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Carlos Mesters

Los Conflictos en el Libro


de los Hechos de los Ap—stoles

PARA ESTUDIAR Y PRACTICAR EN LA COMUNIDAD


Introducci—n

Este art’culo de Frei Carlos Mesters, estudioso doctor de la Biblia, nos da


mucha luz para la vida de nuestras comunidades cristianas, y especialmente para
su trabajo. Ofrece un camino para el estudio del libro de las primeras
comunidades cristianas, o sea, el libro de los Hechos de los Ap—stoles, a partir
de los conflictos que hoy marcan la vida de las comunidades.

Lo que vamos descubriendo nos impresiona por su actualidad. Las tensiones


internas y externas de las primeras comunidades que se esfuerzan en afirmar su
fe y realizar su Ònovedad de vidaÓ en un ambiente hostil y adverso, nos dan luz,
y tambiŽn nos animan en nuestro camino.
1. La Comunidad crece
y madura en el conflicto:

Donde la Iglesia se renueva, los conflictos aparecen y hacen sufrir. Nadie


tiene, hasta ahora, la receta de la medicina que alivie. En las tensiones que
vivimos en el momento actual, todos somos alumnos y aprendices.

Delante de los conflictos que hoy aparecen en la vida de nuestras comunidades,


es muy conveniente hacer un recuento y un estudio de los conflictos que, en el
pasado, marcaron el caminar de los primeros cristianos. El pasado no tiene la
soluci—n de los problemas pero tiene la experiencia vivida.

Los conflictos

Los primeross cristianos tuvieron muchos conflictos. S—lo el libro de los Hechos
habla de ellos m‡s de cien veces. Se trata de conflictos de todos los tipos:
Òconflictos de tendencias, heredados del juda’smo; conflictos entre el centro y
la periferia; conflictos con la pol’tica; conflictos con los intereses econ—
micosÓ; conflictos entre grupos y entre personas, entre l’deres y miembros de
las comunidades, entre liderazgos de la primera y de la segunda generaci—n,
entre el antiguo y lo nuevo, entre tradici—n y fe; conflictos que los cristianos
provocaban en los cristianos; conflictos externos e internos; conflictos
inevitables o evitables; conflictos previstos y provocados, y conflictos
ocasionales e imprevistos; conflictos abiertos y claros, y conflictos escondidos
y no declarados, etc., etc.

La fidelidad al Evangelio origina conflictos:

Los hechos de los ap—stoles trasmiten una evidencia: donde el Evangelio es


anunciado con fidelidad, el conflicto aparece. Es en el conflicto donde las
personas y las comunidades crecen y maduran; es dentro del conflicto que se
fortalecen: la fe, la esperanza y el amor. Por eso vale la pena investigar c—mo
los primeros cristianos vivieron y enfrentaron tantos conflictos. Tal estudio
nos podr‡ aportar mucha luz para nuestro caminar.

2. Una gu’a para el estudio:

El presente art’culo no es un estudio. Es apenas una sugerencia de trabajo para


aquellos que deseen esudiar el libro de los Hechos a partir de los conflictos
que Hoy afligen a nuestras comunidades. Para ellos proponemos la siguiente gu’a:

Los conflictos que marcan


la vida de las comunidades hoy

1. Hacer una lista de los conflicos que hoy aparecen en la vida de nuestras
comunidades.

2. Clasificar estos conflictos en torno de algunos criterios: conflictos


internos o externos; conflictos econ—micos, sociales, pol’ticos o ideol—gicos;
etc; (el grupo determina los criterios).

3. Profundizar en cada conflicto por medio de alguna de las siguientes


preguntas:

1) ÀCu‡l es el conflicto? Àen quŽ consiste?


2) ÀQuiŽn provoca el conflicto?

3) ÀCu‡l es el motivo del conflicto?

4) ÀD—nde, cu‡ndo y en quŽ circunstancia es provocado el conflicto?

5) ÀCu‡les fueron los medios que fueron usados para provocar el


conflicto?

6) ÀC—mo el conflicto afecta a las personas y a la comunidad?

7) ÀC—mo es enfrentado el conflicto? Àcon quŽ recursos?

8) ÀC—mo la fe est‡ presente y es vivida dentro del conflicto?

