. La construcción de un
mente en denominaciones grandes. Esta mercado interno integrado en el último ter-
también era la práctica en los países euro- cio del siglo XIX era impedida ya no tanto
peos - ¡y nadie diría que en el Reino Uni- por una escasez absoluta del medio circu-
do o Francia el intercambio menudo no es- lante (como posiblemente ocurría en la
taba monetarizado por eso!- , ya que los época borbónica), sino por la existencia de
políticos y financistas no consideraban a varios sistemas monetarios, algunos de los
"la plebe" apta para manejar billetes, que cuales se sustrajeron al control pleno de la
en ese entonces todavía eran instrumentos economía nacional.
crediticios muy débiles. Mientras que polí- La importancia de la minería de plata
ticos y bancarios en Lima se veían forzados para este sistema monetario fue disminu-
a imprimir más billetes fraccionarios duran- yendo probablemente desde alrededor de
te la creciente crisis financiera de los años 1850. Pero esto no era solamente la conse-
setenta para surtir de circulante a los em- cuencia del boom guanero y de la retención
pleados y trabajadores urbanos -y lo consi- correspondiente de plata dentro del Perú,
deraron un pecado contra las buenas cos- como sugiere el autor. Más bien se trata de
tum bres financieras-, estos billetes proba- un cambio de mayor importancia, que'tiene
blemente nunca penetraron mucho en el que ver con el peso de la minería de plata
medio rural serrano: como nos cuentan tan- en la economía del Perú y no primordial-
tas fuentes de la época, los campesinos in- mente con la proporción de plata en las ex-
dígenas rehusaban - ¡y con mucha razón!- portaciones totales del Perú. En la medida
aceptar los billetes. en que la minería de plata constituyó una
La segunda mitad del siglo pasado, en- parte más pequeña del conjunto de la eco-
tonces, estuvo caracterizada por un sistema nomía peruana de mercado, ella influyó
monetario extremamente complejo: lamo- menos en el desarrollo del monto de medio
neda nacional de plata circulaba entre los circulante. Esa influencia, igual que la de
comerciantes y gran parte salió del país en cualquier otro sector de la economía no se
pago de importaciones; entre los años sesen- articuló a través de la oferta de plata'entre-
ta y fines de los ochenta, los billetes circula- gada a las casas de moneda, sino a través del
ban en las ciudades y servían especialmente monto total de transacciones generadas por
para transacciones entre las capas altas de la la minería de plata y su peso en la econo-
sociedad y el Estado; en las regiones rurales mía peruana ( o sea, en términos de econo-
circulaban los "tostones" y "arañas" boli- mistas modernos, a través de la contribu-
vianos, así como gran variedad de moneda ción de la minería de plata al producto bru-
"mala" (probablemente solamente de curso to nacional). Según Alejandro Garland (Es-
region_al o aun local). Parece posible que tudio económico sobre los medios circulan-
esas diversas monedas ilegales sirvieron para tes, pp . 65 y 71 ), la Casa de Moneda de
proteger economías regionales contra los Lima produjo 674,024 pesos de plata cada
co~erciantes importadores, especialmente año entre 1822 y 1864 ; entre 1864 y 1887
en epocas durante las cuales esas monedas -años de decadencia, según José Deustua-
se devaluaban en relación al Sol, la moneda su producción subió a 1,558, 913 Soles de
rabie al sector. Sería necesario indagar so- por la gran circulación de la moneda feble
bre la evolución de estos factores y su vin- boliviana, la que se utilizó en los departa-
culación con los ciclos de la economía re- mentos del su.r hasta las primeras décadas
gional en que se insertan, para poder carac- del siglo XX. Aun más significativa es la cir-
terizar más adecuadamente los ciclos pro- culación de la moneda astillada, sobre la
ductivos. cual ha llamado la atención Basadre: allí
Otra demostración que me parece insu- donde no existía moneda de baja denomi-
ficiente es la ofrecida para medir la magni- nación, los campesinos dividían las mone-
tud de la economía natural en la economía das existentes en fracciones. Naturalmente,
peruana. Comparar el monto del tributo in- subsiste la interrogación de por qué en la
dígena con la acuñación monetaria ofrece emisión de papel billete se lanzaba tan poco
una evidencia irrelevante. Lo que interesa circulan te de baja denominación. Quizá
es la proporción entre el monto de aquél en pueda explicar este hecho el rechazo que
relación al volumen de moneda en circula- los indígenas manifestaban para recibir todo
ción. La acuñación de moneda de un año aquello que no fuera moneda metálica. Sólo
puede duplicar el volumen del circulante en aquellas regiones en las cuales existía
disponible o representar una fracción insig- una gran circulación mercantil (por ejemplo,
nificante de él; depende de la cantidad de el valle del Man taro), el billete fue aceptado
moneda preexistente. Tampoco la acuña- por los indígenas en sus transacciones habi-
ción de moneda representa automáticamen- tuales. Creo, en fin, que habría que buscar
te un incremento del circulante existente; más evidencias para formular conclusiones
éste no se alterará si la nueva moneda es consistentes. Aunque se ha adelantado bas-
destinada a la exportación. Habría que con- tante en la investigación sobre la minería,
siderar esta última alternativa, atendiendo a hay aún bastante trecho por recorrer.
