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El poder central desapareció y se fragmentó en los distintos feudos. En ellos, el señor acaparó
las funciones propias del Estado, como, por ejemplo, legislar, imponer impuestos y administrar
justicia.
Los lazos de dependencia se hicieron personales: desapareció la concepción del hombre ligado a
un estado y a unas leyes territoriales y se originó la dependencia de un hombre con respecto al
otro.
La tierra adquirió una enorme importancia económica al disminuir el comercio y la circulación
monetaria. Por eso, la agricultura fue la base de la economía. La vida rural predominó frente a
la urbana.
La economía fue de autoconsumo, pues cada feudo consumía única y exclusivamente lo que
producía.
La sociedad, fuertemente jerarquizada, fue dominada por dos grupos sociales privilegiados: la
nobleza y el clero.
La Iglesia católica se consolidó como una institución de enorme poder religioso, político y
económico.
Los castillos
Al comienzo los castillos eran de madera. Recién hacia el siglo XII se hicieron de piedra. El castillo
se construía sobre una cima y era un lugar amurallado y rodeado de un profundo foso salvado por
un puente levadizo. En su interior había un patio que comunicaba con las diferentes estancias del
castillos: los pabellones para la tropa y los servidores, el almacén, los establos y la capilla. La parte
más importante era el edificio que servía de vivienda al noble y a su familia. En ella destacaba la
torre del homenaje, la de mayor elevación. La vida en el castillo resultaba generalmente incómoda e
insalubre debido a los rudimentarios medios de que se disponía, la escasa aireación y la falta de
higiene. Asimismo, era una vida monótona, sobre todo para las mujeres, que apenas salían del
castillo.
Los torneos
Para compensar las horas de tedio en el castillo, los señores feudales organizaban con frecuencia
cacerías y torneos. El torneo era la diversión predilecta. Se celebraba en las proximidades del
castillo, donde acudían numerosos nobles de otras comarcas que instalaban sus tiendas ahí.
Entonces, los guerreros más diestros y vigorosos se preparaban para el combate. El torneo duraba
normalmente dos días. El primero se dedicaba a los combates individuales entre los nobles:
cabalgando a gran velocidad dos nobles se enfrentaban, armados con una lanza de madera. El que
derribaba a su contendor, era el triunfador. El segundo día, en cambio, se celebraban
enfrentamientos entre unidades completas de guerreros. Con cierta frecuencia, algunas personas
morían en los torneos. Aun así, a lo largo de este peligroso juego se realizaban grandes banquetes y
bailes.
Torneo en el
feudalismo
El Vasallaje
La vinculación de relación social a la nobleza feudal se llamó vasallaje. El origen del vasallaje, que
fue un vínculo personal de hombre a hombre, se remonta a los pueblos germánicos, cuyos miembros
se vinculaban al rey por lazos de fidelidad personal. En los reinos francos, el vasallo ofició de
guerrero y fue utilizado por los reyes, como Carlomagno, para afianzar su poder en el reino.
En la época feudal, el vasallaje dejó de ser una práctica necesariamente vinculada al rey y pasó a
convertirse en un contrato o compromiso verbal entre dos hombres libres: el primero solicitaba
protección al señor, y éste, más poderoso, se la daba.
De esta manera, se fue formando una jerarquía social, cuya característica principal consistió en que
los hombres libres se convertían en vasallos de otros más poderosos.
El Feudo
A través del contrato de vasallaje, el vasallo adquiría de su señor un beneficio material: diversos
objetos, un puesto de importancia, el derecho a un cobro, a una renta o a tierras. Al comienzo, esta
compensación se llamó beneficio. Luego se llamó feudo y acabó por designar casi exclusivamente
el beneficio en tierra.
En cambio, el feudo desprovisto de toda base territorial fue llamado feudo de bolsa y se presentaba
bajo diversos aspectos: podía consistir en la entrega de una suma de dinero al vasallo, o en
una renta fija.
Cuando el feudo era una propiedad de tierra, tenía una extensión variable y albergaba las fuentes de
riqueza indispensables: agricultura, ganadería y explotación forestal. Se trataba de una unidad
económica autárquica, en la que se consumía lo que se producía.
El comercio, en cambio, fue casi inexistente. En ese entonces, las relaciones comerciales se
limitaron, por parte del señor, a la compra ocasional de objetos de lujo o mercaderes ambulantes, y
por parte de los campesinos, a pequeños intercambios entre vecinos. Asimismo, la producción
artesanal declinó.
El señorío territorial
Todos los feudos giraban alrededor de la residencia habitual del señor feudal: el castillo o la abadía.
Los nobles raramente cultivaban todas sus tierras. Por eso concedían una buena parte de ellas a otras
personas. Conceder la tierra equivalía a adquirir un poder: el de participar en los recursos de las
familias a quienes se les entregaba. La tierra cultivable se dividía en tres partes diferentes:
La reserva eran las tierras de uso exclusivo de señor: él las explotaba directamente, empleando
una mano de obra en su mayoría servil. Todos los productos de la reserva caían en manos del
señor.
Los mansos eran pequeñas parcelas confiadas a campesinos libres, colonos, que a cambio,
trabajaban unos determinados días al año para el señor y le daban una parte de su cosecha o
dinero. También a los siervos se le entregaban parcelas para cultivar, en ese caso se hablaba
de mano servil.
Las tierras comunales de aprovechamiento común eran, fundamentalmente, bosques y pastos
para el ganado.
