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AGRESIONES IMPUNES DE

CHILE
por : Ing. Jorge Edgar Zambrana Jiménez

El desembarco de las tropas chilenas en el puerto


boliviano de Antofagasta

En nuestra historia hay mucho dolor. La experiencia de


nuestros padres y abuelos no solo es un recuerdo, sino una
enseñanza para conducirnos mejor:
 Todavía estamos demasiado oprimidos por los que tienen
poder militar y riquezas malhabidas.

 Todavía sufrimos demasiado por las enfermedades, el


atraso y el hambre,
 Todavía estamos demasiado dormidos y divididos,
mientras otros se aprovechan de nosotros.

 Después de haberse firmado el “Tratado de Paz y


Amistad”, Bolivia no ha dejado de ser víctima de más
despojos y agresiones, instigados por las triquiñuelas del
“tratado” opresor chileno. Hoy continúan las asechanzas
geopolíticas sobre las materias primas bolivianas
inventariadas por Chile, como gas, agua, petróleo, hierro,
territorio amazónico, etc., como se ve en la agenda de la
penetración expansionista chilena sobre las riquezas
naturales de la nación boliviana.

 La “salida” de Bolivia de su actual prisión, al mar, por una


inhóspita “faja” de territorio a trabajarse en el norte
chileno, nunca dejaría de ser otra cosa que una ventana
de salida a un mar ajeno y a una costa “inhospitalaria”,
convirtiendo a Bolivia en tierra interior de Chile. ¿Qué
haría Bolivia con una costa de 10 Km. de ancho en una
región “bravía, feroz, indómita, salvaje”? Bolivia acabaría
sus últimos días de aislamiento en un lugar de
confinamiento en la región costera desértica de Chile,
país que, por amarga ironía, ha sido dotado por Bolivia
de varias carreteras dirigidas hacia los puertos que nos
ha usurpado, de dos ferrocarriles al servicio de sus
intereses, y de un paraíso del masivo negocio negro
moviéndose en gigantescas caravanas hacia los puertos
secos del contrabando.
 Sin embargo de tan infaustas catástrofes sufridas, Bolivia
se mantiene hoy en pie, altiva, a pesar de tener
amputado el Departamento del Litoral y usurpado el mar
invadido, su río Lauca y el bofedal Silala despojados,
privada de soberanía marítima, enclaustrada por el
dominio absoluto y perpetuo del “tratado” chileno, y
esquilmada por el dizqué libre tránsito impuesto a
perpetuidad.

 Para asombro de todos los pueblos, en forma abierta


Chile se niega a devolver un puerto soberano de Bolivia
al mar, en ejercicio de un dominio que no puede ser más
que colonial, implantado sobre Bolivia con el “tratado” de
1904, rotulado por Ismael Montes y Germán Riesco,
presidentes de Bolivia y Chile, con el membrete
humorístico de un Tratado de “paz y amistad”
inexistentes.

 Por las razones expuestas, Bolivia le pidió a la Corte


Internacional de Justicia, que juzgue y declare que:

• Chile tiene la obligación de negociar con Bolivia con el


fin de alcanzar un acuerdo que devuelva a Bolivia un
puerto plenamente soberano al océano Pacífico. • Chile
ha incumplido dicha obligación. • Chile debe cumplir
dicha obligación de buena fe, pronta y formalmente, en
un plazo razonable y de manera efectiva, a fin de
devolver a Bolivia un puerto plenamente soberano al
océano Pacífico, pero NO un triste callejón inservible al
norte de Arica.
Tristemente, la Corte ha prevaricado a favor de Chile.
El Ejército de Chile, formados en columnas, ocupa por las
armas la Plaza Colón del puerto de Antofagasta. Fué el 14
de febrero de 1879.

ES IMPRESCINDIBLE LLEVAR ADELANTE UNA


CRUZADA A NIVEL MUNDIAL CON EL PROPÓSITO DE
HACER CONOCER LA VERDADERA HISTORIA DE LA
INVASIÓN MILITAR CHILENA A NUESTRO
DEPARTAMENTO DEL LITORAL, A OBJETO DE
CONTRARRESTAR LAS FALSEDADES Y
TERGIVERSACIONES HISTÓRICAS QUE CHILE
FALAZMENTE ENSEÑA EN SU PAÍS Y HA VENIDO
DIFUNDIENDO EN FORMA CONSTANTE EN LA
COMUNIDAD INTERNACIONAL, PRETENDIENDO
DISFRAZAR LA USURPACIÓN DE NUESTRAS COSTAS
MARÍTIMAS Y DENEGANDO IMPLACABLEMENTE EL
LEGÍTIMO DERECHO BOLIVIANO A RECUPERAR SU
MAR.
LA CORTE DE LA HAYA SE HA VISTO OBLIGADA A
PARCIALIZARSE A FAVOR DE CHILE, PORQUE NO
QUIERE QUE SE LEVANTE UN AVISPERO MUNDIAL DE
DEMANDAS DE UNOS PAISES CONTRA OTROS.
EL GOBIERNO BOLIVIANO Y SUS ABOGADOS HAN
COMETIDO TRAICIÓN A LA PATRIA PORQUE SE HAN
NEGADO A RESPONDER A LA PREGUNTA DE LA
CORTE QUE LES PIDIÓ EXPLICAR QUÉ ENTIENDEN
POR “ACCESO SOBERANO AL MAR”. SE LIMITARON A
ARGUMENTAR QUE ESO NO IBAN A RESPONDER EN
ESA PRESENTE INSTANCIA, DEJANDO ELLO PARA
ENTENDERSE CON CHILE EN UNA NEGOCIACIÓN.
PENSABAN ELLOS QUE LA CORTE IBA A FALLAR
OBLIGANDO A CHILE A NEGOCIAR. PERO, LES HA
SALIDO EL TIRO POR LA CULATA, YA QUE LA CORTE
HA DECRETADO, EN SU PREVARICATO, QUE LA
DEMANDA BOLIVIANA ESTÁ SUJETA A LA BUENA
VOLUNTAD DE CHILE, QUIEN, SEGÚN LA CORTE, NO
TIENE NINGUNA OBLIGACIÓN.
EN REALIDAD, LO QUE SIEMPRE HA BUSCADO LA
CANCILLERIA BOLIVIANA, QUE ES UN NIDO DE
TRAIDORES CHILENÓFILOS, ES LLEVAR A EFECTO EL
PACTO, FELIZMENTE FRACASADO, QUE QUERIAN
HACER EL DICTADOR PINOCHET CON SU COLEGA EL
CHILENÓFILO BÁNZER, DE UN TRISTE E INSERVIBLE
CALLEJÓN SIN PUERTO AL NORTE DE ARICA.
TENEMOS LOS BOLIVIANOS QUE ALEGRARNOS DEL
FRACASO EN LA HAYA, PORQUE SI LA CORTE
FALLABA “A NUESTRO FAVOR” ENTONCES NUESTRA
INEPTA CANCILLERIA ESTARIA HOY FATALMENTE
“NEGOCIANDO” UNA BASURA COMO ES EL
TRISTEMENTE CÉLEBRE CORREDOR AL NORTE DE
ARICA, SIN PUERTO, Y A CAMBIO DE MÁS
USURPACIONES DE RICOS TERRITORIOS
POTOSINOS.
BOLIVIA, EN LA MEDIDA DE SUS FUERZAS, NO SE VA
A RENDIR Y HARÁ CUÁNTO LE SEA POSIBLE POR
LLEGAR A RECUPERAR AL MENOS UN PUERTO
SOBERANO SOBRE EL PACÍFICO, Y NO PODRÁ
RESIGNARSE A LA INACCIÓN; ES UN ASUNTO QUE
COMPROMETE SU EXISTENCIA.
¡QUE SE RINDA SU ABUELA, CARAJO!

Los expresidentes y voceros de ambos países, Ricardo


Lagos y Carlos Mesa, son partidarios del inservible corredor
sin puerto al norte de Arica, que fué anteriormente
conversado por los dictadores Pinochet y Bánzer, en una
negociación, por suerte, fracasada; callejón que constituye
un plato de lentejas, en lugar del legítimo derecho de los
bolivianos a que les devuelvan sus puertos ancestrales en
el Océano Pacífico.

Chile, hasta 1879 fue un país de pobres (a pesar de tener


en su territorio enormes yacimientos de oro que competían
con el de California), aprisionado entre la cordillera y el mar,
y anhelaba ensanchar sus dominios mediante la invasión
de las tierras boliviana y peruana en las cuales se
atesoraba riquezas incalculables. Para la adquisición de
dichos codiciados litorales dirigió todas sus energías y los
recursos de sus fuerzas militares, y para ello consiguió el
apoyo financiero del imperio inglés de esa época, pactando
con ellos que luego del triunfo bélico llevado a cabo con
armamento y barcos de guerra proporcionados por los
anglosajones, se dividirían a mitades toda la riqueza
usurpada. Y así fué. En la conciencia del pueblo chileno ya
estaba arraigada la errada convicción de que sus capitales
y sus brazos empleados en la explotación clandestina del
desierto boliviano de Atacama les daba derecho a ocupar y
disponer de territorio ajeno, gracias a los tratados
fraudulentos arrancados al ignorante y beodo soldado
Melgarejo a quien un golpe afortunado de cuartel llevó al
poder, dándole el gobierno discrecional del interés de
Bolivia, bajo la mirada de palco de los latifundistas oligarcas
bolivianos, quienes estaban contentos viviendo
dictatorialmente explotando al “indio pongo” aymara y
quechua, e importándoles un comino el alejado litoral.
Melgarejo no fué, en honor a la verdad, el monstruo
ignorante que, según ha pasado a la historia, surgió de la
nada, sembró la destrucción y volvió a la nada otra vez. Su
carácter constituyó el producto lógico de la educación
cuartelera y el halago comprometedor y sostenido de las
gentes ricas de la oligarquía latifundista dominante. El
tirano despojó de sus tierras ancestrales a los campesinos,
a favor del latifundismo, y mantuvo y aumentó el bárbaro y
dictatorial tributo indigenal de modo de arbitrar fondos para
un Fisco continuamente paupérrimo por la necesidad de
mantener al ejército y tenerlo contento, de modo de
perpetuar en el poder a la clase dominante.
El presupuesto nacional de Bolivia, y del cual no le tocaba
nada al campesino, se generaba en gran parte del tributo
extraído al mismo pobre comunario, quien carecía del
derecho a opinar, aunque era el único que pagaba
impuestos, además de ser el principal productor cultivando
la tierra y laborando las minas gratuitamente, además de
servir como esclavo en las haciendas terratenientes sin
recibir ningún salario, mientras los chilenos aprovechaban
nuestra riqueza sin impedimento, ante la negligencia de la
oligarquía gobernante boliviana que contemplaba de palco
el despojo. Toda la nación boliviana vivía del tributo de las
familias “indias”, mientras los chilenos invadían nuestro
litoral y usurpaban impunemente nuestros recursos
exportándolos a Europa y EEUU con lo que llenaban el
85% de su presupuesto estatal.

Actualmente, la oligarquía y pueblo chilenos de ninguna


manera querrán soltar su presa. Su convicción actual es
que no pueden devolver a Bolivia el litoral arrebatado,
después de su triunfo militar y la posesión de ese territorio,
lleno de salitre, guano, cobre, plata, litio, yodo, bórax,
azufre, molibdeno, oro y demás riquezas marítimas.

Ya en 1880, el prestigioso diario chileno, “La Patria”, de


Valparaíso, declaraba honestamente: “La guerra que Chile
hace al Perú y Bolivia, no es en defensa de algún derecho o
ideal; es agresión de mercaderes y banqueros que atentan
contra las riquezas de aquellas naciones”.
Hoy en día, Chile quiere acallar las voces bolivianas y
extranjeras que claman porque se repare la injusticia
devolviendo lo usurpado. La oligarquía chilena desea
terminar con los reclamos, dándonos un plato de lentejas.
De todos modos, el ratón estará siempre a merced del gato,
que va a jugar con él hasta cansarlo y en el momento más
preciso, comérselo. A no ser que el ratón haya conseguido
que algún perro sea su aliado y le defienda. La lógica de
acompañar políticamente las acciones jurídicas no debe
detenerse. Tenemos que profundizar nuestros justos
argumentos con potencias como China, Rusia, Francia,
Italia, Brasil, India, Argentina, Indonesia, sin ninguna duda.
Pero, conversar directamente con el gato, sin el respaldo o
garantía de alguna potencia, no tiene ningún futuro.
El pueblo boliviano sería inmerecedor de existir si abdicase
de su derecho a la reivindicación marítima. Hoy, Bolivia, por
la agresión chilena, está enclaustrada sin un puerto propio
que le permita la libre comunicación con los mares del
mundo. No podrá mantenerse indefinidamente con su
soberanía restringida, y con la condena de una lamentable
inferioridad económica y social, por ser ello incompatible
con su condición de país libre. Nuestro anhelo de recuperar
al menos un puerto soberano constituye no sólo un
imperativo geográfico sino un problema sudamericano.

Algunos han planteado soluciones a base de enclaves y


callejones con costas no aptas para construir puertos; otros
predican polos de desarrollo y zonas internacionalizadas.
Dichas soluciones no garantizan las verdaderas
necesidades presentes y futuras de Bolivia y sus derechos
históricos y libertad de acción. Bolivia quedaría en situación
subalterna y dependiente de los intereses chilenos. Tales
“soluciones” deben ser consideradas en forma separada e
independiente del problema marítimo boliviano cual es la
reivindicación de sus territorios marítimos detentados al
presente por Chile el usurpador, enemigo peligroso y
recalcitrante, capáz de toda perfidia y atrocidad contra
nuestra patria. Ningún boliviano puede aceptar, en perjuicio
de nuestros legítimos derechos, un canje o trueque, y
menos por callejones u otras zonas que impliquen
renunciamiento a nuestras justas demandas de puerto
soberano. Al aceptar limosnas, mereceríamos el repudio de
todos los pueblos de América.

Comunistas, izquierdistas, derechistas, social demócratas y


cuanto barniz tengan los gobernantes chilenos, nunca
torcerán su política de estado que tienen trazada de
mantenernos enclaustrados y dependientes, arrojándonos a
la cara su cantaleta de siempre : “Tenemos un tratado
intangible que ha resuelto nuestros temas pendientes
para siempre”.
Pero, en los tiempos actuales, hay un repudio universal
contra los crímenes de lesa humanidad, los cuales no
prescriben y están sujetos a la jurisdicción internacional. La
justicia se va a imponer tarde o temprano, y Chile tendrá
que ser obligado a aceptar la división de su actual territorio,
porque a los bolivianos no nos encandilará más con el
callejón inservible al norte de Arica, que ha sido una burla.
Hay pueblos dignos que han luchado por siglos para su
redención y nunca se han rendido en ese empeño. Bolivia
necesita gobernantes patriotas para hacer realidad el
anhelo de nuestro pueblo de respirar el aire vivificador de la
brisa marina y recibir directamente las corrientes
civilizadoras de ultramar a través de nuestros ancestrales
puertos soberanos.

No tenemos apuro de recuperar improvisadamente el mar a


como dé lugar, como pretendía el abrazo de Charaña y la
demagogia chilenófila de Bánzer. Nuestro mar lo detenta
Chile sin título legal, y por ello no nos conformaremos con
un plato de lentejas.
Ing. Jorge Edgar Zambrana Jiménez

14 de Febrero de 2019 Aniversario de la invasión militar


chilena a los puertos bolivianos de Antofagasta, Mejillones,
Cobija y Tocopilla, y a los pueblos de Calama y San
Francisco de Atacama.

23 de Marzo de 2019 Aniversario del asesinato del


Héroe Boliviano Eduardo Abaroa, durante la invasión
de Calama.
BOLIVIA OR UPPER PERU, CHILI, AND THE UNITED PROVINCES OF LA
PLATA (1831)
Autores: John Hamilton y Daniel Lizars

DETALLE DE LA FRONTERA NORTE DE CHILE

La frontera norte chilena aparece claramente delimitada con


una línea de puntos. El desierto de Atacama se
encuentra en territorio boliviano (Upper Peru, en color
amarillo). En territorio boliviano aparecen las poblaciones
de Calama y San Francisco de Atacama (la primera donde
murió el héroe Eduardo Abaroa, y la segunda donde nació
el 13 de Octubre 1838). La desembocadura del río Salado
en el Océano Pacífico demarca el inicio de la frontera
chilena, a la altura de los 25° 28’. Copiapó es
la circunscripción importante más septentrional del país
araucano. El territorio chileno aparece en la sección inferior
del mapa, coloreada en verde.
En la parte superior de la carta geográfica aparece el
territorio peruano y las poblaciones de Arica, Pisagua, y
Tarapacá. La desembocadura del río Loa demarca el inicio
de la frontera entre Perú y Bolivia.
Fuente: Hamilton, John, y Daniel Lizars, 1831. The
Edinburgh geographical and historical atlas, comprehending
a sketch of the history of geography... and history of each
continent, state, and kingdom, delineated. And a tabular
view of the principal mountain chains in the
World. Edinburgo: John Hamilton, Daniel Lizars, Whittaker,
Treacher, and Co., y W. Curry, Jun. and Co.
UPPER PERU (BOLIVIA), THE PROVINCES OF LA PLATA, AND CHILE (1831)
MAPA HISTÓRICO RECOPILADO POR EL ING. JORGE EDGAR ZAMBRANA JIMÉNEZ

El mapa anterior da al traste con las mentiras


propaladas por la Cancilleria chilena, quienes cacarean
que “Bolivia nunca tuvo mar”. Es una verdadera
vergüenza para el país de Chile, espetar eso a la cara
de la humanidad, y lo peor, enseñar falsedades a sus
propios estudiantes, tergiversando la HISTORIA. A tal
extremo llega su sinverguenzura, que han desviado
prepotentemente las aguas de la mitad del río Lauca,
con un túnel, sin ninguna consulta al propietario
Bolivia; ya se hubieron apropiado por la fuerza de la
otra mitad de dicho cauce durante la agresión de 1879.
Ultimamente se han apropiado de las aguas de los
bofedales Silala, en territorio boliviano, engañando a la
Corte Internacional de Justicia, mintiendoles que tales
aguas son un río internacional, cuando la realidad es
que corren por una serie de canales artificiales que
fueron construidos clandestinamente, ante la mirada
miedosa del ejército boliviano, para forzar el flujo de
este recurso hídrico desde los bofedales bolivianos
hacia territorio chileno.
Restituir a Bolivia por lo menos un puerto útil que le
permita el acceso al mar, no será resultado de una
graciosa dádiva, sino un hecho de justicia. Lo que es
legal no es necesariamente legítimo. Y si bien, en la
legalidad de la letra y la firma del tratado de 1904 que
se le impuso a Bolivia, se dice que Chile accede al
dominio, pero no a la propiedad, del Departamento del
Litoral, no es legítimo que esa letra sea en la práctica
una condena al enclaustramiento perpetuo de un
Estado que, como el boliviano, merece por derecho
propio contar con su vital litoral que coadyuve a su
proceso de crecimiento y desarrollo. Bolivia vive desde
hace 140 años enclaustrada en pleno corazón de
Sudamérica.
El objetivo político de Chile ha sido siempre el de
mantenernos en estado de impotencia, porque tienen
miedo de que nos fortalezcamos, lo cual va a suceder
de todos modos, y que les llamemos a rendir cuentas
de todos sus actos de usurpación territorial.

El mapa del cronista de la Corona Española Antonio de


Herrera está más claro que el agua del río Lauca o del
manantial Silala, actualmente también usurpados por
Chile.
El indicado mapa MUESTRA la Audiencia de Charcas
(hoy Bolivia) con sus puertos marítimos en el río Santa
Clara (después rebautizado como Río Salado en 25º28’),
en Morro Moreno y la bahía de Santa Clara (lugar donde
después se fundó el puerto de Antofagasta) y en
Mejillones, entre otros :

mapa del Cronista Mayor de la Corona Española,


ANTONIO DE HERRERA
año 1601 - Edición ordenada por el Rey Felipe II
Desde varios días antes del asalto a Antofagasta se
observó que en plena costa boliviana estaban amenazando
el barco blindado Cochrane y la Corbeta O- Higgins, a los
que se sumó el blindado Blanco Encalada. Desde estas
naves las tropas chilenas tomaron al asalto la ciudad de
Antofagasta, sin tener resistencia alguna.
Al no existir líneas telegráficas en nuestro territorio, la
noticia llegó a La Paz, por la vía marítima y terrestre. El
vapor Amazonas llegó al atardecer del 19 de febrero a
Tacna, con la noticia. Inmediatamente, el cónsul boliviano
Manuel Granier escribió una carta al Presidente y la envió
con el chasqui Gregorio Collque (Goyo) que hizo el máximo
esfuerzo y cubrió la distancia a La Paz en cinco días a pie.
El 25 de ese mes le entregó la carta a Hilarión Daza, y el 26
el Gobierno boliviano hizo una proclama a la nación
comunicando la agresión y estableciendo los aprestos para
la respuesta.
El ataque llegaba en un pésimo momento para Bolivia,
porque una inclemente sequía en 1878 había generado
desabastecimiento en los mercados, hambruna, peste, y
gran mortandad.
Antes, una débil defensa se hubo organizado en Calama al
mando de Ladislao Cabrera, con 150 hombres, todos
civiles, entre los que luego destacó Eduardo Abaroa, un
comerciante de San Francisco de Atacama, que combatió
en el puente Topáter juntamente con 14 civiles patriotas.
Murió peleando como un valiente a los 41 años de edad, y
cuya frase hasta el día de hoy se ha convertido en inmortal
para el pueblo boliviano, cuando espetó a las tropas
chilenas que pedían su rendición : “Rendirme yo?, que se
rinda su abuela carajo!!!”

Bolivia nació en 1825 con 480 kilómetros de costa


entre el río Salado, antiguamente denominado río
Santa Clara (25°28’ de latitud), y la desembocadura del
río Loa. En ese litoral, hubo incursiones clandestinas
de la peonada chilena en busca de riquezas, y que
retornaba a su país para dar noticias de los
descubrimientos fabulosos que realizaban de guano,
salitre, cobre, plata, oro, yodo, bórax, azufre,
molibdeno, y de la fatal ausencia de control por parte
del propietario de ese suelo. Apercibido de ello, el
astuto gobierno de Chile secundó eficazmente con
medidas administrativas y con protección armada la
codicia de sus connacionales.

Sin contar con ningún título legal de propiedad sobre


ese litoral ajeno, por un mero acto de gobierno, Chile se
adjudicó la pertenencia de aquella zona, al aprobar una
ley mediante una medida de hacienda sancionada el
año 1842 por su Ejecutivo y aprobada por su Congreso,
declarando por sí y ante sí que el nuevo límite norte de
su país era el puerto boliviano de Mejillones (23°06’ de
latitud). Ante el respectivo reclamo boliviano, la astuta
diplomacia chilena logró que, vergonzosamente, los
gobiernos de Melgarejo y Frias regalaran, escandalosa
y falazmente a Chile, 183 kilómetros de costa, mediante
los fraudulentos tratados de 1866 y 1874 que fijaron el
nuevo límite en el paralelo 24°, obsequiando sin ningún
motivo a Chile un grado y medio geográficos entre
dicho paralelo y el río Salado.

En el “libro del mar” y en los documentales de Diremar,


están denunciando que Chile invadió litoral boliviano
en 1879 y nos usurpó 400 kilómetros lineales de costa.
Esa longitud es errónea ya que olvidan mencionar el
ingenuo regalo de Melgarejo de 183 Km de nuestra
original costa, que ocasionó el saldo de sólo 297
kilómetros que era la longitud costera del
Departamento del Litoral de Bolivia, que constaba con
cuatro puertos, en el momento de la alevosa y salvaje
invasión militar promovida por la oligarquía chilena, en
connivencia con el imperialismo inglés, lo que ha
significado nuestro encierro.
El mundo no olvida que el 14 de febrero de 1879 dos
blindados y una corbeta chilenos invadieron el puerto
boliviano de Antofagasta, desembarcaron soldados y
días después toda la marina chilena tomó por la fuerza
asaltando el restante territorio marítimo boliviano,
irrumpiendo en nuestro suelo con un ejército
pertrechado con financiamiento y ayuda de Inglaterra,
portando los mejores fusiles, ametralladoras y cañones
de esa época, en buques blindados, los más perfectos
de su clase, nunca construidos hasta entonces en el
mundo, salidos de los astilleros ingleses para la marina
chilena.

El pueblo boliviano sería inmerecedor de existir si


abdicase de su derecho a la reivindicación marítima.
Hoy, Bolivia, por la agresión chilena, está enclaustrada
sin un puerto propio que le permita la libre
comunicación con los mares del mundo. No podrá
mantenerse indefinidamente con su soberanía
restringida, y con la condena de una lamentable
inferioridad económica y social, por ser ello
incompatible con su condición de país libre.
Empero, llegará la alborada en que desde las playas del
Océano Pacífico Sur vaya a todos los mares el rumor
gozoso del pueblo boliviano que va a recuperar sus
puertos soberanos, después de vivir injustamente
enclaustrado.

El dominio actual que Chile ejerce sobre el litoral


ocupado, es un dominio de fuerza, impuesto sin
respeto al derecho. Es un despojo que se ha originado
después de firmado el fraudulento tratado de 1904, el
cual equipara los derechos legítimos de propiedad
boliviana con el dominio ilegal chileno sobre un
territorio ocupado durante la invasión y la guerra.

La invasión de 1879, la ocupación de 1884 y el despojo


de 1904 son los antecedentes de fuerza militar, no de
derecho, con los que Chile ha despojado y detenta hoy
el Departamento del Litoral, entre el paralelo 24° y la
desembocadura del río Loa.

El tratado de 1904 debe terminar como un instrumento


de dominio colonizador, y Bolivia debe acabar con ese
fraude. Chile insiste en su intangibilidad con amenazas
militares. Esa es la naturaleza de la “paz” del tratado en
que se hallan actualmente las relaciones de vecindad.

