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Ensayo sobre Relación entre desarrollo y crecimiento económico y

diferencia entre desarrollo y subdesarrollo

Diego Alfonso Cano Caraballo


Mayo 2019

Universidad de Cartagena
Facultad de Ciencias Económicas
Programa de Administración de Empresas IX
Desarrollo Económico
Relación entre desarrollo y crecimiento económico y diferencia entre desarrollo y
subdesarrollo

Es muy frecuente escuchar a los candidatos y altos mandatarios del gobierno de un país

decir cosas como “la voluntad del pueblo” o que “la voz del pueblo será escuchada”,

frases que no me lleno la boca diciendo que todos, pero si “muchos” mandatarios expresan

solo con el fin de ganar popularidad. Muchas veces creemos en proyectos con los que

nuestros presidentes nos lavan los oídos, proyectos que llegan a quedar solo a medias o que

quizá jamás se llegaron a poner en marcha. Mucha gente entiende que los asuntos políticos

son caso perdido y a raíz de esto se reniegan a participar en este tipo de asuntos,

simplemente contentándose con recibir pequeñas presas de pescado del gobierno, en lugar

de que se les enseñe a pescar, incluso, en ocasiones hasta nosotros mismos nos

confundimos con eso de que “durante mi gobierno hubo gran crecimiento económico”, y

con cifras, números y uno que otro puente construido caemos en la trampa de que el país en

verdad está de maravilla, sin pensar que todo va más allá de ello, y que a ciencia cierta los

únicos que se están viendo cada vez más favorecidos son solo una minoría dominante.

Para entender mejor este asunto, es conveniente hacer énfasis en dos vocablos en

términos económicos que particularmente se pueden llegar a confundir, crecimiento y

desarrollo, entendiendo el primero como la medida monetaria de bienes y servicios que

produce una nación en determinado tiempo, es decir, la productividad de un país. El

segundo término, “desarrollo”, en contraste con el crecimiento económico, busca más optar

por la consecución de un beneficio social y económico de la población, a raíz de la

inversión realizada por un país.


Pero, por ejemplo, ¿puede ocurrir un desarrollo económico si no hay un crecimiento

económico? Ante esta cuestión cabe resaltar la importancia y lo fundamental que es un

crecimiento económico para que se pueda dar un verdadero desarrollo económico en un

país, debido a que precisamente del crecimiento de la economía de un país es de donde se

deriva la inversión que se realiza en éste para fomentar su desarrollo, con esto hablamos de

desarrollo enmarcado en niveles de educación, empleos más dignos, mejoras en los

servicios de salud, alimentación, medio ambiente, etc. La incidencia de los factores antes

mencionados le permite al ser humano vivir bien sea en un entorno de óptimas condiciones

o en una zona donde incluso se le pueda privar de su misma libertad, a esta zona se le llama

“marginal”. Así lo expresa en su libro “Desarrollo y Libertad”, donde Amartya Sen (1999)

afirma que:

“…la expansión de la libertad es tanto el fin primordial del desarrollo como su medio

principal. El desarrollo consiste en la eliminación de algunos tipos de falta de libertad que

dejan a los individuos pocas opciones y escazas oportunidades para ejercer su agencia

razonada. La eliminación de la falta de libertades fundamentales – es lo que sostenemos

aquí- es una parte constitutiva del desarrollo.” (p.16)

El crecimiento económico a diferencia del desarrollo económico no genera

necesariamente un desarrollo sostenible en el tiempo. Llegando hasta este punto podemos

establecer cierta relación de dependencia entre estos dos términos, debido a que en una

economía que sea saludable, una gran parte del dinero obtenido fruto del crecimiento

económico, va a ser destinado e invertido en desarrollo económico. El desarrollo

económico implica desde construir puentes y vías de comercio, hasta mejoras en el sector

público, de salud o brindar apoyo a las universidades para tecnología e investigación.


Actividades como las anteriormente mencionadas son las que precisamente aquellos países

del primer mundo o los más desarrollados, realizan constantemente buscando que prime el

bien de su población sobre cualquier otro interés. Es aquí donde entra la distinción entre

países desarrollados y los subdesarrollados.

