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accidentes de trabajo
Joel CÁCERES PAREDES
1. Introducción
Una de las clásicas y principales diferencias entre el Derecho Civil y el Derecho del
Trabajo es que el primero presupone la igualdad de las partes contratantes, mientras que el
segundo habla de un desequilibrio material entre ellas1. Se dirá que toda esta formulación
es añeja: ya existe un andamiaje protector erigido en función a la especial caracterización
de la relación de trabajo; pero es prioritariamente nueva si se trata del análisis y crítica a la
actual regulación sobre la determinación de la responsabilidad resarcitoria del empleador en
la producción de accidentes de trabajo.
En el marco de esta problemática, el presente trabajo tiene por objetivo esencial mostrar
algunos puntos críticos en la regulación jurídica de la responsabilidad civil aplicados a los
supuestos de la obligación resarcitoria del empleador en los accidentes de trabajo,
especialmente, en referencia a la determinación del criterio de imputación para la
determinación de la responsabilidad laboral: ¿responsabilidad objetiva, semiobjetiva o
subjetiva?
Según León Hilario, en sentido jurídico, la responsabilidad puede definirse como “la
situación del sujeto al que le toca experimentar, concretamente, las consecuencias, para él
1
Frente al dogma liberal de la igualdad de los contratantes, la legislación de trabajo se apoya en la idea de la
asimetría del contrato de servicios a causa de la desigualdad de poder económico de patronos y obreros
(MARTÍN VALVERDE, Antonio, RODRIGUEZ-SAÑUDO GUTIERREZ, Fermín y GARCÍA MURCIA, Joaquín,
Derecho del Trabajo, 6ta ed., Tecnos, Madrid, 1997, p. 67).
desventajosas, que una norma prevé y le impone atendiendo a la verificación de un
determinado presupuesto”2. Estas consecuencias desventajosas, continúa señalando referido
el autor, “manifiesta la reacción del ordenamiento jurídico frente a un hecho que se
considera legalmente reprobable, por atentar contra intereses ajenos o de la colectividad en
general”3.
Esta situación obedece a que, de un tiempo a esta parte, se viene identificado cifras
cuantiosas relacionadas con los accidentes de trabajo a nivel mundial. Así, la OIT ha
documentado que cada 15 segundos, un trabajador muere a causa de accidentes o
enfermedades relacionadas con el trabajo, o 160 trabajadores sufren un accidente4.
De ahí que, resulta relevante para las relaciones laborales las reglas aplicables respecto al
criterio de imputación en la determinación de la responsabilidad civil-patronal por
accidentes de trabajo.
Una de las primeras manifestaciones de protección social, allá por los albores del Derecho
del Trabajo de matriz obrero industrial, fue la preocupación por la siniestralidad de los
trabajadores.
En aquel entonces, la responsabilidad civil por daños y perjuicios, cuya influencia principal
proveía de la regulación romanista del Código Civil de Napoleón, “demostró la
insuficiencia del sistema para asegurar una indemnización eficaz a los peligrosos accidentes
derivados de la civilización industrial”5, en la medida que fijaba como criterio delimitador
de responsabilidad la culpa del empleador. En efecto, los accidentes de trabajo no solo
2
LEÓN HILARIO, Leysser, La responsabilidad civil. Líneas Fundamentales y Nuevas Perspectivas, Jurista
Editores, 2da, Ed., p. 49.
3
Loc. Cit.
4
Al respecto, vide: www.ilo.org/global/topics/safety-and-health-at-work/lang--es/index.htm
5
LENS, RICARDO, “Responsabilidad civil: presente, futuro y distorsiones del sistema”, en Revista de
Responsabilidad Civil y Seguros, Año X - N° 7 - julio de 2008, Buenos Aires, p. 17
afectaban a las terceras personas, sino también a los propios trabajadores de la industria
naciente6.
Como consecuencia de esta nueva realidad, las primeras leyes de accidentes de trabajo que
se emiten en los principales países industrializados de Europa recogen disposiciones sobre
prevención y cobertura de los riesgos laborales. Así, por ejemplo, la primera Ley de Seguro
de Accidentes de Trabajo dada en Alemania de 1884 estableció lo siguiente:
6
Como señala Umberto Romagnoli, los Códigos mercantiles (como el italiano de 1882 o el Civil de 1865)
estuvo pensado y aplicado para aquellos que especulan con el trabajo como una mercancía, no tomándose en
cuenta la industria que acaba de nacer. (ROMALGNOLI, UMBERTO, El Derecho, el Trabajo y la Historia,
Consejo Económico Social, Madrid, 1997, p. 55).