que las cifras en las que se basa el análisis
corresponden aún a la etapa colonial y a
que, según las cifras de Hunt, la exporta-
ción de moneda representó durante los pri-
meros años de la República hasta el 900/0 Rory Miller
de las exportaciones peruanas. Jnst. de Estudios Latinoamericanos
El ejemplo de las comunidades de Caja- Universidad de Liverpool
tambo tampoco me parece convincente. P.O. Box 147
Podrían todas ellas entregar todos sus pas- Liverpool L69 3BX
tos excedentes sin pago alguno, pero eso no Inglaterra
responde el interrogante crucial : ¿se incor-
poraban o no los comuneros al mercado de Los historiadores del Perú estaríamos de
bienes y de trabajo? Sería interesante pre- acuerdo en que durante los últimos quince
guntarse al respecto cómo conseguían ope- años hemos visto grandes adelantos en nues-
rarios los dueños de las minas y cómo se tra comprensión del pasado republicano.
proveían de alimentos los trabajadores mi- Nuestros conocimientos sobre la economía
neros de Cajatambo y los de )os demás cen- de exportación, la población rural de la sie-
tros mineros. Por otra parte, la moneda no rra y la costa; la élite y el Estado, y los con-
fue utilizada por los campesinos únicamen- flictos étnicos y de clases dentro de la na-
te para pagar el tributo. Diversas evidencias ción, han evolucionado muchísimo. Sin em-
demuestran que también fue empleada para bargo, aún queda mucho por hacer. En par-
la tesorización en una proporción no desde- ticular, hay grandes sectores de la economía
ñable; esto ha sido señalado para la sierra interna del siglo XIX que son virtualmente
sur por Burga y Reátegui e igual constata- desconocidos hoy en día, y el estudio de
ción se puede realizar en la sierra central. José Deustua promete mucho ya que hasta
Habría que añadir entonces a la moneda ahora no contábamos realmente con un de-
necesaria como medio de cambio la que era bate claro ni siquiera de la cronología ni de
sacada de la circulación y convertida en te- los niveles de producción. El artículo es va-
soro. Del mismo modo, que el campesinado lioso tanto por sus logros como por las pro-
necesitaba circulante, queda evidenciado metedoras líneas de investigación que sugie-
más, me pregunto si el hacer una distinción parece que los resultados de muchas inves-
demasiado rígida entre "áreas de economía tigaciones en la sierra señalan una circula-
mercantil" vinculadas a las exportaciones y ción mayor de dinero en el siglo XIX de lo
una "economía natural" interna de las ha- que sospechábamos hará unos diez a quin-
ciendas, comunidades y unidades domésti- ce años.