La herencia de un feudo
El contrato de vasallaje podía renovarse entre los herederos: por eso el feudo también se heredaba.
Para reglamentar esta herencia, en casi todos los países se estableció una costumbre:
la primogenitura. Sin embargo, como el feudo fue cada vez más visto por el vasallo como un
elemento de su fortuna personal, el vasallo intentó beneficiar a todos sus hijos con sus bienes
territoriales, y no sólo al mayor.
Por eso, a la larga, los feudos tendieron a fragmentarse enormemente, sobre todo en países como
Francia y Alemania.
La Caballería
Desde el siglo XI, los combatientes a caballo se convirtieron en los protagonistas fundamentales de
la guerra. El auge de la caballería se debió, en gran parte, a algunas innovaciones técnicas como, por
ejemplo, el estribo, que facilitó el movimiento del jinete.
En su origen, los caballeros eran campesinos libres que podían comprar y mantener armas y
caballos, lo que era sumamente costoso. Estos hombres se ponían al servicio de los señores
feudales, para formar parte de sus ejércitos privados. Con el tiempo, la caballería se convirtió en un
grupo cada vez más cerrado al que solo podían acceder los nobles.
LA CIVILIZACION ISLAMICA
La civilización islámica se encuentra hasta hoy en la Península Arábiga y fue fundada por Mahoma (570 – 632 d.C.), el gran profeta del
Islam, la famosa religión musulmana. Conoce la historia de esta gran civilización que es formada enteramente basada en su religión,
además de saber sobre su cultura y costumbres. El surgimiento de la civilización islámica La región de la Península Arábiga fue habitada
por varias tribus, no poseía una unidad política o cultural, ni una religión fija. Eran politeístas y adoraban a diversas imágenes de dioses en
la ciudad de la Meca, que era una capital comercial de la región. Hasta que apareció Mahoma, predicando su religión y transformando
todo el pueblo de aquella religión en seguidores de la fe islámica. Con el tiempo, Mahoma (Abu l-Qāsim Muḥammad ibn ʿAbd Allāh al-
Hāšimī al-Qurayšī) y el Islam se volvieron cada vez más fuertes y ganaron más adeptos. Luego consiguieron dominar La Meca, y
entonces unificaron todos los pueblos, dejando un único gobierno en el poder de todo este enorme territorio. Este gobierno tenía esa
nueva religión como oficial, y todas las leyes judiciales de ese territorio eran fundamentadas en la ley de Dios. Islam después de la muerte
de Mahoma En el año 634 el gran profeta y líder del Islam, Mahoma, murió, y en su lugar otros hombres fueron designados para gobernar
el territorio. Esos líderes eran llamados de califas, y los primeros cuatro musulmanes designados como jefes fueron: Abu Bakr, Omar ibn
al-Khattab, Uthman ibn Affan y Ali Abi Talib. Ellos eran considerados correctamente guiados por los preceptos de la religión musulmana.
Los califas trataron de continuar la obra de Muhammad, y salieron a predicar su religión tratando de ampliar su territorio. Consiguieron
dominar Palestina, Siria, Egipto, Persia, África del Norte, entre otros. El líder musulmán respetaba los pueblos dominados, exigiendo
apenas que ellos pagasen algunos tributos. Dinastías del Islam Después de la muerte del cuarto califa, comenzó la dinastía Omeya, que
duró desde el año 661 hasta el año 750, y los diferentes líderes de esta dinastía fueron capaces de expandir el territorio islámico,
dominando la Península Ibérica. Pero se formó un grupo de rebeldes que tomaron el poder de los omeyas y fundaron una nueva dinastía,
el califato abasí, la segunda dinastía de califas suníes. Al-Abbas Al Saffa, que era pariente de Mahoma, fue quien lideró la revuelta
comenzando la nueva dinastía y convirtiéndose en el nuevo califa. Los líderes de abasís gobernaron el imperio islámico desde el 750
hasta 1258, y entre los 37 califas de la dinastía uno de los más famosos y aclamados fue Harun el-Rashid. Después de su muerte, el
imperio comenzó a desfragmentarse de forma gradual y varias regiones fueron liberándose y creando su propia dinastía. Tres grandes
imperios fueron construidos: el Mongol en India; el Otomano en el Oriente Medio y el Safawi en Persia. Curiosidades culturales y
religiosas del Islam El Islam tiene algunos pilares que deben ser seguidos por su pueblo, entre ellos está visitar la Meca por lo menos una
vez en la vida y visitar la mezquita todos los viernes. Los musulmanes consideran como sagrados tres lugares en el mundo: La Kaaba
(principal mezquita de la Meca), Medina (ciudad donde se inició el Islam) y Jerusalén (donde vivían varios profetas anteriores a Mahoma).
La mayor parte de la cultura islámica se relaciona con la religión, sobre todo su arte, que consiste en una gran mezcla de varias artes
orientales. Entre sus artes más típicas se encuentran el tapiz y la caligrafía. Los islamistas tienen dos fiestas tradicionales: la del Gran
Sacrificio que es celebrada en el último mes del calendario musulmán para celebrar la obediencia de Abraham por haber aceptado
sacrificar a su hijo a pedido de Dios; y el Ramadán, donde practican el ayuno desde el alba hasta la puesta de sol, y está marcado por
varias oraciones colectivas y actos de caridad. La ropa que usan (túnicas largas y velo para las mujeres) es un ejemplo de las prendas
utilizadas por el profeta Mahoma, que oculta toda la sexualidad del cuerpo y hace que sea más fácil arrodillarse para realizar la oración.
