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en el trabajo
En el trabajo es importante favorecer un buen comportamiento, por lo que hay que crear unos
buenos vínculos cordiales y respetuosos con los demás miembros de la empresa
independientemente de su función y jerarquía.
Una de las claves de esto es el respeto y consideración con las demás personas. Esto se
puede conseguir con pequeñas acciones, y se puede perder también con pequeños
detalles.
La empatía también es muy importante, saber ponernos en el lugar de la otra persona
para poder entender por qué hace lo que hace y qué siente en cada momento, así de
esta forma se aprenderá a comprender a las demás personas. Se debe actuar
consecuentemente con esto.
Tener educación. Al menos en el trabajo y con respecto a las personas con las que se
va a pasar una importante parte del tiempo de vida, es importante tener educación. Y
tener educación no es sólo saludar, pedir por favor, dar las gracias o sonreír, es tratar a
los demás con consideración, tratar bien independientemente de la persona que sea y
sus condiciones.
La responsabilidad en el trabajo es clave, ya que si una persona no cumple sus
funciones todos se resienten, y también lo es la responsabilidad en equipo.
Ser honestos, no atribuirse méritos de los demás y felicitar a quien corresponda por
sus logros en lugar de tratarle mal o tener envidia. Que los demás componentes
trabajen bien hace que la empresa vaya bien y el puesto se mantenga más tiempo.
El líder debe saber dirigir al equipo, motivar a su personal y conseguir el crecimiento
de todos sus componentes. No debe llamar la atención a un colaborador nunca
delante de otras personas o compañeros, siempre en privado. Las críticas deben ser
constructivas para la mejora, y no para sentir mal a la persona. Se debe favorecer una
buena comunicación interna.
Crear un buen ambiente en el trabajo crea unas buenas condiciones para el mejor
comportamiento de los componentes de la empresa.
A través de una sencilla regla de tres, si nuestra jornada laboral es de 8 horas, podemos
calcular que pasamos como mínimo 40 horas a la semana en la oficina y algo más de 160 horas
al mes. Y si tenemos en cuenta que el año tiene unos 252 días laborables, podemos pasar en
total unas 2.016 horas en nuestro lugar de trabajo cada añada. Es decir, pasamos muchísimo
tiempo en nuestro lugar de trabajo. Al menos, el suficiente para intentar que nuestro
comportamiento no moleste a nuestros compañeros, que también pasan 2.016 horas al año a
nuestro lado, y que ellos no nos molesten a nosotros.
Con el objetivo de mejorar la convivencia y, también, de evitar que nuestra falta de educación
y escrúpulos juegue en nuestra contra en nuestra vida laboral, diversos libros sugieren algunas
reglas de comportamiento que aunque pueden parecer obvias, rápidamente nos olvidamos de
ellas. Uno de ellos es 301 Smart Answers to Tough Business Etiquette Questions (Skyhorse
Pub.), donde se recogen algunos de los siguientes consejos que todos debemos tener grabados
a fuego en nuestra mente cuando pasemos por la puerta de la oficina.
Presenta a la gente
A todos nos ha pasado que en algún evento se concentra tal cantidad de personas conocidas
en unos pocos metros cuadrados que nos resulta complicado presentar a todo el mundo, pero
en la medida de lo posible, debemos intentar presentar a aquellos compañeros o socios que
no se conozcan entre sí. O si no, nos tendremos que enfrentar a la célebre frase recriminatoria
“ya que no nos presentan, me presento yo”.
Aunque no nos interese lo que nos están contando, que por lo menos, no lo parezca. En
ocasiones es complicado frenar nuestra tentación de ojear el móvil, sobre todo si nos
encontramos en mitad de una conversación de WhatsApp, pero también es difícil hacérselo
entender al compañero o superior que reclama nuestra atención. Mucho menos apropiado es,
claro está, si nos encontramos en una reunión, donde comenzar a toquetear el teléfono puede
ser interpretado como un síntoma de malísima educación.
Las reglas de etiqueta señalan que tomarse un café o un refresco está ampliamente aceptado,
pero si pretendemos portar otro alimento al escritorio, quizá debamos preguntarnos antes si
su olor puede resultar molesto a las personas que nos rodean o contribuir a llenarlo todo de
migas. Además, si esperamos una visita importante, quizá no sea lo mejor que esta nos pille
comiendo pipas o rumiando un chicle.
