Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Personajes
Dos espacios. El dispositivo ideal debería permitir una dinámica tal que se pudiese
pasar de un espacio a otro de la manera más aceitada posible. Al fondo, una ventana
con persianas y cortinas es común a los dos espacios: la casa de Cora y Silvia por un
lado, y por el otro, la habitación de sanatorio con una cama alta donde yace Eloísa.
PRIMERA PARTE
1. Sanatorio
Al fondo, una ventana por la que entra la luz del día. Es indudablemente un día de
radiante sol. Eso le da a la habitación un aspecto aún más triste del habitual. Una
única cama sobre la que yace Eloísa apoya su respaldar sobre la pared de la
derecha. A la izquierda la puerta de entrada. Cerca, la puerta del baño. Una cánula
en el brazo de la mujer. Una delgada manguera pegada debajo de las fosas nasales le
suministra el oxígeno extra que requiere su convalecencia. Eloísa es una mujer
mayor, aunque no vieja. Tiene los ojos abiertos y clavados en el techo. El monitoreo
suena minimalista y tranquilizador. Silvia, una muchacha joven está también en la
habitación. Lleva bermudas, una camisa sin mangas y sandalias. Una mochila
descansa sobre el silloncito para las visitas. Hace mucho calor en la habitación.
Ambas mujeres están empapadas de sudor. Silvia juega con su celular. Tal vez las
mujeres guardan silencio desde hace un largo rato. Quizá Eloísa no está en
condiciones de mantener diálogo alguno. En cualquier caso, nada indica que podrían
comenzar a hablar. Hasta que:
Eloísa ¿Vas a venir?
Silvia (sin dejar de jugar.) ¿Qué?
Eloísa ¿Vas a venir?
Silvia Estoy acá, Elo. ¿Dónde querés que vaya? ¿Qué decís? (Silencio. Deja el
celular dentro de la mochila.) ¿Elo? ¿Querés que vaya a alguna parte? (Eloísa golpea
con la palma el lecho.) Estoy acá. (Eloísa no la ubica. Silvia no se mueve de su
lugar.) Elo. Estoy acá. (Eloísa sufre una especie de espasmo. Silvia no se mueve.) ¿Te
duele? ¿Traigo a alguien? (Eloísa parece recuperarse del episódico trance. Suena un
celular.)
Eloísa Pase.
Silvia saca su teléfono de la mochila. Mira la pantalla. Duda. Finalmente atiende.
Silvia ¿Hola? (…) Ah, hola. No, es que me sale desconocido.
Eloísa ¿Por qué había una vaca?
Silvia (al celular.) Ahora no. No es buen momento. (…) ¿Después? ¿Después de qué?
(…) No, tampoco. (…) Sí, es así. Perdoname. (…) Ya sé que no te estoy hablando
bien. Te cuelgo. (…) Ahora no, te digo. (…) Te cuelgo. (Corta.)
Eloísa ¿Por qué había una vaca?
Silvia (volviendo a guardar el celular en su bolso.) ¿Qué?
Caperucita 3
de Javier Daulte
Eloísa ¿Por qué había una vaca? Anoche me desperté y había una vaca. Pasó una vaca
blanca con manchas negras.
Silvia Estabas soñando. ¿Cómo va a haber una vaca? Estás en un sanatorio.
Eloísa Ya sé donde estoy. Pero yo vi una vaca. Anoche. La vi. Los médicos habían
traído a uno todo envuelto en Rollitos Ben. Uno que… Unos gritos pegaba, Dios me
libre. Después trajeron la vaca. Ahora si me preguntás, ni idea por qué. La enfermera
no me quiso decir. Yo le quise preguntar, yo le pregunté, yo… ella no me contestó…
no me… y… (Se detiene. Se angustia.) ¿Qué estoy diciendo? ¿Por qué estoy diciendo
esto? (Murmura algo ininteligible. Luego, silencio.) ¿Cómo está Cora? ¿Te dijo
cuándo va a venir a verme? Viste cómo le cuesta organizarse a ella.
Silvia Ya va a venir. No hables.
Eloísa ¿Por qué tu madre no viene a verme? (Silencio.) ¿Era ella? ¿Ella llamó?
Silvia No hables. No tendrías que hablar tanto.
Eloísa ¿Por qué?
Silvia No sé.
Eloísa A mí me da mucho miedo todo esto.
Silvia Sí.
Eloísa Contame algo.
Silvia ¿Qué?
Eloísa Algo.
Silvia No.
Silencio.
Eloísa Traeme un espejo.
Silvia ¿Un espejo?
Eloísa Un espejo, sí. Un espejo cualquiera.
Silvia ¿Para qué querés un espejo?
Eloísa ¿No tenés un espejito? Antes las carteras traían espejito. ¿Dónde está mi
cartera?
Silvia Mejor no hables, Elo. Me parece que es mejor si no hablás. No estás bien.
Silvia se decide y va hasta su mochila. Busca pero no encuentra nada. Sale hacia el
baño. Eloísa se toca el pecho. Sus labios tiemblan. Vuelve Silvia con un espejo
pequeño con un marco de plástico blanco.
Silvia Acá tenés.
Eloísa Mostrame.
Silvia ¿Qué?
Eloísa Ponémelo delante.
Silvia ¿Para qué?
Eloísa Ponémelo. ¿Te conté que había una vaca anoche?
Silvia Sí.
Eloísa (por el espejo:) Dale, nena. (Silvia pone el espejo delante del rostro de Eloísa.
Eloísa se observa largamente en el espejo. Luego mira a Silvia.) Hablá. Hablá un
poco. Contame cualquier cosa.
Silvia ¿Qué querés que te cuente?
Silencio. Silvia vuelve al baño con el espejo. Regresa. Va hasta la ventana. Silencio.
De pronto empieza a hablar sin dejar de mirar a través de la ventana.
Silvia No sé qué contarte, Elo. Bueno, conocí a alguien, pero no… Primero me
interesó, pero se puso pesado… y ahora esto… Lo conocí en el club. Bueno, él me iba
a ver… Pero la verdad es que nada que ver, no me interesa, no me… Es el que
recién… Medio boludo, bah. Y viejo encima… (Logra que Eloísa ría un poco.)
Boludo, viejo y baboso. (Ríe con Eloísa. Luego retoma cierta seriedad.) Y… hace
Caperucita 4
de Javier Daulte
unos días que ni me lo cruzo porque no estoy yendo por el club. Eso te quería contar.
Cora no sabe que no estoy entrenando y que dejé las clases. Acá no se puede fumar
¿no?
Eloísa Sí.
Silvia Bueno, la cosa es que no hago nada ahora. No sé, podría pasear perros, para
ganar algo de plata. Pero no sé. A mí lo del patín, qué sé yo. No es que no me guste.
Pero cuando era chica era distinto. No sé, lo tomaba más como un juego, pero ahora
me lo tengo que tomar como más profesional. Digo, porque o te metés con todo o no,
porque como hobby no da. Yo por ahí no te agradecí bien cuando me compraste el
traje que es relindo, de verdad, pero lo que pasó era que ahí ya estaba yo medio en la
duda y pensé que te ibas a poner mal si te decía que estaba pensando en dejarlo, así
que seguí un poco más. Pero ahora sí lo dejé. Es que cuando ves a las rusas que lo
hacen tan bien, y yo no… Lo bueno del patín es que te distraés. Quiero decir que
cuando patinás te olvidás un poco de todo. Además está fresco. Por el hielo. Y el aire
está como limpio. No le cuentes nada a mamá. Ya se lo voy a decir yo. Espero que se
lo tome bien. (Se aparta de la ventana y toma su mochila.) Bueno, Elo, me voy.