Pedir a Chile cumplimiento del “tratado de paz” y la


mejora del “libre tránsito”, es como pedir soga para
ahorcarse. Bolivia debe reclamar lo que es suyo propio,
a pesar del dominio “absoluto y perpetuo” que Chile le
impone con un despojo armado. No existe hoy la
intangibilidad de los Tratados en el derecho
internacional público; tampoco la eternidad del despojo
impuesto por un país sobre otro.

Chile ha obtenido nuestra riqueza mediante el despojo


y la ley filibustera de que la agresión y la victoria da
derechos, y los bolivianos seguimos embaucados con
la fraseología de la confianza mutua y esperando la
limosna de la “cualidad marítima” que el soberbio
agresor tenga a bien concedernos en una negociación
por un corredor inservible sin puerto al norte de Arica.
Vergüenza debería dar a diplomáticos, militares y
excancilleres, quienes quieren trocar mar a como dé
lugar por recursos naturales o por mayores
enajenaciones territoriales, satisfaciendo con más
regalos la eterna codicia del usurpador de siempre.

El gobierno boliviano debería impugnar la política de la


Corte de La Haya y del Pacto de Bogotá, impuesta por
las grandes potencias a su conveniencia, donde
impiden que la Corte de Justicia pueda revisar tratados
internacionales impuestos a la fuerza, como el de 1904,
lo cual va en contra de los derechos del pueblo de
Bolivia. Sabemos que el cambio de una situación de
esta naturaleza, por la vía jurídica, es sumamente difícil.
No obstante, las embajadas bolivianas deben publicar
por todos los medios la escandalosa usurpación de
1879, y Bolivia debe proceder a buscar aliados en su
justa demanda, ya que cualquier negociación con Chile
siempre será un fracaso, porque debemos darnos
cuenta que el trato bilateral nunca ha encontrado ni la
más remota intención de reparación por parte de Chile
al daño causado con su asalto invasor.

Jorge Edgar Zambrana Jiménez


23 DE MARZO 2019
SILALA : ¿BOFEDALES O RIO
INTERNACIONAL?
Primera parte - Autor : Periódico‘EL CIUDADANO’, de la
República de Chile Recopilación del Ing. Jorge Edgar Zambrana Jiménez, de
Bolivia

El periodista de “El Ciudadano” viajó hasta la frontera con


Bolivia e hizo la constatación de que : ‘Las aguas que
brotan de los bofedales del Silala fluyen artificialmente
hacia el territorio chileno por las obras de canalización
clandestinas realizadas en el siglo pasado’.

SOBRE LA NATURALEZA DE LAS AGUAS


Parado sobre lo que se llama Bofedal Norte pude
apreciar claramente que las Aguas del Silala son
BOFEDALES en suelo boliviano y drenados
artificialmente por Chile.

Corresponden exactamente a cerca de un centenar de


“ojos de agua”, bofedales que brotan desde las
profundidades de la tierra. Se pueden apreciar los
trazados hechos por las empresas mineras de Atacama,
los que dirigen cada pequeño BOFEDAL hasta un canal
artificial de cemento que después se conecta a cañerías
que internan el agua hasta perderse en suelo chileno.
En la foto se puede apreciar la bandera de Chile,
pintada clandestinamente en pleno suelo de Bolivia,
justo en el lugar de los bofedales canalizados
fraudulenta y prepotentemente, para robarlos.

Este recurso hídrico que nuestro país ha canalizado


clandestinamente, y convendría decir que primero lo
hizo Edwards y luego continuó Luksic, corresponde a
aguas fósiles atrapadas bajo las montañas con una
edad que se estima entre 4 y 14 mil años. Vale decir: es
un recurso no renovable, y desde albores del siglo XX
está siendo robado por la empresa minera de nuestro
país Chile.
Canalización fraudulenta
Primero el agua servía para alimentar a los trenes de
vapor del ferrocarril Antofagasta-Oruro que los
Edwards ofrecieron a los bolivianos para sacar hasta el
mar su producción de minerales desde Bolivia
enclaustrada después de la Invasión militar del Pacífico
en 1879.
En resumen, la solución era la siguiente: Los Edwards
ponían un tren para sacar la plata y el estaño desde
Potosí, y Bolivia ponía el agua para la alimentación de
las locomotoras.
El gobierno altiplánico aceptó a regañadientes la
propuesta, porque no podía rechazarla. Estaba en una
situación desesperada sin salida al mar y los
empresarios chilenos supieron sacar provecho de éso.
Así son los negocios o las guerras, podrán pensar
muchos, y las aguas de los bofedales comenzaron a ser
drenadas desde hace más de un siglo hasta la fecha,
sin ninguna clase de control, razón por la cual muchas
partes del humedal ya se encuentran completamente
secas.
Quizás si alguien tiene la culpa del deterioro ambiental,
no son otros más que los bolivianos, porque si bien los
chilenos han drenado el agua a su regalado gusto,
nuestros vecinos de Bolivia nunca se preocuparon de
supervisar la extracción, ni de siquiera colonizar la
zona fronteriza, por lo que tanto Edwards como Luksic
siguieron sacando agua aún después de que las
locomotoras a vapor dejaran de existir a mediados de
los años ‘50, ya sin ninguna justificación más que la
fuerza de las malas costumbres del robo.
Duele constatar empíricamente que nuestros
empresarios chilenos no respetaron el mismo acuerdo
que propusieron, utilizando a nuestro país para ello.
Pero, luego de constatar la naturaleza de las aguas del
Silala, llegamos a la conclusión de que este recurso,
que se ha transformado en un asunto de Estado, solo
beneficia a la mega minería y los bolsillos de unos
pocos. Es una ecuación donde ni siquiera los
ciudadanos chilenos y bolivianos tienen arte ni parte.

Seguí recorriendo la frontera, y cuál no sería mi


sorpresa al encontrar cañerías diseñadas para llevar
clandestinamente agua desde el lado boliviano al
chileno.
Algunas de estas cañerías nacen en el lecho
completamente seco de charcos de bofedales muertos
quizás hace decenas de años, probablemente sin que
los mismos bolivianos tengan idea siquiera de que
alguna vez nuestros empresarios se robaron esa agua.
Le pregunté a un campesino del lugar si sabía alguna
cosa respecto de aquellas cañerías y me dijo que desde
que él tiene memoria, las empresas chilenas han
enviado trabajadores, tanto para la instalación de tubos
como para la mantención de los mismos, así como para
construir los canales del Silala, los cuales se limpian
periódicamente para evitar que la vegetación que allí
crece pudiese disminuir el flujo del caudal. Todo, a
vista y paciencia de los inútiles militares acantonados
en su gran cuartel de Miraflores en La Paz, mientras las
fronteras bolivianas permanecen abandonadas.
Nos alejamos con rumbo a Uyuni y en lo único en que
podía pensar era cómo la mega minería chilena arrasa
de forma violenta con todo lo perteneciente a Bolivia,
Pensaba en que las Aguas del bofedal Silala con su
pureza excepcional, son robadas y utilizadas
principalmente para chancar cobre, envenenándolas.
En cómo los empresarios transformaban un asunto que
sólo los beneficiaba a ellos, en un problema entre
países.
Para más abundancia sobre los bofedales Silala, se puede ver los siguientes
videos :
https://www.youtube.com/watch?v=Cn6HZffgP40
https://www.youtube.com/watch?v=olbSOMMdpU8

AGUA QUE BROTA DEL BOFEDAL 1 AGUA QUE SURGE DEL BOFEDAL 2

AGUA QUE AFLORA DEL BOFEDAL 3

Segunda parte – Autor : Ing. Jorge Edgar Zambrana Jiménez


Cuando las aguas brotan de los bofedales, se quedan
allí en charcos, y no fluyen más si es que no se las
canaliza artificialmente. Posiblemente escurren
subterráneamente aguas abajo y llegan a territorio
chileno. Tampoco hay estudios que muestren cómo se
llenan los bofedales, ya que se evidencia que en el
lugar casi nunca llueve, y en cambio hay evaporación.
Posiblemente son aguas fósiles atrapadas desde hace
unos diez mil años aguas arriba en las montañas, y que
fluían lenta y subterráneamente hasta que hoy con la
canalización fraudulenta chilena fluyen
superficialmente con velocidad, y no se sabe cuando se
acabarán.

Lo que tiene que hacer la Corte Internacional de


Justicia es
1. Determinar PERICIALMENTE si esas aguas
subterráneas llegan también en parte hasta Chile, y si
éstas son binacionales, todo según el actual derecho
internacional. Si no traspasan subterráneamente la
actual frontera, entonces Chile no tiene ningún
derecho.
2. Si traspasan subterráneamente, y si la Corte
determina que las aguas subterráneas son
binacionales, entonces qué se va a hacer con las
canalizaciones clandestinas que ha hecho Chile. Si se
las mantiene, cuánto caudal puede Chile captar por
ellas.
3. Ahora bien, si se determina, con el permiso
boliviano, que Chile continúe consumiendo todo el
caudal actual, entonces cuánto debe ser el pago a
Bolivia de ahora en adelante, y también cuál es la
indemnización chilena a Bolivia por el uso unilateral
histórico que ha hecho del agua.

CANALIZACIONES CHILENAS ARTIFICIALES EN QUETENA, Y QUE


HACEN FLUIR EL AGUA DE LOS BOFEDALES, ROBÁNDOLA Y
BAUTIZÁNDOLA CON EL FALSO NOMBRE DE RIO SILALA
Según el investigador chileno Cástulo Martínez las aguas
del bofedal Silala se canalizan de la siguiente forma: 94
brotes de agua que son colectados por medio de
canaletas clandestinas construidas de cal y piedra que
vacían el agua a un canal central, que haciendo un
recorrido de 2.500 metros, se reúne con otro canal similar
que lleva las aguas de otras vertientes que se hallan
próximas a la frontera dentro del territorio boliviano.
Por tanto, los dos canales provenientes de ambas zonas de
las vertientes se reúnen en un canal central formando un
caudal de consideración que se conecta a una caja de agua
llamada la Primera Toma o Desarenador, la cual está
ubicada en Bolivia, en la quebrada del cerrito Silala, a 600
metros de la línea fronteriza. Dicho canal que alimenta esa
caja de agua tiene una profundidad de 1.30 metros y un
ancho de 1.20 metros con capacidad de transportar más
de 500 litros por segundo, según datos del ingeniero
Antonio Bazoberry, uno de los expertos bolivianos en el
tema.
De esta primera toma sale una cañería central de 12
pulgadas que cruza la frontera y se interna 10 kilómetros
en territorio chileno hasta una Segunda Toma donde se
almacenan las aguas y son luego llevadas mediante
cañerías distribuidoras para surtir del preciado elemento a
las ciudades y pueblos de Calama, Antofagasta, Mejillones
y Tocopilla, y también a la mina de Chuquicamata para que
Chile pueda seguir explotando el cobre que ha usurpado a
Bolivia.
NUNCA SE HA VISTO EN EL MUNDO QUE EXISTA UN
RIO EN CAÑERIAS, Y QUIEREN HACERLE CREER ESO
A LA CORTE DE LA HAYA.
Diariamente personal de carabineros chilenos ingresa
prepotentemente a territorio boliviano con la finalidad
de cumplir tareas de limpieza y mantenimiento de los
canales artificiales; nadie dice algo en el ejército
boliviano ante este atentado a la soberanía de Bolivia.
Las empresas oligarcas de Chile, como es su
costumbre de apropiarse de lo ajeno, comercializan
como propias las aguas del bofedal QUETENA
boliviano vendiendo a las poblaciones invadidas y
usurpadas de Antofagasta, Calama, Tocopilla,
Mejillones, así como al centro minero de cobre
Chuquicamata.
En julio de 2009, la comisión binacional que trataba este
conflicto comunicó que existia un preacuerdo que partía de
la base de que el curso de agua debía ser de beneficio
compartido. En esa ocasión el vicecanciller chileno,
Alberto Van Klaveren, dijo del conflicto del Silala “se trata
de aguas que ambos países estamos compartiendo y que
parece absolutamente lógico que ambos países también
pueden beneficiarse”.
El acuerdo señalaba que cada país podía hacer uso
libremente del 50% de las aguas y que deberá pagar en
caso que quisiera utilizar más allá de esa cuota, costo que
se cobraría a partir de la firma del acuerdo final y no era
retroactivo. El borrador del acuerdo fue rechazado de
inmediato por organizaciones cívicas y populares de Potosí,
ya que no incluía el pago de la “deuda histórica”, es
decir la obligación que se debía imponer a Chile para que
cancele por el uso indiscriminado de las aguas del Silala
desde inicios del siglo XX.
En octubre de 2010 el documento final debía ser firmado.
La delegación de Bolivia planteó incluir en el preacuerdo,
alcanzado un año antes entre ambos países, un apartado
para “definir el monto y la forma de erogación por parte
de la República de Chile respecto del uso pasado de las
aguas del Silala”.
La comisión chilena expresó su “disconformidad” con esta
propuesta y “no se mostró dispuesta” a firmar el acta de la
reunión, con el argumento de que “carece de la
autorización por parte de sus autoridades superiores,
respecto a los planteamientos bolivianos”.
No se ha vuelto a entablar una negociación respecto al
bofedal Quetena, rebautizado con el nombre chileno de
‘Siloli’, cambiado hoy a ‘Silala”. Ahora, el asunto está en
manos de la Corte Internacional de Justicia, quien, como es
su costumbre, va a dar una solución que deje “satisfechos
a medias” a las partes. Pero, es necesario dejar claro que el
monto que Chile le debe a Bolivia hasta la fecha, por el uso
arbitrario de las aguas del bofedal Silala, asciende a la
suma de mil millones de dólares, considerando que toda el
agua es de Bolivia. En caso de que la CIJ determine que el
agua es binacional, dicho monto sería quinientos millones
de dólares.
Lo paradógico de esta situación, es que mientras
Chile comercializa clandestina, fraudulenta y
prepotentemente con las aguas del bofedal Silala
Boliviano, el legitimo propietario de esas aguas, el
Departamento de Potosi, adolece trágicamente de
la falta del liquido elemento, soportando la sed en
pleno siglo XXI.

Desvío artificial de las aguas del bofedal Quetena


Evo Morales, Presidente de Bolivia, durante su visita al bofedal Silala

Chile ha reconocido que las aguas del Silala


provienen de vertientes de bofedales ubicados en el
Cantón Quetena de la provincia Sud Lípez del
departamento de Potosí, y no se habla de un río
internacional, según la escritura de concesión y
adjudicación que fue suscrita el 28 de octubre de
1908.

En la cabecera del documento se señala:


"Testimonio N 48/1908, escritura de concesión y
consiguientemente adjudicación del uso de las aguas
que forman unas vertientes, denominadas ‘Siloli’”,
suscrito entre la Prefectura de Potosí y la Compañía
Inglesa The Antofagasta (Chili) & Bolivia Railway
Company Ltd (FCAB)”.
Las aguas adjudicadas fueron destinadas a la
"alimentación” y abastecimiento de las máquinas de
ferrocarril.

En el documento de 1908, The Antofagasta (Chili) &


Bolivia Railway Company Ltd (FCAB) solicita usar las
aguas de las "vertientes no muy abundantes” que
"brotan en un terreno completamente erial y de
dominio público, pues ni en las inmediaciones a
muchas leguas a la redonda existe propiedad alguna
particular, ni menos campos de cultivo”

En el documento Chile también admite que


con "obras de captación y de canalización, podrían
utilizarse dichas vertientes aunque con coste
crecido, y proyecta ejecutar esas obras para
utilizarlas en el espacio de su línea de ferrocarril”.

La compañía ferroviaria utilizó dicho recurso hasta


1961, cuando la compañía renovó su flota a petróleo
diésel. Sin embargo, las aguas continuaron siendo
utilizadas clandestinamente por diversas empresas
del norte de Chile, principalmente la Corporación
Nacional del Cobre de Chile, y algunas empresas
sanitarias de Antofagasta que la utilizan
comercialmente hasta el día de hoy. Estos usos han
sido realizados sin ningún tipo de autorización por
Bolivia, y la canalización ha sido hecha abusiva y
arbitrariamente por Chile.

EL HÉROE DE CALAMA
Eduardo Abaroa dejó huérfanos a cinco hijos. De éstos,
Andrónico Abaroa Rivero destacó en los negocios. La hija
de éste, Elena, se casó con un croata y tuvieron dos hijos;
uno de ellos, Andrónico Luksic Abaroa, ha fundado en 1950
uno de los mayores grupos económicos de Chile, el Grupo
Luksic que es propietario del Ferrocarril Antofagasta-Bolivia
y además, con la protección del gobierno chileno, usurpa y
negocia con las aguas de los bofedales Quetena, llamado
también Silala, que pertenecen integramente a Bolivia,
victima permanente de las agresiones chilenas.
BIOGRAFÍA DE DON EDUARDO ABAROA Héroe
Boliviano :
El valor individual se conoce sólo cuando es llegado el
momento de la prueba; lo mismo sucede en el patriotismo.
En la guerra de invasión militar de Chile contra Bolivia, se
han distinguido algunos por su coraje y valor en los
combates, por su entereza y energía. Muchos se han
sacrificado por su patria boliviana. Pero se destaca el
nombre de don Eduardo Abaroa, muerto en los combates
de Calama, el 23 de marzo de 1879. Admiramos al hombre
que sabe cumplir con su deber, sucumbiendo con heroísmo
en defensa de su Patria, como Eduardo Abaroa, que jura
morir antes que fugar á la vista del enemigo.
Con estas cortas líneas, damos á conocer al que
verdaderamente se ha portado como boliviano. En 1838
existían en San Pedro de Atacama los esposos don Juan
Abaroa y doña Benita Hidalgo. Ambos eran muy queridos y
respetados. El 13 de octubre de ese año tuvieron un hijo y
éste fue don Eduardo. Fue bautizado por el cura párroco de
ese pueblo Cisterna, y sirviéndole de padrinos don Gaspar
Aramayo y doña Ventura Tejerina, bolivianos. El niño
Eduardo vino al mundo cuando Chile lanzaba de su suelo
legiones de invasores guerreros para echar por tierra la
Confederación Perú- Boliviana, que se había formado con
el objetivo de defender la amenaza del rotaje que quería
apoderarse de las riquezas bolivianas y peruanas. Nació
cuando su nación peleaba contra Chile y murió en manos
de chilenos. En el pueblo de su nacimiento recibió su
educación y desde niño mostró ser de un carácter pacífico,
pero enérgico; su moderación en sus acciones, su afición y
concentración en el estudio, sus buenos modales y
maneras cultas le grajearon el aprecio y cariño de sus
condiscípulos y del argentino Ramón Leguizamón y del
caballero español Irrazabal, que fueron sus profesores. En
poco tiempo aprendió cuanto puede aprenderse en
escuelas de provincias; pero el buscó quien le enseñara la
teneduría de libros, en la que hizo rápidos progresos,
aprendiéndola con perfección. Ya hombre, su pueblo natal
le honró varias veces nombrándolo miembro del Consejo
Municipal, donde su amor a la justicia y al orden, su interés
por el progreso moral y material de la Provincia, lo hizo
presentar al Consejo y llevar a cabo varios proyectos de
adelanto. Mucho le debe la provincia de San Pedro de
Atacama. Conociendo el gobierno de Bolivia en el señor
Abaroa, que era digno de mandar un espacio de territorio,
por su vasta inteligencia y acendrado patriotismo, en
diversas ocasiones lo nombró Sub-prefecto de la provincia
donde había nacido. Mas, don Eduardo Abaroa dio siempre
excusas legales, renunciando el honroso cargo que se le
quería conferir. Le gustaba más, por estar en armonía con
su carácter, la vida privada.
Cuando la ocupación militar de Antofagasta por las fuerzas
chilenas, encontrábase en Calama, y como estaba en la
persuasión de que Chile trataría de posesionarse de ese
punto, fue uno de los que más trabajó por la organización
de la defensa. No envestía carácter militar, pero era
boliviano y sobre todo buen patriota. Algunas personas
trataron de disuadirlo de su empresa y le aconsejaban se
retirara al interior de Bolivia, pero él contestaba a esas
exigencias: “Soy boliviano y lo que voy a defender es
territorio boliviano, prefiero morir antes que huir
cobardemente”.

Llega el 23 de marzo de 1879 y el héroe Abaroa se aposta


con catorce civiles en el puente Tópater para resistir al
ejército araucano, que avanzaba como a las 7 de la
mañana en son de ataque, estando el militar chileno
Eleuterio Ramirez al mando del bien armado Regimiento
de Infanteria 2ᵒ de linea, que se traslada al puente el 23 de
marzo de 1879 e inicia el combate donde son derrotados
los escasamente armados quince civiles bolivianos al
mando de Don Eduardo Abaroa.
En medio del nutrido fuego, Abaroa aviva á los suyos y
les exhorta a la resistencia, dándoles el ejemplo. Todo
inútilmente, la masacre se ha pronunciado contra las
filas bolivianas, quedando él sólo firme en su puesto.
Le intiman a la rendición, pero Abaroa responde
valientemente : ¿RENDIRME YO? ¡QUE SE RINDA SU
ABUELA CARAJO! . Está herido de bala pero no se
acobarda, hasta que otra bala le atraviesa el cuerpo, y
cae moribundo regando con su sangre la tierra que
había jurado defender.
Ha muerto á las ocho y media de la mañana, a la edad de
40 años, 5 meses y 10 días. A las seis de la tarde de ese
mismo día ya estaba sepultado en el Cementerio de
Calama. Dejó a la viuda, la señora Irene Rivero, con cinco
hijos de tierna edad, llamados: Amalia, Andrónico, Eugenio
y Eduardo Segundo Abaroa. Las autoridades de Calama
han hecho cumplida memoria de don Eduardo Abaroa,
entrégandole a la viuda todos los bienes que poseía en
Calama, de los que ya está en posesión. También ha
querido conmemorar su nombre, llamando “Abaroa” al
puente sobre el río Loa, que es por donde vá el camino de
Calama á Caracoles.
El hombre valiente y que como tal muere defendiendo su
patria, no puede ser olvidado; revive y los pueblos
bolivianos agradecen su sacrificio.
Ya han pasado 140 años de la defensa de Calama.
A continuación, podemos apreciar otro mapa, contundente,
que echa por tierra las aseveraciones mentirosas de la
cancillería chilena que cacarea a los cuatro vientos que
“Bolivia nunca tuvo mar”.
CHILI, ARGENTINA AND BOLIVIA (1846)
Autor: Samuel Augustus Mitchell
DETALLE DE LA FRONTERA NORTE DE CHILE

La frontera norte de Chile aparece delimitada por el río


Salado, a la altura del paralelo 25º28’ de latitud sur. Al norte
de la frontera chilena, en territorio boliviano, se encuentra la
mayor parte del Salar de Atacama. Claramente, el
nombre BOLIVIA se extiende sobre el territorio boliviano
representado en el mapa.
Fuente: Mitchell, Samuel Augustus. 1846.
A New Universal Atlas Containing Maps of the various
Empires, Kingdoms, States and Republics Of The World.
Filadelfia: S. Augustus Mitchell.
Recopilación del Ing. Jorge Edgar Zambrana Jiménez.

Nueva agresión :

El desvío de las aguas del Río Lauca

El río Lauca fue boliviano en su integridad hasta la firma del


injusto Tratado del 20 de octubre de 1904, cuando Chile,
además de usurpar todo el litoral boliviano, se apropió de
mucho más territorio. El Dr. Rodolfo Becerra de la Roca
indica que << mediante el Tratado de Ancón, el Perú al
ceder perpetuamente a Chile la provincia litoral de
Tarapacá, claramente señala el límite ancestral oriental con
la República de Bolivia. Entonces, ¿por qué Chile al
imponer a Bolivia el Tratado de 1904, no respetó este
lindero y se internó en territorios bolivianos que en ningún
instrumento fueron objeto de cesión o transferencia a su
favor? ¿Por qué Bolivia permitió esta alteración de límites?
Son territorios que legítima y jurídicamente ingresan en el
derecho de reivindicación; y, sin embargo de todos estos
despojos perpetrados ¡Chile se permite insultar que no
cede, ni regala ni un centímetro de “su” territorio! ¡Existe un
paralelo entre esta postura y la de un ladrón que escupe a
su víctima que lo que le robó no puede devolverle ni
transferirle bajo ningún título! >>
El Tratado es injusto porque ha sido impuesto después de
una invasión militar de conquista, ávida de expansiones
territoriales, y afecta vitalmente al pueblo boliviano al
haberlo enclaustrado geográficamente, atropellando sus
derechos obligándolo a vivir sin su ancestral acceso
soberano al mar, perjudicando de ese modo su progreso.
Dolosamente, se ha sustituido la ocupación con el dominio
y no es legítimo que esa letra sea en la práctica una
condena al enclaustramiento perpetuo de un Estado que,
como el boliviano, merece por derecho propio contar con
sus vitales puertos soberanos que coadyuven a su proceso
de crecimiento y desarrollo.
Chile ha obtenido nuestra riqueza mediante el despojo
y la ley filibustera de que la agresión y la victoria da
derechos, y los bolivianos seguimos embaucados con
la fraseología de la confianza mutua y esperando la
limosna de la “cualidad marítima” que el soberbio
agresor tenga a bien concedernos en una negociación
por un corredor inservible sin puerto al norte de Arica.

Como observa el ilustre analista Rolando Prudencio


Briancon, es inaudito ver al roto Piñera paseando en la
frontera colombiana con Venezuela, como si en su país
Chile no tuviera problemas sociales y políticos que atender;
se ha quedado dos días en la patria de Bolívar, esperando
lanzarse en picada sobre lo que le pueda tocar del reparto
imperial del petróleo y otros recursos, si es que llegara a
estallar la invasión militar y el imperio yanqui se hiciera de
los recursos de los venezolanos.
Así sucedió en 1879 cuando, apadrinados por el
imperio inglés, Chile invadió las costas bolivianas para
apropiarse del salitre y guano boliviano, que el imperio
británico requería apremiantemente, y como
recompensa por aquella alevosía de Chile, sus
gobernantes han usurpado las costas bolivianas hasta
el día de hoy, privándonos de nuestros puertos al mar.

