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UNIVERSIDAD AUTONOMA DEL ESTADO

DE MEXICO

FACULTAD DE DERECHO

PROBLEMAS CONTEMPORANEOS DE A
REALIDAD MEXICANA
ALUMNA: FLORES GARCIA DANIELA
ABRIL

NARCOTRAFICO

PROFESOR: CARLOS ALBERTO ROA


AVILA

GRUPO 6
SEGUNDO SEMESTRE
NARCOTRAFICO EN MEXICO

El narcotráfico en México es una actividad ilegal que consiste en el cultivo,


fabricación, distribución y venta de sustancias ilícitas.

Desde la década de los años 60, se han conformado, expandido y desaparecido en


México diversos cárteles que controlan el mercado de las sustancias ilegales, los
cuales han mantenido una abierta disputa por controlar el territorio nacional, así
como por llevar a cabo su exportación a todo el mundo.

Los antiguos pobladores mexicanos consumían varios tipos de plantas para


diversos ritos antiguos. Los chamanes eran sus principales usuarios, hasta la caída
de Tlaxcala y el abandono del Popocatépetl, centros principales donde se
consumían algunos tipos de hongos alucinógenos. Sin embargo, su consumo era
únicamente para fines ritualísticos, no comerciales.

Usualmente, se dice que el narcotráfico en México comenzó a manifestarse a


principios del siglo XX, en el estado de Sinaloa. No obstante, al día de hoy, con las
investigaciones llevadas a cabo se conoce dato de distintas personalidades del
ilícito que abundaban los estados de Chihuahua, Coahuila, Durango y Sonora.
Algunos de estos, son "la Chata", Pablo González "el Pablote", Ignacia "la Nacha"
Jasso, entre otros. Esta última destaca entre todos por ser la primera líder criminal
en controlar el tránsito internacional de cocaína, marihuana y heroína, además del
alcohol, durante su prohibición en los Estados Unidos. Todo esto desde la
comodidad de su residencia en Ciudad Juárez. Es por esto que se le ha dado a
llamar "la abuela del narcotráfico".

Su gran desarrollo posterior, según los analistas de seguridad, se atribuye a un


arreglo implícito que existía, desde inicios de los años 80, entre los traficantes de
las sustancias y los gobiernos locales y estatales, así como a la posterior
terminación de este arreglo con la guerra que el Estado mexicano le declaró, desde
mediados de la década de 2000, a los cárteles (las organizaciones ilícitas).
Este arreglo "gobierno-narcotráfico" consistía en permitir el libre paso de
cargamentos de droga desde Sudamérica hasta los Estados Unidos por rutas
fronterizas definidas en una parte del territorio mexicano, transportando estos
cargamentos, principalmente por tierra, hacia los Estados Unidos a cambio de
grandes cantidades de dinero como soborno para las autoridades y gobernantes
mexicanos. También se tenían repartidos entre los cárteles, a nivel local, territorios
o plazas ya definidos, los cuales se respetaron entre sí en un comienzo. Además,
se toleraba la producción de cultivos ilegales en México de marihuana y de amapola,
cultivadas principalmente en los estados de Sinaloa, Durango, Chihuahua,
Guerrero, Chiapas y Veracruz, a cambio de sobornos, que variaban según el cargo
de la autoridad a sobornar.

La violencia se presentaba sobre todo en la frontera México-Estados Unidos, donde


se buscaba burlar a las autoridades estadounidenses para introducir las sustancias
en ese territorio.

Las expresiones del narcotráfico en lo económico, político y social es un fenómeno


con diversas magnitudes en el mundo, pero específicamente en los países
latinoamericanos es más recurrente desde hace muchas décadas. En nuestros días
el tráfico ilegal de drogas en países latinoamericanos como Colombia, Brasil,
Honduras y México entre otros, ha alcanzado una mayor complejidad combinada
por la generación de riquezas acumuladas, por el crecimiento en los niveles de
consunción y por la emergencia de la violencia. Pero sin lugar a dudas México es
un país de los más afectados por el crecimiento de la violencia desatada por las
organizaciones empresariales del tráfico ilícito de drogas. Pensemos en los
múltiples asesinatos que todos los días se suceden en el territorio mexicano en
disputa por los llamados cárteles del narcotráfico.

Una de las paradojas de ese flagelo, es el hecho de que el jefe del combate al
crimen organizado en el gobierno del ex presidente Felipe Calderón (2006-2012),
fue un personaje que estaba coludido con el llamado Cartel de Sinaloa que
comandaba el tristemente célebre Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como el
‘Chapo’ Guzmán. El ingeniero Genaro García Luna, en el gabinete de Calderón
Hinojosa fue el encargado de la seguridad de su gobierno. Hoy se encuentra en
prisión en los EU acusado por el gobierno estadounidense de tener vínculos con
connotados narcotraficantes y de poseer una serie de recursos económicos y
propiedades procedentes del narcotráfico. Formalmente el ex encargado de la
seguridad en México fue acusado por el fiscal estadounidense Richard Donoghue y
detenido en Dallas, Texas, en diciembre de 2019. Fiscal que llegó a afirmar que
“García Luna está acusado de aceptar millones de dólares en sobornos del ‘El
Chapo’ Guzmán Loera, líder del cártel de Sinaloa mientras controlaba la Policía
Federal de México y era responsable de garantizar la seguridad pública en México
(…) El arresto de hoy demuestra nuestra determinación de llevar ante la justicia a
quienes ayudan a los carteles a infligir daños devastadores en los Estados Unidos
y México” .