Mañana paso. ¿Vos querías que yo vaya adónde? ¿Elo? ¿Estás dormida?
Efectivamente Eloísa se ha quedado dormida. Comienza a sonar Only You en versión
de Ray Coniff. La escena funde a:
2. Casa
Casa de Silvia y Cora. Es una casa oscura, poca claridad llega desde afuera aunque
brille el sol. Ahora es de noche. La puerta de entrada a la izquierda. A la derecha la
kitchenett, una barra, y por detrás la heladera. Sobre una mesa escritorio, la
computadora, que está encendida. A Cora se la ve algo borracha. Fuma, tiene un
vaso de whisky en una mano y en la otra el celular. Por fin la atienden.
Cora ¿Hola? ¿Hola? ¿Me oís? (Baja el volumen del equipo de música.) Ah, hola. Es
que tenía la música a todo lo que da. ¿Me oís bien? (…) Sí, quería averiguar por el…
(…) Cora. Cora es mi nombre. Sí. Quería averiguar por lo del servicio de masajes.
(…) Sí, Érico. (…) ¿No? Ay, ¿a ver? (Corre a la computadora. Lee.) Ah, no. Enrico.
Enrico, sí. Lo que pasa es que es un… (…) Ah ¿vos sos Enrico? Ah, qué tal. (…)
Bueno, eso, que quería averiguar en qué consistía someram… Ajá… Integral, sí, sí…
No, ningún dolor en particular… Bueno, cuando te duele todo ¿qué sería? Ah, sí,
tensión en general, sí… De eso para exportar tengo. ¿Y tendrás un turnito? Qué sé yo
¿ahora? (…) ¿Por dónde estás vos? No, no, acá no. Mejor no. Creo que no. (…) Sí,
acá dice que estás céntrico. (…) Esperá que anoto. Y… en media hora… Bueno, lo
que tarde el taxi. Decime. (Anota.) Perdoná que te pregunte, es que a veces, bueno no
siempre… Acá dice participativo… ¿Qué entendés vos por participativo? (…) (Se
abre la puerta de entrada. Entra Silvia.) Ajá… ajá… ajá… Bueno, bueno, con eso
está bien supongo. Bueno, en media horita… Sí, ah ¿un celular? ¿No te queda
grabado? Ah, claro esto no es un celular. Ahora te mando un mensaje de texto desde
otro que ahora no… Bárbaro… Bueno, nos ve… Perdoná, no me cortes ¿cuánto
cobr…? Mierda. (Le han cortado.)
Silvia ¿Qué pasa?
Cora Hola, amor. ¿Dónde estabas?
Silvia Por ahí. ¿Vas a salir?
Cora (luchando con la computadora.) Este mouse no anda.
Caperucita 5
de Javier Daulte
Silvia ¿A dónde querés ir ahora mamá? (Por el mouse que Cora golpea contra la
mesa.) Si lo golpeás así claro que no va andar.
Cora Salgo. Voy a salir. ¿Cuál es el problema?
Silvia Ninguno. Son las dos de la mañana.
Cora Voy a que me den un masaje.
Silvia ¿Un qué?
Cora Un masaje.
Silvia ¿Un masaje?
Cora ¿Qué dije?
Silvia Son las dos de la mañana.
Cora Ya sé. Estoy borracha, no sorda.
Silvia ¿Te viste el pelo?
Cora ¿Qué pelo?
Silvia Como tenés el pelo. Dejame que te arregle. (Sale hacia el baño.)
Cora Estoy bien. No hace falta que me toques.
Silvia (regresando con un cepillo en la mano.) Mamá…
Cora ¿Vas a querer hablarme? Ay, no. ¿Qué tenés ahora? Mi vida, yo te quiero, pero
vos no estás bien ¿dónde está mi celular?
Silvia No tenés celular.
Cora Ay, cierto, qué tarada.
Silvia Sentate acá. (Le señala una silla.)
Cora No estás bien vos. ¿Los aros que parecen de coral vos tenés idea de dónde
pueden estar?
Silvia (comienza a peinarla.) No.
Cora ¿Qué me hacés? ¡Me tirás! (Silvia intenta “reparar” el error.) ¡Pará! (Silvia la
mira.) Decime ¿Lo tuyo es “mal urgente” o “mal que puede esperar”?
Silvia ¿Eh?
Cora Dijiste que no estás bien.
Silvia Yo no dije eso.
Cora Me dijiste…
Silvia Nada. Nada dije. Vos dijiste.
Cora ¿Qué dije?
Silvia No importa.
Cora ¿Qué?
Silvia Que no importa, no... (Por cómo se mueve Cora, impidiéndole peinarla.)
Quedate quieta.
Cora (poniéndose un collar.) Este collar es demasiado too much ¿no? Recién dijiste
“no estoy bien” ¿o estoy loca yo? Decime ¿estoy loca? ¿Parezco loca? (Por el pelo.)
¡Bruta! Ah, ¿me prestás tu celular?
Silvia Ya está. (Abandona el cepillo.) No, no estás loca.
Cora ¿Me lo prestás?
Silvia ¿Mi celular?
Cora Decime. Soy tu madre. Y vos sos Cora verifica que tiene todo en la
mi hija. Y si decís que no estás bien me cartera. Mientras tanto escribe un
interesa. Quiero saber. Enrico puede mensaje de texto en el celular.
esperar cinco minutos.
Silvia Tomá. (Le da el celular.) ¿Enrico?
Cora El masajista.
Silvia ¿No ibas a otro? Ya está. Ya podés ir.
Caperucita 6
de Javier Daulte
Cora A las dos de la mañana el otro no atiende. Este Enrico es full time parece. A
propósito ¿qué hacías a esta hora por ahí? ¿Te seguís viendo con aquel…? (Intenta
leer lo que escribió en el celular.)
Silvia No me estoy viendo con nadie. Me preocupa Elo.
Cora Deberías. Verlo a ese… ¿cómo era que se llamaba? (Acercándole el celular a
Silvia.) ¿Me leés qué puse ahí? Tengo que hacerme anteojos nuevos.
Silvia (leyendo.) “Salgo para allá. Este es mi número. Cora.”
Cora Perfecto. Y Elo también está perfectamente. ¿Eso fue el timbre?
Silvia No. ¿Qué timbre?
Cora Como un timbre. ¿No sentiste nada? Pedí un taxi. Pará un poco: ¿yo pedí un
taxi?
Silvia No sé.
Cora Tengo toda la sensación de haber pedido un taxi. Pero ahora me siento un poco
desorientada. ¿Pedí o no pedí? ¡Silvia, por favor contestame!
Silvia No sé. Yo acabo de llegar. Por ahí lo pediste. Qué sé yo. (Breve silencio.)
Perdoname, no te quise levantar la voz.
Cora Entonces eso no fue el timbre.
Silvia No sonó ningún timbre.
Cora ¿Vos creés que soy linda? Qué me vas a decir, si sos mi hija y me adorás, qué
remedio te queda. Yo ya no atraigo a ningún hombre. Los hombres quieren ir con una
chica como vos, tengan veinte o setenta. Conmigo no quieren ir nunca. Por eso Enrico
va a estar muy bien. Ahí dicen que tiene veinticuatro. Yo estoy vieja y deformada. Vos
estás deformada nada más. Quién diría, con lo deportista que sos. ¿Qué pasa con
Eloísa?
Silvia ¿Por qué no vas a verla?
Cora Eloísa está perfectamente bien, ya te lo dije. A ella le gusta que estén todos
alrededor cuidándola. Y ahí los tiene.
Silvia No están todos alrededor. Está sola.
Cora ¿Sabés qué? Me parece que voy a llamar a un taxi por las dudas. ¿Dónde dejé el
teléfono?
