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#ComandanteOtelo

Adaptación de Otelo: El Moro de Venecia de


William Shakespeare,
por Xavier Villanova

correo de contacto:
coronanime@gmail.com
#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Oscuro.
Casio, Rodrigo, Otelo, Desdémona, Emilia: Un paliacate. Todos portamos
uno. Rojo, por la causa.
BLANCA:
Voy caminando, voy caminando y no sé qué hacer
y el cielo me contesta cuando pregunto,
por ti mi bien.
No he podido olvidarte, desde la noche,
desde la noche en que te perdí.

Aplausos pregrabados. Luz. Cenitales imponentes se ciernen sobre Otelo,


Desdémona y Yago en un set prefabricado. En la oscuridad, Rodrigo enrolla un
cable eterno. Miguel Casio lee en otra parte. Blanca, atornillada al televisor y
con celular en mano, come una dona y bebe Coca-Cola.

Desdémona: “¡Basta! No se hable más”. Cinco, cuatro, tres, dos, su telediario


favorito de esta Nación. Buenas noches y bienvenidos a esta emisión. (Sonríe.
Pausa). El día de hoy me presento ante ustedes con lealtades divididas. Nací
ciudadana; por educación y oportunidades he llegado a líder de opinión; sin
embargo, mis convicciones me arrojan a seguir la lucha del hombre cuyas
campañas le han valido el título: Libertador de América; su frase “patria o
muerte” lo ha mitificado y hoy, baja de las montañas, aquí, a Cundinamarca,
Venecia, en vivo para Colombia y América Latina, a fin de dar a conocer qué
senda ha de tomar su revolución; originario del municipio de Santa Cruz
Oteloguata en México… El Comandante Otelo, en vivo, esta noche con
nosotros
Otelo: Gracias, Desdémona.
Desdémona: De nada. Un honor conocer a alguien que se atreve a tener
ideales. (Pausa. Se miran.) Permítame empezar preguntando: Debemos
obediencia a las instituciones, pero ¿qué patria tendríamos si nuestros padres
no se hubieran revelado contra sus padres?
Otelo: Ninguna.

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Desdémona: He seguido, como todos, su trayectoria; y he derramado, como


todos, incontables suspiros de admiración al enterarme de cómo, a pesar de
provenir de un barrio marginal, ha alcanzado el reconocimiento del continente.
Otelo: El que no quiere a su patria no quiere a su madre.
Desdémona: Alzado de jornadas de 12 horas que encadenan el espíritu,
rechazando la vida criminal que a los desfavorecidos es natural; eligió luchar
para desestructurar un sistema que, como muchos, considera injusto.
Otelo: Pedimos igualdad, repartición de tierras y oportunidades para los no
alineados.
Desdémona: ¿Por qué no hacerlo por la vía de la legalidad?
Otelo: (Pausa) ¿Puedo dirigirme a tu audiencia?
Desdémona: Por supuesto.
Otelo: Compatriotas, hermanos de lucha, compañeros. Desprecié grados y
distinciones por aspirar a un destino honroso: mi sangre por su libertad. Soy
pobre de origen y palabra; serán mis acciones, que la historia podrá juzgar, las
que explicarán mi ideología y el amor por el suelo que nos nutre.
Desdémona: Ideología y amor. Ahí tienen. (Pausa) También con nosotros esta
noche, un hombre clave para el triunfo de incontables campañas en pro de la
causa e incansable defensor de los ideales del Comandante. (Pausa) Artillero
Yago, buenas noches.
Yago: Al jugarme el pellejo he sido un fiel ejecutor al servicio del Comandante,
porque él, a su vez, sirve un ideal más grande: la encarnizada lucha.
Desdémona: Bienvenidos ambos. Entremos en materia. Comandante Otelo,
¿tiene algo para una reportera honesta?
Otelo: Mi lucha antes que cualquier adjetivo.
Desdémona: Vamos; sin cámaras ni micrófonos me ha narrado sus hazañas,
¿le incomoda el maquillaje o los reflectores hacen tímido al valiente?
Otelo: Es cierto que polvos y luces esconden las cicatrices que me
enorgullecen. (Pausa) Mi Artillero podrá explicar el devenir de la lucha.
Desdémona: Queremos oírlo de usted. (Pausa) Producción, ¿podemos limpiar
su rostro y apagar spots? (Rodrigo se adelanta, le limpia la cara con un
pañuelo; disminuye la intensidad de los reflectores.) ¿Mejor?
Otelo: Sí.

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Desdémona: Cuente al teleauditorio sus actos para que aprendan a amarlo


como quienes lo hemos visto de cerca.
Otelo: En medio de este piélago de angustias, he sido un vil juguete del
huracán revolucionario que me arrebata como débil paja. No he podido hacer ni
bien ni mal; fuerzas irresistibles han dirigido la marcha de sucesos;
atribuírmelos sería injusto; sería darme una importancia que no
merezco. (Pausa) Quienes me conocen, saben que no soy afecto a lo efímero
de la fama, pero si me lo pide usted, que toda América la ama, daré una noticia
que alegrará a los que entienden que el éxito solo puede alcanzarse por la
unión de mentes humildes. (Pausa) He escogido un teniente en quien deposito
mi confianza; uno, cuyos conocimientos serán invaluables; aguerrido y con
inclinación a la prudencia, liderará conmigo la última etapa de la liberación
contra el imperialismo.
Desdémona: Artillero Yago, ¿desea agregar algo sobre este crucial
nombramiento?
Yago: Nada menos. Lo dicho por El Libertador demuestra su humildad al
reconocer en los hombres que lo acompañan, las virtudes que a él adornan.
Desdémona: Otelo, si conviene a la causa, ¿haría el nombramiento en vivo
para nuestra audiencia que nos mira en toda América?
Otelo: He tenido el honor de reunir a los representantes del pueblo y, entre
ellos, uno me ha brindado, además de su preparación, su amistad.
Desdémona: Amigo del Comandante, amigo de la gente. Diga su nombre.
Otelo: Él no lo sabe.
Desdémona: ¿Cómo lo llaman, entonces?
Otelo: Que será mi teniente.
Desdémona: Importante, el nombre, ¿no? ¿Qué espera?
Otelo: El puesto implica responsabilidad y confianza.
Desdémona: Que estoy segura que este hombre posee, ¿Es así Artillero?
Yago: Quien sea que tenga en mente, es digno.
Desdémona: Nos está matando la emoción. Dígalo, pues.
Otelo: Sería mejor en privado.
Yago: Comandante, si me permite, la gente merece conocer la identidad de su
teniente.
Desdémona: Buen consejo.

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Otelo: Haré el nombramiento público porque ustedes me lo piden.


Desdémona: Toda América lo pide.
Otelo: Mi teniente a partir de hoy será… Miguel Casio. (Pausa) He nombrado a
mi oficial. (Blanca salta de emoción, revisa su celular, llama, nadie contesta.
Toma Coca-Cola, muerde su dona.)
Desdémona: Un hombre intachable, honesto; incluso, debo decir, buen amigo
de la universidad. Vaya, me alegra que sea él quien lo acompañe hasta el final.
(Pausa) Artillero Yago, ¿quiere agregar algo sobre el carácter de su nuevo
Teniente Casio?
Yago: (Pausa) Como dije. Nada menos. La decisión del Libertador demuestra
su condición humilde. Quien sea bueno para él, es excelente para mi.
Desdémona: Ahí lo tienen. Miguel Casio, señoras y señores, donde se
encuentre le mandamos un abrazo y un beso de parte mía y de América…
Ahora, con su permiso, también tengo un comunicado. (Pausa) Tras conducir
este programa por siete hermosos años… Es mi deseo renunciar. Como he
dicho, por obediencia debo lealtad a mi país, pero por amor, debo lealtad a la
causa del Comandante Otelo. Me despido del canal, pero no de mi público. Iré
con El Libertador a la sierra y transmitiré en vivo de su campamento, en línea
para América y el mundo. Sígannos en @NoSeHable y utilicen:
#ComandanteOtelo. Gracias, buenas noches. Esto ha sido todo en: “¡Basta! No
se hable más”.
(Silencio. Se apagan los reflectores)
Otelo: Amor, debo adelantarme. No puedo permitir que vengas conmigo.
Artillero, ¿la acompañas? Después de esta transmisión pensarán que
abandona su puesto por brujería mía. (Pausa) Saldré del canal, atravesaré la
jungla de concreto, llegaré a la sierra y con mi machete abriré camino. Cuando
esté reubicado, te haré saber.
Yago: La protegeré con mi vida. (Pausa) Señor, leí una vaina en wikileaks que
en la frontera norte alistan helicópteros: nueva operación Condor; gringos en
nombre de la democracia para acabar con el “terrorismo de nuestra infame
guerrilla” y de paso, eliminar extremistas, refugiados e inmigrantes.
Otelo: Dios está de nuestro lado y, ahora, también Casio.
Yago: Miguel Casio….
Otelo: Acertada decisión, ¿no?

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Yago: Miguel Casio.


Otelo: Buen muchacho.
Yago: El mejor. Un hombre digno.
(Pausa)
Desdémona: Amor, prometa que cuidará su vida como cuida América.
Otelo: Debo prevalecer para liberar tu cuerpo y al mundo de la opresión del
silencio; no te apures. Estaré entero cuando nos reencontremos.
Desdémona: ¿Me acompaña un minutico a mi camerino? Quisiera despedirlo.
Otelo: Sesenta segundos… No se pierde una guerra por un minuto. Vamos.
Desdémona: Salen Otelo y Desdémona.
Yago: Miguel Casio… Pausa. Rodrigo se acerca.
Rodrigo: ¿Cómo es posible? ¿Qué pasa? ¿Estás loco? ¿Te di mi cartera y me
entero así? ¿Después de limpiarle la cara al prieto ese?
Yago: ¿Se calma?
Rodrigo: Mames, ¡dijiste que lo odiabas!
Yago: He de ser buen actor.
Rodrigo: ¿Qué?
Yago: Vio que lo amaba cuando le aborrezco. Actor en lugar de Artillero, ¿no?
Rodrigo: Chingaderas; me ibas a hacer el paro, era cosa hecha y ahora se va
con ese nopal. Me dan ganas de ahogarme. La neta, si se va con un indio, que
se quede conmigo, no tendré la fama del negro, pero seguro mataría por ella.
Yago: Una mierda ahogarte; deje eso a cachorros y gatitos, marica. ¿Se
calma? Se lo dije, mijo. No hay plazo que no se cumpla. El momento vendrá y
si usted es capaz de encajar fierros por amor, ella va a corresponderle, home.
Ahora calmantes, montes alicantes pintos. (Pausa) Tres influyentes lo
aconsejaron de hacerme su teniente y, le juro, sé lo que valgo. Menos no
merezco, pero él, ese “Libertador” se ha encadenado a su ego, retórica barata
y propaganda hueca.
Rodrigo: Pensé que amabas la causa.
Yago: La propia.
Rodrigo: ¿Y cómo quieres que confíe?
Yago: Haga su causa la de Yago y se verá alzado. Vamos a sacar provecho de
tamaña ofensa. (Pausa) Miguel Ernesto Casio, un matemático; un Argentino
que toma Coca-Cola y con licenciatura en Urbanismo: teniente de guerrilla.

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Haga el favor… y yo que hace una semana me debatía entre la vida y la


muerte en Chiapas, que casi perdí la pierna por salvarlo en Pernambuco, que
logré desactivar bombas en Bahía, que he inaugurado ríos con mi sangre en
Panamá, Santiago y Puerto Rico… en la sombra. Ese sacacuentas su teniente
y yo, portavoz de su negritud.
Rodrigo: Yo le habría reventado el hocico cuando nombró a Casio.
Yago: ¿En televisión? ¿Mártir como Guevara, no? Mi venganza será
avergonzarle tanto que querrá ir sin escalas al olvido.
Rodrigo: Difícil si sigues de achichincle.
Yago: Muy mexicano, ¿cierto?
Rodrigo: Más que el chile y el mariachi.
Yago: ¿No ha oído que al perro paciente le llega el hueso? (Pausa) Actuaré
como mexicano, me verá agachón, callado, servicial, chingón e hipócrita.
Mientras él se deleita en que le lama los huevos, afilaré el cuchillo que corta la
carne pa’ la cena. El que no tranza no avanza, el que se apendeja dios lo deja
y aquí todos queremos estar con Dios, ¿cierto? Viene mi jugada. Libremos al
mundo de ese pseudo-mesías. Mire bien, no soy el que soy.
Rodrigo: Cuando él caiga, ¿Desdémona querrá estar conmigo?
Yago: De jalacables a galán de novela. Aspiracional. Muy mexicano.
Rodrigo: No te burles.
Yago: Junte un huevo de varo. Hoy renuncia usted a trabajo y vida. Hágase pa’
la sierra. Nos vemos cerca del campamento. Compartiremos fortuna y secreto.
Junte platica. Tan cierto como que se llama Rodrigo, cada centavo que eche en
la bolsa de Yago, pagará con besos de esa puta.
Rodrigo: No la llames así.
Yago: Ojo que la señorita es muy pila, pero será una santa cuando esté con
usted.
Rodrigo: Eres amigo.
Yago: Parce.
Rodrigo: Cuidado, vienen los “amorosos”.
Yago: Vuelva a sus cables, no lo vean conmigo. Sale Rodrigo. Y pensar que
ese hijoeputa de Otelo pudo hacer la suya con mi mujercita. A todas tiene
hechizadas ese marica. La idea sola es una mierda en mi cabeza. Así habré de
llenar la suya.