9) ÀCuentan todos el conflicto de la misma manera?

10) ÀEl conflicto ayuda a crecer a la comunidad? ÀC—mo? Àayuda a


entender y a vivir mejor el Evangelio? ÀC—mo?

4. Confrontar los varios conflictos para ver si existe algœn nexo entre
ellos, y, as’, obtener una visi—n de conjunto de la situaci—n.

5. Elaborar una s’ntesis final, si es posible por escrito.

Los conflictos que marcaron la vida de las


comunidades de los primeros cristianos:

1. A travŽs de una lectura atenta del libro de los Hechos, cap’tulo por
cap’tulo, vers’culo por vers’culo, hacer una lista de todos los conflictos que
aparecen en el caminar de los primeros cristianos.

2. Clasificar estos conflictos en torno de algunos criterios, vgr. conflictos


con jud’os o con los paganos, etc. (el grupo determina los criterios).
3. Profundizar cada conflicto usando las mismas preguntas que se hicieron
para estudiar los conflictos de hoy. Aqu’ debemos tener en cuenta sobre todo dos
puntos:

1) Que la respuesta tenga un fundamento seguro en el texto de los


Hechos de los Ap—stoles;

2) En caso de que fuera necesario, complementar las respuestas con las


informaciones dadas por las cartas de San Pablo.

4. Comparar entre s’ los varios conflictos para ver si existe algœn nexo
entre ellos y, as’, obtener una visi—n de conjunto.

5. Elaborar una s’ntesis por escrito.

Descubrir el sentido para hoy:

1. Delante de las dos s’ntesis, de ayer y de hoy, conviene hacer confrontaci—


n:

1) ÀCu‡les son las semejanzas entre la situaci—n de ayer y de hoy?


2) ÀCu‡les son las diferencias que existen entre las dos situaciones de
conflictos?

2. Descubrir la luz de Dios que nos da la Biblia:


ÀC—mo el estudio de los conflictos en los Hechos ilumin— e ilumina la
situaci—n de conflicto que viven nuestras comunidades?

3. ÀCu‡l es la acci—n que nos pide la Palabra de Dios?


Algunas observaciones sobre
la manera de realizar el estudio:

1. Es mejor que el estudio se lleve en grupo. Enriquece m‡s y duplica el


resultado.

2. El grupo debe leer esta gu’a, determinar bien las distintas, tareas que el
estudio va a exigir, y distribuirlas entre los miembros del grupo.

3. No olvidar nunca de invocar la luz del Esp’riti Santo.

4. No separar sino integrar el estudio de los conflictos de hoy con el


estudio de los conflictos de los Hechos. O sea, hacer el estudio de los Hechos
(2.1 a 2.5) paralelamente al estudio de los conflictos de hoy (1.1 a 1.5); Esto
va a facilitar la confrontaci—n entre las dos situaciones y ayuda a percibir
mejor el sentido que el texto de los Hechos tiene para nosotros HOY.

5. Las preguntas hechas arriba (en el 1.3) son demasiadas. No es necesario


responder a todas ellas, pues ni caben en todos los conflictos. Ellas son una
ayuda para orientar el estudio.

6. Puede ayudar mucho para el estudio el librito de Eliseu Hugo L—pez: ÒEl
Camino hecho por la PalabraÓ, para ayudar en la lectura de los Hechos de los Ap—
stolesÓ (traducido ya al espa–ol)

7. Los subsidios que est‡n a continuaci—n fueron sacados de los Hechos de los
Ap—stoles. Cada grupo ver‡ la mejor forma de aprovecharlos.

3. Ayudas para el estudio:

A pesar de referirse m‡s de cien veces a los conflictos del caminar de los
primeros cristianos, el libro de los Hechos no tiene como objeto la exaltaci—n
del conflicto, ni fue escrito para ense–ar que todo es solamente conflicto. Su
objetivo es relatar la historia del anuncio del Evangelio, hecho por los Ap—
stoles, con la fuerza del Esp’ritu Santo, Òen JerusalŽn, en toda Judea, Samaria,
y hasta los confines del mundoÓ (1,8).

