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FRANCISCO MUSCARÁ

Hacia una Teología


de la
Educación

PROF. DR. FRANCISCO MUSCARÁ

PROF. SANTIAGO FRIGOLÉ (Colaboración)

2015

Mendoza - Argentina
2

DIOS no ama sino a quien vive con la


Sabiduría...

Yo la amé y la pretendí desde mi juventud;


me esforcé por hacerla mi esposa
y me constituí en el amante de su belleza...

Si en la vida la riqueza es un bien deseable,


¿qué cosa más rica que la Sabiduría
que todo lo hace?...

Decidí tomarla por compañera de mi vida,


sabiendo que sería mi consejera en los días
felices y mi alimento en las preocupaciones.

Gracias a ella, me decía,


alcanzaré prestigio entre la muchedumbre
y, aunque joven, honor ante los ancianos.

En el tribunal me mostraré agudo


y los poderosos, al verme, se admirarán.

Si callo, esperarán;
si hablo, prestarán atención;
si prolongo mi discurso, pondrán la mano
en la boca.

Por ella conseguiré la inmortalidad


y dejaré recuerdo eterno a los que me
sucedan (Sab. 7, 28 ss.
3

INTRODUCCIÓN

Posibilidad de una reflexión teológica sobre el hecho educativo.

El maestro es un profesional que tiene por misión contribuir en la formación


de la personalidad de los niños y jóvenes. Su trabajo se realiza tratando de cumplir
con fidelidad las resoluciones emanadas del gobierno escolar y las instrucciones
de los directivos. Diseños curriculares, planificaciones, clases, evaluaciones,
textos, talleres metodológicos... constituyen un arsenal que tratan de regular las
experiencias educativas que se llevan a cabo en nuestras escuelas. Muchas
veces, esos reclamos son tantos que nos confunden en vez de orientarnos.
Es necesario dedicar un tiempo y un espacio para la reflexión; la
experiencia no es suficiente para explicarnos el “sentido de las cosas”. Ese es el
Necesidad
objetivo principal de este libro: generar un tiempo y un espacio para “pensar” la de la
reflexión
educación desde la Filosofía y la Teología cristianas. Además, hemos querido
enriquecer esta edición incorporando resúmenes, conclusiones y cuadros
comparativos con teorías pedagógicas contemporáneas que, a veces, sirven de
fundamento a modelos educativos diferentes a los propuestos por la Pedagogía
Católica.
¿Cuál es la sabiduría que debe guiarnos en la tarea educativa?; ¿qué
principios universales debemos sostener?; ¿hacia dónde debemos orientar la
actividad creativa del alumno?...

En el orden del conocimiento* humano el nivel más elevado es la Metafísica


La Metafísica
(a la que Aristóteles llamó Filosofía Primera) porque intenta explicar la realidad por y la Teología
como
los principios supremos. Este hábito intelectual es sapiencial porque se ordena al principios
ordenadores
conocimiento de Dios como Ser Supremo, causa primera y fin último de todas las
cosas. No obstante, la razón natural llega a la conclusión de que ella misma es
obra de una Inteligencia que no ha agotado su poder en la creación del orden
natural.
4

Por encima de la Metafísica nos encontramos con la Revelación de Dios y


Pedagogía y
con la Teología Sagrada que es la ciencia humana de aquella revelación. Nos Filosofía

adentramos en el orden del “misterio”. La Revelación es un hecho viviente en el


seno de la historia que tiene su origen fuera de la historia, en Dios. Los datos de la
Revelación son, en concreto, aquellas verdades acerca del hombre, acerca de
Dios y acerca del mundo que están contenidas en las Sagradas Escrituras y en la
Tradición de la Iglesia. Algunas de esas verdades nunca hubieran sido conocidas
por el hombre si Dios no las hubiera revelado (por ejemplo, el misterio de la
Santísima Trinidad; la Encarnación del Verbo; el pecado original; etc.) Otras,
podrían haberlas conocido algunos pocos hombres, después de mucho tiempo y
con mezcla de muchos errores (por ejemplo, la Existencia y la Providencia de
Dios; la Creación del mundo y del hombre; etc.)

La Pedagogía es la ciencia que tiene por objeto la educación, pero esa


ciencia utiliza conceptos que sólo pueden ser explicados desde la Filosofía: por ej.
vida; persona; perfección; fin; felicidad; etc. Por ello René Hubert decía: “La
Filosofía de la Educación*, al señalar el fin supremo, asigna los lugares, llena los
vacíos, liga el todo y da un alma a lo que, sin ella, no sería más que un trabajo
rutinario”.

La Pedagogía
La Pedagogía es una ciencia práctica que formula leyes para orientar una
como ciencia
acción: la educación. Ese “quehacer” pedagógico debe ser regulado por el bien
moral en el orden natural y en el orden sobrenatural. El aporte original de este La educación a
la luz de la
estudio consiste en iluminar teológicamente (desde la razón elevada por la fe) los Fe.

temas comunes a toda pedagogía: el hombre en cuanto sujeto de la educación; el


trabajo intelectual; la educación de la libertad; la formación integral; la realización
de los valores; etc.

Rafael Gambra, en su obra “Historia sencilla de la Filosofía”, compara los


niveles de conocimiento con las realidades que podríamos encontrarnos en un Niveles del
conocimiento
lago:
5

1- El nivel más superficial es el de aquellas cosas que podemos conocer a simple


vista.
2- El más profundo es el de aquellas cosas que están en lo hondo y que sólo
sabemos de su existencia porque otros nos lo han contado.
3- En el nivel intermedio se encuentran aquellas cosas de las que podemos
deducir su existencia a partir de lo que vemos en la superficie y de lo que
creemos que está en el fondo.

Si aplicamos este ejemplo a nuestro estudio, veremos:

1- Que la Pedagogía es la “ciencia del arte de educar” y su material se encuentra Niveles del
conocimiento
en los fenómenos educativos, en los hechos que suceden cotidianamente en pedagógico
las escuelas, a partir de cuya observación se formulan leyes y conclusiones.
2- La Teología de la Educación es una reflexión a partir del modelo ejemplar
realizado por la humanidad de Nuestro Señor Jesucristo. Es Cristo quien revela
plenamente al hombre cómo debe ser el hombre. Su punto de partida es la fe
(don de Dios por el cual creemos en su palabra).
3- La Filosofía de la Educación es la sabiduría que intenta explicar qué es ese
“algo” que llamamos educación, su estructura esencial, y qué modificaciones
produce en el sujeto que la realiza. Todo ello con las solas fuerzas de la razón
pero en el nivel de abstracción más alto.

Dada la natural dependencia del hombre respecto de Dios, será necesario Necesidad de
Dios
que todo hombre conozca el contenido de la Revelación para el desarrollo integral
de su personalidad. Y puesto que el fin último de la vida humana, en el cual el
hombre alcanza su perfección, no es otra cosa que la bienaventuranza o felicidad
y que esa bienaventuranza consiste en la contemplación amorosa de Dios en la
vida eterna, será conveniente estudiar qué enseñan lo teólogos sobre esas
verdades. Con razón se afirma “Todo maestro sabio deberá ser, a la vez, un
teólogo” (García Vieyra).
6

Sabemos que la modernidad negó carácter científico a la Filosofía. No son


Negación
pocos los que hoy hablan de la “muerte” de la Metafísica. Peor suerte ha corrido la moderna de la
Metafísica y
Teología puesto que el conocimiento de las verdades de la fe ha sido reducido al la Teología
orden de los sentimientos subjetivos de cada persona. A ambas disciplinas se les
niega el carácter de validez universal y la objetividad que es propia de todo
conocimiento científico. “Si dirigimos nuestra mirada a la pedagogía actual nos
encontramos ante un rechazo generalizado a cualquier fundamentación filosófica y
teológica cuyo resultado ha sido la pérdida del fin que persigue la educación ...”
(Maritain)
No obstante, nuestro estudio arraiga en la milenaria sabiduría del occidente
Restauración
cristiano y pretende ser un nuevo aporte en la construcción y difusión de la cultura de la sabiduría
católica
católica: “Se trata de instaurar un orden superior y más fundamental desde el cual
resulta posible unir toda la vida social: la educación, la política, la cultura literaria,
el arte, todos los aspectos del bienestar y desarrollo social. Se trata de que la
gracia* pueda encontrar en la naturaleza su sustento adecuado y, al mismo
tiempo, que la naturaleza sea sanada, elevada y perfeccionada por el orden
sobrenatural” (Fósbery, Cultura católica)

Iluminado en el orden natural por la Metafísica -FILOSOFÍA


de la EDUCACIÓN: principios educativos alcanzados con la
luz de la razón humana-

Virtud
En diálogo fecundo Cuyo fin es
Educando y recorren el PROCESO alcanzar la PERFECCIÓN (en el orden
Educador EDUCATIVO
natural)

Iluminado en el orden sobrenatural por la TEOLOGÍA de la


EDUCACIÓN -principios fundamentales de la pedagogía
desde la Revelación: Sagradas Escrituras y Magisterio de la Beatitud
Iglesia-.
(en el orden
sobrenatural)
7

Esperamos que nuestros colegas cristianos encuentren en estas páginas


una herramienta que les ayude a comprender mejor el sentido de la vocación a la
que hemos sido llamados. Pero deseamos también que nuestras ideas lleguen a
aquellos docentes que, aunque no creen en Dios y están alejados de la Iglesia,
comparten nuestra misión y se esfuerzan por mejorar a nuestros niños y a nuestra
sociedad. Sepan, al menos, que estamos inspirados por los mismos ideales que
animan a Ustedes.
Agradecemos las oportunas indicaciones del P. Miguel Cardozo OP que
dirigió originalmente este estudio y las sugerencias que nos hicieron llegar los que
leyeron la primera edición de este libro.
8

Capítulo I

EL SUJETO DE LA EDUCACIÓN:
LA PERSONA HUMANA

¿Qué es el hombre para que tú te acuerdes de él? ¿O el hijo del


hombre para que te cuides de él? Apenas lo has hecho inferior a los
ángeles al coronarlo de gloria y esplendor. Tú lo pusiste sobre la obra
de tus manos. Todo fue puesto por Ti debajo de sus pies. (Sal. 8, 5-7)

Contenido
En este capítulo encontrará los siguientes temas:

1.1 La persona humana: su naturaleza y dignidad


1.2 Visiones inadecuadas y reduccionistas
1.3 Dignidad de la persona humana
1.4 Teorías pedagógicas parcialistas.
Máscaras de la verdadera educación.
1.5 La educación en cuanto “formación integral” de la persona.

1.1 La persona humana: su naturaleza y dignidad

Si por materia entendemos aquello "de lo que" algo se hace, la educación Materia de la
educación
no tiene causa material puesto que no se hace de nada. Pero también se dice
materia "aquello en lo cual" algo se hace. En ese sentido es materia todo sujeto
receptor de alguna forma; por eso el sujeto que sustenta a un accidente es causa
material del accidente.
La educación es un accidente perfectivo que inhiere en la naturaleza
Misión del
humana. No es misión del hombre "conquistar" su esencia, pero sí lo es "realizar" hombre:
realizar su
esa esencia en la justa medida y proporción de las potencialidades que con ella le esencia

hayan sido conferidas y de las posibilidades que le ofrezcan las circunstancias,


puesto que la esencia le ha sido al hombre dada, pero no enteramente
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actualizada. Es por esto que toda concepción pedagógica depende de una previa
concepción antropológica. La Iglesia enseña que:

Toda
"El sujeto de la educación cristiana es el hombre todo entero, espíritu unido al
concepción
cuerpo en unidad de naturaleza, con todas sus facultades naturales y pedagógica
sobrenaturales, cual nos lo hacen conocer la recta razón y la revelación; por lo depende de
tanto, el hombre, caído de su estado originario, pero redimido por Cristo y una
concepción
reintegrado en la condición sobrenatural de hijo adoptivo de Dios, aunque no en antropológica
los privilegios preternaturales de la inmortalidad del cuerpo y de la integridad o
equilibrio de sus inclinaciones. Quedan, pues, en la naturaleza humana los efectos antropológica

del pecado original, particularmente la debilidad de la voluntad y las tendencias


desordenadas" (Pio XI, Divini Illius Magistri, 34)1

- El hombre en las Sagradas Escrituras


Según la antropología bíblica, el hombre se expresa enteramente en sus
diversos aspectos. Hay mucha diferencia entre esa concepción sintética y la
mentalidad común de nuestros días que ve el cuerpo y el alma como dos
componentes del hombre. Desde el plano teológico, el hombre se presenta en la
Biblia como "imagen" de Dios, porque puede dominar la naturaleza y ser
gratificado con el don de la inmortalidad.
En lugar de confinarlo en un mundo estrecho y cerrado, la Biblia proyecta al Jesucristo:
“tipo
hombre a las dimensiones de una historia cuyo actor principal es Dios, que creó al
auténtico del
hombre y se hizo hombre para redimirlo. El tipo auténtico del hombre vivo no es hombre vivo”

Adán sino Jesucristo; no es el que salió de la tierra sino el que bajó del cielo; es
Jesucristo prefigurado en Adán, el Adán celestial esbozado por el terrenal.

El término Adán significa "hombre", designa su personalidad corporativa;


todos los descendientes están incorporados a él. Literalmente, "adam" viene de
"suelo" (adamah): "Entonces, Yavé Dios formó al hombre con polvo del suelo e
insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente" (Gén.

1
Conviene agregar lo que el Episcopado Argentino entiende por “imagen cristiana del hombre”: “La imagen
del hombre a partir de la cual la educación cristiana despliega su quehacer es una imagen infinitamente más
dilatada y profunda… Es la imagen de un hombre inmerso en la corriente vital de lo divino con toda una
historia en la cual aparece elevado más allá de su naturaleza: hijo de Dios, caído, redimido y justificado,
sellado por el Espíritu Santo que en él habita como un templo, partícipe del Cuerpo Místico de Cristo y como
tal, ungido sacerdote, profeta y rey” (Educación y Proyecto de vida, 14)
10

2,7). Pero aunque salido de la tierra no se limita a la tierra: su existencia está


suspendida del espíritu de vida que Dios le insufla. La religión no viene a
La religación
completar en él una naturaleza humana ya consistente, sino que desde su origen con Dios
(religión) es
entra en su misma estructura. Hablar del hombre sin ponerlo en relación con Dios parte
constitutiva
sería un contrasentido. del hombre.

Al soplo por el que el hombre es constituido en su ser, Dios añade su


palabra: "Del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, pues el día
que comieres de él, ciertamente morirás" (Gén. 2, 16). En el transcurso de su
existencia el hombre continúa ligado con su Creador por la obediencia a su
voluntad. Este mandamiento es necesario para su perfección; por él comprende el
hombre que no es Dios y que de Él depende. En la obediencia a su Creador, el
hombre expresa su dependencia vital con Él.

El "conocimiento del bien y del mal" es un privilegio que Dios se reserva y


que el hombre usurpará por el pecado. No es ni la omniciencia, que el hombre
caído no posee, ni el discernimiento moral, que ya poseía el hombre inocente y
que Dios no niega a su creatura racional. Es la facultad de decidir uno por sí
mismo lo que es bueno y lo que es malo, y de obrar en consecuencia: un reclamo
de autonomía moral, porque el hombre no se conforma con su condición de
creatura.

Según el relato sacerdotal de la creación del hombre, dijo Dios: "Hagamos Creación del
hombre:
al hombre a nuestra imagen, como semejanza nuestra... Sed fecundos... Someted “imagen de
la tierra y dominad sobre todos los animales" (Gén. 1, 26 ss.) El hombre fue Dios”

creado a imagen de Dios, según una relación análoga a la que tiene un hijo con su
padre, aunque con la diferencia que la imagen no puede subsistir
independientemente de aquel a quien debe expresar. El hombre desempeña su
papel de imagen en dos actividades mayores: la paternidad divina, que debe
multiplicarse sobre la tierra, y el señorío divino, que debe someter la tierra a su
dominio.
11

Dios sitúa al hombre en una creación bella y buena para que la cultive y la
guarde: "Yahvé hizo brotar del suelo toda clase de árboles deleitosos a la vista y
buenos para comer" (Gén. 2, 9) Adán expresa su soberanía sobre los animales al
ponerles nombre: "No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda
adecuada. Y Yahvé formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves
del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser
viviente tuviese el nombre que le diera el hombre" (Gén. 2, 18-19). De ese modo
se significa que la naturaleza no debe ser divinizada sino dominada, sometida y
perfeccionada.

Además, el hombre es un ser social por su misma naturaleza, no en virtud


de un mandamiento extrínseco a él: "El hombre puso nombre a todos los ganados,
a las aves del cielo y a todos los animales del campo mas para el hombre no
encontró una ayuda adecuada...” De la costilla que Yavé había tomado del hombre
formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste exclamó: «Esta vez sí
que es hueso de mis huesos y carne de mi carne». Será llamada varona porque
ha sido tomada del varón" (Gén. 2, 20-23). La diferencia fundamental de los sexos
es, a la vez, el tipo y la fuente de la vida en sociedad, fundada no en la fuerza sino
en el amor. (Gaudium et Spes, 12)

Antes del pecado, el hombre no tiene miedo de Dios, está en paz con Él, se
pasea familiarmente en su huerto y mantiene un diálogo transparente con su
compañera, con los animales y con toda la creación. Sin embargo, Adán desfiguró
su naturaleza y por su culpa no podemos aspirar al ideal que la creación fijó para
el hombre. Las nuevas condiciones en las que se desenvuelve el hombre concreto
son las de la imagen mutilada que presenta el pecador.
Lo que primero descubre Adán después del pecado es su desnudez:
Consecuencias
"Entonces se les abrieron los ojos y se dieron cuenta de que estaban desnudos" del Pecado
original
(Gén. 3, 7) La aparición de la concupiscencia fue la primera manifestación del
desorden que el pecado había introducido en la armonía de la creación.
12

Por culpa de Adán la tierra es ahora maldita, el hombre comerá su pan no


como fruto espontáneo de la tierra sino a fuerza de fatigas, con el sudor de su
frente (Gén. 3, 17 ss.)
En lugar de recibir la vida divina como un don, Adán quiso disponer de su
vida y convertirse en un dios. Por esta desobediencia, el hombre rompió con la
fuente de vida y ya no es sino un mortal: "eres polvo y al polvo volverás" (Gén. 3,
19); la muerte es símbolo de la muerte eterna, del exilio del paraíso.
No obstante, no se desvanece el sueño de una vida plena. Dios siembra la
esperanza en el corazón del hombre: el linaje de la mujer será alcanzado en el
Promesa de la
talón por su adversario, pero aplastará la cabeza de la serpiente. El Hijo del Redención

Hombre se opone al diablo y vencerá sobre él. Dios da al hombre un medio para
volver al camino del árbol de la vida: su ley, fuente de sabiduría para quien la pone
en práctica.

Sin embargo, esta ley es capaz de mostrar donde está la salvación pero es
capaz de proporcionarla, y ahonda la división interior del hombre: "Soy un ser de
carne vendido al poder del pecado. Lo que hago, no lo comprendo; pues no hago
lo que quiero y hago lo que aborrezco" (Rom. 7, 14-15) Entonces, ¿vamos
irremediablemente a la muerte? No, si nos convertimos a Aquel de quien viene la
gracia: "La ley del Espíritu que da la vida en Cristo Jesús te liberó de la ley del
pecado y de la muerte" (Rom.8, 2) El nuevo diálogo del hombre con Dios será el
de un pecador con su Salvador. (ídem, 13)

La adhesión a Cristo, respondiendo al llamado peculiar que Él hace, saca al El hombre


nuevo en
hombre de este estado de abyección y lo convierte en "hombre nuevo" con nueva Cristo

vida: "Por tanto, el que está en Cristo es una nueva creación, pasó lo viejo, todo es
nuevo" (II Cor. 5, 17) Por esto el Concilio Vaticano II dice: "En realidad, el misterio
del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo Encarnado. Porque Adán, el
primer hombre, era figura del que había de venir, es decir, Cristo nuestro Señor.
Cristo, el nuevo Adán, en la misma revelación del misterio del Padre y su amor,
13

manifiesta plenamente al propio hombre y le descubre la sublimidad de su


vocación".2

- La idea de hombre en la filosofía Cristiana


Para un creyente, el hombre es totalmente obra del Creador. Esta
afirmación no se refiere únicamente al primer hombre y a la primera mujer; su
alcance es universal, vale para todos los hombres, aunque admite diferencias en
la intervención divina, según se trate del alma o del cuerpo y del cuerpo de Adán o
el de sus descendientes.
La creación del alma, tanto la del primer hombre y de la primera mujer como
la de todos y cada uno de los seres humanos que han sido y van apareciendo en
el mundo, es obra directa, inmediata y exclusiva de Dios, que les da el ser a partir
de la nada.3

En cuanto al cuerpo humano, la intervención de Dios no es tan plena y


exclusiva como ocurre con el alma. Sabemos que Dios creó a Adán del polvo de la
tierra y que todos los hombres procedemos de nuestros primeros padres por vía
de generación.
Dependencia
Por tanto, más que fundar la dignidad de la persona humana en su ontológica del
hombre respecto
supremacía sobre la materia y las demás criaturas visibles, hay que fundarla en su de Dios

conexión ontológica, con la cual está ligada a su causa trascendente, en su Atributos del
cuerpo
dependencia y relaciones con Dios. Y esta relación directa con Dios no es una
noción puramente metafísica, sino que es una realidad que se refleja en la misma
conciencia del hombre. En su esencia, el hombre es un ser personal cuya

2
“En Jesucristo, el mundo visible, creado por Dios para el hombre –el mundo que, entrado el pecado está
sujeto a la vanidad- adquiere nuevamente el vínculo original con la misma fuente divina de la Sabiduría y del
Amor. Así como en el hombre Adán este vínculo quedó roto, así en el hombre Cristo ha quedado unido de
nuevo” (Juan Pablo II, Redemptor Hominis, 8)
3
Sobre el origen del alma humana leemos en el Denzinger que ha sido creada de modo inmediato por Dios a
partir de la nada (nn. 190, 360); que no ha sido generada por los padres de modo material (n. 360 y ss); que no
proviene de ningún principio sensitivo (n. 3220) y que no es sustancia divina o parte de Dios (nn. 190, 201).
El Catecismo enseña que: “cada alma espiritual es directamente creada por Dios –no es producida por los
padres- y es inmortal; no perece cuando se separa del cuerpo en la muerte y se unirá de nuevo al cuerpo en la
resurrección final” (n. 366)
14

naturaleza se compone de cuerpo y de alma, o sea de una parte constitutiva


material y otra espiritual.

El cuerpo, aunque es de una naturaleza inferior al alma, posee una


extraordinaria belleza anatómica que lo hace admirable tanto en su conjunto como
en sus detalles. En él todo funciona con asombrosa regularidad y armonía, en la
formación y en la sensación, en el movimiento y en el desarrollo, en la
conservación y en la reproducción. Además, la belleza fisonómica es exclusiva del
hombre. Es verdad que también el cuerpo del bruto puede expresar de alguna
manera sus pasiones y sus instintos, pero siempre de forma muy inferior y mucho
más limitada que el cuerpo humano.4

Por otra parte, el cuerpo del hombre tiene la grandeza y dignidad de servir
de medio de acción, expresión y comunicación del alma.
El cuerpo es medio de acción del alma porque ésta no actúa sino mediante
el cuerpo. Evidentemente, el hombre no puede trabajar sin la ayuda del cuerpo. El
trabajo es la actividad propia de una inteligencia manipulante y de una mano
pensante, de un ser que es razón y manos y que "piensa" con sus manos. Esto es
muy claro para nosotros cuando tratamos de acciones y actividades externas, pero
no es menos verdadero cuando nos referimos a las actividades más espirituales
del hombre.
El cuerpo es también para el alma un medio de expresión. Gracias al
cuerpo el hombre puede pronunciar palabras, comunicarse con los demás y
transmitir sus pensamientos. El cuerpo del hombre traduce las emociones y los
movimientos afectivos más intensos, traicionando muchas veces el silencio o las
palabras pronunciadas. Otras veces corrobora, ratifica y da vida a la expresión

4
En la Constitución Gaudium et Spes se resume la doctrina de la Iglesia sobre el cuerpo humano: “El hombre,
por su misma condición corporal, es una síntesis del universo material, el cual alcanza por medio del hombre
su más alta cima y alza la voz para la libre alabanza del Creador. No debe, por tanto, despreciar la vida
corporal, sino que, por el contrario debe tener por bueno y honrar a su propio cuerpo, como creatura de Dios
que ha de resucitar en el último día. Herido por el pecado, experimenta, sin embargo, la rebelión del cuerpo.
La propia dignidad humana pide, pues, que glorifique a Dios en su cuerpo y no permita que lo esclavicen las
inclinaciones depravadas de su corazón” (n. 14)
15

verbal con sus actitudes y gestos. Por último, el cuerpo puede llegar a ser una
imagen transparente del alma: el hombre que se abandona a sus bajos instintos
lleva muchas veces la marca de los mismos en su carne; en cambio, la persona
que se esfuerza por vencerse llega a espiritualizar su carne y a tornarla
transparente.

Cosas

como Medio de comunicación Semejantes

Dios

Alma Cuerpo Medio de acción Trabajo: propio de un ser que


se sirve
del piensa con sus manos
Medio de expresión Palabras, gestos y actitudes revelan y
hacen patente su racionalidad

El cuerpo es también para el alma un medio de comunicación con el


universo, con los demás hombres y con Dios. Gracias a nuestros sentidos
podemos entrar en un diálogo fraternal con todas las creaturas del mundo y
escuchar el murmullo de la voz divina, que a través de ellas llega hasta nuestro
interior. Gracias al cuerpo, el hombre puede comunicarse con sus semejantes
(gestos, miradas, sonrisas, conversaciones) y puede expresarles el afecto más
espiritual y encendido mediante los besos y los abrazos. Gracias al cuerpo, el
hombre puede comunicarse con Dios y manifestarle sumisión, respeto, amor: las
inclinaciones, las genuflexiones, las postraciones, los cantos, las danzas... tienen
importancia capital en todos los ritos sagrados y han llegado a ser como el poema
del cuerpo en la presencia de Dios.

Pero el cuerpo humano no tendría vida sin el alma. El cuerpo tiene vida
gracias a "otra cosa" que lo "anima" y vivifica. El alma humana es una sustancia
espiritual, constitutivo principal de la naturaleza humana, que da actualidad y
existencia a la persona.5

5
¿Cómo es posible que el alma humana (sustancia intelectual) puede unirse a un cuerpo como a su forma y
constituir con él una sola sustancia? Santo Tomás enseña que todo el universo es una jerarquía de formas
superiores e inferiores en el que las inferiores son elevadas sobre su propio nivel por la perfección de las
16

Por ser sustancia, el alma humana es un ser real que existe en sí y no Atributos del
alma: sustancia
necesita de otro ser principal como sujeto para existir. Por ser espiritual es espiritual

inmaterial y, por tanto, es distinta del cuerpo. Por ser subsistente, puede poseer
una existencia independiente de toda otra sustancia. Porque es espiritual, el alma
trasciende al cuerpo; pero por ser forma del cuerpo le es inmanente y está
ordenada a coexistir con él formando una sola naturaleza y experimentando sus
condiciones.

En su aspecto dinámico, el alma está dotada de potencias que le permiten


obrar, aunque para ello requiere la colaboración del cuerpo mientras subsiste el
compuesto humano. La primera de estas potencias es la inteligencia, por la que el
alma se eleva a las regiones superiores de lo inteligible. La otra potencia del alma
es la voluntad, con la cual el hombre es capaz de desear el bien y tender a él para
poseerlo. El Concilio pondrá de relieve la doctrina de un alma humana espiritual e
invitará al hombre a buscar a Dios en la intimidad de su alma:

"No se equivoca el hombre cuando se reconoce superior a las cosas corporales y


cuando se considera algo más que una partícula de la naturaleza o un elemento
anónimo de la ciudad humana. Con su capacidad de interiorización supera la
universalidad del cosmos y es capaz de tocar esas profundidades cuando sólo él
puede decidir su propio destino ante los ojos de Dios. Así, pues, cuando reconoce
en sí mismo la presencia de un alma espiritual e inmortal no es víctima de un falaz
espejismo, procedente sólo de condiciones físicas y sociales, sino que en realidad,
toca una verdad profundísima" (Gaudium et Spes, 14)

El hombre es un verdadero "microcosmos", un mundo en pequeño en que El hombre


Síntesis entre el
se dan cita y vienen a abrazarse, de alguna manera, todos los reinos de la mundo de la
materia y del
creación. Si por los elementos físicos y químicos de su cuerpo está emparentado
espíritu.
con el inmenso número de los seres inorgánicos y por sus operaciones vitales
Horizonte
está injertado en el maravilloso mundo de los vegetales y de los animales, por su entre lo visible
e invisible
inteligencia y voluntad emerge victoriosamente del mundo visible y trasciende el

superiores. Así, el cuerpo, que ocupa el grado m ás alto entre las sustancias materiales, puede ser informado
por el alma humana, que ocupa el grado más bajo entre las sustancias intelectuales. De esa manera el alma se
constituye en una especie de “horizonte” entre las sustancias corpóreas y las incorpóreas ya que, siendo
sustancia incorpórea es, al mismo tiempo, forma del cuerpo (Contra Gentiles,
17

aquí y ahora del espacio y del tiempo para introducirse en el mundo invisible y
participar de la naturaleza de los ángeles. Es tierra, pero también es espíritu; si por
su cuerpo está pegado al polvo del que nació, por su espíritu vuelve a Dios que le
dio el Ser.6

En el ministerio de Cristo, Dios baja hasta el abismo del ser humano para
restaurar desde dentro su dignidad. La fe en Cristo nos ofrece los criterios
fundamentales para obtener una visión integral del hombre que, a su vez, ilumina
y completa la imagen concebida por la filosofía y los aportes de las demás
ciencias humanas, respecto al ser del hombre y a su realización histórica.

1.2 Visiones inadecuadas y reduccionistas.

En la historia del pensamiento podemos encontrar otros enfoques sobre el


hombre, que parcializan o deforman aspectos de su visión integral o se cierran a
ella. Esas teorías servirán de fundamento en diversos modelos pedagógicos.

- Visión determinista
Considera a la persona como "prisionera de las formas mágicas de ver el
mundo y de actuar sobre él". El hombre no es dueño de sí mismo sino víctima de
fuerzas ocultas, por tanto, no le cabe otra actitud sino colaborar con esas fuerzas
o anonadarse ante ellas. No son pocos los que ignoran la autonomía propia de la
naturaleza y de la historia creyendo que todo lo que acontece es determinado e
impuesto por Dios.
En este modo de ver las cosas se apoya la idea de que los hombres no son
fundamentalmente iguales, y de allí que muchos queden marginados, ignorados y
explotados frente a una minoría de privilegiados, porque “así lo dispuso el
destino”.

6
“Lo que caracteriza a la persona es ser una unidad biopsíquica-espiritual, una presencia consciente y
creadora en el mundo, confiada a su libertad y a su responsabilidad, en medio de otras personas con las que no
sólo debe convivir sino autoconstruirse mediante la interacción con ellas y responder así al llamado de una
misión trascendente” (Educación y proyecto de vida, n. 30)
18

- Visión psicologista
Se nos presenta a la persona como víctima del instinto fundamental erótico
(freudismo) o, también, como un simple mecanismo de respuesta a estímulos;
carente de libertad (conductismo)
La sexualidad:
Si el sexo pasa a ser la totalidad de la existencia (pansexualismo), se totalidad del
hombre.
destruye a sí mismo. El sexo es una de las experiencias humanas capaces de
despertar deseos ilimitados que la realidad no es capaz de cumplir. Hoy en día los
hombres creen saber muchas cosas sobre el sexo, pero no por eso se han vuelto
más sabios, sino todo lo contrario, sus experiencias sexuales, muchas veces, son
más desordenadas y conducen a la muerte.

Por otra parte, para ser plenamente libre, cada individuo debe vencer el
miedo y la sumisión a todas las resistencias y presiones externas e internas que le
impiden asumir la responsabilidad de sus actos. Cada uno de los hombres debe
vivir en la presencia de Dios, como sintiéndose responsable de una misión
recibida y refiriéndose al juicio de ese Dios; en este sentido, el hombre es imagen
de Dios y no puede vivir sin reflejar el ser de Dios en sus actos.

- Visión economicista
Para el consumismo, la persona está como "lanzada" en el engranaje de la
máquina de la producción industrial; sólo es un instrumento de producción y un El hombre
como objeto.
objeto de consumo. Todo se fabrica y se vende en nombre de los valores del
tener, del poder y del placer, como si fueran sinónimos de la felicidad humana.
Al servicio de la sociedad de consumo, el liberalismo económico, de praxis
materialista, nos presenta una visión individualista del hombre. Según ella, la
dignidad de la persona consiste en la eficacia económica y en la libertad individual.

Opuesto al liberalismo económico y en lucha contra sus injustas


El hombre
consecuencias, el marxismo clásico sustituye la visión individualista del hombre como
materia.
por una visión colectivista, casi mecánica del mismo. Materialista y ateo, el
19

humanismo marxista reduce el ser humano, en última instancia, a las estructuras


exteriores.

- Visión cientista
En nombre de la ciencia todo se justifica, incluso lo que pueda constituir una
El hombre:
afrenta a la dignidad humana. Las comunidades se someten a las decisiones de esclavo de la
tecnocracia.
un nuevo poder: la tecnocracia. Una especie de ingeniería social puede controlar
los espacios de libertad de individuos e instituciones. En la actualidad la cultura de
la tecnología cibernética (entendida como pilotaje deliberado de las informaciones
que recibe un grupo) trata de imponer un modelo humano ideal, sometiendo la
creatividad de las personas al rigor de las estructuras.
Por otra parte, la manipulación embrional abre la puerta a todo tipo de
intervenciones. Actualmente se perfila la posibilidad de una manipulación del
hombre que puede llegar a condicionar el tipo de hombre del futuro. El
descubrimiento del código genético de los diversos vivientes puede conducirnos
hasta la producción de una creatura subhumana o suprahumana.

Determinado por el destino (DETERMINISMO) o

Determinado por el ambiente (CONDUCTISMO)

Visiones inadecuadas del HOMBRE Impulsado (PSICOANÁLISIS)

Conducen Objeto de consumo y placer (CAPITALISMO)

a
Como totalidad material (MARXISMO ATEO)

Elemento más de manipulación científica (TECNOCRACIA)


Reduccionismos Pedagógicos
20

1.3. Dignidad de la persona humana

"Profesamos que todo hombre y toda mujer, por más insignificantes que parezcan,
tienen en sí una nobleza inviolable que ellos mismos y los demás deben respetar y
hacer respetar sin condiciones; que toda vida humana merece por sí misma, en
cualquier circunstancia, su dignificación...". (Episcopado Latinoamericano,
Documento de Puebla, n. 317)

Es clásica en filosofía la definición que en la Edad Media formuló Boecio La persona en


Boecio.
sobre la persona: "sustancia individual de naturaleza racional". Que la persona es
sustancia individual quiere decir que es un ser que existe en sí y por sí y para sí; la
persona existe de una manera autónoma sin necesidad de estar unida a otro
Subsistente
sujeto para recibir de él el ser; la persona tiene sentido y valor por sí misma, está
ordenada a sí misma y nada ni nadie puede despojarla de su carácter absoluto,
definitivo y último en el universo. Es autónoma en su ser y en su obrar y es
perfectamente incomunicable. Sólo depende de su Creador.

Invariable
La persona humana se mantiene invariable en lo más íntimo de su ser a
Invariable
pesar de todos los vaivenes y de todas las vicisitudes de la vida. El hombre
cambia en su aspecto físico, varía en su manera de pensar, abandona ideales y
abraza otros nuevos. Pero por largos que sean sus años de vida, por notable que
sea la mutación de su aspecto físico, por profundos que sean sus cambios
ideológicos, el hombre tiene plena conciencia de ser él mismo, el mismo yo, la
misma persona. Está seguro de que en lo más íntimo de su ser hay una misteriosa
unidad que subyace inalterable a todos estos cambios y que garantiza la victoria
de su propia identidad frente a la multiplicidad y sucesión de todo cuanto
acontece.

Gracias a su razón -por la cual el hombre se diferencia esencialmente de


Consciente
las demás especies de animales- es capaz de distinguir y relacionar los medios y
los fines, de comprender y de juzgar. Más aún, el hombre es capaz de escoger
entre direcciones contradictorias, o simplemente distintas, y determinar el sentido
de su actividad. En suma, el hombre es el único ser del mundo visible que puede
21

decir con pleno sentido "yo soy", "yo permanezco", "yo pienso", "yo quiero", "yo
amo", "yo soy inmortal".7

Pero esa conciencia de sí, simultáneamente con la conciencia que tiene de Unión
sustancial de
ser, no es una suerte de conciencia angélica sino que conlleva la evidencia cuerpo y alma

inmediata de su propia corporalidad. El hombre no es ni cuerpo ni espíritu puro,


sino la unidad plena de ambos. El espíritu vivifica y espiritualiza al cuerpo y el
cuerpo manifiesta y significa visiblemente la actividad del espíritu. El hombre es
unión sustancial alma-cuerpo y, por eso, el hombre es esa unidad y no sus
constitutivos considerados aisladamente.

