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Ficha Ética a Nicómaco

Javier Echeñique

I. Libro I, Capítulos 1-5

Noción formal del fin último:

1. (Toda actividad (intencional) tiende hacia un fin/bien, pero…) existe un solo fin/bien último al cual todas
nuestras actividades tienden (1-2). (Convergencia)
2. El fin último, ha de ser no solo convergente, sino también sumamente final (teleiotaton) o final sin calificación
(teleion haplôs), es decir, (i) él mismo es escogido en vistas a sí mismo, o por sí mismo, y (ii) solo es escogido
por sí mismo, nunca en vistas a otra cosa.

“Llamamos al más perfecto [completo] al que se persigue por sí mismo que al que se busca por otra cosa, y
al que nunca se elige por otra cosa, más que a los que se eligen a la vez por sí mismos y por otro fin, y en
general consideramos perfecto lo que se elige siempre por sí mismo y nunca por otra cosa.
Tal parece ser eminentemente la felicidad, pues la elegimos por ella misma y nunca por otra cosa,
mientras que los honores, el placer, la inteligencia y toda virtud, los deseamos en verdad, por sí mismos
(puesto que desearíamos todas estas cosas, aunque ninguna ventaja resultara de ellas), pero también los
deseamos a causa de la felicidad, pues pensamos que gracias a ellos seremos felices. En cambio, nadie busca
la felicidad por estas cosas, ni en general por ninguna otra” (I. 7)

 Ojo: hay bienes que se eligen por sí mismo y también por otra cosa (viz. La felicidad): la virtud, el placer,
y la contemplación:

3. Todo el mundo está de acuerdo en cuanto al nombre del fin último (I. 4): “felicidad” (eudaimonia), vivir
bien.

4. La felicidad es auto-suficiente:

“Estimamos suficiente lo que por sí solo hace deseable la vida y no necesita nada; y pensamos que tal es la
felicidad. Es lo más deseable de todo, aun sin añadirle nada; pero es evidente que resulta más deseable si se
le añade el más pequeño de los bienes, pues lo agregado resulta en una superabundancia de bienes, y entre
los bienes, el mayor es siempre más deseable.” (I. 7).

 Ojo: Esto implica que el fin último (la felicidad) No puede por tanto ser solo uno de entre los distintos
bienes intrínsecos – A, B o C. Pues para cualquiera que yo elige, ej. A, A será más deseable si yo le añado
B, o C. La felicidad es máximamente deseable (= auto-suficiente).

II. Libro I. 7-13

Contenido del bien último: ¿en qué consiste?

Argumento del Ergon (I. 7): la “función” (ergon) del hombre:

1. Para todas las cosas que tienen una actividad característica, un ergon, su bien propio, su la excelencia/virtud
(aretê) o su mejor condición (beltiestê hexis), es la buena realización de esta actividad característica.

Nota: Aristóteles considera importante la noción de ergon u actividad específica (o “función”), porque piensa que
sólo esa clase de cosas en el universo que tienen una actividad específica, que les es propia, son cosas de las cuales
puede decirse que tienen un bien propio, que están en su mejor condición o que tienen una excelencia. Puesto que
estamos en busca del summum bonum, el máximo bien para el ser humano, esto es importante, porque significa que
debemos mirar a la actividad característica del ser humano para buscar su máximo bien en cuanto ser humano.

2. La actividad característica (ergon) del ser humano es:

“cierta vida activa del ente que tiene razón (logos); y éste, por una parte, obedece a la razón; por otra parte, la posee
y piensa” (1098a3-4). Alternativamente: “una actividad (energeia) del alma según la razón o no desprovista de
razón” (a7-8)

 Nota: Ambas actividades racionales, propias del ser humano, serán luego explicadas en I. 13 como (i) la
actividad de aquella parte del alma que es intrínsecamente racional, y (ii) la de aquella parte del alma
que obedece a la razón.

3. Definición de felicidad. “el bien humano es una actividad del alma conforme a la virtud, y si las virtudes son
varias, conforme a la mejor y más perfecta (teleiotatê), y además en una vida entera” (I. 7).

Libro I. 8,9,10,11,12: Confirmación de la definición de bien humano y respuesta a objeciones.

Libro I. 13 – Libro II.1: Las partes del alma propiamente humana.

Parte irracional que “participa de la razón en cierto modo”, aunque puede oponérsele: esta es la parte “desiderativa”,
asiento de los apetitos y emociones (“apetencia, ira, miedo, atrevimiento, envidia, alegría, amor, odio, deseo, celos,
compasión, y en general a los afectos que van acompañados de placer y dolor” (II. 5)). Las virtudes de esta parte son
las virtudes éticas

Parte intrínsecamente racional: asiento de las actividades intelectuales. Las virtudes de esta parte son las virtudes
dianoéticas.

