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Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / issn 1515–7180 / Vol.

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Revista anual del Grupo de Investigación de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / INCIHUSA – CONICET / Mendoza
www.estudiosdefilosofia.com.ar – ISSN en línea 1851–9490 / Mendoza / Junio 2013 / Comentarios de libros

Federica Scherbosky
CONICET

Axel Honneth. Reconocimiento y menosprecio. Sobre la


fundamentación normativa de una teoría social.
Madrid, Katz Editores, 2010, Traducción de Judit Romeu Labayen.
(85 Pág). ISBN 978–84–92946–28–0

Axel Honneth retoma la formulación que hace de esto Nancy


(Essen, Alemania Fraser para concluir que hay un paso del con-
1949), personaje cepto de redistribución al de reconocimiento,
relevante en el pa- que trae aparejado un reflote de la dignidad.
norama filosófico Frente al interrogante acerca de las causas
actual, centra sus de esta transición Honneth plantea dos opciones
investigaciones en el ámbito de la filosofía po- contrapuestas: una que remite a la caída del
lítica y social, particularmente en la teoría del comunismo y el triunfo de los partidos conser-
reconocimiento. Desde 2001 es director del Insti- vadores, que implicó la reducción de los progra-
tuto de Investigaciones Sociales de la Universidad mas de bienestar y la desilusión de alcanzar una
Goethe en Frankfurt, normalmente conocido redistribución económica. Como consecuencia
como “Escuela de Frankfurt”. se imponen visiones reducidas, que pretenden,
La obra que comentamos aquí concentra en al menos, la supresión de la humillación y el
pocas páginas lo medular de sus investigaciones menosprecio.
y logra asumir además las últimas críticas y dis- La otra interpretación –que por cierto es la
cusiones en torno de sus contribuciones. que él defiende– sostiene que este pasaje catego-
El presente escrito está dividido en dos sec- rial no es resultado del desencanto político, sino
ciones: en primer lugar un texto del autor que por el contrario de un aumento de sensibilidad
presentó a modo de conferencia en el CCCB moral.
(Centro de la  Cultura  Contemporánea de Bar- A partir del surgimiento de nuevos movi-
celona) en 2009 y a continuación una entrevista mientos sociales que presentan nuevas deman-
que le realizó Daniel Gamper Sachse, también en das en torno al reconocimiento se ha podido
el mismo centro unos meses antes. observar el valor político de la experiencia de
El texto inicial condensa brevemente el tra- menosprecio social o cultural. Honneth preten-
bajo que Honneth realiza desde hace décadas de entonces articularlo a la inversa y proponer
en torno a la categoría de reconocimiento y las que el reconocimiento –ya sea de personas o
repercusiones morales del mismo. Plantea desde grupos– es un elemento esencial del concepto
el comienzo que el cambio en ciertos conceptos de justicia.
centrales de la filosofía político–social implica Para defender esta posición divide su texto
cambios en las orientaciones normativas. Realiza en tres partes. En la primera hace un rastreo del
un rastreo histórico y da cuenta de cómo en la proceso por el cual el reconocimiento ha tomado
década de 1980 con la hegemonía del marxismo mayor relevancia estos últimos años. En segundo
en Europa y de Rawls en los Estados Unidos lugar desarrolla el programa sociofilosófico en
no había dudas acerca de la prioridad en la el que Hegel expone por primera vez el reco-
eliminación de las desigualdades. La justicia era nocimiento mutuo como idea normativa. Y en
el principio rector de estos planteos. Tiempo la última parte a partir de las diferentes formas
después esta categoría perdió su centralidad en de daño moral busca desprender las distintas
la filosofía política y se comenzó a hablar acerca formas de reconocimiento, cada una con un
de la importancia de la prevención de la humi- contenido normativo específico.
llación o del menosprecio. 1– En el rastro histórico del reconocimiento
Se produce entonces un corrimiento de las señala Honneth que ya en la antigüedad sólo
categorías de justicia o distribución equitativa o las personas que obtuviesen apreciación social
igualitaria hacia la dignidad y el respeto. Honneth podían llevar una buena vida. En la modernidad
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el desarrollo de ciertas virtudes socialmente de- presenta el reconocimiento jurídico, sino que le
seables dependía del reconocimiento o el recha- suma la relación afectiva, pues en el amor los
