Está en la página 1de 7

Narcopolíticos desplazaron a viejas estructuras criminales para volverse

poderosos capos

TEGUCIGALPA, HONDURAS

Las redes del narcotráfico en Honduras no serían fuertes y no podrían trasegar estupefacientes
a EE.UU. si no tuvieran fuertes alianzas con los partidos políticos que han tomado el gobierno,
pues no podrían controlar las fuerzas de seguridad y defensa del Estado, a quienes se les coopta
para que los cargamentos puedan transitar sin inconvenientes.

Sendos informes de inteligencia en poder de ConfidencialHN confirman que, en efecto, se han


establecido nexos entre altos dirigentes de los partidos Nacional y Liberal con el crimen
organizado, en contubernio con exjefes de batallones que habrían provisto logística para
facilitar el trasiego de narcóticos.

Un informe de la Dirección Nacional de Servicios Especiales de Investigación (unidad de


inteligencia) de la Policía Nacional, ha podido establecer una serie de relaciones entre cárteles
de la droga, altos funcionarios estatales y miembros del Parlamento que estarían conectados a
la red criminal.

¿Cómo se conformó esa trenzada red entre políticos y capos de la droga? Este periódico indagó
en fuentes extremadamente confiables acerca de esa inusual enlace y aseguraron que
comenzaron con una mera relación comercial: defensa legal a cambio de dinero y, con el
tiempo, fueron atraídos hacia la esfera del narcotráfico.

Las reuniones en lujosas viviendas en zonas recónditas de Honduras se volvieron costumbre,


pues había “ambiente” en el que el enlace político fue atraído hasta generar una confianza que
les permitiera acceder a tomadores de decisiones, funcionarios de los organismos de defensa y
seguridad quienes optaron por ver a un lado o sumarse a la red a cambio de fuertes sumas de
dinero.
Por ejemplo, de acuerdo a uno de los informes en manos de este periódico pueden constatar
que Víctor Manuel Villela “el Rojo”, es el número dos de la organización denominada
“Mexicanos” por la inteligencia policial; asimismo, en la red de contactos se encuentra Antonio
“Tony” Hernández, hermano del presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández.

Asimismo, aparece en la nómina el secretario de Defensa, comandantes de unidades militares


y políticos como Seth Paisano Wood, diputado liberal por Gracias a Dios y su hermano Roberto
Paisano. Además, establece relaciones entre el Rojo y bandas armadas que operan en el aislado
departamento de Honduras.

Tienen en su poder una compleja red de operadores de justicia, agentes de la Policía Nacional
y Fuerzas Armadas, entre ellos, sujetos sanguinarios de acuerdo a los perfiles recolectados por
las unidades de inteligencia que han creado perfiles para determinar su conducta, con quiénes
se relacionan cuáles son los nexos con cárteles colombianos que operan en Honduras.

Incluso, cuentan con una red de cómplices que laboran como empleados para las instituciones
llamadas “de seguridad nacional”, como el Registro Nacional de las Personas. Basta saber
cómo el narcotraficante colombiano Fermín García Isaza “el Capi” utiliza varios nombres para
desplazarse por varios países sin ser sujeto de seguimiento por las autoridades.
En Honduras, para el caso, utiliza el nombre de Renán Pich Graham, con número de identidad
0901-1974-00008 y en Nicaragua es conocido como Juan Edgar Bendless Naar, con
identificación 607-031276-000414 extendida el 12 de abril de 2011 y vence el 12 de abril de
2021.

Ha cumplido penas por narcotráfico en EE.UU.; fue apresado el 14 de abril de 2010 en


Colombia con 192 kilogramos de cocaína y fue dejado en libertad el 15 de abril de ese año, de
acuerdo a la información que tiene en su poder ConfidencialHN.

El área de operación del capo es Centroamérica y trabaja de la mano con Mario y Dennis
Zelaya, con domicilio en la localidad de Sonaguera, Colón, en un lugar denominado “margen
izquierda” y el otro operador es el hondureño Marcos Elvir, cuya base de operaciones se ubica
en Nicaragua. Elvir el el coordinador del trasiego de droga que, al llegar a ese país, lo traslada
a Guatemala, México y EE.UU.

Asimismo, estos operadores cuentan con la colaboración de varios connacionales que han sido
solicitados en extradición por la embajada de EE.UU. entre ellos, Arnulfo Fagot Máximo, quien
ha tenido como “teatro de operaciones” la zona atlántica de Honduras y uno de los operadores
del cártel, identificado por inteligencia como Nahúm Ortiz y su esposa Paola Mejía Fagot,
sobrina de Fagot, quienes se aprestan a solicitar documentación para viajar a EE.UU. y, de esa
manera, convertirse en “courier” del traslado de estupefacientes.

Los organigramas creados a partir de información de fuentes de inteligencia señalan que en una
denominada organización operan hasta diez miembros, quienes cuentan con funcionarios
municipales, fiscales del Ministerio Público y una red de testaferros que suelen mover
multimillonarias cantidades de dinero y “carga consolidada” de estupefacientes que tienen
como destino final Estados Unidos, el gran mercado mundial del narcotráfico.

Gracias a Dios, por ser una región históricamente aislada del territorio hondureño ha sido, por
antonomasia, el terreno ideal para las operaciones de narcotráfico, pues cuenta con pistas
clandestinas, pasadizos secretos, casas de seguridad y una escuadra de miembros que suelen
tener hasta 15 miembros.