Cada uno de nosotros constituye una sustancia indivisa e indivisible, un Indivisa e indivisible
todo, una totalidad separada de los demás; una unidad con interioridad, con
intimidad, con partes heterogéneas, sí, pero estructuradas a tal punto que ninguna
tiene sentido sino en y por el todo: los ojos, el hígado, la lengua, el cuerpo y el
espíritu son partes mías que sólo tienen sentido en la totalidad de mi ser, uno y
único, distinto, diferente de los demás. 8

Sin embargo, también sé que mi persona trasciende mis límites físicos. Mi Trascendente

ser incluye relaciones reales con mi esposa, con cada uno de mis hijos, con cada
uno de mis amigos o enemigos, con mis colegas, con mis compatriotas; con
instituciones diversas como el colegio o la universidad y las distintas asociaciones
vecinales, deportivas, recreativas, políticas; con Dios, con la Iglesia… Estas
relaciones se dan porque soy miembro de sociedades en las que mi vida se halla

7
Tarea fundamental de todo educador será promover la conciencia, que es una dimensión principal de la
persona. Gracias a ella el hombre se rescata del mundo de los objetos y se descubre y actúa como sujeto,
fuente responsable de sus acciones. La conciencia es el órgano del sentido de la vida, del por qué y el para qué
del mundo y de la marcha de la historia, el por qué y el para qué del trabajo, del dolor, de la culpa, del amor…
(Educación y proyecto de vida, n. 32)
8
San Pablo hace una analogía entre la unidad del cuerpo y la unidad de la Iglesia: “Pues, del mismo modo
que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, no obstante su
pluralidad, no forman más que un solo cuerpo, así también Cristo… En efecto, el cuerpo no se compone de un
solo miembro sino de muchos… Si todo el cuerpo fuera ojo ¿dónde quedaría el oído? Y si fuera todo oído
¿dónde el olfato?... Ahora bien, muchos son los miembros pero uno el cuerpo” (I Cor. 12,12)
22

insertada, tejida con la vida de los otros. Desde este punto de vista soy parte, no
soy todo, pero no parte física sino parte moral de todos sociales.
Aquella condición de "todo" y esta condición de "parte" de varias
sociedades, son reales y simultáneas: como totalidad estoy presente en cada
relación que surge de mi condición de parte; y cada una de estas relaciones
integran mi ser de todo. Como parte me uno a otras personas para buscar el bien
común de las diversas sociedades que puedo integrar: familiar, escolar, política,
religiosa. Como todo (como persona) tengo una intimidad donde la sociedad no
tiene nada que ver y tengo una trascendencia más allá de la comunidad política,
porque por mi racionalidad y dinamismo necesito de la contemplación y del amor
del Ser, de Dios.9

Pero si el hombre quiere comprenderse a sí mismo hasta el fondo, si quiere Necesidad de


CRISTO como
saber dónde reside la raíz de su dignidad, debe acercarse a Cristo. "Él, que es modelo.

imagen de Dios invisible, es también el hombre perfecto, que ha devuelto a la


descendencia de Adán la semejanza divina, deformada por el primer pecado. En
Él la naturaleza humana asumida, no absorbida, ha sido elevada también en
nosotros a dignidad sin igual. El Hijo de Dios, con su Encarnación, se ha unido en
cierto modo con todo hombre". (Vaticano II, Gaudium et Spes, 22)
El hombre no participa de otra condición que la que toda creatura tiene con
relación a Dios y puede hacer lo que Su Voluntad creadora quiera con él. Pero,
por la gracia, Dios quiso elevar al hombre al orden sobrenatural y hacerlo partícipe
de una existencia nueva: la del Espíritu que anima a los hijos de Dios. Esta
existencia no es sólo un estado de hecho, cuya denominación jurídica sea fijada
por una autoridad, sino que es una vida en el sentido más pleno de la palabra: es

9
“El amor de Dios y del prójimo es el primero y el mayor de los mandamientos. La Sagrada Escritura enseña
que el amor de Dios no puede separarse del amor del prójimo… Más aún, el Señor, cuando ruega al Padre
“que todos sean uno, como nosotros también somos uno”, abriendo perspectivas cerradas a la razón humana,
sugiere una cierta semejanza entre la unión de las Personas Divinas y la unión de los hijos de Dios en la
verdad y en la caridad. Esta semejanza demuestra que el hombre, única creatura terrestre que Dios ha amado
por sí misma, no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás”
(Gaudium et Spes, 24)
23

la vida de aquellos que, habiendo vuelto de la muerte, viven una vida nueva con
Cristo resucitado.10
La gracia de Cristo es el don de la vida: "Fuimos, pues, con Él sepultados
por el bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo fue resucitado de
entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así también nosotros vivamos
una vida nueva" (Rom. 6, 4) "Su muerte fue un morir al pecado, de una vez para
siempre; mas su vida es un vivir para Dios en Cristo Jesús" (Rom. 8, 10-11). 11

1.4. Teorías pedagógicas parcialistas: Máscaras de la verdadera educación

La acción educativa asumirá diversos contenidos y metodologías según


sean las ideas de hombre a la que adhieran, implícita o explícitamente, los
educadores y la sociedad.12 Por ejemplo, será muy distinta la acción del maestro
que tiene al educando como un ser puramente receptivo, de la de quien socorre y
respeta el impulso vital y la actividad creadora del discípulo. Diferirá la acción de
aquel que considere a la persona como un valor absoluto, como un fin al cual
deben subordinarse todos los medios, de la acción de quien piense que el hombre
debe ser tratado como un instrumento al servicio de una entidad colectiva: sea el
Estado, la clase social o el mercado.

depende de la
CONCEPCÓN EDUCATIVA CONCEPCÓN ANTROPOLÓGICA

10
Plan de la creación y papel del hombre… “la idea real y universal del hombre tiene su expresión más
sencilla y, a la vez, más enfática de que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios y que, por
consiguiente, su ser se logra y se perfecciona en la vida del espíritu… No puede haber verdadera comprensión
histórica sin fe, porque no puede darse ninguna inteligibilidad del hombre desatendiendo la clave de su
existencia. De ahí que todo tipo auténtico ha de insertarse en el plan profético de Dios, en la cosmovisión
salvífica, pues buscar la salvación perdida, hallarla, recibirla y realizarla sigue siendo el mayor deseo a veces
escondido pero siempre palpitante de toda la humanidad…”
11
“Sólo la aceptación y el seguimiento de Jesucristo nos abren a las certidumbres más confortantes y a las
exigencias más apremiantes de la dignidad humana, ya que ésta radica en la gratuita vocación a la vida que el
Padre Celestial va haciendo oir de modo nuevo, a través de los combates y las esperanzas de la historia”
(Documento de Puebla, 319)
12
Visiones del hombre en las diversas épocas históricas (ver gráfico al final del capítulo)
24

- Reduccionismo Intelectualista:
Hace consistir el desarrollo de la personalidad en el acopio de
informaciones. Un representante destacado de esta corriente fue Herbert Spencer
(Derby 1.820-Brighton 1.903). Para el positivismo, el desarrollo del hábito científico
debe tener consecuencias no sólo en el progreso material y en las condiciones de
vida que rodean al hombre, no sólo en el dominio de la técnica y en la producción
de mayor acumulación de riquezas, sino también en el orden moral:

“¿Cuál es el saber más útil?. A esta pregunta no se puede dar más que una
La ciencia
contestación: la ciencia. Tal es el veredicto pronunciado sobre todas las
positiva es el
cuestiones. Por lo que atañe a la conservación personal, al entretenimiento de la saber más útil
vida y de la salud, los conocimientos que más nos interesan poseer son los
conocimientos científicos. Si se trata de proveer indirectamente a esta misma
conservación personal, para ganarse la vida, los conocimientos que más nos
interesan poseer son, igualmente, los conocimientos científicos. En el
cumplimiento de las funciones de la paternidad, el solo guía de que nos podemos
fiar es la ciencia. Para la inteligencia de la vida nacional pasada y presente,
inteligencia sin la cual el ciudadano no puede dirigir su conducta, la llave
indispensable es la ciencia. Lo mismo es para el que mire las producciones
literarias y los goces del arte bajo todas sus formas; allí también, la necesaria
preparación es la ciencia. Lo mismo para la disciplina intelectual, moral y religiosa;
el estudio más eficaz es la ciencia”. (Cit. por De Hovre, grandes maestros de la
pedagogía contemporánea, pp. 420-22)

Pareciera que el cientificismo prioriza los valores del bienestar material, la


salud corporal y el progreso por eso se habla de moral sin aludir a la libertad, la
responsabilidad, la conciencia, el deber... La educación moral consistirá en
adaptar la conducta a la evolución biológica y natural de los individuos.
El positivismo tuvo mucha influencia en la formación del pensamiento
Influencia del
pedagógico argentino. Esta teoría sirvió como fundamento para difundir una
positivismo en
enseñanza pretendidamente “natural”, capaz de contrarrestar dos “errores” la Argentina

fundamentales que frenaban el progreso educativo: la rutina y el dogmatismo.


La “nueva escuela” debería enseñar una moral sin dogmas para unir a los
Rechazo de
hombres en un ideal común. Se rechazó todo fundamento metafísico o religioso en los
fundamentos
filosóficos y
teológicos
25

los principios educativos y se los reemplazó por una concepción cientificista, como
único elemento doctrinario y formativo. 13

Junto con esos principios debía enseñarse la moral cívica para afianzar
ideas claras sobre el significado de la Nación, la Patria, el Estado, la ley...
explicadas con el auxilio de dos disciplinas fundamentales: la Historia y la
Sociología. Difundiendo los contenidos de la moral cívica e imponiendo a la razón
sentimientos e ideales, se lograría el progreso moral, social, económico y político
de la Nación.

- Reduccionismo libertario:
Otra forma de naturalismo pedagógico es la que tiene a Rousseau como
El naturalismo
principal exponente. Según “El Emilio”, la educación del niño debe resultar del como raíz

simple desenvolvimiento de la naturaleza. Esta naturaleza es algo absoluto,


autónomo, perfecto, determinado siempre al bien; es buena y sólo puede
corromperse por el contacto con otras naturalezas semejantes. Una educación
verdadera, según el naturalismo, deberá dejar que la naturaleza alcance su
desarrollo y su perfección por sí misma. La acción de padres y maestros es
inoportuna; la educación negativa debe dejar al niño a merced de su natural
educación, debe satisfacer sus sentimientos, no debe prestar mucha atención a la
formación de la inteligencia.
El problema del bien y del mal ni siquiera se menciona, Rousseau no se
ocupa de los más altos valores de la personalidad porque se mueve en un mundo
imaginario que ignora la vigencia, siempre actual, del problema del mal. En un
medio envanecido por el progreso de las ciencias y de las artes, la obra “El Emilio”
con su amor por la naturaleza, el culto del sentimiento del placer, apareció como la

13
El positivismo pedagógico influyó profundamente en la mentalidad de muchos maestros argentinos. La
pedagogía del interés y el rigor característico de las ciencias experimentales dieron a la educación normalista
una fisonomía particular. El experimentalismo que habían introducido los norteamericanos, unido con el
sentido republicano y democrático que quería Sarmiento para la educación y las orientaciones pestalozzianas
de la pedagogía de Torres, formó en el magisterio nacional la conciencia de que la acción docente era un
medio poderoso para lograr la civilización del país en el marco del laicismo.
26

obra que contribuía a adormecer las conciencias y a justificar las vidas de las
personas para quienes la moral era algo fastidioso e inoportuno.

Esta concepción naturalista de la vida ha dado origen a una fuerte corriente


individualista que ha exaltado una felicidad subjetiva, subordinada solamente a los
impulsos de la propia afectividad. Así, el mundo moderno padece los efectos de un
terrible egoísmo que se esfuerza por desprestigiar los principios de la razón y
erigir como norma de vida la violencia de los movimientos interiores que tienden al
placer.
Consecuencias pedagógicas de esta teoría han sido: el desprecio por el
trabajo intelectual; el desconocimiento de la autoridad de padres y maestros; la
pérdida de la virtud de la obediencia; la reducción del conocimiento científico a la
determinación existencial del mundo empírico y la falta de apertura a la dimensión
trascendente de la vida humana.

- Reduccionismo sociologista:
Para el sociólogo positivista es la sociedad la que hace de un individuo un La sociedad
hace al
ser verdaderamente humano. La educación tiene por fin hacer participar al hombre

individuo en la sociedad pero es la sociedad la que impone la educación; es


misión de la educación “construir en nosotros el ser social”. El hombre, por la
educación, más que moldearlo, le impregna los principios estructurales de su
conciencia individual en orden a perpetuar los valores que sostienen esa
comunidad.

Para Emile Durkeim (Epinal 1858 – París 1917), Profesor de Sociología y de


Pedagogía en Burdeos, “la sociedad es algo más que una gran potencia material,
es una gran persona moral. La civilización se debe a la cooperación de los
hombres asociados y de las generaciones sucesivas; es, pues, una obra
esencialmente social. La sociedad es quien la ha creado, es quien la guarda y Fin de la
quien la transmite a los individuos. De ella la recibimos todos... Los fenómenos educación
colectivos no nacen de los individuos para repartirse por la sociedad sino que sociologista

emanan de la sociedad y se difunden por los individuos... La educación consiste


en una socialización metódica de las generaciones nuevas. Constituir el ser social
en cada uno de nosotros ese es el fin de la educación... El individuo nace egoísta y
27

asocial, la sociedad lo hace capaz de vivir social y moralmente. Tal es la obra de la


educación” (Cit. por De Hovre, op. cit., pp. 503-506)

Entre nosotros esas ideas cobran nuevas fuerzas y actualidad a través de la


Prof. Berta Braslavsky (1987) que dice:

“Formar hombres es misión de la educación en su sentido más amplio. No se


No se nace
nace hombre sino que se aprende a serlo. En la condición humana del hombre se hombre se
presupone la naturaleza biológica de su existencia. Pero su esencia no se halla en aprende a
los rasgos físicos que lo distinguen en la evolución filogenética sino en la serlo

especificidad de sus relaciones con el medio social. Aunque sus necesidades


biológicas se mantienen de por vida, su relación con el medio social genera en él
mismo necesidades de otra naturaleza (psicológicas, culturales) y es capaz de
concebir fines y valores... A diferencia de otros seres vivos, el hombre no se
adapta a los cambios del medio natural externo sino que actúa e interactúa en su
medio social asimilando y recreando la experiencia histórico-cultural de la
humanidad... Del conjunto de las relaciones sociales se genera la educación que
actúa como mediadora de la transformación del individuo desde su condición
existencial de ser natural hasta su condición esencial de ser social. Y así se
produce la persona con la peculiaridad irrepetible que la caracteriza” (Cuadernos
del Congreso Pedagógico, La educación del hombre argentino, pp. 11-13)

En cuanto se opone a la concepción egoísta e individualista del hombre, el


Limitaciones
sociologismo tiene importancia y valor. Es mérito de esta corriente sostenida por del
sociologismo
pedagogos de renombre (Natorp, Dewey, Kilpatrick...) poner al hombre en relación
con sus semejantes y situarlo en la historia. No obstante, no hace suficiente
consideración de la singularidad espiritual de la persona; no comprende la
estructura moral de los actos humanos, ni el mérito o el demérito que conllevan.
Pareciera que la persona fuese diluida en el todo social.

- Reduccionismo pragmatista:
Esta corriente filosófica, fundada en EE.UU. por Charles Peirce (1839-
1914), subordina todo conocimiento a la utilidad. Esta utilidad práctica no viene
dada únicamente por la satisfacción de las necesidades materiales sino también
por el servicio al despliegue integral del hombre y de la sociedad.
28

John Dewey (nació en Vermont en 1859 y murió en 1952) se dedicó al Sobre-


valoración de
estudio de las consecuencias político-sociales y ético-pedagógicas del
la acción, la
pragmatismo, al que también denominó “experimentalismo”. Su expresión utilidad y el
interés
“learning by doing”, traducida por “aprender haciendo”, ha venido a constituir el
legado universal de la “escuela activa”.
Según él, la escuela debe ser un instrumento adaptado a la especialización
funcional de los intereses de los educandos. Concede mucha importancia al
interés, al que define como “el llamamiento urgente del instinto de la energía vital,
que se produce en las profundidades oscuras de nuestro ser”. Es decir, los modos
como se hacen explícitas y patentes las necesidades del individuo. El maestro
debe adaptar su obra al estado actual de desarrollo del educando, tal como nos
revelan sus intereses, los cuales se dirigen siempre al logro de los más adecuado
para la naturaleza.

Para el pragmatismo deweyano el alumno es un viviente con desarrollo


autónomo; mediante la educación científica, laboral, social y democrática, el niño
debe alcanzar la capacidad de utilizar la naturaleza para los fines de su éxito y su
bienestar. El maestro es un guía muy discreto que ejercita a sus discípulos en la
búsqueda y en la acción, sirviéndose del material apropiado, en vistas a su
inserción en el mundo científico, productivo, cívico y democrático.
El aprendizaje intelectual debe ser producido por la curiosidad, cuyo Contenido
del
estímulo debe tener en cuenta la diversidad de las materias. El contenido de la aprendizaje

enseñanza debe ser presentado en relación con las necesidades de la vida


infantil, las cuales no aparecen de una manera fortuita sino conforme al desarrollo
seguido por la humanidad en su devenir histórico. El programa comprende mucho
Método: el
trabajo ordenado a la instrucción y a la adquisición de las habilidades. El método hacer
haciendo.
es el de “hacer haciendo”. Mediante el hacer se desarrolla la personalidad, se
encuentran y afrontan problemas de cultura, se profundiza el conocimiento
personal, se madura la cultura misma. La inteligencia es sólo un instrumento que
sirve para cumplir mejor la acción.
29

La actividad tiene un sentido en sí misma, sin referencia a fin o motivo


extrínseco. Ella es naturalmente agradable por el solo hecho de su manifestación.
La actividad es un fin en sí misma y operaciones tales como la deliberación y la
elección son sólo la búsqueda de un camino para liberar energía y no de un
objetivo a realizar. Considera que el acierto del utilitarismo está, precisamente, en
poner el bien y la felicidad en el sentido de la actividad.

- Psicologismo conductista:
A mediados del siglo XX surgió en EE.UU. una forma de conductismo que
llevó al extremo el tecnicismo y el pragmatismo. Uno de sus principales El hombre:
sistema
exponentes fue Burrus Frederic Skinner quien en su “ciencia de la conducta” puramente
material.
afirma que cada hombre es un sistema vivo puramente material cuyo
comportamiento es obra principal del ambiente. La unidad de la persona depende
de la del ambiente y si éste se desorganiza el sujeto se desestructura: “La persona
no es un agente generador, es un punto en el cual confluyen muchas condiciones
genéticas y ambientales en un efecto común”.

De esa manera, la identidad queda reducida a una constancia de Negación de la


libertad:
circunstancias ambientales y el sujeto no es más que el efecto pasivo de esas disolución de
la responsa-
circunstancias. En esa concepción del hombre y de la vida no debe extrañarnos bilidad moral
que se niegue la libertad. En su obra ”Más allá de la libertad y de la dignidad
humana”, Skinner afirma que los problemas del mundo contemporáneo serán
resueltos cuando el hombre posea una tecnología conductual que pueda
compararse en poder y precisión a la tecnología física y biológica. El método
consistirá en estudiar la relación entre ambiente y conducta, sin apelar a estados
mentales intermedios.
También se diluye la responsabilidad moral. El ambiente, de acuerdo al
conjunto de prácticas sociales, dirá que una conducta es “buena” y la acompañará
de elogios y compensaciones, o dirá que es “mala” y la sancionará con reproches.
Desde ese punto de vista, la Ética perderá su sentido como ciencia del deber ser y
se reducirá a un capítulo de la Sociología.
30

Despojado el hombre de su espiritualidad y de su interioridad la educación


Método:
consistirá en una serie de esfuerzos destinados a conseguir del sujeto la conducta tecnología
conductual
adecuada que le reclama su medio. La educación no tendrá por objetivo el
perfeccionamiento del hombre sino que será una herramienta de equilibrio de
factores naturales y socio-culturales. Su novela “Walden Dos” (una utopía social)
describe una sociedad ideal, sin problemas, porque toda conducta individual y
social es planeada y dirigida mediante técnicas de condicionamiento.
La “ingeniería de la conducta” intenta hacer posible que los ciudadanos
alcancen el paraíso en la tierra: “la felicidad nos espera, ¡aquí y ahora!... En este
preciso momento disponemos de las técnicas necesarias tanto materiales como
psicológicas para crear una vida plena y satisfactoria para todos... “.14

- Conclusión
Los reduccionismos analizados traspasan a la sociedad la responsabilidad
de la vida y la acción educativa de las personas. Son concepciones del hombre y
de la educación que dejan de lado la espiritualidad y limitan las acciones humanas
al campo de lo ideológico y del automatismo.
Similar al criterio que se utiliza para evaluar una máquina, lo que interesa Criterio
pragmatista:
en una educación pragmatista es el éxito y la eficacia sin importar mucho la productividad

dignidad humana ni la espiritualidad, que es fuente de esa dignidad. El individuo


debe adaptarse a normas de productividad social que han proyectado algunos
planificadores. Productividad y conformismo son los valores máximos de un
hombre “formado” según la concepción utilitaria de la educación; el hombre actúa
como máquina de producción y de consumo.

Menosprecio
Este tipo de educación favorece una cultura que se apoya más en los de las
verdades
elementos informativos que en los formativos. Es una cultura que menosprecia las teológicas y
filosóficas
verdades filosóficas y teológicas. Se ofrece un cúmulo inabarcable de
informaciones y se genera mayor avidez ante las cosas pero no se dispone a las

14
Una explicación más extensa de la teoría de Skinner puede encontrarse en Vázquez, Stella Maris (1980);
Teorías contemporáneas del aprendizaje, pp. 85-115
31

personas para analizar críticamente esa multitud de conocimientos. Frente a esa Necesidad de
la reflexión y
cultura superficial, la educación deberá desarrollar hábitos interiores que capaciten de la
para saber reflexionar y elegir porque de lo contrario se aumentará la curiosidad y formación.

se buscará la noticia por ella misma, pero se correrá el riesgo de incorporar


pasivamente todas esas ideas.

En definitiva, como enseña García Hoz, todos los reduccionismos son


máscaras de la verdadera educación puesto que parcializan al hombre y
coinciden en ver sólo su realidad material, negando u olvidando su espiritualidad.
De esas visiones inadecuadas de la realidad humana se desprenden las
siguientes consecuencias:

Consecuencias
- Incapacidad de concebir y de aceptar la idea de naturaleza humana haciendo
de las visiones
del hombre un objeto más entre todos los que constituyen el mundo material. inadecuadas del
hombre y su
- Desconocimiento de la realidad espiritual del hombre que es fuente de su educación

racionalidad. Ello importa la destrucción de la dignidad fundamental del


hombre y su incapacidad para trascender la materia.
- Rechazo de la formación intelectual como camino para el conocimiento de la
realidad. Por tanto, reemplazo del esfuerzo por encontrar la verdad que se
diluye en la utilidad o en la pura capacidad de modificar la situación.
- Rechazo de toda verdad que provenga de la Teología. En consecuencia,
imposibilidad de explicar integralmente (desde la razón y la fe) el ser y el obrar
de la persona humana; su relación con el mundo, con el prójimo y con Dios.

Muchos pedagogos contemporáneos se olvidan de acompañar la Olvido de los


valores
enseñanza del dominio práctico sobre las cosas con la referencia intencional a los
valores absolutos que son los verdaderos forjadores de la personalidad. Para
encarnar esos valores, el niño y el joven necesitan de la disciplina y del esfuerzo
que suponen la realización de virtudes intelectuales y morales. Por tanto, no será
suficiente el movimiento espontáneo de la voluntad sino que ésta deberá ordenar
su acción hacia el bien propuesto por la recta razón.
32

1.5 La educación en cuanto “formación integral” de la persona.

La educación incide en el “yo” del hombre a través de sus dos constitutivos


esenciales. Tanto el cuerpo como el alma del hombre son susceptibles de recibir
el influjo educativo. La educación física y la educación espiritual tienen un residuo
último de unidad y de convergencia: “la persona”, el supuesto racional.
Si la educación quiere ser “integral” debe auxiliar al hombre para que logre
la plenitud en toda su realidad. O la educación desarrolla la totalidad de la persona
(corporalidad y espiritualidad en la unidad) y esa totalidad en relación con otras
personas o esa educación será incompleta, parcial, desintegradora del hombre.15

Sin embargo, el hombre no es actividad por esencia y la vía de fluencia de


la operación se constituye por la facultad. Las facultades son el sujeto próximo,
inmediato de la operación y sobre ellas trabajará la educación de un modo
inmediato. Por tanto, existirán tantas especies de educación como facultades
educables, formalmente diferentes, del hombre. Así tenemos:
La educación física que (según el orden del condicionamiento) es base y
sostén de toda la educación (según el orden jerárquico) es la menos valiosa. De
forma que pasando por las distintas dimensiones educables, según las facultades
del hombre, es la educación religiosa la que da el sentido último a toda la
educación y ocupa jerárquicamente el primer lugar. Ver esquema adjunto:

15
“La educación va muchísimo más allá de la función informativa, más allá de la transmisión cultural y
científica. Trasciende los planteos académicos y piensa en el hombre todo y en todos los hombres como
persona y como comunidad. La diversidad de los saberes instrumentales ha de contribuir al bien total de la
persona y no ser incorporados de tal modo que le causen deterioro” (Educación y proyecto de vida, 29)
33

O
POTENCIAS Y ESPECIES DE O
R
D FACULTADES EDUCACIÓN R
E D
N E
D Dimensión trascendente Educación
N
E Religiosa
C
D
O Política
N Voluntad Educación E
D Moral Familiar J
I
C Inteligencia Educación E
Individual
I Intelectual R
O A
N Sensibilidad Educación Técnica R
A Estética Q
M Artística
U
I Í
E Cuerpo Educación
A
Física
N
TOS

El proceso educativo es desarrollo perfectivo, desenvolvimiento en la


bondad: perfeccionamiento. Al concebir la educación como “proceso de
perfeccionamiento” debemos apartarnos de esa doble concepción contrapuesta de
la “bondad natural” y la “radical maldad” del educando, para comprenderlo como
un sujeto con capacidad de perfección.

Sin embargo, el proceso educativo no consiste en el perfeccionamiento


natural sino en el perfeccionamiento intencional. Presupone a la vez,
determinación natural y libre orientación: “Plástica y sugestible, la libertad del niño
es perjudicada y malgastada al azar si no se la ayuda y dirige”. Exige
conocimiento del fin, que es obra del intelecto, y tendencia a realizarlo, que es
tarea de la voluntad; en todo caso, intervención humana aprovechando los
factores naturales.
34

La educación representa para el hombre la trayectoria hacia una meta, el


tránsito de la potencia al acto. Todo un repertorio de actos educativos va
rellenando la amplia zona de la determinabilidad del hombre, y apoyándose en ella
la actualiza, sin agotarla jamás. Las nuevas determinaciones de mi ser, surgidas
en el proceso de la mutación, no agotan las reservas de mi potencialidad; antes
bien, consumiendo unas, crean otras mejor dispuestos para ofrecerse a ulteriores
realizaciones.

Ahora es conveniente recordar que cuando “yo” me muevo pasando de un


pensamiento a otro, disminuyendo el número de mis vicios o aumentando el de
mis virtudes, es todo mi ser el que ha sufrido un cambio: soy “yo” quien ha
cambiado y no otro por mí o algo en mí. Sin embargo, no por eso me he
convertido en “otro hombre” o en “otra realidad no humana”. Mi identidad ha sido
mantenida a lo largo del cambio sufrido. Así lo atestigua mi conciencia.

El sujeto de la educación no puede entenderse ni como algo absolutamente


acabado y perfecto, que sólo espera el impulso natural que lo desarrolle física y
psicológicamente, ni como algo que se encuentra todavía por hacer, pura materia
para una futura forma. La educación no es la simple crianza consiguiente a la
generación ni tampoco la generación o regeneración del hombre. Es,
simplemente, un complemento de la generación merced al cual el hombre llega al
acabamiento de ser hombre.

La educación se sitúa en la línea del desenvolvimiento perfectivo de la


naturaleza; su proceso habrá de ser esencialmente natural, aunque el principio de
actuación no dependerá sólo de la misma naturaleza. Los límites de la formación
humana se hallan prefigurados por las posibilidades reales de cada hombre
particular. Pero estas posibilidades vienen como dormidas y es necesario
despertarlas por impulso de la naturaleza al conjuro del arte.

El proceso educativo se pone en marcha por el ejercicio de las potencias


educables del hombre. Con la reiteración de los actos, el principio activo imprime
paulatinamente en las potencias un modo de ser y las modifica y habitúa a obrar
35

de una determinada manera. Que esa manera de obrar tenga carácter de


perfeccionamiento depende de la intencionalidad involucrada en el ejercicio. Sin
embargo, el proceso psicológico de nacimiento de los hábitos, aunque constituye
un cierto principio del proceso educativo, no puede identificarse con el mismo.

El proceso educativo progresa en extensión y profundidad merced al


ejercicio mismo de las facultades educables. Para el progreso en extensión basta
hacer entrar a cualquier nuevo acto en la esfera propia de la formalidad educativa.
Pero para el progreso en profundidad es preciso mantener la tensión inicial del
ejercicio y aún superarla. Así como en el animal el alimento insuficiente, lejos de
producir aumento cuantitativo, lo dispone para la disminución, la enfermedad y
hasta la muerte, el ejercicio de intensidad decreciente no aumenta la educación,
mas bien dispone al sujeto para la deseducación.

Todo proceso educativo se endereza a la educación consumada. Pero la


educación sólo puede decirse consumada cuando a la adquisición de todos los
hábitos del bien obrar de que el hombre es susceptible, y a su aumento y
maduración perfectiva, se ha agregado el “uso” de los mismos para el bien. La
educación, para ser consumada, debe tener garantía de permanencia, pues por
muy perfeccionada que esté la potencia, aún conserva al poder de obrar y no
obrar, de obrar en un sentido o en otro. Por tanto, el hombre consuma su
educación no sólo en la posesión de hábitos perfectivos sino también en el buen
uso de los mismos.

La educación se orienta por entero a la perfección del hombre; a la


actualización de todas las virtualidades naturales del hombre, a fin de que la
naturaleza humana obtenga acabamiento y plenitud. El fin primero de la educación
es la actualización de todas las potencias naturales del hombre y, en el caso de la
educación sobrenatural, también de las potencias obedienciales. La educación, en
cuanto es un accidente del hombre, hace que el hombre sea lo que debe ser, que
el educando se convierta en hombre cumplido, que la naturaleza humana consiga
su acabamiento.
36

La educación referida a la operación del hombre se ordena al buen ejercicio


de las potencias humanas en cuanto implican un auténtico perfeccionamiento del
hombre. Operando, el hombre actualiza sus potencias y se perfecciona. A
diferencia de Dios (agente perfecto) que cuando obra no hace más que comunicar
su bondad, la creatura, obrando, consigue también su propia perfección: “El
hombre no puede donarse totalmente sin recibir al mismo tiempo; por esto, cuanto
más perfecta sea su abnegación, la donación de sí mismo a un principio o ideal
superior, tanto más se perfeccionará”

La finalidad de la educación es dada en primer lugar por la perfección de las


operaciones puestas al servicio del perfeccionamiento armónico de las facultades
humanas, volcado sobre el integral perfeccionamiento del hombre mismo. No
obstante, la perfección definitiva del hombre consiste en la posesión de su fin. Por
tanto, se hace necesario que todas las acciones humanas cumplan sus
respectivos fines en subordinación y dependencia del fin último de toda la vida
humana. Este fin último, en el cual reside la perfección suprema del hombre,
puede entenderse:

a) Como impuesto por el Creador de la naturaleza humana: la


bienaventuranza eterna por la contemplación de la esencia de Dios en la gloria.

b) Como postulado por el mismo hombre en cuanto agente: lo que


Francisco Ruiz Sánchez denomina plenitud dinámica, es decir la capacidad
adquirida y estable para ordenar, libre y rectamente, el falible dinamismo de su
interioridad y el de su conducta, hacia los bienes individuales y comunes,
naturales y sobrenaturales que perfeccionan su naturaleza. Esto es equivalente a
lo que Santo Tomás denomina estado de virtud: “La naturaleza no tiende sólo a la
generación de la prole, sino a la conducción y promoción de la prole al estado
perfecto del hombre en cuanto es hombre; al estado de virtud” (Supl. III, 41, 1)
37

Así, la perfección del hombre que persigue la educación debe realizarse:

a) En su ser integral por el desarrollo y desenvolvimiento de todas aquellas


potencias que pertenecen a la sustancia de un ser humano completo.

b) En la producción de las virtudes y disposiciones especulativas y prácticas


que perfeccionen al hombre mediante el buen ejercicio de las operaciones
necesarias para la realización de todos los valores debidos a la esencia humana
completa.

c) En la dirección del educando por el camino de su fin, preparándole para


el buen uso de los medios conducentes al mismo.

Las tres dimensiones se sitúan en una misma línea que arranca del
principio, cruza la vida entera del hombre y se consuma en su fin. Formalmente, la
educación consiste en el segundo estadio, pero no deben desconocerse las raíces
que la ligan al principio y las ramas que la proyectan al fin.
38

La visión del hombre en las diversas épocas históricas

ANTIGÜEDAD ESCOLÁSTICA MODERNIDAD POSMODERNIDAD

El estudio filosófico El cristianismo habla Al aparecer el La “metafísica” ha


del hombre se inicia del hombre en su racionalismo con muerto, sólo hay un
en estrecha relación integridad: es el Descartes, el ser del tipo de saber, una
con las escuelas de hombre el que ha hombre se reduce a realidad y una sola
medicina: el hombre sido creado por Dios, “cogitatio” (razón). El verdad: la de las
tiene un cuerpo, pero el que ha pecado, el ser humano no es ciencias
su realidad no se que ha sido redimido, más que “una cosa experimentales.
agota en su ser el que está llamado a que piensa”, esta
somático. la resurrección. “res cogitans” es algo No hay hombre sino
absoluto que existe un nudo de relaciones,
“Toda alma Para San Agustín: “in por sí y el mundo una “constelación de
gobierna... abarca interiori homine exterior, “res estructuras” y como no
todo desde lo alto y habitat veritas” (en el extensa”, no existe hay hombre tampoco
rige el mundo; pero interior del hombre más que para el pueden haber ciencias
cuando está privada habita la verdad) sujeto que piensa. humanas.
de alas se apodera
de un cuerpo El acento se pondrá Se habla del yo, de La muerte de Dios y la
terrestre, entra en él en el “hombre la razón, del espíritu, del hombre se
como en su propia interior”, en su alma. de la conciencia y, relacionan
morada, y hace que por otra parte, del estrechamente: “Más
se mueva en virtud Sto. Tomás* afirma cuerpo humano que la muerte de Dios,
de la fuerza que ella la idea del hombre como ente físico y la que enuncia
le presta (Platón: como horizonte y biológico. Nietzche es el fin de
“Fedro”) confín entre el su asesino, es la
mundo de la materia En el positivismo* de desintegración del
y del espíritu. Comte, el estudio del rostro humano y el
hombre queda retorno de las
En la Escolástica* no repartido entre la máscaras” (Foucault)
se identifica “homo” y biología y la
“ánima” pero se sociología.
acentúa el estudio
del alma.
39

Capítulo II

VALORACIÓN DEL CUERPO. EDUCACIÓN DE LAS PASIONES

Hijo, en tu vida prueba tu alma, ve lo que es malo para ella y no se lo


des. No seas insaciable de todo placer, y no te abalances sobre la
comida. Por intemperancia han muerto muchos, pero el que se vigila
prolongará su vida. (Ecco. 37, 27-31)

Contenido

En este capítulo encontrará los siguientes temas:

2.1 El cuerpo, constitutivo esencial de la naturaleza humana


2.2 El alma y su cuerpo
2.3 Educación física y deportes
2.4 El cuerpo, sujeto de apetitos sensitivos
2.5 Educación de la vida afectiva.
2.6 Reflexión teológica sobre el cuerpo y sus pasiones.

2.1 El cuerpo, constitutivo esencial de la naturaleza humana.

En el momento de difundirse el cristianismo en el mundo helenista está


El problema
presente de una manera incisiva el "gnosticismo". Los rasgos del esquema del cuerpo

helenista son netos: el dualismo y el intelectualismo, reanimados por influencias


orientales de diverso tipo; la existencia humana es decadencia, y lo es a causa de
una caída del ser, que nos encierra en un cuerpo "figura amasada de tierra y de
arcilla, de carne corruptible, hecha de polvo".
En consecuencia será también acogida en el cristianismo la problemática
griega de las relaciones alma-cuerpo, que es ajena a la Biblia. Para responder a
este problema surgen en el interior del cristianismo diversas antropologías, de las
que algunas son marcadamente "sintéticas" (S. Justino, S. Ireneo, Tertuliano,
40

etc.); otras son marcadamente "dualistas" (Clemente de Alejandría, Orígenes, S.


Agustín, etc.).

El pensamiento patrístico parece superar el cosmocentrismo griego por la


aceptación de la concepción histórico-bíblica del hombre, pero la corporeidad es
valorada de diversas maneras:
a) En un sentido amplio – bíblico.
b) En un sentido estricto-filosófico, que designa la carne en oposición al
espíritu-alma. Parece ser la tendencia más difundida, se aplica al cuerpo, en
cuanto distinto del alma, lo que la Escritura afirma de la "carne".
c) En un sentido ascético-peyorativo, que sitúa en la carne la causa del mal.
Esta concepción puede ser el fruto de las influencias ejercidas por filósofos
platónicos y neoplatónicos.

El problema de las relaciones alma-cuerpo, planteado por el pensamiento


Solución
griego, encontró en la Escolástica una solución especulativa que resultó decisiva tomista sobre
la unidad del
en la historia de la teología católica hasta nuestros días. La solución tomista, hombre

prácticamente la más difundida, destaca la unidad radical del hombre, pero sin
simplificar la pluralidad de las dimensiones humanas. Cuerpo y alma (principios El hombre:
unidad de
metafísicos en el seno de la unidad originaria del hombre) no son dos realidades, cuerpo y alma

dos seres del hombre, o dos partes del hombre; el hombre es siempre uno y
entero, todo alma y todo cuerpo. No se desprecia el cuerpo, que ni es cárcel, ni
obstáculo, ni puro instrumento, sino más bien la condición de la existencia del
alma. Siendo un modo originario y global de la existencia humana en el mundo, el
cuerpo funda la dimensión social e histórica del hombre, amén de ser causa de
individuación y limitación.

Por su parte, más que en un sentido filosófico - metafísico, la Biblia orienta El hombre
a los ojos
el conocimiento del hombre ligado a la historia de la salvación. Al crear al hombre, de Dios

Dios establece una relación de pertenencia, una relación personal entre Él y su


creatura. Dios crea al hombre como su interlocutor; es capaz de tratar con él y de
41

sellar una alianza. La realización plena del hombre se efectúa en una historia
concebida en espiral, que contiene el pecado como un decaimiento personal-
colectivo y tiende a una intervención "escatológica" de Dios. El hombre entero ha
sido creado bueno, está exento de pecado; luego de caer, es salvado y tiende a la
plenitud escatológica.

