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EL CODIGO NAPOLEONICO: FUENTES Y GENESIS 1

POR CARLOS RAMOS NUÑEZ

a dación del Código Civil francés o Code de Napoleón representó el fruto de un

L largo proceso orientado a la unificación legislativa y a la vez se convirtió en fuente


de inspiración para posteriores codificaciones a nivel mundial.
Resulta sumamente interesante descubrir qué elementos contribuyeron a la formación
del Code y en ese sentido el autor nos presenta un detallado análisis.

"Ma vraie gloire n'est pas d'avoir gagné quarante


batailles; Waterloo effacera le souvenir de tant de
victoires. Ce que ríen n'effacera, ce qui vivra
éternellement, c'est mon Code civil".

"Mi verdadera gloria no consiste en haber ganado cua-


renta batallas; Waterloo borrará el recuerdo de tantas
victorias. Lo que nadie borrará, aquello que vivirá
eternamente, es mi Código Civil".
Napoleón Bonaparte,
desde el destierro en Santa Elena.

En el proceso de codificación desatado en Europa sino más bien, de un Iluminismo razonablemen-


durante los siglos XVIII y XIX, el Código Civil te liberal; política e ideológicamente moderado,
francés o Code de Napoleón representa la culmi- apaciguado ya del radicalismo de la revolución<3J,
nación y el paradigma<2l. pero que recogía con fidelidad el programa ideo-
La culminación, porque no basta considerarlo lógico de la burguesía. Con todo ello, el modelo
como el fruto inmediato de la revolución, sino garantista que considera al individuo el eje de la
como el más feliz y logrado resultado de varios sistematización del Derecho será su guía princi-
siglos de desarrollo legislativo, doctrinario y ju- pal y prevalecerá como filosofía<4l.
risprudencia! de un modo peculiar de entender al
Ius Comune, el mos gallicus, sin olvidar cierta- 1. EL CODE: CRISOL DE INFLUENCIAS
mente el crisol de costumbres; y, el paradigma, El Código Civil francés encuentra su antecedente
porque impuso una nueva lógica y porque no más lejano en la "codificación" de Justiniano, el
hubo en adelante proyecto de código civil alguno Corpus Iuris Civilis, preparada por orden del
Carlos Ramos Núñez
en el orbe que no tuviera como referente obliga- emperador romano, en Constantinopla, entre los
torio a esta obra notable. años 529 a 533<5J, pero, más concretamente en las
• Magíster en Derecho A contrapelo de los Códigos de Baviera, del Instituciones de Gayo y Justiniano, de donde
• Profesor de Historia Landrecht prusiano y del Código Civil austriaco, recoge su ordenación sistemática.
del Derecho en la el Code no fue más el producto del absolutismo, La vinculación del Código napoleónico con la com-
Universidad de Lima y pilación de Justiniano no es, sin embargo, inme-
de Introducción a las diata, hubo un intermediario histórico: el Ius
Este artículo forma parte de un trabajo mayor sobre el
Ciencias Jurídicas en Código napoleónico. Falta en él un análisis funcional del Comune. La resurrección de los estudios de Dere-
la Pontificia contenido y de la estructura del Code y un detallado es- cho Romano por obra de los glosadores en la Baja
tudio de su circulación en el mundo contemporáneo que Edad Media, a la vez que contribuyó a un mejor
Universidad Católica queda pendiente. Sobre la influencia del Code en Améri-
del Perú. ca, una aproximación provisional: Carlos Ramos Núñez, conocimiento del Derecho Romano justinianeo,
"El Código de Napoleón en América", en Latinidad. 6 tendiendo un puente con la antigüedad clásica y
• Miembro del Instituto enfoques actuales, Unión Latina, Lima, 1994, pp. 25-37. postclásica, hizo posible a los comentadores cons-
Peruano de Historia 2 En las páginas de esta misma revista -Derecho y Socie-
truir un Derecho Privado común de base romana,
del Derecho y del dad, Nº 8-9- se analizó el concepto de codificación, pre-
sentándose un panorama general del proceso codificador con materiales múltiples derivados del Derecho
Seminario de Historia en Europa y América. En Europa este proceso culminaba
del Derecho del con la dación del Code napoleónico, del cual sólo hicimos 3 En torno a los códigos de este período, ibid.
algunas anotaciones. En cambio, si mereció una atención 4 Domenico Corradini, "!Iluminismo e Legislazione. Le
Instituto Riva-Agüero. el proceso que precedió a la entrada en vigor de dicho codificazioni civilistiche dell'ottocento", Giuffre, Milán,
cuerpo legislativo, durante el período revolucionario en 1971, p. 25-26.
Francia. Derecho y Sociedad, Nº 8-9, año 5, Lima, 1994, 5 Sobre las aspiraciones sistemáticas de la "codificación"
vid. Carlos Ramos Núñez, "La codificación, impulso mo- justinianea, vid. Wolfgang Kunkel, Historia del Derecho
derno de la familia romanista", pp. 157-169. Romano, Editorial Ariel, Madrid, 1970, pp. 170-184.

