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No reaccionar impulsivamente
Los seres humanos somos máquinas que reaccionan. Lo más habitual es que
cuando nos enfrentamos a una situación difícil reaccionemos actuando sin
pensar. Existen tres reacciones comunes:
2.- Ceder.
La otra parte puede conseguir que nos sintamos tan incómodos con la
negociación que decidamos ceder para acabar de una vez. Nos presionan
con el argumento de que somos nosotros los que estamos bloqueando el
acuerdo y por tanto responsables de distorsionar las relaciones y de hacer
que ambas partes pierdan perder numerosas oportunidades.
La consecuencia es que posteriormente nos damos cuenta de lo estúpidos
que hemos sido. Ceder suele producir malos resultados. Recompensa
normalmente a la otra parte por haber actuado de forma incorrecta y hace que
tengamos una reputación como personas débiles que otros pueden intentar
explotar en un futuro.
c).-Trucos.
Son tácticas que buscan conseguir que la otra parte ceda. Se aprovechan del
hecho que asumimos que la otra parte actúa de buena fe y está diciendo la
verdad. Un truco consiste en manipular los datos, otro en hacer creer que
tienen la autoridad para decidir y que lo único que tienen que hacer es
informarnos o la demanda de última hora una vez que pensábamos que ya
habíamos llegado a un acuerdo.
La forma de neutralizar todas estas tácticas es el identificarlas. Las más
complicadas de detectar son las mentiras, Necesitamos estar atentos a las
discordancias entre las palabras y las acciones, el lenguaje corporal, las
expresiones y el tono de voz de la otra parte. Los mentirosos no tienen
dificultad para manejar las palabras pero no pueden controlar tan fácilmente
la ansiedad que se manifiesta por ejemplo en su tono de voz, ni la simetría en
su expresión facial.
b).- Repetir.
Se puede revisar lo que se ha dicho hasta el momento para conseguir ganar
tiempo para pensar. Podemos decir: ”Déjame asegurarme de que entiendo lo
que estás diciendo” y repetir la discusión. Otra forma de enlentecer las
negociaciones es tomar notas. Escribir lo que la otra parte dice nos da una
buena excusa. Podemos decir: “Lo siento, me he pedido. ¿Puedes repetirlo?