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PROPIEDAD Y ESENCIA DEL HOMBRE, GENERALIZACIONES DE GRANDES

PENSADORES

Leonardo Daniel Solis Huitron

Universidad Nacional Autónoma de México

Ciencias políticas y administración pública

Esta tarea fue preparada para la materia: Administración del Factor Humano, grupo: 2402, a

cargo de la profesora: Amada Tamanaja López

Entrega: 8 de febrero, 2012

1
PROPIEDAD Y ESENCIA DEL HOMBRE,
GENERALIZACIONES DE GRANDES PENSADORES ... 3
Introducción ...................................................................... 3
La unicidad del ser humano .............................................. 4
En busca de la naturaleza humana ................................. 5
Las falacias que circundan la naturaleza humana ......... 6
Reconstruyendo la esencia del ser .................................. 11
Conclusiones ................................................................... 12
Bibliografía ..................................................................... 13

2
PROPIEDAD Y ESENCIA DEL HOMBRE, GENERALIZACIONES DE GRANDES
PENSADORES
Introducción
“¿Quién soy yo?” Esta pregunta, es sencilla, dar una respuesta satisfactoria a ella es demasiado
complejo. La gran mayoría de los seres humanos, han cuestionado su existencia o al menos han
escuchado a mentes ilustres y no tan ilustres hablar sobre tópico. El hombre es el único animal
que se pregunta por su propia naturaleza desea saber de dónde procede y por qué procede de
aquél lugar... Concretamente, el hombre, el ser racional, el ser humano, etc., es el único animal
que se cuestiona sobre si mismo, por lo tanto, aquel ser, desea establecer su origen para poder
trascender su final...
Filósofos y personajes no tan filosóficos han intentado dar solución a la pregunta del ser
humano. Desde la antigua Gracia hasta nuestro días el ser humano a querido dar plena solución a
la interrogante central -¿Quién soy yo?”-: Platón, Tomás de Aquino, Pelagio, Marx, Sartre,
Heidegger, Skiner, Lorenz, etc., cada autor a su manera ha intentado dar solución: diferente
planteamiento, misma cuestión central a encontrar.
El interés que se circunscribe a la cuestión central hace referencia a qué es la naturaleza
humana; el torbellino de respuestas, inmediatamente hace difícil dar solución debido a la
complejidad del ser humano y de su ambiente. Sin embargo, a pesar de las dificultades que trae
consigo la naturaleza humana, entorno a su definición y explicación, parece que trae consigo una
explicación más allá de lo que nuestra corta empiria pueda arrojarnos.
Los autores mencionados, han intentado dar solución a la respuesta, algunos en mayor y
otros en menor extensión, para poder justificar su programa político, su argumentación filosófica,
se teoría de la naturaleza humana, etc., provocando justificaciones, de sectores, grupos, hombre
en sí, que sólo buscan el aprovechamiento del ser humano sobre el ser humano.
Por lo tanto, en este ensayo la hipótesis a defender es la deformidad de la naturaleza
humana, es decir, la complejidad para poder definir la naturaleza humana y las falacias de
Marx, Lorenz, Platón, Marx y el cristianismo. De manera que el cuerpo de este ensayo se
dividirá en cuatro partes. La primera, es entorno a la cuestión “¿quién es el hombre?”. La
segunda parte, se mostrará las principales falacias de la naturaleza humana. La tercera parte, es
referente reconstrucción de la naturaleza humana. Por último, se arguye la defensa de la tesis
central del ensayo, a su vez, se propone la conclusión.