Hoy en día el Islam es la segunda religión más grande en el mundo y se caracteriza por varios gobiernos fundamentalistas que generan
las guerras por motivos religiosos.
La dinastía Shang
En torno a 3000 a.C., los habitantes de estos asentamientos estaban comenzando a protegerlos con
muros de tierra. Las comunidades se hicieron más grandes bajo el liderazgo de gobernantes fuertes,
muchos de los cuales aparecen en las leyendas chinas. Los gobernantes pasaban el poder a sus
hermanos o hijos. La primera dinastía, o familia gobernante, en dejar pruebas históricas fue la de los
Shang.
La dinastía Shang, que gobernó una amplia zona en torno al río Huang He, data de 1766 a.C.
Por esas fechas, los chinos aprendieron a hacer bronce y la gente del periodo Shang utilizó este
conocimiento para hacer herramientas, armas y recipientes.
Grabado de la
dinastia Shang
La gente del periodo Shang estaba gobernada por un sacerdote-rey que era llamado «Hijo del
Cielo». Se adoraba a los espíritus de los antepasados reales y se les consultaban las decisiones más
importantes; también había muchos dioses, sobre todo el del sol -considerado una figura paterna- y
la tierra, una figura materna. Los reyes Shang y sus nobles cazaban ciervos, jabalíes, tigres y lobos.
Se piensa que tuvieron varias capitales, una detrás de otra, y se sabe que en torno a 1400 a.C.
hicieron de Anyang su capital.
Anyang creció hasta convertirse en una ciudad simétrica fuera de la ciudad, con palacios y
templos para el rey y los nobles, que viajaban con lujo en carros tirados por caballos. Las
casas de la gente normal estaban hechas de adobes y cañas, con techos de paja.
En Anyang se han encontrado muchas reliquias Shang, incluidas más de 10.000 piezas de hueso y
concha de tortuga cubiertas de escritura. La escritura Shang tiene más de 3.000 signos y era una
forma antigua de escritura pictográfica china. Estos huesos y fragmentos de concha de tortuga
reciben el nombre de huesos oraculares, puesto que eran utilizados como medio para ponerse en
contacto con los dioses. Se escribían preguntas sobre ellos y luego eran calentados hasta que se
rompían. Los sacerdotes examinaban las fragturas y, supuestamente, la forma de las mismas
respondía a las preguntas.
Hacia el oeste, el territorio era gobernado por otra dinastía, llamada Chou, a quienes los
Shang consideraban bárbaros. No obstante, ambos grupos convivieron pacíficamente durante
muchos años. Luego, los guerreros tribales Chou guerrearon largo y tendido contra los Shang y
terminaron venciéndolos.
Mapa de la dinastia Shang
La dinatía Chou
Los Chou se convirtieron en la dinastía gobernante en torno a 1050 a.C., y el soberano dividió
su reino en más de cien estados, cada uno dirigido por un jefe local. Para controlar las nuevas
tierras, los gobernantes Chou crearon un sistema feudal unos 2.000 años antes de que algo similar
apareciera en Europa. Por debajo del soberano, la clase gobernante Chou estaba formada por cinco
categorías de nobles. Cada categoría arrendaba tierras a los nobles de la categoría inmediatamente
superior a la suya y toda la tierra era trabajada por plebeyos, que también tenían que cuidar de sus
propias tierras, ayudados por la clase más baja de la sociedad Chou, los esclavos.
El soberano residía en la capital, Hao, cerca de la actual Chi’an, próxima a la orilla del río
Huang He. Cada soberano Chou era sucedido por su hijo mayor y todos se esforzaron en
mantener unidos los estados.
Sin embargo, en el siglo VIII a.C. un débil soberano Chou causó problemas. Se llamaba Yu y no era
un buen gobernante. Pasaba gran parte de su tiempo con su amante y su comportamiento enfadó
mucho a los nobles, en especial a los que eran familiares de su esposa. Finalmente, perdieron la
paciencia con él y lo derrocaron.
Una leyenda china nos proporciona un colorido relato de la caída de Yu. Según la historia, un día
Yu decidió gastar una broma para divertir a su amante. Ordenó que se encendieran fuegos en la
cima de las colinas que rodeaban la capital, que era la señal convenida para advertir a los nobles de
que ésta corría el riesgo de ser atacada. Los nobles enviaron de inmediato a sus ejércitos, sólo para
encontrarse con que no existía tal amenaza y de que todo era una broma. Mientras Yu y su amante
encontraban divertido el enfado de los soldados, otros se divirtieron menos. El suegro de Yu estaba
particularmente enfadado. Reunió un ejército entre las tribus del oeste y encabezó una invasión de
verdad. Yu mandó que se encendieran de nuevo las fogatas, pero esta vez los nobles ignoraron la
señal. Yu fue asesinado y su amante secuestrada por los guerreros.
En el año 771 a.C., el hijo de Yu -el nuevo soberano- trasladó la capital Chou más al este, a
Luoyang. Los estados individuales del reino Chou comenzaron por entonces a separarse
territorialmente, entrando en guerra entre ellos cada vez más a menudo. Ambiciosos señores locales
luchaban por el poder, lo que supuso un creciente desorden. En estas inestables condiciones,
muchos pensadores intentaron encontrar vías para reunir a la gente en armonía. Entre ellos hubo dos
hombres cuyas ideas tendrían un impacto duradero en la vida china: Laozi y Confucio.