A continuación, anotamos partes de otro análisis que hace


el ilustre abogado boliviano Rodolfo Becerra de la Roca :
LA NULIDAD DEL PROTOCOLO DE 15 DE NOVIEMBRE
DE 1904
<<El Tratado de 20 de octubre de 1904 expresamente se
refiere al restablecimiento de las relaciones de “Paz y
Amistad” entre Bolivia y Chile, terminando, en
consecuencia, el régimen establecido por el Pacto de
Tregua de 4 de abril de 1884, y se fija los límites entre
ambas repúblicas.

En tanto, en el Protocolo de 15 de noviembre de 1904,


indebida e ilegalmente, al margen del Tratado, el embajador
de Bolivia, Alberto Gutiérrez, declara que “habiéndose
controvertido en ocasiones por el Gobierno de Bolivia la
situación de los territorios que se encuentran entre los
Paralelos 23 y 24 de latitud meridional, considera oportuno
dejar establecido que el Gobierno de Bolivia reconoce el
dominio absoluto y perpetuo de Chile en estos territorios”.

Esta declaración oficiosa, que más parece dicha a título


personal, es completamente arbitraria y endeble, por el
mismo alcance de su redacción; ya que en una simple
declaración “considera oportuno establecer…” algo tan
importante que no estaba comprendido en el Tratado.
Creemos que constituye una ilegalidad inaceptable.

Es evidente , lamentablemente, que eminentes


personalidades bolivianas han emitido criterio a favor de
que con este protocolo la posesión arbitraria de Chile del
territorio entre los paralelos 23 y 24 está consolidada.>>

El Dr. Becerra acusa de traición a los sostenedores de esta


posición pro chilena.

Vergüenza debería dar a diplomáticos, militares y


excancilleres bolivianos, quienes quieren trocar salida
al mar por recursos naturales o por mayores
enajenaciones territoriales, satisfaciendo con más
regalos la eterna codicia del usurpador.

Éso es lo que han hecho siempre los ingenuos


gobiernos bolivianos; basta recordar los malhadados
tratados de 1866 y 1874, y el último, por suerte
fracasado, del 8 de febrero de 1975 entre Bánzer y
Pinochet.
EL VERGONZOSO ABRAZO DE CHARAÑA - 8 de febrero de 1975.
Pinochet le dice : Ven, te voy a vender un callejón al norte de Arica. No
tienes derecho a ningún puerto.

EL VERGONZOSO ABRAZO DE CHARAÑA - 8 de febrero de 1975.


Bánzer le responde : “Mi General, la victoria le dá derechos” !!
Como indica el investigador Hugo Aranibar, Presidente de
la Fundación Pro-ecología de Los Andes de Bolivia, desde
la infausta firma del tratado de 1904 y en virtud del artículo
2º de ese instrumento se dispone que el rio Lauca cruce a
la altura de la Vega de Macaya en el hito XX, y dicho río se
ha convertido en internacional, con su curso superior en
territorio chileno y el inferior en territorio de Bolivia.

El río Lauca, nace en las ciénagas y bofedales de


Parinacota, que reciben de las lagunas Chungara,
Cotacotani de la Cueva, más o menos a los 18°10’ de
latitud sud y a los 69°25’ de longitud oeste de Greenwich,
recorriendo territorio actualmente chileno con rumbo al
sudoeste.

Desde su nacimiento hasta el límite fijado en la quebrada


del hito XX, acrece su caudal con el aporte de sus afluentes
Blanco, Portales, Guallatiri. Cruza la actual frontera,
aproximadamente a los 18°35’ de latitud sud y 69°5’ de
longitud oeste de Greenwich.

Chile, ha desviado las aguas del río Lauca por orden del
Presidente de Chile, señor Jorge Alessandri Rodríguez,
instruyendo por radio desde la torre del aeropuerto Los
Cerrillos, para que se abriesen las compuertas de
Chapiquiña, construidas para desviar las aguas del río
Lauca, perteneciente a la Cuenca del Altiplano desde su
cota de más de 4.000 metros sobre el nivel del mar hasta el
valle de Azapa, Arica.
Convirtiendo posteriormente a la quebrada de Azapa en un
vergel y amplificando a la provisión de luz y energía a las
plantas industriales del norte Chileno, porque captaron el
caudal del Lauca con una caída de 1.100 metros de altura
por un canal revestido de 30.5 kilómetros de longitud, luego
por un túnel de 3.5 kilómetros, enseguida por 80 kilómetros
de lechos naturales y, finalmente, por un tubo hasta la
central hidroélectrica de Chapiquiña.

Dicha disminución de las aguas del río Lauca provoca


éxodo rural; antes el aforo indicaba 2.8 metros cúbicos por
segundo en época de estiaje (septiembre), hoy (febrero) el
caudal en época de lluvia es apenas de 1.3 m3/segundo. Lo
cual afecta a la ganadería camélida principal fuente de
ingresos de las comunidades campesinas de las provincias:
Sabaya, Litoral y Sajama del Departamento de Oruro. En
consecuencia, se produce el éxodo rural y desintegración
de la familia campesina.

La falta de agua del río Lauca afecta asimismo a la


comunidad Chipaya. Hoy, solo la mitad de las aguas del
referido río apenas atraviesan sus tierras, desde 1962. La
fauna, principalmente las vicuñas y guanacos, ha emigrado
hacia territorio actualmente chileno.

Han transcurrido 50 años el desvío del Río Lauca y desde


entonces la demanda boliviana efectuada el 15 de abril de
1962 ante la Organización de Estado Americanos (OEA)
permanece archivada y parece increíble que esto ocurra sin
que se pueda remediar a favor de las comunidades
campesinas originarias de Aymaras y Chipayas, esta última
constituida por descendientes del más antiguo pueblo de
este continente, anterior a los Incas y que por supuesto usó
de las aguas del río Lauca antes de que naciera América y
existiera Chile. Estas comunidades campesinas bolivianas
actualmente se debaten en la pobreza, abandono y
desintegración comunal, y sufren las consecuencias del
desequilibrio ecológico.

Rio Lauca
Cada segundo, aproximadamente 600 litros de agua corren
hacia territorio chileno en perjuicio del caudal que
naturalmente debería llegar hacia territorio boliviano.

Esa pérdida llega incluso a 2.500 litros por segundo en


época de lluvias cuando aumenta el caudal.

Rio Lauca desviado


Cada vez que llega un nuevo cónsul chileno a presentar
cartas credenciales a La Paz, la ingenua prensa boliviana le
pregunta: “¿Qué piensa del pedido boliviano de un puerto
soberano?”; y el nuevo escupitajo no se hace esperar :
“¡Bolivia puede tener todas las aspiraciones que quiera,
pero no tiene ningún derecho al mar!”.
Ello contrasta con las expresiones de un honesto profesor
de estado e historiador chileno en 1921: …”En cuanto a
Bolivia, el problema es más hondo todavía, porque es vital;
no puede ella vivir enclaustrada fuera del acceso a la vía
libre del mar [...]. Su salida soberana al mar tendrá que ser
forzosamente un ineludible derecho nacional y un eterno
problema internacional, en cuya finalidad no podrá haber
desacuerdo entre sus hombres [...]. Los hombres que
representen el sentimiento profundo y permanente de la
nación, buscarán necesariamente un PUERTO por el
territorio de Chile, que tiene en su poder todo el antiguo
litoral de Bolivia”
( Carlos Vicuña Fuentes, “La Libertad de Opinar y el Problema de
Tacna y Arica”, pág. 314, Santiago de Chile ).
Por decreto supremo chileno Nº 4611 del 5 de septiembre
de 1921, el profesor Vicuña fue exonerado de sus empleos
que tenía en dos institutos estatales, por haber formulado
expresiones que simpatizaban con el anhelo de Bolivia de
volver al mar.

COMERCIO MARÍTIMO DE BOLIVIA


El comercio exterior de Bolivia depende fuertemente de
Brasil, Argentina y principalmente Chile. Al mes de marzo
de 2015, de las 800.000 toneladas que se han movilizado
por el puerto de Arica, 81% corresponde a carga boliviana.
El viceministro boliviano de Comercio Exterior, Clarems
Endara, afirmó en diciembre del año 2015, que el 80% de
las exportaciones e importaciones de su país en 2015 se
movió por puertos chilenos y ello implica un movimiento que
esos puertos deben cuidar, defender, pues implica empleo
en sus respectivas ciudades.

No obstante, un grupo de ejecutivos de la Terminal


Internacional del Sur S.A. (Tisur) del Perú lleva adelante
una intensa campaña en Bolivia para promover los servicios
del Puerto de Matarani, con el objetivo de mover la carga
de los exportadores bolivianos, con alta capacidad de
almacenaje y espacios amplios.

Desde 2015, la carga boliviana se vio afectada por los


constantes paros que se registraron en los puertos de
Chile, Iquique y Arica, por lo que se buscan alternativas
como la salida soberana que tiene Bolivia en Puerto Busch
hacia el Atlántico por el canal de Tamengo, el uso de
puertos del Perú, como Matarani, y el potenciamiento del
puerto de Ilo, ubicado también al sur de Perú.

Pero no sólo se trabaja con el puerto de Ilo, sino que los


bolivianos también hicieron una explicación, a autoridades
peruanas, sobre la necesidad de consolidar la presencia
boliviana en el Puerto de Callao, y trabajar en la parte
naviera.
PUERTO DE ILO

Según el empresario soyero boliviano, Jorge Requena, uno


de los aspectos que más llama la atención en Matarani es
la capacidad de rotación de camiones con promedios de 1,3
días de estadías porque puede permitir un mayor ahorro y
en caso de algún imprevisto con los puertos chilenos
permitirá un desvío efectivo de carga.
“Hemos visto que se están flexibilizando medidas y
acciones para hacer propuestas más atractivas para los
empresarios bolivianos, como el cobro de 7 dólares por
tonelada, y eso es bueno porque así podemos manejar
nuevas alternativas en Perú, y evitar los platos rotos que
hemos tenido que pagar por culpa de los paros en Chile
que nos han provocado pérdidas millonarias”, afirmó el
empresario boliviano.

PUERTO BUSCH
La construcción del nuevo Puerto Busch posibilitará la
navegación permanente desde Bolivia al Océano Atlántico,
incrementando las exportaciones de soya y hierro del
Mutún.

Puerto Busch es una alternativa estratégica, ya que


representa el único puerto soberano con salida libre y su
utilización es una prioridad para beneficio de los
exportadores, que en estos últimos años han incrementado
los volúmenes de exportación por la Hidrovía Paraguay-
Paraná utilizando puertos brasileños a costa de un
incremento en los costos de transporte.

El funcionamiento del complejo portuario Puerto Busch hará


más competitiva la exportación boliviana, al disminuir los
costos de transporte ampliar la capacidad de carga y
reducir los servicios de puerto, incrementando los
volúmenes de exportación, generación de divisas y empleo.

Habida cuenta de la exitosa senda exportadora transcurrida


por la región cruceña en las últimas dos décadas y tomando
en consideración la tendencia de los volúmenes de las agro
exportaciones en los próximos años, la Hidrovía Paraguay -
Paraná pasa a constituirse en la respuesta más clara a la
necesidad de conectar competitivamente al país con el
mundo, para poder desarrollar actividades de comercio
exterior, al mismo tiempo de crear un espacio de
oportunidades económicas a través de un nuevo polo de
desarrollo.
Es importante la construcción del nuevo Puerto Busch,
gestando la alternativa ideal en lo que concierne al manejo
de granos y minerales para consolidar una salida regular
durante todo el año, por puertos del Uruguay y de la
Argentina. La construcción de Puerto Busch como un
complejo portuario, resultará vital para coadyuvar a la
sostenibilidad de las agroexportaciones bolivianas en el
futuro.
Santa Cruz se ha consolidado como el primer exportador
del país en ventas no tradicionales con casi dos millones de
toneladas despachadas con un fuerte componente de
productos del complejo óleo proteico. Del total
comercializado, casi un millón de toneladas en granos ha
utilizado la Hidrovía Paraguay -Paraná para llegar a los
mercados; asimismo, productos como los derivados del
petróleo, azúcar y alcohol, entre otros, se han exportado
por esta vía hacia diferentes países de ultramar, de esta
forma nace la necesidad del funcionamiento de Puerto
Busch, para una salida directa al Atlántico.
En lo que se refiere al hierro, el más grande reservorio de
hierro de Bolivia y del Mundo se encuentra en el Mutún,
ubicado al Sud-Este del país sobre la divisoria fronteriza de
Bolivia y Brasil a 108 kilómetros de la vieja terminal de
Puerto Busch.
Los transbordos de los productos siderúrgicos de Mutún
tendrían que ser realizados en el puerto de Rosario en
Argentina, hacia barcos de la mayor capacidad. Se estima
que podrán utilizarse barcos de hasta 150.000 toneladas de
capacidad. El costo estimado está en el orden de los $us
7.- por tonelada.
PUERTO BUSCH
Puerto Busch se encuentra directamente junto al río
Paraguay, y su tráfico fluvial no depende de cruzar por
otros países, como sucede con Puerto Suárez, Puerto
Aguirre y Puerto Quijarro, pués los barcos que parten desde
estos enclaves deben atravesar Brasil por el Canal
Tamengo, para poder llegar al río Paraguay.
El proyecto consiste en contar con un puerto, donde sus
aguas sean navegables durante todo el año, que sea
soberano e íntegramente administrado por bolivianos y que
a su vez permita conectarse con los principales mercados
del mundo a través del Atlántico.
Una vez teniendo Puerto Busch de manera inmediata se
podría mover mucha más carga, se calcula que unos 2 a 3
millones de toneladas que podrían ser transportadas por
el río Paraguay.
Existen estimaciones de que una véz habilitado Puerto
Busch y conectado por ferrocarril desde
Motacucito, generaría un flujo económico anual superior
a los $us 380 millones, a lo que se deben agregar las
proyecciones de la Cámara de Exportadores de Santa Cruz
(Cadex), que estima que los volúmenes de carga
aumentarán en 2020 hasta 3,1 millones de toneladas y que
en 2025, solo en exportaciones, la cifra será de 3,9 millones
de toneladas.

Jorge Edgar Zambrana Jiménez


23 de Marzo 2019

¿ CUAL ES LA ESENCIA DEL RECLAMO MARÍTIMO DE BOLIVIA ?


“Para Chile el Mar de Bolivia es un tema de capricho y orgullo
indoblegable, mientras que para Bolivia es un problema se
sobrevivencia económica”
He aquí los hechos históricos que consagran incuestionablemente los
derechos de Bolivia :
Para llevar la demanda marítima ante tribunales internacionales,
Bolivia debe apoyarse en la invalidez del Tratado de 1904, dado que
fue firmado bajo presión militar y como culminación de una guerra de
rapiña instigada por el imperialismo británico de la época.
Considerando que Antofagasta, Mejillones, Cobija y Tocopilla son
puertos marítimos indispensables para el progreso de Bolivia, nuestro
reclamo no hace más que proclamar el derecho inalienable a la vida.
Los pueblos no pueden contemplar impasibles la asfixia de uno de
sus hermanos en un enclaustramiento desesperante.
Chile tiene la obligación moral, política y ética de restituir a Bolivia su
acceso propio y soberano al mar, terminando con el indignante
tutelaje que ha imperado hasta hoy.

Es demasiado el tiempo transcurrido desde que una guerra que inició


Chile en el año 1879 cercenó los territorios peruano y boliviano,
dejando al país charquino en una situación de absoluto menoscabo de
cara al desarrollo y a la posibilidad de contar con los elementos que
hubiesen podido hacer de su comercio un puntal firme para sostener
su desarrollo, tal como lo son el desenvolvimiento portuario y naviero
que le hubiera permitido acceder a ultramar. Bolivia, llevada a firmar
un tratado leonino impuesto por Chile, potencia invasora, abusiva y
victoriosa en la agresión del Pacífico, no tuvo más remedio que
someterse al articulado de dicho documento, ya que carecía de todo
elemento de coerción que le hubiese permitido negociar en
condiciones más propicias.

Restituir a Bolivia por lo menos un puerto útil que le permita el acceso


al mar, no será resultado de una graciosa dádiva, sino un hecho de
justicia. Lo que es legal no es necesariamente legítimo. Y si bien, en la
legalidad de la letra y la firma del tratado de 1904 que se le impuso a
Bolivia, se dice que Chile accede al dominio del Departamento del
Litoral, no es legítimo que esa letra sea en la práctica una condena al
enclaustramiento perpetuo de un Estado que, como el boliviano,
merece por derecho propio contar con su vital litoral que coadyuve a
su proceso de crecimiento y desarrollo.
Bolivia vive desde hace 140 años enclaustrada en pleno corazón de
Sudamérica.

El objetivo político de Chile ha sido siempre el de mantenernos en


estado de impotencia, porque tienen miedo de que nos
fortalezcamos, lo cual va a suceder de todos modos, y que les
llamemos a rendir cuentas de todos sus actos de usurpación
territorial.

Ningún boliviano va a aceptar un trueque de nuestro Departamento


del Litoral por un callejón al norte de Arica, sin puerto propio ni
soberano. Tal dádiva merecería el repudio internacional.

El país vecino trata de engatusarnos con vueltas y engaños cada vez


que se busca reparar la injusticia. Con falsas promesas, cuentos y
fábulas, ofrecen corredores y enclaves inservibles y sin soberanía
marítima.

Con el Tratado de 1904 Chile ha usurpado los territorios arrebatados,


a sabiendas, por el derecho internacional, de que ningún Estado
puede imponer a otro la renuncia a perpetuidad de su territorio e
independencia.
A Bolivia le corresponde recurrir, corrigiendo los desatinos en el caso
del prevaricato de La Haya, ante los Tribunales Internacionales en
demanda de amparo de derecho contra el despojo en que vive, para
eliminar el dominio chileno sobre el litoral invadido, ocupado y
usurpado de facto.

Chile, culpable de nuestra clausura geográfica, tiene la llave del


grillete de la prisión que detiene nuestro progreso. Basta de diálogos
sin resultados, eufemismos y de frases almibaradas de la cortesía
protocolar. Que América y el mundo sepan que Bolivia ya no está
dispuesta a seguir soportando en silencio esta situación humillante.

No podemos continuar siendo, como Nación, un ave sin alas. El


problema pendiente del enclaustramiento de Bolivia seguirá
comprometiendo la paz en Sudamérica, mientras no sea resuelto en
función de los antecedentes históricos.

Ante el poderío militar impuesto por Chile para impedirle a Bolivia su


acceso soberano y propio a un puerto al mar, se puede recordar un
célebre refrán de Confucio: “Se puede quitar a un general su ejército,
pero no a un hombre su voluntad… Tarde o temprano ésta se
impondrá”.
Espero que los verdaderos periodistas bolivianos, difundan a los 4
vientos el mensaje de la pura verdad que les envio en el presente
video. Gracias.
Jorge Edgar Zambrana Jiménez; Ingeniero Civil
Analista de Historia
¡Que se rinda su abuela. Carajo.....!

El 14 de febrero (1879) la población de Antofagasta, en la


que unos 5.000 eran chilenos, unos 500 bolivianos y poco
más de otras nacionalidades, despertó con gran
nerviosismo. Era el día fijado por el Prefecto para el remate
de los bienes de la compañía de salitres para el cobro de lo
que adeudaba por el impuesto de los 10 centavos. El
Prefecto seguía actuando en cumplimiento de las primeras
instrucciones recibidas al respecto. Debido a la demora de
varias semanas que tomaba el correo de La Paz al puerto,
aún no tenía noticia de la decisión gubernamental de
rescisión del contrato con la empresa y su consiguiente
desalojo del Litoral. Tampoco había recibido la carta del
presidente Daza en la que decía que "había fregado a los
gringos". Nunca la recibió, pues cayó en manos chilenas.

A las 7 de la mañana hicieron aparición en lontananza las


siluetas de los navíos "Cochrane y
O'Higgins". El "Blanco Encalada" saludó a sus
compañeros con salvas de artillería. La población chilena
se agitó en el muelle, la plaza y las calles con gran
algarabía. La bandera chilena se enarboló en numerosas
viviendas.

A las 8, se desprendió del "Cochrane" un bote se condujo a


tierra al capitán José M. Borgoño y a un escolta. El oficial
buscó al cónsul de su país y en su compañía se dirigió a la
Prefectura donde entregó al coronel Severino Zapata el
siguiente mensaje: "Considerando el gobierno de Chile roto
por parte de Bolivia el tratado de 1874, me ordena tomar
posesión con las fuerzas a mi mando del territorio
comprendido hasta el grado 23". Contesto el coronel
Zapata: "No tengo fuerzas con que contrarrestar a tres
vapores blindados de Chile, pero no abandonaré este
puerto sino cuando se consuma la invasión".

A las 8,30 desembarcarán 200 soldados armados, con sus


oficiales. La población chilena los recibió con grandes
manifestaciones de júbilo. Grupos de exaltados recorrieron
las calles. Uno de ellos irrumpió en la Prefectura, e injurió
de palabra al Prefecto y a quienes lo acompañaban. Extrajo
la bandera boliviana que estaba izada en el local y la hizo
pedazos. Arrancó el escudo de armas del frontis y lo arrojó
a media calle. Una mujer zapateó sobre él al ritmo de una
cueca que ella misma cantó acompañada con el palmoteo
de sus compatriotas.

En el local de la policía, cuyos 34 gendarmes tomaron el


camino a Cobija para evitar confrontaciones, la hija de uno
de ellos, la niña Genoveva Ríos, ocultó la bandera de la
institución envolviéndola alrededor de su cuerpo, debajo de
su ropa salvándola de ser ultrajada. La conservó consigo
como una reliquia durante 25 años. En 1094, la entregó al
Cónsul de Bolivia y Iquique recibiendo como premio la
suma de 25 bolivianos. Hoy se conserva en la Capital de la
República a cargo de la Sociedad Geográfica e Histórica de
Sucre.

El Prefecto, otras autoridades y algunas familias estuvieron


refugiadas en el Consulados del Perú, hasta el día 16,
fecha en la que se embarcaron en el vapor "Amazonas" de
una compañía inglesa, rumbo a Cobija algunos, y a Arica
otros.
El 14 los comisarios de policía Valverde, Polo y de Valdivia
fueron agredidos por grupos de chilenos. En el salar del
Carmen fueron muertas dos personas.

Las fuerzas invasora chilenas tomaron también posesión de


Mejillones y Caracoles.

El gobierno de Chile explicó su acción militar sobre territorio


boliviano en un comunicado entregado a las misiones
diplomáticas extranjeras acreditadas en Santiago mediante
un documento que contenía esta frase: "El 12 del presente
mes, Su Excelencia el Presidente de la República ordenó
que fuerzas nacionales se trasladarán al desierto de
Atacama para reivindicar y ocupar en nombre de Chile los
territorios que poseía antes de ajustar con Bolivia los
tratados de 1866 1874".
Hay quienes sostienen, sin apoyo de un solo documento,
que el General Daza y sus colaboradores no supieron de la
acción del país vecino hasta el 25 de febrero, Martes de
carnaval, a la medianoche. Eso no es verdad. Documentos
irrefutables, existentes en los Ministerios de Relaciones
Exteriores de Bolivia y el Perú, prueban lo contrario. Desde
luego, la misión del señor Serapio Reyes Ortiz en Lima para
invocar la vigencia del tratado de Alianza, significaba que
gobierno boliviano anticipaba la posibilidad de un conflicto
bélico. El señor Reyes Ortiz salió de La Paz el 9 de febrero.
El 14, el señor Eulogio Doria Medina, que había tomado a
su cargo la cartera de Relaciones Exteriores, expresó al
representante diplomático del Perú, señor José Luís
Quiñones (según éste informó a su cancillería) que el
gobierno "tenía datos para creer que a esa fecha Chile
había entrado al terreno de los hechos apoderándose de
Antofagasta". El 15, el presidente y su canciller leyeron
informaciones del Cónsul de Bolivia en Valparaíso "Coronel
Juan Granier) retransmitidas por el Cónsul de Bolivia en
Tacna (señor Manuel Granier) que decían: "Gobierno
(chileno) ha ordenado a fuerzas reunidas en Caldera ir a
Antofagasta a ocupar el Litoral". El lunes 17 los mismos
personajes recibieron nuevas noticias de la misma fuente
que daban cuenta de que en Santiago se había resuelto "la
ocupación definitiva de Antofagasta". El sábado 22, víspera
de carnaval, el General Daza se enteró que Antofagasta
estaba ocupada por fuerzas militares de Chile por un oficio
que le hizo llegar el Cónsul en Tacna basándose en el
relato de los empleados públicos y otros bolivianos que
tuvieron que abandonar aquel puerto en 16, en el vapor
"Amazonas" y llegaron a Arica el 19.
El General Daza solo interrumpió su divertimiento a la
media noche del final del carnaval, el martes 25, porque le
llegó otro mensaje de Tacna con más detalles de lo
sucedido en Antofagasta y de cuyo texto se enteraron todos
los que, como él, asistían a la fiesta que se realizaba en la
casa del Intendente de Policía, Coronel José María
Valdivia. Este último mensaje llegó por medio del chasqui
Gregorio Colque. Recién se dió por avisado del zarpazo
chileno. Volvió a su despacho presidencial y con ayuda de
sus áulicos redactó un extenso manifiesto dirigido a la
ciudadanía. Al día siguiente, con sus ministros Doria
Medina, Jufré y Méndez firmó dos decretos: Por el primero
declaró "La patria en peligro y en estado de sitio"; por el
segundo, concedió "amnistía amplia y sin restricciones a
todos los bolivianos que por motivos políticos estuviesen
confinados o fuera del país".

Esa noche del 25 de febrero de 1879, un humilde


campesino, mostrando signos de agotamiento, bajaba en
rauda carrera, desde la Ceja de El Alto hacia el centro de la
ciudad, portando entre sus escasas pertenencias una
terrible noticia que causaría sorpresa, conmoción e ira entre
las altas esferas gubernamentales como en la ciudadanía
paceña y nacional. Este valiente y sacrificado héroe era el
chasqui o mensajero Gregorio Collque, a quien en Tacna,
Perú, se le había confiado la delicada misión de llevar la
noticia al gobierno de Hilarión Daza de la invasión chilena al
puerto de Antofagasta la mañana del 14 de febrero de
1879.
Finalmente, el jueves 27 de febrero de 1879, Hilarión Daza
desde el púlpito de la Iglesia de San Francisco, dio a
conocer a los bolivianos la trágica noticia del asalto de las
fuerzas chilenas al puerto de Antofagasta.