3
La unicidad del ser humano
En algún momento, probablemente, nos ha pasado por la mente, la cuestión sobre si mismos, es
decir, ¿quién soy yo?, ¿a qué vine a este mundo?, ¿existe alguna razón de mi existencia?, etc.,
este tipo de preguntas comienza por situarnos en un contexto filosófico, e intentar dar solución
para ser mucho más complicado que formular la cuestión en sí. Sin embargo, la idiosincrasia no
es la misma, que hace dos mil años o hace diez años. Por lo tanto, para dar solución a esta y otros
cuestiones, la filosofía, la psicología, el psicoanálisis, la biología, etc., intentan dar solución a las
cuestiones del hombre para usarlas de manera beneficiosa o perniciosa para el desarrollo del ser
humano.
Al momento de interiorizar en nuestro ser, y preguntarnos ¿qué es el hombre?, ¿quién es
el hombre? Probablemente, lleve a una apresurada respuesta, considerar al hombre como una
cosa, es decir, aquella sustancia material inanimada que carece de sentimientos y unicidad del ser
humano. Verbigracia, la discusión que trae consigo la aprobación o el veto de una ley a favor del
aborto, es referente al argumento anterior; por un lado, la bancada que se encuentre a favor de
aprobar, dicha ley, argumentará, entre uno de muchos de sus puntos de vista, que es derecho
inalienable de la mujer decidir entorno a su cuerpo; por el otro lado, se argumentara la capacidad
de que la gestación que se encuentra en proceso es un ser humano, no una simple cosa. Más allá,
de este simple caso, son infinitas las posibilidades que se pueden asimilar al argumento
mencionada: clase social, status, cultura religiosa profesada, son características sociales que
promueven la proliferación, por parte de unos, hacia los demás como cosas en si y no como seres
en si. Por lo tanto, debemos de ver, no como cosas en si, sino como seres en si, a nuestros
similares.
Otro camino para dar solución, a la cuestión ¿quién es el hombre? Se presenta en cuanto
uno mismo se cuestiona y responde así mismo, “yo soy un hombre”, por lo tanto, la pregunta
¿quién es el hombre? se transforma en ¿quién soy yo?1. Y cuando se intenta dar solución a la
nueva cuestión, decimos “soy un obrero, un estudiante, una ama de casa”, etc., sin embargo, lo
único que se hace es dar una solución ambigua, debido a que es una solución de clase, o estatus,
social. Entonces, responder a la cuestión ¿quién soy yo? No significa más que “un hombre”...
Pero no, no dejemos engañar por esta respuesta, tan simplista, en primera instancia, por que
hablar de un hombre no es hablar de un género sexual, por el contrario, es hablar de todas las

1
Erick Fromm, El amor a la vida (México: Paidos, 2006) 223.

4
connotaciones que implican denotar a alguien un hombre. Un hombre posee inteligencia, pero no
sólo inteligencia para actuar, sino para escoger el mejor camino posible entre los demás, es decir
razonar; también, las cuestiones bilógicas y psicológicas, conllevan a hablar del hombre, debido
a que es el único ser que puede “dar su vida por su odio y su ambición, pero también por su amor
y su lealtad”2. Aunque podría objetarse que el también los animales entran en la proposición
anterior, sin embargo, la magnitud con que son llevadas por el hombre es inimaginable. Es así
como un animal puede defender su nicho, pero un humano puede mover millones de humanos
para su propio interés.
Hablar de cualidades negativas dentro del ser humano, no es otorgarle la característica de
un ser despiadado, sin sentimientos, sin compasión por su semejante, etc., es no negar las
cualidades del ser humano, sin embargo, parece que el humano bondadoso, amoroso, grato, ha
quedado disuelto en el mundo del humano egoísta, abusivo, explotador, etc., sin embargo, hablar
de ello es resaltar las cualidades, únicamente, negativas, que no se niegan, pero no son las únicas
que expresa el ser humano, debido a ello, la sociedad cae en una espiral donde el ser humano ha
perdido el camino que alguna vez se le confirió como un “ser bueno por naturaleza”: “el hombre
nace anímicamente sano3. Sólo lo tuercen y deforman quienes se esfuerzan por lograr un
completo dominio, los que odian la vida y no pueden soportar la risa de la alegría”4.
El humanista Erick Fromm, es uno de los máximos exponentes que postula el argumento
anterior, no para utilizar a ultranza la respuesta, sino para poder crear en el individuo una
conciencia de si mismo, es decir, encontrar el ser que se parecía había sido extraviada del ser en
sí. Es así, como Fromm, enaltece, vanagloria, al ser humano para ponerlo en el escaño que se
supone debería de estar.
En busca de la naturaleza humana
Puesto que, se ha respondido ¿quién es el hombre? y consecuentemente, ¿quién soy yo? Un
hombre y manifestar la denotación que se circunscriben al hombre en si, en menester, comenzar a
deliberar la naturaleza humana. Entonces, debo de cuestionar ¿qué es la naturaleza humana?
Naturaleza, es un adjetivo y humana es una característica del hombre, por lo tanto, la naturaleza