Silvia Yo te lo pido.
Cora Ay, qué divina que sos, saliste a mí.
Silvia (marcando un número en el inalámbrico.) No sé si estoy preparada para que a
Elo le pase algo.
Cora ¿Que le pase qué? Vos sos joven. Tendrías que aprovechar. Con vos todavía los
hombres quieren estar, pero no van a querer estar siempre.
En un momento ya no te van a mirar más. Silvia (al teléfono.) Hola. Código
Llamá al Víctor ese. Ay, mirá, me acordé diecinueve veinte. Sí, para ahora. (A su
el nombre. A mí me cae bien. Ya sé, no lo madre.) ¿Hasta dónde vas, mamá?
conozco, pero hablé hoy con él. (Se Cora Tribunales.
interrumpe para responder a su hija. Silvia (al teléfono.) Por la zona de
Luego retoma.) Aprovechá que yo me Tribunales. (…) Gracias. (Corta.)
voy un par de horitas. Llamalo y hagan lo
que quieran.
Silvia Eso se terminó, mamá.
Cora ¿Se terminó? Ah. Pero te sigue llamando. Podés confundirlo. Tendrías que
confundirlo, diciéndole que te sentís confundida y dejar que te abrace, dejar que te de
besos. Vos necesitás sentirte querida. Yo también ¿eh?, yo también necesito. Tenés
cara triste. Y eso no está bien porque la vida es una puta mierda. Lo único que la
arregla un poco es ser joven y no pensar que te podés morir mañana.
Caperucita 7
de Javier Daulte
prometo que un día, cuando nos mudemos a una de esas casas que tanto nos gustan,
como esa de la barranca, la de los árboles y los juegos, entonces ahí sí que va a haber
lugar y te voy a comprar el piano grande. Te quiero mucho. Elo.
Mientras se sigue escuchando el piano en el cassette, Silvia empieza a cantar jingles
publicitarios.
Silvia El Kohinoor es el Kohinoor… Poderoso el chiquitín… (Repite el remate.)
¡Poderoso el chiquitín! (Enlaza con un jingle inventado por ella.) Rodó, Rodó…
Electrodomésticos Rodóóó… ¡y se lo compró! (De pronto comienza a hablar de
manera automática.) No / Sí, pero es que le hace competencia / Rodó a Garbarino /
Sí, le pasan la música, adentro del local. Pero Garbarino te da hasta treinta cuotas sin
intereses / y con tarjeta. / ¿Vos tenés la tarjeta Garbarino Gold? / Ah, porque Elo tiene.
/ Tarjeta Garbarino Gold. / Hace un montón.
Víctor (interrumpiéndola con la mayor suavidad posible.) Silvia ¿me oís?
Silvia Sí.
Víctor ¿Dónde estás?
Silvia En mi casa.
Víctor ¿Con quién estás?
Silvia Con mi mamá.
Víctor ¿Y cuántos años tenés?
Silvia (piensa un segundo.) Nueve.
Víctor ¿Puedo ver?
Silvia ríe en señal de asentimiento. Empieza a cantar nuevamente la canción de
Electrodomésticos Rodó. Víctor le toca la cabeza. Entra en trance. Todo el espacio se
enrarece, como si vibrara. Mágicamente aparece Cora. Está con el teléfono,
esperando a que la atiendan. Viste de entrecasa. Se la ve bastante diferente de como
la conociéramos, sobre todo más joven. De hecho la escena toma lugar unos diez
años antes del tiempos presente. Silvia es una niña. Canta:
Silvia Rodó, Rodó, Electrodomésticos Rodó… ¡y se lo compró!
Cora ¿Ahora jugás a Rodó?
Silvia No.
Cora Pero cantás la canción de Rodó.
Silvia Sí, pero es que le hace competencia…
Cora ¿Quién?
Silvia Rodó a Garbarino…
Cora ¿Adentro de Garbarino?
Silvia Sí, le pasan la música, adentro del local. Pero Garbarino te da hasta treinta
cuotas sin intereses… y con la tarjeta.
Cora Ah.
Silvia ¿Vos tenés la tarjeta Garbarino Gold?
Cora Me parece que no.
Silvia Ah, porque Elo tiene.
Cora Mirá…
Silvia Tarjeta Garbarino Gold.
Cora Ajá.
Silvia Hace un montón. Porque es mayor de veintiuno. ¿Vos sos mayor de veintiuno?
Cora Sí.
Silvia Pero vos sos mucho más joven que Elo ¿no?
Cora Sí.
Silvia ¿Elo es una vieja?
Cora No.
Caperucita 13
de Javier Daulte
Veo, veo. Veo todo yo. (A Silvia, que Sí, acá. Con mi vieja y la nena.
saca fotos.) ¿Vos vas a dejar de darle a la
maquinita esa? Me ponés nerviosa. Me Decile a tu supervisor que estás hablando
imagino que me estás sacando fotos de con un cliente muuuy importante y que…
verdad.
Silvia Son fotos de verdad. Bueno, bueno. Entiendo.
Eloísa Eso no tiene rollo, mi vida.
Silvia Sí que tiene. No te molesto más. Besito. (…) Besito
Eloísa No tiene. Si esa cámara es besito. (…) (Ríe.) Besito besito besito.
prehistórica. No anda. Chau.
Silvia La arregló el amigo de mamá.
Cora (Colgando el teléfono.) El amigo de mamá tiene nombre.
Silvia La arregló Tito.
Cora Saludos de Roly.
Silvia ¿Roly? ¿Y Tito?
Eloísa ¿Vos me estuviste sacando fotos con esta facha que tengo? ¿Querés que yo te
mate a vos?
Silvia A mí me gustaba más Tito. Arregló la cámara.
Eloísa (a Cora, mientras se sienta en un sillón, agotada.) Mirá cómo tengo los pies.
¿Y qué caminé? Cuatro cuadras. Lo que no puedo es estar parada yo. (A Silvia.)
¿Tomaste la leche?
Cora Tomó.
Silvia No tomé nada.
Cora Te tomaste un jugo.
Eloísa Hay que comprar jugo.
Cora Iba al chino ahora. ¿Qué más hay que comprar?
Silvia Jugo, no la leche.
Eloísa ¿Comió algo?
Cora No sé. ¿Comiste algo? ¿Querés comer algo?
Silvia No.
Eloísa Ayudín hay que comprar. Y arroz, que voy a hacer unos bocadillos de seso.
Cora Seso no.
Silvia ¡Seso!
Cora Pero voy al chino, no a Coto. Los chinos no venden seso. (Mirando su agenda.)
Mañana tengo un día yo…
Eloísa Tomá. Mirá. (Mientras le tiende un catálogo a Silvia, a Cora.) ¿Qué tenés que
hacer vos mañana?
Cora (interceptando el catálogo.) ¿Qué es eso?
Eloísa Dame para acá que no es para vos.
Caperucita 15
de Javier Daulte
Silvia Es por Elo. Que no está bien. Parece que la tienen que operar de nuevo. No sé
qué pasó. (Sale hacia las habitaciones.)
Cora ¿Por qué no me dijiste que me pusiera desodorante? ¡Perra mala! ¡Mala hija!
Apagón.
Caperucita 20
de Javier Daulte
SEGUNDA PARTE
3. Sanatorio
Luz tenue. Un rayo de claridad entra por una ventana. Eloísa está acostada.
Aparentemente duerme, como a comienzo de obra. En la silla para el acompañante,
Víctor, tiene un delantal blanco sobre un equipo de jogging. Lee un diario
tranquilamente. Eloísa se despierta algo sobresaltada.
Eloísa ¿Cora? ¿Cora…? (Víctor aparta la atención del diario por un momento.)