cas, no nos llevará a conclusiones erróneas Traducción de Sheila Campion
en lugar de guiarnos respecto al alcance del
intercambio comercial dentro del Perú en el
siglo XIX. El tributo indígena hasta 1854 y
los impuestos locales similares reestableci- lean Piel
dos después de 1866 obligaron a mucha Université de París VII
gente a ingresar en los mercados laboral o 2, Place Jussieu
de productos, que si bien eran evidentemen- 75005 - Paris
te imperfectos y a menudo coercitivos, in- Francia
volucraban transacciones en efectivo. Algu-
nos artículos de uso cotidiano, como la co- Me gusta este artículo , no tanto por la
ca, sal; aguardiente, textiles, herramientas, suma de conocimientos empíricos nuevos
se producían en centros especializados del que proporciona (lo cual no es desprecia-
Perú o eran importados y se comercializa- ble, aunque el autor mismo reconoce, mo-
ban extensamente por toda la sierra. Ade- desta y repetidamente , que no se trata más
más, el crecimiento de Lima-Callao y de que de una primera entrega de su investiga-
otros mercados en la costa · para la comer- ción), sino por los problemas que plantea,
cialización de alimentos y artículos de ex- la problemática que sugiere y la vigilancia
portación producidos principalmente por metódica que ejerce respecto de sus propias
campesinos, en especial la lana de alpaca, afirmaciones.
trajo un flujo de dinero relativamente sus- José Deustua nos hace recordar ante to-
tancial a las haciendas, los campesinos inde- do que, a pesar de la notoriedad de un siglo
pendientes y las comunidades. La noción XIX peruano depresivo en el plano de la
de la hacienda autárquica y de una masa de minería, la producción argentífera seguía
campesinos endeudados, como lo ha demos- siendo uno de los principales pilares de la
trado recientemente Van Young, ha sufrido economía del país luego de su independen-
una gran modificación para el México colo- cia, alimentando la producción de las casas
nial, y existe actualmente una tendencia re- de moneda (la acuñación de moneda acapa-
visionista paralela con respecto a las hacien- ra más del 900/0 del metal producido) y
das, los campesinos, las comunidades y los constituyendo hasta el 500/0 de las expor-
sistemas laborales de los Andes. Mientras taciones peruanas (en valor) a la Gran Bre-
más indagan los historiadores en los archi- taña (hacia 1830, por ejemplo).
vos regionales, más ejemplos se encuentran El autor muestra a continuación la es-
de un extenso e insospechado mercado lo- tructura social de la producción minera (en
cal o de larga distancia. En el caso de Cerro gran parte dominada por la pequeña empre-
de Paseo mismo, un ejemplo clásico sería el sa, de medios técnicos extremadamente li-
de las grandes compras de llamas de Huan- mitados, que a su vez era dominada por los
cavelica, de lo que recién se han percatado maestros-fundidores propietarios de inge-
Manrique y Contreras. Pero también podría- nios, los mismos que dependían de comer-
mos citar, por ejemplo, el significado real ciantes, transportistas, acreedores que lleva-
de la coca en el Cusco o de.l aguardiente en ban las barras refinadas hacia los talleres de
Tarma y el valle de Chanchamayo; y hay acuñación de moneda).
ejemplos de esta especialización por todo Presenta, luego, las consecuencias socia-
el Perú. No niego la fundamental importan- les sobre la mano de obra: indígenas de ori-
cia de una producción de subsistencia para gen rural, libres u obligados a trabajar en las
la unidad doméstica campesina, ni la difun- minas, poco o no remunerados en moneda
dida existencia de las disposiciones para el üusto lo suficiente para que una vez de re-
trabajo coercitivo y del pago en especie o greso en sus comunidades puedan pagar el
tierras en vez de dinero. No obstante, me impuesto personal o tributo de indios).
tal de trabajadores del Perú -como no lo es gión iban cada cierto tiempo a trabajar a las
tampoco ahora, pero por razones segura- minas? Quiero subrayar un poco el dramatis-
mente diferentes-) , nos conduce a uno de mo de la pregunta, recordando lo que Deus-
los temas fuertes del artículo que comenta- tua señala sobre el gran esfuerzo físico que
mos : el del uso del dinero y el carácter de requería el trabajo minero y las pésimas
la economía peruana del siglo XIX. Es cla- condiciones en que se desarrollaba, además
ro que no planteo una innovación ; Deustua de la presumible aversión de un campesino,
mismo establece esta relación (el mercado acostumbrado a vivir y trabajar en espacios
de trabajo como indicador de las pulsacio- abiertos, a introducirse en un oscuro soca-
nes de la economía), cuando explica una de vón cavado en las entrañas de la tierra. ¿Qué
sus hipótesis centrales: el Perú del siglo XIX necesidades de los campesinos indígenas del
combina dos esferas económicas, una mo- siglo XIX los empujaban a traba.i.ar en esas
netaria o mercantil y otra natural, " ligada a condiciones en las minas? ; ¿qué buscaban
la existencia y reproducción de la población ahí?