El dia 28, otro decreto dispuso la organización de la


Guardia Nacional activa y pasiva: aquélla con todos los
varones solteros de 16 a 40 años; ésta con los casados de
cualquier edad y los solteros mayores de 40. El 1º de
marzo, se dieron a luz tres decretos más. Uno, cortando
"todo comercio y comunicación con Chile". Disponiendo la
salida del país de todos los residentes chilenos en un lapso
de 10 días y embargándoles sus propiedades y bienes.
Otro, declarando al ejército en campaña. El tercero,
rebajando los sueldos de los empleados públicos en 10,
20,25 y 33%, según su monto.

Las poblaciones de toda la república estallaron en


manifestaciones de santa cólera al enterarse de la
ocupación de Antofagasta, Caracoles y Mejillones. En las
capitales de departamento y de provincias marcharon por
las calles al son de músicas marciales, en algunos lugares
portando los retratos del Libertador y el Mariscal Sucre, las
banderas de Bolivia, el Perú y la Argentina.

Las juventudes se presentaron voluntariamente en los


puntos de reclutamiento ansiosas de integrar los batallones
que irían a expulsar al violador de la soberanía patria.
Don Ladislao Cabrera, nacido en el pueblo de Totora, del
departamento de Cochabamba, 49 años, con varios años
de residencia en Arequipa durante su juventud, periodista,
profesor, abogado y político, al producirse el desembarco
chileno en Antofagasta estaba ejerciendo su profesión de
forense en Caracoles, donde también era presidente del
Ayuntamiento y colaboraba en el periódico "El Caracolito".
Conocedor de que fuerzas chilenas se aproximaban al
Litoral, juntamente con el Subprefecto, coronel Fidel Lara,
la guarnición de 20 gendarmes y otros compatriotas, se
retiró a Calama, distante 18 leguas al norte.

Resolvió que allí debía hacerse la primera línea de defensa


contra el invasor.

Los habitantes del villorio respondieron con entusiasmo a


su llamado. Los pequeños grupos de guarnición que
estaban en Tocopilla, Cobija y Chiuchiu se trasladaron a
Calama a ponerse a sus órdenes. Lo hicieron también el
coronel Severino Zapata (llegado de Cobija), el coronel
Fidel Lara, el teniente coronel Emilio Delgadillo, otros 4
jefes, 2 comandantes, 2 mayores, 2 capitanes y 25
tenientes y subtenientes. A mediados de marzo, 126 jefes,
oficiales y soldados y 9 civiles se encontraban listos para su
lucha.

Eran 135 bravos. Les sobraba coraje, pero como


armamento no disponían sino de 35 rifles Winchester, 8
rifles Remington, 30 fusiles a fulminante, 12 escopetas de
caza, 14 revólveres y 32 lanzas.

El 16 de marzo, se presentó en Calama un parlamento


chileno. Entregó al señor Cabrera un mensaje del
comandante de las fuerzas que se encontraban en
Caracoles demandando rendición. Don Ladislao Cabrera
contestó que ni la tropa que lo seguía ni él estaban
dispuestos "a aceptar o someterse a la intimación que se
hacía y que cualquiera que fuese la superioridad de sus
contrarios defenderían hasta el último trance la integridad
del territorio boliviano". El señor Cabrera les dijo: "Que sepa
Chile que los bolivianos no preguntan cuántos son sus
enemigos para aceptar combate".

Calama era un oasis en medio del desierto. Tenía 700


hectáreas de alfalfares regadas por acequias alimentadas
con aguas del río Loa. Era una etapa importante en el
tráfico de pasajeros y carga entre la costa y el altiplano y
entre el norte argentino y el sur del Perú.

La primera intención del gobierno de la moneda, todavía


con algunos escrúpulos de conciencia fue ocupar el litoral
boliviano solamente hasta el grado 23. Explicó a la opinión
pública mundial, mediante una circular a los diplomáticos
extranjeros acreditados en Santiago, que lo hizo como
"reivindicación" del territorio que Chile cedió
generosamente a Bolivia por los tratados de 1866 1874
violados por este país. Al conocer que Bolivia estaba
pidiendo al Perú la aplicación del tratado de alianza, que
reforzaba sus ejércitos de línea con la Guardia Nacional y
que expulsaba a los chilenos confiscándoles sus bienes,
decidió la ocupación de todo el litoral. Con fuerzas
transportadas por el blindado "Blanco Encalada" ocupó los
otros dos puertos: Cobija y Tocopilla.

Cabrera y sus hombres esperaban la aparición del enemigo


desde la partida del parlamentario. Tuvieron 7 días más
para seguir ahondando zanjas y hacer otros alistamientos
defensivos. Al amanecer del 23 de marzo, vieron aparecer
por los caminos a Caracoles las tropas que comandaba el
coronel Eleuterio Ramírez. Se trataba de una división de
544 combatientes (3 compañías de la mejor unidad del
ejército chileno: el 2º, de Línea; una compañía del 4º. de
línea; una compañía de cazadores a caballo; 2 piezas de
artillería de montaña y una ametralladora).

El cruce de fuegos comenzó a las 7 de la mañana. Los


atacantes, divididos en dos columnas, avanzaron resueltos
a cruzar el río por los puentes Topater y Carvajal,
encabezados por unidades de caballería. Los puentes
había sido destruidos una semana antes por orden de
Cabrera. Dice el cronista chileno Félix Navarra: "Los
chilenos que avanzaron muy confiados fueron recibidos por
descargas de fusilería por los bolivianos parapetados en la
orilla opuesta del Loa. Se encabritaron los caballos, hubo
confusión entre los jinetes y se volvió bridas en un
precipitado repliegue. Los bolivianos envalentonados con
esta retirada, con un valor digno de ser reconocido,
abandonaron sus parapetos y tendiendo con tablas un
puente provisorio cruzaron los ríos y persiguieron a
nuestros cazadores". Los actores en esta acción eran el
mayor Juan Patiño, el Señor Eduardo Abaroa, el oficial
Burgos y 8 rifleros.

En el punto donde estuvo ubicado el puente Carvajal


(camino a Cobija) ocurrió lo contrario. Unos 40 chilenos
atravesaron del río y se trenzaron en furioso combate con
los 24 defensores del lugar parapetados detrás del ingenio
de amalgamación de minerales de la firma Artola. La lucha
se extendió hacia el vado de Yalquincha. Uno de los
cañones chilenos, colocado en una prominencia de la
derecha, logró hacer tres disparos, quedando inutilizado por
quebradura de su alza. El otro no llegó a actuar por no
encontrar visibilidad adecuada en el terreno de la izquierda.

Otras fuerzas chilenas rodearon el campo de batalla y


penetraron sin oposición al pueblo de Calama, situado a
unos 3 Km detrás de la línea de combate. Al enterarse de
esto, el señor Ladislao Cabrera no quiso exigir mayores
sacrificios a su gente. Con enemigo en la retaguardia
podían ser copados todos. Se peleaba desde hacia tres
horas. El toque de corneta ordenó la retirada general en
dirección a Chiuchiu, Canchas Blancas y Potosí.
Todos obedecieron menos uno. El Hombre que se quedó
en su puesto nació en San Pedro de Atacama. Tenía a la
sazón 41 años. Era casado y tenía 5 hijos: dos muchachos
y tres niñas. En su infancia, el viento y el frió de la puna
templaron su cuerpo y su espíritu. Aprendió “cuanto es
dable enseñarse en una escuelita de provincia”. En la
Juventud estudió teneduría de libros y contabilidad.
Al llegar a la madurez era un hombre alto, delgado, de
movimientos tranquilos. Cabello encanecido
prematuramente. Frente amplia y despejada, cejas hirsutas,
ojos claros, mirada franca y bondadosa, nariz regular,
labios y mentón cubiertos de bigotes y barbilla haciendo
triangulo. Había llegado a Calama unos 10 días antes, con
asuntos de la mina “Inca”, ubicada a pocos kilómetros al
norte del pueblo.
Fue el primero de los civiles en ofrecerse como voluntario a
don Ladislao Cabrera. Se convirtió en su brazo derecho
para los preparativos de la defensa. Cuando todo estuvo
listo, Cabrera le aconsejó que volviese al lado de su familia.
El le contestó: “Soy boliviano, esto es Bolivia y aquí me
quedo”.

El 23 de marzo, se lanzó a la lucha con inquebrantable


decisión. No le bastó quedarse en una de las trincheras del
Topáter. Cruzó el rió encabezando al mayor Patiño, el
oficial Burgos y los 8 rifleros. Patiño, Burgos y los soldados
cayeron. El permaneció en una zanja armado del
Winchester que llevaba desde principio de las refriega y de
otros dos recogidos de compañeros caídos a su lado. El
peón que vino con él desde San Pedro de Atacama le
ayudaba a cargarlos. Abaroa era tan Quijote que tenía
hasta su escudero.

Quería multiplicarse en un loco afán de contrarrestar la


superioridad numérica del enemigo. Una bala enemiga lo
hirió en la garganta. La sangre salió a borbotones. Siguió
disparando, saltando de un lado a otro de su escondite.
Había llevado consigo una provisión de 300 proyectiles. El
toque de retirada le dolió en el alma. ¿Irse? ¿Retroceder?
¿Ceder el campo al matón? No oyó más los disparos de
sus compatriotas. Despidió a su ayudante con un postrer
mensaje para su esposa y se quedó solo, inmensamente
solo frente al invasor. En ese momento dejó de ser un
guerrero para convertirse en un símbolo, en el símbolo de
una nación que se alzaba como un solo hombre para
cumplir el mandato de Antonio José de Sucre, de morir
antes de ceder un palmo del solar patrio.

El subteniente chileno Carlos Souper narró en una carta


que se publicó en un diario de Valparaíso: "Cuando el
enemigo desamparó bien las trincheras fuimos avanzando,
saltando fosos y cercas, llegando a un cerco chico, donde
había muchos matorrales y un fosito de 10 varas de largo,
con un puentecito de menos de una vara de ancho por
donde había que pasar.

Nos sorprendió constatar que un boliviano desde dentro


hiciera fuego a más de 100 hombres, entre caballería y el 2º
de línea, que iban a pasar por allí. Pues amigos, nos dió
balas duro y fue imposible pillarlo por mucho que se lo
buscaba".

Más el combate unipersonal de Abaroa contra Chile no


pudo durar sino lo que duraron sus balas. Cuando los
chilenos llegaron hasta la zanja lo encontraron apoyado en
una de las paredes, sucio de pólvora, sangre y tierra,
tratando de mantenerse erguido, pese a que con la pérdida
de sangre de dos heridas había menguado mucho su
vitalidad. Seguía en actitud desafiante, con el Winchester
dirigido a sus enemigos, empuñado fuertemente con las
dos manos.

Se le intimó rendición. Abaroa contestó con voz ronca como


un rugido:
"¡Qué se rinda su abuela...Carajo!".

Por que no tenía más proyectiles blandió la frase como una


espada, con la palabrota final como el filo que hendía en la
conciencia de Chile.

Se hicieron dos disparos, que equivalieron a fusilar


asesinando a un moribundo.

Quienes lo mataron, al ver derrumbarse su cuerpo,


creyeron que abatían su rebeldía, que derribaban su
insolencia, que silenciaban su grito de cólera. Se
equivocaron. Lo hicieron inmortal. Lo colocaron sobre un
pedestal desde el cual, con su imagen perpetuada en
bronce, sigue hoy alentando a sus compatriotas a no cesar
en sus esfuerzos hasta recuperar un puerto al mar.

Los mismos chilenos lo enterraron el 23 de marzo en el


cementerio de Calama. Su epitafio habría podido ser su
propia frase: "Soy boliviano, esto es Bolivia y aquí me
quedo".
Los otros Héroes
El "Alto de la Alianza", originalmente meseta de Intiorco,
donde acampó el ejército boliviano-peruano desde el 11 de
mayo hasta el 26 del mismo mes de 1880, ha dado su
nombre, indebidamente, a la batalla más cruenta de la
Guerra del Pacífico. La acción no se realizó en la meseta
misma, sino en el llano o arenal extendido delante de ella.
Por eso, es más propio denominarla "Batalla de Tacna",
pues fue en defensa de la ciudad peruana de Tacna,
ubicada 8 kilómetros detrás, que se produjo la gran sangría
de los dos ejércitos combatientes.
Desde el reconocimiento del campo de batalla efectuado
por el General Manuel Baquedano y toda su oficialidad el
22 de mayo, el comando del General Narciso Campero
esperaba momento a momento la aparición del ejército
enemigo.
El día 25, un grupo de la caballería peruana en misión de
vigilancia, sorprendió a cinco arrieros que en 50 mulas
transportaban odres con agua. Tres de los hombres
lograron escapar, pero los otros dos fueron hechos
prisioneros. Llevados al campamento del Alto de la Alianza,
confesaron que el líquido era para el ejército chileno que
estaba saliendo de Yaras y debía pasar esa noche por
Quebrada Honda, a 11 kilómetros de la meseta de Intiorco,
con intenciones de dar la batalla al día siguiente.
Declararon también que la fuerza chilena se componía de
unos 22.000 combatientes.
Esta cifra representaba el doble del efectivo aliado. En la
reunión convocada por el General Campero, uno de los
jefes opinó que la mejor forma de contrarrestar la
superioridad numérica del adversario era sorprenderlo
mientras descansaba en Quebrada Honda. El General
Campero y todos los demás acogieron la idea con el mayor
entusiasmo. Se impartieron de inmediato las órdenes
consiguientes. Seis horas más tarde, a las 12 de la noche,
los batallones de la alianza salieron de sus posiciones y
divididos en tres columnas paralelas avanzaron por el
arenal.
La oscuridad, agravada por la "camanchaca" o niebla del
desierto, desorientó a los guías. Las unidades de la
columna de la derecha se entremezclaron con las del
centro, produciéndose gran confusión. Campero dispuso el
retorno al Alto de la Alianza. Fogatas encendidas en la
meseta sirvieron de faros para guiar el movimiento
retrógrado. La columna de la izquierda, que no pudo ser
encontrada por el oficial que llevaba la orden de
contramarcha, siguió su avance y fue recibida con disparos
de los centinelas chilenos apostados al borde de Quebrada
Honda. Ignorante de la suerte de las otras dos, tuvo que
permanecer quieta y en silencio en el lugar alcanzado. Al
amanecer del 26, dándose cuenta de su soledad en las
proximidades del enemigo, volvió precipitadamente hacia
Intiorco, hostigada con disparos de la artillería chilena.
Los integrantes del ejército chileno recibieron la bendición
de su capellán general con una rodilla en tierra y salieron
de su campamento a los acordes del himno nacional de su
patria y la canción de Yungay. Sumaban un total de 19.000
combatientes. El dato de los arrieros había sido un tanto
exagerado. De todos modos, eran muy superiores
numéricamente al ejército aliado que sólo tenía 12.000
(6.500 peruanos y 5.500 bolivianos).
Peruanos y bolivianos tuvieron que aprestarse a la lucha sin
haber dormido nada. Solamente algunos jefes, entre ellos el
General Campero, pudieron tomar un brevísimo descanso,
después de la falsa maniobra de la noche. Los peruanos
recibieron un poco de desayuno en sus cocinas. Los
bolivianos ocuparon sus posiciones de combate sin
refrigerio alguno, salvo uno que otro a cuyo lado pudo llegar
su esposa o amante con algo de alimento.
El Subteniente Daniel Ballivián, del batallón "Colorados",
recordó en su diario: "Las bombas de la artillería chilena
pasaban zumbando por encima de nuestras cabezas para
sepultarse en la arena muchos metros detrás. La tropa se
lanzaba al suelo al sentir la llegada de los proyectiles y
volvía a levantarse lanzando vivas burlándose de la mala
puntería del enemigo. Las bandas de música contribuían a
mantener el buen humor llenando el aire con sus dianas y
bailecitos".
La artillería aliada estaba ubicada delante de los infantes, al
borde de la meseta que enfrentaba el enemigo. Su misión
era diezmar a los chilenos mientras se aproximaban, para
que, en seguida los batallones de infantería saliesen a su
encuentro a definir la contienda con sus fusiles y
bayonetas.
Muy escasas tenían que ser las posibilidades de victoria de
quienes, obedeciendo a órdenes de una estrategia errónea,
abandonaban la ventajosa posesión de la meseta de
Intiorco y salían a pelear en la pampa contra un adversario
superior en número y en potencial de fuego; de quienes
habían pasado la noche en vela, en una marcha y
contramarcha absurdas y cuya mitad tenía el estómago
vacío desde el día anterior.
El diálogo de los cañones duró desde las 9 hasta las 11 de
la mañana, con muy pocos efectos en uno y otro campo. La
mayoría de los proyectiles se enterraban en la blanda arena
sin estallar. A las 11, la vanguardia de la Primera División
chilena cambió disparos iniciales con la vanguardia aliada
que estaba delante de la meseta, en el costado izquierdo.
Conforme la Segunda y Tercera divisiones chilenas se
fueron aproximando a sus objetivos, el centro y la derecha
de los aliados, el combate se generalizó con creciente
intensidad.
El batallón "Sucre" se cubrió de gloria en el ala izquierda
cargando sobre el enemigo con singular denuedo y
haciéndolo retroceder profundamente. Pero su heroísmo le
costó caro. De los 503 combatientes de la chaqueta
amarilla, 205 cayeron muertos y 178 heridos, ¡el 80 por
ciento de su efectivo!
Mediante un contraataque, los chilenos recuperaron el
terreno perdido y semi rodearon al batallón boliviano
"Viedma", que retrocedió desordenadamente, arrastrando
consigo al batallón "Victoria", del Perú. El ala izquierda se
sostuvo precariamente por la reciedumbre con que entraron
a la refriega el batallón peruano "Huáscar" y el boliviano
"Tarija".
En el centro los batallones peruanos "Zepita", "Cazadores
del Misti" y "Arica" rivalizaron en bizarría con los bolivianos
"Padilla" y "Chorolque". En ciertos momentos, callaron los
fusiles y actuaron las bayonetas.
La aproximación chilena al ala derecha fue más cautelosa.
Los aliados tenían allí un reducto formado con sacos de
arena como protección para piezas de artillería. La lucha en
este sector también adquirió gran ferocidad. El desangre de
ambos contendientes fue tan abundoso como en el centro y
el ala izquierda.

A la una de la tarde, el Coronel Eliodoro Camacho, que


comandaba el costado izquierdo, hizo pedir al General
Campero que le mandase a los batallones "Colorados" y
"Aroma", que constituían la única reserva, en vista de que
los chilenos se habían aproximado a la meseta y trataban
de rebasarla poniendo en peligro todo el dispositivo aliado.

Los batallones de la chaqueta roja, que estaban detrás del


reducto de la artillería en el ala derecha y que durante tres
horas habían esperado ansiosamente que se les diera la
orden de participar en la batalla, cruzaron al trote el
campamento del "Alto de la Alianza" y gritando <¡Rotos del
espantajo, amárrense los calzones que aquí entran los
Colorados de Bolivia!> ingresaron a la planicie por el
extremo izquierdo con ímpetu incontenible.

Los chilenos escaparon y tuvieron que ceder el campo que


habían ganado en las dos horas precedentes.
"Colorados" y "Aromas" llegaron hasta varias piezas de
artillería aproximadas por el enemigo en ese costado y
tomaron posesión de 6 cañones Krupp. El Coronel
Ildefonso Murguía, que comandaba a las dos unidades,
ordenó que se dejasen de lado los trofeos y se prosiguiese
la maniobra.

El General Baquedano, a fin de detener la profunda


incrustación enemiga en sus filas, dispuso que fuera
contrarrestada por una carga de los 500 jinetes del
Comandante Tomás Yávar.

El batallón "Colorados" al ver aproximarse la furiosa


cabalgata contraria, con pasmosa rapidez y disciplina,
obedeciendo a órdenes de Murguía, formó "cuadros" con
frente de lucha a los cuatro puntos cardinales, para evitar
ser copado. Los seis "cuadros", con una primera línea de
tiradores con una rodilla en tierra y una segunda,
inmediatamente detrás, de pie, detuvieron a los granaderos
de Yávar con una infranqueable barrera de proyectiles. Los
jinetes tuvieron que voltear cara y huir.

"Colorados" y "Aromas" volvieron a desplegarse en líneas


de combate y siguieron su avance a paso de vencedores.
Baquedano les opuso las tropas frescas de su Cuarta
División. Los infantes de la chaqueta roja, con sus efectivos
diezmados, su munición a punto de agotarse y sus energías
físicas exhaustas, retrocedieron combatiendo para no caer
en poder del enemigo. Su retroceso coincidió con igual
situación en el centro y costado derecho de los aliados. No
se tenía un solo soldado más de reserva. En el campo
chileno el General Baquedano contaba todavía con 4.000
soldados que no habían participado en la acción.

Los "Colorados", como se llamaba al Batallón Daza, 1º de


Linea Granaderos de la Guardia, considerados lo mismo
que Dn Eduardo Avaroa los héroes máximos de la defensa
de nuestro Litoral, fueron víctimas de los temores del
gobierno y el desprecio de sus compatriotas. Se tuvo miedo
de su carácter altanero, de su engreimiento, de su fama de
valientes. Se los disolvió como unidad militar para que se
perdieran en el anonimato de la ciudadanía mediocre y
fueran olvidados.

El periódico "La Tribuna" de La Paz dijo día antes de que se


cumpliese el primer mes de la batalla de Tacna en la que se
comportaron como leones :
"Viernes, 25 de junio de 1880. Ayer han sido disueltos los
pequeños fragmentos del antiguo e histórico Batallón Primero
que, según las palabras notables de un escritor compatriota,
puso, sostuvo y quitó siete gobiernos. Nos placemos de la
oportunidad con que se ha verificado la dispersión. Cansados
estamos de valerosos vencidos en Tacna y era inconveniente
conservar rezagos que han pertenecido a una escuela tan
militarizada, que eran una amenaza o más bien un peligro
público constante, al lado de fuerzas armadas más nuevas,
más pacientes, menos altivas, y que prometen corresponder
con honor al orden y la ley".

Y añadió en su siguiente número :


"Una vez que se ha disuelto y desarmado el grupo del antiguo
e histórico batallón "Colorados", esperamos
fundamentalmente que no serán enrolados en los otros
cuerpos, como lo han hecho en otras ocasiones algunos jefes
improvisados...".
Meses después, a reiteradas instancias de su antiguo jefe,
el Coronel Ildefonso Murguía, se reorganizó el batallón de
los famosos veteranos y se los destinó a Sucre. En la
capital de la república, al cumplirse el primer aniversario de
la batalla de Tacna, el 26 de mayo de 1881, quisieron
festejar su hazañosa actuación y para tal efecto reclamaron
el pago de los siete días de socorro que se les debía. Se
les negó el dinero. Se sublevaron y durante cuatro días
tuvieron a la ciudad a merced de su borrachera, hasta que
llegó el batallón "Ayacucho" de Potosí y tomó presos a 46.
Los demás escaparon. De los 46, se eligió a 8,
considerados los cabecillas. Se los sometió a juicio, se los
condenó a muerte y se los fusiló en la plaza de armas de
Potosí. Sus cadáveres fueron arrojados a una fosa común.
Así fueron los primeros tratos que la patria dió a sus
mejores soldados. Sólo años después, la historia los ha
consagrado como héroes y los pocos que en su vejez
volvieron a vestir la casaca roja y el pantalón blanco recién
han merecido el respeto de sus conciudadanos.
Apuntes basados en recopilación
de un escrito de Roberto Querejazu Calvo

El 26 de Mayo de 1880 marca para Bolivia un hecho triste a


la vez que glorioso. En esa épica jornada fueron sacrificadas
por la patria las grandes figuras de los Colorados de Bolivia,
merecedores de la gratitud nacional.... ¡Salve a ellos!
Consumado el doloroso cautiverio de nuestro Litoral, nos
queda por ahora la experiencia de ese suceso tan luctuoso
para aleccionarnos.
El 12 de enero de 1875 el Ministro de Guerra de Bolivia y
comandante en ese entonces del legendario batallón
Colorados, don Hilarión Daza, llegó en misión de estado al
puerto de Mejillones; allí estaba el buque de guerra chileno
“Abtao” cuyo capitán lo invitó a subir a bordo y tuvo la
desfachatez de informarle que estaba haciendo un
reconocimiento científico de la costa y puertos bolivianos,
por orden del Gobierno chileno. El Ministro no dijo ni hizo
algo al respecto, y su negligencia no le permitió darse cuenta
que el tal “reconocimiento científico” era el preparativo para
una planificada próxima invasión para hacerse dueños del
guano, salitre, plata y cobre bolivianos, en una agresión de
conquista.

Cuatro años después se presentaron en Antofagasta navíos


de guerra de Chile, irrumpiendo en nuestro suelo el 14 de
febrero de 1879 con un ejército pertrechado con
financiamiento de Inglaterra, portando los mejores fusiles,
ametralladoras y cañones de la época. Esos buques
blindados eran los más perfectos de su clase, salidos de los
astilleros ingleses para la marina chilena. Ante la
indefensión y el abandono gubernamental de nuestras
costas, se produjo el ataque de agresión y usurpación del
Departamento del Litoral. Bolivia no tenía ni un solo buque
y se hallaba sin armas y sin recursos de guerra, y en aquel
trance de honda y amarga crisis, armada sólo de dignidad y
altivez y sin tener montado ningún material militar y
desposeída de los equipos y bastimentos indispensables
para una campaña militar, fue al encuentro de su pérfido y
criminal agresor.
El acto atentatorio a la soberanía e independencia de
Bolivia, se agravó más escandalosamente con la ocupación
filibustera de los puertos de Mejillones, Cobija y Tocopilla.
La invasión se hizo extensiva a Calama, donde 135 valerosos
civiles bolivianos desprovistos defendieron solitos hasta el
último trance la integridad de nuestro litoral, contra 1400
soldados chilenos bien pertrechados.
Así, se le arrebató a Bolivia toda su costa incluyendo sus
vitales puertos. El general Daza no tomó ninguna
precaución durante el transcurso de los años 1875-78, no
obstante que ya sabía de las intenciones agresivas de los
chilenos. Esa es la razón por la que el Gobierno no socorrió a
Calama.