¿Silvia? ¿Sos Sil…?
Víctor (doblando el diario.) No, mi reina, no soy Silvia. Ni siquiera Cora soy. (Se
levanta.)
Eloísa ¿Dónde estoy?
Víctor enciende la luz. La violencia del blanco resplandor enceguece a Eloísa.
Víctor A ver princesa, ¿cómo nos levantamos hoy? Bueno, ¿qué estoy diciendo, por
favor, qué estoy diciendo? Si ni siquiera nos levantamos. Es una manera de… decir,
supongo. Sí, es eso. Una manera de decir, una manera de decir… Despertando,
despertando, sí claro. La reina se está despertando. Claro, clarísimo. ¿Y?
Eloísa (haciéndose ya a la idea de dónde se encuentra.) Ah, me había olvidado…
Víctor ¿Qué me dice? ¿Cómo está la modorrota?
Eloísa ¿La modorrota? Como el culo está la modorrota. ¿Sabés qué? Me cago. Me
cago en este sanatorio, en los médicos de mierda, en la puta medicina y en esta cama
que me está destrozando la cintura, que bastante baqueteada la tenía ya…
Víctor Un poco de buen humor en ayunas para empezar el día. No está nada mal.
Eloísa (ríe. Víctor ríe con ella.) Podrida por dentro y por fuera. No te conozco a vos.
¿Quién sos? ¿Mi cartera? (Víctor busca la cartera mientras Eloísa continúa
hablando.) Porque acá no sé cómo se las ingenian para que una no pueda
familiarizarse con nadie. ¿Alguna mala noticia para darme? ¿Qué día es hoy?
Víctor (dejándole la cartera sobre el lecho.) ¿Te sirve saber la fecha o querés saber
desde cuándo estás acá? Porque a ver, desde la segunda operación, unos diez días
harán. Es que estuviste mucho tiempo…
Eloísa ¿Qué?
Víctor Diez. Diez días. ¿Dije diez días? Sí, más o menos. Sí, claro. Si ayer fue…
aver, mié… no, sí. Diez días. Y te decía, estuviste mucho tiempo dormida, podríamos
decir. Por eso “modorrota”. Una broma, claro. Una bromita. Y bueno, te despertaste
hoy mismo. Y acá estás, como por arte de magia, en una habitación… “normal”…
Aunque podría estar mejor, claro.
Eloísa ¿Hoy?
Víctor ¿Qué?
Eloísa ¿Cómo hoy? ¿Qué dijiste?
Víctor Que la habitación podría estar mejor. Hay algunas que dan a una especie de
jardín…
Eloísa ¿Me volvieron a operar?
Víctor Lo que pasa es que cuando estabas en terapia…
Eloísa ¿Me volvieron a operar? ¿Qué pasó?
Caperucita 21
de Javier Daulte
Víctor Bueno, no soy médico. Pero algo debe haberse complicado. Siempre algo se
complica.
Eloísa ¿Quién sos?
Víctor Decía, que cuando estabas en terapia no se te podía visitar. Ahora sí. Pero yo
llegué primero.
Eloísa ¿De qué hablás?
Víctor Que llegué antes.
Eloísa ¿Antes? ¿Antes de qué?
Víctor Antes que... Antes. (Pausa. Cambia el tono.) Me llamo Víctor. (Le tiende la
mano como para estrechársela. Eloísa lo mira sin entender.) ¿Pasa algo?
Eloísa No… (Le estrecha la mano.)
Víctor Encantado de conocerte, Eloísa.
Eloísa lo mira sorprendida. Víctor señala la planilla que cuelga de la cama.
Eloísa Encantada de no estar muerta. (Pausa.) ¿A qué viniste?
El escenario cambia.
4. Casa
Silvia habla por teléfono. Viste el uniforme de los empleados de COTO. En la sala
hay gran cantidad de objetos distribuidos por todos lados, sobre la mesa, en el sillón.
Perchas con ropa colgadas de diferentes lugares.
Silvia Bueno, no sé. Puede ser. Yo tengo que superar esta etapa, María Luisa,
psicológicamente te estoy hablando, no sé si me entendés. Y esas pesadillas que estoy
teniendo, no me explico cómo es que… ¿Vos decís que eso pasó de verdad? (…)
¿Mamá te contó? (…) Yo no me acuerdo de haber menstruado tan chiquita. (…) No,
qué le voy a preguntar a ella ¿estás loca? ¿para qué? Me dice lo que le conviene. (…)
Es que no puedo ir a la hora que me dicen. ¿Vos viste lo que son los horarios de visita
de terapia intensiva? Además acaban de tomarme y… (…) Recién empecé, no puedo
andar pidiendo de salir. (…) No, cajera no. Repositora. Los que van poniendo las
cosas en las góndolas. (…) Sí, para que siempre estén llenas. Que no caiga la góndola,
eso fundamentalmente. No, está bien, prefiero. Yo estoy chocha. En la caja tenés que
hablar con la gente, y ahí de repositora nadie te jode. Por ahí te preguntan dónde está
el Poet, los escarbadientes y listo. (…) Y cuando tengo franco la verdad es que no me
da. Fui una vez y estaba dormida. Bueno, dopada, qué sé yo. Hasta que no te sacan de
terapia, viste cómo es… No, médicamente hablando se ve que está bien, pero como
tiene que estar controlada… Claro. Y ahí podés estar diez minutos máximo y para qué
si ni te ve. (…) Si, con los médicos sí voy hablando. Pero todos los días me dicen:
“mañana pasa a piso, mañana pasa a piso”, y al final, no la pasan y... Sí, ayer también
me dijeron lo mismo. ¿Sabés lo que pasa? Por un día en terapia, ¿sabés lo que le
facturan a la mutual? Son re vivos. No sé, vamos a ver hoy. No, si la pasan te aviso,
(Entra Cora de la calle.)
no te preocupes. (…) Entonces me quedo Cora Andá cortando que necesito el
tranquila con lo del garage. ¿Decís que teléfono. (Abriendo la heladera.) Decime
Facu no tiene problema de verdad? una cosa ¿vos para qué trabajás en Coto
Bueno, chaucito. Y un beso a Facu. Y si no traés nada? Ni un flan. Te juro que
gracias ¿eh? Le digo. Chau. (Corta.) me lo decían y me hubiera reído a morir.
Cora Mi hija trabajando en un supermercado. Menos mal que Eloísa ni sabe. Mejor,
que se muera sin saber. (Por una bolsita de nylon que no encuentra donde tirar.) ¿El
tacho?
Caperucita 22
de Javier Daulte
Cora Ah, sí. (Guarda el billete.) ¿Sabés que no tengo idea si a mí me corresponde
cobrar algo, una pensión o algo por el estilo, cuando Eloísa se muera?
Silvia le da una cachetada.
Silvia Si volvés a decir algo así yo te mato.
El escenario cambia.
5. Sanatorio
Eloísa acaba de escuchar la historia de Víctor. Este está tomado por la angustia.
Llora.
Eloísa Ajá, ajá, ajá… Vos la querés. (Víctor asiente.) Mucho. (Víctor asiente.) Y esta
chica, por lo que me contás… también parece que está enamorada de vos. (Víctor
asiente.) ¿Te lo dijo? (Víctor hace un gesto vago.) ¿No te lo dijo?
Víctor Las mujeres no dicen esas cosas.
Eloísa No. Es cierto.
Víctor Pero yo sé que sí, que está loca por mí. No es que yo sea un… Pero tampoco
estoy tan mal, hay que decirlo. Le llevo unos años pero tengo lo mío ¿no?
Eloísa Ya está.
