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Café e identidad nacional en El Salvador

Chester Urbina Gaitán

Introducción blado y habitan el mundo.


Para este trabajo el libro de Fer-

D entro del campo de la historia


cultural de El Salvador la vin-
culación entre café e identidad nacio-
nando Ortiz Contrapunteo cubano del
tabaco y el azúcar es importante, ya
que aparte de abrir una brecha en
nal es un tema que no ha sido abor- la historia cultural latinoamericana
dado por los historiadores. Para Elba intenta comprender desde sus orí-
Durán el estudio de la alimentación genes el impacto que produjeron
es un factor determinante para la en la sociedad cubana el cultivo y la
comprensión integral de una cultu- explotación de estos dos productos
ra. A su vez, el desarrollo alimenta- desde la llegada de los españoles
rio está condicionado en la sociedad hasta 1940, año de la primera edi-
por factores económicos, religiosos,
políticos, sociales y biológicos. El
desarrollo de la cultura alimentaria
es importante en la historia del hom- . Elba Durán Vidaurri, “La identi-
dad nacional a través del fortalecimiento
bre, no solo por constituirse en una de la cultura alimentaria”, en Tercera
expresión acentuada de la vida cul- Reunión Regional sobre Asistencia Social
tural de cada pueblo, sino por con- Alimentaria, Villahermosa, Tabasco, 23 y
24 de mayo de 1985. Http://www.anuies.
tribuir al desarrollo biológico de los mx/servicios/p_anuies/publicaciones/rev-
distintos grupos étnicos que han po- sup/res054/txt9.htm.

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ción de la obra. Sobre la conversión pendio del café, tanto tostado como
del café en una bebida mundial el molido, para el consumo interno. El
historiador francés Fernand Braudel consumo del café en Costa Rica se
lo explica muy bien en su obra Bebi- inicia fundamentalmente en el espa-
das y excitantes. cio doméstico, contrario a lo que su-
Patricia Vega, en su libro Con sa- cede en los países europeos donde se
bor a tertulia: historia del consumo del ingiere primero en los lugares públi-
café en Costa Rica, 1840-1940, señala cos. En los hogares se convierte en la
que el surgimiento y difusión del bebida obligada en el desayuno, en
consumo del grano en ese país no la merienda de media mañana y en
fue homogéneo y simultáneo, sino la de media tarde. Aunque no llega
que es más bien resultado de un len- a desplazar a las bebidas alcohólicas,
to proceso, favorecido por la produc- siempre está presente en las fiestas
ción de grano en las distintas zonas, y ceremonias. Esta obra servirá de
la apertura de caminos y vías de ac- referencia para ver las similitudes y
ceso a regiones alejadas de la Meseta diferencias con el caso salvadoreño.
Central, la siembra del producto en En el año 2007 se publicó un li-
nuevos terrenos, la transmisión de la bro denominado Café de El Salvador,
costumbre, y al hecho de que las fon- el cual resalta la vinculación entre
das y restaurantes que se instalan a café e identidad nacional en el país,
lo largo de los caminos lo ofrecen con este contiene aspectos históricos,
asiduidad a los transeúntes. A fines pasando por la finca, la corta, el be-
del siglo xix la costumbre de tomar neficiado, la influencia del café en la
café se expande en todo el territorio sociedad y el arte, y su papel en la
costarricense, penetra en los espacios gastronomía nacional con recetas ela-
públicos y privados y se consolida boradas por algunos chefs locales.
como bebida obligatoria en casi toda
Costa Rica. Este hecho hace que cada
vez surjan más molinos y tostadoras
dedicadas en forma exclusiva al ex-

. Fernando Ortiz, Contrapunteo cuba- . Patricia Vega Jiménez, Con sabor a


no del tabaco y el azúcar, Cátedra, Madrid, tertulia: historia del consumo del café en Cos-
2002. ta Rica, 1840-1940, Editorial de la Univer-
. Fernand Braudel, Bebidas y excitan- sidad de Costa Rica, San José, 2004.
tes, Alianza, México D.F., 1994. . Café de El Salvador, Editorial Kalina,
San Salvador, 2007.