2
Fromm, El amor a la vida, 227
3
Fromm, cuando señala el nacimiento de un hombre y lo denomina “anímicamente sano”, menciona que a pesar de
encontrarse inmerso en una sociedad, que no se encuentra así misma, por lo tanto, que afectará su desarrollo, es
“sano”, en el sentido por que es innata su cualidad de “bueno”, pero es “anímico”, en el sentido de que es débil ante
el bombardeo de las características peyorativas que se le mencionaran de él. Sin embargo, resalto, el énfasis de
Fromm, por rescatar la cualidad per se del hombre...
4
Fromm, El amor a la vida, 231

5
condiciona o limita, si se puede, a lo humano, entonces, hablar de naturaleza humana, es
referirme, a la esencia y propiedades del ser humano.
La existencia del ser humano, trae consigo, el acto de estar en continua revolución del
pensamiento, a saber, cada época histórica trae consigo una nueva gama de connotaciones
entorno a la naturaleza humana. Sin embargo, algunos pensadores han utilizado con falsos
argumentos o -como yo lo denomino- falacias, para sostener su teoría filosófica, política,
económica, psicológica etc., para poder persuadir, convencer, y por lo tanto, que actúen. Es
menester, establecer la diferencia entre los pensadores Platón, Choamsky, Freud, Fromm, Lorenz,
Skinner, Sartre; además, de cuestionar las teorías cristianas y marxistas5.
Las falacias que circundan la naturaleza humana
Para empezar, imaginemos que algún día, en un futuro no tan lejano o muy lejano, el hombre
descubre por si mismo, todo lo relacionado con su naturaleza humana, imaginemos el poder que
ostentará aquella(s) persona(s) al momento de dar solución o una explicación racional sobre las
cuestiones del hombre... En un principio parece visualizarse un futuro apocalíptico, sin embargo,
también no es necesario imaginar un futuro de esa manera, debido a que la historia nos ha
marcado que desde la época de Platón hasta nuestros días se cometían atrocidades en contra del
mismo hombre: el régimen de los treinta tiranos, la época del Medioevo, las tiranías, la
colonización, las guerra a ultranza, las dictaduras, etc. Por lo tanto, se ha buscado con el paso del
tiempo entender al ser humano, trayendo consigo una dominación del hombre por el hombre, sin
embargo, la mayoría de los casos a través de unas cuantas personas. Por lo tanto, mi tesis es que
el proceso tecnológico-filosófico sólo busca preponderar la dominación del ser sobre el ser
mismo. Puesto que, no es malo el conocimiento per se, existen personas o grupos que desean
perpetuarse en la inmortalidad a través de la explotación, engaño, ignorancia, etc., de su
homólogo por medio de el conocimiento; recordemos el excelso análisis de Michel Foucault
sobre el poder, postulando la importancia del saber y su relación intrínseca con el poder; además,
mencionaba la importancia de la relación de dominación la cual “se convierte en un ritual;
impone obligaciones y derechos; constituye cuidadosamente procedimientos”6.

5
Cabe mencionar, que no se intenta hacer un análisis critico-detallado, minucioso, es decir, un escrutinio de la
totalidad de las teorías de los pensadores, antes mencionado. Por el contrario, me centro en el examen escrúpulo,
critico, y propositivo entorno a las teorías propuestas, por cada pensador, sobre la naturaleza del ser humano y sus
posibles variantes.
6
Michel Foucault, Microfísica del poder (Madrid: Las ediciones de la Piquesa, 1979) 17. 77-87.