La era de la Filosofía
Laozi
Laozi (un nombre que significa «Anciano filósofo») vivió en el siglo VI a.C. Poco es lo que se
conoce sobre él aparte de las leyendas, pero sabemos que creía que lo más importante para la gente
era vivir sus vidas del modo más sencillo posible y en armonía con la naturaleza. Su Tao o
«Camino» contiene patrones de la naturaleza y sus seguidores posteriores, llamados taoístas,
intentaban vivir de acuerdo a sus enseñanzas. Según la leyenda, Laozi intentó dejar su estado
natal de Honan cuando era un hombre anciano. Pero el guardián de la frontera, que era un
gran admirador del Tao, no le dejó salir hasta que no hubo escrito sus enseñanzas, que sólo se
conocían por vía oral. Laozi accedió y escribió 81 poemas cortos, que desde entonces no han
dejado de estudiarse. Los expertos creen que este libro, titulado Te Ching («El clásico del Camino
y la Virtud») probablemente fuera escrito por seguidores taoístas cientos de años después.
Confucio
Confucio (551-479 a.C.) es la versión latina del título chino Kongfuzi, que significa «Gran
maestro Kong». Es el título que se le dio a Confucio, nacido Kong Qui, en el Estado Chou de Lu. El
padre de Confucio murió cuando él era todavía muy joven y trabajó duro par ayudar a su madre.
Pasaba el tiempo estudiando, así como practicando la arquería y la música. Cuando tenía 22 años,
Confucio se convirtió en profesor de historia y poesía. Además de estas materias, también enseñaba
a sus alumnos a pensar sobre sus vidas y el modo en que debían vivirlas. Estas enseñanzas son las
que hacen que 2.500 años después siga teniendo seguidores.
Confucio tenía miedo de que las peleas y las guerras entre los diferentes estados Chou condujeran a
la desaparición de la civilización. Creía que la sociedad podía salvarse si se concentraba en la
sinceridad y la honradez. Confucio recibió algunos cargos menores en Lu, pero el gobernador del
Estado ignoró sus consejos y Confucio dimitió en torno al año 496 a.C. Se exilió junto a varios de
sus seguidores y durante 13 años recorrió las diferentes cortes del reino.
Hacia el final de su vida, Confucio pasaba su tiempo enseñando y escribiendo, pero no está
claro si alguno de sus escritos ha sobrevivido. No obstante, sus discípulos pusieron sus dichos por
escrito en un libro titulado Analectas.
Cuando Confucio murió, no era muy conocido. Sus seguidores difundieron sus ideas y en torno al
año 200 a.C. sus enseñanzas comenzaron a tener gran influencia en el modo en que China era
gobernada.
Para cuando falleció, Confucio había visto cómo se hacían realidad muchas de las cosas que temía.
Confucio
El «Primer emperador» intentó unificar todo lo posible en el imperio. Introdujo pesos y medidas
estándar y se aseguró de que los caracteres de la lengua china se escribieran de igual forma en todas
partes. Luego ordenó que se crearan grandes hogueras para poder quemar todos los textos
conocidos, excepto los de materias útiles como la medicina, la farmacia y la adivinación del futuro.
La razón era destruir los libros escritos por personas que criticaban su gobierno y destruir todo
conocimiento del pasado. Los eruditos que se oponían eran arrojados a un profundo pozo y
murieron a centenares.
Shihuangdi recibió el apodo de «Tigre de Ch’in». Era un duro político y un fuerte general, pero le
tenia miedo a la muerte. En su gran palacio había más de 1.000 dormitorios, para que pudiera
dormir cada noche en uno diferente, por si acaso alguien quería matarlo. También se construyó una
tumba especial, de modo que estuviera protegido tras su fallecimiento. Su tumba contenía un
ejército de más de 7.000 soldados, carros y caballos de terracota a tamaño natural. Este ejército de
barro cocido llevaba armas de bronce de verdad, pero fueron robadas por los saqueadores de
tumbas.
Los emperadores Han creían en un gobierno fuerte y muy centralizado. El emperador Wu Ti, que
gobernó entre los años 140 y 87 a.C. estaba decidido a mejorar la calidad de su burocracia e
introdujo las oposiciones para elegir a los funcionarios. También fundó una universidad imperial
donde los estudiantes aprendían los clásicos del confucianismo, que terminó convirtiéndose en la
filosofía del Estado. Durante el gobierno de Wu Ti florecieron las artes. Los poetas Han escribieron
en un estilo particularmente claro que todavía es famoso en la literatura china, mientras que los
artistas de la época producían bella cerámica vidriada y grabados en piedra. La mayoría de esos
artistas, profesores, filósofos y funcionarios vivían en la capital Han, Changan, que, al igual que
todas las ciudades chinas antiguas, estaba dispuesta según un estilo simétrico y ordenado.
Medicina
En la época de la dinastía Han, la medicina china ya estaba muy avanzada. La antigua medicina
china se basaba en la idea de que en una persona sana existía una armonía entre fuerzas
opuestas, lo que sería la base de la acupuntura, que todavía se utiliza en la actualidad. Los
médicos encontraron vías en el cuerpo que respondían a la estimulación mediante agujas y
restauraban el equilibrio entre las dos principales fuerzas de la naturaleza, el yin y el yang. El yin es
la fuerza femenina, asociada con la tierra y la oscuridad, mientras que el yang es la fuerza
masculina, asociada con el cielo y la luz. Los acupuntores insertan agujas en puntos concretos
del cuerpo para poner esas dos fuerzas en equilibrio y de ese modo aliviar el dolor.
