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Manejo del conflicto en el aula: una alternativa para la convivencia escolar

Escobar Ortegón, Mayra Alejandra1 Mancipe Gualdrón, Carol Julieth2

Resumen

Dado que hoy en día casi a diario los docentes enfrentamos muchas situaciones que

pueden alterar la convivencia escolar, se hace necesario reflexionar al respecto de estas

situaciones de conflicto en el aula que se generan especialmente por las diferencias educativas y

socio-culturales que presentan los niños, y desde los fenómenos como las migraciones,

desplazamientos, discriminación, entre otras que son fruto de las situaciones que afronta el país

en general. La mediación escolar es un instrumento que se puede aprovechar a manera de

estrategia para la prevención y a la vez intervención ante situaciones de conflicto que puedan

atentar contra la convivencia escolar. Este artículo de reflexión orienta fundamentaciones sobre

el conflicto y ofrece estrategias para aplicar en el aula, en favor de la convivencia escolar.

Palabras claves: asertividad, conflicto, convivencia, mediación, violencia.

Keywords: assertiveness, conflicto, coexístanse, media tión, viólense.

1
Corporación universitaria Minuto De Dios Bogotá Colombia, mescobarort@uniminuto.edu.co
2
Corporación Universitaria Minuto de Dios, Bogotá Colombia -
caroljulieth2019@gmail.com
Abstract:

Given that today almost every day teachers face many situations that can alter school

coexistence, it is necessary to reflect on these situations of conflict in the classroom that are

generated especially by the educational and socio-cultural differences presented by

children, and from the phenomena such as migration, displacement, discrimination, among

others that are the result of the situations facing the country in general. School mediation is

an instrument that can be used as a strategy for prevention and at the same time

intervention in situations of conflict that may attempt against school coexistence. This

article of reflection guides foundations on the conflict and offers strategies to apply in the

classroom, in favor of school coexistence.

Introducción

En algunos países de América Latina el tema de la violencia, la exclusión y marginalidad

social ha sido parte de la historia y de la cultura de sus pobladores. Desde estas raíces, se asume

que actitudes como la agresión, discriminación e incluso la violencia, tienen una connotación

cultural; en nuestro país, por ejemplo, se reconoce el conflicto como una forma de expresión de

esta cultura de la violencia. El espacio escolar y del aula, no es ajeno a esta problemática, por

cuanto en ella se ven reflejadas las costumbres y comportamientos que los niños observan y

copian de sus modelos familiares, sociales, y de otros medios de comunicación de gran

influencia social.
La violencia se manifiesta en todos los ámbitos sociales, culturales, económicos y

políticos; pero en el aspecto social la violencia se observa como una expresión

generalizada que da cuenta de un vacío a ser atendido para poder vivir en paz, y

los docentes son una pieza principal para introducir cambios. (Arellano, 2007:25)

Es por ello que, los docentes, padres y demás adultos responsables de orientar y

acompañar los procesos de socialización de los niños, deben de tener en cuenta las necesidades y

especialmente reconocer las influencias de los contextos en los cuales se desenvuelven los niños

para comprender su comportamiento. El propósito de este artículo es reconocer aspectos que

fundamentan la importancia del manejo del conflicto en el aula, de igual forma ofrecer

fundamentos conceptuales y metodológicos que faciliten la labor de los educadores.

El manejo del conflicto debe ser una prioridad en el contexto educativo y del aula; por

cuanto allí interactúan los niños y las niñas que se encuentran desarrollando diferentes formas de

aprendizaje y socialización, tanto con los compañeros como con los docentes. Para autores como

Maturana (2009):

No debemos enseñarle valores sino vivirlos desde la biología del amor, cultivarlos

en nuestra corporalidad, a partir del respeto a sí mismo que surge en vivir -

convivir en respeto mutuo. también afirma es necesario una convivencia

armoniosa y saludable, capaz de ampliar o mudar su capacidad de acción y

reflexión de manera que el pueda tomar conciencia de su emocionar, sin perder el

respeto por sí mismo y por los demás. (p.1)


Para reconocer los aspectos que deben ser mediadores del conflicto, es necesario poner de

manifiesto qué se entiende por conflicto, y qué es el conflicto en el aula. Por ello, autores como

Chaux (2012) definen el conflicto desde dos connotaciones: “manejo de ira, toma de perspectiva,

generación creativa de opciones, consideración de consecuencias, escucha activamente”.(p.12)

Es decir, que el conflicto lleva de por sí una alternativa de solución, que facilita la

promoción de elementos mediadores. Es decir, el conflicto no es el fin de un problema, sino el

inicio de un proceso que puede llegar a ser resuelto. En esta tarea de educar hacia el manejo del

conflicto, los docentes junto con sus estudiantes deben reconocer la complejidad de las múltiples

interacciones que se generan al interior del aula; es así como se pueden generar interacciones

entre el docente y los niños, entre los niños y sus pares, entre los docentes y los padres de

familias.