zo social. Ya con Kant, el concepto de respeto sujetos se reconocen mutuamente en sus nece-
pasa a formar parte fundamental de toda moral, sidades específicas, cuestión que les genera una
pero es sólo Hegel quien fundamenta su teoría seguridad afectiva que articula sus deseos. Por
ética en el principio del reconocimiento. último añade la esfera estatal de la moral, donde
Esta tematización se interrumpe y se retoma el objetivo del reconocimiento es posibilitar a los
nuevamente en los últimos veinte años a partir individuos la apreciación del otro en aquellas
de los debates de los diferentes movimientos cualidades que contribuyen a la reproducción
sociales y las políticas multiculturalistas. Ya las del orden social.
relaciones no se miden únicamente en función En los primeros escritos hegelianos, el paso
de la distribución de bienes materiales, por de una esfera a la siguiente se da por la lu-
lo que la idea de justicia empieza a estar más cha que los individuos mantienen entre sí en
estrechamente ligada a cómo se reconocían los búsqueda de una concepción gradualmente
individuos unos a otros. El contenido normativo creciente que cada uno tiene de sí mismo. El
de la moral podría ser explicado entonces me- ser reconocido en dimensiones nuevas cada vez,
diante las diferentes formas de reconocimiento abre conflictos intersubjetivos cuya solución es
mutuo. establecer una esfera cada vez más amplia de
La crítica del autor es que se manejan dis- reconocimiento. Honneth sostiene entonces que,
tintas nociones de reconocimiento que no han “las esferas de reconocimiento que se van gene-
sido definidas de manera alguna y que al variar rando de esta manera producen la red de pre-
la noción de reconocimiento el contenido mo- misas normativas en que una sociedad moderna
ral varía también en correlación con aquel. Da y liberal debe basarse a fin de poder producir
algunos ejemplos sobre la ética feminista, como ciudadanos libres y comprometidos” (22).
así también acerca de la ética del discurso y a Sin embargo, en la Fenomenología del Espíri-
otras propuestas más comunitaristas, señalando tu Hegel modifica su programa y la constitución
acertadamente que los reclamos que se hacen de la realidad ya no se sucede como un “proceso
desde una determinada concepción se presentan intersubjetivo de creación de conflictos, sino
como contradictorios en otras. como resultado de la autogradación dialéctica
2– En la búsqueda de una mejor com- del espíritu” (23).
prensión de las diversas concepciones de re- Cabe destacar que la distinción de su ju-
conocimiento, Honneth vuelve a analizar las ventud en tres formas de reconocimiento se
diferenciaciones que Hegel estableció ya en su mantiene igualmente en la Filosofía del Derecho
juventud. y es por esta división que persiste que Honneth
Hegel realiza una apropiación del concepto analiza la obra ya madura de Hegel desde una
planteado por Hobbes, Maquiavelo y finalmente filosofía práctica.
por Fichte. Concluye, a partir de ellos, que la 3– En el tercer apartado Honneth analiza el
autoconciencia del hombre depende del reco- vínculo “reconocimiento–moralidad” desde los
nocimiento social. Sin embargo lo que pretendía daños morales. A partir de las circunstancias que
explicar era cómo la experiencia del reconoci- son vividas como injustas se puede explicar la
miento podía tener como efecto un avance en conexión interna entre moral y reconocimiento.
el ámbito moral. El autor diferencia entre delito moral o una sim-
La respuesta que el autor nos propone es ple violencia considerando los criterios que usan
que se da entre los sujetos una lucha por el los mismos afectados, pues en el primer caso
reconocimiento en la que “el progreso moral se hay una clara negación del reconocimiento. Un
desarrolla a lo largo de una gradación de tres daño físico se convierte en injusticia moral cuan-
patrones de reconocimiento de complejidad do la persona siente afectada intencionadamente
creciente, entre los cuales se plantea cada vez un aspecto de su bienestar.
una lucha intersubjetiva entre los individuos para La primera forma de menosprecio es para
hacer valer las reivindicaciones de su identidad” Honneth la humillación física –tortura o viola-
(20). ción—ya que priva al sujeto de la autonomía
Al reconocimiento planteado por Fichte, física en su relación consigo mismo y destruye su
Hegel le añade dos formas más. Ya no sólo se autoconfianza básica que le permite una relación
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con el mundo. El reconocimiento que se da en pierden su carácter jerarquizante y prescriptivo