7
SÁNCHEZ – CASTAÑEDA, Alfredo, La seguridad y la Protección Social en México. Su necesaria
Reorganización”, Universidad Nacional Autónoma de México Instituto de Investigaciones Jurídicas, México
D.F., 2012, p. 5.
8
MARTÍN VALVERDE, Antonio, RODRIGUEZ-SAÑUDO GUTIERREZ, Fermín y GARCÍA MURCIA, Joaquín,
Derecho del Trabajo, cit., p. 70.
responsabilidad objetiva9. Así pues, la Ley Nº 1378 regulaba dos tipos de indemnizaciones:
la renta vitalicia para las incapacidades permanentes (totales o parciales), y los subsidios
durante las incapacidades temporales (absolutas o parciales).
Por aquel periodo, la codificación civil vigente de 1852, cuya influencia provenía del
Código de Napoleón, recogía el carácter “subjetivo” de la responsabilidad civil. Así pues,
clasificaba la fuente de las obligaciones provenientes de los “contratos”, “delitos”10 y
“cuasidelitos”11. En cuanto a la responsabilidad civil de las obligaciones no contractuales
disponía que “cualquiera que por sus hechos, descuido o imprudencia cause un perjuicio a
otro, está obligado a subsanarlo” (artículo 2191º), y respecto a la responsabilidad
contractual, señalaba que “el que celebra un contrato, no solo está obligado a cumplirlo,
sino también a resarcir los daños que resulten directamente de la inejecución o
contravención por culpa o dolo de la parte obligada” (artículos 1265).
Según las disposiciones reglamentarias del Decreto Ley Nº 1884612, era posible demandar
una indemnización por daños y perjuicios en el fuero común en el caso que el accidente de
trabajo o enfermedad profesional se hubiere producido por acto intencional o por
negligencia o culpa del empleador. Así, la Primera Disposición General del Reglamento del
Decreto Ley Nº 18846 establecía que:
9
DE TRAZEGNIES, Fernando, La responsabilidad Extracontractual, Fondo Editorial de la Pontificia
Universidad Católica del Perú, Lima, 2001, p. 185. Señala, en ese sentido, este Los accidentes ocurridos a los
trabajadores con motivo de la actividad laboral, han sido los primeros en ser sometidos al régimen de la
responsabilidad objetiva como consecuencia de que la actividad empresarial ha sido considerando riesgosa en
sí misma.
10
El artículo 2189º del Código Civil de 1852 establecía que “Delitos de los hechos perjudicados
intencionalmente contra la ley”
11
El artículo 2190º del Código Civil de 1852 establecía que “Cuasidelitos son unos hechos ilícitos cometidos
solo por culpa y sin dolo”
12
La Primera Disposición General del Reglamento citado, estableció lo siguiente: “el otorgamiento de las
prestaciones establecidas por el presente Reglamento por parte de la Caja Nacional de Seguro Social exonera
al empleador de toda otra indemnización por causa del mismo accidente o enfermedad profesional. Pero si el
riesgo se hubiere producido por acto intencional o por negligencia o culpa del empleador o sus representantes,
o de un tercero, la Caja Nacional de Seguro Social procederá a demandar el pago del monto de las
prestaciones otorgadas. Asimismo, la víctima o sus causa-habientes podrán instaurar las acciones pertinentes
de derecho común para obtener la indemnización por perjuicios”.
enfermedad profesional. Pero si el riesgo se hubiere producido por acto
intencional o por negligencia o culpa del empleador o sus representantes, o
de un tercero, la Caja Nacional de Seguro Social procederá a demandar el
pago del monto de las prestaciones otorgadas. Asimismo, la víctima o sus
causa-habientes podrán instaurar las acciones pertinentes de derecho común
para obtener la indemnización por perjuicios”.
De dicho precepto se podía desprender que la regla general era la incompatibilidad del
seguro de accidentes de trabajo con la demanda de la indemnización por daños y perjuicios
en el fuero común; salvo que (regla excepcional) el empleador estuviera actuando por dolo
o culpa. En este último caso se disponía la habilitación expresa de que el trabajador pueda
demandar la indemnización por daños y perjuicio en el fuero común. Como apunta Herrera
Gonzales-Pratto comentando dicha disposición:
13
DE TRAZEGNIES, La responsabilidad Extracontractual, Cit.