campesina e indígena, por entonces el 70 o Deustua en su artículo deja una duda so-
el 800/0 de la población total", siendo la bre la libre decisión de los campesinos de
minería uno de los puntos de intersección acudir al centro minero : "iban ....'.dice- de
de las dos esferas; ahí los campesinos indí- manera libre o forzada" . No aclara, sin em-
genas que trabajan produciendo plata, reci- bargo, qué quiere decir de manera "forza-
ben un salario mixto: natural y monetario; da". No parecen ser "levados" y obligados
la cantidad de moneda "que el campesino violentamente a trabajar en las minas. Un
indígena va a retener sólo servirá luego para sistema tan poco estructurado y tan violen-
pagar el tributo indígena", imposición que to no habría sobrevivido más de un siglo y ,
pesaba sobre la mayor parte de los campesi- por otro lado, no se hubiera planteado la
nos. cuestión de la remuneración de la mano de
Veamos de cerca el material que Deustua obra, tema que José Deustua desarrolla en
nos presenta sobre los mecanismos de acce- el artículo.
so a la mano de obra. En principio , ninguna ¿Iban a la mina por un salario? Probable-
duda sobre el hecho de que no se trata de mente sí , pero con ello no tenemos una res-
un proletariado minero; eran campesinos puesta, sino un enorme problema. ¿Qué sa-
los que iban temporalmente a trabajar a las lario? Mixto: natural y monetario . Cuál era
minas. Eso mismo fue constatado también más importante en términos de valor es una
por Heraclio Bonilla para un período poste- cuestión todavía oscura y aclararla implica-
rior, las primeras décadas de este siglo, in- ría cuantificar, cosa particularmente difícil
cluso cuando la producción de cobre había por las fuentes con las que se cuenta. Pero
desplazado en importancia a la de plata y aun en sus términos generales, la cuestión
actuaba en la zona una empresa como la de este salario mixto deja muchos interro-
Cerro de Paseo Copper Corp., formada por gantes.
grandes capitales extranjeros. Empecemos por la parte natural de este
No creo que sea particularmente impor- salario. Un texto de Rivero y Ustariz que
tante preguntarse por qué no se forma en ilustra en el artículo la cuestión del salario
tomo a la minería de plata del siglo XIX, y natural, refiere que el trabajo en gran parte
aun después, un .proletariado minero . Ello se pagaba con "coca, maíz y chuño". De
no parece ser un enigma: por un lado, la los tres productos, dos -maíz y chuño-
mano de obra indígena permanece vincula- pueden ser conseguidos por los campesinos
da a la tierra, sea por lazos de solidaridad y sin pasar por el mercado y, ciertamente, sin
reciprocidad en sus comunidades, sea por tener que trabajar en las minas: pueden
lazos y obligaciones feudales dentro de las conseguirlos con la producción de sus pro-
haciendas; y por otro lado, no parece pro- pias parcelas o a través de intercambios na-
ducirse un excedente de población en rela- turales. Es más, con excepción de la coca,
ción a las tierras disponibles, sino más bien es muy poco probable que los productos
lo contrario. Lo que sí creo importante in- que pudieran componer un salario natural
dagar es precisamente la pregunta inversa: tuvieran que conseguirse fuera de un siste-
¿por qué los campesinos indígenas de la re- ma natural de intercambios. O sí, pero en-
gar, por fin se da el primer paso hacia una Deustua no tiene que aceptarla. Pero el pro-
comprensión de la minería peruana exami- blema es que mi opinión sobre esta famosa
nándola a través de un largo período y, so- "revolución de precios" se ve confirmada
bre todo, el que abarca la coyuntura "colo- por los datos que Morineau nos proporcio-
nia"/"república". Sólo nos queda desear nó ya hace tiempo (y que todos los histo-
que este tipo de estudio sea también em- riadores fingen no conocer) y que acaban
prendido en los demás países de América de ser publicados en forma más documenta-
Central y del Sur, pues creo que el proble- da hace un año. ¿Por qué no aparece el
ma de la "continuidad" o la " discontinui- nombre de M. Morineau en la nota 3?
