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TEMA:
CASO ANNA O
AUTORES:
MIRKA FLORES
MARIO CAMPOZANO
LUISA CAMARGO
MIRKA ALPRECHT
DOCENTE:
VERÓNICA
MAYO DE 2018
Generalidades del caso
Edad:
Anna O (Bertha Pappenheim) su enfermedad tuvo su auge en el año 1880 cuando tenía
21 años.
Incubación latente
Entre los rasgos más esenciales del carácter se contaba con una bondad compasiva; el
cuidado y el amparo que les brindó a algunos pobres y enfermos le prestaron a ella
misma señalados servicios en su enfermedad, pues por esa vía podía satisfacer una
poderosa pulsión. Mostraba siempre controladas por un entendimiento tajante y crítico.
Un período de sonambulismo persistente que luego alterna con estados más normales;
continuación de una serie de síntomas duraderos hasta diciembre de 1881.
Historia Clínica
La muerte del padre provoco que el trauma sea más grave y que la afecte por lo
menos dos días lo que hizo que salga en un estado muy alterado. En la mayoría del
tiempo no reconocía a las personas a de excepción del doctor. Por otro lado dejo de
hablar alemán y empezó hablar en inglés y casi no entendía lo que le decían en alemán.
También disminuyo por breves porciones su alimento y se rehusaba a comer. Todo esto
le duro diez días después de la muerte del padre.
Lenguaje:
Síntomas
Anna O llegó a padecer un conjunto de síntomas que fue lo que incitó a Breuer a
atenderla buscando una pronta mejoría para su paciente. Entre los síntomas estaban
Parálisis corporal dolores en el sector posterior izquierdo de la cabeza (diplopía),
queja de ver inclinarse las paredes, Perturbaciones visuales de difícil análisis, paresia de
los músculos anteriores del cuello, contractura y anestesia en la extremidad superior
derecha y pasado algún tiempo de la inferior de ese mismo lado. Cuadro de tos severa,
problemas de visión y audición. Alucinaciones, algunas de estas eran relatadas por
ella cuando se encontraba en sugestión hipnótica, mutismo, perdida de la escritura,
parálisis brazos y piernas, estrabismo convergente, angustiosas alucinaciones.
Oposición empecinada a todas las prescripciones terapéuticas, luego su lenguaje perdió
toda su gramática,. Ceguera, sordera, estrabismo ocular y, lo más llamativo, una grave
afección en el lenguaje (parafasia) que le llevaba en ocasiones a perder la capacidad del
habla o incluso a olvidarse de su lenguaje nativo, el alemán, sustituyéndolo por otros
que ni siquiera dominaba, como el inglés o el francés.
Anna participó con su madre en los cuidados, cierta vez hacia vigilancia nocturna con
gran angustia por el enfermo, que padecía alta fiebre, y en estado de tensión ella se
encontraba por la venida de un cirujano que le practicaría la operación.
Ella cayó en un estado de sueño despierto con lo cual se crea el terreno para la
disociación de la personalidad mental y vio como la pared una serpiente negra se
acercaba al enfermo para morderlo mientras ella estaba en la silla sentada lo cual le
provoco terror proporcionándole alucinaciones. Se le había dormido el brazo derecho,
volviéndosele anestésico y paretico, ella quiso rezar pero se le angustio la lengua, no
pudo hablar, hasta que dio un verso en inglés y entonces pudo seguir pensando y orar en
esa lengua. El silbido de la locomotora del médico interrumpió la fantasmagoría. Un
objeto más o menos serpentiforme que le provocaba la alucinación. Sus contracturas
solo emergían en las breves alucinaciones desde aquella noche se le hicieron más
frecuentes.
Se quejaba de no reconocer a las personas, antes podía reconocer los rostros sin verse
precisada a un empeño, la gente se le convertía en figuras de cera sin relación con ella.,
ausencias alucinatorias, hablaba en inglés y no entendía lo que se le decía en alemán
Según Breuer conoció el curioso caso de una joven de 30 años con un claro diagnóstico
de histeria de la histeria una enfermedad nerviosa que por aquel entonces afectaba a un
gran número de mujeres. Esta joven doctor llevaba una vida en extremo monótona,
encargada del cuidado a su padre enfermo llega a padecer un complicadísimo cuadro de
síntomas a primera vista inconexos y aleatorios como conductas alucinatorias con el fin
de evitar la realidad como origen pero a los que tras más de un año de tratamiento el
médico le daría una explicación al paciente a lo que llamaría histeria.
Anna O más conocida como Bertha Pappenheim tenía momentos de mutismo otros de
somnolencia a los que Breuer llamó “hipnosis vesperal”, la propia Anna los llamó
“nube” .El tratamiento de Bertha fue en palabras del propio Breuer “la célula germinal
de todo el psicoanálisis”. 'Freud " Breuer lo denominaron “método catártico”.
Freud analizando el caso descubre que el padre es el principal autor de esta histeria, de
acuerdo a Freud Anna O tenía una histeria conversiva, ella vivía en dos estados de
conciencia se sucedían alternados el primer ella era normal y en el segundo alienada,
solo la conciencia de que el padre había muerto parecía quedarle, su personalidad de un
estado al otro se producía de manera espontánea, esto trajo como consecuencia que
Anna O no pueda asumir el mundo real y entrar a su personalidad normal ya que
prefería tener alucinaciones fantasiosas que cambiaba su estado psique normal con el de
su psique enferma.
Freud afirmaba que de las investigaciones que habían constituido la base de sus estudios
se deducían dos resultados: 1) que los síntomas histéricos entrañan un sentido y una
significación, siendo sustitutivos de actos psíquicos normales, y 2) que el
descubrimiento de esa significación coincide con la supresión de los síntomas.
La propia Von Pappenheim dio a este método los nombres “limpieza de chimenea” y
“cura del habla”. Fue este último término el que consiguió una mayor popularidad, junto
con el que le otorgaron Breuer y Freud: “método catártico”, que consiste
fundamentalmente en atribuir causas determinadas a los síntomas en un estado de
hipnosis por tal de eliminarlos y Freud usó ese método con Anna O por medio del
diálogo, tener una conversación con ella sobre las alucinaciones que predominaban en
ella cuando se encuentra en segundo estado o “second state” llamado así por Freud La
cura del habla, es decir, el relato de los hechos traumáticos parecía aliviar, al menos
parcialmente, la angustia de la paciente. Con una terapia improvisada, Breuer había
dado con un posible método de curación para la histeria