14
Entonces, en los casos en que el Decreto Ley Nº 18846 habilitaba al trabajador a demandar por daños y
perjuicios la indemnización en el fuero común, tendría que acreditar el dolo o culpa del empleador para
obtener el correspondiente resarcimiento por los daños y perjuicios.
Nuestra actual regulación en materia de aseguramiento por accidentes de trabajo se
encuentra establecida en la Ley Nº 26790, Ley de la Modernización de la Seguridad Social
en Salud, que regula el supuesto de invalidez como contingencia de cobertura seguridad
social y, de manera más específica, su Reglamento, aprobado por el Decreto Supremo Nº
009-97-TR, concordado con el Decreto Supremo Nº 003-98-SA, que regulan las
prestaciones previsionales de las contingencias en enfermedad profesional o accidentes de
trabajo de los trabajadores de aquellas empresas que realizan labores de alto riesgo.
Paralelamente, en materia del derecho común, nuestro actual Código Civil de 1984
establece, de forma general, dos criterios de responsabilidad, según sea esta de carácter
contractual y extracontractual. En la responsabilidad contractual el artículo 1321º establece
que el criterio de imputación es subjetivo indicando que: “queda sujeto a la indemnización
de daños y perjuicios quien no ejecuta sus obligaciones por dolo, culpa inexcusable o culpa
leve”. Mientras que en la responsabilidad extracontractual, además de imputación subjetiva,
establece, por vez primera y positiva, la responsabilidad por riesgo, estableciendo en el
artículo 1970º que “aquel que mediante un bien riesgoso o peligroso, o por el ejercicio de
una actividad riesgosa o peligrosa, causa un daño a otro, está obligado a repararlo”.
Finalmente, debe destacarse la regulación actual que existe en materia de seguridad y salud
en el trabajo de forma general para todos los trabajadores, la cual se encuentra recogida en
la Ley Nº 29783, Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo (en adelante, LSST). Así, uno de
los principios que inspiran las disposiciones de la LSST es el de responsabilidad, mediante
el cual “El empleador asume las implicancias económicas, legales y de cualquier otra
15
Artículo 10º de la Ley 26790, artículo 36º del Decreto Supremo Nº 009-97-SA y Acuerdo Nº 59-22-
ESSALUD-99: Si el empleador incumple con pagar el aporte y ocurre el siniestro, EsSalud exigirá al
empleador el reembolso de las prestaciones.
índole a consecuencia de un accidente o enfermedad que sufra el trabajador en el
desempeño de sus funciones o a consecuencia de él, conforme a las normas vigentes”.
De los preceptos citados, se desprenden con claridad la posibilidad que el empleador asuma
el pago de una indemnización por daños y perjuicios por la producción de accidentes de
trabajo. En tal sentido, la norma sugiere que el Ministerio de Trabajo y Promoción del
Empleo determine la indemnización cuando éste compruebe el daño acaecido; de lo cual se
desprende que en los casos en que el MTPE no realice dicha comprobación (y
determinación del pago de la indemnización), es posible que la indemnización por
responsabilidad patronal se determine en la vía judicial a través de una demanda de
indemnización por daños y perjuicios.
Determinar la diferencia entre una y otra no es bizantina. Por ejemplo, según nuestro actual
Código Civil, en la responsabilidad contractual se aplica los supuestos de responsabilidad
subjetiva, es decir, aquella que se determina en función a la conducta dolosa o culposa del
empleador; mientras que la responsabilidad extracontractual permite evaluar la conducta
dañosa sobre la base del criterio de imputación objetiva o cuasiobjetiva, es decir, cuando
existe, por ejemplo, actividad riesgosa que pueda ocasionar el daño resarcible.
Los deberes de protección (la instauración de aquellas obligaciones adicionales y/o distintas
a la obligación principal en el desenvolvimiento del contrato de trabajo), en materia laboral
ha tenido como principal antecedente histórico la contemporánea afirmación del Derecho
del Trabajo como disciplina jurídica. Así, por ejemplo, se puede considerar como uno de
sus principales puntos de partida la entrada en vigencia del Código Civil alemán (BGB) en
cuyo artículo 618º estableció que:
16
Si bien es cierto nuestro actual ordenamiento jurídico-laboral es claro en determinar que la responsabilidad
civil proveniente de un vínculo de carácter laboral tiene naturaleza contractual, sin embargo, como lo veremos
más adelante, el tema no siempre ha sido claro en la concurrencia de accidentes de trabajo.