contraposición a este menosprecio es el amor. pues hay un tránsito hacia la generalización. El
A partir del amor se forma la confianza en sí principio que rige acá es la “diferencia igualitaria”
mismo de carácter corporal y se validan afectos que se desarrolla por la presión de los sujetos
y necesidades en tanto estos son correspondidos. individuados.
Solo a partir de este tipo de reconocimiento se Es entonces en el marco del amor, del de-
podrán dar los demás. No obstante es una forma recho y de la solidaridad que se establecen las
que sólo se mantiene en círculos íntimos y por lo condiciones formales de las relaciones en las cua-
mismo no puede generalizarse, pues se sostiene les los sujetos pueden garantizar su dignidad o
en premisas no manipulables individualmente, integridad. Donde integridad significa que el in-
como la atracción o simpatía. dividuo se siente apoyado por la sociedad en to-
La segunda forma de menosprecio es la das sus autorrelaciones prácticas (autoconfianza,
privación de derechos y la exclusión social, ya autorrespeto y autoestima). Hay un traspaso del
que dentro de su comunidad no se le concede concepto de justicia hacia el de vida satisfactoria,
la imputabilidad moral de una persona jurídica ya que el objetivo normativo del reconocimiento
de pleno valor. El reconocimiento correspon- no se agota en la idea tradicional de justicia. La
diente a este segundo menosprecio, es aquel consecución de esta vida satisfactoria depende
en el que el individuo se considera, desde los entonces de los diferentes modos de reconoci-
otros participantes en la interacción, poseedor miento, lo que implica que la libertad para la
de los mismos derechos. La actitud frente a este autorrealización se encuentra condicionada por
tipo de reconocimiento es la de un autorrespeto las relaciones intersubjetivas del individuo. Pero
elemental, ya que comparte con los miembros este presupuesto intersubjetivo es una condición
de su comunidad el hecho de ser actores mo- históricamente variable, en relación al nivel de
ralmente responsables, o sea imputables desde desarrollo de las relaciones de reconocimiento.
un punto de vista jurídico. Este modo de reco- “La concepción formal pierde su atemporalidad
nocimiento sí es generalizable, siéndole propio cuando cae hermenéuticamente en la condición
un universalismo que se logra a través de luchas de un presente infranqueable” (33)
históricas. No obstante el autor sigue buscando una
El tercer tipo de menosprecio es la degra- moral que si bien esté ligada a la historia sea
dación del valor social de formas de autorrea- a la vez formal. Considera en esta búsqueda
lización. Se da cuando los sujetos no obtienen que tanto el segundo como el tercer ámbito de
la apreciación social de aquellas capacidades reconocimiento, a saber, la dimensión jurídica y
que adquirieron a lo largo de su vida. El reco- la comunidad de valores, están abiertas a proce-
nocimiento correspondiente a este menosprecio sos que van en dirección de un aumento de la
es la aprobación solidaria de las capacidades universalidad o de la igualdad.
adquiridas individualmente. Esto se obtiene en A partir de la dificultad de pensar un es-
la aprobación intersubjetiva, en una relación quema formal de la moral en relación con las
de reconocimiento recíproco en la que uno y transformaciones históricas es que considera
otro se encuentran en un horizonte de valores pertinente introducir históricamente los tres
y objetivos que advierten a ambos la impor- modelos de reconocimiento para que puedan
tancia irrenunciable de las propias capacidades ser considerados elementos de moral “sólo en su
que uno tiene para el otro. Se presuponen aquí grado máximo de desarrollo” (34).
experiencias de responsabilidades compartidas, Considera que tanto Hegel como Mead
que implican no sólo la responsabilidad ética, lograron desarrollar una moral postradicional y
sino además la empatía afectiva. La actitud po- democrática bajo el ideal de conquistas univer-
sitiva aquí es la autoestima, ya que al sentirse salistas de igualdad y de singularidad a la vez.
valorado puede identificarse con sus cualidades Donde todos los individuos son reconocidos
específicas de manera absoluta, con lo que él como personas iguales pero también singula-
como individuo puede aportar a los demás. Se res, proceso que se da a través de diferentes
da así un proceso de apertura con respecto a las condiciones de reconocimiento en pro de su
realizaciones del yo, ya que las normas bajo las autorrealización.
cuales los individuos se reconocen están abiertas En  la segunda parte del libro encontra-