El 1° de abril de 1879 Chile declaró la guerra al Perú, ya que


lo que le interesaba también era destruir al país incaico
reduciendo a polvo sus puertos, su infraestructura
ferrocarrilera y arrebatarle sus valiosos depósitos de guano y
salitre. Fue en realidad una guerra inglesa contra Bolivia y
Perú, con Chile como el instrumento. El poder militar
peruano era débil, escaso y mal preparado.

Desde mayo hasta octubre de 1879, un solo buque peruano,


el Huáscar, se batió contra toda la escuadra chilena; y
mientras tanto Chile, que ya había ocupado todo el litoral
boliviano desde el paralelo 24° hasta la desembocadura del
río Loa, no pudo desembarcar ni un solo soldado en
territorio peruano. Pero luego de ser destruido el Huáscar
combatiendo contra blindados incomparablemente
superiores, el Perú perdió su fuerza naval y el camino de la
invasión terrestre a Tarapacá quedó abierto.
El 2 de noviembre es tomado el puerto de Pisagua luego de
ocho horas de combate, donde 217 peruanos al mando del
teniente coronel Issac Recavarren y 964 bolivianos al mando
del general Pedro Villamil, todos mal alimentados, mal
vestidos, y provistos de armamento obsoleto, se enfrentaron
a 13.000 chilenos bien pertrechados que desembarcaron en
44 lanchas procedentes de 20 buques de su escuadra, uno de
los cuales, el Pelican, enarbolaba el pabellón inglés. El
ataque era apoyado con el cañoneo ejercido por un blindado
y cuatro corbetas, además del nutridísimo fuego de
ametralladoras procedente de los demás barcos y lanchas,
más el apoyo de granadas y cohetes modelo Congreve de
última tecnología de esa época, lo cual ocasionó también el
incendio de toda la población. Muy pocos en el mundo
podrían sobrepasar el heroísmo que demostraron los
defensores aliados en lucha tan desigual. En esta acción, las
puertas del Perú fueron arrancadas de sus goznes y
arrojadas sobre la arena. Entonces, los invasores pudieron
ingresar y abalanzarse sobre la provincia de Tarapacá,
donde iba a tener lugar la batalla decisiva en la meseta de
Intiorco a siete leguas de la población de Tacna, en la que
4.800 peruanos y 4.200 bolivianos se enfrentaron a 22.000
enemigos que los rebasaban grandemente en cuanto a la
potencia de su armamento.
Durante la noche anterior al combate, los soldados de la
Alianza salieron de sus posiciones emprendiendo larga y
penosa caminata, atravesando a tientas ríspidos arenales, y
trataron de sorprender desprevenidos a los contrarios que
dormían en su acantonamiento de Quebrada Honda, pero
equivocaron el camino debido a la niebla, y antes de que
ocurriera un desastre mayor se tuvo que ordenar la
contramarcha.

A las siete de la mañana del día siguiente, se produjo la


batalla; los aliados estaban con el estómago vacío, cansados
y sin haber dormido.
La artillería chilena tenía 60 unidades de la última
generación de cañones alemanes Krupp de calibre 9, además
de 1.700 jinetes de una caballería bien equipada, apoyados
por las más modernas ametralladoras modelos Gattling y
Hotchkins.
Los aliados sólo contaban con 21 piezas de diminutos
cañones ya obsoletos de calibre 6.
La infantería chilena estaba armada con fusiles
modernísimos modelos Comblain, Beaumont y Grass, en
contraste con los anticuados Remington, Chassepot y
Emans de los contrarios, careciendo éstos de caballería.

Los Colorados de Bolivia se alistaron para entrar en acción


en el Campo de la Alianza. El desigual combate duró ocho y
media horas consecutivas y al batallón peruano “Victoria” le
vino tanto pavor en sus filas que luego de entrar en
desorden a la batalla, se dió a la fuga.

Los “Colorados” ingresaron al hervidero de balas, donde el


jefe del famoso batallón, Coronel Ildefonso Murguía, lanzó
el terrible reto: “¡Rotos del espantajo, amárrense los
calzones que aquí entran los Colorados de Bolivia!” y
los 542 gigantes arrancaron al trote disciplinadamente y
avanzaron desplegados en guerrillas, sin perder su
formación ni la uniformidad de sus movimientos. Cayeron
por diez partes distintas sobre el enemigo, vomitando fuego
en oleadas destructoras e incontenibles haciendo retroceder
a las tropas invasoras y deshaciendo a los batallones
chilenos Buin, Valparaíso, Chillán, Esmeralda, Santiago y
Navales, demostrando de lo que es capaz un pueblo
indómito ante la afrenta de un invasor tenáz que amenaza
su soberanía.

Aquellos Colorados eran los combatientes de una pesadilla;


caían heridos pero para ponerse de pie enseguida y sus
chaquetas rojas cruzaban como relámpagos ante los ojos
despavoridos de los soldados chilenos que quedaban
cegados. El tremendo batallón, aunque estaba siendo
diezmado por la superioridad numérica de los contrarios,
avanzaba siempre, arrollando y aniquilando, luchando uno
contra diez. El choque era terrible y la carnicería espantosa
en un combate cuerpo a cuerpo con ferocidad inenarrable.

Ante la arremetida tremenda y la furia desencadenada de los


bolivianos, el comando chileno dio la orden a toda su
caballería de cargar contra ellos para atropellarlos a toda
velocidad y luego envolverlos con el propósito de hacerlos
pedazos, utilizando carabinas Winchester, lanzas y sables
curvos. Los Colorados inmediatamente procedieron a la
formación en cuadros, exactamente la misma con la que
Wellington derrotó a Napoleón en Waterloo. Cuando la
caballada estaba a 15 metros, fue recibida por descargas
mortíferas, una tras otra, que introdujeron un espantoso
desorden en las bien organizadas filas del regimiento
enemigo; los caballos se encabritaron y muchos jinetes
rodaron muertos; otros lograron llegar hasta los cuadros y
sus lanzazos fueron rechazados a bayonetazo limpio; los
demás dieron media vuelta cabalgando a la desbandada y
escaparon, impotentes para romper los cuadros de esos
hombres heroicos. Cuatro veces seguidas se sucedieron las
cargas de los jinetes enemigos y todas fueron rechazadas.

Desarticulada la caballería y deshechas la primera y segunda


divisiones de infantería mapochinas, debido al empuje
boliviano, la suerte de Chile estaba entonces pendiente de
un hilo y casi se les escapó de las manos su victoria final;
sólo los libró el hecho de que los aliados no tuvieron
reservas de infantería y artillería.

Los invasores procedieron entonces a barrer


atronadoramente el terreno que ocupaba el valiente,
aguerrido y temido batallón Colorados, sembrando la
muerte con su moderna y poderosa artillería manejada
admirablemente por escogidos artilleros ingleses y
alemanes. El heroismo y arrojo de los bolivianos fue en vano
ya que se hizo materialmente imposible alcanzar un
resultado feliz.

Los chilenos tenían abrumadoras reservas de miles de


soldados de infantería que fueron puestas en acción
seguidamente para encerrar a los aliados en un semicírculo
de fuego y acabar con los últimos que quedaban, quienes se
vieron obligados a batirse en retirada ya que no había
refuerzos, puesto que un contingente de 13.000 hombres
peruanos, que se hallaban en reserva en Lima y Arequipa
para ser enviados a Tacna, a último momento habían
recibido la orden del oligarca dictador Piérola de no
moverse de sus cuarteles, decisión promovida por la quinta
columna chilena.

Terminada la batalla, los rotos procedieron al “repase”, es


decir al asesinato de los aliados heridos que habían quedado
tendidos. En la historia también se recuerda que los caballos
del ejército chileno pisaron a los soldados de la casaca roja y
amarilla y buscaron cuidadosamente a los Colorados
tendidos que aún respiraban para clavarles sus afiladas
bayonetas. Luego, la matanza prosiguió en la indefensa
Tacna, a la que las hordas invasoras convirtieron en un lago
de sangre, no sin antes dedicarse a saquear las casas y
abusar bárbaramente de las mujeres.

Es así como el arrogante e implacable invasor ha privado


impunemente a Bolivia de su Litoral y la ha reducido a la
condición de colonia tributaria sometida a dominio
perpetuo y tutelaje portuario, ante la mirada indiferente y
cómplice de los demás Estados americanos.

De los Colorados solo quedaron 75 sobrevivientes, y en la


retirada hacia la cordillera murieron 46 que estaban heridos
de gravedad. Se ha criticado que Bolivia se retiró dejando al
Perú abandonado a su suerte. Nada más faláz; el ejército
boliviano sobreviviente estaba reducido a una
insignificancia y sin dotación bélica. Los restos de las tropas
bolivianas quedaron imposibilitadas, deshechas e inútiles
para continuar la defensa del territorio del aliado peruano.

Durante la contienda, numerosas epidemias asolaron todo el


territorio boliviano, diezmando hombres, animales y
alimento agrícola. En cambio, Chile se había preparado con
varios lustros de antelación, para la invasión sorpresiva, y
contaba con una marina bien equipada que, dueña de toda
la costa, pudo desembarcar numeroso contingente
preparado y abastecido.
Once días después, en fecha 7 de junio, cayó en poder del
enemigo la ciudad de Arica. La agresión chilena fue terrible;
los rotos utilizaron ampliamente la nueva arma prodigiosa:
la ametralladora.
La muerte y la destrucción fueron ejercidas sin piedad,
aniquilando a las fuerzas defensoras y poblaciones civiles,
dejando zonas arrasadas, saqueadas e incendiadas a su paso.

El Perú tuvo que sufrir la ocupación de Lima durante tres


años, donde en forma deliberada y afrentosa se buscó, con
odio, humillar y dejar postrada a esa nación con acciones de
holocausto, devastación, saqueo, violación, escarnio,
destrucción y muerte sin que se respetara nada ni a nadie,
en medio de una orgía de sangre y alcohol de la soldadesca
chilena dirigida por sus oficiales.

VER EL SIGUIENTE ESCLARECEDOR VIDEO :

https://www.youtube.com/watch?v=Djt7dxQn3vE

para enterarse de lo que ha estado oculto y secreto hasta


la presente fecha, acerca de la actuación de los gobiernos
peruanos durante la agresión chilena.

Una vez de regreso en el país después de la derrota, el nuevo


oligarca presidente Narciso Campero decretó la confiscación
de sus tierras a los restantes campesinos que todavía se
habían librado de ese atentado durante el gobierno de
Mariano Melgarejo. Esta usurpación interna que agravaba la
externa, acrecentó la crisis que ya estaba inaguantable por
recrudecer el déficit alimentario, las epidemias y las
protestas sociales.

El nuevo Gobierno feudal procedió a disolver los restos de


los cerca de 1000 sobrevivientes defensores del Litoral, para
librarse de tener frente a él una fuerza armada de artesanos
y campesinos desmoralizados por la derrota y por el
hambre. El 8 de agosto de 1881, despóticamente y con el
pretexto de que los soldados estaban sembrando alborotos
en Sucre, reclamando irrespetuosa e insubordinadamente
sus salarios impagos de varios meses, Campero ordenó el
fusilamiento público de 8 de los 29 sobrevivientes del
heroico batallón Colorados, y a puertas cerradas fueron
abatidos otros 20, genocidio en masa que proyecta sombras
siniestras sobre dicho mandatario, quien, además, es
sospechoso de haber sido integrante de la quinta columna
chilena, al igual que lo fue Piérola del Perú.

Narciso Campero, oligarca nombrado a dedo


“Presidente de Bolivia”

Así, fueron tratados como vulgares criminales los héroes


defensores de la patria. En un rasgo de salvajismo, se
dispuso que los cadáveres quedaran a la expectación
pública, sin atención ninguna, hasta que 24 horas después
fueron recogidos por una caritativa dama que los trasladó al
cementerio, desafiando la orden presidencial. Los
venerables restos no tuvieron, por parte de ninguna
autoridad, ni siquiera una guirnalda.

Recién, 39 años después, los restos de los Colorados fueron


trasladados al panteón de la ciudad de Potosí, acto en el cual
se acercó un hombre al borde de la tumba para depositar
una lágrima; era el último sobreviviente del Batallón
Colorados, a quien una feliz casualidad libró de ser
victimado en Sucre; se llamaba Sargento Nemesio Miranda.
Así terminó el único homenaje a aquellos héroes épicos,
cuyo asesinato ha llenado de vergüenza a toda Bolivia.

Ing. Jorge Edgar Zambrana Jiménez

Veamos ahora la propuesta del excandidato a la presidencia


de Chile, Alberto Mayol :
Precandidato a la presidencia de Chile dice que hay que
olvidar el pasado (¿?) y dar mar a Bolivia.

25 de mayo 2017
Alberto Mayol, precandidato presidencial del Frente Amplio
(FA) para las elecciones en Chile, planteó dejar atrás el pasado
y garantizar acceso al mar con soberanía para Bolivia, por el
corredor (neomelgarejista) de Hugo Bánzer y Pinochet.
Medios chilenos destacan las afirmaciones de Mayol durante
un debate televisivo con su contrincante Beatriz Sánchez en la
fase de precandidaturas de cara a las elecciones
presidenciales en ese país.
Según el político chileno, al resolver el aislamiento boliviano al
océano pacífico, Chile también gana acceso al centro del
continente, y potencia sus posibilidades de desarrollo.
“Nuestra propuesta es simple: Bolivia está aislada del mar, es
un problema para Bolivia, olvidémonos del pasado (…) Chile
también está aislado del centro del continente, del país más
grande del continente que es Brasil”, aseguró Mayol.
“Nosotros decimos kilometro por kilómetro, salen al mar,
obtienen mar, obtienen pesca, van a tener su puerto ( los
bolivianos sabemos que en ese lugar ni Dios puede hacer un
puerto ); nosotros (dice Mayol) entramos al continente,
construimos infraestructura de un corredor atravesando
Bolivia y llegamos a Paraguay, llegamos a Brasil, tenemos
oportunidades de desarrollo enormes hacia el centro del
continente”, puntualizó. Además dijo que “dicho corredor que
Bolivia les regalaría, tendrá que ser soberano para Chile” !!

En el programa "El Informante", en la Televisión Nacional de Chile,


Mayol declaró:
“Lo que planteo es que Bolivia tiene un problema con la ausencia
de acceso al mar y nosotros tenemos un problema con la
penetración al continente. Para ambos es un problema y
consideramos que éso tiene solución. Que ambos países pueden
hacer un canje territorial ( callejón inservible a cambio de corredor )
que permita, ambos con soberanía, que Chile tenga acceso
privilegiado a los recursos y conexiones que estamos
necesitando”. Mayol se opone a devolver los puertos usurpados
porque argumenta que Chile no puede cortarse en dos, pero no
tiene escrúpulos para proponer cortar en dos a Bolivia con un
corredor para salir ellos al Atlántico.
En su criterio, la demanda marítima boliviana nunca debió
llegar a estrados judiciales internacionales y debía resolverse
en el marco de un debate político. “Bolivia se equivocó de
camino, fué a lo judicial cuando ésto era un debate político de
la mayor importancia”, sostuvo Mayol.
Las declaraciones del precandidato surgieron al calor del
debate preelectoral, y añadió que, “en el litigio presentado en
La Haya, el tema se ha `maritizado´ en exceso, y éso es
responsabilidad de las autoridades de Bolivia y también de las
chilenas".

¿ Qué les parece el nuevo chiste chileno ? Esa propuesta


de canje territorial “kilómetro cuadrado por kilómetro cuadrado” sale
de las mismas élites gobernantes chilenas -Alberto Mayol no es
más que su vocero- que antes de devolver un puerto quieren
hacerse territorio, dentro de su famosa doctrina de “El espacio
vital”, en la que consideran que los chilenos tienen el “derecho
moral” de invadir territorios ajenos llenos de recursos, gracias a los
cuales se espera atender al crecimiento y desarrollo de su
población.

A continuación, sorpréndanse viendo al Presidente de Bolivia


reunido muy amigablemente con el jefe de campaña del chileno
Alberto Mayol, donde el roto seguramente le quiere tomar el pelo
sobre cómo partir en dos a Bolivia para que Chile salga por Brasil
al Atlántico, y Bolivia se quede con el callejón inservible al norte de
Arica. Pero, estamos seguros que nuestro Presidente no caerá en
la trampa ante la astucia de los mapochinos.

Sin embargo, el Mandatario indicó que "jóvenes chilenos frente a la


vieja política pinochetista apuestan por integración y beneficio
multilateral para la Patria Grande". "Saludamos en Chile una
nueva generación con una nueva visión, que asume
responsabilidad para resolver salida al mar con soberanía", agregó
Evo Morales.
Morales envió ese mensaje un día después de reunirse
ingenuamente en Ecuador con Esteban Silva, jefe de campaña del
precandidato presidencial chileno del Frente Amplio Alberto Mayol.
El Presidente Evo Morales no se da cuenta que la política
pinochetista es la misma que está asumiendo Mayol, esta vez con
disfraz democrático.

el jefe de campaña de Alberto Mayol, Esteban Silva, se reunió en Quito con el


Presidente boliviano Evo Morales, el 26 mayo 2017
El presidente Morales dice que confía en la nueva generación chilena.
Foto: ABI
Realmente, es el colmo de la ingenuidad boliviana.

Esta ingenuidad es tradicional en Bolivia, tal como podemos


recordar en algunos hechos del pasado :
1. Melgarejo regaló a Chile territorio legítimamente
boliviano, desde el río Salado en el paralelo 25º28’
hasta el paralelo 24º.
2. Bánzer le propuso a Chile intercambiar territorios de
Potosi, a cambio de un inservible callejón sin puerto
al norte de Arica.
3. Bolivia presentó la demanda ante la Corte de La Haya,
proponiendo que se obligue a Chile a negociar un
acceso soberano al mar. Cuando la Corte le preguntó a
Bolivia qué cosa entiende por acceso al mar, el
gobierno respondió que no iba a contestar ya que
ese tema lo iba a discutir con Chile. Por suerte para
Bolivia, la Corte dictaminó que no había para Chile
ninguna obligación. De ese modo nos libramos de
volver a suplicar a Chile el triste corredor al norte de
Arica.
4. El actual ministro de la presidencia, Quintana, declaró
a la prensa, durante su anterior gestión, que Bolivia no
necesita a ninguna Potencia para respaldarle y
ayudarle en su conflicto con el usurpador Chile. Dijo el
ingenuo que “nos bastamos solos”.
5. El actual candidato a la presidencia Carlos Mesa ha
declarado públicamente que el triste callejón al norte
de Arica es la única solución que le queda a Bolivia
para acceder nuevamente al mar.
6. Chile ha obtenido nuestra riqueza mediante el
despojo y la ley filibustera de que la agresión y la
victoria da derechos, y los bolivianos seguimos
embaucados con la fraseología de la confianza
mutua y esperando la limosna de la “cualidad
marítima” que el soberbio agresor tenga a bien
concedernos en una negociación por un corredor
inservible sin puerto al norte de Arica.
7. El ex-canciller Fellman Velarde declaró, en 1967,
que “Bolivia no puede recurrir a la ONU ni a la OEA
en su reclamo portuario, porque dijo que estos
organismos han sido creados para preservar el
dominio territorial actual de los Estados miembros”.
8. El Dr. Jorge Siles Salinas, miembro de la Academia
Boliviana de la Historia, postula que el tratado de
1904 pertenece al pasado y que en 1975 Bánzer y
Pinochet fijaron la “única” solución cual es el
inservible callejón al norte de Arica.
9. El ex-presidente Carlos Mesa Gisbert, en la sesión
en el Banco Central el 23 de Marzo 2004, ha
expresado ingenuamente que la propuesta del
callejón de Bánzer-Pinochet fue creativa, realista y
seria.
10. La “diplomacia de los pueblos” de Evo Morales
el año 2006 no tiene sentido, ya que en el
referéndum del año 2004 el pueblo dijo que si Chile
quiere comprarnos gas, primero debe devolvernos
un puerto soberano. El presidente Evo Morales, en
la minicumbre de cuatro mandatarios del 4 de Mayo
2006 ofreció gas barato a todo Sudamérica, sin
mencionar para nada la indicada resolución del
pueblo boliviano. Evo Morales se dejó avasallar por
Hugo Chávez, presidente de Venezuela, quien
aseguró a periodistas chilenos diciéndoles “ustedes
tienen asegurado su gas por cien años”,
refiriéndose al gas ofrecido por Evo Morales, y se
olvidó de apoyar a Bolivia en su reclamo marítimo.
11. La remoción de hitos en la frontera con Bolivia
por parte de Chile fue una constante en la historia
entre ambos países. Un claro ejemplo fue cuando
autoridades de la provincia Sabaya, en el
departamento boliviano de Oruro el año 2009,
denunciaron la remoción de tres hitos fronterizos
intermedios con Chile, lo que provocó que una
comunidad de Bolivia quedara en territorio
chileno. Se ha documentado una serie de casos en
que elementos chilenos han manipulado hitos de
demarcación fronteriza, cambiando su ubicación y
replegándolos más hacia el interior de Bolivia.
Después de verificar personalmente en el terreno
mismo, el ingeniero boliviano Guillermo Rosso
Mendieta, siendo Primer Vicepresidente del Senado
de su país, preparó, en mayo de 1994, un Informe
Técnico que dejaba al descubierto una serie de
anomalías en los hitos y cordones que demarcaban
la línea fronteriza entre Bolivia y Chile.
En su estudio se informa que de los 96 hitos referidos
en el Tratado de Paz y Amistad de 1904, sólo 51
conservan su ubicación original; los 45 restantes o han
sido movidos de su posición original (hacia el interior del
territorio boliviano), o eliminados del todo por manos
irresponsables chilenas. Él declara: "La geofagia
insatisfecha y el convencimiento de que las clases
dirigentes bolivianas no opondrían ninguna resistencia [
!!! ] indujeron a Chile a seguir recorriendo,
sistemáticamente, los hitos fijados en el Tratado de
1904, hasta apoderarse de la totalidad de los colosales
bofedales en las nacientes de los grandes ríos que
irrigaban el altiplano occidental, como ser : Todos
Santos, Lauca, Caquena y otros, además de incursionar
en suelo más adentro de Bolivia y construir
clandestinamente canales para robar el agua del bofedal
Silala. Han usurpado y depredado los depósitos de
azufre ubicados al oriente de la nueva línea de
fronteras: Juriques, Licancábur, Sairecábur, Jorgencal,
Olca, con todos los volcanes ubicados en dicha línea; al
igual que han desviado todas las corrientes de agua
hacia los territorios depredados, apoderándose además
de todos los cerros mineralizados. Algo nuevo y fatídico
es que Chile está dando concesiones a empresas que
usan la lixiviación con cianuro, y las aguas que no
desvió corren el peligro de contaminarse con este
peligroso veneno. Esta vandálica usurpación sólo ha
sido posible con la complicidad de la Cancillería
Boliviana, especialmente de sus Comisiones de Límites.
12. El endeble gobierno de Montes no pudo dar mayor
muestra de irracionalidad e incapacidad que el
siguiente mensaje entreguista y traidor a su propia
Patria, publicado en “El Comercio” de La Paz, Bolivia,
el 8 de enero de 1905: “ Debido a que la prolongación
de la tregua aniquilaba lentamente al país en vez de
vigorizar sus expectativas, y ante la imposibilidad de
mantener por más tiempo un estado financiero y
administrativo que esterilizaba todos los esfuerzos
progresistas de la Nación, el Tratado de 1904 es la
libertad comercial, la autonomía aduanera, el
desenvolvimiento de la industria nacional, el desarrollo
de nuevas fuentes de trabajo... y, lo que es muy digno
de considerarse, es la salida fácil y rápida al mar ”.
Ese fue el saludo de la oligarquía boliviana al tratado de
1904, en contra de la soberanía e independencia de la
Nación.
13. Bolivia nació a la vida de Estado independiente
“con el atributo del mar”, con cuatro puertos útiles, y no
es concebible que el irracional estatus impuesto por la
agresión y el predominio de la fuerza bruta militar
perpetúe el encierro de todo un pueblo que siente la
desventaja de no poder desarrollarse libremente como
las demás naciones americanas, a tono con los
requerimientos de la vida del Siglo XXI. Se trata, por
cierto, en su cualidad, de la pérdida territorial más
indiscutible como pérdida, la más grave de modo
terminante para el destino de Bolivia, que nos ha
condenado a un porvenir dependiente del tutelaje
portuario chileno desterrándonos detrás de la cordillera
para convertirnos en país minusválido, cohibido,
aislado y atrasado bajo la carga del agresivo y
perverso Tratado de 1904, firmado bajo coacción y que
nos obliga a ser un país tributario.

El Congreso Internacional reunido en París en 1856 ha


concertado el Nuevo Derecho Internacional que no
reconoce la “conquista” para enseñorearse mediante la
fuerza militar de territorios ajenos. Chile ha pisoteado este
principio al ocupar militarmente el Departamento del Litoral
boliviano.

El Pacto Americano celebrado en Washington en abril de


1890 ha establecido que “la teoría de la conquista será
repudiada por el Derecho Internacional Americano y no se
reconoce y se considera nula toda cesión de territorio
hecha bajo amenaza de guerra o en presencia de fuerza
armada. La Nación que hubiere hecho tales cesiones,
tendrá derecho a exigir su devolución”.
Chile está impidiendo, por medio de arbitraria ocupación
militar del Litoral de Bolivia, el cumplimiento de este pacto.

La Octava Conferencia Internacional Americana efectuada


en Lima el 22 de diciembre de 1938 ha resuelto que: “Se
reitera como principio fundamental del Derecho Público de
América, que no tendrán validez ni producirán efectos
jurídicos la ocupación y/o la adquisición de territorios ni
ninguna otra modificación o arreglo territorial o de fronteras
mediante la conquista por la fuerza, o que no sean
obtenidas por medios pacíficos. No se reconoce situaciones
derivadas de los hechos antes mencionados, compromiso
que constituye un deber que no puede ser eludido unilateral
ni colectivamente”.