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Desdémona: Vuelven Otelo y Desdémona.


Otelo: Artillero, un segundo.
Yago: Sí, Comandante.
Desdémona: Se apartan.
Otelo: Me preocupa este clamor de guerra. No temo a los Americanos, pero
ahora que la guerrilla se ha televisado, van a darse por justificados y en
nombre de la paz, dejarán caer sobre nosotros una tormenta de explosiones.
Yago: Cójase a esos maricas, malparidos. No se preocupe, Comandante,
estamos preparados… Yo me fijaría más de la mujercita que se acaba de echar.
No que desconfíe; no hay motivo; pero si engañó al Estado y dejó al canal que
le dio fama por ir con vos…
Otelo: También nosotros dimos la espalda al Estado. Ella me ama por mi
sufrimiento en aras del bien común. (Pausa) Amándome es fiel la causa.
Yago: No traiciona al gobierno, se entrega a la Patria, ¿cierto? Le cuido sus
intereses. Mi hembra y yo se la llevamos completita al campamento; se harán
compañía. Listo, pues.
Otelo: Patria…
Yago: o muerte. Yago y Otelo se saludan como ellos saben. Salen.
(Blanca enciende su lámpara de noche. Revisa de nuevo su celular. Graba un
audio).
Blanca:
Te metes en el chat y no lees mis mensajes y no los ves nunca y se queda mi
voz grabada para nada y de pronto marcas mucho y luego bloqueas la llamada
y me pides verme y nos vemos no importa que esté cansada y te pido verte y
te evades y me dices que no eras nada y llegas y me abrazas y me miras a los
ojos y me tomas de la mano y me creo que eres mío y te devuelvo el cariño y
te digo que te quiero y te cocino en la madrugada y me desvelo contigo y tomo
aunque no tome nada y bailamos hasta que amanezca y te pregunto lo que
somos y me dices que somos felices y me tomas de la cintura y te robo varios
besos y nos reímos de tonterías y me inspiras mil canciones y me cantas varias
tuyas y me cuentas tus historias y me muestras tu pasado y te pido verte diario
y me das la noche entera y te metes en mi cama y me creo la mera mera y te
vas por la mañana y se pasan otras lunas y te pienso a cada instante pero no
te digo nada y me alejo en estrategia y me arrepiento haberme ido y lo intento

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el no buscarte hasta incluso no olvidarte y de pronto reapareces y me dices no


te pierdas y otra vez me tienes toda y me encuentras al instante y me dices que
ando rara y te escribo pa calmarte y te metes en el chat y no lees mis mensajes
y no los ves nunca y se queda ahí mi voz grabada para nada. (Pausa) Vi el
programa. Quería celebrar contigo… Dijiste que usara este número para
urgencias. Llevo días con urgencia. ¿Llamas?
(Canta)
Sola voy caminando, voy caminando, voy caminando y no sé
mi bien…
(Revisa su lámpara de noche, su celular).
Yago: Casio revisa su celular; mira al cielo, a Yago. Está nervioso.
Casio: Con esta tormenta, viste; y no llega.
Yago: Tenga paciencia.
Casio: Si le pasó algo.
Yago: Quedaría usted al mando.
Casio: Nadie mejor que él.
Yago: ¿Qué le preocupa?
Casio: La emboscada, loco.
Yago: Mire, ahí, ¿lo ve? Una bengala.
Casio: De él serían dos.
Yago: Las yeguas que mandé traer, entonces. Estarán a una media de aquí.
(Pausa)
Casio: Los hombres lo vieron por televisión: La novia de América deja el canal
por nuestra causa.
Yago: No.
Casio: Juraría que lo oí.
Yago: No por la causa, por el mástil que la porta. ¿Sabe cómo se nombra al
mástil principal de un navío?
Casio: (Pausa) La verga.
Yago: Precisamente, por la negra verga de nuestra libertadora nave.
Casio: No la imagino con él, aunque, como dije… Nadie mejor.
Yago: ¡Esa autoestima, mijo! Yo la imagino con cualquiera; es mujer, tiene
ranura.

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Casio: ¡Y qué ranura! Perdón que lo diga y quede entre nosotros, pero
¿imaginás lo dulce de ese bocadito, esa blanquísima y rubia mina apretando el
cachete contra vos?
Yago: Ella dijo que ustedes eran íntimos de la universidad.
Casio: ¿Dijo?
Yago: Ey.
Casio: Mirá vos. Algo. Amigos. Demasiado. Respetuoso, ¿sabés? (Pausa) Yo
siempre pensé más, ¿quién no? Pero y bueno, ¿qué se va a hacer?
Yago: Entre hombres y mujeres no existe amistad. Pausa. ¿Cierto,
Desdémona?
Desdémona: Desdémona y Emilia se cuelan entre ellos. Pausa. ¿Decime?
Emilia: ¿Qué veneno arrojas?
Desdémona: Deberían cuidar el volumen de su voz, se oyen a dos medias.
Casio: ¿Tanto?
Yago: Desdémona mira a Casio, sonríe.
Desdémona: ¡Casio! ¡Felicidades! Permítame abrazarlo, home. Gran
nombramiento para el que “piensa más”.
Casio: No quise; es decir, respetuosamente uno siempre piensa en posibles
escenarios, ¿sabés?
Desdémona: La amistad no necesita explicación.
Yago: Ya le agarra la mano y le abraza.
Emilia: ¿Envidia?
Yago: Que siga y demuestre mi teoría.
Desdémona: Si no tenés amigas por algo será; pero, decime, ¿qué más
piensas vos de las mujeres?
Yago: Me lo guardo.
Desdémona: ¿El qué?
Yago: El chuchillo.
Desdémona: ¿Corta?
Yago: La punta.
Desdémona: Mira que es chica.
Yago: ¿La conoce?
Desdémona: Mucho presumen los que poco guardan.

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Yago: Pienso que la que finge que no sabe ensillar, en verdad, no se cae del
caballo.
Desdémona: Y una mujer así, ¿amenaza?
Yago: A los que la quieran enseñar a montar.
Emilia: No te prestes a sus juegos.
Yago: ¿Quien le habló a vos?
Emilia: Perdón.
Yago: Ah, es que a lo mejor he dicho Emilia.
Emilia: Hablas de mujeres que fingen, pensé que te referías a mi.
Desdémona: No queremos enterarnos quien finge y cuándo.
Emilia: Los hombres creen que una gime de verdad.
Desdémona: Oiga… me tiene que contar.
Casio: No sabía que tenías el albur mexicano.
Desdémona: Pausa. Con Otelo nos vamos mexicanizando… Pausa. Son
juegos para… Pausa. Entretener mi ocupación. Pausa. ¿No llega mi amor?
Yago: Mil años antes que le pase algo. Es la verraquera, hombre entre los
hombres.
Desdémona: Quiera Dios.
Casio: El mejor. Lo dije ya.
Yago: Tres con esta.
Emilia: ¡Una!
Desdémona: Larga pausa.
Emilia: ¡Otra, otra bengala!
Desdémona y Yago: Es él.
Desdémona: Pausa.
Yago: Todos esperan con inclinación.
Desdémona y Yago: Entra Otelo.
Otelo: ¡Estás bien!
Desdémona: Tú, tú, tú, siempre tú. Estás, entras, eres y estás.
Otelo: Entero y tuyo.
Desdémona: Lo extrañé.
Otelo: Esta piel… que vuelva a oler y sentir esta piel, solo eso rogaba al cielo.
Desdémona: Me fascina que me hable así, papi.
Otelo: Tú lo provocas, mami.

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Desdémona: ¿Sí, mi amorcito?


Otelo: Sí.
Yago: Dale que hay niños presentes.
Emilia: Y niñas ausentes.
Otelo: Es verdad. Disculpen. Gusto verte, Artillero. Gracias por cuidar mi bien.
Emilia: Se esmeró en que nada le pasara y nadie la viera, la guardó celoso.
Otelo: Por eso es mi artillero.
Yago: ¿Y usted qué, bien o qué? ¿Cómo fue?
Otelo: Bien. ¿Estamos todos?
Yago: Falta saludar a su teniente. Otelo descubre a Casio.
Casio: Comandante.
Otelo: Amigo.
Casio: ¡El mejor!
Otelo: ¡Amigo!
Casio: Gracias por la confianza.
Otelo: Lo mereces.
Casio: No voy a defraudarlo.
Otelo: Carajo, amigo.
Yago: Dale, que hay niños presentes.
Emilia: Y niñas sin dientes.
Otelo: Es verdad, compañeros. A enfrentar nuestro destino. ¿Qué noticias?
Desdémona: Pensaba que antes podíamos ir a… ver el campamento.
Otelo: Nada quisiera más, amor; pero no habrá luz bajo ningún farol si antes
no cortamos la corriente del poder.
Desdémona: Lo sé.
Emilia: Ven, amiga. Dejemos a los hombres ocuparse del mundo.
Desdémona: No hay mundo sin ellos.
Emilia: Ni con ellos.
Desdémona: Pausa. Salen Desdémona y Emilia.
Yago: El nuevo Condor, señor. La veo negra. Tres mil helicópteros cargados.
Otelo: Lluvia de fuego infernal. (Pausa) Casio, tu estrategia.
Casio: El huracán.
Otelo: Continúa.
Casio: Golpea mañana la costa, igual que ellos. Quizá esté de nuestro lado.

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Yago: Lleva nombre de mujer latina, podría ir para cualquier bando.


Otelo: Como la Malinche.
Casio: Nos guarecemos en tierra. Esos pájaros de hierro caerán bajo viento y
rayos.
Otelo: ¿Dónde posicionarnos?
Casio: Tierra alta, 3000 metros, en las bodegas, al pie de los acantilados.
Dejemos que vuelen para alcanzarnos, y entonces, ciao. ¿Podría resultar?
Otelo: Por tu ingenio te escogí.
Yago: Una palabra. Otelo y Yago a tres pasos. A buen árbol se arrima,
Comandante, sólo que, en tormenta eléctrica, mejor evitar la madera que el
rayo carboniza. Por otro lado, a veces salen rayos de la tierra, pues.
Otelo: ¿Qué estás diciendo?
Yago: Se respira mierda.
Otelo: ¿Debo tener cuidado en tierra?
Yago: De las distracciones.
Otelo: Nada pierde mi objetivo.
Yago: ¿Ni la reportera?
Otelo: América fue mi primer esposa, si amando a Desdémona engaño a
América, soy muerto como Comandante y como hombre. No. Amo a una por
consecuencia de la otra, y con ellas soy mejor.
Yago: Ningún hombre puede con dos.
Otelo: Mientras juren amor…
Yago: Los hombres siempre piensan que solo ellos pueden engañar.
Otelo: ¿Qué? ¿No eres hombre?
Yago: Primero guerrero.
Otelo: Me estás poniendo de malas.
Yago: Perdón. Es la causa que cuido. Por esa mujer llamada Libertad que
hemos compartido, doy la vida. Quería asegurar que estuviera enfocado,
Comandante. (Pausa) Me alegra que no exista nada que turbe su mente.
Volvemos.
Casio: Será mejor que corramos antes que la tormenta impida llegar.
Otelo: Desmonten. Yago. Asegúrate de que Desdémona llegue bien a las
bodegas. Casio, conmigo.

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Yago: Si no le molesta, señor, tengo asuntos; cerciorarme del apoyo de los


Narcos; sabe que estamos en su territorio; requerimos permiso de andar las
montañas.
Otelo: A ellos también beneficia nuestra causa.
Yago: No está de más.
Otelo: ¿Quién va con Desdémona? No puedo confiarla a cualquiera.
Yago: Su Teniente. Se conocen de la universidad, ¿cierto? Además, si le
confía la guerra, le puede confiar su divina joya.
Otelo: Casio, no le quites la vista de encima. Nos vemos al anochecer.
Yago: Salimos todos, excepto…
Blanca:
Mientras que estoy dormida,
Sueño que vamos, sueño que vamos
Los dos muy juntos a un cielo azul
Pero cuando despierto…
El cielo es rojo. Me faltas tú.
Desdémona: Buenas noches. Sean bienvenidos a esta emisión de “¡Basta! No
se hable más” emitida desde Periscope. Estamos dentro de la tienda de
campaña reportando lo que se ha convertido, en minutos, en una celebración
imprevista. Cohetes. Fiesta. Un catástrofe inesperada nos libera del
sufrimiento… Por ahora.
Emilia: Quiero hablar.
Desdémona: Adelante. Ha tenido poca oportunidad.
Emilia: Estamos aquí reportando, ¿se dice reportando?
Desdémona: Como quiera usted, dele estilo.
Emilia: Estamos aquí reportando porque afuera nadie nos invitó a jugar.
Desdémona: No sea aguafiestas, pues.
Emilia: Mientras los hombres festejan sus triunfos, a nosotras nos queda
chismear. Aquí va: En mi matrimonio, cuando el gato está fuera, los ratones
hacen fiesta.
Desdémona: ¡Emilia!
Emilia: A ti también te va a pasar.
Otelo: ¡Ahuevo!
Casio: ¿Viste?

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Yago: ¿Cantamos victoria?


