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Las 7 Reglas para Manejar Estudiantes Difíciles
Las 7 Reglas para Manejar Estudiantes Difíciles
DIFÍCILES #LOMÁSVISTO
Si eres como la mayoría de los profesores, seguro hay dos o tres estudiantes que ocupan
la mayor parte de tu tiempo. Los días en los que ellos faltan o cuando los sacas del salón,
todo va bien, la clase es más divertida, estás más relajado y se puede navegar a través de
las clases sin interrupciones.
Pero cuando están presentes en la clase, pueden hacer que desees tirarles de los pelos y
que el tiempo pase más rápidamente.
Lamentablemente, las frustraciones que siente al tratar con estudiantes difíciles puede
hacer que cometa errores con el resto de los estudiantes.
La siguiente es una lista de siete reglas sobre qué no hacer, que le ayudará a evitar los
errores más comunes, y a su vez convertirá a sus alumnos más difíciles en miembros
valiosos del salón de clases.
Regla # 1: No se pregunta.
Es normal que los profesores pidan a los alumnos conflictivos una razón de su
comportamiento, como una forma de demostrarles su autoridad. Pero preguntando el por
qué y demandar una respuesta casi siempre termina convertido en resentimiento. Y los
estudiantes que desaprueban a sus maestros, nunca mejorarán su comportamiento en el
aula.
Regla # 2: No discutas.
Al discutir con los alumnos difíciles, los pones en igualdad de condiciones contigo, creando
una situación donde es “tú palabra contra la de ellos”. Esto elimina los efectos de la
responsabilidad que se busca, y también abre las puertas a que el resto de los estudiantes
comiencen a discutir contigo.
Dar un discurso, regañar y gritar hará que todos los estudiantes te perciban de forma
negativa, pero si diriges tu enojo hacia un alumno en particular, puede ser especialmente
dañino. Crear una relación maestro-estudiante basada en la fricción, prácticamente
garantiza que el comportamiento del estudiante va a empeorar.
Los maestros a menudo dan elogios a los alumnos difíciles por hacer lo mínimo esperado.
Sin embargo, debido a que estos estudiantes pueden mirar a su alrededor a sus
compañeros de clase y saber que es una mentira, confirma que los falsos elogios no
funcionan. En cambio, sólo debes elogiar significativa y sinceramente cuando se alcance
un verdadero logro.
Cuando usted permite que los estudiantes lo molesten y pierdes el control emocional de la
situación, incluso si es sólo un suspiro o un leve desdén en los ojos, te vuelve menos
eficaz. Tu simpatía decae. La tensión se eleva en el aula. Y cuando los alumnos
descubren que pueden hacerte enojar, tratarán de hacerlo frecuentemente.
Teniendo en cuenta que tienes más de un estudiante en clase, hacer caso omiso de la
mala conducta no hará que ésta desaparezca. Sólo empeorará las cosas. En su lugar,
sigue el plan de gestión del aula que ya tengas planeado con anterioridad o las reglas de
conducta establecidas al principio de la clase. Si un alumno rompe una regla, no importa lo
trivial, tomas las medidas necesarias de inmediato.
Se trata de relaciones
¿Qué pasa si los dos o tres (o más) alumnos difíciles en el aula te admirarán? ¿Qué
pasaría si fueras su modelo a seguir, te respetaran, te tuvieran confianza y les gustara
estar en tu compañía?
Es la relación que tengas con tus alumnos lo que hace la mayor diferencia. Cuando
construyes confianza, se creará una ola de influencia que puede cambiar su
comportamiento, mejorar su rendimiento académico y afectar profundamente sus vidas.