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Por qué el nuestro es un estado comunista

Aunque muchos, gracias al sistema deseducativo y el adoctrinamiento masivo de los medios, lo


ignoren; el estado liberal y el estado comunista son en esencia la misma cosa.

Vanos son los intentos de separar las manifestaciones del estado liberal de las del estado
comunista, pues sus diferencias no son substanciales sino accidentales. El no saber distinguir el
tenor de sus diferencias y sus semejanzas conduce a creer que son cosas cualitativamente
distintas, cuando en realidad es una cuestión de grado.

Todo comienza1 con el ideario liberal impuesto por la fuerza, como toda revolución liberal, en
Francia en 1789. Quizás antes, si bien se mira, en la revolución e Independencia de los Estados
Unidos (1776).

El sustento teórico del mismo consiste en hacer de la voluntad humana el criterio supremo de
la ley, que ya no se sujetaría a ningún orden que escape a la misma, y ni siquiera a la razón, sino al
puro arbitrio. Esto está expresado en la Declaración de los derechos del hombre y el Ciudadano de
la Asamblea revolucionaria de 1789:

Artículo 3º - El principio de toda soberanía reside esencialmente en la nación. Ningún organismo ni individuo
puede ejercer una autoridad que no emane expresamente de ella.

Artículo 4º - La libertad consiste en poder hacer todo aquello que no perjudique a los demás. Así pues, el
ejercicio de los derechos naturales de cada hombre no tiene otra limitación que aquella que garantice el ejercicio de
iguales derechos al resto de los miembros de la sociedad. Sólo la ley puede establecer estas limitaciones. […]

Artículo 6º - La ley es la expresión de la voluntad general. Todos los ciudadanos tienen derecho a participar en su
elaboración, personalmente o por medio de sus representantes. La ley debe ser igual para todos, tanto para proteger
como para castigar. Puesto que todos los ciudadanos son iguales ante la ley, cada cual puede aspirar a todas las
dignidades, puestos y cargos públicos, según su capacidad y sin más distinción que la de sus virtudes y talentos.

Queda claro entonces que la base del sistema democrático de la república moderna consiste en
el gobierno de la voluntad de los representantes, voluntad ésta que no está limitada sino por otras

1
Sus raíces evidentemente se remontan a los albores de la modernidad (incluso antes), cuando el
protestantismo calvinista, que destruyó el libre albedrío, sostuvo que en el estado, el que asumía la voluntad
del representado es el representante “En primer lugar, al considerar la repercusión política debida a Calvino,
observamos que éste concibió un esquema de gobierno propio. Las unidades de ese esquema, las iglesias
consideradas por separado, elegían sus jefes entre aquellos que eran competentes para actuar en asambleas
Y decidir respecto a la disciplina de la Iglesia y a las reglas de la fe. Pero los jefes, o ministros, una vez
elegidos, tenían autoridad sobre sus electores. Aquí descansa todo el principio del parlamentarismo, una
parodia o falsa imagen de la democracia: un truco para hacer creer a los hombres que se gobiernan a sí
mismos, una falacia en la cual es fácil caer, falacia esta que considera lo representativo como identificado
con lo representado. Todos sabemos a qué atmósfera de falsedad política este error garrafal ha conducido a
las naciones del siglo XIX. Hoy en día sabemos aun mejor por qué y cómo se ha desmoronado la cosa. Esto en
lo referente a la creación política de Calvino: entraremos a considerar ahora su efecto social”. Hillaire Belloc
en “Crisis de Nuestra Civilización”, Cap. III La Reforma y sus consecuencias inmediatas). Es un tema mucho
más profundo que tiene que ver con la libertad y la responsabilidad del ser humano y de la condición del
mismo respecto de la ley. Pero da para otro artículo
instituciones del mismo tenor, o leyes emanadas de la misma fuente. Acá los representados
quedan relegados a la categoría de los que deben someterse a la voluntad de los representantes,
como si fuera la suya propia, sin ninguna otra participación que la electoral. Participación ésta que
no puede castigar de ningún modo directo cualquier mentira o falta de cumplimiento de
eventuales promesas que los futuros representantes hicieren, lo cual transforma a la mentira y el
ocultamiento de los actos posteriores de gobierno en parte normal del desarrollo de esta farsa
llamada sistema electoral… sin contar otros factores como lo de la manipulación de las masas o
fenómenos psicológicos respecto de las mismas. Recordemos y aclaremos que nunca se gobierna
sino a través de los representantes. Todos los estados modernos son representativos, no hay
democracias directas, las cuales tampoco serían eficientes, pues el gobierno de los muchos nunca
es el gobierno de la virtud, como se dio cuenta Aristóteles: la virtud nunca está en muchos.