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canónico, consuetudinario, estatutario, germá- Una frase de Coquille resume el ideario de esta
nico, capaz de adaptarse a las relaciones crea- corriente: "nuestras costumbres son el verdadero
das por las nuevas condiciones históricas y de Derecho Civil"<Bl.
imponerse por su carácter universalista a todo Vendrían luego, cada vez más cerca de la codifi-
el mundo occidental. La formación de un Dere- cación napoleónica, los aportes fundamentales
cho privado común sobre soportes romanos alla- de Jean Domat (1625-1676), con su trabajo Les
nó el camino a la unificación del Derecho Priva- lois civilis dans leur ordre naturel (publicado en-
do. En ese sentido, el Code se adscribe a la tre 1690 a 1697). La obra de Domat, portadora de
tradición romanista y es el heredero del Ius ambas tradiciones -la romana y la consuetudi-
Comune. Empero, dicha irrecusable filiación no naria-, llegó a ser utilizada por los codificadores
debe hacernos olvidar la existencia de otras fuen- en virtud de sus principios generales que, reco-
tes normativas como las costumbres de cuño giendo al Derecho Romano, lo despojaban de sus
franco-germánico y filosóficas como el iusnatu- elementos anacrónicos y casuísticos, proponién-
ralismo racionalista. dose una vocación sistematizadora más resuelta.
El texto del Code refleja, en efecto, múltiples Sobre la base del Derecho Romano, Domat, a la
influencias. Una parte de ellas fue tomada de los sazón, jurisconsulto de la monarquía absoluta de
juristas que, desde el siglo XVI, habían venido Luis XIV y estrecho amigo de Pascal, presentaba
trabajando con los materiales del Derecho Roma- un sistema completo del Derecho Civil, al punto
no, en el interior de la rica tradición culta del que su trabajo ha sido considerado con justicia
mos gallicus, una suerte de rama francesa en el "le préface du Code Napoléon"(9l. Jean Domat,
interior del Ius Comune, inaugurada en Francia, llamado por Boileau, "el restaurador de la razón
curiosamente, por un en la jurisprudencia", dado que, como lo insinúa
jurista milanés, An- el sugerente título del artículo de Marie France
Coquille: drés Alciato (1492-
1553); continuada lue-
Renoux-Zagamé, su obra significó un tránsito
"de los juicios de Dios al espíritu de las leyes"<IOl,
go por los humanistas De un sistema medieval, en el que la razón se
Nuestras Jacques Cujaz (Cuja- echaba de menos, en el que prevalecían las orda-
cius, 1522-1590), el lías o juicios de Dios que confiaban el destino de
costumbres más alto representan- los pleitos e individuos al aleatorio e increíble
te del Humanismo ju- "designio divino", a un sistema racional y prede-
son el rídico, a la vez que se-
vero crítico del mos
cible como el que habría de plantear un siglo
después Montesquieu en su famoso libro. Domat,
italicus<Bl y por los tra- pues, introducía cambios sustanciales en los mé-
verdadero bajos sistematizadores todos de exposición e interpretación del Derecho.
de Hugh Doneau La vieja escolástica se hallaba prácticamente des-
Derecho (1527-1591), más cono- terrada de su pensamiento y, aunque, nos encon-
cido como Donellus. tramos todavía ante un jurista fuertemente im-
civil. Otra contribución im-
portante, en esa mar-
buido por la fe religiosa y los dogmas eclesiásti-
cos (aconseja a los jueces, quienes "continuamen-
cha incesamente hacia te faltan a su misión", a ''juzgar como Dios mismo
la sistematización que juzgaría"<11l; se advierte al instante, el interés
sólo acabaría con la promulgación del Code, fue por sistematizar las heterogéneas piezas del con-
ofrecida por juristas prácticos como Charles Du
Moulin (1500-1566) y Guy Coquille (1523-1603),
quienes, sin perjuicio de manejar con solvencia importancia especialmente relevante en el proceso de afir-
mación del Derecho nacional francés. Bastaría recordar
las fuentes romanas, se complacían en consoli- su influencia en la redacción de las costumbres de París.
dar y comentar el Derecho consuetudinariom. Para mayor información, Piano Mortari, "Cinquecento
giuridico francese. Lineamenti generali", Nápoles, Liguori,
1990, pp. 270-276.
6 Es de Cujacio el irónico juicio contra los bartolistas, típi- 8 !bid, p. 386.
cos exponentes del mos italicus, de quienes decía: "Verbosi 9 Dicha expresión fue acuñada por V. Cousin y apareció en
in re facili, in difficili muti, in angusta diffusi" (Verbosos el Journal des savants, de 1843. Citada por Marie-France
en cosas fáciles, en difíciles mudos y en angustiosas difu- Renoux-Zagamé, "Domat: du jugement de Dieu a !'esprit
sos). Vid., Pablo Koschaker, "Europa y el Derecho Roma- des lois", en Le Débat, marz-avril, 1993, p. 54.
no", Editorial Revista de Derecho Privado, Madrid, p. 172. 10 lbid, pp. 54 - 68.
7 La obra de Charles Du Moulin constituye una etapa de 11 lbid, p. 55.

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DEREC~o & SociEdAd
ISTORIA Dtl DeReCHO
CODIGO NAPOLEONICO

glomerado jurídico: el Derecho Romano, el Canó- El rechazo, de naturaleza fundamentalmente po-