Dinastía Sui
China fue reunificada durante el corto gobierno de la dinastía Sui, entre los años 581 y 618 d.C. Por
esas fechas, el sistema de canales que se había comenzado cientos de años antes fue reconstruido y
ampliado. En el año 610 d.C. los ingenieros chinos habían planeado y construido el Gran Canal para
unir el Huang He con ríos más meridionales. Este enorme canal hizo que el transporte de arroz y
otros alimentos desde el sur al norte del imperio, donde vivía la mayor parte de la población, fuera
más sencillo. El gran canal de la dinastía Sui fue llevado todavía más al sur en años posteriores, y
todavía se utiliza.
La dinastía Tang
En el año 618 d.C., una poderosa nueva dinastía se hizo con el control del imperio. La dinastía
Tang duraría casi 300 años, en lo que fue una Edad de Oro para China. Durante el gobierno de
los emperadores Tang, la capital imperial, Changan, creció hasta convertirse en la ciudad más
grande del mundo, en la que vivían más de un millón de personas. Muchos mercaderes y estudiosos
del resto de Asia la visitaban. El budismo, que había llegado a China procedente de la India algunos
siglos antes, comenzó a florecer.
Grabado de la
dinastia Tang
En esta era de prosperidad, la gente rica llevaba una vida confortable. Vivían en casas de ladrillo y
madera de dos o tres pisos de altura, rodeadas de bellos patios y jardines, vestían lujosos trajes de
seda y tenían mucho tiempo libre. Les gustaba escuchar música y poesía, así como jugar al ajedrez y
las cartas. Compraban bienes de oro, plata y jade, y les gustaban especialmente los cuencos, copas y
otros recipientes de porcelana. La porcelana más delicada se destinaba al uso del emperador, la de
segunda categoría era utilizada por el emperador para hacer regalos, mientras que la de tercera
categoría era de uso corriente.
El periodo Tang, China amplió sus fronteras y comerció con otras tierras. Muchos mercaderes
viajaban desde y hasta Asia central, Persia y el mar Mediterráneo por la Ruta de la Seda, un
recorrido de más de 6.000 kilómetros. Los bienes que los mercaderes chinos llevaban al oeste
eran seda, papel y porcelana, mientras que los mercaderes extranjeros llevaban lana y metales
preciosos a China. En los mercados de Changan siempre había mucha actividad y el
incremento del comercio llevó más prosperidad a los artesanos y granjeros del imperio. La
suerte de la gente normal también mejoró durante el gobierno Tang y aquellos que destacaba
por su inteligencia tenían la posibilidad de subir de categoría aprobando exámenes y
consiguiendo un puesto entre el funcionariado.
Pero de nuevo un periodo de gran agitación política sacudió China. En el año 868 hubo una rebelión
militar contra la dinastía Tang y 13 años después los rebeldes conquistaron Changan. Los
gobernadores provinciales declararon su independencia del gobierno central y en 907 el último
emperador Tang fue derrocado.
Mapa de la dinastia Tang
El confucianismo
En los siglos VI y V a.C. el filósofo chino Confucio introdujo un nuevo modo de pensar.
Confucio creía que todas las personas tenían que ser sinceras, valientes y corteses para con los
demás. Si las familias actuaban así, el gobierno y los soberanos también estarían bien organizados,
de modo que el bienestar de todo un reino comienza en los hogares de la gente. Los niños tienen que
obedecer a sus padres, exactamente del mismo modo en que la gente normal debe obedecer a sus
soberanos. Confucio puso muchas de sus reglas en forma de dichos, como éste, por ejemplo: «Un
caballero se preocupa tanto de saber qué es lo correcto como los hombres menos importantes en
descubrir qué es lo que merece la pena.»
No obstante, si bien Confucio creía que la gente tenía la obligación de obedecer a sus soberanos y
gobernantes, también creía que estos gobiernos tenían una obligación con sus súbditos. Creía que el
buen comportamiento de los soberanos tenían un efecto más beneficioso sobre la gente normal
que las leyes y los castigos. Confucio llegó tan lejos como a decir que los gobiernos corruptos
tenían que ser derrocados por sus súbditos.
En la actualidad, el confucionismo se considera a menudo una religión, pero no tiene sacerdotes ni
propugna la adoración de dioses. El confucianismo es realmente una filosofía, una guía moral y
para el buen gobierno. Las enseñanzas de Confucio demostraron ser tremendamente duraderas y
tuvieron una enorme influencia en la sociedad china durante gran parte de los siguientes 2.500 años.
La gran Muralla
China
Contexto histórico
En el resto de Europa, se propagan las ideas de Lutero y Erasmo, y éste último tiene una
gran influencia en España.
Locus amoenus: lugar idealizado del campo que propicia la reflexión sobre el amor
y la unión con la naturaleza.
Tempus fugit: el tiempo se escapa.
Durante esta etapa abundan varios subgéneros narrativos, como la novela pastoril, la novela
bizantina, la novela morisca y el libro de caballerías. Este último fue parodiado por Miguel
de Cervantes Saavedra cuando escribió su obra maestra Don Quijote de la Mancha (1605 y
1615), la primera novela moderna y un claro ejemplo del Humanismo renacentista, pero con
rasgos barrocos. De este periodo, también destaca Lazarillo de Tormes, la primera novela
picaresca.
Garcilaso de la Vega encarna el ideal hombre renacentista por ser soldado y también poeta.
