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La Fe

INTRODUCCIÓN:

El concepto de fe abarca toda la Biblia, sería imposible para nosotros poder tocar
todo el tema en una sola clase, pero sí podemos desarrollar los puntos de vista de
diferentes autores a los que Dios usó para revelarnos de qué se trata la verdadera
fe. En el siguiente texto hablaremos del origen de nuestra fe, de la salvación por
gracia a través de la fe, de los frutos de la fe y de la fe que es práctica en nuestro
diario vivir.

DESARROLLO:

Fe según Hebreos: La fe cimentada en Dios (Heb. 11:1-40)

“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo
puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la
diestra del trono de Dios.” Hebreos​ ​12:2​ ​RVR1960​​

Hebreos nos presenta la fe como aquello que Cristo impulsa en nosotros y que va
perfeccionándose a medida que avanzamos en nuestra vida cristiana hasta
consumarse o completarse. A esto se refiere al decir que Jesús es el autor
consumador de nuestra fe: Él la comienza en nosotros y la perfecciona a lo largo de
nuestra vida hasta completarla.

Es importante notar esto, el objeto de la fe no es la promesa sino Dios, quien da la


promesa. Es decir, la fe nuestra está cimentada en Aquel que promete, Él le da el
valor a la promesa, alguien puede prometernos algo y puede sonar muy
convincente, pero si la persona no es confiable, por más que la promesa suene lindo
no tendremos mucha fe en él. Nosotros debemos confiar plenamente en que lo que
Dios ha prometido se cumplirá porque Dios es digno de total confianza. Puede que
no comprendamos aún sus promesas ni cómo las llevará a cabo, pero tenemos
seguridad de que Dios es poderoso de cumplir lo que dijo que haría.

Vemos una lista larga de héroes de la fe que por su confianza en las promesa de
Dios recibieron grandes galardones, Dios puso a prueba la fe de cada uno para
perfeccionarla y sea agradable ante Él. ¡Qué gozo debe haber en nosotros cuando
nos encontremos en alguna prueba! Significa que hay una nueva oportunidad de
que agrademos más a Dios con nuestra fe ​“Pero sin fe es imposible agradar a Dios;
porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es
galardonador de los que le buscan.” Hebreos​ ​11:6​ ​RVR1960​​
Aunque Hebreos enfoca la fe en el futuro y en lo que podemos alcanzar por medio
de ella, nos presenta una larga lista de testimonios de gente que en el pasado
fueron puestos a prueba y alcanzaron las promesas. La seguridad de nuestra fe
puede fortalecerse a través de estos testimonios porque todo lo que Dios les dijo
que haría lo hizo, sabemos nosotros entonces que lo que nos prometió también lo
cumplirá, debemos seguir firmes en la fe.

La fe se trata entonces en creer en la evidencia presentada por Dios, Él da


testimonio en su Palabra de que es poderoso para cumplir lo que promete. No es
irracional, sino que trasciende nuestra razón. Es con base en esta evidencia que
podemos declarar ​“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo
que no se ve.” ​Hebreos​ ​11:1​ ​RVR1960​​. Así que la fe ve el futuro siempre a la luz de
sus promesas, los patriarcas no tenían ninguna promesa escrita y aún confiaron,
¡cuánta más fe debemos tener nosotros con las Escrituras!

La fe según Pablo: La justicia que es por la fe (Rom. 3:21-31; 4:1-25; 5:1-11)

“...Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que


Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos,
serás salvo.”
​Romanos​ ​10:8-9​ ​RVR1960​​

“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro
Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la
cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.”
​Romanos​ ​5:1-2​ ​RVR1960​​

Pablo, enfoca el tema de la fe en la justificación de nuestra salvación. Es la fe en la


obra redentora de Jesús lo que nos salva y no nuestras obras humanas. No
podemos nosotros hacer nada para merecer dicha salvación sino confiar en la
promesa de su Hijo al salvarnos. La justicia de Cristo es la única acepta delante de
Dios, el hombre no puede hacer nada para ser justificado, solo creer en Jesucristo el
Justo: ​“Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.”
​Romanos​ ​3:28​ ​RVR1960​​. Como decía también Pablo: ​“Porque por gracia sois
salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras,
para que nadie se gloríe.” ​Efesios​ ​2:8-9 ​RVR1960​​