nico, las Ordenanzas reales y las costumbres lítica, llevó a decretar, en 1219, su prohibición en
regionales, y, reformularlas en términos genera- la Universidad de París. Prohibición que se man-
les. Por todo ello, puede decirse que Domat es tuvo hasta 1679, cuando el imperio germánico no
uno de los precursores del Code y cumple en el constituía ya ningún peligro. A la hostilidad con-
plano de la Jurisprudencia el mismo rol que en el tra el Derecho Romano concurrió también otra
campo filosófico ejerció Descartes: reimplantar razón: el creciente prestigio de las escuelas de
la razón. Sin embargo, el proceso de racionaliza- Derecho y la competencia que ven ellas las escue-
ción del ingente material jurídico no acabaría las de Teología. Con todo ello, en Francia, con
con Domat, puesto que uno de los esfuerzos más cierto retardo se produjo una recepción del Dere-
logrados con ese propósito fue emprendido por un cho romano justinianeo y, a partir, del siglo XIII
jurista más próximo aún a la codificación moder- florecieron centros de estudios en Toulouse y
na, Robert-Joseph Pothier (1699-1772), cuyo Orleans que rivalizaban con las Universidades
Traité des obligations, aparecido en 1761, reco- italianas de Boloña, Ravena y Pavia. Sin embar-
gía, sin considerarlos incompatibles, tanto el De- go, la recepción del Derecho Romano no alcanzó
recho Romano como el droit coutumier o consue- la dimensión que tuvo en Alemania. Tanto la
tudinario. Pothier simplificaba así la labor de los Corona como los abogados prácticos continuaban
codificadores y su obra vino a ser, de hecho, un aferrados al droit coutumier y estaban convenci-
comentario anticipado de la obra de éstos. Pothier dos de su primacía. Este fenómeno hace de la
fue también el autor de las célebres Pandectae experiencia francesa un caso singular, al punto
justinianeae in novum ordinem digestae, comen- que Dawson prefiere hablar de la "french
tarios sistemáticos del Derecho Romano, que en deviation"(14l.
la última fase de la codificación sirvieron sustan- Francia ocupa, en lo que atañe a la recepción, un
cialmente allegislador02l. lugar intermedio entre Inglaterra y Alemania; es
decir, entre la carencia y el exceso. Recogió y
1.1. El Derecho Romano recreó el Derecho Romano, sin incurrir en formas
Es digno de resaltarse que el Derecho Romano no agudas de recepción, conservando así su antiguo
tuvo fuerza vinculante en Francia. Los monarcas Derecho. A pesar de la desconfianza que concita-
franceses estaban más preocupados en defender ba el Derecho Romano es innegable que en Fran-
su soberanía frente al Imperio o, a lo que queda- cia, así como en gran parte del continente euro-
ba de él, mientras que los juristas, fieles al rey, peo se incorporó plenamente al patrimonio cultu-
tenían gran consideración al principio, conforme ral de estos pueblos, configurando el Ius Comune,
al cual el Derecho Romano sería aplicado no en "espina dorsal de la historia del Derecho fran-
razón de su promulgación por parte del Imperio cés"C15l. No es casual que un estudioso como
Romano, sino más bien en virtud de la fuerza de Maitland ligado al Common Law y, por lo tanto,
la costumbre y por sus cualidades intrínsecas: libre de sospechas filoromanísticas, sostuviera
"non ratione imperii, sed imperio rationis". La con razón: "Europe whithout the Digest would
desconfianza francesa por el Derecho Romano se not be the Europe that we know"<I6l ("Europa sin
deriva de una idea que se abrió camino en el el Digesto no sería la Europa que conocemos").
medioevo, según la cual este Derecho, como or- Fue, precisamente en las escuelas francesas don-
den normativo del imperium romanum, sería un de el humanismo jurídico -corriente que admi-
Derecho imperial y, como tal, propio de toda Eu- raba la cultura clásica y veía con ojos nuevos
ropa occidental. Como Derecho imperial que era pero eruditos a la compilación justinianea-, lo-
podía regir eventualmente en Francia, hallando gró su mayor esplendor, cancelando la hegemo-
por dicho motivo fuerte oposición, pues como se nía que los italianos habían detentado durante
sabe, en la práctica, la idea de imperio (con la más de tres siglos en el estudio del Derecho Ro-
consiguiente pretensión universalista) se halla- mano. Por otro lado, en la última fase de la
ba patrocinada por la monarquía germánica(13l. codificación, éste ocupó un "puesto de honor", lo

12 Esmein, "Cours elementaire d'histoire du droit fran~ais", 14 John P. Dawson, "The Oracles of the Law", University of
Recueil Sirey, París, 1920. Véase también el sugerente Michigan Law School, 1968, Chapter IV, pp. 262-373.
artículo de Paolo Gros si, "Un paradiso per Pothier", en 15 Francesco Calasso, "Il Medio-evo del Diritto", Giuffre,
Quaderni Fiorentini 14, 1985, pp. 401-456. Milano, 1954, p. 612.
13 Vid. Paul Koschaker, "Europa y el Derecho Romano", o., 16 Citado por Koschaker, "Europa y el Derecho Romano", o.,
c., p. pp. 118-119. c., p. 131.

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cual se comprende fácilmente, como anota Sola- tantas que, al cabo de un tiempo, hacia el siglo
ri, puesto que "de los Derechos históricos era el XIII, empezaron a aparecer, merced a la pluma
más perfecto, el menos lejano de las exigencias de los prácticos, una serie de escritos jurídicos
de un Derecho racional"C17l. que describían las costumbres de una cierta zona.
Entre las obras más famosas pueden citarse el
1. 2. El Derecho consuetudinario, particularismo "Livre de Jostice ed de Plet", que describía las
jurídico y codificación. coutumes de Orleans; además de la famosa com-
Otra de las fuentes de la codificación napoleóni- pleta y razonada recopilación de Coutumes de
ca, el droit coutumier prevalecía en la zona nor- Beauvasis llevada a cabo por Philippe de Beau-
occidental, de origen franco-burgundo, es decir, manoir. A pesar de estas fijaciones escritas de la
en las tres quintas partes del territorio actual, tradición oral subsistía una tremenda fragmen-
contra las dos quintas partes restantes del área tación de las costumbres, fue necesario entonces
centro-meridional del Droit écrit de raíz romana- que el rey francés intervenga. Es así que Carlos
visigóticaUBl. En realidad, esta diferencia no era VII, el año de 1454, promulgó la ordenanza de
tan rígida como a primera vista parece, puesto "Montils-les Tours", a las que siguieron otras
que en el sur del país, en ciudades como Burdeos Ordennances reales en las que disponía que las
y Toulouse, habían también costumbres escri- costumbres de las diversos territorios fuesen re-
tas de origen germánico, influenciadas, claro formuladas por escrito con la colaboración de
está, por el Derecho romano vulgar primero y funcionarios de la Corona. Este arduo trabajo
por el justinianeo después. Y v·iceversa, las re- recién concluyó en el siglo XVI, después de ven-
giones del norte no cer la resistencia que ciertas regiones, en espe-
permanecieron inmu- cial de la N ormandía, oponíanC20l. Paralelamente
nes al Derecho Roma- la Coutume de Paris, cuya redacción se remonta
Voltaire: Existen no donde tuvo el ran- a 1510, y que, en esencia, fue un cuerpo de
go de ratio scripta su- jurisprudencia sistemática del Parlamento de
en Francia pletoria; de modo que esta ciudad, termina por imponerse sobre el
si un problema no es- resto de costumbres locales -muchas de las
ciento cuarenta taba regulado por el cuales asimila.
Droit coutumier se re- El año de 1580 fue concluida una recopilación de
costumbres curría al Derecho Ro- todas las coutumes, tal como había sido dispuesto
mano. Generalmente, más de un siglo antes, en 1454, por el rey Carlos
que tienen esto sucedía en mate- VII, lo cual se logró merced a la amplia jurisdic-
rias como las obligacio- ción del Parlamento de París. Se trataba de otro
fuerza de ley, nes y los contratos que paso para lograr la unificación legislativa tan
exigían un tratamien- deseada. La redacción de las costumbres, a juicio
todas ellas to más refinado.C19l de Olivier-Martin, "salva, a la Francia de una
En el norte tras la caí- recepción masiva del Derecho Romano como la
diferentes. da de los 9arolingios, efectuada en Alemania"C21l. Con la fusión de las
entre los siglos X y XI, coutumes en cuerpos orgánicos, aparece un Dere-
coincidiendo con la cho consuetudinario común, idóneo para amalga-
subdivisión del reino franco en innumerables sec- marse luego con el droit écrit. Sin esa condensa-
ciones dinásticas y eclesiásticas, esta región del ción previa, como advierten Zweigrt y Kotz, "el
país se vio anegada de costumbres locales. Eran Código Civil de 1804 no habría podido realizar la
unificación del Derecho en Francia"C22l. La in-
17 G. Solarí, o., c., p. 164. fluencia del Derecho Romano sobre esa masa de
18 Un tratamiento más detallado todavía actual en Olivier costumbres germánicas tampoco estaba ausente.
Martin, "La coutume de Paris. Trait d'union entre le Droit
romain et les législations modernes", Société Anonyme du
Recueil Sirey, 1925. Otro trabajo que, a pesar del tiempo
transcurrido conserva gran actualidad, sobre todo, al ana- 20 John P. Dawson, "The Codification ofthe French Custums",
lizar detalladamente el desarrollo histórico de las institu- en Michigan Law Review, Nro. 38, 1939, pp. 765 y si-
ciones jurídicas en Francia, e-s el de Jean Brissaud, "A guientes.
History of French Prívate Law", John Murray, Association 21 Olivier Martin, "La Coutume de París. Trait d'union entre
of American Law Schools, London, 1912. le Droit Romain et les Législations modernes", Recueil
19 Vid. Henri Regnault.- "Manuel D'Histoire Du Droit Sirey, París, 1925, p. 13.
Fran~ais", Librairie du Recueil Sirey, 5o. édition, París,
22 Konrad Zweigrt y Hein Kotz, "Introduzione al Diritto
1947, pp. 112-120. Comparato", Giuffre editare, Milano, 1992, p. 96.