En sus poemas aparecen carpe diem, el amor idealizado,y una clara influencia del poeta
italiano Petrarca. Otro caballero poeta influido por la lírica italiana es Juan Boscán. Como
Garcilaso, Boscán emplea el endecasílabo, tan característico del siglo XVI. La poesía ascética
y mística es otra corriente de la poesía renacentista. Sus exponentes principales son Santa
Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz y Fray Luis de León.
Esta tragicomedia humanística, que tiene sus raíces en la comedia latina, refleja la transición
de la Edad Media al Renacimiento, dado que sus personajes viven en un mundo en crisis,
donde los valores medievales se están desintegrando. Otro dramaturgo importante de esta
época es Lope de Rueda, quien además de ser actor profesional, escribió comedias, farsas y
entremeses.
EL IMPERIO INCAICO
El Imperio incaico o Inca (Quechua: Tawantinsuyu, lit. "Las cuatro regiones o divisiones") fue el mayor imperio
en la América precolombina.2
Al territorio del mismo se denominó Tahuantinsuyu y al período de su dominio se le conoce, además,
como incanato y/o incario. Floreció en la región andina del subcontinente entre los siglos XV y XVI, como
consecuencia del apogeo de la civilización incaica.[cita requerida] Abarcó cerca de dos millones de kilómetros
cuadrados entre el océano Pacífico y la selva amazónica, desde las cercanías de Pasto (Colombia) en el norte
hasta el río Maule (Chile) por el sur.
Los orígenes del imperio se remontan a la victoria de las etnias cuzqueñas (Región Sur del actual Perú),
lideradas por Pachacútec, frente a la confederación de estados chancas en 1438. Luego de la victoria,
el curacazgo incaico fue reorganizado por Pachacútec, con quien el Imperio incaico inició una etapa de continua
expansión, que prosiguió con su hermano Cápac Yupanqui, luego por parte del décimo inca Túpac Yupanqui, y
finalmente del undécimo inca Huayna Cápac, quien consolidó los territorios. En esta etapa la civilización incaica
logró la máxima expansión de su cultura, tecnología y ciencia, desarrollando los conocimientos propios y los de
la región andina, así como asimilando los de otros estados conquistados.
La Civilización incaica surgió de las tierras altas del Perú en algún momento a principios del siglo XIII. Su último
bastión fue conquistado por los españoles en 1572.
Luego de este periodo de apogeo el imperio entró en declive por diversos problemas, siendo el principal la
confrontación por el trono entre los hijos de Huayna Cápac: los hermanos Huáscar y Atahualpa, que derivó
incluso en una guerra civil. Entre los incas la viruela acabó con el monarca Huayna Capac, provocó la guerra
civil previa a la aparición hispana y causó un desastre demográfico en el Tahuantinsuyu. Finalmente Atahualpa
vencería en 1532. Sin embargo su ascenso al poder coincidió con el arribo de las tropas españolas al mando
de Francisco Pizarro, que capturaron al inca y luego lo ejecutaron. Con la muerte de Atahualpa en 1533 culminó
el Imperio incaico. Sin embargo, varios incas rebeldes, conocidos como los «Incas de Vilcabamba», se
rebelaron contra los españoles hasta 1572, cuando fue capturado y decapitado el último de ellos: Túpac Amaru
I.
Los incas consideraban a su rey, el Sapa Inca, como el "hijo del sol". Muchas formas locales de adoración
persistieron en el imperio, la mayoría de ellas relacionadas con las sagradas Huacas locales, pero los líderes
incas alentaron el culto al sol de Inti - su dios del sol - e impusieron su soberanía por encima de otros cultos
como el de Pachamama.
La economía inca ha sido descrita de manera contradictoria por los eruditos: como "feudal, esclavo, socialista
(aquí uno puede elegir entre el paraíso socialista o la tiranía socialista)". El imperio Inca funcionó en gran parte
sin dinero y sin mercados. En cambio, el intercambio de bienes y servicios se basó en la reciprocidad entre
individuos y entre individuos, grupos y gobernantes incas. 'Impuestos' consistía en una obligación laboral de
una persona para el Imperio. Los gobernantes incas (que teóricamente poseían todos los medios de
producción) correspondieron al otorgar acceso a la tierra y los bienes y proporcionar alimentos y bebidas en las
celebraciones de sus súbditos.
El Imperio incaico abarcó los actuales territorios correspondientes al extremo suroccidental de Colombia en la
frontera, pasando por Ecuador, principalmente por Perú, el oeste de Bolivia, la mitad norte de Chile y el norte,
noroeste y oeste de Argentina.
El imperio estuvo subdividido en cuatro suyos: el Chinchaysuyu (Chinchay Suyu) al norte, el Collasuyu (Qulla
Suyu) al sur, el Antisuyu (Anti Suyu) al este y Contisuyu(Kunti Suyu) al oeste.
La capital del imperio fue la ciudad de Cuzco, en el actual Perú.