Las normas consagradas por la OEA en abril de 1948


rezan: “La victoria no da derechos. El territorio de un Estado
es inviolable; no puede ser objeto de ocupación militar ni de
otras medidas de fuerza tomadas por otro Estado, directa o
indirectamente, cualquiera que fuere el motivo, aun de
manera temporal. No se reconoce las adquisiciones
territoriales o las ventajas especiales que se obtenga por la
fuerza o por cualquier otro medio de coacción”.

La intransigencia y prepotencia chilenas han llegado al


extremo de increpar a la comunidad americana de que no
se entrometa en los asuntos de la reivindicación marítima
de Bolivia.
La Convención de Viena acordada en 1968 declara nulo
todo tratado cuya celebración se haya obtenido por la
amenaza, la coacción o el uso de la fuerza.

Las Resoluciones 2131, 2160, 2625, 2734, 2799, 2936,


2949, 3175, 3176 (I,7) y 3314 de la ONU de los años 1965,
1966, 1970, 1971, 1972 y 1973 afirman y reafirman
categóricamente que la usurpación de territorios por la
fuerza es nula, inadmisible e ilegítima, por lo cual los
territorios ocupados deben ser obligatoriamente devueltos.
No podemos seguir subordinados a la política chilena, con el
argumento de que es un país con mayor poder económico y
militar. ¿Cuál es la razón, por cierto, por la cual Bolivia
todavía no acaba de darse cuenta de esta situación? Parece
que el boliviano es un pueblo que está sumido en la
INGENUIDAD. Lo que llama la atención, en efecto, es la
indiferencia, el desgano y perplejidad con que nuestro país,
sus congresales y sus gobiernos ven un hecho tan decisivo
no sólo para su ser inmediato sino también para su futuro. ¿
Qué se puede esperar observando la chilenofilia de algunos
políticos, escritores, y aun de catedráticos y alumnos de la
Facultad de Historia de la UMSA de La Paz, que faltan al
respeto a nuestro héroe epónimo Eduardo Avaroa
calificándolo de “comerciante que defendió sus propios
intereses” y cuya memoria, dicen, fue fabricada recién el
Siglo XX para obligar a los escolares a homenajearlo ? . ¿
Qué se puede esperar de “analistas políticos” que se
expresan públicamente en los medios de comunicación
diciendo que nos contradecimos cuando declaramos que el
agua es un derecho humano y al mismo tiempo exigimos
que Chile nos pague por el agua del Silala ?. O sea, según
ellos, Chile tiene el derecho humano de seguir robándonos
impunemente !! ¿ Qué se puede esperar cuando
diplomáticos bolivianos, como el ingenuo ex-cónsul en Chile
Dn Jorge Siles Salinas, declaran públicamente que Bolivia
nunca más va a reclamar sus territorios marítimos usurpados
y que solamente aspira a un corredor (inservible) al norte de
Arica, el cual, según él, es la única solución al vergonzoso
problema pendiente del enclaustramiento que nos ha
impuesto Chile ? .
14. Bolivia debe conservar su dignidad fundada en no
renunciar a sus derechos ineludibles, en sostener
nuestra integridad moral, nuestro orgullo patrimonial,
hasta recuperar nuestro mar, manteniendo el
verdadero compromiso de honor, sin prestarse para
coro de la hipocresía mapochina. El 23 de marzo del
2007 se produjo un acto hipócrita del gobierno y del
ejército chileno, invitando al gobierno boliviano a un
acto de conmemoración de la muerte de nuestro héroe
Eduardo Abaroa. El Ministro de Defensa de Bolivia
asistió ingenuamente y no pronunció en dicha
oportunidad ni un reclamo sobre la injusticia de nuestra
prisión.
Nosotros no necesitamos ningún “homenaje” de nuestro
carcelero; lo que exigimos es la devolución de nuestros
puertos para solucionar el enclaustramiento. No puede
existir gran amistad, confianza mutua, acercamiento,
diálogo franco, transparencia ni integración donde impera la
injusticia del dominio colonial y la fuerza bruta. Dicha
agenda sólo da lugar a negociaciones interminables bajo la
espada de Damocles del “dominio perpetuo” que anuncia
nuevas aviesas agresiones.
A Bolivia se le ha cercenado el territorio que constituía una
verdadera válvula de su vida, pues hemos quedado
completamente aislados del mar y con un carácter de
tributarios de las naciones limítrofes; nos han quitado
nuestra independencia, que es un derecho inalienable e
imprescriptible y que se lo debe considerar fuera del
alcance de las transacciones humanas. El tratado de 1904
ha incurrido en una violación flagrante de ese derecho
primordial. La comunidad internacional reprueba y anula
todo tratado que afecta directamente a la independencia de
los pueblos. La ONU debe revisar y reparar la enorme
injusticia que se ha cometido contra Bolivia y debe obligar a
Chile a rectificar sus errores y atropellos, de acuerdo con la
justicia y la equidad humanas.

15. En los años 1975-76 los propósitos expansionistas


del viejo usurpador, prepotente y arrogante, llegan a
contar nuevamente con el apoyo de círculos oficiales,
políticos, empresariales y militares de Bolivia, y el
gobierno de Hugo Bánzer mostrando su carácter
chilenófilo llega al extremo de intentar aceptar un
tratado entreguista con Chile, regalando territorio vital y
estratégico del altiplano a título de trueque, mutilando
nuevamente las provincias Carangas de Oruro y Sud
Lípez de Potosí, canjeando las lagunas Colorada y
Verde, más la zona de la captación de los ojos de agua
Silala usurpada por Chile desde 1906 sin pagar ni un
centavo, autorizando el aprovechamiento de lo que
queda de las aguas del río Lauca desviado por Chile
en 1962 en una nueva agresión a Bolivia, ofreciendo el
tendido de un poliducto para abastecer de gas a las
industrias mineras del norte actual de Chile y a las
industrias petroquímicas y de refinería a instalarse en
puertos chilenos, a cambio de un corredor miserable
sin puerto al norte de Arica, más el antojito chileno de
que se deje testimonio solemne de que dicho callejón
represente la “solución definitiva” a la situación de
enclaustramiento de Bolivia.
Con ese fin se organizó una ceremonia de abrazo con el
demente dictador chileno Augusto Pinochet, parafraseando
públicamente, para colmo de la vergüenza e
inconsecuencia, que “la fuerza y la victoria dan derechos y
que Chile no debe nada”. Es decir, el ingenuo Presidente
de Bolivia estaba vergonzosamente “aceptando” ante el
Presidente de Chile que el usurpador de nuestro litoral tiene
el “derecho” inmoral de la fuerza bruta para invadir nuestra
Patria e imponer sus apetitos.
16. El dominio actual que Chile ejerce sobre el litoral
ocupado, es un dominio de fuerza, impuesto sin
respeto al derecho. Es un despojo que se ha originado
después de firmado el fraudulento tratado de 1904, el
cual equipara los derechos legítimos de propiedad
boliviana con el dominio ilegal chileno sobre un
territorio ocupado durante la invasión y la guerra. Pedir
a Chile cumplimiento del “tratado de paz” y la
mejora del “libre tránsito”, tal como lo hacen los
chilenófilos, es como pedir soga para ahorcarse.
Bolivia reclama lo que es suyo propio, a pesar del dominio
“absoluto y perpetuo” que Chile le impone con un despojo
armado. El Departamento del Litoral, por derecho y por ley
es territorio del Estado Boliviano, aunque hoy bajo
dominación ilegítima y de facto.
El “melgarejismo” ya ha regalado nuestra costa que va
desde el paralelo 24 hasta el río Salado; luego, hemos
sufrido la invasión de 1879, cuando nos han usurpado el
Litoral hasta la desembocadura del río Loa. No debemos
seguir con la chilenofilia; dejemos de lado los “abrazos de
Charaña” . Posicionemos el tema marítimo en la agenda
internacional, buscando aliados y escenarios que nos
acerquen a la reivindicación del Litoral cautivo, para lo cual
los bolivianos deben cada día renovar su fe y duplicar sus
esfuerzos. Tenemos que rechazar la política de “confianza
mutua” y “mar a como dé lugar”, y debemos exigir la
reparación del atropello de 1879, y esto sin claudicaciones
ni compensaciones a Chile.
El Gobierno transandino debe aceptar que persiste el
problema y que no tenemos una “aspiración” a conseguir
algo que es suyo sino un derecho a recuperar nuestro mar,
el litoral y los puertos soberanos que nos fueron
arrebatados.
Chile quiere engañar al mundo entero cacareando a los
cuatro vientos de que “es un asunto zanjado para siempre y
que no deben nada, ni están obligados a nada, mucho
menos a devolver un PUERTO SOBERANO”. Si bien, en la
legalidad de la letra y la firma del tratado de 1904 que se le
impuso militarmente a Bolivia, se dice que Chile accede al
dominio del Departamento del Litoral Boliviano, no es
legítimo que esa letra sea en la práctica una condena al
enclaustramiento perpetuo de un Estado que, como el
boliviano, merece por derecho propio contar nuevamente
con sus vitales puertos SOBERANOS, con los que sustenta
su DERECHO AL MAR. Sudamérica aspira al imperio de la
paz y el desarrollo integrado, y por ello el problema
pendiente con Chile se convierte automáticamente en
multilateral. Los organismos internacionales especializados
deben exigir a Chile la solución del enclaustramiento de
Bolivia.
No se ha conformado Bolivia ni se conformará nunca con
este inicuo enclaustramiento. Como es claro su derecho,
así también es su protesta, firme, tenáz e invariable; y, a
medida que el tiempo transcurre, y que la necesidad de sus
puertos propios se acrecienta, es más fuerte y
desesperada. No ha de cejar. No reclamamos las riquezas
de que nos han despojado y que han labrado la prosperidad
de Chile; puede el detentador quedarse con ellas. Lo que
reclamamos son nuestros históricos puertos marítimos,
para tener libre comunicación con el mundo. Porque ya es
demasiado que, después de que nos han arrebatado
nuestra hacienda, todavía se nos encarcele.
17. El actual ministro de Economia de Bolivia, Sr. Luis
Arce, en su anterior gestión, se ha atrevido a decretar
una ingenua ley que ningún país, en toda la historia
moderna del mundo, lo ha hecho. HA PROCEDIDO A
DEVALUAR EL DÓLAR. Toda la gente trabajadora de
Bolivia tenía sus pequeños ahorros en dólares, como
siempre es costumbre en Bolivia y en el mundo. Un
dólar valia 8 bolivianos, y este ingenuo ignorante ha
impuesto que desde esa fecha valga 7 bolivianos.
Entonces, todos los ahorristas han perdido gran parte
de sus sacrificados ahorros. Como premio a su
incapacidad, el presidente lo ha vuelto a nombrar su
ministro de economía. Es tal la ingenuidad del
periodismo boliviano, que ninguna radio, ni periódico,
ni televisión, han dicho o dicen algo al respecto.
Por tal catástrofe, el pueblo ha procedido a la
bolivianización de sus depósitos financieros. El 96% están
en moneda nacional y los bancos hoy tienen preferencia
por la moneda nacional y no por el dólar. Denunciamos
ahora a quienes insisten en la necesidad de devaluar el
boliviano. ¿Qué exporta Bolivia?: gas y minerales, cuyos
precios internacionales se están desplomando.
Es importante reconocer que los empresarios mineros
dejan regalías e impuestos miserables, y además solo
quieren vivir del Estado. En consecuencia, una delictiva
devaluación irá en beneficio del empresario para aumentar
el precio a sus exportaciones, PERO en perjuicio de la
población que tendría que aguantar esa pérdida del poder
adquisitivo de la moneda, nuevamente. Además, ello
ocasionaría una inflación similar a la del pasado boliviano ó
la actualidad venezolana. El rio suena porque piedras trae,
dice el refrán; el Vicepresidente Linera manifestó que:
“Están hablando de devaluación, esos políticos, los de la
derecha, los vendepatrias, están hablando de devaluar el
boliviano". Señaló que “si ahora una casa vale $us 10.000,
con la devaluación costará entre $us 7.000 y $us 3.000”. En
la realidad, dichas declaraciones traen oculta una segunda
intención, cual es “ir acostumbrando a la población a
escuchar la terrible palabra DEVALUACIÓN, de modo que
la reacción popular no sea tan tremenda cuando lancen la
ingenua delictiva medida.
Todos los que han transformado a bolivianos lo que les
quedaba de sus pobres ahorros en dólares, están
temblando por lo que pueda hacer ahora el INGENUO
ministro de economía. Por el momento, el gobierno está
decretando ingenuos aumentos salariales, dobles
aguinaldos y bonos, con lo que creen aumentar sus cuotas
electorales. Error terrible. La desocupación aumentará en
pocos meses a niveles insostenibles. Esos aumentos
salvajes provocan la destrucción de la pequeña y mediana
industria. Ingentes cantidades de pequeños y medianos
empresarios han emigrado de la ciudad del Alto al Sud del
Perú, donde se les ofrece todo tipo de ventajas. Las
consecuencias, para la poca industria nacional, son
desastrosas. Los trabajadores del país exigen que la base
de negociación del aumento salarial sea del 5,5% al haber
básico y 3% al mínimo nacional. Juan Carlos Huarachi,
ingenuo ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB),
dijo que el incremento salarial va ‘sí o sí’. Por su parte, el
otro ingenuo dirigente de los Confederación de Fabriles de
Bolivia, Vicente Pacosillo, informó que pedirán al gobierno
un incremento salarial del 10% al haber básico y un 12 % al
mínimo nacional. El presidente de la Federación
Departamental de la Micro y Pequeña Empresa
(Fedemype), Néstor Sandy, indicó que las pequeñas
empresas no están en las condiciones de incrementar el
salario. “La COB tiene que empezar a deponer ese tipo de
actitudes, porque nosotros generamos empleo y la Central
Obrera lo que debe hacer es garantizar las fuentes de
empleo. No hacer imposiciones ni caprichos”, subrayó
Sandy.
Ing. Jorge Edgar Zambrana Jiménez

FINALMENTE, HABLANDO ALGO MÁS DEL MALHADADO


TRATADO DE 1904, PODEMOS DENUNCIAR QUE OTROS
RÍOS TRANSFRONTERIZOS ENTRE CHILE Y BOLIVIA,
COMO EL RÍO PUTANÍ, EL CAQUENA (QUE DEFINE LA
FRONTERA ENTRE LOS HITOS 92 Y 93 ), EL RÍO TODOS
SANTOS, EL ISLUGA/SITANÍ, EL CURICAUMA, EL RÍO
CANCOSA Y EL SACAYA, ESTÁN SIENDO DESVIADOS
CLANDESTINA Y PREPOTENTEMENTE HACIA EL LADO
CHILENO, SIN QUE LOS MIEDOSOS E INGENUOS
MILITARES DEL GRAN CUARTEL DE MIRAFLORES
DIGAN ESTA BOCA ES MIA.

Grandes tratadistas, como Juan Albarracin Millán,


han expresado que conoce la comunidad
internacional de naciones que Bolivia nunca le ha
transferido a Chile sus legítimos derechos al mar
y nunca ha renunciado a su soberanía marítima.
En el tratado de 1904 se reconoce el “dominio
absoluto y perpetuo” de Chile sobre el litoral de
Bolivia, ocupado por Chile. No se habla de
“propiedad” de Chile. Ni siquiera se declara
expresamente la palabra “protectorado”. En las
diferentes cláusulas, se indica sólo la dominación
de Chile sobre Bolivia a través de ingerencia
política, empobrecimiento económico sistemático
de Bolivia, se menciona una colonización
progresiva sobre Bolivia mediante la pérdida de
soberanía marítima, tributación a través de un
dizque libre tránsito, enclaustramiento con
privación de libre navegación y de libre comercio.
En dicho tratado de 1904, al decretar y declarar
su “dominio”, Chile se nombra a si mismo como si
fuera propietario del litoral, sin que exista
ninguna cláusula de transferencia de derecho de
propiedad. Se omite mencionar que Chile ha
invadido militarmente nuestro litoral. Sus
diferentes cláusulas exponen el objetivo chileno
de expandirse, despojando a Bolivia.
Chile debe de una buena vez comprender que no
existe hoy la intangibilidad de los tratados en el
derecho internacional público; tampoco la
eternidad del despojo impuesto por un país sobre
otro.

Al margen de ello, podemos declarar que el indicado


tratado de 1904 no es un documento imparcial, ni es
justo, ni tampoco ha solucionado el tremendo atentado
de enclaustrar salvajemente a todo un pueblo que
necesita urgentemente un puerto útil, PROPIO; porque,
actualmente, Bolivia, por falta de SOBERANÍA pierde la
posibilidad de que su producto interno bruto crezca
entre 1 y 3 por ciento, lo que implica una perjuicio
económico de entre 400 y 1.000 millones de dólares al
año, aseguró a BBC Mundo el economista y gerente
general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior
(IBCE), Gary Rodríguez. Asimismo, el presidente de la
Confederación de Empresarios Privados de Bolivia
(CEPB), Ronald Nostas, ha calculado que Bolivia pierde
1.000 millones de dólares al año y un 2 por ciento del
PIB por no tener un puerto soberano al mar. El impacto
económico para el país es grande, alcanzando la merma
anual al crecimiento en aproximadamente un 2,7 por
ciento sobre el Producto Interno Bruto (PIB).

Un estudio de la Organización No Gubernamental


Oxfam reveló que la falta de puerto soberano al océano
Pacífico impide a Bolivia crecer hasta 1,5 por ciento al
año, es decir deja de percibir cerca de 1.500 millones
de dólares por su situación de mediterraneidad. Esto
debido a trabas burocráticas y los costos en el tránsito
del comercio de importación y exportación por puertos
chilenos.

La investigación llamada “Bolivia: un país privado


de litoral” relata que el traslado de carga desde
China a Bolivia es de 0,31 dólares por kilómetro frente
a 0,14 dólares desde China a Colombia, y que el costo
del transporte puede llegar a incrementarse hasta en
un 75 por ciento frente a los países con costa. A ésto se
le agrega los retrasos en frontera, cobros e
imposiciones a la carga, los problemas en las naciones
de tránsito y la ausencia de infraestructuras adecuadas
que generan un aumento desproporcionado de los
costos del comercio.

Un informe de Naciones Unidas, dado a conocer en


2016, indica que el precio por contenedor para los
privados de costa soberana es de 4.350 dólares para
las importaciones y de 3.550 para las exportaciones.
Siendo que el promedio para el resto de los países está
en el rango de 1.150 dólares.

Los costos de transporte de Bolivia son los más altos de


América del Sur, con un 31 por ciento superior a la
media continental. La presuntuosa “Intangibilidad de
los Tratados” no es aplicable a la realidad internacional
actual, por lo cual es posible renegociar el “Tratado de
1904”. Aquí, por supuesto, la política de retorno a
nuestro mar sin compensaciones ni más regalos
territoriales debe ser mantenida prioritaria y
completamente. En su estrategia internacional Bolivia
tiene que mejorar, y establecer buenas relaciones
diplomáticas principalmente con las primeras potencias
para que ellas apoyen a nuestra causa justa.

Los problemas entre otras naciones como Panamá y


Estados Unidos han superado todo antagonismo, han
logrado una solución satisfactoria, resultado de una
voluntad valiente para vencer un pasado de rencores,
resentimiento y odio y reemplazarlo por un futuro
mejor forjado por intereses que beneficien a ambos
países. Los bolivianos creemos firmemente que es el
momento oportuno para que Bolivia y Chile muestren
también al mundo que pueden lograr la reconciliación y
el arreglo a esta injusta situación. No podemos seguir
anclados en posiciones y pensamientos pasados. Ya que
nuestra responsabilidad es grande con las generaciones
futuras.

Bolivia no renunciará jamás a recuperar un


PUERTO propio, libre, útil y soberano en el
Océano Pacífico. Cualquier futura negociación con
Chile deberá ser hecha con el auspicio y amparo
de una Primera Potencia amiga, y con medidas de
traslado de nuestro comercio marítimo hacia
puertos peruanos en el Pacifico y puertos
bolivianos, argentinos y uruguayos hacia el
Atlántico por medio de la hidrovía que es un
sistema fluvial formado por los ríos
internacionales Paraguay y Paraná, siendo una
vía navegable natural con una inclinación mínima
que elimina la necesidad de construir esclusas.

Desgraciadamente, hay analistas bolivianos,


ingenuos y chilenófilos, respaldados por algunos
periodistas, que cacarean de que la Corte de La
Haya ha cerrado para siempre, según ellos, la
soberanía para Bolivia en el Pacifico.
En realidad, lo que La Haya simplemente ha
dictaminado es que las declaraciones
diplomáticas unilaterales pasadas de Chile, que
asumian la intención de solucionar el
enclaustramiento boliviano, no le obligan a
negociar la devolución de un puerto a Bolivia;
pero, la Corte nunca ha dicho que Bolivia no tiene
derecho a un puerto soberano.

BOLIVIA NO PUEDE VIVIR AISLADA DEL MAR; AHORA Y


SIEMPRE, EN LA MEDIDA DE SUS FUERZAS, HARÁ
CUANTO LE SEA POSIBLE POR LLEGAR A RECUPERAR
POR LO MENOS UN PUERTO SOBERANO, Y NO PODRÁ
RESIGNARSE A LA INACCIÓN. ES UN ASUNTO QUE
COMPROMETE LAS BASES MISMAS DE SU EXISTENCIA.

CHILE NO DEBE OLVIDAR NI POR UN INSTANTE QUE NO


PUEDE AHOGAR A BOLIVIA. DEBE DEVOLVERNOS AL
MENOS UN PUERTO QUE NOS PERMITA INGRESAR AL
INTERIOR SIN ZOZOBRA, SIN PEDIR VENIA. CHILE NO
PUEDE NI DEBE MATAR A BOLIVIA.

BOLIVIA SIEMPRE HA EXPRESADO SU PREDISPOSICIÓN A


ENTABLAR NEGOCIACIONES DE BUENA FÉ CON CHILE, Y
NUNCA HA RECIBIDO RESPUESTA POSITIVA. AHORA SE
DEBE INTENTAR QUE LAS PRIMERAS POTENCIAS DEL
MUNDO ACOMPAÑEN ESTE ESFUERZO QUE PRETENDE
LEVANTAR PARA SIEMPRE NUESTRO
ENCLAUSTRAMIENTO QUE OBSTACULIZA EL PROCESO
DE INTEGRACIÓN EN SUDAMÉRICA.
Los libros de los expertos Alberto Virreira Paccieri
y Cástulo Martínez demuestran jurídicamente que
Bolivia nunca ha perdido su DERECHO a recuperar
un puerto con soberanía en el Pacifico. Invitamos
al lector a leerlos.

Ing. Jorge Edgar Zambrana Jiménez


23 de Marzo 2019
Entrega del Silala a Chile
“Bolivia está a punto de cometer un error histórico”

La historia depredadora de la oligarquía de Chile


contra Bolivia, en alianza con las empresas
transnacionales, no concluyó con el hurto del Litoral.
Hoy están detrás de los recursos hídricos del Altiplano
boliviano. Luego viene el gas natural, las reservas del Litio
y minerales de la cordillera y la gestión acelerada de los
corredores bioceánicos de exportación excluyendo a Bolivia
para marginarnos y doblegarnos a sus designios.

Las clases dirigentes que han gobernado Bolivia desde su


nacimiento tienen la traición de haber permitido la
enajenación de nuestro territorio y de sus recursos
naturales. En este periodo histórico, de tanta
significación con la presidencia del presidente Evo Morales,
debería darse la certeza al pueblo boliviano de que
ese ominoso pasado llegó a su fin; sin embargo, es el
historiador chileno, Cástulo Martínez, quien alerta que
el gobierno boliviano está a punto de cometer un “error
historico” frente a la posibilidad de que se firme el
convenio de cesión de las aguas del Silala con el
Estado chileno, reproduciendo la funesta entrega de
las aguas del río Lauca.

Contraponiéndose a sus propias autoridades y a pesar


de la sañuda persecución en su contra y el desprecio de la
mayoría de sus compatriotas, Martínez asegura que el
Silala es un manantial de un bofedal canalizado, y no
un río como afirman funcionarios de La Moneda, quienes
manejan una mentira de tamaño descomunal que
pretenden imponer a los bolivianos y al mundo entero,
en concomitancia con las actuales autoridades chilenófilas
de la Cancillería de Bolivia.

La pretensión chilena: agua del altiplano boliviano.


Cástulo Martínez, historiador chileno, denuncia que:
Más allá de la deuda histórica por la usurpación del Litoral,
la pretensión chilena es apoderarse de las aguas
dulces del altiplano boliviano que, al ser una cuenca
cerrada, acumula en sus acuíferos un gran valor
estratégico, codiciados por las transnacionales asentadas
en Chile.
No olvidemos que en 1950, las autoridades del
Mapocho filtraron la noticia sobre un posible canje
territorial a cambio de un callejón inservible en el
norte de Arica que sería compensado por los lagos
Titicaca, Poopó y Coipasa, criticado entonces por
intelectuales nacionales de la talla de Franz Tamayo.

Remontándonos a la historia de la Guerra del Pacífico,


recordemos que el gobierno de Tomas Frías firmó en
1874 un tratado que ratificaba el paralelo 24º como
frontera y se obligaba a no gravar por el término de 25
años con impuesto alguno a persona o empresa chilena
que se estableciera en territorio boliviano. Cuando el
Estado boliviano decidió gravar con 10 centavos la
exportación del quintal de salitre, fue la excusa para la
invasión de Antofagasta el 14 de febrero de 1879 y el
inicio de una confrontación bélica para el beneficio de
empresas anglochilenas.

Con estos antecedentes, si se les corta el flujo del caudal


de las aguas desviadas del Silala, la oligarquía chilena
tendría la excusa para declarar la guerra e invadir
territorio, porque los bolivianos no les garantizarian su
abastecimiento del líquido elemento usurpado. Así
cumplirían el sueño de sus mandatarios más reaccionarios:
anexarse Oruro y Potosí.