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I~TORIA Del DeReCHO
CODIGO NAPOLEONICO

A pesar de que en Francia se había logrado la Tal había sido también una inacabada aspira-
unidad política y gracias a una tendencia centra- ción de la monarquía absoluta. La burguesía, ya
lista desplegada por la monarquía absoluta se en el poder, habría de proseguir y concluir este
había conseguido cierta uniformidad en las cos- proceso. Con el Code el Derecho Civil, que hasta
tumbres, todavía se presentaba en el país la entonces había sido considerado, en las regiones
división entre regiones de droit écrit y de droit de droit écrit, como "derecho de la razón", o "dere-
coutumier. Pluralismo jurídico insoportable para cho natural", sustraído del arbitrio del soberano;
el Iluminismo, que, hizo proclamar a uno de sus o bien, en las zonas de droit coutumier, como un
genuinos representantes, Voltaire, entre irónico orden jurídico descentrado, territorial y estamen-
y mortificado: tal, garantizado por inmunidades feudales, se
convierte en Derecho del Estado para "todos los
"Existen en Francia ciento cuarenta costumbres franceses"(27l. Es, pues, el punto de arribo de un
que tienen fuerza de ley, todas ellas diferentes. largo camino hacia la uniformidad jurídica.
Una persona que viaje en este país cambiará de El Código napoleónico no desatendió las costum-
ley con la misma frecuencia que su caballo cam-
bia de lugar"' 23l.
bres hasta entonces existentes. Así, frente a la
diversidad de las fuentes utilizadas para su ela-
boración (esa es virtud que explica en gran parte
La codificación, ante todo, debía acabar con ese
particularismo jurídico<24) de matiz feudal, susti- su perdurabilidad), un historiador del Derecho,
Bertauld, exclamaba:
tuyéndolo con un Derecho general para todos los
súbditos, fundado en la razón. Los inconvenien-
"Si, nosotros franceses, hemos nacido de la mez-
tes de este particularismo jurídico no llamaban cla y el cruce de diversas razas, ellos también (los
la atención mientras la vida social se desarrolla- códigos) son el resultado de una laboriosa y lenta
ba en el interior de pequeños territorios; pero al fusión. Como a la nación en la que se aplicarían,
intensificarse las relaciones sociales con el cam- aquéllos derivan de la complejidad y su genealo-
bio de las condiciones económicas y el desarrollo gía está ligada a todas las variedades y a todas
de la manufactura y el comercio, con la centrali- las raíces de nuestra historia ... Como nuestra
zación creciente del poder político que se propo- sangre ... a fuente de nuestra legislación no es
sólo gala ni puramente romana y, tampoco sólo
nía la unidad· política y administrativa, se hizo
germánica. Ella ha recibido im contingente de
cada vez más imperiosa la uniformidad y la cer- todas"' 2Bl.
teza en materia legal<25l. La lucha contra esa
especie de maraña legal y consuetudinaria pro- 1. 3. La filosofía moderna: iusnaturalismo
pia del Medioevo y del Antiguo Régimen alcanzó y jansenismo
incluso carácter programático, al haber sido in- Otro de los soportes del Code que no debe ser
cluida como una de las exigencias del nuevo Es- menospreciado es de naturaleza filosófica<29l. De-
tado en el título 9 de la Constitución de 1792<26).