6
“De todos los principios, el más importante es que nadie, ya sea hombre o mujer debe
carecer de un jefe...: deberá enseñarle a su alma, por medio del habito largamente practicado, a
no soñar nunca actuar con independencia y a tornarse totalmente incapaz de ella” Platón de
Atenas7. Este filósofo que sin duda ha marcado el camino de la historia no buscaba -de acuerdo
con Karl Popper y con el autor de este ensayo- encontrar la mejor solución a los problemas de la
polis, por el contrario, busca una regresión de la democracia ateniense. Platón, sostenía que la
mejor forma de gobierno debería de ser sino el gobierno de los más sabios, por supuesto, es
innegable contradecir, en primera instancia, esta proposición, sin embargo, ¿cómo saber quién o
quiénes son los más sabios? Sin duda, Platón jugo con nuestros sentimientos, a decir, con
nuestra naturaleza humana, para establecer sus programa político como único y perfecto. Su
famosa definición que da Platón, sobre la justicia –“cada quien debe realizar lo que le
corresponde”-, es el pensamiento de la naturaleza humana que concibió, es decir, Platón decía
que cada ciudadano y no ciudadano debía de hacer lo que le corresponda, al gobernante gobernar,
al campesino trabajar la tierra, al esclavo servir, etc., por lo tanto, el ser humano depende de los
demás, es decir, no puede subsistir por si mismo. Esta es la primera falacia a la que hago alusión.
Puesto que, es cierto que requerimos de otros para subsistir y más hoy en día, eso no quiere decir
que sólo debamos dedicarnos a ser productores, obreros, estudiantes, etc., por el contario, hacer
caso a Platón es caer en el autoritarismo.
La siguiente falacia, es la propuesta desarrollada por Konrad Lorenz, sin embargo, más
que una falacia en su totalidad es una falacia a medias o desde otro punto de vista,
complementaria a otras teorías. Lorenz, menciona que el ambiente no es sine qua non para
analizar la conducta del ser humano, pero si lo es los instintos innatos, denominados “grandes
impulsos”: alimentación, reproducción, huida y agresión8. Además menciona que nuestra
naturaleza humana ha evolucionado desde lo primates hasta los grandes humanos racionales que
somos actualmente. Sin embargo, la segunda falacia es visible en cuanto habla sobre el
sojuzgamiento de la conducta humana símil a la conducta animal, es decir las leyes humanas
son idénticas a las leyes de la naturaleza9. En un principio, por medio de Augusto Comte, se
profeso el método sociológico como estudio de la sociedad -observación, experimentación y

7
Karl Popper, La sociedad abierta y sus enemigos (España: Planeta-De Agostini, 1992), parte introductoria al
capitulo I. La cursiva y negrita son del autor de este ensayo.
8
Leslie Stevenson, Siete teorías de la naturaleza humana (Madrid: Oxford University Press, 1974) 154-155.
9
Stevenson, Siete teorías de la naturaleza humana, 156-158.

7
comparación-, por supuesto, basado en el método de las ciencias naturales, pero actualmente y al
ser tan dinámica y compleja la relación que entabla el ser humano con su ambiente y sus
homólogos es demasiado difícil proponer este tipo de análisis; además, de que en el mismo
campo de las ciencias naturales no se puede analizar la caída de un objeto, con tan sólo una ley,
por el contario son diversas las leyes que se presenta para explicar dicho fenómeno, ahora
imaginemos a un ser humano, que como se menciono en un principio no es una cosa sino un ser.
Entonces, lo que intenta hacer Lorenz es catalogar el análisis del hombre como una cosa y no
como un ser, aquí radica la falacia, a pesar de estudiar los instintos humanos intenta negarlos
por medio de leyes. Sin embargo, el punto que argumenta Lorenz, sobre la felicidad y el
conocimiento como las dos grandes esperanzas dela civilización es sin duda loable.
Prosiguiendo con el análisis, corresponde, ahora, hablar de Karl Marx, aquel personaje
que revolucionó: el pensamiento, la doctrina económica, los postulados políticos, reivindico a su
denominada clase proletaria, poniéndola en el escaño más alto de la sociedad. Sin embargo, con
él -Marx- la siguiente falacia toma forma. Puesto que, realizó un análisis de la sociedad
excelente, no es definitivo; y actualmente, dogmatizarnos en el marxismo, sólo equivale a llevar a
cabo una parte (análisis) de toda la inmensidad que supone el rompecabezas (realidad
cognoscente). El problema en el que Marx yerra en que observa que la historia se encuentra
concebida, únicamente, por las relaciones económicas, es decir, el hombre se identifica por sus
relaciones que establece el sistema capitalista; es necesario, realizar, una breve digresión, para
explicar y entender grosso modo el marxismo.
El contexto en el que se encontraba Marx, era el pleno auge de las propuestas por los
Clásicos -David Ricardo, Adam Smith, Malthus, etc.- },es decir, el liberalismo laissez faire (dejar
hacer, dejar pasar): el libre mercado, la explotación del hombre por medio de un salario, el
intercambio de mercancías, etc., Marx, por o tanto, al observar las desigualdades que generaba el
peyorativo sistema liberal, más que los beneficios; desarrolló la distinción de dos clases:
proletarios y capitalistas; los primeros, son los poseedores de su fuerza de trabajo y los segundos
son los poseedores de los medios de producción; los primeros son explotados por los segundos.
Después de esta breve digresión, es menester postular con base, en argumentos la tesis: la falacia
que presenta Marx, es afirmar que la historia tiene un método científico para realizar
generalizaciones absolutas, más aún, mencionar que -para nuestros fines específicos- “la