El estado, por lo tanto queda erigido así como el absoluto, el rector de todos los aspectos que
se refieren al ser humano, puesto que no hay orden por encima de él, y quienes ejercen el poder
son los mismos que constituyen las instituciones estatales. Todo derecho queda supeditado a la
voluntad del representante hecha ley y al estado como absoluto omnipotente contra el cual no
hay recurso salvo las mismas instituciones que lo componen. No hace falta una inteligencia fuera
de lo normal para entender que el individuo no posee ningún derecho por fuera de los que el
estado le otorga, y que en cualquier momento puede quitarle. Basten como ejemplo otros
artículos de la misma declaración revolucionaria francesa:

Artículo 7º - Nadie puede ser acusado, detenido ni encarcelado fuera de los casos determinados por la ley y de
acuerdo a las formas por ella prescritas. Serán castigados quienes soliciten, ejecuten o hagan ejecutar órdenes
arbitrarias. Todo ciudadano convocado o requerido en virtud de la ley debe obedecer al instante; de no hacerlo, sería
culpable de resistir a la ley.

Artículo 8º - La ley no debe establecer más penas que las estricta y evidentemente necesarias, y nadie puede ser
castigado si no es en virtud de una ley establecida y promulgada con anterioridad al delito, y aplicada legalmente. […]

Artículo 10º - Nadie debe ser perseguido por sus opiniones, incluso religiosas, en la medida en que sus
manifestaciones no alteren el orden público establecido por la ley.

Artículo 11º - La libre comunicación de pensamientos y opiniones es uno de los derechos más valiosos del
hombre. Por consiguiente, todo ciudadano puede hablar, escribir e imprimir libremente, haciéndose responsable de
los abusos de esa libertad en los casos previstos por la ley.

Artículo 12º - Para garantizar los derechos del hombre y del ciudadano es necesaria la fuerza pública. […]

Artículo 14º - Los ciudadanos tienen derecho a verificar por sí mismos o a través de sus representantes la
necesidad de la contribución pública, de consentirla libremente, de controlar su empleo y determinar las cuotas, la base
tributaria, la recaudación y la duración de dicha contribución. […]

Artículo 17º - La propiedad es un derecho inviolable y sagrado del que nadie puede ser privado, excepto si la
necesidad pública, legalmente establecida, lo exige claramente y con la condición de una justa y previa
indemnización.
Todo derecho enunciado es condicional, pues es ejercido por el estado y regulado por la
voluntad de los representantes. Acá no hay persona ni familia (como en la antigua Roma) que esté
primero o por encima de la ley estatal; así que propiedad, opinión, libertad, etc. son atributos que
el estado me concede, me presta, pero que en última instancia dependen de la voluntad de los
representantes que ejercen el poder. Así que no son derechos del hombre sino del estado que
hace las veces de quien asume la voluntad del representado.

No hace falta discurrir mucho para ver que el estado comunista tal como se dio en la historia
desde el establecimiento de la Unión Soviética cumple con todos los requisitos del estado
moderno y democrático. Con lo cual el mote con el que se bautizaba a los países que caían en la
barbarie internacionalista y extranjera del comunismo (Los Bronstein, los Apfelbaum, los
Ulianovich, los Djugadsvili, los Luxemburgo… con el oro de los Schiff, los Warburg, los Rothschild,
etc.2) son más que elocuentes y veraces: República Democrática Alemana, República Popular
China, República Democrática del Congo, etc. no mienten. Que la asumpción de los derechos
hecha por el estado comunista en Rusia, Yugoslavia, Rumania, Cuba, Polonia, etc. haya sido más
directa y evidente no lesiona el principio al que obedece, y que es el mismo que el del estado
liberal.