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Desarrollo del cultivo del café y comercializar sus cosechas. La so-
lución a estos retos dependía de las
Sobre el desarrollo del cultivo del condiciones locales y reflejaba los
café en El Salvador, Aldo Lauria lo patrones ya existentes de tenencia de
ha analizado durante las décadas la tierra y la mano de obra.
de 1850 a 1910. A un nivel general Para Héctor Lindo-Fuentes el
indica que dentro del patrón de ex- monocultivo del café fue probable-
pansión del occidente hacia el orien- mente la única opción para insertar-
te, hubo numerosas y trascendentes se a la economía mundial, pero esta
transformaciones internas. En el ex- generó desigualdad y subdesarrollo
tremo occidental, el café se extendió debido al desinterés de las elites de
desde el centro (Santa Ana) hacia los compartir los beneficios de esa eco-
municipios vecinos de Chalchuapa y nomía agroexportadora. Lo trágico
Coatepeque, y posteriormente hacia de esta escogencia se evidencia en los
algunos municipios de menor altura conflictos sociales que afectaron a la
(Izalco, Ahuachapán, Nahuizalco, sociedad salvadoreña en el siglo xx.
Salcoatitán, Armenia) y finalmente Geraldina Portillo compara el pro-
hacia los terrenos baldíos más exten- ceso de privatización de los ejidos y
sos al extremo occidental (Ahuacha- las tierras comunales en los departa-
pán). Al mismo tiempo, el cultivo se mentos de Santa Ana y La Libertad.
extendió desde Nueva San Salvador Analiza los registros de la propie-
hacia el oeste y el sur, formando un dad. Y concluye que ante las refor-
patrón expansivo distinto en los ce- mas los campesinos pobres tenían
rros bajos de la zona sureña de La las siguientes opciones: continuar
Libertad y el extremo oriental de como campesino pobre, vender su
Sonsonate. propiedad y proletarizarse o perder
A pesar de que su producción su propiedad por deuda. Los ejidata-
posee requisitos técnicos, el café es rios vendían en su mayoría a precios
compatible con una variedad de
formas de organizar la tierra y la . Aldo Lauria Santiago, “El café:
producción y polos de desarrollo”, en
producción. Esto explica la hetero- Oscar Martínez Peñate (coordinador), El
geneidad en la expansión cafetalera, Salvador. Historia General, Nuevo Enfoque,
tanto dentro como entre las regiones. San Salvador, 2002, pp. 313-336.
Como resultado, los productores de- . Héctor Lindo-Fuentes, La economía
de El Salvador en el siglo xix, Dirección de
bieron afrontar una diversa serie de
Publicaciones e Impresos, San Salvador,
retos para poder producir, procesar 2002.

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bajos. A un nivel general estos estu- sociales tejidas como las uniones
dios permiten señalar que el Estado matrimoniales entre los grupos que
salvadoreño ha sido un instrumento componen el poder económico y
utilizado por la elite dominante para los profesionales, así como las aso-
beneficiarse. Por lo que se convirtió ciaciones de fomento y los concejos
en un Estado patrimonialista. municipales integrados por miem-
La estructuración del poder po- bros de este grupo, constituyen los
lítico-económico en el oriente salva- elementos de formación de un poder
doreño estuvo basada principalmen- local sólidamente respaldado por el
te en la agricultura y la ganadería, poder y los intereses cafeteros ejer-
seguidas por el comercio y la mine- cidos desde la pequeña capital de la
ría. Dentro de la agricultura, el añil y microrregión cafetalera del distrito
la caña de azúcar desempeñaban un de Alegría en la Sierra Tecapa.10 A
papel importante y a medida que ter- continuación se pasará a examinar si
minaba la década de 1880 el café co- el café de verdad se convirtió en un
menzó a avanzar considerablemente símbolo de identidad nacional para
hasta aventajarlo en las dos primeras los salvadoreños.
décadas del siglo xx. La principal re-
gión cafetalera del oriente era la Sie-
rra Tecapa-Chinameca. Los primeros Café e identidad nacional
ensayos de cultivo del café en la Sie- salvadoreña
rra Tecapa datan de 1877 en Tecapa
y Jucuapa por las familias Araujo, Los Estados en todos los países han
González y Sandoval; mientras que creado platos y bebidas que los ca-
Dolores Paniagua y Sifonsio Quinta- racterizan, los cuales se postulan
nilla son algunos que lo hicieron en como uno de los referentes identita-
Chinameca. rios de las diferentes comunidades
Según Óscar Campos las redes imaginadas.11 Sobre la construcción