La inspiración fundamental de la que emanan las afirmaciones de la


antropología bíblica, echa sus raíces en la concepción semítica del hombre.
Apunta al carácter sintético y comprensivo. Las afirmaciones son válidas para
cada aspecto del hombre y para el hombre entero y, por lo mismo, no subsiste
ninguna distinción neta de las funciones del hombre, ni siquiera entre alma-cuerpo
o entre sus fenómenos. La unidad del hombre, su totalidad psicológica y personal,
se expresa en la vida (nefesh) en cuanto implica el espíritu (ruah) y se manifiesta
en el cuerpo (basar). En una palabra, según la concepción semítica, el hombre es
una "unidad de fuerza vital en continua relación con Dios y el ambiente".

"Frente a la tensión dialéctica (cuerpo-alma), el hombre cede a veces a la


tentación de llevar dos vidas paralelas, disociadas, o privilegiar una en detrimento Función de la
educación:
de la otra, sin reconocer la lucha entre los polos de la unidad dialéctica cuerpo- promover la
alma. Toca a la educación promover esa armónica integración de las vivencias de unidad

la corporeidad y las rectas orientaciones del espíritu. Lograr ese vivir integrado
presupone la aceptación de sí mismo... Aceptar la propia encarnación implica
aceptar los condicionamientos orgánicos, el grado de salud y vigor, los problemas
de enfermedad, la edad, el propio sexo, la raza, el esquema corporal, el
temperamento e incluso las propias virtualidades como responsabilidad operativa"
(Educación y proyecto de vida, 43)

2.2. El alma y su cuerpo

A partir de su aparición cósmica el hombre es un ser erecto. ANÁ -


TRAOPS: "ANTROPOS": el que mira desde lo alto.

Lo primero que observamos en las personas y en nosotros mismos es que


tenemos cuerpo y que este cuerpo tiene vida. Es evidente que los minerales no
tienen vida, tampoco la tienen los cadáveres. El cuerpo humano tiene vida gracias
a un principio vital que llamamos "alma".
42

Es Alberto Caturelli (1983), de la Universidad de Córdoba, quien nos hace


Organización
maravillosa
ver en la admirable organización del cuerpo humano una intrínseca disposición a del cuerpo
la unión con el alma espiritual:

"Si bien se mira, el cuerpo que somos es una maravilla de organización en orden
a un fin que le supera en cuanto cuerpo. Mientras el cuerpo animal se ordena a un
fin singular (la defensa o el abrigo), el cuerpo del hombre se ordena a la
inteligencia que es capaz de hacerse todas las cosas y también de fabricar
infinidad de instrumentos. Por eso, en lugar de los órganos especializados de las
bestias (garras, cuernos, uñas) el cuerpo humano posee las manos, capaces de
cumplir infinidad de funciones. Las manos son signo de la racionalidad del hombre
a la cual se ordena su cuerpo como a su fin próximo" (La metafísica cristiana en el
pensamiento occidental, p. 98)

Todos los órganos del cuerpo reflejan la presencia del alma racional. Así
Todo refleja el
como las manos hacen posible que el hombre pueda fabricar los más diversos alma racional

objetos que ha diseñado en su inteligencia; también la destreza psicomotriz de la


bailarina o del gran deportista son signos no sólo de la suprema ductilidad de los
miembros corporales sino también del genio escondido en su cerebro.

También el pie es elástico, fuerte, y capaz de ajustarse al suelo que pisa: a


pavimentos nuevos; a superficies ásperas y pedregosas; a campos de hielo; etc.
El hombre pasea, corre, se sienta, trepa montañas y recorre caminos conociendo
nuevos lugares y viviendo nuevas experiencias.

Más importante que todo ello, la naturaleza ha dado al hombre los labios,
dientes, lengua y laringe que le permiten hablar. Parece que los animales poseen
un sistema de comunicaciones que les permite expresar sus emociones, pero el
lenguaje articulado es un medio de transmisión mucho más perfecto. Es lo más
próximo a la inteligencia porque se relaciona directamente con las ideas. Sin el
don de la palabra sería muy difícil conocer la vida, las costumbres y la cultura de la
historia de la humanidad.
43

Porque su ser es material, el hombre puede manifestarse en el mundo. Manifestación


del hombre en el
Pero su figura, su porte, su comportamiento, sus facciones son formas peculiares mundo

que revelan las potencias y hábitos de su alma. En el libro abierto que es el rostro
humano podemos descubrir toda la sutileza de su mundo afectivo e intelectual a
través del llanto, la sonrisa, la risa, la iluminación y el velamiento. A través de los
rasgos de la cara podemos percibir las virtudes y vicios de una persona, darnos
cuenta de sus sentimientos, de su estado de ánimo, de su estado de salud... El
cuerpo del hombre muchas veces transparenta las realidades que brotan del alma.
(Pithod)

Santo Tomás se pregunta: “¿Cuál ha de ser la propiedad fundamental que ha de


poseer toda sustancia viviente para distinguirse de la no viviente?”; él mismo
responde: “la inmanencia de la operación”. Por ello debemos afirmar que el
hombre es una sustancia cuya formalidad proviene de un alma espiritual que
asume, organiza y trasciende al cuerpo. Los seres humanos somos animales pero
transformados, el alma asume y, de alguna manera, espiritualiza al cuerpo. (Cit.
por Pithod, 1994, El alma y su cuerpo, p. )

2.3. La educación física y el deporte

Para la promoción de la persona humana es necesaria la educación física y


el arte de hacer al cuerpo humano más sano, más bello y más útil para el servicio
del espíritu.16

En el estado actual de la naturaleza humana la perfección del cuerpo no es Medios para la


formación del
originaria, ya que éste se encuentra sujeto a las consecuencias del pecado cuerpo

original. Medios adecuados para perfeccionar los órganos del cuerpo son la
educación física y la medicina. En realidad la educación física es el presupuesto
de la medicina en cuanto el arte presupone el principio operativo que es intrínseco
a la naturaleza; la educación física sirve para consolidar los miembros y conservar
el vigor natural en el cuerpo humano, indispensable para mantenerlo activo. Los
fármacos, en cambio, son suministrados por la medicina para la cura del cuerpo

16
“El hombre emerge dentro de la naturaleza con la dignidad de persona porque el principio vital que lo
anima es el espíritu, irreductible a la materia. Mientras el animal comienza y concluye con lo orgánico, el ser
humano lo rebalsa de tal modo que lo orgánico pareciera, en cierto modo, una infraestructura preparada en
vistas a la tarea del espíritu en su condición humana” (Educación y proyecto de vida, 43)
44

en caso de enfermedad; son elementos extrínsecos que obran siempre en


proporción con la capacidad de recuperación del mismo cuerpo enfermo.17

La educación física persigue dos objetivos inmediatos: la salud del cuerpo, Educación
física
que se adquiere por la regularización de la respiración, de la circulación de la
OBJETIVOS
sangre, de la digestión...; el aparato muscular se vivifica y se mantiene más -salud del cuerpo

elástico; el sistema nervioso y glandular es tonificado y el cuerpo adquiere vigor y


prestancia. La robustez, que es fuente de funcionalidad y de agilidad operativa del
organismo. Además de desarrollar la capacidad muscular, la actividad gimnástica
se manifiesta por la resistencia a los malestares y a la fatiga, la adaptación a las
variables situaciones climáticas, el vencimiento de los obstáculos y durezas de la
vida.
Otra tarea importante de la educación física consiste en dotar de belleza* al Belleza
cuerpo humano. Esta belleza está dada sólo en parte por la naturaleza y debe ser
fruto de un cuidado intencional mediante la educación física y el deporte *.18 Los
juegos al aire libre, las competiciones, los ejercicios realizados metódicamente
bajo el control de instructores expertos... todo ello asegura el desarrollo normal del
organismo, corrige los defectos congénitos, confiere equilibrio y buen

17
“El sufrimiento, el dolor, la enfermedad, el deterioro, la invalidez… son también realidades de la vida que
han de ser asumidas, integradas y valoradas con hondo sentido trascendente” (ídem, 46). Para ampliar este
tema recomendamos la lectura de la carta apostólica Salvifici doloris de Juan Pablo II
18
El cuerpo no es toda la persona, ya que ésta consigue formarse y actuar porque otra parte del ser le da la
posibilidad de hacerlo mediante sus poderes de guía, de control, de cordura y de moderación. En
consecuencia, el cultivo del cuerpo nunca debe llegar hasta el punto de dañar a la parte que dirige al hombre.
El "culturismo" sin alma se reduce a pura mecánica muscular sin ideas, sin perspectivas personales de
horizontes amplios: se reduce a una forma de desafío de la fuerza bruta, desprovista de todo proyecto de
perfección humana.
Sobre el mismo asunto es bueno recordar las enseñanzas de S.S. Juan XXIII: "Aunque la familia y quienes
atienden a formar y educar bien a los jóvenes deben procurar que, en los juegos gimnásticos, no se mire
únicamente al cuerpo como supremo bien del hombre y que la afición a los ejercicios físicos no impida, como
a veces sucede, el debido cumplimiento de las obligaciones, sin embargo es cierto que los honestos ejercicios
corporales y las nobles luchas y competiciones han de mirarse siempre como cosa honrosa y digna de alta
recomendación. Puesto que, gracias a los ejercicios gimnásticos, se cultivan realmente varias dotes y
cualidades de gran valor, como la salud y el vigor, la agilidad de los miembros, la gracia y hermosura en lo
que toca al cuerpo, y en lo que se refiere al alma: la constancia, la fortaleza y el hábito de abnegación"
(Discurso a los atletas de las Olimpíadas).
45

funcionamiento, crea en el alma sentimientos de alegría y de confianza en las


propias fuerzas.19

Además vemos que los atletas, especialmente cuando se preparan a una disciplina

competencia, se someten espontáneamente a una disciplina de tenor más rígido:


observan rigurosamente los reglamentos, se levantan temprano, se abstienen de
beber alcohol... de ese modo impiden la intemperancia, que sería fatal para la
contienda.20 El elemento de emulación incentiva a los hombres, y a los jóvenes en emulación

particular, a soportar todos los inconvenientes que impiden la victoria, a enfrentar


el mal con coraje, a continuar la lucha con firmeza y constancia.

Combatir el mal por la conquista del bien arduo constituye un factor


importante para la conservación y el desarrollo de la vida. De ese modo, el deporte
ayuda a la conquista de virtudes morales: fortaleza, paciencia, magnanimidad,
lealtad, perseverancia...

Es decir que el objetivo principal y último de la educación física y del


Objetivo último:
deporte es la formación de la personalidad.21 En efecto, el perfeccionamiento del “formación de la
personalidad”
cuerpo mediante el deporte es también un resultado de las disposiciones del alma;
por ejemplo, de la perseverancia en los ejercicios, de la templanza, de la
paciencia, de la sana ambición, etc.

Por otra parte, el perfeccionamiento del cuerpo es un valor ordenado a las ¿para qué la
perfección del
operaciones propias del hombre y, finalmente, a su felicidad última. Mediante la cuerpo?

salud, la robustez y la belleza del cuerpo el hombre consigue cierta felicidad

19
"El énfasis en el culto de la interioridad puede fácilmente llevar a pedagogías y filosofías deshumanizadas,
evadidas a menudo de la realidad hasta perderse en los extremos de un idealismo, un angelismo o una
formación intelectualista alejada de los compromisos terrenos. La verdad del hombre es también su
corporeidad" (Educación y proyecto de vida, n. 43).
20
El deportista sabe muy bien que sus eventuales intemperancias en la vida repercuten negativamente en la
cantidad y calidad de sus prestaciones. Los casos de deportistas corrompidos, desleales o intolerantes, las más
de las veces no son sino el producto de su fracaso en el rendimiento atlético; la historia del deporte confirma
este juicio.
21
"El deporte y la gimnasia tienen como fin próximo educar, desarrollar y fortalecer el cuerpo desde el
aspecto estático y dinámico; como fin más remoto, la utilización, por parte del alma, del cuerpo así preparado
para el desarrollo de la vida interior o exterior de la persona; como fin aún más profundo, contribuir a su
perfección (de la persona); finalmente, como fin supremo del hombre en general y común a toda clase de
actividad humana, acercar al hombre a Dios" (Pío XII a los participantes en el Congreso Nacional del
Deporte y de la Educación Física, 8 de noviembre de 1952).
46

relativa porque posee condiciones que le son necesarias para alcanzar la felicidad
perfecta y sobrenatural a la cual debe tender constantemente:

"¿No sabéis que en las carreras del estadio todos corren, más uno solo recibe el
premio? ¡Corred de manera que lo consigáis! Los atletas se privan de todo; y eso
¡por una corona corruptible!; nosotros, en cambio, por una incorruptible. Así pues,
yo corro, no como a la ventura; y ejerzo el pugilato, no como dando golpes en el
vacío, sino que golpeo mi cuerpo y lo esclavizo; no sea que, habiendo proclamado
a los demás, resulte yo mismo descalificado" (I Cor. 9, 24-27).

Debemos destacar que no es el cuerpo el que es sujeto de virtudes ni de


Naturaleza del
vicios: "Los miembros del cuerpo no son principios operativos sino sólo órganos; cuerpo

por esto respecto del alma que lo mueve es como un esclavo, el cual es usado
pero no obra". (Sto. Tomás de Aquino I-II, 74, 2 ad 3)

Lo que especialmente interesa a la educación física son las potencias


Objetivo
sensitivas que se encuentran en el cuerpo. Las potencias vegetativas no principal de la
educación física:
obedecen a la razón porque ya vienen determinadas en su obrar por la naturaleza. potencias
sensitivas
Es la sensualidad la que, de algún modo, está subordinada a la razón y a la
voluntad; a la razón en orden a sus mismos actos, los afectos, y a la voluntad en
orden a la ejecución, mediante los órganos de la locomoción. De allí que la
educación física es un arte cuyo artífice es el alma, cuya materia es el cuerpo y
cuyo instrumento es el apetito sensitivo: el impulso al placer y el impulso a la
lucha.

2.4. El cuerpo en cuanto sujeto de apetitos sensitivos

Tanto los hombres como los animales estamos dotados de apetitos Tipos

sensitivos que tienen por objeto los bienes de los sentidos. Debemos
objeto distinguir el de apetitos

apetito concupiscible: impulso para conseguir y conservar lo necesario para existir;


y el apetito irascible: impulso que nos lleva a luchar contra lo que destruiría
nuestra existencia. El objeto del apetito concupiscible son los bienes de los
sentidos (deleites referidos principalmente al sexo y al alimento). El objeto del
apetito irascible son los bienes arduos, difíciles de conseguir.
47

Que tiene por


fin los bienes Bienes
racionales deleitables

es Impulso para
APETITO conservar y conseguir
Se divide en lo necesario para vivir
CONCUSPICIBLE

APETITO APETITOS Amor (complacencia afectiva)


Deseo (tendencia afectiva)
SENSITIVOS Gozo (posesión afectiva)
Odio (repugnancia afectiva)
Aversión (alejamiento afectivo)
Tristeza (despojo afectivo)

Que tienen por


fin los bienes APETITO es Impulso de lucha
sensibles contra lo que destruía
nuestra existencia
IRASCIBLE

Se divide en

Esperanza
Desesperación
Audacia
Temor
Ira

El acto del apetito sensitivo se llama pasión. Modernamente usamos este Pasión

término en sentido peyorativo; lo empleamos para designar los movimientos


eróticos que asociamos al amor carnal, o a los impulsos de una naturaleza
encolerizada. Sin embargo, en la psicología filosófica la pasión significa:
capacidad de padecer; las pasiones son padecimientos que afectan al organismo
viviente mediante la presencia de algunos objetos del medio en que vivimos; son
también las reacciones de ese organismo según las exigencias de la vida
sensitiva.

Actualmente, para expresar los actos del apetito sensitivo, en lugar de la


palabra "pasión" se acostumbra más hablar de sentimientos y emociones. Tanto
los sentimientos como las emociones son funciones del apetito sensitivo que
48

difieren por su intensidad y duración. Mientras las emociones vibran con mucha
fuerza, los sentimientos tienen una intensidad menor. En cambio, éstos son más
duraderos con relación a aquellos.

Ambos, sentimientos y emociones, causan cambios fisiológicos que son


propios de todo movimiento pasional. Esos cambios son más notorios cuando
provienen de las emociones y se reconocen en la aceleración de las actividades
del cuerpo, en el aumento de las secreciones glandulares, en la aceleración de los
latidos del corazón, en la respiración rápida, etc. Otras veces producen retardo de
las funciones orgánicas que inducen a un estado pasajero de parálisis en el
sistema muscular, lentitud de movimientos peristálticos en el área nutritiva, etc.

El bien sensible es el objeto que despierta nuestros apetitos. De acuerdo a


eso podemos observar once pasiones diferentes, que resumen los impulsos
básicos de los apetitos sensitivos del hombre:

En el apetito concupiscible

- Amor (complacencia afectiva): inclinación a poseer el objeto.


- Deseo (tendencia afectiva): impulso del apetito hacia la posesión de un
objeto bueno que aún no se tiene.
- Gozo (posesión afectiva): cierta paz en la satisfacción que provoca la
posesión de lo buscado.
- Odio (repugnancia afectiva): inclinación provocada en el apetito por un
objeto que se considera malo.
- Aversión (alejamiento afectivo): es el rechazo que provoca el mal sensible.
Se opone al deseo.
- Tristeza (posesión afectiva): cuando el bien sensible no se ha podido
alcanzar.
49

En el apetito irascible

- Esperanza: tendencia afectiva hacia la posesión de un bien que se sabe


difícil de alcanzar.
- Desesperación: repugnancia del bien sensible en cuanto se considera
inalcanzable.
- Audacia: lucha contra los males que se oponen a la consecución del bien.
- Temor: se huye de un mal que se considera invencible.
- Ira (posesión afectiva): cuando el mal se ha hecho actualmente presente en
el apetito.

Estas pasiones se componen de dos factores que revelan las partes de que
constan: un elemento psíquico o afectivo que procede del alma, y un elemento
somático o fisiológico que se deriva del cuerpo; ambos se unen para producir el
todo de la experiencia emocional. De la misma manera se unen el alma y el
cuerpo para formar el todo de la naturaleza humana.

Para una mejor comprensión del lugar que ocupan en nuestra alma los
apetitos resulta de gran utilidad la denominada “Cruz de Platón”.

E
S SUPERIOR

P
Cognición Apetición
E
(Inteligenci Apetición
(Voluntad)
C aaa aa) A
C
U C
I
L Ó
N
A
Cognición Apetición
C
(conocimiento
I (Apetito irascible
sensible: sentidos
externos y sentidos
internos) Apetito concuspicible)
Ó

N
INFERIOR
50

Puede dividirse el alma en las cuatro partes de la llamada “Cruz de Platón”:


la inteligencia es la facultad cognoscitiva superior; la voluntad, el apetito superior;
los sentidos externos e internos son las potencias cognoscitivas inferiores; el
concuspicible e irascible son las potencias apetitivas inferiores. Las pasiones son
los movimientos de los apetitos y los instintos son los cauces de las pasiones.

2.5. Educación de la vida afectiva

Sobre los sentimientos y las emociones no tenemos dominio inmediato. No


basta querer tener determinado sentimiento para alcanzarlo. No podemos actuar
directamente para despertar, desarrollar, cambiar o perfeccionar nuestros
sentimientos. Los sentimientos son impresiones placenteras o dolorosas que
brotan de los conocimientos y tendencias que sólo gobernaremos trabajando
sobre nuestras ideas y sobre los actos que realicemos.22

La educación de la vida afectiva deberá perseguir dos objetivos:

- Ubicar los sentimientos en su lugar, sin permitir que usurpen una


extensión que no les corresponde en el ámbito de la formación integral de la
personalidad.
- Reducir lo más posible su expresión externa y regularlos dentro de una
exquisita y delicada prudencia.

Frente a los fenómenos emotivos, los educadores deberán preocuparse Finalidad:


para que el educando adquiera un verdadero "equilibrio". No es bueno anular equilibrio
afectivo
totalmente los impulsos emotivos; no nos parece virtuoso la impasibilidad de los
estoicos. El maestro deberá formar al educando para que sepa sentir
proporcionalmente los distintos estímulos de la vida, para que se compadezca

22
. Saber la teoría de la virtud es diferente de la práctica de la virtud; esta práctica se llama askésis
(entrenamiento)... De allí la necesidad del ascetismo: la ascesis es un buen juicio, un sentimiento, una pasión
alta que vence a un instinto, una pasión baja. Privarse del valor placer, sabiendo que es un valor, para
alcanzar un valor mayor... “Que el niño tenga placeres buenos, es decir, que encuentre placer en las cosas
nobles, eso es casi toda la educación”, dice Aristóteles.
51

("padecer con") hondamente, para que aprenda a vibrar ante las ideas, la belleza y
los hechos grandes y nobles.
El maestro deberá inducir a sus alumnos para que experimenten la emoción La tarea del
maestro
ante aquellas cosas que lo requieran, pero deberá cuidar que sus alumnos no
sean tan emotivos que se alteren por cualquier pequeñez. El maestro deberá
enseñar a sus alumnos a ser "dueños de sí mismos" y a dominar sus emociones
para que éstas no le dificulten el cumplimiento de sus obligaciones y la realización
del bien.23 “La verdadera enseñanza no es hablarte sino conducirte; Saint-Exupèry
valora el orden y la disciplina, no tanto en sí mismos, sino como medio para fundar
a los hombres, vivificarlos, ayudarlos a crecer” (Montejano, 1999, Aproximación al
Principito)

Si las pasiones son muy vehementes y exageradas, producen daño Daño de las
pasiones
psíquico, físico y moral; ofuscan y pueden llegar a quitar la razón; paralizan la desordenadas

voluntad, absorben en su objeto a todas las actividades humanas y hacen al


hombre su esclavo. Sin embargo, cuando las pasiones no son psíquicamente
exageradas y están moralmente ordenadas, no sólo no son malas, ni aun
indiferentes, sino que son buenas. Son fuente de energía psíquica, fuerzas
potentes, buenos instrumentos de la voluntad para una acción constante,
provechosa y fecunda.

Ya dijimos que el hombre no tiene pleno dominio de sus tendencias


Educación
inferiores, pero puede ejercer cierto gobierno de sus pasiones y poner orden a su moral
vida afectiva. Esta educación moral de sí mismo observa ciertas normas generales Necesidad de
la virtud
comunes a todos los hombres, porque en cada uno de nosotros la naturaleza
humana es la misma; pero lo "razonable" en este orden es esencialmente
"personal", porque la realidad que hay que ordenar somos nosotros mismos:

23
"Llegar a ser dueño de sí es, innegablemente, una conquista. Un análisis de aquella comparación de San
Pablo (cfr. I Co. 9, 24-27) nos mostrará que la abstención, la aceptación de la prueba, la lucha y el dolor no
son de carácter negativo, inhibitorio, restrictivo. Contienen una invitación al crecimiento, capacitación para
los fines anhelados. Por eso hablamos de "gobernarse", evitando términos que pudieran insinuar represión o
mutilación sin sugerir su sentido (contenerse, refrenarse, dominarse). Gobierno es el ordenamiento y
canalización finalista de las fuerzas actuantes. El gobierno de sí las reconoce todas y busca encauzarlas de
modo personalizante en función de motivaciones válidas" (Educación y proyecto de vida).
52

nuestro temperamento individual, nuestras pasiones más o menos vehementes y


desordenadas, nuestro modo de vida, nuestro ideal personal..

Formación de las EDUCACIÓN


tendencias Gobierno de las
supone la consiste
inferiores (apetito MORAL pasiones y orden
concuspicible e irascible) de la vida afectiva

mediante

Virtudes Temperantes Virtudes Impulsivas


(Templanza) (Fortaleza)

El doble aspecto que la psicología reconoce a nuestra emotividad dará


lugar a dos grandes categorías de virtudes: las temperantes para el apetito
concupiscible y las impulsivas para el apetito irascible.

Las pasiones del concupiscible son consideradas como espontaneidades Templanza

elementales, atracciones y repulsiones que se tratará de encauzar, de racionalizar,


de moderar. A la templanza se reduce el gobierno de nosotros mismos y el título
general de modestia ("moderación") cubrirá todo el ideal de equilibrio, de dominio
de sí, que ha de aportarse a todos nuestros sentimientos.24

En cambio las pasiones del irascible parecen recurrir en su espontaneidad Fortaleza

instintiva a cierto discernimiento de lo posible y difícil; se gobernarán, por lo tanto,


de una manera diferente. Más que de dominar se buscará utilizar estas potencias
de acometividad y de penetrar cada vez más de inteligencia estos impulsos para
que contribuyan a la realización de un ideal. Corresponde a la virtud de la fortaleza
24
"El puro placer pareciera haber signado las orientaciones de la sociedad actual en detrimento de la misma
calidad humana de vida. Varias son las formas de alienación que alejan al hombre de sí mismo, especialmente
a los jóvenes, como el uso poco selectivo y desmedido de la televisión, la pérdida de muchas horas en
pasatiempos absorbentes, el desorden sexual y el drama de la drogadicción. Evidentemente la vida humana
merece criterios de discernimiento que estén más allá del pragmatismo y del hedonismo" (Idem n. 47).
53

aportar un juicio claro para decidir la justeza de la causa por la cual será preciso,
quizás, hasta exponer la propia vida, y los medios más oportunos para servirla.
Esto hace que el fuerte, en actos tan diversos como el resistir o el atacar,
conserve una profunda unidad, hecha de dominio de sí mismo, de lucidez y de
actualización razonable de las pasiones de agresividad.25

Todo esto no debe hacernos olvidar que si existen virtudes distintas, sin Unidad de la vida
moral
embargo, no existe más que un solo hombre virtuoso que tiende a unificar su vida
organizándola toda entera según las grandes orientaciones que designan las
virtudes cardinales.

2.6 Reflexión teológica sobre el cuerpo y las pasiones

"El hombre, unitario en su dualidad de cuerpo y alma es, por su condición corporal,
Cuerpo y pecado
una síntesis del universo material, de tal modo que los elementos encuentran en él original
su plenitud y pueden alabar libremente a su Creador; de allí que no esté permitido
al hombre despreciar su propia vida corporal, sino que está obligado a considerar
a su cuerpo como bueno y digno de honor, ya que ha sido creado por Dios y ha de
resucitar el último día. Sin embargo, por la herida producida por el pecado, tiene
que someterse a las rebeliones del propio cuerpo. Reclama, por consiguiente, la
dignidad del hombre que dé gloria a Dios en su propio cuerpo, y que no le
consienta vivir esclavo de las depravadas inclinaciones del corazón" (Concilio
Vaticano II, Gaudium et Spes, 14)

S.S. Pío XII nos enseña cómo debe ser el cuerpo de aquel que transporta
en su interior al Espíritu del Verbo cuando dice:

"... no olvidéis jamás que lleváis a Dios en vosotros mismos por la gracia que viste La modestia:
vuestra alma; y que esta divina presencia hace no sólo de nuestra alma sino signo de respeto
por el cuerpo
también de nuestro cuerpo un templo santo: «¿No sabéis que vuestros cuerpos
son miembros de Cristo?... ¿No sabéis que vuestros miembros son el templo del
Espíritu Santo, que está en vosotros, que os ha sido dado por Dios y que ya no os
pertenecéis a vosotros mismos?» (I Co. 6, 15-19).

25
La palabra "fortaleza" nos trae enseguida la idea de algo que da empuje a la vida moral, y abre los
horizontes de la grandeza de ánimo y de la generosidad altruista. En sentido amplio, la fortaleza es sinónimo
de firmeza, es decir, de la tenacidad en el cumplimiento del bien. En sentido estricto, la fortaleza consiste en
no dejarse zarandear por graves peligros o males ajenos al cumplimiento del deber o al ejercicio de las
virtudes, incluso cuando exista peligro contra la vida (Diccionario enciclopédico de teología moral).
54

El pensamiento consciente de esta divina habitación, de esta incorporación a


Cristo, ha engendrado y desarrollado a través de los siglos, en los pueblos dóciles
al Evangelio, un religioso respeto al cuerpo, que se explica en el conjunto del
modo de ser de las personas, de las maneras, del porte, de las palabras
reguladas, medidas con prudencia: la modestia" (Pio XII, 1940, Apostolado,
heroísmo, eucaristía)

En la confusión que promueven ideologías contemporáneas, los jóvenes Desviaciones


contemporáneas
tienen apremiante necesidad de ayuda para dominar los impulsos provocados,
para discernir el juego de las opiniones y costumbres, para huir de la
instrumentalización política y económica del sexo, para ensayar opciones y
prácticas válidas. Pocos jóvenes conocen el valor personalizante y socializante de
la sexualidad, su valor de fecundidad creadora y su dimensión trascendente. Nos
enfrentamos en nuestros días con un problema de serias consecuencias que
proclama nuestra atención y responsabilidad: nos referimos al oleaje de
pornografía y otras desviaciones que como negocio incrementan sus necesidades
sin respeto ni consideración a la dignidad humana y al futuro de nuestra sociedad.

La igualdad, atracción y complementariedad de los sexos son en la vida


temas de relevante importancia cuya complejidad y seriedad demanda a los
educadores una preparación más específica y esmerada, tanto para superar
tabúes e inhibiciones, como para saber contrarrestar el reduccionismo, la
superficialidad y la inconsistencia de tantas apreciaciones y enseñanzas
perniciosas y degradantes que se presentan, a veces, incluso con engañosa
apariencia científica.

Es sobre todo deber de los educadores cristianos proponer, hoy más que Deber de los
educadores
nunca, los valores y motivos naturales y sobrenaturales que afectan al poder cristianos

maravilloso de transmitir la vida, al amor que se expresa y se ofrece posible a


todos: desde la amistad hasta el auténtico misterio humano y cristiano del
55

matrimonio y la familia, abarcando también las opciones y aceptaciones de la


virginidad y del celibato por amor a Dios.26

Claro que renunciar a los placeres de la carne es un fraude si todo termina


con la muerte: "Si solamente para esta vida tenemos puesta nuestra esperanza en
Cristo, ¡somos los más desgraciados de todos los hombres!" (I Co. 15, 19).

La dignidad del cuerpo no alcanza su máximo acá en la tierra. Es en el Dignidad del


cuerpo y su
cuerpo donde sufrimos la muerte como consecuencia del pecado: "El máximo glorificación
final
enigma de la vida humana es la muerte. El hombre sufre con el dolor y con la
disolución progresiva del cuerpo. Pero su máximo tormento es el temor por la
desaparición perpetua" (Gaudium et Spes, 18).27

La Iglesia responde a ese como "instinto" del hombre que se resiste a


aceptar la perspectiva de la ruina total y del adiós definitivo y enseña que este
cuerpo de miseria será transformado en cuerpo de gloria, en un cuerpo espiritual,
incorruptible, que nos hará "revestir la imagen del Adán Celestial" (I Co. 15).

El cristianismo, opuesto al hedonismo y al maniqueísmo, considera la unión


Unión completa
con Dios y no el placer como fin último de la vida humana y tiene un gran respeto con Dios en la
resurrección
por el cuerpo del hombre al considerarlo como obra de Dios y templo vivo de la
Santísima Trinidad. Dios, encarnándose, hace al cuerpo el incomparable honor de
ser unido a la naturaleza divina en la única Persona del Verbo, que asume el
cuerpo humano para poder vivir como nosotros, trabajar como nosotros, sufrir
como nosotros y participar en la beatitud de la Santísima Trinidad después de la
Resurrección. Por tanto, debemos "preferir abandonar este cuerpo para ir a morar

26
Sobre el tema de la educación sexual se puede confrontar en Educación y proyecto de vida, ns. 47-50. San
Pablo condena la fornicación al responder a los libertinos que juzgaban que la misma era una necesidad
legítima para el cuerpo, al igual que comer y beber (I Co. 6, 12-19).
27
"El sentido de la vida y el sentido de la muerte son correlativos y, aunque parezca paradójico, nuestro
sentido de la muerte define más fuertemente nuestro sentido de la vida. La permanente posibilidad de la
muerte confiere a cada instante de la vida una especie de valor supremo en cuanto puede ser el último, y en
consecuencia, nuestra opción por el bien que debemos elegir, no admite dilación. Y así la muerte nos abre a
las más hondas perspectivas de la vida como oportunidad urgente para los valores. Toda educación tiene
como base una filosofía de vida y por ende, una hermenéutica de la muerte" (Educación y proyecto de vida, n.
46).
56

junto al Señor" (II Co. 5, 8), en espera de la resurrección de nuestro cuerpo, por la
que formaremos finalmente y para siempre el único Cuerpo de Cristo.

La inmortalidad cristiana es fundamentalmente comunidad de vida con el


Dios vivo y, por consiguiente, liberación del alma de la trágica situación de la
muerte en cuanto llega a ser capaz de actividad personal de gracia. La visión
inmediata de Dios después de la muerte subraya ciertamente la trascendencia del
espíritu sobre la materia, pero la vida divina del alma separada no es plenamente
humana, carece de la capacidad de relaciones interhumanas y con el mundo,
propias de un espíritu encarnado. El misterio de la resurrección de los muertos
es el que destaca la encarnación esencial del hombre: el alma divinizada
comunicará al cuerpo su manera divina de existir y, por ende, la función de la
corporeidad se renovará en plenitud.

La consecuencia principal de esta doctrina es el profundo cambio que


experimentan las ideas de salvación, muerte, resurrección, vida, pecado... Desde
este punto de vista, la salvación cristiana no se ha de entender individualistamente
como salvación de las almas, sino como participación en el reino de Dios en la
historia futura, sobre esta tierra y en esta vida. No consiste, por tanto, en la
evasión del alma del cuerpo, sino en la liberación progresiva del hombre entero del
poder de la muerte que reina en la carne. La muerte y la resurrección afectan a
todo el hombre, son acontecimientos personales, entran en la visión de las
relaciones religiosas entre Dios y el hombre.
57

Capítulo III

FORMACIÓN DE LA INTELIGENCIA. EL TRABAJO INTELECTUAL

Cuanto está oculto y cuanto se ve, todo lo conocí, porque la que todo
hizo, la Sabiduría, me lo enseñó... La sabiduría es un hálito del poder
de Dios, una emanación pura de la gloria del Omnipotente, por lo que
nada manchado llega a alcanzarla. Es un reflejo de la luz eterna, un
espejo sin mancha de la actividad de Dios, una imagen de su bondad.
Sab. 7, 21.25-26

Contenido

En este capítulo encontrará los siguientes temas:

3.1 El alma humana, sustancia intelectual


3.2 Verdad y certeza
3.3 Adquisición del saber
3.4 Autoeducación y heteroeducación. La función del docente
3.5 Aprendizaje: objetivo y métodos.
3.6 La inteligencia humana puede conocer verdades de orden
sobrenatural.

3.1 El alma humana, sustancia intelectual

Que el hombre es persona significa que su modo constitutivo fundamental El hombre:


“ser racional”
de ser y operar es la racionalidad. El hombre se gobierna a sí mismo gracias a su
inteligencia y voluntad; no existe simplemente como ser físico sino que posee en
sí una existencia más rica y más noble: la existencia espiritual propia del
conocimiento y del amor. Debido a ello el hombre es un todo, un universo en sí El hombre
microcosmos
mismo, un microcosmos que, merced al conocimiento, abarca el universo en toda
su extensión, y merced al amor puede darse libremente a otros seres que son
como él.
58

La vida espiritual del hombre se manifiesta primeramente en su actividad


El
intelectiva. El conocimiento se presenta como una actividad esencialmente distinta conocimiento
28
y enteramente superior a la materia. El conocimiento es la aprehensión de un ser
distinto del propio yo como otro, sin mezclarse o formar un compuesto con él. El
mismo ser que es en sí, comienza a existir en el acto de conocimiento como “algo
puesto delante”, distinto del acto subjetivo cognoscente, es decir, como “objeto”.

El conocimiento a través de los sentidos implica, como todo conocimiento, Conocimiento


sensitivo
cierto grado de inmaterialidad, pero este conocimiento sensorial depende
constantemente de la materia. Tal conocimiento está en una permanente
dependencia causal del órgano material: el ojo, el oído, etc., y del sistema
nervioso en general.

En cambio, el conocimiento intelectivo implica una independencia total de la


El conocimiento
materia, una inmaterialidad perfecta o espiritualidad. El acto espiritual aprehende intelectivo

el ser inmaterial a partir de las cosas materiales y también aprehende las esencias
de los entes puramente espirituales: ¿acaso algún vegetal o animal puede querer,
a la par de cosas que responden a sus necesidades biológicas, otras que no son
objetos de tendencias biológicas sino que responden a una teleología de otro
orden, como son la justicia, la verdad, la belleza, la paz, la patria, Dios...?

Las funciones vegetativas y sensitivas del hombre están condicionadas por


Conocimiento
las limitaciones de tiempo y espacio, por los órganos y objetos materiales: la sensible y
conocimiento
claridad y los colores del universo constituyen el objeto propio de la vista; el intelectual

28
Los teólogos han atribuido siempre al hombre un rango particularmente elevado entre las criaturas de Dios.
Un ser racional llamado por la gracia a participar en la beatitud de la vida divina, el hombre de la fe cristiana
puso a la filosofía frente a un problema casi insoluble. Por una parte, un teólogo ha de concebir al hombre
como dotado de un alma personal, inmortal, así como asegurar su futura beatitud. Por otra parte, la creencia
cristiana en la resurrección hace necesario para el mismo teólogo atribuir a la naturaleza humana como
conjunto, y no sólo al alma humana, una sustancial unidad.
Fue Santo Tomas el que pudo ofrecer una solución sobre la base de su propia concepción del acto de ser. La
clave está en esa clase de seres que él llamó “sustancias espirituales”. En la doctrina de Tomás de Aquino los
ángeles son sustancias separadas; esto es, son espíritus puros completamente libres de cuerpo. Las almas
humanas no son sustancias separadas, porque son formas de cuerpos; no obstante son sustancias espirituales.
A veces las llama “sustancias intelectuales” puesto que la intelectualidad es la principal nota de su
espiritualidad (Gilson, Etienne, Elementos de filosofía cristiana, pp. 261-263).
59

sonido, el del oído; los olores y sabores, los del olfato y los del gusto; la presión y
el dolor, el calor y el frío, la dureza y la suavidad, lo ligero y lo pesado, el objeto
propio del tacto... Pero ahora, al llegar al pensamiento, se nos abre un mundo
completamente nuevo, un universo de ideas y deseos, un panorama inmaterial
creador, una región libre de la materialidad de los sentidos. Podríamos decir que
uno de los fines de la vida humana es desarrollar sus facultades intelectuales,
llegar al “máximum” de conciencia, abrir los ojos del entendimiento para escribir
sobre la tabla rasa de su alma todo el orden del universo.