De aquí la significación que adquiere el hecho de dividir dialécticamente las fuerzas políticas en
izquierda y derecha. “Izquierda” vendría a ser modo radical y “derecha” modo atemperado de los
mismos principios. Así que el estado liberal no es la solución al estado comunista, como creyeron
ingenuamente en el siglo XX, sino una versión edulcorada, imperfecta de la misma. Podríamos
decir, eso sí, que el estado comunista que asume directa y evidentemente el poder que tiene
sobre la persona, es el estado democrático perfecto, según los principios políticos vigentes luego
de la Revolución Francesa.

Vamos a ver ejemplos de lo dicho en aspectos importantes que atañen a nuestra realidad, para
que nos demos cuenta del poder del que dispone el estado. Aquí se concuerda con lo que una vez
le escuché decir al Padre Leonardo Castellani, en una grabación de sus sermones: todo estado
moderno es totalitario, porque dispone de un poder sobre el hombre que no sólo va en aumento
sino del que jamás ha dispuesto en la historia.

Ejemplo 1: La Propiedad

Decir que el estado liberal respeta la propiedad privada es una mentira. Sólo la permite, nada
más, en tanto y en cuanto se respete el orden legal que el mismo estado impone. El estado es el
propietario en última instancia. Pues no sólo cobra impuestos los cuales de ser impagos hacen
perder la propiedad al “propietario”, sino que puede inventar e imponer con fuerza de ley
cualquier impuesto que se le ocurra a la voluntad de los representantes, e incluso expropiar
legalmente, con condiciones impuestas unilateralmente por el mismo estado, siempre
dependiente del maldito sistema representativo.

2
Ver “Wall Street y los Bolcheviques” de Anthony Sutton
Acá recuerdo lo relatado en las memorias del abuelo de mi señora esposa, que soportó el
advenimiento comunista yugoslavo en Croacia. Cuando comenzó a gobernar el “pueblo” (es decir,
el estado que lo representa), se le dijo que la propiedad rural en la que vivía pasaba a ser del
estado, pero la podía conservar, en tanto y en cuanto pagara el canon establecido por el gobierno.
Aquí es donde me pregunté ¿y acá en nuestro sistema Representativo, Republicano y Federal no
es lo mismo pero dicho de otro modo? Si no pago los impuestos a la propiedad ésta pasa a
disposición del estado. Así que de un modo o de otro el propietario real y último es el estado, nada
más que en un caso me dice “tú eres el propietario, pero págame los impuestos legalmente
establecidos, sino la pierdes”, y en el otro me dice “yo soy el propietario, así que puedes disponer
de ella en tanto y en cuanto respetes mis condiciones” ¿hay que ser muy inteligente para no darse
cuenta de que es lo mismo en esencia? ¿o hemos perdido la capacidad de abstraer?.

Para el amante del orden moderno que objete que siempre fue así, por favor desprecie el
miserable cuatrimestre que le dan de derecho romano en la fumacultad de derecho y estudie en
profundidad la intangibilidad del patrimonio familiar en la antigua Roma y en el sistema legal
posterior, y su disolución en la modernidad. Va a aprender mucho de filosofía de la historia.

Ejemplo 2: La patria potestad

Acá llegamos a un enunciado que suena mal e incómodo a los oídos liberales: la patria
potestad, es decir, el poder del padre sobre el hijo, es ejercida en última instancia por el estado.
Así que el papá verdadero es el estado, que presta sus hijos a los padres legales, los cuales pueden
perderla por cuestiones como las enunciadas en estas noticias:

https://tiempo26.com/cecilia-ampuero/# (Padres de familia perderán la patria potestad de sus


hijos, si no los envían al colegio por el nuevo currículo)

http://laley.pe/not/2455/padre-que-cometa-delito-grave-perdera-la-patria-potestad/ (Padre
que cometa delito grave perderá la patria potestad)

https://www.lasexta.com/noticias/sociedad/italia-obliga-ley-padres-vacunar-sus-hijos-frente-
sanciones-como-multas-perdida-patria-potestad_2017052559270b500cf205e8f6ff51e4.html
(Italia obliga por ley a los padres a vacunar a sus hijos frente a sanciones como multas y pérdida de
la patria potestad)

Quien puede perder arbitrariamente la patria potestad no la posee, cualquier ley emanada del
sistema representativo puede hacerle perder al padre la potestad sobre su hijo. Además el estado
obliga al adoctrinamiento masivo de los hijos desde los 3 ó 4 años en adelante a través de un
sistema educativo cuyos contenidos el mismo estado elabora de manera monopólica. Contra esto
los padres no tienen recurso alguno.

