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LA GOLONDRINA Y EL VIENTO FRIO DEL NORTE

Cuenta la leyenda que hace muchos años llegó una noche a un pueblecito una bandada de
golondrinas emigrando hacia el sur, huyendo del Viento Frío del norte que las perseguía
para matarlas. Al amanecer, una de ellas se fue a pasear por el poblado 'y no se dio
cuenta de que la bandada había levantado el vuelo y la había dejado sola. Llena de susto
se puso a revolotear de techo en techo hasta que llegó la noche. Y al anochecer zumbó
terrible el viento helado del norte y gritó a la golondrina: "Esta noche te mataré de frío",
pero 'ella se supo esconder y el viento helado no la pudo matar. Al d la siguiente mientras
jugaba con las hojas secas• de los caminos, el viento dijo a la golondrina: "Dónde te
escondiste anoche que no te pude encontrar?" —Y ella le respondió: "Un manso buey me
permitió dormir frente a su cara y el aire caliente de sus narices impidió que me helara"—
Pues bien, bramó airado el viento: "Esta noche mataré al buey y tú también perecerás". —
Pero al día siguiente mientras el huracán se divertía arrancando tejas de los techos, saludó
a la golondrina: "¿A dónde fuiste anoche que no te encontré? Arranqué el techo del
establo, hice que el buey se muriera de frío, pero a ti no te encontré". —PI, respondió la
golondrina— un par de viejitos .me permitieron dormir junto a las piedras de su fogón y allí
me libre' de tus corrientes heladas. —Pues esta noche morirán los dos viejitos y morirás tú
también, bramó furibundo el huracán. Y aquella noche el vendaval fue más espantoso que
los demás días. El fogón de los dos ancianos se apagó, las puertas de su ranchito volaron
hechas pedazos por la fuerza del ventarrón, pero la golondrina no estaba por ahí. Al día
siguiente mientras silbaba por entre los árboles retorcidos, el Viento Frío del Norte se
encontró con la golondrina y con aire de desesperación le gritó:

"Y a dónde te fuiste anoche? Te busqué en la casa de los dos ancianos. Ellos amanecieron
muertos por congelación, pero a ti no te encontré". Y entonces la pequeña golondrina le
respondió: "Allá arriba encontré a una familia en una cueva: una mujer muy bella llamada
María, con un niño bellísimo nacido en un pesebre. Y cuando la madre me vio aleteando y
muriéndome de frío, me permitió descansar entre la cabeza del niño y el corazón de la
madre, y allí entre ese corazón que es un horno de amor, y esa cabecita que es la más
bella y amable del mundo, pasé la noche más calurosa y amable de mi vida. Entonces el
viento frio dio un salto de desesperación y exclamó: "Ah, golondrina, golondrina; me
ganaste la batalla. Porque hasta allá jamás podrá' llegar yo. Salvaste definitivamente tu
vida, porque el corazón de esa Madre es un horno tan encendido de amor hacia los
necesitados, que allí no habrá nunca un viento frío capaz de congelar a nadie ni disminuir
las llamas de ese amor. Entre la cabecita del Niño Jesús y el Corazón de María nunca
habrá frío para nadie". Y „el viento se alejó quejándose como un vencido y la golondrina
trinó llena de esperanza... LA GOLONDRINA ERES TU, querido lector. EL VIENTO: tus
pasiones, las fuerzas del mal, del ateísmo,, de la indiferencia, de los malos ejemplos, de
los espíritus malvados que quieren apagar la luz de tu fe y de tu amor a Dios y al prójimo.
Ya sabes dónde refugiarte: en el Corazón de la Madre cuyo amor hacia ti arde más que la
llama de mil volcanes. María te salvará.

Si te refugias en María, llegarás al puerto de la eternidad, a pesar de los piratas y a pesar


de las tempestades.

PRACTICA: Leeré una página del Santo Evangelio y pensaré qué me quiere decir Dios a
mí con esa lectura

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