Casio: Intentaban esquivar y se hizo neblina y lluvia y rayos; una, otra,
¡explosión! ¿Vieron? Por agrandados.
Yago: ¿Cantamos victoria?
Casio: Ya decía yo que Dios no podía ser yankee. ¿Cuál In God we trust? God
es latino y se caga en el Tío Sam, la concha de su madre, ¡trolos!
Otelo: Me alegra verte eufórico, amigo.
Casio: Ganamos, Comandante, ganamos.
Yago: ¿Cantamos victoria?
Otelo: Aún no. (Pausa) Voy a ver a mi mujer; a complacer sus deseos. Monten
guardia. Esta noche es nuestra, mañana será definitivo.
Yago: Con gusto, Comandante. Sale Otelo.
Casio: Hechos añicos; luces de colores, pedazos de metal cayendo. Allá,
acullá, por todas partes. ¿Viste? El cielo los cagó a palos.
Yago: ¿Estás borracho?
Casio: Nada. A mi el mezcal me hace remal.
Yago: Uno es ninguno. Además, ese mezcal es buen guaro, ¿no dicen que
para todo mal mezcal y para todo bien también? Pues hoy el mal trajo bien, y a
donde fueres…
Casio: ¿Haz lo que vieres?
Yago: Listo.
Casio: Venga, uno.
Yago: Voy por la garrafa.
Casio: ¿Garrafa? No, rescatate, boludo, unos cuantos solo.
Yago: ¡Garrafa! Sale Yago.
Casio: ¡El cielo los cagó a piñas!
Yago: Acérquese.
Rodrigo: Aquí sigo.
Yago: Como ordené.
Rodrigo: Traje las garrafas. Me estás dejando sin un quinto, cabrón, ¿tenía
que ser artesanal orgánico y su madre?
Yago: ¿Cree usted que ese hipster pseudo argentino mamador tomaría de
otro?

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Rodrigo: ¿Por qué le das al imbécil lo mejor de Oaxaca si podrías darle uno
barato o mejor aún, darle veneno?
Yago: Queremos que se emborrache y cuando lo haga, le busque usted
bronca pa’ que se engorile, ¿entendió? ¿Sí o qué?
Rodrigo: No sé.
Yago: ¿Sabía que a su Desdémona le gusta ese “güey”?
Rodrigo: Ni madres.
Yago: Serio. Ella no sabe, pero cuando se harte de nopal, va a querer mignon
y ahí, Casio. ¿Vos pensás que ese pedazo de mujercita va a comer carne
quemada toda su vida? (Pausa) En el continente somos racistas. ¿Por qué va
a estar llevada por ese diablo chamuscado si puede amar un ángel seductor?
Cuando se canse de la verga del negro querrá consolación.
Rodrigo: Esa no es la Desdémona que amo.
Yago: Es justo la que quiere. Puta en la cama, dama en el comedor. ¿Cierto?
Haga caso; lo traje de Cundinamarca, Venecia para que ejecute lo que mande
y consiga lo que los dos, usted y yo, queremos, ¿sí?
Rodrigo: Sí.
Yago: Casio a usted no lo conoce, mijo. Va, le echa cualquier rollo, se mete
con su madre o mejor, le dice que es un malparido hijoeputa que no merece su
puesto, cuestiona su autoridad y cuando se ponga bravo, grita a los vientos:
¡Me mata! ¡Salvaje! Alguna mierda así, ¿Entiende?
Rodrigo: ¿Y si me mata?
Yago: ¿Ese marica?
Rodrigo: ¿Y luego?
Yago: De luego me encargo yo. Hágale. Sale Rodrigo. (Pausa) Que Casio la
quiere, creo, ella a él, puede, que Otelo aunque no lo soporto, es fiel oveja, lo
debo creer. Yo también la quiero; no por lujuria, por venganza. Sospecho que
ese prieto verraco hizo las suyas en mi hacienda y con mi yegua, igual ese
Casio marica. Quizá todos hayan hecho la suya en mi cama, pero yo fresco, es
mi ventaja, los celos no me ciegan como van a cegarlo a él. Voy a enloquecer
al tigre hasta hacer de él un gatito que me premiará por despintar sus rayas.
Entra Rodrigo con tres garrafas de mezcal.
Rodrigo: Me mandaron traer esto al teniente, ¿ha visto alguno?
Casio: ¿Qué decís, boludo?

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Rodrigo: Que traigo esto pa’ un teniente, pero nomás no veo claro.
Casio: Te voy a cagar a trompadas, pelotudo. Si buscás un teniente lo
encontraste, Teniente Casio. Miguel Ernesto Casio para vos.
Rodrigo: Ah, perdón, no se enoje, no sabía ¿pos cómo? A mi me dijeron que
era un güey impresionante, así alto, grandote, fuerte.
Casio: Seguís hinchando las pelotas y me vas a encontrar, cagón.
Rodrigo: No, ya, tranquilo güilo. ¿Un mezcal pa’ jimar asperezas?
Casio: Dale.
Yago: Beben.
Rodrigo: De hidalgo, teniente.
Yago: Beben más.
Casio: Está bueno esto. Otro.
Yago: Beben y beben y vuelven a beber.
Rodrigo: Me dijeron que es todo un casanova.
Casio: Algo.
Rodrigo: Las trae muertas.
Casio: Lo que es.
Rodrigo: Que hasta las putas se la dejan gratis.
Casio: Pará. No es tanto. Una.
Rodrigo: ¿Cuál?
Casio: Y, la más buena.
Rodrigo: ¿Blanca?
Casio: ¡La mexicana! pero no es que esté buena por blanca sino por sus
canciones… bueno, che, y sí, que es blanca, pero también se llama Blanca.
¿Entendés?
Rodrigo: Yo quisiera tener sus habilidades románticas.
Casio: Te doy curso, principe, pero te va a costar en dólares.
Rodrigo: Salud por eso, teniente, por las lecciones.
Casio y Rodrigo: ¡A los ojos!
Desdémona: Otelo está por entrar a mi tienda. ¿Nos dejas, Emilia?
Emilia: ¿Cómo sabes?
Desdémona: Lo huelo.
Emilia: Es amor.
Desdémona: Vaya con su marido.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Emilia: Que otra.


Desdémona: Emilia Sale. Entra Otelo. Hola, mi amor.
Otelo: ¿Qué hacías?
Desdémona: Jugando al periscopio.
Otelo: ¿Noticias?
Desdémona: Algunitas.
Otelo: ¿Cuales?
Desdémona: Reportera honesta espera ansiosa a su Comandante.
Otelo: ¿Qué propósito?
Desdémona: Firmar acuerdos de paz.
Otelo: ¿Discutimos los términos?
Rodrigo: No le voy a dar más, porque estas garrafas eran para un teniente.
Casio: ¿Seguís?
Rodrigo: Digo que el verdadero teniente se va a encabronar de que le haya
dado a un güey de quinta su mezcal de primera.
Casio: Ya está, ciudadano de segunda, mirá vos, sorete; te voy a cagar a
palos.
Rodrigo: Perro que ladra…
Yago: Ya grita. Ya lo surte. Infierno y aullidos. Entro. ¿Qué pasa, teniente?
Contrólese. Al oído de Rodrigo: Huye, marica. Sale Rodrigo. ¿Está bien, mijo?
Casio: ¡Lo mato, lo mato al hijo de puta!
Yago: ¿A quién? ¿Quién era ese? ¿Qué pasa?
Casio: Volvé y te rompo, ¡trolo!
Yago: Entra Otelo.
Desdémona: De nuevo me deja sola.
Otelo: ¿Qué pasa? ¿Nos hemos vuelto gringos? ¿Haciendo entre nosotros lo
que el cielo impidió a los Norteamericanos?
Casio: La puta que lo parió, se fue para allá, ¡loco!
Yago: Basta, Teniente, cálmese.
Casio: La concha de la lora, un trolo se me fue a los golpes, eso, Comandante.
Otelo: No entiendo. (Pausa) Yago, tú que pareces muerto de pena. Cuéntame.
Yago: Sí, Comandante. Nada. Acá no está pasando nada. Un verraco le
estaba faltando al respeto a su teniente y su teniente respondió como se debe,
¿cierto?

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Otelo: ¿Nada? Lo proteges por amistad, pero “nada” no justifica esos gritos.
Los muchachos aún tiemblan por la caída de los helicópteros; nuestra
seguridad depende de nuestra habilidad para pasar desapercibidos y dormir
bien; estar alertas. Este escándalo no es “Nada”.
Casio: Perdón, pasa que… Estoy bien, pero, ese malnacido…
Otelo: Quiero saber quién empezó esta chingadera y aunque sea mi hermano
de sangre está perdido.
Casio: Señor, yo…
Yago: Aguante amigo, sabemos que está bien. Entendemos. ¿Cierto? El
Comandante entiende. Unos tragos de más, listo pues, una situación que pasa
a cualquiera; huevón, hasta en las mejores familias. El mezcal saca lo bueno y
lo malo. Nada grave, ¿Sí, Comandante?
Otelo: ¿Tragos?
Yago: Unos. Eso y una bronca de cantina. Nada. Le aseguro que acá su
teniente Casio puede ejecutar perfectamente el cuatro, ¿Cierto?
Otelo: Que lo haga. Si no puede, lo destituyo esta noche de su cargo.
Casio: Sí, Comandante.
Yago: Ya lo hace. Ya se cae; suelo y desgracia.
Otelo: Qué vergüenza. Que olvide su puesto. Que no lo vea hasta mañana. No,
mejor, que no lo vea hasta que mande, si es que quiero.
Casio: Sí, Comandante.
Yago: Comandante, aunque acepto su decisión, quiero decirle que tenga el
puesto que tenga, Casio es mi amigo y creo que tuvo motivos. Insultaron a su
madre y usted sabe que eso ni en Argentina ni en México ni en Colombia tiene
perdón.
Otelo: Eso habla más de tu nobleza que de su valor. Hasta mañana.
Yago: Sale Otelo. ¿Cuánto bebió, usted, mijo?
Casio: Maldito mezcal.
Yago: De haber sabido que no iba a poder hacer el cuatro jamás lo hubiera
sugerido, lo hice para demostrar al Comandante que estaba en sus cinco.
Disculpe.
Casio: Te perdono. Sos amigo, pero el mezcal es un demonio disfrazado de
ángel.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Yago: Como las vírgenes, las prueba y quiere uno seguirles dando. No se
apure, mijo, Otelo es hombre, conoce la vida. Mañana será otro día. Si quiere
mi consejo, no lo busque a él, hable con su mujercita, pues. Dijo que era su
amiga, ¿sí?
Casio: Vos dijiste que lo dijo.
Yago: Íntimos de la universidad.
Casio: Algo.
Yago: Que ella interceda por usted como virgen, que ruegue por nosotros
pecadores.
Casio: A ella me encomiendo.
Yago: Ahora y en la hora de nuestra muerte. En el nombre del Otelo, de
América y del Espíritu Lauro, amen. Sale Casio. ¿Quién podría decir que lo
malaconsejo? El negro encarretado escucha a la blanca. Un ajedrez perfecto, y
yo a blancas y a negras, y Dios detrás de Dios, ¿qué va? Yo vierto el veneno y
Otelo es peón. Sale Yago.
Desdémona: Buenas noches, amigos. Estoy de vuelta con ustedes reportando
el motivo de la fiesta. Como el teniente Casio predijo, el huracán Ofelia, con su
fuerza devastadora, destruyó la flota de helicópteros Norteamericanos que en
una misión secreta, no reconocida ante las Naciones Unidas, pretendía acabar
con el campamento guerrillero del Comandante Otelo… Quien por cierto, entra
ahora a mi tienda a dar más informes… Los dejo. Más tarde, más información.
Pausa. ¿Qué tiene, mi vidita?
Otelo: Ex-teniente.
Desdémona: ¿Perdón?
Otelo: Diste mal la noticia. Dijiste: “Como predijo el teniente Casio…”
Desdémona: Sí.
Otelo: Ex, ex-teniente.
Yago: Yo y Rodrigo reunidos fuera. ¡Cabrón! Saliste mexicano.
Rodrigo: ¿Cómo?
Yago: Bueno pa’ aguantar guamazos.
Rodrigo: Casi me rompe el brazo.
Yago: El mismo que esa divina le va a remendar a besos, ¿sí o qué?
Rodrigo: ¿Seguro?
Yago: Casio no es más teniente del negro.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Rodrigo: ¿Cómo me va a dar eso el amor de Desdémona?