Víctor ¿Qué está? ¿Qué está? (Eloísa hace un gesto. Víctor entiende.) Ah, sí. (Se
acerca a la cama y saca la chata de debajo de Eloísa. Sale con la chata hacia el
baño.)
Eloísa Me caés bien. Todavía no entiendo por qué apareciste por acá y me estás
contando toda esa historia, pero me caés bien.
Víctor (desde el baño.) ¿Qué?
Eloísa ¡Que me caés bien!
Víctor (desde el baño.) ¡¿Qué?!
Eloísa ¡Nada! Bueno, Víctor, no sé muy bien qué decirte… (Víctor regresa del baño
con la chata limpia.) Tenés que hacer que esa persona se ponga en tu lugar. Recién me
decías que estudiaste para mentalista ¿no? Deberías saberlo, entonces. Deb… (Se
tienta un poco de risa.) Ay, perdón, es que me da un poco de risa. Lo del
mentalismo… (Se domina.) De verdad ¿cómo es? ¿les enseñan a doblar cucharas y
ese tipo de…? (El llanto de Víctor arrecia.) Perdoná, perdoná. En serio… es que…
Me divertís vos. Me interesás. Oíme un poco lo que te voy a decir. Víctor. Víctor. A
ver… cambiá esa cara. Mirame. Ahí está. Mejor. Mucho mejor. Peor estoy yo, acá
presa y con los grilletes puestos (Señala la manguera con el suero en su brazo). Oíme.
Tenés que hablar con esa persona. Y tratar de que entienda la situación.
Víctor ¿Y qué estoy haciendo, qué estoy haciendo?
Eloísa No, no, no… A lo que me refiero es que tenés que hablar con esa persona que
decís que se puso en el medio. Vos me decís que hay un familiar que se puso en el
medio.
Víctor Sí.
Eloísa Bueno, a esa persona me refiero.
Víctor Sí, es lo que estoy haciendo.
Eloísa ¿Vos sabés una cosa? Siempre alguien se pone en el medio.
Víctor ¿Eh?
Eloísa Que siempre alguien se pone en el medio.
Víctor ¿Siempre?
Eloísa Siempre. Mirá. Yo tengo una hija ¿sabés? Y no la quiero. Es así. Ya sé, ya sé,
ya sé, es la cosa más horrible que puede pasarle a una madre, ya sé. Pero me pasó. Me
Caperucita 24
de Javier Daulte
pasó a mí. ¿Y sabés lo raro que se siente? Tan raro como suena. Porque una piensa:
bueno, eso puede pasar sí, podría llegar a pasarle a alguien cómo no, pero no me va a
pasar a mí. No, señor, a mí no. Y de repente, páfate, chupate esa mandarina. El caso es
que esta hija mía también tuvo una hija. Y ese es mi tesoro. A veces… y esto es lo que
te quiero decir… a veces esa persona que está en el medio es… ¿cómo lo digo? Es la
clave. Sí, la clave, es… el puente…
Víctor ¿El puente?
Eloísa El puente, sí. Si se puso en medio, usala como puente. Para llegar. Porque hay
que hacer lo que se tenga que hacer para llegar. Lo que haga falta. Quiero decir que
eso que parecía un obstáculo se puede convertir en…
Víctor ¿Vehículo?
Eloísa Ahí está. Eso. El obstáculo se puede convertir en vehículo. ¿Cómo era? (Trata
de recordar.) “Haz de tu muro un peldaño.”
Víctor “Haz de tu muro…” ¿cómo es?
Eloísa “… un peldaño.”
Víctor “Haz de tu muro un peldaño.”
Eloísa “Haz de tu muro un peldaño.”
Víctor Se dice tan fácil.
Eloísa Sí. (Toma el pulsador para llamar a la enfermera.) A veces hay que tener
mucha paciencia.
Víctor Pero ella está atrapada.
Eloísa ¿Eh?
Víctor Que ella está atrapada.
Eloísa Ah. Sí. Ayudala a salir.
Víctor La ayudo. Bueno, traté de ayudarla. Le dije: ¿qué hay que hacer? Y ella se rió.
Eloísa ¿Se rió?
Víctor Se rió. ¿Qué estás diciendo? me dijo.
Eloísa Porque está atrapada. Por eso se rió.
Víctor Claro, por eso se rió.
Eloísa Bueno, entonces la vas a tener que sacar de ahí. Tenés que sacarla de ahí de
donde esté atrapada.
Víctor Sí…
Silencio. De pronto Víctor tiene un arrebato de violencia.
Víctor Perdoname. Es que… estoy un poco alterado…
Eloísa No, está bien, hay que descargar.
Víctor Es que te escucho hablar y... Vos sabés. Vos sí que sabés. Sabés tanto. Todo
sabés. Claro… Ahora entiendo. Ahora entiendo por qué está tan… obsesionada con
vos…
Eloísa Vos decís que ya avisaron en mi casa que salí de terapia, (por el timbre para
llamar a la enfermera) porque este cosito parece que no funciona… Bué, no importa.
(Se interrumpe.) ¿Qué? Te corté.
Víctor Ahora entiendo por qué para ella es tan difícil… Porque claro, vos…
Eloísa Perdón, pero me perdí.
Víctor Eloísa. Te agradezco tanto. Tanto. Por todo lo que me dijiste. Yo sabía que vos
me ibas a ayudar. Lo que pasa es que ella está ahí. (Señala la cabeza de Eloísa.)
Eloísa ¿De quién estás hablando?
Víctor Dijiste…: Silvia es mi tesoro…
Eloísa Ay, sí…
Víctor Y vos…
Eloísa Esperá, esperá… ¿Yo dije Silvia? Yo no dije Silvia.
Caperucita 25
de Javier Daulte
Víctor ¿Qué?
Eloísa ¿Qué dijiste?
Víctor ¿Qué dije?
Eloísa ¿Dijiste Silvia?
Víctor ¿Dije Silvia?
Eloísa Dijiste Silvia.
Víctor Dije Silvia, sí, dije Silvia ¿y qué?
Eloísa ¿Vos estás hablando de Silvia… “mi” Silvia?
Víctor ¿“Mi” Silvia? ¿“Mi” Silvia? ¿Así le decís? ¿Ves, ves, ves? Es como yo
decía…
Eloísa ¿Qué?
Víctor Ahora, ya que sabés tanto… decime cómo hago para sacarla de ahí. (Señala la
cabeza de Eloísa.)
Eloísa ¿De dónde?
Víctor (Le toca la cabeza.) De acá. (La toma del cuello violentamente y le aplasta la
cara contra la cama.) Porque según vos… este es el puente.
Eloísa se retuerce de dolor.
6. Casa
Cora y Silvia discuten a viva voz. Cuando hay un / es que empieza el texto de la otra.
Cora Sí, por supuesto, vos preferirías que / yo estuviese muerta.
Silvia ¿Qué estás / diciendo?
Cora ¿Pensás que no me acuerdo?
Silvia ¿De / qué?
Cora ¿Pensás que soy tonta? Me hago la tonta, pero no soy. Vos preferirías que
estuviese yo ahí / en vez de ella.
Silvia ¿Pero qué tenés, se puede saber? ¿Qué / tenés?
Cora Buena memoria, eso es / lo que tengo.
Silvia Estás enferma…
Cora ¿Pero sabés qué?...
Silvia … Muy enferma.
Cora … Ella no quería que te tuviese.
Silvia ¿Qué me estás diciendo?
Cora Ella no / quería.
Silvia ¿Qué mierda estás diciendo, Cora? Vos estás muy / muy enferma.
Cora Dejá de decirme Cora, dejá de / decirme Cora.
Silvia ¿Por qué? ¿Cómo te / llamás?