8
naturaleza real del hombre es la totalidad de las relaciones sociales”10. Hago una mención
especial, al tomar como falacia la historia y su establecimiento de leyes universales, ¡postulo! que
tiene inminentes, en el pensamiento marxista y sus variantes, consecuencias en la naturaleza
humana. Sin embargo, el pensamiento marxista no visualiza o no quiere, la individualidad del
humano como parte intrínseca del ser11, es decir, niega a si mismo la condición per se de la
naturaleza humana. Se entiende la negativa de Marx, por negar la naturaleza humana
individualista, debido a que la teoría económica liberal se basa en este principio, mas no se
justifica. Con base en lo anterior conviene cuestionar, entonces, ¿qué es la naturaleza real del
hombre? Si Marx, elimina una característica, fundamental, del ser, sea peyorativa o elogiosa,
entonces ¿se concibe la naturaleza real, faltando una parte fundamental de la realidad
cognoscente? Sin duda, no lo creo. Marx justifica su naturaleza real por medio de las relaciones
sociales; aunque, se podría explicar este tipo de afirmación porque, Marx, profesaba la teoría
materialista -la materia es reconocida como prioridad ante las ideas-, entonces, por supuesto,
Marx, no concibe la totalidad del ser cognoscente -y creo que no es porque no haya concebido
esta parte, sino, creo, porque la suprimió-, es decir la conciencia –el ello, el yo y el super yo, en
términos freudianos-.
Sin embargo, a pesar de haber mencionado las tres anteriores grandes falacias de la
naturaleza humana; la siguiente representa una época de opacidad, “oscuridad”, terror, etc. La
época del Medievo, se caracterizo por el dogma religioso por sobre todas las cosas, asesinando a
quienes diferían de los cánones establecidos por la Iglesia. El pensamiento de Dios se encontraba
por encima del hombre, del ser; todos los conocimientos e investigaciones eran elaboradas con
base en Dios y su sagrada sabiduría, atribuido a una doctrina: Cristianismo. Entonces, la falacia
que lacero en demasía al ser, es la suposición de Dios es el creador del hombre, por lo tanto
ejerce un dominio sobre él; además, “Dios creó al hombre para que le hiciese compañía, así
pues el hombre realiza el fin de su vida solamente cuando ama y sirve a su creador”12, por lo

10 10
Stevenson, Siete teorías de la naturaleza humana, 78-81. Hago énfasis en la sacralización de la historia, debido
a la importancia que supone realizar esta afirmación, es decir, la historia parte intrínseca del ser humano, si se
establecen leyes universales a la realidad cognoscente, negamos la esencia del ser humano, postulado en un principio
con Fromm. Más adelante hablare más del tema.
11
Stevenson, menciona que el marxismo es un “sistema cerrado” porque los posibles contraargumentos no son
tomados en cuenta: son negados; y defendiendo la teoría encapsulando la crítica en términos de la propia critica.
Leslie Stevenson, Siete teorías de la naturaleza humana (Madrid: Oxford University Press, 1974) El capítulo II.
12
Leslie Stevenson, Siete teorías de la naturaleza humana (Madrid: Oxford University Press, 1974) 62. Las negritas
y cursiva son del autor de este ensayo-