fran~ais. Révolution, Consult & Empire", Librairie de la


23 Voltaire, voz "Coutumes", en la edición francesa del société du Recueil Sirey, París, 1911, (Les Constitutions),
Dictionnarie Philosophique, volumen V, París, 1833, p. pp. 31-56.
248. (La traducción es mía). En diversos pasajes del "Dic- 27 En ese sentido, resultan emblemáticas las palabras de
cionario filosófico" pueden encontrarse jugosos reparos Portalis, en su famoso Discurso Preliminar, cuando soste-
contra el "particularismo jurídico" consuetudinario. De nía que desde la promulgación del Código las personas
especial importancia y belleza son los comentarios a la "no serán más provenzales, bretones, alsacianos, sino fran-
voz "de las leyes". ceses". Vid. Fenet, o, c., t. l. p. 483. También el artículo de
24 La expresión "particularismo jurídico" fue acuñada por René Cassin, "Codification and National Unity", en The
los juristas del Ochocientos, a fin de contraponer la pro" Code Napoleon and the Common Law World, Bernard
verbial como aparente uniformidad del Derecho codifica- Schwartz, New York University Press, New York, 1956,
do con aquel período, infeliz y caótico, que lo precedía. Por pp. 46-54.
"particularismo jurídico", a juicio, de Tarello, se entiende 28 A. Be.rtauld, "Introduction a l'histoire des sources du Droit
la falta de unidad y de coherencia del conjunto de leyes fran~ais", Cosse et Marcha! Imprimerus Editeurs, Paris,
vigentes en una determinada esfera temporal y espacial, 1860, pp. I-II. El estudio de Bertauld insiste mucho, para
sujeta a un juicio de valor conforme al cual en dicha es- explícar el nacimiento del Derecho francés codificado, en
fera "debería haber" o "se espera que haya" unidad y co- esa suerte de compromiso y conciliación entre los elemen-
herencia de las leyes. Vid. "Storia de !la cultura giuridica tos románicos y los germánicos.
moderna. Assolutismo e codificazione del Diritto", 11 Mulino, 29 Una de las primeras aproximaciones a la relación entre la
Bologna, 1976, p. 29. filosofía moderna y el Código ,Civil francés es el trabajo
25 Gioele Solari, "La Idea individuale e !'idea sociale nel Diritto de A. Boistel, "Le Code civil et la Philosophie du Droit",
Privato", Fratelli Bocea Editori, Torino, 1911, p. 43. en Le Code Civil (1804-1904), Livre du Centenaire, Arthur
26 A. Esmein, "Précis Elémentarie de l'histoire du Droit Rosseau editeur, París, 1904, t. I, pp. 4 7· 70.

El Código Napoleónico: Fuentes y Génesis



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trás de la tan decantada transacción entre el halla en la primera; es decir, en las fuentes espe-
Derecho Romano y las costumbres, de la que ya cialmente en aquellas de procedencia consuetu-
hemos dado cuenta, se encontraría la confluencia dinaria. La impronta revolucionaria burguesa en
de dos tradiciones filosóficas imperantes en Fran- la segunda, es decir, en el plan, en la sistemática.
cia, entre los siglos XVII y XVIII: la escuela Con ésta se impulsarían las reformas económi-
moderna de Derecho natural y la versión janse- cas y sociales que los tiempos demandaban, con
nista<30l del Protestantismo que profesaban mu- aquélla se controlarían los excesos, convirtiendo
chos juristas franceses(31l. Según el autorizado a la larga al Código, cuando las conquistas bur-
criterio de Arnaud, discípulo de Michel Villey, la guesas ya se habían consumado, en un instru-
genética del Código napoleónico debería buscar- mento de conservación social.
se ante todo en la doctrina iusfilosófica<32l. El A pesar de la tesis de Arnaud es muy sugerente,
Código aparece entonces como no han faltado, como es natural en la investiga-
ción científica, algunas observaciones. Posible-
"un término medio entre dos corrientes de la mente, las atingencias más sólidas han sido for-
doctrina jurídica francesa. Por un lado, una muladas por Giovanni Tarello<35l. El desapareci-
corriente empírica, positivista, austera y reac- do jurista italiano cuestionaba la sobrevalora-
cionaria, sostenida por una suerte de jansenis-
ción que concede Arnaud a las fuentes doctrina-
mo jurídico y, por otro, una tendencia iusracio-
nalista moderna, ... " 33 • rias. En ese aspecto, el trabajo del estudioso
francés asumiría un "senso idealistico" y revela-
Arnaud insiste que el verdadero conflicto, antes ría una marcada propensión hacia "esquemas
que en el aparente dilema Derecho-costumbre, se interpretativos en los cuales las cosas derivan de
presentaba entre el viejo y el nuevo orden jurídi- las ideas, antes que éstas últimas de las prime-
co, "entre la tradición, auspiciada por el movi- ras"(36l. En efecto, sin negar el rol activo y, hasta
miento jansenista escéptico y antirracional, y la la fuerza motriz que tienen las ideas en el com-
corriente jusnaturalista moderna"(34l. Equilibrio plejo histórico, no se puede subestimar el papel
difícilmente logrado que abarca las fuentes, el de otros elementos sociales y culturales que se
plan y hasta la sustancia del Code. Por eso, mien- hallan completamente ausentes en el análisis de
tras que la primera cohesionaba las leyes positi- Arnaud. En segundo lugar, Tarello estima que
vas, sean escritas (léase racionalistas) o consue- las categorías "école du droit naturel moderne" y
tudinarias (léase irracionalistas); la segunda pre- "jansenismo des gens de lois" ("escuela moderna
tendía que dichas reglas guardasen conformidad del Derecho natural" y "jansenismo de la gente
con la Razón. La raíz conservadora del Código se de leyes" -léase operadores técnicos del Dere-
cho--) son "bastantes vagas", "inútiles y equívo-
cas"(37l. La primera expresión abarca a jusnatu-
30 Esta doctrina, que toma su nombre del teólogo holandés ralistas que van desde Grocio a Barbeyrac, inclu-
Cornelio Jansenio (1589-1638), fue defendida en Francia
por Arnauld y los teólogos de Port-Royal. Condenada por
yendo a figuras tan dispares como Pufendorf y
el Papa Urbano VIII, fue también combatida duramente Leibniz o como Locke y Wolffy, parece caracteri-
por los jesuitas, lo cual provocó la reacción de un filósofo zarse sólo por su cotejo (formulado ya por Villey)
jansenista, Pascal, quien dirigió sus ataques a esa orden con otra etiqueta "droit naturel classique", que
religiosas en sus "Cartas Provinciales". Puso énfasis en la
predestinación, limitando el libre albedrío. (Nota del au- abarca todas las doctrinas que esgrimen una con-
tor para uso de los estudiantes). cepción no subjetiva del ius desde Aristóteles
31 Esta es la tesis central de André-Jean Arnaud, "Les ori- hasta Suárez, pasando por Tomasio. Encuadrar
gines doctrinales du Code Civil Fran~ais", Librairie
Générale de Droit et de Jurisprudence, R. Pichon et. R.
a los juristas franceses de la segunda mitad del
Durand-Auzias, París, 1969 (Bibliotheque de Philosophie Seiscientos y de la primera mitad del Setecientos
du Droit, Volume IX). en estas nociones, de por sí muy discutibles, de
32 La posición de Arnaud se sitúa ciertamente en el marco "modernistas" y de "jansenistas", hace perder de
de la escuela de su maestro Michel Villey, quien, no ha
dejado de subrayar la matriz filosófica de la experiencia vista que se ocupaban del comentario de las cos-
jurídica. El Derecho, desde esta perspectiva, estaría su- tumbres y de la práctica judicial prevalecientes y
bordinado a la filosofía o a ciertos sistemas filosóficos echa sombras sobre el probado credo iluminista
subyacentes. Veáse, de Villey, "La formation de la pensée
juridique moderne", Librarie Génerale de Droit et de
Jurisprudence, París, 1968, así como el espíritu general 35 Giovanni Tarello, "Cultura giuridica e politica del Diritto",
que anima a la revista francesa Archives de Philosophie Il Mulino, Bologna, 1988, (A proposito del 'Code Napoléon',
du Droit. "Sulle origini dottrinali del 'Code Civil', pp. 123-132).
33 Ibid, p. 20. 36 Ibid, p. 125.
34 Ibid, p. 217. 37 Ibid.