a un camino de destradicionalización, en el que mos  una  interesante entrevista en la que se
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abren temas por demás controversiales sobre la la igualdad. Hegel, según su interpretación,
actualidad de la filosofía.  Se inicia la discusión siempre lo utiliza en relaciones de igualdad,
planteando la importancia del trabajo de la ac- por lo cual la utilización que hace Taylor re-
tual Escuela de Frankfurt como  un contrapunto sultaría un error categorial.
necesario en relación a la imperante filosofía Con respecto a conceptos como “tolerancia”
anglosajona y a presupuestos del liberalismo o “respeto” Honneth los considera ineludibles,
político de Rawls.  pues no hay otro concepto mejor que el de
Daniel Gamper destaca la tarea de Honneth tolerancia para designar el estrato elemental
en tanto “no se satisface con  una denuncia sin del respeto recíproco. De igual modo lo sitúa
expectativas, ni recluye sus ideas en el limbo de dentro del ámbito jurídico, como aquella “dispo-
las buenas intenciones” (46) sino que recupera el sición normativa respecto del otro que debemos
hálito ético de la filosofía. Su propuesta de crítica adoptar cuando lo vemos como portador de los
social se basa en premisas universalizables sin mismos derechos” (55). Imposible le resulta no
por ello perder  su anclaje moral. preguntarse si se puede ir más allá de este ámbi-
Honneth deja en claro aquí que su recupe- to, aunque asume la dificultad del cumplimiento
ración de la categoría de “reconocimiento” no se de esta primera meta.
debe a la importante visibilización de los movi- La cuestión radica en que el respeto jurídico
mientos sociales que reclaman el reconocimiento puede ser impuesto, mientras que la estima so-
de su diferencia cultural, sino a tendencias his- cial del valor de otros sujetos o culturas es libre,
toriográficas de las décadas de los 60 y 70, que no puede imponerse. El interrogante sería qué
reconstruyen las luchas por el reconocimiento medidas deben darse en una sociedad para que
del siglo XIX, en torno al concepto de honor, la mayoría desarrolle libremente estima o valo-
respeto y justicia. ración hacia las minorías1. Una posible respuesta
Al ser posible este análisis también en los apunta a que la mayoría esté obligada a generar
movimientos obreros, puede construirse una espacios en esta dirección, como por ejemplo
nueva perspectiva de las luchas sociales, que abrir los medios para la propia representación
vaya más allá del patrón de la utilidad para con- de cada cultura, en vistas a que la mayoría tome
siderar la gramática moral que se articula en el conciencia de su peculiaridad.
trasfondo de estas luchas. Honneth sostiene las preguntas sin poder dar
El autor se distancia también de los debates una clara perspectiva normativa. Sin embargo
acerca de las “políticas de la identidad” ya que reitera que cada cultura debería poder tener las
considera que éstas presentan un reduccionis- oportunidades para ser valoradas socialmente.
mo del reconocimiento a un único aspecto, el No ser valoradas de antemano, sino tener la
cultural. Además esta perspectiva simplificada oportunidad, el espacio, para que se dé este
no se ajusta a sus objetivos, ya que se reduce proceso.
a un único aspecto la gramática moral que él Otro de los temas presentes en este debate
pretende desarrollar. es la influencia de los estudios sociológicos en la
Uno de los representantes fundamentales filosofía, planteado a partir de su libro “Reifica-
en esta tendencia es Charles Taylor, en quien se ción”. Honneth diagnostica una separación de las
sustenta Nancy Fraser para sostener el debate disciplinas producto de la especialización y de
con nuestro autor acerca de la dicotomía “redis- un vuelco de la filosofía, al menos en Alemania,
tribución o reconocimiento”. La reducción del más orientado hacia las ciencias de la naturaleza
reconocimiento a la cultura se presenta como que del espíritu. Su libro se presenta como un
una simplificación ya que las más importantes intento de restablecer ese vínculo perdido. Pero
luchas de la modernidad pueden comprenderse sólo se lograría este encuentro si se sitúa en el
como luchas por el reconocimiento en diversos centro de la cuestión conceptos fructíferos para
aspectos. ambas disciplinas. Se problematiza, a continua-
Honneth cuestiona por qué Taylor utiliza ción, la relación entre reificación y genocidio,
el reconocimiento en función de las diferen- como también otros horizontes que se abren con
cias y nunca en confrontaciones a favor de este concepto.