17
Sin embargo, existe doctrina nacional que ha cuestionado dicha diferenciación y que señala que la
responsabilidad civil es una sola, y que en materia laboral estaríamos en una zona gris, pudiendo configurarse
un derecho de opción del dañado (ESPINOZA ESPINOZA, Juan, Derecho de la responsabilidad civil, Gaceta
Jurídica, Lima, p. 222).
18
CABANILLA SANCHEZ, Antonio, Los Deberes de Protección del Deudor en el Derecho Civil, en el Mercantil
y en el Laboral, Civitas, Madrid, 2000, p.167.
“Quién recibe los servicios viene obligado a organizar y mantener los
locales, instalaciones y herramientas de los que debe proveer para la
ejecución de los servicios y a regular la prestación de los trabajos que deben
ser realizados bajo sus órdenes o dirección, de tal manera que el trabajador
quede protegido contra los peligros que afecten a su vida o a su salud, en la
medida en que el propio trabajo lo permita”.
19
ÁLVAREZ DE LA ROSA, Manuel, “Responsabilidad Civil en la prevención de riesgos laborales, Texto
Mimeografiado.
20
RENDÓN VÁSQUEZ, Jorge, Derecho del Trabajo Individual, 5ª ed., Lima, 2000, p. 132.
21
Apréciese, el ámbito de aplicación de dicho precepto involucra no solo trabajadores que se encuentran
vinculados mediante un contrato de trabajo, sino también a cualquier otra persona que se inserte en el ámbito
organizacional del empleador. Entonces, el deber de protección del empleador tiene como centro de gravedad
el hecho fáctico de incorporarse en el ámbito de organización de la actividad empresarial.
De lo dicho hasta aquí, queda claro entonces que la responsabilidad que debe asumir el
empleador por accidentes de trabajos ocurridos en el marco de una relación laboral, es una
responsabilidad contractual. Así lo ha entendido también, en el ámbito adjetivo, la Ley Nº
29749, Nueva Ley Procesal del Trabajo, la cual regula la competencia judicial en los casos
de resarcimiento patronal producido por los accidentes de trabajos. Según el artículo 2º de
dicha ley, “los juzgados especializados de trabajo conocen de los siguientes procesos […]:
22
SALVI, Cesare, “Responsabilitá extracontracttuale (diritto vigente)”, citado por FERNÁNDEZ CRUZ, Gastón y
LEÓN HILARIO, Leysser, “La reedificación conceptual de la responsabilidad extracontractual”, en Revista de
la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2005, p. 17.
presunta23, en tanto la víctima del daño ya no acredita que el agente es responsable de la
producción del daño (y que está obligado a repararlo), sino que debe probar que no ha
producido el daño o que no es el responsable civil del mismo. También nos encontramos
ante responsabilidad semiobjetiva cuando es posible no responder por los daños producidos
pese a que se cumple el supuesto determinante de responsabilidad. Son los casos, por
ejemplo, en los que en uso de un bien o por el ejercicio de una actividad riesgoso(a) o
peligroso(a), o por el ejercicio de una actividad riesgosa o peligrosa (artículo 1970 del
Código Civil), el autor no está obligado a reparar por la ocurrencia de caso fortuito o fuerza
mayor, de hecho determinante de tercero o de la imprudencia de quien padece el daño
(1972).
Los criterios de imputación antes expresados no son los únicos que se plantean para la
determinación de la responsabilidad civil (por accidentes de trabajo). Así, Espinoza
Espinoza señala, por ejemplo que en el Common Law surgieron las teorías del “chapest (or
easiest) cost avoider” (responde por las consecuencias económicas de los daños el agente a
quien le va a resultar más económico o fácil enfrentarlas), y la del “deep pocket” (se
imputan las pérdidas a los grupos sociales mejores protegidos contra las consecuencias
derivadas del hecho de tener que soportar aquellas)25.
Si solo analizamos las normas del Código Civil, la responsabilidad del empleador por
accidentes de trabajo estaría regulada únicamente por el criterio de imputación subjetivo
(responsabilidad por incumplimiento), en tanto es una responsabilidad de carácter
contractual. Esta primera respuesta, sin embargo, es a todas luces insuficiente, por cuanto
consideraría únicamente el criterio de la culpa para determinar la responsabilidad patronal.