111 El Código Napoleónico: Fuentes y Génesis


DEREcho & SociEdAd
I~TORIA Dtl DtRtCHO
CODIGO NAPOLEONICO

de dichos autores que, buscaban desde entonces mación de los Derechos del Hombre por la nueva
-¡qué duda cabe!-, una sistematización más conciencia jurídica, gestada a partir de la filoso-
racional del Derecho. fia, fue posible la renovación de los principios del
Resultaba preciso, sin embargo, como lo hizo Ar- Derecho Privado. Si observamos con calma, vere-
naud, subrayar la importancia de la filosofía como mos que todas las reformas civiles que se suce-
un elemento fundamental en la construcción del dieron en el período revolucionario y que tuvie-
Code, presentándolo como el resultado de largos ron su culminación en el Code, procuraron -a
años de reflexión y de práctica jurídica. La im- despecho de lo que realmente ocurrió- inspirar-
portancia histórica de la Escuela de Derecho na- se en las ideas de libertad, propiedad e igualdad.
tural puede valorarse mejor si consideramos que La filosofía del Derecho natural terminó absor-
los principios por ella elaborados se tradujeron biendo y recreando a las otras fuentes, pues,
en normas jurídicas positivas, dando vida y sig- según explica Solari:
nificado nuevo a las formas jurídicas tradiciona-
lesl38l, como el Derecho Romano y las costumbres "ante la idea de unidad ningún sacrificio parecía
locales. Con esta filosofia se intentaba interpre- grave: el Derecho romano, canónico, germano,
tar, modificar, corregir e integrar la tradición, no feudal, productos imperfectos del tiempo, debían
de dar lugar al Derecho eterno de la naturale-
destruirla. El Derecho Romano, por ejemplo, mer- za"(4ll.
ced a los principios de dicha escuela adquiere un
nuevo espíritu. De otra manera, no se podría 2. LA GENESIS POLITICA DEL CODE: NAPOLEON
comprender cómo aquél haya terminado sirvien- Y EL CONSEJO DE ESTADO
do a la causa de la libertad y a los fines del La génésis externa más inmediata del Code se
individualismo, inicia en 1800, cuando los Cónsules (en la prácti-
ca Napoleón Bonaparte que era el primer Cón-
"después de haber sido durante todo el Medioevo
y en el período de formación de los Estados
sul) designan una Comisión integrada por cuatro
nacionales, invocado contra la libertad indivi- miembros (que no eran precisamente revolucio-
dual, a favor del Derecho de los príncipes y en narios, sino más bien abogados y jueces prácti-
apoyo del absolutismo"<3 91 • cos): Fran¡;:ois Denis Tronchet (1726-1806), lite-
rato, traductor, y, en ese momento, Presidente de
Nutren también al Código y al proceso de unifica- la Corte de Casación; Jélix Julien Jean Bigot de
ción legislativa que lo precedió, el pensamiento Préameneau (1747-1825), abogado ante el Parla-
de autores tan diversos uno de otro como Montes- mento de París, y comisario del gobierno ante la
quieu, Rousseau y Voltaire, unidos, sin embargo, Corte de Casación (ambos profundos conocedores
por su vocación iluminista. Su pensamiento no del Droit coutumier); Jean-Marie-Etienne Portalis
sólo influyó en el campo de las ideas políticas (1745-1807), alto funcionario administrativo, ade-
sino, incluso, en la lógica y en la sustancia del más de brillante orador y escritor, y Jacques
Derecho Privado. La afirmación del individuo, el Maleville (1741-1824), magistrado de la Corte de
carácter general e impersonal de las normas, la Casación, primer comentarista del Code(42l, ex-
fe en el legislador y el rol meramente fonográfico pertos los dos en Droit écrit. La comisión en pocos
del juez son sólo una muestra de una presencia meses alcanza su proyecto al Consejo de Estado,
harto elocuente en el Code<40l. No estuvieron au- tras haberse debatido en la Corte de Casación y
sentes tampoco las doctrinas de los fisiócratas, en las diversas Cortes de Apelación. El proyecto
economistas y filósofos al mismo tiempo. La con- es discutido en el Consejo de Estado, con la parti-
vicción de que la propiedad privada era de Dere- cipación del mismo Napoleón. El resultado de
cho Natural (recibida de Locke), la condena de la esta reelaboración fue parcialmente rechazado
propiedad feudal, la libertad económica y la eman- por el Congreso, pero, hechas las modificaciones
cipación del suelo constituían algunos de los fun- pertinentes, poco a poco iba siendo aprobado,
damentos teóricos básicos que el Código Civil se hasta que el 20 de marzo de 1804 fue promulgado
encargó de recoger. Asimismo, gracias a la afir-
41 Ibid, p. 137.
38 Solari, "L'idea individuale e !'idea sociale", o., c., p. 43. 42 Enterado Napoleón, que no deseaba comentarios que en-
39 Ibid, p. 49. turbiaran la claridad del tódigo, de la obra de Malevi!le
40 Las restricciones al rol interpretativo del juez se acentua- exclamó la célebre frase: "Mon code est perdu". Véase
rían con la escuela de la exégesis. Portalis, por ejemplo, Eugene Gaudemet, "L'interpretation du Code civil en
no participaba plenamente de esta concepción. France depuis 1804", Bale et Paris, 1935, p. 13.