Las crónicas europeas sobre el imperio incaico[editar]
Los primeros vestigios escritos sobre el imperio incaico lo constituyen las crónicas registradas por varios
autores europeos (posteriormente existieron cronistas mestizos e indígenas que también recopilaron la historia
de los incas); estos autores recopilaron la «historia incaica» basándose en relatos recogidos por todo el
imperio.3 Los primeros cronistas tuvieron que enfrentar varias dificultades para poder traducir la historia incaica
ya que, además de existir una barrera idiomática, se enfrentaron al problema de interpretar una manera de ver
el mundo totalmente distinta a la que estaban acostumbrados. 3 Esto condujo a que existan varias
contradicciones entre los textos coloniales y un ejemplo de ello lo representan las cronologías sobre los
gobernantes incas; así, en muchas crónicas se atribuyen las mismas hazañas, hechos y episodios a distintos
gobernantes.3
Sobre las crónicas del imperio incaico, es importante acotar que sus diversos autores tuvieron ciertos intereses
al escribirlas. En el caso de los cronistas españoles, su interés fue «legitimar la conquista a través de la
historia», para esto en muchas crónicas se señala que los incas conquistaron usando enteramente la violencia y
por lo tanto no tenían derechos sobre los territorios conquistados. En otro caso los cronistas ligados a la Iglesia
católica buscaron legitimar la evangelización describiendo a la religión incaica como obra del demonio, a los
incas como hijos de Noé y tratando de identificar a las deidades incaicas con las creencias bíblicas o el folclor
europeo.3 Igualmente existieron otros cronistas mestizos e indígenas que también tuvieron un interés de
ensalzar el imperio o alguna de las panacas con las cuales se emparentaban, como el caso del Inca Garcilaso,
quien mostraba un imperio incaico idealizado donde no existía la pobreza, se repartía la riqueza y los recursos
se explotaban racionalmente.4
Las fuentes históricas incaicas[editar]
Los ayllus y panacas tenían cantares especiales mediante los cuales narraban su historia. Estos cantares se
ejecutaban en determinadas ceremonias frente al Inca. Estos relatos, a manera de memoria colectiva,
constituyen los primeros registros históricos recogidos en las crónicas. 3
Otro recurso utilizado para registrar la historia fueron unos mantos y tablas que contenían pinturas
representando pasajes heroicos. Estos documentos fueron guardados en un lugar denominado Poquen
Cancha. Se sabe que el Virrey Toledo envió al rey Felipe II cuatro paños que ilustraban la vida de los incas
añadiendo con sus propias palabras que «los yndios pintores no tenían la curiosidad de los de allá». 3
Además, algunos hechos pasados fueron almacenados en los quipus, aunque no se sabe cómo pudieron
utilizar estos sistemas de cordeles y nudos para almacenar hechos históricos existen varias crónicas que
describen que los quipus servían para evocar las hazañas de los gobernantes. 3
En general, en el imperio incaico se recordaban los hechos que les parecían importantes de recordar y no era
necesaria la precisión. Además, los gobernantes podían ordenar excluir intencionalmente de los registros
históricos algunos hechos que pudiesen molestarles. María Rostworowski denomina a esta cualidad de la
historia incaica una «amnesia política» que era asumida por todo el vulgo pero que era recordada por las
panacas o ayllus afectados, siendo este un factor que contribuyó a las futuras contradicciones en las crónicas
europeas sobre los incas.3
La reinvención de tradiciones[editar]
Luego del encuentro de la cultura hispana y la andina, se estableció la escritura como medio de transmisión y
registro de información; además se inició un proceso de mestizaje y sincretismo que dieron lugar a la recreación
de tradiciones y la invención de otras.3
El aporte para esta recreación e invención de tradiciones fue tanto hispano como andino; esto se evidencia en
las crónicas del siglo XVI en donde se describen personajes como el caso de Tunupa y Huiracocha con los
apóstoles Tomás y Bartolomé, describiéndolos como hombres blancos y barbados que impartieron enseñanzas.
Igualmente el imaginario europeo buscó, e incluso creyeron encontrar, «el dorado» y el «país de las amazonas»
en el nuevo mundo. En otros casos, afirmaban que el Cuzco tenía el perfil de un león americano (puma),
poniendo similitudes con algunas ciudades del renacimiento europeo que tenían perfil aleonado. 3 Más
recientemente, en el siglo XX, aparecen otros elementos de esta reinvención de tradiciones, como son los
casos de la bandera del imperio incaico y la ceremonia cuzqueña del Inti Raymi.5 Cabe indicar que todas estas
reinvenciones, son parte de un proceso natural en todas las culturas, pero para entender la historia incaica es
necesario diferenciar cuales son los aspectos sincréticos o inventados y cuales no lo son. 3
Origen (histórico)[editar]
Artículo principal: Origen de la etnia incaica
Fundó el imperio incaico, aproximadamente el año 1200 d. C. y fue su primer gobernante se caracterizó por el
dominio de las tribus preincaicas que vivían dispersas en el Cuzco y sus alrededores. Manco Cápac unificó a
los huallas, poques y lares, y con ellos se estableció en la parte baja de la ciudad. De este modo se inició la
dinastía de los Urin Cuzco. Poco tiempo después ordenó la construcción de la primera residencia de los incas,
el Inticancha o Templo del Sol. Su hermana y esposa fue Mama Ocllo.
De escasa movilidad; se tienen pocas noticias de sus sucesivos gobiernos: Sinchi Roca, quien habría
gobernado desde 1230 a 1260 sin conseguir una expansión significativa en el entonces reino cuzqueño; Lloque
Yupanqui, que culminaría su gobierno en 1290 con el mérito de llegar a concretar diversas alianzas con
distintos pueblos circundantes a los incas; Mayta Cápac reconocido por su victoria ante los acllahuiza y que
culminaría su gobierno alrededor de 1320; y Cápac Yupanqui, el primer conquistador, a quien se debe la
victoria ante los condesuyo. Este período habría durado aproximadamente 120 años, iniciándose
aproximadamente en 1230 d. C. (año en que comienza el gobierno de Sinchi Roca), hasta 1350 d. C. (año en
que culmina el gobierno de Cápac Yupanqui).