En este proceso de mediación para la resolución del conflicto, la asertividad juega un

papel fundamental, dado que facilita las interacciones y el clima escolar y del aula. Para Mayer-

Spiess (1996), la asertividad es: “la capacidad de autoafirmar los propios derechos, sin dejarse

manipular y sin manipular a los demás” (p.8).

La asertividad se entiende como una capacidad humana, que depende en gran parte de

factores como la autoestima y el bagaje cultural. Por ello, en un espacio como la escuela y el

aula, son muchos los factores que se conjugan para reconocer y aprender a ser asertivos. Los
niños pueden desarrollar la capacidad para ser asertivos y apropiar las características propias

para aprender a solucionar las diversas situaciones que generen conflicto.

En concordancia con estas afirmaciones, es prioridad para el docente generar estrategias

que permitan mejorar el ambiente en el aula, favoreciendo espacios y desarrollando habilidades

entre los niños para el afrontamiento del conflicto y la resolución de problemas, en miras de

fortalecer la convivencia en el aula y la escuela.

Reflexión

Para lograr profundizar en el reconocimiento del conflicto y su adecuado manejo en el

espacio escolar, es necesario reconocer algunos de los factores de incidencia. Tal es el caso del

término violencia, el cual en muchas ocasiones es tomado de manera inapropiada por los

educadores e incluso los mismos padres de familia. La violencia, generalmente se estudia desde

dos perspectivas estrechamente relacionadas, que según Barbeito y Carreta (2004): “la primera

es la violencia física o directa, la cual utiliza la fuerza también se toma como verbal como un

medio para solución de las diferencias y las frustraciones de los individuos mostrando las

diferencias que tiene cada persona”. (citados por Arellano, 2007, p.9)

Estos autores definen el término violencia como la actitud o el comportamiento de un

individuo que atenta hacia la integridad física, psíquica o moral o los derechos de otro

congénere. De esta manera, el término violencia no necesariamente se ajusta a las situaciones de

agresión que puedan observarse o generarse en el contexto escolar o de aula. Por lo que es

importante, como docentes reconocer qué es un comportamiento violento, qué es un

comportamiento o actitud agresiva, y qué es un conflicto.


En el espacio de la escuela y del aula, una de las conductas más frecuentes que se

observan especialmente en los niños de educación infantil corresponde a conductas o actitudes

agresivas u hostiles, que hasta cierta edad suelen ser de carácter natural como parte de su proceso

de interacción con el medio y, desde la teoría Piagetiana (1986) parte de su comportamiento

egocéntrico.

Brain, Olivier, Mos, Benton, y Bronstein, (1998) citados por Gil-Verona, J. A., Pastor, J.

F., De Paz, F., Barbosa, M., Macías, J. A.,y otros. (2002) investigaron que existen distintas tipos

o formas de agresión como son: según los modos de agresión, según sus autores y según otros

criterios. En este caso, y desde las observaciones realizadas en los contextos escolares de la

práctica pedagógica del programa de Licenciatura en Pedagogía Infantil de UNIMINUTO se

pueden reconocer las siguientes formas de agresión más frecuente entre los niños: De un

individuo contra otro individuo (con sus pares o compañeros); agresión irritable (agresión o

ataques de ira contra su profesor, o contra los objetos).

Segùn Olweus (1998) “se produce una acción negativa cuando alguien, de forma

intencionada, causa un daño, hiere o incomoda a otra persona”. (p.25) en este caso en el ámbito

escolar algunos niños cometen acciones agresivas o negativas: “quien golpea, empuja, da una

patada, pellizca o impide el paso a otro- mediante el contacto físico (…)” (p.25)

La gran mayoría de las agresiones o conductas negativas de los niños conducen a generar

conflictos que afectan de manera significativa la convivencia escolar. El conflicto se genera en el

contexto en el cual nos encontramos y se ocasiona en un desacuerdo mutuo cuando intervienen

dos o más personas en relación a diferentes ideas que se tengan en una situación específica; este
desacuerdo puede ser derivado de una oposición de cualquier tema que se relacione, con el

objetivo de causar daño a la otra persona.