. Geraldina Portillo, La tenencia de la 10. Para una mayor información véa-


tierra en El Salvador. La Libertad: 1897-1901; se Óscar Antonio Campos Lara, Cafetaleros
Santa Ana: 1882, 1884, 1987-1898, Instituto de Santiago de Maria: La formación de un
de Estudios Históricos, Antropológicos y poder microrregional en la Sierra Tecapa de
Arqueológicos, San Salvador, 2006. Usulután, 1874-1917, Universidad Tecno-
. Óscar Campos Lara, Estado, econo- lógica de El Salvador. Trabajo de Gradua-
mía y redes de poder en el oriente salvadoreño ción para optar al grado de Licenciado en
1876-1915, Universidad Tecnológica de El Historia, marzo de 2007.
Salvador, San Salvador, 2006, pp. 20-21. 11. Benedict Anderson, Comunidades

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de los Estados-nación, Eric Hobs- República Federal de Centroamérica
bawm señala que en este proceso los y la crisis a nivel mundial del añil
Estados se sirven de instrumentos incidieron en la falta de vinculación
—tales como la ciudadanía, educa- fuerte y estable a la economía mun-
ción, ejército, etc.— para transmitir dial y a la incipiente cultura de ma-
su idea de nación hacia el resto de sas. La exigua centralización y mo-
sectores sociales.12 dernización del Estado, el desinterés
A mediados del siglo xix el café de la clase dominante en la formula-
ya era servido en casas, tiendas y ho- ción de un proyecto de morigeración
teles de San Salvador. Hacia media- de las costumbres y de transmisión
dos de julio de 1859 en la casa de los de una identidad nacional a través
señores San Martín, número 26, calle de las diversiones y entretenimien-
de la independencia, y bajo la direc- tos —salvo en las fiestas del Salva-
ción de don Baudilio Alió, se vendía dor del Mundo— y la ausencia de
café.13 A finales de ese mismo año se locales adecuados no permitieron
conoce que a partir del 1 de enero que los habitantes de San Salvador
de 1860 don Lisandro Melara abri- durante el período 1847-1875 expe-
ría un hotel en la casa de San Martín rimentaran un proceso de cambio
(plazuela de Santo Domingo). Se les en sus costumbres y forma de rela-
ofrecían a los clientes buena comida, cionamiento habitual de una manera
vinos de toda clase, café y una asis- radical. Será con las reformas libe-
tencia esmerada.14 rales y la promoción del cultivo del
En otra publicación he señalado café que tal situación comenzará a
que para esta época la quiebra del cambiar paulatinamente.15
Estado salvadoreño por su partici- La falta de un proyecto de nación
pación en las guerras de la extinta durante estos años radica en que la
dependencia en centros de poder
locales y fragmentados impidió for-
imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la
difusión del nacionalismo, Fondo de Cultura mular una concepción de nación a
Económica, Buenos Aires, 2000. quienes ostentaron el poder nacional
12. Eric Hobsbawm, Naciones y durante buena parte del siglo xix.
nacionalismo desde 1780, Editorial Crítica,
Barcelona, 1991.
15. Chester Urbina Gaitán, “Entrete-
13. Gaceta Oficial, tomo 8, nro. 21, 16 nimiento y control social: San Salvador
de Julio, 1859, p. 8. 1847-1875”, http://www.efdeportes.com,
14. Ibíd., tomo 8, nro. 52, 14 de di- año 13, nro. 120, mayo, Buenos Aires,
ciembre, 1859, p. 8. 2008.