El tel—n de fondo de los conflictos es la historia del anuncio del Evangelio al


pueblo. Por un lado aparece el Evangelio que va penetrando en la vida y en la
historia de las personas y de los pueblos, y por otro lado, aparece el pueblo,
la multitud an—nima y confusa, deseosa de acoger la Palabra del Evangelio y de
ser transformada por ella (cf. 2,5-6, 37. 47; 3, 9-10; 4,4. 21. 33; 5,1. 26;
etc). Entre el punto de partida (el anuncio del Evangelio) y el punto de llegada
(la transformaci—n de la vida del pueblo o la restauraci—n universalÓ, (3,21),
aparecen las fricciones y los conflictos, las tensiones y los problemas.

La fuente de los conflictos:


El Evangelio es una fuerza de vida nueva, brotada de la Resurrecci—n de Jesœs,
transmitida por el Esp’ritu Santo y anunciada por los Ap—stoles; ÒDios lo
resucit—!Ó (2,32).

Al resucitar a Jesœs de la muerte, Dios revel— su voluntad sobre la vida humana


y conden— todas las fuerzas de muerte que estragan la vida. Aqu’ est‡ la fuente
de los conflictos:

1. 1,6-8: Jesœs resucitado corrige en los ap—stoles la visi—n errada del


Reino.

2. 2,23-34: Resucitando a Jesœs, Dios desaprob— a los jud’os que lo


condenaron.

3. 2,36: Los jud’os crucificaron a Jesœs, pero Dios lo constituy— como Se–or.

4. 3,14-15: Los jud’os escogieron la muerte y realizaron un asesinato, pero


Dios escogi— la vida.

5. 4,1-12: Los jud’os mataron a Jesœs, pero Dios lo resucit— como œnico
Salvador.

6. 4,19-20: Ocultar la experiencia de la Resurrecci—n es lo mismo que


desobedecer a Dios.
7. 5,28-29: Anunciando a Jesœs, trasgreden —rdenes humanas, pero obedecen a
Dios.

8. 5,30-31: Mataron a Jesœs en la cruz, pero Dios lo resucit— como Jefe y


Salvador.

9. 5,39: Combatir el Evangelio es correr el riesgo de combatir a Dios.

10. 7,51-53: Esteban saca a la luz la desobediencia asesina de los jud’os.

11. 10,15; 11,9: Dios declara puro lo que los hombres llaman impuro.

12. 13,27-30: Los habitantes de JerusalŽn mataron a Jesœs, pero Dios lo


resucit—.

El Evangelio entra en conflicto


con todo lo que es contrario a la vida:
El Evangelio, por su propia naturaleza, por ser fuerza de la vida nueva, y
expresi—n de la voluntad de Dios, entra en conflicto con todo aquello que ata,
impide, oprime o mata la vida: enfermedades, malos esp’ritus, hambre, pobreza,
males de toda especie, tristeza, muerte. As’, el Evangelio, por s’ mismo o a
travŽs de los que lo anuncian, irrumpe en la historia procurando libertar la
vida de todos estos males.

13. 2,4-6: Rompe las barreras del lenguaje y crea comunicaci—n.

14. 3,6-8; Trae la curaci—n a un paral’tico.


15. 3,16; 4, 10: Restituye la fuerza y da la salud perfecta.

16. 4,34: Combate la pobreza, pues no hab’a indigentes entre ellos.

17 5,15-16: Cura enfermos y atormentados por los malos esp’ritus.

18. 5,19: Abre las puertas de las prisiones y libera a los ap—stoles.

19. 8,7: Cura posesos, paral’ticos y lisiados.

20. 8,20: Maldice el dinero que quiere comprar el don de Dios.

21. 9,18: Combate la ceguera y hace ver.

22. 9,32-35: Trae curaci—n a un paral’tico.

23. 9,40-41: Vence la muerte y resucita a una disc’pula, Tabita.

24. 11,27-30: Socorre las v’ctimas del hambre.

25. 12,7-10: Libera de las cadenas y de la prisi—n.

26. 12,23: Hiere al perseguidor prepotente.

27. 14,8-10: Trae la curaci—n a un lisiado.

28. 16,18: Expulsa el mal esp’ritu de una muchacha.

29. 16,25-26: Abre las puertas de la prisi—n y hace caer los grillos de los
prisioneros.

30. 19,12: Cura enfermos y expulsa malos esp’ritus.