Por naturaleza el hombre desea conocer todas las cosas y siente placer en
todos los procesos del pensamiento porque gracias al entendimiento puede ir más
allá de los datos de los sentidos y aprehender las esencias de las cosas. Los
Proceso de
sentidos pueden registrar las cualidades fenoménicas de sus objetos materiales conocimiento

pero por el conocimiento intelectual el sujeto se “identifica” con el objeto que


conoce lo cual quiere decir que en el momento en que entiende realmente una
cosa, el sujeto es “informado” plenamente por la especie de la cosa entendida.
Una idea es la representación intelectual de la esencia del objeto; una idea
La idea o
es “verbo mental”: la “palabra” que la inteligencia se dice a sí misma acerca de lo verbo mental

que la cosa es; una idea es el “signo formal”, aquello en lo cual y por lo cual
conozco una cosa. Una idea no es algo innato a nuestro entendimiento (como
pretendía Platón y los intelectualistas) ni tampoco es el fruto del conocimiento que
nos proporcionan los sentidos. Sin embargo, en tanto el hombre es unión
sustancial de cuerpo y espíritu, la inteligencia tiene una dependencia objetiva de
las facultades sensitivas. Sentidos y entendimiento deben actuar simultáneamente
en la producción de las ideas, los sentidos deben proporcionar a la inteligencia las
imágenes de las cosas particulares y la inteligencia debe abstraer de esas
imágenes una idea universal.

El acto propio de la inteligencia, la aprehensión del ser, es siempre


Acto propio
inmaterial aun en las cosas materiales, y no podría ser aprehendido por una de la
inteligencia
facultad totalmente dependiente de un órgano. Aunque la inteligencia comience a
60

ponerse en contacto con el ser a través de los sentidos y, por ende, aprehende Por el
conocimiento el
primero el ser de las cosas materiales, sin embargo, su objeto formal es el ser en hombre es
cuanto ser, que comprende todo el ámbito de la realidad posible y actual, sin superior a todos
los seres.
excluir el ser infinito de Dios. Por la inteligencia, el hombre se eleva del
conocimiento sensible al intelectual y de lo singular a lo universal. Y por ella es
superior a todos los demás seres de este mundo:

“Tiene razón el hombre, partícipe de la luz de la mente divina, al creerse, por su


inteligencia, superior al universo de las cosas. A fuerza de aguzar, siglo tras siglo,
su propio ingenio, ha sido Él quien ha creado el progreso en las ciencias empíricas
y en las artes y técnicas liberales, y en la era actual ha obtenido sus grandes
éxitos, sobre todo en la investigación del mundo material y en la tarea de
someterlo a su imperio. Siempre, sin embargo, supo buscar y encontrar una
verdad más profunda, ya que su inteligencia no se limita exclusivamente a lo
fenoménico, sino que es capaz de alcanzar con verdadera certeza la realidad
inteligible, y eso a pesar de que, como consecuencia del pecado, se encuentra
parcialmente débil y a oscuras” (Vaticano II, Gaudium et Spes, 15)

Es propio y Aprehende la
específico de los imagen de las
Sensible
sentidos (vista, oído, cosas particulares
gusto, olfato y tacto)

Conocimiento Ambos deben actuar simultáneamente


humano
por ser el hombre cuerpo y espíritu.
Es propio y Aprehende el ser (idea
Intelectual
específico de la o verbo mental) de las
inteligencia. cosas
Es decir

Aprehende la esencia
de la realidad, la
El acto del entendimiento se llama VERDAD
intelección y su fin es la adquisición de la
verdad: “Solo la verdad es el objeto propio
de la inteligencia y sólo ella debe llenar el
entendimiento”
61

El “uso de la razón” es la nota específica de la naturaleza humana. Si el La VERDAD


objeto de la
hombre no lo alcanza o lo pierde, no deja de ser persona, pero carece de inteligencia

personalidad: es un demente. El acto del entendimiento se llama intelección y su


fin es la adquisición de la verdad:

“Solo la verdad es el objeto propio de la inteligencia y sólo ella debe llenar el


entendimiento, porque en ella está el bien de las naturalezas inteligentes, y su fin y
su perfección; de modo que la enseñanza no puede ser sino de verdades, tanto
para los que ignoran como para los que ya saben, esto es, para dirigir a unos al
conocimiento de la verdad y conservarlo en otros. Por esta causa, es deber propio
de los que enseñan librar del error a los entendimientos y cerrar el camino que
conduce a opiniones engañosas” (Leon XIII, Libertas, 32)29

3.2 Verdad y certeza


alma
El acto del entendimiento se llama intelección y su objeto es la adquisición
de la verdad: Sólo la verdad es el objeto propio de la inteligencia ...
Pero ¿qué es la verdad?, ¿es posible conocer algo verdaderamente?
Vivimos en un época denominada “posmoderna”, que tiene entre sus
características principales la imposibilidad de que el hombre pueda encontrar un
sentido a su vida y a los acontecimientos del mundo. La posmodernidad es la
época de lo provisional y lo fugaz.

Frente a lo difícil que resulta al hombre la “búsqueda de la verdad”, la historia


de la filosofía nos muestra algunas corrientes de pensamiento que han tratado de
responder a este problema:
62

a- Eclecticismo: adopta ideas derivadas de diferentes pensadores sin


discernir sobre su coherencia ni sobre el contexto histórico en el que se
originan.
b- Historicismo: niega la validez perenne de la verdad. Fundamenta el valor
de un pensamiento en su adecuación a un determinado período y a un
determinado objetivo histórico. Las escuelas filosóficas del pasado no
sirven para explicar los acontecimientos del presente porque fueron
elaboradas en otra época y para otra cultura.
c-Cientificismo: sólo reconoce valor a las conclusiones que proceden de las
ciencias exactas. Afirma que los juicios filosóficos y teológicos proceden de
la imaginación y pertenecen al campo de las creencias subjetivas. Niega
que el hombre pueda encontrar las razones metafísicas que explican los
fenómenos. “La noción de ser es imaginada para dar lugar a lo puro y
simplemente fáctico”.
d- Pragmatismo: deja de lado las consideraciones teóricas y las valoraciones
éticas para afirmar el valor de las conductas útiles. La verdad o error son
fruto del consenso social.

Estas corrientes de pensamiento oscurecen y confunden, apartan al hombre


del camino que conduce a la verdad. Así, en oposición al optimismo racionalista
que “veía en la historia el avance victorioso de la razón y una fuente de felicidad y
de libertad”, actualmente se difunde una postura nihilista que “rechaza todo
fundamento y niega toda realidad objetiva” (Juan Pablo II, Fides et ratio, 86-91)

Debemos insistir, la inteligencia se perfecciona en el conocimiento de la


verdad, pero... ¿qué es la verdad?: La “verdad lógica” designa la “conformidad del
espíritu con el ser de las cosas”, por ejemplo, cuando digo “el hombre es el sujeto
de la educación” enuncio un juicio verdadero, adecuado a la realidad. Esa verdad
lógica supone la “verdad ontológica”, un ser es verdadero en tanto responde a la
63

idea que tuvo el que la hizo. Las cosas creadas son verdaderas en tanto
responden al contenido intencional del acto del Creador.

Frente a la verdad podemos tener dudas pero cuando el objeto de


conocimiento se nos manifiesta claramente, cuando se nos hace evidente, surge
en nosotros la certeza, que es un estado de seguridad que resulta de la firme
adhesión de la inteligencia a una verdad conocida.
La certeza es metafísica cuando se funda en la misma esencia de las
cosas; es física cuando se funda en la experimentación o en las leyes de la
naturaleza; es moral cuando se funda en las leyes psicológicas que rigen la
conducta humana.

¿Por qué nos cuesta tanto conocer algo verdaderamente? Porque


nuestra inteligencia es falible y puede equivocarse por falta de atención, de
memoria o de profundidad. Creemos que algo es de determinada manera cuando
en realidad es otra cosa. Muchas veces nuestros errores no tienen causa
intelectual sino moral: la “vanidad” por la cual rechazamos las enseñanzas de
otras personas; el “interés” por el cual adherimos a juicios que nos favorecen de
alguna manera; la “pereza” por la cual retrocedemos ante el esfuerzo que supone
el estudio y aceptamos juicios convenientes sostenidos por la mayoría.
Todos los docentes debemos educarnos y educar en el “amor a la verdad”
que nos inclina a desconfiar de nuestras propias razones, a juzgar con
imparcialidad, a proceder con paciencia y a perseverar en el trabajo intelectual que
supone el encuentro con la verdad.

3.3 Adquisición del saber

Entendemos por “formación intelectual” aquella que tiene por objeto la Entendi-
miento:
adquisición de las virtudes propias de la facultad intelectiva. Aunque es el hombre Sujeto
entero quien se forma, el sujeto inmediato de la formación intelectual es el inmediato de
formación
64

entendimiento; de la misma manera que la voluntad es la potencia a la que


propiamente se dirige la formación moral en su más específico sentido.

En primer lugar debemos considerar las virtudes intelectuales primarias, a Virtudes


intelectuales
las que Santo Tomás denomina “gérmenes o semillas del saber”, tanto primarias o
intelecto
especulativo como práctico. Estos hábitos primarios no se logran por el solo
esfuerzo personal ni tampoco recibiendo una enseñanza; estos hábitos
constituyen el “intelecto” (que no es la simple inteligencia sino la inteligencia
informada por los primeros principios especulativos y por la “sindéresis”)

La formación intelectual no se refiere a esos hábitos como a un término u


La ciencia:
objeto a conseguir, sino que el hombre necesita estas virtudes principales antes virtud
intelectual
de formar su entendimiento y justamente para poder formarlo, o sea, adquirida

perfeccionarlo con las virtudes intelectuales adquiridas. En efecto, las virtudes


intelectuales que se adquieren como fruto de la investigación o como resultado de
un aprendizaje son saberes humanos: ciencias, que tienen su fundamento y
punto de partida en unos pocos principios totalmente primarios y enteramente
demostrables. La indispensable posesión habitual de los principios radicales de las
ciencias no es ella misma un hábito formalmente científico, sino pre-científico, lo
mismo que esos principios son también anteriores a las verdades que las ciencias
formulan.

La potencia intelectiva no adquiere los hábitos de los primeros principios,


porque no hace ninguna actividad para llegar a tenerlos, sino que simplemente se
limita a recibirlos. Estos hábitos son, por tanto, naturales a la facultad intelectiva,
ya que ésta los posee sin necesidad ni posibilidad de aplicarse a lograrlos. Así, por
ejemplo, el principio de que “el todo es mayor que la parte” no necesita prueba; es
un juicio cuya verdad se conoce por el puro hecho de conocer sus términos.

Las virtudes intelectuales primarias (intelecto) tienen razón de “luz” Intelecto o


virtudes
intelectual, por la cual la potencia es iluminada desde adentro, es naturalizada y intelectuales
primarias
perfeccionada para conocer un determinado objeto. Algo parecido a esa virtud
65

visiva, luz interior, que tiene el ojo y de la cual brota activamente la visión. No
obstante, el hábito de los principios que tiene su germen o incoación en la Los
primeros
naturaleza, debe lograr su perfección y acabamiento por propia actividad. principios
Este hábito intelectual dará certeza última a nuestro conocimiento porque
los primeros principios son evidentes “per se” su notabilidad no está condicionada
a nada ni a nadie. Además, abarcan un vasto campo de conocimiento: es una
iluminación que comprende los principios de contradicción, identidad, tercero
excluido... Se extiende a los productos de la simple aprehensión y a los juicios
matemáticos (que se hacen inmediatamente patentes una vez conocidos los
términos). Si añadimos la sindéresis (primer principio del obrar práctico por el cual
el hombre se relaciona con el orden moral), podemos hablar de una verdadera
“razón naturalmente recta” que nunca yerra y brilla en el alma de todo hombre
inclinándolo a querer el bien.

En razón de esta iluminación natural el hombre puede ponerse en camino Medio


para alcanzar el fin, también natural, que Dios le ha preparado. A su espíritu se para
alcanzar
hacen presentes, por los rayos luminosos de esta luz, los grandes caminos de la la vida
virtuosa
virtud natural adquirida que darán al hombre la posesión virtuosa de su existencia.
De este modo se hará un verdadero “señor de sus actos” y podrá ordenar su
libertad a la consecución del bien natural que le mostrará la luz de su propia razón.

Sobre la base de las virtudes primarias del entendimiento, el hombre


adquiere la formación intelectual de dos maneras: o por sí mismo o por la
enseñanza que recibe de otro hombre.

El proceso esencial de la razón en la adquisición del saber (que es Génesis de la


adquisición
común al autoaprendizaje y al heteroaprendizaje) es el que tiene como punto de del saber

partida los primeros principios; y como etapas o fases intermedias, en primer


lugar, la aplicación de esos principios a materias u objetos determinados, y luego,
sobre la base de las conclusiones obtenidas, la aplicación a otras nuevas
materias que son más determinadas o particulares que las anteriores, y así
sucesivamente. La marcha de la razón hacia el saber es el tránsito lógico del
66

fundamento a lo fundamentado, de las premisas a la conclusión. La adquisición y


el incremento del saber requiere que las verdades ignoradas pasen a ser no
Adquisi-
solamente conocidas, sino también sabidas, es decir, basadas y fundamentadas ción de la
ciencia
en las que ya se poseen. De lo contrario no se produce ciencia, pues la ciencia
requiere demostración, la prueba lógica que hace ostensible el nexo entre la
conclusión y sus principios.

Los primeros principios, que son el fundamento y el supuesto de todo el Adquirir


saber humano, no forman parte de él, no se adquieren por ciencia. Son el saber es
aplicación
simplemente objeto de una pura intuición: la natural e inmediata captación de la de los
primeros
evidencia que tienen en sí mismos. La génesis del saber, en cambio, se verifica principios
aplicando principios generales a cosas particulares. Adquirir el saber consiste en
particularizar y concretar, refiriendo a nociones más complejas, las verdades que
conoce todo hombre. Lo que todavía no se posee de una manera científica, se
hace objeto de ciencia al resolverlo en los principios primeros y comunes de las
virtudes intelectuales.

El saber se posee en la medida en que las nociones integrantes de los


primeros principios se sustituyen por otras más determinadas y actuales que
estaban en potencia en las primeras. Tal sustitución, que representa un tránsito de
lo implícito a lo explícito, no sería posible si el entendimiento no tuviera una doble La doble
capacidad del
intelecto.
capacidad:

a) De elaborar conceptos más complejos que los que hacen de sujeto y


predicado en los principios comunes de las ciencias.

b) La de aplicar a esos nuevos conceptos la validez de los primeros


principios.

Ambas cosas las puede hacer un hombre por sí solo o por medio de la
ayuda de otro hombre.
67

Entendimiento Ciencia

Virtudes intelectuales Virtudes intelectuales adquiridas


primarias Proceso de adquisición de la
ciencia en base a los primeros
principios

implica
Hábito de los primeros Hábito de conocer las
principios verdades con prontitud,
facilidad y deleite

- Aplicar los principios generales a


cosas particulares.
- Particularizar y concretar las
verdades y los principios
universales.
- Explicitar lo implícito.
A fin de que las verdades ignoradas pasen
- Resolver lo que no se conoce en a ser verdades sabidas y fundamentadas.
los principios primeros y comunes.
- Transitar de las premisas a la
conclusión, del fundamento a lo
fundamentado

Cuyas notas
1. Uni6n sustancial de cuerpo y
distintivas son alma
Persona 2. Interioridad e
incomunicabilidad
El hombre
3. Apertura a la trascendencia, a
sus semejantes
y a las cosas.
4. Singularidad y su carácter
inconfundible.
5. Voluntad libre y su capacidad
de conocer la verdad
Es por dichas
características
Sujeto de la Educación

A su perfeccionamiento intencional, a la realización de todas las


posibilidades de ser.
Y por tanto llamado a la A ser conducido al estado perfecto de hombre en tanto hombre
Educación
(ESTADO DE VIRTUD)

A una forma de vida que le prepare un modo de vivir más perfecto .


68

EDUCACIÓN

requiere de

FORMACIÓN

INTELECTUAL

Aprendizaje o Enseñanza

Adquisición del saber implica

Ayuda del maestro para que el discípulo


Actividad de adquiera la CIENCIA que consiste en que las
asimilación de la verdad verdades ignoradas pasen a ser no sólo
por parte del discípulo. conocidas sino sabidas (fundamentadas)

3.4 Autoeducación y heteroeducación. La función docente

Enseñar no es otra cosa que ayudar a otro hombre a adquirir el saber. La Enseñar

enseñanza consiste en la ayuda que brinda el maestro a la operación del


discípulo. El arte del maestro es igual al arte del médico. Pertenece al género de Arte del
maestro
aquellas artes cuya materia tiene por sí misma un cierto principio activo para el
efecto que se pretende conseguir. El efecto de la enseñanza es de la clase de los
Efecto de la
que se pueden obtener tanto por la naturaleza sola de algún hombre como enseñanza
también por el arte del maestro; y cuando se produce de esta segunda manera, el
maestro debe hacer lo mismo que hace la naturaleza para alcanzar ese efecto. El
arte imita a la naturaleza, es decir, procede esencialmente igual que ella.

En el fondo, las proposiciones de la ciencia que se nos presentan


permanecen tan extrañas a la inteligencia como las cosas mismas que se trata de
conocer; ellas tienen solamente la ventaja de corresponder, como signos, a ideas
ya elaboradas y puestas en orden. Esto nos facilita el pensamiento pero no lo
Necesidad de
suple. La enseñanza solo nos otorga medios de obrar espiritualmente, como la un espíritu
dispuesto
69

medicina ofrece a nuestros cuerpos medios para su curación; pero de igual


manera que ninguna medicina tiene poder alguno sobre un cuerpo inerte, ninguna
enseñanza triunfa sobre un espíritu negligente.

Señor de sí mismo
Sujeto del
Proceso Libre: con tendencia al bien universal
HOMBRE
educacional Imagen y semejanza de Dios.
distingu Perfectible
Estructura de sustancia y accidente
e

Principio
intrínseco
PROCESO activo: Actualización de
Alumno las capacidades
EDUCACIONAL
En el que Principio
se productor
o causa
distingue eficiente ALUMN
Principio Arte
Fomento de
O
Extrínseco de
la virtud
MAESTRO educar
Principios
extrínsecos,
ordenadores
y Conocimiento
productores
MAESTR
Desarrollo del fin
O perfectivo (inteligencia)
o
desenvolvimiento Tendencia a
de la bondad realizarlo
(voluntad)

Determinación
natural

.
70

Carta dirigida por Sto. Tomás a un joven dominico de nombre Juan


aconsejándole sobre el modo de estudia

Juan, carísimo en Cristo:

Puesto que me preguntaste de qué manera


conviene que te empeñes en adquirir el tesoro de la ciencia, tal es el consejo que
te transmito:

1.- Elige introducirte por los pequeños ríos, no directamente en el mar,


porque es necesario llegar a las “cosas” más difíciles a través de las más fáciles.
Por tanto ésta es mi advertencia y mi instrucción.

2.- Deseo que seas tardo en el hablar y que llegues tarde al locutorio.

3.- Mantén pura la conciencia.

4.- No dejes de entregarte a la oración.

5.- Ama <estar> frecuentemente <en> la celda si quieres ser introducido en


la bodega del vino.

6.- Muéstrate amable con todos

7.- No indagues en absoluto acerca de las acciones ajenas.

8.- No te muestres familiar a nadie porque la excesiva familiaridad engendra


desprecio y distrae del estudio.

9.- No te entrometas, de ningún modo, en las palabras y en las acciones de


los seglares.

10.- Huye el tratar acerca de todos los temas


.
11.- No dejes de imitar las huellas de los buenos y de los santos
.
12.-No te fijes de quien viene lo que oigas, pero todo lo que de bueno se
diga, encomiéndalo a la memoria.

13.- Procura entender cuanto leas y escuches


.
14.- Adquiere certeza respecto de las cosas dudosas.
71

15.- Guarda con diligencia en el armario de tu mente todo lo que puedas


como quien desea colmar un vaso.

16.- No escrutes las cosas que te superan.

Siguiendo estas huellas producirás y llevarás a la Viña del Señor de los


Ejércitos frutos y verdores útiles durante toda tu vida. Si permaneces fiel a estos
consejos podrás alcanzar lo que deseas.

(Fuente electrónica: Universidad Virtual Santo Tomás de Aquino –U. V. S. T.- Fundación
Balmesiana, España, 2002)

3.5 Aprendizaje: objetivo y métodos.

La educación, en cuanto auxilio perfectivo de las potencias del hombre, se Educación


Intelectual
propondrá una serie de objetivos en orden a la educación intelectual de las
personas, para que éstas alcancen la verdad con prontitud, facilidad y deleite:

a. Dotar al entendimiento de una gran capacidad para “ver”, es decir, hacerlo ágil
Objetivos
para “leer” en los libros, en la naturaleza y en los acontecimientos de la vida.

b. Capacitarlo para que establezca con prontitud muchas y variadas relaciones


con los diversos objetos.

c. Disciplinarlo para que tienda con exactitud y precisión al fondo de las


cuestiones, a fin de evitar la superficialidad.

d. Hacerlo humilde para que comulgue con la verdad. Que no piense nunca que ya
sabe “todo” de todas las cosas. De ese modo evitará tanto la desvalorización de la
razón (“nada puede ser conocido”), como el racionalismo (“todo es fácilmente
cognoscible”).

e. Formarlo en el juicio criterioso a fin de que esa inteligencia, en posesión de


ideas básicas y profundas, pueda valorar con rectitud las nuevas adquisiciones
que se le ofrecen.
f. Orientarlo no sólo a la especulación teórica sino también al saber práctico ya
que las conquistas intelectuales se convierten en “sabiduría” cuando sirven para el
72

mejor vivir del hombre: “La naturaleza intelectual del hombre se perfecciona por la
sabiduría, que atrae suavemente a la mente humana hacia la búsqueda y el amor
de la verdad y del bien. Guiado por ella, el hombre trasciende de lo visible a lo
invisible... Por un don del Espíritu Santo, el hombre es capaz de contemplar y
gustar por la fe el misterio del divino consejo”.30

Estos objetivos de la educación intelectual se alcanzan gracias a dos


medios que son comunes a toda tarea educativa: la instrucción y la disciplina. Medios de la
educación
intelectual:

Este trabajo intelectual consiste en una metodología del conocimiento que


Instrucción
busca:

1) Estudiar en primer lugar las cosas menos complicadas, porque la


Disciplina
inteligencia debe llegar al conocimiento de las cuestiones más difíciles cuando ha
pasado por las más fáciles. Para aprender es necesario haber recorrido lo sencillo
y lo fácil: “desde los arroyos, no de repente, es necesario llegar al mar” (Sto.
Tomás).

2) Retener todo lo que dice de bueno, cualquiera sea la persona que lo


diga. Lo que interesa al hombre es comprender que la verdad está en todas
partes, y que delante de él pasa una corriente continua que podría activar su alma:
“La sabiduría grita en las calles, levanta su voz en las plazas, predica en los
barrios populosos; en las puertas de la ciudad hace oír sus palabras: ¿hasta
cuándo, ignorantes, amaréis vuestra ignorancia?... Volveos... y yo desparramaré
sobre vosotros mi espíritu... Extiendo mi mano y nadie se cuida de ello” (Prov. 1,
20-24).

Ese urgente llamado de lo verdadero, si fuese escuchado, daría una


amplitud insospechada al espíritu y lo enriquecería más que muchas sesiones
laboriosas.

30
Gaudium et Spes, n. 15. Además, “Surge de aquí la necesidad de cultivar la observación, la apertura a la
realidad, la respetuosa actitud contemplativa ante la naturaleza, el criterio para discernir, la actitud sanamente
crítica y valorativa, la capacidad de interpretar los hechos y el sentido de los signos de los tiempos. En
síntesis, voluntad de verdad y justicia como fidelidad al ser, prudencia como virtud rectora hacia los fines
propios de cada cosa: ubicarse” (Educación y proyecto de vida, n.33).
73

3) Comprender a fondo todo lo que uno aprende, es decir, profundizar,


ampliar, precisar y relacionar lo que uno lee o escucha. Cuanto más valiosa es
una idea, menos interesa saber de dónde viene. Lo que importa en un
pensamiento no es tanto su origen cuanto sus posibilidades. Es necesario
elevarse a la indiferencia de las fuentes. Sólo la verdad tiene derechos, y los tiene
así la haya manifestado Aristóteles, Leibniz, Pascal, Hegel o Marx; “no importa
quien lo dice sino lo que dice”.

4) Tratar de grabar en la memoria todo lo que se pueda. Esto no quiere


decir que hayamos de ejercitar la memoria sin discernimiento y recargarnos con el
mayor número posible de nociones, de hechos, de imágenes, de textos. Es
necesario retener todo lo que se pueda pero siempre que sea útil. Hay cosas que
todo el mundo tiene obligación de saber y tener siempre presentes, otras que no
puede ignorar ningún intelectual, y otras que se relacionan con la propia
especialidad y que si uno no supiera sería tachado, con toda justicia, de
negligente. Evidentemente, lo que está unido a nuestro espíritu por los vínculos de
la memoria, obra más fuertemente sobre él.
5) No buscar nunca lo que se encuentra por encima de la propia
capacidad. Para alcanzar el éxito se requieren siempre las mismas condiciones:
reflexionar en el comienzo, empezar por el principio, proceder con método,
avanzar con lentitud, dar todo lo que se pueda. La reflexión inicial tiene por
principal objeto determinar aquello para lo que estamos hechos. El “conócete a ti
mismo” de Sócrates, no es solamente la clave de la moral, sino también de toda
vocación, ya que ser llamado para alguna cosa es ver señalado un camino propio
en la amplitud de la vida humana. (Para profundizar este tema recomendamos la
lectura de Sertillanges, 1981, La vida intelectual)

Para responder al urgente


El hombre en cuanto ser
necesita Educación VERDAD
dotado de inteligencia Llamado de la
Intelectual

Que se logra por

Instrucción Que tienen por objeto


Y Disciplina
74

La función del maestro es directiva del encaminamiento del discípulo a la Función del
maestro
posesión del saber. El maestro conduce y guía al discípulo por el camino que lleva
a la verdad, facilitándole el acceso a ella y desviándole de las sendas del error.
Pero la causa principal del aprendizaje es el mismo discípulo, en tanto que tiene
una potencia activa de adquirir el saber. Todo lo que el maestro hace es ayudar al
discípulo, confortarlo, poner a su disposición los medios que necesita para que él
mismo, usándolos y no simplemente recibiéndolos, alcance la verdad que se le
31
enseña.

La mostración del nexo entre los principios y las conclusiones, que es lo


más que el maestro puede realmente hacer por el discípulo, no determina en éste
la adquisición del saber si no va acompañada o seguida del acto de comprenderla.
El maestro no podría adoctrinar al discípulo si éste no usara lo que aquél le da,
incorporándolo de una manera vitalmente activa a su facultad de entender.

No obstante, la fuente del saber no está en los libros ni en los maestros; Fuente del
está en la realidad y en el pensamiento. Los libros son postes señaladores; el saber: la
realidad
camino es más antiguo, y nadie puede hacer por nosotros el viaje de la verdad. Lo
que dice un escritor no es lo que principalmente importa; lo que nos interesa es lo
que es, y nuestro espíritu se propone no repetir sino comprender, vale decir, tomar
para sí, o con otras palabras, absorber vitalmente y, en fin, pensar por sí mismo.
Una vez oída la palabra, hemos de obligar al alma a repetírsela a sí misma,
después del autor, y tal vez gracias a él, pero en definitiva independientemente de
él. Hemos de volver a crear toda la ciencia para nuestro servicio.

El que aprende tiene que ir reproduciendo lo que le va diciendo el que le Tarea del que
aprende
enseña, y este reproducir es un verdadero producir los actos de intelección
correspondientes a los que hace el maestro. Por eso éste, por medio de la

31
Sto. Tomás de Aquino dice que el maestro realiza la enseñanza de tres maneras: “ofreciendo a la
consideración del discípulo los principios que éste ya conoce...; llevando esos principios a las conclusiones y
proponiendo ejemplos sensibles con los que se forman en el alma del discípulo las imágenes necesarias para
la intelección” (cfr. Contra Gentiles, II, 75 ad 3). Es decir que la función del maestro tiene como objetivos: el
de ayudar al entendimiento del discípulo y el de confortarlo en su tarea de extraer conclusiones.
75

palabra, es solamente una ayuda para aquél, aunque el maestro es la causa


principal de aquello que ofrece al discípulo para ayudarle.

La función subsidiaria del maestro no debe interpretarse como algo que Función
subsidiaria del
disminuya su importancia. La enseñanza tiene el valor de una causa maestro

esencialmente activa en la adquisición del saber del discípulo. El maestro debe


hacer que el discípulo haga las operaciones necesarias para alcanzar la ciencia.
Todo ello, claro está, dentro del plano de las causas segundas, pues la suprema y
absoluta causa de todas estas causas es solamente Dios, de quien dimana la
misma luz del entendimiento, tanto de la que posee el discípulo como de la que
tiene el maestro; y en general toda eficiencia propia de los seres creados.32

Recientemente, David Ausubel difundió su teoría del “aprendizaje” El aprendizaje


en Ausubel
significativo que armoniza notablemente con estos principios pedagógicos. Para
este autor, toda la psicología evolutiva podría reducirse a un solo enunciado: “de
todos los factores que influyen en el aprendizaje el más importante es lo que el
alumno ya sabe. Averígüese esto y enséñese tomándolo en cuenta.”
El “aprendizaje significativo” requiere del alumno un esfuerzo mayor que el Ausubel y el
aprendizaje
simplemente repetitivo por eso debe estar más motivado para prestar atención a significativo

las relaciones entre lo que aprende y lo que ya sabe. El mismo Ausubel dice: “El
deseo de saber, la necesidad de logro y de auto superación y la involucración del
yo en un campo determinado de estudios determinado... Estas variables generales
afectan a condiciones relevantes del aprendizaje, como el estado de alerta. La
atención, el nivel de esfuerzo, la persistencia y la concentración”.

32
En realidad, la naturaleza se cura sola, y el espíritu no es esclarecido sino por su propia luz, a menos que se
diga con las palabras del Salmo: “La luz de tu paz está impresa en nosotros, oh, Señor” (Sal. 4, 7). “De este
modo, Dios es, en definitiva, nuestro único Maestro, el que nos habla en lo íntimo, y de nuestra unión con Él
nos viene toda instrucción; de hombre a hombre, el pensamiento es estrictamente incomunicable” (Santo
Tomás, De Magistro, q. XI, a. 1).
76

3.6 La inteligencia humana puede conocer verdades de orden sobrenatural

La realidad no se agota en el mundo visible sino que trasciende al infinito, y


Conocimiento
la inteligencia humana debe abrirse a la posesión de verdades que no puede de verdades
de orden
conquistar por sus solas fuerzas naturales: sobrenatural

“Siendo claro principio que se deben aceptar muchas verdades del orden
sobrenatural que superan en mucho a la capacidad de toda inteligencia creada, la
razón humana, conocedora de su propia debilidad, no se atreva a pretender cosas
superiores a ella, ni a negar aquellas verdades, ni a medirlas por su propia
capacidad, ni a interpretarlas a su antojo; antes bien, debe recibirlas con plena y
humilde fe y tener a sumo honor el que, por beneficio de Dios, le sea permitido
servir como esclava a las doctrinas celestiales y, de algún modo, llegarlas a
conocer” (Pio XII, Aeterni Patris, 8).

La fe es una virtud teologal infundida por Dios en el entendimiento, por la La Fe: virtud
teologal
cual asentimos firmemente a las verdades divinas reveladas por la autoridad o
testimonio del mismo Dios que revela. Al revelarnos su vida íntima y los grandes
misterios de la gracia y la gloria, Dios nos hace ver las cosas tal como Él las ve,
desde un punto de vista divino.33
La fe es el fundamento de la justificación; sin ella es imposible agradar a
Dios y llegar a formar parte del número de sus hijos. Por la fe conocemos con
claridad y certeza el fin de la vida y la misión que se nos ha encomendado al ser
llamados a la existencia para poder consagrarnos íntegramente a la conquista de
ese fin último. El conocimiento claro del fin hacia el cual se marcha es la condición
primaria indispensable de toda acción enérgica y decidida.

Las verdades divinas no son cognoscibles por la sola luz natural de la


Necesidad de
razón, sino solamente por revelación de Dios. Esta revelación se inició desde la Revelación

33
“Cuando Dios revela, el hombre tiene que someterse con la fe. Por la fe el hombre se entrega entera y
libremente a Dios, le ofrece el homenaje total de su entendimiento y voluntad, asintiendo libremente a lo que
Dios revela. Para dar respuesta de la fe es necesaria la gracia de Dios, que se adelanta y nos ayuda, junto con
el auxilio interior del Espíritu Santo, que mueve el corazón, lo dirige a Dios, abre los ojos del espíritu y
concede a todos el gusto de aceptar y creer en la verdad. Para que el hombre pueda comprender cada vez más
profundamente la revelación, el Espíritu Santo perfecciona constantemente la fe con sus dones” (Concilio
Vaticano II, Dei Verbum, n. 5).
77

tiempos muy remotos por intermedio de hombres que hablaban en nombre de


Dios e inspirados por Él. Pero todo ese largo período de las profecías sólo fue una
preparación. La verdadera revelación de Dios, en el sentido pleno de la palabra,
se consumó por Jesucristo.34

La misión de los profetas y de los patriarcas del Antiguo Testamento Misión de


consistió en señalar a Cristo. Por su parte, Cristo demostró con sus numerosos Cristo y los
Profetas
milagros, y en especial con su resurrección, que Él era enviado por Dios para traer
a los hombres a la Verdad. Jesucristo dice que es el Hijo de Dios hecho hombre y
la Verdad encarnada: “Yo soy... la Verdad” (Jn. 14,6).

El Verbo ilumina al hombre dotado de naturaleza racional y lo hace partícipe


de la luz de Dios, precisamente allí donde ha sido naturalmente hecho a su
imagen y semejanza: “Él era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene
a este mundo” (Jn. 1, 9).

La Fe y la
“Con razón recuerda el Concilio Vaticano I los excelentes beneficios que la fe
inteligencia
presta a la inteligencia: la fe libra y defiende a la razón de los errores y la instruye
en muchos conocimientos. Por ello el hombre, si fuera cuerdo, no culparía a la fe
como enigma de la razón y de las verdades naturales, antes bien debería dar
gracias a Dios y alegrarse vehementemente de que, entre las muchas causas de
la ignorancia y en medio de las olas de los errores, le haya iluminado aquella fe
santísima, que como una estrella amiga le muestra seguro el puerto de la verdad,
sin ningún temor a errar” (Pio XII, Aeterni Patris, 8)

Por consiguiente, el sentido íntimo y propio de la fe es una afirmación de


La Fe:
Cristo. La fe es aceptar a Cristo, es decir un sí rotundo a la revelación de Cristo. afirmación
de Cristo
La fe es un contacto espiritual con Cristo: “Cristo habita en nuestros corazones por
34
“Dios habló a nuestros padres en distintas ocasiones y de muchas maneras por los profetas. Ahora, en esta
etapa final nos ha hablado por su Hijo” (Hb. 1, 1-2). “Pues envió a su Hijo, la Palabra eterna, que alumbra a
todo hombre, para que habitara entre los hombres y les contara la intimidad de Dios. Jesucristo, Palabra hecha
carne, hombre enviado a los hombres, habla las palabras de Dios y realiza la obra de la salvación que el Padre
le encargó. Por eso, quien ve a Jesucristo, ve al Padre; pues Él, con su presencia y manifestación, con sus
palabras y obras, signos y milagros, sobre todo con su muerte y gloriosa resurrección, con el envío del
Espíritu de la verdad, lleva a plenitud toda la revelación y la confirma con testimonio divino; a saber, que
Dios está con nosotros para librarnos de las tinieblas del pecado y de la muerte y para hacernos resucitar a una
vida eterna” (idem, n. 4).
78

la fe” (Ef. 3, 17). La fuente de ese contacto con Cristo es el bautismo, porque este
sacramento nos regenera en la vida espiritual y nos hace partícipes de la Vida del
Importancia
Señor. Así, unidos a Cristo, Cabeza, desciende a todos los miembros del Cuerpo del Bautismo
para participar
Místico la sensibilidad espiritual que consiste en el conocimiento de la verdad.
en la vida de
Mediante este contacto espiritual con Cristo, el hombre bebe en Él la vida eterna. Cristo

La vida moral del hombre consistirá por tanto en caminar a la luz de Dios
que se nos da por la gracia santificante, la fe, la profecía, la ciencia teológica, los
dones del Espíritu Santo y la contemplación infusa, pero radicalmente por Cristo
que es la luz del mundo. La fe en Cristo da al hombre el acceso a un saber
superior, un saber que no es teórico sino vital: “Conocerle a Él con el poder de su
resurrección y la comunión en sus sufrimientos” (Fil. 3, 8).

Creer significa entrar en contacto vital con Cristo, plenitud y fuente de Vida, Qué es de
Síntesis
y como Cristo es la Palabra del Padre, por Él entramos en contacto con el Padre. Fe y razón
creer
– de fe y
Cristo derrama sobre nuestra alma su plenitud de luz y vida. Creer, es, pues, una ciencia
entrega a Cristo; es apropiarse la ciencia divina e iluminar con su indefectible
claridad los problemas de nuestro propio ser y el fin último de nuestra existencia.
En su mensaje a los intelectuales, los obispos latinoamericanos reunidos en
Puebla de los Ángeles, decían:

“Se espera de ellos especialmente estudios e investigaciones con miras a la


síntesis entre la ciencia y la fe. Exhortamos a todos los pensadores conscientes
del valor de la sabiduría –cuya primera y última fuente es el Logos– y preocupados
por la creación del humanismo nuevo, a que tengan en cuenta la gran afirmación
de la Constitución Gaudium et Spes: «El destino futuro del mundo corre peligro si
no se forman hombres más instruidos en esta sabiduría». Para esto, es necesario
un gran esfuerzo de diálogo interdisciplinario de la teología, la filosofía y las
ciencias, en pos de nuevas síntesis" (Documento de Puebla, 1240).35

35
Además, “A pesar de que la fe esté por encima de la razón, jamás puede haber desacuerdo entre ellas.
Puesto que el mismo Dios que revela los misterios y comunica la fe ha hecho descender en el espíritu humano
la luz de la razón, Dios no podría negarse a sí mismo, ni lo verdadero contradecir jamás a lo verdadero. Por
eso la investigación metódica en todas las disciplinas, si se procede de un modo realmente científico y según
las normas morales, nunca estará realmente en oposición con la fe, porque las realidades profanas y las
realidades de fe tienen su origen en el mismo Dios. Más aún, quien con espíritu humilde y ánimo constante se
79

3.7 Síntesis entre la fe, la cultura y la educación

En medio de una cultura que permite al hombre multiplicar aceleradamente


sus poderosos medios, pero que, al mismo tiempo, lo mantiene alejado de sus
fines trascendentes, adquieren nueva resonancia aquellas palabras del Evangelio:
«¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida?» (Mt. 16,
26).
El mundo de hoy percibe con claridad y dolor que está en juego su destino.
Junto con la imperiosa urgencia de alejar las pendientes amenazas de
destrucción, experimenta la fuerte necesidad de profundos cambios que le
permitan una vida más humana. Tal vez el beneficio que pueda recabar de la crisis
generalizada y el cuestionamiento total en que se debate, sea el retorno a la
búsqueda de lo esencial, el retorno hacia la profundidad del misterio de su ser y su
quehacer en el mundo.