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Para Aldo Lauria-Santiago, muchas no se realizó, en parte porque áreas
de las luchas políticas «nacionales» cruciales como la educación nunca
giraban en torno a otros asuntos: la se atendieron debidamente, pero
unidad de Centroamérica, el libera- también porque quienes tenían la ca-
lismo, las afiliaciones comunitarias o pacidad de decidir no se tomaron la
étnicas y la competencia entre regio- tarea en serio. Además, los indígenas
nes.16 Rara vez apelaban a una ideo- no se mostraban dispuestos a acep-
logía que no fuera la lealtad a una tar una modernidad que en nada los
entidad común que regía la patria. beneficiaba. Sin embargo, fue más
Según se nota, si entre la clase determinante el hecho de que los go-
dominante existía una falta de arti- bernantes liberales no tenían plena
culación de un sentido de identidad claridad de lo que buscaban. Ellos
y pertenencia nacional, es de esperar intentaban construir la nación salva-
que estos fueran más exiguos entre doreña por necesidad y porque no
los sectores subordinados.17 Empero, había mejores alternativas, esto de-
el proyecto estatal de fines del siglo bido a que la reunificación de Cen-
xix de articular y promover la idea de troamérica tardaba en llegar y había
nación desde sus inicios estuvo lleno que afianzarse en lo local, pero sin
de dificultades. López apunta que perder la esperanza de poder cons-
el entusiasmo inicial, en parte justi- truir algo mejor.18
ficado por el rápido desarrollo de la
caficultura, el fortalecimiento estatal
y la construcción de la infraestruc-
tura nacional básica, decayó cuando
se tuvo conciencia de lo difícil que
era incorporar a toda la población a
la era de progreso y modernización.
La «civilización de los indios»
Sello postal alusivo al café

16. Aldo Lauria-Santiago, Una repú-


blica agraria: los campesinos en la economía A principios del siglo xx el Li-
y la política de El Salvador en el siglo xix,
Dirección de Publicaciones e Impresos, 18. Carlos Gregorio López Bernal,
San Salvador, 2003, pp. 171-209. Tradiciones inventadas y discursos nacionalis-
17. Miroslaw Hroch, “From national tas: el imaginario nacional de la época liberal
movement to the fully-formed nation”, en El Salvador,1876-1932, Editorial e Im-
New Left Review, nro. 198, 1993. prenta Universitaria, San Salvador, 2007.

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bro Azul de El Salvador ponía al café modernización de la medicina y de
como el producto de vinculación las instituciones carcelarias y psi-
económica del país al mercado mun- quiátricas, la utilización del ejército
dial y como elemento central del en la alfabetización de los campesi-
desarrollo y de la modernización.19 nos que llegaban a prestar su servi-
Empero, la construcción de un pro- cio militar y la promoción de valores
yecto de nación con raíces propias y contenidos nacionalistas a través
surge durante la dictadura de Maxi- de la radio tuvieron como objetivo
miliano Hernández Martínez (1931- la promoción de un nacionalismo
1944). Este régimen político permitió oficial y el surgimiento de subjetivi-
la centralización del poder en El Sal- dades ligadas a la práctica del saber-
vador y el establecimiento de cier- poder.
to tipo de control social, asentado Las políticas anteriores no tuvie-
principalmente en San Salvador y el ron un verdadero alcance nacional
mundo cafetalero del occidente del debido a la época de crisis por la
país. La transmisión de contenidos cual transitó el «martinato» y a que
moralistas y cívicos permite señalar el régimen se asentó sobre el mante-
el interés ideológico de este tipo de nimiento del orden político y econó-
régimen político en trastocar las pau- mico haciendo uso del Ejército y de
tas tradicionales de relacionamiento la Guardia Nacional, es decir de la
e identificación cultural, y su encau- represión, lo cual se evidencia en el
zamiento en un tipo de «convivencia apoyo económico a estas dependen-
estatal». cias estatales. Sin embargo, el ejer-
El tipo de «sociedad disciplina- cicio de esta coerción directa sobre
ria» surgida en estos años giró alre- la población no impide el reconoci-
dedor de la transmisión de valores miento del impulso por parte del Es-
burgueses, el mantenimiento de una tado salvadoreño de una política cul-
economía capitalista y una jerarquía tural que refirió aquellos elementos
de clase, reactivos culturales que ter- de una denominada cultura nacional
minarían fortaleciendo su posición a su ejercicio paternal y pastoral del
fuertemente anticomunista. poder; finalmente, la mejor manera
Empero, la identificación, cierta de imponer por otros medios la fé-
rrea jerarquía social que permitirá
sostener sus bases fundacionales asi-
19. L.A. Ward (compilador y editor),
Libro Azul de El Salvador, Imprenta Nacio-
nal, San Salvador, 1916.

