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Por otra parte, se tiene también a la disciplina como parte de la moral, ya que trata de la
valoración moral de los actos humanos, además de conjunto de principios y de normas
morales que regulan las actividades humanas. Del griego “ethos”, el término ética
equivale etimológicamente al de moral (del latín “mos, moris”: costumbre, modo de
comportarse); sin embargo, el uso parece asignar a este segundo término una connotación
teológico-religiosa, atribuyendo al primero otra más filosófica, o bien reserva el de moral
para la moral práctica o vivida, mientras que designa con el de ética la reflexión
sistemático-filosófica sobre dicha moral.
Con todo esto se puede decir que la moral cambia a través de los tiempos, o, dicho de otra
manera, que tenemos diferentes tipos de morales según el momento histórico en que nos
encontremos; así se puede hablar de una moral burguesa en la sociedad moderna.
El origen de la moral
Sobre el origen de la moral dice Waal (2007) que básicamente hay dos corrientes de
pensamiento: una considera que la moralidad es una innovación cultural propia de la
especie humana. No considera las tendencias morales como propias de la naturaleza
humana. Son una elección, pero en el fondo no somos verdaderamente morales. Es la
teoría de la capa de Waal originada en las ideas de Thomas Henry Huxley: “La
moralidad es un revestimiento cultural, una fina capa que oculta una naturaleza egoísta
y brutal” (pág. 31)
En medio de las dos concepciones extremas dice De Waal (2007, págs. 42-45) hay
una visión integral que incluye a los animales y los humanos; a la evolución y a
la cultura. Es el rompimiento de la cultura dualista cuyo representante fue Edward
Westernmarck (1862-1939) que rescata una tradición filosófica fundamentada en la
moralidad como esencia misma y deseo natural de los seres humanos. Son de la esencia
de la moral innata las emociones retributivas que van más allá del ajuste de cuentas e
incluyen actitudes y acciones positivas como la gratitud y la colaboración.
Para Hauser (2008, pág. 26) una perspectiva actual del origen de la moral concibe que la
psicología moral es un instinto de capacidad y producto de la evolución que posee toda
mente humana y que de manera inconsciente y automática genera juicios sobre lo que
está bien y lo que está mal. Lo que permite entender mejor, porqué algunos de nuestros
comportamientos y decisiones se considerarán siempre injustos, permisibles o punibles,
y porqué algunas situaciones nos conducirán a pecar a los ojos de una sensibilidad
impuesta por la ley, la religión y la educación.
Lo anterior permite evidenciar que nacemos con una moral, donde el medio ambiente
influye, pero no hace nada sin la base innata. Los juicios morales no proceden de la
religión, la familia, el Estado u otras instituciones, sino que es un instrumento milenario
de supervivencia heredado, que ha permitido que la sociedad progrese.
Si bien, por ejemplo en las religiones, y en general en las diferentes culturas, existen
notables diferencias todas tienen como común denominador unos principios comunes
a todos los humanos que son transversales a sus juicios morales.
Hauser (2008, págs. 203-204) sostiene que existen morales universales que rigen en los
humanos las decisiones y juicios, para distinguir el bien y el mal. Estos principios morales
universales se ubican de la siguiente manera:
Moral filosófica
Por lo general, se define como la teoría filosófica sobre el comportamiento moral, esto
es, la conducta humana libre y responsable. También se lo denomina ética. El
materialismo filosófico rectifica esta definición y considera que la distinción ética/moral
no es paralela a la distinción teoría/praxis, sino que se establece en función de la
consideración distributiva o atributiva de los sujetos humanos en su dimensión normativa.
La moral filosófica la posee aquel que practica una conducta acorde a sus principios
filosóficos, en cambio, no la posee el que habla de una forma y actúa de otra. Ejemplo:
Hay muchos que practican el “haz lo que yo digo y no lo que yo hago”.
En ese caso, la ética o la filosofía moral se convierte en una luz que nos permite discernir
entre lo que es correcto y lo que no lo es, desde el punto de vista ético, siendo valores que
no están integrados en el contexto de una religión específica, sino en el contexto de la ley
natural que rige lo que es conveniente para los seres humanos según su dignidad y su
naturaleza.