111 El Código Napoleónico: Fuentes y Génesis


en su integridad, bajo el título de Code civil des mismo fuera conciente de su rol en la dación del
Franr;ais. Posteriormente, en 1807, fue reimpre- Code, se desprende de su famosa frase pronun-
so oficialmente con el nombre de Code Napoléon, ciada en el exilio de la isla Santa Elena:
tal vez para satisfacer la vanidad del flamante
Emperador. El año de 1814, con la restauración "Mi verdadera gloria no consiste en haber venci-
monárquica, si bien no llegaron a derogarlo, pre- do 40 batallas. Waterloo borrará el recuerdo de
firieron llamarlo simplemente Code civil. A la tantas victorias. Lo que nadie borrará, aquello
que vivirá eternamente es mi Código Civil y
larga la historia hizo justicia y quedó designado
(subrayando su intervención) las actas verbales
desde 1870 como Code Napoléon(43l. del Consejo de Estado"<m_
Por otro lado, en concurrencia con el impulso
político e ideológico de la Revolución, sólo con la El Código no fue sólo, sin embargo, el producto de
iniciativa de Napoleón Bonaparte, designado Pri- la discusión en el Consejo de Estado, que habría
mer Cónsul en 1800, se finalizado, mas no iniciado el trabajo. "Los auto-
pudo llevar a feliz tér- res -según Esmein- antes que sus profetas,
mino la esperada codi- fueron sus discípulos"(48), que no lo consideraban
La personalidad ficación en Francia. como un punto de partida totalmente nuevo, como
Además, la personali- el inicio de una nueva era, sino, por el contrario,
de Napoleón dad de este genial go- como una conclusión, como "punto de arribo y de
bernante tiñe el Code partida al mismo tiempo, una síntesis del pasado
en su espíritu y conte-
tiñe el Code nido. No obstante de
que no debería excluir la sobrevivencia y la apli-
cación del Derecho precedente"(49)_ Es interesan-
que durante esa época te la observación formulada por Helmut Coing
en su espíritu se hallaba en plena cuando sostiene que el carácter revolucionario
campaña militar con- del Código se manifiesta más en sus carencias,
y contenido. tra Inglaterra, se dio
el tiempo para partici-
en el hecho de que no contiene instituciones jurí-
dicas antiguas. Falta, por ejemplo, la subordina-
par en los debates que ción feudal señor-vasallo. Está ausente también
se desarrollaban en el el censive o relación jurídica entre el dueño de la
seno del Consejo de Estado(44)_ De ciento dos tierra y el campesino y se prescinde de las pres-
sesiones, dedicadas a debatir el Código, dirigió taciones personales que ataban al siervo a su
personalmente, cincuentisiete(45)_ En los debates señor. En ese aspecto, el Code había roto con la
su participación fue vivaz. No dejaba de insistir tradición jurídica anterior. Pero, si nos detene-
en la necesidad de que los términos usados sean mos a examinarlo podemos extraer una imagen
fácilmente comprensibles y hasta ciertas institu- diversa, de la que se infieren sus deudas con el
ciones como la idea de una familia sólida y pa- pasado. Así, la construcción sistemática reposa
triarcal, la prohibición de los hijos ilegítimos para fuertemente en la clasificación de las Institucio-
indagar la paternidad, el divorcio consensual y la nes de Gayo y de Justiniano. Muchas de las
adopción llevan su impronta(46)_ Que Bonaparte instituciones jurídicas fundamentales como las
obligaciones descansan íntegramente en el Dere-
43 A. Esmein, "Précis élémentaire de l'histoire du Droit cho existente en 1789(50)_
fran~ais, de 1789 a 1814. Révolution, Consulat & Empire",
Recueil Sirey, Paris, 1911, pp. 328-338.
44 Sobre esta participación véase Jean Bourdon, "Napoléon ausentes. Así, el divorcio consensual que defendía N a po-
au Conseil D'Etat", Editions Berger-Levrault, París, 1963. león, en colisión con su idea de una familia patriarcal y
También la síntesis de Georges Michel, "Le Conseil d'Etat sólida, bien puede explicarse en su interés de constituir
et la codification", en Le Conseil d'Etat. Livre jubilaire, una dinastía tras divorciarse de Josefina de Beauharnais
Publie pour commémorer son cent cinquantieme quien, como se sabe, ya no podía darle hijos. Su lucha por
aniversaire, Recueil Sirey, París, 1952, pp.467-471. adopción podría también tener motivación semejante. Vid.
45 Véase la "Introducción" de Albert Sorel en Le L'ivre du Theween, o., c.
Centenario, Arthur Rousseau Editeur, Paris, 1904, t. I, 47 Soler, o., c., p. XXIV.
pp. XXIV-XXIX. Uno de los trabajos más documentados 48 A. Esmein, "L'originalité du Code Civil", en Livre du
escritos hasta hoy en torno al papel de Napoleón Bona. Centenaire, Arthur Rosseau editeur, París, 1904, t. I, pp.
parte en la elaboración del Code es el publicado reciente- 5-21, p. 5.
mente por von Eckhard María Theewen, "Napoléons Anteil 49 Norberto Bobbio, "II positivismo giuridico", Turín,
am Code Civil", en la serie Schriften zur Europaischen, Giappichelli editore, p. 80. Relevante para nuestros fines
Rechts - und Verfassungsgaschichte, Band 2; Duncker & es sobre todo el capítulo III: "II Codice Napoleone e le
Humblot, Berlin, 1991. origini del positivismo giuridico in Francia", pp. 67-100.
46 Al parecer ciertas motivaciones personales no estaban 50 Helmut Coing, "Historia del Derecho y Dogmática Jurídi-