31. 20,9-12: Vence la muerte y resucita a Eutico, que cay— del tercer piso.

32. 28,3-5: Enfrenta serpientes venenosas.


El Evangelio combate el Pecado y pide Conversi—n:

El Evangelio, fuerza de vida nueva, no permite medias tintas ni componendas con


la situaci—n del mal. El convoca, invita a todos para un cambio radical de
mentalidad, de actitud y de comportamiento. Reta a la voluntad humana y exige de
ella CONVERSION, abandono del pecado y una toma de posici—n frente a la realidad
pecaminosa.
33. 2,38: Exige conversi—n (cambio de mentalidad) y ofrece perd—n de los
pecados.
34. 2,40: Pide romper con la generaci—n perversa a que se pertenece.

35. 3,19: Pide arrepentimiento y conversi—n, para que el pecado sea perdonado.

36. 3,26: Exige que cada uno se aparte de sus actos malos.

37. 5,31: Dios exalt— a Jesœs para poder conceder la conversi—n y el perd—n.

38. 8,22: Exige que se quiten del coraz—n los proyectos malos que all’ se
anidan.

39. 11,18: La conversi—n que conduce a la vida es tambiŽn ofrecida a los


paganos.

40. 13,18: Anuncia la remisi—n de los pecados y la justificaci—n plena a quien


tiene fe.

41. 17,30: Pide que todos se arrepientan de sus pecados.

42. 20,21: Pide a los griegos y a los jud’os que se conviertan a Dios y crean
en Jesœs.

43. 22,16: Invocando el nombre de Jesœs, se alcanza la purificaci—n de los


pecados.

44. 24,25: Exige la observancia de la justicia y el dominio de los instintos.

45. 26,20: La conversi—n debe ser acompa–ada por una pr‡ctica coherente.
La Novedad del Evangelio va a Ocasionar
Conflictos de Interpretaci—n:

Donde el Evangelio es acogido y donde la conversi—n consigue transformar la


situaci—n, aparecen signos de algo nuevo, tan nuevo, que la raz—n humana no
consigue explicarlo a partir de sus propios criterios y presupuestos. La
inteligencia humana, sin fe, yerra en la interpretaci—n de las manifestaciones
del Evangelio en la historia. El Evangelio desaf’a no s—lo la verdad, desaf’a
tambiŽn la raz—n. El Evangelio no se reduce a la escala de los pensamientos
humanos. Se trata del conflicto provocado por lo nuevo que ya no cabe en el
esquema antiguo. Por eso los hombres no consiguen entender el Evangelio.

46. 2,12-13: Interpretan la novedad del Esp’ritu como embriaguez.

47. 3,10-12: Interpretan la curaci—n del paral’tico como obra de magia


realizada por Pedro.

48. 4,13-14: No saben explicar el origen de la valent’a de los ap—stoles.

49. 5,34-39: Confunden el Evangelio con el movimiento subversivo de Teudas y


Judas.

50. 7,54: No aceptan la nueva lectura de la Biblia (7,1-53) hecha a la luz de


la Resurrecci—n.

51. 8,18-19: Confunden la acci—n del Esp’ritu con el poder m‡gico y quieren
comprarlo.
52. 8,30-35: No saben interpretar el sentido verdadero de la Biblia.
53. 9,13-14: Anan’as yerra en la interpretaci—n de las intenciones de Pablo.

54. 10,11-16: Pedro se equivoca en la interpretaci—n de la visi—n de la


s‡bana.

55. 11,3: Los de la comunidad de JerusalŽn no entienden la iniciativa de


Pedro.

56. 21,38: El capit‡n romano confunde a Pablo con un guerrillero egipcio.

La Ra’z, el Tronco y las Ramas:


El Conflicto con los Jud’os;

La RAIZ de los conflictos est‡ en el hecho de ser el Evangelio revelador de la


Voluntad de Dios, de ser una fuerza de vida nueva que combate las fuerzas de la
muerte, y de ser un reto a la voluntad y a la raz—n. Esta ra’z queda escondida
debajo de la tierra. Lo que aparece en la superficie es el TRONCO. El conflicto
que m‡s aparece en la superficie de la historia de los primeros cristianos y del
que m‡s se habla en los Hechos de los Ap—stoles, es el conflicto con el mundo
organizado de los jud’os. De este conflicto b‡sico brota una ramificaci—n de
conflictos. Es como el tronco que produce y sustenta las RAMAS que se esparcen
por todo el libro.