“Más de 60 elementos de operaciones de los cuales 15 elementos en (una) casa de Puerto


Lempira (Gracias a Dios) y 45 en la aldea Talpawah (Ahuasvila). Más otro grupo de personas
en la finca de Pakui en Tusidasca que es propiedad de un individuo conocido como ‘Negro
Talbor’”, explica el organigrama de la red que es identificada como “organización criminal”.
Algunos narcotraficantes ultilizan carros blindados de lujo para desplazarse por zonas
inhóspitas de Gracias a Dios y han construido caletas en varias viviendas para guardar armas y
dinero en cantidades multimillonarias y cuentan con torreones, cuyos guardias vigilan cada
movimiento las 24 horas del día y suelen tener hasta 15 individuos que hacen el papel de
guardias de seguridad.

En cuanto a las armas, suelen poseer desde pistolas de uso comercial, hasta armas de uso
exclusivo de las FFAA y Policía Nacional como fusiles M16 y Galil; tienen en su poder
lanzagranadas, fusiles de asalto rusos como los AK47 e israelíes como los Uzi.

Tienen en su planilla a oficiales de la Policía Nacional, entre ellos, jefes policiales, conductores,
agentes, secretarias y otros que facilitan el tránsito de drogas en una región donde las FFAA y
la agencia estadounidense antidroga DEA realiza su trabajo para confiscar toneladas de
cocaína y sustancias controladas.

NARCOPOLICÍAS Y NARCOPOLÍTICOS. Cada página con información recolectada por


agentes de inteligencia infiltrados en la narcoactividad establecen cómo el chantaje, asesinato
y compra de propiedades a punta de pistola se han convertido en el denominador común para
varias bandas que operan en el “corredor de la droga” que inicia en Gracias a Dios y culmina
en la frontera con Guatemala. Casualmente, es la misma ruta que operaron en su momento el
cártel de los hermanos Valle Valle y otros transportistas de la droga que fueron extraditados a
EE.UU. por el exjefe policial Ramón Sabillón, quien reveló la existencia del “cártel liberal” y
“cártel nacionalista”.

Una narración de hechos detalla cómo uno de los operadores de la droga y ayudantes lograron
hacerse de una propiedad bajo coacción, luego que mataran a uno de los hijos de una persona
que tenía en su poder alrededor de 900 hectáreas de tierra y la convirtieron en una ruta para
movilizar drogas para evitar los retenes dirigidos por militares y policías.

Es así como han logrado evitar fuertes decomisos de cargamentos de droga y, en consecuencia,
la pérdida de multimillonarias cantidades de dinero.

Gracias al maridaje que el narcotráfico pudo hacer con políticos codiciosos, pudo lograr que la
zona atlántica y noroccidental sean las más violentas de Honduras, por la altísima cantidad de
personas que fallecen por peleas entre bandas criminales.
Sólo una organización criminal –compuesta por altos dirigentes políticos, ganaderos
experimentados transportistas de drogas de nacionalidad colombiana– maneja el 90 por ciento
de la droga que pasa por Honduras. “Para poder obtener esta capacidad eliminaron a toda su
competencia con estrategias de distinta naturaleza”.

Un cruce de información hecho por este periódico puede demostrar que los operadores del
cártel fueron sacados de circulación. Algunos fueron asesinados como Rubén Mejía “Yuquita”
–asesinado en 2014– y Marlon Recinos, ejecutado el 6 de marzo de 2011 eran prominentes
figuras del narco y socios del extraditado Héctor Emilio Fernández Rosa “Don H”, enviado a
EE.UU. en 2015 y se enfrenta a una fuerte condena de prisión que puede ser suavizada si
coopera con la justicia norteamericana.

La nueva estructura cuenta con unos 13 altos dirigentes, como reconocidos políticos,
parlamentarios y jefes de batallones que en su momento colaboraron para la consolidación de
la megaestructura criminal.

En su “planilla” cuenta con personajes de muy bajo perfil y otros allegados a la administración
gubernamental que han contribuido con el blanqueo y fuga de capitales que suelen generar
jugosos intereses en el sistema financiero nacional, cuyo monto de comisión puede llegar hasta
el 15 por ciento, jugosa cantidad que puede dejar un fuerte rendimiento de ganancias.

Reza en una de las observaciones que en este cártel “algunos (cuentan) con bajo nivel de
estudio, son grandes potentados millonarios que han salido en este gobierno. Estas personas
andan con seguridad, carros de lujo del año, helicópteros, avionetas, compañías aéreas…”.

Aunque el gobierno de Honduras ha ido elevando el presupuesto para el fortalecimiento de las


fuerzas de seguridad y defensa para combatir el narcotráfico y criminalidad organizada, han
resultado insuficientes y la guerra contra este flagelo ordena por el presidente Juan Orlando
Hernández es hasta una farsa, porque en las estructuras mafiosas –según información de
inteligencia y datos de la embajada de EE.UU. – hay personalidades y, en caso que Washington
los llegara denominar como narcotraficantes, el actual gobierno podría caer, causando una
peligrosa crisis que podría terminar de matar la poca institucionalidad que hay en Honduras.
“Temo por nuestras vidas”: esposa de capitán caído en desgracia denuncia persecución

10149
Investigan a policías mafiosos por atracar un tráiler y ultimar a conductores
0

También podría gustarte