La filosofía como reflexión moral es muy importante ya que la justicia en el acto ayuda
al ser humano a perfeccionarse a sí mismo y alcanzar la buena vida como diría Aristóteles.
Pero además, la filosofía moral también expone la responsabilidad que el ser humano
tiene para contribuir y llevar esperanza a la sociedad en la que vive, ya que a través de
acciones individuales también se ejerce una influencia sobre el bien común.
Desde este punto de vista, la filosofía moral persigue el bien común de la sociedad porque
el bien del grupo también nutre el bienestar del individuo.
Moral y ética
Diferentes autores consideran como sinónimos a estos términos debido a que sus orígenes
etimológicos son similares, aunque otros no consideran a la moral y la ética como lo
mismo, como es el caso del filósofo español Gustavo Bueno.
Tomando en cuenta este concepto, algunas posturas conciben la ética como el conjunto
de normas sugeridas por un filósofo o proveniente de una religión. En tanto que, «moral»
se le designa el grado de obediencia que los individuos le dan a las normas imperantes en
el grupo social. Aunque no todos están de acuerdo con dicha distinción, y por eso es que
en un sentido práctico, ambos términos se usan indistintamente, y a menudo no se
distingue entre los dos conceptos, haciéndolos equivalentes.
El matiz que las delimita está en la observación o aplicación práctica de la norma que
profundiza el mandato ético. Por ello, la norma ética siempre será teórica, en tanto que la
moral o costumbre será su aplicación práctica.
Según Armendaris (2010) este punto de vista, la moral se basa en los valores que dicta la
conciencia, que a su vez, está basado en costumbres aprendidas. Dando a conocer que la
moral no es absoluta o universal, ya que su vigencia depende de las costumbres de una
región.
La crítica que hace Friedrich Nietzsche a la moral y la ética subraya que los códigos
morales y las éticas que estudian o fundamentan estos códigos morales se presentan como
desveladoras de profundas verdades sobre el ser humano.
Teología moral
Esta creencia, propia de la fe cristiana, considera los actos inmorales como ofensas hacia
Dios, que conllevan a la separación entre el hombre y Él, y que rompen el orden necesario
para vivir.
Los cristianos consideran a la moral como algo universal, ya que en la Biblia se describe
que todos los hombres (incluso los gentiles) tienen una ley escrita en sus corazones, una
ley natural que fue dada por Dios, que es manifestada como una moralidad innata, y que
constituye la raíz espiritual de la consciencia humana.
Moral objetiva
Evolución de la moral
De tal manera, la moral surge cuando el hombre deja atrás su naturaleza puramente
instintiva y forma parte de una colectividad. Requiriendo forzosamente que el hombre se
halle en relación con los demás y una conciencia de esa relación, con el fin de poder
conducirse de acuerdo con las normas o prescripciones que lo rigen. Pero esta relación
hombre - hombre, no puede desvincularse de la relación hombre - medio. Dicha
vinculación se expresa, ante todo en el uso y la fabricación de instrumentos, es decir, en
el trabajo humano, mediante el cual el hombre crea un puente entre él y la naturaleza, a
la que trata de poner a su servicio.
Ante esta nueva situación (el hombre pasa de ser un individuo a ser un ser social), se hace
necesario ajustar la conducta de cada miembro a la comunidad, determinándose de esta
manera que se considere como bueno o beneficioso todo aquello que contribuye a reforzar
la unión o actividad común, y se ve como malo lo que contribuye a debilitar dicha unión.
Se establece pues una división entre lo bueno y lo malo, así como una tabla de “deberes”
basada en lo que se considera bueno y beneficioso para la comunidad, perfilándose una
moral colectivista.
Con todo lo dicho anteriormente, se puede decir que la moral en las sociedades primitivas,
no existen cualidades morales personales, ya que la moralidad del individuo era propiedad
de la tribu, es decir, que la colectividad absorbe la moralidad individual del hombre
primitivo.