Cora Soy tu mamá, aunque no te guste. Aunque no / te guste.
Silvia Tenés razón. Sí, a veces no / me gusta.
Cora Porque si fuera por Eloísa / vos no hubieras nacido ¿sabés?
Silvia Cuando te ponés patética / no me gusta.
Cora Hacete la sorda todo / lo que quieras.
Silvia No es mi culpa que nadie te de bola. No es mi culpa que / nadie te quiera coger.
Cora No te metas donde no te / importa.
Silvia No es mi / culpa.
Cora No te metas en / campo minado.
Silvia Entonces ocupate de ser más / discreta.
Cora No te metas en la boca del lobo, no seas…
Caperucita 26
de Javier Daulte
Cora Tomá.
Silvia No. Si yo no tomo.
Cora Tomá. Un poquito.
Silvia bebe un sorbo. Lo fuerte de la bebida le hace fruncir el ceño.
Cora De a poquito. Así nos relajamos. (Se sirve otro vaso para ella.) Es como dicen
en las películas. Te olvidás un poco de todo.
Silvia Perdoname.
Cora ¿Ya no tenés que volver al trabajo hoy?
Silvia No.
Cora No creo que importe demasiado si nos perdonamos o no. Importa si Eloísa nos
perdona. Si estuviera acá, no hubiéramos…
Silvia Mamá, yo no quis…
Cora Está, está. Nos vamos a quedar solas, Mamu. Vos y yo. Tampoco sé cómo voy a
hacer sin Eloísa… ¿Está mal que me pegues? ¿Está bien que te perdone? ¿O está mal?
Eloísa sabría. Nosotras no.
Silvia ¿Vamos a verla?
Cora Andá vos primero. Yo voy más tarde. Tengo que… tengo que pensar un poco.
Un poco en todo. Ponete algo que está medio fresco. (Silvia sale a las habitaciones.)
Sil, de verdad: ¿por qué no le hiciste caso a ese Víctor…? Alguien te tiene que sacar
de acá. (Silvia aparece con la Caperuza roja.) Se va a poner contenta de vértelo
puesto. (El escenario empieza a cambiar.) Ah, y llevale algo que la alegre un poco.
(Abre la heladera.) Mirá, no sé. Este pedazo de torta que quedó… Y… Qué sé yo…
¿Qué más le podés llevar?
7. Sanatorio
hablando, Elo. Te acabo de… ¿O es muy difícil la pregunta? No, claro que no tengo
que quedarme sin hacer nada.
Eloísa Silvia no quiere estar con vos.
Víctor ¿Ah no? ¿Y con quién querría estar?
Eloísa No con alguien como vos. Yo la conozco.
Víctor ¿Cómo quién entonces?
Eloísa Ella no es para vos.
Víctor ¿Y para quién es entonces? ¿Para uno de tus diablitos?
Eloísa ¿Qué?
Víctor Vos… Vos no querés que Silvia sea feliz. Vos sos… una egoísta. Una egoísta
de mierda, eso sos vos.
Eloísa Silvia tiene a alguien.
Silencio.
Víctor ¿Qué?
Eloísa Que Silvia tiene a alguien.
Víctor ¿Alguien?
Eloísa Sí.
Víctor ¿Qué alguien?
Eloísa Alguien.
Víctor No es cierto.
Eloísa Es verdad.
Víctor Estás mintiendo.
Eloísa Pensá lo que quieras.
Víctor ¿Me querés confundir?
Eloísa No.
Víctor Me querés confundir.
Víctor piensa. De pronto se quita la chaquetilla y la acomoda prolijamente.
Eloísa ¿Qué vas a hacer?
Víctor Me voy a meter ahí adentro.
Eloísa ¿Adónde?
Víctor (le señala la cabeza.) Ahí.
Eloísa y Víctor (al unísono.) ¿Ahí dónde? ¿Qué…? ¿Qué decís? ¿Qué está pasando?
¿Por qué hablás al mismo tiem…? ¿Qué estás haciendo? ¿Cómo podés saber lo
que…?
Víctor Si te lo dije ¿o no te lo dije? Cucharas no sé doblar, no. Pero esto sí sé hacer.
(Como si respondiera a un pensamiento de Eloísa.) ¿Por qué un horror? … No, no va
a doler. Pero necesito ir a fondo. (Se acerca a Eloísa. Tiende su mano.)
Eloísa ¿Qué me vas a hacer?
Víctor Nada. (Pausa.) No te resistas. Va a ser peor.
Eloísa acepta y le da la mano. El contacto se prolonga durante unos segundos.
Eloísa ¿Ya está?
Víctor le suelta la mano. Se aleja. Eloísa parece entender de qué se trata todo. Acepta
el desafío. Se recuesta. Víctor la hipnotiza. Eloísa entra en un profundo trance.
Eloísa (en trance.) Por fin en casa. Qué bien, qué bien. / No me aguantaban más se
ve. “Fuera de aquí” me dijeron, “Fuera de aquí”.
Víctor Eloísa ¿me oís?
Eloísa Sí.
Víctor ¿Dónde estás?
Eloísa En casa.
Víctor ¿Con quién estás?
Caperucita 29
de Javier Daulte
8. Casa
Allí está Cora. Viste de un modo mucho más coherente de lo que nunca la vimos. La
casa también luce mucho mejor que nunca.
Cora (habla hacia las habitaciones.) No sabés, boluda, qué divino el gerente. Cuando
le dije para qué era me dijo “ningún problema, Corita, ningún problema”, es un divino
total. Medio que me mira ¿sabés? Y a mí me encanta, para qué te lo voy a negar. ¿Qué
tendrá? ¿Cincuenta? Pero si vieras lo bien llevados que los tiene. Pelo: completo.
Lomazo. Barriga: aceptable. Un ocho puntos total. Ah, pará y cuando se ríe, unos
dientes que mordeme te lo suplico… (Se interrumpe al ver que se abre la puerta de
entrada.) ¿Quién…? (Aparece Eloísa con un bolsito. Cora, asombrada y conmovida:)
Mamá…
Eloísa Por fin en casa. Qué bien, qué bien.
Se abrazan tiernamente.
Cora Llegás justo, ay qué bien, recontrajusto llegás. ¿Qué pasó? Pensábamos que te
daban el alta mañana. ¿O entendimos todo mal?
Eloísa No me aguantaban más se ve. “Fuera de aquí” me dijeron, “Fuera de aquí”.
Silvia (entrando.) Che, no encuentro el cedé. ¿Vos tenés idea de…? (Al ver a Elo su
rostro se ilumina.) ¡Elo!
Eloísa Hola, mi vida. (La abraza.)
Silvia No sabía que… Mamá ¿por qué no me avisaste?
Cora Si no sabía nada yo. Nos habían dicho mañana ¿o no nos dijeron mañana?
Silvia Entonces vas a venir.
Eloísa ¿Adónde?
Silvia Al concurso. (A Elo se le ilumina el rostro, no pudiendo dar crédito a lo que
imagina. Silvia asiente antes de decirlo:) Compito.
Eloísa ¿Sí?
Silvia (a Cora.) Mirá la cara que pone. (A Eloísa.) Ya vengo. (Sale al baño.) Dale,
vamos que se nos va a hacer re tarde.
Eloísa (a Cora.) ¿De verdad?
Cora Sí.
Eloísa ¿Y cómo no me dijiste nada…?
Cora Es que como no ibas a estar, nos daba no sé qué…
Silvia (desde el baño.) ¿Manejás vos, Elo?
Eloísa No, manejá vos, mi vida. Desde ahora quiero que me lleven de acá para allá.
Cora Encima que estuvo descansando dos semanas enteras, atendida como una reina,
ahora quiere que la lleven y que la traigan.