dad" entre estos dos períodos pasa también Además, no comprendo las razones por
(digo también, no exclusivamente) por el las que Deustua se detiene justo en 1899.
problema minero (e, indirectamente, por el Estamos de acuerdo en que es fin de siglo ,
monetario). pero ello no es suficiente, y me parece que
Mas, a mi juicio, el interés concreto del habría sido mejor extender la encuesta has-
enfoque de José Deustua radica en el hecho ta 1913 (lo que no habría sido difícil pues
de que él basa su investigación en tres nive- disponemos del trabajo a mimeógrafo de P.
les : Macera y O. Pinto, "Estadísticas históricas
a) la producción de metales preciosos, del Perú, Sector minero", Centro Peruano
b) la acuñación de monedas a partir de es- de Historia Económica , Lima, 1972), que,
tos mismos metales, y por otra parte, también proporciona algu-
c) los problemas de la circulación moneta- nos datos sobre el período colonial.
ria real. Por último, reconozco que pierdo un
Los dos primeros puntos son bastante poco el hilo de la exposición sobre un pro-
claros y ya han sido tratados de manera ex- blema muy importante. Deustua dice que "el
celente para algunos centros mineros y ca- trabajo humano componía cerca del 500/0
. sas de moneda (aunque permítaseme recor- de los costos totales de producción", pero
dar que no siempre conocemos las emisio- ¿de la producción de mineral o de metal?
nes -cuantitativas y cualitativas- de la Porque luego, en la nota 31, da unos datos
Ceca de Potosí). Pero sobre la circulación interesantísimos : 26,90/0 para los gastos de
monetaria en México o en el Perú, en Co- extracción, 26,90/0 para los de refinación y
lombia o en Río de La Plata, ¿qué sabe- 270/0 para los gastos de "transporte de to-
mos? Nada. Y no serán por cierto las peren- dos los metales". En estas condiciones, los
torias declaraciones de ciertos "ideólogos" costos salariales serían el 500/0 del 26,90/0.
de la historia las que modifiquen ese nada. Y esto no es todo, ·ya que en otro lugar se-
Ojalá, pues, que José Deustua continúe ñala que los trabajadores deben pagar por
sobre esta pista mostrándonos los niveles las velas y la pólvora que utilizan en su tra-
sociales de la circulación monetaria (y veo bajo. Resumiendo, tengo la impresión de
con placer que cita a Jean Meuvret .. . ) y que este famoso 500/0 se reduce a mucho
es de desear que su ejemplo sea seguido por menos de lo que parece a primera vista,
doquier en América, ya que este tipo de es- Con todo, estas cuantas observaciones
tudio puede traer una corriente de aire fres- no le restan valor a los enormes méritos de
co que sirva para desempolvar ciertos este- este primer paso en la gran aventura minera
reotipos que contaminan la investigación emprendida por José Deustua.
histórica.