Una visión etnohistórica más general de este período describe que los incas llegaron al Cuzco alrededor
del siglo XIII d. C. y, en el siglo siguiente, lograron imponerse a las poblaciones más cercanas al valle
cuzqueño. Desde su llegada al Cuzco, los incas se habrían mezclado con algunos de los pueblos que habitaban
el lugar y expulsado a otros. Habrían organizado su predominio al hacer alianzas con distintos curacas
estableciendo relaciones de parentesco y al enfrentarse en guerras. A estas prácticas, que continuaron, se
sumaron otras como el acopio de excedentes y mano de obra y la práctica de la redistribución. Para entender
esta situación habría que considerar, además, que el prestigio religioso que acompañó a los incas fue la piedra
angular de la eficacia de todos los mecanismos de expansión que emplearon en esta época.
Se denomina preestatal a esta etapa, porque en ningún momento surgió en sí una sólida idea de estado o
nación incaica; sino aún existía la idea andina de considerarse una macroetnia, si bien esto cambiaría al
extenderse significativamente el territorio de la etnia luego del gobierno de Cápac Yupanqui y sus diversas
conquistas. El fin de este periodo coincide con el fin de la dinastía de los gobernantes Urin Cuzco (Rurin
Qusqu), quienes vieron en Cápac Yupanqui a su último representante.
Gobierno de Pachacútec[editar]
El 9º Inca
Artículo principal: Pachacútec
Durante su gobierno se inició la expansión territorial, inaugurando de esta manera el periodo imperial al
anexionar numerosos pueblos. Pachacútec mejoró la organización del estado, dividiendo el imperio en cuatro
regiones o suyus. Por el norte, sometió a los huancas y taramas, hasta llegar a la zona de
los cajamarcas y cañaris (Ecuador). Por el sur sometió a los collas y lupacas, que ocupaban la meseta
del altiplano. Organizó a los chasquis e instituyó la obligatoriedad de los tributos.
Fue un destacado militar que logró importantes victorias durante el gobierno de su padre Pachacútec.
En 1471 asumió el trono y amplió las fronteras del imperio hacia el sur, hasta llegar al río Maule en Chile.
También sometió al reino Chimú y a algunos pueblos del altiplano y del norte argentino. Sofocó la
resistencia de los chachapoyas y avanzó por el norte hasta Quito. Quiso incursionar en la selva, pero una
rebelión de los collas lo obligó a desviarse hacia el Collao. Mejoró la recaudación de los tributos y nombró
nuevos gobernantes visitadores (tuqriq). Murió en 1493.
Huáscar no estuvo de acuerdo con el testamento de Huayna Cápac, ya que se creía con derecho
de heredar todo el imperio incaico según las leyes, costumbres y tradiciones incaicas. Huáscar se
enfrentó en 1531 después de muchos años de paz a su medio hermano Atahualpa, quien también
se consideraba legítimo heredero del trono en la región de Quito. Muy pronto importantes regiones
del imperio fueron sacudidas por sangrientas batallas entre tropas cuzqueñas y quiteñas, que
terminaron con la victoria final de los últimos. Huáscar fue tomado prisionero y muerto
posteriormente por orden de Atahualpa.
Artículo principal: Atahualpa
Hijo de Huayna Cápac con la noble incaica Tocto Ocllo Coca. Tras la muerte de su padre, se
convirtió en gobernador de la ciudad de Quito. Bien sea al temor que le tenía a su hermano
Huáscar o la ambición de convertirse en soberano, luego se proclamó Inca en Quito y así inició
la guerra de sucesión incaica. Sus tropas, dirigidas por Chalcuchímac y Quizquiz, derrotaron al
ejército de Huáscar en la batalla de Cotabamba (Apurímac) y entraron triunfantes al Cuzco.
Enterado de la victoria, Atahualpa marchó a Cajamarca para ser coronado inca. En el trayecto
fue aclamado por los pueblos del norte. Sin embargo, al llegar a Cajamarca, fue tomado
prisionero por los españoles en la batalla de Cajamarca. Era el año 1532. Este hecho marcó el
fin del imperio incaico.
En contra de lo pensado, Atahualpa (que gobernó de facto entre 1532 y 1533), no forma parte
de la capaccuna al nunca ceñir la mascaipacha. Por lo tanto es impropio llamarle Sapa Inca,
como algunas veces se le titula. Quito fue incendiada por completo por el
general Rumiñahui en 1534, antes de la llegada de los españoles a la ciudad en busca de los
tesoros del imperio, y fundada nuevamente por el español Sebastián de Benalcázar sobre las
cenizas del pueblo incaico el 6 de diciembre de 1534.
Incas coloniales[editar]
Desde la llegada de los españoles, en su marcha hacia el Cuzco.
Túpac Hualpa Inca (1533) dos meses, septiembre y octubre. Inca coronado por los
españoles, muere antes de llegar a la Ciudad Imperial en el Valle del Mantaro.
Manco Inca (1533-1545), Inca coronado por los españoles (1533) rebelado contra ellos
(1536) abandona el Cuzco, trasladando su capital primero a Ollantaytambo y luego
a Vilcabamba.
Paullu Inca (1537-1549), Inca coronado por los españoles durante el gobierno de Manco
Cápac II (1537), que además reinó cuatro años después de la muerte de éste, durante el
gobierno de Sayri Túpac Inca.
Neo-Estado Inca: Incas de Vilcabamba[editar]
Artículo principal: Incario de Vilcabamba