Eloísa Una se malcría fácil.
Silvia (desde el baño.) Ma, estos picos de mierda me están cagando la vida.
Cora (a Eloísa.) ¿Estás bien?
Eloísa Con el motor hecho de nuevo. Me vas a tener que aguantar unos cuantos años
más.
Cora Me voy a morir yo y vos vas a seguir dando vueltas…
Eloísa No digas eso, che.
Entra Silvia con el vestido de patinaje. Está deslumbrante.
Caperucita 30
de Javier Daulte
Silvia (lidiando con el traje.) ¿Ves lo que te digo? Son demasiado largos y si doblo la
pierna se me van a enganchar en el filo…
La emoción de las mujeres no admite disimulo. Víctor aparece por el fondo. Observa
la escena. Viste como en el sanatorio. Nadie lo ve. Las mujeres, tras un momento de
contemplación:
Cora ¿No está preciosa?
Víctor ¿Dónde estás Elo?
Eloísa (ignorándolo.) Te lo habrás dejado puesto un rato, me imagino.
Silvia ¿Cómo si me lo dejé puesto?
Eloísa A ver… ¿ensayaste con el traje?
Víctor ¿Dónde estás? Silvia ¿Cómo si ensayé con el traje?
Eloísa (a Víctor, sin mirarlo.) En mi casa.
Víctor ¿Cuándo?
Cora Es que no se tenía que…
Eloísa No te puedo creer que no ensayó con el traje.
Víctor ¿Cuándo? Cora ¿Vos sabías que tenías que ensayar
Eloísa (ahora a Víctor.) Vos quisiste con el traje?
entrar. Silvia Es que no querías que nadie lo
Víctor ¿Qué te estás inventando? viera.
Eloísa Yo me invento lo que se me da la Cora A ver… Levantá los brazos… ¿Te
gana. tira algo?
Víctor No es lo que quiere Silvia. Silvia (levantando los brazos.) No. Creo
Eloísa Vos no sabés lo que quiere Silvia. que no.
Silvia Bueno, no te pongas así, Elo.
Eloísa (reacciona con violencia.) ¡“No te pongas así, Elo”, nada! (Silencio. Victor ríe
y desaparece. Eloísa intenta cambiar el tono.) ¿Será posible? Yo no estoy unos días, y
acá…
Silvia Pero si me queda bien.
Eloísa No es eso, Silvia. (A Cora.) Tendría que haber ensayado con el traje. Me
extraña, Cora.
Silvia Es que lo quería estrenar hoy.
Cora Lo quería estrenar.
Eloísa ¿Y si te salta una costura en medio de la competencia? A mí me va a saltar una
costura. Me hacen mal. (Señalando a cada una.) Vos me hacés mal y vos me hacés
peor.
Silvia Si es nuevo.
Eloísa Justamente.
Cora Mirá que cede súper bien ¿eh?
Eloísa Bué, está bien, no sé nada yo.
Silvia Bueno, Elo, no me pongas más nerviosa de lo que estoy. No me mires así.
Mamá, mirá con la cara que me mira.
Cora ¿Qué cara?
Silvia La cara.
Cora Ay, Elo, parecés una pavota. (Pero no lo puede evitar y ríe también
tontamente.)
Silvia No, no, no. Ustedes están convencidas de que voy a ganar.
Eloísa Claro que vas a ganar.
Víctor (volviendo a aparecer.) No hagas esto.
Silvia No voy a ganar.
Eloísa Linda actitud.
Caperucita 31
de Javier Daulte
Víctor No lo hagas.
Eloísa (a Víctor.) Lo estoy haciendo.
Silvia Elo, basta. No, de verdad, si vas a estar así, mejor no vengas. (Sale a las
habitaciones.)
Cora Elo, Silvia tiene razón. Ya bastante presión tiene. La competencia, lo de Facu.
Silvia (regresando.) Miren la hora que es. (Mete el CD en su estuche.)
Eloísa ¿Vos vas a ir con esa facha?
Cora ¿Qué tiene?
Eloísa Tiene que podrías vestirte como la gente.
Cora Ni que se fuera a casar.
Eloísa Miren a la que dice que presiono.
Cora Bueno, es una forma de decir.
Eloísa No, no, no. Ya no es más una forma de decir.
Víctor ¿Qué?
Eloísa Lo que oíste.
Víctor Basta, Eloísa.
Silvia (al ver la complicidad de las otras.) No, no, son dos insoportables. Las odio.
(Va a salir al baño. Cora y Eloísa ríen. Silvia se detiene y las mira.) ¿Qué pasa?
Cora Nada.
Silvia Mejor. Ah, y andá pidiendo un taxi que no encuentro los documentos del auto.
Cora En la cómoda están.
Silvia ¿Me los buscás, por fa?
Cora sale.
Eloísa ¿Estás contenta?
Silvia No sé. Estoy muy nerviosa.
Eloísa Con lo de Facu, digo.
Silvia Ay, Elo, basta. Terminala.
Eloísa (casi sin pausa respecto de su anterior réplica.) Me contó un pajarito que él
está muy contento.
Silvia Bueno, sí, yo también estoy contenta. Estamos bien. Qué sé yo. Pero todavía ni
hablamos…
Eloísa ¿De qué? Víctor ¿De qué?
Silvia De nada.
Eloísa De nada ¿qué? Víctor De nada ¿qué?
Silvia De lo que estás pensando.
Eloísa Está bien. Está bien. Está bien. ¿Va para allá?
Víctor ¿Quién?
Silvia No, no le dije…
Cora (desde afuera.) ¡Por supuesto que va!
Silvia ¿Vos…? Víctor ¿Qué pavada es esta?
Cora (entrando con un Eloísa Ninguna pavada.
portadocumentos.) Lo invité, sí. ¿Qué Víctor ¿Qué estás haciendo?
tiene? Eloísa Ahora vas a ver
Silvia Ay, ma. ¿Por qué?
Cora Porque me cae bien, porque es tu
novio y porque sí.
Suena el timbre.
Cora Ahí está. Abrile. (A Eloísa.) ¿Está fresco afuera?
Eloísa Ponete algo mejor. Van a sacar fotos y vas a quedar así para siempre. ¿Llevás
la cámara no?
Caperucita 32
de Javier Daulte
Cora (acercándole la cámara de fotos.) Ah, sí, tomá vos que yo soy un queso
sacando fotos.
Silvia abre la puerta. Pero allí está Víctor, vestido como “Facu”. Lleva un ramo de
flores en la mano. Silvia le habla como si se tratara de Facu.
Silvia Hola, Facu. (Dándole a Víctor lo que tuviese en la mano.) Tomá, teneme esto
que ya estoy. ¿Vos estás listo?
Cora Facu, querido ¿cómo estás? (Toma las flores que lleva Víctor.) Gracias. Son
preciosas. Sale a las habitaciones.)
Víctor ¿Qué es esto? ¿Me podés decir qué es esto?
Eloísa ¿Esto? Mi vida.
Silvia ¿Por qué no me avisaste que venías? Al final todos vienen, nadie me avisa
nada. Son todos unos tarados. (Sale hacia las habitaciones ofuscada.)
Cora (a Silvia, que ha salido.) Vos estás sin maquillar. (A Eloísa, por las flores.) ¿Me
las ponés en agua, please?
Víctor (a Eloísa.) ¿Ves? Desde las habitaciones:
Eloísa ¿Qué veo? Silvia Bueno, ya fue. Dejame. Me
Víctor ¿Esto es lo que querés? maquillo en el camino.
Eloísa ¿Por qué no? (Retomando su Cora ¿Cómo te vas a maquillar en el
fantasía.) Al final soy la única que está camino? Dame eso.
lista. Silvia No, no, no. De verdad, mamá.