El mundo organizado de los jud’os es representado ya por los sacerdotes y


saduceos, ya por los escribas y fariseos, ya por el pueblo creyente de los
prosŽlitos y de los que temen a Dios, ya como identificado con el templo o con
la observancia de la ley o con las promesas. Todo y todos sienten el reto del
Evangelio, pero no todos van a reaccionar de la misma manera. Los motivos del
conflicto son a veces diferentes. El estudio de este punto va a mostrar la
amplitud, la profundidad y el alcance de este conflicto que surgi— y creci—
entre cristianos y jud’os:
57. 4,1-3: Los sacerdotes, el jefe del templo y los saduceos apresan a los ap—
stoles.

58. 5,17-18.26: Nueva prisi—n de los ap—stoles por los mismos autores.

59. 5,33: Ante el anuncio de la resurrecci—n, el Sanedr’n decide matar a los


ap—stoles.

60. 5,40: El Sanedr’n manda a golpear a los ap—stoles y prohibe el anuncio del
Evangelio.

61 . 6,9-14: Los de la sinagoga de los Libertos persiguen a Esteban y lo llevan


ante el Sanedr’n.

62. 7,57-60: Los del Sanedr’n (6,15) matan a Esteban.

63. 8,1-3: Saulo persigue a los cristianos en JerusalŽn.

64. 9,1-2: Saulo persigue a los cristianos hasta Damasco.

65. 9,22-25: Saulo ya convertido, confunde a los jud’os helenistas de


JerusalŽn.

66. 9,29-30: Saulo es perseguido por los jud’os helenistas de JerusalŽn.

67. 12,1-4: El rey Herodes mata a Santiago y toma preso a Pedro.

68. 13,44-47: Los jud’os de Antioqu’a se cierran al Evangelio, y Pablo rompe


con ellos.

69. 13,50-51: Los jud’os agitan a las autoridades y a las se–oronas contra
Pablo y lo expulsan.

70. 14,2: En Iconio, los jud’os incitan a los paganos contra los cristianos.

71. 14,19-20: En Listra, los jud’os venidos de Antioqu’a e Iconio persiguen


a Pablo.

72. 17,5-9: En Tesal—nica, los jud’os agitan al pueblo y acusan a Pablo y a


Jas—n.

73. 17,13: Los jud’os de Tesal—nica agitan al pueblo y crean disturbios contra
Pablo, en Berea.

74. 17,17: En la sinagoga de Atenas, Pablo discute con los jud’os y con "los
que temen a Dios".

75. 18,5-7: En Corinto, Pablo rompe con los jud’os que se resisten al
Evangelio.

76. 18,12-13: Los jud’os de Corinto denuncian a Pablo ante las autoridades
romanas.

77. 18,28: En Corinto, Apolo refuta a los jud’os en pœblico.

78. 19,8-9: En Efeso, Pablo rompe con los jud’os que se resisten al Evangelio.
79. 19,13-17: Exorcistas jud’os invocan, sin Žxito, el nombre de Jesœs, y son
maltratados por el hombre que ten’a el esp’ritu malo.

80. 20,3: Una conspiraci—n de jud’os hace cambiar a Pablo sus planes de viaje.

81. 21,27-36: Los romanos apresan a Pablo para salvarlo de ser linchados por
los jud’os.

82. 22,22: Los jud’os piden la muerte de Pablo delante de las autoridades
romanas.

83. 23,1-5: Conflicto entre Pablo y el Sumo Sacerdote, ante el Sanedr’n.

84. 23,12-15: M‡s de cuarenta jud’os hacen juramento solemne de matar a Pablo.

85. 24,1-9: Acusaci—n oficial de los jud’os contra Pablo delante del tribunal
romano.

86. 25,1-12: Otra tentativa de los jud’os para matar a Pablo, Pablo apela al
CŽsar.