Aquí está para la educación el mayor desafío: recuperar al hombre. Desafío para
la educación:
Ayudarlo a encontrarse y descubrir su vocación esencial; capacitarlo para asumir recuperar al
hombre
el protagonismo de los cambios necesarios y afianzar en la vida la fidelidad a la
verdad y a la justicia, para lograr una mejor convivencia en el amor y la paz.
No obstante, el ser humano, lejos de ser un calculable problema que la
El único
ciencia y la técnica puedan resolver, es, definitivamente, un misterio que, aun en el camino
posible: Cristo
plano meramente humano, sólo puede avanzar en la vida asumiendo permanentes
compromisos de fe y esperanza en aquellas causas y personas que le ofrezcan
garantías. Por eso, llegados a este punto crucial para nuestras opciones
definitivas, no podemos sino repetir con San Pedro: «Señor, ¿a quién iremos? Tú
tienes palabras de vida eterna» (Jn. 6, 68).

Hoy, que en la prensa, la radio, la televisión, el cine y las canciones se


escucha la voz de tantos pretendidos maestros de vida, resuenan con mayor

esfuerza por escrutar lo escondido de las cosas, aun sin saberlo, está como guiado por la mano de Dios, que,
sosteniendo todas las cosas, hace que sean lo que son” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 159).
80

énfasis aquellas palabras de San Pablo: «Llegará el tiempo en que los hombres no
soportarán más la sana doctrina; por el contrario, llevados por sus inclinaciones,
se procurarán una multitud de maestros que les halaguen los oídos, y se apartarán
de la verdad para escuchar cosas fantasiosas» (II Tim. 4, 3-4).

Mientras el hombre, que tanto anhela una plenitud de vida, no profundice en


la verdadera raíz de sus problemas, tampoco percibirá que tiene en Cristo, el
Hombre nuevo, la fuente de luz y de vida. Porque Cristo no es sólo el Maestro,
sino la clave misma del sentido de todo lo creado, en quien Dios quiso recapitular
todas las cosas. Es la Palabra de Dios en Persona «y sin ella no se hizo nada de
todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz
brilla en las tinieblas y las tinieblas no la recibieron» (Jn. 1, 3-5).
¿Quién como Cristo puede garantizar a los hombres y a los pueblos la
verdad de la vida y la felicidad en la marcha a su destino?

La cultura de nuestros días, tan maravillosa pero tan ambivalente, para La tarea
urgente: la
poder elevar al hombre requiere ser impregnada con los valores del Evangelio. Así Evangeliza-
ción de la
lo siente la Iglesia que, en consecuencia, se propone, entre las prioridades de su cultura
acción pastoral, la evangelización de la cultura. Y como la transmisión crítica y
valorativa de la cultura se da a través de la educación, no cabe duda de que una
de sus grandes y próximas tareas haya de consistir en evangelizar la educación.
La evangelización de la cultura encontrará en el quehacer educativo uno de sus
mejores cauces.

“Toca a todo cristiano, y en forma particular a los educadores y colegios católicos,


Tarea de
asumir la responsabilidad de su específica presencia en medio de la comunidad,
educadores y
con los claros perfiles de aquel Divino Maestro que quiso que sus discípulos fueran
colegios
«la sal de la tierra y la luz del mundo» (Mt. 5, 13-14). católicos
“Confiar en la eficacia de su doctrina, como respuesta a las esperanzas de la hora
presente, es nuestra mayor expresión de fe en aquellas palabras de Cristo:
«Ustedes me llaman Maestro y Señor; y tienen razón, porque lo soy» (Jn. 13, 13).
“Por eso la Iglesia, servidora del hombre, siente la urgencia de evangelizar la
cultura como el cumplimiento de aquella misión que Jesucristo, Señor de la
historia, nos ha confiado: «Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis
discípulos» (Mt. 28, 19).
81

“Para una educación que responda a lo que es el hombre como proyecto de vida,
no queda otro camino que retornar a aquel Dios que se hizo hombre para revelarle
al hombre su verdadera identidad, su vocación y misión en la vida; retornar a
aquella Verdad viva, trascendente, a la vez histórica y contemporánea de todos los
hombres, que sintetizó su misión diciendo: «Yo he venido para que tengan vida y
la tengan en abundancia» (Jn. 10, 10)”36

Queremos cerrar este capítulo con una oración para alcanzar la fe, que
hemos extraído de las oraciones teológicas de Romano Guardini:

Todopoderoso e inagotable Dios, Tú has creado el mundo y todo lo que


hay en él. Tú has fundado las cosas en la verdad y en la fuerza de sus
estructuras esenciales, y cada cosa lleva en sí su sentido a su manera.
Pero a nosotros los hombres nos has dado la capacidad de comprender
esas cosas y sus formas; ojos para mirarlas; oídos para percibirlas; un
corazón, que se siente tocado por ellas; y manos con que ceñirlas.
A este mundo, indeciblemente multiforme, en medio de un universo de
cosas mudas y de formas de vida creciente y móvil, has mandado Tú a Tu
Hijo. En la plenitud del tiempo Él se hizo hombre, y ahora se yergue entre
nosotros como Tu viva revelación. Sus gestos y su acción, su palabra y su
destino, todo te anuncia a Ti, Dios, de quien el mundo no sabe por sí solo.
Por eso te ruego que me des ojos capaces de ver a Jesucristo; oídos que
comprendan su Palabra; un corazón que sea tocado por su corazón; y
enseña a mi mano a ponerse confiada en la Suya.
Él es la luz del mundo, pero también el Signo al que se contradice. Lo es
para cada uno de nosotros. Todos estamos en peligro del escándalo: toca
Tú nuestro interior y despierta en nosotros la buena voluntad con que
resistirlo.
Enséñame a conocer el misterio del nuevo comienzo. Hazme presentir lo
que significa creer: entregarme a Tu mensajero y desde Él empezarlo todo
de nuevo. Concédeme el santo valor que se goza en este riesgo divino, lo
vuelve siempre a emprender y lo lleva a cabo a través de todos los
contratiempos. Amén.

36
Aunque extensa, hemos creído muy importante esta cita de la conclusión del Documento
Educación y proyecto de vida.
82

Capítulo IV

FORMACIÓN DE LA VOLUNTAD.

LA LIBERTAD COMO TAREA

Toda abominación odia el Señor, tampoco la aman los que le temen


a Él. Él fue quien al principio hizo al hombre, y le dejó en manos de
su propio albedrío. Si tú quieres, guardarás sus mandamientos,
permanecer fiel es cosa tuya. Ecco.15, 13-15

Contenido

En este capítulo encontrará los siguientes temas:

4.1 La educación de la voluntad


4.2 Libertad y responsabilidad
4.3 Educación para la libertad
4.4 Un objetivo pedagógico: la realización de las virtudes.
4.5 El sentido y los límites de la enseñanza en la formación de la
voluntad
4.6 La acción de Dios en la actividad humana
4.7 Si no tengo caridad...

4.1 La educación de la voluntad

La voluntad es la facultad del bien universal o perfecto; es el principio


Voluntad y
tendencial que mueve al ser espiritual a la conquista de los valores que jalonan el
conquista del
camino hacia lo que es la perfección del sujeto con vistas al bien absoluto en el bien

cual alcanza su perfecta felicidad. La búsqueda de la verdad, que comienza en la


mente humana con la alborada del entendimiento, es una peregrinación que sólo
terminará en la eternidad. Así también, la sed de felicidad, nacida en el corazón
83

humano con las palpitaciones del primer amor, nunca se extinguirá hasta saciarse
en la bondad infinita.37

Todos nuestros apetitos (tendencias e inclinaciones) están condicionados


Objeto de los
por el conocimiento del fin. En el caso de las pasiones sensitivas, esta apetitos

determinación proviene de lo singular y concreto, ya que el objeto de los sentidos


es “lo sensible”. En los actos voluntarios, la determinación está motivada por lo
universal y abstracto, puesto que el objeto del entendimiento es “lo inteligible”.
Los sentidos no pueden aprehender su objeto sin condiciones materiales, Objeto de la
voluntad: el
porque están sujetos a las contingencias del tiempo y del espacio, pero el bien conocido
por la
entendimiento puede aprehender su objeto sin condiciones materiales. De ahí que inteligencia

cuando la inteligencia ha conocido el bien, éste se convierte en objeto y principio


de la voluntad, la cual mueve a las otras facultades y a sí misma para conseguirlo Voluntad,
inteligencia y
mediante una serie de actos que tienen como eje el momento y el acto por el cual libertad: relación
íntima de
la libertad elige. facultades

En efecto, la voluntad es racional “sólo por participación”; en cuanto apetito


La voluntad
sólo puede participar de la inteligencia o razón, pues si se la considerara participa de la
inteligencia
“esencialmente racional” habría que atribuirle capacidad cognoscitiva, lo cual es
contradictorio a la naturaleza del apetito. Sin embargo, la voluntad no participa de
la razón de la misma manera o en el mismo grado que el apetito sensitivo. La
participación racional del apetito es esencialmente indirecta e inadecuada (se da
Inteligencia y
mediante la cogitativa en el orden de la especificación y de la misma voluntad en voluntad:
potencias
el orden del ejercicio), mientras que la participación racional de la voluntad es espirituales

esencialmente directa y adecuada, es decir, proporcionada a la índole espiritual de


ambas potencias.

37
Sto. Tomás, sin añadir nada a la Escritura excepto su explicación intelectual, nos dirá que: ya que incluso
los seres sin entendimiento tienden al bien en virtud de una tendencia interna puesta en ellos por el mismo
Dios, y ya que Dios es el Bien esencial, cada cosa que tiende y apetece, tiende al último fin de la acción de
Dios que no es otro que Dios en cuanto Bien Supremo (Gilson, Etienne. Elementos de filosofía cristiana,
págs. 316/19).
Sobre el mismo asunto, Educación y proyecto de vida, 67, dice que: “Tanto la filosofía como la antropología
pedagógica procuran encontrar y transmitir una visión congruente del mundo y de la vida. En ella aparece
toda la naturaleza orientada hacia el hombre. La reflexión sobre las ansias infinitas de este ser finito nos
muestra que todas ellas nacen de una interna ordenación dinámica hacia Dios como su causa y su fin último”.
84

La acción humana libre y responsable, cuando es recta y buena, no se forja


Relación de
en las tinieblas sino en la luz. Lo primero que se pide al que obra es que sepa; las potencias:
condición para
la realización
pero saber no significa otra cosa que la diáfana inscripción de la realidad en el del hombre
espíritu del hombre. El hombre alcanza su verdadera riqueza y logra la auténtica
realización de sí mismo cuando “ve” la verdad y la hace. El bien del hombre en
cuanto hombre consiste en que su razón sea perfeccionada por el conocimiento
de la verdad y las potencias inferiores del apetito sean dirigidas conforme a la
norma de razón. 38 Facultad de elegir lo
Libre conveniente a nuestro
fin
Bien

Cuyo objeto y principio propio es


VOLUNTAD Querer y obrar
racional

Que perfeccionado por la


verdad se plasma en
Apetito que Virtudes morales
participa de la
Mueve a las otras
razón
facultades

Libre (no determinada) respecto


de los bienes o fines particulares
es
Voluntad

está Determinada (sin capacidad de


elegir) respecto del fin último
requiere

para Dominio de sí mismo


Ascesis

38
“La libertad moral, la que nos conduce al ser que debemos llegar a ser, crece y se afianza en la medida en
que vivimos en la verdad y el amor. Se es libre en la medida en que se descubre y se adhiere al orden ínsito de
la naturaleza, es decir, a la verdad y al bien. Dice Juan Pablo II que libre, en realidad, es la persona que
modela su conducta responsablemente, conforme con las exigencias del bien objetivo –Homilía Filadelfia,
3/10/79”.
85

4.2 Libertad y responsabilidad

La idea de la libertad humana está tan extendida como la de la


El ser libre es
responsabilidad de nuestras acciones. Ambas nociones son correlativas porque al mismo
tiempo ser
nadie sería considerado digno de alabanza o de repudio si estuviera obligado a responsable

seguir un modo determinado de obrar. Si somos incapaces de rectificar nuestros


juicios y nuestras acciones; si somos incapaces de cambiar o de abandonar por
completo un plan que nos habíamos propuesto ¿qué sentido tendrían los
preceptos y las prohibiciones, los premios y los castigos, los consejos y las
exhortaciones?...

No obstante, algunas corrientes psicológicas contemporáneas sostienen Visiones


inadecuadas
dos errores opuestos: el determinismo (mecanicista o biologista) o la de la libertad

indeterminación total de los actos humanos.

Por ejemplo, el psicoanálisis freudiano pretende demostrar que las acciones


Determinismo
humanas son el resultado de energías originarias: instintos y pulsiones. La y psicoanálisis
persona resulta de la construcción que producen los mecanismos psíquicos
inconscientes, entre los cuales se destacan el impulso al placer (libido). Toda la
tarea educativa tendrá que encaminarse a descubrir un camino entre la
permisividad y la prohibición.

Coherente con esas ideas el pedagogo escosés Alexander Neill (1883-


Postura de
1973) sostiene que los niños son naturalmente buenos en su espontaneidad y por Neill: libertad
es ausencia de
restricciones
ello hay que liberarlos de los modelos fabricados por la imaginación parental y
social a fin de que puedan satisfacer sus propios deseos. En su experiencia
escolar de Summerhill, cerca de Londres, realiza el siguiente proyecto:

PRACTICAS
PRINCIPIOS
El niño es naturalmente bueno. 1- Supresión de la jerarquía.

La sociedad reprime al niño. 2- Autogestión. Trabajo libre.

La finalidad de la existencia es ser 3- Toda actividad es un juego.


dichoso.
86

De acuerdo con Rousseau, el pedagogo escocés, sostiene que si


genuinamente buscamos que cada ser humano alcance su plena estatura como
persona, hemos de permitir que las fuerzas del crecimiento y desarrollo interior
operen naturalmente, libremente, en el sentido de ausencia de restricciones. El
maestro no debe imponer su voluntad o su personalidad sobre el niño; todo
castigo y coerción deben ser desterrados. Al niño no hay que obligarlo a que haga
nada por dos razones: porque la obligación vicia el principio de la libertad, que es
necesario para el debido desarrollo del “yo” y porque las cosas que se aprenden
bajo coerción no se integran del todo al yo.

Creemos que esta propuesta educativa no es válida porque deja de lado el Refutación a la
postura de Neill
problema moral. ¿Acaso un niño no puede realizar actos moralmente malos?

El problema de que un hombre, consciente y libremente, pueda hacer actos


moralmente malos sería muy oscuro si no se cree en el misterio* del pecado
original. ¿Cómo es concebible que la voluntad se aparte intencionalmente del
bien, al que ella tiende por naturaleza?; ¿cómo puede ser que veo e incluso afirmo
el bien y, sin embargo, hago el mal?; ¿cómo es posible que Dios quiera crear al
hombre como un ser libre siendo que en el uso de esa libertad se encuentra la
posibilidad de realizar un acto contra el sentido de la propia existencia y, en el
fondo, contra el mismo Dios?

La Teología católica afirma que “el pecado está presente en la historia del Consecuencias
Error de Neills:
del pecado que el
desconoce
hombre” y que sólo los que ignoran la Revelación pretenden explicarlo “como un original
hombre es
creatura de Dios
defecto de crecimiento, como una debilidad psicológica, como un error o como la
consecuencia necesaria de una estructura social inadecuada...” Porque el hombre
es creatura de Dios, es un ser que depende de Él para existir y, por la misma
razón, “está sometido a las leyes de la creación y a las normas morales que
regulan el uso de la libertad”. La Escritura enseña que Adán, el primer hombre,
usó mal de su libertad y despreció el mandato del Señor: “no comas del árbol del
conocimiento del bien y del mal, porque el día que comieres de él, ciertamente
morirás” (Gn. 2, 17).
87

Como consecuencia de esa desobediencia las facultades espirituales del


hombre perdieron dominio sobre la vida instintiva-pasional; aparecieron tensiones
entre el hombre y la mujer; las relaciones entre las personas se vuelven difíciles
porque están marcadas por el egoísmo y el afán de poder de unos sobre otros; la
naturaleza se vuelve extraña y hostil y “la muerte hace su entrada en la
humanidad” (Rm. 5,12).
El pecado de Adán vino a ser el pecado de todos nosotros, sus
Naturaleza
descendientes. Los hijos de Adán recibimos una “naturaleza caída”, es decir, humana
herida o caída
privada de la santidad y de la justicia originales. “Ignorar que el hombre posee una
naturaleza herida, inclinada al mal, da lugar a graves errores en el dominio de la
educación, de la política, de la acción social y de las costumbres” (Catecismo de la
Iglesia Católica”; el pecado original, vs. 396-409)

La presencia del pecado en el mundo transforma la vida del hombre en un Presencia del
pecado y
duro combate. El “ascetismo” (palabra de origen griego que significa ejecicio) es necesidad de
esfuerzo por
una forma de templanza que consiste en privarse voluntariamente no sólo de lo dominarnos

superfluo sino incluso de lo necesario y en imponerse sufrimientos y trabajos que


repugnan a la sensibilidad, a fin de obtener un dominio más perfecto de sí mismo.

En el mundo moderno existe un rechazo a toda forma de dolor o


mortificación. Nosotros no pretendemos hacer del ascetismo un fin en sí mismo y
Sentido de la
justificar el dolor por el dolor pero, si la vida virtuosa surge como resultado de un ascesis: la
virtud
esfuerzo contra las inclinaciones perversas de nuestra naturaleza, ¿cómo sería
posible la práctica de las normas morales sin ese camino de renuncia y negación
de sí mismo?

Maurice Blondel dice del ascetismo: “Aún llevada al rigor extremo, la ascesis, en la
moral religiosa y especialmente cristiana, no busca el dolor por el dolor, tampoco
es esencialmente expiación penitencial y mortificación servil a base de temor sino
que es liberación y aumento de las potencias superiores del alma humana, prueba
de amor y medio de unión, al librar al hombre de su egoísmo y de sus naturales
limitaciones para hacerlo participar en el orden de la caridad (Vocabulario de
Filosofía de Lalande)
88

La libertad hace al hombre “responsable” de sus actos porque esos actos La libertad
implica
responsabilidad,
emanan de la deliberación de la inteligencia y del consentimiento de la voluntad. El y servicio del
bien
conocimiento del bien, la disciplina y el progreso en la práctica de las virtudes
aumenta el poder del hombre sobre sus propios actos. En la medida en que
realiza habitualmente actos buenos se hace más libre, puesto que no hay
verdadera libertad sino en el servicio del bien y la justicia.

RESPONSABLE de sus actos

Hace al
hombre La voluntad en cuanto
es
tiene facultad de elección
Libertad
Sujeta a las

Leyes de la creación
es Leyes o normas morales

Servicio del bien y de la


VERDADERA cuando justicia
Implica
ELIGE el BIEN
Formación de la
conciencia

Es cierto que muchas veces la condiciones de orden económico y social


dificultan en vez de favorecer el recto y pleno ejercicio de la libertad pero el
cristiano que, por la gracia de Dios, vive unido a su Señor sabe que “para ser
libres nos libertó Cristo” (Ga. 5, 1). En Él participamos de la “verdad que nos hace
libres” (Jn. 8, 32) y nos gloriamos de la “libertad de los hijos de Dios” (Rm. 8, 21).
89

4.3 Educación para la libertad

La voluntad humana tiende al bien absoluto, en posesión del cual el hombre Necesidad
alcanza su perfección. Como este bien absoluto está necesariamente ligado a la del bien
absoluto
perfección del hombre, la voluntad no puede dejar de quererlo porque actuaría
contra su propia naturaleza. Sin embargo, existen otros bienes que no están
ligados necesariamente a la felicidad del hombre; son bienes que, poseídos,
hacen al hombre más feliz, aunque no completamente feliz y son bienes que el
hombre puede no poseer.

Estos bienes particulares no agotan el concepto de bien, y por ello la Autonomía


respecto a
voluntad no se ve forzada a amarlos o desearlos aunque el entendimiento se los los bienes
particulares
presente como útiles. Propiamente hablando, la voluntad humana conserva su
autonomía respecto de los bienes particulares, frente a los cuales puede elegir o
no, pero nunca es libre respecto del bien supremo, frente al cual no le cabe
ninguna alternativa.

“La libertad propia de los que participan de inteligencia o razón no es otra cosa
sino la facultad de elegir lo conveniente a nuestro propósito, ya que sólo es señor La libertad
real
de sus actos el que tiene facultad de elegir una cosa entre muchas. Ahora bien:
como todo lo que se toma con el fin de alcanzar alguna cosa tiene razón de bien
útil, y éste es, por naturaleza, acomodado para mover propiamente el apetito, por
eso el libre albedrío es propio de la voluntad, o mejor, es la misma voluntad en
cuanto tiene, al obrar, la facultad de elección. Pero de ningún modo se mueve la
voluntad si adelante no va, iluminándola, a manera de antorcha, el conocimiento
intelectual; es decir, que el bien apetecido por la voluntad es el bien precisamente
en cuanto conocido por la razón” (Leon XIII, Libertas, 6)

Respecto de los bienes particulares el hombre entabla como una


Libertad y
conversación consigo mismo antes de decidirse por algo: “Lo que yo deseo, en bienes
particulares
último término, es el bien ilimitado o supremo. Lo que yo veo delante mío es un
bien particular que no agota mi idea de bien y que bajo cierto aspecto puedo
considerarlo un mal. Por eso no me veo forzado a desearlo. Por una parte se me
presenta apetecible pero por la otra no me atrae plenamente. Mi voluntad puede
aceptarlo o rechazarlo”.
90

Este razonamiento no se realiza de manera tan explícita, pero pone de


manifiesto el estado mental en que se encuentra todo hombre a punto de elegir;
por eso decimos que la raíz de la libertad humana se encuentra en la naturaleza
racional del hombre.
Lamentablemente, el hombre contemporáneo ha tergiversado el sentido de Falsificación
de la libertad
la libertad humana:

“El ateísmo moderno presenta con frecuencia una forma sistemática que, además
de tener otras causas, exagera tanto el deseo de independencia del hombre que
hace difícil cualquier dependencia con respecto a Dios. Los que profesan este El hombre: fin
de sí mismo
ateísmo pretenden que la libertad consiste en que el hombre es fin de sí mismo, el
único artífice y demiurgo de su propia historia, lo cual creen que no es compatible
con el reconocimiento de un Señor, autor y fin de todas las cosas, o hacen, al
menos, totalmente superflua tal afirmación. Y esta doctrina puede verse favorecida
por el sentido de poder que confiere al hombre el progreso técnico de hoy”
(Gaudium et Spes, 20.39

Se concibe la libertad moral según el modo de la libertad física, como


ausencia de coacción y violencia; para muchos ser libre es poder hacer lo que se
quiere y no se dan cuenta de que aplicando esta fórmula empobrecen
considerablemente esa libertad que quieren preservar. El hacer lo que se quiere
puede estar cargado de tanto determinismo como la caída de un cuerpo.
Sin embargo, una visión más metafísica de las cosas nos conduce a invertir Visión
realista de
el orden de los conceptos y expresar la libertad como “querer lo que hago”, puesto la libertad

que antes de manifestarse en el hacer, la libertad trae su origen en un acto interior


sobre el cual el hombre verdaderamente libre tiene por ideal el adquirir perfecto
dominio.

Por eso el Concilio invita al hombre a restaurar su condición de ser imagen Libres para
restaurar
y semejanza de Dios y a ser plenamente libre en el verdadero sentido de la nuestra
semejanza
palabra: de Dios

39
“Además, la libertad en sí misma no es un fin. Ser libre por serlo, no tiene sentido... Hacer de la libertad en
sí el fin del hombre es un contrasentido. Estamos ante un dilema: o la libertad es para que el hombre logre ser
hombre por decisión personal, o, si la libertad es el fin, que el hombre acepte el absurdo de no tener destino ni
sentido: sólo sería libre para ser en definitiva, libre” (Educación y proyecto de vida, n. 39).
91

“La dignidad del hombre requiere que obre según consciente y libre elección; es
decir, de una manera personal, movido e inducido desde dentro y no por un ciego
impulso interno o bajo una mera coacción exterior. El hombre obtiene tal dignidad
cuando, liberándose de la cautividad de toda pasión, sigue su fin en una buena
elección libre del bien y se procura auxilios adecuados con eficiencia y habilidad”
(Gaudium et Spes, 17). 40

Existe en la voluntad una inclinación natural al bien racional y por ello en


esta facultad la necesidad del hábito se hace sentir en un grado menor que en las
otras potencias. La dificultad no está tanto en querer el bien, como en discernir lo
que es verdaderamente razonable y en prestar todas las potencias sensibles para
su realización. Por esto las virtudes morales tendrán su sede en la inteligencia
práctica y en la afectividad sensible, que no siendo “naturalmente” voluntarias,
tienen necesidad de ser adaptadas a su gobierno.

A fin de usar de la libertad en orden a su perfección, el hombre debe Formación


de la
formar su conciencia para que dicte con verdad el juicio acerca de la moralidad conciencia:
condición
del acto concreto y tenga menos posibilidades de errar respecto de la maldad o del obrar
libre.
bondad de ese acto:

“Muchas veces sucede que el entendimiento propone a la voluntad lo que en


realidad no es bueno, pero tiene varias apariencias de bien, y a ello se aplica la
voluntad. Pero así como el poder errar, y el errar de hecho, es vicio que arguye un
entendimiento no del todo perfecto, así el abrazar un bien engañoso y fingido, por
más que sea indicio de libre albedrío, como la enfermedad es indicio de la vida, es,
sin embargo, un defecto de la libertad. Así también la voluntad, por lo mismo que
depende de la razón, siempre que apetece algo que se aparta de la recta razón,
vicia profundamente el albedrío y lo usa perversamente” (Leon XIII, Libertas, 7)

40
“Tiene que revalorarse entre nosotros la imagen cristiana de los hombres; tiene que volver a resonar esa
palabra en que viene recogiéndose ya de tiempo atrás un excelso ideal de nuestros pueblos: libertad. Libertad
es a un tiempo don y tarea. Libertad que no se alcanza de veras sin liberación integral (Jn. 8, 36) y que es, en
un sentido válido, meta del hombre según nuestra fe, puesto que «para la libertad, Cristo nos ha liberado»
(Gal. 5, 1), a fin de que tengamos vida y la tengamos en abundancia (Jn. 10, 11) como «hijos de Dios y
coherederos con el mismo Cristo» (Rom. 8, 17). Por la libertad, proyectada sobre el mundo material de la
naturaleza y de la técnica, el hombre –siempre en comunidad de esfuerzos múltiples– logra la inicial
realización de su dignidad: someter este mundo a través del trabajo y de la sabiduría y humanizarlo, de
acuerdo con el designio del Creador” (Episcopado Latinoamericano, Documento de Puebla, ns. 321-329).
92

Y “puesto que la libertad es de tal condición en el hombre, exigía ser fortificada con
defensas y auxilios a propósito para dirigir al bien todos sus movimientos y
apartarlos del mal; de otro modo hubiera sido gravemente dañoso al hombre el
libre albedrío... Los que gozan de libertad, pueden hacer o no hacer, obrar de un
modo o de otro, en cuanto ha precedido, al elegir lo que quieren, aquel juicio de
razón, por medio del cual no sólo se establece qué es por naturaleza honesto, qué
conciencia
torpe, sino además, qué es bueno y en realidad debe hacerse, qué es malo y debe moral
evitarse... es decir, que la razón prescribe a la voluntad a dónde debe tender y de
qué debe apartarse para que el hombre pueda alcanzar su último fin, al que todo
se ha de enderezar” (idem, 8)

Desde este punto de vista, la educación de la voluntad consistirá en la


educación de la inteligencia práctica (prudencia) y de la afectividad sensible Educación
de la
(virtudes morales). No habrá necesidad de virtud en la voluntad, sino allí donde voluntad

exista para ella un querer cosas que no se encuentran en el sentido de su


movimiento puramente natural; por ejemplo: querer con desinterés el bien de otra
persona, lo cual no es espontáneo para nuestra naturaleza caída y menos a
costas del propio bien, en caso de que así lo exigiera la virtud de la justicia.

4.4 Un objetivo pedagógico: La realización de las virtudes

Las virtudes (y los vicios) son “hábitos”. Esta palabra deriva del verbo latino La virtud
como
“habere” y significa posesión íntima de sí, un estado o modo de ser y comportarse hábito

según su naturaleza. Los hábitos son cualidades simples, aptas para realizarse y
residir en el fondo de nuestras potencias espirituales. En su propia esencia, los
El hábito
hábitos no caen bajo la experiencia ni pueden ser conocidos directamente por la
razón. Sin embargo, cada uno puede reconocer la existencia de hábitos en sí
mismo por la inclinación que siente a repetir las mismas acciones y en los demás
porque observa en ellos un determinado modo de comportarse. Toda la
problemática de los hábitos puede reducirse a este “tenerse a sí mismo” en buena
o mala disposición; en determinar al sujeto a obrar habitualmente en un sentido o
en otro.
93

Tanto los hábitos cognoscitivos como los morales pueden estar “incoados” La disposición
natural distinta
en la naturaleza como aptitudes o predisposiciones innatas. Estas habilidades son del hábito
operativo
distintas en cada hombre y tienen su sede en las disposiciones orgánicas y en los
centros nerviosos; en los sentidos internos y, en general, en las facultades donde
se originan las emociones y los sentimientos. Estas disposiciones son simples
inclinaciones naturales, extrañas al orden moral porque les falta el influjo y
dirección de la voluntad libre.

es Tenerse a sí mismo en buena disposición


Virtud Moral

Disposición para actuar de modo


conveniente a la naturaleza del que obra

Lo que no es dado por la naturaleza y es producido por el ejercicio o la Hábito y


ejercicio
propia actividad es la causa esencial y única generadora de los hábitos operativos
naturales. Estos llevan un sello propio de “costumbres”: cualidades adquiridas por
el uso y repetición de actos.
El número o frecuencia de actos necesarios para crear un hábito es muy
relativo. Depende de la disposición del sujeto; de la eficacia del agente; de la
fuerza del objeto que atrae. También depende de la intensidad de los actos que se
realizan, de los obstáculos que se encuentran y de la frecuencia con que se
practican. Así, por ejemplo, cuando las disposiciones del sujeto son muy
vehementes y los objetos atraen con mucha fuerza, como ocurre con las pasiones
de ira y de sensualidad, pocos actos serán suficientes para generar un hábito.

Los hábitos operativos residen en las potencias del alma porque estas
Inteligencia y
voluntad
potencias participan de la indeterminación de la vida racional. Gracias a los (potencias del
alma)
hábitos, el sujeto puede alcanzar el objeto propio de la inteligencia (VERDAD) y el requieren del
ejercicio.
objeto propio de la voluntad (BIEN) de un modo espontáneo, fácil, pronto y
deleitable. Las potencias y facultades del hombre pueden ser sujeto de intención
de diversos actos y hábitos. La diferencia del bien y del mal distinguirá moralmente
94

esas perfecciones operativas y dará lugar a las “virtudes” (que disponen para la
realización de actos convenientes a la naturaleza del que obra) y a los “vicios”
(que disponen para la realización de actos inadecuados a la naturaleza del que
obra). Por eso, Víctor García Hoz definió a la educación como el
“perfeccionamiento intencional de las potencias específicamente humanas”.

Cuando el hombre se acostumbra a las faltas morales engendra una Vicio:


disposición
inclinación que le hace difícil discernir el bien del mal y lo impulsan fácilmente a a la falta
moral
repetir los pecados. La soberbia, la avaricia, la envidia, la ira, la lujuria, la gula y la
pereza son llamados “pecados capitales” porque generan otros pecados y otros
vicios.
La moral
del hombre
verdadero

Desde la antigüedad, los filósofos se han preocupado por encontrar el perfil


del “hombre verdadero”, no tanto por lo que puede hacer o no hacer cuanto por
lo que “debe ser”. La moral del hombre bueno y virtuoso; aquél que a través de
sus acciones concretas tiende, busca y elige el bien; aquél que realiza el bien
obedeciendo a sus inclinaciones más íntimas. Así por ejemplo Platón, en su
“Apología de Sócrates”, le hace decir al maestro:

Si ...”me dijeseis: Sócrates en nada estimamos la acusación de Anito y te


declaramos absuelto; pero es a condición de que cesaras de filosofar y de hacer
tus indagaciones acostumbradas; y si reincides, y llega descubrirse, tú morirás; si
me dieseis la libertad en estas condiciones, os respondería sin dudar: atenienses,
os respeto y os amo; pero obedeceré a Dios antes que a vosotros, y mientras yo
viva, no cesaré de filosofar, dándoos siempre consejos, volviendo a mi vida diaria,
y diciendo a cada uno de vosotros cuando os encuentre: buen hombre; ¿cómo
siendo ateniense y ciudadano de la más grande ciudad del mundo por su sabiduría
y por su valor, cómo te avergüenzas de no haber pensado más que en amontonar
riquezas, en adquirir crédito y honores, en despreciar los tesoros de la verdad y de
la sabiduría, y de no trabajar para hacer tu alma tan buena como pueda serlo?...
Toda mi ocupación es trabajar para persuadiros, jóvenes y viejos, que antes que el
cuidado del cuerpo y de las riquezas, antes que cualquier otro cuidado, es el del
alma y de su perfeccionamiento; porque no me canso de deciros que la virtud no
viene de las riquezas, sino por el contrario, que las riquezas vienen de la virtud, y
que es de aquí de donde nacen todos los demás bienes públicos y particulares”...
95

Existen cuatro virtudes que desempeñan un papel fundamental y por eso se Virtudes
cardinales
las llama “cardinales”, todas las demás se agrupan en torno a ellas. El libro de la
Sabiduría las nombra expresamente: “¿Amas la justicia? Las virtudes son el fruto
de sus esfuerzos, pues ella enseña la templanza y la prudencia, la justicia y la
fortaleza” (Sb. 8, 7).

PRUDENCIA: En el uso corriente, esta palabra designa al táctico


experimentado, al hombre hábil para eludir la acción de los adversarios y los
momentos de peligro, pero en realidad es una virtud que inhiere en el
entendimiento para observar la realidad e imperar la realización del bien en un
acto concreto.
La inconstancia por exceciva deliberación y la ejecución de actos cuyas Inconstancia e
imprudencia
consecuencias no han sido debidamente meditadas son dos vicios contra la
prudencia. El bien propio y esencial del hombre consiste en que la razón,
perfeccionada por el conocimiento de la verdad, informe y plasme intensivamente
el querer y el obrar. La prudencia, es causa, raíz, medida, ejemplo, guía y razón
formal de las virtudes morales. La realización del bien presupone la conformidad
de nuestros actos a la situación objetiva. La prudencia es cognoscitiva y operativa:
observa la realidad para, luego, imperar el querer y el obrar.

JUSTICIA: Es el hábito por el cual un hombre es movido por una constante


voluntad de dar a los otros lo que les corresponde. Ser injusto es retener o quitar a
los otros aquello a lo que tienen derecho: la vida, los bienes, la salud, la
instrucción, los hijos, etc.
El fundamento de que exista algo que al hombre le correponde de manera
irrevocable es porque es “persona”: un ser espiritual, inteligente y libre, que debe
trabajar por su perfeccionamiento. Lo propio del “acto justo” es que se trata de
una acción exterior que no tiene en cuenta el estado de ánimo del sujeto y que
puede ser evaluado objetivamente por otra persona.
96

El distintivo peculiar de la virtud de la justicia es que tiene por misión Ordena la


convivencia
ordenar al hombre en relación con los demás. La justicia tiene por objeto ordenar
la convivencia recíproca:

“La sociedad humana... tiene que ser considerada, ante todo, como una realidad
de orden principalmente espiritual, que impulsa a los hombres, iluminados por la
verdad, a comunicarse entre sí los más diversos conocimientos; a defender sus
derechos y cumplir sus deberes; a desear los bienes del espíritu; a disfrutar en
común del justo placer de la belleza en todas sus manifestaciones; a sentirse
contínuamente inclinados a compartir con los demás lo mejor de sí mismos; a
asimilar con afán, en provecho propio, los bienes espirituales del prójimo. Todos
estos valores informan y, al mismo tiempo, dirigen las manifestaciones de la
cultura, de la economía, de la convivencia social, del progreso y del orden político,
del ordenamiento jurídico y, finalmente, de cuantos elementos constituyen la
expresión externa de la comunidad humana en su incesante desarrollo” (Pacem in
Terris, 36).

El hombre es parte de la sociedad y, por eso, está obligado a servir al Abnegación:


condición para
bien común y esforzarse por crear las condiciones que permitan a todos el pleno la edificación
del prójimo
desarrollo de su personalidad. El respeto y promoción del prójimo exigirá, muchas
veces, la renuncia y la abnegación, la lucha contra los propios deseos. Ese
combate espiritual, que libra cada uno en su interior, permitirá superar el egoísmo
individual para trabajar por la grandeza y dignificación del prójimo. Reinará la
justicia en aquella sociedad donde las personas sean responsables del
cumplimiento de sus obligaciones y, como consecuencia, se producirá el orden y
se vivirá en paz.