Si ello fuera así, según nuestro Código Civil, se presumiría únicamente la “culpa leve”
(artículo 1329º) y además el dañado debería acreditar el dolo o culpa inexcusable del agente
dañoso (artículo 1330º).
23
CIEZA MORA, Jairo, “La responsabilidad civil médica. Criterios de imputación (factores de atribución) y el
dilema sobre su contractualización”, en Actualidad Jurídica, Nº 231, Lima, p. 76.
24
TABOADA, Lizardo, Elementos de la responsabilidad civil, Grijley, Lima, 2001, pp. 88-91.
25
ESPINOZA ESPINOZA, Derecho de la responsabilidad civil, cit. Pp. 80-86 y 102-103.
Ahora bien, un acercamiento más profundo y especial para atender la interrogante
planteada, nos obliga a analizar las normas sobre seguridad y salud en el trabajo contenida
en la Ley Nº 29783 (en adelante LSST). Así pues, dicho dispositivo establece uno de los
principios que sustentan las normas de seguridad y salud en el trabajo: el principio de
responsabilidad, el cual establece, en el artículo II del Título Preliminar de la LSST, lo
siguiente:
En concordancia con ello, el artículo 53º de la LSS establece la obligación del empleador
de abonar la indemnización por los daños a la salud y seguridad en el trabajo, cuando existe
el incumplimiento del deber de prevención del empleador. Así, dicho precepto contempla:
Como se aprecia de este precepto, en la regulación concreta del deber de indemnizar del
empleador cuando ocurra un accidente de trabajo se presupone el incumplimiento
obligacional del empleador. Entonces ¿el empleador se libera de la obligación de resarcir al
trabajador cuando acredita que ha cumplido con su deber de prevención? ¿Se asume la
teoría de la culpa para determinar la responsabilidad patronal por los accidentes de trabajo?
Esta sería pues, a nuestro parecer, la principal motivación para concluir que el empleador
no debe responder únicamente cuando medie culpa o infracción al deber de prevención. En
efecto, no es suficiente que se acredite el cumplimiento de su obligación de prevención para
que el empleador se exima de los daños producidos al trabajador producto de un accidente
de trabajo; sobre todo, si se trata de actividades empresariales especialmente riesgosas o
peligrosas.
La conclusión antes señalada, que consideramos es correcta, se ve reforzada aún más con
las siguientes consideraciones que a continuación expresamos y que se podrían tomar en
cuenta a la hora de evaluar cuál es el título para imputar responsabilidad civil–patronal y,
consecuentemente, la obligación de resarcir los daños ocasionados al trabajador, a saber
26
“La obligación contractual de seguridad y salud laboral es una obligación de resultados y, en consecuencia,
debe el empresario probar que actuó diligentemente y ello nace, no esencialmente de un cambio en las reglas
de la carga de la prueba, sino del objeto mismo de la prestación: la obligación general de prevención de
riesgos, determinada por normas legales o convencionales, exige del deudor empresario una determinada
diligencia. De tal forma que por prevención, debe entenderse ‘el conjunto de actividades o medidas adoptadas
o previstas en todas las fases de actividad de la empresa con el fin de evitar o disminuir los riesgos derivados
del trabajo’ […] y por riesgo laboral ‘la posibilidad de que un trabajador sufra un determinado daño derivado
del trabajo’” (ÁLVAREZ DE LA ROSA, Manuel, “Responsabilidad Civil en la prevención de riesgos laborales,
Cit. p. 10).
- La LSST, en particular, sus principales principios rectores, se sustentan en la teoría
de la responsabilidad por el “riesgo creado”, en tanto el empleador inserta al
trabajador en el ámbito organizativo de su actividad empresarial o estatutaria, por lo
que aquel debe asumir la responsabilidad por los accidentes de trabajos ocurridos
pese a cumplir con su deber de seguridad (brindar implementos, informar a los
trabajadores, entre otras)
6. Conclusiones
Históricamente, conjuntamente con los propios albores del Derecho del Trabajo, se
dieron las primeras leyes de accidentes de trabajo, debido a las consecuencias
negativas del industrialismo naciente en la seguridad y salud de los trabajadores.
Así, dichas normas contemplaron una obligación previsional de coberturar dichos
riesgos sustentadas en la responsabilidad objetiva.
Del análisis paralelo de las normas sobre cobertura por accidentes de trabajo con las
normas civiles sobre responsabilidad civil contractual y extracontractual, se aprecia
una evolución para permitir la complementariedad entre ambas medidas de
reparación.