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das a la experiencia liberal.20 de la Oficina Panamericana del Café
Para Patricia Alvarenga después titulado “Realidades y fantasías so-
de los hechos de 1932 el gobierno bre el café”, el texto menciona prejui-
central luego de castigar a sus «hijos cios ante el consumo del café, como
desobedientes» decidió redimirlos los de que produce sueño, insomnio
ofreciéndoles protección e incluso y su efecto negativo en la digestión,
educación.21 La promoción del café y los descalifica con argumentos
en bebida nacional de los salvado- científicos.24
reños se evidencia en la revista: El En 1947 un artículo editorial de
café de El Salvador, órgano de la Aso- la revista en mención señala que el
ciación Cafetalera de El Salvador. A consumo nacional de café puro era
principios de 1936 esta publicación un privilegio de unos pocos, la ma-
daba a conocer el artículo de Fernan- yoría de los nacionales consumían
do Pafau Filho “El café como alimen- un tipo de café hecho a base de maíz,
to”, donde se enseñan los modos de maicillo y otros granos.25 Cinco años
prepararlo.22 Dos años después saca después la Asociación Cafetalera lu-
a la luz otros tipos de procedimien- chaba por controlar a las tostadoras y
tos para preparar el café.23 En 1939 la los expendios de café que vendían el
revista en mención publica un folleto grano adulterado.26 En 1956 se inau-
guró la fábrica de café soluble, este
se vendía en frascos de dos onzas y
20. Chester Urbina Gaitán, “Estado,
instituciones y control social en El Salva- próximamente en la presentación de
dor (1931-1944)”, en Segundo Encuentro bolsas individuales para una taza. Se
de Historia de El Salvador, 16 al 20 de ofrecía dos calidades de café, según
julio de 2007. Universidad de El Salvador,
el gusto, el ralo y otro más fuerte.27 A
http://ues.edu.sv/encuentrohistoria/me-
moria.htm. partir de 1959 la revista El café de El
21. Patricia Alvarenga, “Los indíge- Salvador trataba de promover el con-
nas y el Estado. Alianzas y estrategias po- sumo del café a nivel nacional, pues
líticas en la construcción del poder local
en El Salvador, 1920-1944E. En Darío E.
Euraque; Jeffrey Gould y Charles R. Hale, 24. Ibíd., vol. ix, nro. 99, marzo, 1939,
Memorias del mestizaje. Cultura política en pp. 122-127.
Centroamérica de 1920 al presente, cirma, 25. Ibíd., nro. 195, julio, 1947, pp.
2004, Guatemala, pp. 376-377. 545-546.
22. El café de El Salvador, vol. vi, nro. 26. Ibíd., nro. 252-253, noviembre-di-
62, febrero, 1936, pp. 119-125. ciembre, 1952, pp. 711-712.
23. Ibíd., vol. viii, nro. 88, abril, 1938, 27. Ibíd., nro. 292-293, marzo-abril,
pp.185-186. 1956, p. 133.

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parecía que el mercado nacional se ingrediente.
derrumbaba.28 Según se ve, la utilización del
café como bebida nacional de los sal-
vadoreños se circunscribe al interés
de crear un sentimiento de unidad
nacional luego de los hechos de 1932.
Grignon señala que el consumo de
comida y bebida sirve para generar
solidaridad entre las personas, ya
que la comensalidad permite que los
límites del grupo se reconfiguren,
como así también que se restauren
Sello postal referente a la reina del café las jerarquías internas o, inclusive,
se redefinan.31
Luego aparece una publicación
sobre “Recetas en las cuales se em-
plea café como base”.29 Un hecho
destacado es que en 1943 se elige a la
primera reina del café, recayendo tal
honor en Nena Meléndez Manzini.
Su fiesta de coronación fue en el Ca-
sino Juvenil, unos de los principales
centros de recreación de la burgue-
sía cafetalera, ya que ella estaba em-
parentada con la dinastía de presi- Sello postal que celebra el
dentes de los Meléndez-Quiñónez.30 centenario de creación del departamento
A partir de 1945 en la portada de de Santa Ana
esta revista aparecen las reinas del
café de cada año y recetarios con co- Con respecto a la promoción del
midas que se incluyen el café como café como símbolo nacional se sabe
que en 1956 se autoriza el pago de
28. Ibíd., nro. 332-333, julio-agosto, 2506.25 colones a la Compañía Sal-
1959, pp. 425-426.
29. Ibíd., vol. x, nro. 115, Julio, 1940, 31. Claude Grignon, “Commensali-
pp. 514-515. ty and Social Morphology: An Essay of
30. Ibíd., vol. xiii, nro. 155, noviem- Typology”, en Peter Scholliers, Food, drink
bre, 1943, pp. 188-189. and identity, Berg, Oxford, 2001, pp. 23-35.