Desde esta perspectiva sobre qué es el conflicto, Ferrigni, Gueron y Gueron (1973)

señalan como conflictos “ unas situaciones en la que dos o mas actores, cuyos intereses son

incopatible o mutuamente excluyentes, se oponen en el curso de accion que desarrollan para

lograr los objetivos que se origina en esos intereses ” (citados por Arellano, 2007, p.32) Ahora

bien teniendo en cuenta la apreciación de los autores, el conflicto se relaciona entre dos o más

personas de acuerdo con los intereses que diferencian en su oposición de dicha determinación o

cuando hay desigualdad de ideas que se tengan en común

Según Aguirre (2005):

La importancia del conflicto en la vida de las personas y de las sociedades es

innegable. La humanidad se ha dotado de innumerables oficios para obtener

alimento y comodidades, como también para asegurar su disfrute, para disponer

de seguridad, para hacer justicia, para entenderse y gobernarse, para superar

temores y encontrarle sentido a la vida. (p.14)

Ahora bien, el autor hace referencia a la importancia de un conflicto en el medio

social y el medio ambiente en el que vivimos, el cual constituye una preocupación

por la transformación que origina fuertes sentimientos en los seres humanos y en

muchas ocasiones no podemos regular.

Muchos de los aspectos que atañen la vida cotidiana en el aula y la escuela, pueden

generar diversos conflictos dado que no necesariamente se ajustan a las necesidades,

características culturales, sociales o expectativas de los niños, e incluso de los padres o adultos
responsables, por lo que el conflicto parte en primera instancia de una des acomodación interna

de los factores intrínsecos de cada individuo. Algunos de los elementos que generan conflicto en

el aula y que afectan la convivencia escolar, son (según Aguirre, 2005): el clima del aula,

contexto emocional e interrelaciones, motivación del alumnado y resistencia a las normas

institucionales.

La convivencia escolar, según Banz (2008) refiere a:

(…) contexto para el aprendizaje y al mismo tiempo conforma el texto de éste: las

habilidades que contribuye a formar. Estas se constituyen en habilidades

colectivas e individuales: las queremos para la conformación de la convivencia de

la institución educativa y como construcción individual de cada miembro de ésta,

el que a su vez, al ponerlas en práctica en el colectivo, enriquece a la comunidad.

(p.4)

Por ello, como parte de la convivencia el conflicto está siempre presente, pero corresponde a los

docentes, padres, niños y comunidad educativa en general reconocer la diferencia como un

fenómeno natural e inherente a la condición humana, por lo tanto aprender a vivir en la

diferencia y aceptar la diversidad, es parte para la mediación y aceptación del conflicto. El

manejo adecuado de estos principios impactará sobre la calidad de vida en el espacio educativo.
La mediación escolar, por tanto, implica que se logre reconocer las diferencias y se

establezcan patrones de convivencia entre los diversos actores del contexto del aula y la escuela.

Según Schvarstein (1999):

La metodología de la mediación se fundamenta en reconocer que las partes son

quienes más saben acerca de las causas de su disputa y de sus posibles

resoluciones. En base a ello, la técnica de la mediación es ampliamente

participativa, y el rol del mediador/a consiste básicamente en asistir a las partes en

el proceso de construcción de una solución mutuamente satisfactoria. Si bien

existen diferentes enfoques técnicos acerca de cómo brindar esta asistencia, el

común denominador de todos ellos consiste en la reformulación de los modos que

tienen los participantes de comunicarse entre sí. (p.5)

Es necesario entonces, apropiar a la vida escolar espacios y estrategias enfocadas al

reconocimiento de principios y valores como el respecto, la tolerancia, el respeto a la diferencia,

la sensibilidad y responsabilidad social y ambiental, partiendo del aula de la educación infantil

como escenario inicial de interacción y apropiación de normas sociales para la convivencia.

Los principios para la convivencia y formación de cultura ciudadana, según Chaux,

Lleras & Velásquez (2004) corresponden a: “Abarcar todas las competencias necesarias para la

acción; Brindar múltiples oportunidades para la práctica de las competencias; Integrar la

formación ciudadana de manera transversal en las áreas académicas; Involucrar a toda la

comunidad educativa; Evaluar el impacto”. (p.16) de esta forma avanzaremos en la


consolidación de una cultura para la convivencia y el respeto a la vida, como principios

fundamentales de una Cultura de la Paz.