Es normal que cuando hablamos de Japón, China, Alemania o los Estados Unidos de

América, pensemos en la buena calidad de vida que deben gozar la mayor parte de sus

habitantes, que, a diferencia de países como Nigeria o Haití, la esperanza de vida es muy

elevada, o el Índice de Desarrollo Humano (IDH) está por las nubes. Estos países

subdesarrollados, incluso en comparación con aquellos que no se ubican en los extremos,

(aquellos países considerados en vía de desarrollo, como Brasil o nuestra Colombia) poseen

una aún más marcada brecha entre clases sociales, en donde las menos favorecidas son la

mayoría de la población.

Vivimos en un planeta dividido, y más allá de referirse a continentes, países, ciudades,

etc., es un mundo que históricamente ha estado fraccionado, en países ricos y pobres,

poblaciones que viven en la abundancia y otras que residen inmersas en la marginalidad.

Básicamente, esta diferencia está en el hecho de que en unos países existe mejor manejo

político y mejor dominio de inversión, aprovechando estratégicamente los recursos

disponibles y los elementos en los que son fuertes en comparación con otras potencias. Tal

como afirmó el economista estadounidense Peter Ferdinand Drucker en su frase:

“Innovar es encontrar nuevos o mejorados usos a los recursos de que ya disponemos.”

Estas diferencias se ven enmarcadas igualmente por aspectos varios como el crecimiento

demográfico, el ingreso per-cápita, los índices de analfabetismo, niveles de consumo y uno

de los más brutales canceres del mundo, la corrupción y la inestabilidad política.


Aparte es triste ver que en aquellos países dominados por la guerra y situaciones de

conflicto que incluso, son sostenidos por los mismos gobiernos, se sufran muchas pérdidas

humanas, produciendo efectos tan negativos como la pérdida de vidas jóvenes, los cuales

podrían aportar mano de obra para la posterior recuperación y hasta desarrollo del mismo

país.

A consecuencia del mal manejo del país por parte de algunos gobiernos, las economías

de muchas naciones van entrando en una etapa de declive, arrastrando consigo el nivel de

vida de todos sus habitantes, produciendo caos y desorden social en el país, claro ejemplo

de la indeseable situación que hoy en día está viviendo Venezuela.


Conclusión

Mientras en el mundo siga existiendo la falta de preocupación unánime de los gobiernos,

siempre va a existir esa interminable brecha entre rico y pobres y siempre tendrá

protagonismo el termino de “desigualdad social”. Saber distinguir entre crecimiento y

desarrollo económico, les permitirá a las personas entender con claridad el resultado de los

gobiernos políticos, porque es normal que un mandatario diga al final de su periodo que en

su gobierno efectivamente si hubo un crecimiento económico, hecho contrastado con

balances y muchas cifras, pero ahí es donde los ciudadanos deben hacerse la pregunta,

¿Dónde se vio reflejado todo ese dinero al final? ¿Realmente mejoró nuestro país en niveles

de educación, salud, servicios públicos, medio ambiente, etc.?

Hay que tomar conciencia de las consecuencias de vivir en el subdesarrollo, los

ciudadanos, los gobiernos, cada vez hay más tecnología y más progreso en muchas de las

naciones del mundo, pero así mimo, hay cada vez más países con incremento en tasas de

mortalidad y menos esperanza de vida. Mientras en algunos países los jóvenes pueden

estudiar de forma gratuita y prepararse para un futuro de bien, existen en otro rincón del

mundo jóvenes involucrados en crímenes y guerras de las que no deberían hacer parte.
Lista de referencias

Sen, Amartya (2000). Desarrollo y Libertad. Buenos Aires, Argentina: Editorial Planeta
Argentina S.A.I.C

Fernández Sánchez, Lineth Del Rocío y Manjarrez Fuentes Nelly Narcisa. (2014) Algunas
consideraciones sobre el crecimiento y desarrollo económico, desde la perspectiva
de sostenibilidad. Revista OIDLES, Vol. 8(número 16). Recuperado de:
http://www.eumed.net/rev/oidles/16/crecimiento-economico.html

Alonso Martínez, Carlos (2007). Economía del subdesarrollo y subdesarrollo de la


economía. Universidad Complutense de Madrid. Recuperado de:
https://www.fundacionsistema.com/wp-
content/uploads/2015/05/Ppios4_Berzosa.pdf

Papadópolos, Ángel M. (2016). Gestiopolis. Recuperado de:


https://www.gestiopolis.com/crecimiento-economico-desarrollo-economico/

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