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CODIGO NAPOLEONICO

Lo que no debe olvidarse es que están animadas codificación, refiriéndose a la época reciente que
de un nuevo espíritu y en otras manos que no son lo precedió, dirá: "si, en materia de instituciones
más las de la aristocracia. y de leyes, los siglos de ignorancia son el teatro
Tras el Código reposaban un conjunto variopinto de los abusos; los siglos de la filosofía de las luces
de tradiciones y de intereses jurídicamente arti- han sido, muy a menudo, el teatro de los exce-
culados que era impensable que fueran desarro- sos"<54l. Si en el plano político, Napoleón fue artí-
llados en los pocos meses de debate. Además, el fice de un compromiso entre ex-monarquistas y
proceso de codificación o, mejor dicho, la unifica- ex-jacobinos; Portalis, en la dimensión jurídica,
ción del Derecho en Francia era de vieja data. La es un auténtico intérprete del significado del Có-
virtud de Napoleón y de sus colaboradores fue digo de 1804, que fue también un acto de compro-
dar término a ese proceso. miso(55l. El Código aparece así bajo otro aspecto:
No debe de perderse de vista tampoco la posición una condición indispensable de orden y pacifica-
moderada que asumió el Consejo de Estado, equi- ción que, por un lado, rescataba las conquistas
distante por igual del espíritu reaccionario del revolucionarias y las continuaba y que, por otro,
Antiguo Régimen y del radicalismo de la revolu- morigeraba los excesos en los que se había incu-
ción imprimen al Code de un espíritu ideológica y rrido durante la revolución, evitando cualquier
políticamente tibio. Basta echar una ojeada a la radicalismo. Podría tratarse entonces más que
trayectoria política de los miembros de la Comi- de un ordenamiento revolucionario, de un cuerpo
sión, de los "artesanos del Código", en la feliz positivo reformista<56l, de un "instrumento de paz
expresión de Arnaud, para cerciorarnos que no y de refonciliación entre los ciudadanos"<57l_ Na-
estamos ante legisladores con propensiones revo- poleón y los comisionados o "artesanos" coinci-
lucionarias<51): Tronchet, proclamado por Napo- dían en ese propósito y el Code traducía ese
león el primer jurisconsulto de Francia, fue de- espíritu. No se equivoca Corradini, cuando pre-
fensor de Luis XVI; Bigot de Preameneu, un senta a la codificación francesa con una "doble
auténtico realista, salvó al rey en las tullerías faz"(58l, a la manera de la cabeza de Jano. Vista
mientras se desempeñaba como presidente de la con la mirada puesta al pasado, considerando las
Asamblea, llegando a ser detenido bajo la Con- luchas que fueron necesarias para afirmarse y
vención por sus ideas moderadas; Portalis, rela- los obstáculos que a ella se oponían, es el produc-
tor y decidido impulsor del Proyecto fue detenido to de una auténtica revolución cumplida en nom-
y expatriado por la misma razón<52l. Un particu- bre del liberalismo y del iluminismo. Vista, en
lar interés revisten las ideas políticas y jurídicas relación al presente; especialmente, a partir de
de Portalis, en cuanto constituyen en gran medi- la idea propuesta por sus exégetas (que rechaza-
da una de las fuentes inspiradoras de la filosofía ban el potencial rol creativo de los jueces), asu-
del Código napoleónico. Tanto su libro "De l'usage mía el valor de un instrumento de conservación
et de l'abus de !'esprit philosophique durant le para una sociedad que, si bien era 'nueva' respec-
XVII/e siecle" (París, 1820) como su famoso to al período de la monarquía del Setecientos, no
"Discours préliminarie prononcé lors de la estaba dispuesta a admitir transformaciones su-
présentation du projet de la commission du cesivas. De revolucionario el Code se hacía con-
gouvernement" constituyen una radiografia de su servador.
concepción más apaciguada<53l. El ideal de Portalis
se coloca a caballo de la licencia y la tiranía. 54 P. A. Fenet, o., c., t. I, p. 483.
Ambas situaciones, a su juicio, son nefastas. En 55 Cattaneo, o., c., p. 123.
el Discurso Preliminar, documento esencial de la 56 C. J. Friedrich, "The ideological and Philosophical
Background", en The Code Napoleon and the Common
Law World, Bernard Schwartz, New York University Press,
1956, pp. 2-4. Este autor distingue tres tipos de Códigos:
ca", en Revista de Estudios Histórico Jurídicos, Valparaí- l. Los digestos que serían simples compilaciones sin mayor
so, Nro. VI, 1981, pp.lOl-102. pretensión de generar un cambio social; 2. Los Códigos
51 No obstante ello debe anotarse que en el Consejo de Es- reformistas o moderados y, 3. Los códigos revolucionarios
tado se hallaba un radical, Berlier, regicida confeso. Vid. (como los dictados y debatidos en Francia en la última
Arnaud, o., c., anexos. década del Setecientos). El Code sería un ordenamiento
52 Arnaud incluye en su trabajo "Les origines doctrinales reformista con elementos revolucionarios, pp. 1-18 .
... ",o., c., un pequeño diccionario biográfico de suma uti- 57 André Tune, "The Grand Outlines of the Code", en The
lidad, pp. 297-319. Code Napoleon and the Common Law World", o., c., p. 21
53 Mario Cattaneo, en "Illuminismo e Legislazione", o., c., (pp.19-45). El mismo artículo se encuentra en la Tulane
pp. 121-124, formula un águdo análisis de la postura de Law Review Nro. 29, 1955, pp. 431 y siguientes.
Portalis. 58 D. Corradini, "Garantismo e .Statualismo", o., c., p. 48.

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