El Conflicto con el Mundo Religioso


y M‡gico de los Paganos:

La persecusi—n dirigida por los jud’os dispers— a los cristianos. Los oblig— a
ir m‡s all‡ de las fronteras de Palestina y entrar en contacto con el mundo de
los paganos, donde la religiosidad marcaba profundamente el comportamiento
humano. Ahora bien, este contacto progresivo con el mundo religioso de los
paganos no se hizo sin conflictos. Muy por el contrario, desde el inicio aparece
una incompatibilidad creciente entre la visi—n del mundo y de Dios transmitida
por la religi—n de los paganos, y la visi—n del mundo y de Dios anunciada por el
Evangelio.
Adem‡s de eso, al estudiar los distintos conflictos entre cristianos y la religi
—n pagana, conviene poner mucha atenci—n para descubrir como lo econ—mico, lo
social, lo pol’tico y lo ideol—gico est‡n muy mezclados en estas fricciones
entre cristianos y paganos:

87. 8,18-24: En Samar’a, Pedro enfrenta a Sim—n que quer’a comprar el Esp’ritu
Santo.

88. 13,6-12: En Chipre, Pablo enfrenta a Elimas, el mago que se opone al


Evangelio.

89. 14,11-18: En Listra, el pueblo confunde a los ap—stoles con dioses bajados
del cielo.

90. 16,16-24: En Filipos, la curaci—n de una joven adivina provoca un tumulto


contra Pablo.

91. 17,16-31: En Atenas, Pablo intenta desenmascarar la ideolog’a de la religi


—n pagana.

92. 17,32-33: El anuncio de la Resurrecci—n impide a los griegos creer en el


Evangelio.

93. 19,18-19: En Efeso, la evangelizaci—n llev— a quemar los libros de magia.


94. 19,23-40: Los plateros de Efeso usan la religi—n para defender sus
intereses.

95. 28,3-6: La reacci—n del pueblo de Malta cuando Pablo es mordido por una
serpiente.
Los Conflictos Internos en las Comunidades
de los Primeros Cristianos:

Hab’an muchos conflictos internos que sacud’an a las comunidades de los primeros
cristianos. Las causas de estas primeras tensiones eran muy variadas: unas
causas estaban dentro de las comunidades, por la situaci—n conflictiva en que
ellas se encontraban. El estudio de este punto va a esclarecer la naturaleza de
cada uno de estos conflictos.

96. 5,1-10: Anan’as y Safira usan la comunidad para poder tener m‡s prestigio.

97. 6,1-6: Los cristianos hebreos y los cristianos helenistas pelean por causa
de las viudas.

98. 8,1: S—lo una ala de la Iglesia es perseguida. Los ap—stoles continœan en
JerusalŽn.

99. 9,26: La conversi—n de Pablo provoca tensi—n entre los cristianos de


JerusalŽn.

100. 11,1-3: Los jud’os convertidos reclaman a Pedro el haber bautizado a un


pagano.

101. 11,19-24: La entrada de los paganos produce tensi—n y confusi—n.

102. 15,1-2: Conflicto entre Antioqu’a y Judea por causa de la conversi—n de


los paganos.

103. 15,5-6: Los fariseos convertidos exigen que todos observen la Ley de
MoisŽs.
104. 15,19: Jud’os convertidos imponen cosas molestas a los paganos
convertidos.

105. 15,24: Personas sin autoridad y sin ningœn mandato siembran inquietud y
confusi—n en las comunidades.

106. 15,36-40: Pleito entre Pablo y BernabŽ por causa de Juan Marcos.

107. 18,24-26: Hab’a cristianos que solamente conoc’an el bautismo de Juan


Bautista. (cfr.1,5).

108. 19,1-3: Hab’a cristianos que no sab’an nada delÊEsp’ritu Santo.

109. 20,29-31: Pablo alude a los futuros conflictos internos de las


comunidades.

110. 21,20-25: La tensi—n entre jud’os y paganos convertidos en la comunidad de


JerusalŽn.

C—mo los cristianos viv’an, enfrentaban


e interpretaban los conflictos:

A pesar de tantos y tan grandes conflictos, los cristianos no se desanimaron.


Continuaron firmes en el anuncio del Evangelio.