Conclusiones

El objetivo del presente Artículo fue hacer un reconocimiento sobre las estrategias que

utilizan los docentes en las aulas de clase para abordar los conflictos entre niños y niñas que

asisten a los diferentes centros educativos, este trabajo aborda abordar una reflexión entre los

conflictos que se observan en las aulas de clase y las estrategias que se utilizan mediante la

resolución de los mismos.

Nosotras las estudiantes de pedagogía infantil consideramos que es normal estos conflictos se

den en los salones de clase por ser un lugar en donde conviven personas con diferentes

intereses y necesidades, de igual manera reconocemos que en sus salas de trabajo existen

diversos tipos de conflictos entre los niños y las niñas como el maltrato físico, verbal y el las

conductas agresivas. En relación del porqué ocurren los conflictos en el aula se hace una

atribución externa responsabilizando a los padres y al hogar de que esto ocurra indicando la

falta de normas, hábitos, y ausencia de disciplina como los causantes de los conflictos en las

aulas de clase obviando nuestro rol como educadoras entendemos que la resolución de

conflictos es una forma de abordar un tema específico de la mejor manera posible en donde se

utiliza como mediador unas estrategias que permiten involucrarse para que los niños y niñas

interactúen de manera que ellos mismos y en conjunto con las y los docentes lleguen a la

solución en miras de fortalecer la convivencia en el aula de clase. Ahora bien en cuanto al rol

que se cumple como educador dentro de la sala de clases cuando se manifiesta un conflicto
entre niños y niñas, se llega a la conclusión de que: el papel de mediadora exponiendo nuestro

rol, simplemente hacer una intervención para la colaboración de las dos partes, el que nos

escuchen, ayudar a que ellos mismos busquen una solución, y que los involucrados expongan

sus puntos de vista. Esto se basa en estar siempre pendientes de las reglas de la escuela y las

normas de clase.

Respecto al rol que cumplen los niños y las niñas cuando se enfrentan a un conflicto las

docentes manifestamos que los niños y las niñas nos acusan; y no logran solucionar sus

problemas solos, pero al no tener estas soluciones se dan cuenta en medio de todo lo mal que

están actuando frente a sus otros compañeros. Cuando el ataque es físico se dice que es por

conductas que vienen dentro de la educación que se profesa en el hogar, pero cuando nosotras

las docentes de pedagogía infantil que observamos y que estamos frente a estas situaciones

con niños y niñas más pequeños, podemos deducir que esto solo seria “ falta de respeto” entre

pares y es una situación que incomoda porque en esos instantes de furia cuesta resolver

cuando nos ponen en diferencia hacia el otro.

El manejo del conflicto en el aula es un tanto complicado, se dice que los involucrados deben

buscar soluciones y deducir porque la causa del conflicto; para esto es necesario hablarlo

porque se piensa que lo primero que hay que hacer es preguntar cómo se empieza el conflicto,

y de acuerdo a esto plantear las cosas que pasaron de otra manera para que ellos lo analicen y

se tome una decisión. las ventajas de los pequeños es que se calman muy rápidamente, y las

docentes mediante las diferentes actividades buscamos hacer participación de estos conflictos

a los demás integrantes del grupo para así generar buenos resultados en su convivencia en el

aula de clase.
Referencias

Aguirre, A. (2005). La mediación escolar: una estrategia para abordar el conflicto (Vol. 32).
Grao.

Arellano, N. (2007). La violencia escolar y la prevención del conflicto. Orbis: revista de


Ciencias Humanas, 3(7), 23-45.

Banz, C. (2008). Convivencia escolar. En Valoras, (1), 5 -8.

Chaux, E. (2012). Educación, Convivencia y Agresión Escolar. Ediciones Uniandes. Taurus,


Santillana.

Chaux, E., Lleras, J., Velásquez, A.M. (2004). Competencias ciudadanas: de los estándares al
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Gil-Verona, J. A., Pastor, J. F., De Paz, F., Barbosa, M., Macías, J. A.,y otros. (2002).
Psicobiología de las conductas agresivas. Anales de Psicología/Annals of Psychology, 18(2),
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Maturana, H.,Varela, F. J. (2009). El árbol del conocimiento: las bases biológicas del
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Mayer-Spiess, O. C. (1996). La asertividad: expresión de una sana autoestima. Desclée de


brouwer.

Olweus, D. (1998). Conductas de acoso y amenaza entre escolares. Madrid: Ediciones Morata.

Piaget, J., Petit, N. (1986). Seis estudios de psicología. Madrid: Editorial Barral.

Schvarstein, L. (1999). La mediación escolar en contexto. Mediación escolar: propuestas,


reflexiones y experiencias, 177-207.

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