Yago: Desesperado, salió, hermano, de veras. No joda, hueón. Esa virgencita
va a interceder por Casio ante el Dios Otelo, y yo me voy a encargar de que el
Libertador piense que es por otra cosa que ruega… ¿Entiende?
Rodrigo: Tas cabrón.
Yago: No por nada me dicen Artillero. Donde pongo el ojo…
Blanca:
Pon una bala en mi oído para que deje de oír las veces que me juraste.
Casio: Hoy no, Blanca.
Blanca:
Aquí no vengas sin ganas.
Casio: Si buscás caricias, empezá sin mi.
Blanca:
Para tocarme en tu nombre prefiero no estés.
Casio: Perdí mi nombre. Me lo arrancó un amigo.
Blanca:
Si un hombre te tiene así, haberlo dicho. Tráelo y en dos sentones hago que
diga lo que quieras.
Casio: No es de esos.
Blanca:
¿Cómo?
Casio: Es fiel, honesto… Está enamorado.
Blanca:
Vieras cuántos enamorados me pagan por mantener vivo su amor. Incluso
ellas. Sobre todo, ellas; saben y permiten. ¿Por qué? Son hombres. Les queda
chica una cama.
Casio: A él no.
Blanca:
Él, él, él, ¿él quién? Otelo, ¿El libertador?
Casio: El mismo.
Blanca:
Si te contara.
Casio: No hables de él. Trola.
Blanca:

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Sí, hablo. Exxxteniente. (Pausa) La ciudad lo sabe ¿y? ¿Dónde están tus
amores? ¿Ahora que te dejan vienes?
Casio: Y me voy.
Desdémona: Tenga. Ayúdeme a hacer masa.
Emilia: Yo la hago. No se moleste.
Desdémona: Me ensucio las manos, no se apure. Las revoluciones se hacen
con la panza llenita y por mucha apertura que tenga la causa, no les quita lo
machistas... Es mas, se los acrecienta. Pausa. Ayer no quiso tocarme.
Emilia: ¿Por?
Desdémona: No paró de hablar: Casio esto, Casio lo otro; que ¿cómo pudo
ser tan ciego y no ver sus fallas, que cómo un hombre elegido por él pudo
embriagarse… Incluso, que la falta de su teniente era suya por elegirlo y más
por hacerlo en televisión; que todos van a pensar que no sabe distinguir un
hombre valioso de uno sin mérito. Pausa. Yo le pedí que lo nombrara en mi
programa.
Emilia: Son hombres. Se les pasa.
Desdémona: El mío es apasionado, toma todo personal.
Emilia: La china quiere lo que la negra tiene y al revés. La china los caireles, la
negra lo alaciado.
Desdémona: ¿Qué querría usted?
Emilia: Uy, a estas alturas…
Desdémona: Viene Casio.
Emilia: Los dejo.
Desdémona: Quédese, viene acompañado de su marido.
Yago: Mujeres, ¿qué nuevas?
Emilia: Una lástima lo tuyo, Casio.
Yago: Por eso usted y yo nos vamos, pa’ dejarlos hablar.
Emilia: ¿A quienes?
Yago: Casio cree que Desdémona podrá ayudarlo.
Emilia: ¿Los dejamos?
Desdémona: Lo que pida Casio lo puede hacer frente a quien sea.
Yago: Los dejamos. Sale Yago queriendo llevarse a Emilia.
Desdémona: Emilia se queda.
Casio: Virgen santa.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Desdémona: Casada.
Casio: No quita lo santa.
Desdémona: Supe lo que pasó. Me parece terrible.
Casio: Vos dijiste en tu programa que eras mi amiga.
Desdémona: ¿Qué podemos hacer?
Casio: Hay un podemos.
Desdémona: Para los amigos siempre hay plural.
Casio: Pensaba que vos podrías…
Desdémona: Diga.
Casio: Hablar con el Comandante sobre mi. La verdad, los méritos que vos
creás que tengo. Una oportunidad.
Desdémona: Hecho. Mañana, tarde y noche insistiré como si no tuviera
conversación; desayunará, comerá y cenará Teniente Casio, porque eso va a
ser usted, amigo, Teniente Casio.
Casio: ¿Cómo agradecerte?
Yago: Sí. ¿Cómo?
Emilia: Pensamos que el Comandante se pasó contigo.
Desdémona: Mire, aunque Otelo no tenga Twitter ni Facebook ni Periscope,
prometo hacer un ruido en mis redes con el hashtag #TenienteCasio... Sus
compañeros de lucha y la gente, serán los que pidan su devolución. A donde
mi amor vaya, escuchará el susurro del río cibernético: Tssss… TenienteCasio.
¿Listo?
Casio: ¿Pensás que va a ser Trending Topic?
Desdémona: 3 milloncitos de followers deben servir. ¿Sí?
Emilia: Además es mujer. ¿Sabes el poder de convencimiento que tiene una
mujer?
Yago: Entre las piernas.
Emilia: Podemos oírte.
Yago: Sólo tú.
Emilia: Y verte.
Yago: Excepto quienes debieran.
Casio: #TenienteCasio me gusta como suena.
Desdémona: Va a ver cuantas veces compartido. Deme un abrazo y anímese.
¿Listo?

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Casio: Listo.
Yago y Desdémona: Viene Otelo.
Casio: Las dejo.
Desdémona: Quédese. Verá como me desvivo por usted.
Casio: Tengo cosas que hacer. Además él pidió no verme hasta que lo
mandara.
Yago y Desdémona: Sale Casio.
Desdémona: Lo subo. #TenienteCasio.
Rodrigo: RT #TenienteCasio
Blanca: RT #TenienteCasio
Yago: RT #TenienteCasio
Blanca, Desdémona, Casio y Yago: RT y Like: #TenienteCasio
Blanca: Compartido mil veces. Like, RT y Meme. Si esa tiene 3 millones de
followers, aunque yo tenga seis, me leen. Todos revisan las cuentas de las
putas, aunque nadie las siga.
Rodrigo: RT como si fuera bot, un RT, dos: RT y comentario, tres: RT copy
paste, agrego link, fotografía, etiqueto, favorite y like.
Casio y Yago: Ya lo publicó.
Otelo: ¿Quién era ese?
Yago: Mmm….
Otelo: ¿Qué?
Yago: Nada.
Otelo: Salió huyendo.
Yago: No por usted.
Otelo: ¿Qué piensas?
Yago: Nada, home, nada. Soy mal pensado, así que mejor no pienso.
Otelo: Carajo, dime.
Yago: Si le digo va a pensar mal usted y mejor que solo uno malpiense por
dos; si tengo razón, se verá. Como dice Buda, si tiene solución, pa’ qué lo
preocupo, si no la tiene, ¿pa’ qué lo preocupo?
Otelo: Buda me importa un pito. ¿Qué tienes en los sesos?
Yago: Pura mierda, Comandante. Soy como perro, oliendo la mierda aunque
no quiera, pero hablo hasta que me conste.
Otelo: Dime o te quiebro.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Yago: Listo, pues. Creo que el que corrió cuando lo vio llegar era Casio. Pausa.
El que nada debe, nada teme ¿cierto?
Otelo: Insinúas que se entiende con mi mujer.
Yago: Jamás. Solo he dicho: Mmm.
Otelo: No me gusta que mis hombres duden de mis amigos.
Yago: ¿Prefiere que sus amigos duden que son hombres?
Otelo: ¿Qué?
Yago: Digo que soy amigo, pero también hombre, y a veces lo olvido porque
no soy como todos, no ando tras las mujercitas de nadie, pero… Quizá deba
decirle algo que él dijo… No sé... Seguro fue sin pensar. Mejor lo dejamos pa’
otro día, ¿sí?
Otelo: No. Quiero saber que dices que dijo.
Yago: Cosas, el tipo de rollos que tiran los hombres cuando están entre
hombres, por socializar, usted sabe.
Otelo: Dime.
Yago: Pausa.
Otelo: Es una orden.
Yago: La lealtad obliga. Pausa. Cuando usted no llegaba al campamento… Y
“quede entre nos”, así dijo él, Casio, “quede entre nos” que no imaginaba cómo
una mujer como ella lo había elegido a usted,
Otelo: ¿Y qué? ¿Debió elegirlo a él?
Yago: Que él imaginaba, y de nuevo, sus palabras; “ese blanquísimo bocadito
apretando el cachete” contra él. Le digo, ojalá yo fuera más hombre, así no
hablaría contra mi género, pero antes, soy amigo.
Otelo: Él no se atrevería.
Yago: Eso pensaba yo.
Otelo: Ella no le haría caso.
Yago: Eso pensaba yo.
Otelo: ¿Qué te hizo cambiar de opinión?
Yago: Pausa.
Otelo: Habla.
Yago: La manera en que se hablan, como él le habla y ella le responde.
Otelo: En mis narices…

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Yago: Cuando usted no está. Mire, no me crea. Píllelo usted. Si su mujer le


habla de Casio, fíjese, no en lo que dice sino cómo; si hay subtexto, si se nota
el contraimpulso, si hay personaje y debajo, una actriz.
Otelo: Me mareas.
Yago: Perdón, y ojalá no tenga razón. ¿Vamos?
Desdémona: ¿Qué tanto hablan que de lejos se ve que vienen y no llegan?
Yago: Ya casi.
Emilia: No te quejes. Prepárate para atender a tu hombre.
Desdémona: Estas arepitas son para él.
Yago: Comandante, me voy. No quisiera interferir cuando hable con ella. Vigile
sus reacciones. No quiera yo distraerle.
Otelo: Quédate cerca, quiero que observes de lejos lo que no pueda ver.
Yago: Sí, comandante. Sale Yago. No muy lejos.
Desdémona: ¡Amor! ¿Viene con hambre?
Otelo: Tienes masa en las manos.
Desdémona: Quería preparar su comida.
Otelo: ¿Te agarré con las manos en la masa?
Desdémona: ¿Amor?
Otelo: Mi mujer no tiene porqué tocar la masa. Déjalo a las sirvientas.
Desdémona: En la sierra no hay.
Emilia: Le dije que le ayudaba, pero ella insistió.
Desdémona: Pausa.
Emilia: ¿Y mi marido? Se va a enfriar su comida.
Otelo: Tenía que atender asuntos.
Desdémona: Bueno, me lavo. Coma. Las hice con amor.
Otelo: Límpiate con ganas. No quiero que queden restos en tu blanquísima piel.
Desdémona: ¿Estás bien?
Otelo: Ese era Casio, ¿no es cierto?
Desdémona: Con el que hablaba.
Otelo: Sí.
Desdémona: Era, sí. Pausa. Ya no es.
Otelo: ¿También te estaba ayudando a calentar la masa?
Desdémona: No hay hombre en este campamento que sepa cocinar.
Otelo: Bien.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Desdémona: No quiso comer. Le ofrecimos tres veces y tres veces se negó.


Está triste.
Otelo: ¿Le ofreciste antes que a mi?
Desdémona: De la comida del regimiento, no de la tuya.
Otelo: Ah.
Desdémona: ¿No crees que estás siendo duro? Es nuestro amigo ¿Sí?
Otelo: Más tuyo que mío.
Desdémona: Por algo lo nombraste teniente.
Otelo: No quiero hablar de eso.
Desdémona: Debiste pensar que tenía cualidades.
Otelo: Me equivoqué.
Desdémona: Mérito.
Otelo: Pues no.
Desdémona: No puede llamarle mata perros por atropellar uno sin querer.
Otelo: ¿No puedo?
Desdémona: No debes.
Otelo: ¿Ahora me vas a decir qué puedo y debo hacer?
Desdémona: No. Perdón.
Emilia: Lo que quiere decir es…
Otelo: No la defiendas.
Emilia: ¿La está usted atacando?
Otelo: No.
Emilia: Entonces no sé de qué defenderla. Si me permite, sé que ama a su
mujer y no es bueno que en esta etapa se hablen así; en los matrimonios uno
termina hablándose mal, pero ahora empiezan… Lo digo por experiencia.
Otelo: Disculpa, “amor”. Decías.
Desdémona: Considere hacer de nuevo Teniente a Casio. Hágalo por mi. ¿Sí?
Dele cita, hable con él, que no pase de tres días. La gente lo pide. Mire que sin
saber su enojo, puse un tweet inocentito, pues, para saber la opinión de la
gente, una frase: “#TenienteCasio RT.” En menos de una hora fue trending
topic.
Otelo: Trending Topic… La opinión se hace y deshace al instante, cada tres
minutos hay nueva distracción. (Pausa) Teniente Casio. Eso te gustaría.
Desdémona: Nada me gustaría mas.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Otelo: Nada. Aquí todo es Nada. (Pausa) No me agarres, tienes grasa.


Desdémona: Me baño entera si vos quieres, antes de volverte a ver.
Otelo: No te burles. Perdón. Estoy de malas. (Pausa) Es el hambre, los gringos,
todo.
Desdémona: Sí. Vos no eres así. Pausa. ¿Cómo fue con los gringos?
Otelo: Nada. Justo. No hay noticias. De la caída de los helicópteros nada. Los
hackers llevan desde la madrugada buscando algo; solo hay silencio.
Emilia: Quizá se hayan rendido.
Otelo: Tengo que pensar.
Desdémona: ¿Quiere que me vaya?
Otelo: Un rato. En lo que como.
Desdémona: Vamos Emilia. Salimos.
Otelo: No me sabe la comida.
Yago: A lo mejor si le echa salsa.
Otelo: Yago.
Yago: Se veía nerviosa.
Otelo: Siéntate.
Yago: No tengo hambre.
Otelo: Come.
Yago: ¿Qué dijo?
Otelo: Insistió en que le devolviera su puesto.
Yago: ¿Puedo preguntar algo?
Otelo: Por favor.
Yago: ¿Es cierto que él le ayudó a conquistarla?
Otelo: Era nuestro mediador, mandaba mensajes por mi.
Yago: ¿No la mensajeaba usted directamente?
Otelo: Mis cuentas están hackeadas por el gobierno.
Yago: Las de Casio no.
Otelo: No.
Yago: ¿Mensajes privados?
Otelo: Sí.
Yago: ¿Le prestaba su cuenta?
Otelo: Respeto la privacidad de un hombre. Él me leía sus recados.
Yago: ¿Y hablaban de algo además de usted?