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vadoreña de Café S. A. como aporte
del Gobierno de El Salvador para cu-
brir la impresión de veintidós copias
—en varios idiomas— de la película
sobre propaganda al café salvadore-
ño. La película fue filmada por Cine
Revista Salvadoreña.32
Posterior a esta disposición se Escudo del departamento de Usulután
conoce que los departamentos de
Ahuachapán, Santa Ana y Usulután Una vez se ha llegado a este pun-
emplearon en el diseño de sus escu- to es necesario plantear la siguiente
dos el café, lo que se muestra a con- interrogante: ¿El café es parte de la
tinuación. identidad nacional de los salvadore-
ños? Según Carlos Lara la diversidad
sociocultural de El Salvador  puede
observarse en su diversidad  identi-
taria. En El Salvador coexisten diver-
sos tipos de identidad, algunos de
ellos se complementan,  pero otros
compiten entre sí, como es el caso de
la identidad nacional. A partir de los
Escudo del departamento de años setenta, y sobre todo en la dé-
Ahuachapán cada de los ochenta El Salvador ex-
perimenta los trastornos de la guerra
civil, que ponen en crisis el sistema
político de este país. Se desarticulan
las estructuras sociales y los sistemas
de normas y valores de gran número
de poblados, lo que favorece la mi-
gración interna y externa —princi-
Escudo del departamento de palmente hacia Estados Unidos— de
Santa Ana grandes contingentes de personas.
La identidad nacional, en este senti-
do, se define en virtud de las relacio-
32. Diario Oficial, tomo 173, nro. 232,
nes de oposición y conflicto al menos
29 de Noviembre, 1956, p. 9633.
con tres identidades socioculturales

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diferentes: las oposiciones salvado- en buena parte del siglo xx.34
reño/angloamericano, salvadoreño/ El poeta Roque Dalton, con su vi-
mexicano y salvadoreño/centroame- sión antioficial y confrontativa de la
ricano. Es por esto que la identidad historia de El Salvador, no permitirá
nacional salvadoreña constituye una que el café se convierta plenamente
identidad de tipo conflictiva.33 en símbolo nacional, ya que para él la
En esta misma línea vale la pena burguesía salvadoreña nace en parte
señalar que el anticomunismo creado a raíz del monocultivo del café.35
por Hernández Martínez a partir de
la matanza de 1932 no se pierde. Los
hechos de ese año pasan a ser pre- Conclusión
sentados como una lección para la
población en general de que podían El café en El Salvador —a diferencia
ser manipulados y esto los llevaría a del caso costarricense— no se de-
otra posible matanza. En la segunda sarrolló plenamente como símbolo
mitad de los años sesenta, momen- de la identidad nacional debido a
tos en los que estaba por elegirse a la poca promoción del Estado. Este
nuevos gobernantes, el discurso an- nunca formuló un proyecto integral
ticomunista aparece como un arma y hegemónico de nación. Esto llevo
que promueve la legitimidad de los a la coexistencia de diversos tipos
gobiernos militares y ataca a la opo- de identidad, algunos de ellos se
sición con campañas muy sucias que complementan,  pero otros compiten
difamaban la oposición entonces le- entre sí, y le disputan la hegemonía a
gal. El discurso anticomunista ema- la identidad nacional, como las iden-
nado por los diferentes gobiernos y tidades de barrio, de región, de edad
los sectores de derecha ofrecen una o de género. A esto hay que agregar-
oportunidad de analizar desde una le la formulación de un discurso an-
nueva perspectiva a la sociedad sal- ticomunista por parte del Estado, la
vadoreña y la constante violencia
aplicada por los gobiernos militares 34. José Alfredo Ramírez Fuentes,
“El Anticomunismo en El Salvador. Las
acciones del Estado y los sectores de la
33. Carlos Benjamín Lara Martínez, derecha salvadoreña como factores de la
“Las identidades socioculturales de los guerra civil de los años 80”, en http://ues.
salvadoreños”, en Anuario de Investiga- edu.sv/encuentrohistoria/memoria.htm.
ciones 2, Universidad Dr. José Matías 35. Roque Dalton, Las historias pro-
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51
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un discurso histórico recalcitrante y nadas. Reflexiones sobre el origen y la difu-
contestatario que rechaza cualquier sión del nacionalismo, Fondo de Cultura
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