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LA DOCTRINA MONROE

La doctrina Monroe, resumida en la popular frase de América para los americanos, ha sido una pieza
fundamental de la política exterior de Estados Unidos en relación a Latinoamérica. Pero, ¿en qué
consiste exactamente, cuál fue su origen y cuáles son sus consecuencias más relevantes?

Es la concepción de política exterior de Estados Unidos según la cual cualquier intento de colonización o
intervención de una potencia europea en territorio del continente americano será respondido por
Estados Unidos, que no tolerará ninguna clase de intromisión en la zona.

Quién es su autor

Es obra del presidente James Monroe, por eso lleva su nombre. Se anunció en 1823 durante su discurso
sobre el Estado de la Nación. Sin embargo, no recibió oficialmente esta designación hasta 30 años más
tarde.

Aunque es una doctrina monroniana, sus autores materiales fueron otros, destacando John Quincy
Adams, en ese momento Secretario de Estado de Monroe. Adams, hijo del segundo presidente, se
convertiría posteriormente en máximo mandatario de los Estados Unidos.

Cuál es su origen

Dos hechos históricos son la causa inmediata de la proclamación de esta doctrina. Por un lado, la
reciente independencia de todas las colonias de Portugal y España en Latinoamérica (con excepción de
Cuba y Puerto Rico). Estados Unidos pretendía evitar que las grandes potencias europeas intentasen
ocupar el vacío dejado por Lisboa y Madrid y que las Américas se convirtieran en el campo de batalla de
los intereses europeos.

En particular, en un primer momento la doctrina de América para los americanos iba dirigida a la Santa
Alianza, una coalición conservadora formada al final de las guerras napoleónicas y a la que pertenecían
Rusia, Prusia y el imperio Austro-húngaro.

Uno de los objetivos de la Santa Alianza era hacer valer los derechos de la monarquía de los borbones
españoles en los países que recientemente habían declarado su independencia de España.

Por otro lado y ocupando un lugar fundamental hay que destacar la declaración de Rusia el 4 de
septiembre de 1821 proclamando su soberanía sobre lo que se denominaba la América Noroccidental,
esto es, lo que hoy es el estado de Alaska.

Según la proclamación, Rusia prohibía a todos los barcos navegando bajo pabellón de otra nación no
sólo que atracaran o se acercaran a las costas de lo que hoy es Alaska, sino que también rechazaba la
posibilidad de que navegasen a menos de cien millas de dichas costas.

Efectos inmediatos

Hay que destacar que la doctrina Monroe fue bien recibida en Inglaterra, que en plena expansión
industrial buscaba acceso libre a los mercados de las nuevas repúblicas latinoamericanas, y también por
éstas, que veían en la Declaración una garantía frente a los europeos expansionistas.

Sin embargo, hay que reconocer que en el momento de su proclamación la doctrina Monroe era poco
más que simples intenciones. En esos momentos Estados Unidos carecía tanto de poder político como
militar como para imponerla a la fuerza.

América para los americanos a lo largo de la historia

Aunque el fin original de la doctrina Monroe era evitar la expansión del colonialismo (europeo), en la
práctica se convirtió en una herramienta para justificar la expansión hacia el oeste de Estados Unidos y
sus intervenciones militares, económicas o políticas en Latinoamérica.
Ejemplos de aplicación de esta doctrina:
 Expansión a Texas, junto con la doctrina de Destino Manifiesto.
 Intervención en la guerra de la independencia de Cuba.
 Expansión a Hawái.
 Crisis de Venezuela de 1895 sobre los territorios de la Guayana disputados con Inglaterra.
 Y junto a su complemento, la doctrina conocida como Corolario Roosevelt, sirvió para justificar
intervenciones varias en Latinoamérica durante los años de la Guerra Fría.

Curiosidad

La doctrina Monroe no se aplicó precisamente en un caso flagrante de intervención de los poderes


europeos en América, cuando en 1862 los franceses imponen a Maximiliano a México como emperador.
Estados Unidos se encontraba inmerso en la Guerra de Secesión y el presidente Abraham Lincoln tenía
otros objetivos en sus prioridades.

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