Este personaje emergido de las ergástulas de la seguridad mexicana en épocas en


que gobernaron los ex mandatarios del derechista Partido Acción Nacional, sirvió al
ex presidente Vicente Fox, como titular de la Agencia Federal de Investigación (AFI).
En tanto que con Calderón Hinojosa, García Luna fungió como Secretario de
Seguridad Pública. Incluso los nexos de ese personaje de la seguridad calderonista
con los jefes del narcotráfico se confirmó por parte de uno de los principales actores
de esa lucrativa actividad de la economía sumergida y también infórmate de la DEA
(Édgar Valdez Villarreal, alias "La Barbie"), quien llegó denunciar en carta dirigida
al diario Reforma (México): "Mi detención fue el resultado de una persecución
política por parte del C. Felipe Calderón Hinojosa quien instauró un acosamiento en
contra de mi persona por la razón de que el suscrito se negó a formar parte del
acuerdo que el señor Calderón Hinojosa deseaba tener con todos los grupos de
delincuencia organizada” .

Habría que recordar que el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, desató la llamada
“guerra contra el narcotráfico” en 2006. Clima y periodo de extrema violencia que
ha generado en el panorama de la vida social mexicana durante catorce años más
de 276 mil homicidios, gran parte relacionados con la delincuencia organizada
según fuentes oficiales (El Universal, 21-01-2020). A la par habría que sumar una
gran cantidad de desaparecidos que pueden llegar a sumar a más de cuarenta mil
personas. Así, en ese escenario reiteradamente y a diario figura un ambiente de
violencia criminal en México. Esta serie de actividades acontecen en su expresión
más cruda en masacres atribuidas a los llamados carteles de las drogas, a los
enfrentamientos entre distintas agrupaciones del crimen organizado (bandas de
secuestradores, polleros o coyotes de migrantes irregulares, en el accionar de los
llamados sicarios, traficantes de drogas y de hidrocarburos, entre otros). A lo que
también hay que sumar los enfrentamientos entre las fuerzas armadas y policías
contra narcotraficantes y todo tipo de delincuentes organizados. Es decir, es un
paisaje de cruda violencia que ha heredado el gobierno progresista del presidente
Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como herencia de los gobiernos de corte
neoliberal. Política que impregnada por la corrupción por los gobiernos de Fox,
Calderón y Peña Nieto acrecentaron el poder del crimen organizado. A la par que
debilitaron a la estructura estatal y dejaron al grueso de la población indefensa ante
esa ola de violencia. Tal son los casos más conocidos como por ejemplo, la
desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa la noche del 26 de
septiembre de 2014 atribuida al grupo delincuencial “Guerreros Unidos”
patrocinados por las autoridades de la ciudad de Iguala, estado de Guerrero y en
colaboración con policías de la misma entidad. Más recientemente otro caso de esa
extrema violencia, fue el atentado con el que se buscaba asesinar al jefe de la policía
en la Ciudad de México, Omar Hamid García Harfuch, presuntamente llevado a
cabo por el llamado cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), el pasado viernes
26 de junio de 2020. Así como la violencia desatada el domingo 28 y lunes 29 en el
estado de Chihuahua cuando fueron asesinadas 14 personas producto de las
pugnas entre grupos antagónicos de sicarios, ‘Gente Nueva’ del cártel de Sinaloa y
‘La Línea’, al servicio del cártel de Ciudad Juárez (La Jornada, 30/jun/20).
Ideológicamente, esa delincuencia organizada se le puede ubicar como la derecha
narcotraficante mexicana. Tiene una estructura de poder que se apoya en las
lealtades familiares (por ejemplo, los hijos del ‘Chapo’ Guzmán controlan gran parte
del Cartel de Sinaloa y los hermanos Arellano Félix han controlado el Cartel de
Tijuana). Estructuras del crimen organizado que le dan sustento y continuidad a sus
ramas y lazos de su poder económico y del ejercicio del uso de la violencia como
cohesión de grupo social. A quien acepta las reglas del poder del narco y su
subordinación o a quien rompe la lealtad se aplica la estrategia de “plata o plomo”.
Así, han contado con una fuerza humana reclutada en sus estructuras organizativas,
con elementos procedentes de los sectores marginados, a los que se les brinda una
rápida y estruendosa movilidad social a través del ejercicio de la violencia criminal.
En las estructura del poder político o empresarial se negocia sus acuerdos a través
de la corrupción económica. Si se prefiere, los activos del narcotráfico en México
nos muestran que son los impulsores de un conflicto bélico generado por su gran
poder económico. Es a su vez el conflicto de violencia más prolongado y extenso
del siglo XX y XXI. Podemos concluir que ese fenómeno del crimen organizado en
México y en los países latinoamericanos donde se ha desarrollado como en
Colombia, Honduras y Brasil, principalmente, nos muestran como lo señalamos en
nuestro libro (“El narcotráfico en América Latina”, México, Siglo XXI, 2008, p. 231),
que esencialmente: “El crimen organizado, dedicado al tráfico de drogas ilegales,
no pretende buscar la guerra, lo que quiere y busca es aprovechar la oportunidad
que le brinda el mercado capitalista para impulsar su margen de ganancia,
ocupándose en satisfacer el gusto y la demanda del consumidor estadounidense y
del Primer Mundo, usuarios que viven en plena decadencia como producto del
deterioro del sistema económico, de salud y educativo del imperialismo hegemónico
de principios del nuevo milenio”.
FUENTES

[1] https://eldiariony.com/2019/12/10/arrestan-a-genaro-garcia-luna-por-nexos-con-cartel-de-
sinaloa-seria-procesado-en-corte-donde-juzgaron-a-el-chapo/).
[2] htpp://blogs.periodistadigital.com/Hermosillo.php/2012/11/29/p325281

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