Con todo, espero que mi amigo Deustua Traducido por Sheila Campion
permita que le haga unas cuantas pequeñas
críticas. No estoy de acuerdo con sus consi-
deraciones sobre la "revolución de precios" Enrique Tandeter
como "una de las causas del desarrollo del CEDES
capitalismo europeo". Jamás lo he creído, Pueyrredón 510 - 70 B
por la buena y sencilla razón de que no me 1032 Buenos Aires
parece que se pueda hablar de capitalismo Argentina
antes del siglo XVIII dentro del contexto
inglés. Pero se trata de mi opinión y José José Deustua describe y analiza en este
artículo los rasgos hasta ahora no muy co- longa la antigua vocación de la moneda por
nocidos de la historia de la minería peruana huir del espacio peruano. Me parece que el
en el siglo XIX. Lo hace de manera meticu- propósito original de Assadourian fue pre-
losa, con gran preocupación por la recons- cisamente ver con más precisión qué ocu-
trucción estadística de los datos agregados, rría con la moneda entre el momento de su
así como por la explicación de los mecanis- acuñación y el de su exportación; es decir,
mos en juego. Gracias al trabajo de Deustua se trataba de valorizar el tema de la circula-
sabemos ahora que la recuperación de la ción monetaria interior y no de negarlo a
minería de la plata tras la crisis de la inde- priori. Por supuesto que todo intento de
pendencia fue rápida, que en el medio siglo medición de los respectivos pesos sectoria-
posterior se sucedieron ciclos de nivel des- les en el conjunto de la actividad económi-
cendente y que el predominio argentífero ca debe ser bienvenido, pero sus conclusio-
no es puesto en cuestión sino muy tardía- nes nunca podrán sustituir al análisis diná-
mente en el siglo con el auge del cobre. La mico de las articulaciones entre sectores, y
imagen que se deduce del artículo es la de es en este último nivel que se sitúa la afir-
una minería estancada, cuya tecnología, re- mación sobre el papel dominante de la mi-
laciones de trabajo, organización empresa- nería.
ria y tamaño de las unidades productivas Un aspecto complementario de la posi-
prolongan él período tardocolonial. La prin- ción de Deustua es su opinión según la cual
cipal modificación parece consistir en el toda participación mercantil indígena es
aumento del peso de Paseo en el total de la coactiva y nace de la "imposición" estatal.
minería a medida que avanza el siglo. En los últimos años, una de las preocupa-
Deustua ha recogido un gran caudal in- ciones más visibles en los estudios sobre los
formativo y toda su presentación nos resul- Andes ha sido, precisamente, la de analizar
ta convincente. Menos evidentes son sus co- situaciones concretas para poner a prueba
mentarios a propósito de la vinculación en- esa afirmación. Las conclusiones parecen
tre minería y economía peruana en general. invalidar la utilidad de una simplificación
Deustua parece haberse alejado de los linea- tal y destacan, en cambio, los diversos me-
mientos q4e inspiraban el gran proyecto del canismos mercantiles que las comunidades
Instituto dje Estudios Peruanos sobre mine- pusieron en juego en tanto estrategias de re-
ría y espacia económico, marco en el que producción (Cf., entre otros, los trabajos
se inició su propia investigación sobre la mi- reunidos en Olivia HARRIS, Brooke LAR-
nería del siglo XIX (Cf. C.S. ASSADOU- SON y Enrique TANDETER (comps.), La
RIAN et al., Minería y espacio económico participación indígena en los mercados sur-
en los Andes. Siglos XVI-XX. IEP. Lima, andinos. Estrategias y reproducción social,
1980). Ese proyecto retomaba el énfasis siglos XVI a XX. CERES, La Paz, en pren-
de los trabajos de Assadourian en el papel sa). Paradójicamente, Deustua renuncia al
de la minería como producción dominante final del artículo a la hipótesis simplifica-
y sus consecuencias en la formación del dora y unitaria, para afirmar que "resulta
mercado interior en el espacio peruano. una tarea fundamental precisar concreta-
Deustua parece ubicarse en este artículo en mente estas formas de combinación, articu-
una posición más tradicional, que contras- lación o, en algunos casos, separación de la
ta el "mar de economía natural" con los re- economía natural andina y la economía
ducidos sectores monetarizados que se vin- mercantil . . . ". Coincidimos plenamente
culan con los mercados externos (guano, con la utilidad de ese amplio programa que
minas, plantaciones azucareras), a la vez ya está en marcha.
que enfatiza cómo en el siglo XIX se pro-
quecer el debate abriéndolo a otras escuelas comprar tierras (Manrique menciona esto).
del pensamiento y no reduciéndolo a las Parte del excedente minero sirvió también
fórmulas ya creadas, a la repetición escleró- para formar el capital inicial de la "empresa
tica de unos cuantos dogmas aprendidos en del guano" o de los ferrocarriles. Los casos
los manuales. Concluyo, sin embargo, en de Francisco Quirós y Pedro Gonzales Can-
que nos faltan todavía mucho más eviden- damo son ilustrativos de ello. Estoy de
cias para comprender bien el problema y acuerdo con ella, sin embargo , en que "las
elaborar las herramientas conceptuales ne- estadísticas con las que contamos . . . no
cesarias para entender la especificidad, la revelan sino indicadores porcentuales muy
historicidad, del desarrollo económico pe- generales".