FORTALEZA: La virtud de la fortaleza consiste en la disposición a luchar, a


hacer frente a los peligros, para realizar el bien que ha previsto la razón. El
hombre valiente está dispuesto a padecer algún daño, algún dolor e incluso la
muerte, por la salvación de la justicia. El mártir no menosprecia su vida, pero la
considera un bien menos valioso que aquello por lo que la entrega.
No obstante, la virtud de la fortaleza nada tiene que ver con impetuosidad
Valentía:
ciega e irracional. La auténtica fortaleza supone una valoración justa de las cosas: auténtica
fortaleza
tanto de las que se arriesga como de las que se espera proteger o ganar. La
97

dignidad de la fortaleza depende de la dignidad de la justicia; se trata de


comprometerse en la realización de un bien superior aunque eso implique sufrir
algún daño. Sólo es valiente aquél que es capaz de realizar el bien aunque para
ello deba afrontar peligros; no se trata de no tener miedo sino de impedir que el
miedo sea un obstáculo para la realización del bien.

Resistir y atacar son actos capitales de la fortaleza. La resistencia engendra


la paciencia que implica no perder la serenidad cuando la maldad, la estupidez o
la pereza, tratan de apartarnos del bien. Pero el valiente no sólo es capaz de
soportar el mal sin caer en la tristeza sino que trata de perseverar, de vencer el
mal cuando es posible hacerlo. La confianza en la ayuda de Dios y en las propias
fuerzas impulsan a caminar en medio de las dificultades con la esperanza en la
victoria final.

TEMPLANZA: En el lenguaje vulgar se entiende esta virtud como la


moderación en el uso de los placeres sexuales o como algo negativo que hace
referencia a la limitación, contención, freno, represión... En realidad, el objeto de
este hábito es poner orden en el interior del hombre puesto que de ese orden
brotará la “tranquilidad del espíritu”.
La tendencia natural hacia los placeres sensibles, hacia los deleites de la
comida, de la bebida y del sexo, tienen por objeto la conservación del individuo y
de la especie. Son energías vitales muy potentes que se insertan en el núcleo de
la existencia humana. No obstante, esas fuerzas que están orientadas al
perfeccionamiento del hombre, pueden producir la destrucción de la persona
cuando se las intenta satisfacer de un modo irracional. La templanza buscará
moderar mediante la “sobriedad” los placeres propios de la comida y de la bebida;
mediante la “castidad” los placeres de la actividad sexual.
98

De esa manera, la prudencia atiende al hombre en su universalidad; la


justicia dice relación específica hacia los demás; el valiente sabe olvidarse de sí
mismo y es capaz de ofrecer su vida por un valor superior; el templado vuelve la
mirada sobre sí mismo no por un fin egoísta sino para que las energías vitales,
destinadas al propio crecimiento y a la propia conservación no lo destruyan.

4.5 El sentido y los límites de la enseñanza en la formación de la voluntad

Análogamente a lo que ocurre en la formación intelectual, el educador


tendrá que limitarse a intentar ayudar al educando en la consecución de sus
propias virtudes morales, y como esas virtudes se alcanzan por medio de la
ejecución de sus respectivos actos, lo que el educador tendrá que hacer es ayudar
a realizar esos actos, poner al educando en condiciones de que pueda llevarlos a
la práctica.

Para realizar su misión el educador dispone de dos clases de medios:

– directos, que contribuyen a favorecer o confortar todos los factores positivos


que ya hay en el hombre respecto de la virtud;

– e indirectos, que se oponen a los factores negativos que contrarrestan la


posibilidad de adquirir la virtud.

a. Ascesis o ejercicio como forma de templanza

b. Conocimiento del bien


Educación o formación Consiste en Consecución de las Necesita
de la voluntad VIRTUDES MORALES
de
c. Práctica de las virtudes

Auxiliada exteriormente d. Disciplina


valiéndose de e. Imitar los ejemplos o arquetipos nobles
Ordenados a la Doctrina Justificación racional que
formación de las virtudes incide en la vida virtuosa
Directos
morales, cuando existe
Conducta concreta que
Medios buena disposición
mueve al bien
Ejemplo
Contrarresta los factores
Premio negativos que se oponen
Indirectos a la posibilidad de
adquirir la virtud

Castigo
99

Medios directos ordenados a la formación de las virtudes morales

a) Doctrina
Todos los medios directos se resumen en la enseñanza moral. Esta Doctrina o
enseñanza
enseñanza tiene como tema y, al mismo tiempo, como fin, algo moralmente moral (razones
verdaderas
conveniente. No es, pues, una enseñanza enderezada al único objetivo de instruir. que inciden en
la vida
virtuosa)
Su pretensión esencial es la de trascender a la conducta del educando.

La necesidad de una justificación racional, aunque sea mínima, de la


conducta, se mantiene en el hombre mientras la pasión no eclipse por completo a
la inteligencia. Esta justificación racional puede ser falsa cuando se pone al
servicio de la pasión en vez de moderarla y encauzarla; pero sin dejar de
reconocer que la pasión puede hacer inútil a la doctrina, la consideración de las
verdades morales tiene su eficacia cuando los elementos afectivos que se le
oponen no han logrado imponerse por completo.
La doctrina de que hablamos es solamente aquella sin la cual no es
Doctrina:
posible la prudencia. Así como pocas razones bastan para que un hombre se condición
de la
entregue a la pasión que lo domina, también debemos reconocer la influencia que prudencia

tienen las razones verdaderas para incidir en la vida virtuosa, especialmente


cuando esas razones están acompañadas por una buena disposición de ánimo.

Pero como esa buena disposición de ánimo no es suficiente, se necesita


Experiencia
una doctrina que tenga por objeto la experiencia de vida, un saber que se de vida

adquiere con los años y que podemos y debemos recibir de quienes lo van
teniendo, pero cuyo tema no son ni las demostraciones ni los principios propios de
la ciencia, sino ese peculiar tipo de conocimientos que se refiere a las acciones
humanas como algo operable y, al mismo tiempo, algo experimentado o vivido en
una práctica concreta. 41

41
“Surge de aquí la necesidad de cultivar la observación, la apertura a la realidad, la respetuosa actitud
contemplativa ante la naturaleza, el criterio para discernir, la actitud sanamente crítica y valorativa, la
capacidad de interpretar los hechos y el sentido de los signos de los tiempos. En síntesis, voluntad de verdad y
de justicia como fidelidad al ser, prudencia como virtud rectora hacia los fines propios de cada cosa: ubicarse”
(Educación y proyecto de vida, n. 33).
100

Por consiguiente, contando con el conocimiento enteramente habitual y


Doctrina y
natural de los primeros principios prácticos, y con el de las cosas singulares a las experiencia de
vida:
elementos del
que hay que aplicar esos principios, tenemos ya todos los elementos cognoscitivos juicio moral

necesarios para el enjuiciamiento debido en materia moral. La recta inclinación del


apetito que además se precisa para este enjuiciamiento, no es un factor
formalmente intelectual, ni cognoscitivo, aunque hace falta para que la razón no se
dirija hacia un fin moralmente incorrecto.

No obstante, la ciencia de las cosas morales es muy útil porque puede


provocar y mover al bien a aquellas personas que no están sujetas a los vicios y a
las pasiones y que tienen costumbres nobles. Además, para aquellos que en
verdad quieren el bien, el estudio científico de la moral puede ayudarlos a ser
hombres llenos de virtud y de honor42

b) Ejemplo
La enseñanza doctrinal, que desborda la mera especulación, se verifica
también en el ejemplo, es decir, en una acción concreta imitable. El ejemplo no es
un dicho sino un hecho, pues aunque a veces puede ser ejemplar decir algo, no se
imita propiamente la palabra, sino la cosa, el gesto, la conducta.43

“La educación de la conciencia es una tarea de toda la vida. Desde los primeros años despierta el niño al
conocimiento y la práctica de la ley interior reconocida por la conciencia moral. Una educación prudente
enseña la virtud; preserva o sana del miedo, del egoísmo y del orgullo, de los insanos sentimientos de
culpabilidad y de los movimientos de complacencia, nacidos de la debilidad y de las faltas humanas. La
educación de la conciencia garantiza la libertad y engendra la paz del corazón” (Catecismo n. 1784).
42
“Resulta indispensable tener el marco de referencia de una cosmovisión congruente a la luz de la cual
surjan claras y rectas convicciones respecto al sentido, valor y uso del poder, de las posesiones, el dinero, la
fama, el éxito, el sexo, el ocio, la publicidad, los medios de comunicación social, etc. En la formación de la
conciencia, la Palabra de Dios es la luz de nuestro caminar; es preciso que la asimilemos en la fe y la oración
y la pongamos en práctica. Es preciso también que examinemos nuestra conciencia atendiendo a la cruz del
Señor. Estamos asistidos por los dones del Espíritu Santo, ayudados por el testimonio o los consejos de otros
y guiados por la enseñanza autorizada de la Iglesia” (Catecismo n. 1785).
43
“El educador es persona portadora de un mensaje: trasluce en sus palabras y en sus obras no la imagen de
un custodio de leyes opresoras, sino la figura señera portadora de valores eternos y un mensaje de salvación y
de vida. Persona de prospectiva y de horizontes amplios. Presencia testimonial de verdades difíciles y valores
arduos por los cuales vale la pena luchar y vivir. Por lo tanto, aparecerá comprometido con sus convicciones,
aunque no imponiéndolas; definido en un estilo de vida ético, aunque abierto a la comprensión de la debilidad
humana y los procesos personales, pero nunca ambiguo o emisor de mensajes contradictorios” (idem, n. 88).
101

El ejemplo debe considerarse como un cierto modo de enseñar, como un


enseñar activo y no verbal, pura enseñanza de hecho, aunque tal vez la intención
del que lo hace no haya sido el darla.
A diferencia de la mera palabra, que tal vez no coincide con lo que de veras
El ejemplo:
piensa el que las dice, el hecho ejemplar tiene la cualidad de revelar lo que su conducta
concreta
agente estima como bueno en su conducta práctica y concreta. Por eso dice
Romano Guardini que “lo primero que influye es la personalidad del educador; lo
segundo, su manera de obrar; solo en tercer lugar, lo que dice” (Fritz Marz, El
amor pedagógico)44

Los hechos en cuanto enseñanza son, pues, superiores a los dichos, no


porque realmente enseñen más que éstos lo que se debe hacer, sino porque
merecen un crédito mayor, en cuanto signos de lo que de veras piensa el que los
hace.

En conclusión, la mejor manera de actuar para hacer que algún hombre


Instruir
llegue a la posesión de las virtudes morales, consiste en instruir simultáneamente simultáneame
nte con la
con la doctrina y con el buen ejemplo. El sentido de esta simultaneidad es que los doctrina y el
ejemplo
dichos y los hechos vayan juntos porque son concordes entre sí. El buen ejemplo
no hace innecesaria la doctrina sino que confirma la eficacia de ésta por las obras
que hace el educador.

Medios indirectos

Los medios directamente formativos de la conducta honesta pueden


aplicarse con utilidad y eficacia cuando se cuenta con la buena disposición del
ánimo del discípulo; cuando alguien está bien dispuesto y se encuentra en
condiciones de amar aquello que se le invita a seguir. En cambio, cuando el

44
“Entonces Jesús se dirigió a la gente y a sus discípulos y les dijo: En la cátedra de Moisés se han sentado
los escribas y los fariseos. Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque
ellos dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo
quieren moverlas. Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres... Vosotros, en cambio, no os
dejéis llamar «Rabbí», porque uno solo es vuestro Maestro, y vosotros sois todos hermanos. Ni llaméis a
nadie «Padre» vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo” (Mt. 23, 1-12).
102

discípulo está totalmente mal dispuesto, no se halla en situación de amar ese bien,
y en realidad lo interpretará como un mal, porque a quien está mal inclinado hay
que comenzar por removerle su actitud desfavorable.45

La promesa del premio a la conducta buena y la amenaza del castigo a la


mala son procedimientos eficaces para cambiar la situación del ánimo en quienes
no se dejan convencer por la sola bondad de la virtud.
Aunque se hallan bajo una cierta presión, y en la medida en que ésta es
Los medios
eficaz, los actos que no emanan de la virtud, pero que son idénticos en su indirectos
contribuyen a
formar la
contenido a los que proceden de ella, hacen falta para que llegue a ser virtuoso virtud sincera

todo aquel que no se deja convencer por la sola bondad de la virtud, ni por la
doctrina, ni por el ejemplo. No cabe duda de que aquel que obra por amor a los
premios o por temor a los castigos carece de complacencia en la acción buena por
sí misma, puesto que aún no ha adquirido el hábito. Pero también es cierto que la
repetición de los actos sólo materialmente virtuosos tiene eficacia para llevar poco
a poco a su sujeto a realizarlos de una manera deleitable y fácil por su propia
voluntad.46

4.6 La acción de Dios en la actividad humana

“La gracia divina, ilustrando al entendimiento e impeliendo hacia el bien moral a la


voluntad, robustecida con saludable constancia, hace más expedito a la par que Dios
interviene
más seguro el ejercicio de la libertad natural. Pero no por ello –a causa de la
mediante su
intervención de Dios– son menos libres los movimientos voluntarios; porque la gracia
fuerza de la gracia divina es intrínseca en el hombre y congruente con la
propensión natural, porque dimana del mismo Autor de nuestro entendimiento y de
nuestra voluntad, el cual mueve todas las cosas según conviene a la naturaleza de
cada una” (Leon XIII, Libertas, 10)

45
“Por doloroso que resulte, hay que reconocer que, al margen de los defectos del sistema educativo, buena
parte del esfuerzo educativo de la sociedad y del Estado se malogra por falta de una adecuada conciencia de
sus responsabilidades en los propios alumnos. Y no hay sistema educativo ni técnicas pedagógicas que
puedan prescindir del esfuerzo personal del educando, primer agente de su propia educación, al menos en los
niveles medio y superior” (Educación y proyecto de vida, n. 113).
46
Mucho más que la exterioridad de las conductas, a la educación le importan las razones y motivaciones del
obrar, el crecimiento interior de la persona. Por eso la disciplina empleada como mero recurso para evitar
desórdenes y molestias, no tiene más alcance que ese sentido utilitario; entendida en cambio como
indispensable ejercicio de autogobierno y aporte solidario a la convivencia es una escuela de formación. ”La
verdadera disciplina es el hábito fundamental para la calidad de vida. Significa poseer pautas, orden y método
para el obrar adecuado” (idem, n. 14).
103

Es decir que el círculo de luz del libre obrar humano, sujeto al dominio del
conocimiento, está circunvalado de tinieblas: la oscuridad de lo natural, que nos es
inherente, y la todavía más honda y densa oscuridad de la determinación que Dios
se encarga de imprimir directamente a nuestro querer y obrar. Ambas regiones no
son oscuras más que para nosotros, pues en realidad brilla en ellas el infinito
fulgor de la ciencia y la providencia divinas.
Si nos preguntamos: ¿cómo se inserta la acción de Dios en la actividad
Problema
humana?, el problema teológico de la libertad sería insoluble, puesto que nos teológico de la
libertad
representaríamos esa inserción como si afectase a una actividad que ya estuviera
perfectamente constituida en sí misma. En efecto, si consideramos la acción del
hombre como una realidad autónoma, toda determinación ulterior lleva incluido un
atentado a su libertad. La noción teológica de la libertad no es el resultado de una
confrontación entre Dios y el hombre, para comprenderla es preciso considerar la
acción del hombre en la prolongación de la acción de Dios.

La creatura, mediante su acción, puede modificar un ser, pero no puede


producirlo. Dios crea todo lo que es; allí donde hay ser existe también la acción
eficiente de Dios, pero no lo crea en abstracto, sino que es autor de cada una de
sus propiedades. A más ser, más se requiere la acción de Dios, y como el acto
libre tiene un máximo de ser, la intervención de Dios es requerida en él más que
en ninguna otra parte. Es Dios mismo el que crea la libertad en el acto del hombre.
Metafísicamente eso se explica por la perfección del acto puro y la imperfección
del ser contingente.
Siendo necesaria la acción de Dios en el plano de la naturaleza, mucho
Libertad
más lo es en el orden sobrenatural. El misterio ontológico de la libertad se sobrenatural y
las mociones
transforma en el misterio de la gracia. Nuestra libertad natural es fundamento de de Dios

nuestra libertad sobrenatural, por la cual el hombre ya no sólo obra libremente,


bajo la moción omnipotente del “Creador”, sino que obra más libremente aún bajo
la moción amorosa del “Padre” y, puesto que la naturaleza nos fue dada por Dios
en vistas de nuestro destino, en definitiva el hombre fue creado para esta libertad.
104

Teológicamente hablando, no hay libertad más grande ni más auténtica que


la libertad de los hijos de Dios. Esta libertad no suprime en nosotros la condición
de creaturas, restringida necesariamente tanto en su acción como en su ser. Sólo
suprime en nosotros la adhesión de nuestra voluntad caída a todo lo que nos
impide asociarnos a la libertad de Dios.47
El misterio subsiste a nuestros ojos, pero Dios conoce el secreto de inclinar sólo ha y
libertad
nuestro corazón sin violentarlo y de atraernos hacia Él sin forzarnos: “Nadie puede cuando la
voluntad se
venir a mí, si el Padre que me ha enviado no le atrae; y yo lo resucitaré en el conforma a
Dios
último día” (Jn. 6, 44). La voluntad del hombre debe “conformarse” con la voluntad
de Dios y cumplirla libremente. Se le presenta no como una fatalidad, sino como
un llamamiento, una exigencia... “¡Hágase tu voluntad!”. Para llegar a ello es Dios atrae
no violenta
preciso que Dios triunfe sobre la maldad del hombre y obtenga la comunión de las
voluntades.

La voluntad de Dios para con nosotros es la santidad, la acción de gracias,


la paciencia y la buena conducta. En eso consiste propiamente la “práctica” de la
vida cristiana y esa “práctica” se vuelve posible cuando el hombre se adhiere
libremente a la voluntad del Señor: “Por la gracia de Dios soy lo que soy; y la
gracia de Dios no ha sido estéril en mí. Antes bien, he trabajado más que todos
ellos. Pero no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo” (I Co. 15,10).
Orden Adquisición de las VIRTUDES MORALES:
natural destacándose la virtud de la PRUDENCIA

Fin de la
En el
Formación de la
Voluntad

En el Orden SANTIDAD: destacándose la


sobrenatural virtud de la CARIDAD

47
“Educar en la libertad y para la libertad presupone un sano optimismo y confianza en la bondad de la
persona y en la sensatez de los grupos cuando se les sabe proponer valores y caminos a la madurez, lo cual no
significa desconocer las limitaciones de lo humano y la realidad del pecado original. Es precisamente a
consecuencia de él, que el ser humano vislumbra en su indigencia la necesidad de la Gracia”.
La libertad es una estructura fundamental de lo cristiano. Es el fruto de la acción salvífica de Dios. San Pablo
nos dice: “Han sido llamados a la libertad, pero procuren que esta libertad no sea un pretexto para satisfacer
los deseos carnales: háganse más bien servidores los unos de los otros, por medio del amor (Gal. 5, 13). La
libertad de San Pablo es la liberación de la esclavitud del pecado, de la muerte y del yugo de la antigua ley
para lanzarnos al dinamismo del amor (Rom. 6 y Gal. 4, 21-31)” (Educación y proyecto de vida, n. 42).
105

Cristo instaura el régimen de la libertad perfecta y definitiva para todos los


La libertad
que lo siguen en la fe y en la caridad: “La verdad os hará libres; ... si el Hijo os perfecta se
resume en la
librare, seréis verdaderamente libres”(Jn. 8, 32-36). Los cristianos, emancipados CARIDAD

de su antigua esclavitud para el servicio de Dios, se pondrán por la caridad al


servicio unos de otros (Gal. 5, 13). La ley de Cristo se resume en el amor y
nosotros, bajo la moción del Espíritu, la cumplimos espontáneamente, porque
“donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad” (II Co. 3, 17).

4.7 Si no tengo caridad...

La perfección de la vida cristiana se toma especialmente de la caridad


porque esta virtud es “vínculo de perfección”, en cuanto une de algún modo al
hombre con su fin: “Se dice de un ser cualquiera que es perfecto cuando alcanza
su propio fin, que es la perfección última de las cosas. Ahora bien, la caridad es
quien nos une a Dios, fin último de la vida humana; pues el que vive en caridad
permanece en Dios y Dios en él” (I Jn. 4, 16).48

Sólo la caridad nos une enteramente con Dios como último fin sobrenatural. La virtud
moral sólo
Las demás virtudes preparan y comienzan esa unión pero no pueden acabarla y prepara la
unión a Dios
consumarla, ya que las virtudes morales se limitan a apartar los obstáculos que
nos impiden el paso hacia Dios y nos acercan a Él tan sólo indirectamente. En
cuanto a la fe y la esperanza, ciertamente que nos unen con Dios, pero no como
Sumo Bien infinitamente amable por sí mismo. La fe nos da un conocimiento de
Dios necesariamente oscuro e imperfecto y la esperanza también es radicalmente
imperfecta porque desea lo que aún no se posee. Sólo la caridad nos une con Él
ya desde ahora de una manera perfectísima, dándonos la posesión real de Dios y

48
“El primero y más imprescindible don es la caridad, con la que amamos a Dios sobre todas las cosas y al
prójimo por Él. Pero a fin de que la caridad crezca en el alma como una buena semilla y fructifique, todo fiel
debe escuchar de buena gana la palabra de Dios y poner por obra su voluntad con la ayuda de la gracia.
Participar frecuentemente en los sacramentos, sobre todo en la Eucaristía, y en las funciones sagradas.
Aplicarse asiduamente a la oración, a la abnegación de sí mismo, al solícito servicio de los hermanos y al
ejercicio de todas las virtudes. Pues la caridad, como vínculo de perfección y plenitud de la ley (Col. 3, 14;
Rom. 3, 10), rige todos los medios de santificación, los informa y los conduce a su fin. De ahí que la caridad
para con Dios y para con el prójimo sea el signo distintivo del verdadero discípulo de Cristo” (idem n. 42).
106

estableciendo una corriente de mutua amistad entre Él y nosotros. En fin, la


caridad supone la fe y la esperanza, pero las supera en dignidad y perfección.

San Agustín compendia toda la doctrina de vida cristiana en la siguiente La vida


cristiana se
frase: “Ama y haz lo que quieras”. Todo lo que se hace por espíritu de verdadero consuma en el
AMOR
amor es bueno. El amor, que constituye el ser de Dios, debe formar parte también
del ser del hombre que está hecho a su imagen y semejanza: “Mi amor es mi
peso, él me lleva donde quiera soy llevado”.

a) El amor gratuito de Dios

El amor entre Dios y los hombres se había revelado en el Antiguo La relación


Testamento a través de una serie de hechos: iniciativas divinas y rechazos del con Dios en el
Antiguo
hombre, dolor del amor rechazado, superación dolorosa para estar a la altura del Testamento

amor y aceptar su gracia. En el Nuevo Testamento el amor divino se expresa en


un hecho único cuya naturaleza transfigura los datos de la situación: Jesús viene a
La relación
vivir como Dios y como hombre el drama del diálogo de amor entre Dios y el con Dios a
partir de la
hombre: “Tanto ha amado Dios al mundo, que le ha dado a su Hijo Unigénito” (Jn. Revelación
3, 16).
Los Evangelios acentúan la absoluta gratuidad del amor de Dios en
El amor: don
oposición a las pretensiones farisaicas. Ante el estupor de judíos y paganos, que gratuito de
Dios
lo ven cómo participa en la mesa de los pecadores, Jesús afirmaba: “No tienen
necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Id, pues, y aprended qué
significa: “Misericordia quiero y no sacrificios; pues no vine a llamar a los justos,
sino a los pecadores” (Mt. 9, 12-13). En el pecador existe una disposición para
comprender mejor la gratuidad del amor divino: él sabe que, por su parte, no tiene
derecho alguno; por eso espera todo de un don gratuito.

San Pablo opone el amor cristiano al amor pagano: el amor de admiración


Amor de
que puede llevarnos, raramente, aun a dar la vida por un bienhechor; y el amor de admiración y
amor de
compasión, el amor del Dios de los cristianos que da a su Hijo a la muerte por los compasión
107

hombres que carecen de todas las cualidades, débiles y pecadores: “Pues Cristo,
cuando aún éramos nosotros débiles, en el tiempo ya establecido, murió por los
impíos. En realidad, apenas habrá quien muera por un hombre justo; por otra
parte, por uno bueno pudiera haber quien se atreviera a morir; mas Dios mostró su
amor para con nosotros en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”
(Rom. 5, 6-8).

La gratuidad del amor divino es también la idea central de la teología de


San Juan: “En esto consiste su amor: no somos nosotros los que hemos amado a Gratuidad del
amor de Dios

Dios, sino Él el que nos ha amado a nosotros y ha enviado a su Hijo como víctima
propiciatoria por nuestros pecados” (I Jn. 4, 10). “Porque tanto ha amado Dios al
mundo, que le ha dado a su Hijo Unigénito, para que quien crea en Él no muera,
sino que tenga vida eterna”(Jn. 3, 16).

b) La respuesta del amor humano

El amor de Dios por el hombre, que comienza con la creación, se


perfecciona con la intervención redentora y es llevado a término mediante la obra
santificadora del Espíritu, debería solicitar la respuesta humana. San Juan nos
habla del amor del Padre por aquellos que han creído en Jesús, le han amado y
han observado sus enseñanzas: “Si alguno me ama, guardará mi doctrina, y mi
Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él” (Jn. 14, 23). “Porque
el mismo Padre os ama, ya que vosotros me habéis amado y habéis creído que yo
salí de Dios” (Jn. 16, 27).

La verdadera educación no puede ignorar el desarrollo de las tendencias


Pedagogía del
religiosas del ser humano, porque la plenitud de la vida sólo puede darse cuando sentido de
Dios
se la vive interpretada unitariamente en torno a Dios como principio fundante de
todo. Si educar es ayudar al hombre para que descubra la clave profunda de su
ser y su destino, y colaborar para que pueda darle una respuesta responsable, la
108

educación más verdadera y profunda es la que trabaja como pedagogía del


sentido de Dios.
La peregrinación interior del hombre para “llegar a ser” es la peregrinación Acción de

del hombre hacia Dios por el camino de las virtudes teologales. Ser personas de Dios y
respuesta del
fe, esperanza y caridad. Esto es algo que incluye, para el cristiano, el hombre

reconocimiento de la acción salvífico-educativa de Dios, a cuya iniciativa amorosa


el hombre ha de brindar una respuesta por amor.

Si yo hablara la lengua de los hombres y de los ángeles,


pero no tuviera caridad,
sería como bronce que suena o campana que retiñe.
Y si tuviera el don de profecía
y conociera todos los misterios y toda la ciencia
y tuviera una fe capaz de trasladar montañas
pero no tuviera caridad,
no soy nada.
Y si repartiera todos mis bienes entre los pobres
y entregara mi cuerpo al martirio de las llamas,
no teniendo caridad,
nada me aprovecha.
La caridad es benigna, no es envidiosa, no es jactanciosa,
no se envanece, no es descortés, no es interesada, no se irrita,
no toma en cuenta el mal, no se alegra de la injusticia,
se complace en la verdad, todo lo soporta, todo lo cree,
todo lo espera, todo lo tolera.

La caridad no pasa jamás...


Ahora permanecen estas tres cosas:
la fe, la esperanza, la caridad;
pero la más excelente de ellas es la caridad (I Cor. 13)
109

Capítulo V

ESTRUCTURA COMUNITARIA DEL HOMBRE.

EXPERIENCIA DEL AMOR CRISTIANO

Que todos sean uno.


Yo les he dado la gloria que Tú me diste, para que todos sean uno
como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean
perfectamente uno, y el mundo conozca que Tú me has enviado y
que yo les he amado a ellos como Tú me has amado a mí.
Jn. 17, 21-23

Contenido

En este capítulo encontrará los siguientes temas:

5.1 Naturaleza social de la persona humana


5.2 Sociedad familiar y educación de los hijos
5.3 Sociedad familiar y cultura nacional
5.4 Proyecto educativo de las escuelas católicas: “evangelizar las culturas”
5.5 Compromiso de acción: construir la civilización del amor

5.1 Naturaleza social de la persona humana

La vida de cada hombre es decidida e iniciada por otros hombres


El HOMBRE:
preexistentes: los padres. Desde que nace, un hombre ocupa un lugar dentro de
Ser social
varias sociedades de las cuales forma parte: la familia, la Nación, la Iglesia...

En el Génesis se afirma que desde el principio Dios los hizo varón y mujer
porque “no es bueno que el hombre esté solo” (cfr. Gen. 2, 18-25) Esta sociedad
de hombre y mujer es la primera expresión de la comunión de personas humanas.

“La estructura comunitaria del hombre no es sino el reflejo de la estructura


comunitaria de Dios Uno y Trino a cuya imagen y semejanza fue creado el hombre
(no sólo cada uno, sino incluso la humanidad plural) y a cuya alianza y relación
dialogal el hombre está invitado y destinado. Es aquí donde la dimensión
110

comunitaria del hombre tiene su fundamento teológico” (Educación y proyecto de


vida, 62)

La persona humana es un individuo que no es autosuficiente ni encuentra Necesidad


en sí mismo, directamente, el objeto al cual dirigir su actividad amorosa. El hombre del otro
aislado no puede vivir ni perfeccionarse. Necesita de los demás. “Por su íntima
naturaleza, el hombre es un ser social y no puede vivir ni desarrollar sus
cualidades sin relacionarse con sus semejantes”. 49

El hombre es, por naturaleza, un ser sociable que necesita insertarse en


organismos más complejos para colmar las diferencias de la naturaleza y alcanzar
más fácilmente la perfección física, intelectual y moral. Pero la sociedad tiene,
respecto de la persona, un valor instrumental, puesto que el fin último de la vida
humana es trascendente: la contemplación amorosa de Dios, después de la
muerte.

El fin de la sociedad política: el bien común, debe construirse en forma de


hacer posible la conservación, expansión y tutela de esa vertical de la acción
personal que culmina en la otra vida, en la visión “cara a cara” de Dios, fuente de
nuestra existencia y de nuestra felicidad.

No debemos pensar que servir al fin trascendente de la persona supone


Fundamento
promover actitudes individualistas y egoístas en detrimento del cuerpo social. del Amor de
Dios
“Nadie puede amar a Dios, a quien no ve, si no ama al hermano a quien ve” (I Jn.
4, 20)

“El amor de Dios que nos dignifica radicalmente, se vuelve por necesidad
comunión de amor con los demás hombres y participación fraterna. Por eso, al
misterio de gracia por el cual entramos en comunión con Dios y participamos de su
Consecuenci
misma vida corresponde en el orden de las realidades temporales el dominio y
transformación de los bienes de la tierra en un justo y fraternal señorío del hombre as del
sobre el mundo. Al contrario, a la actitud de pecado que rechaza y menosprecia el RECHAZ
amor de Dios corresponde el egoísmo, el orgullo, la ambición y la envidia que
O DE
49
“El hombre no puede vivir sin amor. Permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada DIOS
de sentido si no se le ha revelado el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y no lo hace
propio, si no participa en él vivamente” (Juan Pablo II, Redemptoris hominis, 10)
111

generan injusticia, dominación, violencia, lucha entre sectores, clases sociales y


pueblos; corrupción, hedonismo, exacerbación del sexo y superficialidad en las
relaciones mutuas” (Documento de Puebla, 326-28)

El hombre que forma parte de la sociedad y se dona a sus hermanos y a la


comunidad, crea las condiciones para recibir de ella múltiples beneficios y auxilios.
“La comunidad constituye un aprendizaje de apertura y madurez porque se
requieren muchas condiciones y la superación de numerosas pruebas para llegar
a la capacidad de compartir la vida, ya que compartir la vida profundamente es
compartir la misión de amar” (Educación y proyecto de vida, 57)

De allí que la educación para la vida común deberá promover virtudes


como: “la valoración positiva incondicional del otro como persona, como ser
humano, más aún como prójimo y como hermano; la paciencia y la tolerancia,
bases indispensables de un diálogo pluralista; la aceptación del otro que llega
incluso a ver que los demás constituyen un posible «nosotros» y que el adversario
no por eso es enemigo, competidor y opositor; la corresponsabilidad y solidaridad,
la actitud de servicio, la veracidad, fidelidad y gratitud” (Idem, 61)

PERSONA HUMANA siendo Ser social

por
tanto

Necesita de sus
semejantes

para

Desarrollar Perfección física,


sus cualidades intelectual y moral
112

5.2 Sociedad familiar y educación de los hijos

Sobre el consentimiento personal e irrevocable de un hombre y una mujer


FAMILIA:
se establece una íntima comunidad conyugal de vida y de amor. Así, del acto procreación y
educación de
humano por el cual los esposos se dan y se reciben mutuamente nace la los hijos

institución del matrimonio y la familia que los políticos han denominado “sociedad
natural, primera y necesaria”. Esa institución ha sido fundada por el Creador para
la continuación del género humano, para el provecho personal de cada uno de sus
miembros, para la dignidad, estabilidad, paz y prosperidad de la misma familia y
de toda la sociedad humana. Uno de los fines esenciales del amor conyugal y del
matrimonio es la procreación y educación de los hijos.50

La vida de toda nueva persona es decidida y encaminada por un acto de


DIOS:
amor y de responsabilidad realizado por los padres. Pero esa vida tiene su origen origen de la
vida
en Dios puesto que sólo Él puede crear el alma humana, sustancia espiritual e
individual. Dios, respondiendo al deseo manifestado por los padres, mediante la
Educación:
creación de un alma y el comienzo de la vida de un hombre, demuestra confiar obligación de
los padres
esta nueva creatura al cuidado de sus padres, pidiéndoles una cooperación ante Dios
educativa, a la cual desde ese momento los padres están moralmente obligados.

Al derecho de los hijos a ser educados, corresponde el deber de los padres


Educación
de educar. Por eso podemos definir la educación familiar como “el debido
familiar
cumplimiento de la generación” ya que, según el orden natural de las cosas, la
primera obligación de educar no puede concernir sino a quien es el principio del
ser y de la vida del educando (Sto. Tomás, II-II, 10, 12).

50
“La familia es imagen de Dios, que en su misterio más íntimo no es una sociedad, sino una familia. Es una
alianza de personas a la que se llega por vocación amorosa del Padre que invita a los esposos a una íntima
comunidad de vida y de amor, cuyo modelo es el amor de Cristo a su Iglesia. La ley del amor conyugal es
comunión y participación, no dominación. Es exclusiva, irrevocable y fecunda entrega a la persona amada sin
perder la propia identidad. Un amor así entendido, en su rica realidad sacramental, es más que un contrato;
tiene las características de la Alianza” (Documento de Puebla, 582)
113

“Puesto que los padres han dado la vida a sus hijos, tienen la gravísima obligación
de educar a la prole, y, por tanto, hay que reconocerlos como los primeros y
principales educadores. Este deber de la educación familiar es de tanta
trascendencia que, cuando falta, difícilmente puede suplirse. Es, pues, deber de
los padres crear un ambiente de familia animado por el amor, por la piedad hacia
Dios y hacia los hombres, que favorezca la educación íntegra de la persona y
social de los hijos. La familia es, por tanto, la primera escuela de las virtudes
sociales que todas las sociedades necesitan” (Gravissimum educationis, 3). 51

No podemos ignorar el contexto en el cual se desarrolla actualmente la vida


familiar. El Papa Juan Pablo II señala algunos aspectos positivos: “una
conciencia más viva de la libertad personal y una mayor atención a la calidad de
las relaciones interpersonales en el matrimonio, a la promoción de la dignidad de
la mujer, a la procreación responsable, a la educación de los hijos... a su
responsabilidad en la construcción de una sociedad más justa”... Sin embargo, Aspectos
desfavorables
también advierte sobre algunos signos preocupantes: a veces, la mayor que atentan
contra la
independencia entre los cónyuges atenta contra la unidad de la pareja
familia
matrimonial. Son frecuentes las uniones de hecho, las familias monoparentales y
los divorcios, que atentan contra el precepto evangélico de la indisolubilidad del
vínculo. Además, existe desorientación entre los padres sobre los modos como
deben ejercer su autoridad y ello les dificulta cumplir con su misión de transmitir
los valores de la cultura católica (Familiaris Consortio, 6)

Sin ignorar o disminuir las presiones que deben soportar las familias
cristianas en el mundo contemporáneo, debemos afirmar que la solución a la
mayoría de estos problemas se encuentra en la conversión de la mente y del
corazón que lleva a la “renuncia del propio egoísmo”:
51
“El derecho-deber educativo de los padres se califica como esencial, relacionado como está con la
transmisión de la vida humana; como original y primario, respecto al deber educativo de los demás por la
unicidad de la relación de amor que subsiste entre padres e hijos; como insustituible e inalienable y, por
consiguiente, no puede ser totalmente delegado o usurpado por otros.
”Por encima de estas características no puede olvidarse que el elemento más radical, que determina el deber
educativo de los padres, es el amor paterno y materno que encuentra su realización en la acción educativa
porque hace pleno y perfecto el servicio a la vida. El amor de los padres se transforma de fuente en alma y,
por consiguiente, en norma que inspira y guía toda la acción educativa concreta, enriqueciéndola con los
valores de dulzura, constancia, bondad, servicio, desinterés, espíritu de sacrificio, que son el fruto más
precioso del amor” (Juan Pablo II, Familiaris consortio, n. 36)
114

“en una sociedad sacudida y disgregada por tensiones y conflictos, los hijos
deben enriquecerse no sólo con el sentido de la verdadera justicia, que lleva al
respeto de la dignidad personal de cada uno sino también y más aún del sentido
del verdadero amor, como solicitud sincera y servicio desinteresado hacia los
demás, especialmente a los más pobres y necesitados... El don de sí, que inspira
el amor mutuo de los esposos, se pone como modelo y norma del don de sí que
debe haber en las relaciones entre hermanos y hermanas y entre las diversas
generaciones que conviven en la familia. La comunión y participación vivida
cotidianamente en la casa, en los momentos de alegría y dificultad, representa la
pedagogía más concreta y eficaz para la inserción activa, responsable y fecunda
de los hijos en el horizonte más amplio de la sociedad” (ídem, 37)

Los lazos familiares son normalmente los lazos más fuertes que ligan a
Importancia
unos hombres con otros. Si a esto se une que es en el ambiente familiar donde el radical de
la familia
hombre pasa la mayor parte de su tiempo, podemos inferir que los estímulos
familiares configuran a la persona de un modo mucho más eficaz que cualquier
otro tipo de estímulos.
Familia: agente
Podemos agregar que es en el ambiente familiar donde se percibe con principal de la
educación
claridad el fluir de la vida, puesto que es allí donde la evolución de las personas, e
incluso la aparición y desaparición de la vida humana, se viven con mayor
La familia:
intensidad. De aquí que la familia es una magnífica escuela para adquirir el ESCUELA DE
conocimiento de la radical insuficiencia del ser humano, condición fundamental VIRTUDES.

para elevar la mirada hacia Dios

Para que nuestras familias sean lugares de preservación y recreación de Actitudes


nuestra cultura cristiana, los padres deben prepararse a su misión promoviendo que debe
promover la
las siguientes actitudes: familia

a) Una concepción más cristiana de la familia y de sus fines, junto con una
conciencia más clara del deber, obligaciones y problemas relativos a la educación
de los hijos.

b) Un vivo sentido de responsabilidad frente a Dios, a los hijos, a sí mismo y a la


sociedad.
115

c) Un amor más ordenado y sobrenatural para con los hijos, que guíe y ayude a
procurar no sólo sus intereses materiales sino también sus más nobles intereses
sociales, espirituales y religiosos, en orden a su fin trascendente.

d) Un profundo conocimiento de los hijos en todos sus aspectos y necesidades:


físicas, psíquicas, intelectuales, morales y religiosas, durante los diversos estadios
de su desarrollo.

e) Una creciente capacidad para ejercer con respeto, amor y firmeza, una
autoridad que persuade y libera.

f) Una conducta virtuosa; ejemplar en los pensamientos, en los afectos y en todos


los actos que los padres realizan en su vida personal, familiar, profesional y social.

g) Una posesión más segura del arte de educar, destinado a promover el


desarrollo integral y armónico de todas las facultades de sus hijos.

