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5de pobres vestidos de duelo, de viudas y huérfanos con cirios y de limosnas que a
menudo absorben la renta anual de una buena familia burguesa. De este modo el
aristócrata se ve obligado a colocarse al servicio del rey, a solicitar, según su rango,
gobiernos de provincias o de plazas fuertes, regimientos, compañías o simples plazas
en ellas, pensiones para casar a sus hijos o abadías y obispados para los mismos.
Contra el burgués el noble solo puede defender su rango efectivo en la sociedad
recurriendo al rey. En realidad, al Oeste del Elba y de los Alpes Dinámicos, hay cada
día menos señores feudales mientras crece continuamente el número de nobles,
es decir, disminuyen los señores con derechos jurisdiccionales mientras aumentan los
grupos sociales a los que la monarquía atribuye en la sociedad
—
a título hereditario y a cambio de sus servicios en la guerra y en la política
—
un rango superior y títulos jerarquizados: duques, marqueses, condes, barones,
etc., insignias, distinciones honoríficas y medios de existencia, todo dependiendo del Estado.
En esta lucha de clases radica, quizá, el principal factor del desenvolvimiento de las
monarquías absolutas.
La cacería del tabladillo
La cacería del tabladillo
Estilo Barroco
Cacería del tabladillo en Aranjuez es un óleo de Juan Bautista Martínez del Mazo,
pintado hacia 1640. La obra muestra a la corte de Felipe IV, cazando unos venados en los
alrededores del palacio de Aranjuez. Se conserva en el Museo del Pradoque lo compró al
coleccionista alemán A. S. Drey, de Múnich, en 1934. Para su compra se utilizaron fondos
del legado Conde de Cartagena.
Análisis[editar]
En 1666 aparece en el inventario del Real Alcázar de Madrid. Isabel de Farnesio lo llevó
al Palacio del Pardo donde se inventarió en 1714. Más tarde volvió al Alcázar donde se
encontraba antes del incendio de 1734. Durante la Guerra de la Independencia
Española, José Bonaparte lo sacó del Pardo y lo llevó consigo a Francia. Tras la ruina del
derrocado rey de España, fue vendido a Lord Ashburton. De este pasó a colecciones
alemanas, como la Sedelmayer, o húngaras, como la de Marcel de Nemes.
Es una escena cortesana. En el tabladillo se encuentran la reina Isabel de Borbón, sus
damas y tres religiosas. Abajo, en el campo, están el rey, su hermano el cardenal
infante Fernando de Austria y los sirvientes. De éstos destaca un enano negro. Una de los
perros de cacería se ha identificado con uno de los que acompañan al príncipe Baltasar
Carlos en El príncipe Baltasar Carlos cazador. La huella de Velázquez, suegro y maestro
de Mazo, es inconfundible.