Abraham fue declarado justo al creer en la promesa de Dios antes de que sea
manifestada la ley. Por fe para que sea manifestada la gracia, porque si sería por la
ley ya no sería por gracia sino por deuda. Esto excluye cualquier mérito humano, su
promesa es bendecir a quien cree en su gracia​ “Él creyó en esperanza contra
esperanza (...) Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como
muerto. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se
fortaleció en fe, dando gloria a Dios (...) por lo cual también su fe le fue contada por
justicia.” ​Romanos​ ​4: 18-20; 22​ ​RVR1960​​

Bien esto no significa que el hombre debe creer y nada más. Si no que es la fe la
que nos da la salvación pero es la salvación la que nos ayuda a ya no vivir la vieja
vida. Luego del versículo 9 de Efesios donde declara que no es por obras, en el
versículo siguiente leemos: ​“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús
para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos
en ellas.”
​Efesios​ ​2:10​ ​RVR1960​​

Como veremos en la carta de Santiago, la fe requiere una demostración a través de


la obra.

La fe según Santiago: La práctica de la fe resulta en buenas obras (Sant. 2:


14-26)

“Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras?
¿Podrá la fe salvarle? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.”
​Santiago​ ​2:14, 17​ ​RVR1960​

Santiago nos presenta la fe como aquello que nos salva pero esta se confirma a
través de las obras de obediencia a Dios. Si soy nacido de nuevo evidentemente no
puedo vivir la misma vida que antes vivía lejos de Dios, sino que la verdadera
transformación del creyente resulta en buenas obras. Nos hace plantear esto si
realmente nosotros fuimos nacidos de nuevo o no, si solo creemos una filosofía o
hecho histórico o si tenemos la convicción completa que nos impulsa a vivir de
acuerdo a esta fe.

En otras palabras, la fe que no obra es una fe falsa: ​“¿No fue justificado por las
obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No
ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las
obras?” ​Santiago​ ​2:21-22​ ​RVR1960​​. Aunque suene contradictorio, no es así, Dios
usa a Santiago para hacernos entender cuál es la verdadera fe.

La fe según Jesús: la fe que logra lo imposible


“Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a
este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.” ​S. Lucas​ ​17:6​
​RVR1960​​

“Porque nada hay imposible para Dios.”


​S. Lucas​ ​1:37​ ​RVR1960​​

Por último, Jesús nos presenta la fe como algo que debe ser cotidiano en nuestra
vida. Era tan real el poder de Dios para él que no dudaba un instante en que podía
hacer lo que sea. Él caminaba en la fe constantemente y la usaba de acuerdo a la
voluntad de Dios, nos enseñó que Dios quiere que nosotros tengamos fe y la
usemos para sus propósitos, sabiendo que nada puede ir en contra de quienes
tienen confían en su Palabra.

Jesús caminaba en el agua, sanaba enfermos, echaba fuera demonios y sacaba


monedas de oro de los peces como algo natural en su vida, no porque Él fuera Dios,
sino porque creía en el Poder de Dios. Y en los evangelios nos insta
constantemente a que creamos en este poder. La fe de Cristo era la fe de un niño
que no dudaba ni un instante en lo que su Papá le decía. Cristo hizo énfasis
constante en que vivamos de acuerdo a esta fe que cree en lo imposible ​“Y estas
señales seguirán a los que creen…” ​S. Marcos​ ​16:17​ ​RVR1960​​. Vivamos entonces
esta fe y que ella sea en nosotros el aire que respiramos día a día.

CONCLUSIÓN:

En resumen, tenemos el privilegio de que Dios nos reveló en su Palabra cómo es


que quiere que nosotros tengamos fe. Qué beneficios tiene y cómo sabemos que
nuestra fe no es falsa. Muy grande es entonces nuestra responsabilidad ante tan
grande privilegio. Sin embargo, debemos disfrutar de este don que Dios nos dio,
para que podamos agradar como se merece.

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