No ped’an a Dios que los librase de las persecusiones, pero s’ que les diese
fuerza para continuar anunciando el Evangelio (4,29-30). ÀC—mo le hac’an para
tener esa reserva tan grande de fuerza y resistencia? ÀDe d—nde sacaban la luz
para discernir y decidir lo que conven’a? Siguen adelante algunos textos que
ofrecen un comienzo de respuesta a estas preguntas:
111. 4,24-3: Rezan e intentan releer la persecusi—n a la luz de la Biblia.

112. 4,19; 5,29: Se reafirman en la obediencia a Dios.

113. 5,41: Quedan alegres cuando pueden sufrir algo por el nombre de Jesœs.

114. 7,55-56: Tienen la certeza de que Dios y Jesœs est‡n con ellos.

115. 9,3-5; 22,8; 26,15: Se identifican con el propio Jesœs perseguido.

116. 12,5: Rezan por los que est‡n presos.

117. 12,11: Tienen la certeza de que Dios env’a su ‡ngel para protegerlos.

118. 13,46-47: Encuentran en la Biblia la luz para decidir lo verdadero y


romper con los jud’os.

119. 14,22: Se animan mutuamente y ven en la persecusi—n el camino para el


Reino.

120. 15,7-12: A partir de la experiencia tenida, Pedro decide en favor de los


paganos.
121. 17,3-11: En la Biblia encuentran la prueba de que Jesœs ten’a que sufrir.

122. 17,10; 19,30: La ayuda de los hermanos imped’a mayores persecusiones.

123. 18,9-10: Jesœs confirma a Pablo en su camino: "Yo estoy contigo."

124. 21,11-14: Pablo est‡ dispuesto a dar su vida por el nombre de Jesœs.

125. 20,22-24: Pablo se pone al servicio de la misi—n y cumple las —rdenes


recibidas.

126. 23,6-9: Pablo es astuto para confundir a los que lo acusan y sale ganando.

127. 23,11: El propio Jesœs interviene, aparece e infunde valent’a.

128. 24,14-16: Pablo tiene conciencia de no estar traicionando la ley y la


Tradici—n de sus padres (sus ancestros).

129. 26,6-8: Tiene certeza de que en el Evangelio se realiza la promesa hecha a


sus padres.

130. 26,19-23: Procuran ser fieles a la experiencia, a la ley y a los profetas.

Conflictos provocados en los otros


por causa del Anuncio del Evangelio:

El Evangelio entra en la historia como fuerza de vida nueva que no cabe en los
criterios comunes de la raz—n humana. Por eso, Žl provoca reacciones y
conflictos tambiŽn en los otros que no son cristianos. Esto sucede de varias
maneras:
131. 2,12-13: El pueblo se divide en la interpretaci—n de los fen—menos de
PentecostŽs.

132. 4,16s.21; 5,26: Las autoridades comienzan a tener miedo del pueblo por
causa del Evangelio.

133. 5,34-39: Las autoridades discuten entre s’ por causa del Evangelio.

134. 12,19: Herodes pelea con los guardias por causa de la salida de Pedro de
la c‡rcel.

135. 14,4: La poblaci—n de Iconio se divide en pro y en contra del Evangelio.

136. 16,22: El pueblo de Filipos es manipulado por el due–o de la esclava que


cur— Pablo.

137. 18,14-16: En Corinto, pleito entre jud’os y paganos por causa del
Evangelio.

138. 22,25-29: Conflicto interno entre los romanos al saber que Pablo es
ciudadano romano.

139. 23,6-7: Conflicto entre saduceos y fariseos por causa de la fe en la


Resurrecci—n.
140. 26,27-28: Conflicto interno en el rey Herodes, provocado por el anuncio de
Paulo.

141. 28,24: En Roma, tensi—n entre los jud’os por causa de las palabras de
Paulo.

Conflictos con el Imperio Romano:

El t’tulo de este apartado enga–a. El libro de los Hechos no registra ningœn


conflicto serio entre el Imperio y los cristianos. ÁRegistra lo contrario! Hasta
se preocupa de mostrar c—mo los representantes del Imperio tienen simpat’a para
con los cristianos y deciden a favor de ellos contra las acusaciones de los
jud’os.