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Otelo: No.
Yago: Claro.
Otelo: Son amigos. Quizá hablaban de otra cosa.
Yago: Claro.
Otelo: Del clima, buenos días, tardes; alguna historia de la universidad, ¿no?
Yago: Claro.
Otelo: ¿Claro, qué? Nada. Los gringos perdieron 50 helicópteros en una
tormenta eléctrica y no sabemos nada. Desdémona se mensajeaba con Casio
y quién sabe qué se decían mientras la pensaba mía. ¿Qué es claro? ¿Qué
escondes? Tú recibes la información de los hackers, Artillero. ¿Sabes algo de
los gringos o de mi mujer? ¿Qué guardas? Di o te saco las tripas y las doy a los
changos.
Yago: Eso me gano por mi amistad. Sería mejor quedarme sin amigos o sin
boca. No diré más. Los honestos terminamos devorados por primates.
Otelo: Maldita sea. Que tenga que aguantar esta puta incertidumbre. Yo que
proclamaba América para todos, ahora no puedo vivir pensando que quizá
“todos” mis hermanos de lucha, la gente por la que derramaría la vida; se
mandan mensajes con mi mujer mientras lucho por ideales que a nadie
importan.
Yago: Cuide los celos, Comandante, son un monstruo de ojos verdecitos que
se burla de la carne que lo alimenta. Feliz el cornudo que ignora, pero cuando
aparece la duda, cuánto sufrimiento espera.
Otelo: ¿Crees que viviría en duda? No me conoces. Nadie me conoce Nada.
Esta sierra y sus tormentas y sus alimañas nocturnas están por volverse Nada.
Si algo es cierto, no quiero servir a nadie ni a nada. (Pausa) Pero calma; no
hay duda, no es verdad que siento. Es el inicio de un malestar; una uña
enterrada…. En el momento en que sienta duda, me deshago de amor y duda.
América es y será mi única esposa. Si descubro que es verdad lo que temo,
nadie va a poder decir que me conoce.
Yago: No quisiera estar presente.
Otelo: Eres el único al que querría presente.
Yago: Si así lo pide, y Dios no quiera, si esto llega a ser cierto y usted se
desata, y el mundo lo desconoce, tenga por cierto que estaré frente a usted, de

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

pie, mirándolo, y sabrá usted que yo lo conozco, que nada me sorprende, que
Otelo y Yago son hermanos, que se han visto el alma en lo más negro.
Otelo: Nada tienes negro, Yago. Es Casio… Casio.
Yago: Un hombre digno sin duda.
Otelo: ¿Digno?
Yago: Blanco.
Otelo: ¿Y?
Yago: Ella es blanca.
Otelo: No tiene esos prejuicios. No hubiera estado conmigo. Ella es superior a
esa mierda, ella me eligió a mi.
Yago: Así fue. Pausa. Ojalá las mujeres no sintieran el deseo de cambiar de
bolso o de vestido; ojalá con un par de zapatos se pudieran conformar.
Otelo: No soy un par de zapatos.
Yago: No, pero Casio es mi amigo y no sé cómo atemperar el coraje que le
salta a las venas, Comandante. Me preocupa.
Otelo: No tengo coraje.
Yago: Está alterado.
Otelo: Estoy bien.
Yago: Fuera de sí.
Otelo: ¿Y Casio duerme tranquilo? ¿Lo ves fuera de sí?
Yago: Los hombres deben ser lo que parecen, los que no lo son, ojala no lo
parecieran.
Otelo: ¿Qué parece Casio?
Yago: Un hombre satisfecho.
Otelo: No por su oficio, se lo quité.
Yago: ¿Y qué tiene usted que pudiera quitarle él?
Otelo: Nada. Ni antes ni ahora. Una sombra.
Yago: No hable así. Va a estar bien. Lo garantizo.
Otelo: Si en ti recayera mi bienestar, cumplirías tu palabra.
Yago: Haré lo que esté en mi poder. Silencio. Vienen las mujeres.
Desdémona: ¿Alguna noticia? ¿Un ataque?
Yago: Ninguno.
Emilia: ¿De ningún frente?
Yago: Ninguno.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Emilia: ¿De nuestra gente?


Yago: ¿Qué quiere decir con eso mujer?
Emilia: Me refiero al gobierno Colombiano.
Otelo: Fingen que no existimos.
Desdémona: Es lo que mejor hace nuestra gente, tapar ojos y oídos ante el
gigante que los aplasta.
Otelo: ¿Crees que soy así?
Desdémona: No.
Otelo: ¿Crees que si hubiera un gigante en mi habitación haría oídos sordos?
Desdémona: No me enamoré de vos por cobarde.
Otelo: Por mi herida.
Desdémona: Por tu capacidad para enfrentar lo que nadie, me tienes a tus
pies; a mi y a toda América, dispuestos a morir por vos.
Otelo: Morir.
Desdémona: Sigues alterado.
Otelo: ¿Alterado? Es coraje, ¿no Yago? Coraje o alteración, ¿que tengo?
Yago: Una combinación. Estrés, señor.
Emilia: Hablar contigo tampoco ayuda.
Otelo: No es tarea de los amigos vendar los ojos; a él lo tengo para que me
ayude a ver claramente.
Emilia: Eso lo sabe hacer. Es el quita sonrisas del grupo.
Desdémona: ¿Le hago un masajito? Saco mi paliacate y le unto aceite. Lo
coloco en su frente. Él inhala. No sé si aliviado.
Yago: Me retiro. Voy a seguir intentando descifrar las comunicaciones
Norteamericanas. Es hora de comer. Entre hotdog y hamburguer debe haber
algo de interés.
Otelo: Mantenme informado, de eso y ya sabes qué. (Pausa) Lo que escuches
quiero oírlo yo.
Yago: Así será.
Emilia: ¿Me das un beso?
Yago: Sale Yago.
Desdémona: ¿Cuándo crees que darás el golpe a la capital?
Otelo: No sé.
Desdémona: ¿Desistes?

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Otelo: Últimamente no me siento capaz de liderar el destino de nadie.


Desdémona: Creo en vos.
Otelo: Y yo en ti.
Emilia: Todos creemos en usted, Comandante.
Otelo: ¿Tiene que estar en nuestras conversaciones?
Desdémona: No amor. Perdón, Emilia. Nos vamos. Voy a darle un masaje.
Emilia: Ni la guerra ni el amor son cosa fácil. Entiendo.
Desdémona: Salimos Otelo y yo. Mi paliacate se cae. Ojalá lo viera. Mejor
dicho, ojalá no cayera.
Emilia: Mira. (Lo recoge)
Yago: ¿Y?
Emilia: Me asustaste.
Yago: ¿Qué pasó? ¿Cómo estuvo? ¿Qué le dijo?
Emilia: ¿Quién te importa más? ¿Ella o él?
Yago: ¿Y a usted? ¿Le importa ella o él? Tan negro y grandote. ¿Le gusta el
Libertador a usted? ¿Ha ido a visitarla a su cama? ¿Quiere que le libere sus
ansias?
Emilia: Me ofendes.
Yago: Ah, usted perdone. No sabía que era tan delicada.
Emilia: Tengo algo para ti.
Blanca:
Tengo algo para ti.
Casio: Solo él puede darme lo que perdí.
Blanca:
Una mamada no te hace teniente, pero distrae la mente. Uy, verso sin esfuerzo.
Casio: Qué boluda.

Blanca:
Compuse una canción.
Casio: ¿Me la vas a dar?
Blanca:
Te la llevo dando desde que te conocí… La canción.
Casio: ¿Por qué me amás tanto?
Blanca:

  32  
#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Habito lo que siento.


Casio: No valgo una mierda.
Blanca:
¿Y yo? ¿Cuánto crees que valgo? ¿Doscientos? ¿Quinientos? ¿Anal? ¿Oral?
Doble penetración. ¿Qué valgo?
Casio: Sos una guerrera.
Blanca:
Una santa. Si por mi fuera acabaría las guerras fácil… No hay panocha hasta
que paren las balas. Les escondía la canasta de los huevos a los conejos y
verías como habría Pascua.
Casio: Una poeta.
Blanca:
Escupo lo que la vida me dio.
Yago: Ya es Trending Topic.
Emilia: ¿Me haces caso?
Yago: En un par de horas.
Emilia: Dije que tengo algo para ti.
Yago: ¿Qué?
Emilia: Un paliacate.
Yago, Rodrigo, Casio y Otelo: Todos portamos uno.
Emilia: Este no es rojo.
Yago: ¿Qué?
Rodrigo, Casio y Otelo: El de la causa.
Emilia: No es el del hombro.
Yago: Es…
Emilia: El que el Comandante regaló a la reportera el día de su primera
entrevista, frente a millones. Ella se lo amarró al cuello como mascada y le
deseó suerte en su campaña revolucionaria.
Yago: ¿El que te pedí que robaras?
Emilia: Lo dejó caer.
Yago: Ojalá no lo hubiera perdido. Ojalá, pa’ ella.
Emilia: Me preguntaba… ¿Tengo de ti un regalo como este? Que simbolice
nuestro amor… (Pausa) Te lo cambio por un beso.
Yago: Démelo.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Emilia: Por una caricia.


Yago: No lo voy a pedir dos veces.
Emilia: Cójeme.
Yago: ¿Si se la meto me lo da?
Emilia: Sí.
Yago: Pa’ luego es tarde.
Blanca:
Si me la metes te la doy.
Casio: No estoy de humor para canciones.
Desdémona: ¿Ya estás de humor?
Otelo: ¿Para?
Desdémona: Hacerlo tu teniente.
Otelo: Pensé que hacer el amor.
Desdémona: Para eso tenemos el resto de esta luna de miel.
Otelo: No estamos de vacaciones.
Desdémona: No. Pausa. Estamos en guerra, pero no entre nosotros; contra
ellos ¿recuerdas?
Otelo: Sí. Disculpa.
Casio: Disculpá.
Blanca:
A una puta no se le pide perdón o permiso. Se paga. Si no con dinero al menos
cariño.
Yago: ¿Se vino usted?
Emilia: Toma. Límpiate el semen.
Yago: Tomo el paliacate; bendito paliacate. La beso. Para que no se queje.
Emilia: ¿Ya te sientes hombre? Ve y mastúrbate con él, así te vienes por
segunda vez. Aún huele a ella.
Yago: Frígida.
Emilia: Pendejo.
Casio: Me voy.
Yago: Sale Yago.
Otelo: Ojos… Sabes que te amo, ¿no?
Desdémona: Siempre tú. Estás. Entras. Eres y estás.
Casio: No me extrañes.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Blanca:
Pendejo.
Yago: Entra Yago donde está Rodrigo. Mire lo que trajo la sierra. Pensé que se
había perdido.
Rodrigo: Estoy como perro sin dueño.
Yago: Vea. Siembre esto en la tienda de Casio.
Rodrigo: ¿Me viste cara de FedEx?
Yago: Se lo voy a decir una y no más. Si no confía en mi, lárguese.
Rodrigo: ¿En medio de esta sierra? ¿A dónde? Me trajiste con una promesa
que hasta ahora es paja.
Yago: Entiéndalo de una vez. Si usted fracasa, fracasa Yago. Estamos en esto.
Vea cómo una tontería como esta, es para el celoso como la santísima Biblia.
¿Sí o qué?
Rodrigo: Sí.
Yago: Bien. Hágale. Lleve ese paliacate a donde dije y deje de hacer tanta
pregunta o le van a salir signos de interrogación por el culo. Sale Yago.
Rodrigo se queda.
Rodrigo: Lleva esto. Lleva aquello. Espera. Confía. ¿En quién? ¿Por qué? ¿La
causa, el gobierno? A todos les vale el de en medio. Los de arriba ven por ellos,
los de abajo una chingada y los de en medio tenemos anteojeras como
caballos para seguir de frente. Al fin que no hay pedo, los comerciales dicen
que si sigo las instrucciones con una sonrisa, al final hay un arcoíris o ¿era un
cofre con monedas, una hielera con Coca-Colas? No me acuerdo. Lo que sí es
que no hay que tener iniciativa; esa es para los emprendedores; implica riesgo,
caída. “Las mujeres se enamoran de lo seguro, no del riesgo”. Eso decía mi
padre, “Vaya a lo seguro, hijo, aunque duela. Fájese la camisa y trabaje, no se
pregunte, no piense, trabaje. Aunque cueste.” (Pausa. Mira al cielo) Morenita
santa, cuida que todo salga bien y termine con bien. Pa’ luego es tarde. A llevar
ese paliacate.
Blanca:
Deja que yo te busque, y si te encuentro y si te encuentro
Vuelve otra vez
Vuelve por dios tus ojos, vuelve a quererme, vuelve mi amor
Porque a pesar de que vienes hace mucho que no te encuentro.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Casio: ¿Vos? ¿Qué hacés saliendo de mi carpa?