LAS AGRESIONES IMPUNES DE CHILE EN CONTRA DE


BOLIVIA, QUE ACABAMOS DE PRESENTAR, SON LAS MÁS
NEFASTAS DE ENTRE LAS 250 QUE HAN SIDO
DENUNCIADAS POR OTROS INVESTIGADORES.
Ing. Jorge Edgar Zambrana Jiménez

El 23 de Marzo 2019, los analistas, politólogos y


periodistas bolivianos, demuestran su tradicional
INGENUIDAD, al publicar noticias como la siguiente :
Después de derrota en La Haya
Bolivianos reciben un 23 de Marzo, infausto
> Ausencia de Evo Morales en los primeros actos cívicos
por el Día del Mar. El Presidente no escoltó los restos del
Héroe de Calama como en los últimos 14 años de su
gobierno continuo.
Este 23 de Marzo y después de 140
años, más de 11 millones de
bolivianos conmemoran el Día del
Mar como una fecha doblemente
infausta porque un tribunal
mundial negó (esta aseveración
es absolutamente ingenua y
falsa) la posibilidad de acceder de
forma soberana a las costas
marítimas usurpadas por Chile y hasta ahora los artífices de la
demanda fallida, no dan explicaciones al país. La postura parte de
analistas y legisladores de la oposición.
“Este es el primer 23 de Marzo que nos toca pensar en esas
infaustas fechas después de la sentencia de La Haya”, afirmó el
politólogo Carlos Böhrt, quien realizó un diagnóstico sobre los
últimos cinco meses después que los jueces de la Corte
Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya emitieron su fallo.
“Después de La Haya no queda más que hacer, la sentencia de La
Haya ha determinado, ha sancionado sin vuelta de hoja, que Chile
no tiene obligación de negociar con Bolivia una salida al mar (lo
que la Corte ha dicho es que las declaraciones unilaterales
que Chile ha emitido en el pasado no lo obligan a negociar;
nunca la Corte ha indicado que de ahora en adelante Chile
no tiene obligación de negociar la devolución de al menos
un puerto de los usurpados). Después de esta sentencia los
bolivianos necesitamos buen tiempo para repensar el tema, diseñar
nuevas estrategias. Es difícil saber cuánto tiempo le va a tomar a
Bolivia relanzar el tema, concebir e implementar una nueva
estrategia”, manifestó Böhrt.
Para el senador de Unidad Demócrata (UD) Arturo Murillo, este 23
de marzo es un día de luto y dolor para todos los bolivianos porque
el gobierno enterró para siempre la aspiración centenaria de
retornar a las costas usurpadas del Litoral boliviano (en primer
lugar, no es aspiración, sino que es un derecho; y el
gobierno no ha enterrado nada). “Este 23 de Marzo por
primera vez en nuestra historia es un día de luto, un día en que
todos los bolivianos tenemos que vestir de negro porque hemos
perdido la esperanza de poder recuperar el mar (nada más falso e
ingenuo). ¿Gracias a quién? Gracias al Movimiento al Socialismo”
afirmó Murillo.

DEBEN EXPLICAR
En esa línea, legisladores y expertos reiteraron su pedido a todos los
funcionarios de Estado que participaron en la demanda, que
brinden una explicación del por qué Bolivia perdió en La Haya,
desde el presidente Evo Morales, el vicepresidente Álvaro García
hasta el agente de Bolivia ante La Haya, Eduado Rodríguez Veltzé, y
el vocero Carlos Mesa.
“Queda pendiente una explicación, un esclarecimiento de lo que ha
sucedido en La Haya, para el país. Esto no puede quedar así. Evo
Morales debe explicarle satisfactoriamente al país lo que ha
sucedido, sus consecuencias y repercusiones a largo plazo”.

En cambio, el canciller Diego Pary manifestó que la demanda


marítima está más vigente que nunca, a pesar de que los ingenuos
cacarean que en octubre de 2018 Bolivia perdió la posibilidad de
recuperar un puerto soberano al océano Pacífico por un fallo de la
Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.
“A partir de hoy iniciaremos con las actividades de la reivindicación
marítima boliviana, una reivindicación que está más vigente que
nunca; los bolivianos jamás renunciaremos a nuestro derecho
soberano de recuperar un PUERTO al Océano Pacifico”, manifestó
Pary a los medios de información.

“EXPLICACIONES ESTÚPIDAS”
Varios funcionarios de Estado, del Ejecutivo y Legislativo,
afirmaron que Bolivia, después del fallo de La Haya, negativo para
sus intereses, “está mejor que antes” o, que la demanda marítima
“está más vigente que nunca”, posturas que fueron reprochadas por
políticos y la sociedad que a través de las redes sociales criticaron
esas declaraciones.
Para Carlos Böhrt, este tipo de declaraciones no son aceptables y
más bien son “estúpidas” porque no van con la realidad actual (a
qué realidad se referirá este ingenuo).
“No es aceptable las declaraciones hasta cierto punto irracionales,
estúpidas, que nos están ofreciendo desde que se conoció la
sentencia de La Haya, como que la situación de Bolivia está mejor
que antes, como si los bolivianos fuéramos un conjunto de débiles
mentales”, dijo Böhrt y agregó: “Estamos a la espera de que Evo
Morales dé una explicación satisfactoria, o que un grupo de
expertos o parlamentarios investiguen y esclarezcan este tema”.

PARA MÁS INGENUIDADES, leamos todavía la siguiente:

Nunca como hoy, tan lejos de la costa

Augusto Vera, ingenuo jurista y escritor


<<<Hasta hace algunos meses, la esperanza de los bolivianos para
retornar a las costas del Pacífico, no obstante el gasto de más de una
centuria, se hallaba incólume. En 2013, el presidente Morales
anuncia un proceso judicial contra Chile que reivindique nuestra
cualidad marítima. Hasta hace menos de un año, nuestras
expectativas a ese respecto estaban intactas, bajo la premisa de que
“el mar nos pertenece por derecho”. Después de 140 años de la
invasión chilena, ese que parece ser un cliché y que por cierto se
seguirá esgrimiendo cada 23 de marzo, es una verdad a medias,
porque hablando de derechos, los hay cuando la justicia los declara
o son inexistentes porque ella los ha negado. El derecho nuestro
sobre el Litoral y territorios usurpados nace de la conformación
geopolítica anterior a la fundación de la república. Pero el primer
día de octubre del próximo pasado año marca un hito respecto al
tema marítimo, porque la Corte Internacional de Justicia liquida,
literalmente, la ensoñación que por cinco años mantuvo hasta el
último ciudadano del país (este pobre ingenuo no ha
entendido nada de lo que la Corte ha explicado).
No voy a hacer una valoración sobre la justicia o incorrección del
fallo; no en esta oportunidad; de hecho, pudo haber error en la
memoria de la demanda, o un fallo apartado del derecho
internacional aplicable al caso por parte de la CIJ, pero lo cierto, lo
irrebatiblemente verdadero es que sea cual fuese la causa a que ha
dado lugar la lapidaria sentencia, se ha dado nacimiento a un nuevo
escenario. Simplemente el derecho expectaticio que nos asistía
sobre el Litoral, ha mudado a la categoría de derecho natural; es
decir, Bolivia nunca renunciará a su reivindicación sobre tierra y
mar usurpados, pero jurídicamente nuestras posibilidades de
recuperarlos por esa vía, se han reducido prácticamente a la nada
(esto es una mentira ingenua). Parece insensato aceptarlo, pero
al acudir el Estado boliviano ante un organismo (además con plena
competencia para sustanciar la acción interpuesta) ha reconocido
expresamente la legitimidad de su jurisdicción. Luego, ante la
declaración contundente del tribunal de que Chile no tiene
obligación de negociar de buena fe, y con carácter vinculante, una
salida soberana al Pacífico por parte de Bolivia, ¿cómo es posible
que nuestras autoridades políticas del más alto rango, puedan
siquiera sugerir que Chile cumpla con el fallo? (lo que la Corte,
luego de declarar que las declaraciones chilenas
unilaterales del pasado no le obligan a negociar, ha
aconsejado es que a partir de ahora las dos naciones
deberían ponerse a negociar amigablemente). Pues por muy
desolador que parezca, desde la esfera jurídica, el país vecino, no
tiene nada que cumplir porque la sentencia, que no admite revisión
por autoridad alguna en el orbe, desestimó en todas sus partes la
demanda . Sostener lo contrario, es querer hacer creer al pueblo, en
pajaritos preñados. (Sr. Vera, lo que Bolivia demandó es que
la Corte obligue a Chile a negociar en base a sus
declaraciones unilaterales del pasado).
Bolivia, conservará siempre su derecho moral e histórico sobre esas
aguas y el territorio que hoy los separa de nuestra geografía, por
tanto la indefectible vocación de recuperarlos y que por
generaciones se ha sucedido, trascenderá al tiempo; más, ahora,
allanar nuestro diferendo, pasa por un plano absolutamente
distinto: el diplomático, que supone la sutileza y destreza de
nuestros gobernantes para crear lazos de amistad conducentes a la
instauración de un contexto de confianza, que el régimen actual no
tiene capacidad de concretar. Los desaciertos en materia de política
exterior se agravan con el nombramiento de un Cónsul del que un
par de ministros han destacado su trayectoria. ¿Qué trayectoria? El
ex Fiscal General del Estado ha tenido, especialmente en el ejercicio
de su última función, legítimos cuestionamientos, y su investidura
como representante ante el gobierno chileno, no es más que una
retribución a su servilismo con el Ejecutivo.
Y aunque “recuperarlo es un deber”, este 23 de marzo nos encontró
distantes, más que nunca, del mar.>>>

CONSIDERACIONES FINALES DEL ING. JORGE


EDGAR ZAMBRANA :

El 1 de Octubre 2018 La CIJ se ha limitado a


considerar la geopolítica mundial, y la no
contundencia de los documentos alegatorios
bolivianos, donde, según la Corte, Chile se ofreció,
pero no se obligó a solucionar el enclaustramiento.
En ese aspecto, los Jueces no han cumplido su rol
principal de hacer justicia, y meramente han hecho
una interpretación jurídica de textos. En ello, se han
contradicho olímpicamente con su propio primer
fallo, cuando rechazaron su supuesta incompetencia
que alegaba Chile, y en el cual estos mismos Jueces
reconocieron tres cosas : uno, que Bolivia nació y
siempre tuvo sus puertos al mar; dos, los cuales han
sido usurpados por Chile; y tres, que el tratado de
1904 no ha resuelto el problema del
enclaustramiento.

Aquí debemos notar que, en ese primer fallo, la


Corte dió al traste con la falsa historia colonial que se
han inventado los pseudo historiadores chilenos,
quienes engañan al mundo y a su propio pueblo
chileno con el cuento de que los libertadores Simón
Bolivar y José Antonio de Sucre usurparon el litoral
chileno para entregárselo a Bolivia en 1825.
Los bolivianos, sin renunciar a la recuperación de
nuestra cualidad marítima soberana sobre el Pacífico-
debemos mirar no sólo a Ilo en Perú, sino a la salida
soberana hacia el Atlántico por la Hidrovía Paraguay-
Paraná. Tenemos tres puertos allí -Gravetal, Aguirre
y Jennefer, este último certificado ya como Puerto
Internacional. ¿Por qué no acabar de construir Puerto
Busch, para así no depender de terceros?. Asimismo,
ya debíamos haber materializado el ferrocarril
Motacucito – Mutún – Puerto Busch.

Dado que un 75% de la carga marítima del país


depende de los puertos chilenos para su salida a
ultramar o importación hacia Bolivia, hay que buscar
alternativas urgentes, máxime si -según un estudio
de CAINCO- entre el 2013 y 2017 los operadores
económicos bolivianos sufrieron daños por más de
300 millones de dólares por causa de más de 60
paros en aquellos puertos.
Igualmente, existen ventajas de una salida por el
puerto de Montevideo, en el cual Bolivia tiene
otorgada desde hace años una zona de carga, sin
costo, para sus productos.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, respondió al
mandatario boliviano, Evo Morales, quien le ha
propuesto reiniciar el diálogo. El Jefe de Estado del
vecino país dijo que es posible volver a la mesa de
negociaciones, bajo ciertas condiciones, entre las
cuales pide que Bolivia abandone su ‘absurda’, según
él, pretensión de soberanía, y asimismo que no
intente demandar la revisión del tratado de 1904.
Se nota inmediatamente la posición troglodita
chilena.

La CIJ, al invocar a ambas partes a seguir


dialogando, aunque las declaraciones chilenas
unilaterales pasadas no le obliguen a negociar,
está reconociendo que el país agresor tiene la
obligación moral de desenclaustrar a Bolivia.
Por tanto, la parte que tiene que acatar la
citada invocación es Chile, pero sin más
diálogos insulsos.
La Corte ha reconocido que Bolivia nació con
mar, el mismo que le fue usurpado por Chile en
una invasión militar, y que el tratado de 1904 no
ha resuelto el problema del enclaustramiento
que sigue pendiente, y por lo tanto el caso NO
ESTÁ CERRADO, Sr. Piñera. Bolivia necesita
urgentemente recuperar un puerto propio,
independiente y soberano, y Chile DEBE
devolverle esa cualidad, sin exigir a Bolivia
ninguna compensación, ni trueque, ya que las
enormes riquezas usurpadas han hecho la
prosperidad de Chile, bandidesco mendigo,
protagonista del robo, enriquecido a puñaladas
desde 1879.
En este sentido, las aseveraciones de algún
analista boliviano, ingenuo y catastrofista, que
pide la reforma de la Constitución Política del
Estado boliviano, para eliminar del artículo 267
inciso II, la palabra SOBERANÍA, son pedidos que
ingenuamente caen en la trampa de aceptar el
soberano prevaricato de la CIJ, que ha cometido
una INJUSTICIA, y nos pueden hacer retroceder
a una posición melgarejista.

El tratado de 1904 no ha resuelto el


enclaustramiento, que ha sido reconocido, por la
Corte, como una INJUSTICIA, y por ello la CIJ
aceptó tener competencia para considerar la
demanda de Bolivia de obligar a Chile a negociar
la solución al enclaustramiento.
El hecho de que Bolivia no esté cuestionando el
tratado de 1904, sino más bien que ha pedido
que se obligue a Chile a negociar un acceso
soberano, no quiere decir que Bolivia considera
que el indicado tratado ha dado fin
momentáneamente con el problema, ya que se lo
considera mundialmente como una injusticia.
El hecho de que la CIJ se ha declarado
competente para tratar el asunto del no
cumplimiento chileno a unos compromisos,
implica también que considera, al igual que
Bolivia, el enclaustramiento como una injusticia,
ya que dichos compromisos chilenos apuntaban a
solucionar esa injusticia.
De todos modos, como la Corte es un organismo
creado por las NN.UU. para preservar el “derecho
internacional” orquestado por las grandes
potencias, ha fallado en sentido de no modificar
uno de los documentos que forman parte de ello,
como es el infausto tratado de 1904.

Aquí, es necesario salir al frente de algunas


aseveraciones de gente ignorante en el gobierno
boliviano, como el ex canciller Fernando
Huanacuni, quien ha generado la siguiente
información: Huanacuni cree que el concepto
de soberanía cambió . El diálogo con Chile
debe lograr avances para ambos países, dijo
el exCanciller boliviano.
lunes, 10 de septiembre de 2018
ERBOL / La Paz
El exCanciller del Estado Boliviano, Fernando
Huanacuni, considera que si Bolivia se mantiene
en el concepto clásico de soberanía territorial en
el reclamo marítimo, no logrará avances en la
negociación para recuperar acceso al Océano
Pacífico, según ERBOL.
“Es que aquí si no somos visionarios, si vamos a estar
en ese pensamiento clásico, no vamos a avanzar. Hoy
día es una realidad distinta”, señaló Huanacuni.
Consultado si es posible negociar el concepto de
soberanía y sus alcances, el exCanciller dijo que
el pensamiento global ya cambió la idea antigua
de soberanía.
“¿Hoy día qué es soberanía? El concepto moderno
del mercado, del pensamiento global ya ha
vulnerado la soberanía. Por ejemplo, a través de
las redes sociales ¿Qué es soberanía? Hay una
invasión absoluta de la soberanía, cambió el
concepto”, dijo Huanacuni, sin que nadie pueda
entender en qué brutalidad estaría pensando la
exautoridad. Seguramente quería convencer
al ingenuo pueblo boliviano para que
aceptara un fallo de La Haya atentatorio a
nuestros legítimos intereses, ya que lo que
se creía, tanto en Bolivia como en Chile, era
que el dictamen de la CIJ iba a especificar
que ambas partes, Bolivia y Chile, se sienten
a negociar un acceso SIN soberanía.
Consideraba el ex canciller que la negociación
con Chile tiene que tener la premisa de lograr
beneficio para ambos países. “Hay que tener
posibilidades de resultados en esta nueva
coyuntura, para que beneficien a ambos, pero
también que se resuelva nuestra deuda
histórica”, indicó.
Huanacuni está convencido de que es necesario
crear las condiciones para tener un espacio de
diálogo favorable con Chile. “Tenemos que
empezar a generar ese espacio de diálogo. Chile
está al lado nuestro, somos vecinos, somos
hermanos, ahí va a estar siempre”, declaró.
Pero, este excanciller no quiere ver que el
objetivo político de Chile ha sido siempre el de
mantenernos en estado de impotencia, porque
tienen miedo de que nos fortalezcamos, lo cual
va a suceder de todos modos, y que les llamemos
a rendir cuentas de todos sus actos de
usurpación territorial.

Ningún boliviano va a aceptar un trueque de


nuestro Departamento del Litoral por un callejón
al norte de Arica, sin puerto propio ni soberano.
Tal dádiva merecería el repudio internacional.

El país vecino trata de engatusarnos con vueltas


y engaños cada vez que se busca reparar la
injusticia. Con falsas promesas, declaraciones
unilaterales, cuentos y fábulas, ofrecen
corredores sin puerto y enclaves inservibles y sin
soberanía marítima.
Y encima, existen traidores a la Patria, como
Ramiro Prudencio Lizón, exdiplomático del
gobierno de Bánzer, abogado egresado en Chile,
ex asesor general de la cancillería boliviana, ex
director de la Academia Diplomática Boliviana,
primer secretario de la embajada boliviana en
Chile durante el gobierno de Bánzer, que está
ofreciendo entregar todo el área del bofedal Silala
a cambio del inservible callejón al norte de Arica,
y con el agravante que dicho callejón sea sin
soberanía, lo cual es contrario al interés
boliviano.

A continuación, transcribimos un documento


de un ilustre patriota : TRATADO DE 1904,
INSTRUMENTO PARA LA REIVINDICACIÓN
MARÍTIMA
por Rodolfo Becerra de la Roca

<<En torno al tema marítimo, el gobierno mostró


entusiasta seguridad, hasta antes de la lectura de la
sentencia de la Corte Internacional de Justicia el
pasado 1 de octubre 2018, que resultó una derrota
contundente, al no haber aceptado ninguno de los
fundamentos en que se basó la demanda boliviana.
Fue un grande fracaso que lamentablemente ha
afectado no solo al gobierno, sino a todos los
bolivianos, fortaleciendo la posición chilena.
La sentencia de La Haya está provocando muchas
actitudes, desde el estupor y sendas críticas hasta la
posición oficial de conformismo, o simplemente
como punto de inicio de una nueva opción.
Pero, ¿cómo nació la doctrina de la demanda ante
La Haya? ¿Quién y cómo la planteo? Son cuestiones
que no están reveladas, como tantas que se impone
sin consulta, menos discusión de los entendidos, y
se ejecuta por voluntad de una persona. Así parece
que, casi de improviso, Bolivia se presentó ante la
CIJ con una demanda sin estudio ni consulta previas
y se ensalzaron y festejaron pequeños incidentes
como triunfos iniciales, como la declaración de
competencia de la Corte para conocer la demanda
boliviana que no ha sido sino el reconocimiento del
error chileno de haberlo interpuesto, pero que la
jactancia boliviana lo consideró un triunfo.
Podemos decir que la estrategia marítima elegida
para La Haya supone el enfilamiento de uno de los
dos bandos tradicionales que surgieron después de
la Guerra del Pacífico: Los pacifistas y los guerristas,
que luego devinieron en los practicistas y
reivindicacionistas. Ahora los primeros, los
“realistas”, han tenido que ser los inspiradores de la
estrategia marítima, cuya derrota hoy lamentamos.
Para nosotros los reivindicacionistas, el Tratado de
1904 es, sin duda, el mejor instrumento para
diseñar una estrategia de recuperación de la
condición marítima, sin afectar la soberanía ni la
integridad territorial de Chile, ya que en ese tratado
está expuesta la conducta chilena del mayor
latrocinio con que ejecutó, de mala fe, el encierro y
la dominación perpetua de Bolivia…
Estando así la cuestión internacional con Chile, en
completo retroceso por una fallida demanda que nos
coloca en peor situación que antes, toca a los
gobernantes actuar sin precipitaciones y formar una
Alta Comisión de expertos que vuelva a estudiar y
diseñar el nuevo camino para retornar al mar,
porque nadie pondrá candado al irrenunciable
derecho de Bolivia de recuperar su mar y territorios
despojados.

¿Por qué Chile actuó con alcances distintos con el


Perú y Bolivia? Mientras los Tratados de Ancón de
20 de octubre de 1883 y de 3 de junio de 1929
concedieron al Perú condiciones menos gravosas
que los impuestos a Bolivia, primero con el Pacto
de Tregua de 4 de abril de 1884 y después con el
mal llamado Tratado de Paz y Amistad de 20 de
octubre de 1904 -tan degradante, ominoso y
oneroso que fulminó el encierro de Bolivia, de
forma desmesurada, excediendo las pérdidas
territoriales- acatando los tratadistas sin ese
comportamiento de dignidad que cuadra al
vencido en una invasión y despojo, más
propiamente asalto, usurpación y pillaje más
inicuos en guerra injusta.

En efecto, producida la rapiña, al día siguiente


Bolivia debió reaccionar y buscar otras rutas para su
comercio exterior y no sujetarse a la coyunda
chilena; pero no, aceptando el latrocinio la
burguesía traidora sometió al país al arrogante
“vencedor” y le permitió el ingreso a su suelo, donde
los chilenos se apoderaron de su comercio y minería
que fueron otros tantos negocios para el
depredador, en complicidad indigna de esa
burguesía que cohonestó esa vergonzosa
penetración al país.
Mientras fue más magnánimo con el Perú, en cuyo
suelo se desencadenó propiamente la guerra, con
Bolivia el comportamiento chileno fue drástico y
descomunal; le cercenó sin contemplaciones su
costa y puertos, se apropió de territorios que no
fueron comprometidos en la guerra, se apropió
de todas las obras públicas y bienes raíces de
propiedad fiscal, entre éstos de sus islotes y todo el
mar territorial que no se incluyó en el oprobioso
tratado que les sirve de dominación a Bolivia hasta
hoy.

Por eso, sostenemos que el Tratado de 20 de octubre


de 1904 es el instrumento más certero y
contundente para obtener la reivindicación marítima
boliviana.
De ahí que, migrar nuestra pretensión a otras
fórmulas, como mendigar un callejón inservible al
norte de Arica u otra zona ajena, la consideramos
burlar nuestro sagrado derecho. En suma, sería una
claudicación mayor a la del Tratado de 1904.

Desde el año 2000 en que elaboramos la Tesis


para optar Número en la Academia Boliviana de
Historia Militar, hemos sostenido, principalmente,
que Chile ocupa arbitrariamente extensos
territorios bolivianos no comprendidos en el
Tratado de 20 de octubre de 1904, como son los
territorios y bienes detallados en el Capítulo V del
Libro “El Tratado de 1904 la Gran Estafa” y en
“Nulidad de una Apropiación Chilena, Territorio
boliviano entre los Paralelos 23 y 24”, del autor
de esta nota.
Chile sostiene con tanto énfasis la validez de los
tratados, ésto es así tratándose de los tratados
perfectos; pero el de 1904 está entre los tratados
más imperfectos que se han dado en la América.
Su alegación de que Chile no cederá ni un
milímetro de su soberanía resulta insustancial y
argumento hueco, porque Bolivia, en ningún
tiempo pretende la reivindicación de territorio
chileno, sino del que es nuestro, vilmente
despojado y apropiado con uso de la fuerza y
violencia; y no se diga que fue por el triunfo de
las armas, pues, en su territorio los bolivianos no
se doblegaron a los chilenos, sino por una
superioridad extrema de elementos.
Ahí están Pisagua, Canchas Blancas y Tambillos,
San Francisco y Tarapacá, donde nuestros
soldados hicieron corretear a los “rotos”. O sea,
no se apropiaron con guerra de nuestro extenso
Litoral, sino por haberse replegado los bolivianos
a su territorio, destruido su ejército en el Campo
de la Alianza y por la superioridad de elementos
del invasor.

Finalmente, existe un fallo de la CIJ que debe ser


acatado. Lo que cuadra es asumirlo con
serenidad y dignidad, sin precipitaciones. Luego
estudiar y preparar otra estrategia sólida bien
fundamentada por un equipo idóneo que no actúe
al albur, sino sobre la base de mar, territorios y
bienes no cedidos por título legal.
Entretanto Bolivia, en ese plano de dignidad y
entereza, debe elaborar una estrategia patriótica
para diseñar las rutas de nuestro comercio
exterior, para lo cual contamos con tres rutas,
del Pacífico por el Perú, del Atlántico por el río
Paraguay y del Amazonas; trabajando para ello
con prontitud y sin dilaciones, en acciones que
viabilicen tales accesos.

