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Inicio de Clase

Definición
Consiste en la forma organizada en la que el profesor presenta el tema de manera
expositiva o argumentativa, y en la que debe establecer un vínculo entre lo que el
alumno ya conoce y lo nuevos contenidos. Esto permite un aprendizaje desde lo
particular a lo general y requiere que el alumno establezca relaciones lógicas y
semánticas entre conceptos. El enfoque del inicio de clase debe estar ligado al objetivo
de la clase misma, funcionando como preparación previa, y en el que se deben exponer
claramente los propósitos de la clase y las instrucciones necesarias para llevarla a cabo.
En esta preparación deben activarse la atención y promoverse la motivación e interés,
además de fomentar la visión preliminar de lo que abarcará la lección.

Actividades de Inicio de Clase


Entre las actividades que podemos desarrollar al momento de comenzar a introducir un
tema podemos nombrar las siguientes:
 Preguntas orientadas a revisar contenidos.
 Dramatizaciones.
 Música
 Conversaciones de experiencias previas sobre el tema.
 Sopas de letras.
 Recuento de la clase anterior.
 Relatos sobre experiencias personales para introducir contenidos o temas de
interés.
 Adivinanzas.
 Dinámicas de grupo.
 Mapas conceptuales, esquemas.
 Cuentos y narraciones.
 Etc.

Estrategias de motivación

1. Utilice preguntas guías.


Estas preguntas deben motivar a los estudiantes a probar su habilidad de entender,
explicar, ilustrar y aplicar los conceptos y principios enseñados; de esta forma podrán
evidenciarse conceptos específicos y principios generales. EJ: ¿Cuál es la diferencia
entre una arteria y una vena? ¿Quién y por qué se descubrió América?

2. Aplique una prueba corta de 5 minutos al comienzo de la clase.


Este tipo de desafíos motivan al estudiante a repasar sus notas de la clase y mantenerse
al día en las tareas asignadas.

3. Utilice presentaciones multimedia.


Este método facilita la asimilación y retención del material, pues está basado en
preguntas cortas y frases sencillas fáciles de pensar que atraen más la atención.
4. Escriba el nombre de los estudiantes en tarjetas y haga las preguntas al
azar, no sólo a los voluntarios.
Es una técnica pensada para evitar que la clase sea monopolizada por las opiniones de
un grupo reducido de alumnos que siempre quieren contestar. Si le pide a los menos
activos que contesten, ellos sentirán que usted quiere hacer notar su ignorancia. Por
tanto, escoja una tarjeta al azar para seleccionar a quien va a preguntar sobre algún
contenido y de esta manera tendrá la atención de todos pues saben que en algún
momento deberán participar activamente.

5. Fomente escuchar con atención.


Seleccione estudiantes que resuman, enumeren o comenten con sus propias palabras lo
que otro estudiante acaba de decir con respecto a la clase. Esto estimula a que todos
escuchen atentamente a los demás, para poder en un momento específico transmitir lo
que entendieron de su compañero. Además, sirve para disminuir la dependencia del
maestro.

6. Hable menos para que los estudiantes piensen más.


Detenga s conferencia cada cierto tiempo y haga preguntas o pida comentarios a los
estudiantes de manera que éstos vayan resumiendo los datos claves y aplicando,
evaluando o explorando las implicaciones del contenido expuesto. De esta forma los
estudiantes desarrollan una mejor comprensión y sus mentes no se desenfocan ante muy
discurso demasiado extenso.

7. Sea un modelo.
Piense en voz alta frente a sus estudiantes y deje que ellos le escuchen descifrar
lentamente los problemas de la materia, de manera que ellos puedan asimilar y
comprender su proceder. Recuerde hacerlo al nivel de los estudiantes, o de otro modo
ellos no podrán seguirlo.

8. Fomente la colaboración.
Divida la clase en grupos pequeños, asígneles tareas específicas y límites de tiempo.
Luego pídales que informen qué parte de la tarea completaron, qué problemas tuvieron
y cómo los resolvieron. De esta forma los alumnos podrán desarrollar sus habilidades de
pensamiento, exposición y argumentación.

9. Trate de usar la enseñanza en pirámide.


Pida a los estudiantes discutir un tema en parejas hasta llegar a un consenso. Luego pida
que se unan con otra pareja para discutir y enfrentar las conclusiones a las que habían
llegado. Del mismo modo haga que dos grupos de cuatro se encuentren para discutir y
debatir sus posiciones, y así sucesivamente. Esta técnica desarrolla su confianza para
exponer sus ideas a sus pares, aclarar sus ideas y motivar los debates.

10. Pida a sus estudiantes que redacten ejercicios de pre-escritura.


Antes de exponer los contenidos o leer sobre algún tema, pídales que en un corto
período de tiempo redacten o expresen notas preliminares y personales sobre el tema a
tratar. De esta forma podrán contribuir más efectivamente del proceso de la clase.

11. Organice debates.


Pregunte en la clase, por ejemplo, cuántos piensan que la educación física debe ser
requisito para todos los estudiantes de la escuela. Escoja dos o tres de los que alzaron la
mano. Del mismo modo pregunte quienes piensan que la educción física no debe ser
requisito y escoja el mismo número de alumnos. Pídales a cada grupo que se junten
según su posición y desarrollen sus argumentos, para luego exponerlos a la clase y
formar un debate. Preguntar a los alumnos que no formaban parte de los grupos qué
argumento los convenció y por qué.

12. Solicite a sus estudiantes escribir diálogos constructivos.


Asigne como tarea la creación de diálogos escritos con personajes inteligentes que
representen posturas distintas y opuestas con respecto a un tema controversial, donde se
exponga claramente cada punto de vista y discutan sus argumentos en el transcurso del
texto. Esto requiere que los estudiantes piensen dos perspectivas diferentes, analizar la
postura de alguien con quien no están de acuerdo, posibilitar que personas con puntos
de vistas opuestos se comuniquen entre sí, que presenten objeciones y preguntas y
propongan alternativas y posibles respuestas. Esto los obliga a desarrollar aún más su
comprensión de cada perspectiva y las fortalezas y debilidades de éstas.

13. Solicitar a los estudiantes que expliquen tanto su tarea como el propósito de
la misma.
Anime a los estudiantes a explicar la tarea que se les asigna, pues esto ayuda a aclarar
cualquier malentendido antes de comenzarla. Así podrán enfocarse mejor en el
propósito de la tarea y no irse por las ramas.

14. Fomente el descubrimiento.


Diseñe actividades para que los estudiantes descubran por sí mismos los conceptos, los
principios y las técnicas antes de presentar el material de una clase. Los alumnos
aprenderán mejor cualquier cosa si la descubren ellos mismos y aprenderán no solo que
es así, sino que entenderán por qué es así. De esta forma los estudiantes adquieren
práctica en descifrar cosas y resolver problemas en vez de tener que buscar
instrucciones en el profesor acerca de qué hacer y cómo hacerlo. Recuerde que mientras
más experiencias personales tengan descubriendo conocimiento importante, más
confianza desarrollarán en sus propias habilidades de pensamiento.

15. Enseñe aplicaciones útiles.


Debemos demostrar el valor de lo que enseñamos. Ningún argumento abstracto
engendra la convicción sincera y arraigada de que el conocimiento es valioso, y esta
convicción requiere la oportunidad de usar ese conocimiento. Si los estudiantes
comienzan con una pregunta o problema interesante y sienten que progresan aún más si
cuentan con lo que provee la lección (conceptos y destrezas) valorarán más los
contenidos de ésta. Si no pueden asimilar el contenido no pueden aplicar lo que
aprendieron.

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