Rodrigo: Venía a dejar un regalo, pa’ pedirle perdón por lo del otro día.
Casio: No te basta con provocar mi caída. (Pausa) Costaste mi honor.
Rodrigo: ¿Entonces?
Casio: Nada. Salí de acá. Como me dijo el Comandante: Que no te vuelva a
ver.
Rodrigo: Le dejo un mezcal. Está dentro.
Casio: Si tuviera el valor de antes, te sacaba a trompadas. Ándate.
Rodrigo: Suerte.
Yago: Aquí viene. Perdió el sueño y nadie se lo va a devolver.
Otelo: ¡Cabrón! ¡Maldito cabrón! Así que me engaña. Quiero pruebas.
Demuéstralo. Está por caer la noche. Si no hay noticias de los gringos, dime de
Casio y esa prostituta. Quiero verlos esta noche. Ver cómo se la coge.
Yago: Me niego.
Otelo: Tú, bastardo; tú me pusiste esa idea en el cráneo, la tengo tatuada;
perforaste mi calavera con esa escultura innombrable.
Yago: Ni aunque supiéramos hora y ubicación. No quiere que lo lleve a verlos.
Otelo: Quiero pruebas. Una prueba de que se la coje.
Yago: ¿Para? ¿Entrar y cortársela? Pruebas menos dolorosas puede encontrar.
Otelo: Adiós a la causa. Nadie cabe. Estoy decepcionado de la humanidad.
Que vengan los gringos y arrasen; el mundo tiene precio; cualquiera puede ser
comprado como baratija. Hasta la joya más pura se devalúa. Soy igual. No
tengo llenadera. Soy como todos, capitalista. Quiero tener las cosas para mi y
ella se ha vuelto eso, una cosa, una posesión que era mía. La compré con mi
sacrificio por la América Unida, y ahora que es de todos, puta comunista; ahora
que es suya, que la tenga quien quiera. No la quiero. Soy contra lo que he
luchado; una farsa. Has hecho de mi una farsa. Otelo ya no tiene ocupación.
Yago: ¿Es real que se comporte así? ¿El libertador de América?
Otelo: Creo a mi esposa una santa y no lo creo, una puta y me niego, creo que
eres honesto y me pierdo, que Casio era mi amigo y me siento un pendejo.
Yago: Me arrepiento de llevarlo a este estado; es mi responsabilidad
devolverle la paz. ¿Quiere pruebas? Anoche mientras los hombres dormían
hablaban entre sueños de Justicia, Libertad y Tierra para los Americanos… A
él le oí murmurar, ¿Cuál justicia si el negro tiene a Desdémona? (Pausa) Que

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

ella tuviera Libertad para entregarse a quien quiera. (Pausa) Que sea como la
tierra para ararla y cosechar su fruto. La tierra es de quien la trabaja. Que yo,
Casio, pueda trabajarla frente a todos.
Otelo: ¿Frente a todos?
Yago: Su fruto.
Otelo: Un sueño. (Pausa) Eso no es una prueba.
Yago: Hoy lo vi limpiarse la barba con un paliacate.
Casio, Rodrigo, Otelo, Desdémona, Emilia: Un paliacate. Todos portamos
paliacates. Rojos, por la causa.
Blanca:
Excepto yo. El mío es blanco, por la violencia.
Yago: Uno verdecito esmeralda.
Otelo: No.
Yago: ¿Lo conoce?
Otelo: El que le regalé en mi primer entrevista.
Yago: Todos lo vimos.
Otelo: ¿Seguro que era el mío?
Yago: El que usted consiguió en Oaxaca, el que compró a aquella indígena
Maya. ¿Cómo olvidarlo?
Otelo: Suficiente. Con esta prueba me arranco del pecho amor e injerto
venganza. Tuviera ese hijo de su reputísima madre diez mil vidas. ¡Estalla
corazón, suelta esa carga, negra venganza, sal de tu cóncava sierra!
Yago: Otelo se arrodilla. Cálmese.
Otelo: Sangre.
Yago: Cálmese. Tal vez cambie usted de idea, home.
Otelo: Jamás. Que me oiga la causa y en el cielo Simón Bolivar y Ernesto
Guevara, por mis sagrados ideales juro, por mi patria y la tierra juro, por lo
sagrado y la virgen que nos ha bañado de gloria juro, que voy a cobrar
venganza; en ello va lo que me queda: Mi palabra.
Yago: No se levante. Me hinco y juro con usted. Escuche. Hasta el final su
palabra es mía. Lo que jure es mío. Si Otelo fue ofendido, Yago sangra. Como
dije, en el final, quedaremos nosotros.

  37  
#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Otelo: Antes todos eran mis hermanos. Ahora serás mi único hermano de
lucha y la caída de los lujuriosos, mi causa. De aquí a tres días quiero que me
digas que Casio no vive.
Yago: Mi amigo está muerto; hermano.
Otelo: De esa zorra, de esa amada y maldita zorra, me encargo. Pensé que el
demonio hablaba inglés… Habla español y se llama mujer.
Yago: Pausa.
Otelo: Hermano, único y verdadero. Ahora eres mi teniente.
Yago: Tuyo siempre. Pausa. Toca el turno a Desdémona. Ahora se desquicia.
Desdémona: Pierdo. ¿Dónde? Juraría que estaba…
Emilia: ¿Qué?
Desdémona: Sabes lo que está pasando.
Emilia: No soy adivina.
Desdémona: Has visto esta obra. Sabemos ambas lo que busco. Las actrices,
Belemm y Klaudia, sabemos que no voy a encontrarlo. Ustedes que miran
saben quién lo tomó y quién no va a decir nada.
Emilia: Si me dijera qué busca podría ayudar a encontrarlo.
Desdémona: Va a fingir hasta que sea tarde.
Emilia: Al menos dígame de qué color es.
Desdémona: Verde.
Yago: Como los celos.
Desdémona: Mi paliacate. Si mi marido fuera celoso le daría motivos para
pensar mal de mi.
Emilia: Hace tiempo no se lo veo puesto.
Desdémona: El otro día… Silencio. Viene Otelo.
Otelo: ¿Sabes? Yago tuvo noticias de los gringos.
Desdémona: ¿Un ataque?
Otelo: Tenemos un infiltrado en el campo.
Desdémona: ¿Traición?
Otelo: Sí.
Desdémona: Vas a necesitar un teniente.
Otelo: ¿Pero quién? ¿En quién confío?
Desdémona: Aquí nadie habla inglés.
Otelo: Excepto tú.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Desdémona: Vos no pensarás que yo…


Otelo: Jamás… ¿Casio no habla inglés? ¿No fueron juntos a la universidad
privada? ¿No son los dos blancos?
Desdémona: En español y en inglés te di mi corazón y él su amistad, en
cualquier idioma él y yo somos lo más cercano a vos.
Otelo: Qué bueno que no es Medio Oriente.
Desdémona: Pausa.
Otelo: ¿Sabes cómo se paga la traición en el desierto?
Desdémona: Se corta la mano.
Otelo: Por robar. (Pausa) La traición se paga más caro.
Desdémona: La vida.
Otelo: Qué bueno que tú y él son tan cercanos. No podría estar conmigo si
tuviera que quitarle la vida a ti o a mi ex teniente.
Desdémona: Vamos, tu promesa. Vos dijiste que pensarías en devolver a
Casio su puesto. Si vos sabes que habla inglés, quizá pueda ayudar a
descubrir al traidor entre tus filas.
Otelo: Tengo un poco de fiebre. Fiebre verdosa. Me picó un mosquito en la
sierra y comienzo a hincharme. Préstame tu paliacate.
Desdémona: Toma.
Otelo: Es rojo.
Desdémona: Por la causa.
Otelo: El que te regalé.
Desdémona: No lo tengo aquí.
Yago y Emilia: No lo tiene. Aquí ni en ninguna parte.
Otelo: ¿No?
Blanca:
Sombras de duda y celos solo me envuelven pensando en ti
Otelo: Ese paliacate me lo dio mi madre.
Desdémona: Pensé que vos lo habías comprado a una indígena maya.
Otelo: Mi madre. Princesa Maya por linaje. También tengo realeza. A ella lo
compré.
Desdémona: Eres un rey, nadie lo va a negar.
Blanca:
Deja que yo te busque y si te encuentro y si te encuentro

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Vuelve otra vez.


Otelo: Sin embargo me dicen negro y de ti soy esclavo.
Desdémona: Jamás te he dicho así.
Otelo: ¿Ni en la cama?
Desdémona: Desde que llegamos a esta “guerra” no la hemos compartido.
Otelo: Al menos tú y yo no.
Desdémona: ¿Qué significa eso?
Otelo: Si hay duda no hay duda.
Blanca:
Sombras de duda y celo y no sé qué hacer
El cielo es rojo,
Por ti mi bien
Otelo: Ese paliacate tiene magia de mis ancestros. Mi madre al recibirlo de mi
abuela fue respetada y amada por mi padre; de haberlo perdido, se hubiera
vuelto odiosa a sus ojos. Cuando mi padre murió, mi madre dijo: dáselo a la
mujer que escojas y compartirá tu destino. Ojalá no lo pierdas.
Desdémona: Ojalá no lo hubiera visto.
Otelo: ¿Por?
Desdémona: ¿Quién te ha llenado el oído de traición? En estos días es tan
confiable el gobierno como los hackers. Ni en la prensa ni en los rebeldes se
puede confiar. Todos tienen agendas.
Otelo: Lo perdiste.
Desdémona: Si así fuera, ¿qué?
Otelo: Tráelo.
Desdémona: Quiere distraerme de mi ruego y mientras más tiempo más
peligro. Si me ama, si ama a su patria, traiga a Casio, hágalo su teniente y que
le ayude a descubrir al que le roba el sueño. Así podremos seguir en pie y
tendré algo qué reportar. ¿Sabe hace cuanto no doy noticias? He estado más
ocupada de sus humores que de mi misma. Por dios, vuelva en si, mi amor.
Otelo: El paliacate.
Desdémona: Pareces otro.
Otelo: ¿Tú eres la misma?
Desdémona: ¿Y Casio? ¿Él también es otro o solo vos tienes derecho a
cambiar?

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Otelo: Casio… Casio… Casio… Lo voy a pensar… Esta vez lo voy a pensar.
Desdémona: Es importante, aunque no lo más importante.
Otelo: ¿Y qué? ¡Qué es lo más importante!
Desdémona: No me grites. A mi no me hables así.
Otelo: Lo siento.
Emilia y Yago: Sabemos que está pasando.
Emilia: Me niego a saber.
Otelo: El paliacate.
Desdémona: Antes Casio, tu amigo.
Otelo: A la mierda Casio.
Desdémona: Nunca pensé decirlo; eres injusto.
Otelo: ¡Dios!
Desdémona y Yago: Sale Otelo.
Emilia: ¿No es celoso tu marido?
Desdémona: ¿Lo estás disfrutando?
Emilia: Aunque Otelo está de moda no lo quiero para mi, es tuyo. No quisiera
verlos enemistados.
Desdémona: Vos me ayudarías si pudieras, ¿sí?
Emilia: Siempre, pero mientras estemos a merced de los hombres, no hay
quien nos ayude. Nos comen y eructan. Así.
Casio: Mujer, te tengo una proposición indecorosamente hermosa.
Blanca:
Estas borracho.
Casio: Mezcal.
Blanca:
¿Trajiste?
Casio: Un pelotudo dejó una botella y aunque él y este trago tienen la culpa de
mi desgracia, a su salud me la chingo feliz.
Blanca:
¿Y qué propones?
Casio: Una sesión de fotos cachonda.
Blanca:
¿Me compraste un babydoll?

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Casio: Mejor. Un paliacate, en él venía envuelta la botella. Es verde esmeralda,


como el mar y como el mar te lo ponés y te tomo fotos.
Blanca: ¿Sólo el paliacate?
Casio: El paliacate solo.
Blanca:
Pero con mi teléfono, para que no las compartas con nadie.
Casio: ¿Y a quién las voy a mostrar? Me quedé sin amigos… Solo me queda
Yago.
Blanca:
A la dueña, por ejemplo, a la que te lo regaló.
Casio: Te dije, un pibe me lo dejó con la botella.
Yago: Lo tengo, Comandante.
Otelo: ¿Es posible?
Yago: El informante del ejercito americano.
Otelo: Casio.
Yago: Rodrigo.
Otelo: ¿Rodrigo?
Yago: Un jalacables del programa de Desdémona. Es mi culpa. Me dijo cuánto
amaba la causa, que lo seguía a usted y que aunque no tenía entrenamiento,
quería venir con nosotros. Yo sabía que usted no permitiría a alguien sin
experiencia, pero se veía honesto, así que le di un paliacate rojo y entre tantos
se confundió… Es Rodrigo, Comandante, cometí un error grande. Tome mi
vida si le parece.
Otelo: ¿Y qué reporta? ¿Mis celos? No queda nada en este campamento que
a los gringos les pueda interesar.
Yago: Es mi culpa también eso, señor. Yo he abierto la llave de sus ojos a los
celos.
Otelo: No te castigues, teniente, eres humano.
Yago: Pero quizá lo pueda remediar.
Otelo: ¿Matarás a Rodrigo?
Yago: Mejor. Haré que él mate al otro traidor.
Otelo: Casio.
Yago: Que se maten los dos.
Otelo: ¿Cómo?