La familia cristiana es escuela de perfección; en un clima de afecto profundo


los padres, los hijos, los hermanos y los abuelos, se ayudan cada día para ser
mejores personas.

5.3 Sociedad familiar y cultura nacional

En razón del creciente nivel cultural que existe hoy día en casi todas las Sistema
educativo:
sociedades contemporáneas y de las cada vez más elevadas exigencias de promover la
identidad
preparación técnica, las familias no pueden proporcionar toda la instrucción que nacionaly
recrear los
necesitan los niños y los jóvenes. Los Estados han organizado sistemas valores

educativos para promover la “identidad nacional” y recrear los valores culturales


en la vida de las jóvenes generaciones.
Cuando una cultura singular queda delineada a través de años o siglos, se
supone que en el interior de ese pueblo y desde el fondo de su historia, en
constante recreación, se ha venido gestando un modelo de país, un ideal de
ESTADO:
Nación y de formas de vida común. Ese modelo es algo vivo, dinámico, que se custodio de los
valores
ajusta y perfecciona por obra común pero que, en lo esencial, es el que otorga fundantes
116

unidad e identidad a los miembros de una sociedad. Por eso el Estado, en cuanto
promotor del bien común, debe ser custodio y garante de los valores fundantes de
la cultura nacional.

Promoción del BIEN


COMÚN POLÍTICO IDENTIDAD
NACIONAL
para
Custodia de los SOCIEDAD a SISTEMAS promover
VALORES Urgen organizar
POLÍTICA
FUNDANTES DE EDUCATIVOS a la
a la
LA CULTURA recrear
NACIONAL VALORES
Avance progresivo de CULTURALES
una CULTURA DE
MASAS

En la década del sesenta, la Constitución Conciliar “Gaudium et Spes”


señalaba algunos problemas que debía enfrentar el hombre actual: la PROBLEMAS
del
HOMBRE
industrialización, la urbanización y otros agentes que promueven la vida ACTUAL

comunitaria, creando una “cultura de masas” de la cual nacen nuevos modos de


pensar, actuar y descansar; al mismo tiempo, el creciente intercambio entre las
diversas naciones y grupos sociales descubre los tesoros de las diferentes formas
de cultura y va gestando poco a poco una cierta “cultura universal”.
El progreso de la técnica y el desarrollo de la civilización de nuestro tiempo, Cultura sin DIOS

no acompañado de un proporcional desarrollo de la ética y de la moral, no puede


menos que engendrar múltiples inquietudes. La situación del hombre en el mundo
contemporáneo parece distante tanto de las exigencias objetivas del orden moral,
como de las exigencias de la justicia y del amor social. Además, el consumismo, el
hedonismo y la voluntad de poder se nos presentan como los valores
fundamentales de esta nueva sociedad que se pretende construir. La negación de
Dios y de la religión se presentan como presupuestos de ese progreso y de ese
nuevo humanismo. 52

52
En una cultura que promueve el secularismo se separa al hombre respecto de Dios; se entiende que lo
religioso es sólo un obstáculo que impide el progreso. Por eso enseña el Papa que: “Por principio y de hecho,
el materialismo excluye radicalmente la presencia y la acción de Dios, que es espíritu. El materialismo
significa la aceptación de la muerte como final definitivo de la existencia humana. Si el hombre en su esencia
es sólo carne (puesto que se niega la espiritualidad del alma), la muerte es para él una frontera y un término
117

Afectados por esta situación tan compleja, son pocos los hombres que Desconcierto,
inquietud
pueden discernir cuáles son los valores verdaderos para tenerlos como metas de del
hombre
contemporáneo
sus vidas. La inquietud los atormenta y se preguntan: ¿qué es el hombre?,
¿cuál es el sentido del dolor, del mal, de la muerte?, ¿qué debe dar cada uno a la
sociedad y qué debe esperar de ella?, ¿existe una vida después de la muerte?...

Es en este punto cuando la educación comienza a jugar un papel Papel de la


educación:
importante puesto que la verdadera educación se propone la formación de la
formación de la
persona humana en orden a su fin último y al bien de las sociedades de las que el persona
en orden a su fin
hombre es miembro y en cuyas responsabilidades participa cuando llega a la último

madurez. Los padres y los maestros deben promover una cultura subordinada a la
perfección integral de la persona y al bien de toda la comunidad.
Por medio de la educación, entendida como realización de valores, el La educación
como realización
hombre cultiva su espíritu de tal manera que desarrolla la capacidad de
de nuestra
admiración, de contemplación y de juicio personal. De esa manera, realiza su esencia y

esencia, despliega sus energías latentes y actualiza las riquezas que se cultivo del
espíritu.
encuentran en su naturaleza.
Los distintos valores a realizar estarán relacionados con las diversas
dimensiones educables del sujeto:

Educación moral y religiosa


Valores morales

Conocimiento de la verdad Estudio, aprendizaje, ciencia

Promoción del bien común Educación cívica, justicia


Educación estética
Apreciación de la belleza
Educación física
Cuidado del cuerpo y de la salud

insalvable. Se entiende que pueda afirmarse que la vida humana es exclusivamente un existir para morir”
(Juan Pablo II, Dominum et vivificantem, 57)
118

La jerarquía pedagógica de los valores se establece en función del servicio Jerarquía


pedagógica de
que prestan al perfeccionamiento del hombre y al desarrollo de su persona. Estos los valores

valores humanos, como las esferas en que se afincan, lejos de estar desligados,
se compenetran y se funden en la intimidad del yo personal. Por eso debemos
brindar una educación integral que evite caer:

reduccionismos
y
 En un puro intelectualismo incapaz de encender en el discípulo el
falsificaciones
amor que ilumine su conducta e incapaz de proveerle una técnica educativas

que le permita crear.


 En un voluntarismo exagerado que aparte su voluntad de la
ordenación al bien y esclavice la inteligencia a un poder irracional, el
de los impulsos caprichosos.
 En una actividad que, saltando toda barrera moral, se centre en la
explotación de las fuerzas productivas del hombre.

La realización de los valores inferiores debe hacerse de tal manera que


puedan quedar cumplidas las exigencias de los valores superiores porque los
valores inferiores encuentran su última razón de ser en los valores superiores.
Esta armonía era expresada magistralmente por Miguel Federico Sciacca cuando
escribía:

“Sin renuncias, así como sin embrutecimiento en los instintos vitales, podemos
vivir la plenitud de la vida en todas sus formas, vivirla religiosamente, incluso
cuando expresamos valores sensibles. Yo puedo, pues, si quiero, expresar a Dios
y reconocerlo incluso en el acto más sencillo y más humilde de la vida cotidiana, si
al encarnar en él el valor que le corresponde, lo expreso de manera que construya
un paso en el camino que conduce al absoluto” (Cit. por González Alvarez, p. 7)

Este orden jerárquico de los valores que perfeccionan al hombre se


establece de acuerdo al fin último de la vida humana puesto que la naturaleza del
hombre ha sido hecha por el Creador para que alcance acabamiento y plenitud en
el Bien Supremo. Sólo mediante la ordenación de los actos libres hacia la Verdad,
la Bondad y la Belleza Infinitas será posible construir un auténtico desarrollo, una
verdadera cultura.
119

Debemos evitar el peligro de convertir el hombre en esclavo de los valores Necesidad de


un nuevo
económicos y liberarlo de la unilateralidad técnica para ayudarle a trascender humanismo

hacia los ámbitos del conocimiento de la verdad, el amor al bien y la estimación de


la belleza. El hombre contemporáneo debe establecer un nuevo humanismo
donde se vea libre de la miseria, encuentre con más facilidad y seguridad la propia
subsistencia, la salud, una ocupación estable; participe en las responsabilidades
comunes sin opresiones de ninguna clase; tenga más posibilidades de acceso a la
formación intelectual superior... en una palabra: hacer, conocer y tener más para
ser más.

5.4 Proyecto educativo de las escuelas católicas: “evangelizar las culturas”

El deber de la educación de los niños, que compete en primer lugar a la


familia, requiere la colaboración de toda la sociedad. Por eso los padres envían a
sus hijos a las escuelas, las cuales Labor de la
ESCUELA:

FORMACIÓN
INTEGRAL
“a la vez que cultivan con asiduo cuidado las facultades intelectuales, desarrollan HUMANA
la capacidad del recto juicio, introducen el patrimonio cultural conquistado por las
generaciones pasadas, promueven el sentido de los valores, preparan para la vida
profesional, fomentan el trato amistoso entre los alumnos de diversa índole y
condición, contribuyendo a la mutua comprensión. Además se constituyen en
centros de cuya laboriosidad y de cuyos beneficios deben participar en conjunto:
las familias, los maestros, las diversas asociaciones que promueven la vida
cultural, cívica y religiosa, así como la sociedad civil y toda la comunidad humana”
(Gravissimum educationis, 5)

Deberes y
La escuela contribuye de un modo precioso a la educación de los jóvenes,
derechos de los
pero los padres siguen siendo siempre los directos responsables de la orientación padres respecto
de la educación
que se ofrece a sus hijos. Los padres no deben desentenderse de la educación de
sus hijos y dejar todo en manos de los docentes. Además, tienen el derecho de
ser informados y consultados sobre el aprendizaje y el comportamiento escolar de
los niños. De esa manera se constituye una “comunidad educativa” en la que la
120

escuela y la familia concurren con sus esfuerzos en la misión de educar a las


jóvenes generaciones (Educación y proyecto de vida, 118)

FUNCIONES DE
La escuela será la institución específica donde maestros y estudiantes se LA ESCUELA

encontrarán con el patrimonio cultural de su comunidad y bucarán recrear los


valores perennes para realizarlos en contexto actual. Por ello será necesario que
Recrear y
todos los miembros de la comunidad escolar se refieran a una misma realizar los
valores
“concepción de vida” que esté fundada sobre una determinada escala de perennes
valores.
Será responsabilidad de la escuela, en cuanto institución educativa, poner de
Destacar la
relieve la dimensión ética y religiosa de la cultura para activar el dinamismo dimensión

espiritual del sujeto y ayudarle a alcanzar la libertad moral que presupone y ética y religiosa de
la cultura.
perfecciona a la psicológica. Será responsabilidad de los educadores formar
Formar
personalidades firmes, capaces de hacer opciones libres y justas. Así configurada, personalidades
firmes
la escuela supone no solamente una elección de valores culturales, sino también
una elección de valores de vida que deben estar presentes de manera operante.

Porque es objetivo de toda educación verdadera el humanizar y Contribuir a la

personalizar orientando eficazmente al hombre hacia su fin, la educación católica CONVERSIÓN


TOTAL
busca “contribuir a la conversión del hombre total no sólo en su yo profundo e del hombre

individual, sino también en su yo periférico y social, orientándolo a la genuina


liberación cristiana que abre al hombre a la plena participación en el misterio de
Cristo resucitado, es decir, a la comunión filial con el Padre y a la comunión
fraterna con todos los hombres, sus hermanos” (Documento de Puebla, 1026).53

53
El Concilio Vaticano II afirma que la educación cristiana “no persigue solamente la madurez de la persona
humana, sino que busca, sobre todo, que los bautizados se hagan más conscientes cada día del don recibido de
la fe, mientras se inician gradualmente en el conocimiento del misterio de la salvación; aprendan a adorar a
Dios Padre en espíritu y en verdad (Jn. 4, 23), ante todo en la acción litúrgica, formándose para vivir según el
hombre nuevo en justicia y santidad de verdad (Ef. 4, 22-24), y así lleguen al hombre perfecto, en la edad de
la plenitud de Cristo (Ef. 4, 13), y contribuyan al crecimiento del Cuerpo Místico. Conscientes, además, de su
vocación, acostúmbrense a dar testimonio de la esperanza que hay en ellos (I Pe. 3, 15) y a ayudar a la
configuración cristiana del mundo, mediante la cual los valores naturales contenidos en la consideración
integral del hombre redimido por Cristo contribuyan al bien de toda la sociedad” (Gravissimum educationis,
2).
121

En medio de una sociedad caracterizada por el desarrollo científico y Concretar un

tecnológico, que tiende a despersonalizar y masificar, influida por los medios PROGRAMA
EDUCATIVO
masivos de comunicación social; la educación católica quiere presentar un CRISTOCÉN-
TRICO
programa elevado sobre los principios evangélicos. En ese proyecto Jesucristo es
el centro y el fundamento de toda acción. “Él revela y promueve el sentido nuevo
de la existencia y la transforma capacitando al hombre para que viva de manera
divina, es decir, para que piense, quiera y actúe haciendo de las bienaventuranzas
la norma de su vida” (Escuela Católica, 34)

Las escuelas católicas persiguen, no en menor grado que las otras Ordenar la
cultura humana
escuelas, los fines culturales y la formación humana de la juventud. Su nota en armonía con
la
distintiva es crear un ambiente en la comunidad escolar animado por el espíritu REVELACIÓN

evangélico de libertad y de caridad, ayudar al adolescente para que en el


desarrollo de la propia persona crezcan a un tiempo según la nueva creatura
nacida por el bautismo y ordenar, finalmente, toda la cultura humana según el
mensaje de la salvación, de suerte que quede iluminado por la fe el conocimiento
que los alumnos van adquiriendo del mundo, de la vida y del hombre. Por tanto, la
escuela católica, a la par que se abre como conviene a las condiciones del
progreso actual, educa a los alumnos para conseguir con eficacia el bien de la
ciudad terrestre y los prepara para servir a la difusión del Reino de Dios, a fin de
con el ejercicio de una vida ejemplar y apostólica sean como el fermento salvador
de la comunidad humana (Gravissimum educationis, 8)

Cultura humana a la
luz de la Fe

1- cultivar las facultades


Ordena
la intelectuales
2- promover los valores
Conversión suscita la ESCUELA Colabora con la
familia en 3- preparar para una profesión
CATÓLICA 4- introducir a los hijos en el
patrimonio cultural
5- recrear los valores perennes
Activa el
Dinamismo
espiritual del sujeto 122

Es cierto que actualmente es frecuente encontrarse con alumnos que


rehúsan el esfuerzo, con adolescentes inconstantes, incapaces de sacrificios y
carentes de modelos, incluso familiares. Muchas veces son indiferentes a la
formación moral y a las prácticas religiosas. Pareciera que lo único importante
para ellos y para sus padres sólo fuera la obtención de un título, un nivel alto de
instrucción y la adquisición de competencias profesionales en función de un futuro
laboral.

No obstante, las escuelas católicas, animadas por la esperanza, tratan de Restaurarlo


“alcanzar la raíz de la cultura, la zona de sus valores fundamentales, suscitando Todo en Cristo
una conversión que pueda ser base y garantía de la transformación de las
estructuras y del ambiente social”. Esto lo hace convencida de que la religión o
irreligión inspira todos los demás órdenes de la cultura: el familiar, el económico,
el político, el artístico... en cuanto los libera hacia lo trascendente o los encierra en
su propio sentido inmanente.54

“En efecto, el saber considerado en la perspectiva de la fe, llega a ser sabiduría y


visión de vida. El esfuerzo por conjugar razón y fe, si llega a ser el alma de cada
una de las disciplinas, las unifica, articula y coordina, haciendo emerger en el
interior mismo del saber escolar la visión cristiana del mundo y de la vida, de la
cultura y de la historia. En el proyecto educativo de la escuela católica no debe
existir, por tanto, separación entre momentos de aprendizaje y entre momentos de
educación, entre momentos del concepto y momentos de sabiduría. Cada
disciplina no presenta sólo un saber por adquirir, sino también, valores por asimilar
y verdades por descubrir. Todo esto exige un ambiente caracterizado por la
búsqueda de la verdad, en el que los educadores, competentes, convencidos y
coherentes, maestros de saber y de vida, sean imágenes, imperfectas desde
luego, pero no desvaídas del único Maestro” (La escuela católica en el umbral del
tercer milenio. En L’Osservatore Romano, abril de 1988)

54
“Dado el ambiente general de secularización y descreimiento en el que el educador laico frecuentemente
ejerce su misión, es importante que, superando la mentalidad meramente experimental y crítica, pueda abrir la
conciencia de sus alumnos a la trascendencia y disponerlos así a acoger la verdad revelada” (Sagrada
Congregación para la educación católica, El laico católico, testigo de la fe en la escuela, n. 30).
123

5.5 Civilización del Amor: compromiso de la acción.

Generalmente el término “comunidad educativa” se refiere a la escuela en


cuanto designa el vínculo que une entre sí a los alumnos, padres, maestros y
demás estamentos institucionales. Sin embargo, el concepto de comunidad
educativa no se agota en la escuela, porque la transmisión crítica de la cultura y el
compromiso de una toma de conciencia para la intervención transformadora no
pueden darse sin un perfil ideal de sociedad que se alce como meta y criterio de
las acciones. “El vivir del hombre es, en realidad, un convivir. La imagen del
hombre que ha de orientar su educación, deberá, en consecuencia, incluir, junto
con un adecuado perfil de la persona individual, el modelo de sociedad a que se
aspira” (Educación y proyecto de vida, p. 81)

El amor cristiano llegará a su plenitud en nosotros, a su completa Plenitud del


AMOR
realización, cuando, después de inundar nuestra inteligencia y nuestros criterios,
CRISTIANO.
después de transformar nuestro sistema de valores y nuestras opciones vitales,
llegue a dar frutos maduros en nuestra acción. Cuando haya producido el milagro
de hacer de nosotros, que muchas veces somos pasivos, débiles y cómodos,
constructores comprometidos de esa “renovada plenitud de vida” que Pablo VI
denominó: “La Civilización del Amor”.

“Hay que construir un mundo temporal mejor. Hay un mundo espiritual, óptimo y
Necesidad y
necesario para la vida presente y futura que, de diversas formas, pide también
compromiso
constructores. Vosotros, principalmente los jóvenes, ¿no oís la fascinante por construir
llamada? Nosotros, viejos operarios, lanzamos el grito y esperamos: ¡es tiempo de la
construir! ¡Es más, de construir los constructores, los apóstoles de la ciudad de CIUDAD DE
DIOS
Dios” (Pablo VI, 15 de septiembre de 1976)
124

Los orígenes del cristianismo nos brindaron una imagen ejemplar de


Origen
sociedad inspirada en el amor: “Todos los creyentes se mantenían unidos y histórico de
ponían lo suyo en común: vendían sus propiedades y sus bienes, y distribuían el la CIUDAD
DE DIOS
dinero entre ellos según las necesidades de cada uno. Íntimamente unidos,
frecuentaban a diario el Templo, partían el pan en sus casas, y comían juntos con
alegría y sencillez de corazón; ellos alababan a Dios y eran queridos por todo el
pueblo” (Hech. 2, 44-47)

Las “Bienaventuranzas” tuvieron el poder de inaugurar el estilo de vida


propio de los constructores de la nueva sociedad:

“¿Quién se había atrevido en el curso de la historia a proclamar «felices» a los


pobres de espíritu, a los afligidos, a los mansos, a los hambrientos, a los sedientos
de justicia, a los misericordiosos, a los puros de corazón, a los artífices de la paz, a
los perseguidos, a los insultados? (Mt. 5, 1-12) Aquellas palabras sembradas en
medio de una sociedad basada en la fuerza, en el poder, en la riqueza, en la
violencia, en el atropello, podía interpretarse como un programa de vileza y abulia
indignos del hombre. Y en cambio eran la proclama de la nueva «civilización del
amor» que surgía sobre la base de valores mal vistos y despreciados por la
inteligencia obtusa del hombre inclinado sobre la tierra, pero que en los designios
amorosos de Dios eran instrumentos de redención, de liberación y de salvación”
(Pablo VI, 18 de septiembre de 1976)

La Civilización del Amor surge como necesidad acuciante de la historia


Necesidad
contemporánea y se proyecta como alternativa para la historia futura, a la que acuciante del
hombre
abre horizontes grandiosos. La Civilización del Amor pretende dar respuesta contemporáneo:
el retorno al
plenificante a los interrogantes más profundos del hombre y convertir nuestra tierra SENTIDO
RELIGIOSO
en un amplio espacio de justicia, de libertad y de paz, poseídas y gozadas por
DE LA VIDA
55
todos los hombres.

55
“Son signos de la Civilización del Amor: El SÍ al hombre. a la dignidad de su vida. El SÍ a la libertad, la
verdad, la justicia y la paz. El SÍ al trabajo, la familia y la fe. La primacía de la persona sobre todo poder o
proyecto. La primacía de la ética sobre la técnica. La primacía de lo trascendente. La búsqueda de una nueva
sabiduría: la del amor” (Educación y proyecto de vida, 82)
125

Capítulo VI

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, IMAGEN DEL HOMBRE NUEVO

Ningún otro nombre fue dado a los hombres en el cual puedan


ser salvados, sino el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo.
HB. 4, 2

Contenido
En este capítulo encontrará los siguientes temas:

6.1 Las cimas de la perfección


6.2 Regulación del proceso educativo

6.1 Las cimas de la perfección

Puesto que nuestro destino último sobrepasa las propias fuerzas y como, Necesidad de la
gracia
por otro lado, no podemos alcanzarlo sino mediante actos personales, la gracia
que nos orienta hacia él se expansionará en todo un organismo de virtudes infusas
que nos permitirán realizar actividades meritorias para la vida eterna:

“La virtud del hombre que está ordenada a un bien proporcionado a la regla de la
razón humana, puede ser causada por actos humanos, en cuanto tales actos
proceden de la razón bajo cuyo poder y regla se realiza tal bien. Pero cuando la
virtud ordena al hombre a un bien que está bajo la medida de la ley divina y no de
la razón humana, entonces no puede ser causada por actos humanos cuyo
principio es la razón, sino que es causada en nosotros únicamente por la acción
divina” (Sto. Tomás, S.T., I-II, 63, 2)

La gracia santificante, hábito entitativo, se convierte en principio radical de


La gracia
esta sobrevaloración de nuestras potencias, capacitadas para producir actos santificante

sobrenaturales.

No se explica en nosotros la existencia de virtudes infusas, y se expone Virtudes infusas

uno a equivocarse sobre su verdadera esencia, si no se tiene cuidado de referirlas


siempre al orden mismo de la gracia. Forman parte de esta transformación
126

maravillosa que obra en nosotros el estado de gracia: nos son dadas al mismo
tiempo que ella; aumentan con ella; se pierden si ella se pierde, excepto, en
ciertos casos, la fe y la esperanza que Dios quiere dejar que subsistan en almas
que no le aman. Las virtudes infusas se asientan en nuestras potencias a causa Virtudes
infusas y
de la gracia habitual y como bajo la presión de esta gracia. Su razón de ser es estado de
gracia
habituarnos y capacitarnos para la intimidad divina... nos humanizan, si se quiere,
pero de una manera especial; más exactamente: nos divinizan...

Este orden de las virtudes infusas así unidas a la vida de la gracia, se Las virtudes
infusas y el
traduce en primer lugar por la realidad de las virtudes teologales: fe, esperanza y estado de
gracia se
caridad. Estas tres virtudes son “teologales” porque no tienen otro objeto que el traducen en
las
mismo Dios. La fe ve en Dios a la verdad que poseeremos al término de nuestro VIRTUDES
TEOLOGALES.
asentimiento, pero Él es a la vez, por su revelación, el principio de este
conocimiento que nosotros tenemos de Él y de la certeza de nuestra fe. La
caridad en su amor de Dios no tiene otro motivo para amarle que Él mismo en su
seducción de Bien Supremo. Es Dios mismo el que se introduce en nuestras vidas
y causa, por la autoridad de su palabra, el asentimiento de nuestra fe; suscita
nuestro amor por la realidad seductora de su bondad y funda nuestra esperanza
por la fidelidad de su sabiduría bienhechora.

Por eso, mientras que el ideal de la virtud moral es la medida, el justo medio Virtudes infusas y
virtudes morales:
que asegura una razón prudente, en las virtudes teologales nunca se da el diferencias
exceso. No se puede creer demasiado en Dios, esperar demasiado de él, amarlo
en demasía. La medida de las virtudes teologales, es no tener medida. El hombre
se abre al infinito56

56
La vida cristiana exige el continuo ejercicio de la fe, de la esperanza y de la caridad: “Solamente con la luz
de la fe y con la meditación de la palabra divina es posible reconocer siempre y en todo lugar a Dios, «En
quien vivimos, nos movemos y existimos» (Hch. 17, 28); buscar su voluntad en todos los acontecimientos..., y
juzgar con rectitud sobre el verdadero sentido y valor de las realidades temporales, tanto en sí mismas como
en orden al fin del hombre...
”Quienes poseen esta fe viven con la esperanza de la revelación de los hijos de Dios, acordándose de la Cruz
y de la resurrección del Señor... En medio de las adversidades de esta vida, hallan fortaleza en la esperanza,
127

El ideal de la moral helenista era el de un equilibrio humano, exigido por


Ideal helenista
los horizontes de una vida social que se esfuerza por realizar las condiciones de de virtud

una relativa felicidad terrena. Los horizontes de la Ciudad de Dios superan todas
las proporciones, sin que por ello destruyan las condiciones concretas según las
cuales se desarrolla aquí abajo una vida humana. Subsisten los mismos deberes:
Las virtudes
gobernar nuestra vida y realizar entre los humanos un orden amigable y justo. La teologales
suponen las
naturaleza de nuestras virtudes morales no cambia; nos es preciso obedecer, virtudes
humanas
mediante buenas disposiciones habituales, a un orden racional. Hay que dominar
las mismas pasiones y asegurar la primacía de la vida racional sobre la vida
instintiva. Hay que regular nuestras relaciones humanas según las exigencias del
bien común y del derecho de cada uno pero… un nuevo ideal penetra toda esta
contextura humana de nuestra vida moral; el alma ha superado las condiciones de
un ideal simplemente humano para dedicarse a imitar al Padre que está en los
cielos: “sed perfectos como lo es vuestro Padre del cielo”57

Las virtudes morales infusas nos ponen en disposición de prestarnos a la Papel de las
virtudes
influencia activa de la caridad. Es el amor de Dios el que nos mueve a obrar; él morales
infusas
engendra e “informa” a nuestras virtudes haciéndolas meritorias para la vida
eterna. Nos hacemos dóciles a las prescripciones del Amor. 58 Es nuestro mismo Virtudes
infusas y
fin último el que se nos aparece bajo los rasgos personales de un Dios amado, de llamado a vivir
la caridad
un padre y de un amigo en todos los recodos del camino . Es papel propio de la

pensando que «los padecimientos del tiempo presente no son nada en comparación con la gloria que ha de
manifestarse en nosotros» (Rom. 8, 18)
”Movidos por la caridad que procede de Dios, hacen el bien a todos, muy especialmente a sus hermanos en la
fe, despojándose de «toda maldad y de todo engaño, de hipocresías, envidias y maledicencias» (I Pe. 2, 1),
atrayendo así a los hombres a Cristo... Con el cultivo de la amistad cristiana, se ayudan mutuamente en todas
las necesidades” (Concilio Vaticano II, Apostolicam Actuositatem, 4; lo mismo se explica en Educación y
proyecto de vida, 161)
57
“Para alcanzar esta perfección, los creyentes han de emplear sus fuerzas, según la medida del don de Cristo,
para entregarse totalmente a la gloria de Dios y al servicio del prójimo. Lo harán siguiendo las huellas de
Cristo, haciéndose conformes a su imagen y siendo obedientes en todo a la voluntad del Padre. De esta
manera, la santidad del Pueblo de Dios producirá frutos abundantes, como lo muestra claramente en la
historia de la Iglesia la vida de los santos” (Catecismo, n. 2013)
58
“Es el Espíritu Santo quien nos lleva a la plenitud de la verdad, quien nos transforma y rejuvenece
interiormente, quien nos da fuerzas para amar, nos unifica en comunión y distribuye sus dones para la común
edificación” (ídem, 160; cfr. Lumen gentium, 4)
128

virtud moral infusa el de hacer que nos prestemos a estas llamadas de la caridad
viviente.

La preferencia divina se afirma, a pesar de la fragilidad del hábito, aun en


aquel que debe frenar fuertemente sus pasiones en lugar de dejarse arrastrar
gozosamente por una verdadera espontaneidad virtuosa. En su realidad más
esencial, la virtud moral infusa aparece, correlativamente a la llamada interior de la
caridad, como una posibilidad de victoria sobre nosotros mismos.

La templanza infusa procede de un ideal más elevado que el que tendría Templanza infusa

la moderación natural de nuestras pasiones, así conoce actos que son propios del
cristiano, como la mortificación voluntaria y la virginidad. La fortaleza del cristiano
tendrá otras dimensiones de una virtud de fortaleza simplemente humana, porque
dar la vida recibe un sentido cuando la muerte termina en vida eterna, y la
paciencia será, entre las virtudes infusas, una de las manifestaciones más
inmediatas de una gran caridad. Paralelamente, en la actividad exterior, la
primacía de la caridad transfigura las relaciones de simple justicia y las penetra del
sentido de fraternidad. 59

El desarrollo de las virtudes infusas seguirá las leyes de crecimiento de todo Desarrollo de
las virtudes
hábito, aunque en el despliegue de una virtud esencialmente sobrenatural infusas
nuestros actos desempeñarán sólo un papel dispositivo: el acto más intenso y más
ferviente no causará directamente el crecimiento, sino que dispondrá mejor a la
potencia para recibir un don divino mayor.

Infusa en su establecimiento, la virtud sobrenatural permanece como tal en


cada uno de sus desarrollos. Este crecimiento de un don divino sigue siendo el de

59
“El misterio de la existencia cristiana incluye unitariamente el encuentro filial con Dios y el encuentro
fraterno con nuestros hermanos, a tal punto que el amor al prójimo se torna signo de la autenticidad de nuestro
amor a Dios, camino hacia el amor y expresión eficaz de que lo amamos y que Él nos da fuerzas para amar.
”Toda esta riqueza y profundidad de vida tiene como centro dinamizante la Eucaristía... La Eucaristía resulta
así el centro y la fuente de la educación cristiana. Es el lugar de encuentro educativo, personal y comunitario,
el llamado a la honda sinceridad consigo mismo, con los demás y con Dios, el renovado compromiso con los
hermanos, el alimento que nos nutre y nos da fuerzas para crecer” (ídem, 160.163)
129

un hábito que no sólo se sobreañade a nuestras potencias, sino que las determina
con relación a los actos que deben producir. Pero siempre debemos recordar que
el crecimiento de la virtud infusa depende de su fuente divina; nuestros actos,
en el desarrollo de una virtud esencialmente sobrenatural, desempeñarán sólo
un papel dispositivo: toda la eficacia pertenece a Dios.60

Las virtudes infusas dependen en su ejercicio de las gracias actuales, las Las GRACIAS
ACTUALES:
cuales podemos tanto rechazar como cooperar con ellas. Tener conciencia de la dependencia
confiada en
esto es introducir en nuestra psicología moral una actitud de dependencia confiada Dios

respecto de Dios, de llamada a su misericordia compasiva que corrige lo que la


virtud poco ejercitada pudiera tener de frágil e inestable. Una gran corriente de
esperanza sobrenatural viene así a confortar toda nuestra vida moral. Dios no
cambia: esta convicción nos defiende contra nuestra propia movilidad.

El organismo espiritual infuso, nacido de la gracia, no está completo si no DONES DEL


ESPÍRITU SANTO
colocamos en él los dones del Espíritu Santo. Estos dones nos disponen a
recibir de manera connatural una moción especial de Dios, un “instinto” divino, que
toma la forma de una gracia operante ante la que nosotros no hacemos otra cosa
que dejarnos mover hacia una operación que trasciende, en cierto sentido, todo el
mecanismo humano de deliberación y de elección que lleva consigo la virtud,
incluso la infusa. Estos dones son hábitos que hacen dóciles a nuestras potencias
a las mociones divinas. Se trata de una regulación nueva de la acción, que se
conforma no a la simple conducta racional, sino directamente a Dios, a quien nos
une la caridad.61

60
“La iniciativa y la corriente vital proceden siempre de parte de Dios que espera la respuesta libre y generosa
del hombre. «El que permanece en Mí, y Yo en él, da mucho fruto, porque separados de Mí, nada pueden
hacer» (Jn. 15, 5) «Ni el que planta ni el que riega es algo, sino Dios, que hace crecer» (I Co. 3, 7)” (ídem,
161)
61
Toda la realización del Espíritu Santo en el cristiano tiende hacia la plenitud de la gloria, como
participación del hombre entero en la vida del Espíritu: “También nosotros que poseemos las primicias del
Espíritu, nosotros mismos gemimos interiormente, anhelando que se realice la redención de nuestro cuerpo.
Pues sólo en esperanza estamos salvados” (Rom. 8, 23-24) Llevamos dentro una maduración permanente de
la vida eterna, cuyo germen es el Espíritu Santo ya comunicado. Es un germen de inmortalidad, que impregna
130

El Espíritu Santo guía inmediatamente a las almas místicas, sin formas


intelectuales, por una moción interna que les hace cumplir la voluntad de Dios sin
trabajo ni esfuerzo sino como fruto de un amor siempre despierto y dispuesto a
servirle, sin temor a las dificultades.

Por tanto, debemos distinguir en nuestras actividades un plano en el que


somos pura y simplemente movidos y otro en el que nos movemos nosotros
mismos. Aquí la gracia se modela sobre la naturaleza. La caridad es ese “peso” de la
La CARIDAD
naturaleza elevada por la gracia. Su impulso hacia la vida eterna es, en nosotros,
puramente de Dios, que nos arrastra hacia Sí haciéndose amar. Para responder
libremente a esa llamada y, partiendo de ese amor que Dios suscita en nosotros,
ponernos en camino, necesitamos de las virtudes infusas que, con la prudencia a
la cabeza, nos permitirán dirigir nuestra vida sobrenatural, orientar y dominar CONDICIÓN
HUMANA y
VIDA
nuestra acción en función de la inclinación fundamental de la caridad. Tal es la SOBRENATURAL

condición humana de nuestra vida divina.

Pero ese movimiento sobrenatural que Dios imprime en nosotros


haciéndose amar, excede (por la eminencia del objeto) las condiciones normales
de nuestras costumbres humanas: la caridad regula nuestra conducta en función
de una regla que le es propia y que sobrepasa nuestros propios medios. Dios no
nos mueve vitalmente en el orden de la gracia, sino mediante este primer
movimiento en nosotros que es el de la caridad. Los siete dones toman entonces
la forma de instintos, de espontaneidades de origen afectivo. Son en nosotros
como unas “pasiones” del espíritu que no tienen, como las sensibles, que ser
gobernadas por nosotros sino que nos gobiernan porque las suscitan en nosotros
Dios mismo y su Amor.

Aún debemos reflexionar sobre aquellas cimas de la vida cristiana que La cima de la
perfección:
manifiestan y promueven la plenitud de la vida espiritual. Nos referimos a esas
La IMITACIÓN
DE CRISTO

de espíritu aún lo material del hombre: “Si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos mora
en vosotros, aquél que resucitó a Jesús de entre los muertos, dará vida también a vuestros cuerpos
131

llamadas de Cristo con que San Mateo comienza el “Sermón de la Montaña”: Bienaventuranzas:
Actitud espiritual
“Bienaventurados los pobres de espíritu..., bienaventurados los mansos..., que conduce a la
vida eterna
bienaventurados los que lloran...”. Estas bienaventuranzas no deben ser
estudiadas como virtudes nuevas y de cualidad superior, sino como las más
perfectas actividades en las cuales se completa la vida virtuosa cuando los dones
del Espíritu Santo le dan toda su medida. Es “la operación perfecta en que termina
la vida perfecta”. Es la finalidad bienaventurada de la vida eterna que ya se
inaugura y se hace presentir en la actitud espiritual que conduce a ella.62

El gozo en que se deleita aquél que vive virtuosamente, según el Espíritu, FRUTOS de la vida
virtuosa
es descripto por San Pablo como fruto del Espíritu: “amor, alegría, paz, paciencia,
afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza” (Gal. 5, 22)

HOMBRE

es configurado
para la

Culmina VIDA PERFECTA


BIENAVENTURANZAS en las supone VIDA O ESTADO DE
o GRACIA
PLENITUD DE LA VIDA CRISTIANA
Cuyos frutos Se desarrolla
son por medio de

Amor – Alegría –Paz

Paciencia – Bondad – Afabilidad

Mansedumbre - Templanza

62
Parece que fue San Agustín el que descubrió la correspondencia que existe entre los Dones y las
Bienaventuranzas: “Hablando de la pobreza, hace notar que es lo propio de los que son humildes y temen a
Dios. Después habla de los pacíficos y ve que la vida apacible es la del sabio consumado y perfecto. Une a la
ciencia con la tercera bienaventuranza: dice que se ha de tener fortaleza para sufrir hambre y sed de justicia,
y relaciona el consejo con la bienaventuranza de los misericordiosos. Declara que «tan solo la inteligencia
pura y serena puede contemplar el soberano bien». Y concluye: «Yo creo, que a estos grados y a estas
sentencias conviene aquella operación septiforme del Espíritu Santo, de que habla Isaías, pero aplicándola en
sentido inverso»” (comentario de San Agustín al Sermón de la Montaña; cit. por Regamey, R., Retrato
espiritual del cristiano, Edit. Estela, 1967, págs. 28-47)
132

VIDA VIRTUOSA DONES DEL GRACIAS ACTUALES


ESPÍRITU SANTO

VIRTUDES
Justo medioMORALES VIRTUDES MORALES
son Hábitos que hacen dóciles a Llamadas compasivas de DIOS
6.2 que
Regulac Virtudes esencialmente
nuestras potencias a las
asegura una razón sobrenaturales
INFUSAS mociones especiales de DIOS que corrigen lo que la virtud poco
prudentei
ejercitada pudiera tener de frágil e
inestable.
6.2. Regulación del proceso educativo

Todo lo que se produce por el arte se hace en conformidad con una idea Causa ejemplar
del proceso
que de algún modo preexiste en la mente del artífice. Esa idea regula la acción del educativo
artista y es lo que llamamos “causa ejemplar”, “modelo”. La idea no influye por la
acción y el movimiento como la causa eficiente, ni por el bien conocido que mueve
el apetito como la causa final. La causa ejemplar influye especificando; que lo
producido sea “tal cosa” depende de ella pero no a modo de principio constitutivo,
como la causa formal intrínseca, sino comunicando al efecto su similitud
paradigmática, determinando y dirigiendo la acción del agente.