III. Libro II completo: la naturaleza de la virtud ética

Nota: Virtud “ética” = “êthikê” (relativa al carácter, êthos, derivado de ethos, hábito).

1. La virtud (ética) es un tipo de hábito que dice relación con placeres y dolores, pasiones y acciones (II.1-5). El
hábito se distingue tanto por su origen (habituación) como por su objeto (acciones y pasiones/emociones).

“es nuestra actuación en nuestras transacciones con los demás hombres lo que nos hace a unos justos y a
otros injustos, y nuestra actuación en los peligros y la habituación a tener miedo o ánimo lo que nos hace a
unos valientes y a otros cobardes; y lo mismo ocurre con los apetitos y la ira: unos se vuelven moderados y
apacibles y otros desenfrenados e iracundos, los unos por haberse comportado así en estas materias, y los
otros de otro modo. En una palabra, los hábitos se engendran por las operaciones semejantes. De ahí la
necesidad de realizar cierta clase de acciones, puesto que a sus diferencias corresponderán los hábitos” (II.
1)

Ojo: Adquirimos la virtud moral, no meramente realizando tipos de acciones, sino más bien realizando
tipos de acciones de un cierto modo. ¿De qué modo? Rehuyendo los extremos contrarios:

“el exceso y la falta de ejercicio destruyen la robustez; igualmente la bebida y la comida, si son excesivas o
insuficientes, arruinan la salud, mientras que usadas con medida la producen, la aumentan y la conservan.
Lo mismo ocurre también con la templanza, la fortaleza, y las demás virtudes. El que de todo huye y tiene
miedo y no resiste nada, se vuelve cobarde, el que no teme absolutamente a nada y a todo se lanza, temerario,
igualmente el que disfruta de todos los placeres y de ninguno se abstiene se hace licencioso, y el que los
rehúye a todos como los rústicos, una persona insensible.” (I. 2).

2. ¿Qué tipo de hábito es la virtud ética? Un término medio relativo a nosotros (II. 6)
Definición de la virtud ética: “la virtud es un hábito selectivo que consiste en un término medio relativo a nosotros,
determinado por la razón y por aquello por lo cual decidiría el hombre prudente” (II. 6)

Ojo: La doctrina del término medio es doble: es clasificatoria de las virtudes y vicios (la virtud moral es un
‘estado intermedio’ entre dos vicios, uno por exceso y otro por defecto), y además determina el modo
correcto de obrar y de verse afectado en situaciones particulares (“la virtud encuentra y elige el término
medio”).

Nota 1: “término medio relativo a nosotros”. Ésta noción se aplica en general siempre que existe un rango
de actividad (ya sea emoción, deseo, o acción) regulada por una finalidad. Aristóteles ilustra este punto con una
analogía sacada de la nutrición: ¿Cuánta comida le recomendaría un doctor a alguien? Bueno, depende del tamaño
de la persona, su estado de salud, su ocupación, etc. La mejor dieta para Mike Tyson es excesiva para un ajedrecista.
Otro ejemplo: el general que quiere determinar cómo ganar la batalla (ésta es su finalidad) tendrá que regular su
decisión tomando en cuenta cosas sus circunstancias particulares como el tiempo y lugar adecuados: no quiere
enviar la caballería muy temprano, ni muy tarde, tampoco muy lejos de la posición del enemigo, ni muy cerca.
La frase “relativo a nosotros” (pros hêmas) significa entonces (i) que el justo medio está regulado por nuestra
finalidad en cuanto agentes morales, que es obrar bien, “hacer lo noble/bello” y (ii) que no existe un algoritmo simple
que nos permita identificar las pasiones y acciones adecuadas en una ocasión determinada. Todo depende de
nuestras características y circunstancias particulares de la acción:

Agente, objeto, ocasión, instrumento, manera, tiempo, lugar, duración, razón, propósito.

Por ejemplo: ¿Te encuentras en un funeral, o una ceremonia de boda, o un lugar donde sería inapropiado
agarrarse a combos? ¿Es la persona que te habló groseramente – dando motivo para pelearse- alguien que está
sufriendo terriblemente o bajo estrés? Si es así, no es adecuado sentir ira contra ella. ¿Acaso la persona que te está
pidiendo dinero lo necesita? ¿Te ha prestado dinero antes? ¿Lo quieres hacer para ganarte la estima de los que te
ven o simplemente porque es adecuado? Esto ayuda a determinar si uno debería o no darle dinero. ¿Hay gente
presente que se sentiría insultada por la broma que quieres hacer? Esto determinaría en parte si deberías decirla o
no. Etc., etc., etc., Y todo esto regulado por tu finalidad, que es ejercitar tu virtud o excelencia moral.
Aristóteles expresa todo esto con una fórmula:

“si es cuando es debido, y por aquellas razones y respecto a aquellas personas y en vista de aquello y de la manera
que se debe, entonces hay término medio y excelente, y en esto consiste la virtud” (II. 6).