Sobre esto, respuesta a dos posibles objeciones:


- Esto pasa en Italia y Perú, no en todos los estados: estos estados están edificados sobre los
mismos principios legales que todos los demás, así que no hay obstáculo alguno a que se
haga lo mismo en los demás (de hecho se hace lo mismo)
- Las leyes vigentes garantizan tal y cual derecho a los padres y a las personas: Sí, pero
pueden mañana desaparecer y ser cambiados por otra ley que los supriman. Acá no hay
fueros ni intangibilidad alguna de modo que ninguna ley la pueda tocar, como sucedió en
otras épocas menos tiránicas de la historia

Así que los que crean que disponen de alguna autoridad sobre sus hijos garantizada por algún
principio anterior a las leyes del estado están equivocados, pues no hay nada anterior al mismo, ni
Dios, ni persona, ni familia.

Ejemplo 3: La libertad de expresión

No haría falta describir este ejemplo, pero dado que reina aún la ingenuidad (todavía hay gente
que le atribuye a Bin Laden la demolición de las torres gemelas), es decir siguen creyendo en los
reyes magos de la libertad de opinión, valga este último apartado para aclararlo.

La libertad de expresión y opinión está limitada por las leyes, es decir por el estado, es decir,
por la voluntad de los representantes. Por lo tanto no existe en la persona sino en las condiciones
que establece la ley. Vamos a ver cómo se puede coartar arbitrariamente:

https://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-50431-2005-04-30.html (“Severas sanciones”


a Talleres por los hinchas con banderas nazis)

http://www.minutodecierre.com/nota/2017-4-4-vidal-esta-a-punto-de-promulgar-una-ley-
que-impondra-hablar-de-30-000-desaparecidos (Vidal promulgará una ley que impondrá referirse
a 30.000 desaparecidos)

(Dos aclaraciones para los catalogadores apurados del barrio de Flores. No defiendo al estado
nacionalsocialista ni a su doctrina. No por pusilanimidad, ni por ser políticamente correcto;
contradiría las razones enunciadas en este artículo. Los principios del estado nacional-socialista
son los mismos del estado liberal. Tampoco defiendo a una dictadura basada en los mismos
principios que por recomendación de Abraham Ben Eleazar (aa. Henry Kissinger) recurrió a la
clandestinidad dándole de comer a la dialéctica marxista desde hace más de 40 años ¿quedó
claro? No adscribo a ningún sistema político emanado del hombre-dios separado del orden natural
que hace y deshace la ley a su antojo).

Pero al mismo tiempo que se reprimen estas dos manifestaciones, se toleran impunemente
estas publicaciones:

https://listado.mercadolibre.com.ar/remera-partido-comunista

https://ugc.kn3.net/i/origin/http://frecuenciax.files.wordpress.com/2008/07/indio1.jpg (El
Indio Solari con una remera con el logo de la Unión Soviética)
Sin contar el hecho de que nos hacían leer en la facultad libros de Lenin, de Rosa Luxemburgo,
Mao Tse Tung, etc. Los comunistas borraron de la tierra a decenas de millones de personas desde
finales del siglo XIX a la actualidad, a tal punto que el nazismo queda reducido a un juego de niños.
Y no sólo eso, sino que está vigente y se enseña impunemente en todas las universidades del
mundo.

¿Hace falta aclarar la arbitrariedad a la que el estado recurre selectivamente cuando castiga?
Yo como ciudadano no puedo interpretar la ley que me castiga en una “expresión de odio” menor
y no me castiga en una “expresión de odio” mucho mayor. A llorar a la gruta.

En conclusión, a los amantes del orden institucional liberal que quieren atacar con el código
civil o la constitución las leyes aberrantes que el estado actual promulga, hay que decirles:
bienvenidos al totalitarismo desde hace casi 250 años. Somos esclavos en uno y otro sistema, pues
es el mismo en sus principios básicos. Pues al mismo tiempo que el hombre divinizó su voluntad
hecha ley, se hizo esclavo como nunca antes de aquella bestia de siete cabezas y diez cuernos que
es el estado totalitario y fabricante de seres serviles, engendrado en aquella época en que
decidieron dar muerte a Dios, a su Orden y a su creación suprema: el libre albedrío.

Etelio Sormani

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