Siéntate de una manera apropiada
Al igual que ocurre con la comida que ingerimos, nuestra posición física puede decir mucho de
nosotros, y sobre todo, malo. Es normal que a determinadas horas nos relajemos, pero estar
recostado sobre la silla con las manos detrás de la cabeza quizá no parezca la posición más
adecuada si un superior viene a visitarnos. Además, hazlo aunque sólo sea por salud, ya que
una postura incorrecta puede ser el camino más corto para sufrir problemas de espalda.
No interrumpas constantemente
Es normal que queramos comentar algo con nuestro compañero, especialmente si se trata de
algún asunto referido al trabajo, pero también debemos tener presente que interrumpir
constantemente al mismo puede sacar de quicio al más pintado, y sobre todo, perjudicar
sensiblemente su productividad. Si ves necesario abstraer a la otra persona de su estado de
concentración, hazlo con cuidado y de manera selectiva. Algo que también se puede aplicar al
envío de correos electrónicos con contenidos no relacionados con el lugar de trabajo.
A veces, pasamos tanto tiempo juntos que nos tomamos más confianzas de las deseables con
nuestros compañeros, por lo que debemos vigilar con una mayor atención nuestro
comportamiento. Por mucho que en muchos casos no suponga ningún problema, quizá no
debamos poner la oreja cuando nuestros compañeros hablan por teléfono o mirar
directamente a la pantalla de su ordenador cuando pasamos a su lado, puesto que
probablemente nos estemos metiendo donde no nos llaman.
En una oficina, cada trabajador tiene asignado un espacio que en demasiadas ocasiones
decrece o aumenta en función del orden que cada persona instaura en él, generalmente, en
perjuicio de los más educados. Desparramar tus posesiones por la mesa no sólo puede causar
fastidio a los que nos rodean, sino también jugar en tu contra cuando pretendas buscar algo
entre las toneladas de papel usado que reposa en el escritorio o cuando tu superior
compruebe que, lamentablemente, te gusta vivir en una pocilga.
Pide permiso antes de coger algo
“¿Me dejas las tijeras?” puede ser una frase que no sólo te otorgue unas tijeras en un
momento determinado, sino que también te ayudará a que tus compañeros te presten objetos
cuando los necesites. Si cogemos las cosas sin permiso, no las devolvemos o lo hacemos
demasiado tarde, nos ganaremos una merecida fama de jetas. Sobre todo cuando nuestro
compañero se vuelva loco buscando esas tijeras que casualmente reposan en tu cajón.
Cada trabajo tienes sus peculiaridades, pero por lo general, una conversación larga y ruidosa al
lado del trabajador puede resultar irritante, sobre todo si este ha de atender al teléfono o
mantener la concentración. Si la conversación se va a prolongar, busca otro sitio mejor en el
que departir.
Tips
En un cóctel, mientras permanece de pie siempre tomar su bebida con la mano izquierda,
porque seguramente va a estar húmeda o fría cuando lo saluden. Si lo trae en su derecha va a
ofrecer un saludo poco agradable o puede ocasionar un pequeño accidente como una copa
rota, vestido manchado, etcétera.
Si no sabe cuál es su ubicación en la mesa espere a que lo sienten. Más vale preguntar o
esperar, a que usted piense que tiene que sentarse en determinado lugar y luego le soliciten
que se cambie de lugar porque ese era el lugar asignado a otra persona.
En un evento donde todos platican y comen, e mejor primero comer y luego hablar, no hacer
las dos cosas al mismo tiempo, menos aún hablar con los cubiertos en la mano. Además de
poder salpicar a alguien, es desagradable para la persona que tiene frente a usted.
Nunca olvide que durante un almuerzo o cena en una mesa de varias personas, su pan es el de
la izquierda y su copa es la de la derecha.
Si lleva un regalo, regale algo que tenga que ver con la persona a quién está obsequiando,
investigue un poco sobre sus gustos, marcas, preferencias, etcétera. Un detalle muy
importante: cuide la envoltura y sea exigente a la hora de que le envuelvan su compra; el
regalo después de todo, hablará por usted.
El invitado que tarda en responder no se da cuenta de los problemas que puede ocasionarle a
los anfitriones, desde la dificultad en ordenar la mesa hasta la escasez de tiempo para
encontrar al invitado de "recambio".
Estos detalles permitirán que adquieras mayor clase, serás apto para invitaciones importantes
y no un riesgo vergonzoso para quienes te rodean. Es muy fácil ser alguien correcto y propio y
esto no significa ser una persona aburrida o falsa simplemente significa que se es una persona
educada.
· Ser puntual
· No beber en exceso