La causa ejemplar, en educación, será la intencionalidad que dirija la


acción del discípulo y del maestro hacia una meta determinada; esa causa
ejemplar de la educación no puede ser otra cosa que la idea de perfección
humana. La perfección (real) a conseguir es la meta del proceso; la perfección
(ideal) a imitar es la causa ejemplar reguladora del proceso. Sin embargo,
aunque la perfección humana es esencialmente una, la idea de perfección puede
ser múltiple, ya que depende del tipo de hombre que cada cual considere como
perfecto.
133

Toda la tarea pedagógica de la educación cristiana no puede tener otro


NUESTRO
modelo para reproducir la humanidad de Nuestro Señor Jesucristo: SEÑOR
JESUCRISTO
MODELO
ARQUETÍPICO DE
“El Hijo Unigénito del Padre eterno quiso hacerse hombre, para que nosotros LA EDUCACIÓN
fuéramos conformes a la imagen del Hijo de Dios y nos renovásemos según la CRISTANA

imagen de Aquel que nos creó. Por lo cual todos los que se glorían de llevar el
nombre de cristianos, no sólo han de contemplar a nuestro Divino Salvador como
un excelso y perfectísimo modelo de todas las virtudes, sino que, además, por el
solícito cuidado de evitar los pecados y por el más esmerado empeño en ejercitar
la virtud, han de reproducir en sus costumbres de tal manera la doctrina y la vida
de Jesucristo, que cuando apareciere el Señor sean hechos semejantes a Él en la
gloria, viéndole tal como es” (Pio XII, Mistici Corporis).

Cristo es Dios que se hace hombre y vive durante treinta y tres años entre JESUCRISTO
Dios hecho
los hombres para enseñarles por su palabra y por su vida cómo deben imitar a hombre para
redención del
Dios. Dios se ha puesto a nuestro alcance bajo una naturaleza humana; la hombre

perfección divina se presenta ante nosotros bajo formas terrenales.


El P. Columba Marmion nos enseña que desde la humanidad de Cristo
debemos remontarnos a la misma Trinidad:

“Cuando contemplamos a Cristo humillándose hasta la pobreza del pesebre,


recordemos que dijo: Quien me ve a mí, ve a mi Padre. Cuando contemplamos a
Jesús, adolescente en Nazaret, trabajando obediente en el taller de San José,
recordemos que dijo: Quien me ve a mí, ve a mi Padre. Cuando lo vemos
atravesando los pueblos de Galilea, sembrando el bien por todas partes, curando
enfermos, predicando el Evangelio, recordemos estas palabras: Quien me ve a mí,
ve a mi Padre. Cuando lo vemos en la Cruz, muriendo por amor de los hombres,
objeto de la burla de los verdugos, escuchémosle diciendo: Quien me ve a mí, ve a
mi Padre” (Jesucristo, vida del alma)

Cristo es el Hijo de Dios “nacido” de Dios, luz de luz, Dios verdadero de


NUESTRO
Dios verdadero, reconocido por el mismo Padre eterno: “Éste es mi Hijo amado en SEÑOR
JESUCRISTO
quien tengo puestas mis complacencias” (Mt. 17, 5) Pero también es hombre Verdadero DIOS y
verdadero
perfecto porque permaneciendo Dios unió a la persona divina una naturaleza HOMBRE

humana, esencialmente igual a la nuestra, íntegra y con todas sus propiedades


naturales.
134

Al igual que nosotros, Cristo tiene un alma creada por Dios, un cuerpo
formado en las entrañas de María Virgen, una inteligencia humana que conoce y
una voluntad que ama y elige. Tiene todas las facultades que tenemos nosotros:
JESUCRISTO
memoria, imaginación y pasiones; claro que enteramente sometidas a la razón, Tipo perfecto de
hombre
porque Jesús no conoció el pecado. En Cristo se encarna el tipo perfecto de la
humanidad; todas sus potencias estaban perfeccionadas por las virtudes y con las
virtudes poseyó todas las excelencias y prerrogativas.
De manera que para conocer e imitar a Dios, no tenemos más que conocer
e imitar a su Hijo Jesús, que es la expresión humana y divina a la vez de las
infinitas perfecciones de su Padre. Cada hombre que viene a este mundo tiene la
real posibilidad de imitar aquella realidad que encarna la perfección suma en el
orden humano y constituye el fundamento de la idea ejemplar de la educación: nos
referimos a la realidad de Cristo, ya revivida por muchos hombres a lo largo de los
siglos.63

Jesucristo es nuestro ejemplar de manera primordial y supereminente


Necesidad de la
según el rango de su filiación divina. Él es Hijo de Dios por naturaleza, por GRACIA para
la IMITACIÓN
derecho propio; nosotros somos hijos de Dios por adopción, por participación de la DE CISTO
gracia que saliendo de Él deifica nuestra alma. Si no poseemos la gracia
santificante, que es el signo primero de nuestra semejanza con Jesús, el Padre
eterno no nos reconocerá como suyos, y cuanto hagamos sin esa gracia carecerá
de mérito en orden a la participación de la herencia eterna. Si no llegamos a ser
hermanos de Cristo por gracia, no seremos coherederos con Él en la gloria.
Toda la actividad de Cristo estaba en la más absoluta dependencia de la
divinidad, porque emanaba de la Persona Divina del Verbo. Las obras de Cristo
eran divinas en su raíz y en su origen. También nuestra actividad es elevada al

63
“El hombre eternamente ideado y eternamente elegido en Jesucristo, debía realizarse como imagen creada
de Dios, reflejando el misterio divino de comunión en sí mismo y en la convivencia con sus hermanos, a
través de una acción transformadora sobre el mundo” (Documento de Puebla, 184) Citando la carta de San
Pablo a los cristianos de Roma, el catecismo enseña que “en todas las cosas interviene Dios para el bien de los
que le aman... a los que de antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para
que fuera Él el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a ésos también los llamó; y a los
que llamó, a ésos también los justificó; y a los que justificó, a ésos también los glorificó” (Rom. 8, 28-30)
135

orden sobrenatural por cuanto la gracia santificante nos hace partícipes de la


filiación divina de Cristo. La gracia eleva toda nuestra actividad al orden
sobrenatural y por eso todas nuestras obras quedan como divinizadas en su
origen.64

Jesús debe ser también nuestro modelo como hombre, modelo acabado y
accesible de santidad porque practicó en grado sumo todas las virtudes que
puedan adornar la naturaleza humana, compatibles con su naturaleza divina.
Como Dios es infinito en perfección, la más sencilla de las acciones de Jesús era
Contemplar
objeto de las complacencias y de las delicias del Padre Celestial. Cuando (conocer
íntimamente)
trabajaba en Nazaret, cuando conversaba con la gente, cuando comía con sus para imitar

discípulos... su Padre lo miraba y decía: “Éste es mi Hijo muy amado en quien


tengo puestas todas mis complacencias”, y añadía: “escuchadle”; es decir:
contempladle para imitarlo.
La imitación de Jesús es el deseo eterno de Dios sobre nosotros: “Él nos La SANTIDAD
como
predestinó a ser conformes a la imagen de su Hijo” (Rom. 8, 29) En esa imitación consumación de
la imitación de
de Jesús consiste la santidad: “El Divino Maestro y modelo de toda perfección, el Jesús

Señor Jesús, predicó a todos y cada uno de sus discípulos, cualquiera que fuese
su condición, la santidad de su vida, de la que Él es iniciador y consumador: Sed,
pues, vosotros perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial” (Mt. 5, 48) Los
seguidores de Cristo, llamados por Dios no en razón de sus obras, sino en virtud
del designio y gracia divinos y justificados en el Señor Jesús, han sido hechos por
el bautismo, sacramento de la fe, verdaderos hijos de Dios y partícipes de la divina
naturaleza y por lo mismo, realmente santos. En consecuencia, es necesario que
con la ayuda de Dios conserven en su vida la santificación que recibieron... Es,
pues, completamente claro que todos los fieles, de cualquier estado o condición,
están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad, y

64
“Mediante el don de la gracia que viene del Espíritu, el hombre entra en una nueva vida, es introducido en
la realidad sobrenatural de la misma vida divina y llega a ser santuario del Espíritu Santo, templo vivo de
Dios. En efecto, por el Espíritu Santo, el Padre y el Hijo vienen al hombre y ponen en él su morada. En la
comunión de gracia con la Trinidad se dilata en él el «área vital», elevada a nivel sobrenatural por la vida
divina. El hombre vive en Dios y de Dios: vive «según el Espíritu» y «desde lo espiritual»” (Juan Pablo II,
Dominum et vivificantem, 58)
136

esta santidad suscita un nivel de vida más humano incluso en la sociedad terrena.
En el logro de esta perfección empeñen los fieles las fuerzas recibidas según la
medida de la donación de Cristo, a fin de que, siguiendo sus huellas y hechos
conformes a su imagen, obedeciendo en todo a la voluntad del Padre, se
entreguen con toda su alma a la gloria de Dios y al servicio del prójimo (Lumen
Gentium, 40)

Jesucristo

Dios vivo de Dios vivo Hombre perfecto


es

Causa ejemplar-paradigmática

del proceso educativo

por tanto
La educación deberá dirigir, corregir y conducir

para
Clarificar la IMAGEN DE DIOS en el hombre CRISTIANIZAR al hombre,
(contenido intencional de la creación) colaborar en su SANTIFICACIÓN
(por la cual se consuma la
participación en la divinidad)

La naturaleza humana ha sido creada y reformada. Creada por Dios a su


Proceso educativo
imagen y semejanza. Reformada por Cristo a su semejanza. Somos hechura de
Finalidad:
Dios y manufactura de Cristo. Si el proceso educativo, que se inicia en lo profundo
a-Clarificación
de la naturaleza para actualizar sus potencialidades, no pretende ser contranatural de la imagen de
Dios en nosotros
o antinatural, debe respetar el contenido intencional del acto creador y realizarse
b-Respeto del
contenido
en conformidad con las exigencias del acto reformador. Si el hombre ha sido intencional de la
Creación y de la
hecho a imagen de Dios, la educación, que es obra de perfeccionamiento, tenderá Encarnación

a clarificar esa imagen y no a borrarla o a pervertirla. Y si ha sido rehecho a


137

imagen de Cristo, el proceso educativo, lejos de oponerse a la cristianización del


hombre, habrá de situarse en la línea de la santificación por la cual se consuma la
participación en la divinidad.

Como el contenido intencional de la Encarnación no ha sido otro que la


salvación del hombre, el proceso educativo cristiano debe seguir la vía de la
salvación que no es otra que el mismo Señor Jesús: “Yo soy el camino...”.

Y como “para que un hombre pueda caminar rectamente por el camino de la


salvación el guía debe hacer tres cosas: dirigirlo, es decir, llevarlo rectamente
hacia el fin; conducirlo, es decir, poner mucho cuidado en que no se extravíe, y
corregirlo, es decir, volverlo al camino recto si se hubiera apartado de él”; el
educador católico deberá conducir al educando por ese Camino y no por otro,
procurar que no se aparte de él y reconducirlo si se hubiera alejado.

El final del camino se encuentra en la resurrección gloriosa en la cual el


cristiano se reviste definitivamente de la imagen del Adán celestial: “Del
mismo modo que hemos revestido la imagen del hombre terreno, revestiremos
también la imagen del celeste” (I Co. 15, 49) y de ese modo nuestro cuerpo de
miseria se conformará con su cuerpo de gloria (Fil. 3, 21).65

65
“Esta unión de Cristo con el hombre es en sí misma un misterio, desde que nace el hombre nuevo,
llamado a participar en la vida de Dios, creado nuevamente en Cristo, en la plenitud de gracia y de verdad. La
unión de Cristo con el hombre es la fuerza y la fuente de la fuerza, según la incisiva expresión de San Juan en
el prólogo de su Evangelio: «Dios les dio el poder de venir a ser hijos». Ésta es la fuerza que transforma
interiormente al hombre, como principio de una vida nueva que no se desvanece y no pasa, sino que dura
hasta la vida eterna. Esta vida prometida y dada a cada hombre por el Padre en Jesucristo, hijo eterno y
unigénito, encarnado y nacido al llegar la plenitud de los tiempos de la Virgen María es el final cumplimiento
de la 1. vocación del hombre. Es de algún modo cumplimiento de la «suerte» que desde la eternidad Dios le
ha preparado. Esta «suerte divina» se hace camino, por encima de todos los enigmas, incógnitas, tortuosidades
y curvas de la «suerte humana» en el mundo temporal” (Juan Pablo II, Redemptor hominis, 18)
138

Glosario

-ABSTRACCIÓN: Acto por el cual la inteligencia separa lo inteligible de una cosa de las
condiciones materiales en las que se encuentra envuelta. Se distinguen tres niveles de
abstracción: el físico; el matemático y el metafísico.

-ACCIDENTE: Es todo aquello que, como determinante, se encuentra en un sujeto. Se


atribuye a un sujeto de manera contingente (no esencial).

-ACCION: Designa la operación de un sujeto. Es trascendente cuando su efecto termina


fuera del sujeto (ej. Quemar o cortar); es inmanente cuando su efecto termina en el mismo
sujeto que produce la acción (ej. Pensar o querer).

-ACTO: Lo que es acabado y perfecto en un orden por oposición a lo que está en


potencia. Se distinguen el acto de ser; el acto operativo y el Acto Puro.

-AGNOSTICISMO: Doctrina según la cual existe un orden de realidades incognoscibles


de las cuales nada se puede decir.

-ALIANZA: Disposición por la cual Dios pactó con el Pueblo Elegido una unión irrevocable.

-ALMA: Primer principio inmaterial de la vida. Según Aristóteles, es la forma sustancial de


un ser viviente que unifica y organiza al cuerpo. En el ser humano, el alma es racional.

-APETITO: En sentido amplio designa la inclinación o tendencia que sigue a la naturaleza


de un ser. En los seres dotados de conocimiento significa la ordenación radical de las
facultades hacia su fin: orden de la inteligencia hacia la Verdad y de la voluntad hacia el
Bien.

-APREHENSION: Acto por el cual la inteligencia conoce un objeto sin afirmar ni negar
nada de él. Es la primera operación lógica a la que siguen el juicio y el razonamiento.
139

-BELLEZA: Una de las propiedades trascendentales del ser. Aquello que “placet ad
visum”. Es la apetibilidad de la contemplación del ente; es realizar la acción cognoscitiva
que es placentera durante su realización. La felicidad como beatitud o bienaventuranza,
consiste en la posesión del Bien infinito (Dios) y en el gozo consiguiente al mismo.

-BIEN: Es el mismo ser en cuanto puede constituirse en objeto de un deseo. Es “lo que
todas las cosas apetecen”. Puede ser honesto: el bien que es apetecible por sí mismo;
útil: el bien que es querido para alcanzar un bien más perfecto; deleitable: el gozo que
produce la consecución del bien.

-BIENAVENTURANZA: Estado de un ser racional que ha alcanzado su última perfección.


Desde el punto de vista subjetivo es la felicidad que se produce por la posesión
consciente del Bien Supremo.

-CAUSA: Principio del cual procede algo con dependencia en el ser. Se clasifican en
intrínsecas (material y formal) y extrínsecas (eficiente, final y ejemplar)

-CIENCIA: En sentido aristotélico conocimiento cierto por las causas. La ciencia puede
ser especulativa: la que tiene por fin conocer la verdad; práctica: la que conoce la
verdad para dirigir una acción (por ejemplo la Ética: ciencia filosófica del debido obrar
humano) o una construcción; positiva: la que se funda en hechos y experimentaciones.
En sentido moderno: conocimiento metódico, crítico y sistemático, aunque no posea
certeza ni explique por causas. En oposición a la Filosofía: conocimiento de un sector de
la realidad, y por causa o razones próximas.

-CIENTIFICISMO: el prejuicio cientificista de nuestro tiempo reduce toda ciencia a las


ciencias experimentales, pues sólo se acepta como criterio de validez el método
experimental. Ello implica la reducción de la realidad al más craso materialismo: sólo
existe lo que se ve y se toca.

-CONCIENCIA: Acto por el cual aplicamos nuestro conocimiento a lo que hacemos.


Estado interior regulador de la acción moral. En el orden mora: juicio de la inteligencia
práctica que advierte sobre la moralidad de un acto humano.

-CONSUSTANCIALIDAD: Término teológico adoptado por el Concilio de Nicea (325) para


definir la unidad de sustancia entre el Padre y el Verbo Encarnado en el misterio de la
Ssma. Trinidad.

-CONTINGENTE: Lo que no tiene en sí mismo la razón de su existencia. Ser que puede


existir o no existir (todo ser creado) porque su existencia se distingue realmente de su
esencia. Se opone al Ser Necesario.

-CREDIBILIDAD: Aptitud de una realidad revelada por Dios para ser creída.

-CUALIDAD: Accidente que modifica intrínsecamente a la sustancia. Por ej. La educación


es una cualidad que modifica al hombre educado.
140

-DATO DE FE: Conjunto o elemento de una revelación que debe ser explicitado por un
teólogo.

-DESARROLLO INTEGRAL DE LA PERSONALIDAD: Su característica esencial es el


objetivo de integrar la educación intelectual con la educación moral cristiana. O en
expresiones Ignacianas : “la virtud con las letras”, «la vida con la ciencia», «la conducta
con el saber”. Pues se pretende llegar a través de todos los medios educativos al fruto
real y práctico de mejorar la vida y costumbres de los educandos, por el cultivo de las
actitudes, hábitos y virtudes morales. Igualmente son características de este tipo de
educación las fórmulas de síntesis entre teoría y practica, entre pensar y hacer, entre
conocer y sentir o experimentar, entre razonar y creer, entre aprender y ejercitar o
practicar. De allí la preocupación de una educación integral y religiosa y la preocupación
de que la formación asuma la instrucción y no se reduzca a ella: “Respecto al contenido
interdisciplinar de la enseñanza, se advierte una asociación e interdependencia entre los
niveles religioso, caracteriológico y escolar. Con ello viene a acercarse a los más
modernos modelos psicopedagógicos que pretenden formar y desarrollar en el educando
una personalidad profundamente unitaria, sin dejar marginado ningún aspecto o nivel vital
que sea integrante de la persona humana. En efecto, en este enfoque pedagógico, el nivel
religioso da el clima, la orientación y la motivación fundamental. El nivel humano
(caracteriológico) garantiza las disposiciones y actitudes de mente, voluntad y
sentimiento, enfocadas al mejor aprovechamiento del alumno... Finalmente, el nivel
intelectual o académico, recibe el fruto de los precedentes y se aplica al cultivo y práctica
de hábitos de estudio y de aprendizaje de las materias enseñadas.” (Labrador, C. y otros.
La “Ratio Studiorum de los Jesuitas”, Universidad Pontificia de Comillas, Madrid, 1986;
pág. 29.)

-DETERMINISMO: Doctrina filosófica que liga todos los sucesos del universo
(especialmente las acciones humanas) entre sí. Los acontecimientos están fijados de
antemano por una potencia exterior y superior a la voluntad humana que nada ni nadie
puede cambiar.

-DISCIPLINA: Uno de los grandes medios de la educación ordenado a la formación de la


voluntad. Tiene por objetivo el uso responsable de la libertad. Exige, a veces, la renuncia
y la mortificación (ascetismo).

-DOCETISMO: De un verbo griego que significa parecer. Error de los que se negaban a
admitir que Jesucristo haya tenido un cuerpo de carne como el nuestro.

-ECLECTICISMO: Método de los que tratan de fusionar diversos sistemas de explicación


en un solo cuerpo doctrinal.

-EDUCACION: En ella se hace imprescindible “...conceder primordial importancia al


conocimiento y tratamiento de la persona del estudiante como educando, y a la persona
del profesor como educador y como auxiliar condicionante de la labor educativa... Lo cual
141

lleva a practicar la educación como una continua transfusión de vida – intelectual,


moral y afectiva – entre profesor y alumno en el proceso de comunicación inmediata y
diaria... Una lógica secuela de este encuentro educativo... es exigir al maestro
ejemplaridad en su vida y conducta; juntamente con una alta profesionalidad en el saber y
en el saber enseñar. A nadie se le oculta que tales objetivos aparecen cada vez como
más urgentes y deseados”...

-ENTENDIMIENTO: Potencia del alma espiritual cuyo acto es conocer las esencias de las
cosas.

-ESCOLASTICA: Saber teológico y filosófico cultivado en las escuelas medievales,


continuado durante la contrarreforma y renacido a mediados del siglo XIX.

-ESENCIA: Aquello por lo que una cosa es lo que es y se distingue de las demás. Junto
con la existencia constituye el ser limitado y contingente. La esencia es la misma
sustancia en cuanto principio de inteligibilidad de un ente.

-ESTOICISMO: Doctrina filosófica de Zenón, célebre por su moral del esfuerzo y de


insensibilidad ante el dolor.

-EVANGELIZACION: Acción de conducir a los no-creyentes a la fe en Jesucristo y de


ayudar a los cristianos para que vivan con mayor fidelidad los consejos evangélicos.

-FIDEISMO: Error según el cual se recurre exclusivamente a la fe para admitir ciertas


verdades que se pueden conocer con el esfuerzo de la razón. Rechazo del necesario
esfuerzo que hay que hacer para tratar de explicar racionalmente las verdades de fe.

-FILOSOFIA: Término griego atribuido a Pitágoras que significa “amante de la sabiduría”


Conocimiento humano de todas las cosas (universal) por sus causas primeras y últimas a
la luz del razonamiento humano.

-FORMA: Principio determinativo de un ser. Puede ser sustancial o accidental.

-HEDONISMO: Doctrina que asume como principio único de la moral, la búsqueda de una
mayor intensidad en el placer y la supresión del dolor.

-HILEMORFISMO: Doctrina física, característica de la cosmología aristotélica, según la


cual los seres materiales están compuestos de materia y de forma. Se distingue del
atomismo.

-HIPOSTATICA: Unión en la única hipóstasis (persona) del Verbo de la naturaleza divina


y de la naturaleza humana del Hijo de Dios. Ambas naturalezas se distinguen realmente
entre sí y no se mezclan ni confunden pero al unirse en la Persona del Verbo producen la
“comunicación de idiomas” (se atribuye a Dios lo relativo al hombre y se atribuye al
hombre lo relativo a Dios).
142

-IDEALISMO: Tendencia filosófica que consiste en reducir toda existencia al pensamiento.


Se opone al realismo según el cual las cosas tienen una existencia real fuera de la mente.

-INFALIBILIDAD: Imposibilidad de equivocarse. Pertenece a la Iglesia y ha sido


reconocida por el Concilio Vaticano I a los Sumos Pontífices cuando hablan “ex cathedra”.

-INTEGRISMO: Actitud mental de rigidez y de cerrazón. Algunos cristianos, preocupados


por mantener la fidelidad al patrimonio de la fe se empeñan por mantener ciertas fórmulas
antes que tratar de responder a nuevos planteos que suscita el progreso de la ciencia y el
avance de los tiempos.

-INTENCIONAL: Cualidad propia de toda operación humana que puede conducir a un


sujeto hacia el fin que ha sido previsto Por ej. La primacía del objetivo espiritual - religioso
en la pedagogía cristiana, no es más que la expresión inequívoca del sentir y pensar de
su propio fundador. Un objetivo espiritual concretado y personalizado en la figura
histórica de Jesucristo, al que el maestro y el discípulo siguen y sirven por amor a su
persona, a su programa y a su vida.

-JUSTO: El que está en orden con respecto a Dios. El estado de justicia es equivalente al
estado de gracia. La justificación es el acto por el cual Dios santifica a una persona.

-KENOSIS: La kénosis del Verbo es su Encarnación: “El cual, siendo de condición divina,
no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo y tomó la
condición de siervo haciéndose semejante a los hombres” (Fil. 2, 6-7).

-KERIGMA: Anuncio del Evangelio hecho por los primeros cristianos para llevar a los
paganos a la conversión y al bautismo.

-LUGARES TEOLOGICOS: Documentos, hechos, ciencias o hábitos intelectuales en los


que la Teología encuentra las fuentes de su argumentación. “Para conocer la verdad de
fe, que sólo es evidente a los que ven la sustancia divina, la razón ha de valerse de
ciertas semejanzas, que son insuficientes para hacer comprender de una manera casi
demostrativa y evidente dicha razón. Sin embargo, es provechoso que la mente humana
se ejercite en estas razones tan débiles, con tal de que no presuma comprenderlas y
demostrarlas puesto que es agradable y conveniente para el hombre captar algo, por
pequeño que sea, de esas verdades: ·Quien devotamente va en pos de lo infinito, aunque
nunca le dé alcance, siempre avanzará en su prosecución” (Sto. Tomás de Aquino; C.G. I,
8)

-MANIQUEISMO: Secta religiosa fundada por Manes en el siglo III. Se basa en la


creencia en dos principios fundamentales e iguales (uno del mal y uno del bien). San
Agustín, antes de su conversión, perteneció a esta secta.

-MATERIALISMO: Doctrina según la cual sólo existen las sustancias materiales. En


moral, es la doctrina que pone en la salud, el placer, el confort y las riquezas los intereses
fundamentales de la vida.
143

-METAFISICA: Parte superior de la Filosofía que trata de alcanzar las razones y principios
últimos de las cosas. Ciencia del ser en cuanto ser y de sus atributos.

-METODO: Proceso ordenado (utilizando medios aptos) para la consecución del fin de la
operación. Todo conocimiento científico tiene un método que conduce al conocimiento de
la verdad sobre un objeto determinado que es parte de la realidad.

-MODERNIDAD: Renacimiento, descubrimientos, una Reforma religiosa que produjo la


división de la Cristiandad (la revolución luterana), la superación del feudalismo político por
las monarquías autoritarias, todos estos elementos configuran un marco general de
relaciones distinto del preexistente. Durante esta crisis cambiaron lo suficiente las
estructuras de todo tipo para que, a la larga, surgiera la idea de estar viviendo unos
tiempos nuevos, rompiendo, por lo menos en apariencia, con la tradición cultural más
inmediata y vigente todavía en la enseñanza: la escolástica. Los teorizadores del proceso
revolucionario están de acuerdo en considerar el desarrollo del protestantismo como el
primer exponente de la morfología que había de adoptar aquella crisis revolucionara que
afectaría a Europa durante los Tiempos Modernos. Este movimiento revolucionario,
como los que habían de seguirle, fue desencadenado en nombre de la libertad, en este
caso de la libertad religiosa. Y, sin embargo, esta tendencia se nos muestra errónea. Los
humanistas pretendían descargar al hombre del peso de lo que reputaban superestructura
teológica tradicionalista de la Iglesia. En Lutero, en cambio, la libertad del cristiano se
confunde con el orgullo tribal, el resentimiento particularista, la irracionalidad, y la
admiración idolátrica. Al establecer la corrupción absoluta del hombre, el heresiarca
alemán sentaba el principio de que la razón no podía guiarle ni aconsejarle; al
sentimentalizar la gracia, echaba abajo los fundamentos metafísicos del claro orden
mediterráneo. Por esta causa, su comprensión de la libertad cristiana era radicalmente
distinta de la de católicos y humanistas. Era una libertad ficticia, antiecuménica y
antirracional. Sobre este particular, los mismos hechos hablan ( Molas, Peter: “Manual de
Historia Moderna”, Barcelona , Ariel; pág. 1 –8.).

-NATURAL: Conocimiento que se realiza con las solas fuerzas del entendimiento humano
a partir de la experiencia y de la demostración. Se opone al conocimiento sobrenatural
que procede de la fe.

-NATURALEZA: Conjunto de los seres físicos. Es la esencia de un ser en cuanto principio


de operaciones. Para el “naturalismo” sólo existe la naturaleza, es decir, la realidad se
reduce a un encadenamiento de hechos semejantes a aquellos de los que tenemos
experiencia.

-NESTORIANISMO: Herejía de Nestorio que distinguía dos personas en Cristo.


Condenado en el Concilio de Efeso (431).
144

-NOETICA: Ciencia filosófica práctica que estudia las normas supremas a que debe
atenerse el hombre en sus operaciones (objeto material) para expresar la verdad (objeto
formal).

-NOMINALISMO: Doctrina según la cual no existen ideas generales sino solamente


signos generales. El “nominalismo científico” es el nombre bajo el cual se engloban
doctrinas contemporáneas que suplantan en la teoría de las ciencias, las ideas de verdad
y de conocimiento de la realidad por las de convención, comodidad y resultado empírico.

-PADRES DE LA IGLESIA: Obispos y grandes teólogos que vivieron antes de la caída del
Imperio Romano de Occidente (476).

-PANTEISMO: Teoría según la cual “todo es Dios o parte de Dios”. Dios y el mundo no se
distinguen realmente entre sí, son una única cosa.

-PARUSIA: Etimológicamente: presencia, venida, llegada. En Teología se refiere al


retorno glorioso de Cristo al fin de los tiempos.

-PELAGIANISMO: Herejía de Pelagio (s. IV-V) que negaba el pecado original y atribuía a
las solas fuerzas de la voluntad humana ciertos poderes que sólo posee por gracia de
Dios.

-PERFECCION: lo que es perfecto, es decir, acabado y completo.

-PLAN DE LA CREACION Y PAPEL DEL HOMBRE: la idea real y universal del hombre
tiene su expresión más sencilla y a la vez más enfática de que el hombre ha sido creado a
imagen y semejanza de Dios, y que por consiguiente, su ser se logra y se perfecciona en
la vida del espíritu... No puede haber verdadera comprensión histórica sin fe, porque no
puede darse ninguna inteligibilidad del hombre desatendiendo la clave de su existencia.
De ahí que todo tipo auténtico ha de insertarse en el plan profético de Dios, en la
cosmovisión salvífica, pues buscar la salvación perdida, hallarla, recibirla y realizarla sigue
siendo el mayor deseo a veces escondido pero siempre palpitante de toda la humanidad.

-PLATON (429 – 348 a. C.): Uno de los más grandes filósofos de la historia y, sin duda,
uno de los tres mayores de la Grecia clásica (Platón – Aristóteles – Plotino). Su sistema,
sin dejar de tener fundamento en la realidad, refleja también las influencias recibidas: 1)
Por encima de todo coloca la idea de Uno o de Bien; 2) En seguida, viene el mundo de las
ideas o esencias de todas las cosas; 3) Luego, el de los entes matemáticos; 4) Por último,
el mundo sensible, sometido a la incesante mutación. Lo erróneo en un sistema consiste
en concebir los conceptos abstractos como ideas subsistentes (realismo exagerado en el
problema de los universales).
145

-POTENCIA: Capacidad de cambio o de determinación. Se caracteriza por su ordenación


al acto. “Potencia natural” es la que pertenece a una cosa en razón de su naturaleza.
“Potencia obediencial” es la aptitud de la naturaleza creada para recibir una determinación
que sobrepasa sus capacidades. Las creaturas racionales están en potencia obediencial
para recibir la acción de Dios como Agente Supremo.

-PRAGMATISMO: Teoría según la cual la verdad es enteramente relativa a la experiencia


humana.

-PREMOCION FISICA: Es la moción divina recibida por la creatura espiritual para que
actúe libre y vitalmente.

-PROPIEDAD: (Metafísica) es lo que brota necesariamente de la esencia de una cosa. En


la Teología Trinitaria es aquello por lo cual se distingue una Persona Divina: La paternidad
en el Padre; la filiación en el Hijo y la procedencia de ambos en el Espíritu Santo.

-PSICOANALISIS: Análisis de los diversos elementos del temperamento, del carácter y de


todo lo que constituye los complejos subconscientes e inconscientes para dar al paciente
un conocimiento de sí mismo que lo libere de esos complejos.

-RAZON: La inteligencia considerada en su función discursiva. Se opone a “intellectus”


que es la inteligencia considerada principalmente en su capacidad de intuición. “Ser de
razón” es aquél que no existe en la realidad sino sólo en la mente. “Racionalismo” es la
teoría que pretende explicar todo por los argumentos racionales.

-REFLEXION: Capacidad o acto de una potencia cognoscitiva de volver sobre sí misma,


conociendo que conoce.

-REVELACION: Transmisión de verdades de Dios a los hombres, hablando por medio de


los profetas. La plenitud de la revelación, para los cristianos, se encuentra en Jesucristo
que es el Hijo de Dios.

-SABIDURIA: En Filosofía, conocimiento por las supremas causas y principios, esto es: la
Metafísica.

-SAN AGUSTIN (354 –430 D. c.): El mayor de los teólogos entre los Padres de la Iglesia
en Occidente. Educado en el catolicismo, se hizo después maniqueo y “académico”
(escéptico), hasta que la lectura del neoplatónico Plotino lo orientó al espiritualismo.
Finalmente volvió al catolicismo. Fue obispo de Hipona (África del norte). Escribió
innumerables obras teológicas y filosóficas; entre las más conocidas “Confesiones”, “La
Ciudad de Dios”, etc.

-SANTO: Atributo propio de Dios y de todas las cosas y personas que le pertenecen
porque están consagradas a El. Todo bautizado es santo. En otro sentido, se afirma como
la cualidad de aquellos que han llegado a la perfección.
146

-SANTO TOMAS: Nació en el castillo de Roccasecca (en el reino de Nápoles) en 1224,


perteneciente a la familia de los condes de Aquino. Desde su infancia había demostrado
vocación religiosa, por lo que desde niño ingresó en la Orden Benedictina en Monasterio
de Monte Cassino. En su juventud ingreso en la nueva Orden de los Predicadores o de
Santo Domingo, orden de simples frailes mendicantes, que dedicaban su tiempo a la
predicación, al estudio y a la enseñanza. Bajo el auspicio de su maestro, S. Alberto
Magono, incorporó el pensamiento de Aristóteles a la Filosofía y Teología
cristianas. Sus obras comprenden muchos Comentarios de obras de Aristóteles, de las
Sagradas Escrituras; la famosa Suma Teológica, La Suma contra Gentiles, la Cuestiones
Disputadas,etc. Se constituyó en seguida una escuela tomista que prosigue hasta
nuestros días, sobre todo después de haber sido recomendada por la Papa León XIII en
1879 como. La historia lo recuerda como “el más sabio entre los santos y el más santo
entre los sabios”.

-SENTIDO: Potencias de conocimiento que tienen órgano corporal y cuyo acto es la


sensación.

-SOBRENATURAL: Que tiene relación con la vida eterna. La fe es un “conocimiento


sobrenatural” puesto que la gracia de Dios eleva las fuerzas cognoscitivas del sujeto para
que pueda aceptar verdades trascendentes

-SUBSTANCIA: Lo que es apto para existir en sí y no en otro. “Substancia primera” es el


sujeto concreto individual. “Substancia segunda” es la esencia abstraída del sujeto.

-TEOLOGIA: Última y suprema parte de la Metafísica. Quien indaga las causas y los
principios primeros necesariamente debe encontrar a Dios. Dios, en efecto, aparece como
el primer princio por excelencia. Luego la indagación aitiológica (de aitía, causas o
principios primeros y logos, estudio; Estudio de las causas) desemboca connaturalmente
en la Theología (que indaga a Dios). Según Aristóteles el estudio de la Metafísica acerca
al hombre a Dios y en esto, el Estagirita, ha puesto la máxima felicidad para el hombre.
Teología sobrenatural es la ciencia que estudia a Dios y a las relaciones del mundo y el
hombre con Dios, partiendo de los datos de la revelación, conocidos por la Fe.

-TEMOR (de Dios): En hebreo esa palabra representa los deberes religiosos de
obediencia y de respeto. Temer a Dios es adorarlo con el matiz de “temor filial”,
reconociendo la distancia infinita que existe entre El y nosotros.

-TEORIAS PEDAGOGICAS CONTEMPORANEAS: La teoría de la educación explicará no


mediante las causas (como la Filosofía de la Educación), sino a través de los modelos
que describan cómo sucede la educación o cómo debería suceder la educación. Por ello
en las teorías contemporáneas no encontraremos un intento de explicación, sino una
prescripción de cómo llevarse a cabo la educación de acuerdo al modo en que entiendan
los fines de la educación, la naturaleza de los educandos, del conocimiento y de los
métodos apropiados en la enseñanza. Así han surgido diversos modelos como: la
147

pedagogía marxista, la pedagogía libertaria, la antiautoritaria, la activa, la tecnológica, la


existencialista, la personalista, etc.

-VERBO: Nombre atribuído por San Juan al Hijo de Dios y que nos revela la naturaleza de
la generación de la Segunda Persona en el seno de la Trinidad. “Verbo mental” es el
término interior del acto intelectual en el que la inteligencia se dice a sí misma lo que el
objeto es fuera de la mente.

-VERDAD: En general, conformidad entre la inteligencia y la realidad. “Verdad lógica”:


adecuación entre lo entendido y la cosa. “Verdad ontológica”: propiedad que tiene todo
ser de estar conforme con la inteligencia que es su principio (la que lo creó). “Verdad
moral”: adecuación de lo que se expresa con lo que se piensa.

-VOLUNTAD: Apetito del conocimiento intelectual o potencia de amor del espíritu en


busca de plenitud y acabamiento.

-YAHVE: Nombre propio por el cual el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob se reveló a
Moisés. Se traduce por EL QUE ES.
148

Bibliografía

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