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Yago: Una noticia. Una falsa noticia, pero voy a necesitar su ayuda, señor, ¿sí
o qué?
Otelo: Lo que sea.
Casio: Ya. Pará, pará. No sigás más. Dale. Suficiente. Ponete la ropa y dame
el paliacate.
Blanca:
¿Tan pronto?
Casio: Mandó mensaje mi amigo.
Blanca:
Amiga, querrás decir.
Casio: Amigo. Yago. Que el Comandante quiere verme, que la suerte está de
mi lado…
Blanca:
La suerte te aleja de mi.
Casio: Qué va. Guardá las fotos; me envías una aunque sea.
Blanca:
Una sola. El paliacate, por ahora, me lo quedo.
Casio: Me voy. Tengo una cita con mi destino.
Yago: Sale de la casa más limpia de la ciudad y se encuentra con el más
negro del mundo en la calle.
Otelo: Casio.
Casio: Comandante.
Otelo: Casio.
Casio: ¿Comandante?
Otelo: Noticias de Estados Unidos.
Casio: ¿Sí?
Otelo: Van a apoyar nuestra causa.
Casio: Pensé que estaban con el gobierno.
Otelo: Los gringos están con quien les conviene y, al parecer, ahora somos
nosotros. La caída de sus helicópteros los hizo vulnerables ante la comunidad
internacional, pero la falta de respuesta del gobierno Colombiano los arrojó a
nuestros pies. Así que, por orgullo, nos apoyan a nosotros, bueno, a ti.
Casio: ¿A mi?
Otelo: A ti.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Casio: ¿Cómo?
Otelo: Quieren un líder blanco, como ellos.
Casio: Señor, nadie mejor que vos para….
Otelo: Nadie mejor que tú.
Casio: ¿Entonces?
Otelo: Comandante, Miguel Ernesto Casio.
Casio: ¿Vamos a aceptar su ayuda?
Otelo: Queremos ganar, ¿verdad, Comandante?
Casio: Sí, Teniente.
Otelo: No seré tu teniente. El rostro de la revolución no puede ser un indígena,
menos estar al lado de quien gobierne.
Casio: ¿Pensás que voy a gobernar?
Otelo: Cuando la revolución triunfe.
Casio: ¿Entonces, a quién pondrías vos a mi lado?
Otelo: A Yago.
Casio: Mi amigo.
Otelo: De todos. (Pausa) Antes debes deshacerte de alguien.
Casio: ¿Perdón?
Otelo: Los gringos tienen un informante entre nosotros, un extraño enemigo.
Para demostrarles que eres capaz, quieren que lo encuentres y le des cuello.
Casio: ¿Un extraño? Creo saber quién.
Yago: Rodrigo, agarre sus cosas, home. Llegó su hora.
Rodrigo: ¿Desdémona espera?
Yago: Ojalá. La cosa arde.
Rodrigo: ¿Qué?
Yago: Han nombrado a Casio Comandante de guerrilla, Otelo se vuelve pa’ su
ciudad y se lleva a Desdémona.
Rodrigo: ¿Cómo?
Yago: Así, mijo. No sabemos bien por qué el Comandante tomó esa decisión,
pero vea, hay que impedirla o nuestros esfuerzos se pierden.
Rodrigo: ¿Qué hacer?
Yago: ¿Hablas inglés?
Rodrigo: A little, yes.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Yago: Preséntese ante el Comandante Casio. Dígale en inglés, “buenas tardes,


señor, puedo servirle para acabar con los gringos, tengo información especial,
pero en privado”… y cuando estén a solas; le das bala.
Rodrigo: No, pus, no sé cómo decir todo eso.
Yago: Good day, estimado señor, I can be of service. I have some intel on how
to finish those american bastards, but it must be in private.
Rodrigo: Good day, estimado señor…
Otelo: Emilia.
Emilia: Comandante.
Otelo: Casio me ha remplazado.
Emilia: ¿Perdón?
Otelo: Lo sabías.
Emilia: No.
Otelo: En todo me ha remplazado.
Emilia: ¿Cómo?
Otelo: Puta.
Emilia: ¿Qué hice para que me trate así?
Otelo: Solapar a una puta. La que apoya el mal, es el mal.
Emilia: Jamás he tenido tratos con esas mujeres, aunque creo que a todas nos
ha tocado que nos llamen así en la cama nuestros maridos: “Dime que eres mi
puta” ¿Es así? ¿No quieren todos escuchar eso?
Otelo: ¿También Desdémona?
Emilia: Eso debiera saberlo usted, señor.
Otelo: No hemos tenido oportunidad, pero Casio…
Emilia: ¿Casio qué?
Otelo: Casio, el Comandante, pregúntale.
Emilia: Señor, no sé que insinúa ni cómo dejó de ser mi Comandante, pero si
cree que mi amiga lo engaña, apostaría mi vida a que primero usted le sería
infiel.
Otelo: Trae a mi mujer. Tengo que darle la noticia para que la reporte al mundo.
Emilia: Voy.
Desdémona: Ya entro. ¿Me deseaba?
Otelo: “Amiga” ve a tu oficio, deja solos a los animales para que puedan
procrear.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Emilia: Sí señor.
Desdémona: Sale Emilia. ¿En qué estábamos?
Otelo: Me preguntabas si te deseaba.
Desdémona: ¿Y?
Otelo: Siempre.
Desdémona: ¿Desde la primera entrevista?
Otelo: Desde antes.
Desdémona: Pensé que no veías televisión.
Otelo: Por ti la veía.
Desdémona: Cuando te entrevisté vos dijiste otra cosa.
Otelo: ¿Y tú? ¿Eres honesta?
Desdémona: Dejé todo, ciudadanía, futuro, programa. ¿Qué mas prueba de
honestidad querría el Comandante?
Otelo: Estarás contenta.
Desdémona: Con usted.
Otelo: Los gringos quieren a Casio de Comandante.
Desdémona: Malparidos hijos de puta, pueden querer lo que quieran que no
se lo vamos a dar.
Otelo: Le he dado mi anillo, mi bandera, mi revolución… Qué no le he dado a
ese cabrón.
Desdémona: ¿Por qué? ¿y lo que vos has luchado?
Otelo: Excelente pregunta, mi amor.
Desdémona: ¿Y por qué?
Otelo: Lo querías teniente, #TenienteCasio. Pues ya es #ComandanteCasio.
Desdémona: Nunca encima tuyo.
Otelo: ¿Y tuyo?
Desdémona: Entiendo el coraje en tus palabras, pero no tus palabras. ¿Qué
querés que responda? ¿Qué querés?
Otelo: Conocerte.
Desdémona: Me conoces.
Otelo: ¿Ah, sí? ¿Quién eres?
Desdémona: Tu mujer.
Otelo: Júralo y condénate.
Desdémona: Juro que te amé desde el primer instante.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Otelo: Amaste el título, no al hombre, y ahora que lo tiene otro, ¿amarás a


otro?
Desdémona: ¿Cuál es tu nombre?
Otelo: ¿En quién estás pensando?
Desdémona: Tu nombre.
Otelo: ¿Lo olvidaste? Es Otelo.
Desdémona: Quería saber si lo recordabas, quien sos.
Otelo: Te he dado mi vida. He renunciado a mis ideales por amarte.
Desdémona: Preferiría estar muerta antes que verte disminuido por mi culpa.
Otelo: Disminuido ya estoy. Sí; es tu culpa, bien lo dices, pero también mía por
hacer tu voluntad y perder mi opinión y creer en este amor… Tú, figura pública,
eso eres, pública. ¿Cómo pude creer las palabras de una conductora? Yo que
hice la guerra contra los medios. (Pausa) No eres mas que una estrella, una
más del canal de las estrellas. (Pausa) Mientes con polvos y luces; a mi y al
resto; y, claro, debemos aguantar tu rostro angelical… por eso te creemos, por
eso estás donde estás, por tu culo, no por tu inteligencia, por tus labios de
hembra que permiten mentir… Y ahí vamos todos, al desfiladero como
borregos tras tus palabras que tomamos por ciertas. Calumniadora, el diablo es
tu micrófono.
Desdémona: Me gustaría saber de qué me acusas, concretamente.
Otelo: “Novia de América”. Debí entender tu pseudónimo. Eres de todos y de
ninguno. La puta de Cundinamarca, Venecia.
Desdémona: ¿Con quién te he faltado?
Otelo: ¿Eres periodista, no? Averígualo. Te doy hasta la noche. Tiempo
suficiente. Aunque creo que estás por salir del aire.
Desdémona: Me deja. Pausa. ¡Emilia!
Emilia: ¿Llamó?
Desdémona: Coloca en la tienda mi vestido de novia. Es lo que traigo en la
maleta que me has visto cargar por la sierra. Extiéndelo sobre mi lecho, esta
noche me caso o dejo de existir.
Rodrigo: Good day, estimado mr, I am service. I have towel on how fish
American bastards, but private, please.
Casio: You brought those three jugs, remember?
Rodrigo: Yes.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Casio: And later that bottle of Mezcal with a handkerchief?


Rodrigo: Handkerchief?
Casio: Paliacate, che.
Rodrigo: Yes. Handkerchief.
Casio: Your people are no longer in need of your services? Knew that?
Rodrigo: Yes my people.
Casio: Then you know what I must do.
Rodrigo: In spanish please?
Casio: Traidor.
Yago: Desenfundan. Se rodean. ¿Quién dispara primero? Pum. Uno.
Otelo, Desdémona, Emilia: Un disparo. En la sierra se oye a kilómetros.
Otelo: Así muere Casio.
Blanca:
Para mi #TenienteCasio… Va la foto. Una.
Yago: ¿Casio, vos estás bien?
Casio: Amigo, un traidor entre… Los dos disparamos, pero… Creo que logró
salir con vida y yo…
Yago: Mandaré pedir ayuda para usted e iré tras el traidor. Resista, amigo.
Pausa. ¡Mujer! ¡Servicios médicos mujer! ¡Se muere Casio! ¡Emilia, el botiquín!
Lo dejo, resista. No sea que escape el marica que le hizo esto. Encuentro a
Rodrigo.
Rodrigo: Le di, cabrón y él apenas me rozó. ¡Checa! Una puntería de la
chingada, apenas rozando la bala. Quería ser teniente ese cabrón, qué
vergüenza.
Yago: ¿A ver su pistola?
Rodrigo: Con esta le di, mira, un regalo de mi padre.
Yago: ¿Puedo sostenerla?
Rodrigo: Un honor, cabrón.
Yago: Me dio gusto conocerle, mijo.
Rodrigo: Qué pedo, cabrón, no mames, baja el arma.
Yago: En este mundo ser inocente es sinónimo de pendejo. Pum. Disparo.
Otelo, Desdémona, Emilia: Un disparo. En la sierra se oye a kilómetros.
Otelo: ¿Otro? Con tanta diferencia de tiempo… Quizá Rodrigo en agonía logró
matar a Casio. Así mueren los traidores, uno en manos del otro.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Emilia: Resiste, Casio.


Casio: Comandante, Casio.
Emilia: Entonces es cierto.
Casio: Lo supe hoy.
Emilia: No entiendo.
Casio: Los yankees…
Emilia: No se desgaste. Yo lo voy a dejar vivo. No sabré de amor pero sí de
heridas.
Casio: Un traidor… había… Yago fue a…
Emilia: Yago tiene que ver. No lo dudo.
Yago: Está hecho… Y tengo algo más.
Otelo: No sé si pueda con más.
Yago: Le quité el celular a Casio cuando lo hallé herido por Rodrigo.
Otelo: ¿Lo terminaste de matar? Oí dos disparos.
Yago: Los hombres buenos no debemos mancharnos de sangre. Lo dejé a su
suerte; no creo que sobreviva.
Otelo: ¿Qué encontraste?
Yago: Mire. Abra su whatsapp.
Otelo: “Para mi #TenienteCasio…”
Yago: Su paliacate cubriendo el coño de esa puta, vea.
Otelo: El paliacate de Desdémona en la vagina de Blanca… Desdémona,
deberías llamarte Caronte, perra jadeante de tres cabezas, tu existencia es la
llave al infierno.
Yago: Ojalá en la sierra no hubiera señal, señor, para que sus ojos jamás
hubieran visto lo que vieron.
Otelo: La señal es mi señal.
Yago: Voy a revisar la salud del traidor, espero que por justicia divina, no
respire.
Otelo: Yo iré a acabar esta historia.
Yago: Emilia. Decime, ¿respira?
Emilia: No sé si va a vivir. (Pausa) Habló de traición.
Yago: Un informante.
Emilia: Palabras.
Yago: Sí, palabras.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Emilia: ¿Qué has hecho?


Yago: ¿Yo?
Emilia: ¿De qué traición habla Casio? ¿Contra quién disparó? ¿Quién es el
autor?
Yago: La causa. Silencio. Mire, ahí viene ella.
Desdémona: ¿Está bien?
Yago: ¿Le preocupa mucho?
Desdémona: No.
Yago: ¿Lo quisiera muerto?
Desdémona: Nada. He perdido todo deseo.
Emilia: Tu Comandante la llamó puta.
Yago: Ya no es Comandante.
Desdémona: ¿Eso es lo que lo tiene así? Pausa. ¿Por qué renunció a su
puesto?
Yago: Presiones de arriba. Todos tenemos precio.
Desdémona: Ya no importa quién vive y quien muere, mi marido duda de mi.
Yago: ¿Era tu marido?
Desdémona: Esta noche. Espero.
Yago: Lo vi extraño y mira que hemos dado guerra. Sí. Algo pasa a tu “marido”.
Desdémona: Yago, Artillero. A vos te escucha, lo hemos visto. Háblele. Dígale
que soy suya; que si soy una puta, soy su puta, de nadie más. Se lo suplico, de
rodillas.
Yago: No se hinque ante mi.
Desdémona: Ante cualquiera, si para él soy, eso… Me hinco por recobrar su
favor.
Yago: De pie que me apena. Le prometo hablar con él. Le haré ver quién es
usted.
Desdémona: Gracias.
Emilia: Palabras. Si por palabras puede remediarse, por palabras se
descompuso.
Desdémona: No importa qué palabras lo rompieron si pueden pegarlo.
Emilia: Y Dios dijo y fue. ¿No dice la Biblia?
Yago: Hablaré en su favor. Sale Yago. Entra Blanca.
Emilia: ¿Qué haces aquí?

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Blanca: Vine a ver a mi hombre.