9
tanto, la explicación de la naturaleza humana, es atribuida solamente por medio de un ser
inmaterial, divino, superior, etc.
La centralización de Dios rodeado por el hombre, simplemente inhibe las características
fundamentales del ser humano, es decir, deja de ser una ser humano en su totalidad, más todavía,
la doctrina cristina -que ha intentado imponer e intenta- somete el pensamiento y acción del ser
humano a un ser divino, a un ser no terrenal. Los sentimientos más hermosos de ser humano son
inhibidos, trasformados, para adecuarlos al dogma cristiano. Con base en el pensamiento de
Pelagio y San Agustín se dio el conflicto, para ilustrar la proposición anterior, sobre el libre
albedrio del ser humano, el pensamiento de Pelagio, responde a la belleza del libre albedrio per
se; por otro lado, San Agustín atribuye y justifica una incorrecta -desde mi punto de vista-
definición del libre albedrio cristiano. Según Pelagio, “Dios hizo libres a los hombres, al ser
creados así, los seres humanos sólo podían elegir entre el bien y el mal según su voluntad: (...), al
haber recibido el Don del libre albedrio, cargaban entera y personalmente la responsabilidad de
sus acciones”13. Sin embargo, Agustín, defensor de la doctrina cristiana, uso su “doctrina de la
gracia divina y el pecado original”, exponiendo, que los humanos no pueden separarse del pecado
original por que interponen el mal por el bien; por lo tanto, sólo Dios engendra la verdadera
elección del bien, entonces, se debe de guiar el hombre por él.
La centralidad que se da en el pensamiento cristiano de Dios por sobre el hombre
representa una clara contradicción a la postulación de mi concepción del hombre -definida más
arriba-. En esta doctrina, el hombre primero se subleva al canon eclesiástico y deja de ser un
hombre, para pasar a ser algo menos que una cosa -me explico-. En un principio es hombre por
todas las connotaciones que implica tal denominación, al centralizar a Dios, el hombre pasa a un
segundo plano, es decir, una cosa, sin embargo, si fuese una cosa la doctrina cristiana no tendría
propósito, debido a que “Dios creó al hombre para que le hiciese compañía, así pues el hombre
realiza el fin de su vida solamente cuando ama y sirve a su creador”, en suma, no es ni un hombre
ni una cosa ¿qué es entonces? Creo yo, un ser que se encuentra inmerso en un ambiente contrario
a su naturaleza, un ser que posee un cuerpo material, sin embargo, carece de una sustancia
fundamental... no es una cosa, porque, expresa sentimientos y responde como un ser material,
entonces es: una cosa que expresa sentimientos de la naturaleza humana que no posee una
sustancia del humano.

13
Zygmunt Bauman, Libertad (México: Nueva Imagen, 1991) 55.

10
Reconstruyendo la esencia del ser
¿Considera qué el ser humano adquiere sentimientos a través del aprendizaje o es innato? Esta
cuestión es central, en la reconstrucción de la esencia del ser, las posibles respuestas darán un
correcto camino para reconstruir, encontrar y proponer nuevas aristas al pensamiento del ser.
Cuando se piensa que el ser humano se define como un ser con características
peyorativas, en primera instancia, y sin profundizar en el tema, es válida la respuesta, sin
embrago, cuando realizamos este tipo de análisis es demasiado somero. Por lo tanto, al hablar del
hombre no sólo no hablamos de sus partes negativas, es necesario hablar de las partes positivas y
el análisis escrupuloso: el hombre como persona individual, su desarrollo como ser humano, la
importancia de su libertad, su condición de cambiar la condición establecida en él, los
sentimientos de justicia e igualdad, etc.,
Hemos venido al mundo como seres libres, en un sentido positivo, para poder
desarrollarnos sin quebrantar la integridad de los demás, por lo tanto, somos seres “condenados a
ser libre”14, a desarrollarnos de la forma en que más nos agrade. Los grandes pensadores que se
han encargado de elaborar doctrinas generales de la naturaleza humana, sólo han querido
supeditar su doctrina a la naturaleza humana olvidándose, por completo, de la esencia y
propiedades del ser humano. Para ilustrar, la doctrina de los Clásicos, por medio del sostén de la
naturaleza humana del egoísmo como regulador del mercado, sólo ha dado un aprendizaje
negativo de la naturaleza humana, es decir, nos hemos hecho de una forma egoísta debido a la
implantación de un sistema ideológico, albergado en el inconsciente, imaginemos el siguiente
ejemplo: un padre de familia se queda sin trabajo, por lo tanto, sin sostén económico; al momento
de llegar, un día la llegar a su hogar y observar que sólo existe un pan ¿acaso dejaría morir de
hambre a su esposa e hijos? 15 Sin duda, el padre lo compartirá o más aún no comerá por
satisfacer las necesidades de sus seres amados. Entonces, existe un momento en el cual el hombre
se da cuenta de que puede cambiar su situación heredada, es decir, que puede ir a contra corriente
contra todo el proceso que supone debería de actuar ante tal situación, pero, como ser libre, que
es, él decide si actuar de esa forma o no16. La reconstrucción del hombre comienza por la
identificación de la reconstrucción de su ser por sí, de rescatarse a si mismo, de ponerse en el
escaño más importante del universo, de profesar su existencia.

