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Foucault, La Arqueología del Saber.

1) Formaciones discursivas

1.1) Las unidades del discurso

Para analizar el saber, y su discurso, hace falta dejar de lado nociones preconcebidas que pertenecen o
se legitiman mediante la “tradición”; tal es el caso de términos como “mentalidad” o “espíritu” de una
época. Cuestiona también las “formas” que generalmente se usan para catalogar los discursos.

- Géneros discursivos. Estas divisiones son temporales y analizables como géneros discursivos en sí
mismas.
- Libro y obra. Libro: ¿unidad material, económica? No es unidad discursiva (puede contener 1
poema solo o una recopilación de poemas, pe) Obra individual: ¿Dónde empieza y dónde termina?
¿Es una pieza de un sistema más amplio? ¿Tiene autonomía? La “obra” de un autor. Mismo
problema de límites. ¿Qué incluye? ¿Qué pasa con lo no –publicado? ¿Cómo se relaciona el autor
de 20 años con el de 60, pe? ¿Cuál es la unidad que justifica hablar de la “obra” de un autor?
- Todo texto está dialogando, además de con otros textos, con lo no-dicho.

Se trata entonces de no partir de estas cuestiones como si fueran verdades firmes, incuestionables. Se
puede partir de ellas, pero teniendo en cuenta que no son firmes y con la idea de cuestionarlas y
reformularlas o eliminarlas. Antes de estar analizando una novela Horizonte: descripción pura de los
acontecimientos discursivos. Dado un corpus, el análisis de la lengua indaga las reglas según las cuales se
forma un discurso, el análisis del pensamiento indaga lo que subyace al discurso y el análisis del discurso
indaga el porqué se ha dado ese discurso y no otro.

1.2) Las formaciones discursivas

Análisis: ¿Con qué criterios se agrupan los discursos?

Ya sabemos que no podemos agruparlos por “saberes” a los que pertenecen, por que el concepto de los
mismos varía a lo largo del tiempo. Obviamente, tampoco por época, porque en un tiempo se producen
textos totalmente disímiles, ergo las dos perspectivas son demasiado abarcativas e imprecisas. Otros
criterios:

1- Se refieren al mismo objeto. Ej. La locura.


Obviamente, lo que subyace bajo el término “locura” no es lo mismo en distintos discursos (medicina,
ley) ni en distintos tiempos. Es decir, se puede estudiar cómo varía el concepto, pero no se puede
establecer como unidad de análisis del discurso. ¿Se podría analizar en cambio el conjunto de reglas
que permiten el surgimiento en el discurso de los distintos objetos?

2- Se tiene en cuenta su “forma” y su tipo de encadenamiento. Ej. La estructura del discurso médico.
¿Lo que cambia es la estructura del discurso o la “forma” de ver la medicina? La objetividad del
discurso, por ej., no existe dado que está fundada por un lado en los “avances” y por otro en la
subjetividad (perspectiva, recorte, finalidad, concepto de medicina, etc.) de cada época. Propone
analizar las interacciones que permiten esos cambios en el discurso mèdico o cómo este va dando
lugar a cambios que después se cristalizan en otros discursos.

3- Utilizan el mismo sistema conceptual. Ej, la gramática clásica (presaussuriana).


Aun dentro de ese corpus “cerrado” encontramos variabilidad en cuanto a los conceptos, algunos que
derivan de otros e incluso algunos que son incompatibles con los demás. Por otro lado, la uniformidad
conceptual (si existiera) no daría cuenta de una uniformidad discursiva. Sería quizás cuestión de
analizar no los conceptos (buscar generalizaciones que permitan una inclusión de discursos en
determinado corpus), sino el ritmo de sus relaciones (surgimiento, refutación, etc)?

4- Identidad y persistencia de los temas (“describir su encadenamiento y dar cuenta de las formas
unitarias bajo las que se presentan”). Ej. la evolución, la fisiocracia.
Ambas “ciencias” producen discursos permanentemente aquejados por intereses políticos y morales y
abiertos a la polémica. Si tomo el trema evolucionista en biología, veré que excede lo puramente
biológico (filosófico, antropológico, cosmológico), que no está organizado por principios empíricos
(parte más bien de supuestos), que produce un cambio en la forma de entender el mundo a partir de
una hipótesis. Lo mismo pasa con la fisiocracia en economía. Impone una hipótesis (supremacía de
bienes agrarios) y una organización de la economía a partir de esta “verdad” (con la consiguiente
estructura social y repartición del dinero, excluyendo por ejemplo la importancia de la
industrialización).
Sin embargo, el tema produce claramente distintos tipos de discurso en siglo XVIII y XIX. (La
evolución primero estudia el cambio –continuum- y luego las alteraciones –adaptación). En economía
en cambio, la teoría fisiocrática parece reposar sobre los mismos principios que el utilitarismo.
Propone estudiar en cambio cómo un mismo concepto permite desarrollar estrategias diferentes.

De vuelta al ppio. Entonces: ¿en qué radica o se justifica la “unidad” de los campos como la gramática
o la economía? Ni en el tema, ni en los conceptos, ni en la enunciación, etc., ya que va variando
permanentemente. En lugar de reconstruir cadenas de inferencias (filosofía) o tablas de diferencias
(lingüística) se debería intentar descubrir los sistemas de dispersión (regularidad, orden, correlaciones,
transformaciones a partir de temáticas, conceptos, enunciados, estrategias, etc.). De poder definirse
esta dispersión, se podrá hablar entonces de formaciones discursivas, evitando términos imprecisos y
valorativos como “ciencia”, “ideología” o “teoría”.
Las condiciones a las que están sometidos los elementos de cada formación discursiva se llamarán
reglas de formación.

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