1 Cabe aclarar que estas minorías no lo son en cantidad, o no al menos en todos los casos. Hablamos de minorías
en tanto minorizadas, en un sentido kantiano.
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Nociones como alienación, fetichismo o mer- una crítica de la cultura, que tilda finalmente de
cantilización han sido abandonados luego de la ingenua. Sostiene que el filósofo práctico puede
Escuela de Frankfurt porque no se ha logrado pronunciarse sobre lo justo pero también sobre
una apropiada fundamentación. Sin embargo, lo bueno, de manera igualmente universaliza-
señala Honneth, sería bueno retomarlos ya que ble.
son aquellos conceptos que pueden volver a es- Para finalizar se entabla un diálogo acer-
tablecer el cruce de disciplinas entre la filosofía ca de la diferencia y los roles del filósofo y el
y la sociología. crítico social. Honneth expone aquí su visión
Por último la discusión se centra en su panorámica de la intelectualidad europea, de sus
relación con Habermas. Asume seguir su pre- debates actuales, del rol de éstos en los medios
tensión, de encontrar los medios conceptuales y la política, de la vuelta a la religión y de cierta
que permitan hablar de patologías sociales en excentricidad en algunos pensadores actuales
un sentido universalmente válido, o al menos renombrados.
en un marco de validez generalizable. Considera Sólo nos queda recalcar que este abreviado
además que las últimas rehabilitaciones de la libro ofrece una buena síntesis de la obra de
antropología filosófica van también en esta di- Honneth en su intento de lograr una fundamen-
rección, poder aportar a la estructura de la exis- tación normativa de la teoría social, a través de
tencia humana y no sólo en función de aquello la categoría de reconocimiento. El reconocimien-
históricamente limitado. to se postula entonces como la clave interpreta-
En relación a esta distinción es que marca tiva que nos permite comprender la complejidad
una distancia de su teoría –y la de Habermas– de de las luchas sociales contemporáneas.

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