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Ud. notará que estos ejemplos son tomados de varias dispensaciones. Por eso,
vemos que la fe ha sido el principio de la vida espiritual en cada época, y
todavía lo es (11:1-40).
(1) Salvación -La fe que salva es una fe activa, una fe que se expresa en obras.
“La fe sin obras es muerta” (Santiago 2:20).
(2) La mano de Dios en nuestra vida diaria. Todas nuestras pruebas son más
soportables cuando “vemos” la mano invisible de Dios en ellas. Cuando El
provee nuestras necesidades, podemos, por la fe, ver Su mano. Cuando se
necesita Su gracia y Su gracia es suficiente, vemos aquella santa mano en
nuestras vidas.
(3) Nuestro galardón eterno. Aunque estas realidades no son vistas todavía,
son claramente visibles al ojo de la fe.
Una larga lista cronológica de casos está en la mente del Apóstol; y siendo que
la lista llega hasta el principio del tiempo, naturalmente la creación se presenta
como una cosa que podemos conocer sólo por la fe.
En la luz de estos hechos, considere la teoría trinitaria que Dios, una “primera
persona” creó el universo por, y a través de una “segunda persona,” quien fue
también Dios, pero separado y dis tinto de Dios, la “primera persona.” Esto
generalmente se hace al intentar personificar el “Verbo” en Juan 1:1. Esto es
absurdo. Tal enseñanza es una negación abierta de esta preciosa porción
bíblica, tanto como a muchas otras.
Mientras que Ud. observa estos tres ejemplos, note como cada uno lleva una
semejanza sobresaliente a un paso en la salvación del Nuevo Testamento. Es
decir, en Abel, vea el ejemplo de fe en la sangre; en Enoc, vea la fe exhibida en
el hecho (obras) de andar con Dios; en Noé, vea la fe en el juicio venidero, en
“cosas que aún no se veían.”
Así, “por lo cual (el sacrificio de Abel) Abel, siendo muerto, aún habla por ella
(su fe).” El habla en contra a la voluntad propia e indiferencia en las cosas que
pertenecen a Dios y al servicio cristiano. El nos dice que el Camino de Dios es
el único camino. Él declara que la fe es el mejor camino, ¡el único camino!
Siendo que “sin fe es imposible agradar a Dios,” sabemos que Enoc era un
hombre fiel a Dios, porque dejó el testimonio de haber agradado a Dios, y Dios
lo traspuso. Enoc caminó con Dios. Enoc se movió como el Señor le movió.
Enoc vivió en armonía con la dirección de Dios. Enoc, “por la fe” dejó un lindo
ejemplo de una vida dedicada y disciplinada. La fe fue el principio de su vida
espiritual.
"Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se
veían..." ¡Creyó! Aunque él nunca antes había visto algo semejante a un
diluvio, creyó en la advertencia de Dios. Nosotros nunca hemos visto un lago
de fuego,” pero tenemos la Palabra de Dios sobre el asunto. Algunos se
burlarán; otros rehusarán el pensar en una cosa tan terrible; pero, los que
creen en Dios seguirán el ejemplo sabio de Noé.
Noé se movió “con temor,” esto es una señal de sabiduría porque “el temor de
Dios es el principio de sabiduría.” Noé “preparó el arca” una cosa inútil y fea; es
decir, hasta que las “cosas que aún no se veían” llegaron a ser una realidad
aterradora. Su fe en la Palabra de Dios, expresada en sus obras, se convirtió
en el arca para la salvación de su casa y por aquella obra de fe “condenó al
mundo.”
Luego, acercándose a Dios con sus peticiones, no debe “pedir mal, para gastar
en vuestros deleites,” (Santiago 4:3) o va a pedir y no recibirá. Que cada
oración siga el ejemplo que nuestro Señor nos dejó en el huerto. Después de
orar “pase de mí esta copa,” Él concluyó la petición con las palabras, “pero no
sea como yo quiero, sino como tú” (Mateo 26:39). La voluntad humana
sujetada a la voluntad Divina.
Abraham vivió “por la fe” escogiendo perseguir las metas espirituales (11:9-10).
Él “esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es
Dios.” Podía haber sido satisfecho con herencia mundana y material de la
tierra, pero dentro de su alma había una convicción, basada en la promesa de
Dios, que “cosas mejores” le esperaban. Fue esta fe que le impulsó a habitar
“en tierra ajena” y morar en tiendas como peregrino y extranjero.
La familia de Abraham compartió su fe. Sara, siendo estéril, concibió y dio a luz
a Isaac “Porque creyó que era fiel quien lo había prometido” (11:11). Y de Isaac
vino una multitud innumerable de descendientes.
Dios honra a aquellos que le honran. Todo lo que ellos tenían como base de su
esperanza y anhelo era la promesa de Dios, y ésta era suficiente; “Porque les
ha preparado una ciudad.” El dijo, “Voy, pues, a preparar lugar para vosotros. .
para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:2-3). ¡Qué
preciosas promesas! Que nos mantengamos firmes para que podamos
recibirlas.
Es decir, “de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en
multitud” (11:12). Por tanto, él sabía “que Dios es poderoso para levantar aún
de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir
(11:19).
Usted notará que cada ejemplo ilustra un aspecto distinto de la fe. Como una
lindísima obra de arte, cada detalle añade profundidad y perspectiva a la
comprensión del retrato compuesto. Cada ilustración amplifica el concepto de
la fe. Este es el propósito del escritor
Moisés escogió el primer camino, dándose cuenta que si los “deleites” del
pecado son sólo “temporales,” el “maltrato” no podía durar más. “Por la fe …
tenía puesta la mirada en el galardón.” Su estimación del “vituperio de Cristo” lo
puso muy en alto sobre los tesoros de los egipcios” en valor su preferencia fue
basada sobre lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” ¡Fue por la
fe!
“Por la fe pasaron (los israelitas) el Mar Rojo...” (11:29) pero los egipcios
intentando hacer lo mismo, fueron ahogados. Los israelitas no podían igualar a
los egipcios militarmente, pero “por la fe” fueron salvados de su enemigo.
Los muros de Jericó cayeron ante la fuerza de la fe que fue expresada por siete
días de marcha obediente (11:30). El Dios de Israel honró la fe de sus
corazones con la obra de Su mano.
Cuatro jueces, un rey y un profeta, son nombrados como testigos del poder de
la fe (11:32) y sus hechos son enumerados como evidencia de su fe (11:33-34).
Después de esto, muchos grandes hechos de fe se mencionan estableciendo
la fuerza de la fe en las vidas de los hombres (11:35-38).
Después de estas grandes hazañas de fe, obradas por las vidas de estos
héroes de la fe, ellos aún no recibieron lo prometido” (11:39). “Lo prometido”
mencionado aquí es aquello de Génesis 3:15, Isaías 9:6 y Joel 2:28, para
mencionar unas cuantas referencias Bíblicas.
Los creyentes del Nuevo Testamento, habiendo recibido la promesa que Dios
hizo a Abraham, completan el plan del cual los santos del Antiguo Testamento
fueron una parte vital.