La realidad, sin embargo, era otra. Cuando Lucas escrib’a, ya se hab’a tenido
una primera persecusi—n (Ner—n 54,68), y se armaba otra que iba a desencadenar
Domiciano (81-96). Por medio de su libro, Lucas quer’a influir en la opini—n
pœblica, quer’a desbaratar preconceptos contra los cristianos, impedir la
persecusi—n, y as’ garantizar un espacio de vida dentro del Imperio para las
comunidades. Vamos a enumerar algunos de los encuentros tenidos entre los
representantes del Imperio y los cristianos.
142. 13,12: En Chipre, el proc—nsul romano se convierte y abraza la fe.

143. 16,19-40: En Filipos, las autoridades reconocen su error y sueltan a los


ap—stoles.

144. 17,6-9: En Tesal—nica, las autoridades exigen una fianza y sueltan a los
ap—stoles.

145. 18,12-17: En Corinto, el proc—nsul desprecia la denuncia de los jud’os y


no condena.

146. 19,35-40: En Efeso, las autoridades deshacen la denuncia contra los


cristianos.

147. 21,31-40: El tribuno romano salva a Pablo y descubre que Žl no es un


bandido.

148. 22,24-29: El tribuno reconoce que Pablo tiene m‡s derecho que Žl mismo.

149. 23,10: El tribuno salva a Pablo una vez m‡s de las manos de los jud’os.

150. 23,25-30: En la carta al gobernador, el tribuno reconoce que Pablo no es


culpable.

151. 24,22-27: El gobernador mantiene a Pablo preso por dos a–os por interŽs
del dinero.

152. 25,10-12: Pablo se somete a la ley del imperio y apela al CŽsar.

153. 25,25-27: El nuevo gobernador reconoce que Pablo no tiene la culpa.

154. 27,3.43: El centuri—n da tratamiento humano a Pablo y le salva la vida.

155. 28,30-31: Pablo permanece dos a–os en Roma en libertad bajo vigilancia,
sin juicio.
Conclusi—n

Estas son las alusiones y referencias a conflictos que pudimos encontrar en el


libro de los Hechos de los Ap—stoles.

La lista presentada no est‡ completa. Depende de la pregunta con que se


comienza a leer el texto para que se descubran muchos otros datos.

Organizamos todo el material en diez apartados ("las ayudas"). Hay otras maneras
de ordenar los datos. La divisi—n que presentamos es bastante neutral. Hicimos
esto a prop—sito para no influenciar en el estudio que se debe hacer. La mejor
manera de llegar a percibir todo el alcance de los ¬Conflictos de los Hechos de
los Ap—stoles para Nosotros Hoy, es intentar clasificar a partir de los
problemas y conflictos que hoy aparecen en nuestras comunidades. Por ejemplo:
conflicto de liderazgo, conflicto de intereses econ—micos, conflicto social
dentro de las comunidades, conflicto entre laico y padre, entre pueblo y
jerarqu’a, entre tradici—n y fe; entre centro y suburbio, entre conservadores y
progresistas, etc... Pero esto ya es la tarea del estudio.

De cualquier manera, una Buena Pregunta, bien Actual, es la mejor Llave para
abrir el Sentido del Texto para nosotros.
Indice

Introducci—n 3

1. La comunidad crece
y madura en el conflicto 5

Los conflictos. 5

La fidelidad al Evangelio origina conflictos. 5

2. Una gu’a para el estudio 6

Los conflictos que marcan la vida de las


comunidades hoy. 6

Los conflictos que marcaron la vida de las


comunidades de los primeros cristianos. 7

Descubrir el sentido para hoy. 8

Algunas observaciones
sobre la manera de realizar el estudio. 9

3. Ayudas para el estudio 10

La fuente de los conflictos. 10

El Evangelio entra en conflicto


con todo lo que es contrario a la vida. 13

El Evangelio combate
el pecado y pide conversi—n. 15

La novedad del Evangelio


ocasionar‡ conflictos de interpretaci—n. 17

La ra’z, el tronco y las ramas:


el conflicto con los jud’os. 18

El conflicto en el mundo religioso


y m‡gico de los paganos. 22

Los conflictos internos en las


comunidades de los primeros cristianos. 25

C—mo los cristianos viv’an, enfrentaban


e interpretaban los conflictos. 26

Conflictos provocados en los otros


por causa del anuncio del Evangelio. 29

Conflictos con el Imperio Romano. 30

Conclusi—n 34
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