Víctor (empezando a desvestir a Eloísa. Cora ¿Sombra marrón o la verdecita?
Al mismo tiempo el espacio comienza a Silvia Te estoy diciendo que no. ¡Azul,
transformarse nuevamente.) ¿Por qué azul!
inventás esto? Cora ¿Qué azul? Ah, claro, azul, acá
Eloísa Porque es lo que pasaría si vos no está.
hubieras aparecido. Silvia Yo me quiero morir.
Víctor ¿No te das cuenta de que le hacés Cora Si no te quedás quieta no puedo.
mal? Cerrá el párpado. Pero no pestañees, che.
Eloísa ¿A quién? Cerrá el ojo te estoy diciendo.
Víctor A ella. A mí. ¿Por qué sos así de Silvia Es que quiero ver lo que hacés.
egoísta? Cora ¿Te alargo acá para arriba o
Eloísa Porque es mía. derecho?
Víctor No. No es así. Silvia Para arriba. No así, no. Parezco
Eloísa Es lo único que tengo. japonesa.
Víctor ¿Cuándo fue la última vez que la Cora Bueno, ahora ya está. No queda tan
viste? mal.
Eloísa No tengo nada más. Silvia Los labios no.
Víctor ¿Cuándo fue la última vez que la Cora ¿Cómo los labios no? Los labios sí.
viste a Silvia? Silvia Mirá lo que soy.
Eloísa Basta. Estoy cansada. Cora ¿Qué?
Víctor ¿De qué hablaron? Silvia Un Pico Dulce.
Eloísa Basta. La conversación se pierde.
Víctor ¿Te dijo algo?
Eloísa ¿Qué?
Víctor ¿Te dijo algo?
Eloísa ya está en la cama del sanatorio.
9. Sanatorio
Caperucita 33
de Javier Daulte
FINAL
11. Sanatorio
Termina la música. Víctor / Eloísa en la cama. Jadea. Está herido (por la lucha tras
la que asesinó a Eloísa).1
Se abre tímidamente la puerta. Es Silvia. Lleva un buzo con una capucha roja. Una
especie de canasta cuelga de su brazo.
Silvia ¿Elo? ¿Estás despierta?
Víctor / Eloísa (su voz es la de Eloísa, pero suena un poco ronca: es Víctor imitando
su voz.) ¿Silvia?
Silvia Sí.
Víctor / Eloísa Pasá.
Silvia entra.
Silvia Hola.
Víctor / Eloísa Hola.
Silencio.
Silvia Está muy oscuro… ¿No querés que abra un poco?
Víctor / Eloísa No, no. Mejor así. Así está bien.
Silvia ¿Cómo estás?
Víctor / Eloísa Ahora mejor. Ahora mucho mejor. Me dijeron que estuve muy mal.
Pero ahora estoy mejor.
Silvia Te traje algo… No sé, unas pavadas. No sé si te dejarán comer… No creo ¿no?
Te dejo por acá. (Deja la canasta. Silencio.) Dentro de poco vas a estar en casa.
Víctor / Eloísa Quién sabe…
Silvia Sí, claro que vas a salir y…
Víctor / Eloísa Sh… (Silencio.) Estás… preciosa.
Silvia Callate. Si estoy hecha un asco. Desde que no entreno re floja me puse. Mirá.
(Le muestra el brazo.)
Víctor / Eloísa ¿A ver? (Silvia se acerca. Víctor / Eloísa le toca el brazo.)
Silvia ¿Ves?
Víctor / Eloísa Tenés la piel suave. Sos tan joven.
Silvia Ya no tanto, Elo.
Víctor / Eloísa No te vayas.
Silvia No me voy a ninguna parte.
Víctor / Eloísa ¿Sabés qué? Podés venir conmigo.
Silvia ¿Qué?
Víctor / Eloísa Cuando me vaya. Podés venir conmigo.
Silvia Claro. Nos vamos juntas para casa. Pero tenemos que ver cuándo ¿no?
Supongo que en estos días… No hablé con los médicos todavía.
Víctor / Eloísa No. No digo a casa. Cuando me vaya. Vas a venir conmigo.
1
Víctor / Eloísa es interpretado por la actriz que juega el rol de Eloísa. Se supone que Víctor se ha
“disfrazado” de Eloísa travistiéndose con su piel. La voz será la de la actriz, aunque un poco ronca,
ya que se trataría de Víctor imitando la voz de Eloísa. Cuando el texto indica “con la voz de Víctor” la
actriz hará fonomímica pero la voz será la del actor que interpreta a Víctor.
Caperucita 36
de Javier Daulte
Silvia No. Está bien así. (Se mete en la cama con Eloísa. Silencio.) Elo.
Víctor / Eloísa ¿Qué?
Silvia Tenés los ojos raros.
Víctor / Eloísa ¿Raros? ¿Raros cómo?
Silvia Los tenés como más grandes.
Eloísa / Víctor ¿Ah, sí?
Silvia Sí. Me parece.
Víctor / Eloísa Son… para verte mejor.
Silvia Y las orejas… Vos no tenías las orejas tan grandes…
Víctor / Eloísa Son para oírte mejor.
Silencio.
Silvia Y tenés la boca… La boca…
Víctor / Eloísa ¿Qué?
Silvia Más grande también.
Víctor / Eloísa Para besarte mejor.
Silvia ríe. Está algo nerviosa. De pronto, Víctor / Eloísa intenta besarla.
Silvia Elo… ¿qué…? No, por favor… dejame.
Víctor / Eloísa (forzándola.) Yo te quiero. Te quiero, Silvia. Te quiero.
Silvia (defendiéndose del abuso.) ¿Qué estás haciendo? Dejame. Soltame, Elo.
Soltame. ¿Qué hacés?
Intenta deslizarse fuera de la cama. Eloísa / Víctor trata de impedirlo. Forcejean.
Entra Cora.
Cora Dejala.
Víctor / Eloísa mira a Cora.
Cora Dejala.
Víctor / Eloísa ¿Qué hacés vos acá? Andate. Vos no tenés nada que hacer acá.
Cora (como si no pudiera reconocerla.) ¿Mamá?
Víctor / Eloísa ¿“Mamá”?
Silvia No es Eloísa.
Silvia se acerca a su madre. Víctor / Eloísa avanza hacia las mujeres. Tiene en su
mano una manguera transparente, la misma con la que Víctor ahorcó a Eloísa.
Víctor / Eloísa Quedate, Silvia. Por favor. No voy a hacerte nada. Esto se termina
¿no? Sí, se termina acá. Decime una cosa… ¿Me amás? (Silvia está paralizada.) ¿Me
amás? (Breve pausa.) ¿Me amás?
De pronto toma a Cora del cuello con la manguera del suero y comienza a ahorcarla.
Silvia Dejala.
Víctor / Eloísa ¿Me amás? Decime que me amás. .
Silvia ¡Sí! ¡Te amo, Eloísa! ¡Te amo, te amo! Soltala, ¡por favor!
Víctor / Eloísa suelta a Cora.
Víctor / Eloísa (con la voz de Víctor.) ¿Y ahora?
Silencio. Silvia no es capaz de entender el horror que tiene ante sí.
Víctor / Eloísa (con la voz de Víctor.) ¿Y ahora, Silvia? ¿Ahora me amás?
Silvia (no dando crédito a lo que oye.) ¿Víctor?
Cora, al ver que Víctor / Eloísa se acerca amenazadoramente a Silvia, saca la pistola
de su cartera. Dispara. Víctor / Eloísa cae muerto.
Javier Daulte
Buenos Aires, agosto de 2009 / Cuarto borrador