ruano y latinoamericano. Vayamos enton- Respecto de este asunto casi hay un con-
ces a los comentarios. senso. ¿Podemos tener total seguridad de
Enrique Tandeter hace hincapié en que las estadísticas del siglo XIX? García J or-
las vinculaciones entre la minería peruana y dán destaca "la dificultad de encontrar se-
la economía en general son poco claras, ries estadísticas lo suficientemente amplias
además de acusarme de tener una "posición y completas" y Contreras hace referencia a
más tradicional" en lo que se refiere a la lo mismo. Manrique, J acobsen y Miller dis-
mercantilización de la economía peruana, cuten el gráfico No. 2, el de la producción
resultado de la producción del sector mine- de plata registrada, insisto: registrada, en el
ro. Aquí cita a Carlos Sempat Assadourian. Perú y en Paseo entre 1771 y 1898. Roma-
Creo que los trabajos de Assadourian no se pregunta por qué detenerse en 1899
(sea su obra sobre El Sistema de la Econo- y no llegar hasta 1913. Sin embargo, entre
mía Colonial o el de la "mercancía-dine- ellos, Manrique se equivoca cuando sostie-
ro"(7)) son los más referidos en toda la dis- ne que dicho gráfico está construido sobre
cusión. Pero si algo hay que rescatar tam- frecuencias de tres años de intervalo: en
bién de su labor es su invitación a la crítica, verdad, el gráfico está construido año por
al debate, al surgimiento de nuevas eviden- año, siguiendo por tanto "las inevitables os-
cias. No estoy muy convencido de la mer- cilaciones de la producción en el corto pla-
cantilización de la economía interior perua- zo". Yo agregaría incluso : las inevitables
na, fruto de la producción de metal de pla- oscilaciones de los ciclos económicos de
ta. Tengo la impresión de que el sector mi- type ancien (8). No he utilizado ninguna
nero hace uso de una serie de mecanismos manipulación estadística (Manrique la lla-
para reducir los costos monetarios de pro- ma "efecto distorsionante") justamente ha-
ducción y que el excedente monetario va a ciendo caso de ese pavor casi alérgico que
ser bastante monopolizado por los (pocos) tienen los historiadores a manipular las ci-
grandes propietarios mineros y, especial- fras (de ahí mi terror a los modelos econo-
mente, por los comerciantes locales o na- métricos). Reconozco, empero, que éste es
cionales (si hay que ubicar un lugar, éste un defecto y que uno siempre manipula da-
podría ser Lima). La imagen que tengo (ob- tos, con mayor o menor sutileza estadística.
sérvese "la imagen") es de una "monopoli- Y o más bien me referiría a las fuentes
zación", "aristocratización" o, si se quiere, (observación de Contreras). Todavía se po-
"elitización" de la sociedad y economía pe- drían lograr mayores precisiones, pero esto
ruanas del siglo XIX, lo que nos lleva al pro- sólo haría variar en algunos puntos porcen-
blema de la oligarquía. Y este fenómeno de tuales el trazo de la curva. No se acredita,
la "monopolización" de la sociedad perua- entonces, ese deseado auge de Manrique pa-
na se basa sobre todo en la existencia del ra la producción minera en la década de
capital mercantil; insisto: del capital mer- 1860, ni el crecimiento en la producción de
cantil y no del capital productivo. plata de finales de siglo sugerido por J acob-
Sobre este mismo problema se centran sen.
los comentarios de Christine Hünefeldt: Es cierto que hay un margen de produc-
¿qué ocurrió con el dinero de la parte em- ción que escapa a la contabilidad de las ca-
presarial? No lo sé con toda seguridad. Dis- llanas de fundición, entre el 20 y el 300/0
pongo de algunas evidencias sobre su desti- según los testimonios de Charles Milner
no para reproducir el capital mercantil o Ricketts en 1826(9), pero: a) No creo que