14
Leslie Stevenson, Siete teorías de la naturaleza humana (Madrid: Oxford University Press, 1974) 118.
15
Noam Choamsky, Pocos prósperos, muchos descontentos (México: Siglo XXI, 2009) 94.
16
Leslie Stevenson, Siete teorías de la naturaleza humana (Madrid: Oxford University Press, 1974) 116-118.

11
Conclusiones
Aunque, parecería que el futuro del ser humano es un tanto pesimista, y hasta perjudicial
al ser humano, es necesario cambiar el paradigma, que se dedicó a construir esta doctrina del ser
humana y su naturaleza... La modernidad, es una herramienta que reconstruye la esencia del ser
humano; los postulados de la modernidad -la razón como centro de toda decisión, los derechos
naturales, el hombre como centro del universo, el goce terrenal del ser en su máxima extensión,
etc.- deben ser repensador, deconstruidos, reconfigurados a un ser humano por completo
diferente, al de los años 1950 o al de Oriente; el cambio de paradigma que se desarrollo por
medio de los iluministas es fundamental, para iniciar el camino más no para dejarlo como una
tesis inacabada, que Habermas, en una conferencia en 1980 denomino “La modernidad, un
proyecto inacabado”... Por lo tanto, como se argumento a lo largo del ensayo, en suma,
identificamos la dificultad para poder definir la naturaleza humana, exponiendo las falacias que
se pueden presentar, actualmente, a la discusión del tema central y los vacios que presentan; la
presuposición de querer sistematizar de igual forma el método aplicado a las ciencias naturales al
campo de las ciencias sociales e inclusive afirmar que la naturaleza humana tiene leyes generales,
eso sin duda es contradictorio a toda la naturaleza del ser humano.
El ser humana, no posee, necesariamente, valores o sentimientos peyorativos, en su
máxima expresión. Así como puede matar por odio o venganza puede morir por amor y justicia.
Los sentimientos no sólo son innatos, sino también se pueden aprender, y que mejor forma de
aprender a “amar la vida”, liberarse del neo-canibalismo, dominación. El hombre es el ser que se
cuestiona sobre si mismo, para poder liberarse de cada obstáculo que se presenta en el mundo
cognoscente.
El ser como ser libre puede cambiar el curso que se ha establecido, así como la naturaleza
humana es amorfa el puede al menos darle una forma, no estática, sino revolucionaria, es decir,
estar en continuo cambio. La naturaleza humana del siglo XXI, debe de mirar atrás, no para
copiar, sino para mejorar, para trascender la esencia y propiedad del hombre. El psicoanálisis
puede ser una opción viable para ayudar a trascender al hombre a conocer el yo, el ello y el super
yo; aunque, aún es difícil verificar empíricamente el psicoanálisis, no dudo que algún día el ser
humano lograra encontrar la forma porque somos los únicos seres que nos preocupamos por estas
cuestiones.

12
Bibliografía
Choamsky, Noam. Pocos prósperos, muchos descontentos. México: Siglo XXI, 2009.

Foucault, Michel. Microfísica del poder. Madrid: Las ediciones de la Piquesa, 1979.

Fromm, Erick. El amor a la vida. México: Paidos, 2006.

Popper, Karl. La sociedad abierta y sus enemigos. España: Planeta-De Agostini, 1992.

Stevenson, Leslie. Siete teorías de la naturaleza humana. Madrid: Oxford University


Press, 1974.

13

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