Emilia: Tu hombre. Las putas no tienen hombres.
Desdémona: No la llames así. La palabra me repugna.
Emilia: Es lo que es. Véala, para que usted sepa lo que no es. Esta sí es una
puta.
Blanca: Habiéndome acostado con más hombres que las dos, soy más pura
que tú.
Emilia: ¿Me sabes algo?
Blanca: Lo que me cuenta tu marido.
Emilia: Puta de mierda.
Blanca: Me visita para olvidar que lo engañas.
Desdémona: ¿Emilia? ¿Vos has sido capaz de engañar a Yago?
Emilia: No tantas como él y jamás he pagado, como él.
Desdémona: ¿No se aman?
Blanca: Ay, mujer…
Emilia: No es cosa de amor. Una no engaña por joyas o dinero, como esta,
una engaña por el mundo, porque el mundo está roto. Que existan putas es
culpa de los hombres que llenan las faldas de otras con nuestros tesoros, y
nosotras, puras y pendejas, perdonamos, pero si nuestro es el perdón, también
la venganza. Si ellos pueden gozar y pecar y desear… ¿No tenemos nosotras
deseo, gozo y pecado? El mal que critican es el mal que nos enseñan. Puta por
aquí y por allá, “dime que eres mi puta”. ¿Sí? Ja.
Desdémona: Preferiría morir antes que conocer un ultraje de mi marido o que
él me conociera uno. Salgo.
Blanca: Tenemos más en común de lo que crees.
Emilia: Seguramente compartimos fluidos. ¿Siete grados de separación? En
este campamento, no deben ser más de dos.
Desdémona: Noche. Entra Otelo.
Otelo: Esta es la causa, esta es la causa, alma mía. Eres una estrella y tu luz
ha desbaratado el propósito de mi lucha. Hermosísimo rostro me has
arrebatado la verdad de mi causa. Apaguemos la luz y después apaguemos tu
luz. Fuera spots, fuera maquillaje, mostremos como somos, yo, negro guerrero
maya, salvaje; tú, blanca periodista criolla, mentirosa. Si no mueres engañarás
a más hombres.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Desdémona: Me cree dormida. Me besa.


Otelo: Te mataré y te querré siempre y quedará tu imagen para escuchar como
seduces a la gente y nos creemos tuyos.
Desdémona: ¿Otelo?
Otelo: ¿Por qué traes puesto un vestido de novia?
Desdémona: Para celebrar nuestras bodas.
Otelo: ¿Te casarías conmigo para dejar de ser la novia de América?
Desdémona: Por vos dejaría todo.
Otelo: ¿La vida?
Desdémona: Hablas de morir.
Otelo: Dejar de estar viva.
Desdémona: Si así te complazco, toma mi vida.
Otelo: Tengo miedo.
Desdémona: ¿De?
Otelo: Equivocarme.
Desdémona: Si amar es mi error, quiero equivocarme contigo.
Otelo: Equivocarte, eso lo has hecho bien.
Desdémona: ¿Qué hice?
Otelo: Diste a Casio mi paliacate. El que te regalé. El verde.
Desdémona: ¿Cómo?
Otelo: No finjas.
Desdémona: No sé si Casio pueda hablar, está malherido, pero visítelo y así
sean sus últimas palabras, hágalo hablar y verá que no es cierto.
Otelo: No malgastemos tu tiempo. Reza y que Dios se apiade de ti.
Desdémona: Casio es mi amigo, jamás otra cosa. Sabemos que quería más,
ustedes los hombres siempre quieren más, mis televidentes, mis fans, todos
quieren más, pero sólo vos me tenés, a vos he jurado amor. Que otros me
quieren, lo acepto, pero soy tuya. ¿Qué hice para que vos pensaras esto de
mi?
Otelo: Le vi el paliacate en la mano y luego entre el coño de una de sus putas.
Desdémona: Lo encontró. Yo lo perdí y él lo encontró. Vamos con él, que
confiese.
Otelo: Confesó.
Desdémona: ¿Qué?

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Otelo: Que tuvieron trato.


Desdémona: ¿Sexual?
Otelo: Sí.
Desdémona: Marica. Ya quisiera. Juro es mentira.
Otelo: No jures. Además, no podrá decir mucho. Yago le cerró la boca.
Desdémona: Lo han engañado a él y a mi.
Otelo: Traición.
Desdémona: ¿Traición? Sí, pero no suya ni mía.
Otelo: ¿Le lloras?
Desdémona: Deme media hora, que sepamos si vive o si muere y que sea su
palabra la que me libere.
Otelo: Su palabra ha hecho bastante.
Desdémona: Unos minutos, te ruego.
Otelo: En vivo y en directo para toda América… Basta. No se hable más. Se
acabó tu tiempo, hermosísima zorra.
Desdémona: Me ahoga. Pausa. Te amo, ¿oís? Lo demás es mentira.
Emilia: ¡Señor! ¡Señor!
Otelo: Emilia. Querrá anunciar la muerte de Casio. (Pausa) Voy. Ya salgo,
Emilia.
Emilia: Señor, un crimen. Casio ha matado a Rodrigo.
Otelo: Y Rodrigo a Casio.
Emilia: No. Casio sobrevive.
Otelo: Maldita e injusta venganza.
Emilia: ¿Venganza? ¿Dónde está mi amiga?
Otelo: Fuera del aire.
Emilia: ¿Aire? ¿Desdémona?
Otelo: Pasa, Emilia.
Desdémona: Entra. Me descubre. Muero inocente.
Emilia: ¿Quién te hizo esto?
Desdémona: Nadie. Yo misma. Adiós. Encomiéndeme a mi marido. Adiós.
Emilia: ¿La encontró así?
Otelo: La encontré, sí, y luego se me perdió.
Emilia: ¿Cómo está tan tranquilo?
Otelo: Le extravié la vida.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Emilia: ¿Usted?
Otelo: Por anunciar mentiras. Yo fui quien la mató.
Emilia: Un ángel asesinado por un demonio.
Otelo: Una puta. Tierra de todos y de nadie. Figura pública. Lo mismo. Una
puta.
Emilia: La conociste en el canal. Nadie te engañó. Sabías a lo que se dedicaba,
¿en qué te mintió? ¿En que otros la desearan? ¿Con sus 3 millones de
seguidores? Bruto, eran eso, seguidores.
Otelo: Casio la montaba. Tu marido lo sabía.
Emilia: ¿Mi marido?
Otelo: El mundo entero. Estaba en internet. Yago lo descubrió, en las redes,
en las fotografías. Yo que siempre he renegado de la tecnología, por mi temor
a ser como todos, fui el último en enterarme.
Emilia: ¿Y mi marido te lo hizo ver?
Otelo: Sí, tu marido, tu marido, mi único hermano en esta lucha.
Emilia: Mi marido dijo que era adultera.
Otelo: Y me dio pruebas. Es honesto y ama la verdad. Yo le he quedado mal al
dejar de amar la causa por amar a una vendida.
Emilia: ¿Mi marido dijo que era falsa? Qué pendejo eres.
Otelo: No te atrevas a insultarme.
Emilia: No te tengo miedo, imbécil, mi marido y tú, uno y otro imbécil, vaya si
son hermanos de lucha. ¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Este negro mató a Desdémona!
Yago: Entramos: Yago, Blanca, Casio herido, y el resto de los hombres, sí,
ustedes, supuestos revolucionarios que nos acompañan en esta sierra de
butacas, ustedes que han visto todo y no han dicho ni hecho nada. Entramos.
Emilia: Ahí estás. Tú, mi esposo, siempre tú. Niégalo si eres hombre. Le dijiste
a este imbécil que Desdémona se acostaba con Casio. Habla que me estalla el
corazón.
Yago: Le conté lo que pensaba, lo que se rumoraba. #TenienteCasio. Ella
lanzó el tweet. Ese fatídico tweet. Yo solo le hice ver la red que tejió la araña.
Emilia: Le dijiste que lo engañaba.
Yago: Sí.
Emilia: Con Casio. Con Casio.
Yago: Sí con Casio. Que lo niegue si es hombre.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Emilia: No puede hablar. Tus hechos le han perforado. Apenas y puede


caminar.
Yago: Es la vergüenza que le cierra la boca.
Emilia: Me las olía. Pendejete, impotente, marica. Eso eres, un marica. Voy a
hablar. Voy a decir lo que sé y pagarás por este crimen.
Yago: Calla, verraca de mierda.
Emilia: ¿Quieres que calle? ¿Qué podría decir en contra de la “verdad” que le
dijiste a este retrasado?
Otelo: ¡Nada! Dile Yago, di lo que todos sabían, que esta puta y Casio; sí, tú,
cabrón, aunque no puedas hablar, pudiste Comandar mi cama. ¿Qué noticias?
Ahora sé por qué Desdémona dejó de reportar, estaba ocupada generando la
noticia.
Casio: Ese paliacate… Fue… Un regalo…
Otelo: ¡Un regalo de esa puta!
Casio: No…
Emilia: No hables. Yo diré la verdad. Ese paliacate lo encontré tirado, se le
cayó a tu esposa y lo tomé para mi marido, para Yago que me insistió en que lo
robara, y mientras él me insistía y me insistía y me insistía, yo me preguntaba,
¿para qué querrá mi marido el paliacate de mi amiga? Y ¿saben qué pensé?
(Pausa) Para darme celos. Qué tonta, ¿no? Que fui capaz de considerar que
me pedía una prenda de otra mujer para humillarme; pero… No, porque, para
joder a alguien, te tiene que importar y eso sería mucho esperar de este…
Luego pensé, lo quiere para quebrar a Desdémona, la odia por robarle el amor
de su dios Otelo; pero tampoco, porque Otelo prefirió a Casio en su lugar y…
Entonces… Algo hizo clic en mi cabeza… El despecho de una mujer es duro,
pero el de un hombre… (Pausa) Qué va, el mío no sería capaz de chingar a
sus hermanos y especialmente a su Comandante por un tema insignificante
como un puesto, ¿o sí? Involucrar a todos en un plan… Casio, Otelo,
Desdémona… Creo que era lo único que tenía sentido. Me hice la muda. No
quise saber, tapé el sol con un dedo, pero en el teatro y en la vida, aunque no
quieras, cuando sabes algo, lo sabes, y yo sabía… Callé por miedo a perder lo
que no tuve, el amor de este pendejo.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Yago: Malparida, hijaeputa, está delirando, lárguese a la casa y enciérrese en


el baño, es el lugar que le corresponde a los perros que se portan mal, y usted
no es más que una perra mentirosa.
Blanca: En eso tiene razón.
Emilia: ¿A ti quién te habló, puta?
Blanca: Yo me hablé sola y tú mientes. Lo sé porque yo recibí ese paliacate de
Casio, no de Yago.
Otelo: ¿Y cómo llegó a Casio? ¿Cómo llegó a una de sus putas?
Emilia: Pregúntale a mi marido, fue a él a quién lo entregué, en mano.
Yago: ¡Traidora!
Otelo: Un traidor. Un informante en mis filas. ¡Tú!
Yago: Le dije, señor, que estaríamos juntos en el final.
Emilia: No tengo palabras para describirte, y pensar que he dejado que me
toques.
Yago: Aquí termina tu papel. De un disparo y con la pistola de Rodrigo mato a
Emilia. A los genios siempre nos tildan de locos. ¿Sí o qué?
Otelo: Tú, “hermano”. Tú, siempre tú, tú, tú, tú, ¡tú! Artillero.
Emilia: Me desangro. Llévenme con ella. Comandante… Negro acomplejado,
ella te quería… Vida, todo me debes, no estamos en paz.
Yago: Sí. Fui el autor de esta tragedia, pero tú fuiste el actor.
Otelo: Ella me amaba. Aquí está el que fue Otelo.
Casio: Responderás por tus…
Otelo: Yago.
Yago: Sí, Ex-Comandante.
Otelo: Déjame tu pistola.
Yago: ¿Va a matarme?
Otelo: La pistola.
Yago: Aquí tiene. Deme bala si es hombre.
Otelo: Si eres demonio no puedo matarte.
Yago: Sangro, no muero.
Blanca: Hombres… Solo hay aquí uno que vale.
Otelo: Casio. Perdón.
Casio: Nunca le di motivo.
Otelo: Lo sé.

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#ComandanteOtelo      de      Xavier  Villanova  

Yago: ¿Y de mi? Dispara, marica. ¿No va a ocuparse de mi?


Casio: Comandante, déjelo… Habré de recuperarme… pagará con tortura…
Usted tendrá que enfrentar juicio…
Yago: ¿Tortura? Saben lo que saben. No hablo más. Eterna pausa.
Otelo: Yo soy el traidor de la república y la causa una burla. Con un beso de
plomo, muero. Patria o Muerte.
Desdémona: Otelo se dispara.
Casio: Toda palabra en vano.
Blanca:
México, Francia, Siria, Irak, el odio que siembran los hombres es el odio que
cosechan. Maldita ignorancia, si tan solo hubiera más sexo y menos guerra.
Nos faltan veinte, nos faltan cien, nos faltan 43, nos faltan cincuenta mil,
contemos aquí los muertos, falta decencia, nos falta teatro, nos falta Dios.
(Pausa) Sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia
cometida contra cualquiera en cualquier lugar. Es la cualidad más linda de un
revolucionario. (Pausa) Ven. Yo te ayudaré a sanar. Cuanta sangre, cuan poco
amor y cuánta tristeza.
Olvida lo pasado ya no te acuerdes de aquel ayer

Oscuro.
Aplausos pregrabados.
Luz.
Listo, pues.

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