Confirmación de la definición y respuesta a objeciones: (II. 7,8,9).

IV. Libro III 2-5: decisión, deliberación y voluntad

“Hábito selectivo” = que resulta en una elección (prohairesis): III. 2-3

Nota: Además de atinarle al justo medio en un dominio de acción y pasión, Aristóteles nos dice que una buena
disposición moral, involucra también lo que llama prohairesis, “elección” o “decisión racional”: una excelencia moral
es prohairetike (lo que Araujo traduce como “selectiva”). ¿Qué significa esto? El concepto de prohairesis, “elección”
(Araujo) o “decisión racional”, captura la idea general de hacer algo por una razón.
(1) De un modo bien básico, significa que la excelencia moral le atina o achunta al justo medio por las razones
correctas o con la motivación adecuada. Aristóteles nos dice en II.4 que una persona virtuosa actúa de acuerdo
con la virtud (justamente o valientemente) sólo si lo hace determinando o eligiendo su acción por sí misma
(proairoumenos di’auta). En otras partes expresa esto diciendo que la persona virtuosa realiza la acción virtuosa en
vistas a lo noble (dia to kalon). La idea es la misma. La persona virtuosa no elige o determina la acción por ningún
otro fin que no sea actuar virtuosamente – no lo hace para alcanzar placer, no lo hace para ganar reputación, no lo
hace por miedo al reproche, ni si quiera lo hace para ser feliz.
(2) El concepto de elección o decisión racional también le sirve a Aristóteles por lo siguiente. Porque es el resultado
de un proceso de deliberación. La deliberación es absolutamente fundamental para Aristóteles, porque es el único
método que podemos emplear para determinar lo que debemos hacer. Puesto que no existe un algoritmo o una regla
universal o conjunto de reglas que puedan ayudarme en esta tarea, lo que se requiere según Aristóteles es
inteligencia práctica. La buena deliberación es la manifestación de mi inteligencia práctica:

Definición de elección: La elección es un “deseo deliberado de cosas a nuestro alcance” [viz. de los medios
conducentes a un fin, los cuales dependen de nosotros] (III.3)

V. Libro III 6- 12: ejemplos de virtudes

Clave para la clasificación de las virtudes morales: Cada virtud moral tiene un dominio de operación. “Nuestras
transacciones con los demás hombres” en el caso de la justicia, “nuestra actuación en los peligros” en el caso del
coraje, nuestra actitud ante el placer y el dolor corporal en el caso de la templanza, etc.

VI. Libro VI: capítulos 1-2, 5, 7-9, 12-13

Las virtudes intelectuales

Dos razones para discutir las virtudes intelectuales y la phronesis: 1. La definición de la virtud moral ha afirmado
que el término medio o “justo medio” está determinado por “la regla/razón/fórmula correcta” (orthos logos), y
tenemos que comprender más claramente en qué consiste esta (1138b18-34). La respuesta de Aristóteles será que
la recta razón es “la que se conforma a la prudencia” (VI. 13).
2. En segundo lugar, las virtudes del alma han sido divididas entre éticas e intelectuales (éticas y dianoéticas), y
Aristóteles, después de discutir las éticas en los libros II, III y IV, debe ahora discutir las intelectuales (1138b35-
1139a3).

VI. 1. División de la parte racional: razón teórica (“científica”) y razón práctica (“calculativa”).

VI. 2. Verdad práctica: “la verdad que está de acuerdo con el deseo recto”: “el razonamiento tiene que ser
verdadero y el deseo recto para que la elección sea buena, y tiene que ser lo mismo lo que la razón diga y lo que el
deseo persiga”.

VI. 5, 7, 8, 9. Def. Prudencia: “Una disposición racional verdadera y práctica respecto de lo que es bueno y malo
para el hombre” (5).

“afirmamos que la operación del prudente consiste sobre todo en deliberar bien, y nadie delibera sobre lo que no
puede ser de otra manera, ni sobre lo que no tiene un fin, y éste consistente en un fin práctico. El que delibera bien
absolutamente hablando es el que se propone como blanco de sus cálculos la consecución del mayor bien práctico
para el hombre. Tampoco versa la prudencia exclusivamente sobre lo universal, sino que tiene que conocer
también lo particular, porque es práctica y la acción tiene que ver con lo particular.” (7)

La buena deliberación es una rectitud de la deliberación, la clase de rectitud que (i) alcanza o logra un bien (ii)
mediante un razonamiento verdadero: “la buena deliberación consistirá en una rectitud conforme a lo conveniente
para el fin aprehendido por la verdadera prudencia”. (9)

“le hombre lleva a cabo su obra mediante la prudencia y la virtud moral, porque la virtud hace recto el fin
propuesto y la prudencia los medios que a él conducen.” (12). “la elección no puede ser recta sin prudencia ni sin
virtud, ya que la una determina el fin y la otra hace realizar las acciones que conducen al fin” (13)

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