EL Dr. Becerra prosigue su análisis preguntando :


En caso de haber obtenido Bolivia un fallo
favorable en la Corte Internacional de Justicia de
La Haya, ¿cuál hubiera sido el resultado de la
negociación con Chile a que habría dado lugar?
Por las tendencias e inclinaciones de las personas
que llevan el asunto del acceso al océano
Pacífico, podemos adelantar que hubiese
terminado en la aceptación del callejón al norte
de Arica que se perfiló en el Abrazo de Charaña y
en las proposiciones que se han vertido después
en este mismo sentido; o sea, es la postura de
los actuales sectores ‘realistas’ en esta materia
(sucesores de los pacifistas y practicistas de
antaño).
Para los que sostenemos la reivindicación de
nuestro derecho marítimo, el fallo de La Haya es
conveniente para Bolivia; porque ya no habrá
negociación precipitada por el callejón al norte de
Arica, quién sabe si con compensación territorial
añadido, lo que constituiría una claudicación peor
que el tratado de 20 de octubre de 1904, sin
retroceso posible. El arreglo sería definitivo.
Los bolivianos no podemos conformarnos con
cualquier arreglo; porque Chile ha cometido el
mayor despojo que la historia de los pueblos
puede mostrar.
En cambio, así como está la situación, se
estudiará un nuevo camino, una nueva estrategia
para doblegar a Chile hacia una reivindicación de
nuestro derecho marítimo, a base de desviar el
comercio exterior por los puertos peruanos,
puerto Busch en el Paraná-Paraguay u otra salida
por el Amazonas, amén de poder cerrar nuestra
frontera con Chile. Esto requiere de los bolivianos
un comportamiento patriótico y responsable, de
infatigable trabajo y tesón inquebrantables, para
colocarnos frente a Chile en un plano de
equilibrio de fuerzas que es posible alcanzar.
Existen salidas heroicas, solo necesitamos actuar
con dignidad, decisión, valor, firmeza y
constancia; comportamientos que nos sobran,
demostrados en muchas ocasiones.>>

BATALLA DE CANCHAS BLANCAS – Intento


chileno de apoderarse de Potosí
La batalla de Canchas Blancas fue un
enfrentamiento que se llevó a cabo el 12 de
noviembre de 1879 en la región del actual municipio
de Colcha K entre las tropas del Ejército de Bolivia
—ayudadas por el campesinado local— y el Ejército
de Chile en el marco de la Guerra del Pacífico,
culminando en una victoria boliviana.

Las tropas dirigidas por el coronel Morales,


consistentes en el Batallón Ayacucho, el Batallón
Chorolque, el Escuadrón Méndez, parte del Batallón
Tarija y campesinos del lugar, totalizando 500
hombres, se estacionaron entonces en la localidad
de Canchas Blancas.

El 5 de noviembre «llegó un mensajero con noticias


de Calama en sentido de que el coronel chileno
Letelier» se preparaba para cruzar la Cordillera con
1400 hombres. Estos incluirían 70 jinetes de
caballería, un batallón de infantería y una fracción
de artillería, y su misión habría sido ocupar la mina
Huanchaca, de propiedad de Aniceto Arce junto a
socios chilenos, «y si fuera posible continuar a
Potosí, siempre que no se encontrara fuerte
resistencia». La tropa chilena habría sido localizada
el 8 de noviembre, siendo avistada el 11 por las
tropas de Morales.

El coronel Lino Morales encabezó la batalla que evitó


la invasión chilena a los departamentos de Potosí y
Chuquisaca. Ocurrió el 12 de noviembre de 1879 y
causó 300 chilenos muertos.

Lino Morales de los Reyes nació en la pequeña


población de San Lorenzo el 24 de septiembre de
1825, un mes después de creación de la República
de Bolivia. Murió en Tarija, en 1923, a los 98 años,
enfermo, y casi en el olvido.
El coronel tarijeño fue el comandante de la batalla
que ganó el Ejército boliviano contra Chile durante
la Guerra del Pacífico: Canchas Blancas, ocurrida
entre el 26 de octubre y el 12 de noviembre de
1879, y que hizo frente a otra agresión chilena y
evitó la invasión de las tropas del rotaje a los
departamentos de Potosí y Chuquisaca. Según el
diario de campaña del coronel Ezequiel Apodaca,
comandante del Estado Mayor, el enfrentamiento
dejó un saldo de 300 soldados chilenos muertos y
400 heridos.

El 12 de noviembre, desde las cinco de la tarde, los


chasquis y algunas patrullas adelantadas traían
informaciones del avance de una patrulla chilena.
“A las siete de la noche nuestros vigías vieron la
enorme polvareda que levantaba el enemigo,
viniéndose con toda franqueza rumbo a la khocha
(laguna) de agua, que era la única de la región y
ubicada en la base de la garganta de nuestras
posiciones.

Calculando el tiempo en que llegarian los rotos a


caballo, repartimos las bebidas a nuestros soldados,
los que tomaron su merienda, y, cuando repartimos
la última yambui (tinaja) en el extremo del ala
derecha, las tropas chilenas llegaron y -
seguramente sus caballos sintieron la humedad de
la aguada, tal que, sedientos, se precipitaron en
confusión- se lanzaron en desorden polvoriento
sobre el agua, y al borde de la khocha se pisaron los
unos a los otros, para llegar primero a tomar agua”.
“En ese momento vino la orden, se deslizaron
silenciosamente los bolivianos y atacaron
frontalmente, mientras que los campesinos ganan la
retaguardia del enemigo para caer sobre sus
provisiones y destrozarlos de cerca a pedradas
aprovechando la noche”.
“Los chilenos reciben la sorpresa, y ven caer su
caballería; los caballos inmediatamente son
dispersados o tomados por los nuestros y llevados a
buen recaudo, mientras que se sigue acometiendo a
lo largo de las columnas chilenas, ya totalmente
sorprendidas y confusas, pues con el primer plan se
dividió a los enemigos con una maniobra del ala
izquierda que se encajó entre ellos, mientras que los
de la derecha atacaban a su retaguardia ”. “Los
sanlorenceños del Méndez atacaron a cuchillo y
machete limpio al enemigo”, relata Apodaca.

“Desde el fondo de la batalla, se sentía dolorosos


ayes cuando las tropas del San Lorenzo hundían sus
filos en el vientre enemigo o en la garganta y hasta
se vió cuadros de luchas cuerpo a cuerpo y se
escuchaban tremendas interjecciones chapacas.
Transcurrió más de tres cuartos de hora y los tiros
se fueron alejando conforme íbamos avanzando
sobre el enemigo. De rato en rato aún se sentía el
silbar de piedras de hondas dando caza a algún roto
fugitivo.
En este afán llegó la media noche y los chilenos
quedaron destrozados”. “Juan Bautista Ayoroa y sus
tropas siguieron persiguiendo al enemigo con la
caballería”.
EXPLICACIONES DE CARLOS MESA,
ANTE EL FALLO DE LA HAYA

Un principio jurídico medular, denominado “estoppel” cuya base es


la de que ningún Estado puede revocar de manera flagrante actos
anteriores en los que comprometió la fe de su palabra. En el caso
que nos ocupa, los reiterados compromisos casi seculares de Chile
de negociar con Bolivia para otorgarle una salida soberana al mar
(aquí Mesa se equivoca, porque Chile no debe otorgarnos una
salida, sino que DEBE DEVOLVERNOS AL MENOS UN
PUERTO), no podían ahora ser revocados con la afirmación de los
circunstanciales gobernantes de Chile de que no hay compromisos
pendientes entre ambos Estados, y de que Chile no está dispuesta
a negociar soberanía territorial con Bolivia.

En las resoluciones de la OEA, indicando que ésta es el organismo


más importante del Hemisferio Occidental del que participan treinta
y cinco naciones, se subrayó que la filosofía de su carta
constitutiva tiene exactamente el mismo espíritu que el de la ONU.
Se recordó que la OEA ha emitido once resoluciones de su
Asamblea General referidas a la necesidad de resolver la
mediterraneidad boliviana, la más importante de ellas la de 1979
que establece que la solución a nuestro enclaustramiento es una
cuestión de interés hemisférico vinculado con la paz regional.

Falacias chilenas

La primera falacia: que Bolivia no sostuvo en el tiempo la idea de


una negociación con Chile y que durante largos periodos no se
pronunció, entendiéndose así que había desistido de sus objetivos
en torno al mar. Respuesta: al margen de circunstancias
excepcionales tan evidentes como la Guerra del Chaco o la II
Guerra Mundial, Bolivia mantuvo una línea sostenida de demanda
de un acceso soberano al mar desde 1910 en adelante,
prácticamente sin interrupciones, no sólo a través de propuesta de
negociación y apertura de conversaciones que derivaron en los
tantas veces citados compromisos formales de Chile que se
iniciaron en 1920, sino que en los interregnos de esos documentos
mantuvo siempre viva su posición en todos los escenarios posibles
como lo prueban varios hechos: su representación en Washington
ante la negociación bilateral a la que forzaron Chile y Perú en los
años veinte, o la intensa tarea de Ostria Gutiérrez entre 1947 y
1951, o los intercambios epistolares vía memorándums del periodo
1961-1963, o, por supuesto, la ininterrumpida presentación del
caso en foros internacionales como la OEA, la ONU o la Cumbre
de las Américas.

La segunda falacia: que las ofertas de Chile fueron independientes


entre sí y no pueden entenderse como una voluntad sostenida en
el tiempo como política de Estado. Respuesta: las negociaciones
de 1950, 1975 y 1987 bastan para desmontar tal afirmación. En
todos los casos, los representantes de ambas naciones hicieron
referencias explícitas y subrayadas en los respectivos documentos
sobre los antecedentes (o precedentes) como base sobre la que se
iniciaban esos procesos que culminaron en compromisos formales
de Chile. Prácticamente no hay documento en el que Chile y
Bolivia no hagan mención del camino que se había avanzado antes
de cada nuevo proceso.

Tercera falacia: que la ruptura de relaciones diplomáticas en 1978,


como hito, marcó el final de los compromisos de Chile y de la
posibilidad de exigir su cumplimiento por parte de Bolivia.
Respuesta: Forteau apeló a dos cuestiones. La primera, que la
negociación no se frustró por la cuestión del intercambio territorial,
ya que Bolivia aceptó globalmente la propuesta chilena y nunca
rechazó explícitamente la discusión de este punto. En realidad, el
camino de Charaña lo cortó Chile al declinar la consideración de la
contrapropuesta peruana a la consulta chilena (en virtud del tratado
de 1929), que imposibilitaba hacer realidad la continuación de la
negociación bilateral. A pesar de ello, embajadores y presidentes
intentaron reencaminar sin éxito el proceso frustrado por Chile. La
ruptura de relaciones expresaba la denuncia de Bolivia del
incumplimiento del compromiso de Chile. Pero, lo más importante,
si esto fuera verdad Chile no hubiese aceptado la negociación del
Enfoque Fresco en 1987, ni se hubiese avenido a las agendas de
Algarve de 2000 y de los 13 puntos de 2006.

De esta manera, Bolivia no sólo desarrolló los argumentos nodales


de su Memoria y su Réplica, sino que profundizó en elementos
ampliatorios –particularmente el referido a la OEA- que subrayaban
la incuestionable fuerza de su Demanda, basada en la obligación
de Chile de cumplir sus reiterados compromisos de devolverle a
Bolivia un acceso soberano al mar después y al margen del
Tratado de 1904. Confirmó así lo dicho en el fallo de la CIJ de 2015
que desmiente que el Tratado de 1904 haya sido el alfa y el omega
de la relación binacional sobre el tema y, menos aún, que haya
resuelto todos los temas pendientes entre ambas naciones.
Era tarea de Bolivia en su alegato final no sólo redondear la base
de su argumentación, sino rebatir el de Chile y sus fundamentos.
Estos fueron los puntos medulares de esa última intervención :

1.- No había un “eslabón perdido” que demuestre el no


compromiso de Chile; había una continuidad consistente en el
tiempo, tanto en el ámbito bilateral como en el multilateral.

2.- Los compromisos de Chile pasaron por todo un abanico, la


promesa verbal, las intenciones expresadas por escrito y los
documentos que reflejan una negociación que tenía el valor de un
acuerdo.

3.- Las resoluciones de la OEA no podían considerarse como


documentos vacíos, marcaban una expresión hemisférica con un
objetivo. La vinculación con sus resoluciones la ratificó la redacción
común (de Chile y Bolivia) y el consenso (con el voto positivo de
Chile) de tales instrumentos jurídicos.

4.- El derecho internacional es el único camino para la solución de


diferendos bilaterales. ¿El sentido de la Carta de la ONU es una
mera declaración? ¿Debíamos obviar su lectura o, peor aún,
echarla a la basura? El alegato de Bolivia se apoyó en principios de
derecho basados en una negociación bilateral y en principios
universales.

5.- La CIJ debía fallar en derecho, sin duda, pero era la solidez de
los argumentos de Bolivia la que establecía la combinación de
argumentos jurídicos que conducían a administrar un fallo en
justicia.

“Ni Dios ni la corona española le dieron a Chile la costa norte de su


territorio”, dijo Antonio Remiro. Los procesos de 1950 y 1975
tenían, por todas sus características: intercambio de notas,
correspondencia y memorándums, el carácter formal de un
acuerdo; eran, de manera inequívoca fuentes jurídicas que
generan una obligación vinculante de cumplimiento obligatorio.

Quedó claro que las obligaciones tienen una relación directa con la
actitud de las partes, es decir con la voluntad intrínseca de estas
en el momento de llevar adelante una negociación, cuya forma y
fondo deben basarse en la buena fe.

No tenía ningún sentido pretender que el único lenguaje aceptable


para reconocer una obligación es el expreso y directo, cuando es
una práctica universal el lenguaje diplomático y sus usos. A pesar
de ello, como se probó en las notas diplomáticas de 1950, no hay
posibilidad alguna de caer en error viendo los documentos de
Bolivia y de Chile, en los que se estableció meridianamente la
voluntad de Chile de negociar para devolverle a Bolivia un puerto al
mar sin compensaciones de carácter territorial.

Tampoco tenía asidero la idea de que cada negociación fue


independiente y separada entre sí. La propia negociación de 1950
fue preparada y trabajada arduamente desde 1947 hasta 1950. Las
declaraciones de política interna del canciller de Chile expresaban
una idea fundamental (13.Sep.1950) cuando Walker L. afirmó que
era su intención cumplir lo que “hemos comprometido (los chilenos)
de forma reiterada”. Referencia que obviamente se remonta a los
años veinte del siglo pasado.

Decir que no hay ninguna referencia a la palabra disputa, es olvidar


el concepto exactamente equivalente de “tema pendiente” que
aparece en las resoluciones. De igual modo, Chile no podía aducir
que si un país concernido no participa de la redacción del texto no
puede ser forzado a aceptar su contenido, pues en la Resolución
686 de 1983, participó directamente en la redacción conjunta de su
contenido junto a Bolivia, con los buenos oficios de Colombia.
Por si esto fuera poco, el Secretario Gral. de la OEA el chileno
José Miguel Insulza, confesó en 2010 y 2011 que la
mediterraneidad de Bolivia es un tema que debe resolverse.

Forteau dijo que Bolivia se refirió, en este proceso y de manera


expresa, a los sucesivos y encadenados compromisos históricos
que emanaron desde el propio momento en que Chile se apropió
del Litoral boliviano en 1879 (esa fue la ya citada “política
Boliviana” de los presidentes Prieto y Santamaría). Desde antes del
Pacto de Tregua de 1884, Chile afirmó que estaba dispuesto a
negociar y satisfacer el pedido de Bolivia de recuperar un puerto
soberano sobre el Pacífico.

La cadena ininterrumpida de compromisos estuvo siempre


estrecha e íntimamente unida por la continuidad explícita o
implícita de referencias a los antecedentes, al contrario de lo que
afirmó Chile en su alegato. Así, en 1950 se refirió a lo negociado
en 1895, 1920, 1923 y 1926 y, por supuesto, en 1975 tomó la
referencia de forma y fondo de las notas diplomáticas de 1950. Es
más, el Tratado de 1904 no rompió la línea de continuidad de la
política de compromisos chilenos iniciada antes, desde 1879 y
después, desde 1919.

La afirmación de que Bolivia rompió la negociación de Charaña no


se sostenía. El fracaso, como ya se dijo en el primer alegato, tuvo
que ver con la negativa de Chile de considerar la contrapropuesta
peruana de noviembre de 1976; pero además, entre septiembre y
diciembre de 1977, Perú expresó claramente que su
contrapropuesta estaba abierta a modificaciones y no era la última
palabra. Banzer reprochó a Chile su negativa de hacer esa
consideración sobre el documento peruano. La ruptura de
relaciones fue el resultado de la negativa chilena de cambiar su
posición con respecto a ese tema.
Desde que en 1987 Chile giró su posición, que debía ser sometida
a la figura jurídica del estoppel, no era verdad que Bolivia dejara de
lado su recordación de los compromisos chilenos y demanda de la
devolución de un puerto soberano al mar. Lo prueban las
declaraciones del país en la OEA en la primera mitad de los años
noventa, en 2003 y en 2004, en todos estos casos mencionando
los antecedentes históricos ya referidos.

Lowe recordó que no se puede seguir insistiendo en que el libre


acceso resuelve o es equivalente a un puerto soberano. La forma
del acceso hace la diferencia, en costos, en libertad de toma de
decisiones, en administración directa y en una estrategia marítima
del país, independiente y soberana.

Chemillier subrayó que Chile pretendía que su única y plena


satisfacción era el Tratado de 1904 y se anclaba erradamente en
este documento, pero la realidad de la historia se impone. Las
obligaciones jurídicas de ese país emanaban de su propia y
voluntaria decisión de negociar más allá del tratado que invocaba
como único referente.

La CIJ debía afinar su jurisprudencia. Una negociación debe, sin


duda, estar sometida al derecho. En este punto se genera una
obligación por los medios (la negociación), pero de igual modo y
tan importante como lo primero, es una obligación generada por los
resultados (el fin último, devolverle a Bolivia un puerto soberano al
mar).

No tenía sentido suponer que de lo que se trataba es de una


negociación abstracta y general. Había un objetivo específico que
le da sentido y dirección a toda esta historia: el medio para lograr
un fin son partes de un todo inseparable. Por tanto, se trataba de
una negociación condicionada que le daba un marco específico.
Esto obligaba a las partes a una lealtad con lo negociado y también
con los compromisos adquiridos en el tiempo como producto de
esas negociaciones.

Chile había roto el pacto de confianza que determinaron sus


propios compromisos anteriores.

A la idea de Paz y Seguridad hay que añadirle la de la Justicia.


Bolivia es víctima de una injusticia y Chile, porque lo sabe, ofreció
reiteradamente repararla. Por eso es imprescindible la negociación
de un puerto soberano. Fallar en derecho, en este caso concreto,
conduce a fallar en justicia. El nombre de este alto tribunal es Corte
Internacional de Justicia, no Corte Internacional de Derecho…

El nexo histórico entre Bolivia y el mar es indisoluble desde


nuestras primeras culturas hasta hoy, y está ligado a nuestra
identidad colectiva.

Bolivia buscaba en 2018 un nuevo espacio de acercamiento


diplomático. El objetivo era hallar soluciones prácticas que generen
un resultado de ventaja y satisfacción a los intereses de ambos
Estados.

Recordaron finalmente, el pedido a la CIJ, que por la obligación


creada por el propio Chile, este país debía sentarse a negociar con
Bolivia para devolverle un puerto soberano al Pacífico, de buena fe,
de modo razonable entre las partes y en un tiempo también
razonable.

Empero, la Corte Internacional de Justicia fue categórica en su


conclusión final cuando dijo: “La República de Chile no ha
contraído la obligación de negociar un acceso soberano al mar con
el Estado Plurinacional de Bolivia”.

Sin embargo, no hay que olvidar que tres de los quince jueces de
la CIJ, Patrick Robinson, Nawaf Salam e Ives Daudet (juez ad hoc
de Bolivia), a pesar de representar un evidente minoría, hicieron
reflexiones disidentes fundamentales que avalaron y justificaron la
argumentación de Bolivia.

El Juez Robinson dijo:

“A partir de esta plétora de comunicaciones e intercambios


realizados durante un período de casi nueve décadas, la presenté
opinión ha identificado que el Memorándum Trucco, la respuesta
de Bolivia y las Declaraciones de Charaña dan lugar a una
obligación jurídica que recae sobre Chile con el fin de negociar el
puerto soberano de Bolivia al Pacífico; en otras palabras, estos dos
conjuntos de instrumentos establecen tratados, dentro del
significado de la Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados (‘CVDT’), que obligan a Chile a negociar el puerto
soberano de Bolivia al Pacífico”.

“A la luz de su contenido, las ‘circunstancias particulares’ o el


contexto en el que se redactaron, evidencian la intención de las
Partes de crear una obligación para que Chile negocie el puerto
soberano de Bolivia al océano Pacífico. El análisis presentado…
establece que esa obligación no ha sido cumplida”.

“Por lo tanto, la Corte debería haberle otorgado a Bolivia una


declaración en sentido de que Chile tiene la obligación jurídica de
negociar directamente con Bolivia para encontrar una fórmula o
solución que le permita a Bolivia recuperar el puerto soberano al
océano Pacífico”.

El juez Salam afirmó:

“En mi opinión, el compromiso de Chile de negociar con Bolivia una


solución a su enclaustramiento también se ve confirmado por una
serie de declaraciones unilaterales. Y, se reconoce que las
declaraciones que toman la forma de actos unilaterales,
relacionados con situaciones jurídicas o fácticas, pueden tener el
efecto de crear obligaciones jurídicas (véase Pruebas Nucleares
(Australia vs. Francia), Fallo, Informes de la CIJ de 1974, p. 267,
párr. 43) cuando la persona que hace la declaración es capaz de
comprometer al Estado (Actividades Armadas en el Territorio del
Congo (Nueva Aplicación: 2002) (República Democrática del
Congo vs. Ruanda), Jurisdicción y Admisibilidad, Fallo, Informes de
la CIJ de 2006, p. 27, párr. 46)”.

“Me centraré aquí en la declaración que considero más relevante,


ya que afirma claramente, o al menos confirma, el compromiso de
Chile de negociar con Bolivia. Es una carta enviada por el
Presidente chileno a su contraparte boliviana. El 18 de enero de
1978…: “Reitero la intención de mi Gobierno de promover la
negociación en curso encaminada a satisfacer los anhelos del país
hermano para obtener una salida soberana al océano Pacífico”…
Luego subraya su propósito de “impulsar las negociaciones
destinadas a otorgar a Bolivia una salida soberana al océano
Pacífico a través del nombramiento de Representantes
Especiales”.

“…el lenguaje utilizado por el Presidente de Chile es tanto más


preciso como más fuerte que el utilizado por el Ministro de
Relaciones Exteriores de Noruega, Sr. Ihlen, en el caso
relacionado con el Estatuto Jurídico de Groenlandia Oriental
(Dinamarca vs. Noruega), que la Corte Permanente de Justicia
Internacional (CPJI) consideró como una “promesa incondicional y
definitiva”.

Finalmente, el juez Daudet subrayó:

“En la audiencia, Bolivia presentó el argumento de que ‘incluso si


no hay un evento decisivo, un momento mágico en el que se crea
la obligación, la práctica histórica acumulada puede tener un Efecto
decisivo’”. “Como observó la Corte en el parágrafo 174 de su
sentencia, este argumento ‘se basa en el supuesto de que una
obligación puede surgir a través del efecto acumulativo de una
serie de actos, incluso si no se basa en un fundamento jurídico
específico’. Lamento que la Corte, en ese mismo parágrafo,
rechace la afirmación de Bolivia, bajo el motivo de que no había
surgido ninguna obligación en ninguna de las bases que invocó
aisladamente, dijo que ‘el hecho de considerarlas
acumulativamente no puede modificar este resultado’”.

“En ciertas situaciones, la regla jurídica y la regla moral se juntan,


como es normal en un sistema de derecho, donde algunos de
cuyos principios son ellos mismos resultado de una regla moral. La
buena fe es una de ellas.

Para una mirada integral y serena del fallo :

Yerran quienes atribuyen este revés a la falta de argumentos y de


consistencia por parte de Bolivia. Basta una revisión de lo que la
CIJ ha dicho, por ejemplo, en torno a las notas de 1950 y el
desarrollo de la negociación en Charaña (de un callejón
inservible), para ver una lectura de los magistrados que no
demuestra, más allá de diferencias de redacción en 1950 y de la
sugestiva omisión en el análisis de la carta crucial del canciller
Carvajal en 1975, que esos dos instrumentos no generaban la
obligación jurídica de un compromiso incumplido por parte de
Chile.

Sorprende también su descalificación del valor y efecto de las


cartas de la ONU, y la OEA y de las resoluciones de esta última,
viniendo de un brazo jurídico del más importante organismo
multilateral del planeta.

Es que la CIJ vio más allá de nuestra mediterraneidad, asumió que


“entre la justicia y la seguridad jurídica internacional primaba un
sentido de ‘responsabilidad global’ que defendiera un orden que,
aún como está, es frágil en un momento de la historia en el que el
escenario mundial está condicionado por figuras que reverdecen la
lógica del poder total y bloques que enfrentan los desafíos cada
vez más crecientes de las naciones emergentes. No es el tiempo
de proveerlas de instrumentos jurídicos que puedan poner en
riesgo esa visión”.

Sólo así se puede explicar este giro de 180 grados entre el fallo de
2015 y éste. En 2015 ese mismo cuerpo decía: “Las disposiciones
del Tratado de Paz de 1904… no abordan, ni expresamente ni
implícitamente, la cuestión relativa a la supuesta obligación de
Chile de negociar el acceso soberano de Bolivia al Océano
Pacífico… En opinión de la Corte, consiguientemente, los asuntos
en disputa no son asuntos ‘ni resueltos por arreglo de partes, o por
laudo arbitral, o por una sentencia de una corte internacional’ ni
‘regidos por acuerdos o tratados en vigencia’…”.

A pesar de todo, este razonamiento sigue siendo crucial ya que fue


ratificado por la CIJ en el veredicto del 1º de octubre, cuando dijo:
“No se debe entender (el fallo) como una negativa a las partes
para continuar este diálogo… para buscar resolver asuntos
relativos a la situación de mediterraneidad de Bolivia, que
ambos (países) reconocen como un asunto de interés mutuo”.

Nunca dejará de resonar para nosotros la voz de Daniel Sánchez


Bustamante: “Ahora y siempre, en la medida de sus fuerzas
(Bolivia), hará cuánto le sea posible para llegar a recuperar por lo
menos un puerto… sobre el Pacífico y no podrá resignarse jamás a
la inacción cada vez que se agite este asunto… que compromete
las bases mismas de su existencia”.

Vendrá otro tiempo, y esta rosa de los vientos será imprescindible


para encontrar caminos renovados en busca de este objetivo
irrenunciable.
FIN DEL DOCUMENTO ‘LAS AGRESIONES IMPUNES DE
CHILE’ por el ING. JORGE EDGAR ZAMBRANA JIMÉNEZ

23 de Marzo 2019

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